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2. El ABC del comunismo libertario de Alexander Berkmanimpregnado con el hechizo romntico de la Revolucin francesa. Todos nosotros creamos (no me incluyo a m misma) que la revolucin social tena un poder mgico no slo para destruir el viejo sistema caduco, sino que podra, por su propia fuerza terrible, construir el nuevo edificio social. La Revolucin rusa demoli este sueo romntico. Prob que, aunque puede elevar las masas hasta el mismo cenit del fervor revolucionario, no puede mantenerlas en esa altura durante mucho tiempo. El propio hecho de que Lenin y sus camaradas consiguieran en un espacio de tiempo muy breve alienar a las masas rusas de la revolucin y que Stalin fuera capaz de mutilar a esta ltima del todo, mostraron que no bastaba el mero fervor revolucionario. Se necesitaba ms para salvaguardar la revolucin de las intenciones del Estado poltico de los nuevos amos de Rusia. Se necesitaba la voluntad para el trabajo constructivo, la preparacin econmica y social para dirigir la revolucin hacia los canales por los que se tena la intencin de marchar.Ninguno de los escritos anarquistas posteriores a la revolucin ha intentado tratar la nueva orientacin. Se le dej a Alexander Berkman llevar a cabo esta tarea difcil, y sin embargo de la mxima importancia. Y quin haba tan eminentemente cualificado, tan capaz y con un entendimiento tan penetrante como para tratar debidamente un asunto as?Ni en sus fantasas ms exaltadas anticip Alexander Berkman que la leccin de la Revolucin rusa, discutida por l con tanta habilidad en este volumen, se convertira en un factor vital escasamente a los seis aos de su creacin. La Revolucin espaola del 19 de julio de 1936 y la parte que desempearon en ella los anarco-sindicalistas y los anarquistas dotaron de un sentido mucho ms profundo las ideas presentadas en el presente volumen de El ABC de comunismo libertario de Alexander Berkman de lo que su autor se atrevi alguna vez a esperar. Desde el primer momento mismo del 19 de julio, la Confederacin Nacional del Trabajo (CNT) y la Federacin Anarquista Ibrica (FAI) -las organizaciones ms dominantes, ardientes y atrevidas- fueron las fuerzas que hicieron retroceder a las hordas fascistas de Catalua. Su realizacin maravillosa es la primera de su gnero en cualquier revolucin. Meramente hace patente la evidencia afirmada por Alexander Berkman con respecto a la necesidad imperativa de una preparacin constructiva si la revolucin social no va a repetir los errores del pasado.Cmo se hubiera enorgullecido mi viejo amigo y camarada con la Revolucin espaola, con la determinacin heroica del pueblo de luchar contra el fascismo! Sobre todo, qu compensacin hubiera sido para l ver al pueblo espaol que daba seales de un sentimiento y una comprensin profundos del Comunismo Libertario2! Cmo hubiera sido esta rejuvenecedor para nuestro camarada y le hubiera dado a l nuevas fuerzas, nueva esperanza! Si hubiera vivido tan slo un poco ms! Pero los muchos aos en el exilio, las increbles humillaciones a las que estuvo sometido, teniendo que suplicar el derecho a respirar a unos oficiales horribles, la lucha enervante y agotadora por la existencia, y su grave enfermedad se combinaron para hacerle la vida intolerable. Alexander Berkman odiaba la dependencia, odiaba convertirse en una carga para los que amaba, y de este modo hizo lo que siempre haba dicho que hara: acort su fin mediante su propia mano.Alexander Berkman se entreg a su ideal y le sirvi resueltamente, excluyendo cualquier consideracin de s mismo. Si hubiera anticipado remotamente la llegada de la Revolucin espaola, habra hecho un esfuerzo para continuar viviendo a pesar de su siquismo quebrantado y de otros muchos handicaps. La posibilidad de servir a nuestros camaradas espaoles en su lucha valiente habra fortalecido su arraigo a la vida, pero el cielo poltico de Europa en junio de 1936 estaba tan nublado que no mostraba rayo alguno de esperanza revolucionaria y por ello la vida no tena incentivo alguno para l.2 En el original esta escrito Comunismo Libertario. (N. de T.). 6 3. El ABC del comunismo libertario de Alexander BerkmanAlexander Berkman yace sepultado en una tumba sencilla en Niza. Pero su idea haba renacido en Espaa el 19 de julio de 1936.Londres, julio de 1937. Emma Goldman. PREFACIO DEL AUTOR Considero el anarquismo como la concepcin ms racional y prctica de una vida social en libertad y en armona. Estoy convencido de que su realizacin es una certeza en el curso del desarrollo humano.La poca de esa realizacin depender de dos factores: primero, de la rapidez con la que las condiciones existentes se conviertan en algo insoportable fsica y espiritualmente para porciones considerables de la humanidad, particularmente para las clases trabajadoras; y, en segundo lugar, del grado en que las concepciones anarquistas sean comprendidas y aceptadas.Nuestras instituciones sociales estn fundadas en ciertas ideas; mientras que estas ltimas sean aceptadas generalmente, estn a salvo las instituciones edificadas sobre ellas. El gobierno permanece fuerte porque el pueblo piensa que la autoridad poltica y la compulsin legal son necesarias. El capitalismo continuar mientras que un sistema econmico as sea considerado adecuado y justo. El debilitamiento de las ideas que sostienen las condiciones actuales perversas y opresivas significa el derrumbamiento ltimo del gobierno y del capitalismo. El progreso consiste en abolir lo que el hombre ha superado y sustituirlo por un entorno ms adecuado.Tiene que ser evidente incluso para el observador casual que la sociedad est experimentando un cambio radical en sus concepciones fundamentales. La Guerra mundial y la Revolucin rusa son las principales causas de ello. La guerra a desenmascarado el carcter corrompido de la competencia capitalista y la incompetencia criminal de los gobiernos para solucionar conflictos entre las naciones, o ms bien entre las camarillas financieras gobernantes. Precisamente porque el pueblo est perdiendo la fe en los viejos mtodos, las grandes potencias se ven obligadas ahora a discutir la limitacin de los armamentos e incluso a convertir la guerra en algo ilegal. No hace tanto tiempo cuando la mera sugerencia de una posibilidad as era recibida con el mximo escarnio y ridculo.De modo semejante se est derrumbando la creencia en otras instituciones establecidas. El capitalismo todava funciona, pero la duda sobre su eficacia y su justicia est royendo el corazn de crculos sociales cada