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Facetas Agosto 16

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Ibagué, 16 de agosto de 20092 FACETAS>

Por Jenna Worthham*

espués que Duncan Birmingham, un escritor de comedias para el cine, recibiera demasia-das tarjetas de felicitación en las que apare-cían horribles mascotas con cuernos falsos, se percató de que las fotos podrían ser un

gran material para un blog. Fundó entonces Pets Who Wan to to Kill Themsel-ves (Mascotas que quieren suicidarse ) a comienzos de enero, puso el primer grupo de fotos y pidió a los lectores que hicieran sus contribuciones. En pocos días los visitantes le enviaron fotos de bulldogs vestidos de coristas y gatos con pelucas. Las fotos no pasaron

inadvertidas ni para la blogóesfera ni para editores y agentes literarios. Birmingham dijo que sólo necesitó dos meses para que le vendiera un libro de fotos a Three Rivers Press, un sello editorial de Crown Publishing Group, por “una cantidad de dinero que bastaba para comprar un Lin-coln y algo más”. No estaba mal para un novelista que nunca había publicado, es alérgico a los animales y admite que poco sabe de com-putación. Por supuesto, no es inusual que los blogs sirvan de base para la edición de libros. Por ejemplo, Christian Lander, que se ocupa del blog humorístico Staff White People Like, escribió muchos ma-teriales para el blog que posteriormente perfeccionó y los convirtió en un libro del mismo nombre que fue muy popular en el 2008. Pero el último arrebato tiene que ver con libros que enfocan la autoría de forma vaga, a lo Tom Sawyer. A los creadores se les ocurre una idea tonta o ingeniosa, la suben a una plataforma como Twitter y Tumblr, y esperan que los contribuyen-tes la colmen de contenido. Los autores dedican sus energías a darle publicidad a los sitios web y a compilar los mejores materiales. Todo indica que los agentes literarios y las casas editoras no cuentan con su-ficientes libros de este tipo, que se ven-den de $10 a $15 dólares en las tiendas de regalo y otras que están de moda, así

como en las librerías tradicionales. Por lo menos ya han sido creados ocho libros a partir de contenidos genera-dos por los usuarios, como es el caso de Love, Mom, una colección de cómicos intercambios electrónicos en-tre las madres y sus hijos, que acaba de publicarse. “Las editoriales le están prestando mucha atención a este fenómeno”, dijo Patrick Mulligan, de Gotham Books, quien se ocupó de un libro de fotos de gatos con pies de fotos ocurrentes titulado I Can Has Cheezbur-ger? , que se basa en el blog del mismo nombre. Vendió más de 100,000 ejemplares y se mantuvo en la lista de libros más vendidos del New York Times durante 13 semanas. Otras editoriales están adquiriendo los derechos de autor de libros de este tipo. Como declaró un ejecutivo de una de ellas “estamos convirtiendo el contenido ge-nerado por los usuarios en contenido editorial”. El blog de fotos This Is Why You’re Fat (Esto expli-ca por qué uno engorda) que publica fotos de platos grotescos, atrajo a más de dos millones de visitantes durante los primeros días de operación. La popularidad viral del sitio lanzó a los creadores del blog al radar de la industria editorial. Bastaron tres semanas para que los creadores cerraran un trato de seis cifras con un sello editorial de HarperCollins. No obstante, hay riesgos para los autores y los edi-tores. El rastreo de los autores de los materiales a veces puede intimidar, dijo Doree Shafrir, una de las creado-ras del libro Amor de mamá, escrito a partir de un blog llamado Postcards From Yo Momma, que recogió men-sajes humorísticos entre adolescentes y sus madres. Cuando Shafrir y Jessica Grose firmaron un contra-to con la editorial Hyperion para publicar su colección, fueron advertidas de que tenían que asegurar permiso de los contribuyentes y de sus madres. “Tuvimos que dedicar varios días a la tarea, ansiosas a la espera de que regresaran las planillas firmadas”, dijo la Sra. Sha-frir. "Hay que montarse en la ola mientras dure", dijo el editor.

*New York Times. (Traducción de Alexandria Library)

En los seres humanos el sueño tiene cinco fases, durante las cuales se reduce la intensidad de las on-das cerebrales hasta alcanzar un estado de profunda

relajación. Esta baja actividad se mantiene en el hipotálamo donde reside la conciencia y en el córtex cerebral, que controla los movimientos del cuerpo. En el caso de los sonámbulos, las ondas de cierta área del cerebro son irregulares, por lo que no cumplen con la función de inhibir

la región motora. Se ha descrito el caso de una perso-na que escaló un monte y sólo se despertó al llegar a

la cumbre, desde donde fue rescatada por bomberos. Éstos se sorprendieron de que hubiera llegado allí, habi-da cuenta de las enormes dificultades que ellos mismos experimentaron para alcanzar el lugar, a pesar de estar despiertos y bien equipados para escalar. El sonámbulo es, pues, una persona que camina (o ambula) mientras duerme. La palabra proviene del latín somnus (sueño) con el verbo ambulare (caminar).

Jessica Grose y Doree Shafrir creadoras del libro Love, Mom

> LA PALABRA DEL DÍASonámbulo

El público proporciona el humor… los blogueros lo convierten en libros

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Ibagué, 16 de agosto de 2009 >FACETAS 3

Por Beatriz Vanegas Athías*

omo me he pasado la mitad de la vida vien-do cine y la otra añorando ver más películas, estoy convencida de que la vida debería ser como en el cine. Por eso me sorprendo en ocasiones dedicando imágenes antes que versos o canciones. Porque, qué es una

dedicatoria si no entregar un pedacito de vida, ofrecer, obsequiar una parte del ser. Y una no va por el mundo regalando de buenas a primeras su vida. Se dice que los versos predilectos son en el fondo aquellos que deseamos haber escrito. Por eso se citan, se parafrasean, se dedican. En consecuencia: vale decir que las escenas preferidas de una película, son sin duda, las que hubiésemos querido vivir. Y es aquí donde la vida puede ser como en la pantalla gigante. Si yo evoco con sublime alegría el instante preciso en que Alfredo y Totó calman el hambre de ficciones a cientos de cinéfilos del Cinema Paradiso, ese momento único en que hay un mitin que clama por llorar, reír, rabiar, desilusionarse, ena-morarse, si yo evoco esa bella imagen y luego la dedico, sin duda debo estar convencida de que los relatos son la sal del mundo y de que la palabra narrada debe estar al alcance de todos.

Creo con hondura que somos lo que leemos y lo que vemos en el cine. Por eso tengo por cierto que hay que enamorar con franqueza, pero con suma ternura como lo hace Guido, en La vida es bella: ¿a qué mujer no hace plena que cada mañana le digan: “Buon giorno, principessa!” y que el día sea sólo un pretex-to para la risa, a pesar del cerco cotidiano que funda el dolor? O enamorar con creatividad, a punta de obsequiar campos repletos de girasoles, como hizo Edward Bloom en El gran pez. O hacer del amor una aventura tierna y libre en rituales cotidianos como los vividos por Karen y Denys en la inolvidable África mía. Vivir como en el cine: con la templanza del rojo maestro Gre-gorio y la lealtad de Moncho en plena Guerra Civil. Con la tolerancia de Antonia cuya casa no tenía puertas pues a ella entraban todos y todas sin restricción de creencia o tendencia sexual. Con el orgullo gay de Horst que portó sin miedo el nefasto triángulo rosa que los nazis asignaron a los “torcidos” en los campos de concentración en el filme Bent. Con la esperanza de los Joad quienes en Las uvas de la ira reivindican el derecho de los campesinos a trabajar la tierra en medio de la década inmisericorde de la Gran Depresión estadounidense. O la dignidad del viejo violinista Plutarco quien en medio de la Guerra Sucia de México, no cede ante el chantaje mili-tar y como un roble se dispone a morir de pie. Vivir como en el cine, hasta que caiga el telón y se acabe la música.

*Poeta colombiana. Letralia, Tierras de letras.

Cuando la realidad es la ficción

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Los mejores 60 libros, Los mejores 60 libros, según The Timessegún The Times

l diario británico The Times publicó una lista con los mejores libros en inglés publicados en los últimos 60 años. Sólo figuran dos novelas de habla hispana: La casa de los espíritus (Isabel Allende, 1982) y El amor en los tiempos del cólera (Gabriel García Márquez, 1985). Al parecer el barco que llevaba las

novelas traducidas de figuras literarias como Julio Cortázar, Mario Benedetti, Ernesto Sábato o Jorge Luis Borges al Reino Unido se perdió en el camino. 1949: 1984, de George Orwell; 1950: Las crónicas de Narnia: el len, la bruja y el armario, de C. S. Lewis; 1951: El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger; 1952: Pigs Have Wings, de P. G. Wodehouse; 1953: Casino Royale, de Ian Fleming (+cine); 1954: El señor de las moscas, de William Golding; 1955: Lolita, de Vladimir Nabokov(+cine); 1956: 101 dálmatas, de Dodie Smith (+cine); 1957: Doctor Zhivago, de Boris Pasternak (+cine); 1958: Nuestro hombre en La Habana, de Graham Greene (+cine); 1959: El Gatopardo, de Giuseppe di Lampedusa (+cine); 1960: To Kill a Mockingbird, de Harper Lee (+cine); 1961: Catch 22, de Joseph Heller; 1962: El cuaderno dorado, de Doris Lessing; 1963: La campana

de cristal, de Sylvia Plath; 1964: Funeral en Berlin, de Len Deighton; 1965: Duna, de Frank Herbert (+cine); 1966: Ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys; 1967: Towards the End of the Morning, de Michael Frayn; 1968: 2001, de Arthur

C. Clarke (+cine); 1969: La amante del teniente francés, de John Fowles (+cine); 1970: Play it as it Lays, de Joan Didion; 1971: Americana, de Don DeLillo; 1972: Watership Down, de Richard Adams; 1973: Crash, de J. G. Ballard (+cine); 1974: Fear of Flying, de Erica Jong; 1975: Salems Lot, de Stephen King (+cine); 1976: Even Cowgirls get the Blues, de Tom Robbins; 1977: Una mirada a la oscuridad, de Philip K. Dick; 1978: El mundo según Garp, de John Irving; 1979: La gente de Smiley, de John le Carr; 1980: Earthly Powers, de Anthony Burgess; 1981: Lanark, de Alasdair Gray; 1982: La casa de los espíritus, de Isabel Allende; 1983: Waterland de Graham Swift; 1984: Dinero, de Martin Amis; 1985: El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel Garcia Márquez (+cine); 1986: Tourist Season, de Carl Hiaasen; 1987: Son más los que mueren de desamor, de Saul Bellow; 1988: Mother London, de Michael Moorcock; 1989: Sexing the Cherry, de Jeannette Winterson; 1990: Get Shorty, de Elmore Leonard; 1991: The Famished Road, de Ben Okri; 1992: The

Secret History, de Donna Tartt; 1993: Trainspotting, de Irvine Welsh (+cine); 1994: How Late it Was, How Late, de James Kelman; 1995: Luces del norte, de Philip Pullman; 1996: Las cenizas de Ángela, de Frank McCourt; 1997: Harry Potter y la piedra filosofal, de J. K. Rowling (+cine); 1998: Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, de Haruki Murakami; 1999: Desgracia, de J. M. Coetzee; 2000: The Blind Assas-sin, de Margaret Atwood; 2001: The Corrections, de Jonathan Franzen; 2002: Expiacin, de Ian McEwan; 2003: La mujer del viajero en el tiempo, de Audrey Niffenegger; 2004: La línea de la belleza, Alan Hollinghurst; 2005: Twilight, de Stephenie Meyer (+cine); 2006: La carretera de Cormac, McCarthy; 2007: A Thousand Splendid Suns, de Khaled Hosseini; 2008: Netherland, de Joseph ONeill; 2009: The Little Stranger, de Sarah Waters.

Nota enviada por Jaime Lopera, Calarcá, Quindio.

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Miguel Ángel Manrique recibió el Premio Nacional de Novela 2008 del Ministerio de Cultura, con su

libro “Disturbio”, el cual será una de las novedades de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Ibagué, 16 de agosto de 20094 FACETAS>

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POR NATALIA ECHEVERRI VARGAS (BOGOTÁ, COLPRENSA)

s tan legítimo el escritor que escribe para vender historias, como quien se cree un artista y escribe para construir grandes obras, porque la literatura no está excluida del mercado, de las leyes de la eco-nomía, de la oferta y la demanda. Más que la obra y el escritor, es una institución donde participan los medios de comunicación y el crítico literario. Nin-

gún escritor deja de estar preocupado por eso, porque eso hace parte de la construcción de su obra”.

Mientras que pronuncia estas palabras, Miguel Án-gel Martínez se torna serio y esa mirada jovial que persigue a su persona casi desaparece por contados segundos. A él no le gustan los rótulos en literatura, porque según la lógica con que la aborda, adjetivos

como “comercial” o “ligero” sobran al hablar de un buen libro. Miguel Ángel estudió literatura en la Universidad Nacional, se especializó en Ciencias de la Comunica-

ción en la Universidad Autónoma de Barcelona (España) y obtuvo una

maestría en Educación en la Universidad Externado

de Colombia. En medio de este recorrido concibió la trama de “Disturbio”, novela ganadora del Premio del Ministerio de Cultura, una historia del “campus” universitario que le debe su riqueza narrativa al hecho de que, además de ser escritor, ama la docencia, actividad que realiza en el ámbito del periodismo literario. Tras obtener el galardón, Martínez no se apresuró y se tomó el tiempo necesario para elegir la mejor oferta a la hora de publicar su novela, la cual es una de las novedades en la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Una novela para la memoria ¿Cómo y en qué momento nace “Disturbio”? La génesis de “Disturbio” se remonta 20 años atrás. En el momento en que empiezo a estudiar Literatura en la Universi-dad Nacional, cuando mi cabeza se llena con la información que aparece en la novela. La escribí de la mano con recuerdos que me quedaron de la universidad y que forman parte de los personajes y los escenarios de la historia. Es una novela de “campus” en que se encarnan por ejem-plo profesores, pero son profesores humanizados. Uno tiende cuando entra a la Universidad a idealizar la figura del profesor y en la novela desmitifico esa figura, porque creo que hace mu-chos años se empezó a revaluar, de hecho no gratuitamente surgen los grupos de investigación en las facultades. Se trata de una novela con tintes autobiográficos, pero ¿en qué parte se divide la realidad de la ficción? Parece una novela autobiográfica, pero no. Por otro lado, en toda novela está una parte del escritor, se necesita. Yo me alimento de mi propia experiencia como observador, como cronista si se puede, de hecho hice entrevistas para la nove-la. A menos de que uno sea un autor libresco, que uno escriba sobre lo que lee, podría decirse que la novela no es autobio-gráfica, pero cuando uno escribe de la vida, de la experiencia, siempre va a haber una parte de uno en el libro. ¿Cómo se relaciona en su vida la docencia y la literatu-ra? No hay una línea que separe la docencia de la escritura, de hecho yo escribo sobre los docentes y los estudiantes porque he sido profesor y he sido estudiante.

Miguel Ángel Manrique

La voz oculta en el disturbioMiguel Ángel

Manrique "E

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A mi me encanta la docencia porque es un espacio donde uno puede interactuar desde los temas que a uno le apasio-nan, es un espacio para hablar de libros, para escribir. Gene-ralmente cuando uno trabaja con gente joven se revitalizan las ideas, no se pierde el dinamismo. Por otro lado, me quita tiempo y ese es el gran dilema de los escritores que trabajamos. O me dedico de lleno a la escritura o sigo viviendo las dos cosas mientras puedo vivir completamente de la literatura. Yo creo que es muy ingenuo pensar que uno puede vivir de lleno de la literatura en un país en que la gente no lee.

La universalidad académica ¿Su novela se basa en el mundo universitario. Ahora, como docente, ¿en qué radica la diferencia entre el estu-diante de literatura de hace 20 años y el actual? Comencemos porque el contexto es muy diferente. En estos días fui a la Nacional después de muchos años de no pisarla. Estuve en el edificio en el que me inspiré para escribir la novela, la Facultad de Ciencias Humanas, y puedo decir que los baños de “Disturbio”, esos baños llenos de graffitis, con los vidrios desportillados y sucios, ya no son los baños mo-dernos y limpios de ahora. De igual forma, hay un nuevo tipo de lector que se ha for-mado lejos de la tradición literaria clásica en que nos criamos hace 20 años. Los actuales estudiantes de literatura leen una nueva generación de escritores colombianos, que tienen a la mano nuevas herramientas de divulgación. Por ejemplo, el cronista colombiano actual generalmente es joven, se ha formado en una Facultad de Literatura o de Comunicación, pero tiene su blog. Esta nueva formación es muy diferente de la nuestra, conservadora y rígida, a nosotros nos educaron con teorías pasadas de moda.

La literatura moderna Usted defiende todo tipo de temas en la literatura y ade-más tiene una postura disidente de la élite que conforma la academia, para usted entonces ¿qué es la literatura light?

Es literatura ligera pero no por el hecho de que algo sea ligero deja de ser literatura; ese es el problema en que nos han embarcado ciertas élites literarias, que creen que lo que se lee rápido y lo que tiene escenas escabrosas no vale la pena. Para mí, no existen ese tipo de divisiones, porque un lector lee lo que se le da la gana. A mí me cuesta trabajo que siga-mos condicionando la lectura como un tema de buen o mal gusto, porque seguimos en una polémica bizantina de hace varios siglos. Hay demasiados prejuicios alrededor de leer por ejemplo Paulo Coelho y la gente tiene derecho a leerlo, pero vienen “las voces que tienen la razón” a decir que leerlo es para las masas incultas de mal gusto. ¿Cree que la literatura contemporánea colombiana está formando una corriente estilística? Desde el punto de vista estilístico y la elección de la temá-tica no. Yo creo que cada escritor escribe de lo que puede y de lo que quiere. Actualmente se hace novela histórica, novela realista, ciencia ficción, policial, no hay un patrón en ese sen-tido que nos una. Más que eso nos une la época, el hecho de haber vivido en un país violento. Nos une el hecho de que trabajamos con tecnologías nuevas: Internet, los blogs, eso hace parte de lo que somos como escritores, pero cada uno tiene intereses distintos. ¿Cuál cree que es la función de la literatura? La literatura sigue siendo una actividad diver-tida, entretiene y se debe leer para pasar un buen rato y esa es su función. Para mí leer es una de esas buenas, necesarias y sanadoras formas de pasar el tiempo, eso no se debe perder, uno lee para entretenerse y me parece que lo demás es añadidura. ¿Para usted qué es periodismo literario? Es una forma de hacer literatura. Lo intere-sante es que el periodista tiene que investigar mucho, tiene que hacer trabajos de reportería para poder documentarse. Luego se sienta y

escribe con unas características esté-ticas que logren atrapar al lector. La función del periodismo literario siempre ha sido la de contar bien buenas historias, historias que están por ahí en la vida. Cuenta su-cesos cotidianos y reales de manera estética. Como escritor, ¿cómo ve la relación entre la nuevas tecnologías y el lenguaje escrito. Usted cree que éstas modifican los gustos y el tiem-po que la gente le dedica por ejem-plo a un libro? Yo creo lo mismo que

Umberto Eco con respecto al libro, hay cosas que no van a desapare-cer nunca como la cuchara; el libro

es como la cuchara, es algo que se necesita para vivir coti-dianamente y no creo que las nuevas tecnologías lo vayan a sustituir. Por otro lado, que las tecnologías de la información han creado nuevos tipos de lectores, sí; que esto ha transformado la forma de leer, sí; que esto ha transformado la cultura, la forma de jugar y de hacer política, sí. Ahora existe un nuevo grupo de lectores, yo aprendí a leer en un libro, ellos lo hacen frente a una pantalla, pero creo que estos avances se acoplan perfectamente con los medios anti-guos. No hay que sentirlo como el Apocalipsis, hace falta ver qué pasa.

Con un libro ambientado en la Universidad Nacional de los ochenta, este escritor tolimense narra una

acumulación de recuerdos y vivencias que por más de veinte años se mezclaron en su cabeza. “Disturbio” es la novela de Miguel Ángel Manrique, una de las novedades de la

Feria Internacional del Libro de Bogotá.

“Disturbio” es la obra con la cual Miguel Ángel Manrique ganó el Premio Nacional de Literatura.

Recuerdos de sus estudios en la Universidad Nacional, conforman la novela de Miguel Ángel Manrique.

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“La pintura es para vivir”: Christian Castillo

a fotografía es para sobrevivir y la pintura para vivir. Lo bueno es que sobrevivo de una mane-ra que me gusta. Mucha gente no puede sobre-vivir, ni vivir trabajando con algo que le gusta”. Para Christian Castillo, por eso es funda-

mental combinar sus habilidades artísticas con su trabajo como fotógrafo en Colprensa y pintando en acuarela paisajes y retratos de la vida urbana que pocos se detienen a admirar.Castillo abrió su exposición ‘La aguada: espíritu de la vida’, en la Corporación Club Social y Deportivo Ecopetrol, en Bogotá, en la que quiere mostrar que es necesario observar nuestro entorno. “Como la vida es tan rápida, no nos detenemos a mirar las cosas básicas y la naturaleza alrededor nuestro. Con los paisa-jes que pinto lo que busco es que la gente reconozca esos sitios. Como el parque de Lourdes, la gente lo reconoce frente al cua-dro y esa es la meta, que vean sitios que nunca nos detenemos a

mirar, solo pasamos junto a ellos y no los observamos”, explica Castillo. “La fotografía y la pintura son arte y permiten que uno des-cubra y vea las cosas de distinta manera”, agrega. “Por medio del arte y la pintura uno se vuelve más observa-dor, más crítico y analítico y en el momento que uno hace una labor creativa, se descubre el mundo y hay un autodescubri-miento”, indica. Su formación en arte la inició con diseño gráfico en la Uni-versidad Nacional, donde también ha tomado cursos y clases particulares de pintura. El artista dice que le gusta la acuarela porque, precisamente, “es una técnica difícil. Por el placer de hacerlo, es diferente a otro estilo”. En sus cuadros también refleja lugares recónditos de la Uni-versidad Nacional, no solo por el cariño que tiene por el sitio que

ha recorrido infinidad de veces para pintar, sino “por el ambiente que se respira en la universidad. En sí misma es una ciudad universitaria, hay tantas cosas que por temor, desconocimiento o falta de ganas no se conocen y lo que hay ahí adentro, es algo muy valioso y el entorno es increíble”.

“La fotografía y la pintura son arte y permiten que uno

descubra y vea las cosas de distinta manera”.

El fotógrafo de Colprensa Christian Castillo expone sus pinturas en acuarela, en el club social de Ecopetrol de Bogotá.

La naturaleza es tema primordial en las obras del artista Christian Castillo, fotógrafo de Colprensa.

Los paisajes, darse cuenta de lo bello de la naturaleza en medio de tanto afán, son dos temas en la obra del artista Christian Castillo.

Al artista Christian Castillo, fotógrafo de Colprensa, le gusta plasmar en sus obras la naturaleza en medio de la cuidad.

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Ibagué, 16 de agosto de 2009 >FACETAS 7

POESÍA>

Alfonso Carvajal

EL CUENTO>

Dos cuentos cortosJairo Restrepo

Galeano

Obras del pintor bumangués Hermes Pinto

Fosforescencia de la oscuridad

A tres cuadras de la casa de Jenaro un hombre ha muerto. Jenaro ve el carro mortuorio, la comitiva. Su curiosidad lo empuja a seguir el cortejo. De pronto se ve envuelto en el desfile, en la mano un cirio encendido, so-bre sus hombros un sudario. A pesar del frío, le suda la frente. Ve espaldas, ve capuchas, ve sudarios, no ve estrellas, no ve rostros; las casas, en los callejones, se muestran borrosas y el cementerio no aparece. Murmullo de voces, rumor de oraciones que Jenaro no logra clasificar como conocidas. Pasa el tiempo y el gallo del alba canta. Entonces se encuentra a mucha distancia de su casa. En un descampado, molido de cansancio, la garganta seca, los ojos inyectados en sangre de tanto mirar sin poder ver cosa cierta. En la mano, hielándola, un fémur descarnado y fosforescente.

La fuerza de la mente

Toma un haba en la palma de la mano izquierda. La aprieta con el dedo corazón en el centro de la palma. Ordena al diablo que haga pre-sencia. Lo hace con vehemen-cia, con la fuerza arrebatada de su creencia. Cierra los ojos y piensa que debe ponerse a sus órde-nes, incondicionalmente. Abre los ojos. Observa cómo el picaporte gira, lento. Se le ponen los pe-los de punta, pero su intención no es huir. Por primera vez, piensa, lo voy a tener a mi disposición. La puerta se abre de par en par y ahí el amigo de farras que viene a invitarlo a otra jor-nada de alegría por los giros de la noche.

Alfonso Carvajal

Murió en su ley.La generosidad y el abismo surcaron sus pasos firmes.

Su espalda de boxeador erguidoy sus ojos sinuosos

enfrentaron tormentasy sobrevivió.

Creyó en Cioran y Lowry;en el alcohol y el escepticismo

también echó raíces.No gustaba de la tristeza, la de los otros,

aunque él la llevaba curtida y puesta en sus sueños.

En la noche fue pastor y demonio.Su existencia fue una milonga sofisticadahasta que sus fuerzas se hicieron trizas.

Se fue sin mirar a los demáspara dejar la imagen intacta

de un hidalgo robusto,de un cantante de tangos

desbordándose en la noche.Y el silencio.

No quiso decir adióspara huir de la lástima

y la compasión mezquina.Un día se marchó

y entró ebrio y felizen nuestra memoria.

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Por Jorge Ladino Gaitán Bayona*

En agosto del 2008 se estrenó en Alemania “Dr. Alemán” (actualmente en tiendas de video), largo-metraje de 106 minutos de duración del director Tom Schreiber (Freising, 1969), el cual brinda una interesante mirada sobre cómo la violencia diaria en una ciudad colombiana se normaliza y se torna

vivible (y hasta festible) para el propio ciudadano, mientras que para un extranjero, no habituado a sus coordenadas es-pecíficas, puede arrastrarlo al desenfreno, la confusión y la misma violencia. El protagonista de la cinta es Mark, un jo-ven de 26 años quien viaja desde Frankfurt (Alemania) hasta Cali para efectuar su pasantía en un hospital público donde los heridos por riñas callejeras, hurto y sicariato no cesan de llegar poniendo en crisis su capacidad de reacción y sus conocimientos médicos. En su intento de comprender mejor el contexto busca compenetrarse con la gente de Siloé (al suroeste de Cali) desde el fútbol, la música, el sensualismo y las drogas, pero su aspiración humanística se ve llevada al traste cuando sus acciones y omisiones generan más muer-tes y tristezas en un país violento donde “la masacre de hoy borra la masacre de ayer pero anuncia la de mañana” (Roca, 2007, 13). El Guión de “Dr. Alemán”, escrito por el director Tom Schreiber y Oliver Keidel, partió de la correspondencia que le enviara a Schreiber un amigo doce años atrás sobre la pasantía que efectuara en un hospital de Cali. La filmación se hizo en la capital de Valle del Cauca y en ella, junto con el protagonista alemán (August Diehl) y varios actores colombianos conoci-dos, intervinieron 12 jóvenes caleños (a semejanza de los “actores natura-les” usados en varias cintas de Víctor Gaviria), los cuales fueron preparados con talleres de actuación durante los meses previos al rodaje. La excelen-te fotografía de Olaf Hirschberg, la adecuación de la música con cada atmósfera abordada en escenarios auténticamente caleños (a cargo de Josef Suchy), la limpieza técnica de la cinta y la no brusquedad en el cambio de escenas le dan soporte compositivo a la película, cuya producción es de 2 Pilots Film production y la distribución de Telepool. Ahora bien, es innegable la mirada colonialista en el film como si el primer mundo sorprendido por la violencia del tercero olvidara por un rato su historia

de holocaustos, guerras y migraciones forzosas que contra-dice sus ideas de la Modernidad. No obstante, no puede ne-garse su valor cuando al propio colombiano intenta sacudirlo con una estética que fusiona lo naturalista, lo sublime y la ironía para que vislumbre que no debería ser normal lo que, en términos de civilización y humanismo, debería ser excep-ción a la regla por su grado de crueldad e indolencia. Se trata de una obra fílmica donde lo foráneo cuestiona lo familiar y local obrando como “la mala conciencia”, la que pone en crisis el orden y el olvido institucional. Aquí, como destacaría Michel Maffesoli en “El nomadismo. Vagabundeos iniciáti-cos”, se parte de la siguiente premisa: “la mirada exterior, posee una visión más penetrante, más acida también, pues sabe ver lo que a unos ojos demasiados acostumbrados les es difícil apreciar” (Maffesoli, 2004, 108). La historia explora algunos mecanismos de defensa construidos por el colombiano para sobrellevar la violencia (desde la rumba, el juego y la risa) hasta su particular vo-cación de ceguera y olvido. Todo ello se efectúa desde una interesante radiografía de Siloé: la miseria en casas sobre las laderas, las disputas entre pandillas en una zona de más de 110.000 habitantes, la descomposición familiar y la par-ticipación de los niños en bandas criminales, también las formas de solidaridad entre seres que poco tienen, los ritua-les de duelo entre amigos, el papel de la salsa como música que recuerda el placer de saberse vivo. Del mismo modo, se vehicula también una historia de amor con final trágico entre el protagonista y una joven desplazada que se encarga de la crianza de sus hermanos. Todos éstos y los componentes anteriores (donde la carga violenta del argumento reposa so-

bre un adecuado tratamiento estético) hacen que la película de Tom Schreiber sea atracti-va al espectador porque lo invita a repensar el país, a verlo sin temor en la complejidad de heridas que no deberían dejar de nom-brarse, bien sea por cineastas colombianos o extranjeros.

Referencias bibliográficasMaffesoli, Michel (2004). El nomadismo. Vagabundeos iniciáticos. México: Fondo de Cultura Económica.Roca, Juan Manuel (2007). “La casa sin so-siego”, introducción de la Antología La casa sin sosiego, la violencia y los poetas colom-bianos. Bogotá: Taller de edición, p. 13-32.

*Grupo de Investigación de literatura del Tolima, UT, [email protected]

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DIRECTOR: Antonio Melo Salazar JEFE DE REDACCIÓN: Martha Myriam Páez Morales PERIODISTA: Por Natalia Echeverri Vargas (Bogotá, Colprensa) COLABORACIÓN: COORDINADOR: Benhur Sánchez Suárez, Redacción cultural EL NUEVO DÍA, DIRECTOR GRÁFICO: Ernesto Lombana, ASISTENTE: Ingrith Johanna Buitrago Castañeda, FOTOGRAFÍA: Obras del pintor bumangués Hermes Pinto, Fotos Colprensa / EL NUEVO DÍA, Fotos Diego Santacruz / Colprensa / EL NUEVO DÍA. Carrera 6 No. 12-09 Tels. 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.

Ibagué, 16 de agosto de 20098 FACETAS>

“Dr. Aleman”: “Dr. Aleman”: la mirada europea sobre la violencia colombiana

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