Socrates 1

SCRATES Y LA FUNDACIN DE LA FILOSOFA MORAL OCCIDENTAL (PG. 85)

RESMEN REALIZADO POR SILVIA PREZ VZQUEZ CURSO 2012/2013 Pgina 1

1.- INTRODUCCIN.

Sofista es una palabra que significa sabio, experto en el saber. Los sofistas desplazaron el eje de la

indagacin filosfica desde el cosmos hasta el hombre. Abrieron el camino a la filosofa moral, sin alcanzar

sus ltimos fundamentos, ya que no lograron determinar la naturaleza del hombre en cuanto tal. Para ello

fue preciso que determinadas cosas fuesen destruidas para poderlas reconstruir sobre bases nuevas y ms

slidas, quebrando perspectivas estrechas, con el objeto de abrir otras ms amplias.

Los naturalistas haban criticado las viejas concepciones antropomrficas de lo divino y las

identificaron con el principio. Los sofistas rechazaron a los viejos dioses, pero al rechazar tambin la

bsqueda del principio, avanzaron hacia una negacin de los divino. Protgoras se mostr agnstico,

Gorgias lleg ms all con su nihilismo (Doctrina filosfica que niega la posibilidad de todo conocimiento y

que en la prctica, supone la negacin de los valores superiores). Prdico interpret a los dioses como una

hipstasis (Realidad fundamental que es principio de otras realidades, en la filosofa neoplatnica) de lo til

y Critias como la invencin ideolgica elaborada por un poltico hbil. Despus de estas crticas no se pudo

dar marcha atrs: para pensar lo divino, era preciso buscar y hallar una esfera ms alta en la que colocarlo.

Antes de que surgiese la filosofa, la verdad no se distingua de las apariencias. Los naturalistas

contrapusieron el logos a las apariencias y slo en l reconocieron la verdad. Protgoras escindi el logos

en los dos razonamientos y descubri que el logos dice y contradice; Gorgias rechaz el logos como

pensamiento y slo lo consider como una palabra mgica, pero se encontr con una palabra que puede

decir todo lo contrario de todo, y por lo tanto no puede expresar nada. Estas experiencias fueron trgicas

pero necesarias. Palabra y pensamiento deban recuperar la verdad a un nivel ms elevado.

Los sofistas destruyeron la vieja imagen del hombre caracterstica de la poesa y de la tradicin

prefilosfica, pero no supieron construir una nueva. Protgoras consider al hombre como sensibilidad y

sensacin relativizadora; Gorgias como sujeto de emociones mviles, susceptible de ser conducido en

cualquier direccin mediante la retrica; y los sofistas que apelaron al a naturaleza, hablaron del hombre

como si fuese una naturaleza biolgica y animal, omitiendo o silenciando su naturaleza espiritual. El

hombre para conocerse a s mismo, deba hallar una base ms slida, que Scrates supo encontrar.

2.- SCRATES Y LA FUNDACIN DE LA FILOSOFA MORAL OCCIDENTAL.

2.1.- La vida de Scrates y la cuestin socrtica (el problema de las fuentes).

Scrates naci en Atenas en el 470/469 a.C. y muri en el 399 a.C., condenado a muerte por

impiedad (fue acusado de no creer en los dioses de la ciudad y de corromper a los jvenes; tras esas

acusaciones se ocultaban resentimientos de diversas clases y maniobras polticas). Fue hijo de un escultor

y una comadrona. No fund una escuela, como los dems filsofos, pero ense en lugares pblicos

(gimnasios y plazas pblicas), como una especie de predicador laico, ejerciendo una enorme fascinacin no

slo sobre los jvenes, sino tambin sobre hombres de todas las edades, lo cual le gan notables

aversiones y enemistades.

En la vida de Scrates hay que distinguir dos fases. En la primera frecuent los fsicos, sobre todo a

Arquelao. Se hizo eco de la sofstica y se plante sus mismos problemas, aunque en abierta polmica con

los sofistas mayores; muy distinto al Scrates que nos describe Platn y Jenofonte, el de la vejez, el

Scrates en el ltimo tramo de su existencia. No podemos comprender a Scrates, si no tenemos muy

claro que su juventud y primera madurez, transcurrieron en una sociedad separada de la de Platn y

Jenofonte, por un abismo como el que divide a la Europa anterior a la guerra, de la Europa de posguerra.

Scrates no escribi nada, ya que consideraba que su mensaje deba comunicarse a travs de la

palabra viva, del dilogo y la oralidad dialctica. Resulta muy difcil determinar qu es lo que pertenece a



Scrates y qu corresponde a replanteamientos y reelaboraciones que formula Platn. Se constata que a

partir del momento en que Scrates acta en Atenas, la literatura en general y la filosofa en particular,

experimentan una serie de novedades de alcance muy considerable, y dichas fuentes atribuyen a Scrates

tales novedades. La filosofa socrtica manifiesta un influjo tan notable en el desarrollo del pensamiento

griego y occidental, que puede compararse con una autntica revolucin espiritual.

2.2.- El descubrimiento de la esencia del hombre (el hombre es su psyche).

Despus de un lapso dedicado a escuchar la enseanza de los ltimos naturalistas, pero sin hallarse

satisfecho con stos, Scrates centr definitivamente su inters en la problemtica del hombre, al igual que

los sofistas, pero a diferencia de ellos, supo llegar al fondo de la cuestin, como para admitir que era un

sabio en esta materia. Los naturalistas buscaban responder a qu es la naturaleza y cul la realidad ltima

de las cosas?; Scrates trata de responder a cul es la naturaleza y la realidad ltima del hombre? y cul

es la esencia del hombre?

Finalmente se llega a una respuesta inequvoca: el hombre es su alma, puesto que sta lo distingue

de cualquier otra cosa. Entiende por alma nuestra razn y la sede de nuestra actividad pensante y tica. Es

el yo consciente y la personalidad intelectual y moral.

Si el alma es la esencia del hombre, cuidar de s mismo significa cuidar no el propio cuerpo, sino la

propia alma, y ensear a los hombres el cuidado de la propia alma es la tarea suprema del educador, la de

Scrates, que consider le fue encomendada por el Dios. El hombre se vale del cuerpo como de un

instrumento, lo cual significa que son cosas distintas el sujeto (el hombre) y el instrumento (el cuerpo). A la

pregunta de qu es el hombre? No se puede responder que es su cuerpo, sino que es aquello que se sirve

del cuerpo, la psyche, el alma (la inteligencia), de modo que la conclusin es inevitable: Nos ordena

conocer el alma aquel que nos advierte CONCETE A TI MISMO. Scrates llev esta doctrina hasta tal

punto de conciencia y reflexin crtica, que logr deducir todas las consecuencias que surgen de ella.

2.3.- El nuevo significado de virtud y la nueva tabla de valores.

En griego lo que nosotros hoy llamamos virtud se dice arete y significa aquella actividad y modo de

ser que perfecciona a cada cosa, hacindola ser aquello que debe ser; por ejemplo, la virtud de un perro

consiste en ser buen guardin. La virtud del hombre es lo que hace que el alma sea como debe ser, de

acuerdo con su naturaleza, es decir, buena y perfecta; en eso consiste la ciencia o conocimiento, mientras

que el vicio ser la privacin de ciencia y de conocimiento, es decir, la ignorancia.

Scrates revolucion la tabla tradicional de los valores, ya que los verdaderos, no estaban vinculados

con cosas externas como la riqueza, el poder o la fama, ni los que estaban vinculados al cuerpo como la

vida, la fuerza fsica, la salud y la belleza, sino los valores del alma, que se hallan todos incluidos en el

conocimiento.

Riqueza, poder, fama y salud no parece que por su propia naturaleza puedan llamarse bienes en s

mismos, sino que ms bien nos encontramos con esto: si son dirigidos por la ignorancia, se revelan como

males mayores que sus contrarios, porque se hallan ms capacitados para servir en mala direccin; si estn

dirigidos por el buen juicio y por la ciencia o el conocimiento, resultan bienes mayores; por s mismos, ni

unos ni otros tienen valor.

2.4.- Las paradojas de la tica socrtica.

La tesis socrtica antes enunciada implicaba dos consecuencias que muy pronto fueron consideradas

como paradojas, pero que resultan bastante importantes y hay que aclararlas:

1. La virtud es ciencia y el vicio ignorancia: los antiguos consideraban las diversas virtudes como una

pluralidad (justicia, santidad, prudencia, templanza); todos consideraban que se basaban en las



tradiciones. Scrates trata de someter la vida humana y sus valores al dominio de la razn. Puesto

que para l la naturaleza misma del hombre es su alma (la razn), las virtudes resultan ser una

forma de ciencia y del conocimiento, dado que la ciencia y el conocimiento son lo que perfecciona

el alma y la razn.

2. Nadie peca voluntariamente y quien hace el mal lo hace por ignorancia del bien: Scrates ve con

mucha claridad que el hombre por su propia naturaleza busca siempre su propio bien y que,

cuando hace el mal, en realidad no lo hace porque sea un mal, sino porque espera obtener de ello

un bien. Decir que el mal es involuntario significa que el hombre se engaa al esperar que de l

surja un bien, y que en realidad comete un error de clculo y por lo tanto se equivoca. Con lo cual

en ltima instancia, es vctima de la ignorancia.

Tiene razn cuando afirma que la condicin necesaria para hacer el bien, consiste en el conocimiento

(porque si no conozco el bien, no lo podr hacer); pero se equivoca cuando considera que, adems de

condicin necesaria, es suficiente, cae en un exceso de racionalismo. Para hacer el bien se requiere

tambin el concurso de la voluntad. Los filsofos griegos no concedieron ninguna atencin a la voluntad,

que en cambio se convertir en elemento central y esencial para la tica de los cristianos. Para Scrates,

como para casi todos los filsofos griegos, el pecado se reducir a un error de clculo, un error de la razn,

una ignorancia del verdadero bien.

2.5.- El descubrimiento socrtico del concepto de libertad.

La manifestacin ms significativa de la excelencia de la psyche o razn humana, reside en lo que

Scrates denomin autodominio, el dominio de uno mismo durante los estados de placer, de dolor, de

cansancio, etc. Significa que el alma se convierta en seora del cuerpo y de los instintos ligados con el

cuerpo y Scrates identifica la libertad humana con este dominio racional de la animalidad. El hombre

verdaderamente libre es aquel que sabe dominar sus instintos, y el verdaderamente esclavo es aquel que

no sabe dominar sus instintos, convirtindose vctima de ellos.

Vinculado con este concepto est la autarqua, es decir, la autonoma. Dios no tiene necesidad de

nada, y el sabio es aquel que ms se aproxima a este estado, aquel que trata de necesitar lo menos posible.

Nos hallamos ante una nueva concepcin del hroe, que tradicionalmente triunfaba sobre todos los

enemigos, peligros y adversidades; el nuevo hroe es aquel que sabe vencer a los enemigos de las pasiones

que se agitan en su pecho, es realmente suficiente para s mismo: se encuentra lo ms cerca posible de la

divinidad, del ser que no tiene la necesidad de nada. (AUTONOTA: Un cadver cuadra con esta definicin)

2.6.- El nuevo concepto de felicidad.

La felicidad no puede venir de las cosas externas ni del cuerpo, sino slo del alma, porque sta es la

esencia del hombre. El alma es feliz cuando est ordenada, es decir, cuando es virtuosa. Al igual que la

enfermedad y el dolor fsico es un desorden del cuerpo, la salud del alma consiste en su orden y este orden

espiritual y la armona interior, constituyen la felicidad.

Scrates crey con firmeza que la virtud logra su autntico premio en s misma, de manera

intrnseca, es decir, esencia, y que vale la pena ser virtuoso, porque la virtud en s misma es ya un fin. El

hombre puede ser feliz en esta vida cualesquiera que sean las circunstancias en que le toque vivir y

cualquiera que sea su destino en el ms all. El hombre es el verdadero artfice de su propia felicidad o

infelicidad.

2.7.- La revolucin de la no violencia.

Desde el punto de vista jurdico es evidente que Scrates era culpable del delito que se le imputaba.

no crea en los dioses de la ciudad porque crea en un Dios superior, y corrompa a los jvenes porque

les enseaba esta doctrina. No logrando convencer a los jueces, acept la condena y se neg a huir de la



crcel, a pesar de que sus amigos haban organizado todo lo necesario para la fuga. Las motivaciones que

le animaban eran ejemplares: la fuga habra significado una violacin del veredicto y de la ley. La verdadera

arma de la que dispone el hombre es su razn y la persuasin. Si al hacer uso de la razn el hombre no

logra sus objetivos mediante la persuasin, debe resignarse, porque la violencia en s misma es algo impo.

Jenofonte escribe: Prefiri morir, permaneciendo fiel a las leyes, antes que vivir violndolas. Con

Scrates la postura de la no violencia qued prcticamente demostrada con su propia muerte,

transformndose as en una conquista perenne.

2.8.- La teologa socrtica.

He aqu el razonamiento que leemos en los Memorables de Jenofonte, que constituye la primera

prueba racional dela existencia de Dios, que haya llegado hasta nosotros, y que servir de base para todas

las pruebas siguientes:

a) Aquello que no es fruto del azar, sino que se ha constituido para lograr un objetivo y un fin, postula

una inteligencia que lo haya producido ex profeso.

b) En contra de este argumento cabra objetar que, si bien los artfices de esta tierra aparecen junto a

sus obras, esta Inteligencia no se ve, pero Scrates apunta, que nuestra alma (inteligencia)

tampoco se ve, y no obstante nadie se atrever a afirmar que no existe, y que hacemos todo lo que

hacemos por puro azar (sin inteligencia).

c) Es posible establecer, sobre la base delos privilegios que posee el hombre respecto a todos los

dems seres, que el artfice divino se ha cuidado del hombre de una forma peculiar.

Esta argumentacin gira en torno a este ncleo central: el mundo y el hombre estn constituidos de

un modo tal, que slo una causa adecuada, puede dar razn de ellos. El Dios de Scrates es inteligencia

que conoce todas las cosas sin excepcin, es actividad ordenadora y providencia. Una providencia que se

ocupa del mundo y de los hombres en general, y del virtuoso en particular.

2.9.- El daimonion socrtico.

Entre los cargos que se formulaban contra Scrates tambin se contaba el de introducir nuevos

daimonia, nuevas entidades divinas. El daimonion socrtico era una voz divina que le prohiba

determinadas cosas: l la interpretaba como una suerte de privilegio que lo salv ms de una vez de los

peligros o experiencias negativas. Hay que advertir que el daimonion no tiene nada que ver con el mbito

de las verdades filosficas, ya que esta voz no le revela nada de la sabidura humana ni de su tica, que los

extraa del logos y no de una revelacin divina. Este daimonion no le ordenaba sino que le prohiba.

Se trata pues de un hecho que lo relaciona con el individuo Scrates y con los acontecimientos

particulares de su existencia. Aquello en lo cual le disuadi con ms firmeza fue la participacin activa en la

vida poltica. Este daimonion corresponde a la personalidad excepcional de Scrates, que hay que colocar

en los determinados momentos de concentracin intenssima, prximos al xtasis mstico, en el que a veces

Scrates quedaba suspendido.

2.10 El mtodo dialctico de Scrates y su finalidad.

El dilogo con Scrates llevaba a un examen del alma y aun dar cuenta de la propia vida, es decir, a

un examen moral. Cualquiera que se encuentre cerca de Scrates y se ponga a razonar junto a l, sea cual

fuere el tema que se trate, arrastrado por los meandros del discurso, se ve obligado de un modo inevitable

a seguir adelante, hasta llegar a dar cuenta de s mismo y a decir tambin de qu forma vive y en qu forma

ha vivido, y una vez que ha cedido, Scrates ya no lo abandona.

Precisamente en este tener que dar cuenta de la propia vida, objetivo del mtodo dialctico,

Scrates halla la verdadera razn que le cost la vida: para muchos, hacer callar a Scrates condenndolo a

muerte, significaba liberarse de tener que desnudar la propia alma. Su eliminacin fsica no detuvo dicho



proceso dialctico y Platn puso en boca de Scrates esta profeca: Yo os digo, ciudadanos que me habis

matado, que sobre vosotros recaer una venganza inmediatamente despus de mi muerte, una venganza

mucho ms grande que la que vosotros os habis tomado al matarme. Hoy vosotros habis hecho esto con

la esperanza de liberaros de tener que rendir cuentas de vuestra vida, y en cambio, os pasar todo lo

contrario: os lo profetizo. No slo yo, muchos otros os pedirn cuentas: todos que yo detena y en los que

no reparabais. Y sern tanto ms obstinados, cuanto ms jvenes son y cuanto ms los desdeis vosotros.

Si pensis, matando a hombres, impedir que alguien os eche en cara vuestro vivir no recto, no pensis

bien..existe otra manera.esforzarse por ser cada vez ms virtuoso y mejores.

El dilogo de Scrates consta de dos momentos esenciales: la refutacin y la mayutica; se vala del

disfraz de no saber y de la temidsima arma de la irona.

El no saber socrtico: Los sofistas ms famosos, con respecto a su oyente, asuman la soberbia

actitud del que todo lo sabe; Scrates se colocaba ante su interlocutor en situacin del que no sabe

y del que tiene que aprenderlo todo. En realidad quera ser un planteamiento de ruptura con

respecto a los naturalistas, a los sofistas y a los polticos. Para Scrates el saber humano aparece

en toda su fragilidad y pequeez si lo comparamos con el saber divino. Hay que sealar el

poderoso efecto irnico y la benfica sacudida que provocaba el principio del no saber en las

relaciones con el oyente: gracias a ello, saltaba la chispa del dilogo.

La irona socrtica: La irona es la caracterstica peculiar de la dialctica socrtica desde un punto de

vista formal y substancial. En nuestro caso indica el juego bromista, mltiple y diverso, de las

ficciones y estratagemas utilizadas por Scrates para obligar a su interlocutor a dar razn de s

mismo. Lo jocoso siempre est en funcin de un objetivo serio y por tanto siempre es metdico. A

veces finga adoptar como propios los mtodos de su interlocutor, sobre todo si ste era culto o

filsofo. A continuacin los exageraba hasta lmites caricaturescos, para despus invertirlos con la

lgica peculiar de dichos mtodos, de forma que se hiciese patente la contradiccin. Siempre se

vean no obstante, los rasgos del disfraz esencia de el no saber, la ignorancia.

La refutacin y la mayutica socrticas: La refutacin constitua la fase durante la cual Scrates

llevaba al interlocutor a reconocer su propia ignorancia: obligaba a definir el tema sobre el cual

versaba la indagacin; despus profundizaba de distintas maneras en la definicin ofrecida,

explicitando y subrayando las carencias y las contradicciones que implicaba; exhortaba a intentar

una nueva definicin y mediante el mismo procedimiento la criticaba y la refutaba; continuaba as

hasta que su interlocutor se declaraba ignorante. La discusin provocaba irritacin o algo peor, en

sabihondos y mediocres; en los mejores, serva para purificar de las falsas certidumbres, para

purificar de la ignorancia. Para Scrates, el alma slo puede alcanzar la verdad si est preada de

ella: al igual que la mujer necesita una comadrona para dar a luz, el discpulo que tiene el alma

encinta por la verdad, requiere una especie de comadrona espiritual, que ayude a que la verdad

salga a la luz, en esto consiste la mayutica socrtica. He aqu la magnfica pgina de Platn, en la

que se describe la mayutica: (Pg. 97)

2.11 Scrates y la fundacin de la lgica.

Durante mucho tiempo se ha sostenido que Scrates, a travs de su mtodo, descubri los principios

fundamentales de la lgica occidental: el concepto, la induccin y la tcnica del razonamiento; en la

actualidad, se cree que desencaden el proceso que llev al descubrimiento de la lgica, contribuyendo de

forma decisiva a dicho descubrimiento, pero no lo realiz el mismo de un modo reflexivo y sistemtico.



Mediante la pregunta qu es?, Scrates aspiraba a desencadenar todo el proceso irnico-mayutico

y no pretenda llegar a definiciones lgicas. Scrates fue una formidable mente lgica, pero no lleg a

elaborar una lgica en el plano tcnico. En su dialctica se halla el germen de futuros descubrimientos

lgicos de importancia, formulados de modo consciente y tcnicamente elaborados.

2.12 Conclusiones acerca de Scrates.

El discurso socrtico aportaba gran cantidad de hallazgos y de novedades, pero dejaba abiertos una

serie de problemas. Su razonamiento acerca del alma, que se limitaba a determinar la obra y la funcin

que ejerca (el alma es aquello por lo cual somos buenos o malos), exiga una profundizacin que no hizo.

Algo anlogo hay que decir con respecto a Dios.

El saber socrtico no es algo vaco, como algunos han pretendido, puesto que tiene como objeto la

psyche y su cuidado; y se puede cuidar a la misma por el mero hecho de despojarla de las ilusiones del

saber y conducirla a la aceptacin del no saber. Es cierto que el discurso socrtico deja la impresin en

ciertos momentos, de que se evade o se queda bloqueado a medio camino; tambin es cierto que este

discurso tena sentido en boca de Scrates, respaldado por la fuerza irrepetible de su personalidad.

El logos socrtico no est en condiciones de lograr que todas las almas den a luz la verdad, sino slo

aquellas que estn en cinta, entonces quin fecunda el alma? Scrates no se ha planteado esta pregunta y

en cualquier caso, no habra podido responder a ella.

Nuestro filsofo present su mensaje a los atenienses y no a todos los griegos y toda la humanidad.

Condicionado sin duda, por la situacin socio-poltica, no pareci caer en la cuenta de que dicho mensaje

iba mucho ms all de las murallas de Atenas y era vlido para todo el mundo.

El considerar que la esencia del hombre reside en el alma, que la autntica virtud se halla en el

conocimiento o que los principios bsicos de la tica consisten en el autodominio y en la libertad interior,

era algo que llevaba a proclamar la autonoma del individuo como tal, sin embargo fueron los socrticos

menores los que formularon dichas deducciones y habr que esperar a los filsofos de la poca helenstica

para que se expliciten de un modo adecuado.

Todo occidente es deudor con respecto al mensaje global de Scrates.

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