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VIETNAM: Laboratorio para el genocidio

Calculadora electrónica con impresión

CIFRA 311: Lógica de 3? generación, memoria de 4? generación. CIFRA 311: Mayor potencialidad, diseño expeditivo, costo menor. CIFRA 311: Creada en el pais, es la solución más actualizada a las vertiginosas exigencias de precisión y caudal de cálculo de las empresas modernas. Un producto FATE S.A.I.C.I. División Electrónica u c iao cmijicoao iiiuuoi i las. un pruuuuio r A i c a.M.i.u.i. un

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' VIETNAM: Laboratorio para el genocidio

C I E H C H I Revista de ciencia y tecnología

A ñ o III / N* IT / j u l i o 1 9 7 2 / B u e n o s Aires

Av. Roque Sáenz Peña 825 . 9 ' piso. Oí . 9 3 - Buenos Aire, Tel. : 45-8935

3 Editoriales: Nuestra palabra, nuestra voz. La invasión herlziann. Higos y manzanas

19 Humor nuevo 39 Novedades de ciencia

y tecnología 40 Juegos maieimíticos 58 Comentarios «le libros ftS Correo del lector 11 Problemas de Go

Melegol

5 VIETNAM: LABORATORIO PARA EL GENOCIDIO Alai» Janbert

13 Cinco años del Ins t i tu to de Cálculo de la Universidad de Buenos Aires Entrevista a Manuel Sadosky

2 0 Memorias magneto-ópticas para computadoras más veloces Ivan Chambouleyron

22 Nace una nueva ciencia: la Paleoingeniería Georgc Whitfieldy Cherric Bramwell

2 9 Una música que se hace ciencia William Skyvington

3 3 El impacto social de la biología moderna }o na t han Beckwith

3 9 Anemómetro láser para aeropuertos Una computadora saboteada por no adherirse a la huelga

45 El juego de Go ( I I )

Hilario Fernández Long

49 Inst i tuto de P romoc ión Secaría

50 La p r imera CACTAL 55 DINEA: Dirección Nacional de Adultos

61 La 57" Reunión de la Asociación Física Argent ina

62 Discriminación ideológica en la Universidad de Venezuela

De las opiniones expresadas en los artículos f i rmados son responsables exclusivos sus autores.

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Nuestra tapa y los pintores

Continuando la serie iniciada en el N" 16 con u n trabajo de Hermenegildo Sábat, CIENCIA NUEVA luce hoy en su portada un dibujo realizado especialmente por Lorenzo Amengual. En números sucesivos tendremos trabajos de Ernesto Deira, Luis Felipe Noé, Oscar Smoje y Rómulo Macció. Lorenzo Amengual nació en Córdoba, tiene 3 2 años y hace 5 que reside en Buenos Aires. Es arquitecto y trabaja como diseñador gráfico. Su lenguaje es esencialmente humorístico y comenta preferentemente el el acontecer político y social. Quizá sea una de las causas por las cuales sus trabajos, de incuestionable nivel plástico, no se ven con regularidad en medios gráficos locales de difusión masiva, aunque sí en algunos del extranjero. Uno de sus trabajos más recientes y maduros es la ilustración del libro La Edad de Oro, del poeta y político cubano José Martí, realizado para la Editorial Nueva Senda. Estos dibujos fueron expuestos recientemente en la galería Lirolay.

Es una publicación de Editorial Ciencia Nueva S.R.L., Av. R. Sáenz Peña 825, 9" P., of. 93, Buenos Aires, República Argen-tina, Tel.: 45-8935. Distribuidores: en la República Argentina Ryela S.A.I.C.I.F. y A., Paraguay 340, Capital Federal, Tel.: 32-6010 al 29; en Capital Federal, Vaccaro Hnos., S.R.L., Solfs 585, Capital Federal. Impreso en Talleres Gráficos DI-DOT S.C.A., Luca 2223, Buenos Aires. Precio del ejemplar: ley 18.188 $4 (m$n.400). Suscripciones: Argentina, ley 18.188 $ 4 0 (m$n. 4.000) por doce números; Uruguay, $2.500, exte-rior, por vía ordinaria, u$s. 15 anual. Registro de la propiedad intelectual n? 1.049.414. Hecho el depósito de ley. Derechos reservados en castellano y cualquier otro idioma para los tra-bajos originales, y en castellano para colaboraciones traducidas.

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Director

Ricardo A. Ferraro

Director Adjunto

Hebe Mitlag

Asesores Héctor Abrales Hernán Bonadeo Daniel Goldstein Roberto Lugo Ricardo Schwarcz

Secretario de redacción Horacio Speratti

Redacción Lucía Bonadeo Katia Fischer Ana Tedeschi

Diseño gráfico Isabel Carballo

Dibujo Fernando Díaz

Humor Julio Moreno

Secretaría María Susana Abrales Rodolfo D'Amario

Corresponsales

Boston: Carlos Abeledo Jerusalén: Eduardo Fischbein Londres: Eduardo Ortiz Los Angeles: Julio Moreno México: Jaime Kravsov Montevideo: Juan Arturo Grompone París: Alain Jaubert - Beatriz Ottonello San Pablo: Ricardo Albizuri Santiago de Chile: Juan Pablo Schifini

Nuestra palabra, nuestra voz En diversas páginas de este ejemplar el lector encon-trará información sobre algunos hechos que queremos destacar en este comentario porque son una gratifica-ción adicional hacia nuestro trabajo.

Desde el 2 de julio ampliaremos nuestros "canales de comunicación": CIENCIA NUEVA estará todos los domingos, a las 19, en Radio Municipal. En 20 minu-tos semanales intentaremos dar un panorama ameno del quehacer científico y tecnológico que nos permitirá colocarnos más cerca de los lectores que sólo nos cono-cen a través de la palabra escrita y a la vez proveer a una difusión más general de estos temas que nos in-teresan y que cumplen un papel protagónico en la evo-lución de nuestras sociedades.

El éxito de nuestra primera Mesa Redonda, la adhe-sión manifestada por nuestros lectores, nos alentaron a preparar una segunda. El tema será esta vez La Uni-versidad en América latina-, dispondremos como en-tonces del excelente salón y del apoyo técnico del Cen-tro Cultural General San Martín de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Estaremos allí el martes 1? de agosto.

La Dirección Nacional de Educación del Adulto (DI-NEA) necesitaba un medio apropiado para la publi-cación de sus trabajos y noticias. Un cuidadoso análisis del mercado local de publicaciones especializadas llevó a sus directivos a elegir a CIENCIA NUEVA para ese fin. Si bien las páginas que comienzan a publicarse en este número son "propiedad" de la DINEA h Di-rección de la revista ha supervisado la selección del material de modo de intentar que el interés de los lec-tores se vea reflejado en esta selección.

Con el Instituto de Promoción Becaria hemos lle-gado a un acuerdo para publicar en forma permanente una cartelera de becas disponibles. Este es un servicio típico de los que puede y debe dar una revista especia-lizada y creemos que será útil a muchos de nuestros lectores.

Estos son algunos resultados de casi cuatro años de trabajo. En cada nuevo número que editamos y en cada ejemplar que se vende se hace realidad aquella fe utópica de publicar CIENCIA NUEVA en la Argenti-na de hoy.

La invasión hertziana La historia de la civilización es la historia de las comu-nicaciones y la aceleración del progreso científico y tecnológico es la causa y a la vez la consecuencia del desarrollo de los medios de comunicación masiva.

Es bien sabido el papel que cumplió la imprenta en la evolución de las sociedades humanas. Y estamos sumidos hoy en un constante condicionamiento deter-minado por los medios de comunicación que nos al-canzan permanentemente en toda nuestra actividad, nuestro trabajo, nuestro aprendizaje, nuestra más pe-queña cotidianeidad.

Esto no es nuevo: Sarmiento por ejemplo, lo sabía, toda vez que imposibilitado en cambiar la realidad his-tórica, utilizó su literatura fuerte, panfletaria, para des-truir sin lucha a sus enemigos y para mostrar a sus coetáneos la cara de los hechos que necesitaban sus objetivos.

Y sabemos asimismo cómo toda la estructura depen-diente de nuestros países no podría funcionar si los co-nalcs de información no estuviesen estrictamente con-trolados, a nivel mundial, por los países imperialistas.

Un nuevo instrumento tecnológico de incalculables

posibilidades se ofrece ahora a nuestras sociedades: los satélites de emisión directa de radio y televisión. Sus posibilidades se refieren tanto al alcance y difusión de la cultura como al contexto ideológico de esas emisio-nes que podrían ir en detrimento de los intereses de cada una de las comunidades afectadas, favorecer el de-terioro de las tradiciones culturales, agravar la depen-dencia de los pueblos, las provincias, los países econó-micamente débiles, en la medida en que esos pueblos o países podrían intervenir solo parcialmente en la se-lección del material que reciben.

Los gobiernos suelen reaccionar airadamente cuando una nave extranjera roza las aguas territoriales o un avión cruza la vertical de las fronteras físicas. Pero ha-ce ya muchos años que la soberanía de los pueblos no se protege con reacciones románticas. La tecnología ha desarrollado recursos como la radio y la televisión, mu-cho más sutiles, que no reconocen fronteras, que pe-netran insidiosamente en nuestros hogares.

Y condicionan a nuestros gobernantes y los mantie-nen muy ocupados en cuidar que nadie roce las fron-teras físicas . . .

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Higos y manzanas "Si ustedes tienen en el jardín un manzano sobre el cual colocan un cartel con la leyenda: 'es una higuera', ¿el á rbol se transfor-mará por eso en una higuera? No. Y ustedes p o d r á n reunir a todo un país y hacer jurar solemnemente a todos los habitantes que es una higuera; el árbol continuará siendo lo que era y, al año siguiente, se verá que da manzanas y no h igos" .

Fernando de Lasalle ( 1 8 6 2 ) (De la "Esencia de una Const i tución")

En el número 16 de CIENCIA NUEVA se publicaron un reportaje al actual titular del CONACYT, ingeniero Cavoti y los comentarios críticos de M. Kaplan, S. Ma-yo, M Diamand y E. Oteiza a la encuesta sobre po-tencial científico y técnico nacional realizado para el CONACYT bajo la dirección de Alberto Aráoz. La lec-tura del resumen del trabajo de Aráoz y de los comen-tarios que lo siguen vuelven imposible imaginar qué es lo que inspira el nebuloso optimismo de las más bien irreales declaraciones del titular del CONACYT.

Los hechos revelados por la encuesta —a pesar de que la realidad debe ser aún más negra ya que la forma de relevamiento permite "embellecer" ciertas situacio-nes— son realmente alarmantes; sin entrar en un aná-lisis pormenorizado basta señalar el lugar de cola que ocupa la Argentina en el ranking internacional en los cuadros referentes al gasto nacional en investigación y desarrollo y al número de científicos e ingenieros afec-tados en esas actividades. Tanto Aráoz como quienes comentan su trabajo expresan que la encuesta revela insuficiencias de todo tipo en el esfuerzo nacional di-rigido a impulsar la investigación científica v tecnoló-gica y hacen especial hincapié en "la poca vinculación entre ciencia y sociedad", "la bajísima proporción de proyectos dirigidos a la industria", "la absoluta diso-ciación con la problemática nacional", "la carencia de ínteres por parte de la industria en general en reempla-zar know-how extranjero por desarrollos nacionales",

la taita de demanda social para la investigación y el desarrollo", "la incentivación oficial en Argentina que ayuda a exportar productos simples con bajo valor agregado industrial", "la poca demanda efectiva de in-vestigación por parte de los sectores económicos", etc Los mismos datos —puesto que cabe suponer que eí titular del CONACYT se basa en lo que el organismo que dirige ha logrado conocer— inspiran al ingeniero Cayoti conclusiones muy distintas. Dice: [que es de-seable] mantener un adecuado balance de progra-mación de las actividades científico-técnicas con ef ob-jeto de satisfacer las necesidades económicos, sociales y culturales del país". Y, a partir del curioso propósito de mantener" lo que no existe, se adentra en el tran-sitado campo de las promesas diciendo, por ejemplo que el CONACYT determinará "programas y proyec-tos prioritarios sobre la base de requerimientos de in-sumos tecnológicos" o estructurará "el campo dé ofer-t a " (sic).

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De las montañas de papel hemos pasado a la ava-lancha de palabras. Y aunque acumular palabras sin ninguna relación ni con los hechos ni con la realidad se ha convertido en el "estilo nacional" , vale la pena llamar la atención de los lectores sobre la circunstancia singular de que los planes del C O N A C Y T enunciados por su titular podrían, sin cambiarles ni una coma, ha-ber sido propuestos en casi cualquier o t r o país del orbe!

El titular del CONACYT culmina sus declaraciones afirmando —al referirse a las posibi l idades de acceso de los científicos argentinos a par t ic ipar en las respon-sabilidades de la elaboración y conducción de una "po-lítica científica"— que "los científicos argentinos han participado y seguirán participando en f o r m a aún más activa en este proceso". Tal afirmación parece un es-carnio. Si hay científicos en el C O N A C Y T los hay en tanto que funcionarios y si la part icipación en el CONICET se reduce a la integración de las comisiones asesoras por encima de cuyos consejos t iene la SIDE poder de decisión, poco o nada puede decir la comu-nidad científica sobre "la conducción del proceso".

No sólo la comunidad científica es a jena a la reso-lución de los grandes problemas que afectan a la in-vestigación científica y tecnológica y a la enseñanza su-perior si no que, lo cual es mucho más grave, todo el país —cuyos intereses se invocan tan declamatoria-mente— está también al margen.

Sin embargo no se puede culpar a los funcionarios más que del juego de querer hacer pasar p o r realidades sus ilusiones. Ellos no son responsables de los proble-mas de fondo.

_ Sólo un país que haya recuperado el p o d e r de deci-sión y que cuente con el apoyo de todos los sectores populares interesados vitalmente — y n o movidos por vagas "aspiraciones"— en la independencia económica, política y cultural de la Nación, podrá lograr que esos mismos sectores, en los cuales estará in tegrada la comu-nidad científica con responsabilidad nacional , partici-pen realmente en el proceso de pone r la investigación científica y tecnológica y la enseñanza super ior al ser-vicio del pueblo.

Solamente arrancando el manzano y reemplazándolo por una higuera se logrará cambiar d e f r u t a en las pró-ximas cosechas. O

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Alain Jaubert

Reagrupamiento de poblaciones, "urbanización" forzada, gigantescas manipulaciones psicológicas, exterminaciones masivas, ensayos de nuevos explosivos, de nuevas aleaciones, de nuevos materiales civiles o militares, ensayos de gases y aerosoles tóxicos, absorción acelerada de una enorme superproducción industrial, manipulación a una esca-la sin precedentes de la ecología y del clima de toda una región: eso es Indochina hoy j el mayor campo de experimentación nunca imagi-nado, un laboratorio de 750.000 kilómetros cuadrados, donde cien-tíficos y técnicos de los países de alto nivel tecnológico experimen-tan, por interpósitos militares, sobre millones de cobayos humanos.

En diciembre de 1971 tuvo lugar en París una Conferen-cia Internacional sobre medi-cina y la guerra de Indochi-na. Participaron en esta Con-ferencia delegaciones de mé-dicos y de científicos prove-nientes de Vietnam del Norte y del Sur, de Laos, de Cam-boya, de Alemania Federal, de Bélgica, de Cuba, de Gran Bretaña, de Dinamarca y de otros países de Europa, ade-más de una importante dele-gación norteamericana. Los delegados vietnamitas, laosia-nos y norteamericanos pre-sentaron en esa ocasión toda una gama de armas y de sis-temas de armas de las cuales prácticamente nada se cono-cía hasta entonces.

Los efectos devastadores de los de-foliantes y los gases tóxicos sobre la vida humana y toda la ecología del Vietnam han ido tratados en otras publicaciones,* por lo cual centrare-mos nuestra atención en aspectos menos conocidos del conflicto.

Conviene sin embargo, recordar ciertos datos numéricos proporcio-nados por el profesor Steven Rose al iniciarse la conferencia: "Hasta el comienzo de 1970 se habían uti-lizado en Vietnam del Sur unos 3 millones de kilogramos de CS, can-tidad necesaria para cubrir el total de Vietnam del Sur 1,3 veces ( . . . ) Las estimaciones oficiales norteame-ricanas permiten suponer que hacia 1969 se habían rociado 2,6 millones de hectáreas con 75 millones de li-tros de defoliantes y se había des-truido un 50 por ciento del área de los pantanos de manglo del delta del río Mekong y un 20 por cien-to de los bosques y también se ha-bía destruido suficiente arroz como para alimentar entre 150.000 y 1.000.000 de personas durante un año ( . . . ) Pese a la promesa de Ni-xon de ir disminuyendo el uso de defoliantes, éstos siguen siendo uti-lizados en Vietnam del Sur y no exis-te información oficial acerca de su

empleo en Laos y Camboya. 7,5 mi-llones de litros del "agente naran-ja", que contiene 2,4,5-T, están en poder del régimen de Saigón y "fue-ra de la jurisdicción de los Estados Unidos'."

Cráteres y superbombas

Los doctores E. W. Pfeiffer, zoólogo de la Universidad de Montana y A. H. Westing, botánico de Windham College de Vermont, que habían es-tado anteriormente en Vietnam para estudiar los efectos de las armas quí-micas, volvieron a ir en agosto de 1971. Su objetivo fue investigar los cráteres de bombas, el arrasamiento de la jungla y los efectos ecológicos de la "superbomba".

Los cráteres de bombas, cuyo nú-mero se estima en más de 10 millo-nes, son unos de los principales fac-tores de deterioro ecológico en Viet-nam del Sur. Impiden el cultivo del arroz y se transforman en pozos de

* En castellano pueden consultarse el artículo "La guerra química", por Nguyen Dang Tam, Ciencia Nueva, año 1, N° 9, abril de 1971, y el fascículo "Guerra Quí-mica y Biológica", por Joel Jardim, Trans-formaciones, N? 28, Centro Editor de América Latina. Ambas publicaciones po-seen extensas referencias bibliográficas.

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agua que permiten la proliferación de mosquitos y otros insectos vecto-res de enfermedades, muy en parti-cular del paludismo.

Desde 1968 el ejército norteame-ricano "al darse cuenta que la selva representa una de las ¡nenas de los guerrilleros, al brindarles cubierta y reparo"y despliega esfuerzos cada vez mayores para liquidarla. Ni los crá-teres de bombas, ni los defoliantes dispersados por helicópteros resul-tan suficientes: los gigantescos bull-dozers y tractores del U.S. Engineer Commani consiguen finalmente de-forestar con una cadencia infernal. A. H. Westing ha visitado una de estas compañías de limpieza de la selva. ¡En 26 días ésta había nivela-do 2.700 hectáreas! Las regiones así deforestadas son, por lo general, in-vadidas por el bambú y, en terreno ondulado, resultan rápidamente ero-sionadas o laterizadas, produciéndose como consecuencias secundarias bru-tales inundaciones. La pérdida eco-nómica directa es enorme. En cuan-to a la que ocasionará la degrada-ción del lugar, ésta es actualmente imposible de evaluar, pero sin duda será aún superior a la pérdida eco-nómica inmediata.

En el curso de su viaje, los docto-res Pfeiffer y Westing obtuvieron además informaciones sobre un ar-tefacto destructivo acerca del cual el ejército norteamericano no había proporcionado ningún dato hasta el presente, la "superbomba". Desig-nada por el nombre de código BLU-82/B y apodada por los tripulantes de los bombarderos Daisy cutter (corta-margaritas) o Cheeseburger (sandwich de carne y queso), la su-perbomba es "una bomba cuyas di-mensiones sobrepasan todo record: tiene un diámetro de 1,35 metros, una longitud que excede los 3,3 me-tros y pesa 6.750 kilogramos. Su cápsula exterior de acero contiene 5.670 kilogramos de un explosivo particularmente poderoso, el DBA-22M, compuesto por una gelatina acuosa de nitrato de amonio y un polvo de aluminio (mezcla comple-tada por un agente intermediario). Esta fórmula provoca una explosión cuya potencia es sobrepasada sola-mente por la de las bombas atómi-cas". La bomba explota justo antes de tocar el suelo. "Si todo sucede normalmente, dice A. H. "Westing, la explosión radial que resulta no cava cráter pero descuaja y vuela todos los árboles y otros obstáculos en el corazón mismo de una jungla

densa, creando así un espacio perfec-tamente limpio de dimensiones com-parables a las de un estadio de fút-bol". La zona de aterrizaje así ob-tenida puede ser inmediatamente utilizada por helicópteros. En junio de 1970, ya se habían largado sobre Indochina 160 de estas bombas y siguen siendo lanzadas a un ritmo de varias por semana. Aunque en teoría la "superbomba" es emplea-da para abrir rápidamente zonas de aterrizaje en la jungla, ha sido em-pleada en numerosas ocasiones sobre objetivos civiles. La fuerza de deto-nación del artefacto es tal que "toda vida terrestre y arborifera (así como todo ser humano que estuviera en la zona) es inmediatamente liquida-do por la onda expansiva de la ex-plosión en un radio de aproximada-mente 1.000 metros. La zona letal de estas bombas, se extiende así so-bre una superficie de unas 340 hec-táreas. Más allá de este círculo de muerte, se producen heridas por contusión en una zona que se ex-tiende sobre una distancia de otros 500 metros. Así, la bomba determi-na muerte o heridas sobre una su-perficie de 780 hectáreas".

Armas anliperaonal

Como señalara en la conferencia el profesor doctor Hang Thuy Nguyen, las armas incendiarias son vastamen-te utilizadas en Vietnam. Perfeccio-nadas sin cesar, son armas terrorífi-cas que liberan enormes cantidades de calor. El napalm (de 900 a

b f

Figura 1. Panoplia de armas antipersonal a) Gravel Mine-, b) Shrapnel Ball; c) Pineapple Bomb-, d) Orange Smooth Bomb; e) Dragón Tooth Mine; f) Spider Mine-, g) Flechitas; h) Guava Bomb; i) Perforating Bomb de fabricación Honeywell. (Foto Pachkoff)

1.300° C) ha dado origen al napalm-pirogel de las bombas PT1 y al su-pernapalm (de 1.300 a 2.000° C). También se utilizan bombas de fós-foro blanco, de termita (de 2.000 a 3.000° C) o de magnesio (de 3.000 a 3.900° C) y de mezclas de fósforo y aluminio o de fósforo y ter-mita. Algunos de estos materiales son extremadamente pegajosos y adherentes. Se extienden sobre el cuerpo de las víctimas —esencial-mente mujeres y niños— y pueden quemar durante largos minutos fun-diendo las carnes en profundidad. Además el fósforo es muy tóxico. Cuando no mata a la víctima, le afec-ta seriamente el hígado, le ataca el riñon y el sistema nervioso. A veces el óxido de carbono que se despren-de por la combustión de estos pro-ductos asfixia las víctimas. Los so-brevivientes quedan monstruosa-mente deformados: huesos retorc.i-

* Las armas antipersonal están expre-samente mencionadas en el artículo 23 inciso e) de la Convención de La Haya: "Está especialmente prohibido emplear ar-mas, proyectiles o material deliberadamen-te pensado para causar sufrimientos in-útiles."

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dos, carnes fundidas y crecimientos queloides, miembros destruidos, co-mo en ciertos sobrevivientes de Hi-roshima. Pero, pese al horror, se puede decir que el napalm es un arma "convencional". Las nuevas armas "antipersonal" puestas a pun-to en los últimos años son aun más diabólicas en su concepción.

La idea básica es la de la Cluster Bomb Unit (CBU): una bomba madre hace las veces de receptáculo para un cierto número de bombas hijas o Bomb Live Units (BLU). Después de ser lanzada por un bom-bardero, la CBU se abre a una al-tura que puede variar entre 800 y 1.200 metros y dispersa su conteni-do sobre una superficie muy grande. Algunas de estas CBU están equipa-das con un motor que les imprime un movimiento rotatorio el cual tie-ne por efecto proyectar las bombas en todas direcciones.

Las primeras Steel Bellet Bombs (bombas de fragmentación), apare-cieron por primera vez en enero de 1965: la bomba CBU-46 contenía bombas hijas apodadas pineapple (ananá) , porque tenían una forma parecida a la de esa fruta. Cada pi-neapple pesa 800 gramos y contiene 250 perdigones metálicos de 6,5 mi-límetros de diámetro. La bomba pi-neapple fue perfeccionada y dio lu-gar a la Guava Bomb ( B L U / 2 6 / B ) que debe su nombre al parecido con la guayaba. Pesa 425 gramos y con-tiene 300 perdigones metálicos: ga-na en peso y en volumen y es por lo tanto de una eficacia mayor. Estas bombas evidentemente no hacen nin-gún efecto sobre las instalaciones militares pero son mortales o peli-grosas para el hombre. En el mo-mento de la explosión, los perdigo-nes proyectados a una gran velocidad pueden matar o herir a muchas per-sonas simultáneamente. Los perdi-gones tienen una trayectoria sinuo-sa. Atraviesan músculos, perforan órganos, mutilan gravemente a las víctimas. Es a menudo imposible extraerlos todos de un cuerpo. Estas armas tienen una función precisa: no se trata sólo de matar, sino sobre todo de inactivar a un gran número de víctimas para la producción o la defensa, de inmovilizar de seis a diez personas (entre médicos y en-fermeros) necesarias para la extrac-ción de los perdigones y los cuida-dos de los heridos y finalmente, de socavar la moral de la población. Además, según los norvietnamitas se ha añadido un perfeccionamiento

Figura 2. Pineapple (bomba en forma de ananá).

Figura 3. Efectos de las bombas de fragmentación a proyectiles sobre un bebé de 19 días luego de un ataque contra la aldea de Lata Dong, cerca de Haifong. La madre también murió en ese bombardeo

consistente en reemplazar los perdi-gones de plumo por bolitas de plás-tico, material prácticamente indetec-table por los rayos X . Algunas de estas bombas son de detonación re-tardada y explotan a veces mucho después que pasó la alerta o bien cuando los camilleros van a recoger a los heridos.

En marzo de 1969, John W o o d , jefe de la U.S. Weapon Research División, hizo la apología de la "fie-chita" como "el arma del porvenir de la infantería norteamericana", en un artículo aparecido en la revista

Infantry. John "Wood omitía men-cionar que las "flechitas" eran ya utilizadas desde 1966 por medio de las ametralladoras ultrarápidas S.P. I . W . (Special Purpose Individual Weapon) montadas sobre aviones y también desde cohetes Beehive (colmena) que las contienen por millares o de misiles que llevan cen-tenas de miles. Estas "flechitas" son de 3,6 centímetros de largo. Son proyectadas a una velocidad muy grande y no penetran ni el acero ni el cemento. Para que no atraviesen el cuerpo de las víctimas de lado a

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lado, están munidas de cuatro arpo-nes que Jas retardan y las prenden a los tejidos. Las "flechitas" son muy difíciles de extraer y se despla-zan progresivamente en el cuerpo del herido, amenazando órganos y partes vitales. Fue el profesor Ale-xandre Minkowski, pediatra de Pa-rís, quien a la vuelta de un viaje a Vietnam del Norte llamó la atención sobre el caso de un joven pescador de 19 años, Phon Quoc, a quien había examinado en Hanoi, grave-mente herido por una "flechita". Ésta le había entrado por el pecho, llegando hasta la columna vertebral, perforando a su paso una vena y una arteria y estableciendo al sol-darlas una comunicación entre san-gre arterial oxigenada y sangre ve-nosa no ventilada.

Es necesario hacer notar que to-dos los artefactos antipersonal no tienen nada que ver, por su tamaño, con las armas convencionales. La Gravel Mine, k Tooth Dragón Mine caben en el hueco de la mano. La Spider Miner, la Shrapnel Bal!, son apenas más grandes que una pelota de ping-pong. La Perforating Bomb tiene el tamaño de una botella chica de Coca Cola. Las Orange Bombs son del tamaño de una naranja y las primeras Pineapple Bombs, pese a su nombre, eran más pequeñas que un ananá aun cuando tuvieran la misma forma.

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Es probable que para el estado mayor norteamericano, los bombar-deos con artefactos de este tipo se hayan revelado a la larga como más "eficaces" que los bombardeos clá-sicos, dado que un cable reciente de la agencia Associated Press, fe-chado en Saigón, nos informa que hasta los bombarderos B-52 van ac-tualmente equipados con bombas de fragmentación. Un caza bombardero normal puede transportar cuatro contatners (cargas) de 500 kilogra-mos, cada uno con 360 pineapple o 640 Guavas, es decir, que puede sembrar una región de 10 a 18 hec-táreas con entre 400 y 680 mil pro-yectiles. A su vez, un B-52 puede transportar 25 toneladas de bombas de fragmentación, es decir 50 con-tainers. Los B-52 vuelan en escua-drillas de por lo menos cinco apa-ratos a una altura mínima de 12.000 metros, de modo que su aparición no es advertida por las poblaciones.

Dado que en noviembre de 1971 hubo 6.300 incursiones —es decir, más de 200 incursiones por día— sobre Laos (país con una superficie casi igual a la de Gran Bretaña), se puede imaginar el efecto devastador de estos bombardeos sobre una po-blación mucho menos preparada, si podemos decirlo así, que la pobla-ción vietnamita, de la cual una gran parte vive permanentemente en re-fugios o en subterráneos.

Figura 4. Nguyen Thi Lan, geóloga de 27 años, gravemente herida por bombas de proyectiles en abril de 1967, durante un bombardeo sobre un suburbio de Hanoi. Como se ve, fueron necesarias varias personas para extraer los proyectiles.

El campo de batalla automatizado

Podríamos continuar indefinidamen-te este catálogo alucinante pero tam-bién es imprescindible mencionar la formidable infraestructura que per-mite que se efectúen los bombar-deos y, en particular, todo aquello que actualmente se clasifica bajo el término de "Automated Battlefield" (campo de batalla automatizado). El concepto fue formulado por pri-mera vez en octubre de 1969 por el general Westmoreland. Un modelo operativo había sido aprobado en el curso de la batalla de Khe-San a principios de 1968. Pero también se sabe por un informe de agosto de 1966 publicado entre los Pentagon Papers (los documentos secretos del Pentágono publicados por el New York Times en 1971) , que en el transcurso del verano de 1966, lue-go del fracaso de la operación Roll-ing Thunder (destrucción de los de-pósitos de petróleo de Vietnam del Norte) que no había disminuido en nada la infiltración Vietcong, Ro-bert McNamara había acogido jubi-losamente las propuestas de un gru-po de científicos reunidos secreta-mente para estudiar los aspectos técnicos de la guerra. Algunos meses antes, el profesor Roger Fisher, de Harvard, había propuesto la cons-trucción de una barrera anti-infiltra-ciones, munida de todos los dispo-sitivos existentes de detección elec-trónica, a través de la Zona Desmi-litarizada. Fue esta propuesta la escogida por el grupo de científicos. El posterior desarrollo de esta idea llevó a resultados imprevistos.

El Automated Battlefield com-prende tres niveles: 1) una red de sensores electrónicos de diferentes tipos, esparcidos sobre el suelo o dispuestos sobre el campo de batalla en árboles, aviones o helicópteros; 2) un centro de control y de mando

automático que procesa Ja informa-ción comunicada por los sensores; 3) un conjunto de armas variadas (cohetes, misiles, bombarderos, mi-nas enterradas o teledirigidas), que responde automáticamente a las ór-denes del oficial que dirige el cen-tro de control o directamente a las órdenes de una computadora.

" E n el campo de batalla del futu-ro —dice el general Westmoreland— las fuerzas enemigas serán localiza-das, seguidas y atacadas casi instan-táneamente mediante el uso de data links evaluación de inteligencia asis-tida por computadora y control de fuego automatizado. Con una pro-babilidad de blancos logrados en primera instancia que se acerca a la certeza, y con dispositivos de vigi-lancia que pueden tracear continua-mente al enemigo, la necesidad de grandes fuerzas de infantería será menor".

El conjunto de dispositivos elec-trónicos es también impresionante. Un artículo del Armed Forces Jour-nal del 15 de febrero de 1971 des-cribe algunos de los que han servido para atacar el sendero de H o Chi Minh. Detectores acústicos, sísmicos o térmicos fueron lanzados por mi-llares. Algunos estaban destinados a quedar prendidos de los árboles con su paracaídas (Acuoubuoy), otros se enterraban dejando sobresalir una antena que imita perfectamente una planta tropical (Adsid y Acuousid). En un principio, un avión era el en-cargado de recibir los mensajes emi-tidos por estos detectores, pero en lo sucesivo fue un aparato sin piloto, el QU-22B quien se hizo cargo de la retransmisión de los datos a la base de Nakhom Phanom, en Tai-landia. En esa base, dos computado-ras IBM 360-65 S, procesan los da-tos y retransmiten inmediatamente las informaciones, ya sea a las bases de bombarderos, a los jefes de uni-dades locales o aun a las minas tele-dirigidas ya distribuidas en el cam-po de batalla. Nakhom Phanom, que según ciertos observadores es en la actualidad una de las mayores bases de telecomunicaciones del mundo, está además ligada directamente con el Pentágono por medio de nume-rosos satélites controlados desde ella. Entre estos satélites, citemos a los satélites espías encargados de la intercepción radiofónica y de la ob-servación fotográfica (normal e in-frarroja) de China e Indochina, los satélites marcadores para la artillería y los satélites de telecomunicaciones.

Este principio, aplicado a escala fantástica en la ruta de H o Chi Minh, ha sido desarrollado en todos los sectores con sistemas miniaturi-zados y rápidamente transportables. Los oficiales de sector disponen de una computadora y de una multitud de aparatos de detección. Si la com-putadora detecta cualquier actividad, el responsable de la vigilancia que está de guardia frente a una panta-lla que da la posición de todos sus detectores, puede localizar inmedia-tamente el lugar preciso donde se encuentra el blanco y también seguir sus desplazamientos. Estas informa-ciones son transmitidas instantánea-mente a la artillería o inclusive a las computadoras de los aviones que los dirigen automáticamente hacia el blanco.

En la actualidad los detectores son perfeccionados incesantemente. El People Sniffer XM-3 (olfateador de gente) es sensible a dosis ínfi-mas de amoníaco, es decir que pue-de detectar a distancia el sudor hu-mano. El Low Light Level TV, es un sistema de guía en el cual una pequeña cámara de televisión mon-tada sobre una bomba la dirige y corrige su camino. El mismo prin-cipio existe con un radar en minia-tura o con un dispositivo de detec-ción infrarroja. Incluso hay un sis-

tema, el MAGID (Magnetic Intru-sión Detector) que detecta las mí-nimas variaciones del campo magné-tico terrestre, causadas, por ejem-plo, por un soldado portador de un fusil. Este dispositivo es tan sensi-ble que detecta una moneda o un botón metálico. El dispositivo de detección infrarroja puede ser aco-plado a un radar mejorando así la precisión de su bomba. Finalmente, el láser acumula todas las "ventajas" de los otros sistemas: la computado-ra regula el camino de la bomba de modo tal que el rayo láser dé siem-pre en el centro del blanco (Eye Bombs).

Y sin duda, no se ha terminado de descubrir la totalidad de la inves-tigación militar estadounidense en Asía. Así, recientemente se mencio-nó ante el Senado de los Estados Unidos, un misterioso proyecto titu-lado Nill Blue, que dispone de un presupuesto de 3 millones de dóla-res y cuyo tema es "la investigación de modificaciones de clima". De este modo ha hecho aparición oficialmen-te la guerra geofísica, con su arsenal de terremotos, inundaciones, saltos bruscos de clima y tifones provoca-dos por encargo. Es posible que todo esto no esté más que en un estadio

(Sigue en página 11)

Figura 5. Spider Mine.

arma antipersonal El principal objetivo del arma

antipersonal es la población civil. Se trata de bombas y minas de tipo especial: no están diseñadas para destruir instalaciones ni equipos bé-licos, ni siquiera para matar, sino para producir múltiples heridas in-validantes y difíciles de tratar. Los objetivos a lograr son de dos tipos y están señalados en un manual de la Fuerza Aérea de los EE. UU.: "Una población preocupada en la defensa civil no puede trabajar efi-cazmente en la producción de ma-terial bélico" y "Debilitar la con-fianza del pueblo, provocar el des-gaste, reducir el rendimiento de la población activa, socavar la moral, producir el pánico y la resistencia pasiva contra el gobierno."

Los siguientes son algunos de es-tos artefactos.

Las bombas Smooth Orange son versiones modernas de las bombas de proyectiles. Lanzan a una gran velocidad centenares de pequeños fragmentos extremadamente cortan-tes. En la variante Striate Orange Bomb, el envoltorio de acero de la bomba tiene estrías longitudinales en el exterior y transversales en el interior de tal modo que al explo-tar son proyectados varios centena-res de pequeños fragmentos.

La Spider Mine (mina araña) se emplea en Vietnam desde 1968. Es una mina pequeña, un poco más grande que una pelota de ping-pong. Cuando llega al suelo, des-pués de haber sido lanzada por la bomba madre, sus resortes se extien-den y envían ocho hilos de nylon de unos 8 metros de longitud en todas las direcciones. La mina per-manece así como una araña en me-dio de su tela. Para hacerla explotar basta con tropezar con uno de los hilos. A menudo la Spider Mine es lanzada simultáneamente con bom-bas de perdigones: así el trabajo de salvamento y de enfermería poste-rior a los ataques se vuelve extre-madamente peligroso.

Las Shrapnel Balls son obuses lanzados por cañones de 155 y 203 mm de calibre. Al explotar, es-tos obuses proyectan sobre el suelo 104 pequeñas bolas de 3,7 centí-metros de diámetro munidas de ale-tas. Entonces cada una de estas bo-las rebota y explota a un metro cin-cuenta de altura proyectando 600 pequeños fragmentos de 1 milíme-tro hacia el cuello, la cabeza y el pecho. La altura de la explosión ha sido especialmente estudiada tenien-do en cuenta la talla del vietnamita.

El Fuel Air Explosive Weapoti (CBU55/B) contiene un nuevo ex-plosivo que se dispersa sobre el sue-lo y después se incendia bruscamen-te. Es un arma empleada para lim-piar la jungla, pero también se la utiliza contra las aldeas.

La Silent Button Bomblet está probablemente rellena de fósforo blanco. Durante mucho tiempo fue manufacturada en embalajes de plás-tico que imitaban excrementos de animales.

La bala dum-dum, prohibida pol-la Convención de La Haya de 1899, ha conocido una nueva variante a partir de 1965 en la guerra de Viet-nam. Esta es un proyectil de cali-bre 20 milímetros, tirado desde aviones y cuya cabeza explota tras penetrar en el cuerpo de la víctima.

FlSbrike Missile (AGM-45A) es utilizado por la aviación norteame-ricana sobre zonas densamente po-bladas. La cabeza de este misil al explotar cerca del suelo, proyecta 10.000 pequeños cubos de acero de 4 milímetros de lado que penetran muy profundamente en el cuerpo y que son muy difíciles de detectar radiográficamente.

La Botile Shaped Bomb (BLU-P B Bomb MA18) era originaria-mente un cohete antitanque. Utili-zada desde 1965 contra las zonas densamente pobladas, ha sido per-feccionada como Perforating Bomb, de modo de poder penetrar en los refugios de hormigón y explotar en ellos dispersando partículas pene-trantes de variadas formas.

Finalmente, hay que señalar una categoría de armas antipersonal que utilizan una pequeña carga explo-siva. La Gravel Mine XM-12, por ejemplo, es un pequeño sobre chato de tejido que contiene una veintena de gramos de un explosivo pode-roso. Puede parecer un pañuelo del-gado^ o una venda o si no ser de plástico y tener el color del suelo o de las hojas caídas. En telas de brillantes colores se los ha encon-trado cosidos en vestidos de muñe-cas. Sembrados en grandes cantida-des sobre los caminos, estos sobre-citos explotan en el momento de ser pisados. A menudo arrancan el pie de un hombre, y si no lo parten en sentido longitudinal pero no con-siguen hacer estallar un neumático. Dada la altísima densidad de estas minas en la superficie del suelo, no es raro que una persona al caer de espaldas toque a varias de entre ellas, haciéndolas explotar,

La Dragón Tooth Mine también

es muy liviana. Tiene una carga mi-núscula munida de un detonador ul-tra miniaturizado que es llevada por el viento con ayuda de una pequeña aleta de plástico, siguiendo el prin-cipio de la semilla del sicomoro.

La compañía Honeywell tiene el liderazgo absoluto como productor de armas antipersonal y ha recibido más de 50 millones de dólares por su trabajo en esta área. Es la in-ventora y la única productora de los dispositivos de detonación alea-toria retardada (Random Time-Delay Fuses) que posibilitan la ex-plosión de las bombas de fragmen-tación a intervalos irregulares pos-teriores al lanzamiento, de modo de matar y herir a aquellos que acuden a ayudar a las víctimas del bombar-deo inicial.

La Honeywell fabrica varios sis-temas de Cluster Bombs antiperso-nal, basados en sus Guava Bombs. Las minas antipersonal fabricadas por Honeywell incluyen las Gravel Mines y las Silent Buttom Bomblets. Para uso en el campo de batalla electrónico, la Honeywell ha inven-tado el People Sniffer (que se su-pone basado en un dispositivo para la detección de polución ambiental) y trabaja actualmente en el detec-tor magnético Magid. La Honeywell también manufactura, en todo o en parte minas y bombas de fósforo, ametralladoras que disparan "flechi-tas", cámaras miniaturizadas para la conducción de bombas, bombas dp gas CS y de Napalm, además de ar-mas convencionales; los contratos militares aportan el 40 por ciento de sus ganancias.

El Honeywell Project es un gru-po formado en Minneápolis (la ciu-dad donde se encuentra la casa ma-triz de la compañía) por ciudadanos empeñados en detener la fabricación de armas antipersonal y conseguir que el control de la corporación esté a cargo de la comunidad. "Los pro-ductores de armamento antipersonal —dicen los miembros del Honey-well Project— que se disputan los lucrativos contratos para este tipo de producción, pero que se mantie-nen unidos entre sí y a las corpora-ciones dedicadas a las industrias ex-tractivas para mantener funcionan-do la política de guerra y acrecen-tando sus ganancias son indudable-mente los criminales de guerra ma-yores que ha conocido la humani-dad."

El Honeywell Project acaba de publicar detalles técnicos y datos económicos acerca de las fabricacio-nes militares de la empresa. (La dirección del H. P. es 529 Cedar Ave. S, Minneápolis, Minn. 55404, USA.)

A. J.

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muy primario —en todo caso es de desear que así sea— pero algunos ya sugieren que las lluvias torren-ciales seguidas de graves inundacio-nes que se abatieron sobre Vietnam del Norte el año pasado no serían ajenas a este tipo de experiencias.

Reacciones y perspectivas

Según el Pentágono, la nueva gue-rra automatizada, practicada a dis-tancia y sin riesgos, calmaría a la opinión pública norteamericana sen-sibilizada sobre todo, según dicen los militares, ante las pérdidas en hombres. Esta forma de guerra apor-taría además importantes oportuni-dades a la industria. Sin embargo, estos puntos de vista resultan dema-siado simplistas para muchos obser-vadores. No es más posible, ni aun al precio de una intensa propagan-da, considerar la guerra de Vietnam como un simple conflicto local. Lo que allí sucede desde hace años so-brepasa en horror a todo lo que se produjo durante el curso de la Se-gunda Guerra Mundial y la opinión pública norteamericana comienza a descubrirlo con estupor. Se hicieron públicos los efectos abortivos y te-ratogénicos del "agente naranja" (defoliante). Se conocieron masa-cres como las de My Lai. Se publi-caron documentos que prueban el papel de sociólogos y de encuesta-dores que trabajan directamente o indirectamente para la CIA en la manipulación de los regímenes y de las poblaciones del Sudeste asiático (en particular se ha demostrado el papel jugado por la Advanced Re-search Projects Agency en Tailan-dia) . Como culminación se publica-ron los documentos secretos de la CIA y del gobierno norteamericano (los Pentagon Papers): en ellos el cinismo, la mentira y la manipula-ción aparecen elevados al rango de instituciones.

No ha sido por azar que los mé-dicos y los científicos han estado entre los primeros en denunciar esta faz oculta de la guerra. Dado que los militares han colonizado en su provecho casi todo el campo de la investigación científica, el genocidio vietnamita resulta la caricatura in extremis de la investigación aplica-da: el estimulante monstruoso de centenares de laboratorios donde equipos de investigadores brillantes estudian ocho horas por día los me-jores medios de matar, de herir, de mutilar, de asfixiar, de envenenar.

Figura 6. Perforating Bomb sobre la cual se puede leer el nombre del fabricante.

Figura 7. Efectos de las minas Gravel.

Figura 8. Gravel Mine.

Este aspecto del problema fue se-ñalado ya en las sesiones del Tribu-nal Russell. Ha sido enfocado con mayor énfasis en el curso de la con-ferencia: el profesor Tran Huu Tuoc habló de "ciencia sin conciencia" y el profesor Nguyen Dang Tam de

"ideología nazi". Este tema es obje-to ya de lucha militante para un cierto número de investigadores tan-to en Estados Unidos como en Eu-ropa.

Y hoy en día se adivina qué ame-naza representa para el resto del mundo, el campo de ensayo vietna-mita. Como resumió el profesor Steven Rose: "La tecnología expe-rimental de la guerra de Vietnam está siendo adoptada en muchos lu-gares. Por ejemplo, los portugueses usan defoliantes en Angola y proba-blemente también en Guinea. El gas CS, desarrollado en un principio en Inglaterra, es utilizado no solamente en Vietnam sino también en los Es-tados Unidos, en Japón, en Francia y en Irlanda del Norte. La tecnolo-gía de la opresión contra la lucha de los guerrilleros rurales y urbanos es internacional; para combatirla, la lucha misma debe convertirse en in-ternacional". O

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¡Computación sin complicación! Nuestra nueva calculadora modelo

20, la más reciente creación de la serie 9SOO, se expresa en lenguaje común y literalmente comprende sus problemas. Este magnífico equipo se proyecto con el fin de permitir su programación directa e instantánea en el propio escritorio o mesa de trabajo del opera-dor. En esta forma la máquina desarrolla un problema completo, desde el planteo inicial hasta la solución final, con mayor rapidez que cualquier otro sistema de su categoría.

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.simple pero de alta capacidad que permite efectuar operaciones con sím-bolos algebraicos, fórmulas matemáticas e instrucciones en idioma claro. Si usted ya tiene práctica en programación apreciará la inclusión de características que antes sólo se encontraban en lenguajes como el FORTRAN y el BASIC, por ejemplo: instrucciones de entrada y formato de datos; funciones

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Cinco años del Instituto de Cálculo de la Universidad de Buenos Aires 1 9 6 1 - 6 6 Entrevista a Manuel Sadosky

Ciencia Nueva: Hemos pensado que las declaraciones del actual decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos Aires» en las cuales hace refe-rencia a los problemas de la computación en esa Fa-cultad, ofrecen una oportunidad para que usted ex-plique qué se realizó en esa materia durante el período en que usted fue Director del Instituto de Cálculo, En primer lugar: ¿cómo se inició la actividad del Ins-tituto de Cálculo?

Manuel Sadosky. Me parece muy útil que ustedes me ofrezcan la oportunidad de hacer un. poco de "his-toria". No bien terminó la guerra, el mundo científico tuvo conciencia de que, seguramente en otra escala pe-ro en un nivel de gran trascendencia, además del con-trol de la energía atómica los hombres de ciencia ha-bían accedido a posibilidades enteramente nuevas con la creación de las computadoras electrónicas. Además en los primeros 10 años de postguerra se mostró que los progresos en el campo de la computación se pro-ducían con un ritmo de aceleración sin precedentes, no sólo en cuanto al mejoramiento de las máquinas sino y sobre todo en la incidencia que el cálculo automático iba teniendo en los más diversos terrenos científicos y técnicos.

E n nuestro país, tanto en matemática como en física, por razones muy explicables dentro del contexto de de-pendencia cultural y de carencias presupuestarias agra-vadas por la incomprensión oficial en que se ha desa-rrollado la ciencia en la Argentina, las ramas aplicadas y experimentales fueron no sólo muy poco cultivadas sino tenidas en un cierto menosprecio. Lo que ocurrió en mi caso es que tuve la suerte que, al acabar mi li-cenciatura en matemática, estaba en el país —contrata-do por el Observatorio Astronómico de La Plata—, el ingeniero español Esteban Terradas, que era un erudi-to matemático; él me inició en la matemática aplicada, con él hice mi tesis de doctorado y así se determinó la orientación posterior de mi trabajo. E n 1952 pu-bliqué el "Cálculo numérico y gráfico" que fue el pri-mer libro en español sobre esos temas.

Cuando se reorganizó la Facultad de Ciencias Exac-tas y Naturales, apareció con naturalidad hacia 1957,

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la posibildad de encarar la creación de un Instituto de Cálculo para impulsar el desarrollo de la matemática aplicada, utilizando los recursos de la computación elec-trónica automática. Desde el principio tuvimos muy claro que la adquisición de una computadora era muy importante pero de una importancia secundaria en re-lación con el problema esencial que es el de la forma-ción de la gente.

Formar un equipo adiestrado en el uso del método científico, capaz de encarar y resolver problemas con métodos nuevos, con autonomía, para no esclavizarse de una máquina y, por consiguiente, de no convertirse en apéndice de una compañía comercializadora, es mu-cho más difícil y demanda más tiempo que comprar una computadora.

En aquella época se incorporó a la Facultad como profesor, el doctor Simón Altman que había tenido im-portante actuación en el Departamento de Matemáti-ca Aplicada de la Universidad de Oxford (Inglaterra) y cuya experiencia en computación fue decisiva para los trabajos que se iniciaron. Con su participación, la del doctor Oscar Varsavsky y la del ingeniero Humberto Ciancaglini, se organizaron cursos y seminarios para interesar a los estudiantes en los problemas de mate-mática aplicada y computación. Fue importante un cur-so que se organizó en el Centro Argentino de Ingenie-ros, en el cual participaron, además de Ciancaglini y yo, varios ingenieros jóvenes —entre ellos Sigfrido Lichtenthal, Marcelo Diamand y Luis Meyer—. A par-tir de allí empezaron a discutirse las posibilidades de encarar la construcción de una computadora o de orien-tarse hacia la compra de un equipo.

En la Facultad de Ciencias se optó por la compra e inmediatamente se formó una Comisión —que integré junto con los doctores A. González Domínguez y S. Altman— para preparar el llamado a licitación pública internacional.

Todo el tiempo que transcurrió desde entonces (1957) hasta la instalación de la computadora (1961) se dedicó a la formación de los futuros analistas y pro-gramadores, a la actualización y reorientación de inge-nieros y matemáticos y a la difusión entre investigado-res de otras disciplinas (física, química, meteorología, economía, etc.), la "mentalidad computacional" para preparar a los futuros usuarios.

Fue una época muy activa con excelentes frutos, hasta el punto que cuando en 1966, después de la in-tervención a la Universidad de Buenos Aires, fui invi-tado por la Universidad del Uruguay a actuar como ase-sor del rectorado para crear un Centro de Cómputo, propugné que se siguiera el mismo camino: primero la gente, después la máquina. En Montevideo el Centro de Computación se creó en noviembre de 1966 y aun-que la computadora se instaló recién en diciembre de 1968, durante esos dos años las cosas se organizaron de tal manera que, utilizando "horas prestadas" en la computadora de un Banco privado llegaron a realizarse los primeros trabajos.

C. N.j^ ¿Usted entiende, entonces, que la actividad en relación con la computación automática se inició en la Facultad de Ciencias de Buenos Aires en 1957?

^ M. S.: En realidad 1957 y 1958 constituyen el pe-ríodo preparatorio. En ese momento se había produci-

do una conjunción de acontecimientos favorables aL proyecto que nos preocupaba. Acababa de crearse el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Téc-nicas (CNICT) y eso brindaba la posibilidad de ob-tener un subsidio nacional para comprar la computa-dora, Y en efecto se obtuvo: el CNICT otorgó ese sub-sidio de 152.099 libras esterlinas a fines de 1958. Vale la pena agregar, por otra parte, que hasta 1966 el Ins-tituto de Cálculo no tuvo subsidios más que del CNICT, uno para el laboratorio de desarrollo electró-nico cuando allí se construyó el convertidor tarjeta-cin-ta y el último en agosto de 1964 para adquirir el "Da-taplotter" como complemento del equipo de computa-ción. Además, en ese período se iniciaron los trabajos para construir el primer pabellón de la Ciudad Uni-versitaria en Núñez ofreciéndose la posibilidad inme-diata de preparar, en condiciones óptimas, el lugar que habría de alojar a la computadora. Y, por último, a los interesados en el problema que ya estábamos en el país, se sumaron, aportando gran experiencia y cono-cimiento, Simón Altman que venía de Oxford y P. E. Zadunaisky que había trabajado en las universidades de Columbia y Harvard y en el Smithsonian Institution utilizando las técnicas computacionales automáticas pa-ra el cálculo de trayectorias astronómicas.

El Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias de-signó, en 1957, la Comisión que debía preparar el plie-go para la licitación. Se presentaron a la misma cuatro firmas: IBM, Remington y Philco de los Estados Uni-dos y Ferranti de Inglaterra. Se hizo un cuidadoso es-tudio de las propuestas teniendo en cuenta las carac-terísticas técnicas y los precios y por acuerdo unánime de sus miembros la Comisión decidió aconsejar la com-pra del equipo Mercury ofrecido por Ferranti de Man-chester. Para la época se trataba de una máquina de excelente categoría técnica no sólo por su rapidez y tipos de memoria, sino también porque el grupo de investigadores de la Universidad de Manchester había desarrollado un lenguaje "Autocode" de fácil apren-dizaje y de buenas características para el tratamiento de problemas científicos.

El punto de vista de la Comisión fue aprobado por el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias v por el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires. Correspondió al entonces decano de la Facultad de Ciencias, doctor Rolando García, informar sobre la propuesta en el Consejo Superior universitario y en el CNICT —del cual era vicepresidente— cuando se ges-tionó el correspondiente subsidio.

C. IV.: ¿Cuándo comenzó la actividad específica del Instituto de Cálculo?

M.S.: Aunque el Instituto de Cálculo como primer Instituto de la Universidad fue oficialmente creado recién el 24 de noviembre de 1962 de acuerdo a la nueva reglamentación de institutos que acababa de ser aprobada, puede decirse que su funcionamiento orgá-nico se inició en 1960. A mediados de ese año presenté al Consejo Directivo de la Facultad un informe en el cual se pormenorizaba en forma concreta la manera có-mo se instalaría el equipo, ya adquirido, en el Pabe-llón en construcción de la Ciudad Universitaria, cómo se realizaría con personal argentino el mantenimiento de la computadora, cómo se formarían los programa-

dores cuyo adiestramiento estaría a cargo la primera vez de la profesora Cicely Popplewell de la Universi-dad de Manchester, para cuyo traslado a Buenos Aires se había ya obtenido el apoyo del Consejo Británico; cuáles serían los primeros trabajos de investigación y docencia de acuerdo al personal de que se disponía, cuáles eran los pasos que debían darse para poder in-corporar al personal del Instituto a los especialistas argentinos que se encontraban en el exterior y cómo se encararía la prestación de servicios a las principales instituciones nacionales que eran usuarios potenciales del equipo de computación.

En noviembre de 1960, con una beca del Centro In-ternacional de Cálculo del cual yo era entonces miem-bro como representante argentino, fue a la Universi-dad de Manchester el ingeniero Oscar Mattiussi que trabajó un año en el laboratorio del profesor Kilburn para prepararse a ocupar a su retorno un cargo en el grupo de mantenimiento.

El CNICT costeó el viaje y la permanencia por tres meses en los laboratorios de Ferranti en Manchester del ingeniero electrónico Jonás Pajuk para que asistiera al montaje y desmontaje del equipo Mercury. El inge-niero Pajuk ocupó a su regreso el cargo de jefe del gru-po de mantenimiento y tuvo importante actuación en el desarrollo de investigaciones tecnológicas para el me-joramiento del sistema de computación.

En enero de 1961 comienza la instalación de la com-putadora y en marzo la profesora Popplewell dicta ei primer curso de programación a los jóvenes ya integra-dos como personal del Instituto. El 15 de mayo del

mismo año se dictó el primer curso de programación "autocode" para representantes de las universidades de Córdoba, La Plata, del Sur, Tucumán, Cuyo, Lito-ral, Buenos Aires, Montevideo, del Instituto de Física de Bariloche, de la Comisión Nacional de Energía Ató-mica, del Instituto de Investigaciones Científicas y Téc-nicas de las Fuerzas Armadas, del Instituto Geográfico Militar, de la Empresa Nacional de Agua y Energía Eléctrica, de la Empresa Nacional de Telecomunicacio-nes, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecua-ria, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, de la Escuela Nacional de Salud Pública y de varias empresas privadas. Las clases teóricas fueron dictadas por la profesora Popplewell y colaboraron en las clases prácticas la doctora R. Ch. de Guber, la ingeniera A. de Marval y las licenciadas C. Berdichevsky, V. Eandi y el licenciado E. García Camarero.

Aunque la máquina estaba ya en pleno funcionamien-to durante el desarrollo de este curso, pasó las pruebas especificadas en el contrato de compra para la acepta-ción de la entrega, el 2 de junio de 1961.

Según los convenios suscriptos, un año después, la responsabilidad total del mantenimiento fue asumida por los ingenieros argentinos: J. Pajuk y O. Mattiussi iniciaron el grupo al cual luego se incorporaron los ingenieros A. Tapia, J. J. Cantón, D. Cosarinsky v J. R. Reselló.

C.N.: ¿Cómo se organizaron las actividades del Ins-tituto de Cálculo?

M. S.: Respecto a la resolución de problemas hubo dos líneas de trabajo. Por una parte el Instituto reci-bió para su procesamiento y /o resolución los proble-mas presentados por investigadores de cualquiera de las Facultades de la Universidad o de las instituciones nacionales con las cuales se hallaba vinculado y que ya mencionamos. Por otra parte y teniendo en cuenta las características del personal de que disponía se fueron abriendo distintos frentes de trabajo que encaraban problemas propios. Siempre se trató de que fueran "problemas reales", es decir surgidos de la realidad circundante y no fruto de lucubraciones abstractas.

El grupo de Economía Matemática que dirigió el doctor Oscar Varsavsky elaboró dos modelos económi-cos: Meic-0 y Meic-1 (Modelo Económico del Institu-to de Cálculo, el 0 es sin el sector financiero que el 1 incluye), iniciando una técnica nueva que implicaba el uso de la computadora para elaborar material pro-porcionado por estadísticas argentinas. Este grupo fue característicamente interdisciplinario y a él se incorpo-raron los economistas A. O'Connell y A. Fucaraccío, el sociólogo J. F. Sábato y el estadístico V. Yohai, con los cuales colaboraron Nélida Lugo, H . Paulero, R. Frenkel, Mario Malajovich, Liana Lew y Noemí Gar-cía. El grupo de Investigación Operativa se inició con un trabajo de gran trascendencia nacional como es el del estudio del aprovechamiento de los ríos andinos por el método de modelos numéricos. Este estudio fue propuesto al Instituto de Cálculo por la Comisión Mix-ta del Consejo Federal de Inversiones (CFI ) y CEPAL. La dirección del trabajo estuvo a cargo de O. Var-savsky y J. Aráoz y contó con el asesoramiento de los ingenieros Jorge J. C. Riva, Roque Carranza y otros y constituyó uno de los primeros ejemplos en el mun-

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do de aplicación del método de experimentación nu-mérico al análisis de complejos sistemas dinámicos.

Este mismo grupo realizó, bajo la dirección de J. Aráoz Durancl y en conexión con el ingeniero Aníbal Petersen, los primeros trabajos —utilizando computa-dora—• sobre camino crítico. Participaban en ese gru-po Marcelo Larramendy, Néstor Sameghini y J. C. Frenkel.

Una preocupación predominante del Instituto de Cálculo fue impulsar el estudio y aplicación de la es-tadística, rama aún insuficientemente desarrollada en el país en relación con las necesidades. El grupo de Estadística cumplió su trabajo en dos planos: por una parte con la dirección del profesor Sigfrido Mazza y la colaboración de los ingenieros A. Éllenrieder y R. Maga!di y la licenciada María Rosa P. de Pignotti, se hicieron estudios especiales de los problemas estadísti-cos que se presentaban en las tareas de INTA, YPF, CONADE, Entel, Instituto Nacional de la Salud, Ins-tituto de Sociología, etc. Este grupo tuvo la responsa-bilidad de diseñar la muestra y evaluar los errores del material compilado en el Censo de población de 1960. Por otra parte el grupo que integraban Violna Eandi, Walkiria Primo y Luis Talavera, centró su actividad en la colaboración permanente con el INTA. En mar-zo de 1963 esa institución publicó el fascículo titulado: "El uso de la computadora Mercury Ferranti en el aná-lisis de datos experimentales", en el cual se dan las instrucciones que deben seguir los usuarios disemina-dos en todo el país para normalizar la recolección del material estadístico agrario.

El grupo de Mecánica Aplicada, con la dirección del ingeniero Mario H. Gradowczyk y la participación de los ingenieros J. Schujman, H. C. Folguera, E. Risler y el computador Alberto Rivas, realizó numerosos e importantes trabajos en dos líneas: mecánica del sólido y mecánica de fluidos. En la primera desarrollaron tra-bajos en tres ramas: 1) cálculo de estructuras con com-putadoras; 2) teoría de cascaras, y 3) cálculo numé-rico de problemas elásticos. En la segunda se trabajó en el estudio de la erosión y transporte de material de fondo en canales y cauces naturales y en los problemas «estacionarios en tuberías. En el primer campo fue inapreciable la colaboración del profesor ingeniero Os-car Maggíolo de la Universidad de Montevideo que dictó un seminario en el Instituto de Cálculo en junio de 1964 sobre "Mecánica de la erosión", aportando su vasta experiencia en modelos físicos. En el segundo campo se trabajó en colaboración con el personal téc-nico de Agua y Energía Eléctrica de la Nación.

El grupo de Análisis Numérico bajo la dirección del ingeniero P. E. Zadunaisky y con la colaboración de los licenciados Víctor Pereyra, C. Berdichevsky, Gra-ciela Oliver, E. Ruspini, G. Galimberti, A. Martese y otros, se ocupó de estudiar problemas de convergencia en la resolución numérica de ecuaciones diferenciales en relación con cuestiones de mecánica celeste especial-mente relativas al cálculo de órbitas.

Cuando la naturaleza de los problemas estudiados alcanzó una mayor complejidad fue necesario pasar de la etapa de adiestramiento de programadores en los len-guajes usuales a la investigación de las estructuras que permiten elaborar nuevos lenguajes para el máximo aprovechamiento de los equipos. El grupo que se cons-tituyó con este propósito fue dirigido por Wilfred Du-

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rán y contó con la colaboración de Ana C. Zoltan, Clarisa Cortés y Diana Buyó.

Este grupo de Sistemas de Programación creó un nuevo lenguaje, denominado COMIC (Compilador del Instituto de Cálculo), que fue publicado en mayo de 1966 y que demostro desde sus primeros usos ser muy apropiado para el tipo de trabajo que se realizaba en la computadora del Instituto de Cálculo.

También realizó trabajos una Sección de Lingüística Computacional dirigida por la ingeniera Eugenia Fisher que contó con la colaboración de Alberto Rivas y Vic-toria Bajar y Adelqui Brunetti, que encaró problemas de traducción automática y de estructura de la lengua española. Trabajó en colaboración con la cátedra de filología de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, y el Instituto Radiotécnico de Tucumán, el Ins-tituto Matemático de Bahía Blanca y con el asesora-miento del profesor B. Vauquois de la Universidad de Grenoble (Francia).

A raíz de que el Servicio de Hidrografía Naval, pa-ra poder utilizar eficientemente la computadora, de-cidió trasladar al Instituto de Cálculo su estereocom-parador Nistri, se creó una sección encargada de pre-parar los correspondientes programas en relación con la cátedra de fotogrametría de la Facultad de Ingenie-ría de Buenos Aires.

Hubo un grupo peculiar, que denominamos de In-geniería Electrónica, que si bien tuvo como primera y primordial tarea asegurar el funcionamiento del equipo Mercury, cosa que hizo con excepcional eficiencia du-rante cinco años, excedió los marcos de esa labor reali-zando trabaj os de Investigación y Desarrollo que per-mitieron complementar y perfeccionar el equipo. Este grupo fue dirigido por el ingeniero J. Pajuk. Entre los más importantes trabajos realizados se abocaron al di-seño y la construcción de equipos periféricos que per-mitieron incrementar las velocidades de entrada y de salida del sistema Mercury y la construcción de un convertidor de tarjetas a cinta con el cual se facilitó la realización de aquellos trabajos cuyos datos estaban contenidos en fichas Hollerith. También diseñaron un convertidor analógico-digital destinado al análisis de datos de origen neurológico por requerimiento del gru-po de investigadores que, en el Hospital de Niños, di-rigía el profesor Raúl Carrea.

CJV.: ¿Estos grupos de trabajo que usted acaba de señalar, se dedicaban a la investigación o tenían tam-bién participación en la docencia?

M. S.: Todo el trabajo del Instituto estaba imple-mentado para atender tres frentes: la docencia, la in-vestigación y los servicios.

En lo que se refiere a la investigación, la labor ha sido ya descrita aunque de manera bastante somera, en mi respuesta anterior. En agosto de 1964 decidimos iniciar una serie especial de publicaciones conteniendo las investigaciones más importantes, cuya nómina les entrego. Entre el millar o más de trabajos que se reali-zaron en el Instituto de 1961 a 1966, hubo muchos que fueron publicados en las revistas especializadas y sólo el_ análisis de esos trabajos podría permitir una valoración completa de la labor de investigación que fue cumplida.

Me parece importante señalar el carácter original

que tuvieron los servicios que el Instituto de Cálculo prestaba. Siempre se tuvo la preocupación de no acep-tar trabajos rutinarios y los que se efectuaron consti-tuyeron un vivero constantemente renovado de pro-blemas que obligaron a analizar cuestiones científicas, a requerir la participación interdisciplinaria de especia-listas, a veces no miembros de la Universidad de Bue-nos Aires; a exigir de los ingenieros el desarrollo de nuevos dispositivos para aumentar el rendimiento del equipo y desafiar a los programadores a perfeccionar y elaborar los lenguajes más adaptados a las necesida-des denlos usuarios. La reglamentación del Instituto permitía que la realización de los servicios proporcio-nara fondos que incrementaban el presupuesto: en el período 1964-65, mientras la Universidad proporcionó 5.200.000 pesos, los ingresos propios superaron los 12 millones. La complejidad de la atención de los servicios exigió ya en 1961 la creación de una jefatura que estu-vo a cargo de la doctora R. Ch. de Guber. Los fondos propios no solamente permitieron la contratación de jóvenes graduados en matemática y computación, sino que llegaron a hacer posible el otorgamiento de 20 be-cas especiales para el estudio intensivo de programa-ción superior. Para esos becarios se dictó un curso de seis meses en 1965 con óptimos resultados.

La labor de docencia tuvo un muy amplio espectro, Aparte de los cursos esporádicos como el que acabo de

Publicaciones del Instituto de Cálculo A partir de_ agosto de 1964 se comenzó a publi-car una serie especial con los siguientes títulos:

1. Un método para la estimación de errores propagados en la solución numérica de un sistema de ecuaciones ordinarias; P. E. Zadunaisky.

2. Tensiones térmicas en cascaras elásticas delgadas-, M. H . Gradowczyk.

3. Discusión sobre un modelo matemático pa-ra el estudio de los problemas de erosión de lechos móviles; M. H . Gradowczyk.

4. El movimiento del cometa Halley durante el retorno de 1910; P. E. Zadunaisky.

5. Sobre la convergencia y precisión de un proceso de correcciones diferenciales suce-sivas-, P. E. Zadunaisky y V. Pereyra.

6. Modelo matemático para el estudio de la erosión de lechos móviles-, M. H . Gra-dowczyk y H . C. Folguera.

7. Sistemas dinámicos controlados-, E. Roxin. 8. La varianza minimax en la interpolación y

la extrapolación polinómica; A. Levine. 9. Tabla para diseños óptimos en predicción

por polinomios-, F. J. Alfonso. 10, Una teoría matemática para el estudio de

los problemas de erosión-, M. H . Gra-dowczyk.

11. Estudio del aprovechamiento hidráulico de ríos andinos por el método de modelos numéricos-, T. Aráoz Durand y O . Var-savsky.

12. Camino crítico aplicado a la construcción de edificios-, J . Aráoz Durand.

13. Matrices positivas. Propiedades utilizadas en teorías económicas-, Seminario de eco-nomía matemática, 1962.

14. Introducción al lenguaje COMIC; W . Du-ran.

Los títulos 12 y 13 estaban en prensa en la época que las ediciones quedaron interrumpidas.

Además se publicaron 5 números de los Bole-tines Internos del Grupo de Economía y varios fascículos especiales con informes tales como Re-conocimiento de Mayores Costos, trabajo enco-mendado por la Dirección Nacional de Vialidad.

Numerosos trabajos realizados en el Inst i tuto de Cálculo fueron publicados en revistas especia-lizadas del país y del extranjero, tales como: Cien-cia e Investigación ( 1 9 6 3 ) ; Ciencia y Técnica ( 1 9 6 4 ) ; Zeitschrift für Angewandte Mathematik un Mechanik ( 1 9 6 6 ) ; La Houille Blanche ( 1 9 6 5 ) ; Pestschrift Beer-Sattler ( 1 9 6 6 ) ; The Astronomi-cal Journal (1962, 1966) , y en las Actas de los simposios y congresos de la Federación Interna-cional de Sociedades de Procesamiento de Infor-mación ( I F I P , 1 9 6 5 ) ; Unión Astronómica Inter-nacional ( 1 9 6 4 ) ; Congresos de Hidráulica de Por-to Alegre ( 1 9 6 4 ) , Buenos Aires ( 1 9 6 5 ) , Vene-zuela ( 1 9 6 6 ) , Minneápolis ( 1 9 6 6 ) , Jornadas de Ingeniería Estructural , San Pablo ( 1 9 6 6 ) , Unión Astronómica Internacional ( 1 9 6 4 ) , etc.

citar que fueron muchos, se realizaban varias veces por año cursos teóricas-prácticos que duraban una semana y exigían dedicación full-time para instruir a potencia-les usuarios que actuaban en las universidades del in-terior o en empresas estatales o privadas sobre progra-mación en Autocode y en COMIC. De tales cursos se realizaron 13 en los cinco años. Pero naturalmente el trabajo fundamental de docencia se realizó para poner en marcha y atender los requerimientos específicos de la carrera de Computador Cien tífico. Esa carrera fue creada a iniciativa nuestra. Presentamos el proyecto al Consejo Directivo de la Facultad en setiembre de 1962, proyecto que fue sancionado en forma defini-tiva por el Consejo Superior de la Universidad el 19 de octubre de 1963. Correspondía a una real exigen-cia del ambiente como lo probó el alto número de ins-cripciones y el reconocimiento general del nivel de los egresados hasta 1966. La creación de la carrera tuvo como principal finalidad hacer recaer en la Universidad la responsabilidad de la formación de expertos en com-putación, evitando que ocurriera lo que sucede en mu-chos países que delegan esa función en las empresas comercializadoras de equipos electrónicos.

Dentro del capítulo de educación, debo agregar que el Instituto se ocupó tanto del perfeccionamiento de su personal en el extranjero como de la incorporación transitoria de renombrados expertos internacionales. Se obtuvieron becas: del CNICT para el ingeniero Pajuk, del Centro Internacional de Cálculo para el in-geniero O. Mattiussi y la licenciada C. Berdichevsky, de la Universidad de Stanford para los licenciados V. Pereyra y Guillermo Delbue y del Centro de Estudios Económicos de París para el licenciado V. Yohai.

Los profesores A. Ostrowski, de Basilea; L. Collatz, de Hamburgo; O. Kempthorne, de Iowa; B. Vauquois, de Grenoble; D. Duguet y E. Berrebi, de París, actua-ron como expertos.

C. N.: En el reportaje a que aludíamos al comienzo el doctor Zardini dijo: "Cuando el doctor Manuel Sadosky era vicedecano, compró una computadora vieja que no servía para nada. Ni bien se rompió llamamos a licita-ción para comprar otra". Respecto a la primera parte creemos que lo que usted nos ha dicho aclara amplia-mente las cosas; tal vez sería útil que nos precisara ahora qué pasaba con la computadora y con el trabajo del Instituto al final de su gestión.

M S.: Es tan absurdo y revela una ignorancia tan extrema sobre el problema decir que la computadora "se rompió' que realmente no vale la pena referirse a eso. Si lo que ustedes desean saber es si en 1966 el equipo Mercury había envejecido hasta el punto de dejar de ser útil, la respuesta es taxativa: la computa-dora, a pesar de las mejoras que se le habían incorpo-rado, ya había sido superada por los modelos más mo-dernos, pero todavía se usaba muy bien y cumplía am-pliamente con los requerimientos derivados de la do-cencia. Sus limitaciones (de velocidad y memoria) eran sensibles sobre todo para el renglón servicios y para el trabajo con modelos matemáticos en el cual se utiliza-ban gran cantidad de variables. Precisamente por eso, en 1965, se hizo un estudio exhaustivo, con la parti-cipación de todo el personal del Instituto, para deter-minar de acuerdo a lo que entonces se hacía y a las necesidades previsibles para los próximos 10 años, cuál

Clementina La computadora Mercury Ferranti del Instituto de Cálculo tenía varias "habilidades". Estaba adies-trada para jugar al nim y no sólo vencía en la man mayoría de los casos, sino que acompañaba el anuncio de su victoria con la emisión de algunos acordes de la Marcha Triunfal. Precisamente se hizo acreedora en el ambiente del nombre de Cle-mentinaporque su "número fuer te" consistía en la interpretación de la popular melodía Clemen-tine. Pero los programadores del Instituto de Cálculo también lograron que la máquina fuera capaz de emitir acordes de La Cumparsita.

debía ser la configuración del equipo electrónico que debería poseer el Instituto de Cálculo para mantenerse : en el primer rango que entonces ocupaba entre las ins-tituciones similares de América Latina. Se realizó un seminario de discusión en el cual participaron todas las compañías comercializadoras (IBM, Bull-General Electric, Burroughs, NCR) cuyos representantes in-formaron sobre sus posibilidades de oferta y discutie-ron con el personal del Instituto sobre las caracterís-ticas de las novedades técnicas.

Como resumen de todas esas discusiones preparé, en enero de 1966, un informe que la Universidad de Bue-nos Aires elevó al Ministerio de Hacienda de la Nación del cual había que recabar el acuerdo para la financia-ción, donde constan los requerimientos técnicos y los costos del equipo que se consideraba necesario adquirir.

A pesar de las limitaciones de máquina, el trabajo del Instituto de Cálculo se desatollaba en 1966 en su máximo de eficiencia y productividad. El equipo Mer-cury funcionaba 24 horas por día. Resulta doloroso comparar los cinco años de trabajo fecundo que se su-cedieron a partir de su creación con los cinco años siguientes a la intervención de la Universidad: un Ins-tituto sin computadora y sin publicaciones, una carrera de la cual no se tienen más noticias que las quejas de, los estudiantes que la prensa recoge esporádicamente. Mientras esta decadencia del Instituto de Cálculo se fue acentuando, en otros países de América Latina como Brasil, Méjico, Chile, Venezuela y Uruguay los progresos fueron sostenidos y por supuesto nadie su-pone ya que el Instituto argentino figure en ningún ranking , . .

C. N.: ¿Cree usted que cabe algún otro comentario acer-ca de las afirmaciones de Zardini?

M. S.: Las pintorescas declaraciones del doctor Zar-dini me han dado la oportunidad de rescatar esta "his-toria" que me parece útil que los jóvenes conozcan. Por lo demás resultaría ocioso tenerlas en cuenta si no fuera que el azar que lo ha puesto al frente ck' la Fa-cultad de Ciencias Exactas y Naturales de Buenos Ai-res hace que comprometa el prestigio de los docentes e investigadores que lo tienen como autoridad y avalan con su silencio los despropósitos que él formula. O

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Humor Julio Moreno

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Memorias magneto-ópticas para computadoras más veloces

Ivan Chambouleyron

La utilización de computadoras elec-trónicas en la solución de problemas más y más complejos en donde se manejan cantidades cada vez mayores de datos y variables, ha conducido a plantear la velocidad de operación como factor determinante de pro-greso.

El descubrimiento de componen-tes veloces y confiables utilizados en la lógica de las máquinas, ha despla-zado en los últimos años el problema hacia las memorias que constituyen el cuello de botella del proceso de cálculo. Dicho de otra manera: hay que encontrar nuevos tipos de me-morias tales que permitan almacenar enorme cantidad de información y que al mismo tiempo posean un sis-tema de lectura tal que dicha infor-mación pueda acceder a la lógica en un tiempo extremadamente corto.

El problema de almacenamiento de gran cantidad de datos ha sido en parte resuelto con la utilización de las llamadas memorias de masa. És-tas son sistemas de almacenamiento externos a la computadora en sí, pe-ro que trabajan bajo control de la

Ivan Chambouleyron es mendocino, ingeniero en Telecomunicaciones de la Universidad de La Plata (1962) y doctor en Ciencias de la Universidad de París (1970). En Francia fue docente e investigador de la Facultad de Ciencias y, a su regreso a la Argentina, se incorporó al grupo de Semiconductores de la Comisión Nacional de Estudios Geo-Heliofísicos.

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misma. A pedido de ella proveen datos necesarios a la ejecución de un programa que pueden ser intercala-dos con los que almacena la memo-ria principal de la máquina. En la actualidad están constituidas por dis-cos o tambores magnéticos con ca-bezas de escritura y lectura de fe-rrita. Son capaces de almacenar del orden de 5.104 unidades de infor-mación por centímetro cuadrado y su tiempo de acceso, es decir el tiem-po necesario para seleccionar una información almacenada, es de apro-ximadamente 50 milisegundos. La mayor parte del tiempo de acceso es debida a movimientos de rotación y traslación necesarios para la ubi-cación de la información deseada.

La tecnología clásica de registro magnético permite, en principio, aumentar por encima de los valores actualmente utilizados la capacidad de las memorias, pero desgraciada-mente, sólo a costa del tiempo de acceso a la información.1

La figura 1 muestra la capacidad de memoria en bits versus el tiem-po de acceso a la información para los diferentes sistemas existentes de registro magnético. Vemos que la tecnología actual parece alinear los diferentes sistemas sobre una recta de pendiente negativa. La posibili-dad de manejar mayor cantidad de datos sólo se consigue aumentando los tiempos de operación.

Los progresos realizados en la tec-nología actual van introduciendo mejoras en los sistemas representa-dos que tienden a desplazar la recta de la figura 1 hacia la derecha y hacia arriba. Sin embargo los es-

pecialistas están poco convencidos de que por este camino se pueda llegar al cambio en uno o dos órdenes de magnitud, necesarios para que la ex-tracción de datos de las memorias, auxiliares no constituya el cuello de botella del proceso de cálculo. Tan-to más puesto que se espera en los próximos años operar con lógicas más veloces que las actuales.

Para encontrar solución a este pro-blema, grupos de investigadores de las principales firmas productoras de computadoras se han dedicado a bus-car sistemas de memorias de gran capacidad de almacenamiento y tiem-po de acceso rápido. Una posibilidad que ofrece interesantes perspectivas la constituyen las llamadas memo-rias magneto-ópticas.

El principio de funcionamiento de tales memorias es un fenómeno co-nocido desde hace años: el efecto Faraday. Se llama efecto Faraday a la rotación del plano de polarización de un haz luminoso polarizado Ii-nealmente, cuando atraviesa una sus-tancia en presencia de un campo

1 La capacidad de una memoria se mide en bits que es la unidad de información en el sistema binario utilizado por la ló-gica de las máquinas. El sistema binario de numeración posee dos dígitos O y 1. Corresponden en la máquina al paso de la corriente y su interrupción, al estado de magnetización o no de una substancia o, como veremos, al paso o interrupción de un haz luminoso.

® La temperatura de Curie de un ma-terial es la temperatura por encima de la cual la magnetización espontánea o re-manente desaparece.

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capacidad (bits)

Figura 1. Capacidad de almacenamiento y tiempo de acceso a la información en los sistemas de registro magnético convencionales.

Figura 2. La luz se propaga perpendicularmente al plano de la figura incidiendo en 0. Su plano de polarización es 01. Para un estado de magnetización del material el plano de polarización del haz emergente habrá girado a y es 02. Para el otro estado de magnetización posible habrá girado —a y será 03. El eje analizador está dado por la recta a. Ninguna luz lo atravesará si el plano de polarización del haz emergente es 02. Para la dirección 03, una fracción de la luz atravesará el analizador y podrá alcanzar el detector.

magnético. Esta rotación tiene sen-tidos opuestos según la luz se pro-pague en el sentido del campo mag-nético o en sentido opuesto.

Para utilizar este efecto como me-moria se parte de una capa delgada (del orden de 1000 Ángstrom) de magneso-bismuto, óxido de europio u otra sustancia apropiada. Por apli-cación de un campo magnético se magnetiza el material perpendicular-mente a su superficie. El registro de una unidad de información se reali-za calentando hasta la temperatura de Curie 2 del material, un punto de algunos micrones de diámetro por medio de un rayo láser. Al enfriarse el material, se magnetiza en sentido opuesto. Es este cambio de imanta-ción lo que constituye el bit alma-cenado.

Para la lectura magneto-óptica de la información bastará iluminar el punto en cuestión con rayo láser po-larizado linealmente. Una parte de la luz será absorbida por el material y la restante emergerá con un plano de polarización que diferirá de a o de — a con respecto al haz incidente según el estado magnético local (fi-gura 2 ) .

La presencia de una información podría entonces ser detectada colo-cando en el camino óptico del haz emergente un analizador y un detec-tor de luz.

Si el eje del analizador es perpen-dicular al plano de polarización del haz luminoso que haya atravesado un punto donde, por ejemplo, nin-gún bit ha sido almacenado, la luz no podrá pasar y el detector dará una señal nula.

Por el contrario el analizador de-jará pasar una fracción de la luz si el rayo láser ha atravesado una re-gión donde una información ha sido registrada.

En ese caso el eje del analizador y el plano de polarización del haz emergente (éste habrá rotado de — a ) no serán perpendiculares y el detector producirá la señal corres-pondiente. Para borrar la informa-ción registrada bastará aplicar un campo magnético suficientemente elevado que magnetice nuevamente la capa en una dirección.

En los primeros ensayos realiza-dos en este sentido, se han utilizado láseres gaseosos que registran la in-formación en puntos de 5 micrones de diámetro. Un grupo de investiga-ción de IBM se propone empero uti-lizar láseres semiconductores de ar-seniuro de galio que podrían alma-cenar un bit en una superficie del orden del micrón cuadrado. Con esta tecnología y aún suponiendo super-ficies mayores por bit, serían alcan-zables densidades del orden de 10° bits/cm2 . Esto representa cien ve-

ces la densidad de información de los sistemas utilizados. Por otra par-te, los detectores ópticos sensibles a la radiación del arseniuro de galio tienen frecuencias de corte superio-res a los 108 FIz, por lo que los re-tardos debidos a la lectura desapa-recen. Sólo queda el derivado de la rotación del disco soporte. Cálculos no muy optimistas muestran que el tiempo total de acceso a la informa-ción no sería nunca superior a los 5 milisegundos, es decir un orden de magnitud menor que el actualmente necesario.

Se investigan en la actualidad otros tipos de memorias basadas en principios ópticos diferentes. Un grupo de investigación de RCA tra-ta de almacenar información por el registro de un holograma magnético sobre una capa delgada de manga-neso-bismuto. Esta tecnología, un poco más sofisticada que la anterior, permitiría almacenar 1010 bits en superficies inferiores al metro cua-drado con tiempos de acceso infe-riores a 0,1 milisegundo.

Aunque todo lo expuesto se halla aún a nivel de laboratorio, el pro-blema de obtener memorias más ve-loces y confiables en las computado-ras del futuro parece tener su solu-ción en tecnologías de avanzada en donde la luz jugará un papel fun-damental. O

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Nace una nueva ciencia: la Paleoingeniería George Whitfield y Cherrie Bramwell

jLa aplicación de los principios de la ingeniería a la paleontología permite llenar brechas en el conocimiento de los fósiles y proyectar una nueva luz sobre la vida de especies extintas. Por ejemplo, la paleoingeniería ha establecido ya una des-cripción mucho más completa que las conocidas hasta ahora de la estructura y los hábitos de la criatura volante más grande que haya existido en el mundo, el ptero-dáctilo llamado Pteranodon.

George Whitfield, es doctor en ingeniería; Cherrie Bramwell es paleóntologa. Esta nota introduce en el trabajo que ambos realizan en conjunto en la Universidad de Reading, Gran Bretaña. Fue publicado originalmente por la revista inglesa New Scientist.

Figura 1. Esqueleto del Diplodocus. Este animal medía 26 metros de largo y debe de haber pesado 40 toneladas.

Durante muchos años, los paleon-tólogos han extraído de la tierra fó-siles y tratado de recrear los anima-les originales, basando sus recons-trucciones sobre las dimensiones y la distribución de los huesos encon-trados. En esa tarea los guiaron com-paraciones con animales vivos, así como las informaciones aportadas por la geología y la física y los re-cursos brindados por la química en materia de limpieza y conservación. En general, empero, los paleontólo-gos han ignorado la ingeniería. La-mentablemente, porque el ingeniero puede ofrecer mucho al paleontólogo aplicando su conocimiento de la me-cánica a los animales, vivos o de es-pecies extintas (hecho que los zoó-logos no han dejado de apreciar). Todo animal posee una estructura mecánica que debe ser capaz de so-portar las cargas que se le impon-gan, debe ser estable y, dado que en su mayor parte los animales se mue-ven, debe estar dotada de músculos lo suficientemente grandes y coloca-dos en la forma correcta para la lo-comoción.

Estas consideraciones se aplican en particular a los animales grandes, altamente evolucionados o especia-lizados. Visitar el Museo de Historia Natural de Gran Bretaña con los ojos de un ingeniero proporciona múlti-ples ejemplos de ello. Tal el caso del Diplodocus (figura 1) , de 26 me-tros de largo: se trata sin lugar a dudas de un animal grande y pesa-do cuyo peso es soportado por cua-tro patas. ¿Por qué no se hunde el cuerpo en el medio? La respuesta clásica decía que el Diplodocus vivía habitualmente en agua que lo hacía boyar; el volumen desplazado de agua relevaba a las patas de gran parte de su carga. Pero puede ob-servarse que el cuerpo está construi-do como el arco de un puente en su parte superior y como un puente colgante en su parte inferior (figu-ra 2) . El cuello y la cola del Diplo-docus, largos, se proyectan en vola-dizo respecto del cuerpo. En esas partes la columna vertebral recibe el esfuerzo de compresión y un ten-dón que en vida del animal, pasaba por encima de ella, era el miembro

tensor. Las vértebras, a lo largo de las cuales corría el tendón, son más largas en las regiones pectoral y pel-viana, donde las cargas son mayores.

Las fuerzas derivadas del cuerpo, el cuello y la cola convergen hacia las cinturas escapular y pelviana y ese peso es transferido por su inter-medio a las patas, que verticales y rectas, responden a la forma ideal para soportar una gran carga. Un simple cálculo revela que las patas son, con comodidad, lo suficiente-mente fuertes como para soportar el peso: tiene un coeficiente de seguri-dad de cuatro. La paleoingeniería del Diplodocus señala que no hay ne-cesidad de postular una existencia acuática por una razón mecánica y, en este sentido, es de notar que hace corto tiempo Robert Bakker, de la Universalidad de Yale, reestudió los esqueletos de los saurópodos y sugi-rió que eran animales más bien te-rrestres que acuáticos. A tal conclu-sión llegó al cabo de un análisis de distintas partes de la anatomía, con inclusión de los dientes, la cola y la forma general del cuerpo. Bakker se-ñalaba que la sección transversal del cuerpo del Diplodocus es similar a la que presentan grandes animales terrestres como el elefante, sección profunda y relativamente angosta, y no achatada como en los animales afectos al agua, como el hipopótamo (figura 3 ) .

Estas secciones transversales se derivan directamente de exigencias mecánicas. Para soportar un cuerpo pesado, el miembro resistente a la compresión, en este caso la espina dorsal, debe estar en la parte supe-rior y contar con un miembro ten-sor abajo, tan lejos del otro como sea posible. En el agua el peso es sostenido por flotación, por lo que la espina dorsal del pez se encuen-tra en el centro de éste, óptimo lu-gar para brindar la flexibilidad que exige la natación. El hipopótamo ne-cesita caminar por tierra, de manera que su estructura responde a un compromiso.

Cualquier estructura mecánica de-be ser lo bastante fuerte como para soportar su propio peso en todas las etapas de la construcción. Similar-mente, un animal debe ser lo bás-tanle re-isleuie en todas las etapas de su desarrollo. Existe, por ejem-plo, el caso del huevo. Un huevo de-be sopor ra r la presión hidrostática del lícniido que contiene. Un huevo pequeño, en consecuencia, puede te-

ft n Figura 2. Diseño estructural del cuerpo de un Diplodocus: tina combinación de puente de arco y puente colgante.

Hipopótamo

Elefante Diplodocus

Figura 3. Secciones transversas de un pez, un animal acuático y dos animales de tierra. Pueden apreciarse la ubicación cada vez más alta de la espina dorsal

el aumento de la profundidad del cuerpo, necesarios para soportar el mayor peso.

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Figura 4. El Pteranodon, pterodáctilo de mayor tamaño que haya existido (según Augusta y Burian).

Figura 5. Dibujo de la distribución general Figura 6. Estructura del ala del Pteranodon de elementos del Pteranodon.

ner una cascara delgada. Pero a me-dida que el huevo se agranda, la cas-cara debe cobrar más espesor, pero tampoco debe cobrar tanta resisten-cia que el pichón no pueda romper-lo al nacer. Hay, en consecuencia, un límite máximo para el tamaño posi-ble de un huevo, cualquiera sea el tamaño de la criatura que lo ponga. Debe de ser posible, determinar por cálculo su dimensión máxima, por comparación entre la fuerza que el animal puede ejercer contra el lado interior de la cáscara y la resistencia ae los distintos materiales que la componen.

En los animales que vuelan los requisitos de ingeniería son particu-larmente rigurosos: las conflictuales necesidades impuestas por la forma aerodinámica, la economía de peso y la resistencia estructural son fac-tores que influyen claramente sobre el diseño del animal. Los problemas de la resistencia y del vuelo propul-sado se tornan más severos a medida que el animal aumenta de tamaño; por otro lado, mayores dimensiones facilitan un buen rendimiento en planeo. En Reading hemos examina-do h paleoingeniería del Pterano-don ingens, el pterodáctilo y asimis-mo la más grande criatura volante que haya existido (figura 4 ) . Ac-tualmente tratamos de llegar a una reconstrucción que sea compatible tanto con la evidencia fósil como con los requisitos de ingeniería y de de-rivar tanta información como sea po-sible acerca del modo de vida para el cual es adecuada la estructura del animal. Desde el punto de vista de la ingeniería, el diseño del Pterano-don ingens resulta sumamente bue-no, tanto como se lo podría esperar

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de un avión con más de 100 millo-nes de años de perfeccionamiento.

Se han recolectado varios cente-nares de ejemplares de Pteranodon, pero todos se encuentran incomple-tos, triturados o rotos. La tarea de reconstrucción se parece bastante a la de reconstruir un avión de línea estrellado, salvo en el sentido de que disponemos de varios tipos similares en una diversidad de tamaños. Una vez reunida toda la evidencia pode-mos ^ confeccionar un dibujo de la distribución general del animal con sus alas en posición de planeo; la in-formación relativa a la dirección y el grado de los movimientos posibles en las articulaciones ha sido obteni-da mediante el estudio de huesos ro-tos, pero no triturados, provenien-tes del Greensand de Cambridge. El peso del Pteranodon ingens lo hemos calculado sumando los pesos de to-das las piezas separadas. El resulta-do que obtuvimos fue de unos 15,75 kilogramos para una criatura dotada de una envergadura alar de 7,015 metros aproximadamente.

La estructura más crítica de cual-quier máquina voladora es el ala. La del Pteranodon consiste en un "larguero" de borde de ataque, for-mado por los huesos del brazo y del cuarto dedo y una membrana delga-da y flexible (figura 6) . La mem-brana debe estirarse para resistir las cargas aplicadas por el aire, no obs-tante lo cual se hincha hacia arriba Para evitar la torsión del ala, que disminuiría el rendimiento, el lar-guero del borde de ataque se incur-va_ hacia abajo y hacia la punta, si-guiendo la curva de la membrana. En rigor, los huesos del ala se arti-culan en una forma tal que asegura

la necesaria curvatura hacia abajo del larguero.

Hay dos direcciones en que la membrana podría estirarse: hacia adelante y atrás (dirección ántero-posterior), entre el larguero y un tenso tendón que corre por el borde de fuga, y en el sentido de la enver-gadura (dirección lateral). Ambas disposiciones tienden a incurvar ha-cia atrás el larguero, pero el tensado ántero-posterior ejerce una fuerza mucho mayor, excesiva para ser so-portada por los huesos y tendones. Por consiguiente, los cálculos de re-sistencia se inclinan en favor del ten-sado en el sentido de la envergadura (figura 6 ) .

El ala está magníficamente cons-truida con vistas a la obtención de la resistencia necesaria y la reduc-ción del peso a un mínimo. Las pa-redes de los huesos alares son ex-tremadamente delgadas, pues su es-pesor alcanza un promedio de apro-ximadamente 1 milímetro. Empero, el espesor no es uniforme: la figura 6 muestra la sección transversal sub-triangular de los huesos del ala y revela que el hueso es más grueso en los ángulos, donde ese espesor contribuye más a la resistencia.

El larguero del ala debe presentar resistencia tanto a la incurvación ha-cía atrás como hacia arriba; tal re-sistencia aumenta de cero en la punta del ala a un alto valor en su raíz. Hacia el extremo la carga hacia atrás es la mayor, en tanto que la carga hacia arriba aumenta rápidamente cuanto menor es la distancia respec-to del cuerpo. La mitad del exterior del ala puede ser plegada hacia atrás en la articulación del nudillo. Un fuerte tendón pasa por el borde fron-

Figura 7. Los autores de este artículo probando una cabeza de Pteranodon en un túnel aerodinámico.

Figura 8. Rendimiento de planeo de: a) Pteranodon; b) Halcón; c) Albatros, y d) Planeador K-6CR. 1) Velocidad del aire (nudos); 2) Velocidad en pérdida de altura (nudos).

tal del ala desde ese punto y se in-serta en el húmero por intermedio de un músculo. Cuando está tenso ese tendón mantiene extendida el ala y aporta gran parte de la resis-tencia que posee la porción interior del larguero alar. Su posición se al-tera en el sentido de su longitud de manera de impartir resistencia en la dirección correcta para resistir las cargas ejercidas sobre el larguero; en el nudillo, está directamente f rente a los huesos alares para contrarres-tar la fuerza hacia atrás. A partir de allí se mueve bajo los huesos alares para ofrecer resistencia a la creciente carga hacia arriba.

Una característica destacada del Pteranodon es su cresta, lámina ósea grande y delgada que se proyecta desde la parte posterior de la cabe-za. Se han formulado varias hipóte-sis sobre su función, desde la de atri-buto de atracción sexual hasta la de mecanismo de dirección. Empero, para un ingeniero aeronáutico se tra-ta evidentemente de una aleta que compensa las cargas aerodinámicas aplicadas al pico cuando la cabeza se vuelve a un lado, compensación que permite que los músculos del cuello sean más débiles y por tanto más livianos que lo que se necesitaría en caso de no existir aquel dispositivo. La cresta pesa menos que lo que pe-sarían los músculos adicionales del cuello y su evolución responde a una economía de peso en un animal que ha economizado peso por todos los medios posibles. Para confirmar es-ta hipótesis hemos probado modelos de cabezas, con y sin crestas, en tú-nel aerodinámico. Hasta aproxima-damente 70° de rotación de la ca-beza la cresta tiene escaso efecto y el par motor aplicado a la cabeza con cresta es aproximadamente el mis-mo que el aplicado a la cabeza sin cresta. Pero cuando la cabeza es ro-tada hasta el ángulo recto (90° ) y más, la cresta equilibra el pico y el par motor disminuye considerable-mente. Esto no era exactamente lo que esperábamos: probablemente la cresta no sea eficiente a pequeños ángulos de rotación debido a que la estela dejada por la cabeza la con-trarresta. Pensándolo mejor, conclui-mos que la fuerza que los músculos pueden ejercer es mucho menor cuando están casi totalmente disten-didos, es decir cuando la cabeza está totalmente rotada. Tal es el punto crítico en que la cabeza necesita ser compensada por la aleta.

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En el suelo, el Pteranodon puede sustentarse sobre las puntas de sus dedos y sobre sus pies, pero las ar-ticulaciones de sus brazos tienen muy poco movimiento hacia adelan-te y hacia atrás, de manera que no puede caminar f á c i l m e n t e . Sus músculos de vuelo son muy débiles, de manera que el animal rinde poco en vuelo propulsado. Hemos calcu-lado su rendimiento en planeo (fi-gura 8) y lo hemos comparado con los de un planeador y dos pájaros. Es evidente que el Pteranodon era un planeador muy eficiente, de ba-jísimo régimen de pérdida de altura y muy baja velocidad de vuelo. Se trata de un factor decisivo para la comprensión de su manera de vivir. Vivía en el mar, subiendo en el aire ascendente donde el viento sopla so-bre las olas y comiendo pescado. Anidaba en acantilados que enfren-taban los vientos prevalecientes. Lo vemos —por así decirlo— ascen-diendo en el aire contra el frente del acantilado, posándose suavemen-te sobre la cúspide y pasando sobre el borde hasta una confortable po-sición colgante. Uno de nosotros tie-ne un murciélago que hace exacta-mente eso, si bien, en su caso, el

"acantilado" consiste en una cama. Levantar vuelo desde un acantilado es fácil, y desde el agua al Pterano-don le bastaba enfrentar el viento desde la cresta de una ola y aletear una vez para lanzarse cuesta abajo y remontar vuelo desde el seno entre dos olas.

De tal manera el Pteranodon es-taba adaptado al soplo de vientos li-geros y regulares y sus necesidades ecológicas encajaban en los mares cálidos y pocos profundos y en el agradable clima del período Cretá-ceo. Pero era muy vulnerable; un aumento de la velocidad general del viento o una mayor frecuencia de las tormentas pudieron bastar para su rápida extinción. Y tal vez bastaron.

El paleoingeniero necesita todos los conocimientos de biología y de ingeniería propios del bioinge-niero. Parte de la base de que las propiedades de los materiales bioló-gicos eran antes similares a las ac-tuales y de que los animales estaban bien diseñados, es decir, que cada uno de sus rasgos respondía a algu-na buena razón y muchas de estas razones residen en el campo de la ingeniería. Sus problemas empero, son bastante distintos de los del bio-

ingeniero porque si bien este último dispone en su campo de estudio de todas las partes del animal vivo, el paleontólogo debe contentarse con un esqueleto entero en el mejor de los casos. Empero, la clave de la uti-lidad del paleoingeniero es la si-guiente: puesto que todos los ani-males deben obedecer las leyes de la ingeniería para ser viables, la pa-leoingeniería puede ayudar a escla-recer puntos oscuros. Puede servir para determinar las funciones de las partes que quedan y sugerir la es-tructura y el diseño de las que fal-tan. Puede señalar limitaciones; el Pteranodon, por ejemplo, es incapaz de volar con bastante rapidez como para el ascenso propulsado del alba-tros, lo que nos obliga a determinar la existencia de otra forma de ascen-sión. Puede arrojar luz sobre la ma-nera de vivir de especies extintas, mostrando por ejemplo, sobre la ba-se de su estructura, que los sauró-podos no estaban confinados al agua. La paleoingeniería puede acudir en apoyo de la paleoecología conocida de cada período o bien proporcionar claves sobre la naturaleza del medio cuando escasean otras evidencias al respecto. O

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Una música que se hace ciencia

William Skyvington

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La música, como el amor, se hace, con todo lo que pueden aportar sus ejecutantes de empeño personal, de talento, de sensibilidad; en una pa-labra, de autenticidad humana. Por otra parte, como la poesía, se sien-te, y llega algunas veces a enormes masas de oyentes, como la física, logra hacerse comprender, por —al menos— algunos musicólogos que trabajan generalmente en universi-dades y conservatorios. La música es, por lo tanto, para unos y otros, una actividad real, un objeto de per-cepción o un objeto de análisis in-telectual. Por último, cuando es nueva la música es juzgada, ante to-do por los que se dedican a ella y, con frecuencia, es amada intensa-mente. Y esto molesta, seguramen-te, a quienes quieren reducirla a los denominados "términos científicos".

Los "fabricantes" de m ú s i c a —compositores e instrumentistas— recibieron de la tecnología moder-na algunos elementos útiles: en pri-mer lugar, esos instrumentos a bo-tones regulables llamados smtetiza-dores, que han brindado a la músi-ca contemporánea un inmenso re-pertorio de timbres electrónicos; más tarde las computadoras.

La música calculada

En la actualidad, las obras de com-puter music abundan y cuentan in-cluso con algunos "clásicos": Illiac Suite (1956) de Hiller e Isaacson, ST/10 (1962) de Xenakis, Compu-ter Cantata (1963) de Hiller y Ba-ker, Mutations (1969) de Jean-Claude Risset. Una decena de libros, juntamente con varias centenas de artículos de revistas, han sido con-sagrados enteramente al empleo de la computadora en música 1.

I.a UNESCO organizó en 1970

una reunión internacional sobre "música y tecnología", en la que el tema predominante en todas las dis-cusiones fue el de las computado-ras Constituyen todavía el centro de atención en el reciente libro que publicó Pierre Schaeffer sobre sus experiencias de primera figura fran-cesa en un cierto estilo de música contemporánea 3 .

Entre las más recientes realizacio-nes de la informática musical, ci-temos la llevada a cabo por John Chowing y Leland Smith de la Uni-versidad de Stanford, quienes con-cibieron un programa de computa-ción que permite " imprimir" par-tituras musicales automáticamente en una máquina de dibujo automá-tico, evitando de este modo al co-pista una tarea ingrata. Otros dos universitarios eminentes, Marvin Minsky y Edward Fredkin, profe-sores del Inst i tuto de Tecnología de Massachusetts, han concebido una minúscula computadora —tie-ne las dimensiones de un aparato de radio— exclusivamente destina-da a la generación de variaciones melódicas sobre un tema. Esta mi-ni-computadora musical —bautiza-da la Musa— está siendo actualmen-te fabricada en serie y se vende por algunos cientos de dólares.

La aplicación informática más es-pectacular en música es sin duda, la síntesis de sonidos "artificiales". La mayor parte de los sistemas exis-tentes están basados en los trabajos realizados por Max Mathews, un pionero, en los laboratorios Bell Te-lephoneSu célebre software de-nominado MUSIC V" permite anali-zar una gama ilimitada de ondas sonoras de diversos timbres musica-les, con ayuda de un convertidor numérico/analógico. Sobre el plano estrictamente musicológico, muchos investigadores recurren a la compu-

tadora para el análisis de las obras existentes y la ubicación en sistema teórico de los estilos musicales que ya son clásicos 5 .

Aprehender el sent ido de los son idos

Vemos así en la computadora, el gadget moderno que comienza a in-vadir todos los dominios de la mú-sica para, de alguna forma, repre-sentar a elección los roles de musi-cólogo, del compositor y del instru-mentista. Pero pese a todo, podría ser que los verdaderos problemas estén en o t ro lado . . . En efecto, a una buena cantidad de aficionados a la música debe resultarles proble-mático que se recurra a un instru-mento tecnológico -—símbolo mis-mo de las nociones de cálculo y efi-cacia— en un dominio donde la conveniencia de estos dos logros puede parecer dudosa. Los criterios de un cierto sentido común, han opuesto siempre al proceso banal de la fabricación mecánica y calculada, el desafío de la creatividad intuitiva y humana. ¿Necesita la música, ver-daderamente, de las computadoras? Del mismo modo, se pueden cues-tionar los estudios musicológicos: ¿Tiene necesidad la música de cons-tituirse en objeto de investigacio-nes?

Para intentar una respuesta seria a estas cuestiones sería necesario tal vez, formularlas de otra manera. Po-ner en duda la utilidad de la inves-tigación musical (y en particular, aquella que recurre a las computa-doras) vuelve a sugerir que la mú-sica es un dominio donde los gran-des problemas están de aquí en más resueltos y esto está lejos de ser cierto. La música presenta siempre "problemas", aún cuando no se tra-

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del violinista. Es razonable supo-ner, después de todo, que el cerebro humano no ha descubierto totalmen-te el universo sonoro, ¡pero sí que lo ha inventado ampliamente! Para decirlo todo, sería esencial conocer mejor lo que hace el cerebro huma-no a partir del momento en que el oído percibe esos sonidos que nos complacemos en llamar "musicales".

hacen cuatro en el dominio físico, quizá hacen 5 en el dominio psico-lógico: es necesario por lo tanto, desconfiar de transposiciones inge-nuas entre lo "material" y lo "sen-tido".

Por el contrario, hablar como lo hace Schaeffer, de irreductibilidad entre estos dos dominios es, sin lu-gar a dudas exagerado y nos lleva a una posición oscurantista. Que las relaciones entre la física y la psico-logía sean extremadamente comple-jas no autoriza, sin embargo, a du-dar que existan, aun cuando se mues-tren difíciles de elucidar. La des-cripción acústica de un extracto mu-sical es, muy voluminosa (para de-limitar adecuadamente una señal mu-sical, es necesario tomar por lo me-nos de 3.000 a 4.000 "pruebas" de su valor por segundo) y el proble-ma primordial es definir el subcon-junto de estos parámetros que es significativo para la percepción. Es necesario saber eliminar de esta des-cripción todo lo que sea redundante y descubrir, a continuación, cómo el cerebro registra y trata este subcon-junto de parámetros acústicos. En estas investigaciones la computadora puede constituir una ayuda indis-pensable.

El oído observa

James Beauchamp, ingeniero de la universidad de Illinois, prologa así un relato de sus propias experien-cias sobre computadoras: "En este momento, bien podríamos estar al borde del descubrimiento de las des-cripciones matemáticas de los bellos sonidos. , . como se diría en música tradicional" 7. Beauchamp pudo ana-lizar con sutileza sonidos de flauta en una suma de series de Fourier y luego restituirlos por una síntesis sonora basada en los parámetros ma-temáticos extraídos de la etapa de análisis. Es decir que pudo, en los límites de su campo de acción, re-solver el problema de la redundan-cia s . Es posible, en gran parte gra-cias a la computadora, superar la descripción total de un hecho sono-ro para lograr una descripción esen-cial. Por ello, el investigador no es menos "científico".

La neurofisiología y la neuropsi-cología son ciencias relativamente nuevas; por lo tanto el asociarlas a los problemas de la investigación musical corre el riesgo de parecer prematuro. Con todo, en el mismo

Oscilogramas de tres impulsos sucesivos de un staccato de trompeta. Aunque estos sonidos presentan características físicas netamente diferenciadas, el oído humano los percibe idénticos. Así se plantea el problema de la redundancia psico-acústica. Es posible, en gran parte gracias a la computadora, superar la descripción total de un suceso sonoro para alcanzar una descripción esencial.

te estrictamente de los suyos. Estos problemas son de orden epistemo-lógico, pues se trata de comprender mejor la naturaleza del "mensaje" musical. ¿A través de qué mecanis-mos, los seres humanos —auditores, compositores e instrumentistas— asocian un sentido a los sonidos?

El problema es doble: concierne en primer lugar a la música en sí misma y luego a los seres que acce-den a su conocimiento. Que haya consonancia, armonía o ritmo, todos estos fenómenos se originan tanto en el cerebro humano como en la madera del violín o en las manos

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Música y matemática

El oído y el cerebro no se ajus-tan, seguramente, a las teorías de esos psico-acústicos de conservato-rio y otros neo-pitagóricos, quienes enseñaban la existencia de relacio-nes isomórficas entre el universo físico de las frecuencias y duracio-nes y el universo humano en el cual se asienta la percepción sonora mu-sical. De ambos lados del fenómeno musical —físico y psicológico— la aproximación matemática parece a la vez razonable y simple, en cuanto se calcula el largo de los tubos de ór-gano o las distancias psicométricas que separan las notas de una escala mayor. Sin embargo, todo tipo de imprevistos acechan al psico-acústi-co que estará tentado de establecer correlaciones estrictas en materia musical, entre los campos físico y psicológico.

Pierre Schaeffer, que se ha toma-do el trabajo de demostrar por ejem-plo, que ciertas notas despojadas de su fundamental permanecen riguro-samente invariables para la percep-ción, ha sugerido para subrayar esta ausencia de isomorfismo entre los dominios acústico y perceptual, la palabra anamorfosisfi. "En sentido estricto, el término anamorfosis, se refiere a la deformación que sufre en un espejo curvo, la imagen de un objeto con respecto a sí mismo. Lo utilizamos aquí en sentido figurado para designar ciertas "irregularida-des" notables en el pasaje de la vi-bración física al sonido percibido, haciendo pensar en una especie de deformación psicológica de la "rea-lidad" física y en la que veremos que ellas traducen simplemente la ¡rreductibilidad de la percepción a la dimensión física". La más perfec-ta explicación matemática que se pueda concebir de un fenómeno acústico tiene, en efecto, poca sig-nificación sobre el plano musical si no se respeta la complejidad de la transformación operada entre los dos dominios. Mientras dos y dos

"El carácter matemático de estos conciertos ha infundido desconfianza a los músicas

lannis Xenakis (Músicas formales). Partitura de Pithoprakta, de lannis Xenakis.

momento en que el investigador mu-sical intenta profundizar la natura-leza de las transformaciones que efectúa el oído sobre las estructuras sonoras, para formar justamente —en el cerebro del oyente— estruc-turas musicales, es fascinante leer lo que ha escrito sobre este tema el gran psicólogo, psiquiatra y neu-rólogo Karl Pribram de la universi-dad de Stanford, en su reciente li-bro sobre los "lenguajes del cere-bro": "El biólogo no se sorprende especialmente ante la idea de que una cierta estructura mental (por ejemplo, una frase musical) pueda concretarse ya sea en ritmos cerebra-les o bajo la forma de partitura im-presa, o bien sobre un disco o ban-da magnética"9. Según Pribram, el sistema oído/cerebro efectuaría transformaciones matemáticas sobre las señales sonoras que no estarían alejadas de las que practican los in-vestigadores musicales que hemos citado con ayuda de computadoras. Pribram desarrolla a continuación la tesis del registro Holográfico de la información sonora en el cerebro, tendiendo a representar las estruc-turas musicales que se presentan en su interior como una red tridimen-sional que comporta una importan-te cantidad de lo que convendría denominar imágenes musicales.

El porvenir de la música

Es difícil para un científico, adhié-rase o no a las nociones de cerebro matemático y de memoria holográ-fica, no pensar que, de la misma manera en que la astrología se ha transformado en astronomía, la mú-sica se transformará algún día en una disciplina científica. Las mate-máticas y las máquinas tendrán, sin lugar a eludas, un rol mayor en esta reorientación. Marvin Minsky, lue-go de citar las reticencias que se ma-nifiestan con respecto a esta tenden-cia, describe de este modo la situa-ción actual: "Ya hay programas que escriben música y aunque esta sea mala, es, sin embargo, mejor que la que podría escribir la mayor parte de la gente. Para escribir música realmente buena o diseñar tablas que contengan sentido, se necesita-rán mejores modelos semánticos en estos dominios. La carencia de es-tos modelos denota menos el esta-do de los programas heurísticos que el estado —deplorable desde siem-pre— de la crítica analítica de las artes, consecuencia cultural del he-cho de que la mayor parte de los críticos se resisten a la idea de que se pueda llegar a comprender lo que ellos mismos intentan desentra-ñar" 10. O

Bibliografía

1 Remitirse a la biliografía aparecida en la antología editada por Barry S. Brook, Musicology and the Computer, City Uni-versity of New Press, 1970.

a Ver la antología Musique el techno-logie (Reunión de Stockbolm, 8-12 de junio 1970, organizada por la UNESCO), la Revue musicale, París, 1971.

3 Fierre Schaeffer, De l'expérience musicale a l'experience humaine, la Re-vue musicale, París, 1971.

4 Max Mathews, The Technology of Computer Music, MIT Press, Cambridge (Mass.), 1969.

6 Ver Gerald Lefkoff, Computer applí-cations in Music, West Virginia Univer-sity Library, Morgantown, 1967 y Harald Heckmann, Elektronische Datenverarbei-tung in de Musikwissenchaft, Gustav Bos-se Verlag, Regensburg, 1967.

® Pierre Schaeffer, Traité des objets musicaux, Seu'tl, París, 1966.

7 Heinzs Von Foerster y James W. Beauchamp, Music by Computers, John Wiley, New York, 1969.

8 Ver los trabajos de M. David Freed-man, "A rnethod for analysing musical tones", Journal of the Audio Engineering Society, vol. 16, n? 4, p. 419-425 (octu-bre 1968).

9 Karl H. Pribram, Languages of the Brain: Experimental Paradoxes and Prin-cipies in Neuropsychology, Prentice-Hall, Englewood Cliffs (N. J . j 1971.

1 0 Marvin Minsky, Semantic Informa-tion Processing, MIT Press, Cambridge (Mass.), 1968.

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SCIENCE fSfFKRÍ

El impacto social de la biología moderna

Jonathan Beckwith

En el número 15 de CIENCIA NUEVA comenzamos la publicación del material prove-niente de Science for the People, la revista de la Scientists and Enghieers for Social and Political Aetion (SESPA), con un t rabajo del genetista Richard C. Lowentin. El t r aba jo que ocupa estas páginas pertenece a Jonatlian R. Beckwith, profesor de bacte-riología e inmunología de la Universidad de Harvard, de quien ya publicáramos sus Con-sideraciones sobre el mal uso de la ciencia (CN N° 8, página 20) que fundamenta ron su donación de u n importante premio científico al Black Panther Party.

La existencia de pesadillas tales co-mo la ingeniería genética, los bebés de probeta y otras aberraciones si-milares en el uso de la ciencia, esti-mularon a la Sociedad Británica pro Responsabilidad Social en la Cien-cia (BSSRS) a organizar una confe-rencia sobre el tema, en noviembre de 1970. El título del congreso, "El impacto social de la Biología Moder-na", resumía la preocupación sobre el valor de la ciencia, el mal uso de la ciencia, las ventajas o desventajas del progreso científico y otros aspec-tos sociales de la ciencia. Los 18 con-ferenciantes que participaron, sin embargo, mostraron poco interés por los problemas que el simposio que-ría tratar. Los postgraduados y es-tudiantes que asistieron como públi-co indicaron en realidad, mayor sen-sibilidad hacia los temas efectiva-mente tratados por los expositores.

Las conferencias eran públicas pe-ro la entrada que había que pagar

diariamente y la naturaleza técnica o abstracta de la mayoría de los te-mas descorazonaron a las personas no especializadas.

Las reuniones fueron inauguradas por su principal organizador, Mau-rice Wilkins, miembro de la Socie-dad Real (F. R. S.) y premio Nobel. El temor de Wilkins no era el de los posibles impactos sociales nega-tivos de la biología, sino más bien que las discusiones llevaran hacia una creciente tendencia antirraciona-lista y desbarataran el concepto ac-tual de la ciencia. Para tratar de con-traatacar estas tendencias, se dirigió primeramente a la prensa de una manera condescendiente, pidiéndole responsabilidad en sus reportajes y no exagerar los resultados. Expresó también su deseo de que el congreso fuera realizado en un ambiente cal-mo y racional, así la prensa no ten-dría oportunidad de distorsionarlo.

Monod y el concepto de ciencia objetiva

La primera conferencia importante . fue la de Jacques Monod, premio ¡ Nobel, miembro extranjero de la So- , ¡ ciedad Real, miembro del Colegio ; 1

de Francia, etc. A pesar de que la i conferencia de Monod estuvo lejos I de ser una severa crítica, f ue sin du- | da la más provocativa de las dadas j . en los primeros días del congreso. i Monod, autor de un tratado filoso- ; fico, publicado recientemente, "El azar y la necesidad", planteó el pro- j . blema de la falta de ética religiosa | , o política de la sociedad contempo-ránea. El crecimiento del pensamien- \ j to científico ha privado al hombre j —según Monod— de sus creencias ¡: tradicionales, mostrando que desde el budismo al marxismo, nada tiene bases lógicas; la ciencia tiene enton-ces la responsabilidad de llenar el vacío dejado. Las sociedades moder-

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ñas que viven con la ciencia pero que rechazan los valores de la misma se desintegrarán. Monod señaló que la búsqueda del conocimiento es un va-lor ético en sí, que la cienca está basada en el código moral de la ob-jetividad que debería proveer las ba-ses para la nueva ética. Es importan-te señalar que el punto de vista de la objetividad del comportamiento científico había sido ya señalado an-teriormente en el congreso. Esta es una idea fija de muchos científicos que los lleva a verse a sí mismos co-mo los sacerdotes de una nueva so-ciedad. Pueden hacerse por lo menos dos objeciones a este punto de vista. Primeramente, que parece ignorarse que la ciencia siempre se hace en un determinado contexto social: una pequeña clase dirigente que contro-la nuestro sistema económico-políti-co determina qué tipo de ciencia será auspiciada y cómo se utilizará esta ciencia. La dirección que toma la ciencia, entonces, no está determi-nada por un criterio objetivo. El con-texto político y social puede condu-cir a una no objetividad en la inter-pretación de los datos. Más aún, la enseñanza de la ciencia, desde los primeros grados hasta el fin de la enseñanza superior es, o bien abier-tamente política (relacionando el uso de la ciencia para un determina-do sistema político), o bien implíci-tamente político, cuando ignora los usos de la ciencia o la presenta como una fuerza exclusivamente progresis-ta. Considerando la situación presen-te de la investigación científica y de la educación, parece difícil creer que la ciencia esté preparada para pro-porcionar una base objetiva para una nueva ética.

En segundo lugar, aun la ciencia que está relativamente libre del con-texto político, está frecuentemente realizada de un modo poco objetivo. La interpretación de los datos puede estar determinada por las necesida-des psicológicas del investigador. Problemas personales psicológicos o las exigencias de un sistema compe-titivo del "publicar o morir", pue-den forzar a un científico a sobreva-lorar sus datos o sostener una deter-minada teoría como si éstos fueran productos para la venta. Aún más, gran parte de la ciencia más seria debe ser una mezcla de intuición y objetividad. Yo diría, conociendo personalmente el trabajo realizado por Monod y sus colaboradores, que ellos han operado más sobre una ba-

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se intuitiva que objetiva. Los resul-tados experimentales que no corres-pondían a la teoría esbozada exacta-mente fueron descartados. Pero, gra-cias a la brillante y correcta intui-ción, este sistema funcionó bien. ¡La dinámica de la ciencia no es la de la pura objetividad! Para ilustrar este punto claramente, bastaría observar el número de racistas y de masculi-nistas que existen entre los científi-cos más objetivamente objetivos.

Lo que podemos esperar no es que los científicos puedan proveer a la gente con una visión objetiva para construir un mundo mejor, sino que en un mundo mejor, construido por el pueblo, el científico pueda traba-jar de un modo más objetivo, libe-rado de todo elitismo y de los peores aspectos competitivos de la ciencia de hoy en día.

La glorificación del método cien-tífico o visión científica fue luego retomada por Jacob Bronowski, en el discurso de clausura del congreso. Bronowski mantuvo que este méto-do asegura la "integridad" de los científicos. Sin embargo, el continuo mantenimiento de la investigación por gobiernos, todos corruptos, nos quita nuestra integridad. Luego de esto, Bronowski realizó un "extra-ordinario llamado", según lo calificó en sus titulares el "Sunday Obser-ver" del día siguiente, para que to-dos los científicos se disocien de los gobiernos. Bronowski no explicó có-mo se mantendría la investigación. Quizás pensó que instituciones simi-lares al Salk Institute, que lo man-tiene a él, podrían multiplicarse y tomar la responsabilidad de la ma-nutención económica en sus manos. Cuando fue interrogado al respecto, murmuró algo acerca de la creación de un cuerpo internacional de cien-tíficos, preferentemente premios No-bel, al cual los gobiernos darían el dinero. Este cuerpo decidiría, inco-rrupto por controles gubernamenta-les, cómo usar el dinero.

Este tipo de actitudes, afortuna-damente no pasaron sin críticas: una serie de voceros en el público criticó la afirmación de Monod de que real-mente la ciencia se basa en la objeti-vidad. Bronowski fue acusado de re-citar la melopea liberal. La inmedia-ta respuesta de la audiencia a la ac-titud prevalente en los círculos cien-tíficos fue reconfortante. Bob Young de Cambridge, presentó la crítica más elaborada exponiendo un análi-sis, basado en ejemplos históricos,

que mostraban la influencia de la ideología en la investigación cientí-fica.

¿Impacto social?

A la controversia sobre los propó-sitos filosóficos de Monod, siguió una serie de charlas técnicas dirigi-das a fundamentar la comprensión de las implicaciones de la investiga-ción en la biología moderna. Estas charlas comprendieron temas tan va-riados como la genética molecular o la inmunología, botánica aplicada o el problema del cáncer. De las die-ciocho conferencias, diez entraban en esta categoría. Los conferencian-tes ignoraron, en su mayoría, las im-plicaciones de la investigación en sus especialidades o enfatizaron los as-pectos positivos. Las presentaciones en el área de la biología molecular y de la genética no incluían referen-cias al uso que se hace de los cono-cimientos de la especialidad para de-sarrollar las armas biológicas o los peligrosos potenciales que implican las manipulaciones genéticas en los humanos. Muchas de las charlas con orientación medicinal no incluían ninguna referencia a los principales problemas de la salud mundial. Mu-cha gente de la audiencia que había supuesto, por el título del congreso, que esas cuestiones y sus implicacio-nes políticas para los científicos, iban a ser los temas principales del congreso, quedaron profundamente decepcionados. R. G. Edwards de Cambridge, quizás haya sido el que dio el ejemplo más chocante en ese aspecto.

Edwards, Steptoe y sus colabora-dores, habían .recibido gran publici-dad a principios de 1970 por sus es-fuerzos por reimplantar en el útero de una mujer, un huevo fertilizado en un tubo de ensayo y mantenido en éste durante varias divisiones ce-lulares. Aunque el primero de estos intentos fracasó, la misma técnica fue utilizada exitosamente en el ca-so de ratones y muchos científicos de la especialidad creen que las po-sibilidades de realizarlo con éxito en seres humanos es inminente. Ed-wards manifestó que "nuestro traba-jo parte de un punto de vista fun-damentalmente humano", aclarando que la técnica acarreará los siguien-tes beneficios: 1) curar mujeres es-tériles; 2) detectar muchos defectos genéticos antes de reimplantar el

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huevo fecundado en el útero; 3) pre-determinar el sexo del niño, los hue-vos fertilizados con cromosomas XX (femenino) por ejemplo, podrían descartarse v usarse únicamente los XY.

Quisiera enumerar los peligros potenciales que implican estos ma-noseos genéticos a aquellas personas que no están familiarizadas con el tema: 1) madres solventes podrían pagar a madres económicamente ne-cesitadas para que desarrollen el feto de las primeras en el útero de las segundas. Es imaginable el tipo de comercio que se podría generar con madres negras especialmente contra-tadas para este fin; 2) el efecto de una determinación controlada del se-xo de un niño en una sociedad puede ser desastroso; en una sociedad don-de los varones son preferidos, es de imaginar lo que implicaría el resul-tado neto de decisiones individuales; 3) la eliminación de los huevos fer-tilizados con defectos genéticos, plantea el problema de qué es un defecto genético. Los varones con dos cromosomas Y (XYY), por ejemplo, han sido individualizados como "extremadamente agresivos" y con tendencias criminales. Existen discusiones sobre la posibilidad de eliminar la noción de "monstruos" en la identificación de genes. Pero obviamente, es posible que estas ca-racterísticas antisociales supuesta-mente negativas, estén así definidas solamente dentro del contexto de la corrupta sociedad en que vivimos; 4) además de la eliminación de ge-nes con características negativas, existe la posibilidad de diseñar genes

con características positivas Reti-nando estas técnicas se pueden crear grupos de individuos con idénticas características genéticos. Una socie-dad puede abocarse a producir ré-plicas de un cierto tipo de indivi-duo cuyas características le son su-puestamente benéficas. En nuestro país, en las presentes condiciones, podemos imaginar muy fácilmente el tipo de individuos que sería con-siderado deseable.

Todo esto no significa que los po-sibles manipuleos de la genética de-ban ser inherentemente negativos. En una sociedad en la que la ciencia se usa para beneficio del pueblo, en vez de utilizarse para beneficio de una minoría privilegiada, estas téc-nicas podrían ser de gran utilidad. Pero, en una sociedad justa, inclusi-ve, habría que considerar todas las posibles consecuencias de tan funda-mentales manipulaciones con las ca-racterísticas humanas.

Muchas de las posibles aplicacio-nes de la técnica de Edwards-Steptoe están suficientemente lejos en el fu-turo como para que necesitemos po-nernos histéricos. Los temores, sin embargo, por algunas de las impli-caciones más inmediatas, motivaron al Dr. James Watson —alguien que seguramente no quiere revolucionar en el ambiente— a manifestar que "es de esperar que muchos de los biólogos, en particular aquellos cu-yo trabajo trata con esas posibilida-des, consideren seriamente sus im-plicaciones y empiecen a entablar un diálogo tratando de educar a los ciu-dadanos del mundo. ¡De acuerdo! ¡Ciencia para el pueblo!

A pesar que la audiencia criticó muy moderadamente a Edwards, al-gunas de las posibilidades negativas fueron cuestionadas. Cuando se le preguntó sobre las implicaciones so-ciales y morales de su trabajo, Ed-wards consistemente respondió que esos problemas eran objeto de una decisión particular entre el médico y el paciente. Estas sorprendentes afirmaciones fueron casi ignoradas por el público.

Dado el tema del congreso y la probabilidad de que el trabajo de Edwards sea el que acarrea implica-ciones sociales más importantes en un futuro próximo, me sorprendió que fuera realmente tan poco vapu-leado. (Cuando le hice esta pregun-ta a otro de los conferenciantes, me dijo que "había que ser educado"). Veremos más adelante quién mereció la indignación moral de la audiencia.

James Watson también habló en el congreso sobre las implicaciones del problema del cáncer. A pesar de no decirlo explícitamente, se des-prendía de su discurso la convicción de que el problema del cáncer era el problema sanitario más importante hoy en día y que una vez soluciona-do éste, el objetivo principal de la investigación biológica estaría cum-plido. No se discutió el hecho de que una abrumadora mayoría de la po-blación mundial no alcanza la edad en la cual el cáncer es un problema importante y que mucha más gente sufre de otras enfermedades tales como parásitos, etc. A pesar de esta omisión, la conferencia de Watson fue amena y edificante como de cos-tumbre e incluyó declaraciones tan

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sorprendentes como "Yo no creo que nosotros (los científicos) ten-gamos un derecho inherente al dine-ro de la sociedad".

El villano de la obra

El último día, finalmente, sucedió un acontecimiento que mucha gente parecía esperar con impaciencia: la aparición del "malo" en la persona de A. J. Hale, Director de Investi-gación de G. D. Searle y compañía, un defensor acérrimo de la industria medicinal. Hale dio una detallada descripción de los sistemas de che-queo y balanceo, de los consejos ase-sores y del control gubernamental que aseguran que cada medicamento producido sea de la máxima calidad y eficiencia. Aquellas drogas inefec-tivas o inclusive peligrosas que sa-len al mercado, son siempre produc-to de pequeñas firmas improvisadas. El Dr. Hale llegó a decir que el ex-cesivo control gubernamental estaba impidiendo al público gozar de los beneficios que los laboratorios me-dicinales podrían ofrecer. La audien-cia se reanimó al término de la ex-posición del Dr. Hale, lo atacó con preguntas incisivas y con declaracio-nes de repudio moral sobre su actua-ción. La "gentileza" mostrada con los conferenciantes previos fue des-cartada en cuanto se encontró al chi-vo emisario de las reuniones. Los ataques hechos a la industria medi-cinal eran válidos, por supuesto, pe-ro me pareció extraordinario que a los conferenciantes académicos ante-riores que habían ignorado tan abier-tamente su responsabilidad hacia el pueblo, no se los atacara del mismo modo. La reacción ante Hale y la falta de criticismo hacia los otros conferenciantes en general, implica una lección para nosotros. Hale pre-sentó un cuadro de la industria me-d ic ina l benevolente, funcionando idealmente. Muchos de los conferen-ciantes hablaron de los progresos de la investigación básica y de los bene-ficios que ellos implican para la hu-manidad. Todos sabemos cómo la industria medicinal explota al pue-blo, a veces en detrimento de su sa-lud, tanto como de su bolsillo. Tam-bién debemos darnos cuenta que mu-cha de la supuesta investigación aca-démica básica es utilizada directa-mente por el gobierno para la explo-tación y la opresión de la gente. Los investigadores que trabajan en las universidades, son utilizados como

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herramientas del sistema al igual que los que trabajan para el gobierno o la industria. El miembro de la Royal Society que habla sobre los maravi-llosos beneficios de las manipulacio-nes genéticas, es tan irresponsable como el miembro de la industria me-dicinal.

Sin embargo, la rectitud moral exhibida por muchos en este congre-so refleja la convicción, por parte de los científicos académicos, de que ellos están libres de complicidad con el sistema que muchos de ellos re-conocen como malo. Esta actitud y la mentalidad general de élite en los científicos académicos, también afecta a los más radicalizados del ambiente. Esto les impide aliarse con los científicos que trabajan en la in-dustria, que también experimentan en el uso equívoco de su ciencia, pe-ro también sufren las condiciones ge-nerales opresivas de todo trabajador en el lugar de su trabajo. También existe sectarismo en la relación del científico con el ingeniero, del inge-niero con el técnico y del técnico con el obrero. Todas estas formas de sectarismo nos impiden formar un movimiento numeroso, uno de nuestros cometidos más importantes.

Al finalizar su discurso, Hale fue objeto de numerosas preguntas en-colerizadas; terminadas éstas algu-nos participantes trajeron a colación la participación de otros conferen-ciantes. La reacción de los académi-cos a estos ataques fue tajante y amarga. El presidente de la reunión, Dr. Max Perutz, premio Nobel y miembro de la Royal Society, expre-só su sorpresa ante la idea de que alguien pudiera hallar algo objetable en las brillantes exposiciones de sus colegas, o que alguien pudiera compa-rar éstas con lo dicho por Hale. Uno de los conferenciantes protestó, ca-lificando de "injusta" la compara-ción. Sin embargo, fue claro que la audiencia respondió a la crítica y se dispuso a discutir más abiertamente la participación de todos nosotros. Los tres conferenciantes que prece-dieron a Brunowski: yo, Bob Young e Hilary Rose (nueva presidenta de la BSSRS) condujeron al congre-so a una actitud más crítica, con ata-ques a los conceptos elitistas expre-sados durante las conferencias y al-gunos agudos análisis sobre cómo se hace y se enseña ciencia. La respues-ta de la audiencia a estos discursos indicó que la mayoría de la gente simpatizaba más con la crítica radi-

cal que con las actitudes de la ma-yoría de los expositores.

Dos sesiones fueron dedicadas ex-clusivamente a la discusión general; una de ellas fue realizada al finalizar el congreso. A estas discusiones asis-tió numeroso público y resultaron muy vivaces. Estas son algunas de las preguntas enunciadas: 1) La ciencia, ¿es realmente neutral?; 2) ¿Es posible, reconociendo los peli-gros potenciales de la investigación científica en su presente contexto, que los científicos, como grupo, pue-dan controlar las aplicaciones o pre-venir la investigación actual? Res-pecto a este punto, muchos de los científicos expresaron su apoyo para que una élite científica tomara ma-yor responsabilidad en el control de la ciencia; 3) ¿Cuál es el valor de la ciencia?

Conclusiones

La reunión, en algunos sentidos, fue una terrible desilusión, dado que fueron demasiado pocos los confe-renciantes que dedicaron su tiempo al impacto social de la biología mo-derna. Sin embargo, el congreso fue alentador en cuanto al gran número de jóvenes que parecieron desechar las posiciones elitistas ingenuas e irresponsables de los miembros más representativos en este campo. Uno podría imaginar a este congreso co-mo una pieza dramática, casi perfec-ta, para exponer el lamentado esta-do de la ciencia y sus practicantes. El contraste entre los conferencian-tes del sistema y la joven audiencia agudizó los objetivos de una manera mucho más efectiva de lo que hu-bieran podido hacerlo una cantidad de conferenciantes «radicales». El rol obvio reservado al "Hombre de la industria" ayudó a ilustrar el rol reaccionario y elitista de los cientí-ficos.

¿Para qué se hizo este congreso? Los organizadores eran conscientes del creciente criticismo del papel de la ciencia en la sociedad. La organi-zación del congreso pareció destina-da a canalizar estas preocupaciones, en una crítica liberal "responsable". Sin embargo, una crítica liberal no puede soportar esta clase de pública exposición y debate. El congreso, en realidad, sirvió para exponer la bancarrota de esta crítica para mu-chos que no habían tenido antes la oportunidad de considerarlo en pro-fundidad. O

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Dr. Agustín Salazar Bondy Miembro del Consejo Superior de Educación de Perú

Dr. Eduardo Novoa Monreal Profesor de la Universidad de Chile Dr. Darcy Ribeiro Ex Rector de la Universidad de Brasilia Dr. Risieri Frondizi Ex Rector de la Universidad de Buenos Aires (1957-62)

P. Fernando Storni Rector de la Universidad Católica de Córdoba

Dr. Jorge Taiana Ex Rector de la Universidad de Buenos Aires (1952-55)

Auspiciada por el Centro Cultural San Martín de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires

Martes P de agosto en Sarmiento 1551, Sala A., a las 19.30. Entrada l ibre

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Novedades de ciencia y tecnología

1 Anemómetro láser para aeropuertos Un láser mucho más sensible a los cambios de velocidad del viento que el anemómetro convencional puede tener una importante tarea en el ate-rrizaje y despegue de aviones, inclu-so en los de despegue vertical ( V T O L ) . El nuevo método —ac-tualmente sometido a e n s a y o s -puede medir la velocidad del viento desde cierta distancia; a diferencia de un anemómetro común que debe estar situado dentro de la corriente de aire que está midiendo.

Por el momento, el alcance del lá-ser es de unos 45 metros pero esta distancia puede ser aumentada con un aparato de mayor potencia.

El anemómetro láser ha sido crea-do por el Dr. Pilce, del Real Esta-blecimiento de Radar en Malvern, Gran Bretaña. Su funcionamiento se apoya en que el viento siempre aca-rrea pequeñas partículas de polvo. Aunque normalmente invisibles, és-tas vuelven a reflejar algo del haz de luz del láser. Como están en mo-vimiento cambian la longitud de on-da de la luz reflejada. La diferencia entre las frecuencias proporcionará la velocidad media de las partículas de polvo en el viento. La informa-ción —registrada por el nuevo apa-rato— ha sido comparada con los registros de un anemómetro conven-cional y muestra que el método láser es mucho más sensible a los cambios de velocidad del viento.

Aunque todavía se encuentra en la etapa experimental, ya se conocen dos importantes aplicaciones para es-te método. La primera está relacio-nada con el uso de los jumbo-jets. La turbulencia ocasionada por estos

aviones tan grandes es de tal magni-tud que los aviones más pequeños deben esperar a que se disipe para aterrizar o despegar. El espaciamien-to entre los aviones para contrarres-tar esta turbulencia insume un tiem-po costoso. Pero midiendo constan-temente la estela del jambo-jet, pue-de reducirse al mínimo.

La segunda aplicación está rela-cionada con las trombas y cambios rápidos de viento. Aunque éstos pue-den ser peligrosos para los aviones, los aeropuertos no pueden ser cerra-dos por su causa, pues, es imposible detectarlos y seguir su curso.

Pero el nuevo aparato láser puede detectar y seguir una tromba y, por ende, el control de tierra podría ce-rrar el aeropuerto durante los mi-nutos en que pasa la tromba.

Un método más avanzado con lá-seres de rayo-múltiple permitiría medir la velocidad del viento en to-das las direcciones al mismo tiempo.

2 Una computadora saboteada por no adherirse a la huelga Los ingenieros de mantenimiento de la Honeywell, en huelga, usaron su conocimiento del sistema de com-putación, para sabotearlo por telé-fono {Computer World, diciembre 15, 1971). Tres huelguistas fueron arrestados y acusados de impedir a la Compañía Metropolitana de Segu-ros de Vida, la impresión de los da-tos correspondientes a 25 de sus ter-minales de W e s t c h e s t e r , Nueva York, en las computadoras de comu-

nicación, durante todo un mes. Los datos no se perdieron, pero la com-pañía se vio obligada a poner en marcha un servicio de mensajería,

Están conectadas con el sistema 900 oficinas de la Metropolitan. Du-rante el día los datos son archivados en una cinta; a las 16.30 el servicio de computación de la Honeywell te-lefonea a cada una de estas sucursa-les, lee los datos acumulados y rebo-bina la cinta de la terminal. Luego de procesar los datos durante la no-che: pagos, cambios de dirección, etcétera, la computadora llama a la mañana siguiente a cada local e im-prime las respuestas requeridas. Pa-ra mejor identificación, la computa-dora lee nuevamente la cinta y si hay desacuerdo entre su primera lectura y ésta, llamará nuevamente más tar-de para probar una vez más.

Los huelguistas basaron su acción en el conocimiento del método de chequeo. Ellos no tenían contacto directo con la computadora pero ca-da noche, cuando los terminales ya habían sido interrogados y antes del segundo llamado, llamaban a las ofi-cinas. Leían los datos de las termi-nales usando una cinta con las ór-denes apropiadas, pero no le daban la orden de rebobinar. Cuando lla-maba más tarde la computadora, en-contraba una cinta en blanco. Sin la verificación, los datos de las 25 su-cursales, cuyos teléfonos habían con-seguido los huelguistas, no se podía imprimir.

La Metropolitan notó un alto gra-do de irregularidades en la zona de Westchester y pidió una investiga-ción a la Honeywell. El sistema en sí parecía funcionar bien; entonces se puso un empleado de guardia en una oficina durante la noche. A las 0,15 éste observó que se estaba le-yendo la cinta, cosa imprevista a esa hora. Se llamó al abogado de la com-pañía para ese distrito y los sospe-chosos fueron sorprendidos con un grabador, haciendo los llamados.

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Las extraordinarias consecuencias de un juego matemático

Juegos Matemáticos Manuel Risueño

En la sección "Juegos matemáti-cos" que Martin Gardner publica en la revista "Scientific American", que tantas veces ha servido de inspira-ción al autor, Gardner se refirió en el número correspondiente a octu-bre de 1970 a un nuevo juego ma-

. temático inventado por el señor John Horton Conway. Comvay, que es un profesor de matemáticas en la Uni-versidad de Cambridge, ha hecho importantes descubrimientos en ma-temáticas puras, y especialmente en relación con la teoría de los grupos, a la que ya hemos aludido en algún artículo anterior1 y a la que espe-ramos algún día dedicarle uno es-pecial.

Para descansar de esta absorbente actividad, el señor Conway se ha dedicado a las matemáticas recrea-tivas y aunque no ha publicado mu-chos de sus esfuerzos, algunos han sido dados a conocer por Gardner y posiblemente se mencionen tam-bién en algún futuro número de CIENCIA NUEVA.

En 1970, tratando de crear algún juego que simulara los procesos de la vida real —más específicamente, el crecimiento, vicisitudes y posible grandeza o decadencia de un con-juntos de organismos vivos—, inven-tó un juego que fue luego bautizado como el juego de la vida. En sus modestos orígenes se jugó en un ta-blero_ cuadriculado de grandes di-mensiones (por ejemplo, un tablero de go) con fichas de dos colores, pero también se podía utilizar una hoja de papel cuadriculado y un lápiz.

La idea básica es partir de una configuración relativamente simple y pequeña de puntos, ubicados cada

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uno en una casilla, y seguir sus vi-cisitudes suponiendo que estos pun-tos representan seres vivos que na-cen, viven y mueren de acuerdo con reglas simples. Estas reglas fueron establecidas por Conway después de un largo período de experimenta-ción, a fin de que la suerte final de una configuración determinada no fuera fácilmente predecible, con cuyo objeto era esencial que las reglas previeran la posibilidad de que cier-tas configuraciones pudieran desapa-recer rápidamente, otras aparente-mente crecieran sin límite y algunas, finalmente, tuvieran alternativas de crecimiento y decrecimiento hasta al-canzar su fin último de alguna de las tres maneras siguientes: murien-do totalmente (bien sea por exceso de congestión de seres vivos, bien sea por dispersión de los mismos hasta hacerse imposible su subsisten-cia), alcanzando una configuración estable que no sufre cambios poste-riores, o entrando en una fase de os-cilaciones en que la misma configu-ración se repite periódicamente.

Las reglas que adoptó finalmente Conway son sumamente simples, re-quiriendo sólo dos consideraciones previas: la de hacer notar que cada casilla tiene ocho vecinas (cuatro horizontal o verticalmente y cuatro dtagonalmente) y la de señalar que las etapas del juego, que Conway llama "sucesivas generaciones", se suceden en forma discontinua o dis-creta, es decir, que las reglas que daremos en seguida se aplican todas simultáneamente a una generación, de modo que no se toman en cuenta los nacimientos y muertes que se producen en ese momento para con-siderar el destino de la generación

anterior. Las reglas son tres: 1) Sobrevivencia: todo punto que

está vecino a exactamente dos o tres casillas ocupadas, sobrevive y pasa a la generación siguiente;

2) Muerte: todo punto que está vecino a una o a ninguna casilla ocu-pada muere por aislamiento y todo punto que está vecino a cuatro o más casillas ocupadas muere por ex-ceso de población;

3) Nacimiento: toda casilla que esté vecina a exactamente tres casi-llas ocupadas es escena de un naci-miento, es decir, pasará a estar ocu-pada en la próxima generación.

Para jugar con lápiz y papel, el mejor sistema consiste en represen-tar las casillas ocupadas en la gene-ración inicial trazando dentro de ellas un pequeño círculo; luego se estu-dian los elementos que van a morir de acuerdo con la regla 2 y se les cubre con una cruz; finalmente, se determinan las casillas donde deben producirse nacimientos ( tomando en cuenta todas las casillas ocupadas por círculos, estén éstos tachados por una cruz o no) y se las marca con un punto. Luego se dibuja la con-figuración correspondiente a la si-guiente generación en otro trozo de papel, copiando solamente los círcu-los no tachados y agregando círculos en las casillas marcadas con un punto.

Usando un tablero y fichas, se p a r t ? - Ct°n I a c o n % u r a c i ó n formada por fichas de un mismo color, se co-loca una ficha del otro color tanto encima^ de las fichas que deben mo-rir según la regla 2 como en las ca-sillas donde debe producirse un na-cimiento según la regla 3; finalmen-te, se retiran los pares de fichas

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| Figura 1

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correspondientes a las muertes y se cambian de color las fichas corres-pondientes a los nacimientos.

En ambos casos es neecsario re-visar una o dos veces cada etapa, pues es muy fácil cometer errores, especialmente cuando una de las ca-sillas vecinas ocupadas está muy lejos de las otras.

Ya en el primer artículo de Gard-ner se señalaron algunas formas es-tables, algunas oscilantes y se indicó el destino final de ciertas configu-raciones simples.

En la figura 1 indicamos las for-mas estables más comunes con la traducción de los nombres ingleses con los que se las conoce; en la fi-gura 2 damos algunas figuras osci-lantes en que indicamos a continua-ción el nombre, entre paréntesis, el número de generaciones al cabo de las cuales se repite la misma confi-guración. La configuración llamada "Figura 8" es un ejemplo muy bue-no del cuidado que hay que tener al pasar de una generación a otra; el autor requirió innumerables ensa-yos hasta obtener la correcta serie de 8 generaciones que lleva de vuel-ta a la posición inicial.

Uno de los descubrimientos más notables de Conway fue el "planea-dor"; en la figura 3 indicamos 5 ge-neraciones sucesivas del planeador (una de ellas marcada con tachadu-ras y puntos para dar un ejemplo práctico del procedimiento sugerido anteriormente), que demuestran que cada cuatro generaciones se repro-duce el planeador exactamente igual pero moviendo una casilla diagonal-

mente. Como Conway descubrió que una casilla por generación es la ve-locidad máxima que puede alcanzar cualquier fenómeno en su juego de la vida, decidió llamar a esta veloci-dad, por analogía con el descubri-miento de Einstein para el mundo real, "la velocidad de la luz". Puede, pues, decirse que el planeador se desliza diagonalmente a un cuarto de la velocidad de la luz, ya que reco-rre una casilla cada cuatro genera-ciones.

Conway también descubrió tres configuraciones más pesadas (es de-cir, con mayor número de elemen-tos ) con las mismas propiedades del planeador, que denominó "naves es-paciales"; en la figura 4 indicamos las tres naves de este tipo. No puede dársele a la parte central un largo mayor de seis casillas, por cuanto estas naves al moverse van arrojando "chispas" que mueren rápidamente para las configuraciones de la figu-ra 4, pero que formarían elementos más estables que impedirían la mar-cha normal de las naves espaciales, para figuras análogas de un largo mayor. El mismo Conway descubrió,

, sin embargo, que pueden construirse naves espaciales mayores si se las escolta con dos o más naves más pequeñas que impiden la formación de obstáculos. En la figura 5 damos la nave más grande que sólo requie-re dos naves escolta; barcos mayores necesitan más de dos acompañantes. Por ejemplo, Conway calculó que una nave espacial que tuviera un largo de 100 casillas en su parte rectilínea, necesitaría una flotilla de

33 naves menores para que le sir-vieran de escolta.

Comvay estudió el destino ulterior de configuraciones iniciales tomadas de los polióminos.2 Es evidente que el monómino y el dómino mueren en la primera generación; de los dos tróminos, uno se transforma en un bloque (estable: fig. 1) y el restan-te adopta una forma oscilante, la de "parpadeador" (fig. 2 ) ; de los cin-co tetróminos, cuatro se estabilizan en no más de 4 generaciones, pero el quinto requiere 9 generaciones para producir "luces de tránsito" (ver figura 2 ) ; finalmente, de los pentóminos, cinco mueren en no más de cinco generaciones; dos llegan a formas estables en pocas generacio-nes y cuatro se convierten en breve en luces de tránsito; el duodécimo pentómino (el llamado F) tiene una suerte muy diferente, a la que nos hemos de referir más adelante.

Conway también estudió la vida de una serie horizontal de n casillas ocupadas inicialmente, de las cuales la única interesante es la serie de 10 casillas, que lleva el "pentadeca-tlón", una configuración oscilante con período 15, coya construcción dejamos al lector.

Finalmente señalaba Gardner en octubre de 1970 que se había pre-parado un programa de computado-ra que, aplicando las reglas del jue-go de la vida, mostraba las genera-ciones sucesivas en un tubo de rayos catódicos. Originariamente el pro-grama era bastante lento y había tiempo de analizar cada generación y contar su número, aunque esto úl-

41

timo, naturalmente, también podía hacerse en forma automática con el programa.

En esta forma, Conway trató de determinar la suerte del pentómino F habiendo llegado hasta 460 gene-raciones sin que la situación se esta-bilizara.

El artículo de Gardner provocó el interés de muchos estudiosos y especialmente de un grupo del Pro-yecto de Inteligencia Artificial que funciona en el M.I.T. (Instituto de Tecnología de Massachussets) y un grupo de ingenieros de la sección de computadoras en la empresa Honey-well, en Framingham, Massachus-sets, que encontraron algunos resul-tados del más alto interés teórico que trataremos de explicar más ade-lante.

Siguiendo con la historia, pode-mos indicar que el interés provoca-do por el artículo de Gardner fue tan grande, que debió publicar nue-vos resultados en las revistas de no-viembre y diciembre de 1970 y ene-ro de 1971, y dedicar un nuevo

Figura 2

artículo completo en febrero de 1972 en el cual debió confesar que las respuestas recibidas eran tan nume-rosas, que le faltaba el espacio para continuar publicando resultados, no obstante lo cual se encuentran refe-rencias al juego de la vida en marzo, abril y noviembre de 1971 y en enero de 1972.a

El vacío que esta decisión de Gardner produjo, fue maravillosa-mente llenado (desgraciadamente só-lo por un período relativamente bre-ve) por Robert T. Wainwright, que publicó cuatro números (marzo, ju-nio, setiembre y diciembre de 1971) de un boletín denominado "Life-line", dedicado exclusivamente a dar a conocer nuevos resultados y servir de enlace entre los múltiples aficio-nados al juego de la vida. En uno de estos números se publicó el me-jor programa conocido hasta la fe-cha (escrito en FORTRAN) para jugar a la vida con una computa-dora.

Es de lamentar que en el número 4 Wainwright debió confesar que el

tiempo cada vez mayor que le de-mandaba la preparación del boletín, le había colocado en la imposibilidad de seguir publicándolo sin gran ayu-da de otros, ayuda que hasta febre-ro de este año no le había sido ofre-cida en el grado deseado, lo que hace temer que se pierda el contacto en-tre los grupos de estudiosos y, sobre todo, que resulte difícil para quien está alejado de los centros de inves-tigación, como el autor, mantenerse al día con los nuevos resultados que se obtengan.

A través de los cuatro números, se fue desarrollando un sistema de clasificación de todas las configura-ciones posibles, que hoy se agrupan en cinco clases, divididas en cuatro, seis, dos, dos y seis subclases, res-pectivamente. Además, en cada cla-se se han considerado objetos finitos, infinitos en una sola dimensión, de-nominados '•'mechas" (en el sentido de las que se usan para conducir el fuego hasta un explosivo) o infini-tos en dos dimensiones, denomina-dos 'agares" o "caldos de cultivo".

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parpadeador"(2)-

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42

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"figura 8"(a)

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Figura 3

Figura 4 Figura 5

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liviana

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-mediana

-naves es aaciales

La primera clase agrupa todos los elementos estables, subdivididos por los tipos de simetría que pueden po-seer; la segunda las configuraciones que se repiten periódicamente, sub-divididas por sus características; la tercera las configuraciones que se mueven, subdivididas en aquellas que lo hacen diagonalmente (los pla-neadores) y ortogonalmente (las na-ves espaciales); la cuarta a los_ pro-pagadores, que son configuraciones cuyo número de elementos crece continuamente, bien sea por estar dotadas de estabilidad de los tipos agrupados en las clases I y I I y pro-ducir objetos de la clase I I I que se van alejando, o por ser configuracio-nes que se mueven, dejando residuos estables; la quinta clase, finalmente, comprende todas las configuraciones inestables, es decir, que no se en-cuentran en las categorías anteriores y se subdivíden según el resultado final que dejen: nada, objetos de la clase I , de la clase I I , de la clase I I I o de la clase TV, correspondiendo la sexta subclase a las configuraciones cuyo des Lino final se ignora.

o o o o o pesada

E n esta última categoría se en-contró por mucho tiempo el pentó-mino F hasta que el grupo del M.I.T. logró determinar su destino final después de 1.103 generaciones. Este pentómino se transforma finalmente en cuatro parpadeadores, un barco, un bote, un pan, cuatro colmenas y ocho bloques, además de seis pla-neadores que se han formado y que se van moviendo hacia afuera sin posibilidad de ningún contacto entre ellos o con el residuo estable. Este último se encuentra disperso en un rectángulo de 109 casillas por 51. Una figura parecida es conocida co-mo la "bellota", pues siendo una configuración pequeña, de sólo 7 ele-mentos, sólo alcanza su forma final ("la encina") con un total de 633 elementos, después de 5.209 gene-raciones, habiendo pasado por un máximo de 1.057 elementos en la generación número 4408.

Otro estudio de gran interés _ es encontrar configuraciones del tipo que se ha dado en llamar "jardín del Edén", es decir, configuraciones que sólo pueden surgir como configura-

1 + 1

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ciones originales, pues es imposible obtenerlas a partir de otra configu-ración anterior. La dificultad de este . problema estriba en el hecho de que si bien es muy fácil seguir el curso de las generaciones hacia adelante, no es lo mismo hacerlo hacia atrás. Si bien hay algoritmos que permi-ten, a partir de una generación, de-terminar la siguiente, no ocurre lo mismo en el caso inverso. Por ejem-plo, un solo elemento aislado puede haber surgido de un nacimiento en esa generación originado por la pre-sencia de elementos en tres casillas vecinas, pero situadas de tal manera que éstos mueran en la misma ge-neración, o puede ser el elemento central sobreviviente de tres elemen-tos ubicados en línea recta, o for-mando un ángulo obtuso, podiendo finalmente combinarse ambas posi-bilidades anteriores con otra serie de elementos aislados que morirán todos en la misma generación.

No obstante la dificultad del pro-blema, estudios del más alto interés; teórico han permitido probar que en un tablero de no más de 100 x 50

43

casillas debe forzosamente existir al menos una configuración que no tie-ne antecedente posible, es decir, que merece el título de "jardín del Edén".

Pero todos estos resultados, si bien son espectaculares y entreteni-dos, difícilmente exceden el campo puramente recreativo, salvo el últi-mo; la gran importancia teórica del juego de la vida resulta de los estu-dios de von Neumann sobre la teo-ría de los autómatas celulares, que a su vez se relaciona con la máqui-na de Turing, que el Dr. Sadosky describió en el primer número de CIENCIA NUEVA.4 Los lectores recordarán que esta máquina permi-te hacer en forma enteramente me-cánica y sin aplicar inteligencia algu-na, todas las operaciones matemáti-cas. El juego de la vida permite realizar una máquina de Turing uti-lizando configuraciones que dan na-cimiento a naves espaciales (es decir, objetos de la clase IV arriba men-cionada) y que se pueden controlar de tal manera que estos objetos al moverse, reaccionen entre sí en for-ma de realizar una máquina Turing. El mencionado grupo del Proyecto de Inteligencia Artificial del M.I.T. ha llegado a una prueba matemática satisfactoria de que una máquina "universal" de Turing (es decir, una máquina capaz inclusive de repro-ducirse a sí misma) puede realizarse

Figura 6

con el juego de la vida. La conclu-sión es, naturalmente, teórica, ya que el tamaño del tablero y el número de elementos que se requieren sólo pueden apreciarse en números aún mayores que las distancias astronó-micas o que los presupuestos de los estados modernos.

Podríamos aún decir mucho más de los resultados de que da cuenta "Lifeline", lo que haremos en un artículo futuro si el interés de los lectores lo justifica. Preferimos ter-minar con la siguiente reflexión: po-demos tener la seguridad que cuando Conway inventó su juego de la vida, y Gardner le dio difusión en octu-bre de 1970, jamás pudieron imagi-nar que en menos de un año y medio este juego iba a resolver teóricamen-te en sentido afirmativo el problema de la posibilidad de crear una inte-ligencia artificial a través de la reali-

zación de una máquina Turing uni-versal.

En la figura 6 damos las solucio-nes prometidas en el número ante-rior, en que hemos marcado con lí-neas horizontales los grupos de tres tetrábolos susceptibles de adoptar dos posiciones distintas por rotación, con líneas verticales los pares de tetrábolos que se pueden intercam-biar, y con punteado el grupo de cuatro tetrábolos que por rotación, bien sea de los tres tetrábolos supe-riores o de los tres inferiores, puede ocupar tres posiciones diferentes. O

1 Ciencia Nueva, N- 5, p. 16. 2 Ciencia Nueva, N? 1, pp. 20-23. 3 En este último número se describe

también un nuevo juego inventado por Conway, al que esperamos referirnos en algún artículo futuro.

4 Ciencia Nueva, N° 1, pp. 5-9.

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El juego de GO (II)

Hilario Fernandez Long

En su número 9, CIENCIA NUEVA inició la publicación de ma-terial referente al milenario juego oriental.1 Esta nota y las que la seguirán son la continuación de aquella e integran el curso que el ingeniero Fernández Long dictara en el Centro Argentino de Inge-nieros.

Grupos seguros y grupos muertos

Como ya se ha dicho, está prohibido el suicidio, esto es, no se puede colocar una ficha en un espacio rodeado, a menos que este espacio sea la última liber-tad que le queda al grupo adversario. De aquí se des-prende que un grupo con doble ojo o sea, dos espacios rodeados y desconectados entre sí, no puede ser co-mido.

En la figura que sigue, los grupos C y D son segu-ros. Los A y B están muertos.

1 I

Hay casos en que los dobles ojos son aparentes o falsos, kake-me, como los de la figura. Los grupos no rodean firmemente los espacios vacíos. Están forma-dos por dos o más cadenas no conectadas entre si. Al-guna de esas cadenas está en jaque, atari, y puede ser comida en la próxima jugada. Aunque las negras tu-vieran el turno de jugar, no podrían hacer nada para salvarse. En estos casos se dice que las fichas están muertas y no deben ser necesariamente comidas.^ AI terminarse el partido pueden retirarse, como comidas sin más trámite. A menos que a su vez las blancas (en este caso) corran peligro y se vean obligadas a comer para evitar ser comidas.

45

ffi f t t ü n t • 1 M M U k

En la figura, los grupos de los rincones pueden lle-gar a ser seguros si tiene el turno el negro. En este caso la ficha 1 asegura la vida del grupo. Si tiene el turno el blanco, debe recordar el proverbio "la posi-ción vital de mi enemigo es mi posición vital" y jugar en 1, con lo cual muere el grupo negro. En cambio en el grupo central el negro puede salvarse aunque el blanco juegue primero.

Los grupos negros no tienen salvación, si el blanco juega primero en 1. Si tiene el turno el negro, puede salvarse jugando en 1. Esta es una posición vital para ambos jugadores.

En estas configuraciones, si el negro llega a estar rodeado no tiene salvación. Si el negro juega en A el blanco juega en B, y viceversa.

V ¡ !

H •j I H X í •j ! í

Estos grupos están muertos si el blanco juega pri-mero, quien lo hará en el centro, y el negro no podrá formar dos ojos.

El grupo negro, izquierda arriba, está muerto si tie-ne el turno el blanco y juega como está indicado, de-recha arriba, o izquierda abajo. En cambio el grupo negro abajo derecha, es seguro, aunque tenga el turno el blanco.

Conexiones y cortes

Como es vital para los grupos débiles unirse para formar configuraciones fuertes, la operación de cortar, kiri, resulta vital. En la figura que sigue se muestran dos pares de grupos desconectados. Si juega el blanco en 1, el negro queda cortado. Si el negro juego en 1, el negro se conecta y corta al blanco.

46

En algunos casos la conexión no exige que las fichas resulten adyacentes. En la figura, la jugada del negro en 1 representa una conexión asegurada. El blanco no puede impedir la unión, como se ve a la derecha.

Prácticamente, fichas vecinas en diagonal, tienen la conexión asegurada.

También el nudo de bambú, un par de fichas adya-centes frente a otras dos, resulta indestructible.

Otra conexión importante es watari. La negra 1 co-necta el grupo marcado con triángulos y lo salva. Esta conexión es muy usada.

Escalera o shícko

En la configuración de la figura, sí el turno es del negro, el blanco está perdido y debe abandonar su ficha. Si quisiera defenderla, se produciría la secuencia indicada que termina con la captura de 6 fichas blancas.

Si en el camino que ha de recorrer la escalera existe una ficha amiga, el blanco puede seguir jugando en esta posición y salvarse.

Bibliografía: H o w to play Go, por Sukaku Taka-gawa, Nihon Ki-In, Tokio.

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1 !

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Consejos adicionales

—Al principio del partido es mejor jugar en las lí-neas tercera y cuarta.

—Trate de no quedar aislado del centro del ta-blero,

—Generalmente es mejor, al comienzo del partido, bosquejar territorio y no emprender batallas.

— N o junte sus fichas demasiado pronto. •—Al atacar, trate de ganar territorio. —Asegúrese que sus fichas pueden llegar a hacer

doble ojo en caso de ser atacadas, o huir (es decir, conectarse a grupos amigos, o con regiones más se-guras). —Separe las fichas enemigas y manténgalas débiles.

-—No intente salvar fichas en gran peligro; aban-dónelas.

El juego con ventaja

Entre jugadores de fuerzas parejas, la ventaja de co-menzar se compensa alternando, en partidos sucesivos, el usar las blancas y las negras. En competiciones sue-le concederse al blanco una ventaja inicial de 4 ó 5 puntos, komidashi, que se suma al puntaje obtenido al final del partido. Cuando la diferencia entre la ha-bilidad de los jugadores es muy grande, el negro pue-de comenzar el partido con dos o más fichas colocadas sobre el tablero, en los puntos marcados (estrellas, u hoshi). Este sistema de handicap permite hacer par-tidos reñidos, aun entre jugadores muy desparejos.

Cada ficha de ventaja que se otorga significa, al fi-nal del partido, una ganancia de aproximadamente 10 puntos. O sea, si dos jugadores parejos juegan con tres fichas de ventaja, debe esperarse que el partido

47

termine con una diferencia de alrededor de 30 puntos a favor del negro.

Para otorgar un handicap de 2 deben colocarse fi-chas en dos estrellas opuestas en diagonal. Para otor-gar 3, en tres estrellas de rincón. Para ventajas supe-riores, hasta 9, se deben ocupar estrellas formando configuraciones simétricas respecto al centro del ta-blero. Los rincones deben estar siempre ocupados.

Si la diferencia de los jugadores es todavía dema-siado grande, pueden colocarse fichas de ventaja en los centros de los cuatro cuadrados formados por las nueve fichas colocadas sobre estrellas. Y aún puede aumentarse la ventaja con fichas adicionales en los rincones, junto a la estrella y en diagonal, en los pun-tos 3-3, san-sa».

Aperturas

Las jugadas iniciales son fundamentales para bos-quejar los territorios propios y para impedir que el contrario bosqueje territorios demasiado grandes. Co-mo se ha dicho, es vital asegurarse primero los rinco-nes y luego los lados.

La razón por la que se debe comenzar por los rin-cones, es que requiere menos cantidad de fichas for-mar territorios en el rincón que en otros lados y porque resulta fácil defender fichas ubicadas en los rincones.

La técnica de colocar las primeras fichas sobre el tablero, en general alrededor de las primeras 20 ó 30, se llama fuseki y corresponde a lo que en ajedrez se llama apertura. La técnica de atacar y defender un rincón con jugadas standard se llama joseki.

1 Hilario Fernández Long, El juego del Go, CN N° 9, pag. 58.

Alain Jaubert, El go, ¿secreto de la estrategia revoluciona-ria?, CN N? 11, pág. 55.

Correo del lector, Go for ever, CN N- 11, pág. 64. Go Club, CN N? 12, pág. 58. Problemas de Go, CN N? 14, pág. 39; CN N° 15, pág. 61;

CN N? 15, pág. 41.

tercer mundo REVISTA DE INFORMACION Y ANALISIS

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RIGOLLEAU CRISTALERIAS RIGOLLEAU S.A.I.C.

Se transcribe ¡a Disposición N? 57 fecha 25 de Noviembre 1971, de la División Pesas y Medidas de la Dirección Nacional de Comer-cio Interior, relacionada con las Probetas Marca P Y R E X de 25 - 50 y 100 mi.

Buenos Aires,

Visto la presentación en el expediente N<? 19.483/71 SEICI producida por la firma CRISTALERIAS RIGOLLEAU S.A., inscripta en la DIVISION PESAS Y MEDIDAS bajo el nú-mero 1.316 y atento a lo informado por la mencionada dependencia y a lo aconsejado por el DEPARTAMENTO DE LEALTAD CO-MERCIAL,

El director nacional de comercio interior dispone:

19-Autorizar la presentación a la verificación primitiva, como similares al tipo aprobado C 5001 de las probetas graduadas de VEINTI-CINCO, CINCUENTA Y CIEN MILILITROS (25, 50 y 100 mi) de capacidad, construidas, tubo y base, con vidrio borosilicato, tal como se documenta en el expediente N9 19.483/71 SEICI fojas 2 a 4.

2?-El sellado de verificación primitiva se aplicará en la proximidad y por encima de la graduación que indica la capacidad del ins-trumento.

3? - Expedir copias de la presente Disposición para las publicaciones establecidas en el artículo de la Resolución Ministerial de fe-cha 9 de Setiembre de 1926.

4?-Comuniqúese, regístrese. Cumplido, vuel-va el expediente N<? 19.483/71 SEICI al DE-PARTAMENTO DE LEALTAD COMERCIAL -DIVISION PESAS Y MEDIDAS- para la notifi-cación de la firma interesada y su reserva como antecedente técnico. DISPOSICION N9 57

* Marca Registrada de Corning Glass Works, U.S.A.

48

Instituto de Promoción Becaria:

Una institución privada al servicio del país

Dentro del campo de la educación el de la promoción becaria es un área prácticamente inexplorada en nues-tro medio. Esto decidió, en 1969, a las Fundaciones Acindar, José María Aragón e Instituto Torcuato Di Telia a aunar su esfuerzo para crear al Instituto de Promoción Becaria, cuya finalidad es contribuir al logro de un mayor equilibrio entre las becas disponi-bles por especialidad y las necesidades reales del país en materia de profesionales y técnicos por sector de actividad.

No existe en nuestro país un centro de información que como el IPB centralice todo lo relativo a becas de cualquier origen. Este servicio de información que el IPB presta sin cargo alguno, fácil ta la búsqueda de oportunidades evitando a los interesados la cono-cida peregrinación por embajadas, instituciones pú-blicas o privadas u organismos internacionales otor-gantes de becas. Asimismo permite a todos los aspi-rantes a becas el acceso a la información respectiva, la que en muchos casos por falta de conveniente di-fusión queda exclusivamente a disposición de aquellos que por una a otra causa tienen acceso directo a la

misma y que no son siempre los más calificados ni los que realmente las necesitan.

Un Centro de Documentación con material actua-lizado de las más importantes universidades del mun-do clasificado por disciplinas complementa el centro de información. La información que se brinda al es-tudioso argentino y la posibilidad de consultar los catálogos y programas de estudios compilados en el IPB le permiten confirmar o elegir el mejor lugar pa-ra continuar sus estudios y elaborar su plan de traba-jo, cumplimentando así los requisitos exigidos en casi todos los casos para el otorgamiento de las becas de postgrado.

Desde el punto de vista de la promoción del esta-blecimiento de becas el IPB ofrece un servicio de asesoramiento a entidades otorgantes que puede cons-tituirse en un aliciente para futuros donantes que dis-poniendo de los medios financieros para otorgarlas carecen de medios técnicos para administrar y contro-lar al becario, poniendo especial énfasis en el segui-miento del mismo a fin de posibilitar a su regreso su reinserción al medio en el área para el cual fue ca-pacitado.

Becas externas para argentinos

Becas para un curso sobre exploración de aguas subterráneas El Gobierno de Israel y la OEA ofrecen becas para participar en un curso sobre Exploración de Aguas Subterráneas que se llevará a cabo en la Universidad Hebrea de Jerusalén durante 6 meses, a partir de noviembre próximo. Los candidatos deben ser graduados universitarios con experiencia en el tema del curso, buenos conoci-mientos de inglés y patrocinio de la entidad en que desempeñan sus funciones. La beca cubre pasaje de ida y vuelta, matrícula, alojamien-to, manutención y seguro por en-fermedad o accidente. Las solici-tudes pueden retirarse en la Sub-secretaría de Desarrollo —Hipóli-to Yrigoyen 250, 6° piso, of. 636,

Capital Federal— y deben entre-garse a la misma dirección debida-mente completadas antes del 17 de julio próximo.

Becas de postgrado en Colombia El Gobierno de Colombia ofrece becas de postgrado para perfeccio-namiento e investigación en diver-sas disciplinas, estas becas se cum-plirán en el Instituto Caro y Cuer-vo de Bogotá y diversas universi-dades colombianas durante un pe-ríodo de un año lectivo. Los can-didatos deben ser graduados uni-versitarios con alto promedio en las calificaciones y tener un míni-mo de dos años de experiencia en la profesión o investigación. Asi-mismo deberá obtener patrocinio

de la entidad donde desempeña sus funciones. La beca cubre pasa-je, asignación mensual y seguro de asistencia médica. Los interesados deben enviar su curriculum vitae al Instiuto de Promoción Becaria antes del 30 de julio próximo.

Becas de postgrado para estudios en universidades canadienses y australianas Varias universidades australianas y canadienses ofrecen becas para cursar estudios de postgrado en todas las especialidades. En el Ins-tituto de Promoción Becaria se encuentra a disposición del públi-co interesado una lista de dichas universidades y las disciplinas que se dictan en cada una de ellas.

I.avalle 7 1 0 - 2 ' "D" • Buenos Aires, Argentina - Tel. 392-0388/6177

La primera A TAL La Primera Conferencia especializada sobre la Aplica-ción de la Ciencia y la Tecnología al desarrollo de Amé-rica Latina (CACTAL) se reunió en Brasilia del 12 al 19 de mayo.

Las comisiones en que fue divi-dida la primera CACTAL se plan-tearon el siguiente temario:

Comisión 1: Creación y desarrollo de tecnología

— Formación de recursos humanos en el área de la ciencia y la téc-nica.

— Fortalecimiento de las institucio-nes de investigación en América latina.

— Incentivos a la investigación e innovación científicas y tecnoló-gicas.

— Resultados obtenidos a través del Programa Regional de Desarro-llo Científico y Tecnológico y de otros programas de la O E A .

— Demandas del desarrollo econó-mico y social.

Comisión 2: Innovación tecnológica y transferencia de tecnología

—• Demandas del desarrollo econó-mico y social al sistema científi-co y tecnológico (tales como ali-mentación, educación, vivienda, salud, acondicionamiento am-biental, urbanización, etc .) .

— El problema de la desocupación y subocupación en relación con el uso de tecnologías y el desa-rrollo científico y técnico.

— Creación y selección de tecnolo-gías que permitan una mayor utilización de la mano de obra.

— Innovación tecnológica y Plan de acción para la Innovación Téc-nica en América Latina 0

— Procesos de transferencia, sus diferentes aspectos, costos y di-ficultades.

— Mecanismos de información y di-fusión del conocimiento científi-co y tecnológico.

— Integración del sistema científi-co y tecnológico al sistema pro-ductivo.

Comisión 3: Cooperación para el desarrollo científico y tecnológico

— Política y planificación del es-fuerzo científico y tecnológico en la América latina.

— Financiamiento del d e s a r r o l l o científico y tecnológico y movi-lización de recursos.

— Contribución del Programa Re-gional de Desarrollo Científico y Tecnológico y de otros progra-mas de la OEA.

Los resultados de los debates fue-ron recogidos en los relatorios de cada una de las comisiones y en un documento de síntesis, denominado "Consenso de Brasilia sobre la Apli-cación de la Ciencia y la Tecnología al Desarrolo de América Latina". El texto de este documento fue apro-bado por todos los países, excepto los Estados Unidos que "reservaron su opinión" respecto de los subpá-rrafos ii y iii del Capítulo 2 (que reproducimos aparte).8 a

Argentina participó en la CAC-TAL con un análisis de escasa solidez programática y con una delegación presidida por el Ministro de Educa-ción Gustavo Malek e integrada por el Ing. Carlos Cavoti (Subsecreta-rio de Ciencia y Técnica), el Cite, (RE) Fernando Milia (Vicepresi-dente ejecutivo del I N T I ) , el Dr. Raúl A. Quijano (Embajador argen-tino ante la OEA) , Dr. Rubén Zei-da, Ing. Jorge Laurent, Arq. Elva B. de Roulet, Alberto Ham, Ldo. Eduardo Amadeo, Ing. Carlos Mar-tínez Vidal, Lillian O'Connell de Alurralde y Dr. Néstor T. Auza.

La mayor parte de la documen-tación referida obra en poder de CIENCIA NUEVA, donde puede ser consultada y / o publicada si exis-tiese suficiente interés en ello

El contexto político de esta pri-mera CACTAL es difícil de resumir porque hubo muchos participantes, porque se polarizaron de manera dis-tinta en las diversas comisiones, por-

que algunas de las discusiones po-líticas más delicadas se realizaron fuera cíe sesiones y porque los entre-nados profesionales de la OEA in-tervinieron muy directa, permanente y específicamente en la fijación de lineamientos. Quizá a estos últimos pueda atribuirse el lenguaje camelo-esotérico que predomina en los do-cumentos producidos por la Confe-rencia.

En grandes trazos, puede estable-cerse lo siguiente: hubo tres blo-ques: Brasil, apoyado por Bolivia; Estados Unidos; todos los demás, pretendidamente liderados por Ar-gentina. La versión difundida local-mente sostiene que "A la Argentina le correspondió un lugar destacado, aglutinante y de conducción que atrajo a los restantes países del Con-tinente en la búsqueda del consen-so", pero en Brasil no creen en la importancia de esta situación, como lo muestran los recortes periodísti-cos que reproducimos y que eviden-cian un "tr iunfo" brasileño. La posi-ción de Brasil había surgido con an-terioridad de un enfrentamiento en-tre el Ministerio de Economía y los de Relaciones Exteriores y Planea-miento. La posición de estos últimos es la que llegó a la Conferencia a juzgar por los hechos: la Conferen-cia se hizo en Itamaraty y Reis Ve-lloso (ministro de Planeamiento) fue su Presidente. Al terminar la CACTAL no solo Brasil no necesitó renunciar a ninguna de sus ponencias fundamentales, sino que Garrastazu Medid nombró a Reis Velloso res-ponsable del área de Ciencia y Téc-nica del Brasil.

En el otro extremo de la escala política estaba la posición chilena, seria, bien preparada, de buen nivel técnico v la de Perú. Pero, faltos de peso político, los representantes de esos países debieron descender hasta la confusa posición Argentina que arastraba en un frente común a otros países de posiciones indefinidas co-mo Venezuela y México.

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leído y oído durante la CACTAL...

"La realización de una conferencia como la que hoy llevamos a cabo en Brasilia refleja el reconocimiento por parte de nuestros países de dos deficiencias fun-damentales cuales son el insuficiente desarrollo de la investigación científica y tecnológica y su desvincula-ción de las realidades y problemas propios de nuestros pueblos.

"Nada sería más fácil que culpar de estos problemas a factores independientes de nuestra voluntad. Pode-mos decir que el insuficiente desarrollo de la ciencia y la tecnología son una simple consecuencia demuestra pobreza o acusar a nuestras comunidades científicas de insensibilidad ante la realidad que viven sus países: En ambos casos caeríamos en la simplificación más burda, negándonos a admitir que el problema de la ciencia, como todo problema que se plantea en el seno de nues-tras sociedades, está indisolublemente ligado a las ca-racterísticas propias de nuestro desarrollo como países explotados y dependientes, en lo político, lo económico y lo cultural, del funcionamiento de un sistema cuyos centros fundamentales de decisión están más allá de nuestras fronteras y cuyos intereses son antagónicos con el interés común de nuestros pueblos de lograr su pleno desarrollo dentro de un marco de plena justicia y libertad.

"El único factor dinámico en el plano de la innova-ción tecnológica en América latina ha sido pues, el de la inversión extranjera, ya sea realizada directamente o a través del capital monopólico nacional, siempre dis-puesto a servir los intereses foráneos a cambio de una participación en los beneficios que resultan de este or-den de cosas. Por cierto no podemos así quejarnos de que las tecnologías que estos sectores utilizan no sean las más adecuadas a nuestra realidad o de que mas que disminuir el desempleo lo aumentan. No son esos los objetivos que esta producción y esta innovación tecno-lógica persiguen; su interés es simplemente la maximi-zación de su utilidad y no debemos esperar de ellos la solución de nuestros problemas.

187» * rniMtHÍPCAOtñ*g"

BRASIL DIZ A LATINOS COMO TAZ

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"Al plantear estos interrogantes y problemas, hay que reconocer asimismo la influencia que en esta materia ha tenido entre los países en desarrollo, la antigua y a veces renovada polémica entre la ciencia básica y la ciencia aplicada. Me atrevo a decir que esta seudodicotomia no puede conducir a justificar ni a demorar mas la _ participación de la comunidad científica en un trabado orientado a solucionar problemas específicos del sector productivo, a pretexto de levantar o contar primero con una infraestructura científico-tecnológica general y sin orientación específica." 1

"No se trata, pues, de decir simplemente que debe-mos invertir más en ciencia y tecnología. La afirmación de que el monto de recursos que se destina a la inves-tigación científica y tecnológica dé la medida en que los países son capaces de solucionar sus problemas, es atractiva pero falaz. A nuestra vista está el caso de los países más ricos del mundo en que el inmenso desarro-llo de la ciencia y la técnica no ha contribuido a hacer más felices a sus pueblos.

"Hemos visto ya cómo, bajo el pretexto de una liber-tad científica predicada pero no practicada, los mejores científicos del mundo contribuyen a diseñar mecanis-mos de destrucción, muerte y dominación política. Hoy mismo vemos cómo tejos de nuestra América latina el país más poderoso del mundo descarga sobre un pue-blo subdesarrollado toda la violencia que su potencial científico y tecnológico ha sido capaz de producir, mien-tras dentro de sus fronteras subsisten, 110 resueltos, problemas de pobreza, polución y agitación social que, lejos de disminuir, aumentan}

5 1

"Nuestra política interna y externa se orienta en ba-se a la interpretación de las causas que generan y tra-tan de perpetuar nuestra situación de subdesarrollo. Somos subdesarrollados porque existen grupos de poder que quieren convertirnos en sujetos pasivos de dominación y, para este fin, han montado toda una estructura de explotación que nos hace dependientes, que aliena nuestra capacidad y voluntad y redunda en una actitud de no-participación generalizada. Nuestro desarrollo, como tarea, no puede lograrse independien-temente de este análisis, si no se atacan de manera frontal los factores que sustentan nuestro subdesarrollo.

"Esta teoría política la aplica el Gobierno peruano tfí análisis del agudo subdesarrollo científico y tecno-lógico que aqueja a nuestra región, rechazando la do-minación y el colonialismo, proponiendo nuestra des-alienación científica y tecnológica y la máxima y eficaz movilización de nuestros importantes recursos y po-tencialidades.

"En países como los nuestros debemos tener en cuen-ta que nuestro subdesarrollo no es más que la contra-partida del desarrollo ajeno, la base sobre la que se edifica y sustenta la prosperidad de las naciones más desarrolladas.

"Deslumhrados como estamos por el desarrollo de de la ciencia y la tecnología en otras regiones del mun-do, señalamos que tal desarrollo crea, para nuestras naciones, una ciencia que nos impone condiciones de dependencia. En otras palabras, una ciencia con consu-midores determinados por las naciones más poderosas, con el objetivo de su propio beneficio.

"El desarrollo de nuestra ciencia y los temas de in-vestigación han sido hasta hoy determinados por aque-llas naciones. Las técnicas y las metodologías las de-terminan ellos y nosotros las importamos. Con frecuen-cia, inclusive nuestro juicio de valor sobre la actividad científica y tecnológica está influenciado sustancialmen-te por tal relación de dependencia. _ "Este camino no nos permite liberarnos. Al contra-

rio, nos condena a una zaga perpetua. Podremos lle-gar a tener científicos de alto nivel comparables con los de regiones más desarrolladas, pero por esta influen-cia y por la alienación de que somos víctimas, es en esas regiones donde se usufructúa el producto de nues-tros talentos, permitiendo el drenaje de nuestra ener-gía mental más calificada. Por otra parte es necesario subrayar que la carencia de recursos humanos, econó-micos, de materiales y equipos que muchas veces son satisfechas en alguna medida mediante subsidios, be-cas, donaciones, préstamos y las llamadas investigacio-nes coordinadas con otras universidades e instituciones de países industrializados, en alguna manera nos hacen siempre dependientes. Debemos buscar una ciencia y promover un desarrollo tecnológico en los campos que son prioritarios para el desarrollo de nuestras naciones

"La Conferencia de UNCTAD que actualmente tie-ne lugar en Santiago, ha demostrado que uno de los tres problemas más graves que han emergido en la úl-tima década, es el llamado atraso tecnológico del mun-do en desarrollo.

"El problema ciertamente no es sólo de América la-tina, sino del mundo entero. Diría que es uno de los peores problemas que afectan al mundo en desarrollo. El aspecto financiero, por sí solo, es gravísimo. Estu-dios recientes demuestran que el costo de las patentes,

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licencias y demás elementos de igual naturaleza impor-tados aumenta a razón de 20 por ciento al año, mien-tras las exportaciones de los países en desarrollo aumen-tan en promedio a sólo un 7 por ciento anual, proyec-tándose para 1980 un costo de 8.000 millones de dó-lares en pagos de regalías, patentes y licencias, sin con-siderar aquellos pagos invisibles que están involucrados en la venta de equipos y servicios.

"Si se analiza la balanza de pagos de la tecnología, se observa que si bien Estados Unidos es un país que recibe cinco veces más de lo que paga, los países de la comunidad europea, aún los más pequeños, tienen una balanza de pago relativamente equilibrada, lo cual re-fleja que están no solamente protegidos sino que están participando favorablemente en eí intercambio de la inteligencia y que ellos pueden defender y hacer pro-gresar sus propios modelos de vida para hacer respetar su propia caapcidad intelectual. En el caso de países en desarrollo y en particular en América latina, la ba-lanza de pagos es absolutamente negativa. Nada expor-tan y todo lo están comprando.

"Es necesario que algunos piensen en los límites del crecimiento, pero es increíble que no se vea que el lí-mite de la riqueza excesiva de algunos está en la apli-cación de normas de solidaridad y en el reparto del ex-ceso hacia los países pobres. Es por ello que es más indispensable, porque tiene un contenido moral ines-capable, poner un límite a la pobreza y para ello, a la dependencia tecnológica." 4

(8) El Plan de acción constituye un nuevo recurso regional destinado a financiar proyectos de alto conte-nido técnico asociados al desarrollo industrial, que se ejecuten en instituciones técnicas de América latina. Su propósito es contribuir a fortalecer la capacidad autóc-tona de América latina para seleccionar y adaptar tec-nologías originadas fuera y dentro de la región y para crear ttcnologias propias, a través de una mayor de-manda local de innovación.

_(10) El actual Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico ha contribuido a los esfuerzos nacionales de fortalecimiento de la infraestructura cien-tífico-tecnológica mediante el perfeccionamiento de per-sonal, el refuerzo de los centros más avanzados y, con asistencia de ellos, de otros centros de la región, el apo-yo a proyectos de investigación y la creación de una importante corriente de intercambio entre los países latinoamericanos.

(11) Sin embargo, tal como se expone reiterada-mente en los Documentos Nacionales para CACTAL, la aplicación de la ciencia y la tecnología a la solución de los principales problemas económicos, sociales y cul-turales de la región es aún muy limitada.

(12) "El hecho de que la demanda de nueva tec-nología por parte del sector productivo, sea fácilmen-te satisfecha por el exterior, ha favorecido la margi-nalización del sistema científico y tecnológico del resto de las actividades económica-sociales, impidiendo su desarrollo y concentrando la investigación que se rea-liza en el país en la investigación básica, la cual tiene relaciones muy débiles y lejanas con los problemas eco-nómicos sociales concretos del país". (DN, Venezuela, Pág . 10).

(14) La determinación de la estrategia, prioridades y énfasis en el desarrollo tecnológico, corresponde a

"Nada mais revolucionario, nesta época de revolugoes, do sociedade moderna. E até mesmo sobre cada um de nos, que o efeito da ciencia e tecnología sobre a vida e a como pessoa humana, na realizado de nosso destino individual." 2

las políticas de cada país, de acuerdo a sus peculiari-dades. Este es un principio básico del Plan de Acción.

(15) La necesidad de fortalecer nuestra propia ca-pacidad de innovación técnica se deriva además de la existencia de problemas que, por su naturaleza o por su magnitud, no atraen el esfuerzo de investigación de los países industrializados.

(16) Los esfuerzos por aumentar la eficiencia del proceso productivo deben atender simultáneamente a la solución del problema regional del desempleo. En algunos sectores industriales no es posible armonizar ambos objetivos. En otros, en cambio, existe la posi-bilidad de adaptar y crear tecnologías con el objeto de lograr mayor nivel de empleo sin sacrificar la eficien-cia en la producción y ello debe constituir uno de los objetivos principales de este plan.

(18) El Plan de acción no pretende actuar sobre todos y cada uno de estos factores sino que, por el contrario, se concentra en convertir la demanda de cambio técnico del sistema productivo en factor im-portante de un desarrollo tecnológico autosostenido.íi

1. La aplicación sistemática y continuada de la cien-cia y la tecnología al desarrollo integral de América latina, en los planes nacional y multinacional, requiere que cada país defina previamente una estrategia global

de desarrollo. Dicha definición tendrá en cuenta que las políticas en materia científica y tecnológica deben adecuarse a los objetivos permanentes de tal estrategia en cuanto a crecimiento económico, justicia social y afirmación cultural.

2. La preocupación por alcanzar la justicia social de-be traducirse en una adecuada instrumentación de la política de desarrollo de cada país que asegura que su componente técnico científico contribuya eficazmente para lograr los objetivos de pleno empleo y el aprove-chamiento integral de los recursos humanos existentes.

3. Es derecho y deber de los Estados definir sobera-namente los grandes objetivos de su desarrollo integral. La formulación de políticas y planes globales naciona-les constituyen el marco de referencia del esfuerzo cien-tífico y tecnológico que demanda el progreso acelerado del os pueblos\ le América latina. En conseuencia es urgente proyectar determinar y aplicar políticas nacio-nales de ciencia y tecnología estrechamente coordinadas con las políticas de desarrollo económico-social.

4. Dentro de una estrategia global de desarro.llo científico y tecnológico se debe procurar la vinculación y coordinación continuas de las actividades pertinentes del sector gubernamental, el sector privado, el sector financiero y la comunidad científica y tecnológica.

5. Entre los objetivos de una estrategia orgánica e integrada, se deben incluir los de aminorar la brecha tecnológica y eliminar la dependencia tecnológica con respecto a los países desarrollados y avanzar hacia la creación de tecnología propias.

6. Es una necesidad de los países de América latina fortalecer y reorientar sus sistemas científico-tecnoló-gicos nacionales para la absorción, adaptación y gene-ración de tecnologías.

7. Al cumplir con el objetivo estratégico de moder-nización tecnológica, los países de América latina debe-rán orientar sus respectivas políticas nacionales de de-sarrollo hacia el mejor aprovechamiento posible de las economías de escala y al fortalecimiento de los siste-mas productivos nacionales mediante el perfecciona-miento de la capacidad tecnológica y de gestión de las empresas.

8. Los recursos internos deben ser, de modo general, la principal fuente de financiamiento de los esfuerzos nacionales para el desarrollo de los sistemas de ciencia y tecnología de los países de América latina. Las polí-ticas instrumentales —fiscales, monetarias, comercia-l e s etc.— de la estrategia del desarrollo, deben con-templar entre sus objetivos principales la capacidad de asignar recursos adecuados, con el fin de incrementar los que se destinen a actividades científico-tecnológicas, asegurándoles estabilidad, continuidad y eficiancia en su cometido.

9. La asistencia externa debe ser complemento del esfuerzo nacional; estar orientada por el país sobre la base de programas integrados en su planificación cien-tífico-tecnológica y responder a sus necesidades priori-tarias.0

1. Los países de América latina deben formular po-líticas en cuanto a la transferencia de tecnología des-tinadas a lograr, entre otros, los siguientes fines:

i) que las empresas proveedoras de tecnología pro-porcionen información y entrenamiento al personal na-cional ;

ii) que se eliminen las restricciones contractuales o de otra naturaleza entre empresas nacionales y extran-jeras o sus subsidiarias en América latina que impidan al adquirente de la tecnología importada utilizarla en forma plena;

iii) que las empresas extranjeras dediquen un cierto presupuesto a la realización de investigaciones en los países de América latina;

iv) que favorezcan las empresas de tecnología e ins-tituciones de investigación nacionales en cuanto a los requerimientos de consultoría del sistema productivo del mismo país.

v) que donde sea pertinente, estimulen la creación de empresas multinacionales latinoamericanas que ge-neran y comercialicen tecnología en condiciones com-petitivas en el comercio mundial.0"

"Os Estados Unidos estao de fato se transformando numa sociedade condicionada á pesquisa. Em, pática-mente, quialquer aspecto da vida, a na?ao se apoia mais e mais em técnicas que aplicam o conhecimento á s o l u t o dos problemas. Praticamente todas as ativida-des, e nao apenas a tecnología, sao revigoradas pela pesquisa — o direito, a administrado, a economía e outras ciencias sociais, o processo político e mesmo as artes.

"E nestes tempos de tensoes e crises, o intelectual, no seu gabinete, e o dentista e o engenheiro, em seus laboratorios, sao procurados para idéias e solu?ao de problemas com vistas a enfrentar a deteriorado do "environment" — pela polui?ao, pobreza e corrida bé-lica.

"Antes de tudo, colocar a ciencia e tecnología para trahalhar, dentro dos horizontes ampios da sociedade que se deseja construir. Assim, a partir dos objetivos económicos e sociais do país, será preciso criar os me-

canismos operativos que assimen ao sistema de ciencia e tecnología as missoes prioritárias que lhe cabem, em f u n d o das necessidades de cre'scimento económico na industria, na agricultura, na infra-estrutura— do desen-volvimento regional, do desenvolvimento social, da melhoria de distribuido de renda, do controle do meio-ambiente. Em suma, sua colaborado para a humaniza-d o da cidade, e principalmente dos grandes aglomera-dos urbanos, sem abrir mao da industrializado acele-rada e, também, a humanizado —por que nao dizer? da sociedade rural, possivelmente ainda mais poluída para o trabalhador que nela opera."2 O

Referencias

1 Discurso pronunciado por el embajador José Miguel Insul-za, presidente de la delegación de Chile. CACTAL/doc. 27, 13 de mayo de 1972.

2 Pronunciamento do ministro Joao Paulo dos Reis Velloso como chefe da delegado brasileira. CACTAL/doc. 11, 12 de mayo de 1972.

3 Discurso del coronel Artemio García Vargas, secretario ge-neral del gabinete del primer ministro, presidente de la delegación de Perú. CACTAL/doc. 19, 13 de mayo de 1972.

4 Exposición del Sr. Gabriel Valdés S., administrador adjunto para América Latina del Programa de Naciones Unidas pa-ra el Desarrollo. CACTAL/doc. 33, 17 de mayo de 1972.

5 Plan de Acción para la Innovación Técnica en América La-tina. Resolución CIECC-131/72.

6 Consenso de Brasilia para la aplicación de la Ciencia y la Tecnología al desarrollo de América Latina. CACTAL/doc. 124, 19 de mayo de 1972.

6a Idem, capítulo II . 7 Discurso del Sr. Patricio Rojas, presidente de la CEPCIECC

(Comisión Ejecutiva del Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura). CACTAL/doc. 10, 12 de mayo de 1972.

los libros

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N? 21: Por qué Córdoba

N? 22: Perú en la encrucijada

N9 23: La lucha de clases en la Universidad

N? 24: Uruguay: La estrategia de los tupamaros

N? 25: Psicoanálisis y política en la Argentina

N? 26: El imperialismo en la Argentina

M I N I S T E R I O D E C U L T U R A Y

DIRECCION NACIONAL DE EDUCACION DEL A D U L T O

La Dirección Nacional de Educación de Adultos realizó recientemente una investigación con la finalidad de es-coger el medio más adecuado para cumplir con su pro-pósito de publicar con regularidad información que contribuya a constituir un sistema de educación per-manente. Como resultado de esa investigación se eligió a CIEN-CIA NUEVA y la nota que sigue es la primera de una serie que encuadra en dicho plan. En este espacio inicial se consideró conveniente brin-dar un panorama general de los fundamentos y alcan-ces de la educación permanente y educación de adidtos en la República Argentina. Al efecto se seleccionó parle de la exposición realizada por el señor Coordinador General de la Dirección Na-cional de Educación del Adidto, Profesor Mario Salva-

E D U C A C I O N dor Sarubbi, el día 8 de setiembre de 1970, Día Inter-nacional de la Alfabetización y Educación de Adultos.

El hombre y el progreso científico-tecnológico

Necesariamente deberemos considerar la civiliza-ción actual. Estos últimos setenta años han sido ricos en experiencias. Estas experiencias, positivas o ne-gativas, llegaron a ser, por un lado ecuménicas, ya que a través de los medios de comunicación moder-nos, poco o mucho alcanzaron a toda la humanidad, y por otro, han modificado y modifican de continuo la situación, las relaciones y el comportamiento de los elementos integrantes de la estructura social. El progreso científico-tecnológico ha sido decisivo en este proceso; fue el factor dinamizante, en secuen-cias aceleradas de acortamiento progresivo.

Las conquistas de la investigación científica, tec-nológicamente instrumentadas y expandidas por la industria y la economía alteran constantemente los esquemas elaborados por el hombre. Crean ansieda-des, expectativas no sólo individuales, también co-lectivas; no sólo materiales, sino también éticas y espirituales; no sólo políticas, sino también geopolí-ticas. Además, la incidencia del cambio afecta a todo el hombre y a todos los hombres. A todo el hombre en cuanto a que, a través de toda su vida debe afron-tar sucesivas mutaciones; a todos los hombres, en cuanto a que la necesidad de adecuarse, integrarse, participar del cambio, no es ya responsabilidad de un sector, ni de una élite, sino en diverso grado per-tenece a la comunidad total.

El hombre contemporáneo

El hombre de hoy, para preservar su naturaleza y su dignidad personal, en el marco fluido en que vive requiere nuevas respuestas intelectuales, sociales, éti-cas, religiosas, económicas y políticas.

Si la dinámica del mundo actual requiere un con-tinuo enriquecimiento cultural del hombre, la res-puesta es esencialmente educativa. Pero no será ya la educación tradicional quien las proporcione.

Concebida para una sociedad de escaso dinamismo, poco ofrece al mundo mutable de nuestros días. Los estereotipos de ayer, han pasado, significan muy po-

co; ya no son válidos los productos definitivamente educados que pretendía.

La realización del hombre de hoy es la resultante de un "perfeccionamiento integral y sin solución de continuidad de la persona humana, desde su naci-miento hasta su muer te" . 1

Antes que desalentador, este concepto revitaliza constantemente la actitud y la acción del hombre. Le permite elevarse desde que vislumbra, como pau-ta inmutable del tiempo mutable que, "la realización viviente del hombre es intelectual". Le permite tam-bién entender mejor su papel en el contexto y su responsabilidad genérica cuando advierte que "el de-ber fundamental de un hombre es contribuir a la promoción de los otros".2

Edad adulta y educac ión p e r m a n e n t e

La de hoy, es pues, una civilización promocional. Y la respuesta humana necesaria, una educación per-manente.

El concepto de educación permanente implica una nueva concepción del hombre, de la sociedad y de la política. Ante todo comporta una revisión profunda de los sistemas educativos conocidos en el triple as-pecto de sus objetivos, de sus contenidos y de su extensión. Significa también una reivindicación de la edad adulta como etapa particular y necesariamente educable. Finalmente, supone —sobre todo en los países que no lo alcanzaron aún— una decisión po-lítica sobre prioridades educativas capaces de imple-mentar el desarrollo nacional.

No es la ocasión de discutir sobre las implicancias de la educación permanente en los sistemas educati-vos en uso. Pero sí de considerar la relevancia que en un sistema de educación permanente adquiere la educación de adultos y de los fundamentos que la justifican.

La edad adulta representa fundamentalmente al hombre activo. Constituye el sector productivo de la comunidad en el más amplio sentido: son sus re-cursos humanos. Ella sobrelleva directamente el im-pacto del cambio acelerado de la época. Una y otra

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vez debe interpretar, adecuarse, instrumentar las nue-vas situaciones en función del equilibrio, de la cohe-rencia, de la existencia misma de la estructura social. Por su papel y su responsabilidad, por su gravitación y extensión —abarca el 60 % de la vida útil del hombre—, es la más necesitada de los medios que la educación ofrece para canalizar la dinámica social. Es la más urgida de permanente actualización, per-feccionamiento o reconversión de los conocimien-tos.3

Fundamentos de la educación de adultos "La tarea de la educación de adultos no se basa

hoy en la corrección de los defectos de la instruc-ción escolar, sino en aceptar el hecho de que para sobrevivir como seres civilizados, el hombre debe ser miembro activo de una sociedad que aprende".'1

A este fundamento de la educación de adultos de naturaleza "existendal" se agregan otros.

Los socio-culturales cubren la necesidad del adulto de no permanecer al margen del progreso científico tecnológico y de la formación cultural. Ya sea me-diante la actualización, el perfeccionamiento o recon-versión de los conocimientos, el adulto no sólo con-serva la eficiencia permanente que le exige la socie-dad competitiva de nuestro tiempo y se promociona socialmente, sino que encuentra la posibilidad de re-convertir su función reintegrándose al proceso pro-ductivo cuantas veces la fluctuación del mercado lo requiera.

Con los fundamentos socio-culturales se relacionan los de orden económico. El hombre mantenido en estado de calificación permanente, es el factor de desarrollo más valioso e inmediato con que cuenta la^comunidad; la inversión más rentable de la econo-mía social. En los países más desarrollados, la inver-sión en el perfeccionamiento de los recursos humanos supera los de otros campos considerados habitual-mente vitales; se tiende así a una fluidez y hasta a una _ saturación de la disponibilidad de talento que realimenta la ciencia y la tecnología y por consecuen-cia, la industria, la producción y la economía.

Es muy claro hoy, que no hay desarrollo sin re-cursos humanos altamente calificados. Cuando así se afirma, se piensa prioritariamente en- los adultos y se tiene en cuenta el factor "K" como agente deci-sivo del proceso económico.

Tiene también la educación de adultos fundamen-tos psicológicos en dos dimensiones. Individuales, los que configuran el adulto como sujeto de conno-taciones psíquicas propias, distintas a las de otras etaoas biológicas de la persona (niñez, adolescencia); y los psico sociales que justifican las expectativas de los adultos para una mejor comprensión y comunica-ción generacional —tanto en el ámbito familiar entre pndres e hijos; como en el ambiente entre viejos y jóvenes— y para una mejor comunicación grupal —comprensión entre los grupos de diferentes inte-reses—,5 Atendiendo a lo psicológico, últimamente se propone la reintegración del hombre "final" a su medio, lo que supone la reincorporación del poten-cial de actividad de los jubilados, una reivindicación de la inteligencia enriquecida por la experiencia y hasta un acto de justicia a la senectud condenada a la soledad psíquica.®

Los fundamentos humanos, radican en la necesi-dad de posibilitar el perfeccionamiento integral del hombre, que le permita realizarse como persona y alcanzar su destino trascendente.

Por fin, hay también fundamentos políticos, para la educación de los adultos. En tanto actualizados, perfeccionados o reconvertidos, los recursos humanos activos, no sólo constituyen el factor más decisivo de integración y cohesión nacional, sino la ayuda indis-pensable para reducir la brecha tecnológica que nos separa de los países altamente tecnificados.

Los fundamentos socio-culturales, económicos, psi-cológicos, humanos y políticos señalados, implican una variadísima gama de alternativas y modalidades, de exigencias y necesidades metodológicas peculiares de educación, cuya consideración y tratamiento con-figuran el campo específico de la "Andragogía" que se abre camino rápidamente en la ciencia educativa dedicada a la solución de los problemas del hombre adulto de nuestro tiempo.

No sólo recuperar Las enunciaciones anteriores ofrecen un marco re-

ferencial para considerar con una mejor perspectiva los alcances de la educación de adultos en nuestro país.

Hasta 1969, el esfuerzo oficial en la educación de adultos —cuantitativamente considerada— se pre-ocupó fundamentalmente en la "corrección de los defectos de la instrucción escolar" y de las situacio-nes socio-económicas imperantes: una función recu-peratoria del argentino rechazado o no integrado por el sistema educativo a nivel primario.

Si bien no deben desatenderse los talentos des-preciados por la escuela y desarrollados pragmática-mente, este objetivo recuperatorió resulta insuficien-te. Es limitativo y hasta mutilante del concepto de educación permanente. Se reduce a suplir las defi-ciencias del sistema escolar común, sin modificar el sistema mismo. Fundamentalmente pretende rehabi-litar al adulto para insertarlo en niveles superiores del mismo sistema sin la debida atención a las ex-pectativas ocupacionales y promocionales.

Por otro lado, mantiene las limitaciones del siste-ma. No sólo porque no puede transgredir los objeti-vos, niveles y modalidades del sistema común, rígi-damente estructurados; sino también porque tiende a extender a la educación de adultos las técnicas de aprendizaje y características curriculares propias para sujetos con necesidades bio-psico-sociales diferentes.

Además, perpetúa la escisión de la vida del hombre en dos períodos: el de la educación y el de la acción. Ello supondría que la adquisición de los niveles es-tablecidos por el sistema común, otorga al adulto las respuestas suficientes que el hombre necesita para afrontar la realidad mutable durante el resto de la vida. Es decir, perpetúa el divorcio entre educación y cambio social.

Es que un objetivo meramente recuperatorio cons-triñe el alcance de la educación de los adultos a un

para-sistema". Implica esto contradecir el concepto de educación permanente que concibe la educación como un proceso unitario en el que el desarrollo del hombre se va configurando a través de distintas eta-pas durante el curso total de su existencia.

El alcance de la educación de adultos, entonces, no tenderá solamente a insertar al hombre en el sistema común. Requiere fundamentalmente ser integral; hu-ni.ma, antropológica y socialmente integral.

El concepto de integralidad supone que, para su ív.ilización como persona y como integrante de una comunidad, el hombre necesita de la formación cul-tural y de la capacitación profesional, y en un proce-so de cambio, este requerimiento se repite más de Lina vez en el curso de la vida. Y es bueno señalar, dado el acento tecnológico que ha impreso a la ci-vilización actual el avance científico que el desfasaje o la exclusión de uno de ellos deteriora la integrali-dad formativa, indispensable para que el hombre en-tienda el contexto y partícipe eficiente, libre y res-ponsablemente en su dinámica.

La educación de adultos debe ser promocional. La formación, la actualización y perfeccionamiento de sus conocimientos posibilita al hombre el desarrollo de todas sus potencias y lo elevan social y económi-camente.

Pero debe también ser continua para mantener al hombre en estado de participación, decidir su desti-no ante las transformaciones del mundo, aún en la edad alta, y, prospectivamente, abriéndole oportuni-dades para el enriquecimiento cultural del tiempo libre, que el progreso de la automación le brindará al hombre de mañana.

En fin, la educación de los adultos debe ser cohe-rente. La coherencia en los fines la pondrá al servicio de un modelo antropológico real. No del que surge de ideologías pasadas o de las que pretenden abrirse paso en el mundo de hoy. Hablamos de ese modelo de hombre que surge de la realidad étnica, histórica, con connotaciones espirituales, psicológicas, tradicio-nales, singulares y está insertado en un proceso de evolución socio-económica argentina que intenta el despegue definitivo hacia el desarrollo total de la Nación. La coherencia en los medios proviene de la coordinación de los esfuerzos oficiales y privados que se cumplen en el país en relación a educación de adultos y la fijación de objetivos comunes a lograr.

Así concebida la educación de adultos debe llegar a ser un sistema educativo en "múltiples niveles que animará a las personas de cualquier edad a continuar sus estudios en vista del trabajo y de los ocios, par-tiendo del punto, cualquiera sea, en el que se ha detenido, hasta el punto, cualquiera sea, al que sus capacidades pueden llevarlas",7

La diversificación de oportunidades educativas no reconoce otras limitaciones que la disponibilidad de recursos para implementarlas. Las alternativas se abren a los más diversos niveles, formas, modalida-des y se atienden con las más variadas estructuras docentes y curriculares necesarias para cubrir las ex-pectativas del adulto, así como las demandas del morcado productivo, incluso previendo las fluctuacio-nes del mercado ocupacional.

Así concebida, la educación de adultos argentina dista sustancialmente de circunscribirse a la mera alfabetización. Sin abandonar la función recuperato-ria que le compete indudablemente, la educación de adultos en la Argentina de hoy es llamada a ocuparse de la movilización de todos los hombres activos en

el campo de la producción con vistas a convertirlos en recursos humanos eficientes en el proceso de desa-rrollo nacional.

Poder po l í t i co y e d u c a c i ó n de adul tos Si la Argentina pretende consolidar el despegue

y tocar el estado de desarrollo, este desarrollo —so-bre todo en las metas a corto y mediano p l a z o -descansará sobre la calificación de sus recursos hu-manos inmediatos: los adultos. En tanto se incor-poran a la vida productiva, los niños y jóvenes que producirá la reforma educativa, es decir entre los 15 y 25 años próximos, la Argentina deberá contar con hombres capaces de comprender, integrar, participar y dirigir el cambio hacia los objetivos del desarrollo nacional.

Es aquí donde la actitud del poder político tendrá una gran responsabilidad. Particularmente, porque no sólo debe superar los intereses adversos al destino nacional; sino también porque a causa del cambio acelerado, e l desarrollo no puede aceptar las etapas tradicionales del proceso evolutivo histórica-mente dadas en la humanidad. El desarrollo argen-tino deberá darse a saltos, superando etapas.

La heroica decisión, entonces, del poder político estará en el campo educativo y la educación para el desarrollo es un proceso que se da desde arriba hacia abajo, desde los cuadros de la más alta calificación hacia los niveles más modestos de la educación de adultos.

Recientes enunciaciones del Señor Presidente de la República y del Señor Ministro de Cultura y Edu-cación permiten vislumbrar que el poder político ad-vierte el papel de la educación de adultos en la evo-lución argentina. Son de esperar ahora, la declaración de prioridad para ese campo educativo a nivel de interés nacional; y, paralelamente a una actualización y difusión comunitaria de los objetivos y metas re-gionales y nacionales del desarrollo y de las expec-tativas de recursos humanos, un incremento adecua-do de los recursos financieros.

Estos presupuestos permitirán una planificación indispensable —coordinados los esfuerzos oficiales y privados— que signifiquen una variada multiplica-ción d e oportunidades de calificación a nivel post-grado universitario y comprenda el apoyo logístico de la calificación media y sub-profesional.

Creemos que sólo de ese modo, la Argentina po-drá concretar definitivamente, es decir, educativa-mente, el desarrollo nacional; e incorporar el proceso histórico argentino a la "civilización promocional" liberadora del hombre y del país.

1 Seminario Nacional sobre Educación Permanente, "Infor-me Final del" pág. 15, N? 1.1. (Buenos Aires, junio 1970).

2 A. Kauffman: "La cwilisation promotienelle". 3 Dirección Nacional de Educación del Adulto ( D I N E A ) ,

"Educación de Adultos y educación permanente". (Bue-nos Aires, junto 1970.)

4 Consejo Nacional de Educación de Adultos, Informe 1961-62, Nueva Zelandia.

5 B. B. Schwart, "Reflexiones sobre desarrollo de la educa-ción permanente", en Boletín Centro de Documentación, N? 34. (Madrid, marzo 1970.)

6 A, Kauffman, op cit. 7 M. Mead: "Pensando hacia adelante: por qué la educación

es obsoleta". Harvard.

Comentarios de libros

Segba, cogestión y Banco Mundial Jorge A. Sábato Juárez , Editor, Buenos Aires 155 páginas

La participación política de los sec-tores populares, explotados, a través de una organización y en un proceso que dé a cada uno de sus integran-tes las herramientas y una situación en que emplearlas, es una de las me-tas de todo "cambio de estructuras" que se precie de tal. Pero hagamos enseguida una aclaración: Es con-dición necesaria para que ese "cam-bio" sea realmente una modificación socioeconómica de fondo, que el mis-mo incluya la destrucción de las con-diciones del sistema productivo y social que cristaliza la diferenciación entre sectores populares, explotados y sectores "no populares". De cam-bios hoy se habla mucho, pero más de uno nos hace sospechar que se trata del "cambio para el no cam-bio".

En el Ínterin, el secreto o la ter-giversación y el embellecimiento de la realidad de lo que sucede a nivel gubernamental, por ejemplo, sólo pueden ser resquebrajados por la de-nuncia de quienes participan de la "cosa pública" y por ello tienen ac-ceso a parte de los entretelones. Es bastante importante que esto ocurra, cualquiera sea la causa que desenca-dena la denuncia, porque es impor-tante aprender aunque a veces sea tarde. Además a veces no resulta ser tarde: véase sino el efecto de la de-nuncia sobre la intervención activa de la ITT, el monopolio yanqui, en el proceso político chileno.

Sábato nos brinda en su libro un resumen de la historia vieja y más reciente que rodea al área de la pro-ducción de energía eléctrica.

Surgen de esa historia ejemplos claros del sometimiento de las deci-

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siones gubernamentales a una colu-sión de necesidades de los monopo-lios y de los grupos plutocráticos de la burguesía y la oligarquía, herma-nados y representados por lazos de sangre y/o intereses a través de fun-cionarios ora públicos, ora de la acti-vidad "privada", de militares, etc.

También nos enteramos por el li-bro de cuál es la estructura de Segba, los sueldos millonarios de buena par-te de sus funcionarios superiores (y querríamos preguntar por los bene-ficios "marginales"), y de la existen-cia en el directorio de representan-tes de las tres armas, en una nueva evidencia del aparato "político-eco-nómico-militar" que aparece última-mente como la única solución viable para el gobierno de nuestro país, en una síntesis de los pilares de nuestra sujeción socioeconómica, on par-te del relato las intervenciones de los organismos financieros y diplo-máticos internacionales, presionando, exigiendo y condicionando los "cré-ditos" con cláusulas de subordina-ción que en su texto no llegan a re-flejar la intensidad real de la de-pendencia.

La historia reciente de Segba apa-rece un tanto más oculta. Por ejem-plo, las razones de la "vuelta al lla-no" del autor, que tiene varios años de distintos cargos públicos, son pre-sentadas como una serie de respues-tas posibles, en un "múltiple choice" poco comprometedor.

En el resto del libro Sábato nos expone sus ideas sobre cómo pro-ducir energía eléctrica. De su análi-sis sobre la situación actual llega a dos conclusiones que aparecen como argumento de fondo: que la clase dirigente de nuestro país es obsoleta y mala y que el Estado argentino no ha aprendido a dirigir sus empresas. En cuanto a la primera lo más im-portante es saber cómo destronarla; la segunda está formulada de un mo-

do poco convincente. La experiencia histórica del autor, como el mismo lo relata, le ha permitido observar cosas suficientes para no hablar del Estado como de un ente de existen-cia real, distinto de los grupos que "en su nombre" y detentando el po-der, defienden con todas sus fuerzas y mañas sus intereses de sector. Lo que estos grupos no saben es lo que no quieren saber, pues para cumplir sus necesidades son capaces de in-ventar cualquier código, estatuto o aparato coercitivo.

Cuando plantea el problema de la cogestión de la empresa, propuesta por él cuando era presidente de Segba, la fundamentación de la mis-ma nos presenta ciertos conceptos que nos alertan sobre la ideología de partida. Sábato habla de la pér-dida de "flexibilidad de la mano de obra", debida a las conquistas logra-das por la actividad sindical que ha logrado una seguridad para el tra-bajador que ya no le hace desarro-llar una capacidad de adaptación a condiciones cambiantes, como se die-ra a fines del siglo pasado. Según el autor la abundancia de mano de obra en esa época obligaba al obre-ro a agachar el lomo pues si perdía su puesto ello significaba práctica-mente la condena a la miseria para él y su familia. Por ello, se acabó la posibilidad de aumentar la pro-ductividad de la mano de obra, pues las empresas están organizadas como en el siglo pasado, cuando dicha fle-xibilidad estaba incólume. Sábato ejemplifica las bienaventuranzas que depara la "flexibilidad de la mano de obra" con el caso de los colecti-vos porteños, donde esa propiedad se constituye en la clave del éxito financiero de este sistema de trans-porte frente a los deficitarios siste-mas de otras capitales. Acá cabe preguntarse si el autor viajó en co-lectivo o si pudo observar a este

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magnífico sistema en acción. Pues no resulta comprensible cómo esos pro-ductores de contaminación atmosfé-rica, carteristas y hacinamiento y su-perexplotación de conductores y pasajeros pueda ser ejemplo positivo de nada. Mucho menos de la felici-dad en el trabajo, que estaría pre-sente en los conductores, realmente "flexibles" hombres - orquesta, de nervios en punta. Si esta es la feli-cidad que propone recuperar con la cogestión, como medio para lograr una mayor "flexibilidad de la mano de obra" que permita aumentar su productividad mejor comencemos a pensar en otra cosa.1

Por otra parte su planteo de la cogestión tiene antecedentes políti-cos variados que él conoce segura-mente, como en Francia por ejem-plo, donde el gaullismo trata de in-corporar al proletariado a su gestión autocrática de 'salvación" bajo esta figura de democracia populista. Pa-rece también poco leal fundamentar las virtudes de la cogestión en una supuesta calidad de deseable bajo cualquier tipo de régimen político ("capitalista en Alemania, socialista ( ? ) en Austria, comunista ( ? ) en Yugoslavia"). Ésta catalogación es falaz pues no representa en lo más mínimo la real dicotomía capitalis-mo-socialismo. (No olvidemos que en nuestro país hasta Amcrico Ghiol-di puede ser socialista sin peligro de un juicio por difamación por uso indebido de términos.)

La posición general de Sábato pa-rece limitada por una visión auto-cercenada — n o se sabe si conciente o inconcientemente— de una em-presa nacional Segba, con directores A o B, sometida a un gobierno de turno, con estatutos modificables que quizás puedan no cumplirse, que debería hacer investigación y estar gobernada bajo un sistema de coges-tión para promover el cambio social. Con ello no se da cuenta que lo que está en juego, incluso en cuanto al futuro de esta unidad productiva, es un problema mucho más profundo, como lo demuestran los recientes su-cesos de Mendoza, San Juan, Rosa-rio, Tucumán, desencadenados por la implementación de tarifas "socia-les", necesarias para garantizar un plan de "desarrollo eléctrico". O

R. E.

1 Sobre el problema de los colectiveros, : también la Candonga de los colecli-r, Les Luthiers.

Cold Spring Harbor Simposio on Quantitative Biology

Volumen XXXV: ( 1 9 7 1 )

En esta época de excesos editoria-les, caracterizada por la publicación de trabajos presentados en congresos científicos poco trascendentes, en volúmenes lujosos de precios exor-bitantes y con años de retraso, el placer de hacer un comentario bi-bliográfico sobre un nuevo tomo de los Cold Spring Harbor Svmposia re-sulta •—si cabe— aún mayor. Porque todo lo que caracteriza a los clásicos volúmenes rojos cíe Cold Spring Llar-bor •—-la rapidez de su publicación, la originalidad de los trabajos pre-sentados, la gran selección de las contribuciones y la agudeza crítica de los sumarios— constituye la an-títesis de los incontables libros nue-vos-viejos que atiborran los catálo-gos de las editoriales científicas. En el caso del volumen XXXV, dedica-do a la transcripción del material ge-nético, los altos standards de calidad científica y editorial se mantienen: 97 manuscritos (un récord para • la serie) de primera categoría reflejan la febril actividad de una semana de discusión y crítica (el simposio tuvo lugar del 4 al 11 de junio de 1970) donde se planificaron las líneas de trabajo sobre el problema de la trans-cripción del material genético para la próxima década. Como es habitual en Cold Spring Harbor, muchos de los trabajos presentados eran absolu-tamente nuevos: David Baltimore, por ejemplo, llegó con los datos de sus sensacionales experimentos sobre la transcriptasa invertida (la enzima que transcribe RNA en D N A ) to-davía sin calcular.

El año 1970 fue clave para el RNA. Por una parte, la anatomía química de la RNA polimerasa re-sultó espectacular: una de sus sub-unidades, sigma, tiene a su cargo la especificidad de la transcripción. Con sigma, la biología molecular del RNA cambió cualitativamente y la enzimología convencional experimen-tó una nueva sacudida. Pero si bien los cuentos sobre sigma llevaron a los participantes del simposium al mismo grado de excitación que ha-bía provocado años atrás el descu-brimiento del RNA mensajero (tam-bién anunciado por primera vez en un Cold Spring Harbor Symposium),

el informe de David Baltimore so-bre la transcriptasa invertida causó una conmoción cuyas reverberaciones todavía se sienten hoy. El dogma central de la biología —como acla-ró luego Crick —queda intacto, ya que lo único que no tolera es la transcripción de una proteína en áci-do nucleico. El f lujo de información es factible partiendo de cualquier tipo de ácido nucleico, pero jamás puede partir —según el dogma cen-tral— de una proteína. Sin em-bargo, las complicaciones concep-tuales que introdujo la transcriptasa invertida en los modelos "conven-cionales" de replicación y transcrip-ción genética se multiplicaron ai im-pregnarse de expectativas "médicas" (la - c I a v e - para - la - cura - del - cáncer) cuando se descubrió que ios virus on-cogénicos a RNA (de un solo fila-mento) llevan consigo la enzima.

Con sigma y la transcriptasa in-vertida todo el problema del control de la expresión del genoma celular cambió cualitativamente: se percibió por primera vez que se abría una posibilidad de real experimentación en embriología y oncogénesis.

La simple enumeración de los tí-tulos de las secciones y de los rela-tores de los trabajos permite apre-ciar la importancia del volumen: se-cuencias de RNA (Spahr, Adarns, J. D. Smith) , la RNA polimerasa bac-teriana (Zillig, Burgess, Chamber-lin, Echols, Webe r ) , transcripción de bacteriófagos (Sedat, Szvbalski, S i g n e r H a y a s h i , Bolle, Epstein, Cros) control astringente y relajado de síntesis de RNA (Gallant, Cashel, Travers, Kamen) , sistemas de con-trol genético positivos y negativos (Beckwith, Zubay, Pastan) , cinética de la síntesis y degradación del RNA mensajero (Yanofsky, Morse, Lava-lié, Levinthal), RNA de células euca-riotas (C. A. Thomas, Darnell, Mc-Carthv, Penman, Perry, Tomkins) y la RNA polimerasa de células euca-riotas y genomas virales. M. Cham-berlin cerró el simposio con un ex-celente resumen de todo lo aporta-do y discutido.

El Cold Spring Harbor Sympo-sium on Q u a n t i t a t i v e Biology VXXX muestra una vez más un he-cho fundamental: lo significativo de la investigación en biología molecu-lar no reside en descubrimientos oca-sionales (por importantes y bien realizados técnicamente que estos

59

fueran) sino en la prosecusión de una línea coherente y planificada, la dura "línea de partido", como la lla-mó Max Delbrück en Cold Spring Harbor en 1953.

Transcripción, 1970, refleja clara-mente el interés y los objetivos del Dr. James D. Watson, Premio No-bel, director del Cold Spring Har-bor Laboratory y profesor de Bio-logía Molecular y Bioquímica de la Universidad de Harvard. Sus alum-nos participaron en la disección quí-mica de la polimerasa, sus alumnos siguen laboriosamente estudiando los otros mecanismos que regulan la sín-tesis del RNA mensajero. Como a Watson le interesa lambda como modelo de virus temperado para lle-gar a formular hipótesis sobre la transformación neoplásica, la genéti-ca funcional de lambda, la integra-ción y desintegración de lambda del genoma celular y la transcripción de lambda y su regulación ocuparon en el simposio un lugar de preferencia, así como la síntesis de RNA en célu-las eucariotas y los virus oncogéni-cos a RNA. Esta aparición de las cé-lulas eucariotas en Cold Spring Har-bor no es un accidente: el laborato-rio interrumpió sus famosos cursos sobre genética de bacterias y bacte-riófagos para comenzar cursos anua-les sobre células eucariotas y virus oncogénicos.

Es decir, la consigna para Crick es acabar con Escherichia coli, para Watson es acabar con lambda. Y efectivamente, reclutan a la gente más inteligente y a los tecnólogos más formidables. Un simposio como el de Cold Spring Harbor es equiva-lente a un método de selección de mutantes: sólo los retardados men-tales o las personas inteligentes con una especificidad completamente dis-tinta pueden quedar indiferentes an-te tanta acumulación de talento in-vestigativo y sutileza técnica. Los estudiantes de ciencias biológicas que merecen llamarse tales, en Estados Unidos de Norteamérica, en Europa, aquí, o en cualquier parte, si tienen acceso a estos libros quedarán fle-chados para siempre por esta histo-ria de aventuras, por la belleza de su realización y la inteligencia de su trama. Pero como ocurre con las his-torias de aventuras, el problema es ver para qué sirven, a quiénes sir-ven. ¿Constituye lambda nuestra prioridad en materia biológica? ¿Es el de la RNA polimerasa —per se—

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el problema que tiene que ocupar las mentes de nuestros mejores bio-químicos? ¿Son los virus oncogéni-cos y su transcriptasa invertida aque-llos virus que tenemos que estudiar con la inteligencia, lucidez y rigor que caracterizan a la así llamada bio-logía molecular? ¿Existe, acaso, una real transferencia del conocimiento y la experiencia acumulada en los la-boratorios locales sobre estos temas básicos a la docencia y a las institu-ciones dedicadas a la clínica y a la medicina preventiva?

Porque, repetimos, en Cold Spring Harbor, en 1970 como en 1953, se planificó la actividad científica de los mejores genetistas y bioquímicos del mundo, dentro y fuera de los Estados Unidos, sean estos concien-tes o no de que sus talentos están ya captados. La constante prédica rin-dió y sigue rindiendo frutos: los pro-blemas centrales de la biología son los únicos temas que merecen sel-es tudiados para poder compartir de igual a igual los halagos de una pe-queña comunidad superseleccionada de visionarios talentosos y técnicos exquisitos. Y la sutil trampa apare-ce aquí: es absolutamente indudable que para enfocar cualquier problema de biología es necesario conocer y comprender los mecanismos de du-plicación del material genético, de su transcripción y de su traducción, así como de los sistemas que regu-lan e interrelacionan estos mecanis-mos en los entes biológicos. Es ri-dículo pretender hacer investigación en cualquier rama de la biología, por "pedestre" que ésta sea compa-rada con la sofisticación de los virus animales o bacterianos o los grandes problemas de regulación, sin com-prender, conceptual y operativamen-te, los principios básicos de la bio-logía como ciencia. Y sin duda el cuerpo de doctrina que eleva a la biología a la categoría de ciencia es la genética y su disciplina derivada, la biología molecular. Pero es falso, absolutamente falso, pretender que los únicos temas que implican un desafío intelectual de primera cate-goría son los temas que los dueños de la biología molecular fijan como tales. Tan falso como pretender que la felicidad humana consiste en la posesión de una Ferrari, de un Alfa-Romeo o de un Jaguar, o que sin un coche no se puede vivir,

Si se tiene en cuenta que el curso de Bioquímica Superior que dictan

el profesor Luis F. Leloir y sus co-laboradores (el único en el país don-de estos temas se abordan con la pro-fundidad y seriedad que merecen) lo siguen anualmente NO MÁS DE DIEZ PERSONAS, es obvio que desde el punto de vista numérico el riesgo no es demasiado grande. Pero sí lo es cualitativamente, porque las chances de que el partido de la bio-logía molecular reclute a gente inte-ligente, estudiosa y entusiasta para un programa que nos es ajeno, son muy grandes. Entonces, ¿qué debe-mos hacer en biología? No hay res-puesta inmediata, porque lo que se debe hacer depende de los objetivos que se fijen, de aquello que se tiene como meta. Según las metas, según los objetivos, así serán las priorida-des. Por ahora, las prioridades no las imponen, directa o indirectamen-te, desde el mundo desarrollado: si se quiere escapar de la disyuntiva de hacer o bien biología molecular o bien integrarse al "desarrollo" cata-lizado por el BID, el Council of the America, el Population Council, el NIH, y las Fundaciones Ford y Rockefeller, que implica investigacio-nes de temas supuestamente naciona-les, tenemos que plantearnos la ne-cesidad de un país del que formemos parte real, como ciudadanos y como científicos.

Daniel Goldstein

Lector

La mecanización nos invade: de-cidimos arrojar la pluma de ganso y el tintero en favor de unas in-teligentes chapitas que, de un so-lo golpe, imprimen su nombre y domicilio. Pero suele suceder que alguien, en alguna etapa del pro-ceso, aprieta un botón equivoca-do y algún otro, en nuestro De-partamento de Control del Pro-ducto Terminado se trabuca en la revisación. Si esto sucede con su nombre y dirección, por favor, recorte su inscripción en la faja, señale el error y envíenosla a la brevedad.

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Daniel Golilsleii

La 57a. Reunión de la Asociación Física Argentina

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Durante los días 22 al 26 de mayo se realizó en la ciudad de Córdoba la 57? Reunión de la Asociación Fí-sica Argentina. Participaron además las sociedades chilena y brasileña de física así como algunos físicos del Uruguay.

Esta reunión revistió especiales características debido a la inquietud manifestada por los físicos de re-plantear la posición de la ciencia y los científicos en nuestro país. Ade-más se procedió a la elección de las autoridades que regirán a la institu-ción en los próximos dos años.

Los primeros días estuvieron de-dicados a la presentación y discusión de comunicaciones sobre física de partículas, del sólido, atómica y mo-lecular, nuclear y física aplicada e instrumental. Entre los informes pre-sentados merece destacarse el rela-tivo a biofísica que mostró al cente-nar de participantes los alcances y perspectivas de esta nueva rama de investigación tan poco desarrollada en Argentina.

Por otra parte fue presentado un informe del profesor E. Hamburger (Sociedad Brasileña de Física) sobre enseñanza de la física referido a ex-periencias educacionales que en este campo, se están llevando a cabo en Brasil. El informe no pudo ser leído por el profesor Hamburger. El pre-sidente de la sesión dio lectura a una carta del autor en donde notificaba a la audiencia que su ausencia se de-bía a que estaba siendo procesado por un tribunal militar por razones políticas.

Como ya es habitual en las reunio-nes de la AFA hubo una sesión es-pecial de política científica en donde fueron presentados dos informes se-

: guidos de debate. El primero del profesor A. Herrera (Fundación Ba-

: riloche) inquirió sobre la situación actual de ciencia y técnica en la Ar-

: gentina. Luego de comparar con los países avanzados las cifras invertidas en este campo se analizaron históri-camente las razones por las que el país ha llegado en ciencia y técnica a la situación actual. Se destacó el fenómeno de la dependencia y la im-posibilidad para la clase dominante de proponer una solución de fondo.

La salida del profesor Herrera es-tá en la creación de una demanda

efectiva de ciencia y técnica que solo puede ser implementada por el tras-paso del poder a una clase que re-presente intereses mayoritarios.

El profesor Herrera no cuestionó el sistema de producción capitalista ni consideró necesaria su eliminación para resolver los problemas que aquejan al país en esta área.

El segundo informe producido por el profesor F. J. Delich (Sociólogo de la Facultad de Ciencias Económi-cas de la Universidad de Córdoba) estuvo dirigido a comprender y a si-tuar al científico en su contexto social.

En términos generales esbozó las perspectivas que conducen a planifi-caciones científicas de tres tipos que denominó cientificista, desarrollista y socialista. Desde su punto de vista es sólo la última la que permitirá alcanzar una efectiva liberación y un sistema nacional de ciencia y técnica al servicio de los intereses del pue-blo. Por otra parte y desde un punto de vista marxista, caracterizó al f í :

sico como asalariado y perteneciente esencialmente a la clase proletaria. Es evidente que en el ambiente de los físicos argentinos los problemas de política científica son ya centro de interés fundamental. Esto se vio evidenciado por numerosas reunio-nes informales que se organizaron sobre el tema. Fueron allí debatidos, por grupos de hasta cincuenta pro-fesionales, temas referentes a la in-serción del físico en la sociedad y los relativos al ejercicio de la pro-fesión. Sigue siendo preocupación fundamental el subempleo de los fí-sicos, el aparato represivo policial y la discriminación ideológica en los nombramientos.

A este respecto cabe señalar que a propuesta de los físicos de la Uni-versidad de La Plata se nombró al licenciado C. Mosquera presidente honorario de la Asamblea Ordinaria con que quedó clausurada la reunión de la AFA. El licenciado Mosquera es docente en el Departamento de Física de la UNLP y en la actualidad está detenido por motivos ideoló-gicos en el penal de Resistencia. Fue golpeado y torturado y se encuentra a disposición del Poder Ejecutivo y procesado por la Cámara Federal en lo Penal, sin que se hayan concreta-

do aún los cargos. La nueva Comisión Directiva está

constituida por: Gustavo Dussel (presidente), Mario Giambiaggi (se-cretario), Máximo Victoria (tesore-ro) , cuatro vocales titulares prove-nientes de las Universidades de La Plata, Córdoba, Tucumán y del Cen-tro Atómico Bariloche y tres vocales suplentes del Gran Buenos Aires.

La participación de estos repre-sentantes del interior en la Comisión Directiva obedece al deseo de las nuevas autoridades de hacer posible un contacto más concreto entre Bue-nos Aires y el resto del país, tratan-do así de eliminar la hegemonía de la capital.

La nueva Comisión Directiva se propone además estudiar las modifi-caciones de las reuniones semestra-les de la AFA para lograr que en ellas se efectivice un intercambio enrique-cedor entre los físicos de todo el país. Se tratará de dar mayor parti-cipación a los estudiantes de fin de licenciatura y se ensayarán diversos métodos para agilizar y hacer más frutíferas las sesiones de comunica-ciones científicas.

Para finalizar debemos mencionar que en esta 57? reunión se introdujo la novedad de discusiones por gru-pos de trabajo. Se organizaron varias entre los participantes, especialmen-te en física del sólido. Estas discu-siones entre especialistas permitie-ron una presentación totalizadora de los planes y problemas de los gru-pos que sobre cada tema trabajan en el país.

Es de destacar que las reuniones fueron dedicadas casi totalmente a discutir problemas de aplicación di-recta y a la colaboración que los in-vestigadores pueden brindar al de-sarrollo de tecnología de interés na-cional (por ejemplo tecnología de semiconductores).

Este es un hecho altamente posi-tivo, especialmente teniendo en cuen-ta la posición tradicionalmente cien-tificista de los físicos de nuestro país, y es de esperar que esta ten-dencia, que ha tenido un nuevo im-pulso en estos pocos últimos años, se afirme y desarrolle.

En resumen fue esta una reunión inquieta, con gran intercambio de ideas sobre el país y la ciencia. O

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Discriminación ideológica en la Universidad de Venezuela

En diciembre de 1971 fue desman-telado definitivamente el Centro de Estudios Sociales (CENDES), de-pendiente de la Universidad Central de Venezuela, una de las institucio-nes de investigación en ciencias so-ciales más importantes de América latina.

El CENDES, fundado hace diez años, posee el más alto nivel cientí-fico y académico, reconocido inter-nacionalmente y lo refleja en la pro-fusión de ensayos y trabajos publi-cados en este corto lapso. Además de investigación social, realiza cur-sos de postgrado de la Universidad, el quinto de los cuales no pudo fi-nalizar por el cierre del Centro.

La decisión oficial de cerrar ese centro de altos estudios comenzó a precipitarse en octubre de 1971 cuan-do el Consejo Universitario de la Universidad Central ressolvió no pro-rrogar los contratos del personal do-cente y de investigación (todo el per-sonal) y designó una "Comisión In-vestigadora" que debía expedirse en el plazo de 15 días. La resolución final fue la destitución del director del instituto y la cesantía de todo su personal.

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), que realizó durante el año pasado gestio-nes ante las autoridades nacionales y educacionales venezolanas en re-lación a la situación del CENDES, ha señalado que consideraba peligro-so para el futuro de la investigación (lo que requiere la más amplia li-bertad y autonomía) la formación de esa comisión "investigadora".

El CLACSO, como asimismo el personal del CENDES, pusieron de relieve la diferencia entre una "in-vestigación" y una evaluación aca-démica de la actividad del CENDES, la que sólo podría ser hecha por personas del más alto nivel en las especialidades pertinentes: "De otra manera se corre el riesgo de intro-ducir en el procedimiento elementos

de enjuiciamiento de tipo extraaca-démico, tales como las consideracio-nes de corte ideológico o político."

Todo indica que fueron, efectiva-mente, razones de tipo político las que motivaron la disolución del CENDES. El Secretario Ejecutivo de CLACSO, doctor Enrique Oteiza, se-ñala en una carta enviada al presi-dente de Venezuela referida a la si-tuación del CENDES, en noviembre de 1971: "Dicha Comisión (inves-tigadora), de acuerdo a la informa-ción que me suministrara el señor rector interino, fue creada con mo-tivo de una denuncia formulada por un alto funcionario de Planificación del Gobierno Nacional'. En mi en-trevista posterior con el jefe de la Oficina de Planeamiento, Dr. Ober-to, fui informado que el elemento que había originado la denuncia era el texto de un borrador de Prospec-to del CENDES (1972-73) que le había sido remitido para pedido de comentarios."

Por su parte, el personal docente y de investigación del CENDES, da a conocer a la opinión pública su apreciación de los motivos del cierre del instituto: "Para sorpresa nues-tra, el viernes 8 pasado recibimos de Cordiplán un oficio firmado por el doctor Antonio López Acosta, Di-rector General, redactado en lengua-je inadecuado, manifestando su 'total desacuerdo con el citado prospecto ya que el mismo contiene afirmacio-nes^ tendenciosas sobre la realidad nacional y expresiones que sugieren que el desarrollo del país es incom-patible con el sistema democrático'."

En el punto 8 de su declaración dicen los técnicos: "Es evidente el carácter político de estas medidas que no tienen otra intención que la de pretender silenciar al personal do-cente y de investigación del CEN-DES, el cual ha tenido y tendrá una firme actitud de rechazo ante las me-didas, ya tomadas o en proceso, con-tra la institución universitaria, me-didas estas alentadas sin tener en

cuenta el alto costo social que ellas tienen para el país. En efecto, 100 por ciento de nosotros en diversas oportunidades se ha opuesto a la po-lítica antiuniversitaria seguida pol-las actuales autoridades y hemos planteado que la única vía para nor-malizar la vida universitaria es la adopción de las siguientes medidas: a) Reforma cíe la Ley de Universi-dades de manera especial en lo que afecta en forma negativa a la auto-nomía y en lo que desvirtúa el ca-rácter democrático que debe tener el sistema electoral; b) Revocación de las medidas punitivas aplicadas a profesores, estudiantes y emplea-dos, incluyendo la libertad de los es-tudiantes injustamente enjuiciados; c) Renuncia o destitución de las actuales autoridades universitarias. Esta actitud nuestra es la que se nos quiere cobrar en esta oportunidad cuando se pretende nuestra exclu-sión del CENDES, provocando con ello la desintegración del instituto."

La conclusión del proceso del CENDES con su disolución, es un duro golpe al desarrollo de la inves-tigación social, no solo en Venezue-la, sino en toda América latina. Para los investigadores argentinos las re-presalias contra la ciencia por razo-nes políticas o ideológicas son casi una tradición, pero no por eso dejan de provocar alarma en la comunidad científica. O

Omisión

En el reportaje a Jorge A. Sá-bato, Quince años de metalur-gia en la Comisión Nacional de Energía Atómica, (CIENCIA NUEVA N? 15) en la lista de los nombres de los que hicieron el Departamento de Metalurgia (página 10), se omitió —por error— el nombre del Dr. Luis A. Boschi que fue en verdad el primer colaborador de Sábato.

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Correo del lector

Búsqueda de fantasmas Desearía encontrar más precisión en las noticias de Novedades o Filtro. Por ejemplo, en el N° 15, página 44, Búsqueda de partículas, donde se habla de la existencia de una nueva partícula que tendría masa, energía y momento nulo..." Esto puede partícula de masa cero, la energía es significar cualquier cosa —para una gual al momento (lineal). Una par-tícula con masa cero y momento an-gular cero sería una hipótesis bas-tante importante; ¿qué quisieron decir?.

Lo malo es que las noticias de otros temas que creí haber entendi-do, puedan estar parcialmente equi-vocadas. ¿Tiene CIENCIA NUEVA asesores científicos en cada tema?

Pedro Ripa Buenos Aires

Muy a menudo, el lector de dia-rios y revistas, encuentra que el te-ma de su especialidad está mal tra-tado. Y sin embargo sigue compran-do ese diario o revista y creyendo lo que le dicen en todo otro tema que desconoce en profundidad. Esto es una realidad y nosotros lamentamos que así sea porque si todo lector tu-viese una visión más crítica acerca de lo que lee, no solo nuestro pe-riodismo tendría mejor nivel sino que, por ejemplo, nuestra dependen-cia cultural no sería tan manifiesta.

Hacemos CIENCIA NUEVA con conciencia de esta situación y si bien no podemos evitar equivocarnos de vez en cuando, tratamos que no su-ceda.

En el caso que usted menciona, la información fue tomada de La Re-chcrche, la revista francesa cuya res-ponsabilidad técnica es inobjetable. Nuestra traducción fue correcta peto —también los franceses tienen de-recho a equivocarse— a su vez la noticia había sido tomada de Nature

(PS. 212, 129, 1971) y la falla se generó en la transcripción del inglés al francés.

CIENCIA NUEVA no tiene equi-pos de investigación, tiene simple-mente, asesores en cada tema. Por razones elementales que hace al fun-cionamiento de una revista como la nuestra, no es posible investigar o discutir cada nota en la profundidad de su contenido y por ello nos li-mitamos a utilizar fuentes de idonei-dad reconocida, sean personas, enti-dades o revistas.

Nos queda aún agradecerle su atención de habernos señalado este error y desear que siga creyendo en la honestidad profesional de CIEN-CIA NUEVA. A continuación se transcribe el informe de nuestros asesores acerca del tema que motivó su carta.

"En física de partículas se utilizan con frecuencia, como ayuda memoria o herramienta matemática, "partícu-las" que se suelen llamar "espurio-nes" para simular procesos en los cuales algún número cuántico no se conserva. Estos "espuriones" no tie-nen existencia física y no son defini-dos habitualmente como partículas. La nota de CIENCIA NUEVA pa-recía referirse a uno de éstos, debido a un error que explicaremos más ade-lante.

Su perplejidad en cuanto al dib-buck (fantasma) es lógica, ya que debido a la ecuación fundamental de la relatividad

E2 = p2 + m2

si E = 0, p = 0 y m = 0 esto es, si son reales.

Los tachyones a que se refería^ la primera parte de la nota, tendrían p2 •> J72 y p o r lo t a n t o m a s a imagi-naria y velocidad mayor que la de la luz, lo que viola el principia de causalidad. Los dibbucks, en cam-bio, tendrían E, p y m_ imaginarios (y no nulos como apareció en CIEN-CIA NUEVA por error) . El autor

del artículo publicado en Nature, R. Fox, no discute otras posibles pro-piedades de estas partículas (el spin, por ejemplo) pero indica que su existencia afectaría los conceptos ac-tuales sobre colapso gravitatorio de estrellas de neutrones y enanas blan-cas frías, que son importantes en la explicación del mecanismo de los pulsares".

El Inti

¿Podrían ustedes informarme qué lipa de trabajos e investigaciones se realizan en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial?

Arq. Rodolfo Iriarte San Fernando

Las actividades del I N T I abarcan un extenso campo tecnológico. Una primera acotación puede surgir de la enumeración de los centros de inves-tigación que lo integran:

Centro de Investigación de Ingeniería Ambiental.

Centro de Investigaciones Acústicas y Luminotécnicas de Córdoba.

Centro de Investigación de Biología Marina.

Centro de Investigación e Información para la Construcción y la Vivienda / Bouwcentrum Argentina.

Centro de Investigación Tecnológica de la Industria del Caucho.

Centro de Investigación de Celulosa y Papel.

Centro de Investigación para el uso eficiente del Combustible.

Centro de Investigación de la Tecno-logía Aplicada a la Construcción.

Centro de Investigación de la Tecno-logía del Cuero.

Centro de Investigación del Diseño In-dustrial.

Centro de Investigación Documentada. Centro de Investigación Tecnológica de

Frutas y Hortalizas

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Centro de Investigación de Grasas v Aceites.

Centro de Investigación de Técnicas Matemáticas Aplicadas a la Dirección de Empresas.

Centro de Investigaciones Metalúrgicas de Córdoba.

Centro de Investigación de Métodos v Técnicas para Pequeñas y Medianas Empresas.

Centro de Investigación para las In-dustrias Minerales.

Centro de Investigaciones Minerales de Cuyo.

Centro de Investigaciones Textiles.

Nos proponemos informar, en un número próximo, acerca de las acti-vidades del INTI.

Subscripción en o$u

Ruego me informe, a través del Correo del lector si CIENCIA NUE-VA tiene algún representante en Montevideo a quién pueda pagársele la suscripción en moneda uruguaya o si puedo hacer un giro en esta mo-neda, de esa manera saldría más eco-nómica la suscripción al lector uru-guayo que si debe hacer esa opera-ción en dólares

Lorenzo Maceiras Montevideo

Para suscribirse a C I E N C I A NUEVA en Uruguay, los interesados pueden dirigirse a Ana María Lom-bardero, Acapulco 1620, Montevi-deo, teléfono 501354. El precio de la suscripción es de 2.500 pesos uru-guayos.

; tegol .V' 13

El profesor Distraído vive en una calle en la cual los números de las casas son 1, 2, 3, etc.

La suma de los números de las casas menores que el número de la casa del profesor, iguala a la suma de los números de las casas mayores. El número de su casa posee tres cifras.

El profesor olvidó, en un mo-mento dado, su dirección y debe hacer un cálculo para saber cuál es su dirección y al mismo tiem-po determinar el número de ca-sas que hay en su calle.

¿Puede usted ayudarlo? (Si tiene acceso a una computadora puede hacer un programa intere-sante; de lo contrario deberá aguzar su ingenio y, además, em-plear el método de "tracción a sangre").

Andrée

Solución a Metegol N* 12 La solución, en números romanos es:

D C V I

L X V

D X L I que corresponde a la operación 606 — 65 = 541.

Problemas de GO Problema 1

Juega el Blanco. El grupo Blanco parece incapaz de asegurar su vi-da, porque a y b son puntos miai (es decir, si el Blanco juega en a, el Negro lo hace en b y vicever-sa).

Problema 2

Juega el Blanco. El grupo Negro parece totalmente seguro. Sin em-bargo tiene un defecto vital. A un jugador de la categoría dan le bastaría una mirada para descu-brir la primera jugada.

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GO: soluciones Respuesta 1:

La combinación de Blanco 1 y 3 es la única manera de hacer shi-nogi (salvar la vida). Aun si el Negro ataca en a, el sagari de Blanco b es una jugada astuta pa-ra salvar el bloqueo. Ahora el Blanco ha jugado en b y el Negro no puede contestar en c. No exis-te más la situación de miai.

Respuesta 2:

El sagari de Blanco 1 (jugada perpendicular al borde) es el pun-to vital. Negro 2 es inevitable, contra la cual es muy importante para el Blanco jugar hane en 3. Entonces, después del osae de Negro 4, la invasión de Blanco 5 es una jugada astuta para resol-ver el problema. La solución se concreta después de Blanco 7, que deja al Negro en situación de utttegaeshi (Negro toma la pieza Blanca 5 y el Blanco contesta ju-gando otra vez en 5 y tomando las diez piezas negras).

K ) G # § 0 ( 5 X > F mQ

Diagrama de referencia:

La jugada 3 en esta posición con-duce al fracaso del Blanco.

f - r

o O £ S ~ S _ feSís <3 M •<

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