Los pensamientos modelan tu realidad

Concha de la Torre - Psicóloga - www.diestres.com - Telf. 915 351 320

Los pensamientos modelan tu realidad


En los últimos años, la demanda de asistencia terapéutica individual se ha visto incrementada día a día. Las razones de los trastornos, en muchos casos, son debidas a la falta de información acerca de las propias capacidades de la persona que sufre.


Poniendo al alcance de cada afectado los sistemas de desarrollo del potencial humano y diseñando una metodología apropiada, podríamos reducir muchos problemas emocionales y mostrar al individuo técnicas de autosuperación.


Relación entre pensamiento y procesos bioquímicos


La transmisión nerviosa se produce bioquímicamente a través del axón de la neurona por el impulso eléctrico y la sinapsis. Según el contenido del mensaje del sistema nervioso, se modifica la producción bioquímica en la sinapsis, secretando neurotransmisores diferentes que dependen del estado emocional del sujeto.


Por ejemplo, cuando una persona siente un peligro o tiene que prepararse para una acción determinada, genera neurotransmisores que aumentan su ritmo cardíaco, agitan su respiración, etc., funciones que le permitan al individuo responder a los estímulos.


Sin embargo, si los momentos estresantes son muy elevados, se provoca en el sujeto un estado de ansiedad que actúa sobre los procesos inmunológicos, razón por la que las personas muy nerviosas son propensas a contraer enfermedades.


Por el contrario, si esta misma persona piensa en un recuerdo agradable o en un proyecto placentero, produce sustancias tranquilizadoras, generadoras de bienestar, como las endorfinas, llamadas también “la droga de la felicidad”. De hecho, recordar aquellos momentos de felicidad y programar actividades agradables, aumentan el sistema de defensa contra las enfermedades pues corresponden biológicamente a momentos en los que el cuerpo está sintetizando dichos neurotransmisores.


Estados emocionales y su relación con el organismo


Actualmente existen enfermedades, padecidas por personas excesivamente estresadas, que presentan síntomas similares a los de la gripe -escalofríos, dolores de cabeza, agotamiento, trastornos gástricos, etc.-, que están relacionas con el temperamento nervioso del sujeto que las padece. La causa es el exceso de preocupaciones, de trabajo y, en definitiva, de estrés.


prolongado a causa de asociar un estado de euforia con ideas irreales, conllevan un comportamiento bioquímico del sistema vagosimpático descompensado y son causa de decisiones poco meditadas. Muchas personas buscan situaciones conflictivas sencillamente porque en su pensamiento se creen culpables o merecedoras de aquellas.

El aumento reciente de cuadros depresivos posteriores a momentos de gran ansiedad o cuando el sujeto anticipa situaciones catastróficas de futuro, creando en su mente miedos, etc., está causando un aumento en el consumo de fármacos y llegando en ocasiones a poner en peligro el desarrollo de la vida profesional del que lo padece. Cuadros de nerviosismo


Al realizar un análisis profundo de estos cuadros clínicos, se observa la interrelación de los sentimientos de culpa, que no siempre son conscientes, pero que afloran a la superficie durante la psicoterapia, en la consulta del especialista, con la búsqueda inconsciente de los momentos difíciles que están viviendo.


Estimulando eléctricamente ciertas zonas del cerebro pueden producirse efectos de agresividad, placer, hambre, etc. (Rodríguez Delgado), y es posible provocar estados de cólera en determinados sujetos, simplemente con insistirles en que están coléricos (Leonard Berkowitz y Charles Turner, 1974).


En medicina psicosomática, se ha introducido recientemente una nueva disciplina psicológica que asiste y prepara al enfermo que va a ser sometido a cirugía, positivando las expectativas de los resultados.

Son estos tan relevantes, que algunos equipos de cirugía incorporan un psicólogo para que asista al paciente que va a ser intervenido, entrenándole en técnicas de positivación del pensamiento, tanto en el pre como en el post operatorio.


Se ha comprobado que en todos los casos se reduce sustancialmente el proceso de recuperación, con el ahorro que esto supone de tiempo, convalecencia, necesidad de asistencia clínica, etc. Lo que hacen los psicólogos es programar el pensamiento del paciente en forma positiva acerca de su intervención y recuperación posterior.


Del mismo modo que estos comportamientos biológicos se producen de forma inconsciente o en investigación de laboratorio, cualquier ser inteligente puede crear las mismas sustancias solo a través del pensamiento. Al igual que disminuimos las defensas inmunológicas bajo un estado de estrés, también podemos aumentarlas segregando endorfinas. Las personas no están gobernadas por leyes atemporales o por sustancias químicas que se hereden, aunque estas son importantes, sino por hábitos que dependen de lo que haya sucedido en el pasado y de la frecuencia con la que haya sucedido.


Ya estamos en el siglo XXI y es importante concienciar a los seres humanos del potencial que tiene su mente, del provecho y del uso que puede hacer de él, junto con la asunción de las responsabilidades individuales que eso conlleva.


Autoentrenamiento


En la psicoterapia, la acción beneficiosa del cambio en el concepto de una realidad es debida a la interacción de dos interpretaciones de un mismo suceso. Cuando el sujeto que lo “padece” lo narra, trae al presente un acontecimiento ocurrido bajo unas circunstancias determinadas.

Al intervenir el terapeuta, introduce un cambio en la interpretación, aportando un punto de vista diferente. Con ello, el paciente modifica la carga emocional que tenía el hecho y lo transforma en una nueva realidad. Lo sucedido cambia su aspecto y genera una nueva situación bioquímica al recordarlo, mejorando con ello su estado de ánimo actual.


Esta misma función terapéutica puede efectuarla cualquier sujeto consigo mismo, provocando en el inconsciente este cambio e introduciendo un nuevo mensaje en el área de información “almacenada”. Al traerlo al presente con el recuerdo, el “yo” actual se dirige mentalmente al “yo” que vivió esa circunstancia, pero esta vez cambia la información emocional y le da un matiz de seguridad, perdón, tranquilidad, amor, etc., dependiendo de lo que necesite.


Ante el recuerdo de una carencia afectiva, es posible visualizarse a sí mismo en la infancia y aportarse frases afectivas, eliminando pensamientos de autocompasión y sustituyéndolos por afirmaciones positivas lingüísticamente estructuradas, como utilizar el presente indicativo o la segunda persona dirigiéndose a uno mismo:

● “Me siento seguro”.● “Estoy haciendo esto y puedo hacerlo bien”.● “Yo puedo viajar seguro y disfrutar”.


Si se trata de tranquilizarse porque el problema ha sido producido por tensiones, el mensaje lingüístico estará en orden a frases tales como:

● “Yo relajo mis tensiones”.● “Respiro profundamente”.● “Oxigeno mi cuerpo, mi

cerebro”.

Y evitando frases negativas como:

● “A mí nunca me salen bien las cosas”.

● “Padezco mucho en la vida”.

Puesto que con estos pensamientos se está reforzando la propia creencia de carencia afectiva o de dolor.


Por ello, memoria-bioquímica-comportamiento están en interrelación dependiendo del nivel de información del individuo; este puede modificar en cualquier momento su transcurrir personal y eliminar del inconsciente aquellos contenidos que le impiden alcanzar la felicidad, la salud, la prosperidad, etc.

El inconsciente no tiene tiempo ni lógica; lo recoge como actual y queda almacenado en la memoria como algo agradable y positivo a partir del momento del cambio.


Psicóloga Clínica. Psicoterapeuta en consulta privada desde el año 1979.

Especialista en Terapias Antiestrés, Optimización de la Situación Laboral y de Comunicación de Pareja.

1.- Especialista en Terapias Antiestrés (Directora del Programa DIESTRÉS. Desarrollo de la Inteligencia Emocional para el control y eliminación del estrés).

2.- Especialista en Optimización de la Situación Laboral.

Concha de la Torre

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