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radiologia
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UNIVERSIDAD RICARDO PALMA
FACULTAD DE MEDICINA HUMANA
RADIOLOGÍA Y DIAGNÓSTICO POR IMÁGENES
TEMA:
ESTUDIO TOMOGRÁFICO Y ECOGRÁFICO DE TUMORES MALIGNOS DEL PÁNCREAS
DOCENTE:
Dr. OSCAR MARTÍNEZ LOZANO
ALUMNA:
MARÍA SUSSAN MARTÍNEZ PEÑA
2015- II
INTRODUCCIÓN
Dadas las limitaciones de la extensión del tema, se describirá la patología tumoral
pancreática de acuerdo a los siguientes puntos:
I- Tumores del Páncreas ExocrinoII- Tumores QuísticosIII- Tumores Ampulares y Periampulares
Al ser los tumores del páncreas endocrino sumamente infrecuentes no serán desarrollados.
Por otro lado, la inclusión del tercer grupo se hace en consideración al parecido en el
comportamiento clínico con los tumores malignos de la cabeza del páncreas, aunque con
distinto grado de evolución y pronóstico y cuyo tratamiento quirúrgico es prácticamente el
mismo.
I. TUMORES DEL PÁNCREAS EXOCRINO
El páncreas exocrino, formado por acinos y conductos excre-tores, puede generar tumores
a partir de estas estructuras. Estos tumores pueden ser benignos o malignos.
- Tumores Benignos: • Adenoma acinar (muy infrecuente).
- Tumores Malignos. • Carcinoma acinar (apenas el 2%), • Adenocarcinoma ductal (muy frecuente).
Tanto los Adenomas como el Carcinoma acinar son de rara presentación por ello se
describirá únicamente el Adenocarcinoma ductal conocido comúnmente como Cáncer de
Páncreas.
1. CÁNCER DE PÁNCREAS (CP)
Se origina en el epitelio ductal y es el tumor maligno más frecuente del páncreas (90%). Se
lo asocia con tabaquismo, anomalías ductales (páncreas divisum) y pancreatitis crónica
alcohólica y más si ésta es calcificante. Más frecuente después de los 60 años, con
predominio en hombres en una relación de 3-1 con respecto a las mujeres. Su etiología
permanece aún desconocida.
En los Estados Unidos su incidencia es de 9,1 por cada cien mil habitantes y es la cuarta
causa de muerte por cáncer. En nuestro país, información del Centro de Investigación de
Cáncer Maes Heller de Lima Metropolitana (1990-1993) refiere que sobre un total de
28,668 casos de cáncer, el CP ocupa el décimo séptimo lugar con 553 casos, que equivale
a una incidencia de 3,9 por cien mil habitantes, ocupando el cuarto lugar de las neoplasias
malignas del aparato digestivo, precedido por el Cáncer de estómago, colon y recto.
Esquemáticamente podemos decir que el 70% se desarrolla en la cabeza, el 20% en el
cuerpo y 10% en la cola del páncreas.
• Cáncer de Cabeza
Macroscópicamente se presenta como un agrandamiento de la porción afectada. Tumor de
tamaño pequeño de consistencia dura, mal delimitado y con una reacción peritumoral
(pancreatitis paraneoplásica) que magnifica el tamaño del tumor.
El cáncer cefálico por lo general obstruye el conducto de Wirsung originando una dilatación
retrógrada de 3 cm o más de diámetro (siendo el diámetro normal de 2 mm).
El colédoco retropancreático también es invadido, produciendo una obstrucción total, con
dilatación de la vía biliar intra y extrahepática. La vesícula de paredes no inflamadas con
cístico permeable también se dilata. La infiltración compromete rápidamente vasos
mesentéricos superiores, vena porta y órganos vecinos (duodeno estómago) y estructuras
ganglionares retro-peritoneales originando en gran porcentaje de casos su incurabilidad.
• Cáncer de Cuerpo
A las características macroscópicas ya mencionadas se suma una invasión precoz de los
nervios esplácnicos, pudiendo invadir más tardíamente la vía biliar por avance de la
neoplasia o metástasis ganglionares.
• Cáncer de Cola
En esta localización, tiende a desarrollar formaciones tumorales de regular volumen con
invasión de órganos vecinos y estructuras retroperitoneales que pueden ser palpadas al
examen clínico.
Desde el punto de vista histológico estos adenocarcinomas son de distinto grado de
diferenciación. Inmunohistoquímicamente son positivos para el CEA, Ca.19-9 y otros
marcadores tumorales, con cierta correlación, a más positividad mayor malignidad.
Existen otros tipos histológicos menos frecuentes de origen ductal: adenoescamosos
(acantomas), de células claras, de células en anillo de sello y los carcinomas anaplásicos.
Estos últimos conocidos también con el nombre de pleomorfos o sarcomatoides
corresponden al 7% de los tumores pancreáticos y se ubican de preferencia en el cuerpo o
cola del páncreas.
• Diseminación
El CP se expande por invasión directa a órganos vecinos. Por vía linfática a ganglios
vecinos, regionales y ganglios alejados supra e inframesocolónicos. Por vía venosa da
metástasis en hígado y finalmente metástasis generalizadas.
• Cuadro Clínico
De acuerdo a su ubicación topográfica:
Cáncer de cabeza
Al inicio tiene síntomas inespecíficos, de carácter general: trastornos dispépticos, astenia,
anorexia y pérdida de peso (Síndrome general).
La ictericia está presente prácticamente en el 100% de los casos. Como se mencionó, el CP
invade rápidamente el colédoco originando una ictericia obstructiva con dilatación de la vía
biliar intra y extrahepática de carácter progresivo y con bilirrubina a predominio directa
(Síndrome ictérico). El paciente refiere además coluria y acolia.
El dolor es de carácter moderado e inconstante, ubicado en epigastrio, en algunas
oportunidades irradiado a los hipocondrios y de aparición postprandial.
Pueden aparecer otros síntomas inconstantes como náuseas, vómitos y diarrea. Los
primeros cuando ha sido invadido el duodeno y la diarrea como expresión de síndrome de
mala absorción.
Al examen físico encontramos:
Ictericia de piel y mucosas.
Hepatomegalia. El hígado está aumentado de tamaño y es fácilmente palpable. La estasis
biliar y la posibilidad de metástasis son sus causas.
Vesícula palpable (Signo de Courvoisier-Terrier). Es patognomónica del CP y de los
procesos malignos de la región ampular y periampular.
Ascitis. La aparición de ascitis sobre todo en casos avanzados indica siembra neoplásica
peritoneal e irresecabilidad.
Cáncer de Cuerpo y Cola:
En el Cáncer de cuerpo el síntoma predominante es el dolor. Es de gran intensidad, de
localización epigástrica con irradiación a hipocondrio izquierdo y región lumbar del mismo
lado, es continuo y con exacerbaciones postprandiales, con el reposo nocturno y en
decúbito dorsal. El paciente adopta posiciones antálgicas de cuclillas y el tórax inclinado
hacia adelante. Se interpreta este síndrome doloroso como la invasión del plexo solar por
la neoplasia. La pérdida de peso y la anorexia, asociado al dolor, completa la tríada
diagnóstica. La ictericia no es muy frecuente y cuando aparece lo hace tardíamente por
invasión tumoral y más frecuentemente por metástasis ganglionares.
En el cáncer de cola, al síndrome general, se le agrega, la tumoración palpable.
Al examen físico encontramos: tumor palpable, frecuente en Cáncer de cola e inconstante
en el de cuerpo; hepatomegalia y ascitis por metástasis generalizadas.
• Laboratorio
La mayoría de los pacientes con CP presentan bilirrubina aumentada a predominio directa,
acompañada de fosfatasa alcalina también elevada e hipoproteinemia. Hay presencia de
pigmentos biliares en orina. Los marcadores tumorales en sangre son positivos.
• Diagnóstico por Imágenes
- Radiografía: La Rx Gastroduodenal a doble contraste sólo da signos tardíos, como
infiltración de estómago y duodeno provocando en éste la formación de masas vegetantes
y ulceradas, provocando en algunos casos obstrucción o hemorragias.
- Ecografía: Es de gran precisión para detectar tumoraciones pancreáticas de mas de 15
mm. El signo más característico es la deformación localizada, masa hipoecoica homogénea
con respecto al resto del páncreas. La dilatación del Wirsung es el signo más importante
siendo más evidente en los tumores de la cabeza y menos en el de cuerpo y cola. La
dilatación de la vía biliar es otro signo de valor que orienta al diagnóstico.
- TAC: De alta sensibilidad en el diagnóstico de tumores pancreáticos (98%). El aumento
y la deformación localizada debe considerarse como tumor probable. La tomografía con
contraste facilita la ubicación del tumor. Otra ventaja de la TAC es que puede estadificar el
cáncer mostrando la extensión e infiltración al retrope-ritoneo, estructuras vasculares,
metástasis ganglionares y de vísceras vecinas, asimismo la presencia de ascitis.
- Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica (CPRE): Presenta alta
sensibilidad y especificidad comparada con la TAC, 97% y 95% respectivamente. Combina
el método endoscópico y radiológico y permite distinguir un tumor ampular de un CP o una
pancreatitis crónica. Las imágenes pueden ser: estenosis, obstrucción tumoral y dilatación
retrógrada del Wirsung. En la vía biliar se puede observar desplazamiento, compresión,
estenosis u obstrucción total. Las complicaciones del método como pancreatitis aguda o
sepsis son infrecuentes, 1% y 0,5% respectivamente. La sepsis se puede evitar con
antibióticos en forma profiláctica o intervención quirúrgica el mismo día del estudio.
- Colangiografía Transparietohepática (CTPH): Permite ubicar la altura de la
obstrucción y puede orientar el diagnóstico sin definirla en forma categórica. Sirve también
para descomprimir la vía biliar como tratamiento paliativo.
- La Arteriografía Selectiva y la Laparoscopía Diagnóstica se usan en
determinados casos, ya que la ECO, TAC, y la CPRE solas o combinadas son suficientes.
- Ecografía Endoscópica: Moderno estudio que permite la detección de tumores
menores de 2 cm de diámetro, confirma el diagnóstico y la posibilidad de resección.
Mediante este método es posible realizar punciones guiadas para la obtención de biopsias.
- Punción Aspiración Percutánea: En manos entrenadas y realizada con aguja
ultrafina 0,6 mm de diámetro externo y con guía ecográfica forma parte de los métodos
miniinvasivos para el diágnostico de los tumores abdominales
• Marcadores Tumorales
Aún no es posible hacer el diagnóstico precoz de CP. Esto justifica la búsqueda de algún
marcador que nos acerque a este objetivo.
Los anticuerpos monoclonales Ca-19-9, Ca.50, -Ca 242 fueron detectados en sangre de
pacientes con CP con una sensibilidad y especificidad del 85, 90 y 73% respectivamente.
Asimismo la elastasa inmunorreactiva es usada por su alta sensibilidad y especificidad del
98%.
• Tratamiento
T. Quirúrgico:
La única posibilidad de curación del CP es la cirugía. Sin embargo actualmente sólo es
posible realizarla en menos del 15% de los casos.
En el tumor de cabeza de páncreas está indicada la duodenopancreatectomía cefálica
(Operación de Wipple). La morbilidad y mortalidad de esta operación ha descendido
últimamente del 20% a 0% según reportes últimos de centros especializados. Hay autores
que sostienen que la operación de Wipple es una buena operación paliativa en pacientes
con ganglios positivos y posibilita curación en quienes no tienen metástasis locales,
regionales o a distancia.
Los cánceres corporocaudales sólo por excepción son extir-pables (pancreatectomía
corporocaudal) y no ofrecen mejor supervivencia que los cefálicos.
En el CP no resecable libre de ascitis y de metástasis groseras es frecuente la realización
de operaciones paliativas, para descomprimir la vía biliar (coledocoduodenoanastomosis o
hepaticoyeyunoanastomosis), asociada o no a gastroenteroanastomosis cuando hay
invasión duodenal.
Manejo del Dolor:
La esplacnicectomía química o quirúrgica se utiliza en algunos casos. La administración de
opiáceos puede ser útil si se usan en forma racional y agresiva.
Terapia adyuvante:
Se refiere al uso de quimioterápicos y radiación, así como al implante de agujas de
radium, iridium o paladium intratumoral.
Finalmente mencionaremos que en el Sloan Kettering Cáncer Center de New York, sobre
118 pacientes operados por Cáncer de Páncreas con intención curativa, registraron una
mortalidad operatoria del 3,4%. La supervivencia media fue de 14 meses. Pacientes no
resecados vivieron 4 meses. La supervivencia a 5 años es de tan sólo 10% (12 pacientes).
El bajo índice de resección, la elevada morbimortalidad operatoria y la escasa
supervivencia nos señalan las pocas posibilidades de curación del CP.
II. TUMORES QUÍSTICOS (TQ)
Son tumores raros, apenas el 3% de los tumores pancreáticos y sólo el 10% son malignos.Desde el punto de vista anatomopatológico los TQ se dividen en:
1- Quistes Verdaderos - Con revestimiento epitelial.
2- Pseudoquistes - Carecen de revestimiento. Forman parte de las Complicaciones de las
Pancreatitis.
Sólo se describirá a los primeros.
• Quistes Verdaderos
Se clasifican en:
A. Congénitos: Únicos o múltiples. Quistes dermoides, enfermedad poliquística y
fibrosis quística. Por su infrecuente presentación no serán considerados.
B- Adquiridos:
Cistoadenomas Serosos Microquísticos ricos en glucógeno,
Cistoadenomas Mucinosos,
Cistoadenocarcinomas Mucinosos.
• Cistoadenomas Serosos
Son tumores grandes que pueden crecer hasta 20 cm o más, generalmente en mujeres de
edad avanzada. Siempre benignos. Cuando son pequeños son asintomáticos. Al ser
grandes producen desplazamiento de órganos vecinos y son fácilmente descubiertos al
examen física.
La ubicación puede ser en cualquier segmento del páncreas. Al examen histológico es
característica la riqueza en glucógeno del epitelio de revestimiento. Al corte presenta el
aspecto de “panal de abejas” o “alveolar de pulmón”, con quistes de distinto tamaño y de
contenido líquido claro.
Diagnóstico por imágenes:
Rx simple de abdomen, presenta la típica imagen de calcificación central con
prolongaciones radiales.
Ecografía: lo describe como tumor lobulado con zona central hiperecoica.
TAC: dinámica (con contraste). El tumor se destaca por ser muy vascularizado.
Tratamiento Quirúrgico:
Se indica en quistes grandes cuando producen compresión. Son fácilmente resecables,
tienen plano de clivaje sobre un páncreas de aspecto normal. En quistes pequeños la
conducta será de observación.
• Cistoadenoma mucinoso y Cistoadenocarcinoma
Se deben destacar las dificultades diagnósticas para diferenciarlos clínicamente entre sí y
también con algunos pseudoquistes. Por esta razón debemos pensar en estos tumores
cuando no existan antecedentes de pancreatitis o traumas de la región. Se señala también
que a pesar del avance tecnológico en estudio por imágenes, el diagnóstico diferencial
entre formas benignas y malignas es imposible, a menos que haya metástasis o invasión
de órganos vecinos.
Desde el punto de vista macroscópico algunos correlacionan tamaño y estirpe tumoral
permitiendo afirmar que los tumores con menos de 3 cm son benignos y cuando son
mayores de 8 cm. son seguramente malignos. Se indica en los primeros un seguimiento
evolutivo y en los segundos la intervención quirúrgica.
En la laparotomía exploradora es posible comprobar que los cistoadenomas presentan
lobulaciones pequeñas, transparentes, con adherencias a órganos vecinos y sobre un
páncreas de aspecto normal. A la punción el líquido es viscoso con dosaje de amilasa
similar a la de sangre periférica (diferencia con los seudoquistes) en los cistoadenomas
benignos. En el cistoadenocarcinoma es positiva la presencia de C.E.A., Ca.-19-9,
Ca.15-3 y Ca. 72-4.
Al corte presenta formaciones multiloculares, tabiques y líquido de aspecto mucinoso. Sólo
la histología nos dará el diagnóstico definitivo. Es discutido también el pronóstico de los
pacientes con cistoadenocarcinoma. Mientras que para algunos es fácilmente resecable y
curable en el 70% de los casos, otros opinan lo contrario afirmando que existen
cistoadenocarcinomas altamente agresivos (malos), con metástasis precoces y otros de
baja agresividad (buenos) siendo resecables sólo en el 62% de los casos.
En la última década se ha descrito una nueva formación tumoral quística de naturaleza
maligna con distintos nombres: quístico papilar, epitelial papilar, sólidos y papilares que se
originarían de células multipotenciales de los conductos excretores. Estos son tumores
propios de mujeres jóvenes ubicados en el cuerpo y cola del páncreas, de gran tamaño y
encapsulados. A las formaciones quísticas se le agregan focos de hemorragia y necrosis.
Son fácilmente resecables y de buen pronóstico.
III. TUMORES AMPULARES Y PERIAMPULARES
Sinonimia: Tumores del confluente bilioduodeno-pancreá-tico, T. Ampulares, Carcinomas
pancreático duodenales, etc.
Se denomina así a los tumores malignos que se localizan en la desembocadura común del
colédoco y del Wirsung en el duodeno o en su vecindad. Estos tumores se originan en el
epitelio mucoso del duodeno, de la ampolla de Vater, del colédoco inferior, del Wirsung
terminal o islotes pancreáticos cefálicos que rodean a las estructuras mencionadas.
Algunos autores no consideran los dos últimos por ser neoplasias genuinas del páncreas.
Por tener características histológicas y clínicas semejantes justifican tratarlos en conjunto.
Con excepción de los tumores ampulares, en los periampulares es difícil apreciar
macroscópicamente su origen. La histología es similar (adenocarcinomas) con distinto
grado de diferenciación.
• Clínica
En términos generales podemos decir que estos tumores presentan la misma clínica con
matices muy poco diferenciables.
Ictericia de tipo colestásico, con ligeras fluctuaciones en los tumores vaterianos por
necrosis y desprendimiento tumoral. Adelgazamiento, astenia, anorexia y estado nauseoso.
Dolor sordo en epigastrio e hipocondrio derecho. Fiebre cuando se complica con colangitis,
frecuente en obstrucciones biliares por neoplasias. Hemorragia digestiva oculta o en forma
de melena en los T. ampulares. Al examen físico encontramos ictericia, vesícula palpable y
hepatomegalia.
• Laboratorio
Bilirrubina aumentada a predominio directa, fosfatasa alcalina elevada, hemoglobina y
hematocrito disminuidos, sangre oculta en heces en ampulomas y presencia de
marcadores elevados.
• Diagnóstico por Imágenes
Radiografía: Rx a doble contraste (duodenografía hipotó-nica). Puede orientar al
diagnóstico de ampulomas y tumores duodenales.
Endoscopía digestiva alta: Diagnostica fácilmente los ampulomas y los tumores
duodenales permitiendo la toma de biopsias y eventualmente su resección en
tumores pedi-culados.
Ecografía y TAC: Permiten visualizar el tumor pero la presencia permanente de
gases hace muy difícil la determinación de su origen.
Ecografía endoscópica: Tampoco discrimina el origen de los T. periampulares.
Colangio Pancreatografía por Resonancia Magnética Nuclear (CP-RMN): Estudios
recientes sostienen que este método permite determinar con certeza el origen de
los T. periampulares.
En síntesis, por tratarse de tumores malignos, su tratamiento es quirúrgico, siendo la
duodenopancreatectomía cefálica (op. De Wipple) la indicada.
Debemos enfatizar que los tumores ampulares y periam-pulares oportunamente operados
pueden ser curables dado su bajo grado de malignidad, en contraposición al CP.
Tambien podemos concluir que las mejores técnicas de imagen para diagnosticar tumores
malignos de Páncreas son: TEM y la Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica
(CPRE)
Tomografía axial computarizada simple: imagen en 3D de abdomen vista anteroposterior, lateral y axial. Se observa imagen compleja en proyección del proceso uncinado de la cabeza del páncreas(circulo) con dilatación de vías biliares intrahepática y dilatación del colédoco el cual mide 15 mm
Conducto de Wirsung dilatado, con saculaciones que le confieren un aspecto arrosariado, secundario a un adenocarcinoma en el proceso uncinado.
Adenocarcinoma ductal: lesión hipoecogénica en la cabeza del páncreas (flecha amarilla) de contornos irregulares y que engloba a la vena esplénica (flecha roja)
Tumor neuroendocrino no funcionante: lesión grande en la cabeza del páncreas, bien delimitada y discretamente hipoecogénica y heterogénea.
Tomografía computarizada en fase pancreatográfica. Se observa una dilatación del conducto de Wirsung y del colédoco y una perfecta opacificación de la
arteria mesentérica superior y arteria gastroduodenal, con opacificación parcial del confluente venoso espleno-mesentérico.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
http://www.sapd.es/revista/article.php?file=vol36_n4/03
http://informacion-oncologia.blogspot.pe/2011/05/tumor-de-pancreas-proposito-de-un-caso.html
http://www.elsevier.es/es-revista-radiologia-119-articulo-diagnostico-estadificacion-del-carcinoma-pancreas-13093291
http://endocrinediseases.org/neuroendocrine/insulinoma_tests_es.shtml
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/medicina/cirugia/tomo_i/Cap_20-2_Tumores%20del%20P%C3%A1ncreas.htm