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Hubbard, Ron L-Campo de Batalla La Tierra-La Victoria-V 1.0

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Coleccin Contempornea Direccin: Rafael Borras Betriu Consejo de Redaccin: Mara Teresa Arb, Marcel Plans y Carlos Pujol

Titulo original: Battlefield Earth L. Ron Hubbard, 1982 Derechos mundiales propiedad del autor Editorial Planeta, S. A.. Crcega. 273-277, 08008 Barcelona (Espaa) Diseo coleccin y cubierta de Hans Romberg (ilustracin cedida por Author Services, Inc , realizacin de Jurdi Royo)

Primera edicin: abril de l985 Depsito legal: B. 42.513-1984 ISBN 84-320-3796-6 ISBN 0-312-06978-2 editor St. Martin's Press, edicin original ISBN 950-37-0117-1 Hecho el depsito que previene la ley 11.723 Impreso en Argentina

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En este segundo volumen de "Campo de batalla: la Tierra", subtitulado "La victoria", el protagonista, aprovechando su experiencia en pilotar aviones aprendida junto a uno de los jefes psiclo, aterriza en Escocia y advierte a los escoceses de la amenaza del poder psiclo. Les ofrece, adems, su ayuda para sublevarse contra sus colonizadores, los lores. As inicia la dura y enconada tarea de liberar a la Tierra de sus enemigos y devolverle su antiguo esplendor. En medio de las ms emocionantes aventuras y los ms arriesgados y peligrosos lances, el protagonista, Jonnie Goodboy Tyler, al que veamos en una situacin de servidumbre y humillacin en el primer volumen, lleva adelante su propsito de enfrentarse al poderoso y temible imperio de los psiclos, que domina unos doscientos mil planetas de diversas galaxias. Con este nuevo tomo concluye un extraordinario relato que ha figurado largo tiempo en las listas de bestseller de todo el mundo y que ser llevado prximamente al cine.

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Parte 1Impresiones fugaces, apenas entrevistas a travs de una pared compuesta de oscuridad y dolor. La vaga consciencia de estar en un avin y de aterrizar. De alguien que le daba caldo con una cuchara. De que lo llevaban en angarillas mientras la lluvia golpeaba las mantas. De una habitacin de muros de piedra. De caras diferentes. De conversaciones en susurros. De otra camilla; de otro avin. Y un dolor en el brazo. Volvi a hundirse en la oscuridad. Pens que estaba otra vez en el bombardero. Abri los ojos y vio la cara de Dunneldeen. Deba de estar an en el mar. Pero no, no tena fro; estaba abrigado. Est reaccionando dijo alguien en voz baja. Pronto podremos operar. Abri los ojos y vio botas y kilts. Un montn de botas y kilts junto al lugar donde yaca. Los motores de un avin? Estaba en un avin. Volvi un poco la cabeza y le doli. Pero all estaba el rostro de Dunneldeen. Jonnie vio que estaba sobre una especie de mesa; se hallaba en un avin, un avin de pasajeros. Al costado izquierdo haba un hombre alto y gris con una chaqueta blanca. A la derecha haba muchos escoceses ms viejos. En un banco, cuatro escoceses jvenes. Ms all del doctor haba otra mesa con algunas cosas brillantes encima. Dunneldeen estaba sentado a su lado y haba un tubo y una especie de bomba que conectaban el brazo de Dunneldeen con el suyo. Qu es esto? susurr Jonnie, sealando o tratando de sealar el tubo. Transfusin de sangre indic Dunneldeen. Deba tener mucho cuidado con lo que deca. Sonrea, pero estaba preocupado y se senta muy mal. Mantn la cara alegre. Chico, eres increblemente afortunado. Ests recibiendo la sangre real de los Stewart, nada menos, lo que te coloca en la lnea directa al trono de Escocia..., despus de m, claro. El doctor haca seas a Dunneldeen de que se tomara las cosas con calma. Todos saban que Jonnie poda morir, que no haba ni un treinta por ciento de posibilidades de que se recuperase. No con dos fracturas serias de crneo y otras heridas, adems del shock. Su respiracin era demasiado superficial. En el hospital subterrneo donde haban operado durante siglos, en una tierra en la que las heridas en la cabeza eran muy comunes, el doctor haba visto morir a muchos menos lastimados que ste. Miraba al muchacho grande, guapo, con algo parecido a la compasin. Este es el doctor Mac Kendrick dijo Dunneldeen a Jonnie. Te arreglar bien. Siempre exageras, Jonnie. La mayora de la gente quedara satisfecha con una fractura de crneo, pero t no, chico. T tienes dos! Y Dunneldeen sonri. Te pondrs bien en seguida seal, y dese poder creerlo, porque la cara de Jonnie tena el gris de la muerte. Tal vez deb esperarte en el bombardero si estabas tan cerca susurr Jonnie. Los escoceses ms ancianos dejaron escapar una exclamacin de incredulidad. El jefe del clan Fearghus se adelant: No, no, Mac Tyler. Esa cosa inmunda se estrell a una milla al norte del Capo Wrath! Estaba casi encima de nosotros! Cmo me encontraron? quiso saber Jonnie.

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Chico exclam Dunneldeen, cuando enciendes un fuego para reunir a los clanes no te quedas a mitad de camino! El bombardero subi a diez mil pies como un cohete en llamas y como para iluminar toda Escocia. As es como te encontramos. Eso no fue lo que nos dijo tu compaero, Dunneldeen gru el jefe de los Argyll. Dijo que tu..., como se llame, detect un pequeo objeto en el agua, que despus vio el avin y despus el ruego. Dunneldeen estaba muy compuesto. Resulta una historia mejor de la otra manera y as es como la escribir el historiador. Encendi un fuego de reunin en el cielo! Los otros jefes asintieron con firmeza. As era como deba ser. Qu da es hoy? murmur Jonnie. Es el da noventa y cinco. Jonnie se senta algo confuso. Haba perdido un da, dos das? Dnde haba estado? Dnde estaba? Por qu? El doctor advirti su desconcierto. Lo haba visto antes cuando haba heridas en la cabeza. Este joven haba perdido el sentido del tiempo. Tuvieron que esperarme explic. No estaba en Aberdeen en ese momento. Y despus tuvimos que descubrir su tipo de sangre y encontrar a alguien que tuviera el mismo. Siento que haya tardado tanto tiempo. Pero tambin tenamos que sacarlo del shock, mantenerlo abrigado. Y sacudi tristemente la cabeza. Debera haber ido con usted. Ayudar a los otros cuando lleguemos all. Esto alter un poco a Jonnie. Quedaron muchos escoceses heridos? No deban haberse retrasado por m si tenan el doctor. No, no dijo el jefe de los Cameron. Hace dos das que enviamos al doctor Alien, que es experto en quemaduras. Veintin heridos enumer Dunneldeen. El uno eres t. Slo murieron dos. Muy pocas bajas. Los otros se recobrarn. Quines son? pregunt Jonnie, haciendo un ligero gesto en direccin a los cuatro jvenes del banco. Bueno, sos dijo Dunneldeen son cuatro miembros de la Federacin mundial por la unificacin de la raza humana. El primero es un Mac Donald y ahora habla ruso. El segundo es un Argyll y habla alemn. sa no era en absoluto la razn. Eran los otros que haban encontrado con el mismo tipo de sangre de Jonnie, esperando por si se necesitaban ms transfusiones. Y por qu estoy en un avin? murmur Jonnie. sa era la pregunta que no deseaban contestar. El mdico les haba dicho que no deban preocuparlo. Lo tenan en un avin y lo llevaban a toda velocidad a la inmensa base defensiva subterrnea de las montaas. Exista la posibilidad de un contraataque psiclo. No tenan ni la menor idea de si las bombas enviadas a Psiclo haban tenido xito o no. Los hermanos Chamco les haban hablado de la pantalla existente en el rea de transbordo de Psiclo y tambin les dijeron que el retroceso inmediato demostraba que la pantalla se haba cerrado. Los Chamco tambin les haban dicho que la sal comn neutralizaba por completo el gas letal. Angus haba metido ventiladores de mina en la vieja base y haban encontrado sal para los filtros de aire. Un grupo de rusos excitados y atnitos que haban importado estaban en ese mismo momento limpiando la vieja base y el pastor enterraba all a los muertos. Y no tenan intencin de dejar a Jonnie Mac Tyler en ningn otro lugar que no fuera a salvo en esa base!

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Qu? contest Dunneldeen. Y por qu no en un avin? Quieres perderte la celebracin de la victoria? No podemos permitirlo! Un escocs que estaba ayudando a Dwight en la zona de la carlinga entr y susurr algo al odo de Dunneldeen. Llevaba un micrfono sujeto a un largo cable. Estaba conectado en la banda planetaria. Dunneldeen se volvi hacia Jonnie: Quieren escuchar tu voz para asegurarse de que ests vivo. Quin?pregunt Jonnie. El complejo, la gente. Simplemente di algo sobre cmo ests. Y Dunneldeen puso el micrfono muy cerca de la boca de Jonnie. Estoy bien susurr Jonnie. Despus, algo le indic que deba hacer un esfuerzo. Trat de hablar en voz ms alta: Estoy muy bien. Dunneldeen devolvi el micrfono al escocs, que vacil, inseguro sobre si el mensaje habra llegado. Dunneldeen le hizo seas de que se fuera. Escucho otros aviones susurr Jonnie. Con una mirada al doctor, solicitando su permiso, Dunneldeen lo ayud a volver la cabeza. Jonnie observ por las mirillas del avin. All afuera haba cinco aviones formando un largo escaln. Volvi los ojos y mir por la otra mirilla. All tambin haba cinco aviones en formacin. Es tu escolta puntualiz Dunneldeen. Mi escolta? pregunt Jonnie. Pero por qu? Todos ayudaron. S, muchacho contest el jefe del clan Fearghus. Pero t fuiste el principal. T fuiste el mejor! El doctor desconect el tubo. Tom el pulso a Jonnie, asinti y silenci a los otros con un gesto. Haba permitido que esto se prolongara demasiado. El avin no vibraba; el vuelo era sereno. Haba sacado a su paciente del shock. Deseaba poder estar en su cueva de operaciones, pero los otros se haban negado a dejar all a ese joven. Y l mismo, que haba escuchado slo una pequea parte de lo que haba hecho, comparta su temor y respeto por l. Si bebe esto dijo el mdico, le facilitar las cosas. Acercaron la taza a la boca de Jonnie. Era whisky y tena mezcladas unas hierbas curativas. Consigui beberlo. Poco despus disminuy el dolor y le pareci estar flotando. El mdico hizo seales de que se mantuvieran quietos. Tena un trpano en la mano. El cerebro estaba siendo presionado en tres lugares, no en dos, y tena que aliviar la presin. Dunneldeen se fue a la carlinga a ayudar a Dwight. Ech una mirada a la escolta. La mayora de los aviones volaban con un solo piloto. Cada uno de ellos haba aplastado la mina que le corresponda y haban vuelto a toda prisa cuando lanz una llamada a una patrulla para que acudiera al norte de Escocia. Todos deberan haberse ido a casa, pero cuando se enteraron de lo de Jonnie ninguno quiso or hablar de eso. Haban bajado con una partida de combate escocesa, sacando ms aviones de la mina de Cornwall despus de matar a los pocos psiclos que daban vueltas por el lugar, y los que no tenan que volver por obligacin se haban quedado a esperar noticias de Jonnie. Ahora lo escoltaban de regreso a casa. Ser mejor que les digas que est bien apunt Dwight. Siguen llamando cada dos o tres minutos para saber las noticias. Y tambin Roberto el Zorro. Manejar la radio requiere un hombre completamente dedicado a ella! No est bien dijo Dunneldeen, y mir por el largo corredor hacia el lugar en que el mdico haba iniciado la operacin. Dwight ech una mirada a Dunneldeen. Estaba llorando el joven prncipe? l mismo tena ganas de llorar.

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2Jonnie haba estado en coma durante tres das. ' Lo haban llevado a la antigua base militar subterrnea de las Montaas Rocosas, donde los filtros de sal podan colocarse inmediatamente en su lugar si se materializaba un contraataque del planeta Psiclo. El complejo hospitalario era muy extenso. Estaba construido con azulejos blancos, apenas deteriorados. Los rusos haban limpiado todo y el pastor haba enterrado los cadveres pulverizados. Quince de los escoceses heridos estaban all, incluidos Thor y Glencannon. Estaban en un ala de habitaciones distinta de la de Jonnie, pero de vez en cuando se los escuchaba, en especial cuando el gaitero mayor les daba un concierto vespertino. El doctor Alien y el doctor Mac Kendrick ya haban dado de baja a cinco de ellos porque estaban razonablemente bien y ciertamente demasiado inquietos e impacientes como para mantenerse ociosos mientras sucedan tantas cosas en otra parte. Chrissie haba estado constantemente junto a la cama de Jonnie y se levant cuando entraron el doctor Mac Kendrick y Angus Mac Tavish. Parecan enojados el uno con el otro, y Chrissie esper que se fueran pronto. Mac Kendrick puso una mano en la frente de Jonnie y se qued mirando la palidez cenicienta de su rostro. Despus se volvi hacia Angus haciendo un gesto expresivo, que quera decir lo ye? La respiracin de Jonnie era superficial. Tres das antes Jonnie se haba despertado, susurrndole a Chrissie que mandara venir a alguien. Siempre haba un guardia escocs en la puerta, con el rifle de asalto bloqueando la entrada de los que deseaban visitarlo, que eran muchos. Chrissie lo haba hecho entrar y se haba quedado mirndolo, preocupada, mientras Jonnie susurraba un largo mensaje para Roberto el Zorro y el guardia lo tomaba con un pictgrabador colocado cerca de sus labios. El mensaje haba consistido en instrucciones al efecto de que si apareca otro bombardero de gas en el cielo, podran probablemente detenerlo haciendo descender sobre su lomo treinta aviones de reconocimiento con patines magnticos y colocando sus motores en las coordenadas inversas, de modo que los motores del bombardero se quemaran. Chrissie no comprendi el mensaje, pero s comprendi que era demasiado cansado para Jonnie. Haba vuelto a caer en coma, y cuando el guardia regres para decir que sir Roberto enviaba su agradecimiento y hara lo que le indicaba, Chrissie lo trat bastante mal. Fue el mismo guardia quien dej entrar al doctor Mac Kendrick y a Angus y Chrissie se prometi que hablara con l. Mac Kendrick, s. Angus, definitivamente no! Mac Kendrick y Angus salieron y el guardia cerr la puerta. Mire dijo Mac Kendrick, arrastrando a Angus por las habitaciones cercanas . Mquinas, mquinas, mquinas. Una vez ste fue un hospital muy bien equipado. Esas cosas grandes que hay all... las he visto en un antiguo libro, se llamaban mquinas de rayos X. Era una materia llamada radiologa. Radiacin? pregunt Angus. No, seor, no con Jonnie! La radiacin es para matar psiclos. Usted est chiflado! Esas mquinas permiten mirar en el interior del cuerpo y descubrir lo que anda mal. Son invalorables.

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Esas mquinas repuso Angus, enojado funcionaban con electricidad! Por qu cree que iluminamos este lugar con lmparas de minero? Usted debe hacerlas funcionar! dijo Mac Kendrick. Aun si lo hiciera, veo ah que tienen tubos. El gas que hay en esos tubos tiene ms de mil aos. No podemos conseguir ms y tampoco podramos meterlo en los tubos si lo tuviramos! Est usted chiflado, hombre. Mac Kendrick lo mir furioso. Hay algo presionando en su cerebro! No puedo meterme all sencillamente con un escalpelo. No puedo adivinar. No con Jonnie Mac Tyler! La gente me matara! Usted quiere ver el interior de su cabeza dijo Angus. Bueno, por qu no me lo dijo? Y Angus se alej murmurando cosas sobre la electricidad. Le dijo a un piloto que haba de reserva en el helipuerto que necesitaba llegar rpido al complejo. Los pilotos eran pocos y los tenan de un lado para el otro. Estaban todo el tiempo saliendo hacia todos los rincones del mundo; tenan una especie de lnea area internacional que estaban empezando a visitar una vez por semana cada uno de los grupos de hombres que quedaban. Estaban transportando coordinadores de la Federacin mundial, jefes y lderes tribales a tanta velocidad como les era posible. Estaban entrenando nuevos pilotos, pero en ese momento tenan slo treinta, ms dos en el hospital. De modo que un pedido informal, aunque fuera de parte de un escocs, incluso de un miembro de la fuerza de combate original, no tena muchas posibilidades de ser atendido. El viaje desde la base subterrnea al complejo se haca generalmente con coches de superficie. Angus le dijo que tena que ver con Jonnie y el piloto pregunt por qu no lo haba dicho antes, lo empuj dentro de un avin v anunci que esperara su regreso. Con gran decisin, Angus fue al sector del complejo donde tenan a los psiclos prisioneros. Una pequea zona del antiguo nivel de dormitorios haba sido arreglada para que circulara gas respiratorio y all estaban los psiclos no reconstruidos, bajo vigilancia severa. Haba ahora alrededor de sesenta, porque ocasionalmente traan otros de minas lejanas, cuando se rendan pacficamente. Terl estaba cautivo en otra parte. Angus se puso una mscara de oxgeno y el guardia escocs lo dej entrar. El lugar tena poca luz y los inmensos psiclos estaban sentados por ah en actitudes de desesperacin. No se acostumbraba entrar all sin estar vigilado por un guardia. Los prisioneros esperaban un contraataque psiclo y no eran demasiado colaboradores. El ingeniero escocs localiz a Ker y lo sac de su apata. Le pidi que le dijera si saba de algn equipo minero que permitiese ver a travs de objetos slidos. Ker se encogi de hombros. Angus le dijo para qu lo necesitaba y Ker se qued sentado un rato, con sus ojos ambarinos pensativos. Despus, de pronto, quiso asegurarse de para quin se necesitaba la informacin y Angus le dijo que era para Jonnie. Ker estaba haciendo girar entre sus garras una diminuta banda de oro. De pronto se puso en pie de un salto y pidi que Angus le diera una escolta y una mscara. Ker baj a los talleres y sac de un almacn una extraa mquina. Explic que se usaba para analizar la estructura interna de las muestras minerales y para encontrar grietas cristalinas dentro de los metales. Le ense a Angus a manejarla. Se pone el tubo de emanacin debajo del objeto que se va a examinar y se leen los resultados en la pantalla superior. Haba tambin un lector de papel que mostraba los metales en aleaciones o rocas. Trabajaba en una longitud de onda que l llamaba campo de emanacin de sub-protones y ste era intensificado por el tubo inferior. Los rayos pasaban por la muestra y se lean en la pantalla superior. Siendo

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un objeto psiclo, era bastante grande, y Ker se lo llev hasta el avin que esperaba. Un guardia escolt a Ker de regreso y Angus volvi a la base militar. La probaron con unos gatos que tenan y que estaban diezmando la poblacin de ratas, y los gatos parecieron despus lo bastante contentos. La pantalla mostraba muy bien el perfil del crneo. La probaron con uno de los escoceses heridos que se ofreci corno voluntario; encontraron un trozo de piedra en su mano, a causa de una herida sufrida en la mina. l tambin pareci encontrarse bien despus. Hacia las cuatro de esa tarde la usaron con Jonnie y a las cuatro y media tenan una fotografa tridimensional y un papel de sondeo. El doctor Mac Kendrick, muy aliviado, se lo seal a Angus. Un trozo de metal! Lo ve? Una astilla justo debajo del agujero del trpano. Bueno! Lo prepararemos y con un escalpelo lo sacar en seguida! Metal? se extra Angus. Escalpelo? Con Jonnie? No, seor! No se atreva a tocarlo! Vuelvo en seguida! Con el papel danzando detrs de l, Angus cargaba contra los hermanos Chamco apenas quince minutos ms tarde. Ellos trabajaban en una cpula con gas respiratorio del complejo, tratando laboriosamente de ayudar a Roberto el Zorro a poner las cosas en orden otra vez. Angus meti el papel debajo de sus slidos huesos nasales. Qu metal es se? Los Chamco lo examinaron. Daminita ferrosa dijeron. Una fuerte aleacin de soporte. Es magntica? pregunt Angus. Ellos dijeron que s, que por supuesto lo era. Hacia las seis de la tarde Angus estaba de regreso en el hospital. Tena una pesada bobina elctrica que acababa de hacer y que llevaba asas. Angus mostr a Mac Kendrick cmo guiarla, y ste resolvi cul era el mejor camino para sacar la astilla con el menor dao posible al tejido. Pocos minutos despus tenan el ancho trozo en las manos, retirado por el magneto. Ms tarde los hermanos Chamco, mediante un anlisis ms detenido, lo identificaron como un trozo de montante del patn de un avin de combate que tiene que ser muy resistente y muy liviano. Jonnie no haba estado lo bastante consciente como para contarle a nadie lo que haba hecho en el bombardero y Chrissie haba echado al historiador cuando trat de averiguarlo. De modo que era algo misteriosa la manera en que un trozo de montante pudo haberse metido en la cabeza de Jonnie. Pero fuera lo que fuese lo que le haban hecho, Chrissie estaba muy aliviada. La fiebre haba bajado, su respiracin mejoraba y tena mejor color. A la maana siguiente sali del coma, sonri un poco a Chrissie y a Mac Kendrick y cay en un sueo natural. La radio planetaria no tard en difundir la noticia. Su Jonnie estaba fuera de peligro! El gaitero mayor dispuso sus gaitas y tambores en torno al complejo, desde donde transmita la noticia a los trabajadores. Se encendieron hogueras all y en otras muchas partes del mundo y un .coordinador que se encontraba en los Andes transmiti la noticia de que algunos pueblos que haba encontrado all haban declarado que sera un da de celebracin anual y preguntaban si podan ir a rendir homenaje. Un piloto que estaba con su avin en las montaas de la Luna, en frica, tuvo que pedir ayuda a los dos coordinadores y jefes de la pequea colonia para obtener espacio para despegar, porque el campo estaba atestado de gente jubilosa.

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Los operadores de radio del complejo tuvieron que doblar los turnos para poder manejar el trfico de mensajes que llegaban como resultado del anuncio. Roberto el Zorro daba vueltas por ah sonriendo a todo el mundo.

3A medida que los das se transformaban en semanas, al Consejo compuesto originalmente por el pastor, el maestro, el historiador y Roberto el Zorro, y aumentado ahora por varios jefes de clanes que haban dejado sustitutos en Escocia se le hizo evidente que Jonnie estaba preocupado por algo. Les sonrea desde la cama y les hablaba cuando le hablaban, pero en lo profundo de sus ojos haba aburrimiento y melancola. Chrissie trataba de no dejarlos acercarse muy a menudo, y cuando lo hacan se pona algo impaciente si se quedaban demasiado. Algunos rusos y suecos estaban reconstruyendo partes de la Academia a causa de la desesperada necesidad que tenan de pilotos. Hasta que pudiera reconstruirse el antiguo Capitolio de Denver, el Consejo tena una habitacin propia en la Academia. Desde all podan ir tanto al complejo como a la base militar subterrnea, donde tenan sus dormitorios. En esta reunin particular, Roberto el Zorro caminaba arriba y abajo con su kilt flameando cada vez que giraba y su claymoresostenida por un antiguo cinturn militar sacado de la base, donde haba tambin una Smith y Wesson golpeando contra las sillas. Algo le preocupa. No es el mismo Jonnie de antes. Piensa que estamos haciendo algo mal? pregunt el jefe del clan Fearghus. No, no, no es eso dijo Roberto el Zorro. No hay el menor atisbo de crtica en l. Es slo que... parece preocupado. El pastor se aclar la garganta. Tal vez su costado tenga algo que ver con eso. No puede mover mucho su brazo derecho y tampoco puede caminar todava. Despus de todo, est acostumbrado a moverse por ah, y muy enrgicamente, adems. El muchacho pas un momento terrible, completamente solo, herido. No comprendo cmo pudo arreglarse. Y antes, todo aquel tiempo en una jaula... Ustedes estn esperando demasiado y demasiado pronto, caballeros. Es un espritu valiente y yo tengo fe,.. Podra ser la preocupacin por la posibilidad de un contraataque psiclodijo el jefe del clan Argyll. Tenemos que tranquilizarlo de alguna manera indic el jefe del clan Fearghus. El cielo sabe que estamos trabajando duro en los asuntos planetarios. Y era cierto. Aquellos que Jonnie no haba aceptado para formar parte del grupo que lo haba seguido a Amrica, haban formado la Federacin mundial para la unificacin de la raza humana. Unos doscientos escoceses jvenes y otros cincuenta, mayores, haban iniciado muy bien el trabajo. En el transcurso de dos incursiones, peligrosas pero con xito, una al lugar de una antigua universidad llamada Oxford y otra a una ruina similar en Cambridge, haban conseguido libros de lenguas y mucho material sobre otros pases. Haban estudiado dnde poda haber grupos humanos aislados, formando una unidad para cada lengua que pensaron que poda estar usndose an. La seleccin hecha estaba demostrando no ser desacertada y las manos lastimadas a causa de la frula atestiguaban la diligencia de sus estudios. Se llamaban coordinadores y estaban haciendo una contribucin vital en todas aquellas partes del mundo donde se encontraban grupos de personas.

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El clculo era que en la Tierra quedaban cerca de treinta y cinco mil seres humanos, un nmero sorprendente, que, segn lo acordado por el Consejo, era excesivo para una sola ciudad. Los grupos eran en su mayor parte de supervivientes que se haban retirado a lugares montaosos, fortalezas naturales que sus antepasados haban minado, como en el caso de las Rocosas. Pero algunos estaban en el helado norte, en el cual los psiclos no haban tenido inters, y otros eran restos que sencillamente haban pasado por alto. El deber del Consejo, tal como lo vean, era preservar las costumbres tribales y locales y el gobierno, e instalar una superestructura de un sistema de clanes, nombrando como jefes a lderes locales. Los coordinadores comunicaron las noticias y fueron muy bien recibidos. Los ajetreados pilotos transportaban jefes y visitantes y a cualquiera que consiguiera meterse en los aviones de pasajeros. Si haba demasiados viniendo o yndose, sencillamente les pedan que esperaran hasta la semana siguiente, y todos estaban de acuerdo. Pero no haba-un movimiento de progreso realmente organizado. El control local de las tribus era con frecuencia mnimo. Algunos haban conservado la capacidad de leer y escribir; otros no. La mayor parte de ellos eran pobres, estaban hambrientos y vestan harapos. El hecho increble de que despus de ms de mil aos estaban libres de los psiclos, aunque slo fuera temporalmente, los una en un sentimiento de esperanza. Alguna vez haban contemplado desde sus montaas las ruinas de ciudades que no se atrevan a visitar; haban mirado planicies frtiles y grandes rebaos que no se atrevan a aprovechar; no haban vislumbrado ninguna esperanza para su raza moribunda. Y entonces, de pronto, hombres llegados del cielo, que hablaban su lengua y les relataban las notables hazaas que haban conducido a la libertad posible, les haban llevado esperanza y un renaciente orgullo de pertenecer a su especie. Aceptaban la existencia del Consejo. Se incorporaban a l y, mediante radios colocadas sobre rocas y en cabaas, se comunicaban con l. Todos tenan una pregunta que hacer. Jonnie Mac Tyler, de quien hablaban los coordinadores, era parte del Consejo? S,*lo era. Bien, no ms preguntas. Pero el Consejo saba bien que en ese momento Jonnie no formaba parte activa del grupo. Aparte de la significacin poltica del hecho, cada miembro estaba personalmente preocupado por Jonnie. En el mundo sucedan todo tipo de cosas y la mayor parte de las acciones se realizaban sin siquiera informar al Consejo. La gente se mova. Un grupo de sudamericanos, con sus pantalones amplios y los chatos sombreros de cuero, balanceando sus lazos y cabalgando casi tan bien como el propio Jonnie, haban aparecido de pronto por una llanura con sus mujeres, sus lazos y sus sillas y haban dicho, a travs del coordinador, que hablaba castellano, que eran llaneros o gauchos, que conocan el ganado (aunque tenan que descubrir todava qu hacer con los bfalos) y que tomaban a su cargo la conduccin de los grandes rebaos, para preservarlos y asegurarse de que se alimentaba bien a la gente del complejo. Haban aparecido dos italianos de los Alpes y se haban hecho cargo del economato despus de congraciarse con las ancianas. Llegaron tambin cinco suizos alemanes, que abrieron una factora en Denver para salvar y reparar equipos tales como cuchillos y herramientas, cualquier cosa: uno la enviaba, ellos la pulan y arreglaban y la enviaban de regreso. Esto agreg una lnea de transporte al trabajo, ya excesivo, de los pilotos. Aparecieron tres vascos que comenzaron sencillamente a hacer zapatos. El problema era que los coordinadores haban omitido el estudio de su lengua y los zapateros estaban aprendiendo ingls y psiclo, mientras

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transformaban en zapatos los cueros que los sudamericanos les proporcionaban. Llegaron muchos otros. Todo el mundo quera ayudar y ayudaba. No hay manera de controlarlo dijo Roberto el Zorro a Jonnie un da, en la habitacin del hospital. Jonnie se limit a esbozar una pequea sonrisa e inquiri: Por qu controlarlos? El historiador, aparte del relato de Jonnie sobre lo sucedido en el bombardero, demasiado esquemtico como para poder llamarse historia, estaba atascado reuniendo historias tribales de los ltimos mil aos. Los coordinadores le enviaban todo tipo de documentos, y l ni siquiera tena tiempo para ponerlos en orden. Algunos chinos de ojos serios, de constancia montaesa, se haban presentado a ayudarle y estaban estudiando frenticamente ingls, pero todava no resultaban demasiado tiles. Al comienzo pareci que la lengua sera un obstculo. Pero pronto result claro que la persona educada del futuro hablara tres lenguas: el psiclo para cuestiones tcnicas; el ingls para el arte, las humanidades y el gobierno; y su propia lengua tribal, caso de que no fuera de habla inglesa. Los pilotos conversaban entre s en psiclo. Todo su equipo estaba en psiclo, as como los manuales de capacitacin. Hubo muchas protestas por tener que hablar el lenguaje de los odiados psiclos hasta que el historiador descubri que el psiclo, como lengua, era en realidad un compuesto de palabras y descubrimientos tcnicos robados de otros pueblos del universo, y que jams haba habido un lenguaje base llamado psiclo. La gente se alegr de ello y a partir de all lo aprendieron con ms entusiasmo, aunque les gustaba llamarlo tecno. El pastor tena sus propios problemas. Tena entre manos unas cuarenta religiones distintas, con una cosa en comn: los mitos de la conquista, alrededor de mil aos atrs, o ms. Por lo dems, eran completamente diferentes. Era visitado por brujos, mdicos y sacerdotes. Conoca muy bien las guerras que podan surgir a causa de las diferentes confesiones y no iba a evangelizarlos. El nombre quera paz. Les explic que el hombre, estando internamente dividido y en lucha, haba avanzado demasiado lentamente como cultura, quedando as muy expuesto a una invasin cualquiera. Todos estuvieron de acuerdo en que el hombre no deba estar en guerra con el hombre. En cuanto a los mitos..., bueno, ahora saban la verdad. Estaban contentos de abandonarlos. Pero en cuanto al problema de cules eran los dioses y los demonios vlidos..., bueno... Por el momento el pastor haba conseguido manejar todo el asunto. No estaba dispuesto a alterar ninguna creencia. Todas las tribus queran saber cul era la religin de Jonnie Mac Tyler. Bueno, en realidad no tena ninguna religin, les dijo el pastor. Era simplemente Jonnie Mac Tyler. Instantneamente y sin excepcin, Jonnie Mac Tyler pas a formar parte de sus religiones. Y as estaban las cosas. Pero Jonnie yaca algo apagado, poniendo diariamente a prueba la persuasin de Chrissie y de Mac Kendrick, que procuraban convencerlo de que caminara y usara su brazo. Y cuando el pastor trat de decirle que estaba introducindose en el panten de unas cuarenta religiones, no dijo nada. Estaba echado all, sin demostrar demasiada vitalidad o inters. El Consejo lo estaba pasando muy mal.

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Yaca despierto a medias en su cama, sin poner ningn inters. El secreto que haba detrs del letargo de Jonnie era el sentimiento de que haba fracasado. Tal vez las bombas no haban llegado a Psiclo. Tal vez todo esto fuera un breve interludio de paz para el hombre. Tal vez muy pronto las hermosas praderas de este planeta volveran a serle negadas al hombre. Y aun si las bombas haban llegado y Psiclo ya no constitua una amenaza, haba odo hablar de otras razas del universo, razas salvajes tan despiadadas como los psiclos. Cmo podra defenderse contra ellas este planeta? Esto lo persegua cada vez que se despertaba e invada sus sueos. Ahora la gente pareca tan feliz e industriosa, tan renacida... Qu crueldad si slo resultaba ser un breve interludio! Qu desastre para todos! Hoy sera simplemente otro da. Se levantara y el asistente ruso le traera su desayuno y ayudara a Chrissie a arreglar la habitacin. Despus llegara Mac Kendrick, le hara ejercitar el brazo y l procurara caminar un poco. Algo as como que en realidad no haba nada mal, sino que tena que aprender a hacerlo otra vez. Despus llegaran sir Roberto o el pastor y se sentaran un rato, incmodos, hasta que Chrissie los echara. Unas pocas acciones rutinarias ms y habra pasado otro da. Su fracaso lo oprima. Vea con mayor claridad que ellos lo cruel que sera la cada si se produca un contraataque psiclo. Cuando vea una cara alegre, se senta un poco culpable pensando en lo pronto que podra transformarse la alegra en dolor. Haba hecho al historiador, doctor Mac Dermott, un esbozo descolorido de la destruccin del bombardero, siempre desde el punto de vista de lo que se poda o no se poda hacer caso de que apareciera otro, y el doctor Mac haba supuesto que se guardaba muchas cosas, pero Chrissie lo haba echado. Chrissie acababa de lavarle la cara y l estaba sentado frente a una mesilla con ruedas, cuando advirti que algo extrao suceda con el asistente ruso. En realidad no despert completamente el inters de Jonnie, porque siempre haba escoceses guardando el corredor exterior contra posibles intrusos o perturbaciones. Era una guardia contra la cual al principio haba protestado, pero haba terminado por aceptar despus, al ver lo alterados que quedaban todos con su negativa. Haca dos semanas que Jonnie no vea a este ruso en especial, porque otros haban estado ocupando su lugar. En una ocasin este ruso haba entrado con un ojo negro y una sonrisa triunfante en la cara. Cuando la interrog, Chrissie le explic que a veces los rusos se peleaban entre s por el derecho a servirle. Bueno, este tipo tena el aspecto de poder ganar cualquier batalla. Tan alto como Jonnie, fornido y con ojos ligeramente rasgados, se vesta con unos pantalones muy anchos y una tnica blanca y era muy imponente con su airoso bigote negro sobresaliendo de ambos lados de su gran nariz. Inevitablemente, su nombre era Ivn. Despus de servirle el desayuno, haba retrocedido tomando la ms rgida actitud de firme que Jonnie haba visto nunca. Un coordinador se desliz por la puerta, seguido por el centinela escocs, que protestaba y se prometa enviar a buscar a sir Roberto por un mensajero en el mismo momento en que se cerrara la puerta. Jonnie mir inquisitivamente al ruso. ste hizo una reverencia, doblndose desde las caderas y luego se enderez, mirando rgidamente al frente. Cmo est usted, Jonnie Tyler, seor? pregunt con un acento muy pronunciado. Y no continu. Jonnie sigui comiendo la avena y la crema. Cmo est usted? dijo, indiferente.

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El ruso se qued all. Despus dirigi una mirada suplicante al coordinador escocs. Es todo el ingls que sabe, Jonnie, seor. Tiene algunas noticias y un presente para usted. Chrissie, con una escoba en la mano y su cabello color de trigo atado en un moo con una tira de piel de ante, se encoleriz ante esta violacin de las reglas de presentacin adecuadas. Daba la impresin de estar a punto de pegarles con la escoba. Jonnie le hizo un gesto para que se quedara quieta. Estaba ligeramente interesado. El ruso era imponente y pareca a punto de reventar con lo que tena que decir. Ivn pronunci una larga perorata en ruso, que el coordinador tradujo: Dice que es el coronel Ivn Smolensk, del Hind Kush... (eso es en las montaas del Himalaya). Desciende de un destacamento del ejrcito rojo que qued aislado all y se cas en la regin; hay alrededor de diez grupos en el Himalaya; algunos hablan ruso, otros el dialecto afgano. En realidad no son unidades militares. Para ellos, la palabra coronel significa padre. En realidad son cosacos. El ruso pens que la explicacin se prolongaba demasiado..., era ms de lo que haba dicho. De modo que larg otra arenga. El coordinador aclar un par de cuestiones y se volvi hacia Jonnie. Esto es muy irregular dijo Chrissie, con sus ojos negros echando chispas. El coordinador ya le tena miedo a Chrissie y Jonnie tuvo que pedirle que siguiera. Parece que cuando descubrieron que podan viajar... las estepas son inmensas... una tropa, que es el nombre para la unidad familiar, se fue a los montes Urales. Se comunicaron con l por radio (parece que cualquiera puede usar una radio) y le dieron algunas noticias. Nuestro coordinador all les haba hablado de esta base y esa tropa, por alguna razn, pens que lo que haba all poda ser una base rusa. Regresaron, llamaron por radio a Ivn y ste se fue (cualquiera puede nacer un viaje en avin; recorren las diversas tribus una vez por semana), y segn dice cabalg como el viento en sus veloces caballos y fue a controlar personalmente y acaba de regresar y quiere informarle. Debera informar al Consejo! dijo Chrissie. Jonnie no est en condiciones de conceder eso que llaman audiencias! El ruso solt otra perorata. Tmidamente, el coordinador tradujo (no le gustaba enfadar a Chrissie, porque era una mujer tan hermosa y, adems, una celebridad por derecho propio). Hay una base. Es tan grande como sta y tambin est llena de bombas atmicas y maquinaria y muertos. Jonnie estaba vagamente interesado. Poda servirles de refugio si se produca un contraataque. Bueno: dgales que eso est muy bien y por qu no limpiarla y usarla. Hubo un breve intercambio de palabras entre el coordinador y el ruso y despus, demonios, el ruso pareca dispuesto a demoler las paredes! Entr Roberto el Zorro, sin aliento a causa de las prisas, desaprobando el hecho de que alguien molestara a Jonnie y se saltara -los canales apropiados. Pero se detuvo. Jonnie pareca interesado. No mucho, pero s ms interesado de lo que Roberto lo haba visto ltimamente. El veterano se apoy contra la pared e hizo seas al coordinador de que continuara. El coordinador se senta abrumado. Estaba bastante habituado a tratar con jefes y notables de las tribus, pero aqu estaba en compaa de tres de los ms

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importantes nombres del planeta, en especial el seor Jonnie. Pero el coronel Ivn estaba prcticamente pateando en su ansiedad por verse traducido. Dice que eso es lo que ha arruinado a la raza humana. Dice que el valiente ejrcito rojo, tratando de luchar contra el belicismo capitalista-imperialista (para l son slo palabras, seor, no tiene opinin poltica), tena su atencin fija en ellos y no cooperaron cuando lleg el invasor, y dice que mientras tanto se producen y se producirn guerras tribales, que son contrarias al bienestar de la gente. Dice que est de parte de la gente de la Tierra, y que lo que pas fue que la gente no se uni, sino que se combatieron y que eso no debe suceder otra vez. Es muy insistente, seor Jonnie, y dice que las otras tribus rusas tambin comparten esta opinin. Jonnie apart la bandeja y el ruso, recordando sbitamente su deber, la levant. Dej escapar otra larga perorata en ruso. El coordinador sac algunos papeles. Han conservado la lengua escrita, seor, y l y algunos de los jefes han escrito algunos papeles..., no tienen mucho papel, de modo que excuse la condicin en que est... Creo que lo encontraron en esa base... y quieren saber si est de acuerdo. Jonnie mir cansado hacia Roberto el Zorro. ste es asunto del Consejo. Los jefes del Himalaya son miembros del Consejo. El ruso pareci adivinar lo que estaba diciendo y habl un poco ms. Dice que no explic el coordinador. Que el Consejo est aqu, en este continente y la base all, en el otro continente. Dice que hay silos de armas nucleares apuntando hacia este continente, que han estado as durante mil aos. Y no desea que nada le suceda a usted, seor Jonnie. De modo que desea que una fuerza de sudamericanos y lapones (sabe que casi no quedan norteamericanos) se haga cargo de esa base, bajo su autoridad. Dice que si los rusos se hacen cargo de esta base, no dispararn contra Rusia y que si la gente de este continente se hace cargo de aquella base no dispararn hacia aqu. Lo tienen todo pensado, seor. Est todo aqu. Lo planearon en Rusia. Si usted dice que bueno y pone aqu una pequea inicial... Roberto el Zorro observaba a Jonnie. Era la primera cosa en la que lo vea aunque fuese ligeramente interesado. Roberto saba que probablemente el Consejo estuviera de acuerdo. Vio que Jonnie lo miraba. Asinti. Jonnie cogi la pluma que le ofrecan y puso sus iniciales en el papel. El ruso pareci a punto de desinflarse a causa del alivio. Despus dirigi algunas excitadas palabras al coordinador, que dijo: Ahora tiene un regalo para usted. Ivn dej la bandeja y meti la mano en el bolsillo de su tnica. Sac un disco de oro con una gran estrella roja en el centro y dos insignias de solapa. Se las dio a Jonnie, esperando que aceptara. El coordinador dijo: se es el adorno de la gorra que encontraron en el cadver del mariscal del ejrcito rojo que estaba a cargo de esa base y aqullas son las insignias de solapa. Desea que usted sepa que ahora son suyos. Y que usted est a cargo de ambas bases. Jonnie sonri levemente; el ruso lo bes apresuradamente en las mejillas y sali. Roberto el Zorro tena los papeles y Chrissie guard los regalos en el bolsillo de piel de Jonnie.

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Si esto hubiera sucedido hace unos mil aos dijo Roberto el Zorro, tal vez las cosas hubieran sido distintas. Chrissie lo instaba a irse, porque Jonnie pareca cansado. El Consejo organizar esto. Puede haber materiales vitales en esa base. Pueden hacerla limpiar y ponerle filtros dijo Jonnie. Podra ayudarlos si vuelve un bombardero de gas. Cuando lleg el doctor Mac Kendrick para hacerle ejercitar el brazo y obligarlo a caminar, le dijo a Jonnie que haba progresado. Jonnie lo alarm. No he progresado lo suficiente! exclam con amargura. Despus de todo, es posible que no haya sido tan listo.

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Parte 2Terl estaba sentado melanclicamente en su oscuro agujero. No estaba con los otros psiclos, porque lo hubieran hecho pedazos. Estaba en un cubculo que alguna vez se haba usado para guardar los utensilios de limpieza de los dormitorios. Haban montado all un sistema de circulacin de gas respiratorio y contena una cama estrecha, de doce pies de largo. Tambin haban practicado una pequea puerta para pasar la comida. Ms all de la ventana de batientes se poda ver el corredor exterior y del lado de adentro de la puerta haba un intercomunicador. El lugar era bastante fuerte. Ya haba probado todos los medios de abrirlo y huir. No estaba encadenado, pero a toda hora del da y de la noche haba afuera un centinela con un rifle de asalto. En realidad todo era culpa de las hembras, las del animal y Chirk. Su percepcin retrospectiva era algo frgil; no as su conviccin de estar en lo cierto. Siempre un maestro en el arte del autoengao, Terl lo probaba de sobra en esos das. Cuando comparaba su suerte actual con el hermoso sueo de riqueza y podero en Psiclo respetado por la realeza y temido por todos los dems, se estremeca de rabia reprimida. Esos animales le estaban negando lo que le corresponda! Estaba absolutamente seguro de que diez hermosas tapas de atad yacan en el cementerio de la compaa, en Psiclo. La deliciosa idea de deslizarse all alguna noche oscura para exhumarlos slo era superada por la idea de la riqueza y el poder que seguiran, Haba sido amigo de estos animales. Y cmo lo haban tratado? Lo haban puesto-en el armario de las fregonas! Pero Terl era sobre todo listo. Se levant ahora y empez a pensar intensamente y con brillantez. Ahora era el momento de demostrar que era tranquilo y fro. Llegara a Psiclo. Conseguira que estos animales y este planeta fueran destruidos, finalmente y para siempre. Desenterrara esos atades. Se inclinaran ante l y le tendran miedo. Nada deba interponerse en su camino! Empez a revisar los restos de medios que posea. En primer lugar, por supuesto, estaba el hecho de que su inteligencia era su mejor capital; en cuanto a eso, estaba de acuerdo. En segundo lugar, estaba casi seguro de que el primer animal que haba atrapado haba olvidado que en aquella jaula quedaba enterrada una poderosa carga de explosivos. En tercer lugar, haba habido tres controles remotos: uno estaba todava en su oficina, otro haba sido cogido, pero el tercero estaba en la parte inferior de la jaula, junto a la puerta, donde lo haba puesto por si quedaba atrapado dentro. Ese tercer control le hubiera permitido volar a las hembras o cortar el fluido de los barrotes, y estaba seguro de que no lo haban encontrado. El cuarto medio de influencia era bastante grande, y el quinto, gigantesco. Ventaja! Sentado all, en la semioscuridad, pens y pens. Y despus de varios das, supo que lo tena. Cada punto de su tortuoso plan estaba perfectamente orientado, perfectamente concebido, y listo para ponerse en marcha.

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El primer paso era conseguir que lo pusieran en esa jaula. Bien! Lo hara. As fue como un Terl muy correcto, muy bien dispuesto, observ una maana que los centinelas ya no usaban kilts. Mirando a travs de los batientes del ventanuco por el que le pasaban la comida, ocult cuidadosamente su excitacin. Midi la criatura. Tena pantalones largos, botas con correas y una insignia con una media ala en el pecho. Terl poda ser un graduado con honores de las escuelas de la compaa, pero no era un lingista; eso formaba parte de las artes, y qu psiclo que se respetase se meta con eso? De modo que all tena que entrar un elemento de suerte. Qu significa esa media ala? pregunt Terl en psiclo a travs del intercomunicador instalado en la puerta. El centinela pareci algo sorprendido. Bien, pens Terl. Hubiera dicho que tena que haber dos alas dijo Terl. Eso es para un piloto completo aclar el centinela. Yo soy slo un estudiante. Pero algn da tendr las dos alas! Terl dej de lado su conviccin de que era imposible entender a los animales. Si bien su arrogancia exiga que no los comprendiera, la necesidad solicitaba su comprensin. Esta cosa hablaba psiclo. Con acento chinko, como poda esperarse, pero psiclo. Estoy seguro de que se ganar las alas repuso Terl. Debo decir que su psiclo es excelente! Sin embargo, debera practicar un poco ms. Hablar con un verdadero psiclo lo ayudara. El centinela se ilumin. De pronto comprendi que eso era absolutamente cierto. Y all tena un verdadero psiclo. Nunca haba hablado con ninguno. Era una novedad. De modo que le dijo a Terl quin era, porque resultaba un tema sencillo. Dijo que era Lars Thorenson, y formaba parte del contingente sueco que haba llegado unos meses atrs para entrenarse como pilotos. No comparta la aversin de algunos de los escoceses por los psiclos, porque su pueblo, en el rtico, no haba tenido contacto previo con ellos. Pens que tal vez los escoceses exageraran un poco. Y ya que estaban en eso, era piloto Terl? Oh, s! dijo Terl, y era verdad. Terl era un maestro en todo tipo de vuelo, tcticas de combate y proezas, como por ejemplo descender en picado a pozos de cinco millas de profundidad para recoger una maquina en peligro. El centinela se haba acercado ms. El vuelo era algo muy querido para l y aqu haba un maestro. Dijo que su mejor piloto era Jonnie. Lo conoca Terl? Oh, s! Terl no slo lo conoca, sino que en los viejos tiempos, antes de que se produjera un malentendido, l mismo le haba enseado algunos trucos, y sa era la razn de que fuese tan buen piloto. En realidad, una criatura magnfica. Terl haba sido su amigo ms fiel. Terl estaba regocijado. stos eran cadetes que hacan guardias adems de su instruccin para aliviar la considerable carga que significaban para el personal regular. Durante varios das, cada maana, Lars Thorenson mejor su conocimiento del psiclo y aprendi los detalles del vuelo de combate. De boca de un maestro que en un tiempo fue amigo de Jonnie. Era totalmente inconsciente del hecho de que si pona en marcha algunos de estos trucos, perdera la pelea ms elemental y ms tarde otros tendran que sacarle de encima esas tonteras antes de que se hiciera matar. Terl saba bien que esta broma era arriesgada, pero no poda resistirse. Terl corrigi el psiclo del centinela hasta cierto punto. Y despus, una maana, dijo que l mismo necesitaba clarificar el significado de ciertas palabras y que necesitaban un diccionario. Haba montones de diccionarios, de modo que a la maana siguiente el centinela le dio uno.

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Con alegra considerable, Terl se puso a trabajar con el diccionario cuando el centinela no estaba de servicio. En la lengua compuesta llamada psiclo haba muchas palabras que los psiclos no usaban nunca. Se haban introducido en la lengua provenientes de otras, como el chinko. Los psiclos nunca las usaban porque en verdad no conseguan aprehender su sentido conceptual. De modo que Terl busc palabras y expresiones para decir enmendar errores, culpa, restitucin, falta personal, piedad, crueldad, justo y rectificar. Saba que existan como tales palabras y que las razas extranjeras las usaban. Era un trabajo sumamente duro y ms tarde considerara sta como la parte ms dificultosa de todo el proyecto. Era todo tan extranjero, tan absolutamente ajeno! Pronto Terl se consider preparado para pasar al siguiente estadio. Sabe? le dijo una maana al centinela. Me siento muy culpable por haber puesto a Jonnie en una jaula. En realidad, he estado anhelando enmendar mis errores. Fue un fallo personal mo someterlo a semejante crueldad. Y deseo con todo mi corazn rectificar. Estoy abrumado por la culpa y lo compadezco por lo que hice. Y sera justo si hiciese penitencia por todo ello sufriendo en una jaula tal como sufri l. Decir todo eso hizo sudar a Terl, pero esto sirvi para que su aspecto fuera ms contrito. El centinela haba cogido el hbito de grabar sus conversaciones, porque despus las estudiaba y correga su pronunciacin, y como haba muchas de estas palabras que jams haba escuchado en psiclo, se alegr de tenerlo todo en un disco. Terl tambin estaba contento. Haba sido una actuacin atormentadora! Como tena la tarde libre, el centinela decidi que lo mejor que poda hacer era informar al oficial a cargo del complejo. Haba un nuevo comandante, un Argyll, muy conocido por su habilidad en las incursiones de los primeros das y muy experimentado..., pero no en Amrica. La facilidad con la que una bala radiactiva poda volar a un psiclo le haba inspirado un poco de desprecio por ellos en su estado actual. Y adems tena un problema. Literalmente multitudes de todo el mundo bajaban de los aviones y hacan giras por el complejo. Los coordinadores los guiaban y sealaban dnde haba sucedido esto y dnde aquello. Multicolores y con muchas lenguas, resultaban una molestia. Y prcticamente todos deseaban que se les mostrase un psiclo. La mayor parte nunca haba visto ninguno, pese a que los haban oprimido durante siglos. Algunos jefes y dignatarios importantes tenan suficiente influencia en el Consejo como para que les dieran permisos especiales. Esto significaba guardias adicionales que el complejo no tena; significaba tener que llevar gente a los dormitorios, donde no deban estar; significaba en realidad un peligro para ellos porque algunos de esos psiclos no estaban reconstituidos. De modo que el comandante jug con esta idea. Sali y mir la jaula. Evidentemente, poda alambrarse de hecho, estaba alambrada con mucho voltaje en los barrotes. Si se pusiera un protector delante de modo que la gente no tocara los barrotes y se lastimara, quedara libre de esas estpidas giras a los dormitorios. Adems, tener un mono en una jaula le atraa. Resultara beneficioso para la moral. Y sera un atractivo adicional. Poda comprender que alguien deseara rectificar y enmendarse. De modo que lo mencion esquemticamente en la reunin del Consejo. Estaban muy ocupados, tenan la cabeza en otra cosa y l omiti decir que se trataba de Terl. Los tcnicos hicieron una revisin para asegurarse de que la alambrada funcionaba y poda cerrarse fcilmente desde afuera, donde haban ajustado a un

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pilar las conexiones y la caja, y que se eriga una barrera para evitar que la gente se electrocutase. Fue un Terl muy regocijado pero cuidadosamente humilde el que una fuerte guardia escolt y encerr en la antigua jaula de Jonnie y las muchachas. Ah, otra vez el cielo! exclam Terl (odiaba el cielo de la Tierra como a gas venenoso) . Pero no debo complacerme en l. Es justo que sea confinado aqu, expuesto a las miradas del pblico, al ridculo haba buscado nuevas palabras y a la burla. Lo tengo merecido! De modo que Terl se puso a cumplir con su deber muy honestamente. Llegaban las multitudes y l adoptaba un aspecto feroz y daba saltos, mirndolos con ira a travs de su mscara respiratoria y haciendo chillar y apartarse a los nios. Haba odo hablar de los gorilas, unas bestias de frica, y tambin que se golpeaban el pecho, de modo que se golpeaba el pecho. Fue un verdadero xito. Llegaban las multitudes, vean un verdadero psiclo, incluso le arrojaban cosas. Haban odo decir que haba tenido a Jonnie con collar y un da el joven Lars lo visit y le dijo, a travs de los barrotes, que la gente deseaba saber dnde estaba el collar. Terl pens que era una gran idea. Un par de das ms tarde, cinco guardias .entraron y pusieron un pesado collar de hierro y una cadena a Terl, atndolo a la vieja estaca. El comandante del complejo estaba encantado. Pero dijo a los guardias que si Terl daba muestras de querer escapar, deban acribillarlo. Mientras haca cabriolas y adoptaba poses, los huesos bucales de Terl esbozaban una sonrisa muy personal. Se paseaba y ruga. Sus planes estaban saliendo perfectamente.

2Jonnie arroj el libro y apart su almuerzo, sin haberlo tocado. El guardia que haba en la puerta mir a travs del vidrio, sbitamente alerta. El coronel Ivn profiri una respuesta automtica, listo para el combate. Haba sonado como una granada. No tiene sentido se dijo Jonnie. No tiene sentido! Los otros, viendo que no se trataba de una emergencia, se relajaron. El centinela regres a su posicin habitual y el coronel sigui limpiando los azulejos blancos. Pero Chrissie sigui alarmada. La irritacin era algo casi desconocido en Jonnie, y haca varios das, desde que haba comenzado a dedicarse exclusivamente a estudiar libros parecan libros psiclo, aunque ella no saba leer, haba ido empeorando. El almuerzo intacto la preocupaba. Era estofado de venado con hierbas, guisado especialmente para l por la ta Ellen. Semanas atrs sta se haba precipitado sobre la base para darle una bienvenida alegre y aliviada y para decirle que, aunque los temores que le haba inspirado haban estado a punto de hacerse realidad, all estaba l, vivo. Se haba quedado por all, deleitada, hasta que de pronto vio lo que le daban de comer. La vieja aldea estaba a pocas millas del paso y la ta Ellen o un muchachito que montaba uno de los caballos dejados por Jonnie le llevaban rutinariamente sus platos favoritos, para que los calentaran y se los sirvieran en el hospital. Por lo general, el chico o la ta Ellen esperaban a que le

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devolvieran los utensilios, y cuando la ta Ellen viera que la comida no haba sido tocada, se sentira mal. Chrissie decidi hacer que el centinela comiera un poco e incluso tragar ella misma unos trozos. No sera corts devolver un estofado de venado intacto. Si hubiera podido caminar fcilmente, Jonnie se hubiera acercado al libro y lo hubiera pateado. Normalmente, senta un inmenso respeto por los libros, pero no por ste. Haba varios textos, todos sobre matemticas del teletransporte. Parecan incomprensibles. La aritmtica psiclo ya era bastante mala. Jonnie supona que como los psiclos tenan seis garras en su pata derecha y cinco en la izquierda, tenan que elegir como base el once. Todas sus matemticas se estructuraban en torno al nmero once. A Jonnie le haban dicho que las matemticas humanas empleaban un sistema decimal, que implicaba al diez como base. No lo saba. Slo saba matemticas psiclo. Pero estas matemticas del teletransporte estaban por encima de la aritmtica psiclo normal. El libro que acababa de tirar haba comenzado a producirle dolor de cabeza y en esos das casi no tena dolores de cabeza. El libro se llamaba Principios elementales de ecuaciones de teletransporte integral. Y si eso era elemental, que le dieran algo complicado! En todo esto, nada coincida con nada! Empuj la mesilla con ruedas y se puso en pie, tembloroso, apoyndose en la cama con la mano izquierda. Voy a salir de aqu! indic con voz decidida. No tiene sentido esperar que el cielo caiga sobre nosotros! Dnde est mi camisa? Esto era algo nuevo. El coronel se acerc para ayudar a Jonnie y ste lo apart. Poda valerse solo. Chrissie empez a dar vueltas, desconcertada, y abri tres o cuatro cajones equivocados. El coronel cogi un puado de bastones surtidos que haba en el rincn y tir la mitad al suelo. El centinela, a quien le haban ordenado informar de cualquier cosa no habitual a Roberto el Zorro, se puso al habla en seguida. Jonnie cogi un bastn tipo clava. Mac Kendrick lo haba hecho practicar con un montn de bastones distintos. Era difcil, porque tanto su brazo como su pierna derechas estaban igualmente intiles y llevar un bastn en la mano izquierda y saltar sobre la pierna izquierda no resultaba muy bien. La clava haba sido trada como regalo por un jefe de frica que no saba que Jonnie estaba baldado. La madera negra estaba bellamente tallada; las usaban como armas arrojadizas y tambin como bastones. Tena tambin un mango muy cmodo. Jonnie fue cojeando hasta el escritorio, se sent en l y se quit la ropa del hospital militar. Chrissie haba encontrado tres camisas de piel de ante y un sentimiento perverso hizo que Jonnie eligiera la ms vieja y manchada. Se la puso por la cabeza y dej que ella atara los lazos por delante. Se meti en unos pantalones de ante y Chrissie lo ayud a ponerse un par de mocasines. Luch con un cajn y lo abri. Uno de los zapateros le haba hecho una pistolera para la mano izquierda y haba colocado la vieja hebilla de cinturn de oro a un cinturn ms ancho. Se puso todo eso encima de la camisa. La pistolera tena una Smith y Wesson con balas radiactivas; l la sac y volvi a ponerla en el cajn, de donde sac un pequeo revlver explosivo. Se asegur de que estuviese cargado y lo coloc en la pistolera. Ante la mirada extraada del coronel, Jonnie dijo: Hoy no voy a matar ningn psiclo. Estaba ocupado metiendo su mano derecha dentro del cinturn para sacarla del camino (el brazo tena tendencia a colgar) cuando se produjo un tumulto en el corredor.

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Jonnie estaba preparando su salida, de modo que le prest poca atencin. Seran Roberto el Zorro o el pastor precipitndose sobre l para aturdirlo con los asuntos del Consejo. Pero no era as. La puerta se abri de golpe y el oficial de da, un enorme escocs de mediana edad con kilt y claymore, llamado capitn Mac Duff, entr a toda prisa. Seor Jonnie! dijo Mac Duff. Jonnie tena la clara impresin de que objetaban que se fuera y estaba a punto de mostrarse descorts cuando el capitn barbot el resto del mensaje. Seor Jonnie, usted envi a buscar a un psiclo? Jonnie estaba buscando una gorra de piel. Para esas operaciones le haban afeitado la cabeza y sin gorra se senta como un puma chamuscado. Despus, lo sorprendi la magnitud del asunto. Cogi la clava y se adelant inseguro, espiando por la puerta. All estaba Ker! Bajo las luces violentas de las lmparas de minero, pareca una criatura muy deteriorada. La pelambre de Ker estaba desordenada y mugrienta; sus colmillos, vistos a travs de la mscara, estaban amarillos y manchados; la tnica estaba desgarrada de un lado, tena slo una bota y no llevaba gorra. Hasta sus huesos auditivos parecan desordenados. Le haban puesto cuatro cadenas y haba un soldado en cada uno de los extremos. Pareca excesivo para ponerle al psiclo enano. Pobre Ker!exclam Jonnie. Usted lo mand a buscar, seor Jonnie? pregunt el capitn Mac Duff. Triganlo dijo Jonnie, apoyndose contra el escritorio. Senta compasin mezclada con cierto regocijo. Le parece prudente? inquiri Mac Duff, pero l hizo seas de que obedecieran. Jonnie dijo a los soldados que soltaran las cadenas y se fueran. Haba otros cuatro soldados que no haba visto antes, que apuntaban a Ker con rifles de asalto. Les dijo a todos que se fueran. El coronel estaba sofocadsimo. Chrissie frunci la nariz. Qu hedor! Tendra que limpiar y airear todo el lugar! Nadie quera irse. Jonnie vio la mirada suplicante que le diriga Ker a travs de la mscara. Hizo seas de que salieran todos y cerraron la puerta con gran repugnancia. Tuve que mentirdijo Ker. Tena que verte, Jonnie. Se ve que ltimamente no te has peinado not Jonnie. Es que me han metido en un caldero del diablo refiri Ker. Estoy medio loco estos das. Ca desde ser su planetaridad a ser pura mierda, Jonnie. Slo tengo un camarada y se eres t, Jonnie. No s cmo o por qu te has introducido aqu, pero... Se trata de esto! Y Ker meti una pata sucia dentro de su camisa rota, descartando el hecho de que si Jonnie hubiera estado ms nervioso, le hubiese disparado. Jonnie poda desenfundar con la mano izquierda, si bien con cierta lentitud. Pero Jonnie conoca a Ker. Frente a los ojos de Jonnie haba un billete de banco. Lo tom con cierta curiosidad. Slo los haba visto a distancia en manos de psiclos que pagaban los salarios y jams haba tenido uno en la mano. Saba que eran un smbolo bsico de intercambio y tenan gran valor. Tena unas seis pulgadas de ancho y un pie de largo. El papel era algo spero, pero pareca resplandecer. Uno de los lados era azul y el otro naranja. Tena un dibujo de una nebulosa y un gran estallido estelar. Pero lo notable era que estaba escrito en lo que deban ser treinta lenguas distintas: treinta sistemas numricos, treinta tipos distintos de rotulado... Ah, uno de ellos era psiclo! Jonnie saba leerlo.

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Ley: El Banco Galctico y Cien crditos galcticos y Orden de pago garantizada para toda transaccin y Los falsificadores sern vaporizados y tambin Intercambiable previa presentacin en el Banco Galctico. Del lado azul tena el retrato de alguien o algo. Pareca un humanoide o tal vez fuera un tolnepa, aquello con lo cual haban confundido a Dunneldeen o quiz..., quin sabe? La cara era muy digna, la imagen misma de la integridad. Del otro lado tena un dibujo del mismo tamao de un edificio imponente con innumerables arcadas. Todo eso era muy interesante, pero Jonnie haba decidido hacer otras cosas ese da. Se lo devolvi a Ker y empez otra vez a buscar su gorra. La cabeza afeitada lo haca sentirse algo incmodo. Ker pareci algo molesto. Son cien crditos! dijo Ker. No es un banco psiclo. Los psiclos y todos los dems usan estos billetes. No es falsificado, yo puedo asegurarlo! Ves cmo resplandece? Y estas pequeas lneas delgadas aqu, en torno a la firma... Ests tratando de sobornarme o algo as? dijo Jonnie, descartando la gorra que haba encontrado y buscando en su lugar un pauelo de color. Claro que no! dijo Ker. Mira, este dinero no me sirve ahora, Jonnie. Mira! Jonnie se acomod mejor contra el borde del escritorio y obedeci. Ker, con una mirada hacia la puerta para asegurarse de que le daba la espalda y que slo poda verlo Jonnie, apart dramticamente sus solapas y abri la rasgada tnica. Haba una marca en su pecho. Las tres barras de la justicia dijo Ker. La marca de los criminales. Me parece que no es nuevo para ti el hecho de que yo fuera un criminal. Es una de las cosas con las que me amenazaba Terl. Por eso senta que poda confiar en m para andar por ah y ensearte. Si me hicieran regresar a Psiclo y se descubriera que tena papeles falsos y un empleo falso, me vaporizaran. Si Psiclo recapturara este lugar, pensaran que los que hemos quedado vivos somos renegados, nos examinaran y encontraran esto. Mis papeles son falsos. No te abrumar con mi nombre verdadero; al no conocerlo, no te castigarn como cmplice. Comprendes? Jonnie no comprenda, sobre todo teniendo en cuenta que los psiclos lo mataran en cuanto lo vieran sin preocuparse por ninguna complicidad. Asinti. Todo esto no llevaba a ninguna parte. Dnde haba puesto Chrissie los pauelos que encontraron? Y si adems me encontraran encima dos mil millones de crditos galcticos, habra una vaporizacin lenta! dijo Ker. Dos mil millones? S, bueno, segn pareca, el viejo Numph haba estado estafando a la compaa durante los treinta aos de servicio all. Son cosas que ni siquiera Terl descubri, como comisiones de las mujeres de administracin, como precios dobles para el kerbango; tal vez incluso vendi metal a extranjeros que los recogan en naves espaciales..., quin sabe? Pero Numph dorma con cuatro colchones y a Ker le pareci curioso que crujieran tanto y a l le gustaba dormir con uno solo, de modo que desgarr uno y all estaba. Dnde? pregunt Jonnie. En el vestbulo dijo Ker. El psiclo enano se cerr la chaqueta y Jonnie llam al guardia que espiaba por el ventanuco de la puerta. Ker cruz la puerta arrastrando las cadenas y alarmando a todos y regres llevando una gran caja que dej caer. Despus sali de prisa y volvi con otra caja. Aunque era enano, apenas algo ms alto que Jonnie, Ker era muy fuerte. Antes de que alguien pudiera detenerlo, y pese a las cadenas, pronto tuvo la habitacin atestada de viejas cajas de kerbango, y cada una de ellas estaba llena hasta rebosar de crditos galcticos.

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Hay ms en su cuenta numerada de Psiclo dijo Ker, pero eso no podemos conseguirlo. Y se qued all jadeando y con una gran sonrisa, muy orgulloso de s mismo. Ahora puedes pagar en efectivo a los renegados como los Chamco! El capitn Mac Duff haba estado tratando de decirle a Jonnie que haban revisado las cajas para asegurarse de que no haban explosivos, pero qu era eso? Todo el tiempo haba estado deseando saber cmo se las haba arreglado Jonnie para enviar un mensaje al complejo sin que se enteraran los centinelas y si estaba bien que hubieran permitido a Ker traer esto. Estaba sofocado. All tena a un psiclo corriendo y arrastrando cadenas y a Jonnie riendo. Y t quieres...? pregunt Jonnie a Ker. Yo quiero salir de esa prisin! gimi Ker. Me odian porque estaba por encima de ellos. Y de todos modos ya me odiaban, Jonnie. Conozco las mquinas. Acaso no te ense a manejar todas las que hay? He odo decir que tienen una escuela en lo que llaman la Academia. Ellos no saben nada de esas mquinas. No como t y yo! Djame que los ayude a ensear como hice contigo! Se qued all de pie tan pattico, tan suplicante, tan convencido de haber hecho lo correcto, que Jonnie ri y ri y pronto los huesos bucales de Ker esbozaron una sonrisa. Creo que es una gran idea, Kerdijo Jonnie. En ese momento levant los ojos y vio en la puerta a Roberto el Zorro, congelado. Jonnie pas al ingls. Sir Roberto, creo que tenemos un nuevo instructor para el maestro. Es verdad que es un gran operario de mquinas y las conoce todas. Sonri a Ker y dijo en psiclo: Condiciones del empleo: un cuarto de kerbango al da, paga entera y primas, contrato habitual de la compaa, omitiendo slo el entierro en psiclo. Est bien? Saba muy bien que probablemente Ker habra escondido unos cientos de miles de crditos por su cuenta. Ker empez a asentir enfticamente. Se haba guardado unos pocos cientos de miles por si llegaban tiempos difciles. Tendi una pata para estrechar la mano de Jonnie. Una vez hecho esto, estaba a punto de irse cuando gir y se acerc mucho a Jonnie, hablando en el equivalente psiclo a un susurro. Tengo algo ms para ti, Jonnie. Ponen a Terl en una jaula. Vigila a Terl, Jonnie. Est planeando algo! Cuando el psiclo enano se hubo ido, Roberto el Zorro mir los fardos y fardos de dinero. El soborno laboral es alto en estos tiempos! indic Jonnie.Entrgueselo al Consejo y rea. ste es dinero galctico, no es as? pregunt Roberto el Zorro. Voy a hacer contacto con un escocs llamado Mac Adam, de la Universidad de los Highlands. l sabe de dinero. Pero pareca extraado al ver a Jonnie vestido. Estaba contento de que Jonnie se hubiera alegrado, pese a que opinaba que era temerario de su parte dejar que un psiclo se le acercara tanto. Un golpe de sus garras le costara la mitad de la cara. Despus comprendi que Jonnie cojeaba hacia la salida. Lo mir inquisitivamente. Es posible que no pueda sostener el cielo dijo Jonnie, pero tampoco tengo por qu esperar a que se caiga. Voy al complejo. Tena que hablar con los hermanos Chamco. Haba odo decir que no hacan absolutamente ningn progreso en la reparacin del rea de transbordo y sin eso nunca sabran la verdad con respecto a Psiclo.

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El camino hacia el helipuerto era largo, sobre todo si se tena una sola pierna til y un bastn del lado equivocado. Los ascensores no funcionaban y probablemente no volveran a funcionar nunca. Cojeando, Jonnie apenas empezaba a apreciar el gran trabajo de limpieza que haban hecho con este lugar, cuando escuch pies que corran detrs de l y una brusca orden en ruso. Aparecieron dos hombres, uno a cada lado, que se cogieron los brazos formando una silla, lo sentaron all y lo llevaron escaleras abajo hasta el helipuerto. Alguien deba haber alertado al piloto de reserva, porque estaba de pie junto a un avin minero de pasajeros, con la puerta abierta. No! aull Jonnie y seal con su brazo bueno el asiento junto al piloto. Qu pensaban que era, un maldito invlido? Por supuesto, lo era, pero el coronel Ivn salt hacia la puerta del piloto y la abri. Los dos rusos literalmente tiraron a Jonnie en el asiento del piloto. Algo confuso, ste empez a cerrar la puerta de pasajeros, pero fue apartado por tres rusos que, sin aliento, haban bajado a toda velocidad las escaleras. Saltaron al avin con gran estrpito de rifles de asalto. Mgicamente, el coronel Ivn estaba del otro lado del avin ayudando a entrara Roberto el Zorro y dos escoceses con kilts, haciendo despus lo propio. El piloto era un sueco. Estaba sentndose en el lugar del copiloto y diciendo algo en una lengua que Jonnie no comprenda. Sera un sudafricano de las montaas de la Luna? No, la reserva de blancos que haba entre los bantes se haba contactado demasiado tarde como para que ya pudieran estar entrenados. Despus comprendi que el piloto slo estaba all para los vuelos locales y era en realidad un cadete. Jonnie se envolvi en el cinturn, bajando su brazo derecho relativamente intil, y mir a los pasajeros. Los rusos llevaban amplios pantalones rojos y tnicas grises y estaban terminando de ponerse el equipo. Cuando se volvi, el coronel Ivn le sac de la cabeza el pauelo y le puso una gorra de piel redonda, chata. Jonnie se la sac para ponerla derecha y vio que tena en la parte delantera una estrella roja inscrita en un disco de oro. Cargamos! dijo el coronel Ivn. Era evidente que trabajaba muchsimo con su ingls. Jonnie sonri. Sin duda, era un contingente internacional! Las anchas puertas estaban abiertas y entraba por ellas la luz del sol. Condujo el avin hacia el hermoso da de verano. Ah, las montaas, las montaas blancas, majestuosas y calmas contra el cielo azul oscuro! Los barrancos con sus sombras oscuras, los rboles con su verde suave, profundo. Y all haba un oso. A medio galope por una pendiente, sin duda haciendo algn recado importante. Y una manada de ovejas de grandes cuernos, mirando lo que ya deba ser una imagen ordinaria en su camino: un avin. Con la mano izquierda ocupndose de la consola, Jonnie hizo bajar la nave sobre las ltimas colinas de la pendiente este y hacia las praderas. Verano. Y seales de lluvia reciente, porque haba flores. Y hacia oriente, extendindose en un horizonte interminable, un paisaje ondulado manchado con rebaos que ramoneaban, un espacio aparentemente infinito en el cual podan vivir los hombres. Qu planeta tan hermoso! Qu adorable! Vala la pena salvarlo. El piloto de reserva miraba temeroso a Jonnie. Estaba volando slo con la mano y la pierna izquierdas, mucho mejor de lo que l mismo esperaba volar jams, aunque tuviera cinco manos.

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Un jinete? Jonnie descendi en picado para ver quin o qu era. Pantalones holgados? Un sombrero chato de cuero? Un lazo de cuerda entre las manos? Estaba reuniendo un pequeo rebao. Es un llanero dijo Roberto el Zorro. De Sudamrica. Ahora cuidan los rebaos. Jonnie baj la ventanilla, salud con la mano y el llanero respondi. Qu da tan hermoso para salir por primera vez!... Y all estaba el complejo. Qu terrible cantidad de gente! Deba de haber treinta o cuarenta mirando el avin. Jonnie lo deposit en el suelo con una ligereza tal, que no hubiera roto un huevo de haberlo tenido debajo. Gracias al cielo nadie en toda aquella multitud haba entrado en la pista de alerta antes que l, porque ahora afluan hacia ellos, pieles castaas, negras, chaquetas de seda, tejidos caseros, mujeres, hombres..., qu espantosa cantidad de gente! Abri la puerta del avin y se llev a la boca el primero y cuarto dedos de la mano izquierda, emitiendo un silbido agudo. Por encima del bullicio, su odo entrenado escuch lo que deseaba or: cascos! Y all se acercaba Windsplitter. Jonnie se desprendi de los cinturones de seguridad y antes de que nadie pudiera interferir se desliz al suelo..., rara habilidad, porque estos aviones psiclo tenan carlingas muy altas. Su brazo derecho se atraves en su camino y se meti la mano en el cinturn. Windsplitter golpeaba con los cascos y saltaba, contento de verlo, y estuvo a punto de tirarlo al suelo con su belfo investigador. Veamos la pierna dijo Jonnie, arrodillndose y tratando de coger el casco delantero izquierdo que haba parecido herido al bajar el desfiladero. Pero Windsplitter pens que se trataba de realizar una prueba que Jonnie le haba enseado estrecharse las manos y casi con reprobacin levant la pata derecha y se la ofreci, estando a punto de derribar a Jonnie. ste ri. Ests bien dijo, y estrech la pata que le ofreca. Jonnie haba pensado cmo montar. Si saltaba apoyndose en el vientre y levantaba rpido la pierna izquierda, podra hacerlo. Lo hizo con todo xito. No necesitaba toda esa ayuda. Y ahora, a cabalgar y encontrar a los malditos Chamco. Y ver qu suceda con la tardanza en el arreglo del transbordo. Pero la gente se apretaba contra su caballo. Caras negras, caras bronceadas, castaas, blancas. Manos que tocaban sus mocasines, manos que trataban de darle cosas. Y todos hablando a la vez. Sinti una punzada de culpa. Rostros sonrientes, benvolos. Esto arruin un poco su da. Si slo esta gente comprendiera que era posible que l resultara un fracaso total! Y aquellos hermosos cielos podan pronto agrisarse con la muerte. Apret los labios. Lo mejor que poda hacer era concentrarse en sus asuntos. La adulacin era algo turbadora, en especial si senta con gran intensidad que poda no habrsela ganado. Ms cascos. La voz del coronel Ivn ladrando en ruso a alguien. Apareci corriendo otro ruso, conduciendo seis caballos a la carrera. Una orden brusca y el coronel Ivn, cuatro rusos y Roberto el Zorro montaron. Deba haber habido un ruso con caballos esperando en el complejo. Los dos escoceses con kilts se abrieron paso a travs de la multitud, colocados a ambos lados de la cabeza de Windsplitter, y empezaron a apartar suavemente a la gente, de modo que Jonnie pudiera moverse. Habra unas cincuenta personas all!

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Justo cuando pensaba que iba a empezar a moverse, un muchachito con kilt y descalzo se abri paso a codazos hasta la cabeza de Windsplitter y le pas una cuerda por el cuello. Su voz aflautada se levant por encima del tumulto. Soy Bittie Mac Leod. Dunneldeen dijo que poda venir y ser su paje y aqu estoy, sir Jonnie. El acento era pronunciado, pero su decisin y confianza no admitan rechazo. El pequeo empez a guiar a Windsplitter en direccin al complejo. Pese a que era posible montar a Windsplitter y manejarlo con slo un taln y otras pocas seales, Jonnie no tuvo corazn para negarse. Detrs seguan cinco rusos con largos palos lanzas? en los estribos, gallardetes en el extremo de los palos y rifles de asalto a la espalda. Un llanero a caballo se adelant y tom posicin con ellos. Un escuadrn de soldados suecos sali corriendo del complejo y present armas. Salan tambin trabajadores. En la zona de aterrizaje apareci un gran avin de pasajeros, del cual salieron treinta tibetanos que estaban haciendo peregrinaje al complejo y se unieron a la multitud. Aparecieron dos remolques llenos de los cuales bajaron tambalendose unas cuarenta personas de la ciudad que haba al norte. Lleg otro remolque desde la Academia. Jonnie, cuyo caballo caminaba muy lentamente detrs de Bittie Mac Leod, contempl esta multitud gozosa. Gritaban, agitaban las manos en su direccin y lo ovacionaban. Desde la reunin en Escocia que no vea tanta gente. Habra unos trescientos! Manos blancas, manos negras con palmas rosadas, manos amarillas; chaquetas azules, vestidos color naranja, chaquetas grises; cabellos rubios lacios, cabellos castaos, cabellos negros ensortijados; y lenguas, lenguas y ms lenguas. Todos diciendo: Hola, Jonnie! Mir con aprensin el cielo azul brillante. Durante un momento, lo sobresalt un bombardero..., no, era un vuelo de reconocimiento. Tenan muchos patrullando constantemente, alertas ante la aparicin de cualquier invasor. Las voces formaban un rugido continuo. Una mujer luchaba por ponerle algo en la mano, un ramo de flores silvestres, y gritaba: Es para Chrissie! l asinti y no supo qu hacer con ellas, de modo que las puso en su cinturn. La gente de la Tierra, esperanzada, poda alzarse y vivir otra vez. Se sinti ms culpable que nunca. Ellos no saban que era posible que l hubiese fracasado. Adems de no gozar con la adulacin, senta tambin que no la mereca. No todo eso, en todo caso. Roberto el Zorro haba conseguido acercarse a l. Vio que Jonnie estaba turbado. Roberto no quera que ese primer da se arruinara. Agita la mano un poco, muchacho. Simplemente levanta la mano izquierda y mueve la cabeza. Jonnie lo hizo y la multitud enloqueci. Haban estado ascendiendo la colina en direccin a las viejas barracas chinko. All estaba la morgue. Y all la cpula detrs de la cual Terl sola tener sus habitaciones y donde tan a menudo... Jonnie mir. All, en una jaula, estaba Terl, con un collar puesto. Terl saltaba por todos lados. Jonnie se sinti invadido por cierta intranquilidad y convenci al chico escocs de que lo llevara hacia all.

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3Haba mucho tiempo. Su asunta con los hermanos Chamco era importante, pero unos minutos no haran ninguna diferencia. Lo mejor que poda hacer, sin duda, era tratar de descubrir en qu estaba Terl. La multitud aumentaba. El grupo de los que se entrenaban en la Academia, al enterarse de que Jonnie haba aparecido en el complejo, solicit inmediatamente unas horas de libertad, y el maestro, comprensivo (y en todo caso incapacitado para hacer otra cosa), los haba dejado ir. Y all estaban, en enjambre. Haba llegado ms gente de Nueva Denver. Se haba detenido toda clase de, trabajo y en los talleres subterrneos las mquinas haban quedado abandonadas. Del otro lado de la multitud aparecieron varios miembros del Consejo. Entre ellos estaba Brown Limper Staffor, jefe de este continente. Ahora haba all ms de seiscientas personas. El barullo era casi ensordecedor. Terl vio al animal acercndose a la jaula e hizo cabriolas ms violentas. Jonnie vio que la zona no haba quedado muy cambiada o daada por la batalla. El torrente de agua haba practicado unos surcos en la meseta; uno o dos barrotes de la jaula estaban picoteados por las balas; el agua haba tendido ms a lavar la jaula que a daarla. Mir hacia arriba, hacia la caja de conexin en el extremo del palo y vio que no la haban cambiado: los barrotes seguan cargados elctricamente de la misma manera, por los mismos cables. Alguien haba puesto una barrera construida con cercas de minera para que la gente no pudiera tocar los barrotes. S, era con mucho la misma jaula, salvo que ahora la hierba verde creca en matojos en torno al permetro. Apart su atencin de la multitud. Cuntos meses haba estado adentro y mirando hacia afuera y cuntos ms afuera mirando hacia adentro! Muchas de sus pesadillas se relacionaban con eso. Deseaba interrogar a Terl. No deseaba volver a hablar a travs de los barrotes. El volumen normal de la voz no llegara a ninguna parte en este jaleo y no estaba dispuesto a sentarse all a gritar. Encontr la mirada de un centinela y lo llam. Pero en lugar del centinela, se acerc a l el comandante del complejo. Por su kilt, Jonnie vio que era un Argyll. Se inclin hacia l para hacerse or: Podra por favor cortar la electricidad y hacer que un guardia abra la puerta de la jaula? Qu? exclam el comandante, perplejo. Jonnie pens que tal vez no lo hubiera odo y repiti su demanda. Despus vio que el hombre se negaba. Siempre Haba cierta friccin entre los Argyll y los Fearghus...; en realidad, frecuentemente se haba transformado en una guerra de clanes y record que slo su visita a Escocia haba interrumpido la ltima. Jonnie no estaba dispuesto a discutir con el hombre. Y tampoco iba a aullarle a Terl a travs de los barrotes. Roberto el Zorro mir a Terl, a la jaula, al Argyll, a la multitud y a la caja de conexiones. Se acerc para controlar a Jonnie. Pero ste ya se haba echado hacia adelante, bajando del caballo. El coronel Ivn apart a algunas personas y le puso la clava en la mano. Cojeando, Jonnie se acerc al interruptor del poste exterior y lo abri, vindose obligado a apoyarse en el poste para liberar su mano. Se produjo una chispa elctrica cuando se abri el barrote principal. Cuando vieron en qu direccin caminaba, la multitud se apart. De pronto se quedaron muy quietos y el silencio empez en el lugar en que se hallaba Jonnie y se extendi como una ola por la multitud. Durante todo el jaleo, el centinela de la caja no haba abandonado su puesto. Llevaba las llaves de la puerta en su cinturn. Jonnie se las quit.

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Hubo un momento de excitadas preguntas entre la gente y despus un silencio tenso. Terl aprovech la oportunidad para rugir ferozmente. El comandante del complejo empez a adelantarse a toda prisa, pero se encontr detenido por la inmensa mano del coronel Ivn, quien se haba limitado a inclinarse desde su montura. El coronel no deseaba cuerpos de ms en un campo de fuego. Abruptamente, los otros cosacos se abrieron en abanico. Se escuch el sonido agudo de los seguros de los rifles de asalto al levantarse y cuatro rifles apuntaron a Terl. Algunos escoceses corrieron a los tejados de las viejas barracas chinko y el sonido de los pies apresurados fue reemplazado por los chasquidos de los rifles que se preparaban y apuntaban a Terl. La multitud retrocedi lejos de las barreras. Jonnie escuch los seguros de los rifles. Se volvi y habl con su voz normal, porque ahora todo estaba silencioso, aparte de los rugidos de Terl. Una bala podra rebotar en estos barrotes y dirigirse hacia la gente, de modo que por favor levanten las armas. Afloj la pistola explosiva que tena en la pistolera y despus, reflexionando, la revis para ver si estaba puesta en conmocin y sin llama. Pero estaba convencido de que no corra peligro. Terl tena un collar y estaba encadenado y si bien no sera prudente ponerse fsicamente a su alcance, lo nico que poda intentar Terl era alguna payasada, a juzgar por su humor. La cerradura de la puerta funcion mejor que antes. Alguien deba haberla aceitado. La abri. La multitud retuvo el aliento, pero la atencin de Jonnie no estaba puesta en ellos. Terl rugi. Djate de payasadas, Terl dijo Jonnie. Terl se apresur a obedecer y se sent contra la pared que tena a su espalda. Sus ojos ambarinos brillaban perversamente. Bueno, hola, animal. La voz del pastor se levant airada desde algn lugar entre la gente. No es un animal! Jonnie no haba advertido que el pastor hablaba psiclo. Veo dijo Terl a Jonnie que alguien te ha baldado. Oh, bueno, son cosas que pasan cuando uno es estpido! Cmo sucedi, cerebro de rata? S corts, Terl. Qu crees que ests haciendo en esta jaula? Oh, ese acento chinko! exclam Terl. Por mucho que lo intente, nunca podr transformarte en un ser cultivado, educado. Muy bien, es cortesa lo que quieres, y como hablas chinko, bien, perdone esta ignorante intrusin de discurso en sus dignos huesos auditivos... Iba a seguir con una perorata de las viejas humillaciones chinko. Despus ri viciosamente. Contesta las preguntas, Terl. Bueno, estoy... y dijo una palabra psiclo que Jonnie no haba odo nunca. Jonnie tena otro objetivo al entrar all. Deseaba ver qu hubiera podido inventar Terl que otros no hubiesen visto. Coje por la jaula, mantenindose lejos de Terl y vigilndolo con el rabillo del ojo. Mir las paredes interiores, debajo de los barrotes, mir en la piscina. Terl tena una pequea pila de cosas envueltas en una lona alquitranada. Jonnie hizo un gesto con la mano izquierda para que Terl retrocediera y se acerc al paquete abierto. Se arrodill y lo abri. All haba un vestido, no ms que un taparrabo... Terl tena otro puesto y, por lo dems, estaba desnudo. Haba un plato de kerbango doblado, con un agujero y sin kerbango. Y un diccionario psiclo! Qu demonios estaba haciendo con un diccionario el educado Terl? Jonnie retrocedi hasta quedar fuera del alcance de la cadena. Qu palabra acababa de usar Terl? Ah! All estaba: Arrepentimiento: la accin de estar dolorido

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o autorreprocharse por lo que se ha hecho o se ha dejado de hacer. Una palabra adoptada del idioma hocknero que describe un sentimiento que experimentan algunas razas extranjeras. Arrepentirte? dijo Jonnie. T? Y le toc a l el turno de rer. No te puse en una jaula? No comprendes que podra inspirarle a alguien sentimientos de...? Jonnie busc la palabra que acababa de utilizar. Culpa: el penoso sentimiento de autorreproche resultante de la conviccin de haber hecho algo malo o inmoral. Palabra adoptada de la lengua chinko y utilizada por los funcionarios polticos al degradar a individuos de razas sometidas. Segn el profesor Halz, existe realmente como emocin en algunas razas extranjeras. Jonnie cerr el libro. T tambin debes sentirla, animal. Despus de todo, fui como un padre para ti y t trabajaste da y noche para arruinar mi futuro. En realidad, sospecho que me utilizaste para poder traicionarme... Como lo del camin explosivo dijo Jonnie. Qu camin explosivo? El remolque de la entrega de mineral dijo pacientemente Jonnie. Ah! Cre que te referas a aquella mquina en la que quedaste atrapado, la que estall en la meseta. Ustedes los animales siempre tienen dificultades con las mquinas! Y suspir. De modo que aqu estoy, el... sujeto de tu venganza. Jonnie no se molest en buscar la palabra. Saba que sera otra de esas palabras que los psiclos no usaban nunca. Yo no di rdenes de que te pusieran en esta jaula o con ese collar. T lo hiciste. Tengo derecho a pedir que te vuelvan a llevar a los dormitorios. Dando volteretas por aqu, medio desnudo... No creo que lo hagas dijo malignamente Terl. Por qu viniste hoy aqu? Era mejor no hablarle demasiado a Terl, pero si no lo haca no conseguira que le diera informacin. Vine a preguntar a los hermanos Chamco el porqu del retraso en el montaje del transbordo. Pens que deba ser esodijo Terl. Pareca indiferente. Emiti un largo suspiro dentro de su mscara y se puso en pie. La multitud retrocedi con un murmullo asustado. El monstruo era casi cuatro pies ms alto que Jonnie. Garras, colmillos visibles a travs de la mscara... Animal dijo Terl, pese a las diferencias pasadas, creo que debera decirte una cosa. Pronto vendrs a pedirme ayuda. Y como yo estoy... y... otras dos palabras que Jonnie no se molestara en buscar, probablemente ser lo bastante estpido como para ayudarte. De modo que recurdalo, animal. Cuando las cosas se pongan muy difciles, ven a ver a Terl. Despus de todo, acaso no fuimos siempre compaeros? Jonnie dej escapar una carcajada. Esto era demasiado! Arroj el diccionario sobre la lona y, apoyndose pesadamente en la clava, dio la espalda a Terl y sali de la jaula. En el instante en que termin de cerrar la puerta, Terl dej escapar un espantoso rugido y comenz a saltar golpendose el pecho. Jonnie arroj las llaves al guardia, dio la vuelta y volvi a poner en funcionamiento la corriente elctrica. Segua rindose para sus adentros, mient