S a w a rrevista mensual y digital sobre historia,
patrimonio y turismo en el municipio de MurciaDiciembre de 2013. Número 6
El río
que SuEñA
con volver a ser río
El río
Seg
ura y M
urcia. J. A
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ro (1873). C
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ISSN: 2340-387X
Historia de larelación entreel Segura y la
ciudad, y planespara recuperarel contacto con
un río vivo
S a w a rrevista mensual, digital e independientesobre historia, patrimonio y turismo en
el municipio de Murcia
La cultura y el patrimonio histórico, artístico y naturalson el ajuar común, el conjunto de bienes materiales e
inmateriales que recogemos de nuestros antepasados yque debemos conocer, disfrutar, proteger, enseñar y
transmitir a las generaciones venideras.Es lo que nos une al pasado y al futuro.
Es de todos.
“Prueba a ser una nube
a flotar, alcotán sobre praderas
Prueba a surcar ríos
a luchar por ellos
A sentirte arcilla y caña de ribera
Laurel y gota que espejea
Y errar, cometa vegetal sin hilos
Prueba a surcar ríos
aunque el agua sólo llegue a tus tobillos
o te cubra y esté fría”
Fragmento de la canción “No estés triste”, de Manolo García
Del álbum “Saldremos a la lluvia”. 2008. Ariola
SAWAr MurCIArevista mensual, digital,gratuita e independientesobre historia, patrimonioy turismo editada en laciudad de Murcia porPedro Serrano SolanaDiciembre de 2013 http://www.youtube.com/watch?v=v0h2zsDxW20
ISSN: 2340-387X
sumario
Editorial
El Segura y MurciaHistoria de una pasión
Murcia y sus puentesPor Pedro Jesús Fernández ruiz
Molinos urbanos en el río Seguraun aprovechamiento singular
Por Pedro Jesús Fernández ruiz
un futuro para el paseo del MalecónPor José Antonio Moreno Micol
Entrevista a Julio MuñozEntrenador y piragüista del Club remo
Paseo de esculturas a la orilla del ríoPor Mª Ángeles Muñoz Cosme
El río que tenemos. El río que queremos
Entrevista a José Carlos GonzálezComisario de Aguas de la CHS
Así fue el número anterior
La cultura y el patrimonio histórico, artístico y naturalson el ajuar común, el conjunto de bienes materiales e
inmateriales que recogemos de nuestros antepasados yque debemos conocer, disfrutar, proteger, enseñar y
transmitir a las generaciones venideras.Es lo que nos une al pasado y al futuro.
Es de todos.
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Ajuar: del árabe hispánico “assiwár” o
“asuwár”, y éste del árabe clásico
“sawar”
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editorial
Queridas lectoras y lectores, permitidme que esteeditorial sea un poco más personal y que vengafirmado. Hace ya casi un año que nació SawarMurcia como parte de unas prácticas de Periodismoen la Universidad Miguel Hernández de Elche, perodesde el mismo momento en que lo empecé, tuvebastante claro que debía continuar con el proyectocuando acabara la carrera, salvo una muy improba-ble sorpresa en forma de estupenda oferta laboralen el ámbito de la comunicación... Ya sabéis, habríasido más fácil que cayeran del cielo monedas de500 pesetas (¡Con lo poco que llueve en Murcia, enépoca del Euro y en plena crisis económica!). Novoy a decir que me alegre de que, como es obvio,dicha oferta no haya llegado, pero no sé si cambia-ría lo mucho que he aprendido en estos docemeses y lo bien que lo he pasado.
Ha sido un año de primeros pasos, y por tanto, unaño con errores: Aproximarse a la orilla de esteoficio es constatar lo difícil y apasionante que es, ylo mucho que el buen ejercicio del periodismo ledebe a la experiencia. Ahora bien, también ha sidoun año de periodismo sincero e independiente. Hepuesto todo mi interés y esfuerzo en que el resul-tado mereciera la pena; en que se transmitieranestas historias con el mayor rigor posible, con laesperanza de que el que se topara con Sawar,tuviera la sensación de haber encontrado un mediohonesto y serio. Y no sólo eso: Quería demostrarque la Historia y el Patrimonio son asuntos de inte-rés informativo más allá de la simple difusión deanécdotas, cosa que aun siendo estupenda, sólo esuna forma de acercarse a dichas materias, y no laúnica. Más allá de lo bello y lo entretenido, en estaparte de las humanidades hay todo un campoplagado de noticias, de conflictos y de acuerdos, dehechos que son útiles porque nos llevan a la refle-xión. Y más: tal y como expresé en el primer edito-rial de Sawar, el conocimiento del Patrimonio, suestima, defensa y conservación, nos hace másactivos, más críticos y comprometidos.
Haciendo periodismo no sólo se aprende de perio-dismo: Lo mejor es lo mucho que se aprende sobrela vida y sobre las personas a través de los asuntosque investigas. En este tiempo he constatado queel primer paso para solucionar los problemas esconocerlos, reaccionar e implicarse. Movilizarse. Noes un descubrimiento muy sesudo, lo sé, pero aveces lo obvio es lo que más nos pasa desaperci-bido. Hay miles de frases de personajes célebresadvirtiéndonos de que la democracia no es sólovotar cada cuatro años; es mantener una actitud de
compromiso con los demás y con uno mismo. Ahíreside el poder ciudadano. Por eso, me siento muysatisfecho de haber podido conocer a personas quetienen mucho que decir y a las que tal vez no seescuche demasiado; a gente experta y comprome-tida. He pedido colaboración y también tenido elhonor de recibir ofrecimientos para colaborar. Yademás, Sawar ha contado con la ayuda de otrosmedios para difundir su trabajo, de manera especialen la radio. Prometo que los que me llamaron paraacudir a sus programas radiofónicos a explicar enqué consistía Sawar, no son familiares ni tenía elgusto de conocerlos antes de empezar a escribirestos extensos siete reportajes.
Este número llama la atención sobre el río Segura:el río como espacio urbano que necesita un trata-miento acorde al siglo XXI, y que merece atencióntambién como espacio patrimonial, cultural, naturaly social. El río Segura tiene muchos afluentesconceptuales, afluentes que no mueren en el ríosino que nacen de él. Son muchas las implicacionesque derivan de sus aguas, mucha la historia que hacorrido por su cauce, muchos los beneficios y laspérdidas, las sequías y las riadas… Y son muchastambién las agresiones que ha sufrido, la contami-nación y la sobreexplotación; las manos de Murciaapretadas sobre sus márgenes hasta llevarlo alborde de la asfixia. Trataremos de repasarlo todoen la primera parte de este Sawar, y despuésllegará el turno de varios artículos con muchosquilates: Pedro Jesús Fernández, José AntonioMoreno y Mª Ángeles Muñoz nos hablan de losmolinos, los puentes, el Malecón y las esculturasque flanquean en la actualidad al río Segura.También entrevistamos a Julio Muñoz, piragüista yentrenador del desaparecido Club Remo de Murcia.Luego charlaremos sobre el pasado inmediato, elpresente y el futuro del río con José Salvador Fuen-tes Zorita, José Carlos Cano, Julia Martínez, JorgeSánchez y Adela Martínez-Cachá, y acabaremoseste extenso número con una entrevista a JoséCarlos González, Comisario de Aguas de la Confe-deración Hidrográfica del Segura. Mucha letra paraestas Navidades.
Aquí acaba Sawar, y espero que sólo sea un finaltemporal. Ha llegado el momento de parar y, quizá,de tantear la posibilidad de hacer profesional estemedio; de dar otro paso, o de lo contrario, tendráque perder la regularidad adquirida en estos docemeses. Espero que Sawar Murcia vuelva y que lohaga pronto y mejor, aunque aún no sé con quéformato. ¡Y espero poder contar con vosotros!
Poder ciudadano
5Sawar
Pedro Serrano Solana
a ciudad de Murcia está donde está y es lo que es por el río que la atraviesa. El Segura, con los
diferentes nombres que los habitantes de estas tierras le han venido dando en el pasado, es la clave no
sólo de su desarrollo físico y económico, sino de su misma existencia. Los avatares de este curso de
agua, sus idas y venidas, sus crecidas y sus sequías, lentamente han ido tallando como a cincel la
fisonomía de la ciudad y aun el carácter de los murcianos. Los excesos del Segura han causado daños
físicos y materiales, pero su agua también ha reportado beneficios agrícolas en perfecta simbiosis con
el clima local y con la riqueza del suelo. Ha regado la huerta, ha dado de beber y ha lavado la ropa de los
ciudadanos, ha proporcionado alimento mediante la pesca y hasta cubrió los ratos de ocio de muchas
generaciones, que se bañaron en él cuando bajaba más limpio o que, sencillamente, se recrearon en su
contemplación desde una orilla y escucharon el tranquilo fluir de su curso. Murcia le debe mucho al río
Segura, y ahora, brevemente, repasaremos el porqué.
L
El río Segura* nace en la Sierra de Segura, en la
provincia de Jaén, a medio kilómetro de Fuente
Segura de Arriba, a 5 kilómetros de Pontones y a 21
de Santiago de la Espada. La ‘surgencia’ kárstica de
la que manan sus aguas se encuentra a 1.413 metros
de altitud, y desde ese lugar hasta su desembocadura
en Guardamar del Segura, en la provincia de Alicante,
el río atraviesa 325 kilómetros con una superficie de
cuenca de 14.936 kilómetros cuadrados. La mayor
parte del territorio cuyas aguas confluyen en su cauce
–que eso es precisamente la superficie de cuenca-
pertenece a la Región de Murcia, cuyo límite Norte
bordea en primer lugar para luego cortarla de Norte a
Sur, y más tarde, en la Vega Media, variar su sentido
hacia el Este y serpentear casi sin desnivel hasta el
mar Mediterráneo.
* http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,365,m,1454&r=ReP-2191-DETALLE_REPORTAJESPADREMÁS INFo...
El SEGurA
y MurCIA
Historia de una pasión
Sawar 7
Sawar8
El bautizo fluvial
Para hablar del nombre actual –y de los nombres
pasados- de este río, comenzamos remitiéndonos al
libro de Ismael Galiana “Yo, el Segura”*, editado por
la Confederación Hidrográfica del Segura en 1992. En
dicho texto Galiana adquiere la personalidad del río y
va trazando en primera persona su historia y curiosi-
dades. Al relatar el origen nominal del Segura (página
16), cita en primer lugar a Pascual Madoz, quien en el
Diccionario geográfico-estadístico-histórico del siglo
XIX hablaba así: “Este río fue conocido por los roma-
nos con el nombre de Thader, de los árabes con el de
Alana, y lo distinguen los modernos con el de Bené-
fico”. Tal y como también nos cuenta Ismael Galiana,
los griegos llamaron al río Staber, los cartagineses
Alebo, los romanos Thader –que posiblemente quiera
decir “palmera”-, los hispano-latinos Taderus, y los ára-
bes empezaron llamándolo río Blanco, Wad-al-Abyad
–el mismo nombre que recibió en época medieval el
río Turia-, y más tarde lo nominaron como a la sierra
de la que nace: Saqura. De dicha denominación árabe
es de la que obtenemos el nombre actual: río Segura.
Pero, ¿qué significa Segura? Aquí recurrimos al libro
de Santiago Delgado “Crónica particular”, editado por
el Museo de la Ciudad** en 1999 (página 10), donde
el escritor murciano nos explica: “Segura viene a
querer decir, según Antonio de Hoyos, escorrentía,
fluido que corre, sangración. Los también hidrónimos
sangre y los ríos Sangonera, Júcar y Segre vienen a
significar lo mismo. Robert Pocklington señala que, en
hebreo, ‘segur’ significa dorado, lo cual acompañaría
bastante la primera denominación del río, nada menos
que griega: Theodoros, que significa Regalo de los
Dioses”. Sin embargo, Segura también podría venir del
árabe “shakûr”, que significa “gracias”: bajo ese
supuesto, los árabes le habrían dado al río el cariñoso
nombre de “agradecido”. Así y todo, en el caso del
Segura, el terreno de la toponimia se nos antoja más
pantanoso e incierto que el lecho de la Vega Media en
el momento de la fundación de nuestra ciudad.
En el libro de Ismael Galiana, “Yo, el Segura”, también
se incluyen los curiosos apodos con los que algunos
personajes históricos llamaron al río, casi siempre con
objeto de representar la imagen de un curso de agua
crecido y amenazante: por ejemplo, San Vicente
Ferrer lo llamó “lobo”; el poeta oriolano Miguel Hernán-
dez le dijo “lobón” y “ladrón”; el escritor murciano
Sánchez Madrigal, “infausto”; el madrileño Luis
Fernández Ardavín lo describió como “monstruo
hambriento que va engullendo leguas de verdura”;
Alejandro Dumas exclamó “¡Segura, qué nombre más
engañoso!”, y otro francés, Víctor Hugo, escribió que
“lo que golpea a Murcia, hiere a París”, tras la trágica-
mente famosa riada de Santa Teresa (1879). En otro
pasaje de su texto Yo el Segura (pág. 44), Galiana
reproduce estos versos del poeta murciano Vicente
Medina:
Palmeras y patos en el río Segura
Fuente: P.S.S
* http://www.chsegura.es/export/descargas/informaciongeneral/mediatecadigital/libros/docsdescarga/Documento_Yox_el_Segura.pdf** http://www.murcia-museociudad.org/publicaciones.html
MÁS INFo...
9Sawar
“Entre cabezos
el río salta y corre
(…) si encuentra anchura,
se extiende
si estrechura, se recoge
y unas veces deja tierras
y otras veces se las come”.
También fue bella la imagen que nos dejó el autor anó-
nimo del Dikr bilad al-Andalus, al compararlo con una
pulsera que se ceñía a Murcia como a una muñeca.
Saqura y Múrsiya
En la orilla izquierda del río Saqura, a la altura de la
Vega Media, el emir cordobés Abderramán II ordenó
fundar una nueva ciudad para calmar los ánimos de
un territorio convulso que dependía de Córdoba, la
sede de su poder. Corrían el agua limpia y el año 825
de nuestra era. Y así había nacido Múrsiya, ‘pequeña
pero matona’, con vocación y título de capital,
dispuesta a sellar un pacto de no agresión con el río
–roto varias veces y por ambas partes-, a defenderse
de los enemigos y a superar a las más viejas y pode-
rosas ciudades de Lorca y Orihuela en el control polí-
tico, militar y económico de estos pagos. Para tal fin,
alrededor de Múrsiya fueron creciendo las murallas
que protegían a sus habitantes de las crecidas del río
y de los enemigos, y que al mismo tiempo aprovecha-
ban las aguas como defensa natural. También se creó
el ingenio de la Contraparada entre las actuales loca-
lidades de Jabalí Nuevo y Jabalí Viejo, el azud gene-
rador de un extenso sistema de regadío que posibilitó
el trascendental nacimiento de la huerta, y sin el cual,
nuestra ciudad tampoco tendría sentido. El Segura,
Murcia, la Contraparada… Río, ciudad y huerta, por
fin juntos.
Se da ya por admitido que en el mismo lugar donde
Murcia vino al mundo, hubo desde antiguo un cruce
de caminos secundarios entre Levante y el Reino de
Granada, y entre Cartagena y el interior de la Penín-
sula; caminos que debían encontrarse cercanos a un
paso natural del río Segura y que quizá estuvieran
acompañados por un pequeño caserío de escasa
entidad. Aquí incorporamos a nuestro relato al profesor
José García Antón* y su libro Las murallas medieva-
les de Murcia (Real Academia Alfonso X el Sabio.
Murcia, 1993. Págs. 16-17), quien se plantea una duda
inicial: “Cabe preguntarse las razones que decidieron
la elección de las inmediaciones del río como lugar
donde fundar la nueva ciudad, expuesta de este modo
a las avenidas y situada en un lugar a todas luces
insalubre, condición en parte contraria a las prescrip-
ciones que para la fundación de nuevas madinas
propone el Islam”. García Antón lo explica: “A poco que
nos detengamos en un examen del curso del río
Segura en su última parte, cuando cambia de dirección
para alcanzar el mar, llama la atención su caracterís-
tica meandrizante, con agudos lazos que hacen su
curso cambiante e incierto”. Y prosigue: “Sin embargo,
en la misma localización de la Murcia de hoy, destacan
dos hechos que, en tiempos, debieron influir directa-
El río Segura llegando a la Contraparada
Fuente: P.S.S
http://www.fnac.es/mp907875/Murallas-Medievales-de-Murcia-lasMÁS INFo...
Sawar10
mente en su morfología: uno es la confluencia del
Guadalentín antes de que los arrastres que, en las
avenidas, traía este río de barro (este es el significado
del árabe Wad-l-antin), convirtieran en delta su último
tramo; estos arrastres darían
lugar indudablemente a una ele-
vación del terreno en su punto de
confluencia. El otro hecho es la
incidencia de las ramblas del
puerto por un lado (Sur, margen
derecha), y las que vienen de
Churra y Espinardo por otro
(Norte, margen izquierda), que
condicionaron la formación del
meandro dentro del cual se
elevaba el pequeño promontorio de terreno en los
momentos en que se decidió la fundación de la ciudad
para que fuera la capital de la Cora de Tudmir”. Así
pues, José García Antón concluye que “un pequeño
promontorio abrazado por un meandro del río, no es,
en realidad y bajo un punto de vista táctico, un mal sitio
para levantar una ciudad con su función político-militar,
cual fue el caso de Murcia”.
Prosiguiendo con ese instante en el que se decidió el
lugar exacto en el que habría de nacer nuestra ciudad,
Santiago Delgado escribe en su “Crónica Particular”
que el paso natural para cruzar el Segura se situaba
en “un altozano que libraba de riadas menores”, y que
estaba “constituido por los dos cabezos que hoy une
el Puente Viejo”. Delgado continúa con su descripción
del lugar en el que el río Segura y la incipiente ciudad
de Murcia unieron sus destinos: “Una encrucijada
siempre atrae gentes que viven de los caminos, de la
gente que pasa: mercaderes, mesoneros, goliardos,
salteadores, rufianes… De vez
en cuando, las avenidas del río
se llevaban todo por delante, y
de vez en cuando también las
riadas serían salvables, que-
dando en crecidas; y aun otras
últimas de vez en cuando, las
epidemias producidas por el
agua estancada tiempo y tiempo
diezmarían la ya de por sí
escasa población flotante”.
Por su parte, el profesor Vicente roselló* también
alude en su libro Evolución urbana de Murcia (Ayun-
tamiento de Murcia, 1975. Pág. 9) al lugar donde nació
la ciudad como cruce de caminos y paso del río,
aunque reconoce que “lo mismo da causa que efecto
o concausa”. En opinión de Roselló, “resultaría difícil
concebir Murcia sin río”, y continúa: “Con sus ventajas
y sus inconvenientes, el emplazamiento fluvial ha
condicionado no sólo el desarrollo urbano, sino la
selección del sitio concreto de su primer trazado” (Pág.
10). Roselló profundiza en su explicación: “El camino
natural desde el oriente peninsular al mediodía, discu-
rre forzosamente por el valle bajo del Segura y su pro-
longación por el surco del Sangonera o Guadalentín.
Decámetro más o menos, había que cruzar el río, y
Staber, Alebo, Thader,Taderus, Wad-al-abyad,
Alana, Saqura...Con significado incierto,
los nombres del río han idopasando como el agua hasta
el actual Segura.
Azud de la Contraparada
Fuente: P.S.S
http://larrocha.es/glc/wp-content/uploads/2012/05/vrv1.pdfMÁS INFo...
nada mejor que hacerlo al mismo tiempo que otro
camino transversal, del interior al viejo y acreditado
puerto de Cartagena”. El profesor se pregunta: “¿Sería
caer en exagerado determinismo achacar la localiza-
ción de la ciudad a este cruce itinerario?”. Y responde
que, sea como fuere, “la ciudad polarizó los caminos,
y los caminos dieron categoría a la ciudad de puente”.
Volviendo con la evocadora des-
cripción que del río y la ciudad
hace Santiago Delgado, el autor de
Crónica particular afirma que “hay
que suponer que el cauce del río
no sería siempre el mismo: el
estrangulamiento de meandros, la
dirección concreta de la última
riada, un estiaje severo… Harían
tener a todos una idea bastante
más relativa que hoy respecto de lo que es un cauce”
(pág. 10). En la obra Nuevos datos sobre el río
Segura* en la Murcia del siglo XIII (Revista Murgetana,
1998, nº 104. Real Academia Alfonso X el Sabio y
Fundación Séneca), su autor, Antonio Vicente Frey,
explica que “si bien el río dio cobijo al nuevo núcleo,
(Murcia) debió situarse en un punto de evidente equi-
distancia con el objeto de salvaguardar a los habitan-
tes de los inseguros arenales del cauce”, quedando
pues la ciudad en “un emplazamiento situado en un
punto central entre ambos brazos del río”. Y añade que
poco a poco “se creó una primitiva red de abasteci-
miento hídrico de la ciudad y de los establecimientos
de la vega, los cuales orientaron sus modos de pro-
ducción a unas exigencias de mercado y fiscales”.
Según Frey, durante la época califal (siglos X-XI) no
debió existir en Murcia un puente de piedra sino uno
de barcas, tal y como apuntaron algunos escritores
árabes. Además, “se le sacó un aprovechamiento a la
potencial energía del cauce mediante la instalación de
norias y redes de abasteci-
miento de agua a la urbe,
desde una posible difluencia en
el Norte”, y a pesar de la exis-
tencia de una primera muralla,
“el acondicionamiento a un río
de las características del
Segura implicó la creación de
un malecón desde época califal
e incluso emiral, con el que
contener las diferentes avenidas que asolarían el
emplazamiento contínuamente” (Pág. 13).
En su estudio de las murallas de Murcia, José García
Antón también dedicó un capítulo a la influencia que
el sistema defensivo medieval, y por tanto, la mera
presencia de la ciudad, tuvo sobre el trazado del
Segura, mucho antes de las acciones humanas y los
encauzamientos que buscaron minimizar los efectos
negativos de las crecidas. Tal y como explica García
Antón, “la acción de las avenidas del Segura exige una
solidez cada vez mayor en los muros, de modo que
En 825, Abderramán II, emirde Córdoba, mandó fundarMurcia en la orilla izquierda
del río, en un cruce decaminos secundarios y paso
fluvial, para ser la nuevacapital del territorio
Sawar 11
El agua del río Segura bajo laPasarela Manterola de Murcia
Fuente: P.S.S
http://www.regmurcia.com/docs/murgetana/N104/N104_001.pdfMÁS INFo...
sean capaces de resistir las fuertes envestidas de las
aguas y de desviarlas, con objeto de que no sufran sus
efectos las viviendas que se
encuentran en el interior” (Pág.
41). A continuación, el profesor
explica de qué modo influyen las
murallas de Murcia en el curso
del río: “Las grandes avenidas
tienen como consecuencia
directa la acumulación de gran
cantidad de aportes que se van
depositando en aquellos lugares
que constituyen un freno a las
aguas; tal es el caso de las
murallas, a cuyos pies se van
acumulando, cada vez en mayor volumen, los mate-
riales de arrastre. Pasada la avenida, el río vuelve a
discurrir perezosamente por la llanura, y sus aguas
tienden a tomar el camino más fácil, es decir, aquel
en el que el depósito de materiales es menor”. García
Antón prosigue: “Como resultado, el cauce del río
Segura se va separando progresivamente en determi-
nados puntos del pie de las murallas de la ciudad,
dejando unos terrenos sin propietarios definidos, que
son aprovechados para el establecimiento de gentes
que acuden a la demanda, cada vez mayor, de mano
de obra necesaria por el crecimiento de la ciudad”
(Pág. 43). José García Antón argumenta su teoría del
alejamiento progresivo del río respecto al frente sur de
las murallas, aludiendo a un ejemplo similar y más
reciente de influencia directa en el cambio del trazado
fluvial: el Malecón. “Se trata”, explica, “de la modifica-
ción que ha impuesto al río el muro del malecón,
patente al comprobar los planos de finales del siglo
XVIII y principios del XIX de que
disponemos, con los de la
primera mitad del siglo actual
(XX)”. Para García Antón, pode-
mos constatar “cómo el río se va
separando cada vez más de la
obra del malecón, creando un
espacio de terreno que, en este
caso, es ocupado por las
huertas”. Todo ello “da una idea
de lo sucedido en época islámica
con las murallas y el río, pues la
acción de las primeras sobre el
segundo puede identificarse con la que sobre éste ha
ejercido el malecón de hoy” (Pág. 45).
Sobre las aguas
En Evolución urbana de Murcia, el profesor Roselló
afirma que aunque “no es inadmisible la navegabilidad
del Segura hasta Murcia desde Orihuela o desde el
mar” (Pág. 21), “no parece verosímil que la ciudad
haya sido jamás cabeza de navegación y puerto fluvial
para un tráfico significante” (Pág. 10). En su opinión,
“las barcazas mencionadas por al-Idrisi, aparte de que
son citadas con la ciudad ya existente, son destinadas
a sostener el puente o instalaciones de molinería
imprescindibles para el aprovisionamiento urbano”.
El propio Vicente Roselló analiza la topografía pre-
12 Sawar
Abrazada por dos meandrospronunciados a poniente y
levante, la ciudad se rodeó demurallas, construyó un
primer malecón y creó laContraparada; el río Segura
era motor económico ydefensa, pero también era
una amenaza
El río Segura bajo la PasarelaManterola de Murcia
Fuente: P.S.S
Sawar
urbana “con las mayores reservas”, a partir del antiguo
levantamiento y nivelación hechos por Pedro García
Faria en 1886, trabajos completados con los estudios
de César Cort en el primer tercio del siglo XX: tal y
como expone Vicente Roselló, se trata de un solar
bastante plano “cuyas máximas diferencias no llegan
a los cinco metros” entre el punto más alto y el más
bajo (pág. 16): el lugar más bajo de la ciudad se sitúa
frente a San Lorenzo, en la antigua calle Correos, con
41 metros, y el más alto apenas supera los 45 metros
y se da en varios puntos del Oeste y Sur de la madina
antigua.
Precisamente al Oeste, en lo que hoy son los barrios
de San Andrés y San Antolín, estuvo la
zona más industrial de Murcia
entre los siglos XI y XIII, y
según nos explica Antonio
Vicente Frey, esto
respondió a los
condicionantes del
medio: “Es obvio
que se convino
la ubicación de
las industrias a
causa de la
presencia del
río, y la necesi-
dad de preser-
var la higiene de
la madina vieja”.
Sin embargo, hay
que ampliar la
explicación: “Pese a
que se ha llegado a
insistir en la necesidad de
que las ciudades poseyeran
sus industrias contaminantes
aguas abajo del emplazamiento,
pensando en que a la hora de verter los desechos no
afectaran al abastecimiento de la ciudad, la peculiar
infraestructura de abastecimiento de Murcia hizo
desarrollar sus industrias paradójicamente aguas
arriba”. Para Antonio Vicente Frey, las excavaciones
desarrolladas en el antiguo arrabal del Arrixaca lo
confirmarían, así como la construcción de un malecón
de contención del río en el siglo XI, y la articulación de
un red de abastecimiento de agua para la ciudad por
su lado Norte, a partir de las acequias Aljufía y Cara-
vija, que se alimentaban del río mucho más arriba del
lugar en el que las mencionadas industrias vertían sus
desechos. Sin embargo, eso no impedía que hubiera
abastecimiento directo del Segura aguas abajo de sus
industrias para un uso doméstico o para riego, pero no
para beber. De ahí, por ejemplo, la presencia de una
noria en la representación del alcázar mayor que
contenía el sello concejil (s. XIII), y que servía para
elevar y abastecer de agua del río al conjunto
palaciego con los posibles usos descritos.
Ya hemos visto que Murcia se configuró en un cruce
de caminos y en un paso del río Segura en el que, al
principio, debió haber un puente de barcas, y más
tarde sucesivos puentes de madera que el agua
crecida destruía cada cierto tiempo. Los autores coin-
ciden en señalar que el lugar concreto
de ese paso del río, como ya se
ha referido, es el que ocupa
desde 1748 el Puente
Viejo, el mismo lugar
en el que con ante-
rioridad se levantó
otro puente de
piedra, posible-
mente del siglo
XV, arrastrado
por las aguas.
Sin embargo,
también es
posible que
existieran al
menos otros
tres puentes en
época medieval
islámica en el tramo
más cercano a la
ciudad, fueran estos de
madera o de barcas:
citando las investigaciones de
Torres Fontes, Vicente Roselló (Pág.
23) plantea hasta dos puentes sobre el hipotético
meandro que envolvía a la ciudad por el Oeste, del
lado del Arrixaca, y a los cuales se accedería pasando
por la puerta de Secura entre las actuales calles del
Pilar y Julián Calvo. Otro puente de época medieval,
de madera o de barcas, pudo estar situado donde
actualmente se encuentra el Puente Nuevo. Sin
embargo, ninguno de esos tres puentes –u otros
pasos que pudiera haber- tenían la trascendencia
estratégica del puente principal, controlado permanen-
temente y al que una puerta de la muralla cerraba por
el lado de la madina.
Bajo las aguas
Un malecón o dique de contención, el azud de la
Contraparada, las acequias, las fuentes, los baños, la
muralla, las norias, los molinos y los puentes, fueran
estos dos últimos elementos de construcción estable
o de barcas, son parte de ese inicio de relaciones
entre el río y la ciudad; son las herramientas usadas
por la población para controlar una relación que, con
todo, ha tenido sus más y sus menos. Como es lógico,
el escenario ideal para Murcia ha sido desde siempre
estar sobre las aguas y aprovecharse de ellas, pero
en ocasiones tocó estar debajo y sufrir la ira del
Segura. Las riadas han sido muchas y lo han sido
hasta tiempos muy recientes. En torno a ellas hay
creado todo un mundo de símbolos, de hechos
concretos de destrucción y muerte, de epidemias, de
poemas y textos para hacernos una idea de su
alcance y significación en la historia de la ciudad y de
la huerta. Si el asunto de este número de Sawar da
para llenar las páginas de centenares de libros
–muchos de los cuales ya están escritos-, una mayoría
de ellos estarían dedicados a las inundaciones de un
río desbordado.
Aunque se puede recurrir a muchas fuentes documen-
tales, algunas muy exhaustivas, para recordar las
catástrofes provocadas por el Segura, Vicente Roselló
hace un meritorio resumen de en su obra Evolución
urbana de Murcia (Págs. 14 y 15) y por eso aquí nos
ceñiremos a su relato, que comienza con un plantea-
miento fundamental: así como en la vecina y más
antigua ciudad de Orihuela, también arrimada al
mismo río, los pobladores contaban con la opción de
remontar las faldas de una montaña para eludir el
peligro de las riadas, en Murcia la situación entrañaba
un peligro mayor, pues no había monte inmediato al
que encaramarse. Roselló nos recuerda la forma de
dar la alarma que desde siempre se impuso en nuestro
municipio: “Las campanas y caracolas sonaron
durante siglos en la ciudad y la huerta como lúgubre
aviso de las riadas; incluso el olor de las aguas de
avenida conocía el huertano”. El mismo autor refiere
con curiosidad que todas las riadas han sido nomina-
das como los Santos en cuyo día tuvieron lugar, y para
hacer repaso, comienza con la primera de la que
tenemos noticia –es de suponer que en época
andalusí también habría muchas-: La de 1424. En ella
se destruyeron 600 casas “y todos los víveres que
tenía almacenados la ciudad”. Apenas veinte años
después se produjo una riada peor, que afectó espe-
cialmente a los arrabales y que provocó una impor-
tante emigración hacia el reino de Aragón. Y todavía
dentro del siglo XV habría hasta diez nuevas avenidas
más o menos graves. Según Roselló, la avenida de
1528 se cebó otra vez sobre los barrios extramuros de
San Antolín, San Andrés, San Miguel y San Juan, pero
también en los barrios intramuros de Santa Eulalia y
Sawar14
Hipotético meandro dePoniente y dos puentesde época medieval
Fuente: V. Roselló
San Lorenzo, al Este de la antigua madina. En 1545
se inundaron de nuevo los barrios de San Antolín, San
Andrés y San Miguel, y quedaron destruidas 400
casas, además de provocar daños en los conventos
de Santo Domingo y San Francisco, en el malecón y
en la puerta del Mercado, en la plaza de Santo
Domingo.
Un capítulo aparte, por su gravedad, merece la riada
de San Calixto de 1651: Roselló nos habla de los
daños en San Antolín y San Andrés, junto a daños
menos severos en Santa Eulalia, San Juan, San
Lorenzo y San Miguel. Sin embargo, y según el
informe del capellán Pedro Villacis, también se produjo
la destrucción de más de mil casas y el agua llegó
hasta la cintura en la Catedral. No acaba ahí la cosa,
pues en dicha riada resultaron destruidos los pasos
procesionales de la cofradía de Nuestro Padre Jesús
Nazareno (excepto el paso titular), motivo por el cual
Francisco Salzillo se haría cargo de la renovación de
dichas imágenes en el siglo siguiente, creando los ac-
tuales y afamados pasos del Viernes Santo murciano.
Tras los efectos de San Calixto llovió sobre mojado,
nunca mejor dicho, porque la riada de San Severo,
producida tan solo dos años después, hizo cundir el
pánico y llevó al Cabildo de la Catedral a considerar
incluso un posible traslado “a Cartagena, Albacete o
incluso Algezares”. En el siglo XVIII hubo más riadas:
Por ejemplo, la que al principio de la centuria arrastró
el anterior puente de piedra, y la que en 1733 llevó a
la construcción del canal del Reguerón, diseñado por
Sebastián Feringán, con el fin de alejar la amenaza del
río Guadalentín-Sangonera sobre Murcia. Sin
embargo, la catástrofe más grande de la historia
conocida en la ciudad y la huerta estaba por venir: Se
produjo en el siglo siguiente y fue la riada de Santa
Teresa de 1879: “La fin del mundo”.
En esta gran riada entró una vez más en juego “la
difluencia norte” por la que ya se vio afectada la ciudad
en anteriores catástrofes, y que facilitó la entrada del
agua del río hasta Santo Domingo y la plaza del
Mercado: a través de dicha difluencia, según cuenta
Roselló, en la riada de 1879 el agua atravesó la huerta
al norte del barrio del Arrixaca (los restos aparecidos
en San Esteban pertenecen a dicho arrabal, de origen
medieval) y de la Puerta de Castilla, extramuros, para
luego cruzar el barrio de la Trinidad (entre el actual
campus de La Merced y el Museo de Bellas Artes) y
unirse al cauce principal en el antiguo meandro de la
Condomina, que reclamó de nuevo para sí el río a
pesar de que había sido corregido en el siglo anterior.
Pero el único responsable del desastre de Santa
Teresa no fue el Segura, sino que a éste se le alió su
Incidencia histórica delas riadas en la ciudadde Murcia
Fuente: V. Roselló
15Sawar
afluente más salvaje, el Guadalentín: el canal del
Reguerón, construido en el siglo XVIII y que aún hoy
lleva la desembocadura del afluente aguas abajo de
la ciudad de Murcia, no fue suficiente para frenarlo, de
modo que asoló el barrio de San Benito (el Carmen),
al que atravesó por la actual calle Cartagena antes de
verterse con fuerza en el cauce principal, un poco más
arriba del Puente Viejo.
Aquí sumamos de nuevo a Santiago Delgado, quien
en su Crónica Particular (Pág 81) nos cuenta que en
la riada de Santa Teresa, el nivel del agua “ascendió a
once metros en la ciudad y toda la costera sur se
inundó”, dejando un panorama desolador con 800
víctimas mortales y muchos más heridos, afectados y
desplazados. La tragedia de Murcia tuvo repercusión
internacional, siendo especialmente sensible la socie-
dad francesa: Por ejemplo, en París se publicó “Paris-
Murcie”*, un periódico en el que colaboraron Víctor
Hugo y Alejandro Dumas, entre otros escritores e
intelectuales, acompañados por las ilustraciones del
célebre Gustave Doré.
Volviendo con Roselló, en su
relato de las riadas murcianas el
profesor entra en el siglo XX: “El
22 de abril de 1946 se superpu-
sieron de nuevo las ondas de
crecida del Guadalentín y del
Segura, repitiéndose el fenómeno
en octubre de 1948, en que el
agua del río saltó hacia el Barrio del Carmen”. Otra
avenida, la de 1949, no tuvo apenas consecuencias
para la ciudad. En 1963 habría que hablar de la cana-
lización (en el más profundo significado de la palabra)
del río a su paso por Murcia, que perdura hoy, y del
plan de defensa de las avenidas, de todo lo cual se
dará cuenta en este mismo número de Sawar. Y dado
que el relato que hace Roselló concluye en el
momento en que escribió su libro, en 1975, debemos
citar también las riadas de 1982, 1987 y 1989, y las
crecidas de 1997 y del año pasado, 2012, cuyos efec-
tos se dejaron sentir especialmente en el río Guada-
lentín a su paso por Lorca.
La cara de Murcia
En este punto incorporamos una obra más al repaso
histórico del río Segura en su contacto con la ciudad
de Murcia: el número 3 de los Cuadernos de Introduc-
ción a la Urbanística** (CIURB) de la Universidad
Politécnica de Cartagena, elaborado por FernandoMiguel García Martín y Marcos ros Sempere, y que
lleva por título “Intervención en cauces urbanos.
Materiales para un ejercicio en Murcia” (2012). En el
apartado El río Segura en la formación de la ciudad de
Murcia, se emplea un artículo de Francisco Calvo
García-Tornel (“Las transformaciones de los espacios
urbanos fluviales en zonas áridas: lecciones de la
cuenca del Segura”. Documentos d’análisi geográfica,
nº 31. Págs 103-116) en el que podemos leer: “La
relación de la ciudad con su río pivota desde el primer
momento sobre tres aspectos fundamentales: conse-
guir seguridad frente a las periódicas avenidas del
Segura; conseguir espacio para extenderse; y facilitar
el cruce del cauce”, lo que, tal y como hemos visto
anteriormente, implicó la construcción del malecón y
de las murallas, y también la corrección del cauce
mediante la eliminación de meandros para facilitar la
escorrentía. Los dos meandros más pronunciados y
próximos a la ciudad, los que la envolvían por
Poniente y por Levante, ya estaban corregidos en el
siglo XVIII, y es dentro de esa
misma centuria cuando, por un
lado, se construye el canal del
Reguerón, y por otro, cuando se
refuerza y dignifica el Malecón,
comienzan a derribarse las
murallas y se producen “las
primeras reformas urbanas que
tienen presente el río como ele-
mento de primera importancia”.
Tal y como nos cuenta Francisco Calvo en el citado
texto, “diversas iniciativas, tanto en relación con la
organización del caserío como con el propio cauce
fluvial en su tramo urbano, se relacionan directamente
con el inicio de una serie de acciones de defensa (…)
que buscan hacer más segura la ocupación del valle
huertano”. Además de la corrección de meandros, el
refuerzo del Malecón y la construcción del canal del
Reguerón y del puente de piedra que hoy llamamos
Viejo, se produce “el inicio de la canalización del río a
impulsos del proyecto de Floridablanca”, con el fin de
“proporcionar seguridad inmediata al casco urbano
cuyas murallas, en gran parte englobadas en nuevas
edificaciones, ya no garantizan su tradicional papel de
defensa”. Francisco Calvo prosigue: “Comienza así a
diseñarse un frente fluvial de la ciudad de Murcia
caracterizado en su margen izquierda por la presencia
de diversos edificios de cierto porte, que sustituyen a
la muralla y mantienen la tradición musulmana y
medieval de concentrar los centros del poder urbano
Las riadas y sus catastróficasconsecuencias forman partede la historia de la ciudad,
destacando la de San Calixto(1651) y sobre todo la deSanta Teresa (1879), de
repercusión mundial
* https://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,373,m,1096&r=ReP-24530-DETALLE_REPORTAJESPADRE** http://issuu.com/cbustamante.o/docs/intervenci_n_en_cauces_urbanos
Sawar16 MÁS INFo...
en este área”. De ese modo, en el Arenal se genera
en el siglo XVIII el inicio de “una cornisa monumental
sobre el río”, mientras que en la margen derecha se
mantiene un uso agrícola y funcionan hasta cuarenta
y nueve molinos de harina en menos de un kilómetro
y medio.
En el número 3 de CIURB se prosigue con la descrip-
ción de Francisco Calvo García-Tornel, al respecto de
los cambios en la relación física y visual entre la ciudad
y su rio operados en la centuria del gran barroco
murciano: “Un amplio paseo separaba este frente
urbano de la margen fluvial,
protegido posteriormente por
tramos de sillería según el
proyecto de Floridablanca, en
tanto que la ribera opuesta no
sufre modificaciones, puesto que
el diseño de la plaza de Cama-
chos-Alameda queda ya alejado
del río y tiene un carácter inte-
grado en la adecuación de los accesos a la ciudad”.
De todos estos elementos nos da valiosa información
un grabado de finales de la centuria que incluyó Espi-
nalt en su libro “Atlante”: bajo el título “Vista Occidental
de la ciudad de Murcia” (1778), se muestra “un frente
al río bastante urbanizado y no carente de estética”,
además de enseñarnos el puente de piedra acabado
tan sólo treinta años antes. Y más información nos
proporciona el Proyecto de Canalización y Ornato del
río Segura a su paso Murcia*, de 1785, elaborado por
el arquitecto Manuel Serrano e impulsado y auspiciado
por el conde de Floridablanca. Entre la documentación
del proyecto se incluyen cuatro planos: en el primero
se muestra la situación del río y la ciudad en esos años
antes del inicio de los trabajos, y en el segundo se
plasma el resultado que darían a la ciudad, mientras
que los dos planos restantes muestran secciones con
otros detalles del plan.
El frente fluvial de la ciudad en el siglo XVIII, es decir,
la cara de Murcia sobre su río, comenzaba desde la
entrada al paseo del Malecón con el convento de San
Francisco (desaparecido), que
estaba separado del Palacio del
Almudí y del convento de Veróni-
cas por el Plano de San Fran-
cisco (parte de ese espacio está
ocupado actualmente por la
plaza de abastos de Verónicas, y
el resto es una avenida de
entrada y salida de la ciudad que
conecta con la Ronda Oeste). Si avanzamos en el
mismo sentido del río, el siguiente edificio era el de la
Inquisición: obra de grandes proporciones, incluía una
cárcel, la llamada “cárcel vieja” (hoy su extenso solar
lo ocupan la casa Zabálburu, el edificio del Colegio de
Arquitectos y el antiguo Hotel Victoria). Pasado éste
se accedía al Arenal con las Casas de la Ciudad
(actual ayuntamiento) y el Palacio Episcopal. Más
hacia el Este se encontraba el colegio de San Isidoro
(hoy IES Licenciado Cascales), el convento y hospital
En el siglo XVIII, a partir de ladesaparición de las murallas
medievales, se busca reforzarla defensa de la ciudad contra
las crecidas del río y adignificar el frente urbano
* http://www.molinosdelrio.org/actividades/index.php?e=183MÁS INFo...Sawar 17
de San Juan de Dios (luego Hospital Provincial, sobre
el que se construyó en el siglo XX el edificio de la
Diputación, hoy Consejería de Hacienda), y la torre de
Caramajul, edificación medieval perteneciente al anti-
guo Alcázar Mayor y que estuvo en pie hasta el siglo
XIX (hoy ocupa su lugar el edificio de la Delegación
del Gobierno). A su lado se elevaba la casa de Navarro
y Bocanegra (espacio en el que hoy encontramos el
edificio de la Convalecencia, rectorado de la Universi-
dad de Murcia). La actual plaza
de la Cruz Roja era la plaza de
las Barcas, en la que en época
medieval pudo haber un puente
de madera o de barcas, y en la
que después se construiría el
Puente Nuevo o puente de
hierro. En el proyecto de 1785 se
señala que hubo intentos de
construir otro puente de piedra
en dicho lugar, que el río se
encargó de evitar una y otra vez.
Y más adelante se extendía junto al río el barrio de
San Juan. Tal y como se ha dicho, la margen derecha
eran terrenos de huerta junto al camino de Beniaján.
En cuanto al cauce del propio río, el proyecto de 1785
constata en su primer plano los estrechamientos e
impedimentos que encontraba el agua en aquellos
años, algunos de ellos derivados de su aprovecha-
miento, como presas y molinos en la margen derecha,
y la existencia de varias islas formadas por el depósito
de sedimentos. Otro estrechamiento artificial fue el que
provocaba el mencionado intento de construir un
puente de piedra por donde hoy cruza el Puente
Nuevo, y que se pretendía hacer con un solo ojo en
lugar de con dos.
Entre otras cosas, el proyecto de
Floridablanca redactado por
Manuel Serrano, quería eliminar
obstáculos creando una anchura
de cauce constante de unos
setenta metros, y elevar muros a
ambos lados del río con una
altura de unos diez metros.
También contemplaba el ornato
de las márgenes y el trazado de
avenidas como paseos arbola-
dos, para vertebrar el futuro
ensanche urbano de Murcia hacia el Sur (donde hoy
está el polígono Infante Juan Manuel), así como la
construcción de un nuevo puente de piedra de dos
ojos en el mismo lugar del actual puente de hierro. A
dicho puente se accedería desde el sur de forma
sencilla, atravesando una de las avenidas rectas y
arboladas. Sin embargo, de este plan poco se pudo
Vista panorámica hacia poniente. Ch. Clifford, 1862.Colección de María Manzanera
Esta es la fotografía panorámica más antigua fechada hasta hoy de la ciudad de Murcia. Allado del Puente Viejo está la cárcel de la Inquisición, sólo un año antes de su derribo (su solarlo ocupa hoy el antiguo Hotel Victoria), y en primer término está el por entonces reciénconstruido edificio de la Casa de la Misericordia, que fue usado como cárcel. También vemosel muro creado a finales del siglo XVIII para contener el río en la margen izquierda, y losterrenos junto al Segura que primero fueron ocupados por huertos, y luego por el desaparecidoparque de Ruíz Hidalgo. Aún faltaban cuarenta años para la creación del Puente Nuevo.
La construcción del Canal delReguerón, del Puente Viejo ode los Molinos del Rey, y lamejora del Malecón y delmuro de contención en el
frente urbano de la margenizquierda, son algunas
acciones del siglo XVIII enrelación con el río Segura
Sawar18
hacer, ya que José Moñino tuvo que dejar su cargo en
1792. Lo único, por ser lo primero que se ejecutó, fue
el reforzamiento del muro en el lado del Arenal, y la
construcción en la margen contraria de los llamados
Molinos Nuevos o Molinos del Rey que aún hoy
perduran.
Retomamos el texto de Francisco Calvo en el número
3 de CIURB, y entramos en el siglo XIX, en el que la
ciudad de Murcia termina de derribar sus murallas y
“se prosigue el acondicionamiento del frente fluvial
construyendo un paseo y reparando el muro del río”.
Según describió Pascual Madoz, al que Francisco
Calvo cita, a mediados del siglo XIX la ciudad ya
contaba en su margen izquierda “con una extensa
explanada” en cuyo centro había “una bonita glorieta
o paseo”, y por sus costados corría “una línea de
edificios notables de este a oeste”. Sin embargo, en la
margen derecha no hay grandes cambios salvo la
presencia de los Molinos Nuevos.
Del último tercio del siglo XIX y todo el siglo XX, ya
contamos con material fotográfico de incalculable valor
para comprobar con nuestros ojos las modificaciones
en la relación entre el río y la ciudad. El fondo fotográ-
fico del Archivo Histórico Municipal de Murcia y la
colección de María Manzanera nos sirven en este
objetivo: En el libro “Nuestro pasado fotográfico;
Murcia memorable” (Diego Marín Librero-Editor,
Murcia, 2003), la Doctora en Geografía e Historia de
la Universidad de Murcia, María Manzanera*, acom-
paña a las fotografías de su colección con una serie
de textos, algunos propios y otros de prensa, que ayu-
dan a evocar los momentos y lugares plasmados en
las imágenes. Manzanera nos cuenta que el tramo de
calzada que bordea el río desde el Martillo hasta las
inmediaciones de la Condomina, el llamado Paseo de
Garay, recibió el nombre del corregidor Martín de
Garay, que llegó a Murcia en 1804 y que tuvo entre
sus principales objetivos el “refuerzo y fortificación del
muro que contiene al río en su margen izquierda”, tal
y como aconsejaba el por entonces reciente proyecto
de Floridablanca. María Manzanera prosigue: “Algu-
nos de los edificios más emblemáticos de Murcia se
encuentran, o encontraban, en este paseo: El Martillo,
parte posterior del antiguo seminario de San Fulgencio
(hoy, Escuela Superior de Arte Dramático y Danza), el
Instituto Provincial (...), el Hospital General (no el
actual, sino el del siglo XV), el cuartel que edificado
como Casa de la Misericordia Nueva fue una magní-
fica obra, pero señalada por la mala suerte, ya que
sufrió múltiples reformas y nunca se vio totalmente
finalizada (...). Y para terminar, uno de nuestros
puentes más interesantes, el Puente Nuevo o Puente
de Hierro”. Al respecto de la Glorieta, reproducimos el
siguiente artículo publicado por El Diario de Murcia en
junio de 1901, y que María Manzanera incluye en su
libro:
“El paseo de la Glorieta ha tomado ya el alegre carác-
ter de todos los años en esta plenitud del verano.
Desde algunas noches está aquel el sitio concurridí-
El Arenal. Vista hacia levante.Archivo Histórico Municipal de Murcia (AHMM)
El Arenal y la Glorieta fueron lugar preferente de paseo y esparci-miento; La Glorieta como tal se creó en 1803 con el alcalde SalvadorMarín Baldo: fue entonces cuando se definieron sus límites y seembelleció el espacio, ya separado del llamado Arenal. María Manza-nera recogió en su ‘Murcia memorable’ una coplilla surgida del receloentre los huertanos y los urbanitas que se encontraban en el Arenal:
“Valen más los zaragüeles que llevan los de la huerta
que tuiquios los churubitos que pasean por la Glorieta”.
* http://www.mariamanzanera.es/maria/curriculum_esp.htmMÁS INFo...Sawar 19
simo: Se enciende el alumbrado de faroles, la gente
acude en traje de confianza a tomar el fresco y a gozar
de la animación que dan, también, los cafés ‘del Sol’ y
‘del Arenal’ con sus conciertos. Hasta que lleguen las
verbenas del Carmen no hay otro sitio de reunión en
carácter con la época. Después de las populares
verbenas, la gente podrá elegir entre quedarse a este
lado del Arenal o seguir hasta el Malecón, que con luz
y buen orden es el paseo preferido en agosto. Pero
hoy por hoy, la Glorieta sola reina. Que en las noches
claras de luna hermosa, hasta convida, con el ruido
del agua cayendo por el azud, a dejarse de más
contemplaciones y salir por el ‘Vals de las olas’”.
No será hasta los últimos años de dicha centuria
cuando se emprenda de forma definitiva la construc-
ción del segundo puente estable de Murcia, ya no de
piedra sino con el hierro como material: el Puente
Nuevo. Terminado en 1902, y hoy cerrado al tráfico de
vehículos por su progresiva degradación y las deficien-
tes labores mantenimiento -estuvo cerca de colapsar
cuando aún lo transitaban coches, motos y
autobuses-, este puente contaba en su origen con un
tablero mucho más largo que el que hoy podemos ver,
para poder salvar la distancia existente entre las dos
márgenes del río.
Prueba de carga en un puente sobre el canal del reguerónFuente: Archivo Histórico Municipal de Murcia (AHMM)
Las obras del Puente Nuevo se extendieronde 1893 a 1901, y fue inaugurado en 1902.
Fuente: María Manzanera
20 Sawar
En esos años entre los siglos XIX y XX, no sólo se
concentraban junto al Segura los edificios nobles de
Murcia o la animación del paseo vespertino en la
Glorieta y el Arenal. A un lado y a otro del Segura se
daban dos acontecimientos periódicos que, fruto de la
costumbre, estaban fuertemente arraigados y pervivie-
ron durante muchos años; hoy incluso siguen en el
recuerdo de algunos murcianos: En la margen dere-
cha, más abajo de los Molinos, el soto del río era el
escenario donde se celebraba el mercado de ganado.
Y en la otra orilla, a lo largo del Arenal y la Glorieta,
tenía lugar un mercado ya desde el siglo XVIII
-había otro en la plaza del Mercado, hoy de Santo
Domingo-.
Uno de los usos hoy perdidos del agua del río era el
de lavar la ropa: de ello también nos han llegado imá-
genes. Aunque hubo otros lavaderos en la propia
ciudad, se bajaba hasta la orilla del Segura para mojar,
frotar y lavar las ropas. Uno de los lugares comunes
para la tarea estaba en las inmediaciones del llamado
Molino del Marqués, cerca de donde hoy se levanta el
Palacio de Congresos. Nada que ver con nuestra
actual facilidad para usar la lavadora o el fregadero de
casa.
Y a la hora de repasar la historia del Segura a su paso
por la ciudad, y la de Murcia en contacto con su río,
hay (o hubo) un parque de mención obligatoria: el de
Silueta del Puente Nuevoentre los árboles delparque de ruiz Hidalgo
Fuente: María Manzanera
Dos imágenes del mercado de ganado en el soto del río (1900 y 1890)
Fuente: María Manzanera
21Sawar
Ruiz Hidalgo. María Manzanera nos lo cuenta así en
su “Murcia memorable”: “Durante los años del
mandato del alcalde Jerónimo Ruiz Hidalgo, se tomó
la determinación de aprovechar el terreno baldío que
había en la margen izquierda del Segura entre el
cauce del río y el muro de contención a lo largo de
todo el paseo de Garay; comenzando frente al Instituto
y terminando próximo a las ruinas del Molino del
Marqués”. Para ubicarlo en la actualidad, hay que
retranquear mentalmente la canalización del río varios
metros hacia la línea de las fachadas del IES Casca-
les, la Consejería de Hacienda, la Convalecencia, el
hotel Siete Coronas, el Palacio de Justifcia, etc.
Manzanera describe el parque una vez concebido:
“Fue el mejor parque que jamás tuvo Murcia, contaba
incluso con un amplio paseo para carruajes y bicicle-
tas”. Y prosigue: “El denso arbolado que lo poblaba
fue costeado por instituciones y particulares y lo
componían variadísimas especies: olmos, plátanos,
sauces olorosos, acacias, álamos, chopos, eucaliptos,
magnolios, etc. El día de su inau-
guración, 23 de febrero de 1908,
participaron en su plantación unos
mil niños procedentes de varias
escuelas. El parque albergó
durante muchos años ferias,
fiestas y verbenas, siendo recinto
de la Batalla de las Flores* y del
Coso Blanco”.
Para entender la importancia que dicho parque a la
orilla del Segura tuvo para Murcia, hoy mayoritaria-
mente desconocido y olvidado, reproducimos también
un texto que Manzanera incluye en su libro, un artículo
publicado en el periódico El Liberal el día de la inau-
guración del jardín, firmado por el periodista murciano
José Martínez Tornel:
“Parece ineludible hablar hoy del Soto del Río, que hay
que expresarlo ya así, con mayúsculas, porque de
nada ha subido a categoría de cosa. Y no de cosa
cualquiera, sino de la clase del Malecón, la Glorieta o
Floridablanca. Hoy el soto es ya Soto; conviene recor-
dar las fluctuaciones que ha sufrido la opinión respecto
de esa reforma. Cuando empezó la roturación del
terreno, la opinión fue hostil al proyecto: ¿Pero qué
van a hacer ahí? ¿Es un paseo? ¿Es un parque? ¿Es
un merendero? ¡Pues vaya sitio han elegido! ¡Y en
una población saturada de paludismo!
Se limpió el terreno de la ma-
leza, se sanearon las infectas
anguilillas del hospital, se regu-
larizó la superficie, se vio la
inmensa explanada que
quedaba allí y la gente dijo:
¡Pues puede hacerse algo
bueno, algo bonito y hasta deli-
cioso! (...) Creo, por tanto, que el día de hoy debe serlo
de satisfacción para el alcalde Don Jerónimo Ruiz
Hidalgo, (...) El Soto del Río quedará hoy consagrado
como cosa murciana, nuestra, de todos, a la cual
empezaremos a tomar cariño hasta que le tengamos
el mismo afecto que a la Torre, al Malecón o a la
Glorieta con su verja y todo. Y los que nos sucedan se
encargarán de defenderlo contra cualquiera que lo
quisiera destruir”.
Además de condensar en pocas palabras el cambio
de opinión de la ciudadanía ante un proyecto como el
En esta página: Lavanderas en el río SeguraEn la siguiente: Dos imágenes del Parque ruíz Hidalgo
Fuente: María Manzanera
* http://www.youtube.com/watch?v=2FHRRfj6abkhttp://bibliotecadigital.carm.es/inicio/index.php
MÁS INFo...
El mercado del Arenal, la feriade ganado en el soto del
río, el parque de Ruíz Hidalgoo las lavanderas, aún
perviven en el recuerdo dealgunos murcianos
22 Sawar
del parque, resulta especialmente curioso y premoni-
torio que Martínez Tornel mencionara, el mismo día de
la inauguración, la posibilidad futura de que alguien
quisiera destruirlo. Hay que pensar que las palabras
del periodista, buen conocedor de Murcia, no fueron
casuales; puede que fueran una exhortación temprana
a los ciudadanos para moverles a la acción ante algo
que, en vista de lo sucedido apenas cincuenta años
después, era más que una posibilidad. Así describe
María Manzanera la desaparición del parque de Ruiz
Hidalgo, aplicable a otras innumerables pérdidas del
patrimonio de Murcia: “El deterioro causado por el
tiempo y la poca atención prestada por parte de las
autoridades, hizo que durante la década de los años
50 tomaran la absurda determinación de suprimirlo”.
¿Les suena, por ejemplo, el asunto de los baños
árabes de la calle Madre de Dios?
Retomando el texto de Francisco Calvo García-Tornel
(“Las transformaciones de los espacios urbanos fluvia-
les en zonas áridas: lecciones de la cuenca del
Segura”) incluido en el número 3 de CIURB, vemos
cómo los planes urbanísticos de principios del siglo XX
no prestaron atención al río, y tal y como nos contó el
profesor José Luis Andrés Sarasa en el número cero
de Sawar, tampoco se tuvo en cuenta el condicionante
fluvial a la hora de trazar la nueva Gran Vía en sentido
Norte-Sur, perpendicular a su curso. Francisco Calvo
apunta que la mención al río Segura en dichos planes
se redujo a “la repetida propuesta de flanquear el río
de zonas verdes, en las ampliaciones urbanas proyec-
tadas aguas arriba y abajo del frente edificado en
ambas márgenes”. Después, Calvo avanza hasta el
Plan General de Ordenación Urbana de Murcia redac-
tado por la Oficina Técnica del ayuntamiento en 1961,
“con el que hay que relacionar el simultáneo proyecto
de urbanización y ornato de la margen del río”. Según
este autor, “la tónica predominante” en ese momento
“es despejar al máximo el cauce fluvial, para lo cual
también se hacen desaparecer algunas isletas y se
canaliza”. Las consecuencias inmediatamente visibles:
“Desaparece con esta iniciativa el parque de Ruiz
Hidalgo, al canalizar el Segura y elevar el terreno
hasta la altura del paseo, con lo que éste se dota de
cierta amplitud y queda flanqueado por un espacio
más o menos triangular ajardinado, que aleja a lo largo
de unos 250 metros el frente urbano del río”. Por
entonces, nuevos edificios se incorporan y van alar-
gando el frente fluvial urbano por su margen izquierda:
se construye el barrio de Vistabella, y aparecen poco
a poco los edificios del hospital de la Cruz Roja, el
hotel Siete Coronas, el Palacio de Justicia y el Hospital
General. También se urbaniza la margen derecha con
una avenida sobre el antiguo camino de Beniaján, que
dará lugar a la construcción del Polígono Infante don
Juan Manuel como barrio residencial.
Entrados ya en la era democrática, Calvo relata que la
etapa de “cambios espectaculares se inicia a partir del
Real Decreto Ley 4/1987”, y que, en su opinión,
supuso “la culminación de los numerosos intentos de
establecer un sistema de defensa contra inundaciones
23Sawar
a escala de la cuenca del Segura, abordados con
mayor o menor intensidad desde la riada de 1879 y
sus amplias consecuencias”. Para Francisco Calvo
García-Tornel, “el aspecto más interesante de este
Plan de Defensa contra Avenidas en la Cuenca del Río
Segura es el encauzamiento del río desde la presa de
la Contraparada hasta su desembocadura en Guarda-
mar”; es decir, 88 kilómetros de obras que acabaron
en 1994. Por entonces se llegó a insinuar la posibilidad
de sacar el río de la ciudad de
Murcia, del mismo modo que se
estaba haciendo en la ciudad de
Valencia con el Turia, aunque al
final se mantuvo al Segura en el
encauzamiento urbano de dos
kilómetros y medio que ya estaba
ejecutado desde los años 60. En
el resto del cauce descrito, aguas
arriba y abajo de Murcia, se llevó
a cabo el “encauzamiento y modi-
ficación del trazado fluvial mediante la corta de mean-
dros”. Tal y como nos cuenta Francisco Calvo, ello
supuso “la reducción de la longitud del cauce en un
26’1%”, y además se dotó al río de una “capacidad
uniforme para 400 metros cúbicos por segundo”.
En el aspecto patrimonial, entre los años 80 y 90 se
derribó el edificio del Club Remo, espacio social,
cultural y deportivo de vida efímera pero intensa; se
encargó al arquitecto Juan Navarro Baldebeg la
restauración del edificio de los Molinos Nuevos,
proyecto que fue premiado; también se recuperó un
antiguo depósito de agua construido en la posguerra,
para ubicar en él Museo de la Ciencia y el Agua; se
levantaron nuevos puentes sobre el remodelado
encauzamiento del Segura; un nuevo gran edificio se
unió al frente urbano fluvial de la margen izquierda, el
Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas, en
1994. Y tal y como ya se ha contado, antes de que la
obra del Puente Nuevo cumpliera un siglo, hubo que
cerrarlo al tráfico de vehículos por problemas estruc-
turales derivados de su mal mantenimiento, tras diver-
sos informes que llegaron advertir incluso de su
posible desplome. En ese mismo entorno, además,
debemos citar la polémica del intento de construcción
de un aparcamiento subterráneo bajo la plaza de la
Cruz Roja, que movilizó a los vecinos contra el ayun-
tamiento hasta paralizar el proyecto. Se renovó enton-
ces la inquietud ciudadana al respecto de su río, tantos
años desplazado de la vida de Murcia, y fruto de esa
inquietud, el Colegio de Arquitectos organizó un
concurso de ideas* para la intervención sobre el tramo
urbano delSegura en nuestra ciudad en 2002.
Unos años antes, entre la
década de los ochenta y los
noventa, la suma de diversos
motivos, naturales y humanos,
dieron como resultado un caudal
cada vez más escaso y contami-
nado. Peces muertos, malos
olores y plagas de mosquitos
agudizadas por el calor, llevaron
al río Segura a una situación
insostenible y provocaron el creciente malestar y la
protesta de vecinos y colectivos ecologistas. Para
mayor escarnio, el Segura, aquel Saqura medieval de
aguas bravas, entró en el popular juego de mesa
‘Trivial Pursuit’ como respuesta a la pregunta: “¿Cuál
es el río más contaminado de Europa?”.
Francisco Calvo García-Tornel reflexiona en las últi-
mas líneas de su texto incluido en el número 3 de
CIURB: “Sacrificada a la seguridad cualquier otra
consideración, no resulta posible valorar como óptima
la solución adoptada en Murcia, y en cuanto al futuro,
es cuanto menos dudoso”. Y concluye que “aprisio-
nado entre muros de hormigón, el Segura, hoy sin más
agua que la retenida entre presas a efectos decorati-
vos, espera sin duda tiempos mejores”.
Cada vez menos agua. El río enMurcia a finales de los años 80.Fuente: “Yo, el Segura” (CHS. Murcia, 1992)
La relación entre río y ciudadcambió radicalmente desde el
último tercio del siglo XX,imponiéndose la seguridadfrente a crecidas, al tiempoque aumentaban la presión
sobre el Segura y los vertidos
.
Sawar24
* En el número 3 de CIURB se incluye la propuesta ganadora delconcurso, elaborada por el equipo de Margarita Díaz Rebollo, VictorM. Silveira Tesoro, Luis Enrique Villar Liñán y Mª Luz Villar Liñán:
http://hdl.handle.net/10317/2243
DArMurDefensa Animal región de Murcia
un aprovechamiento singular
Molinos urbanos en el río Segura
Pedro Jesús Fernández Ruíz
El uso de las aguas del viejo Thader a su paso por lo
que hoy es la ciudad de Murcia ha estado histórica-
mente ligado al poblamiento en el centro de nuestra
vega. El sello concejil de Murcia atestigua la importan-
cia del Segura y de una noria situado en el mismo,
junto a la muralla, el Alcázar Mayor y una palmera,
formando una singular representación de la ciudad
medieval en los tiempos posteriores a la Reconquista.
Otra imagen histórica que ya nos muestra instalacio-
nes molineras ubicadas en los puntos donde actual-
mente podemos ver sus vestigios es un documento de
principios del siglo XVI, el Ordenamiento de Montalvo
(1), conservado en el Archivo Municipal, que muestra
un perfil de la muralla de oeste a este y el río en primer
plano, con dos molinos aguas arriba del hoy llamado
Puente Viejo, uno en cada margen, y otros dos aguas
abajo, también uno enfrente del otro.
Actualmente, si seguimos el curso del cauce del río al
entrar a la ciudad, los dos primeros molinos que nos
encontramos son los situados entre la pasarela
Manterola y el Puente Viejo, ambos conservados
parcialmente, y que se sitúan sobre el mismo azud o
presa. En la margen derecha, desde la pasarela y
también desde el Paseo Escultor Juan González
Moreno, podemos observar el Molino de los Álamos
(2), construcción del siglo XVIII de la que se conserva
su cimentación, canalizaciones, y algunas de sus
paredes con arcos. A la vista quedan alguna de las
piedras, aunque la zona se encuentra en parte alte-
rada tras la última intervención que sufrió, construcción
que debió hacerse sobre la existente anteriormente y
que veíamos reflejada en la imagen del conjunto del
casal de molinos. Enfrente, en la margen izquierda del
río, y donde comienza la bajada al cauce, encontra-
mos los restos del Molino de San Francisco (3), con-
temporáneo del anterior, y del que solo podemos
observar la cimentación y las canalizaciones. Hasta
hace unas semanas, se podía contemplar como se en-
contraban en la zona de molienda nuevas canalizacio-
nes y arquetas contemporáneas. Toda la planta del
molino ha quedado ahora cubierta por un suelo de
madera (4), al haberse convertido en un mirador con
acceso desde el Plano de San Francisco, dentro de
las obras de rehabilitación y uso del río que lleva a
cabo la Confederación Hidrográfica. Ambos molinos,
tanto el de Los Álamos como el de San Francisco, no
cuentan con figuras de protección urbanística o cultu-
ral ni a nivel municipal ni a nivel regional.
La construcción de más importancia y que cuenta con
un alto valor patrimonial, histórico y etnográfico, es la
que hoy conocemos popularmente como “Molinos del
Río” o “Molinos Nuevos”. Son los que se encuentran
a continuación del Puente Viejo, en la zona donde
antiguamente se ubicó el “Molino de allende” o “del
matadero”, y frente al desaparecido “Molino de
aquende” o “de las Coronas”. Estos molinos de
“aquende” y de “allende” serían los que veníamos en
el dibujo del siglo XVI y que podemos ubicar según el
esquema de la imagen (5).
(1)
(5)
Sawar26
La primera noticia escrita de los mismos podemos
encontrarla en el siglo XIV, y desde ese momento
sufrieron diversas ampliaciones y modificaciones a lo
largo de los siglos siguientes. Sucesivas inundaciones
y crecidas del Segura iban destruyendo o inutilizando
los edificios y su maquinaria, hasta llegar a tener que
ser derruidos tras la de 1784. Con la desaparición de
ambos molinos, se comienza en 1785 la proyección y
construcción de los “Molinos Nuevos” (6), que en un
primer momento se dotan de 21 piedras en sentido
longitudinal, en un edificio ubicado en el margen dere-
cho del río, con un azud situado a continuación del
Puente Mayor, hoy Puente Viejo.
En el año 1808 se dota al completo de tres piedras
más, completando el ingenio y confiriéndole otro de los
nombres por el que fue conocido, el de “Molino de las
Veinticuatro Piedras”. Esta cantidad de muelas en una
sola construcción le da a la construcción una singula-
ridad de difícil comparación en el ámbito de los inge-
nios tradicionales, más aún en un curso de agua tan
irregular con es el del Segura. El conflicto en torno a
la propiedad de los Molinos Nuevos fue dilatado y
complejo, y la división de su uso en torno a distintos
gestores, concesionarios, poseedores de antiguos
censos y derechos, y propietarios, acabó dándole la
configuración visual que tuvieron hasta su cierre.
Sobre la base de la construcción se fueron elevando
distintas edificaciones que completaron el perfil del
complejo.
Con el fin de la activi-
dad molinar y la vuelta
a la completa propie-
dad municipal del
inmueble, en 1985 se
llega a un acuerdo
entre las tres adminis-
traciones (nacional, autonómica y local) para rehabili-
tar la construcción y ubicar en la misma un museo
hidráulico. El proyecto es dirigido por el arquitecto
Juan Navarro Baldebeg, que da a los Molinos Nuevos
su actual aspecto, eliminando las construcciones
superiores y ubicando las nuevas instalaciones, ade-
más de generar una gran terraza sobre el Segura.
El actual “Espacio Molinos del Río / Caballerizas”
alberga en su interior el museo hidráulico, la exposi-
ción permanente, muestras temporales y auditorio, así
como las oficinas del museo y de la Concejalía de
Turismo. La última de las seculares polémicas en torno
a esta construcción es la colocación en su fachada de
un discutido rótulo publicitario con el lema “Turismo
Murcia” que la administración autonómica ha consi-
dero no ajustado a la legislación en torno a la protec-
ción del patrimonio, ya que se encuentra afectado por
la declaración como Bien de Interés Cultural del
Conjunto Histórico Artístico de Murcia como por contar
con ficha de protección en el Plan General de Orde-
nación Urbana del Municipio, con ficha 2ED-038.
(4)
(3)(2)
En la actualidad
(6)
.
Sawar 27
Durante largo tiempo, lo que hoy conocemos como
Puente Viejo fue la única vía de paso permanente en
el centro urbano de Murcia, conectando el Barrio del
Carmen con una de las puertas de la desaparecida
muralla de la ciudad, donde hoy se abre la plaza
Martínez Tornel. Tras la destrucción por una riada en
1701 del puente del siglo XVI que se alzaba sobre el
Segura, a lo largo de la primera mitad del siglo XVIII
se sucedieron los proyectos, búsquedas de fondos y
periodos de obras, hasta su conclusión en 1742. La
configuración que actualmente podemos contemplar
se debe a la ampliación de mitad del siglo XIX con una
estructura metálica donde se sitúan las aceras. En
1903 la circulación por la ciudad sufre su particular
revolución con la apertura del Puente Nuevo, formado
por una estructura metálica de la que actualmente solo
se observa alrededor de un tercio de su diseño origi-
nal, quedando el resto bajo las calles, plazas y paseos
surgidos con la canalización del río Segura y la modi-
ficación de su curso.
Avanzando en el tiempo, encontramos otros tres puen-
tes, fundamentales para conectar una ciudad que a lo
largo del siglo XX conoció un crecimiento no compa-
rable con la evolución de los siglos anteriores. Entre
los Molinos Nuevos y el Martillo del Palacio Episcopal,
se construyó la después llamada Pasarela Miguel
Caballero, alcalde que impulsó las obras de éste y del
Puente de la Feria, conectando Vistabella y la zona de
la antigua FICA con el fin del barrio del Infante. El
tercero de estos tres puentes es el del Hospital, que
es el que más ha cambiado. Los otros dos han sido
objeto de una reforma estética renovando aceras,
barandillas y la iluminación. Otra oleada de tres actua-
ciones sobre el río ha terminado de configurar las
comunicaciones entre las márgenes norte y sur. La
pasarela diseñada por Javier Manterola para conectar
el barrio del Carmen con el inicio del Paseo del Male-
cón, construída en 1997, es uno de los puentes exclu-
sivamente peatonales en el centro urbano de Murcia.
Las otras dos intervenciones corrieron a cargo del
polémico Santiago Calatrava: el puente de Vistabella
es otra pasarela peatonal que comunica el barrio del
Infante con el de Vistabella. Su pavimento de cristal
ha sido objeto de crítica por los diversos accidentes y
resbalones que en él se han producido, hasta la colo-
cación de una alfombra plástica que desde hace un
tiempo cubre la superficie. La otra obra del valenciano
es la reforma antes nombrada del Puente del Hospital,
dejando la antigua plataforma para el paso peatonal y
MurCIA
Pedro Jesús Fernández Ruíz
y sus
PuENtES
Sawar28
Pasarela de Manterola y Puente Viejo
Fuente: P.S.S
añadiendo dos nuevos tableros a ambos lados para el
tráfico de vehículos. Tanto la pasarela como este
puente cuentan con la habitual estructura tubular y de
tirantes del autor.
Esta suma de obras de distintas épocas y con distintos
estilos son las que actualmente ofrece la ciudad a sus
habitantes y visitantes, predominando el uso por vehí-
culos sobre el peatonal, y ofreciendo una imagen quizá
demasiado difusa para crear una identidad común. Si
bien es cierto que cada época construye a su estilo,
puede que haya faltado una mayor visión de conjunto,
de usos posibles y necesidades, y que sigue condicio-
nando tanto el tráfico por la ciudad como algunos
proyectos de futuro. Ejemplo de esto es la próxima
definición de la conexión del tranvía desde el centro
urbano hacia el sur, habiéndose publicado desde el
ayuntamiento que la opción que coge fuerza para el
cruce de este medio de transporte hacia la margen
derecha del río vaya a realizarse a través del Puente
Viejo, el de mayor importancia monumental y que
soporta ya un intenso tráfico en sentido barrio del
Carmen que solo podría desplazarse hasta el Puente
del Hospital.
La decisión definitiva sobre el cambio de uso total o
parcial de este puente, que ya en su día acogió las
anterior etapa del tranvía, cuando se instaló por
primera vez en la ciudad, puede suponer un obligado
cambio de hábitos para la circulación en la ciudad, y
debería ir precedida de un estudio global que redefi-
niera los tráficos de vehículos por los distintos puentes
que llevan a los barrios del Carmen e Infante. Ya hace
unos años algunas propuestas apostaban por otra
solución, que sería que el tranvía se desplazara más
al este y usara otros de los puentes existentes,
aprovechando avenidas más anchas donde poder
configurar mejor los nuevos carriles de circulación.
Para que las soluciones que finalmente se tomen aca-
ben por mejorar la movilidad urbana y no creen nuevos
problemas, la conexión entre las dos márgenes del
Segura tiene que abordarse desde una postura global
y transversal, analizando todos los aspectos implica-
dos y enmarcándose en un modelo de ciudad definido
claramente. Un modelo de ciudad que debería apostar
por valores como la sostenibilidad y la movilidad,
volviendo a mirar al río y a su integración urbana, con
una puesta en valor del mismo y del patrimonio cultural
que lo rodea, y en definitiva, surgido de la participación
ciudadana y de una apuesta por el futuro sin dejar de
perder lo que nos ha legado el pasado..
Sawar 29
Nuevo pavimento sobre el Puente de Vistabella
Fuente: P.S.S
Puente Nuevo
Fuente: P.S.S
un Futuropara el paseo del MALECóN
El paseo del Malecón es un ejemplo de patrimonio
cultural profundamente vinculado a las señas de iden-
tidad de los murcianos. Sus valores históricos y paisa-
jísticos le fueron reconocidos al ser declarado
monumento histórico-artístico por Real Decreto en
1982. Posteriormente, con la nueva Ley de Patrimonio
Cultural de la Región de Murcia de 2007, esta decla-
ración pasó a denominarse bien de interés cultural,
siendo esta la máxima protección que otorga la Ley.
El Malecón se construyó en el siglo XV como una
muralla de tierra con el fin de evitar que las crecidas
del río Segura inundaran parte de la ciudad. Hay que
tener en cuenta que frente a las Cuatro Piedras, en la
margen derecha del río, desembocaba uno de los
ramales en los que se dividía el río Sangonera cuando
aún no se había trazado el canal del Reguerón,
provocando la unión de estos dos ríos situaciones de
gran peligro. Este ramal bajaba por el Camino Hondo
de la Era Alta, y, cruzando la actual carretera de Alcan-
tarilla, se dirigía por uno de los rincones del río junto a
Barriomar (antiguamente llamado Barraumar) a su
unión con el Segura. Gran parte de este antiguo cauce
fue durante la Edad Media el camino natural hacia
Lorca. Las continuas crecidas del río ocasionaron la
reconstrucción del Malecón en varias ocasiones, y, de-
bido a su importancia en la defensa de la ciudad frente
a las inundaciones, se redactaron unas ordenanzas
para asegurar su conservación. En 1745 es de nuevo
reconstruido por mediación del Cardenal Belluga tras
una gran inundación, confiriendo el actual trazado.
Aunque su función era servir como muro de conten-
ción frente al Segura, el Malecón se convirtió pronto
en un lugar ideal para el ocio y el paseo, un confortable
paseo elevado que conducía desde el centro de la
ciudad hasta la Huerta, siendo esta su principal singu-
laridad y todo un ejemplo de integración entre ciudad
y entorno rural que se ha mantenido hasta la actuali-
dad a pesar del boom urbanístico, sin saber muy bien
si esto se ha debido al amor de los murcianos por su
paisaje o al impedimento que ha supuesto la autovía
de Cartagena para el crecimiento de la ciudad hacia
el Oeste. Bien sea por una cosa o por otra, a día de
José Antonio Moreno Micol
Sawar30
hoy los ciudadanos todavía podemos disfrutar de un
paseo que poco a poco nos va introduciendo desde el
bullicio del centro de la ciudad a un mundo más natural
y un horizonte más amplio que conecta con nuestras
raíces, pero sin saber muy bien si esa experiencia será
duradera o tiene los días contados, puesto que no son
pocas las amenazas que ponen en peligro la supervi-
vencia, no ya del monumento, sino más bien del
paisaje que lo envuelve y lo hace singular.
Aquella persona atenta y que ha paseado por el
Malecón durante las dos últimas décadas se habrá
dado cuenta de cómo el paisaje ha ido perdiendo su
carácter agrario y su belleza, para ir pareciéndose
cada vez más a una mezcla entre aparcamiento,
basurero, urbanización y erial, preguntándose, quizá,
si la máxima protección que otorga la Ley sirve para
algo. En un reciente estudio que ha realizado la Aso-
ciación para la Conservación de la Huerta de Murcia
– HUERMUR, se han detectado una gran cantidad de
incumplimientos de la Ley de Patrimonio, a pesar de
que los artículos 38 y 42 de dicha Ley señalan que “no
podrá instalarse publicidad fija mediante vallas o
carteles, antenas y todo aquello que impida o menos-
cabe la apreciación del bien”, así como que “las inter-
venciones en el entorno de los monumentos no podrán
alterar el carácter arquitectónico y paisajístico de la
zona, ni perturbar su contemplación o atentar contra
la integridad del mismo”. En concreto se han contabi-
lizado tres vallas publicitarias, 21 postes de electrici-
dad o teléfono con su cableado, aparcamientos y
cercas de gran impacto, acumulación de basuras y
escombros, y siete zonas con pintadas. A todo ello hay
que sumar la pérdida progresiva de la actividad agraria
tradicional, la proliferación de chalets y otras construc-
ciones, el abandono de edificaciones antiguas y la
degradación del Jardín Botánico.
Cuando se aprobó la Ley de Patrimonio en 2007 y
todos los monumentos histórico-artísticos pasaron a
denominarse bienes de interés cultural, la Administra-
ción competente, en este caso la Consejería de
Cultura, debía de delimitar un entorno de protección a
fin de aumentar la protección del monumento vincu-
lándolo a la conservación del paisaje del que forma
parte. En el caso del Malecón, esta delimitación resulta
aún más fundamental al actuar el paseo como mirador
paisajístico, siendo el paisaje de huerta circundante un
valor imprescindible del bien. A fecha de 11 de junio
de 2013, que es cuando HUERMUR ha solicitado a la
Dirección General de Bienes Culturales la incoación
del entorno de protección, no se había avanzado en
1-torre de mediatensión2-Valla del viveromunicipal3-Basuras4-Pintadas
Sawar 31
Nueva urbanización al final de la prolongación del paseo
del Malecón. Como se puede ver en el cartel anuncia-
dor, los bloques de edificios de cuatro plantas más ático
carecen de la más mínima integración y respeto por el
paisaje, banalizándolo y produciendo un enorme
impacto en una zona caracterizada por viviendas de
poca altura. Estos edificios serán totalmente visibles
desde el paseo del Malecón, alterando el carácter rural
que desde siempre lo ha rodeado y que ha formado
parte de su identidad como elemento integrador entre
la ciudad y la huerta.
Fuente: J.A.M.M.
este aspecto, encontrándonos ante un vacio que
permite la alteración del paisaje sin mayores proble-
mas. Por otra parte, el ayuntamiento de Murcia, en la
redacción del Plan General Urbano, concretamente en
el artículo 7.3.1, estableció para las huertas contiguas
al paseo del Malecón que “La significación cultural,
paisajística y ambiental de estas huertas justifica su
tratamiento como huertas altamente protegidas, suje-
tas a las máximas restricciones y cautelas frente a
todo tipo de transformaciones urbanísticas”. El mismo
artículo también dice que “Quedan delimitados como
ámbitos NR-Aj (junto al Paseo del Malecón) y ámbitos
NR-Md (junto al conjunto histórico arqueológico de
Monteagudo) los espacios que deben ser ordenados
mediante Planes Especiales de Protección Paisajística
y Monumental de tales entornos de sitios del más alto
nivel histórico-arqueológico y monumental. Dichos
Planes Especiales serán redactados por el Ayunta-
miento en el plazo máximo de un año desde la fecha
de aprobación definitiva de la Adaptación del Plan
General a la Ley del Suelo Regional. No se podrán
conceder licencias de edificación en dichos ámbitos
hasta tanto se aprueben los Planes Especiales respec-
tivos”.
El plazo para redactar el Plan Especial de Protección
Paisajística y Monumental del Malecón terminó el 16
de mayo de 2007 y aún no ha sido realizado. Mientras
tanto, han sido concedidas licencias de obras en el en-
torno de este monumento, teniendo como consecuen-
cia la construcción de diversas edificaciones de gran
impacto paisajístico y que van a condicionar la futura
redacción de dicho Plan, e incluso es posible que al-
gunas de ellas hayan supuesto un incumplimiento de
las reglas urbanísticas. Esa falta de protección por
parte de Cultura y del Ayuntamiento indudablemente
han facilitado aberraciones como el aparcamiento di-
suasorio entre el paseo y el río, el derribo del palacete
Ponce, la nula integración del centro educativo AYS,
la desaparición de la alameda situada en la parte tra-
sera de los Maristas, la transformación del Jardín Bo-
tánico para la instalación de barracas y atracciones de
feria o la futura construcción de varios bloques de vi-
viendas de cuatro plantas más ático al final del Male-
cón. Y nada se ha hecho para resolver los
incumplimientos de la Ley de Patrimonio sobre postes,
cableado, vallas publicitarias, pintadas, acumulación
de basuras o hacer desaparecer esa barbaridad que
supone el puente de la autovía cuando podía estar so-
terrado en ese tramo, sin olvidar el agradecimiento a
los pocos agricultores que siguen manteniendo sus tie-
rras dándole belleza al paisaje.
Aún estamos a tiempo de corregir errores y, parece
ser, que actualmente la Consejería y el Ayuntamiento,
tras la aprobación por unanimidad en el Pleno cele-
brado el 25 de abril de 2013, están trabajando para la
incoación del entorno de protección y la redacción del
plan especial, a la espera por nuestra parte de que
sean adecuados y que todos los ciudadanos, los pro-
pietarios y los responsables políticos los sientan
suyos, los apoyen y respeten, con el único interés de
seguir disfrutando de este formidable paseo y su pai-
saje de huerta, y conservarlos para las generaciones
futuras.
Construcción de un chalé al final del MalecónFuente: J.A.M.M.
Aparcamiento disuasorioFuente: J.A.M.M.
.
Sawar32
Nueva urbanización al final de la prolongación del paseo
del Malecón. Como se puede ver en el cartel anuncia-
dor, los bloques de edificios de cuatro plantas más ático
carecen de la más mínima integración y respeto por el
paisaje, banalizándolo y produciendo un enorme
impacto en una zona caracterizada por viviendas de
poca altura. Estos edificios serán totalmente visibles
desde el paseo del Malecón, alterando el carácter rural
que desde siempre lo ha rodeado y que ha formado
parte de su identidad como elemento integrador entre
la ciudad y la huerta.
Fuente: J.A.M.M.
Instalaciones de un centro educativoFuente: J.A.M.M.
Suciedad tras la celebración de las fiestasFuente: J.A.M.M.
Puente de la rondaoeste sobre el paseoFuente: J.A.M.M.
José Antonio Moreno Micoles Coordinador de la Comisión dePatrimonio Cultural de Huermur
Huerto junto a lasCuatro PiedrasFuente: J.A.M.M.
El Club remo y el nacimiento del piragüismo en Murcia
una vida en la PIrAGuA
ENTREVISTA A JuLIo MuñoZ
“Al principio íbamos remando y nos saltaban los peces a lapiragua; después, nos abríamos paso entre peces muertos”
Cuando Sawar se planteó la elaboración de un reportaje sobre la relación del río y la ciudad, dentro de la
historia reciente debían figurar el Club remo y el piragüismo. Y no sólo eso: Entre los planes presentes
y futuros para con el Segura, y formando parte de los (viejos) nuevos usos que los ciudadanos comienzan
a reclamar, está el de la piragua. Aquí se conectan el pasado y el futuro inminente. ¿Piraguas en Murcia?
¿En la ciudad? Hubo un tiempo no muy lejano en el que algunos de los mejores piragüistas de España
salieron de aquí; entrenaban aquí, remaban aquí. Sépanlo todos: El piragüismo de la región de Murcia
nació muy cerca del Puente Viejo, en el mismo lugar en que nació su capital.
Julio Muñoz me recibe en el salón de su casa, una
habitación amplia que acumula portarretratos, libros,
cuadros y trofeos en cantidades ingentes. Sobre todo
trofeos. Me detengo ante una pintura de Miguel Vivo
en la que aparece el edificio del Club Remo, y Julio se
apresura a describírmelo, mientras con las manos
dibuja formas en el aire: “El edificio del Club Remo era
muy bonito y hoy en día no desentonaría, pero por
desgracia, ahí metieron la pala y desapareció. Era un
sitio muy especial. Por aquí entrabas al salón principal,
y había una barra que era de mármol con dibujos de
piragüistas remando. Luego subías y arriba había más
salones, salas de lectura, biblioteca, ajedrez y también
había unas terrazas. Abajo había una escalera, por ahí
se bajaba al río y había mesas y sillas de hierro”.
¿Cómo surgió el Club remo?El club surgió en los 50 por iniciativa de Miguel
Pintado, que tenía una relojería detrás del cine Coy.
Allí empezó a buscar socios con mucho dinero.
Contactó con Laborda, por ejemplo, que era un chata-
rrero de alto nivel que compraba barcos enteros y los
desguazaba… También estaba Don Jacinto Izquierdo,
que era exportador de fruta… Digamos que de entre
todos los socios que tenía Pintado, había ocho o diez
muy potentes, y su intención fue hacer un club social
con gente que aportara dinero. Aquello se enfocó
hacia el piragüismo y se construyó el edificio, imagino
que con ayudas o subvenciones, porque convenía a
Murcia, pero también con las aportaciones de los mag-
nates de la ciudad en aquel momento. Pintado fue el
primer presidente pero no ayudó mucho al piragüismo.
Digamos que su relación con la piragua era porque le
convenía para su club.
El piragüismo le dio nombre al club. ¿De qué formase vinculó el Club remo con la piragua?Pues fue por don Luis Clavel, un empresario que tenía
un comercio de sellos en la calle Alfaro llamado Los
Claveles (comercio que luego daría nombre a un pub,
34Sawar
y hoy al moderno edificio que se levanta en ese mismo
lugar), y que tenía otros comercios iguales en Valencia
y Madrid. Su negocio consistía en unas libretas y unos
sellos que la gente iba recopilando poco a poco con
sus compras en tiendas y mercados; luego llevaban la
libreta a Los Claveles con los sellos pegados, y se la
canjeaban por regalos: vajillas, ollas exprés, cacero-
las… Ese negocio le fue bien porque aquí en Murcia
yo creo que llegó a tener a doce o trece trabajadores.
Tenía mucho dinero. El caso es que Luis Clavel, que
era de Valencia, era muy aficionado a la piragua.
Estaba en la Federación Española, donde se le tenía
mucha consideración porque aportaba dinero cuando
hacía falta, y en Murcia decidió dar de alta la Federa-
ción Murciana, de la que fue presidente.
¿Y cómo entro usted en contacto con el Clubremo y con la piragua?Por entonces yo tenía 17 ó 18 años. Por casualidad,
en la cola para hacer la matrícula de 6º de Bachiller en
el Instituto Alfonso X, conocí a Antonio Fages Garrido.
Estábamos allí jugueteando y dándonos empujones y
tal, y cuando llegó nuestro turno, la ventanilla se cerró
y nos dijeron que volviéramos al día siguiente. No nos
conocíamos de nada, pero al salir de allí, nos fuimos
andando en la misma dirección, hacia el barrio de
Santa Eulalia, y empezamos a hablar. Quedamos a la
mañana siguiente en la plaza para ir a hacer la matrí-
cula, y después de hacerla, en teoría ya no nos
íbamos a ver más, pero entonces me dijo si quería ir
con él el domingo siguiente a montar en piragua por
el río. Yo le dije que no sabía nadar y él me dijo que
daba igual, que me enseñaban. Le dije que sí y le
pregunté si me podía llevar a mis amigos, y en eso
quedamos. Resulta que el hermano mayor de Antonio
Fages, Heliodoro, era socio y directivo del Club Remo,
y ellos eran los que estaban interesados por la pira-
gua. Fueron ellos, junto a Paco Flores, Eloy Domingo
y otros, los que, dentro del club, se interesaron por
conseguir embarcaciones y mover este tema. Como
por entonces no había fábricas, ellos mismos se las
construían: el uno que era carpintero, el otro que tal y
el otro que cual, se hacían sus piraguas. Hacían el
esqueleto de madera y luego la recubrían con la lona,
y le ponían su asiento. Y hacían las palas con panel y
clavadas con púas.
¿Qué pasó aquel domingo en el que quedó paramontar en piragua?Fui aquel día que quedé con Antonio Fages, y con mis
amigos, que eran Juan Hurtado, Juan Antonio Lobo,
Ángel Garrido, Carlos López Prefasi… Nos dijeron que
si nos hacíamos el carnet de piragüista, podíamos
montar en las piraguas, y que tendríamos libre acceso
al club, y que los fines de semana había bailes con un
grupo que venía a tocar… Los famosos guateques de
aquella época. Nos hicimos el carnet de piragüista y
de ese modo podíamos disfrutar del club sin tener que
hacernos socios, cosa que costaba dinero. Y Luis
Clavel nos dijo que nos teníamos que federar, y así
nos afiliamos todos.
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Las piraguas del Club remo
Fuente: José Carlos Cano
Sawar
Su encuentro con la piraguacomenzó casi a la vez que elClub remo comenzaba a esta-blecer esa parcela deportiva.¿Cómo recuerda aquel lugar, elespacio del Club remo dedicadoal piragüismo?Abajo estaba el río, y a unos
metros, al pasar un eucalipto muy
grande y una acequia que desem-
bocaba en el río, estaba la caseta con las piraguas.
Por entonces, Antonio Fages era quien dirigía el
asunto de las piraguas, el que planificaba todo. Un día
llego Luis Clavel al Club, nos reunió a los piragüistas
y nos propuso ir a Madrid a hacer un curso de entre-
nador de dos semanas, con todos los gastos pagados
por él. Uno de nosotros tenía que ir a aprender la téc-
nica, para luego volver y quedarse al cargo del pira-
güismo en Murcia, organizarlo y enseñar, pero allí
nadie decía nada, todo el mundo estaba callado.
Incluido Antonio Fages, que era quien en teoría debía
ir. Él no quería irse a Madrid, así que levanté la mano.
Visto en la distancia, aquel fue un momento impor-tante para usted. ¿Qué pasó entonces?Me hice monitor, y me quedé a cargo del piragüismo
en Murcia… Aunque le dije a Luis Clavel que yo solo
no quería hacerlo; le dije que quería hacerlo con
Antonio Fages. Antonio me dijo que sí, y entre los dos
lo organizamos y lo pusimos todo en marcha. La
Federación comenzó a pagarme dos mil pesetas al
mes, y yo le propuse a Antonio Fages darle a él la
mitad (Julio Muñoz se emociona y tiene que dete-nerse un momento para respirar; su buen amigoAntonio Fages murió hace no mucho tiempo). Así
que cuando me llegaban las dos mil pesetas, le daba
mil a Antonio y lo íbamos haciendo todo entre los dos.
Enseñábamos a los niños: yo les enseñaba la técnica
y Antonio se los llevaba con las piraguas río arriba.
Pero claro, al final Antonio y yo nos convertimos un
poco en enemigos… Yo creo que él en el fondo estaba
molesto, y yo tampoco me sentía a gusto, pero por otro
lado yo debía continuar, porque tenía que responderle
a Luis Clavel y a la gente del piragüismo. Al final Anto-
nio Fages se fue, pero no perdimos la amistad. A partir
de ahí ya me quedé yo solo al frente del piragüismo.
Y llegaron los años de máxima actividad. ¿Cómose organizaban?Por entonces hacíamos muchas cosas, íbamos a
muchos sitios a competir y Luis Clavel lo pagaba
todo… Y pedíamos piraguas, que nos las hacía el
mejor fabricante de piraguas y palas que ha habido,
Antonio Cuesta, de Ribadesella. Así que yo llegué a
tener a más de sesenta piragüistas a mi cargo, y
además fuimos fundando clubes de piragüismo por
toda la Región de Murcia. Y todo esto por amor al
arte… Ahora todo en el piragüismo se mueve alrede-
dor del dinero, que no digo yo que esté mal, pero por
entonces lo hacíamos todo sin cobrar. Sólo cobraba lo
que me daba la Federación Española, y porque luego
siempre me quedaba entre los diez primeros clasifica-
dos de España.
En el Club remo no sólo descubrió la piragua, sinotambién a la que sería su mujer (Joaquina Balsa-lobre acaba de llegar a casa y nos acompaña).Un día un amigo se trajo a un montón de amigas al
club a ver las piraguas, y entre ellas, se trajo a la que
hoy es mi mujer, Joaquina Balsalobre. Joaquina se
montó el primer día en la piragua y allí nadie se creía
que no había montado nunca… Y luego ha llegado a
ser la mejor.
Aunque comenzó a organizar el piragüismo y aenseñar a los más pequeños, usted no dejó deformarse. ¿Cómo fue su formación?Fui haciendo todos los cursos para ir ascendiendo y
llegué a ser entrenador de primera o entrenador supe-
rior, y además, de los mejor considerados de España.
A mí se me metió la piragua en la cabeza y hacía mis
investigaciones, y desarrollé mis propias técnicas y
luego fui explicándolas, y llegué a exponerlas en el
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Antigua postal: Cena en laterraza del Club remoFuente: José Carlos Cano
Sawar
simposio de piragüismo de Pontevedra. Cuando iba a
Madrid a las reuniones de entrenadores, tomaba mis
apuntes. Y si venía un ruso, o un alemán… Yo siempre
tomaba anotaciones y estudiaba las técnicas. Me
empollé libros de deporte, de pesas, de halterofilia, de
atletismo, de natación… Y así saqué mis técnicas de
entrenamiento del piragüismo para desarrollar los
músculos que intervienen en el paleo.
Más tarde llegó el momento de competir y de irrecogiendo los frutos en forma de trofeos.Sí, el Club Remo empezó a competir en regatas y
empezamos a ganar trofeos. Comenzó a hablarse del
club en los periódicos y a estar muy bien considerado.
También hacíamos charlas por los colegios, y llega-
mos a tener cien niños haciendo piragüismo, a los que
enseñaba Joaquina gracias al Patronato Municipal de
Deportes, en el que estaba Luis Meseguer… Murcia
se hizo un nombre en el piragüismo y el Club Remo
se hizo famoso, y claro, nosotros íbamos empluma-
dos. Empecé a sacar campeones a punta de pala y
llegué a tener a diecisiete de mis piragüistas de Murcia
en el equipo nacional, entre ellos a mi mujer, a Joa-
quina. Siempre íbamos con mi coche o con el de mi
mujer, y salvo Luis Clavel que nos ayudaba, o el
segundo presidente que tuvo el Club Remo, don
Jacinto, nadie más nos ayudaba económicamente.
Pero fuimos creciendo, y entre finales de los sesenta
y la década de los años setenta estuvimos muy bien
considerados, e incluso llegué a tener al número uno
del mundo en canoa, Eduardo Segarra, entrenándolo
en el río Segura. Por ejemplo, a París, al Tour de
Marne, fuimos pensando en conseguir una medalla y
nos trajimos doce.
En este número de Sawar estamos contando larelación del río y la ciudad. Con el paso de losaños, desde que usted comenzó a palear en elSegura hasta que lo dejó, ¿pudo comprobar ladegradación del río? Al principio recuerdo que íbamos remando y de vez en
cuando nos saltaba un pez a la piragua, pero después
llegó un momento en que la superficie del río se llenó
de peces muertos. Recuerdo que con las piraguas nos
íbamos abriendo paso entre los peces muertos. No
podíamos entrenar bien por culpa de la contaminación
del río (“Los niños se me mareaban por las emanacio-
nes del río”, añade Joaquina). Aun así seguimos por
lo menos diez años más, pero llegó un punto… Para
ser campeón de España había que hacer entrena-
mientos muy fuertes, y venían los piragüistas y me
decían, ‘Julio, me he mareado’. Un día, uno salió de
la canoa que se caía. Yo al final ya me di cuenta de
que era por las inhalaciones, por culpa de los vertidos
y la contaminación que tiraban las fábricas, sobre todo
desde Molina de Segura. A partir de ahí ya me enfrié…
Cuando El Club remo desapareció, ¿desapareciótambién el piragüismo en la ciudad?No, el Club Remo desapareció como club social, pero
la parte deportiva, nosotros, seguimos en el Murcia-
Parque, que se preparó enfocando las instalaciones
hacia el piragüismo. Bajábamos al río por una puerta
que nos hicieron detrás, pero sobre todo entrenába-
mos en la piscina con los niños, y jugábamos a kayak-
polo. Y también entrenábamos en el pantano.
Ahora que se vislumbra el renacer del Club remo,¿se van a vincular? (Responde Joaquina)
Pues sí, algo haremos, porque a mí me gusta remar.
Yo me iría a remar.
La entrevista acaba, aunque
seguimos charlando mientras
vemos unos álbumes de fotos:
Pequeños Seat cargados de pira-
guas y de personas, ríos, abra-
zos... Y antes de la despedida,
también tenemos tiempo para
repasar una enorme vitrina que
contiene más recuerdos que
trofeos, que ya es decir. Toda una
vida en la piragua.
37
Antigua postal con el sol de la tardeen el Club remoFuente: José Carlos Cano
.
Sawar
Sawar38
Paseo deESCuLturAS
Las zonas ajardinadas que flanquean el cauce de los ríos a su paso por zona urbana sehan convertido, en muchas ciudades españolas, en auténticos museos de escultura al airelibre. En Murcia esta circunstancia no es nueva, ya que en los años veinte del siglo pasado,cuando se urbanizó el llamado Parque de Ruiz Hidalgo, se ubicó en sus parterres tresbustos realizados por José Planes Peñalver destinados a honrar la memoria de artistasde merecido reconocimiento: Frutos Baeza, Selgas y Sánchez Madrigal compartían su in-movilidad con los paseantes proclamando su buen hacer a través de sencillas inscripcio-nes conmemorativas.
Cuando, a mediados de los cincuenta, se decide encauzar el río y desmontar el parque,las esculturas serán trasladadas y recolocadas: la de Selgas en el jardín de Floridablanca,la de Frutos Baeza, primero en la plaza de Calderón de la Barca, junto al Banco de España,y después junto a la Convalecencia, y la de Sánchez Madrigal en el Plano de San Fran-cisco, de donde no se ha movido desde entonces. De las tres, la de Frutos Baeza, reali-zada con labra magistral sobre un mármol de excelente calidad,fue secuestrada y dada por desaparecida cuando acababa el sigloXX, quedando como testimonio un pedestal, elaborado por elmismo Planes, en el que con tipografía de la época se lee Al poetaFrutos Baeza. Aquellas dos piezas que quedaban en la margenizquierda del río iniciaban un proceso de colocación de obras es-cultóricas que, poco a poco, ha ido configurando una rica muestrade diversos estilos, manos creadoras y motivos conmemorativos.Sirva este artículo como una pequeña guía de esa muestra.
Si comenzamos nuestro paseo por la parte de levante, cerca dedonde se sitúa el Palacio de Congresos, nos encontraremos enlos jardines de Vistabella, a la altura del número 14, el Monumentoa la Madre, un tributo hecho de piedra del que no conocemos elautor ni su razón de ser. Es un monumento pequeño, y en él sediferencia la factura del rostro, bella y dulce, de una realizaciónalgo más tosca en el resto, probablemente llevada a cabo por tra-bajadores del taller.
Mª Ángeles Muñoz Cosme
a la orilla del río
Sawar 39
Un poco más adelante, el espacio que da la bienvenida a los que acce-den al Hospital Reina Sofía acoge la obra ganadora del Premio Salzillocelebrado en 1950. El denominado Grupo de San Juan de Dios, salidode las manos de Bernabé Gil Riquelme, fue tallado in situ y estuvo enese lugar hasta que se llevó a cabo la reforma del centro sanitario, mo-mento en el que el Ayuntamiento de Molina de Segura lo acogió en suespacio urbano y donde lo ha mantenido y cuidado hasta el momentode su vuelta al recinto hospitalario una vez finalizado el nuevo edificio.
A ese premio se presentó elmismo año otro jovenartista: Francisco Toledo,que dieciséis años mástarde será el que se adjudi-que el premio convocadopara la erección del Monu-mento al inventor Juan dela Cierva, una de las obrasmás completas y significati-vas del repertorio escultó-rico de la ciudad que noserá finalizada hasta sieteaños después. El monu-mento combina elementosarquitectónicos con escul-tura exenta y con relieves ycomprende una pequeñaurbanización en su entorno.
Las siguientes esculturas nos esperan una vez atravesado el PuenteNuevo o Puente de Hierro. El homenaje a Abderramán II, de José Carri-lero, marca el encuentro del puente con laPlaza de la Cruz Roja desde 2008, y con-firma el hecho de que, en la segunda mitaddel siglo XX y lo que llevamos del XXI, la es-cultura pública de Murcia ha omitido el tri-buto a políticos de la actualidad y ha vueltolos ojos a los que en épocas anteriores diri-gieron el destino de esta tierra.
Enfrente, junto a la Convalecencia, se encuentra la cabezacolosal de Rubén Darío, de Antonio Campillo, una obra do-nada por un particular al Ayuntamiento de Murcia en 1978que, en un principio, estuvo colocada en el Jardín Chino ycuando se llevó a cabo su reforma fue llevada a un almacénmunicipal. El programa Murcia que se fue, emprendido por elAyuntamiento para recuperar obras de titularidad municipal,limpió y restauró la escultura y le dio su nueva ubicación.
Mª Ángeles Muñoz Cosme es Historiadora del Arte y Másteren Investigación y Gestión del Patrimonio por la universidadde Murcia. también es la creadora del blog “Escultura pública”:
http://www.escultura-publica.blogspot.com.es/
Si continuamos nuestro paseo por la parte que transcurre junto al río, halla-remos un remozado homenaje Al poeta Frutos Baeza, realizado en bronce,que nada tiene que ver con la obra salida de las manos de José Planes en1921 y que, como hemos dicho anteriormente, desapareció finalizando elsiglo pasado. Solo el pedestal nos recuerda que el escultor trabajó en eltributo al poeta.
A pocos pasos, La Fama, queGonzález Moreno realizó aprincipio de los setenta para elJardín de Santa Isabel,descansa sobre un pedestal demármol rojo muy diferente alconcebido en un principio, cuyacomposición con formasprismáticas parecía lanzar a la figura a suvuelo. El actual parece atrapar a la figura que,desesperada, lucha por despegarse de él yvolar. Las placas adosadas en la base, conlos nombres de los murcianos ilustres de lasdiferentes modalidades artísticas, son copiade las que estaban colocadas en el monu-mento que, ideado por Javier Fuentes yPonte, se erigió en el siglo XIX en SantaIsabel y que, cuando se desmontó para refor-mar el jardín en los años sesenta y colocar allíesta Fama de González Moreno, fuerondepositadas en el Museo de Bellas Artes.
Nuestro camino nos lleva a encontrarnoscon una pieza que fue motivo de diferen-tes críticas cuando se proyectó. La granSardina del Río, varada en el cauce, delrecientemente desaparecido MiguelLlamas, recuerda con su presencia queen Murcia el Entierro de la Sardina esuno de los festejos más celebrados yque dan identidad a esta ciudad. Susituación en zona perteneciente a laConfederación Hidrográfica del Segura,tuvo sus más y sus menos a la hora de la instalación. A su inauguración, en 2007, concurriónumeroso público y hoy en día es una de las esculturas que más polariza su defensa y sucrítica.
Cruzamos a la Glorieta donde, en estática contemplación deniños que corren tras palomas, el Monumento al Cardenal Be-lluga nos aporta una lección magistral de escultura. Concebidala idea del homenaje a principios del siglo XX y tras admitir unboceto presentado por José Planes, la obra no se llevará a cabohasta finales de los cincuenta; para entonces se plantea unanueva composición que, pensada en un principio para la plazadel Cardenal Belluga, delante del imafronte de la Catedral, serápor fin instalada delante de la fachada meridional del PalacioEpiscopal eliminando algunos elementos compositivos y simpli-ficando el pedestal de la idea original. El autor de la nueva es-cultura, González Moreno, demuestra su maestría excepcionalcon este retrato del cardenal sumido en la reflexión. La placade mármol que da cuenta del personaje muestra un error dediez años en la fecha, ya que su inauguración tuvo lugar en1958.
Sawar40
En el otro extremo de la Glorieta, en la pequeña meseta que accede a laGran Vía, el Nazareno de Antonio Campillo, con su peculiar atuendo en elque el modelado recrea todos los detalles, parece esperar a la sombra delos naranjos el paso de los desfiles procesionales. Esta obra fue unencargo que hizo el Ayuntamiento de Murcia al escultor, satisfaciendo asíel deseo del Cabildo de Cofradías de la ciudad.
Una vez que el paseante accede al ámbito delPlano de San Francisco, se encuentra con uncrisol de obras escultóricas que, lejos entiempo y estilo unas de otras, muestran alobservador diferentes retazos de historia y artede la ciudad. Si accedemos al Plano por la orilladel río llegamos, en primer lugar, a un SánchezMadrigal que con su mirada clara ve pasarembelesado el tráfico, pues está colocado deespaldas al paseo. Se trata de otro de aquellosbustos realizados por Planes, este en 1926,pero su ubicación hace que pase desaperci-bido para muchos viandantes.
Junto a él, una escultura que nos acerca aJosé María Párraga, uno de los artistasmás queridos por los murcianos. Sin placaexplicativa ni alusión alguna, dos enormesfiguras de acero ‘corten’ parecen bailarsobre dos grandes soportes de hormigón.El monumento salió de una iniciativa popu-lar y se gestionó con los fondos recauda-dos mediante la venta de los cuadros deuna exposición conformada por donación de artistas amigos del pintor.Las figuras son la reproducción a escala de dos pequeños dibujos dePárraga.
En 2009 fallece AntonioCampillo, y el Ayuntamientoemprende una serie de home-
najes al escultor, entre los que se encuentra lainstalación de la Venus en Bicicleta que estádelante del Almudí, una obra que fue PremioSalzillo en 1970, y que responde a los cánonesfemeninos tipificados por Campillo. La carencia depedestal conforma una concepción espacial máslibre y más implicada con el punto de vista delespectador, posibilitando la inmersión de la escul-tura en calle y la interactuación con el público.
En la entrada al Jardín Botánico nos aguarda San Francisco deAsís. Este monumento se erigió ocupando, aproximadamente, ellugar donde estuvo en su día el anterior, obra del joven Mario An-tonio Ros López, inaugurado en 1927 y que fue derribado en abrilde 1931 tras los altercados sobrevenidos por la proclamación dela Segunda República. El que contemplamos actualmente es obrade Manuel Mateo y su concepción global se debe al arquitecto Al-fredo Vera Botí. Delante del acceso a la pasarela Manterola seubica el denominado León del Malecón, la escultura pública másantigua que se conserva en la ciudad. Es una figura zoomorfa querepresenta a un león sosteniendo entre sus patas delanteras el es-cudo con la séptima corona concedida a la ciudad por Felipe V,
Sawar 41
como agradecimiento al apoyo obtenido para su llegada al trono.El monumento fue retirado cuando se reformó el espacio del Planode San Francisco en los años noventa y ha sido instalado denuevo este mismo año. El que vemos actualmente es una copiadel realizado en el siglo XVIII que, una vez restaurado, ha sidodepositado en el Museo de la Ciudad ya que el estado de la piedra
no aconsejaba su exposición a laintemperie. El pedestal sí es el origi-nal.
Si el caminante se anima a conti-nuar el paseo por el Malecón, aúnencontrará dos monumentos más.El primero de ellos en el lugar deno-minado Las Cuatro Piedras, dondeel Malecón se cruza con la carreteraque conduce a las pedanías. Setrata de una pareja de Huertanosrealizada por Diego Mirete Tormosen 1990.
Al final del paseo, donde el Malecón desemboca en lacarretera, a la sombra de dos enormes eucaliptos, nos
espera don José María Muñoz, benefactor de la riada conocida como de Santa Teresa,que en 1879 asoló la vega del Segura. Muñoz era un extremeño afincado en Alicante, queno dudó en donar una ingente cantidad de dinero para ayudar a las familias afectadas porla riada, tanto en Murcia, como en Cuevas de Almanzora (Almería) y Orihuela (Alicante) ypara reparar los daños sufridos por el dique del Malecón. Poco después de ofertada laayuda, llegó a Murcia una escultura del benefactor procedente de Santander para serllevada a Cuevas de Almanzora y no mucho más tarde, otras dos, idénticas, fueron reci-bidas en la estación del Carmen: una para ser trasladada aOrihuela y otra para dejarla en Murcia. También llegó otra aAlicante, que es donde él residía. El autor de la escultura esFederico de Vega. La de Murcia estuvo un tiempo sin ser colo-cada en la calle hasta que se le hizo el pedestal, que fue obrade Marín Baldo, entonces arquitecto municipal. Respecto a suubicación, se estuvo dudando entre la puerta del Malecón y laPlaza de Santa Catalina, pero al final se decidió colocarla en laPlaza de Camachos, donde estuvo hasta que ésta se reformó.Pasó entonces a la puerta del Malecón y posteriormente setrasladó al final del paseo; para entonces ya había perdido aquelpedestal de Marín Baldo que triplicaba el tamaño de la esculturay se diluía su hazaña altruista en el tiempo. No se sabe concerteza cómo fue la financiación de las esculturas, pero todoparece indicar que fue una iniciativa del propio Muñoz que,probablemente, sufragaría el grueso de la inversión, aunquealgunos testimonios de las hemeroteca parecen querer indicarque los ciudadanos contribuyeron con alguna donación para laejecución del pedestal. A la que hay en Cuevas le llaman elsanto negro porque se pintó para protegerla de agentes corro-sivos y a estas alturas ya nadie conoce su identidad, identificando el hecho de que seauna escultura colocada en pedestal con el homenaje a alguna santidad. Conserva elpedestal original, al igual que la de Orihuela, con las placas donde se indica las localidadesafectadas por la riada. La de Alicante parece ser que fue retirada y vendida por el Ayunta-miento.
Aquí concluye este paseo por las esculturas situadas en la orilla del Segura; un paseoque, acompañado por el sol en invierno, o por el fresco que sube del cauce en los atarde-ceres de verano, promete un ameno recorrido. La escultura pública ofrece diversidad demotivos de homenaje y estilos y una interesante variedad de artistas, solo hay que pararsea contemplarla.
Sawar42
.
José Salvador Fuentes Zorita transmite con sus
palabras el poso de una experiencia vital y política muy
amplia; de saber tanto por viejo como por diablo, aun-
que en la literalidad no sea ni una cosa ni la otra.
Sawar ya le había enviado unas preguntas por mail, y
a nuestra cita acude con las preguntas impresas y con
otros papeles. Viene con su mensaje en la mente, y
de entrada, parece tener especial interés en dejar
claro el contexto del río Segura que él se encontró en
sus primeros puestos de responsabilidad: “El inicio de
mi actividad profesional, cuando fui contratado en
1972 por la Diputación Provincial, coincidió con la
aprobación del Plan Clocol, y eso quiere decir cloro y
cólera. Es decir, que en esta Región, hace cuarenta
años, seguía habiendo epidemias de cólera y seguía
muriendo gente por la mala calidad del agua del río, y
hubo que hacer un plan de construcción y manteni-
miento de estaciones depuradoras para evitar dichas
epidemias, derivadas de la escasez, sobre todo por la
demanda de la agricultura”. Para paliar esa falta de
agua para el riego fue por lo que a finales de los
sesenta, el régimen franquista puso en marcha el
proyecto del trasvase Tajo-Segura, elaborado en
tiempos de la Segunda República y presentado en su
momento por el socialista Indalecio Prieto. En opinión
de Fuentes Zorita, ese fue el motivo de que Franco lo
guardara en un cajón “hasta que llegó la época del
desarrollismo y no tuvo más remedio que sacarlo”.
Después, Fuentes Zorita recuerda cuando tomó pose-
sión como Consejero de Política Territorial y Obras
Públicas en 1984, con 36 años de edad: “Y en junio de
1985 ya estábamos presentando el primer plan de
saneamiento y de recuperación del río Segura; es
decir, que era una de las prioridades que yo tenía por
entonces, cuando aún era una criatura”. En ese
momento, José Salvador muestra una fotocopia con
algunas de las resoluciones de la Conferencia Inter-
municipal contra la contaminación del río Segura y sus
afluentes, y un fragmento del libro que se publicó en
el año 1985 con el avance del Plan de Saneamiento:
“Hicimos una conferencia y una exposición, que
también enviamos a otras instituciones como la Gene-
ralitat Valenciana, el ministerio etc. Y fue además de
las primeras actuaciones de la Región de Murcia que
gozó de la financiación del Banco Europeo de Inver-
sión”. A continuación, Fuentes Zorita reivindica su
labor: “Te traigo esto para que veas que algunas deSawar44
El río que tENEMoS
El río que QuErEMoS
Sawar ha hablado del río. Y también ha escuchado. A continuación sabremos qué opinan sobre el Segura
que queremos hacer entre todos, varias personas que tienen cosas que decir: José Salvador Fuentes
Zorita ha sido, entre otras cosas, presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura; Adela
Martínez-Cachá es concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento de Murcia; José Carlos Cano es
gerente de la empresa de turismo activo Alana Aventura y actualmente promueve el renacimiento del
Club remo; Jorge Sánchez es miembro del grupo ecologista ANSE; y Julia Martínez es miembro del
observatorio de Sostenibilidad de la región de Murcia
las cosas que tú planteas, por ejemplo, la ‘escasa
promoción del río Segura como lugar de esparcimiento
y recreo, lo que ha llevado a un desconocimiento por
parte de la población…’ (José Salvador lee ese punto
del documento de 1985), ya se plantearon entonces.
Para que no caigamos en el adanismo, que parece
que siempre estamos descubriendo el mundo, hay que
saber que todas las cosas tienen sus antecedentes”.
Luego puntualiza: “Naturalmente, esto es hijo de otras
preocupaciones, pero sí que te quiero recordar que en
aquella época, la principal preocupación social no era
la situación ambiental del río Segura, sino el hecho de
que un año sí, y otro también, se producían inundacio-
nes con muertos. Quién me iba a decir a mí que veinte
años después me convertiría en presidente de la
CHS... Pero quizá soy el único presidente que tuvo la
suerte de no haber tenido ni un solo muerto en los
años que fui presidente, ni por inundaciones ni por
avenidas”. Antes de entrar en otras consideraciones,
José Salvador Fuentes Zorita repasa las líneas bási-
cas de las políticas en torno al río Segura en aquellos
años: “Para entender la situación actual, hay que
entender que la primera preocupación de las adminis-
traciones en la época moderna fue el trasvase Tajo-
Segura, que fue lo que concentró las inversiones en
los años setenta, con el fin de resolver el problema del
déficit estructural que tiene la cuenca del Segura, de
carencia de recursos hídricos. La segunda preocupa-
ción fue el Plan de Defensa contra las Avenidas, que
se aprobó en noviembre de 1987 y que contenía más
de veinte actuaciones, y entre ellas, el encauzamiento
del río Segura desde la Contraparada hasta la desem-
bocadura. En ese proyecto se incluía el encauza-
miento, pero también la recuperación de los sotos, es
decir, que ya en aquellos años estaba la preocupación
de la actuación sobre el río no fuera sólo de ingeniería,
porque no es incompatible una cosa con la otra”.
En efecto, no es incompatible, pero puede pensarse
que la ingeniería se impuso, y aún pudo imponerse
más: Sawar pregunta a Fuentes Zorita si recuerda
aquella propuesta de sacar el río Segura de la ciudad
de Murcia, tal y como se hizo en Valencia: “No tuve
participación en ello, pero sí que se pensó desviar el
cauce del río Segura para sacarlo de la ciudad de
Murcia, de Orihuela y de Rojales, y al final se estimó
que por razones culturales y ambientales, el río debía
seguir pasando por Murcia”. Amplía la explicación: “SeSawar 45
El agua del río Segura un poco más abajo de la Contraparada
Fuente: P.S.S
pensó que sacar el río Segura de la ciudad de Murcia
era como quitarle su personalidad, y aunque sí que se
planteó el modelo proyectado con el Turia tras la riada
de 1957, el Turia ofrecía unas posibilidades urbanísti-
cas que el Segura no ofrecía. El Segura está mucho
más encajonado, y aquí no se podía emplear una
solución del estilo de la que se aplicó en Valencia. Y
aun así, hubo quien propuso que se hiciera una carre-
tera en el cauce del río, y aparcamientos… Afortuna-
damente, eso no se hizo”, concluye. Ambos
resoplamos de alivio.
Sin embargo, una cosa que siempre ha demostrado la
historia es que el papel aguanta más que la práctica:
Si bien las actuaciones que se ejecutaron a finales de
los 80 y principios de los 90 sirvieron para mejorar la
seguridad frente a avenidas, también es cierto que la
recuperación medioambiental del río, expresada entre
sus intenciones, no sólo no se hizo visible sino que la
degradación fue constante hasta alcanzar niveles de
contaminación excepcionales. Para Fuentes Zorita,
esa degradación tuvo unas causas y un inicio concre-
tos: “A lo mejor no debería entrar en cuestiones políti-
cas, pero voy a entrar: En el momento en que entra a
gobernar el Partido Popular, en 1995, se desiste en el
control de los vertidos porque nadie quiere enfrentarse
a las industrias contaminantes. En el año 2000, el
Segura llegó a ser considerado el río más contami-
nado de Europa. Y de eso, a que apenas nueve años
después sea el primer río cuyas masas de agua están
en perfecto estado de acuerdo con las directivas
europeas, pues hay un trabajo”.
La fecha en la que comienza la degradación, o en la
que se agudiza, o en la que se inicia la recuperación
del río Segura, cambia según la persona a quien le
preguntemos. O no cambia la fecha pero sí el fenó-
meno al que se refiere: Adela Martínez-Cachá,
concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento de
Murcia, atiende con gran amabilidad a Sawar por telé-
fono, y al igual que Fuentes Zorita, cita el año 1995:
“Desde 1995 se ha hecho un trabajo muy importante
en el control de vertidos por parte del ayuntamiento, y
junto al trabajo que se ha hecho desde la Confedera-
ción, ha dado como resultado que ahora mismo el
Segura sea un río limpio, y un río del que podemos
plantearnos esa integración en el paisaje urbano.
Antes estaba integrado físicamente, pero había un
Sawar46
Fuentes Zorita: “La primera preocupación de las administraciones fue resolverla escasez de agua y luego hacer el Plan de Defensa contra las Avenidas, perotambién la situación ambiental y el aprovechamiento social del río”
El río Segura desde el Puente de las ovejas
Fuente: P.S.S
rechazo de los ciudadanos que pasábamos casi de
espaldas al río, por el problema de los olores. Y era un
problema de vertidos. Ese problema, con la participa-
ción de todas las administraciones, se ha conseguido
solventar”.
Por su parte, José Carlos Cano, gerente de la
empresa de turismo activo Alana Aventura y promotor
del renacimiento del Club Remo, con el que Sawar
charla en una cafetería de Murcia, nos ofrece una
fecha distinta. En su opinión, la degradación del río
comenzó mucho antes de los años 90: “Las aguas del
trasvase llegaron en 1979 y estuvieron unos cuantos
años bajando por el río Segura, pero a partir de 1982
más o menos, cada vez fue bajando menos agua, y
menos agua…”. Y lo recuerda bien, porque lo vivió en
primera persona desde su embarcación como pira-
güista del Club Remo: “A partir del Trasvase Tajo-
Segura, el río perdió caudal a su paso por Murcia y el
Club Remo se tuvo que cerrar hacia 1987”. La misma
versión de peces muertos en la superficie del río en
los años 80, es la que nos ha ofrecido Julio Muñoz,
piraguista y antiguo entrenador del Club Remo.
Aunque vemos que no hay coincidencia en la fecha de
inicio de la degradación del río Segura a su paso por
Murcia, sí que la hay en constatar que las causas
fueron la escasez de caudales y la falta en el control
de vertidos. Seguimos comprobándolo, y ahora lo
hacemos incorporando a este debate a Julia Martí-nez, miembro del Observatorio de Sostenibilidad de la
Región, que atiende a Sawar por teléfono desde su
despacho en la Universidad de Murcia. A la primera
pregunta de a qué atribuye la reciente mejoría del río
a su paso por la ciudad, Julia Martínez también quiere
dejar claros varios conceptos de partida: “El río Segura
es un ecosistema con sus relaciones ecológicas: tiene
agua, lecho, cauce, riberas, vegetación, fauna… Tiene
también sus funciones ambientales y su entorno
paisajístico, y todos estos aspectos se han ido degra-
dando con el paso de los años por múltiples motivos
hasta llegar a una situación de gran degradación. Uno
de esos aspectos, la calidad del agua, sí que ha tenido
una mejora sensible durante los últimos diez años, en
parte por la presión ciudadana que hubo a finales de
los años noventa y principios del 2000”. ¿Quiénes
levantaron la voz para proteger al río? Julia responde:
“La plataforma ‘Segura limpio’ y otros movimientos
vecinales y ecologistas, que forzaron a la Administra-
ción a que se tomaran en serio llevar a cabo un control
más exhaustivo y exigente de los vertidos al río. Y
gracias a ese control, la calidad del agua ha mejorado
de forma significativa”. Para concretar aún más su
respuesta, concluye que, “en definitiva, la mejora del
agua es producto de la mejora en el control de los
vertidos gracias a la presión ciudadana, pero...”. A
renglón seguido, matiza: “Seguimos teniendo como
asignatura pendiente la mejora del resto de aspectos
de este ecosistema que es el río Segura, aspectos que
aún no han mejorado: es decir, que seguimos teniendo
un río con muy poco caudal, aunque en el caso del
cauce urbano de Murcia se mantiene una lámina de
Sawar47
Adela Martínez-Cachá: “Desde 1995 se ha hecho un trabajo muy importanteen el control de vertidos por parte del ayuntamiento, y eso, junto al trabajo de laConfederación Hidrográfica, ha dado como resultado un río limpio”
agua que es más una laguna que un río, y tampoco ha
habido una mejora en las riberas ni en la vegetación”.
Otra voz en este primer análisis sobre la mejora del río
en la actualidad, es la de ANSE, la Asociación de
Naturalistas del Sureste, representada por JorgeSánchez. Al empezar la conversación telefónica con
Sawar, admite con prudencia que “mejor, estamos,
resulta evidente, pero que estemos al cien por cien
tampoco es cierto”. Jorge profundiza en sus argumen-
tos: “Queda mucho camino por recorrer. Ahora mismo
tenemos la suerte de que ha habido notables avances
en la depuración de aguas residuales, y también que
eso ha coincidido con unos años especialmente lluvio-
sos. Todo eso ha hecho que la disponibilidad de
caudales para el cauce haya sido mayor, porque si hay
más agua, más se diluyen los contaminantes y eso
mejora su calidad. Sin embargo, falta mucho en el
tema de recuperación de caudales”. Al igual que Julia
Martínez, Jorge Sanchez también amplía la visión al
resto de aspectos del ecosistema del Segura: “Por otro
lado, aunque tenemos un agua de cierta calidad, falta
recuperar toda la biodiversidad asociada al río. Hemos
recuperado algunas especies, las que han sido capa-
ces de llegar hasta aquí, pero falta por avanzar en todo
lo que es la vegetación de ribera asociada al río”. Así,
el miembro de ANSE concluye que “la mejora del río
Segura no ha sido exclusivamente un logro de un solo
proyecto, sino que han coincidido diversas políticas”,
y las explica: “La primera es la mejora en la depuración
de aguas residuales mediante la construcción de
depuradoras a lo largo de toda la cuenca, pero
también el hecho de que la industria que había en toda
la vega del Segura ya no es la que era y se controlan
más los vertidos, aunque todavía sigue habiendo
problemas concretos… ”. Sin embargo, insiste: “Ya
digo, hemos mejorado pero no al cien por cien. Queda
mucho en cuanto a la calidad de la biodiversidad
asociada al río. Que a un enfermo le baje la fiebre de
40 a 39º no significa que esté curado”.
De nuevo miramos hacia atrás y volvemos con el
testimonio de José Salvador Fuentes Zorita, que nos
habla de la situación que se encontró en 2004 cuando
asumió el mando de la CHS: “Cuando se trata de
resolver el problema de las avenidas, primero, y el de
la contaminación después, siempre se contempla
como un objetivo adicional la recuperación del río
Segura como espacio social, y por lo tanto, como valor
ambiental y cultural. Y ya llegamos a la última fase,
que me toca a mí como presidente de la CHS, y
entonces yo ya puedo hacer actuaciones”. Prosigue:
“Hace diez años, la cúpula de esa institución estaba
encausada y las noticias relacionadas con la Confe-
deración salían en la sección de sucesos y tribunales.
Julia Martínez: “La mejora en la calidad del agua del río en los últimos diezaños es producto de la mejora en el control de los vertidos, gracias a la presiónciudadana, pero el resto de aspectos de ese ecosistema aún no han mejorado
Vista hacia Levante del río Segura desde el Puente de Vistabella
Fuente: P.S.S
Sawar 49
Ese es el panorama que yo me encontré en 2004, así
que lo primero que había que hacer era poner orden
tanto en temas ambientales como en las extracciones
ilegales de los acuíferos, porque la Confederación
Hidrográfica es un organismo serio y tecnificado y ese
no era su sitio. Ahí se había llegado como consecuen-
cia de la desidia y de la malas políticas. A partir de ahí
pudimos hacer otras cosas y recurrimos a financiación
de todo tipo para resolver los problemas: Financiación
europea, financiación del ministerio, financiación por
actuaciones de emergencia derivadas de la sequía
unas veces, y de las inundaciones por otras... Porque
en ese tiempo nos tocó de todo”.
Tal y como nos recordaba Julia Martínez, a finales de
los 90 y principios de 2000 hubo protestas por la mala
situación del río a su paso por Murcia: colectivos eco-
logistas y vecinos reclamaron soluciones. José Carlos
Cano, piragüista y gerente de Alana Aventura, estaba
entre ellos, y también Fernando Navarro, por entonces
presidente de la Asociación de Vecinos de Vistabella.
José Carlos también retrocede al momento en que
Fuentes Zorita accedió a la presidencia de la CHS:
“Las cosas empezaron a cambiar hace diez años. La
asociación de vecinos de Vistabella, con Fernando
Navarro, que era su presidente, y yo, hablamos con
Fuentes Zorita, le propusimos un plan y él al principio
dijo que no, pero luego dijo que sí y hasta se tuvo que
pelear con su propio partido. Luego dimitiría por otros
motivos, pero el plan siguió adelante con dos proyec-
tos que suman una inversión de dieciséis millones de
euros”. Y aquí llegamos a la recirculación de caudales
y la extracción de lodos de la CHS en el tramo urbano
del río. José Carlos Cano nos lo explica: “La idea era,
en primer lugar, coger el agua del propio río Segura y
el agua depurada de Murcia, y bombearla río arriba de
la ciudad con tres bombas de mil kilovatios, para
dejarla caer de nuevo, y eso se ha terminado ya. La
segunda fase consiste en extraer el metro y medio de
lodos que hay en el lecho del río a lo largo de dos
kilómetros de cauce urbano”.
Profundizamos en el proyecto de recirculación de
caudales con el propio Fuentes Zorita, que hace una
reflexión previa: “Una vez que has hecho ese
esfuerzo, que los ciudadanos ya no tienen que pasar
el río corriendo y santiguándose, sino que se paran en
el puente a ver los patos o contemplar el agua, por
ejemplo desde la pasarela de Manterola… Cuando
has conseguido recuperar la vida, eso lo tienes que
mantener. No mantenerlo sólo cuando hay un régimen
normal de funcionamiento del río, sino también cuando
hay sequía. ¿Cómo mantenerlo cuando hay sequía?”.
El propio Fuentes Zorita se responde con el proyecto
de recirculación: “Pues una de las maneras es coger
el mismo agua que ha consumido la ciudad de Murcia,
y parte depurada, y bombearla aguas arriba de la
ciudad, y dejarla caer de nuevo para mantener el
Jorge Sánchez: “Hemos mejorado pero no al cien por cien. Queda mucho porhacer en cuanto a la calidad de la biodiversidad asociada al río Segura. Que aun enfermo le baje la fiebre de 40 a 39º no significa que esté totalmente curado”
Presa en el río Segura, aguas abajo del Puente de la FICA
Fuente: P.S.S
caudal circulante que es necesario para mantener la
vida. Evidentemente, eso no tiene porqué funcionar
cuando hay agua. Es como las desaladoras: si no las
necesitas, no las pones a funcionar, pero si las nece-
sitas, lo más caro es no tener agua”.
Al respecto de la recirculación de caudales, José
Carlos Cano admite que hay quienes se oponen, pero
al igual que Fuentes Zorita, defiende la idea y justifica
su coste: “Hay gente que está en contra por la factura
energética, pero la hora más económica de bombeo
sale a 78 euros la hora. ¿Eso no es sufragable por
todos los usuarios? Yo creo que sí. La obra se la
quedará el ayuntamiento, aunque habrá que ver de
qué forma se hará jurídicamente todo una vez se
acabe el proyecto”. Fuentes Zorita también cita el
coste energético de la recirculación: “Recuerdo que
cuando hablaba con el alcalde de los costes del bom-
beo, le dije que si el bombeo era una cosa aparte,
podía ser una partida significativa, pero que si formaba
parte del consumo total de energía eléctrica del muni-
cipio, el bombeo era irrelevante”. Y el ex predidente de
la CHS añade otra razón para defender el proyecto:
“La recirculación de caudales viene también justificada
porque una parte ya se había hecho y está funcio-
nando, con el bombeo del Azarbe Mayor para mejorar
su calidad ambiental, porque se había convertido en
un sitio insalubre. Si ya se ha hecho el mecanismo
para llevar agua al Azarbe, parece lógico que con más
motivo se haga para llevar agua al río Segura en caso
de sequía, y así mantener un caudal mínimo”.
En esta charla con Sawar, las voces críticas a la recir-
culación las ponen Jorge Sánchez y Julia Martínez. El
miembro de ANSE expone la visión de su asociación:
“Nosotros entendemos que las medidas que tienden a
‘artificializar’ el cauce no son la manera adecuada de
resolver ningún problema, y menos un problema
hidráulico. Creemos que hay un problema de base en
cuanto a la gestión de la cuenca, a cómo compaginar
los distintos usos que se dan en ella, y entendemos
que ese tipo de soluciones deben ser las últimas en
ser adoptadas”. En la misma línea se expresa Julia
Martínez desde el observatorio de Sostenibilidad de la
Región de Murcia: “Yo creo que ese no es el camino
acertado; eso son soluciones de ingeniería que tienen
una finalidad estética. No tiene sentido que un río esté
alimentado a base de bombeos, de aguas abajo y
arriba gastando energía eléctrica. Lo que necesitamos
es que, por planificación y por una gestión correcta de
verdad, se cumpla la ley y que exista un régimen de
caudales ecológicos que sea el que los estudios
científico-técnicos digan que se tiene que mantener en
el río Segura, para de ese modo mantener toda su
funcionalidad ambiental”.
Preguntado al respecto de los reparos a las soluciones
de ingeniería para mantener un caudal mínimo en el
Segura, las palabras de Fuentes Zorita elevan su
intensidad: “Naturalmente que sería preferible que
hubiera un gran caudal de agua, pero ¿De dónde me
lo quieres traer? ¿Del Amazonas, del Ródano…?
Porque claro, si no crees en los trasvases, aquí no hay
Sawar50
José Salvador Fuentes Zorita: “Una vez que has hecho ese esfuerzo, que la genteya no cruza el río corriendo sino que se para a ver el agua y los patos, que hasrecuperado la vida, eso tienes que mantenerlo; de ahí la recirculación de caudales”
Mirando a los patos desde Pasarela de Manterola
Fuente: P.S.S
más agua que la que llueve”. Luego recupera un tono
más sereno y prosigue: “El que ha estudiado geogra-
fía sabe que la cuenca del Segura es la más árida de
Europa, y que tiene unos niveles de lluvia inferiores
a algunas partes del norte de África. Entonces,
dígame usted de dónde sale ese caudal idílico del
que usted me habla, y cuánto es”. Y después, adopta
un tono más reflexivo: “Yo es que creo que hasta al
más materialista y el más utilitarista, aunque sólo
fuera para que se notara menos cuando contamina,
¿no le gustaría que el río bajase con un caudal diez
veces más grande?”. Así que José Salvador Fuentes
Zorita vuelve a preguntar a su interlocutor imaginario:
“Entonces, ¿tiene usted la bondad de decirme de
dónde salen esos caudales de los que me habla? Es
que ese es el problema, que tú tienes que actuar con
el agua que te da la naturaleza, y si no, ¿qué haces?
Tienes que actuar con los medios que tienes y
también en la sociedad en la que vives”.
De algún modo, tres de las personas con las que ha
hablado Sawar tienen alguna respuesta a esas
preguntas. Por ejemplo, José Carlos Cano, que se
muestra ilusionado con su proyecto de recuperar el
piragüismo en la ciudad de Murcia, y que de hecho,
ya lleva unos años organizando actividades de pira-
gua en el Segura (en colaboración con el ayunta-
miento y con el permiso de la CHS), pone el dedo en
la yaga: “La gente piensa que el río lleva poca agua
por Murcia porque no llueve, porque es lo que inte-
resa decir, pero la culpa la tiene la cultura de los
regantes al pensar que el agua es únicamente para
los regadíos”. Desde la perspectiva de un ciudadano
y también desde la de un empresario que defiende
el uso recreativo del río Segura, Cano añade deci-
dido: “Los regantes piensan que el agua que sigue
por el río se pierde, y ellos quieren que ese agua sea
sólo suya. Yo he hablado muchas veces con ellos y
les he dicho que eso no es así, que el agua es de
todos. Primero es para beber y luego para regar, pero
también para otros usos. Y eso es lo que tiene que
cambiar, sobre todo ahora que tenemos más agua”.
En este punto, José Carlos Cano vuelve a recordar
el pasado reciente: “Hace tan sólo diez años el río
era una cloaca, llevaba hasta alquitrán... Por enton-
ces nadie dijo nada porque eran otros años y había
otro pensamiento, pero cuando empezó a bajar el
caudal, el río era un hedor. Y ahora hay más agua
porque hay más agua en las reservas de la cuenca,
pero debería haber más, porque a pesar de eso,
tampoco se está respetando ni siquiera el caudal
ecológico”.
Por su parte, aunque Jorge Sánchez no muestra el
mismo entusiasmo que José Carlos Cano al respecto
de la recirculación de caudales y cuestiona las solu-
51Sawar
Jose Carlos Cano: “La gente piensa que el río lleva poca agua por Murciaporque no llueve, porque es lo que interesa decir, pero la culpa la tiene la culturade los regantes al pensar que el agua es únicamente para los regadíos”
Cartel de la obra de recirculación de caudales
Fuente: P.S.S
ciones de ingeniería gris, sí que coincide con él en
cuanto a que la clave está en la gestión y reparto del
agua del río: “En el pasado reciente, e incluso en la
actualidad, hemos tenido la tendencia de recurrir con
excesiva ligereza a soluciones que son extraordinaria-
mente caras no sólo en su ejecución sino también en
su mantenimiento. Probablemente sea más barato
estudiar nuevas fórmulas para que el río disponga de
más caudales, o que se aporte menos caudal a los
regantes… Y eso no quiere decir que tengan menos
agua para regar, porque hay mucho margen para la
gestión de este recurso en cuanto a qué superficies se
están cultivando realmente, qué superficies no, qué
superficies que se acepten de regadío son realmente
regadíos reconocidos y cuáles no… Y a partir de ahí,
si no hay más solución que acometer una obra de
ingeniería, habría que estudiarla en detalle”.
En efecto, desde los colectivos ecologistas (y no sólo
desde ellos), se achaca a España y en concreto a la
cuenca del Segura una dependencia excesiva de las
obras de ingeniería gris, del cemento, y se habla de
que hay otros caminos. Julia Martinez, del Observato-
rio de Sostenibilidad de la Región de Murcia, nos lo
cuenta: “En otros países llevan décadas haciendo
otros enfoques de ingeniería en los ríos, por ejemplo,
y el futuro va por ahí. Y es un futuro que no es irreal,
es que ya se está trabajando en eso, pero aquí hay
una resistencia numantina a abandonar las obras de
ingeniería gris, de cemento y hormigón. Eso es un
elemento diferencial que hay aquí, porque sales fuera
y ves que se hacen verdaderas maravillas y además
de manera muy económica y con resultados maravi-
llosos. La ingeniería verde tiene una eficacia enorme”.
Julia continúa: “Hay otro tipo de consultoras que
también tienen derecho a ganarse la vida, que podrían
aplicar otro tipo de enfoques y que también darían
trabajo, a lo mejor incluso darían más puestos de
trabajo, y obtendríamos mejores resultados para el río
y para los propios ciudadanos. Es decir, no todo el
empleo lo generan las empresas del cemento y el
ladrillo, hay otras ingenierías y otras consultoras que
haciendo mejores cosas, también generarían empleo
desde un tipo de economía diferente e innovadora.
Eso también es economía, y yo creo que ahora mismo,
no sólo en esto sino en otros muchos ámbitos, esta-
mos muy condicionados por una presión del sector
económico más ligado a la obra pura y dura. No hay
un análisis independiente de qué otras maneras hay
para resolver los problemas por culpa de esa presión
que hay ahora mismo en España por parte de las
empresas del ladrillo, que monopolizan todas las
inversiones. Pero hay otras cosas, y falta apostar por
esa ingeniería verde porque ya existe la solución
empresarial y de consultoría para llevarla a cabo”.
Si la recirculación de caudales se puede considerar
una obra de ingeniería gris pura, hay otra infraestruc-
tura con un coste menor que se llevó cabo un poco
antes, persiguiendo el fin de paliar la necesidad de
agua de la cuenca: una batería de sondeos para
extraer recursos del acuífero profundo de Murcia. En
marzo de 2011, el hidrogeólogo Francisco turrióndefendía en su blog que, existiendo ya los sondeos,
llevar a cabo la obra de recirculación de caudales era
absolutamente innecesario*. En su artículo, Turrión
* http://www.franciscoturrion.com/2011/03/94-millones-de-euros-para-solucionar-un.html/MÁS INFo...Sawar52
Julia Martínez: “En otros países llevan décadas haciendo otros enfoques deingeniería en los ríos, y el futuro va por ahí, pero aquí hay una resistencianumantina a abandonar las obras de ingeniería gris, de cemento y hormigón”
Baño veraniego junto al sondeo del Malecón
Fuente: Francisco Turrión
añadía que el coste de extracción de agua mediante
los sondeos sería muy inferior al del bombeo de la
recirculación. Preguntado por ello, Fuentes Zorita
responde: “Esos sondeos cogen el agua de los acuí-
feros, pero nosotros no cometimos el error de nuestros
antecesores, que afectaron al nivel freático al hacer
pozos y ocasionaron problemas en las viviendas. Ellos
sacaron agua del acuífero que está en contacto con el
río y es el responsable del nivel freático, y nosotros
nos fuimos más abajo, al acuífero profundo. El caso
es que para explotar ese acuífero de manera racional,
sólo puedes extraer los recursos renovables, y esos
pozos se usaron en momentos de sequía y contribu-
yeron a que los regantes de Murcia y de la Vega Baja
no sufrieran una catástrofe económica. Y ahí están en
perfecto estado. Ahora bien, hay que tener en cuenta
dos cosas: una es que el agua de los sondeos no sube
sola, también hay que pagar la energía, y la otra es
que el agua de las depuradoras es renovable por
definición, mientras que la de los pozos es parte del
patrimonio subterráneo. Es decir, que si te pasas
sacando agua, si sacas más de la que debes, te estás
cargando el acuífero”.
Al margen de los medios técnicos que se han aplicado
para solucionar los problemas del Segura, y volviendo
al asunto de la búsqueda de una gestión del agua que
asegure un caudal mínimo circulante, Julia Martínez
pone sobre la mesa otro elemento fundamental a
considerar: la Directiva Marco del Agua. Nos lo
explica: “Mantener la funcionalidad ambiental del río
Segura es una exigencia de la Directiva Marco del
Agua*, que para el año 2015 nos exige cumplir con el
buen estado ecológico del agua y de sus ecosistemas.
De hecho estamos incumpliendo plazos y España ya
tiene procedimientos de infracción por ello en la Unión
Europea. Lo que tenemos que hacer es cumplir con la
Directiva Marco del Agua y tener ese régimen de
caudales establecido con agua del propio río, reser-
vando para el río Segura parte del agua de la propia
cuenca, y que no haya que andar ni bombeando aguas
río arriba ni subiendo agua de los acuíferos. Eso son
soluciones de ingeniería estéticas, no de funcionalidad
real del río”. Julia concluye que “la Directiva Marco del
Agua exige esos caudales ecológicos y hay que
garantizarlos, y eso habrá que hacerlo concertando los
caudales, cosa que ahora mismo no se ha conse-
guido”.
Concertar en materia de agua, en cualquier caso, no
se antoja misión fácil. Fuentes Zorita nos relata las
vicisitudes de la CHS en la toma de decisiones, al
tiempo que presume de los acuerdos que pudo alcan-
zar en su época como presidente de la institución: “Yo
era socialista y mi junta era mayoritariamente del PP.
En las juntas están representadas las comunidades
autónomas, los usuarios, como por ejemplo las eléc-
tricas si se da ese tipo de aprovechamiento, y en el
Segura se da, y los agricultores, todos, los de la Vega
Alta, la Media y la Baja. Administrativamente hoy el río
Segura nace en Andalucía y pasa por las provincias
de Albacete, Murcia y Alicante. Entonces, en la Junta
* https://www.chsegura.es/chs/planificacionydma/dma/Que_es/MÁS INFo...53Sawar
jorge Sánchez: “La Directiva Marco del Agua nos obliga a considerar el estadoecológico del río Segura, y a ver no sólo cómo gestionamos su calidad sino tambiéncómo recuperamos la biodiversidad asociada”
Patos bajo el Puente del Hospital
Fuente: P.S.S
de la CHS están todas esas administraciones, y
presumo de que el 90 por ciento de las decisiones
conseguimos sacarlas por consenso. Y siendo ministra
Cristina Narbona, incluimos con voz, aunque sin voto
por una cuestión legal, al sector de la investigación y
colectivos sociales, entre los que se incluye a los eco-
logistas, sindicatos, universidad... Ahí todo el mundo
pudo opinar y se tuvo en cuenta la opinión de todo el
mundo”.
Jorge Sánchez nos cuenta que “ahora mismo se está
redactando el Plan de Cuenca y falta ver qué propone
respecto a los caudales y su mantenimiento, y sobre
todo ver qué se hace para respetar esos caudales
cuando llegue un nuevo ciclo seco, y así mantener en
el río cierta cantidad de agua que, evidentemente, no
podría ir a parar a la agricultura”. Aquí Sawar Murcia
hace una reflexión, y es que quizá sea más rápido y
fácil recuperar la calidad del agua, tal y como se ha
hecho en los últimos años, que cambiar una mentali-
dad y una política de aprovechamiento del agua que
lleva cientos de años instalada en el río Segura. Así lo
cree el miembro de ANSE: “Es muy difícil cambiar una
tendencia de tantos años en la gestión de los recursos
hídricos, pero también tenemos la esperanza de que
la obligación en el cumplimiento de las directivas
europeas, y en concreto de la Directiva Marco del
Agua, van a obligar a cambiar nuestra forma de ver a
los ríos. Hasta hace poco se veían como canales de
los que extraer agua y a los que hacer vertidos, y la
Directiva Marco del Agua nos obliga a considerar el
estado ecológico de esas masas de agua, y a ver no
sólo cómo gestionamos su calidad sino también cómo
recuperamos la biodiversidad asociada”. En opinión
de Jorge Sánchez, “sin duda, eso va a producir
cambios”, pero desde ANSE son conscientes de que
hay que ser prudentes “a la hora de esperar que esos
cambios se vayan a producir en cuestión de pocos
años”. Eso sí, Jorge se muestra optimista: “Un cambio
tan grande para mejor en la gestión y percepción de
nuestros cauces, seguro que lo acabaremos viendo
cuando esas directivas europeas se vayan aplicando
y desarrollando”.
Por su parte, Fuentes Zorita nos habla del caudal
circulante con el que cuenta en la actualidad el río
Segura a su paso por Murcia, el único caudal que
ahora mismo estima que puede discurrir por el cauce:
“El río segura que ves a su paso por la ciudad de
Murcia cabe por una tubería de 80 centímetros de
diámetro, y lo digo porque recurrimos a una tubería así
para reparar la presa que hay junto al Auditorio cuando
se rompió. El milagro de esa lámina de agua del río en
la ciudad se consigue con esa presa artificial que hace
la función de azud y que da la impresión de piscina,
pero el caudal circulante es de apenas unos centena-
res de litros por segundo. Cuando estamos hablando
de unos caudales mínimos que en el caso del Tajo, por
ejemplo, son de seis metros cúbicos por segundo, que
son seis mil litros por segundo, y eso les parece poco,
yo creo que con cierta razón, aquí nosotros hacemos
funcionar el río Segura con caudales mínimos de entre
Fuentes Zorita: “El Tajo tiene un caudal circulante de seis mil litros por segundo yles parece poco, yo creo que con cierta razón; aquí nosotros hacemos funcionarel río con caudales mínimos de entre cien y trescientos litros por segundo”
El río Segura desde el mirador del antiguo molino de San Francisco
Fuente: P.S.S
Sawar54
cien y trescientos litros por segundo”. Y de ahí la
satisfacción del ex presidente de la CHS por el trabajo
realizado en los últimos años en cuanto a la mejora de
la calidad del agua: “Con ese caudal, tenemos fauna…
La naturaleza es muy agradecida y tenemos un clima
muy bueno. Yo en su momento no me creía lo de la
nutria, y cuando me dijeron que ya iba por el azud de
Ojós, instalamos cámaras de visión nocturna y lo
comprobamos. Y bueno, es verdad que estas nutrias
son más sufridas que sus abuelas y a lo mejor son
menos exigentes, pero la verdad es que en 2009
conseguimos tener ya un agua de calidad”.
Al respecto de la bondad de la naturaleza, y a la
sorprendente manera en la que el río Segura ha
respondido a estos cuidados recientes, Julia Martínez
añade con claridad que “aún no hay condiciones”, pero
reconoce que “lo que estos elementos nos están
diciendo es que el río Segura tiene unas enormes
posibilidades de recuperación a poco que hagamos y
a poco que lo cuidemos más”. Julia continúa con su
argumentación: “En el caso de la nutria, probable-
mente se trata de individuos aislados y no de estable-
cimiento y cría en esta zona. La nutria tiene mucha
movilidad, y el que haya individuos no significa que
estén criando en esta zona. Y todo esto nos dice que
si pudiéramos mejorar la vegetación del río Segura y
su entorno más próximo, este espacio podría ser
recolonizado por especies como la nutria o las angui-
las. Hay un enorme potencial, pero además de mejorar
la calidad del agua, hay que mejorar las riberas del río
y la vegetación de sus márgenes”.
José Carlos Cano también percibe la sorpresa de
los ciudadanos por las noticias sobre los ‘antiguos-
nuevos’ habitantes del río: “Todo esto está teniendo
repercusión en la ciudad. La gente pasa por el río y se
sorprende, y dice ‘¡Coño! ¿Qué pasa aquí?’… ¿Angui-
las? ¿Nutrias? ¿Peces? Hay vida, algo pasa ahí... Y
tú fíjate la poca vida que le hemos dado, y lo que está
respondiendo la naturaleza. A la gente le cuesta
creerlo porque hace tan solo diez años no se podía
estar ahí. La situación del río era negativa para la
ciudad, la gente se iba del barrio del Carmen, bajaron
los precios de los inmuebles…”. Y José Carlos repite
el nombre de quien, en su opinión, dio pasos hacia la
situación actual de mejoría: “Cuando llegó Fuentes
Zorita a la CHS la cosa empezó a cambiar, y no fue
por voluntad política sino personal; se peleó con
Madrid y lo consiguió, y posteriormente siguieron la
estela los gobernantes siguientes, de la autonomía, de
la Confederación y del ayuntamiento de Murcia”. Jorge
Sánchez también cree que se está produciendo un
cambio en los gobernantes de Murcia: “La administra-
ción local está cambiando su mentalidad. Antes
estaba volcada en otros espacios naturales como El
Valle y Carrascoy, que también tienen un indudable
valor ambiental, pero al río no se le prestaba mucha
José Carlos Cano: “La gente pasa por el río y se sorprende, y dice ‘¡Coño! ¿Quépasa aquí?’… ¿Anguilas? ¿Nutrias? ¿Peces? Hay vida, algo pasa .. Y tú fíjate lapoca vida que le hemos dado al río, y lo que está respondiendo la naturaleza”
Poste de senderos en la Contraparada
Fuente: P.S.S
55Sawar
atención. Sin embargo, el espacio donde hay más
margen para recuperar biodiversidad, para recuperar
paisaje y zonas para la gente, y que además los
ciudadanos lo tienen mucho más fácilmente accesible,
es el río. En el río tenemos un dominio público hidráu-
lico claro y definido, se puede trabajar y hay inversio-
nes previas, y por eso hay mucho margen para actuar
y para hacer cosas”.
A ese respecto, Julia Martínez no lo tiene tan claro; o
sí, pero en sentido contrario: “La Administración con
competencias en materia de agua en España está a
años luz de lo que ahora mismo se está planteando
en otros países. Ahora mismo las administraciones en
general siguen dando la espalda a los valores ambien-
tales y ecosistémicos del río Segura, y siguen infrava-
lorando las posibilidades que tiene el río Segura a su
paso por Murcia para recuperarlo como un espacio
público ciudadano, de disfrute, y a la vez de manteni-
miento y de mejora de sus valores paisajísticos y eco-
lógicos. Además, siguen sin darse cuenta de que eso
es absoluta y perfectamente compatible con ciertos
niveles de prevención y seguridad frente a avenidas,
que es la obsesión que se tiene. Se piensa que el río
encauzado tiene que ser un mero canal sin vegetación
si queremos prevenir inundaciones y avenidas, y eso
no es así, y se sabe que no es así desde hace treinta
años”.
Un ejemplo de plan de regeneración en el que han
intervenido diferentes administraciones y colectivos
sociales y profesionales de muy diversa índole, es el
que se ha llevado a cabo en el entorno de la Contra-
parada* y en el tramo que une el azud con el centro
de la ciudad. José Salvador Fuentes Zorita reflexiona
sobre dicho plan: “Afortunadamente, los proyectos
complejos son cada vez más interdisciplinares, y en la
recuperación de la Contraparada hemos trabajado
ingenieros, pero también biólogos, historiadores…”.
Por su parte, Adela Martínez-Cachá, concejala de
Medio Ambiente del ayuntamiento de Murcia, corro-
bora que “hay una colaboración entre administracio-
nes y también con colectivos”, y pone un ejemplo: “La
CHS nos ha cedido un edificio en la Contraparada
para que ahí esté centrado todo este proyecto, y para
incluirlo en nuestro programa de educación ambiental,
para que vayan colegios, asociaciones, y gente de
Jabalí Nuevo y de Jabalí Viejo, y que se realicen
actividades allí. Y de ese modo, que los murcianos
sepan el sentido que tiene la Contraparada: la Contra-
parada es donde nace la huerta de Murcia, y es un
sitio que los escolares prácticamente no conocen”.
En ese espacio, que sería asimilable desde el punto
patrimonial a la Catedral (y que ha tenido mayor
trascendencia histórica para Murcia), se ha trabajado,
se está trabajando y se puede trabajar aún más. Jorge
Sánchez nos cuenta que ahora mismo ANSE “está
trabajando en todo el corredor desde Murcia hasta la
Contraparada en un proyecto que financia la conceja-
lía de Medio Ambiente”. ¿De qué forma, exactamente?
Jorge responde: “Se está haciendo retirada de espe-
cies exóticas, se trabaja en la recuperación del bosque
de ribera y en la producción de plantas de ribera en
los viveros municipales, y se están haciendo labores
de mantenimiento de las plantaciones que se hicieron
en la Contraparada”. Adela Martínez-Cachá también
habla con Sawar de la colaboración de su concejalía
con la asociación ecologista: “Aparte del proyecto Live,
el proyecto europeo, el ayuntamiento tiene un proyecto
* http://lospiesenlatierra.laverdad.es/blog/2758-la-contraparada-de-peliculaMÁS INFo...
Fragmento de un cartel explicativo con el logo de la Contraparada
Fuente: P.S.S
Adela Martínez-Cachá: “En la Contraparada hay una colaboración con colectivosy también entre administraciones; la CHS nos ha cedido un edificio para que ahíesté centrado este proyecto, y también estamos haciendo plantaciones con ANSE”
Sawar56
con ANSE. A día de hoy, el vivero municipal, que
nosotros habíamos dejado de utilizar para la produc-
ción de plantas, y que sólo usábamos para tener
plantas que comprábamos en otros sitios, lo estamos
utilizando de nuevo junto con ANSE para producir
planta para recuperar el entorno de la Contraparada.
Vamos a ir quitándole espacio a la caña e ir recupe-
rando vegetación de ribera, que se había perdido
prácticamente toda. Ese proyecto está en marcha y ya
tenemos la autorización de la CHS, que nos dice en
qué curvas nos autoriza a hacer plantaciones nuevas,
y en cuestión de días se van a poner los primeros
plantones. Una vez que ya hemos acercado al
murciano a su río, el paso siguiente es recuperar la
vegetación y el paisaje”.
Hay más gente que se mueve y más instituciones des-
arrollando un trabajo muy valioso de investigación y
de regeneración en el río, y eso a pesar de que cada
vez se cuenta con menos dinero para financiar sus ac-
tividades. Julia Martínez nos acerca al caso de la Uni-
versidad de Murcia: “La UMU tiene distintos
departamentos relacionados con la materia que
aportan ciencia e investigación, con una multiplicidad
de proyectos y de contratos de investigación que van
consiguiendo financiación europea o mediante conve-
nios con las administraciones nacional o regional. En
el Departamento de Ecología e Hidrología hay un área
que estudia los ecosistemas acuáticos, y desde dicho
departamento se ha trabajado también en el estable-
cimiento de las condiciones de referencia para cumplir
con la Directiva Marco del Agua en el caso de las
ramblas, con financiación europea. Además, desde el
Observatorio de la Sostenibilidad se trabaja también
con proyectos de investigación”.
En opinión de Julia Martínez, hay otros espacios del
río dentro del municipio de Murcia donde se puede
actuar: “Por ejemplo, una cosa muy fácil que se puede
hacer a corto plazo y que no sería cara, sería recupe-
rar los meandros: ahora mismo la mayoría están
absolutamente abandonados, hechos un desastre,
acumulando derrubios y basura, cuando eso es domi-
nio público hidráulico que se puede recuperar. Esos
meandros que ya no son funcionales porque ya no
llevan agua, podrían servir para recuperar retazos del
bosque de ribera, y además de ser un entorno paisa-
jístico maravilloso para cualquier ciudadano. Recupe-
raríamos la flora y la fauna que se ha ido
perdiendo”. Otras acciones necesarias y complemen-
tarias son las que nos cuenta Jorge Sánchez: “Gene-
ralmente la gente reconoce el bosque de ribera, pero
no es el único tipo de vegetación a recuperar. Hay otro
tipo de formaciones herbáceas, como el lirio amarillo
o como plantas sumergidas del tipo de los macrófitos,
que también hay que recuperar, y ese es un proceso
más lento que requiere de intervenciones y también
de cambios en la gestión que se hace de las riberas.
En el Segura, llegado determinado punto, se siega
todo el río y quien aguante, bien, y quien no… Pues
desaparece. Eso está ralentizando la recuperación de
la vegetación. Queda mucho por hacer”.
Por otro lado, ya hemos visto en este mismo número
de Sawar que entre los años sesenta y tetenta se
canalizó el cauce puramente urbano, los casi tres
kilómetros del río Segura que atraviesan de Oeste a
Este la ciudad. Se trató de una canalización a todos
los efectos, prescidiendo de cualquier atisbo de natu-
raleza salvo la aportada por el agua que, cada vez en
menor cantidad, discurría por su lecho. Le pregunta-
Izquierda: Meandros estrangulados y cauce actual del río, poco antes de entrar en la ciudadFuente: Elaboración propia sobre imagen de Google EarthDerecha: Plantaciones en la ContraparadaFuente: P.S.S.
Sawar 65
mos a Julia Martínez por aquella intervención, y refle-
xiona al respecto: “El ataque al río Segura, aunque lo
vemos en los años 50 y 60 con la canalización y con
la contaminación, ha sido continuado también después
del franquismo. Ha sido en los años 80 cuando se
empezó a cortar meandros y a rellenarlos con derru-
bios, cuando se impidió que hubiera ningún tipo de
bosque ni vegetación de ribera y se cortaron los árbo-
les… Es decir, que ha proseguido esa actitud de
considerar al río Segura como un enemigo y como un
mero canal. No nos estamos dando cuenta de que
podemos mantener los servicios que presta el río
Segura e incluso mantenernos seguros frente a ave-
nidas, pero con un río diferente, como hay en otras
ciudades”. ¿Qué sucede en otra ciudades? Julia
responde: “A mí me da muchísima envidia cuando
salgo de Murcia y veo otras ciudades, algunas incluso
más grandes o con más presión industrial, y veo cómo
tienen el tramo urbano de sus ríos absolutamente
natural y envidiable, con árboles y sin encauzar, y
donde los ciudadanos pueden acceder al propio
margen del río y pueden incluso bañarse. Los ciuda-
danos pueden estar allí viendo sauces, álamos… Un
verdadero bosque de ribera donde pueden pasear y
contemplar una cantidad grande de especies o
simplemente sentarse entre los árboles. Eso está
ocurriendo no en nuestras antípodas, sino en ciudades
españolas como Córdoba o Zaragoza, o en ciudades
muy cercanas de otros países como Toulouse. Si lo
tienen esas ciudades, lo podemos tener también
nosotros”.
¿Existen, pues opciones distintas al encauzamiento
actual del río en la ciudad de Murcia? Julia Martínez.
del Observatorio de Sostenibilidad de la Región,
responde sin titubeos: “Por supuesto que hay opcio-
nes. Tendríamos que volver a integrar el río como un
paisaje nuestro. El encauzamiento del río fue un
enorme paso atrás, y considero que fue no solamente
innecesario sino también dañino para el río, y creo que
podríamos haber gestionado el asunto del riesgo de
avenidas de otra manera. Pero ya que está encau-
zado, a pesar de eso, existen maneras de renaturalizar
el río. Eso se puede hacer y no necesitaríamos un
desembolso de dinero extraordinario”.
Ya ha habido algunas iniciativas que, si bien no hay
perseguido expresamente la renaturalización del
Segura en su cauce urbano, si que han procurado el
acercamiento ciudadano a su río. Por ejemplo, las
actividades de piragüismo de Alana Aventura en la
ciudad de Murcia, el posible renacer del Club Remo y
el proyecto que José Carlos Cano bautizó con el nom-
bre de “El río que nos une”, va en esa dirección: Atraer
la atención de la gente y que Murcia se acerque de
nuevo al Segura; que no lo miremos por encima del
José Carlos Cano: “Tener un río vivo genera puestos de trabajo y ya los estágenerando; se ve que hay movimiento. Hemos estado treinta años de espaldas anuestro río y ahora vamos a tener que darle la vuelta a los bancos para poder mirarlo”
recreación de embarcadero para piraguas en el río Segura
Fuente: José Carlos Cano
Sawar58
hombro sino a los ojos. Y además, se plantea como
uno de los objetivos el impulso económico que el
aprovechamiento del río ofrecería para el turismo y el
comercio. José Carlos nos lo explica: “Hemos hecho
este proyecto con el visto bueno de todos, y hemos
proyectado embarcaderos para piraguas, puntos de
nidificación para aves… Esto va a ser una fuente de
empleo indirecto importante. El empleo directo será
menor, pero el indirecto será importante”. José Carlos
Cano cree que “tener un río vivo genera puestos de
trabajo, y de hecho ya los está generando”. Y en su
opinión, la tendencia es esa, la visión que la ciudad
tenía de su río ha cambiado y los ciudadanos lo
demandan: “Se ve que hay movimiento en la ciudad
de Murcia, que la gente sale a andar, sale a correr, a
montar en patines, en bici… Todos los días hay movi-
miento. Hemos estado treinta años de espaldas a
nuestro río, y ahora vamos a tener que darle la vuelta
a los bancos de madera que hay junto al río, porque
están de espaldas al río. Hay que proteger al río, y
más vale tarde que nunca. Por suerte ha cambiado el
pensamiento, se han hecho cosas con mucho cariño
y eso hay que protegerlo. Es que es una vergüenza,
porque nos debemos al río, y no sólo no hemos sabido
darle valor sino que encima nos hemos alejado de él.
Donde hay un río hay vida, y nosotros hemos destro-
zado el río. Por eso mi proyecto se llama “El río que
nos une”, porque es el renacimiento del Club Remo y
el renacimiento del río Segura”. Con el planteamiento
general y con el aprovechamiento ciudadano del río
también coincide Jorge Sánchez. El miembro de
ANSE afirma que “se aprecia la necesidad de ese
cambio en la percepción del río Segura, el dejar de
verlo como un simple canal que desarrolla funciones
de ingeniería, sino también entenderlo como un espa-
cio para el mantenimiento de la biodiversidad y para
el disfrute de los ciudadanos, y para el desarrollo de
actividades saludables”. Jorge concluye con una
reflexión: “Creemos que en ese camino es donde se
encuentra el futuro del río Segura. Se ha dicho tradi-
cionalmente que la ciudad vivía de espaldas al río, y
actividades como esas pueden hacer que la gente se
implique en la conservación y el mantenimiento del río
Segura”.
En este punto, todas las personas con las que ha
hablado Sawar, aproximan sus posiciones. José
Salvador Fuentes Zorita hace memoria: “Con fondos
europeos pudimos plantar palmeras y acondicionar
varios puestos de pesca, y se han hecho concursos
nacionales de pesca en vivo… Y eso significa dos
cosas: que hay infraestructuras y que hay vida”. El ex
presidente de la CHS prosigue: “En colaboración con
el ayuntamiento y financiado por el Plan E, acondicio-
un ciclista pasa bajo el Puente Viejo de Murcia
Fuente: P.S.S.
Adela Martínez-Cachá: “La infraestructura que más ha ayudado a que la gentevuelva a mirar a su río, a que Murcia viva de nuevo de cara al río, ha sido elcarril-bici; es una obra de la que el ayuntamiento está orgullosísimo ”
Sawar 59
namos aquello para que la gente paseara e hicimos
los carriles-bici, y también recuperamos los restos de
los antiguos molinos que había a la altura del Plano
de San Francisco, a ambos lados de la pasarela de
Manterola”. Por su parte, Adela Martínez-Cachá se
muestra satisfecha de la labor del ayuntamiento en
esta materia: “Yo creo que la infraestructura que más
ha ayudado a que la gente vuelva a mirar a su río, a
que Murcia viva de nuevo de cara al río, ha sido el
carril-bici. Es una obra de la que el ayuntamiento se
siente orgullosísimo. Cualquier día, a cualquier hora
que vayas al carril-bici, ves gente en bicicleta, pase-
ando, corriendo… Y eso ha ayudado muchísimo. Tanto
el primer tramo que llega hasta la Contraparada, como
el segundo que llega hasta el límite del municipio por
el otro lado, el carril-bici nos ha reconciliado con el río”.
Además, nos adelanta los planes inminentes del ayun-
tamiento en cuanto a intervenir en el cauce puramente
urbano: “Hemos solicitado permiso a la CHS para
hacer un carril-bici junto al cauce urbano desde la
pasarela de Manterola hasta la FICA, y parece que no
habrá problema. Este carril-bici se hará con un mate-
rial diferente y con una estructura distinta para sopor-
tar posibles crecidas”.
Una de las lecciones de esta historia: Hacer una
infraestructura tan sencilla y barata como un carril-bici
sirve para recuperar un patrimonio natural y cultural de
incalculable valor que Murcia ya tenía, y genera la
satisfacción y el disfrute de los ciudadanos. Sin recurrir
a la construcción de grandes parques temáticos, sin
tener que buscar nuevos recursos, sin grandes inver-
siones, sin la organización de grandes eventos ni la
obtención de prestigiosos títulos como el de Patrimo-
nio de la Humanidad. Montar en bici, o meter un dedo
en el agua del río Segura, o ver los cisnes nadando...
Y si al nivel del cauce, el río ha estado olvidado, al
nivel de la calle puede decirse que sigue estándolo.
Un paseo por el espacio urbano más próximo al río
sirve para constatar la degradación y suciedad de los
elementos en algunos puntos. Se hace más evidente
en el contraste con los relucientes puentes blancos,
pero también se ve degradación y falta de cuidado del
patrimonio monumental en el propio Puente Viejo,
lleno de cables y cajas de registro. Sawar hace foto-
grafías a barandillas rotas y atadas con cuerdas,
escaleras semiruinosas, bancos de piedra descolga-
dos, pintadas, suciedad... Fuentes Zorita reflexiona
sobre ello: “La cuestión es que esas cosas necesitan
dedicación. Contemplar el río Segura como un ele-
mento más de la ciudad, como se pueda contemplar
Varias estampas dedegradación en elentorno del río Segura
Fuente: P.S.S.
Sawar60
el jardín de Floridablanca. Es decir, es una cosa más
sobre la que hay que actuar y a la que tengo que
cuidar. Cuando éramos ricos y todo era estupendo y
maravilloso, se anunciaron unos planes estratosféricos
y hasta se trajo al prestigioso Toyo Ito para hacer un
parque… Cuando toque, será maravilloso, pero
mientras, ¿por qué no tenemos la casa decente? ¿Por
qué no tenemos limpia y acogedora la casa en la que
vivimos? Es esa es la pregunta que yo me hago como
ciudadano”.
Preguntada por este tema, la concejala de Medio
Ambiente, Martínez-Cachá, reconoce que hay que
actuar: “Todo lo que hagamos en las márgenes,
aunque lo hagamos nosotros desde el ayuntamiento,
debemos hacerlo con el permiso y de la mano de la
CHS. Ahora estamos en la recuperación de la vegeta-
ción, pero evidentemente, ahora hay que seguir traba-
jando. El río está ahí, está integrado, somos todos
conscientes de que es un espacio y un pulmón verde
de la ciudad, y hay que seguir trabajando de cara a él
y seguir mejorando”. Sawar insiste en la destrucción
del mobiliario urbano junto al río, en la suciedad... Y
Adela Martínez-Cachá responde: “Bueno, pues habrá
que seguir mejorando en ese sentido también, claro.
Hay que seguir trabajando para que mejore”.
Este extenso repaso al río Segura, aguas arriba y
aguas abajo, va concluyendo con algunas reflexiones
finales al respecto del futuro y de la importancia que
tiene que los ciudadanos se impliquen en la defensa
de su patrimonio cultural y natural. En el plan de José
Carlos Cano para retomar el Club Remo y las pira-
guas, el gerente de Alana Aventura se muestra espe-
ranzado con el futuro: “El Club Remo va a volver, no
hay otra, no podemos decir que no. Los hechos van a
hablar y todo llegará. La gente no se lo cree, algunos
dicen que ojalá… Pero está gestándose y tendrá su
sede y todo, muy cerca de donde estuvo. Como muy
tarde, en la primavera de 2015 se hará una fiesta para
celebrar eso. Lo más difícil ya se ha conseguido, y es
que baje agua, y que haya vida, fauna y flora, y lo
demás vendrá. La gente tiene que empujar y querer
disfrutar del río. Por ejemplo, sólo con pararse a
observar, ya se está disfrutando del río: la gente pasa
por los puentes un día y otro día, y piensan, ‘pues será
verdad’. Hacen falta más personas dispuestas a creer,
a creer de verdad, porque así las cosas vendrán. Hace
diez años yo estaba sólo y nadie daba un duro por
esto. Esto era una idea Quijotesca, el que el río rena-
ciera y poder remar. El espíritu del Club Remo sigue
vivo y aunque no será lo mismo, porque los tiempos
han cambiado, el club volverá”. La concejala Martínez-
Cachá tampoco oculta su ilusión: “El río tiene que ser
un espacio verde, necesariamente. A mí me hace una
ilusión especial porque, por primera vez, vamos a
poder estar andando pegados totalmente al río. Y
también me hizo mucha ilusión pasar por debajo del
Puente Viejo con una piragua”.
José Salvador Fuentes Zorita se muestra crítico al res-
pecto de la ciudadanía y su defensa del río. Lo explica:
“Si existiera una demanda social real, las administra-
ciones no tendrían más remedio que cuidar eso. En
Sawar 61
cambio aquí, hemos ido por delante las administracio-
nes. No me coloco ninguna medalla pero la sensibili-
dad el organismo de cuenca ha ido por delante en
aquellos años, y ahora es cuando veo que empieza a
haber más sensibilidad…”. José Salvador recuerda un
momento concreto de su relación con el río: “Puede
que no haya habido ningún murciano más feliz que yo,
cuando en la última avenida que hubo, fui con mi mujer
y nos sentamos a ver cómo pasaba el agua por
encima de la Contraparada y cómo habíamos recupe-
rado todo aquello, y cómo se veían los árboles relu-
cientes y cómo se había recuperado la vegetación…
Y claro, aquello estaba lleno de gente, de padres con
sus hijos que habían ido a ver aquello porque no se lo
creían”. En el caso de la ciudad, explica que “en
Murcia, con las sucesivas talas de árboles, la verdad
es que si el río se adecentara sería el espacio natural
más céntrico y la gente se pasearía por el río Segura”.
Para él, “es perfectamente posible recuperar la mar-
gen izquierda a lo largo de toda la ciudad”.
En opinión de Julia Martínez, “sí que hay una necesi-
dad y una demanda ciudadana de tener un río no
solamente limpio, sino sobre todo vivo, lo que pasa es
que esa demanda muchas veces no cristaliza de una
forma clara y explícita”. Y argumenta su postura: “De
hecho, cuando ha habido la más mínima iniciativa de
acercar el río a los ciudadanos, los ciudadanos se han
acercado. Esas iniciativas, que me parecen aisladas y
hechas de cara a la galería, sin embargo demuestran
que sí que hay ganas, necesidad y demanda por parte
de los ciudadanos de poder disfrutar de su río. Lo
hemos visto por ejemplo, cuando se han hecho días
de pesca…”. ¿Qué más se puede hacer? Julia expone
unas claves: “En el momento en que tuviéramos
bosquetes y un sendero peatonal, y que fuéramos
recuperando el río en el municipio, y que se recupera-
ran los sotos y los meandros, y que aunque el río siga
encauzado, tratáramos de naturalizarlo… Todo eso
implicaría un cambio que volvería a llevar a los ciuda-
danos al río, y en ese momento se reforzaría el apoyo
ciudadano para seguir recuperando y mejorando el río
no sólo en este tramo, sino también aguas arriba y
aguas abajo. Por ejemplo, no valdría plantar cualquier
tipo de árbol, sino que hay que recuperar el ecosis-
tema que se ha perdido, el bosque de ribera que tenía
el río Segura con las especies que están adaptadas a
este río. Es decir, que no vale considerar al río como
un jardín urbano, sino que hay que naturalizarlo con
las especies autóctonas que le corresponden. Todo
eso se puede hacer en el tramo urbano de Murcia
compatibilizándolo con su carácter de río encauzado”.
Por su parte, José Salvador Fuentes Zorita concluye
con una exhortación para los murcianos: “Tiene que
haber una demanda social que defienda su río, porque
el río es de todos. Tiene que defenderlo la gente,
porque si la gente no lo defiende, intereses espurios
va a haber siempre. La tentación de tirar porquería al
río como si fuera una papelera, o intención de sacar
del río más agua de la permitida para regar una hec-
tárea más, eso va a existir siempre, pero si la sociedad
es fuerte y defiende su río, la Administración no tendrá
más remedio que cumplir con los deseos de la socie-
dad. La Administración se tiene que sentir respaldada
con la sociedad, y no puede ser que vaya y multe a
los que contaminan, y que la consecuencia sea que la
población vote a los que contaminan y expulse a los
que se han atrevido a ponerle el cascabel al gato. Y
eso que digo no va en contra de los grupos que tienen
mayor conciencia social, ni mucho menos, solo digo
que hay que ser consciente de que en el siglo XXI la
sociedad es compleja y aquí no hay botones mágicos”.
Fuentes Zorita: “Puede que no haya habido un murciano más feliz que yo, cuandoen la última avenida que hubo, fui con mi mujer y nos sentamos a ver cómo pasabael agua por encima de la Contraparada y cómo relucían los árboles”
Julia Martínez: “Hay una necesidad ciudadana de tener un río limpio y vivo, lo quepasa es que muchas veces esa demanda no cristaliza de una forma explícita; perola gente, a la mínima iniciativa de acercar el río a los ciudadanos, se ha acercado”
Sawar62
No es que este medio quiera alentar la proliferación de pintadas; todo lo contrario.Y menos en un monumento como el que plasma esta imagen (la pintada agrede alas piedras del Puente Viejo). Sin embargo, esa misma pintada la hubiera podidohacer la ciudad de Murcia para referirse al río Segura. Sin el río, Murcia no tienesentido. En cualquier caso, tanto para la ciudad como para el escribiente real dedicho mensaje, recomendamos el papel, o incluso twitter, como medios másapropiados donde difundir sus reivindicaciones de amor.
entrevista
JoSé CArLoS GonzálezComisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Segura
La primera pregunta es la misma que Sawar haformulado al resto de personas que participan eneste número. A grandes rasgos, en su opinión, ¿Aqué se debe la rápida mejora de la calidad del aguadel Segura en general, y en concreto en la ciudadde Murcia?Pueden ser varias las causas, pero si hay que desta-
car alguna, es el Plan de Saneamiento de la Región
de Murcia que permitió que los residuos urbanos, que
en porcentaje suponen la mayoría de los vertidos en
la cuenca del Segura, se eliminaran con la construc-
ción de depuradoras modernas, adaptadas a los
requerimientos de la Unión Europea. Además, al ser
un río con escaso caudal, cualquier vertido es bastante
impactante sobre su calidad. Una vez que se ha
podido disponer de este nuevo parque de depurado-
ras, uno de los principales problemas ha quedado
eliminado. A eso hay que sumarle que gran parte de
las aguas que se vierten ahora, también pueden ser
reutilizadas, y es una presión que le quitas al río. Pero
en general, se puede hablar de la conjunción de varios
factores para esa mejora.
En cuanto al compromiso de regeneración del ríoa su paso por la ciudad de Murcia que adquirió laCHS, con Fuentes Zorita como presidente juntocon otras instituciones, y que pretendía la recircu-lación de caudales…Ese proyecto, si no recuerdo mal, estaba ya en el
anexo de obras del Plan Hidrológico Nacional en el
año 2001. Es decir, que ya desde entonces se contem-
pló dentro de un listado inmenso de obras a realizar
en toda España. En aquel momento se incluyó como
compromiso de la administración del Estado con la
regeneración del río a su paso por Murcia, y
actualmente, en cuanto a la recirculación de caudales,
ese proyecto ya ha sido finalizado.
Parece que el objetivo de recuperar el río desde elpunto de vista medioambiental y ciudadano vienede muy atrás, incluso de los años ochenta, perosiempre se ponía al final en el listado de priorida-des y no se alcanzaba nunca en la práctica. ¿Esta-mos más cerca de verlo hoy?Estamos cerca, estamos cerca… Ya se ha llegado a
una situación de mejora del río, y aunque todavíaSawar64
“Somos herederos de una historia muy larga;aquí existen aprovechamientos inmemoriales con
unos derechos adquiridos, y con un sectoreconómico que depende del recurso”
En el Palacio Fontes de Murcia, edificio del siglo XVIII rehabilitado hace no muchos años, y hoy sede de
la CHS, se respira aire institucional: grandes murales de Carpe y de José Lucas, esculturas alegóricas
de Antonio Campillo y de Francisco toledo, arcos de piedra y una escalera de noble porte, confieren al
espacio la dignidad de un organismo antiguo y respetado. Y el árbol de Navidad que hay en el vestíbulo
nos sitúa en el momento presente. Nada más salir de una reunión, José Carlos González, Comisario de
Aguas, recibe amablemente a Sawar en su despacho acompañado por el jefe de prensa de la institución,
para hablar del río Segura hoy, y sobre todo, mañana.
quedan cosas por mejorar, eso ya sería poner la
guinda al pastel. Lo fundamental, el trabajo de más
largo recorrido, ya está hecho. Faltan acciones
puntuales.
Volviendo con el plan de regeneración del río en laciudad, en efecto, la recirculación de caudales yaestá hecha, pero el dragado de los lodos está aúnpendiente de ejecución: ¿Se sabe cuándo se podráacometer dicha obra?Esa es una cuestión de la Dirección Técnica de la
CHS, pero yo creo que a lo largo de 2014 se llevará a
cabo. Es una obra compleja y delicada que hay que
planificar muy bien.
Y en cuanto a los sondeos que también se hicieronen Murcia, y que extraían agua de acuíferos subte-rráneos para aportarla al río, ¿es una medida com-plementaria a la recirculación?Son cosas distintas. La recirculación en sí no genera
nuevos recursos. Es lo mismo que ya tenías, que da
la vuelta. Aguas abajo no se nota efecto, sólo se no-
tará a la hora de ponerlo en marcha porque habrá un
bajón de agua en el río hasta que vuelva a caer, y
luego eso se estabiliza y ya está, no hay ni más ni
menos agua. En ese sentido, no sirve para atender
demandas de agua, sirve para que haya un caudal
mínino a su paso por Murcia por motivos ambientales,
sanitarios o hasta estéticos, si queremos. La finalidad
de la batería de sondeos que se hizo en la última
sequía es distinta. Al sacar agua no del río, sino del
acuífero, lo que se hace es aportar recursos al río
Segura. y está orientado a atender las necesidades
de los usuarios en época de sequía, con lo cual sí que
generas nuevos recursos en el río, aunque a costa del
acuífero. Por lo tanto, son cosas distintas.
Más allá de soluciones como los sondeos o larecirculación de caudales en el caso de la ciudad,para que el río se regenere y para que sea un ríovivo, y para que se pueda provechar también porparte de los ciudadanos, tiene que llevar agua. Conel agua de la que dispone la cuenca en la actuali-dad, ¿Existe margen real en su gestión y aprove-chamiento para que baje más caudal por el río?En mi opinión, a día de hoy no hay margen para
aumentar el caudal. Aumentar el caudal del río impli-
caría aumentar el volumen desembalsado, y ahora
mismo se desembalsa lo justo para atender las nece-
sidades de los usuarios existentes. Desembalsar más,
implicaría perjuicio para los usuarios y mayores
problemas para el suministro, esencialmente al rega-
dío, que es el que hace uso aguas abajo de la Contra-
parada. Por eso yo veo muy complicado compatibilizar
eso con el aprovechamiento que se hace actualmente
del río Segura.
65Sawar
“La causa destacada de lamejora en la calidad del aguadel río Segura es el Plan de
Saneamiento de la Región deMurcia, que permitió que los
vertidos urbanos se eliminarancon la construcción de
depuradoras modernas”
Estamos hablando de un río que ha dado muchode sí en su historia, pero al que se le siguepidiendo mucho aún hoy, cada vez más.Es cierto que somos herederos de una historia muy
larga. Aquí existen aprovechamientos inmemoriales
con unos derechos adquiridos, y con un sector econó-
mico que depende del recurso. Y claro, hay que
compatibilizar esos usos con otros, también legítimos
y necesarios, como es el que haya un buen estado
ecológico del río Segura. Hacia eso van orientadas las
medidas que se pretende implementar con la planifi-
cación hidrológica: su objetivo es seguir mejorándolo,
y si es posible, mejorar el estado ecológico del río
Segura y aumentar los caudales circulantes, pero
claro, eso requiere de aquí en adelante adoptar una
serie de medidas que no son de un día para otro, sino
que son de largo recorrido.
La Directiva europea Marco del Agua, de aplica-ción en todo el territorio de la unión Europea, pideasegurar unos caudales míni-mos. ¿Se puede cumplir en elcaso del río Segura?La Directiva habla de masas de
agua, que en el caso de las
aguas superficiales, serían
tramos de río homogéneos, y
además distingue masas de agua
naturales de masas de agua muy
modificadas. El río Segura, en su
tramo medio y bajo, es una masa
de agua muy modificada, porque en cualquier ciudad
del mundo, y no sólo en Murcia, el río que la atraviesa
ha perdido sus características naturales y está encau-
zado, encajonado y sometido a un estrechamiento por
la propia morfología de la ciudad. La Directiva dice
que, en estas masas de agua, hay que conseguir
alcanzar lo que llama el ‘buen potencial ecológico’. Es
decir, que aquí no pide que haya un buen estado
ecológico porque eso sólo se puede alcanzar en río
naturales, pero sí un buen potencial.
¿Cuál es, entonces, la diferencia entre ambosrequerimientos?Asumiendo que son ríos que están modificados, que
están encauzados y que hay población en sus riberas,
alcanzar un buen potencial ecológico significa que
tengan el mejor estado posible teniendo en cuenta
esas restricciones. Eso puede necesitar, y de hecho
necesita, que haya un caudal mínimo circulante para
permitir ese buen estado, un buen estado químico y
de cierta vida piscícola, de ribera
y demás. Ese es un objetivo que
nos marca la Directiva, y por lo
tanto, al que estamos obligados,
pero para eso está la planifica-
ción hidrológica: para definir un
objetivo y para concretarlo,
porque es una directiva genérica
para toda Europa y hay que
entrar en el caso concreto. Hay
que definir el programa de medi-
Sawar66
“A día de hoy, no haymargen para aumentar el
caudal circulante porque esoimplicaría aumentar el
volumen desembalsado, yahora se desembalsa lo justopara atender las necesidades
de los usuarios existentes,básicamente del regadío”
Puente de la autovía sobre el Segura,entre Jabalí Nuevo y Jabalí Viejo
Fuente: P.S.S
das que vas a poner en marcha
para alcanzar ese objetivo.
¿De qué plazo hablamos parael cumplimiento de la Directivaen el río Segura? En teoría ter-mina en 2015, ¿Verdad?Pues probablemente el del río
Segura sea uno de los casos en
los que se prorrogue. Es verdad
que la Directiva determina por defecto que los Esta-
dos miembros deben alcanzar el buen estado o buen
potencial ecológico de sus masas de agua en 2015.
No obstante, la propia Directiva establece que pueda
haber prórrogas hasta 2021 o 2027, si el coste social
y económico de las medidas es muy elevado. Y
aunque nosotros no nos hemos planteado esa opción,
incluso se podrían plantear objetivos menos rigurosos
que los de la Directiva, justificando adecuadamente
que alcanzarlos es inviable técnica o económica-
mente.
Es decir, que con la Directiva Marco, es un hechoy una tendencia difícilmente evitable el que, in-cluso en una cuenca tan explotada históricamentecomo la del Segura y tan orientada hacia la agri-cultura, al final haya que procurar más caudal enel río para llegar a ese buen estado o buen poten-cial ecológico de sus masas de agua, y que surjano se potencien los nuevos usos recreativos.Sí, sí… En los últimos años hemos tenido un boom de
usos recreativos del río Segura. En la zona entre Cieza
y Abarán es frecuente y abundante, y empezamos a
tener problemas hasta de satu-
ración entre los propios usua-
rios, entre las empresas de
turismo activo ya hay sus más
y sus menos, porque no deja
de ser un cauce estrecho y li-
mitado, y son muchos los que
quieren hacer uso de él.
Desde el punto de vistamedioambiental, en los últimos tiempos los mur-cianos nos hemos visto sorprendidos con noticiassobre la recuperación de fauna derivada de esasacciones de mejora en la calidad del agua: nutrias,anguilas… Sin embargo, queda pendiente, porejemplo, recuperar la vegetación de ribera per-dida, algo que se va haciendo poco a poco en eltramo Contraparada-Murcia. En el tramo urbano ya pesar de su encauzamiento, ¿Se podrían tambiénrenaturalizar las márgenes del río?Es una pregunta delicada y difícil de contestar. No hay
que olvidar que el trazado actual del río Segura es
consecuencia de un Plan de Defensa contra Avenidas.
Tenemos una sección de diseño pensada para
desaguar los máximos caudales posibles en caso de
que vengan avenidas, y claro, la cuenca del Segura
es compleja de seccionar por la sequía y por los even-
tos extremos de riada. Desde que se hizo ese encau-
zamiento de río, se quedaron descolgados los sotos y
meandros de las márgenes, y aun siendo deseable
desde el punto de vista estrictamente ecológico reve-
getar esos márgenes, tiene como contrapartida que
eso pueda suponer una merma de la capacidad de esa
67Sawar
“Lograr, en la medida de loposible, mejorar el estado
ecológico del río y aumentarlos caudales circulantes,
requiere adoptar una seriede medidas que no son dehoy para mañana, que son
de largo recorrido”
vía de drenaje. Eso implicaría que sería capaz de eva-
cuar menos caudales, y por lo tanto, desbordaría antes
y con mayor intensidad en caso de avenida. Conjugar
esas dos facetas es muy delicado…
¿Y cómo se puede hacer?Ahora estamos inmersos en la elaboración del Plan de
Cuenca para lograr el objetivo del buen potencial
ecológico, pero también lo estamos en los trabajos
para hacer el Plan de Riesgo de Inundación, y habrá
que poner en una balanza las dos facetas: Proteger la
vida y las haciendas de los ribereños, y lograr el buen
potencial ecológico. En ese difícil equilibrio es donde
tenemos que movernos, y por eso mi respuesta a la
pregunta anterior sería que sí, pero con precaución y
eligiendo con mucho cuidado dónde. Habrá algunos
sitios en los que no se podrá.
En cuanto al aprovecha-miento ciudadano de su río,el ayuntamiento está elabo-rando el proyecto del carril-bici en la margen izquierdadel cauce urbano, que ade-más se quiere hacer con ma-teriales que puedan soportarel agua. Supondría mejorarun espacio que, de hecho, yaestá siendo utilizado.Sí, ya he visto personas que lo usan, y es un uso
lúdico del río. Yo creo que es deseable que la gente
se acerque al río y que lo aproveche de forma normal
y natural.
Y desde el punto de vista de la seguridad, tampocohabría peligro de que una riada sorprendiera a losciudadanos. ¿Con qué recursos cuenta la CHSpara prever esos fenómenos?La tecnología nos permite conocer con relativa ante-
lación los episodios de crecidas. El SAHI, el Sistema
de Automatización Hidrológica, nos da en tiempo real
las mediciones de caudales y de precipitaciones en
muchos puntos del río, aparte de los avisos que tam-
bién lanza con antelación la Agencia estatal de Mete-
orología. Todo ello permite conocer con suficiente
antelación una enevtual crecida del río Segura.
¿Qué opinión le merece el recurso de la ingenieríaverde en estos planes de regeneración y mejoradel río, en contraposición a la ingeniería gris delcemento? ¿Se ha hecho uso de acciones de inge-niería verde en la cuenca del Segura?
En la CHS tenemos experiencias de ingeniería verde,
de actuaciones que no van ligadas a obras civiles al
uso. Por ejemplo, tenemos redactados varios proyec-
tos para recuperar la vegetación de ribera en muchos
tramos del río Segura; no en la ciudad de Murcia, pero
sí aguas arriba de la Contraparada. La idea es ir
eliminando vegetación invasora, como la caña, porque
hay aspectos que requieren la implicación activa del
hombre para poder recuperarlos. Tenemos esos
proyectos de ingeniería verde preparados y estamos
esperando a que se abra un nuevo periodo de finan-
ciación FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo
Regional) para acometerlos. También estamos embar-
cados en un proyecto Life para poner escalas de
peces en azudes del río, que también considero que
sería ingeniería verde… Y en cuanto a la ingeniería
gris, a las obras civiles puras, yo no creo que sean
incompatibles. Hay que pen-
sarlas bien y, como siempre,
ponderar los pros y los con-
tras. No siempre es negativa,
al contrario: se genera energía
hidráulica, se mejoran los
aprovechamientos en cuestión
de regadíos… Yo creo que
todo hay que verlo en un
contexto más amplio.
otro ámbito en el que se puede desarrollar la inge-niería verde serían los meandros que ya han sidoestrangulados y que son dominio público hidráu-lico, en los que se puede recuperar la vegetaciónde ribera.Sí, esos terrenos eran dominio público hidráulico y lo
siguen siendo mientras no se desafecten formalmente.
Por eso son susceptibles perfectamente de plantar
vegetación, y en algunos casos se ha hecho, y
convertirlos en reservorios, si queremos llamarlos así,
de vegetación de ribera.
¿Se podrían desafectar esos meandros?Sí, porque han perdido su funcionalidad hidráulica, y
entonces pasarían a ser patrimonio del Estado. Son
matices jurídicos: el dominio público lo es por su natu-
raleza, y cuando pierden esa naturaleza, hay un
procedimiento de desafectación tras el cual pasa a ser
patrimonio no de la Confederación, sino del Estado.
Una vez que llega a esa fase ya ni siquiera dependería
de la CHS sino del Ministerio de Hacienda, que podría
hacer con esos terrenos lo que quisiera. De momento,
siguen siendo dominio público hidráulico y por tanto
están bajo nuestra supervisión.Sawar68
“Estamos elaborando el Plan deCuenca para lograr el buen
potencial ecológico, y también elPlan de Riesgo de Inundación, y
habrá que ponen en unabalanza las dos facetas: proteger
la vida y haciendas, y lograr elbuen potencial ecológico”
Para acabar, ¿Cómo se gestiona una institucióncomo la CHS, con tantas administraciones y colec-tivos implicados en un tema delicado como elagua?Las Confederaciones Hidrográficas han sido siempre,
por su naturaleza, de origen asambleario y de partici-
pación de los usuarios, y más de los usuarios que de
las administraciones públicas, si se me apura, porque
nacieron por y para atender las necesidades de los
ususarios del agua. Más adelante, sobre todo con la
ley del agua de 1985, se dio cabida a todas las admi-
nistraciones territoriales afectadas, porque claro,
somos organismos singulares que al abarcar más de
una comunidad autónoma, todos tienen voz y voto en
la Junta de Gobierno y en el consejo del Agua de la
demarcación. Son varios los órganos colegiados en
los que tienen parte. Y básicamente, yo creo que con
diálogo. Se trata de solucionar los problemas de todos
los usos implicados en el agua. En una cuenca como
la del Segura es especialmente difícil, porque hay
usuarios de aguas arriba que puede que no se lleven
bien con los de aguas abajo, o de subterráneos con
superficiales, o los usuarios de usos recreativos con
los de regadío, o los hidroeléctricos con ninguno...
(Risas). Es complicado, pero en el fondo todo el
mundo es consciente de que conviene llegar a acuer-
dos, porque si no los hay, va en perjuicio de todos. Eso
ayuda a que se pueda alcanzar el consenso.
Eso del consenso nos suena a algo cada vez máslejano, y dentro del debate y de la lógica discre-pancia, debería ser lo normal.
Claro, pero es que eso en la Confederación está a la
orden del día. Yo ahora mismo salgo de una reunión
de la Comisión de Desembalses, y ahí se reúnen los
usuarios de las aguas del río con la administración,
con la CHS, para debatir cuál va a ser el régimen de
llenado y vaciado de los embalses; es decir, que no es
una cosa que nosotros decidamos arbitráriamente.
Nos reuimos con ellos, que son los que van a regar
con el agua de ese embalse, para decidir cómo y en
qué condiciones se van a hacer las cosas. Y es que ni
nos planteamos porque eso va en la genética de las
cobfederaciones y es así desde siempre.
Podrían funcionar así otras instituciones...Pues sí, y quizá en otros ámbitos sería deseable que
se extendieran estos criterios... Hombre, también es
que, los que sos técnicos, intentamos siempre dar el
análisis y la valoración puramente técnica y objetiva
de la situación, de los datos y de los hechos, para que
los políticos, que también entran en juego, dejen la
lucha partidista a un lado y se centren en la resolución
de los problemas. Por supuesto, siempre hay debate
y siempre hay disensiones, pero eso entra dentro de
los normal.
tampoco estaría mal que los políticos les hicieranmás caso a los técnicos (risas).No, yo creo que sí hacen caso, sí hacen caso...
Eso es todo, muchas gracias por su tiempo.De nada, encantado.
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SAWAr MurCIAquiere dar las gracias por la ayuda en
la elaboración de este número a:José Carlos Cano, Julio Muñoz, Joaquina Balsalobre, JoséSalvador Fuentes Zorita, Julia Martínez, Jorge Sánchez, JoséCarlos González, Adela Martínez-Cachá, María Manzanera, MªÁngeles Muñoz, Pedro Jesús Fernández, José Antonio Moreno,Enrique de Andrés, Begoña García Retegui, Francisco Turrión,Antonio Vicente Frey, Fernando Miguel García, Marcos RosSempere, José Luis Andrés, y a todas aquellas personas quehan respondido, orientado y colaborado en la elaboración deeste reportaje; gracias también a los autores de los textosusados como fuente documental y citados en el mismo.
Gracias a Tete López y a Oxfam Intermón por volver a incluir unanuncio de su admirable labor en esta revista. Sawar Murciaofrece todo su apoyo a la campaña ‘Alimentos con poder’.Gracias también a Ángeles y a ANSE, que durante este año2013 ha celebrado su 40 aniversario. Mucha suerte también aDARMUR, Defensa Animal, que comienza su actividad.
Gracias a todos los que han colaborado con Sawar Murciadurante este año, tanto en su elaboración como en su difusión.
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