Testamento

en el filo del espejo

Colección Pulso y onda

Ediciones ORTO

2010

Testamento

en el filo del espejo

Y. R. Marín

Edición: Juventina Soler Palomino

Corrección: Juan Manuel Alsina Milanés

Diseño y composición: Yuri Y. Baldoquín Suárez

Ilustración de cubierta: Alberto Durero

© Yoendris R. Marín Saborit, 2010© Sobre la presente edición Ediciones ORTO, 2010

ISBN: 978-959-7179-70-2

Ediciones ORTOPlácido No.161esquina a Pedro FigueredoManzanillo, Granma, CubaE-mail: orto@crisol.cult.cu

A Naralys Saborit Ramírez,

Susel Ortiz Fonseca

y Patricia Marín Ortiz

(…) la única cosa que mereceses esta eternidad que te doy en el poema

que al fin y al caboes sólo papel que arde.

de «Testamento perdido»,

RAMÓN FERNÁNDEZ-LARREA

Duda para no ser ángel

¿y dónde encontraremos cobijopara la alegría o el simple bienestar

cuando apenas queda nada en piemás que los suburbios de la discordia?

W.H. AUDEN

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Testamento escrito en el filo del espejo

En la piel del tiempo escribo mis memoriasrabiosas aguas que evocaréel día de la danza finalno en las arenas del desiertoo en los sobrios mausoleos donde me aguardansino en las bibliotecas.Allí me han de crucificar mas no a la usanza del Mesías.Lo harán con un golpe de puerta un silencio un gesto apenas.En la piel del tiempo escribo mis memoriasy en el espejo sobre el filo del espejomi cara sangranteotra nostalgia con nombre de pájaro o mujer estallaanuncia su juego mortal entre cristales.Los recuerdos abandonan su mutismo.Descubro sus ojos antiguas visionesmi eternidad desangrada por las vocescomo pasos transitando la ciudad sin ecos ni resguardos.Qué luz nos golpeará el rostro al quebrarse la vigilia.Qué sortilegios inventarme hacia la madrugada.Con el tiempo calcinado qué hacer dónde lo escondo.Olvidar es buen oficiola excusa perfecta que encontramoscuando un súbito temor nos asaltay sólo alcanzo a dibujar un código perdurableno en las arenas del desiertoo en los sobrios mausoleos donde me aguardansino en las bibliotecas

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mientras sueño cómo salvarme y grito también grito quién redimequién sino la noche en la piel del tiempo.

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Indagaciones sobre el miedo

Con su ojo enmascaradoel cíclope se aventurapor la vastedad de las cavernas.No tiene qué guardar salvo su memoriaembriagada por el eco de la sangre.A veces él es quien se pierde en las mazmorrasy se vuelve a tientas si lo llamas.Aún así no quiere confidentes.Le fustiga un diamante insospechadootra luz soberbia inacabable.Una estirpe transfigura cada sorbo de oscuridadpero la sangre no es un espejismo.Sus reflejos como espiralesson tus vísceras mi piellas pupilas confinadas del tiempoque esperan y adivinan otro siglopara enloquecer habitar las galeríasde esos gritos errantes en la inmortalidad de la niebla.Alguien te vigila antes y despuéshasta caer sobre tu nombre.Todavía te resistes al destierro: abrígate y callao miente aunque lo veas apacible esquivo. No confíes.No es el cíclope tan ciego como piensas.

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Sólo en el tiempo

Sé que este hombre me ha de costar la luz.En mi garganta el fuego de cada palabra imprevista y alucinante.Tal vez no descubra el sosiegopor ser un hallazgoun súbito anhelo de mis antepasados.Los remolinos de la memoria voces displicentes.Suicidas las palabras expían su culpacuando devoran el discurso posiblesi la honestidad es herejíapueden las palabras sery no los hombres que las dobleganlas esgrimen como dagas en estocada final.

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Réquiem por los decapitados

Es sólo a veces el viento un ademán esquivode los árboles que asfixian el parquecon sus ramas prolijas y sonoras.A través de ellas no podríamos adivinar el solen la arquitectura de los árbolesescrita con dedos inseguros antiguoscon la fingida ingenuidad del niñoque abre aquel juguete en busca de la magia.

A veces el árbol es un mendigointenta recoger sus hojas más tristesagujereadas sobre la tierraen el trasiego de las horas.Recuerda la sublime maldición condena a la quietudsu voz desangrarseen las calles de la ciudad indiferente.Palidecen los hijos bastardosllevados por la eternidad del guardaparquesal sitio en que humildes arderán hacia el olvidohacia los gorriones y su músicamás íntima y desafinada.

A veces un poeta y un árbolson la misma sombra incómodael sueño imperdonable que una mano filosa despedaza.

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Premoniciones

No temas a la soledad.El silencio espera en un recodo del camino tus horas más veloces.El aire llevará aquella música extrañay sólo la tierra –esta que pisas y blasfemas–ha de conocer los acordes.El cielo será polvotú el ermitaño encerrado en su caverna.Sin ademanes caracoles ni perfumes.Tú solo como Dios en su aposento.Y una sospecha en el vientre un terrible dolor en la memoria.

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Fobias infantiles

No siempre puedo ser un niño el furioso pezque se derrama por las callesy recuerda un salto en el momento preciso.Me adelantaré en la avenidacuando escuche pasos a mi espalda.Intuyo la humedad del pavimento.Anoche las ratas se colaron por mis ojosdanzaban un ritual olvidado.Hoy no pienso regresar a otro túnel ni a casa.Temo descubrir la silla carcomidaun recuerdoun pasadizo en cualquier espejo.He de romperlos todos.En cada rincón un cirioahuyenta los fantasmas de mi lecho.No quiero volver a casa.Ignoro si aquellos animales me aguardan fuera o dentro.Quizás no deseen abandonar los espejosy se esconden bajo las sábanasen antiquísimos libros.Me hundo en desconocidos ojos todas las nochespara conciliar el sueño. Haremos otro pacto.No preguntes más.Hay demasiadas verdades y sombrasya no basta un salto para conjurarlas.

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Otros fulgores enemigos

Sobre los rencores de la arenaun niño naufraga buscando caracolas.Pregunta por olvidadas conchas piedras multiformes secretos.Mientras el sol enceguecela marea lo conmina a un último salto.

Un niño no sabe que la vida puede ser este segundoy tanta luz nos suele dejar inexplicablemente solos.

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Reminiscencias bajo la lluvia

Es la lluvia golpeando contra el muroaquella estación perdidaquizás en la esquina de las prostitutasdonde el agua cae más recia los domingos.En su música sobrevive algún secretobendice las paredes los altos ventanales.Yo río moribundobajo la cabeza para no ver un arcángelsacudiendo sus plumas doradas sobre mi pecho.Persisto en nombrar un rostro de mujeracoso la madrugada con poemasrones ardientes que desprenden las vísceras.A estas horas la ciudad se corrompeentre vidrios rosas en cautiverio.Ella creció en tus dedos como el musgotambién se sueña inmutable frente al mar.Las calles son nomás el recuerdoy los transeúntes mensajeros de un único temploconfinado en las fabulaciones del diluvio.Es la nostalgia el olor inconfundible de los añosesta ciudad que me dio nombre y memoriay hoy me niega tres veces.Tú estarías desordenando los parques el tráfico las íntimas miserias.La ciudad se esconde en tus ojostu cuerpo desnudo y fantasmaldevorando todo sitio de las aguas.La lluvia me pone triste –dicen-me hace delirar tras la humedad de los cristales.Yo sé que es sólo un pretextopero en este instante digamos que síque es la lluvia golpeando contra el muro. Es la lluvia.

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Último poema

I

¿Dónde las coordenadas del silencioy dónde el temor acuden?Te he soñado en horas que pudieran ser hoguerassúbita complicidad de los presagios.Se sacuden fiero polvo.Temo por mí.Alguien nos busca.Algo nos persigue y mata.

II

No entiendo mis ojos en tus ojossordos habitados de misterios.Soy frágil laberintoincertidumbre sobre la quietud del lago.Han perdido el brillo las alhajas.Próximo al naufragio te desnudo.

III

Cómo no perderme en tus pechos.Cómo no morir de agujascuando nadie puede acribillar el miedo.Mientras el mar anunciaalguien escribe su último poema.

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IV

Duele esta nostalgia la culpa.Cada calle es un verdugo codiciosoacechando tras el eco de las palabras.La paz sólo existe en la memoria de los muertos.Nada vuelve a su recinto.No temas si es tarde o no para el comienzo.Somos espanto y júbilo.Somos lo que no seremos.Tal vez por eso alguien me busca algo me persigue y mata.

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El castigo

Desdibujan tu pequeño rostrolas manos aferradas al vacío.Un columpio se mece rasga la quietud de la tardey tu aliento mínimono alcanza a conmover la arrogancia de los calendarios.El eco del mundo se disuelve.En las sombras obstinadas los árbolessuben hasta mi garganta decapitarían el sueñouna certidumbre revelada sobre pulcras sábanas.No sé cómo llamarte:hijo sangre de mi sangrecuando eres sólo el anhelo de un vientrey mis pasos culpables se alejan como el mar.Pude haber escapado a todas las preguntasla fingida inocencia que te confina entre espejismos.Yo pude ser consuelono las calles de la ciudad oscuraDios con dedos lejanísimosseñaló la hora de los vinos y las muertesquien fallece en el desasosiego de tu vozeternamente llora me reclamadesde las frías paredes de un hospital.

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Duda para no ser ángel

No hay prisa en mis ropas ni duendes.Un hombre se suicida a medianocheporque la sal ha carcomido sus monedas.Yo debí ser su ángelpero hacía fríoy también perdí el hechizo de los cristalesen una remota época.Ausencia intrascendente entre la opacidad y la luzel desconcierto por un arca que estalla.Algo pudiera cambiar antes que amanezcay Cronos mire sus agujas.No hay prisa en mis ropas ni duendesacaso una duda insomne como tus ojos.

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Incitaciones de las aguas

Hoy no respiro sino estas frágiles deidadesque regresan de ultramaren el sueño del grumete.Olvidado el puerto los fulgoressólo quedaría agonizar en las bodegasreconstruir algún imperioy escanciarse hasta el obstinado mástil.Las gaviotas sobrevuelan sus dominios me descubren en la orilla.Estallan urgentes mensajes en las rocas. Así de pronto.No queda tiempo para más.

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Crónicas de un naufragio

Porque soy una islade animales silentes como murosempujo los días al precipicio donde las palabras caen en ruego a la eternidad.No hay retorno a la luzal repleto salón de ceremonias.Anhelos piedras hombrestodos se disfrazansiguen los designios de oscuros mandamientos.Al final del corredor las mismas preguntas hechas en voz bajapara no herir los votos de la cordura.Alguien me invita a un cafécelebra lo benévolo del climaolvido a mi padre colgado en un retratocon mueca de fantasma soberbio y penitente.Sólo que no sé con quién bailoquién me envuelve en un remoto acento.Sus ojos transmutan al compás de las luces.Danzamos en círculos: ahora los ojos no son sus ojos los brazos no son sus brazos.Danzamos descubro el rostro febrilde una muchachalos gestos de mi padremis párpados indiferentesocultan quizás futuros extravíos.Puede detenerse la orquestapero mis sucesivos fantasmas y yono pararíamos de girar.En medio del azoro rasgo las velascorto las amarras

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y en el cuaderno de bitácoraescribo una fecha unas notas ilegiblescon la solemnidad de un testamento.Porque soy una islade animales silentes como murosempujo las palabrasnaufrago en las azules promesas de las aguasaunque la vida se nos vaya sobre tierra firme.

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Fuga de ángeles

Los ángeles no van al cielo ni tienen alas.Un ángel nunca sería el despeñadero de las ilusionesel verdugo que aniquila sus instintosbajo este cielo mítico y vorazdesconcertado ante el marasmo de los días.Sólo encuentro pretextos en el espejo en el filo de otras fauces.Arrasaron esquinas ahora solitariaslas tabernas donde a ratosse escuchó una vitrola ahogada por el humo.Ha desaparecido el café de la infancialos bardos de guitarras cómplices. No hay caja de músicasino corazones empedrados como calles colonialesla agonía del ruido como único bálsamo. No soy la dádiva que esperas.Acaso ensoñación ignota sobre el fuegoesa incomprensible persistencia de los astros. Ah feroces remolinos.Los ángeles no van al cielo ni tienen alassino pregunta a dónde nos llevan.

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Minotauro y los espejos

Un hombre pacta con su doble.Escucha el silencio de las palabrasfilosos dardos sobre el lecho del escriba.No precisa a Minotauroque más laberinto sino esta casa llena de espejosdonde cada mañana es un abismo.Un hombre pacta con su infancia.En la penumbra calcinó todas las máscaras.No hubo salmos ni redencionessólo el camino reticente de las horasagolpándose en el azoguedonde un rostro culpabledispara sus ojos lejos de la luz.Ha olvidado cómo se reza a Dios.Hoy tampoco encontró los prometidos sueñosbajo la cama y se pregunta.Aún espera recorre sigilosolas habitaciones oscuras.Les ha perdido el miedo.Intenta descifrar aquel recuerdo en la paredmas las horas crecenél también se alza sobre el tejado hasta la calle.Un hombre pacta con la eternidad o la locura.Olvida que no hay permanenciasino en el temible reino de la palabra sólo en la palabra.Cada hombre es una dudaun inconcluso ritual y ya comienza.

Al otro lado del espejo

(…) donde lo más arduoes no poder escapar del conocimiento…

A. ESCOBAR

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I

Ardo y caminoentre tus brazos.Soy el tonto ciegoen la hojarascapérfido otoño a la sombra de la muerte.

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II

Una muchacha intentó de los haraposel pan y la luz arduo resultaría el silencio.Alguien lloró en secreto aquella noche.Hubiese juntado cristales hojas secas para el conjuropero ya su herida sangrabay una niña subasta girasoles.

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III

Cuida de caer sobre aquellos arrecifes.Otros ya saben la música que escondenhan visto en fuga hacia la tarde hilos oscuros.Yo desnudé esas piedrashe visto mi sangre humillada entre la espuma.Y tú a pesar de la sospecha creíasdesconocías el miedohasta que un ave te ha golpeado el rostro.

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IV

Corrió silente las cortinasy esperó sentado sobre el fuego aquel milagro.

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V

La muerte es un ardid del tiempoun pretexto para mostrarnos su fijeza.

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VI

Hay quien no entiende pueda estar tan soloveinte años ha huido de las luces la ciudady esta isla infame.No te culparán por mi silencio.Aún cuando nadie me nombreel juego ha de ser el mismo.Alguien con pretensión de Dios cambiará las fichas.

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VII

Podría ser una casao un país de espectros voraces que me vigilanquizás mi credo más fiable e inútil. Pero no.Mi soledad es sólo lo inasibleaquel prolijo animal que agazapadooculta sus dientes.

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VIII

Nada ha de envidiar mi muertesino la breve orgía del espacio.Ha de ser mi muertepaz de algún antiguo desconciertoúnico arpegio al borde del abismo. Eso ha de ser.Aún tan suave como el fuego.

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IX

Un fantasma me persiguehace de la vida un sortilegio.Su espíritu asciende y cabalga cada miedocada historia vulnerable.Nunca he visto sus ojos pero sé que respiraque nadie sabrá su signosu litografía sobre el mármol.Un fantasma me rondaacaba siempre por amarse al otro lado del espejo.

Performance

La libertad no es una banderaa cuya sombra los vencedores

devoran a los vencidos y los abrumancon su incansable rencor...

J. MARTÍ

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Performance

I

No importarán el cadalso ni las floressi aplaudimos con vehemencia de borrachos. Y lo hacemos.Agitamos violentas proclamas en el airetriste canción del mutilado pretendiendo timar nuestras cabezas.No es preciso morir.Todo sufrirá un preciola altivez de los sofismas.Ahora vaga por las calles las costaspero nada valdrá el intentosi cortinas y altavoces mistifican los emblemassi aquel hombre continúa alisándose su barba su codiciay la gente aplaude mientras atesora desventurassangra su entrañable cueva.Podríamos cambiar de túnica o ramamorir de insomnio desamorsólo ser la arena vapuleada e irredenta:

ser nomás arena.

II

Sobre el escenario no hay más resurrecciónque la nostalgia de pájaros furtivos leves orgías.Sólo una farsa ovacionadasobre el incendio de viajerosserenos cuerpos que olvidaron el retorno.Nunca comprendió por qué una duda nos acosapara luego esparcirse en el horizonte.

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Algo comenzaba a cambiarsin la anuencia de las horascuando no halló nombre alguno a sus ofrendas.

III

Ojos afilados me persiguenpor la ausencia de aquel cetro inmerecido.Me condena hoy que su boca se pudre en la hojarasca.

Nubes despedazadas y la rabia caearroja el telón de la tragedia.No sé si aún confías en la escaramuza de mis pasos.No nací para profeta.Quizás sólo el deliriode una mente fascinada por la esperamas en este amanecerno cerremos las pupilas por el miedo.Sólo pongamos esta adusta mañana de milagrosfrente a la perpetua daga: el espejo.

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La verdad

... había caminado durante siglos bajo soles y eclipsesurdidos por los pasos vacilantes del misterio.Subió colinas enormes como el apetito de Diosdescifró las dunasy hasta la voz impredecible de las selvas.Su peregrinación había seguido el resplandorde quién sabe cuál cometa único y equívocoiluminado quizás por esa extraña fe que nadie acoge.Sólo entonces temecuando entre el caos de la ciudadempieza un vibrar de cascabeles.Llegaba así el instante la velada última sin comprender aúnpor qué sus manos estaban vacías.

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1990

Entre la hojarasca o las ruinas del muroél esconde su diademalas fotos familiaresy se inventa un nombre una historia un paíspara seguir viviendo.Desanda por tristes avenidasen busca de un trozo de memoriaque llevarse a la boca.Lo sorprende la noche y escribe peligrosos graffitis con el humo del cigarro.Ya sus labios ni las luces de neón son herejías.Nadie vuelve a los parques infantileslos contenes donde algún alucinadocreyó en la libertad.Él tampoco se vuelve.No mira las vidrieras colmadas de promesasmuchachas de senos rosados al borde del abismo.Hacia el puente doblaen la esquina más oscura de su sueño.Abajo está el río indescifrable.Abajo el río que lleva las pancartas las flores sus cabellos recién cortados.Abajo el río que arrastratoda la miseria de las calles hacia el vientre colérico de Dios.

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En la feria

La hechicera conjura agraviosadivina las ventiscaspero en vano quiso ahuyentar los demoniosde mi cuerpo.¿Cuántas veces más he de morir?Nunca rogué amuletossólo lanzas y corceles. Molinos sobran.Majestuosos alzan su estatura vulnerable.Majestuosos se levantanpresagiando viento pacienciahorror sin sombra en las ventanas

Otra luz no queda:nadie exorcizó mis espejismos mi locura de volar.

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Irreverencia de la razón

Madre el único cocuyo que soñasteagoniza en las mentiras del diario.Ya no puedo esperar la madrugadapara ser el hombre loboque sale a devorar las calleslas vidrieras sombríasy busca un pecho enemigo donde invocar la rabialos demonios solícitos de la conciencia.Cómo decirte que somosla última aventura del cuchilloesa realidad colgada de las luces del teatro.No vine hasta aquí para hacerte llorar.Tú creías en mitos de resurrección.Suavizabas mi herida prendías la tele buscando otra respuesta.Y más palabras. Palabras amargas lúcidasescindiendo tu voz con un pretexto ardiente.Ahora me preguntas de qué han servido tus desvelosy los heraldos de la calma.Preguntas como si no fuera cierto tus ojos no perdonan.Como no perdonan estos años que deprimente abofetean en pleno sueñoaunque otra vez mañana enciendas la tele estrujes el diario los mandes a la mierda.

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Memorias

El sol se escurre entre las calles ataviadas de fantasmas.Deambulan y brindan por su soledaden ánforas maltrechas o caracoles curtidos.Desde la impavidez el salitre posa sus labiosacaricia rejas cánticos paredes enmohecidasdonde sobrevive la historia de un hombre.Sus máscaras se desprenden como gritosfrente al campanarioen vísperas de nuevas estaciones.

La ciudad es una burbuja de recuerdos y cansancio evocaciones moribundas de la infancia.Te adivino detrás de la caída.Herrumbre y polvo es cuanto queda de tus huesos.Las lluvias pronto arrastrarán tu saviahacia costas desiertas.Allí el mar no vuelve a mapas ancestralessólo a la añoranza mientras sueña al forasteroque bebería en tus bancos el miedo y la luz.

Las fuentes callarán sus murmulloscuervos sedientos han de encontrar otro indiciopara refugiarse en altos zaguanes.Tras los helechos y maderos podridosesperan el rostro inerme del amanecer.Me han visto con desdén atravesar calles tejadosincorpóreo cual eterna música de mar.Saben que no escupiré el manto que acogiómi danza inaugural.Otros siguen el vicio de roer tus entrañasy ya tendrán su ocaso su propia muerteentre estos muros amarillos que hoy condenan.

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Mendigos

Qué rostro iba a tenerqué casaqué erario oculto en los silencios.

Solo sin más moneda que su antigua terquedadsobrevive al tiempoa la desidia de los caminantes. Él no temía.No creyó nunca se pudiera amanecerbajo otra luz que no fuera esta palabra.Las calles agonizan.Han de prenderse nuevamente al caer la nochecomo mágicas luciérnagas citadinassemejan pupilas abiertas aquellos pasos distantes en la ciudad.Aún no atardece.Los árboles le regalan sus hojas advirtiendo un presagiolos perros sus lamidos con miradas cómplices.Se quebrantan las paredes de uno y otro templose deshacen las promesas el nítido cielo.Él sonríe impasible desde su pedestal en las aceras. No teme.Tose revuelve su cuerpo entre la prensa muda - muchos creen ya sabría leer-.No entienden el polvo el cuchillo la resignada soledadsi a pesar de su miseriano dejó de regalarte su llovizna.

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Círculos de fuego

I

Hoy has profanado la palabra de Dios has muerto.Quizás siempre lo estuvisteo tu existencia es sólo otro enigma del profeta.Ahora no te alcanzan los círculos de fuego.Alguien duerme zozobra entre cantos estivales.En las sucias paredes trazadas en las nochesdeja sus huellas de precipitarse a los abismosya sin eco sin otro antifaz.

II

En los burgos las niñas salen con sus floressus dibujos a la espalda estampados como cicatrices.En las cestas no hay lirios mariposas frutas tropicalessólo afilan las palabras.Cada mirada tiene un preciomas no hay monedas que les salven de la desmemoria.Marineros de idiomas infieles las toman del brazountan sus mejillas de un lodo multicolorque deshace las quimeras infantiles.

III

Alguien se ha dormido ante tus ojossobre la hoguera los pretextosel indulto fugado en la ceniza.Arden mis palabras mis últimas palabrasrescoldos lanzados al vacío.

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La inocencia de las manos

I

Dios no ha querido asomar los ojos sobre la arena:le da vértigo el salitreel confuso olor a pólvora sangrada.No sabría qué hacer con la violenciaque se escapa de los diarios las cadenas de noticiaspara alojarse en siniestros ademanes.Mis hermanos marchan a la guerraprometieron regresar con el decorola memoria perdida.Madre los ve partir hace crucesintenta arrojar sus miedos a la hoguera.Prefiero pasar por tonto cobarde hechiceroy no convertir mis manos en dagas.Mis hermanos han marchado a la guerra.En el patio de la casa quedojuntando las tardes el pan sorbos de melancolía.Yo no quiero matar.Siempre habrá un testigo una víctimacrispada en el espejoque se afeitará contigo y te miraráconvocando a todos en un coro interminable.

II

Madre acaba de romper el último reloj de familia.Desafía las artimañas del tiempoconstruye fosos barricadasen la puerta de cada habitaciónpor si pretenden pasar los enemigos.Sudorosa ha manchado los delantales

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con sangre de su vientre.Acaso las paredes sobrevivenla casa despiadada puede ser ahora una trincheradonde estar a salvoo enterrar definitivamente una promesa.

III

Mis hermanos -o sus recuerdos-regresan de la guerra que aún no acaba.Esposas hijos altavoces los reciben.Yo me rezago simulo un extravíoellos insisten en abrazarmecon sus manos ásperas.Son sus manos.Una sutil huella los delata.Madre no ve más allá del espejismo.Paga sus deudasolvida las plegariasla sordidez que ha puesto un mendrugo sobre la mesa y una insigniapor los servicios prestados.Nadie nos devuelve la cándida miradala inocencia de las manosfrente al eco de estos minutos amenazantesque acarician una pierna un brazo una palabra.El silencio nos parece la resurrecciónde inciertos enemigos que ya no agonizanen medio de las dunas o la selvasino en recuerdos imprevistos.Feroces minutos espiralesnunca se podrá regresar sobre las mismas cenizas.Mis hermanos lo sabensonríen en torno a la banda de música que esperase arrancan los ojos los oídosse suicidan una dos tres vecespero nada logra borrara aquel niño destrozado por la metralla

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los días las confesiones de una casa entre banderas y espectros.Minutos sucios minutos al acecho:aún no sé qué tengo que ver con Adán o Evay la lujuria de una estúpida manzana.

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La Caja de Pandora

Cómo predecir los súbitos anilloslas deidades ocultas los ritos.La historia se derrumba con cada profecía.Ha abandonado a sus hijos más fielesla patria carcomida por la posteridad.Nosotros fuimos los contestatarios maltrechos del sigloel desvelo y la demencia acosaríanestas huellas irremediables.Ayer un hombre fue juzgado por inútiles razonescuando esconden sus verdugosmás de una palabra prohibida.Nadie repara en mis gritos discordanteslas agónicas luces que brotan de otros pechos.Nadie se detiene. Sólo nosotros en la vigiliarompiendo esferas en ademán estéril.Sólo nosotros mutilados de la rabiaajenos a quien ríe desde su ventana inalcanzablesabiendo que quizás si logre desnudar un corazónse acabe el mundo.

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EpílogoEl puñal que se clava

en nombre de la Libertad,

se clava en el pecho de la Libertad.

J. MARTÍ

En un mástil quebradizo la amarran con ojos ciegos.Desde anoche ha quedado sin palabrasmas no confiaré en los diarios.Descubro tatuajes sombríos a la espaldacaminos tortuosos inapelables.Bajo la piel la sangre maldice.Cada niño es una ofrenda anónimaa la espera de ser redimidapor la historia insepulta en las llanuraso entre los escombros quemantesque ahora silenciamos.De nada sirve cambien los barrotes de la celdapor este madero.Desde anoche ha quedado sin palabras.Ya no reconozco las manos las piernasla boca destrozadapor aquellas mentiras que nunca llegamos a creer.En la plaza un gendarme me mira.Es tarde y hay quien se clava una pregunta en el pecho.La confusa multitud no le conocepero lanza piedras a los ojosla multitud hambrienta gritaprende el fuego que le esculpela ve ascender en medio del humo.Desde anoche ha quedado sin palabrasnuevamente sin palabras.

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ExcomuniónNo todos podemos ser próceres piadosos.

A. ESCOBAR

I

No pretendo ser el poeta que habla de la tristezay echa a andar entre las sombras de la lluviabajo el llanto impío de los diosessin encontrar sus estatuas definitivas.Hoy puede ser un crisantemoel idioma vigoroso de las aguas en los arrecifesmas en el pecho del poetasiempre sería invierno de un romance suiciday su habitación el tugurio alimentadopor la mortecina luz de una velao una farola decadentecubierta de polvo de arañas torpesque se lanzan de los libros a la máquina de escribir.Sólo el aliento de Ángel Escobarronda su habitación en tinieblasacosando cada línea invisible en su cuaderno.

II

No pretendo ser el poeta que habla de la euforia o las utopíasy sale alucinado por burdeles clubes nocturnostras el perpetuo fulgor de las musas.Pudiera llegar la medianochepero el poeta sabe que no ha de convertirseen hombre loboni perderá su zapatilla como Cenicienta.Él sólo busca su musa divina en los burdelesdisfrazada de tragos exóticosaunque la prensa alabe tanta audacia o frivolidad

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y él llegue al fondo de la jarra de cerveza a la última cenizasin desentrañar el primer verso.

III

No pretendo ser el poeta que habla de política o envilecidos diosescuando todo es una artimañaun ritual mezquino que despedaza la historiadecapita uno a uno cada santoe incendia los altares hasta las ruinas.He visto romper más de un vitral.He visto incinerar los credos en mi nombremientras yo dormía con los ojos abiertosy me apuraba en borrar la boca de mi rostropara no ser el próximo empaladoque amanecería en las colinas cercanas.No reparemos más en las sutiles estridencias. Este es el reino del silenciodonde políticos y santos son inevitablemente sordos.

IV

No pretendo ser el poeta que habla de la lujuriay se le humedecen los labios en la oscuridadal recordar los voluptuosos pechos de la vecinainvadiendo sus sábanas.Ahora ella hilvana sus memorias en otros cuerposentrega sus senos a novias de ocasiónen noches aún más oscuras.Al amanecer sonríe sacude la hojarasca de su vientrecomienza el culto entre versos antiguossin imaginar que apenas escucha su propia vozes un espejo desafiante transfigurado por el miedo.La vecina no conoce el psicoanálisis.Esta vez Freud con ojos libidinosos no puede explicara qué tanto desvelo con el sexo

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como si realmente viniéramos de una costillao una errática cigüeñay no de un poema de una manzana maldita.

V

No pretendo ser el poeta que habla de la tristezala euforia o Dios o la lujuriay subasta sus duendes míseros e inmemorialesante profanos manuscritos.El escriba es una isla sensitiva estérilprófugo de las llamas del infierno o el edén cómo saberlocuando todo se ha tornado de espaldas a la músicaa este incierto mar que me reclama oscurece los sentidoshasta no ver que la poesía está en los ojos de mi madreen el sol agonizante más allá de las aguas.No pretendo ser el poeta que se engaña a sí mismo.No pretendo ser el poeta.No pretendo ser él.No pretendo ser.No pretendo.No.

Índice

Duda para no ser ángel

Testamento escrito en el filo del espejo/ 13Indagaciones sobre el miedo / 15Sólo en el tiempo / 16Réquiem por los decapitados / 17Premoniciones / 18Fobias infantiles / 19Otros fulgores enemigos / 20Reminiscencias bajo la lluvia / 21Último poema / 22El castigo/24Duda para no ser ángel / 25Incitaciones de las aguas / 26Crónicas de un naufragio / 27Fuga de ángeles / 29Minotauro y los espejos / 30

Al otro lado del espejo

I / 35II / 36III / 37IV / 38V / 39VI / 40VII / 41VIII /42IX / 43

Performance

Performance / 49La verdad / 511990 / 52En la feria / 53Irreverencia de la razón / 54Memorias / 55Mendigos / 56Círculos de fuego / 57La inocencia de las manos / 58La Caja de Pandora /61Epílogo / 62Excomunión / 63

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La Concha de Céspedes, No. 551, esq. Venus Coronel Verdugo, Cárdenas 0 – 45 – 379496

Villa Clara Pepe Medina Colón, No. 402, entre Gloria y Mújica, Santa Clara 0 – 42 – 205965

Cienfuegos Dionisio Ave 54, No. 3526, entre 35 y 37 0 – 43 – 525592 San Román

Sancti Spíritus Julio Antonio Mella Calle Independencia, No. 67 entre Callejón del Cero y 0 – 41– 324716 Ave. de los Mártires

Ciego de Ávila Juan Antonio Márquez Calle Independencia, No. 15 entre Simón Reyes 0 – 33 – 222788 y José María Agramante

Camagüey Mariana Grajales Calle República, No. 300 entre San Esteban y Finlay 0 – 32 – 292390

Viet Nam Calle República, No. 416 entre San Martín y Correa 0 – 32 – 292189

Las Tunas Fulgencio Oroz Calle Colón, No. 151, esq. Francisco Vega 0 – 31 – 371611

Holguín Ateneo Villena Botev Calle Frexes, No. 151, esq. Máximo Gómez 0 – 24 – 427681

Granma Ateneo Silvestre Calle General García, No. 9, 0 – 23– 424631 de Balboa entre Canducha Figueredo y Antonio Maceo, Bayamo

La Edad de Oro Calle José Martí, No. 242 esq. 0 – 23 – 573055 Antonio Maceo, Manzanillo

Santiago de Amado Ramón Calle José Antonio Saco, No. 356 0 – 22 – 624264Cuba Sánchez entre Carnicería y San Félix

Guantánamo Ñancahuasu Calle Paseo, No. 555, entre 0 – 21 – 328063 Luz Caballero y Carlos Manuel de Céspedes

Isla de la Frank País Calle José Martí, s/n, esq. 22 0 – 46 – 323268Juventud Nueva Gerona

Impreso en los talleres del CPLL de GranmaOctubre de 2010

Esta edición consta de 400 ejemplares