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Los reclamos de cultura y ética frente a los comunicadores sociales - Marta Colomina

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Artículo de la profesora Marta Colomina en la revista Comunicación relativo a la situación de los medios de comunicación luego de algunos sucesos de alta cobertura y la poca ética con la que fueron abordados.

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5/13/2018 Los reclamos de cultura y ética frente a los comunicadores sociales - Marta Colomina - slidepdf.com

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Hay que poner Ias cosas en su

lugar: .Socieda~ y TeLev~sion;es decir, Lasoc iedad pr imero

y fa telev i sion despues. Sin embar-

go, mucho nos tememos que quienes

coman dan este medio y no pocos

comunicadores piensan que la tele-

visi6n esta por encima de la socie-

dad. Y justamente esa es una de las

preocupaciones contemporaneas en

casi todo el mundo: aquella que par-

te de la constataci6n de que los me-

dios de comunicaci6n, y particular-

mente la televisi6n, han invadido elespac io publico y se han erigido en

un suprapoder que parece controlar a'

los poderes constitucionales y a las

restantes instituciones sociales.

Diversidad de investigaciones y

trabajos publicados han aportadoinformaci6n decisiva que demuestra

la enorme influencia de los conteni-

dos de la televisi6n en la formaci6n

de actitudes, conductas y creencias

de la gente; y han seiialado que un

servicio publico de radio y televisi6n

no gubernamental podrfa ser la alter-

nativa para aminorar el negativo

impacto social de tan poderosos

medios. A traves de esas interven-

ciones y de casi la totalidad de la

literatura comunicacional referida a

la televisi6n, la carga crftica es diri-

gidaa sus propietarios y ejecutivos,

a quienes se les considera responsa-

bles de los males causados por unos

mensajes que atienden a criterios

mercantiles, frecuentemente refiidos

con la responsabilidad social. Quien

esto escribe sefialaba en un.reciente

artfculo publicado en el diario ElUniversal' que cuando se aborda el

tema de las extralirnitaciones de los

medios de comunicacion, las crfti-

cas apuntan generalmente hacia los

propietarios mas que contra los pe-

riodistas, a quienes, por ser asalaria-

dos, se les suele considerar vfctimas

de los prop6sitos comerciales de sus

patronos. Sin embargo, ciertas prac-

ticas puestas en marcha por algunos

comunicadores ignoran visiblemen-

te los reclamos culturales y eticos de

la sociedad.

LOS MALOS EJEMPLOS

I.Un camar6grafo de los infor-

mativos de la cadena norteamerica-

. na de televisi6n CBS convenci6 a un

soldado estadounidense durante la

Guerra del Vietnam para que cortara

la oreja de un rnilitar del Viet-Cong

muerto en uno de los combates. El

camar6grafo envi6 las imagenes al

corresponsal y este afiadi6 un trucu-

lento comentario y 10 mand6 todo a

Nueva York. Se transmiti6 en el in-

ENTRADA .

LOS recta mos

de cu ltu rav ettca'fren te a los

comun icadores

socia les

Marta cotomlna

COMUNICACION

formativo estelar de CBS en octubre

de 1967.

2. El20 de junio de 1985, las tres

grandes cadenas de la TV norteame-

ricanas dieron la maxima cobertura

informativa a una rued a de prensa

que los secuestradores del vuelo 847

de la TWA convocaron en Beirut y

en la que cuarenta rehenes estado-

unidenses leyeron dec1araciones es-

critas mientras permanecfan a sulado

pistoleros chinas armados. Poco des-

pues mucha gente se preguntaba si

esta amplia cobertura informativa

ayud6 realmente a los rehenes, y se

lleg6 a la conclusi6n de que ayudo

mucho mas a los secuestradores.

3.Un periodista de la TV norte-

americana entr6 en 1989 con una

pistola en el Capitolio de los EE.UU.s610 para demostrar su idea de que

debfan mejorarse los sistemas de

seguridad. Su peculiar forma de in-

vestigar y la espectacularizaci6n que

dio alevento fueron duramente criti-

cadas por su falta de responsabilidad

y su amarillismo.'

4. Una periodista de la TV vene-

zolana entrevist6 ados mujeres a las

que present6 como la esposa y la

amante de Darwin Jose, aparente-

mente uno de los delincuentes que

secuestraron a las dos hermanas en

los sucesos de Terrazas del Avila, y18

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pocas horas despues se supo que era

un nombre inventado por los propios

secuestradores para evitar ser identi-

ficados por la policfa. Durante las

largas entrevistas televisi vas, las dos

mujeres daban datos y confidencias

amorosas sobre un personaje que no

existfa.

5. Un reportero de la TV venezo-

lana en medio de la transmision del

tragico hecho de Terrazas del Avila,

ofrecio publicamente a los delincuen-

tes que el se comprometia a proveer-

les de un vehfculo para que pudieran

escapar.

La lista de los abusos y extralimi-

taciones de periodistasy medios en

todo el mundo podrfa ser intermina-

ble y en todos esos fraudes informa-

tivos se observa la comision de gra-

ves erroreseticos de valoracion. EI

productorejecutivo deABC EveningNews, AvWesting, dijo sin empacho

10 que sirve tambien para explicar 10

ocurrido informativamente en los

sucesos de Terrazas del Avila,: «Se-

ria imbecil sicomparase mis apuntes

con algiin colega: Mi trabajo consis-

te. en no dejar respirar a las otras

cadenas de television". 3

A proposito de la transmision de

los hechos de Terrazas del Avila,

Diego Bautista Urbaneja en un arti-

culo de opinion de El Universal'

sefiala que los medios de comunica-cion estan hipnotizados, atrapados

por sus propios criterios de exito y

una version caricaturesca de profe-

sionalismo, sin «capacidad de a1can-

zar una perspectiva mas amplia 0

mas alta». Observa Urbaneja que

con frecuencia esta concepcion ad-

quie re dimensiones patologicas y

cuenta que un destacado profesional

de un canal de television (que aun-

que Urbaneja no cita, se colige que

esta ahora en RCTV), al preguntarle

sobre 10 que se comentaba entre los

colegas despues de 10 ocurrido en

. Terrazas del Avila, este le dijo que

«habfa mucho malestar». Pero 10

verdaderamente significativo es que

ese malestar no era porque estuvie-

ran en trance de autocrftica, sino

unicamente porque el otro canal «les

habia dado palo». Segtin explico el

ejecutivo de TV a Urbaneja, habfa

habido alguna vacilacion en las au-

toridades del canal (RCTV) sobre si

eta etico 0 conveniente enviar las

camaras allugar, escnipulos que la

competencia no tuvo, 10 cualle per- COMUNICACION

19

mitio «dar palo» a su dubitativo ad-

versario'. De hecho, segun contaba a

otra persona un redactor de RCTV,

los delincuentes deTerrazas del Avila

hicieron una primera Hamada a ese

canal para que enviaran las camaras

y ante la negativa de sus ejecutivos

en ese momento, decidieron contac-

tar a Yenevision; que sf aprovecho

«el lomito», como ellos llaman a

eventos como el que nos ocupa. Al

final todos los canales mandaron sus

carnaras, con el pandemonium y ca-'

nibalismo profesional y social ya por

todos conocidos. Podemos entonces

concluir que cualquier exceso mass-

mediatico quedaria justificado por

a1canzarel rating, por el serel mime-

ro uno en la conquista de la audien-

cia. «lPor que los .reporteros enfo-

can sus camaras hacia familias afli-

gidas, viudas ·desconsoladas y vfcti-

mas de accidentes en pleno sufri-miento?" Se pregunta un veterano

periodista de television, Jan Costello,

en su ensayo Explotando el dolor.

lPor que los periodistas graficos y

los reporteros de los informativos de

TV Began incluso a aprovecharse de

la tragica y sangrienta muerte de

alguien? Y se responde: «porque es

la forma rapida y sucia de transmitir

emocion, y la emocion vende noti-

cias. La gente espera ver desgracias

- y dramas humanos en su propio cuar-

to de estar. Las lagrimas, la angustiay el dolor es 10 que da fuerza a las

fotografias y a las noticias por televi-

sion»6.

Ahora bien, tenemos la convic-

cion, amparada pormultitud de prue-

bas empfricas al respecto, de que los

medios de comunicacion y particu- .

larmente la television, ponen enmar-

cha dispositivos que con frecuencia

condicionan las actitudes y compor-

tamientos de los individuos y de los

grupos pero, sobre todo, fijan laagen-

da colectiva con los temas que ten-

dran repercusion publica. El dia de

los sucesos de Terrazas del Avila,

los medios de comunicacion, y en

forma protuberante la TV, impusie-

ron la agenda monoternatica de ese

dia a los venezolanos, tanto, que la

necesaria explicacion sobre las me-

didas economicas anunciadas la no-

che anterior por el presidente de la

Republica, quedo relegada y silen-

ciada. Pero ademas, la TV convirtio

un hecho ocurrido en Caracas en un

acontecimiento nacional que distra-

jo a las regiones del pais de sus

problemas especfficos. Al dia si

guiente ocurrio un secuestro similar

en Anzoategui y en virtud del desin-

teres de los medios en ese aconteci-

miento, ni siquiera los habitantes de

esa region estuvieron en capacidad

de enterarse tanpormenorizadamente

como fueron obligados a hacerlo con

el caraquefio de Terrazas del Avila.

LOS COMUNICADORES

EN EL ESPACIO P(JBLICO

Ya es sabido que a traves de una

seleccion tematica de ciertos hechos

cotidianos, el comunicador se con-

vierte enel gate-keeper que estable-

ce que asuntos, personas u organiza-

ciones van a ser expuestos a la luz

publica. Jose Luis Dader? dira que el

periodista profesional se ha conver-

tido en un nuevo "Rey Midas, capaz

de convertir, no en oro, sino en pu-blico, todo 10 que toea», EI comuni-

cador que se sabe partfcipe del poder

colectivo de dotar 0 denegar la rele-

vancia publica, «no suele ser cons-

ciente en su total intensidad y en

cada una de sus, en apariencia, pe-

quefias decisiones, del derrotero que

esta contribuyendo a dar al espacio

publico de su sociedad, 10 que es

como acabar diciendo, a su sociedad

misma», Aunque sus decisiones no

suelen estar guiadas por «premedita-

ciones maquiavelicas», 10 cierto esque el comunicador decide cada dia

que problemas sociales serdn legiti-

mados como publicos y que otros

asuntos serdn condenados al silen-

cio colectivo, con excepcion de las

personas involucradas en ellos.

La observacion nos conduce a

los efectos sociales de esa relevancia

publica dada a ciertos items a traves

de la tematizacion de los medios:

Aquella que permite constatar que el

Rey Midas no convierte en publicos

gran cantidad de problemas padeci-

dos de forma constante por muchos

grupos sociales, particularrnente los

menos favorecidos economicamen-

teoY, por elcontrario, magnificara y

lograra centrar la atencion publica

sobre temas mucho menos relevan-

tes, cuya presentacion resultara tre-

mendamente atractiva para las au-

diencias, por estar reforzada por la

espectacularidad y seduccion tclevi-

sivas. Condemasiadafrecuenciaad-

quiere relevancia publica justamen-

te 1 0 irrelevante, gracias a la persis-

tencia de los medios y al formato

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atractivo con el que se presenta".

Si partimos de que el espacio

publico es simplemente 1 0 que deci-

den medios y periodistas" y que en la

construccion de ese espacio publico

no hay ninguna garantia de que las

cuestiones importantes sean incor-

poradas e investigadas a profundi-

dad (porque muchas veces ni siquie-

ra los periodistas estan conscientes

de actuar conforme a un plan 0 una

politica informativas), estamos obli-

gados entonces a enfrentar lagrave-

dad de esta situacion.

Ante este panorama, muchos pe-

riodistas concluyen que los lfrnites

de 10 publico, frente a 10 social y 10

pri vado, nunca podran ser definidos

con precision- (hay quienes dicen

que establecer esos lfrnites es poner

cortapisas a la libertad de expre-

sion)- y justamente la falta de crite-

rio en esta materia conduce a uno delos problemas tfpicos en la actuali-

dad: el de los conflictos por conquis- .

, tar la notoriedad publica que se ex-

presa en la conviccion generalizada

de que solo apareciendo en los me-

dios, y sobre todo en la TV, se obtie-

nen respuestas sociales y la aten-

cion publica. Y para lograr el obje-

tivo de hacerse visibles socialmente

hay quienes usa ran incluso la vio-

lencia, como 10 ocurrido en el caso

de Terrazas del Avila. Esta practica

alimentada visiblemente por los pro-

pios massmedia, estimula una lucha

social continua para Ilamar la aten-

cion de los medios de comunicacion,

a traves de cualquier mecanismo.

Como bien dice Furio Colombo en

Rabia y Television, los grupos popu-

lares han terminado por aprender

que sus problemas preocuparan se-

riamente al poder polftico y a las

instituciones en general, si han sido

reflejados previamente en los me-

dios.? Yen sentido contrario, el go-

bierno y las instituciones permane-

ceran indiferentes, si los rec1amosno han aparecido en los medios de

comunicacion, dado que su estabili-

dad polftica no corre peligro.

EL COMUNICADOR

"TOERO"

Una de las acusaciones dirigidas

a los periodistas es la de adherirse,

tan pronto asumen su cargo, a las

rutinas de su actividad. A diferencia

de cualquier otra profesion que tra-

bajapara una especializacion tecni-

ca y en virtud de unos codigos de

saber y quehacer de «especialistas» -

nos dice Dader- el periodista, salvo

enunas cuantas preparaciones instru-

mentales de lenguaje 0equipo tecni-

co,sueleasumirprecisamenteelideal

de juzgar e interpretar los multiples

asuntos que le ocupan como sifuera

un ciudadano medio mas, es decir,

alguien despreocupado por los deta-

Iles y matices, apenas interesado en

los' datos mas elementales de las

cuestiones a siniple vista impactan-

tes". Gracias a esa identificacion

con el gusto medio 0mediocre, con-

sigue detectar con exito que temas,

personas y tratamientos periodfsti-

cos pueden ser mas atractivos omas

comerciales para el publico, conver-

tide en consumidor de la noticia

trastocada en mercancfa. Un medico

o un ingeniero, por ejemplo, pueden

asumiruna actitud elemental frenteatodos los campos del saber, co n ex-cepcion del suyo, que cuando esabor-

dado, 10 hara haciendo gala de un

conocimiento especializado, no apto

para legos 0 intrusos. Quiza la prue-

ba mas grafica al respecto sea la cara

de ignorante que cualquiera de noso-

tros pone frente al mecanico a cuyo

taller hem os Ilevado nuestro vehfcu-

10 , cuando comienza a revelarnos en

un lenguaje especializado el diag-

nostico de los males tecnicos de nues-

tro automovil, que resulta para noso-

tros incomprensible.

AI periodista no le ocurre eso a

la hora de seleccionar y transmitir

los asuntos informativos, dado su

mimetismo vocacional con el publi-

co medio. Se nos dira que el perio-

dista tiene la funcion de hacer com-

prensibles las cuestiones mas varia-

das para el cormin denominador de

la gente y que, como consecuencia

de esa funcion, se verfa obligado a

presentar esas cuestiones en sus as-

pectos mas rudimentarios, mas ele-

mentales. Pero el caso es que esasimplificacion devieneen destacar

solo 1 0 anecdotico y 1 0 espectacular,

obviando de antemano los detalles

complejos,porque el comunicador

esta convencido (oha side convenci-

do) de que la audiencia no 10 enten-

dena 0 no estarfa interesada en des-

entrafiar esa complejidad. Esa es la

razon de peso por la cuallos especia-

listas en numerosas disciplinas (eco-

nomistas, medicos, juristas, etc.)

consideran superficial y con frecuen-

cia frfvolo el tratamiento que los I < S t M l ll m C f o lc U t 'h " 1

20

medios dan a las informaciones reIa-

tivas a su campo de trabajo, pero las

aceptan sin rechistar cuando se refie-

ren a ternas distintos a los que ellos

dominan. Aprovechemos para hacer

una autocrftica: Ni siquiera en el

tiempo de la formacion academica

de losfuturos periodistas las escue-

las de Comunicacion Social pone-

mos mucho enfasis en el aprendizajeriguroso de saberes especializados

y exclusivos",

De los propios estudiantes parte

el rechazo y tambien de unos cuan-

tos profesores, de todo 10 que tienda

hacia la conceptualizacion -adora-

mos la anecdota- y repudiamos 10

que huela a sofisticaci6n teorica.

LA DESCONFIANZA MUTUA

ENTRE COMUNICADORES

YMEDIOS

A proposito del tema que nos

ocupa, la Escuela de Comunicacion

Social de la Universidad Catolica

Andres Bello, a cuyo cuerpo docente

pertenezco, organize hace unos me-

ses arras dos coloquios en los que,

partiendo del sugerente tftulo De 1 0

ideal a 1 0 posible, un distinguido

grupo de representantes de medios

impresos, audiovisuales y publicita-

rios, dieron su documentada vision

. sobre el profesional de la comunica-

cion: "EI comunicador segun los

medios" fue la primera mesa de tra-

bajo y "Los medios segun el cornu-

nicador» el tema del siguiente dfa.

En honor a la verdad, la ultimajorna-

da fue mucho menos interesante que

la primera y, verguenza da decirlo,

mucho mas pobre conceptual y argu-

mentalmente que las muy documen-

tadas exposiciones de los represen-

tantes de los medios.

En el coloquio que abrio el cicio

al que estoy haciendo referencia, los

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directores de medios presentaron un

perfil deplorable de los comunica-

dores. Su visi6n, plagada de referen-

cias concretas, podrfa resumirse en

aquell a frase pesimista de «con estos

bueyes hay que arar». Allf se dijo

que los comunicadores tenemos

mentalidad de empleados, que so-

mos mas corporativistas .que los

medicos, que nunc a reconocemos ala empresa como un negoeio que no

necesariamente esta refiido con la

etica y que justificamos nuestros erro-

res casi siempre bajo el argumento

de «no me pagan 10 que merezco» 0

«la empresa me manda a decir cosas

y a cubrir eventos con los que yo no

estoy de acuerdo». En sintesis, las

relaciones entre propietarios 0direc-

tores de medios y sus comunieado-

res son tensas y poco enriquecedo-

ras. Sorprendentemente casi todos

los ponentes coincidieron en afirmarque estan en la busqueda de profe-

sionales con sentido de la etica y de

la sensibilidad social.

John Muller, director ejecutivo

de El Universal, perfil6 al periodista

necesario como aquel que sabe es-

cribir (que ponga las comas donde

deben ir) y sobre todoque sepaescu-

char los murmullos de la sociedad.

Nelson Rivera, miembro del comite

editorial del diario El Nacional, abo-

ga por aquel periodista que necesitan

los lectores, para 10 cual serfa nece-

sario replantear la relaci6n del co-municador con el lector. Emiti6 fuer-

tes crfticas alJuentismo, -esas fuen-

tes tradicionales como el Parlamen-

to, Miraflores 0Fedecamaras y las

estandarizadas ruedas de prensa-,

porque homogeneiza de tal manera

la informacion, que termina por

cartelizarla. Apela Nelson Rivera a

la necesidad de renovar entre los.

profesionales de la informacion el

orgullo proJesional a traves de la

.¢OMUNICI\CION;

21

rehabilitacion de Iperiodista ilustra-

do y defiende el derecho de replica

que a veces es negado por el propio

periodista como un mecanismo

ocultador de sus errores.

Dos fueron las quejas basicas

que los empleadores expresaron de

los comunicadores sociales: el ere-

ciente divismo del gremio que se

traduce en un narcisismo empobre-cedor de sus capacidades profesio-

nales, y la carencia de una cultura

globalizante que Ie permita cumplir

a cabalidad su cometido. Cuando se

produce el reclamo de los directores

de medios a sus comunicadores, es-

tos casi siempre apelan al «chantaje

de los lfrnites de la libertad de expre-

sion» para ocultar sus deficiencias

profesionales 0su falta de sensibili-

dad social.

Por su parte, como era de espe-

rarse, los comunicadores se auto-definieron al dfa siguiente, como la

fuente de creaci6n de las empresas

massmediaticas y como los campeo-

nes de una etica hollada con frecuen-

cia por los directores 0propietarios.

Nohuboreconocimiento del divismo

como un obstaculo de la mediaci6n

social y, en sintesis, a diferencia de

10 que hicieran los representantes de

los medios el dfa anterior, las culpas

de los posibles excesos masmedidti-

cosJueron achacadas a las audien-

cias que son las que reclaman la

televisi6n que tenemos. La televi-sion que rige en Venezuela -dijo

,Napoleon Bravo- es la television que

queremos los venezolanos, porque

de 10 contrario no se registrarfan en

nuestro pais promedios tan altos de

exposici6n al medio. Si las audien-

cias reclamaran progran'las cultura-

les y estuvieran dispuestas a verios,

los propietarios de la TV se los da-

rfan, En sfntesis, concluye Napoleon

Bravo que cada pais tiene la televi-

sion que merece. Ante este panora-

ma, habra entonces que asumir elpapel de abogado del diablo para

poder separar los reclamos de cultu-

ra yeticaque la sociedad le hace a los

medios, por un lado, y a los comuni-

cadores sociales, por otro.

LOSPECADOSDE LOS PERIODIST AS

i,Que practicas impiden que los

comunicadores sociales se con vier-

tan en aliados de los ciudadanos? A

riesgo de caer en generalidades que

obvian gloriosas excepciones, va

mos a resumir los pecados profesio

nales de los comunicadores'? qu

son verdaderos obstaculos para e

cumplimiento de su responsabilidad

social:

1. Frente a la complejidad de

mundo contemporaneo, el periodis-

ta tiende hacia la excesiva simplici-

dad informativa, handicap que sagudiza a traves de unepresentacion

Jragmentada de los hechos noticio-

sos. Los analistas del impacto de lo

medios de comunicaci6n en la socie

dad sefialan a esa simplificaci6n

fragmentacion informativas como

variables que inciden en la ausencia

del debate libre y racional de lo

asuntos piiblicos. De 10 complejo

ya quedo dicho- se toma apenas 1

que pueda tener de anecd6tico. La

excusa parajustificar la simplicidad

suele ser la rapidez con la que sprocesa la informacion.

2. El protagonismo excesivo de

los comunicadores (el divismo) foca-

liza la atencion en el periodista y no

en los hechos 0 agentes sociales.

Este vedettismo es exacerbado por e

formato de los noticieros de la tele-

vision (que rige en Venezuela) en e

cual el reportero es presentado como

el centro de la noticia: acnia y narra

la informaci6n en la que el experto

apenas aparece unos segundos y e

resto es versi6n reporteril. La noticia

convertida en espectaculo y en en-. tretenimiento ha trastocado al perio-

dista en actor y hasta en suplantador

de funciones que no Ie corresponden

como mediador: el comunicadorpre-

tende fungir como editorialista, po-

licfa, legislador, juez y hasta salva-

dor de la Republica. A proposito de

estos excesos, un lector remitio ala

seccion de «Cartas al Director» la

siguiente queja contra los periodis-

tas: "i,No se han dado cuenta de que

la Opinion Publica son ustedes y que

los ciudadanos somos en realidad laopinion privada?"

3.lnsensibilidad de los periodis-

tas para con lagente comdn, a la que

rara vez consideran noticia, como no

sea para incorporarla a la pagina roja

o a los aberrantes reality shows, al

estilo de En Exclusiva 0 A Puerta

Cerrada. La rutina informativa se

remite al reducido grupo de aetores

politicos y sociales de siempre, cuya

lista no sobrepasa los cien persona-

jes. El fuentismo descrito por Nel-

son Rivera del diario El Nacional

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condiciona esa insensibilidad e

inhabilita al periodista para «escu-

char los murmuilos de la sociedad» a

los que se referfa John MiilIer, de El

Universal, en el foro de la UCAB.

4.lncapacidad para laautocriti-

ca. Mientras los comunicadores so-

ciales nos creemos con derecho a

criticar a todo el mundo en esa fun-

cion nada mediadora de justicieros

sociales en que el divismo haconver-

tido a muchos, en los medios de

comunicacion rara vez hay lugarpara

que los ciudadanos juzguen nuestro

trabajo. Es ostensiblemente antide-

mocratico que periodistas y medios

sean los iinicos exc1uidos del objeto

casi universal de la critica que ellos

realizan. Los periodistas somos fe-

rozmente corporativos: como los

medicos, nos taparnos unos a otros y

las debilidades del gremio quedan en

un ambito estrictamente privado, apesar de que los efectos de esos erro-

res, tengan repercusiones publicas.

(Circularon privadamente listas de

periodistas que habrfan sido finan-

ciados por los banqueros profugos, y

sin embargo s610 se hizo publica la

de los diputados que habrfan recibi-

do tarjetas de credito del mismo ori-

gen).

5.El secreto de Lafuente que tangloriosas batallas gan6 en el pasado

en defensa de la libertad de expre-

sion, ha devenido en secretismo para

unos cuantos periodistas que omiteninformaciones 0 inventan y tergiver-

san otras. (Nada se dice de los perio-

distas corruptos que reciben dinero.

o un sueldo extra en muchas nomi-nas ocultas de polfticos 0 de empre-

sarios).

6.La intromision en fa vida pri-

vada de las personas es otro pecado

muy extendido entre los periodistas.

En Venezuela, con excepci6n de ese

deleznable «periodismo» de farandu-

la, no se hageneralizado lapractica de

convertir algunos «affaires» priva-

dos, en noticia de primera plana.

LA DILUCI6N DE LA RTICA

Los principios tradicionales de

la etica periodfstica expresada en

multitud de textos que los modern os

comunicadores sociales l.leen? al

pasar por las escuelas uni versitarias,

parecieran diluirse a medida que la

figura del periodista se va convir-

tiendo en esa otra difusa, vasta y casi

indefinible del comunicador social.

quedado reducidas a mera retorica.

Nunca antes como ahora asuritos

como la «bioetica, caridad mediatica,

acciones humanitarias, salvaguarda

del medio ambiente, moralizacion

de los negocios, de la polftica y de

los media, debates sobre el aborto y

el acoso sexual, cruzadas contra la

droga y el tabaco» habian plenado

las agendas colectivas. Larevitaliza-ci6n de los val ores y el espfritu de

responsabilidad -nos dira Lipovets-

ky- se esgrimen por doquier como el

imperativo prioritario de la epoca.

«Hasta hace poco, nuestras socieda-

des vibraban con la idea de libera-

ci6n individual y colectiva, hoy pro-

cIaman que la iinica utopia posible

es la moral».

Pero «prometer y no dar, no des-

compone casa», decfan nuestras

abuelas, A pesar de los constantes

enunciados de los medios de cornu-nicacion, ese «retorno de la moral»

es, en la practica, su contrario. «La

era del deber rigorista y categ6rico

-explica Lipovetsky- se ha eclipsado

en beneficio de una cultura inedita

que prefiere las norm as del bienestar

alas obligaciones supremas del ideal;

que metamorfosea Laacci6n moral

en show recreativo y en comunica-

cion de empresa, que alienta los de-rechos subjetivos, pero reniega del

deber desgarrador». EserecIamo mo-

ral aparece en todas partes, pero sera

falso, es apenas una etiqueta, un si-mulacro de 10 etico en el que la

exigencia del sacrificio no aparece

en ningun momento. «Nos hallamos

envueltos en elcicio postmodemo de

las democracias que repudian la re-

torica del deber austero e integral y

consagran los derechos individuales

a la autonomfa, al deseo, a la felici-

dad" 12 .

Estamos entonces frente a un di-

lema que bien pudiera equipararse al

muy coloquial de que fue primero, si

el huevo 0 la gallina: Los medios de

comunicacion trastocan lamoral en

show recreativo y en comunicacion

de empresa, 0 los medios son apenas

el espejo de una sociedad en Laque

la moral es un simple juego de apa-

riencias.

Decfa en ese foro de la UCAB el

profesor Adolfo Herrera que en un

reciente informe de una universidad

norteamericana se enumeraban cien-

to veinte especialidades de Lacomu-

nicacion social. Era mucho mas fa-

cil delimitar las responsabilidades

del viejo periodista que trabajaba

solo para los medios impresos, que

las de este moderno comunicadorque procesa no solo las noticias en

los periodic os y en los medios audio-

visuales, sino que se ampara en esa

nueva denominacion de la comuni-

cacion corporativa en la cual los

lfmites entre las public relations, la

pubLicidad y la verdadera informa-

cion, son cada vez mas diffciles.

Y caben muchas mas acepciones

atin en el termino comunicador so-

cial: en 61se insertan los publicistas,

los presentadores de radio y televi-

sion y todos aquellos profesionales

que se relacionan con los procesosmasmediaticos, sean estes informa-

tivos 0 de entretenimiento. Lo que sf

es claramente observable es que to-

dos estos cambios en el perfil del

periodista, convertido ahora en co-

municador, han ido diluyendo la res-

ponsabilidad social de medios y me-

diadores. La responsabilidad social

y la etica profesional parecen haber-

se sustituido por una suerte de espec-

tdculo de lo cotidiano del que nadie

asume la paternidad. Antes era posi-

ble recIamar al. periodista sus des-

vios eticos: hoy el comunicador elu-

de su responsabilidad con argumen-

tos fuenteovejunos: la culpa es de

todos, pero sobre todo de las audien-

ciasque recIaman cada vez mayoresexcesos.

EL SHOW MORALISTA RESPONSABILIDAD

Y COMPROMISO

Gilles Lipovetsky, enEl Crepus-

culo del Deber I,describe magistral-

mente como en la sociedad postmo-

dema la etica y la solidaridad han COMUNICACION

Lipovetsky recornendara que

frente a las «amenazas de este neo-

moralismo, as! como del cinismo de

22

5/13/2018 Los reclamos de cultura y ética frente a los comunicadores sociales - Marta Colomina - slidepdf.com

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r

~~-..

corto alcance, conviene rehabilitar

La inteligencia como etica que se

muestra menos preocupada por las

intenciones puras que por los resul-

tados benefices para el hombre, que

no exige el heroismo del desinteres,

sino el espiritu de responsabilidad y

Labusqueda de compromisos razo-

nables. i,Liberalismo pragmatico y

dialogado 0 nuevo dogmatismo eti-

co? El rostro de manana se formara

conforme a esa lucha que libran esas

dos 16gicas antagonistas del

postdeber" .13 (Lo subrayado es nues-

tro).

En ese espiritu de responsabili-

dad y en Labusqueda de compromi-

sos razonables debe navegar la ac-

ci6n del comunicador social. 0 10

que es 10mismo: el comunicador no

puede desofr los reclamos de cultura

y etica que formulan vastos sectores

de la sociedad. No puede el profesio-nal de la comunicaci6n seguir escu-

dandose en el inexcusable argumen-

to de culpar iinicamentea sus em-

pleadores del incumplimiento de

su deber para con el publico usuario

de los medios. Si bien es cierto que

en todas las sociedades el concepto

de «etica» se identifica con las reglas

del comportamiento en las que cada

persona basa su propia vida, sin

embargo cada c6digo etico depende-

ra siempre de las normas sociales, de

las creencias imperantes en cadacultura, en sfntesis, de los contextos

hist6ricos de cada grupo social. Asf,

interpretando la visi6n que Karl

Mannheim nos da de la etica, cada

instituci6n deberfa ser juzgada por su

capacidad para funcionar dentro de

su propio ambito y no por si puede 0

no ser comparada a otro modelo cul-

rural". En otras palabras: nuestros

medios de comunicaci6n deben ser

analizados ala luz del cumplimiento

o incumplimiento de sus deberes para

con la sociedad venezolana.

No puede, entonces, ser analiza-

da la televisi6n venezolana como

podrfa serlo la inglesa, la alemana 0

la espanola, pafses de gran tradici6n

de medios radioelectricos de servi-

cio publico y en los que existen nu-

merosas altemativas comunicacio-

nales para sus audiencias. Ni tampo-

cojuzgada con lamisma benevolen-

cia que podrfa serlo la TV norteame-

ricana, pafs en el que el publico per-

ceptor tiene infinidad de opciones

televisivas para escoger. Los vene-

zolanos estamos condenados a muy

pocas alternativas, que durante lar-

gos anos se redujeron a los dos gran-

des canales RCTVy Venevisi6n. La

responsabilidad de nuestra televisi6n

en estos momentos de crisis, debe

ser mayor que en los tiempos de

bonanza, porque variables como el

acoso de la inseguridad personal y el

deterioro de los ingresos hacen que

los venezolanos nos dirijamos a laTV como uno de los medios preferi-

dos en el uso del tiempo libre. Pero

no es s610 «usarlo» en cali dad de

simple perceptor, es que esos me-

dios, en virtud del declive dellide-

razgo politico e institucional, han

ido conquistando cada vez tramos

mayores de la atenci6n publica, has-

ta traspasar sus funciones mediado-

ras y convertirse ellos mismos en

actores polfticos y sociales.

i,Por que los comunicadores so-

ciales estamos contribuyendo conesa practica, antes que amainarla?

Porque los ya descritos pecados ca-

pitales de los periodistas se con vier-

ten en un verdadero obstaculo para

la rehabilitaci6n de la inteligencia

como etica, a la que apela sabiamen-

te Lipovetsky. Menos falso herofs-

mo de los comunicadores y mas be-

neficio para los ciudadanos deberfa

ser el objeto de nuestras preocupa-

ciones. En sfntesis, asumir ese espf-

ritu de responsabilidad y suscribir

comprornisos sociales razonables y

posibles.

EL CUMPLIMIENTO

DELDEBER

COMUNICA~ION

Podemos concluir que asf como

los sindicalistas del magisterio ve-

nezolano han desdibujado el perfil

del docente sacrificado, digno y en-

tregado a la formaci6n de sus edu-

candos, as! del perfil de comunica-

dor social se ha borrado el concepto

del deber y del servicio publico. EI

narcisismo anotado, unido a la feroz23

competencia mercantil de los m

dios, han conformado un escenari

caracterizado por el olvido del d

ber. Los periodistas exigimos todo

los dfas que los demas cumplan co

su deber, pero olvidamos cumplir

nuestro. Con ello caemos en una

las contradicciones eticas de esa er

aquella que emana de la combina

ci6n de exigir agresivamente der

chos, pero olvidar nuestros deb

res", Conviene concluircon Blumle

que «la libertad de los medios y

los periodistas, no es un valor abso

luto: esta acoplada inextricablemente

a numerosas consecuencias socia

lese ..) El ejercicio de tal liberta

socialmente importante debe dars

en condiciones de responsabilidad

de obligaci6n de rendir cuentas, tan

tos medios como periodistas» ".

NOTAS

1. Colomina, Marta. Pecados capitales

los periodistas. En el diario El Universa

03-05-96, p. 1-4.

2. Ejemplos citados por Matelski, Marilyn

En Etica en los lnformativos de Telev

sion, editado por el Instituto Oficial

Radio Television Espafiola, Madrid 199

p. 15-16.3. Cole, Barry G:.Quaility of News. En T

levision, MacMillan and Co. N.Y., 197

p.9.

4. Urbaneja, Diego Bautista. Miniatura N

gativa. En el diario El Universal,

25-04-1996, p. 1-5.5. Costello, Jan R. Exploiting Grief

Restraint and the Right to KIlOw. E

Commonweal, 6-06-86, p. 327.

6. Dader, Jose Luis. El periodista ell

espacio publico. Edit. Bosch-Comu-

nicaci6n, Barcelona 1992, p. 152-153.

7. Colombo, Furio: Rabia y Television. Re

f lexiones sobre los efectos imprevistos d

la TV. Edit. Gustavo Gilli, Barcelona

1983 pp 89 Y 90.8. Dader, Jose Luis. Op. cit., p. 154 Y s

guientes.

9. Comentario crftico similar formula Jos

Luis Dader respecto a la formaci6n aca

dernica recibida por los estudiantes de la

escuelas de comunicaci6n de Espana.

10. Colomina, Marta, art. cit.

11. Lipovetsky, Gilles. El Crepusculo de

Deber, Edit. Anagrama, Colecci6n Ar

gumentos, Barcelona 1994, p, 9 y s

guientes.

12. Lipovetsky, Gilles. Op. cit. , p. 31.

13. Lipovetsky, Gilles. Op. cit. , p. 132.

14. Matelski, Marilyn. Etica ell los informa-

tivos de television. Op. cit., p. 18 Y s

guientes.

15. Robles, Gregorio. Los derechos funda-

mentales y la etica en la sociedad actual.

Edit. Civitas, Madrid 1992, p. 187 Ys

guientes.

16. Blumler, Jay G. Television e interes pu

blico. Edit. Bosch, Cornunicacion, Bar

celona 1993, p. 289.