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La voz de mis raícesWaldino Fosca
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La voz de mis raícesWaldino Fosca
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La voz de mis raícesWaldino Fosca
Primera edición: noviembre de 2019
Esta edición digital: abril de 2020
Enjambre – Libros Colectivos
www.enjambre.com.co
ATRIBUCIÓN-NOCOMERCIAL-COMPARTIRIGUAL (CC BY-NC-SA 4.0)
Esta obra puede ser ajustada, re-imaginada y/o ser la base de nuevas obras, siempre y cuando se reconozca la autoría de Waldino Fosca, no se haga con fines comerciales, las nuevas creaciones estén bajo una licencia con estos mismos términos y se dé crédito por las ilustraciones a Juanita Balcázar, Manuela Calle, Laura Matiz, Juan David Camacho, Juan Ospina, Mariana Ariza y Silvia Juliana Trujillo. Para la composición de las ilustraciones se usaron imágenes recuperadas de "Flickr Commons".
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A Gisela y Héctor por su gran amistad a través del tiempo y al lado de mis
versos y a mis nietos e hija por ser sangre de mi sangre en la voz de mis arterias.
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Prólogo 11
Iniciorutinario 15
Micasitapintada 16
Retazos 17
Incierto 18
Nostalgiapormipueblo 20
Caminante 21
Biografía 24
Tornado 26
Algarabía 27
Recuerdocampesino 28
Aclaración 29
Viejasilueta 30
Hojarasca 31
Extrañes 32
Lapaz 34
Pasadoenpresente 36
Vientrefunesto 37
Proposición 38
Prohibidomorir 39
Ciudadycampo 40
Parlerías 42
Elárboldelahorcado 43
Sueñodepatriarca 48
Fugitivo 50
Lentitud 51
Afányprisa 52
Vida 53
Presentesinolvido 54
Quierosertierra 55
Incógnito 56
Losinaceptados 57
Sueñoañorado 58
Amanecer 59
Deseos 60
Satisfacción 61
Pluralidad 62
Vaivén 63
Calendario 66
Maratón 68
Cancióndeauroras 69
Reconocimiento
alavida 70
Despedida 71
Arrulloalavida 72
Delinstintocultivado 75
Contenido
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Prólogo
UnaanécdotasobreelpoetaWaldinoFoscaparecedefi-nirnos mejor el carácter de su mirada y de su pluma: antes de vivir en Ciudad Bolívar, donde se ha convertido en un personaje célebre, pasó por otros barrios de Bogotá como Lijacá, San Cristóbal Norte y El Quirigua. “He venido dando lavuelta”,reflexiona.Yescierto:esaespeciederutaperi-férica le ha ayudado a gestar una mirada particular de lo citadino, más profunda que la de muchos bogotanos.
Pero, además, como muchos habitantes de la capital, Waldino viene del campo. Nació hace más de setenta años en Quipile, Cundinamarca, cuyos paisajes verdes se cuelan a cada rato en sus versos. Todo esto ha terminado por con-solidar una obra equilibrada entre naturaleza y cemento, una poesía de mucha pureza, producto de una observación detallada y detenida. Como cuando sostiene, más allá de las descripciones visuales, aquello de que “la vida va cre-ciendo / en medio del paraje de la muerte”.
Conocí a Waldino Fosca en mi calidad de periodista, cuando me puse en la tarea de cubrir una noticia de la que se estaba hablando en el mundo de las letras. El suceso, en símismo,esuntitulardeprensamagnífico:Elpoetaquevendió su lote para publicar su primer libro. No voy a ahon-darenesahistoriaporqueyasehadifundidolosuficiente.Simplemente he de decir que, cuando existe el impulso del arte,seabrecaminoentrelasdificultadescomolahierbapor las grietas del asfalto.
Luego de una entrevista que le hicimos mis colegas y yo en la Radio Nacional, en la que habló de su vida y leyó fren-
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La voz de mis raíces
te a los micrófonos algunos de los poemas que aparecen en este libro, el veredicto fue unánime. Recuerdo que nos miramos sorprendidos ante esa pluma, esa sensibilidad, ese uso de la palabra tan certero y tan estremecedor. Estoy seguro de que, aquella mañana, los oyentes que sintoniza-ban la emisora sintieron lo mismo. Las mismas emociones que ahora esperan al lector en estas páginas que siguen.
Juan Carlos Garayperiodista cultural
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Inicio rutinario
Entre oscuro y clarome asomo a la ventana de la vida.
Veo gente veloz sobre las horas,oigo cantos de aves en las ramas,siento un fresco olor en mi respiro.
Con mis ojos postrados en el alba,sin tregua en el descanso,empiezo la jornada.
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Mi casita pintada
Mi casita pintadaes diferente a las demás.Tuvo un rostrode pesadumbre ajena.
Por sus porosde huecos trascendentes,el soplo del vientoentró sin contemplaciones.
Ahora en su pechode piel anaranjada,una paloma sonríesobrelastristezasflácidas.
Tiene piel de latastenues, grises y frías,pintadas con el perfumede la cálida alborada.
La gente pasa y la mira de reojopor su cara pintada.Por eso digo:es diferente a las demásen la cuadra de las batallas.
Retazos
Voy por el mundogalopando en el lomo del relojy las ilusiones tejidasen el ruido de la máquina.
Escribiéndole una cartaal eco en su sorderapara viajar en los retazos de la nochesin los números bancarios descifrados.
Implorándoleuna plegaria a la lluviapara estar ausente en sus goterasy no exponer más mi cuerpo adolorido.
Abriéndole una cuentaa las horas disimuladas en mi cansanciopara alejarlas de mi ilusión perdida.
Evitándole un desgastea mis huesos corroídos en las horas,repicándole a mis añosmientras la mañanaentona su canto a la vida.
Ylecreounaestatuaalapobrezapara vestir su cintura de caracol dormidoen cada lágrima donde este un niño.
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Incierto
Por estas callesla desnudez va caminandosu grito ahogado,por entre el murmullode los nubarronesen su ajetreo sin rostro.
Mientras, las mariposasvan y vienencon su aleteo perdido,produciendo un ruido fascinantepara los cansados de oír lo mismo.
Yladistanciaeneltiempoescaseapara el próximo aniversario.
Todos no van a iralafiestadelaesquizofrenia.La han dejadocon su vestido de perdices.Atrás, el paso del reloj.Tal vez no la venen su normal temperatura.
Ylahojadepapelva con sus arrugasde puerta a puerta,envolviendo su fatigasin importar el desordendejado en las esquinas.
Nadie da razónpor el cómo está.Cada uno va clandestinopor las acerasen su cofre perdido.
Mientras, el vientosopla sus vestiduras y la palabrase trepa por el lomo del medio díabuscando su placidezen el hueco amigo de la voz
Ycadaunova a su camino incierto.
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Nostalgia por mi pueblo
Añoro el pueblo en donde nací:los caminos labrados por el sol y la lluvia,el vuelo de las aves por toda la arboleda.El relinchar del asno sobre el paso del día,con su lomo cargado de esperanzas y fuerza.El silbido del viento por todas las cañadas,con el canto de los gallos en la alborada fresca.El fruto del trabajo expuesto en el mercado,mostrando las raíces del germen en la tierra.A mi niñez y mi infancia las extrañoen los charcos de la alborada,apostando carreraspor entre las brechas sueltas
¡Ay! cómo siento haberte dejadopueblo mío!Aquí en mi memoria residen los recuerdosde esas noches frescas de luceros y estrellas,alumbrando la tierra esparcida en el tiempo.Por eso, pueblo mío, en silencio mis pasoslos siento en su devuelta.
Caminante
Voy con mi canto,celebrándoleunafiestaa mi corazón perdidoen el bullicio del bosque.
Entonando mis salvajes melodíasenlavozdefloresycoralesa mi alma residenciada en su armonía.
Gritándole al mundocon mi voz herida,en el canto de las aves ruiseñores,lo que ayer sentíaen el frío de la nochey hoy sientoen el vaho de la cálida mañana.
Voy por el mundo con el sumo atardecerde las montañas ignoradasy el vaivén esplendorosoenvuelto en el cuerpode la mariposa transitadaadornando mi ilusión perdida.
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Biografía
Nací en los pulmonesdel día seco y pálido,en los caminos de la viday de la muerte.
Nadie esperaba en la cañadasu rostro destrozadopor los días saturados en la guerra.
Nadie era dueño de su gritería.
Nadie era dueño de sus vocescaminando en el vacío y el silenciomientras mi gritose desvanecía lentamentepor las piedras habitadasen el confuso trinar del ajetreo perdido.
El crujido de mi voz,débil e ingenua,bajó por el follaje del árbol en tinieblas,buscando la paz de los agujeroscaídos en su sueño.
En la casa de barro que nací,la piedra de moler molió el silencio.Yconelfusilylaescopeta,con el humo de la pólvora abismada,cuatro letras quedaron para la historia.
En el día del santo carpinterovi el mundo de la vida y de la tierra,delasfloresquealumbranelpaisajey el ave que absorbe su armonía,de la agua que brota manantiales,del campo que acaricia su llovizna.
Los aleros del vástago enfrutadopoco a poco me fueron envolviendoel llanto del pájaro en su nidoy hojarascas de palma cortesanacubrieron mi cuerpo desolado.
Los pájarosy el viento, apresurados,cubrieron de encanto mi sonrisa.
Las tardes venían con su lloviznaen un manto de colores trasmutados,por medio de vivos y de muertos.El mugido de alacranes y gallinassoplaron mi vocablo en mis costadosy con él fui creciendo junto al tiempo,por medio del ombligo de la guerra.Yaquíestoyen la palabra y el poema.
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Tornado
El viento va por entre la cosecha perdidadesvanecido en su soploinvadiendo el último acuerdo de los astrosy los amuletos desesperados tiemblancaminando por los seglaresde la temperatura.Las hojasrevelan su turno en forma apresuradapara confundir a los pasos del cercenador,mientras la cañada canta su melodía silvestre.Los ríos van rodando bajo su piel grasosa.No quieren ser vistos por el tiempo.Tienen miedo a seguir viviendo.Las tumbas preparan su desordencaminando su hediondez por encimade los muertosde la última querella amenizada.La primavera difícilmente caminapor los pasillos del dolormientras el notario busca apresuradola escritura de la tierra de nadie.
La tierra va pariendo su presagioen la erosión de los volcanes,para decirnos tal vez algo.
Mientras, el labrador guarda su ecoen medio del sol y de la brisapara averiguar quién es el dueño del silencio.
Algarabía
Hay momentosdonde las palabrasse diluyen o brotan.Tocan el fulgor del almay abruptamente caenal fuego del olvido.
Como un terrenal arrebatoen las voces sin límite,explotan las querellasy vuelven a su sitio.
Dispuestas al desaireen la cima del tiempo,se elevan o aterrizancon la algarabía compuesta.
El don de las destrezaslas une o separa.Según la conveniencia,tras el ruido en la lengua,enespinasofloresconvierten las tertulias.
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Recuerdo campesino
Me acuerdo:mis manos calientessobre el aljibe yerto,acariciando la aguacristalina y pura.
A la oscuridad en la nochela siento presente,rodeando el silenciocon la luz de la luna.
Todo paso dadosobreelperfilagresteestá en mi memoria,activo y constante.
Por las calles mudas,con sus sonidos sordos,siempre voy y vengotocando los recuerdosdel tiempo puro dejado en pasado.
Aclaración
Lo que la tierra se llevóno fueron las piedrasazotadas por el viento;O los ladrillos sólidosenvueltos en la arena.Tampoco la durezadel acero fundido,con el olor a cementoexpandido en las piedras.Bajo el suelo mudose quedó la alegría,esperando el airedel futuro incierto.
En la visible soledadhay dolor y tristeza,recorriendo los metrosbajo los sueños dejados.
En el sitio hay boronas de nostalgiasmirando los escombrosde los esfuerzos perdidos,cubiertos con el pasto y la maleza sin dueño.
Visible está la ausenciadel amor por el progreso.Los claros sentimientosse encuentran a kilómetros,volviendo a sembrarde nuevo su futuro.
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Vieja silueta
Vieja siluetacaminando difícilmentepor el gris olor de las calles,con sus jorobas,pesadamenteenelfilodeldía.
Harapos terciadosen la pesadumbrevendiendo su perfume a tierra.
Piedra de cristalque va y viene con su lamentoporelaguasinhorizontefijo.
Mercado de auroras,residencia para el descanso.
Húmedo pétalosembrado a través de los años,débilmente declinadoen su vejez, con su cerebro cansado.
Hojarasca
Camina por la hojarascade la noche.
Estaciona tu cuerpoen las esquinasy elévate hasta el follajede tu tiempo.Mira al mundopartido en convulsiones.
No te asustes.
Recoge todos los pedazos de olores,no importa su fetidez,siémbralos en la palabray espera la lluvia de razones.
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Extrañes
Extraño al vientocon su golpe en los árbolesdesmenuzando hojassobre el piso despierto
Al sol ardiente cayendoen mis espaldas,como tibias cariciasrodadas por mi cuerpo
La luz del día es mi fuerza y mi aliento,sosteniendo mis pasosandantes por la tierra
¡Oh!, alivio tranquiloposado en mi existencia,en la noche clara por todo el universo,el sueño con su arrullome doblega en la calma.
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La paz
Paz en el sueño del aguacubriendo sus dorsoscon el manto del alba.
Paz en el árbol,trepando en sus hojas,cuidando su verdepor las horas nocturnas.
Paz en el niñoen su llanto dormido,meciendo su sueñoen la rama del olivo.
Paz en el asnoobediente y sumiso,cargando ternuraspor el lomo del año.
Paz en el paso yendo y viniendocon las horas, los días,trayendo cantores,aves ruiseñores,pájarosflotandoen el aroma del alma.
Paz en la noche,durmiendo en su cunala luna encantadade luceros morados.
Paz en la voz llevando sus manospor el ruido del cuerpo,los mares y el viento,altiempoinfinitoyelruidodelalma.
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Pasado en presente
En mi memoria hay paredes rústicasacariciadas por el viento.Lamudalucidezdelpaisajefloridola tengo en el presentesin borrar sus huellas.
Las sombras en la nocheson el vivo recuerdo del camino añorado,por donde siempre anduvecontemplando las estrellascon los luceros al lado.
En mi mente está el silbidoy el canto de las aves,entonando el himno natural y silvestre.
Los verdes labrantíos en la hectárea del siembrolos veo entre mis sueños, marcando la parcelapor donde unos y otros se levantan y agachana recoger el fruto del trabajo y constancia.
En mí siento el sonido de la agua en la cascada,con el lejano rastro marcado por el caminodel pueblo hacia la casa.
En mi memoria hay sentenciapara no olvidar el campo en donde brotómi vida, creció mi infanciay formó mi cuerpo.
Vientre funesto
Vendrán las horasen su ritmo de aleteo.A borbotones las hojassaltarán sobreel cuerpo de las fosas.
Las víboras de siempre se abrazarán.En él babosean, cóctel de las picaduras.
Toda pesadumbrepalpitará en los corazonesde gusanoscomo un duro mordisco a la vida.
La noche se pondrá su vestido acostumbradoa media hora del último suspiro.En el vientre de la muertecrecerán los nuevos hijos para la guerra.Las cicatrices mostrarán sus manchasy arrugas en el espejo del tiempo.
El miedo seguirá sin miedo,en todas las partes del planeta.
Ylalluviadelsueñoporlavidaseguirá su rumboportodoslosconfinesdelatierra.
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Proposición
No me pongan el vestido del poeta.No tengo sus medidaspara andar por la tierra,sembrando versospara recoger poemas.
Yosólomearropoconsussílabas.De vez en vez mastico una a unala musa de su semblanza.
Con su silábico germenalimento mi silencio,para sacar a la intemperielas penas o alegríasresidenciadas en la contradicciónde los espionajes sueltos,acostumbrados al murmullode la existencia humana.
Prohibido morir
Por estas calles, imposible andarcontantosharaposdesfilandosu pesadez mercantil.
La mendicidad cojeabuscando al mejor postor,para vender sus jorobas cansadasde tanto trajinar perdidoen la noche del silencio.
Cada uno hace respetarsu derecho al bostezomientras el pan en las mañanastímidamente exhibe en las vitrinassu cuerpo tembloroso y distraído.
No se encuentra un espacio para el agua.El llanto lo tiene invadido.
Aquí no hay atención para los días.Los gusanos siempre viven ocupadossirviendo porciones de miseriaen bandejas disecadaspara evitar el tufo trasmutado.
Por estas calles,en cada puerta hay un letrero:prohibido morir,los buitres no están atendiendo.
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Ciudad y campo
Entre la ciudad y el campo,el viento sopla raudolos duros contratiempos.
Las voces diferentes,por las calles sin nombre,se expanden silenciosasen el terraplén compuesto.
Sumidos en la noche,los murmullos se sientenabrazando las grietasdel desván sorprendido.
Los logros del trabajose van en la ausencia,dejando manchas frescasen la cima del tiempo.
Tras el espacio fríoo cálido en la atmosfera,se encuentran los adeptosproduciendo un sonoroestruendo en la rutina.
Camino hacia el olvido.Las manos labrantíasde un lado a otrose pasean por la ciudad,recordando la existenciade todo lo vivido.
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Parlerías
Detrás del aire, las vocesy, detrás de las voces, las parlerías.
Detrás de los murmullos, las parleríasy, detrás de las parlerías, las noticias.
Con la voluptuosa trascendenciaen la intemperie del sonido,el ruido tecnológicoenvuelto en la distanciatraspasa las paredes,herméticas y mudas.
El cómplice alborotonavega en los oídosdelosradioescuchasfielesen el despabilar continuo.
El árbol del ahorcado
Ese viejo árbol,de corteza silenciosa y apagada,donde los ojos escarban su ausencia,donde los periódicoslevantan sus crónicaspara el informativo de los recuerdos.
Por ese viejo árbol ha pasado el solcomofielvigilantedesusladeras.Metro a metro ha recorrido su temperatura,ha cubierto sus piedras desoladas,ha sido labrador de sus semillas.
En ese viejo árbol,la noche ha levantado los estandartesde la muerte,ha ocultado sus secretos clandestinos,haflorecidoenloscoposdelahistoria,ha sido testigo de los cuerpos colgados del planeta.
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En ese viejo árbol,el viento ha soplado su rudeza,ha cruzado indiferente por sus ramas,ha golpeado sus aleros una y otra vez.Ensusramasdeopacaflorescencia,los pájaros anidan su consuelo,introducen su cuerpo entre la brisa,duermen sobre el gajo de sus sueños,aletea el vapor contra sus alas.Por momentos abandonan sus polluelos,pero vuelven a dormir entre su nido.
Por su rústica corteza, curiosamente los hijos de los hijosvan a verlo,le riegan bendiciones, padrenuestros,oraciones a María y peticiones al Altísimo.
En ese viejo árbol,las nostalgias recorren su silencio,tropiezan imprudentes con la niebla,secuelganalperfildesuriberacomo largos girasoles sobre el tiempo.
Sus cogollos deploran el suceso,lalluviarefrescasusfisuras,penetra en sus raíces su alimento.Desde el fondo de sus yerbas,contagia su estadía.
A ese viejo árbollo sostiene la fuerza de su tierra.En el nudo de su asombrobrotan clandestinas sus miradas,se reparte los días en primaveras,los tiempos en eternos calendarios.
A ese viejo árbolsu vieja soledad lo tiene en las praderas.
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Sueño de patriarca
Voy con mi sueño de patriarcapor la furia del mar,con mis claveles rojos.
Con mi risa de pétalos crecidosbuscando el manto de la noche clara.
Creciendo la vidacomo el árbolen las sombras de dispares formas.
Al desorden le pongo los poderesy a los poderes más desorden.Al orden lo confundo con aromas.
A la tierra sin llanto,le broto el vino
y al vino le pongo mis dolores.
A las horasle encomiendo mis manospara no embriagarel gusto de los días.
Al pájaro desnudolo visto con el vientopara no ver sus alas desmayadas.
A la mañanala cubro en su humedadpara hundirlaenelcampodelasfloresy seguir con mi sueño de patriarca.
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Fugitivo
Cómo anhelo tener la tranquilidad de la rosa,regar su resplandor en los corazones rotos,despedazar la ira con su aroma.
Envolver el viento en sus tempestades.
Inmunizar mi cuerpo contra las palabras.
Ser armonía en el canto de los pájarospara que mi voz no rompasu melodía silvestre.
Cómo anhelo absorberesta partícula de tierra,prisionera entre mis manos,paraquelapalabraflorezcaensudescanso.
Quiero ser el fugitivo de las horaspara esconderme detrás de las paredesde cristal y mirar la concienciaen cada uno de nosotros.
Ver su trasparencia ofendida,cerrarle los ojos a la nochepara que el clavel y la rosano marchiten su existencia.
Lentitud
Tras el vaivén de la existenciael poeta se sienta.
Abre los ojos,escucha el ruido.El soplo de la guerrarodea su cuerpo.
No dice silencio,solo mira al cielo.La pausa en su vidaes gloria y tormenta.
El olor a muertelo tiene abismado.
La guerra en su pasolo toca y lo deja.
A los unos o los otroslos mira y los observapor su lento caminarcon la paz en su anhelo.
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Afán y prisa
Hoy salí a la calle ymiré a lado y lado:los unos y los otrosmostraban su afán.
Cada uno en prisa,rápido o despaciodejaba su pasoatrás de la distancia.
Mezclados o solosentre los tumultos,seguían su rumbo.Con el reloj en la manomedían los metrosentre lugar y lugar.
Los carros velocesdejaban su esmogcon las ruedas sueltassobre el pavimento.En pares continuosvenían o ibanpor el barrio ocultode la gran ciudad.
Vida
La vidase cuelga de las ilusiones.
Las ilusiones se cuelgan de la viday se mecen una a unapara luego desprendersecomo pedazosde horas trajinadas.Se desvanecencomo pepas de hielo,se asustan con las sombrassiendo sombras.
Se levantan todas las mañanasy se trepan en el cantodel pájaro sin vuelo.
Caminan cobardementepor la espesurahuyéndole a los coloresextremadamente fuertes.
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Presente sin olvido
No me olvidaréde las buenas razonespara levantar mis pasosen la luz de las horas.
A las sombras espontáneasen los álgidos días,las tengo presentespara el día de la gloria.
Yoséquenoesmalotodo lo que existe.En el tiempo y los años,las buenas raícesbrotan en los ojosde la tierra sin nombre.
Yocreofirmementeen los buenos espíritus,sembrando grano a granoel maná de la vida.
Quiero ser tierra
Quiero ser viento,para recorrer el espacio con mis ojos.
Quiero ser paso,para caminar con el agua, con el sol.
Quiero ser mano,para sentir la ternura de mi cuerpo.
Quiero ser tierra,para crecer el árbol de mi árbol.
Quiero ser tallo,parahumedecerlaflordelviento.
Quiero ser voz,para ir en la boca del labriego.
Quiero ser fruta,para alimentar al mundo con mis versos.
Quiero ser sol,para acariciar el paisaje con mi sueño.
Quiero ser luna,para casarme con la noche en el silencio.
Quiero ser parto,para amar el olor en cada mañana.
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Incógnito
Si me preguntan por la paz,no la conozco.
Tal vez seael pájaro que vuela de incógnitopor el agujero del tiempo,llevando balas para el desayunode los abismados.
O los letreros colgadosen la hora de la necropsia,cayendo en el vacíodejado por el dolor de cada gotaen los caminos al cementerio.
Yeldueloaplaudidopor la convulsiónde cada trajinar perdido.
Pregúntenles a las llagas del díasi el estornudo de la muerterompe la tranquilidad de la montaña.
O si el sueño de la primaveraes violado por el humo de las explosionescaídas en cualquier partícula de tierra.Yentoncesme iré a la fábrica de leyesa hacer una semejanzapara exhibirla en cualquier museo.
Los inaceptados
Los inaceptadosvan y vienen por el soplo del viento,con sus harapos retorcidosen el gris olor a calley su cuerpo roídopor la soledad nocturnaenvolviendo sus huesos en asfalto.
Nadie oyesu voz caminando por el vacío,recogiendo fantasmas podridosen las ciudades.
Ni vesus manos untadas de despreciodesafiandoelsueñodesusdías.
Caminan con su gritoterciado a sus espaldas,buscando el rumor de serenata sin dueño.
Ysusojoshundidos en el polvobuscan una partícula de tierrapara sembrar su sueñoen la brisa poseída por el viento.
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Sueño añorado
Quiero caminar por los muslos del viento,convertirme en temblor, ser ley y justicia.
Apagar el fuego con la lluvia de mis ojos,ser brote de esperanza en todo desacierto.
Huirle al pensamiento navegante y mezquinopara sostener mi alma entre los sueños profundos.
Ser fuerza y aliento en la ansiedad perdida.
Desbordarme como la aguapor todo el universopara cubrir las grietas del espíritu humano.
Vivirsinguerraniconflictosmediáticos,paratenerpazenmifielexistencia.
Correr por todo el universopara despertar el sueño del deseo añorado.
Pedirle al mundo un grito de calma,sin poderes mezquinos,para expandir la alegría en todo el hemisferio.
¡Oh, Señor bendito! Complazca mis anhelospara no sentir más el frío del desahucio.
Amanecer
Siento fríode mis venas hilando su desvelo.
Del árbolcortando su existencia.
La goterarompiendo su vacío.
El perrogimiendo en su dolor.
El silencio gimiendo en el gritoy el grito ocultando su impotencia.
El cuerpodestrozado por el viento.
Los harapos vestidos de presenciacaminando por la calle roídaen su amanecer perdido.
Del día destilando sus horasen cada sonido donde el dolor crece.
De todo siento frío.
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Deseos
Quiero seguir viviendo en los sueños profundos,seguir siendo vivencia, respiro y aliento.Como el árbol frondoso en las desérticas tierras,brotar fértiles raíces bajo el árido suelo.Penetrar veta por veta los rumores sin dueño.Ser rama furtiva parada sobre el viento,para extender las hojas con el amplio sombrío.En uno u otro lado de cualquier territorio,convertirme en semilla para dar buenos frutos.Volver a la inocencia del tiempo pasado,para atravesar los muros del verbo presente.
Seguir por el rumbo de los deseos sueltoscomo la luz clandestina en la noche calladapara conquistar al mundo con poemas y versos.Detener la guerra fratricida y perpetuasería lo mejor y el más grande deseo.Una impotencia pura me cobija por momentos.Decir quiero y no puedo, en ello me quedo.
Satisfacción
Hoy troto los sueños.Vuelo en la esperanza.Arropo mis manos.Labro la brisa.
Siembro mis esfuerzos.Desgrano mi destino.Levanto las raíces.Esquivo mi sombra.
Desbasto mis pasospara que mañanano tenga el lamentode haber hecholo que no he hechoy ser alguien más en la jornada.
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Pluralidad
Mi vida,nuestra vida,vuestra vida;entrefloresyespinas,se trasciende en el tiempo.
Con la fuerza y el aliento,en el globo terráqueo,por entre raíces álgidas,se acrecienta en la tierra.
Atodofielfuturodel mundo en el planeta,con su tallo y semillas,lo sostiene la vida.
En el vaho del cuerpohay respiro fecundo.Bajo el cielo la nieblaes manto sobre el suelo.
En goteras continuasla lluvia se trasciende.En los soplos el vientola expande por el cosmos.
Inermes o segurosVivimos con la vida.Al brotar los engendrosenfigurasnosvemos.
Vaivén
Los ríos se mantienen despiertospor el rugido de las horas.
Las aves van y vienenpor entre la discordiacon sus alas destrozadasregando el aroma de la mañana.
Cada vaivén tiene su voz para cantar,pero hay vaivenescon su voz hundida en el ronquidopor el galope apresurado de la rivera.
Los buitres nunca hacen falta en las orillasde la hediondez sin dueño,para comerse la fruta podridadel carnaval del viento.
Mientras, el labradordifícilmente levanta su párpadopor entre los aljibes solitariospara mirar las ciudades intoxicadasen la hora del invierno.
En cada camino hay un espejo colgadoa las axilas del tiempo apresurado.Mirando la ciudad desprevenida,cada uno pasa, se mira y se destruye.
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Calendario
Trescientossesenta y cinco díascaminando por el río de la noche,con sus pies desordenados por el vientopor el agua, por el solpor el dolor de ser naday no ser nada.
Trescientossesenta y cinco díasconsufiestadeespadasde lienzos,de escarpines cocidosen el techo de la sombra.
Trescientossesenta y cinco días comparadoscon trescientos sesenta y cinco díasda igual a la fruta, sin nombre,sin raíces, sin voz, sin palabra.
Trescientossesenta y cinco díascon su calendarioprendido a la espalda,por el bosque, por el mar, por el sueño,con orden o sin orden,por los ojos preñados en el tiempo,subiendo y bajando nítidamenteen cada muerte, en cada nacimiento.Van los trescientos sesenta y cinco días.
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Maratón
Cien horascompletaron los tamborespor la vida.
No bastó el frío del silencio,ni las largas jornadas en el alba.El surgir de los dedos en los golpes,mil golpes triplicaron los clamores.
Todofuefiestaenlapazdelaleteo:las palomas planeaban sobre el vientocomo luces en la faz del rascacielos.
Hubo rumbos alegóricosen medio de las voces y tumultos.Los aplausos vibraron de emociones,se unieron contra el armamuda, mueca y asesina.
Los lares del fervorbrotaron por los ladrillos de la plazacomo un traspaso de verdadesen palabras por la vida y su respeto.
Canción de auroras
La vida va creciendoen medio del paraje de la muerte.
La muerte va rondandolos monstruos trepados de las ramas.
Las ramas van cayendoal paso de las horasdel árbol.
El árbol va cantando lentamente,destrozos de páramo en silencio,para entrar y salir por todas partescon paso de animal,sin nombre y sin destino.
Mientras va cantando la voz en primaverauna canción de aurorasa cada estrella…Yirsesindecirbuenosdíasobuenasnoches.
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Reconocimiento a la vida
Que bella es la vida cuando hay abrazos.Los rencores y las intrigasse desvanecen lentas.
En el eco de la distanciala libertad rompe el silencio.Los brotes de la indiferenciaen la velocidad sin treguaescapan por las puertasdel rumbo sin destino,como aforado vientoen el espacio abierto.
Mientras, llega la calmacon su lentitud humana.Las Palabras más palabrasson hiel, miel y veneno,expandiendo su saborpor las fronteras del mundo.
Lento va el tiempo como el manso río,arrastrando las andanzas perdidas en los actos.
Murmullos y sonidos son leves sentimientos.En todo ser humano, los deslices se encuentran,por eso el dar un abrazo es cuestión del momento.
El perdón es un asunto de olvido.En la tierra el agua se evapora lenta.
Despedida
Cuandobajemos al fondo de la tierra,o nos espacien por el vientocomo polvo sin regreso,seremos vivo olvidoen las muecas de la historia.
De lágrimas no hablemos,el llanto las sostiene.Confloresosinfloresserá nuestra partida.
Por siempre y para siempreconnuestrocuerpoflácido,en la balsa de la ausenciadejaremos los recuerdosal más hábil destino,escueto en la intemperie.
Los parientes y amigoscontaran lo que fuimos.A través de los añosbrotarán nuestras obras,si las hemos sembradoo dejado en la espera.
Profundos en el sueñoviajaremos sin devuelta.En el más allá del mundoquedaremos eternos.
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Arrullo a la vida
Cuando la tierrano llore entre sus muertos.
El sonido no se hundaen los dolores.
La noche no habiteen su silencio.
El cuerpono destruya su ancestro.
Lasfloresno mueran lentamente.
El árbolenvejezca entre su sombra.
El carácterno queme su esperanza.
El vientono destruya sus remos lentamente.
Le cantaremos un arrullo a la vidapara que se duermalentamente en sus canciones.
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Del instinto cultivado
“Es preciso ser lentos y aprender a recogersey a estar en compañía de su alma”.
Fernando González
I
La poesía es a menudo un milagroso hallazgo en medio delasoledaddelalengua.Deentrelosinfinitos—yacasoinubicables—materialesdelpoema,lanostalgiabendi-ce con especial ardor al caos que la sílaba convoca para eclipsar el silencio.
Todos sus rostros ofrecen paréntesis en los que la voz del poeta interviene para intentar descubrir aquello que mora en su ser. Contrario a lo que sucede con las cosas delmundoque—comoescribióBarbusse—alcontactocon los hombres se van borrando con lentitud desespe-rante, el poema persiste porque en él reside la covalencia y el feliz secreto de la inmortalidad. La sombra del poema traduce el tiempo y la distancia en una lengua similar a la que usamos para soportar la vida…
Recordarunpoemaesnegarlosdososcurosperfilesde la inmensa nada que delimita el presente absoluto, es penetrar en lo posible de nuestra existencia con lejanos fragmentos de un acontecer irrecuperable, pues, como advirtió Lessing (1766), “el tiempo es el dominio del poe-ta”. La soledad nada sabe de las cerradas puertas del hospicio, de los destinos clausurados por la guerra o de
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La voz de mis raíces Waldino Fosca
qué pobre palabra el corazón se niega para vivir sus días. Sin embargo, mora en los escorzos del poema. Es por esto porloqueasombralafidelidaddesusmuchasformasenlospoemasdeWaldinoFosca,porqueparecieraqueallí—enesosversosdesnudosyhumildes—lasoledadsabedesí misma.
La biografía de este poeta asume el dolor transversal del exilio, el anhelo del paraíso perdido de la infancia y lahistoriadelconflictoenColombia.Suvozesclareceloscapítulos de una vida interior que sólo puede ser en el campo, una vida de la que provenimos todos. No en vano Javier Huérfano comparó la denotación de los elementos agrestes en la poesía de Waldino Fosca con la de Miguel Hernández.Resultamanifiesta,asímismo,unapreocu-pación transparente en torno a los símbolos de la alegría de otras edades y a la pureza inmediata de la tierra. De ahí que la metáfora termine siendo siempre el móvil para intercambiar la locuacidad descriptiva del paisaje por un ejercicio de reencuentro con lo cotidiano, con lo apenas amparado por la mirada.
En consecuencia, Waldino Fosca admite la silueta de un hombre en la totalidad de un pétalo, la humilde levedad de quien escribe en el desengaño del fugitivo y la anhe-ladapaz—quenoconoce—enlascaídaspóstumasdelaesperanza. La novedad de estos versos no radica en un cansado verbalismo o en el trueque artesanal de palabra por sonido, sino en los hallazgos que percibe al profundizar en las imágenes. Concluye, por ejemplo, que “las ilusiones se asustan con las sombras siendo sombras” y gracias a un contrasentido excelso se presta a “despedazar la ira con el aroma de las rosas”. El poeta entra en la memoria
como para comprender la unidad del destino, como para aprender a decir no a la brutalidad de la existencia y al odio clandestino que contamina el alma humana.
Waldino Fosca ha indagado profusamente sobre la duracióndelrecuerdo,alzandosuvozparaconvocar—atravésdelarredrodelaañoranza—ladudaporlacualaccede a los materiales inconfundibles de su poética, que nos recuerda aquel preguntar tan triste de Pellicer (1962): “¿Nadie podrá devolverme nunca / las dulces horas del amor y la alegría de cantar en el campo?”.
II
Sencilloesreconocerenestaobraquelainfluenciadeotrosautores ha ido disminuyendo paulatinamente hasta con-vertirse en reminiscencia íntima y lejana. En Canto Paralelo (1997)confluyenornatossimultáneosaprehendidosenlec-turas de Neruda, Lorca y García Márquez, además de los que corresponden a la poesía popular de autores como Rómulo Mora Sáenz, entre otros. Sin embargo, los escritos de este poetadelosutilhanasumido—yparasiempre—innegablesproporciones personales.
Cabe recordar las palaras de Prudhuhomme (1897): “[para] evitar el escollo de caer en la servidumbre te-rrestreatravésdelaconfidenciadeloscombatesysu-frimientos privados, la poesía personal se excede por la comunión del individuo con los demás, es decir, del poeta con la humanidad”. En la poesía de Waldino Fosca, esto sólo puede redundar en una comprometida crítica de los
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La voz de mis raíces Waldino Fosca
problemas sociales y en su urgente demanda de justicia, equidad, educación, arte, sororidad y fraternidad. Como sucede también en la lírica de Jorge Villamil, no es pues una simple casualidad que reconozcamos en la poesía de Waldino un elevado discernimiento de los testimonios del silencio en aquellos pasajes en los que la condensada materialidad del mundo es suspendida por la belleza de la esperanza inasible, de la siempre imprevista nostalgia, de lo atemporal del arte que no sucumbe ante la violencia, el terror y la muerte.
III
IdaVitale(1994)afirmóque“vivimosbuscandoelsistemamejor para organizarlo todo, para entenderlo, al menos”, pero que, “mientras no llegue el único irrebatible, el más inocente es el alfabético”. Además, nos advierte que “su vastedad puede parecerse al caos que busca sustituir”. A este pensamiento es posible yuxtaponer aquella impre-cación de Sartre (1966) que sostiene que “toda cosa que se nombra ya no es completamente la misma” pues “ha perdido su inocencia”. Estas nociones resultan pertinen-tes para comprender la obra de Waldino Fosca, dado que en ésta cohabitan la inocencia de un orden arbitrario e íntimo, así como la autenticidad dialéctica con la que el autor busca no sólo denunciar sino comprometerse con su realidad inherente…
Enconsecuencia,unapreocupaciónporeltiempo—eltiempoquenosesdadoparaactuar—alimentael“qué
hacer”definitivodelacreaciónylotransgrede,abriendoviejas heridas y comunicando su anterior solaz a la inme-diatez.Deahíquesepresteamodificarloslímitesdelasdespedidas pretéritas y a dejar que su voz eche a andar calladamente en la longitud de dos tristes hemistiquios: “El adiós no cabe en su momento, mi palabra siente frío y va en silencio”.
Para quienes nos hemos acercado a esta poesía que humildemente crece en las márgenes de un siglo extravia-do,laopinióndeRobertWalserparececonfirmada:“talvezla melancolía sea una de las obligaciones de la civilización”. No obstante, parece ser que nos incita de la misma forma a reconocer la inmensa responsabilidad de ensayar la re-flexiónapartirdeloscapítulosquenohemosconcluidodenuestra historia y de nuestra biografía.
Finalmente, recuerdo ahora que Juan Ramón Jiménez (1932) condensó en un breve aforismo su convicción de que la poesía es “instinto cultivado”, esto es, una constante inter-pretación de los símbolos y la soledad del lenguaje respecto a los cuerpos sin número que nos dan la sensación de existir en su más básica lectura, pero también una actividad noble quenosenfrentaalainfinitaysimultáneamanifestaciónde la vida. Waldino Fosca ha cultivado en su mirada, a lo largo de los días y los años, el solidario instinto con el que comprende las dimensiones más secretas de lo que siempre somos sin descanso.
Arturo Hernández González
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Alianzas
Los libros colectivos son el producto de un trabajo en comunidad, son la suma de las voluntades y esfuerzos de muchos que no quieren otra cosa más que materializar buenas ideas. Además de nuestros co-editores, a este enjambre se sumó la hija de Waldino, Sandra Fosca, quien nos inspiró con su amor y esfuerzos incansables. También se unió el Gimnasio Vermont, encabezado por la profesora Andrea Palomar, el profesor Raúl González y sobre todo los mismos estudiantes.
Las ilustraciones son collages realizados por Silvia Trujillo a partir de obras artísticas de jóvenes del Gimnasio Vermont, quienes desde diferentes puntos de vista pusieron un poco de su propia biografía para hacer de este libro un punto de cruce entre formas de ver el mundo. Por susesfuerzos,infinitasgraciasa:
Juanita Balcázar (página14)Manuela Calle (páginas22y23)
Mariana Ariza (página33)Laura Matiz (páginas46y47)
Juan David Camacho (páginas64y65)Juan Ospina (página73)
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Tienes este libro colectivo en tus manos gracias a los siguientesco-editoresqueconfiaronenLa voz de
mis raíces cuando apenas era una idea:
Nicolás Rincón GilleMaria Paula Gutiérrez Maya
Raúl González GómezAndrea Palomar
Alexander Restrepo Ramírez Claudia Sofía HernándezRevista Noche Laberinto
Ana María González Diana Patricia García Ocampo
JohannaMónica Alejandra Torres González @suricatem
Paola Liliana Murcia Vargas Manuela Millán Zambrano
Daniela Mosquera CamachoMónica Isabel Rodríguez Hernández
Juan Silva SernaLesly Vanessa Jiménez Mancilla
Arturo Hernández GonzálezLaura Matiz
Paula Gutiérrez OrtizCarlos Balcázar
Amanda ChinchillaGuillermo Ortiz CastroRenzo Cantor Rocha
Christian GilVerónica BejaranoHelena GonzálezMartha PiñerosSandra Fosca
Kalena WilliamsNatalia Pérez
William LozanoMargarita González Rojas
Lixa H Garzón Fosca Sergio Cáceres Sánchez
Wilson Paul RuedaLuis Carlos Cote
Germán Adrián Cantor RochaRodrigo Andrés Rogelis
Víctor CoyLina SánchezKelly Acuña
Silvia Juliana Trujillo
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Waldino Fosca
La vida de Waldino Fosca es un testimonio de Colombia. Panadero, campesino, emigrante a la ciudad, poeta. Como millones de colombianos, abandonó el campo y se enfrentó a la vida urbana. Como millones de colombianos, ha luchado por sus sueños en medio de la adversidad. Se levanta todos los días en su casa del barrio Santa Vivia-na y se dedica a lo que más le gusta: la poesía. Sus versos sonreflejosdesusdías,desusluchas,desusañoranzas,de sus alegrías, y al mismo un testimonio de la vida de miles de colombianos que han caminado su cotidianidad entre el campo, el trabajo y la ciudad.
Después de que varias editoriales le exigieran un pago para editarlo, Waldino vendió un lote para sacar adelante su primer libro “Canto Paralelo” en 1997. Cumplió su sueño a pulso, por su propio esfuerzo y con su comunidad. Ahora publica su primer libro colectivo, demostrando que los sue-ños se pueden convertir en obras si hay gente dispuesta a trabajar en comunidad para superar las barreras que la industria editorial impone sobre las ideas.
Enjambre Libros Colectivos
Enjambre es una plataforma de edición colectiva que construye diariamente una comunidad alrededor de nuevas ideas. Al unir a escritores nuevos y talentosos
con lectores dispuestos a apoyarlos, Enjambre se constituye en una alternativa al modelo editorial tradicional. El escritor propone un proyecto, los
lectores lo patrocinan, y la comunidad obtiene así un nuevo libro para sentir y pensar el mundo.
Por eso se trata de un Enjambre: apuntamos a la creación de una comunidad libre que abra horizontes alternativos y abandone, para transformarla, la vieja
colmena editorial.
www.enjambre.com.co
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La voz de mi raíces, el tercer libro colectivo del Enjambre, se terminó de imprimir en Bogotá el mes de noviembre de 2019.
Esta versión digital fue lanzada bajo autorización de Waldino Fosca en el mes de abril de 2020.
Ahora que terminaste de leer La voz de mi raíces eres parte de esta plataforma de edición libre y colectiva.
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Antes que un poemario, este libro es una colección de tra-zos y huellas de una vida, la de Waldino Fosca. Cada poema
es un fragmento cotidiano de una vida caminada entre la añoranza del campo, la guerra, la pujanza de los barrios bogotanos y la crudeza de la ciudad. Su valor no reside
solamente en su cualidad literaria, sino en el hecho de ser piezasbiográficasdeunrompecabezasqueellectordebearmar. Con este libro, los lectores pasaran un día en la mi-
rada de un campesino poeta que siente la ciudad, su barrio, su vida, desde la ambición de ponerlo todo en palabras, mostrándonos que, en la realidad de lo minúsculo, en la
cotidianidad colombiana, está también la historia de un país que a pesar de la guerra y la injusticia sigue moviéndose
y sigue creando y sigue echando pa'lante.
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