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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA: ********** TERCERO INTERESADO: ********** PONENTE: MINISTRO JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA CARRANCÁ SECRETARIO: PABLO FRANCISCO MUÑOZ DÍAZ SECRETARIA AUXILIAR: ARIADNA MOLINA AMBRIZ En atención a lo dispuesto por el artículo 73, segundo párrafo, de la Ley de Amparo, así como la jurisprudencia de rubro: “PROYECTOS DE RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS QUE SE ANALICE LA CONSTITUCIONALIDAD O LA CONVENCIONALIDAD DE UNA NORMA GENERAL, O BIEN, SE REALICE LA INTERPRETACIÓN DIRECTA DE UN PRECEPTO CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO INTERNACIONAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS1 , a continuación, se hace público el fragmento del proyecto de sentencia del amparo directo en revisión 752/2020, en el cual se realiza el estudio de constitucionalidad respectivo: 43. Por cuestión de orden metodológico, este considerando se estructurará en función de los apartados temáticos siguientes: (a) La interpretación constitucional de la figura de la “cosa juzgada” a la luz de los principios de seguridad jurídica en relación con la tutela judicial efectiva, y el tercer párrafo del artículo 17 de la Constitución Federal; y, (b) La interpretación constitucional del artículo 117 Bis de la Ley Federal del Derecho de Autor en función del estándar de protección del derecho fundamental de los artistas intérpretes o ejecutantes a recibir una 1 Tesis de Jurisprudencia P./J. 53/2014, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Tomo I, noviembre de 2014, página 61.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

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Page 1: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA: ********** TERCERO INTERESADO: **********

PONENTE: MINISTRO JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA CARRANCÁ SECRETARIO: PABLO FRANCISCO MUÑOZ DÍAZ SECRETARIA AUXILIAR: ARIADNA MOLINA AMBRIZ

En atención a lo dispuesto por el artículo 73, segundo párrafo, de la Ley

de Amparo, así como la jurisprudencia de rubro: “PROYECTOS DE

RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA

NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.

SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS QUE SE ANALICE

LA CONSTITUCIONALIDAD O LA CONVENCIONALIDAD DE UNA

NORMA GENERAL, O BIEN, SE REALICE LA INTERPRETACIÓN

DIRECTA DE UN PRECEPTO CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO

INTERNACIONAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS”1, a

continuación, se hace público el fragmento del proyecto de sentencia del

amparo directo en revisión 752/2020, en el cual se realiza el estudio de

constitucionalidad respectivo:

43. Por cuestión de orden metodológico, este considerando se estructurará en

función de los apartados temáticos siguientes:

(a) La interpretación constitucional de la figura de la “cosa juzgada” a la luz

de los principios de seguridad jurídica en relación con la tutela judicial

efectiva, y el tercer párrafo del artículo 17 de la Constitución Federal;

y,

(b) La interpretación constitucional del artículo 117 Bis de la Ley Federal

del Derecho de Autor en función del estándar de protección del derecho

fundamental de los artistas intérpretes o ejecutantes a recibir una

1 Tesis de Jurisprudencia P./J. 53/2014, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Tomo I, noviembre de 2014, página 61.

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remuneración equitativa por el uso o explotación de sus

interpretaciones.

(a) La interpretación constitucional de la figura de la “cosa juzgada” a la luz

de los principios de seguridad jurídica en relación con la tutela judicial

efectiva, y el tercer párrafo del artículo 17 de la Constitución Federal

44. Este análisis será realizado de acuerdo con los apartados temáticos

siguientes: (a.1.) del principio de seguridad jurídica; (a.2.) de la interpretación

del tercer párrafo del artículo 17 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos; y, (a.3.) de la interpretación constitucional de la figura de

la “cosa juzgada” a la luz de los principios anteriores.

(a.1.) Del principio de seguridad jurídica

45. Doctrina interamericana. Para la Corte Interamericana de Derechos

Humanos, el principio de la seguridad jurídica garantiza, entre otras cosas,

la estabilidad en las situaciones jurídicas, y es parte fundamental en la

confianza de la ciudadanía en la institucionalidad democrática, misma que es

uno de los pilares esenciales sobre los cuales descansa un Estado de

Derecho, siempre que se funde en una real y efectiva certeza de los

derechos y libertades fundamentales. 2

46. En consecuencia, la falta de seguridad jurídica puede originarse por

aspectos legales, administrativos o practicas estatales que reduzcan la

confianza pública en las instituciones (judiciales, legislativas o ejecutivas) o

en el goce de los derechos u obligaciones reconocidos a través de

aquellas, e impliquen inestabilidad respecto del ejercicio de los

derechos fundamentales, y de situaciones jurídicas en general.3

47. Doctrina de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El derecho a la

seguridad jurídica, reconocido en los artículos 14 y 16 de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, tutela la prerrogativa del

gobernado a no encontrarse jamás en una situación de incertidumbre jurídica

y, en consecuencia, en un estado de indefensión; su esencia versa sobre la

2 Corte IDH, Caso Pueblo Indígena Xucuru y sus miembros vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, Sentencia del 5 de febrero de 2018, párrafo 122. 3 Ídem.

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premisa consistente en “saber a qué atenerse” respecto del contenido de las

leyes y de la propia actuación de la autoridad.4

48. Así, en función del derecho a la seguridad jurídica, las autoridades deben

sujetarse a un conjunto de requisitos en la emisión de actos de molestia, para

que los individuos no caigan en incertidumbre sobre su relación con el Estado,

lo que hace posible la subsistencia de un margen inalterable de la esfera

de derechos y bienes del gobernado, y constituye también un coto a la

arbitrariedad.

49. Doctrina nacional. La seguridad jurídica se constituye como uno de los

valores que se propone alcanzar cualquier ordenamiento jurídico y, por lo

tanto, se encuentra estrechamente relacionado con el concepto formal de

Estado de derecho, entendido este último como el conjunto de reglas del

juego –de carácter fundamentalmente procedimental– que los órganos

públicos deben respetar en su organización y funcionamiento internos y en

su relación con los individuos que forman parte de una determinada

comunidad política.5

50. Aunado a su definición, la doctrina ha sido enfática en aducir que, en el

contexto de un Estado democrático constitucional, la seguridad jurídica

abarca, más allá de la articulación de valores, principios y normas positivas,

la interpretación objetiva, uniforme y estable de éstos; su aplicación sin

discriminaciones; el respeto del fondo y la forma del principio de jerarquía

entre las disposiciones jurídicas del ordenamiento, comenzando con la

supremacía y fuerza normativa directa de la Constitución; el respeto de

la reserva legal por las autoridades administrativas; la irretroactividad de las

leyes, unida a la prescripción y a la cosa juzgada, todas como elementos del

concepto, más amplio y complejo, del proceso justo o debido, entre otras

cuestiones.6

4 Tesis de Jurisprudencia 2a./J 103/2018 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 59, octubre de 2018, Tomo I, página 847, con número de registro 2018050, de rubro: “CONFIANZA LEGÍTIMA. CONSTITUYE UNA MANIFESTACIÓN DEL DERECHO A LA SEGURIDAD JURÍDICA, EN SU FACETA DE INTERDICCIÓN A LA ARBITRARIEDAD.”. 5 Carbonell, Miguel. ¿Qué es la seguridad jurídica? Consultado en: https://miguelcarbonell.me/2021/02/16/que-es-la-seguridad-juridica/ (5 de julio de 2021) 6Ídem.

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⎯ La cosa juzgada como reflejo del principio de la seguridad jurídica

51. Doctrina interamericana.7 El Tribunal interamericano ha sostenido que el

derecho de interponer un recurso contra un fallo debe ser garantizado antes

de que la sentencia adquiera calidad de “cosa juzgada”. En ese tenor, lo que

se busca es proteger el derecho de defensa otorgando durante el proceso la

posibilidad de interponer un recurso para evitar que quede firme una decisión

que fue adoptada con vicios y que contiene errores que ocasionarán un

perjuicio indebido a los intereses de una persona.8

52. Esto es, la oportunidad de interponer un recurso para evitar que quede

firme una decisión judicial en el evento que haya sido adoptada en un

procedimiento viciado y que contenga errores o malas interpretaciones

que ocasionarían un perjuicio indebido a los intereses del justiciable, lo

que supone que el recurso deba ser garantizado antes de que la

sentencia adquiera calidad de cosa juzgada. Este derecho permite corregir

errores o injusticias que puedan haberse cometido en las decisiones de

primera instancia, por lo que genera una doble conformidad judicial, otorga

mayor credibilidad al acto jurisdiccional del Estado y brinda mayor seguridad

y tutela a los derechos del condenado.9

53. En particular, sobre la institución de la “cosa juzgada”, la Corte

Interamericana ha dispuesto que ésta implica la intangibilidad de una

sentencia sólo cuando se llega a ésta respetándose el debido proceso.10

De esa guisa, también, se ha pronunciado sobre la “cosa juzgada

fraudulenta”, definiéndola como aquélla que puede resultar de un juicio en

el que no se hayan respetado las reglas del debido proceso, o cuando los

jueces no hubieren obrado con independencia e imparcialidad.11

7 Debe hacerse especial énfasis en que la figura de la “cosa juzgada” ha sido objeto de análisis por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, principalmente, en relación con la materia penal. 8 Corte IDH. Caso Herrera Ulloa Vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de julio de 2004. Serie C No. 107, párrafo 158. 9 Corte IDH. Caso Liakat Ali Alibux Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de enero de 2014. Serie C No. 276., párrafo 85. 10 Corte IDH. Caso de la Masacre de La Rochela Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de 2007. Serie C No. 163, párrafo 197. 11 Corte IDH. Caso Carpio Nicolle y otros Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre 2004. Serie C No. 117, párrafo 131.

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54. En ese tenor, en el “Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile”, la Corte

Interamericana de Derechos Humanos determinó que la garantía consagrada

en el artículo 8.4 de la Convención Americana, no es un derecho absoluto y,

por tanto, no resulta aplicable cuando: i) la actuación del tribunal que conoció

el caso y decidió sobreseer o absolver al responsable de una violación a los

derechos humanos o al derecho internacional obedeció al propósito de

sustraer al acusado de su responsabilidad penal; ii) el procedimiento no fue

instruido independiente o imparcialmente de conformidad con las debidas

garantías procesales, o iii) no hubo la intención real de someter al

responsable a la acción de la justicia.12 En consecuencia, una sentencia

pronunciada en las circunstancias indicadas produce una cosa juzgada

“aparente” o “fraudulenta”.

55. Finalmente, sobre el tema, la Corte ha destacado que, en aquellas causas

en las que aparezcan nuevos hechos o pruebas que puedan permitir la

determinación de los responsables de violaciones a los derechos

humanos, pueden ser reabiertas las investigaciones, incluso si existe

una sentencia absolutoria en calidad de cosa juzgada, puesto que las

exigencias de la justicia, los derechos de las víctimas, y la letra y espíritu

de la Convención Americana desplaza la protección del ne bis in idem. 13 14 15

56. Doctrina de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El Pleno de este

Alto Tribunal ha resuelto que el sistema jurídico mexicano la institución de la

cosa juzgada se ubica en la sentencia obtenida de un auténtico proceso

judicial, entendido como el seguido con las formalidades esenciales del

procedimiento, conforme al artículo 14, segundo párrafo, de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, dotando a las partes en litigio de

seguridad y certeza jurídica.16

12 Corte IDH. Caso Almonacid Arellano y otros Vs. Chile. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de septiembre de 2006. Serie C No. 154, párrafo 154. 13 Ídem. 14 Corte IDH. Caso La Cantuta Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de noviembre de 2006. Serie C No. 162, párrafo 153. 15 Corte IDH. Caso de la Masacre de La Rochela Vs. Colombia. Op.cit., párrafo 197. 16 Tesis de Jurisprudencia P./J. 85/2008, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVIII, septiembre de 2008, página 589, con número de registro 168959, de rubro: “COSA JUZGADA. EL SUSTENTO CONSTITUCIONAL DE ESA INSTITUCIÓN JURÍDICA PROCESAL SE ENCUENTRA EN LOS ARTÍCULOS 14, SEGUNDO PÁRRAFO Y 17, TERCER PÁRRAFO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.”.

Page 6: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

57. Por otra parte, la figura procesal citada también encuentra fundamento en el

artículo 17, tercer párrafo, de la Norma Suprema, al disponer que las leyes

federales y locales establecerán los medios necesarios para garantizar la

independencia de los tribunales y la plena ejecución de sus resoluciones,

porque tal ejecución íntegra se logra sólo en la medida en que la cosa juzgada

se instituye en el ordenamiento jurídico como resultado de un juicio regular

que ha concluido en todas sus instancias, llegando al punto en que lo decidido

ya no es susceptible de discutirse, en aras de salvaguardar la garantía de

acceso a la justicia prevista en el segundo párrafo del artículo 17

constitucional, pues dentro de aquélla se encuentra no sólo el derecho a que

los órganos jurisdiccionales establecidos por el Estado diriman los conflictos,

sino también el relativo a que se garantice la ejecución de sus fallos.17

58. En ese sentido, la autoridad de la cosa juzgada es uno de los principios

esenciales en que se funda la seguridad jurídica, toda vez que el respeto

a sus consecuencias constituye un pilar del Estado de derecho, como fin

último de la impartición de justicia a cargo del Estado, siempre que en el juicio

correspondiente se haya hecho efectivo el debido proceso con sus

formalidades esenciales.18 En ese sentido, la Segunda Sala ha resuelto que

la misma no puede ser desconocida, pues es uno de los pilares del Estado

de derecho es el respeto a dicha institución, como fin último de la impartición

de justicia a cargo del Estado.19

59. Sobre el tópico, esta Primera Sala ha considerado que el deber del juzgador

de analizar de oficio la cosa juzgada se justifica de manera central, a partir de

la inmutabilidad y autoridad de las sentencias ejecutoriadas, ya que debe

privilegiarse la certeza jurídica, frente al derecho de oposición de las partes;

y porque la necesidad de la certeza es imperiosa en todo sistema jurídico, de

tal suerte que lo decidido en la sentencia ejecutoriada es el derecho frente al

17 Ídem. 18 Ídem. 19 Tesis de Jurisprudencia 2a./J. 109/2019 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima época, Libro 70, septiembre de 2019, Tomo I, página 292, con número de registro 2020555, de Rubro: EXCEPCIÓN DE COSA JUZGADA. SE ACTUALIZA EN EL JUICIO LABORAL CUANDO EN UN LAUDO YA SE ANALIZÓ LO RELATIVO A LA DEBIDA CUANTIFICACIÓN DE LA PENSIÓN JUBILATORIA, CON BASE EN DETERMINADAS PRESTACIONES.” “

Page 7: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

caso resuelto, que no podrá volver a ser controvertido, evitándose con ello, la

posibilidad de que se emitan sentencias contradictorias.20

60. Ahora bien, este criterio es aplicable y de forma análoga, respecto de la

institución de la “cosa juzgada refleja”, en cuanto a que el análisis de oficio

de ésta debe realizarse cuando el juzgador advierta su existencia, ya sea

porque se desprenda de autos o por cualquier otra circunstancia.21

61. Al margen de las diferencias de una y otra, lo relevante es que ambas

obligan al tribunal que conoce del juicio posterior a no resolver lo que

ya fue definido en un juicio previo, con la finalidad de evitar decisiones

contradictorias sobre una misma cuestión, sobre la base de que debe

privilegiarse la certeza jurídica frente al derecho de oposición de las partes.22

62. Doctrina nacional. La institución de la cosa juzgada ha sido definida por la

doctrina como la autoridad que adquieren la mayoría de las sentencias

definitivas o firmes o las inimpugnables a través de medios de defensa

ordinarios, en virtud de la cual se les otorga la presunción de que su contenido

es verdadero y justo para el derecho (verdad legal) e impide que por motivos

de seguridad jurídica la causa resuelta se pueda someter nuevamente a

proceso.23

63. Asimismo, en la doctrina se encuentra también consolidada la distinción entre

cosa juzgada en sentido formal (consistente en el carácter irrevocable de la

sentencia, que no es susceptible de ulterior recurso por haberse agotado las

instancias de apelación; por haber caducado el plazo para interponerlos; ,o

por haberse desistido de su interposición); y en sentido material (consistente

en la imposibilidad de nuevo examen y/o nueva decisión sobre un proceso

frente a quienes han sido partes en el mismo).24

20 Tesis de Jurisprudencia 1a./J. 30/2018 (10a.), publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima época, Libro 59, octubre de 2018, Tomo I, página 651, con número de registro 2018057, de Rubro: “COSA JUZGADA REFLEJA. DEBE ANALIZARSE DE OFICIO CUANDO EL JUZGADOR ADVIERTE SU EXISTENCIA AUNQUE NO HAYA SIDO OPUESTA COMO EXCEPCIÓN POR ALGUNA DE LAS PARTES.” 21 Ídem. 22 Ídem. 23 Contreras Vaca, Francisco José. Derecho Procesal Civil. Oxford. México. 2013. P. 272. 24 Pérez Luño, Antonio-Enrique. Op. cit., p. 31

Page 8: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

64. Además, esta institución se suele aducir como fundamento de una categoría

básica de seguridad jurídica del principio procesal ne bis in idem. Con dicha

máxima se da significado a la necesidad de todo sistema jurídico de poner

coto a la posibilidad de impugnación y revisión de las decisiones judiciales y

de determinados actos administrativos.25

65. Ello pues, sin ese límite, se correría el riesgo de que la experiencia jurídica

fuera una sucesión continua de procesos y de fallos contradictorios sobre un

mismo asunto. Luego entonces, el instituto de la firmeza jurídica garantiza la

estabilidad de las decisiones de las autoridades jurisdiccionales del Estado.26

66. La cosa juzgada, que actúa como verdad jurídica, responde a diversas

expectativas de seguridad jurídica. En primer lugar, a la confianza de los

sujetos que exigen tener la certidumbre de que la decisión tiene existencia

duradera; y, en segundo, a la exigencia de la comunidad jurídica de que, a

partir de un determinado momento y por motivos de paz jurídica, se ponga fin

a la duda y a la lucha por el derecho que se busca proteger y garantizar en

todo asunto concreto.27

⎯ La cosa juzgada como excepción procesal

67. Adicionalmente, se ha señalado que la obligatoriedad de la cosa juzgada se

refiere al juez de los procesos futuros. Así, ciertamente, las partes en los

procesos futuros pueden alegar y probar la sentencia precedente para excluir

la nueva. Esta es la excepción doctrinalmente denominada como “rei

iudicatae”.28

68. Se trata de una excepción de naturaleza enteramente especial, pues con ella

se tiende a excluir no solo una decisión contraria a la presente, sino

simplemente una nueva decisión sobre lo que ya ha sido juzgado.29

25 Loc. cit. 26 Loc. cit. 27 Loc. cit. 28 Consultado en: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/2/761/17.pdf (6 de julio de 2021). 29 Consultado en: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/2/761/17.pdf (6 de julio de 2021)

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(a.2.) De la interpretación del tercer párrafo del artículo 17 de la

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

69. En aras de dotar de significado a la institución de la figura de la cosa juzgada,

el recurrente plantea que ésta debe ser interpretada, también, a la luz del

tercer párrafo del artículo 17 de la Constitución Federal. Para dar respuesta

al planteamiento, esta Primera Sala se permite realizar el estudio que se

expone a continuación.

70. El tercer párrafo del artículo 17 de la Constitución Política de los Estados

Unidos Mexicanos dispone expresamente lo siguiente:

“(…) (…) Siempre que no se afecte la igualdad entre las partes, el debido proceso u otros derechos en los juicios o procedimientos seguidos en forma de juicio, las autoridades deberán privilegiar la solución del conflicto sobre los formalismos procedimentales30.”

71. Este párrafo fue adicionado al texto constitucional con motivo del Decreto de

reforma publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 15 de septiembre

del 2017. Y, en su Exposición de Motivos31, se sostuvieron los razonamientos

siguientes:

“(…). (…), en México predomina la percepción de que la justicia funciona mal, y dos de los mayores problemas que se perciben son la injusticia y la desigualdad. Hoy se confunde la aplicación de normas con la impartición de justicia. Esto causa insatisfacción y frustración en las personas, y convierte al sistema de impartición de justicia en un sistema que genera injusticias. En noviembre de 2015, el Gobierno de la República, en conjunto con el Centro de Investigación y Docencia Económicas y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma

30 [Énfasis añadido]. 31 Cámara de Origen: Senadores. Exposición de Motivos. 1. Iniciativa del Ejecutivo Federal. Ciudad de México, jueves 28 de abril de 2016. Gaceta No. LXIII/1SPO-134/2669.

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de México, convocó a representantes de todos los sectores a los Diálogos por la Justicia Cotidiana. En este ejercicio de diálogo amplio y plural, se diagnosticaron los principales problemas de acceso a la justicia y se construyeron soluciones. Una de las conclusiones fue que en la impartición de justicia en todas las materias y en el ejercicio de la abogacía y defensa legal en nuestro país prevalece una cultura procesalista. Esto genera que en el desahogo de una parte importante de asuntos se atiendan cuestiones formales y se deje de lado y, por lo tanto, sin resolver, la controversia efectivamente planteada.32 Asimismo, se identificaron dos categorías de obstáculos de acceso a la justicia: i) excesivas formalidades previstas en la legislación y ii) la inadecuada interpretación y aplicación de las normas por los operadores del sistema de justicia.33 Esta conclusión es consistente con lo establecido por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver el amparo directo en revisión 1080/201434, en el sentido de que la obligación del Estado de desarrollar la posibilidad del recurso judicial es dual, por un lado, la ley no debe imponer límites, salvo las formalidades esenciales para su trámite y resolución; por otro lado, los órganos que imparten justicia deben asumir una actitud de facilitadores para ese fin.35 (…). Las normas vulneran el derecho a la tutela judicial si imponen requisitos que impiden u obstaculizan el acceso a la justicia, cuando éstos resultan innecesarios, excesivos o carecen de razonabilidad o proporcionalidad respecto de los fines que legítimamente puede perseguir el legislador36. La Suprema Corte de Justicia de la Nación en Pleno ha establecido que la potestad del legislador derivada del artículo 17 de la Constitución Federal para fijar los plazos y términos conforme a los cuales se administrará justicia, no es ilimitada, los presupuestos procesales deben sustentarse en los principios y derechos contenidos en la propia Constitución.37 Por ello, en los Diálogos por la Justicia Cotidiana se indicó que el aspecto normativo de este problema requiere de una revisión profunda del orden jurídico en todos los niveles para identificar y

32 [Énfasis añadido]. 33 [Énfasis añadido]. 34 Vid. Amparo directo en revisión 1080/2014. Resuelto en sesión correspondiente al día veintiocho de mayo de dos mil catorce. Por unanimidad de cinco votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas (Ponente) y Presidente Jorge Mario Pardo Rebolledo. 35 [Énfasis añadido]. 36 [Énfasis añadido]. 37 [Énfasis añadido].

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ajustar aquellas disposiciones contenidas en las leyes generales, federales y de las entidades federativas que per se impiden el acceso a la justica o que fomentan que se atiendan aspectos formales o de proceso en detrimento de la resolución de la controversia. En cuanto al aspecto interpretativo y de aplicación de la norma, se encontró que en la impartición de justicia en todos los niveles y materias, las leyes se aplican de forma tajante o irreflexiva, y no se valora si en la situación particular cabe una ponderación que permita favorecer la aplicación del derecho sustantivo por encima del derecho adjetivo para resolver la controversia, desde luego sin inaplicar este último arbitrariamente.38 Sobre este tema, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que los jueces como rectores del proceso tienen el deber de dirigir y encauzar el procedimiento judicial con el fin de no sacrificar la justicia en pro del formalismo.39También la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha señalado que los tribunales deben resolver los conflictos que se les plantean evitando formalismos o interpretaciones no razonables que impidan o dificulten el enjuiciamiento de fondo. Los juzgadores al interpretar los requisitos y formalidades procesales que prevén las leyes, deben tener presente la ratio de la norma y los principios pro homine e in dubio pro actione para evitar que aquéllos impidan un enjuiciamiento de fondo.40

(…). Para hacer frente a este aspecto de la problemática, en los Diálogos por la Justicia Cotidiana se recomendó llevar a cabo una reforma que eleve a rango constitucional el deber de las autoridades de privilegiar, por encima de aspectos formales, la resolución de fondo del asunto.41

Este deber exige también un cambio en la mentalidad de las autoridades para que en el despacho de los asuntos no se opte por la resolución más sencilla o rápida, sino por el estudio que clausure efectivamente la controversia y la aplicación del derecho sustancial.42 La incorporación explícita de este principio en la Constitución Federal busca que éste permee el sistema de justicia a nivel nacional, es decir, que todas las autoridades judiciales y con atribuciones materialmente jurisdiccionales del país, se vean sometidas a su imperio, pero más allá de su obligatoriedad,

38 [Énfasis añadido]. 39 [Énfasis añadido] 40 [Énfasis añadido] 41 [Énfasis añadido]. 42 [Énfasis añadido].

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reconozcan la razón y principio moral que subyacen a la adición al artículo 17 constitucional.43

La incorporación de esta prevención evitará que en un juicio o procedimiento seguido en forma de juicio se impongan obstáculos entre la acción de las autoridades y las pretensiones de los justiciables, o bien, límites a las funciones de las autoridades en la decisión de fondo del conflicto.44 (…) En efecto, los juzgadores deben apegarse a los principios que rigen la función judicial, como el de debido proceso y el de equidad procesal, y que garantizan la seguridad jurídica y credibilidad en los órganos que administran justicia. Lo que pretende esta Iniciativa no es la eliminación de toda formalidad, ni soslayar disposiciones legales, en cambio, se busca eliminar formalismos que sean obstáculos para hacer justicia.45

72. De la transcripción se advierte la clara intención del Poder Reformador46 de

elevar a rango constitucional la obligación de las autoridades jurisdiccionales,

como rectores del proceso, de dirigir y encauzar el procedimiento judicial con

el fin de evitar sacrificar la justicia en favor del formalismo, así como su

obligación de evitar interpretaciones no razonables que impidan o dificulten

el enjuiciamiento de las causas que se ventilan ante su jurisdicción.

73. Lo cual implica, desde luego, un cambio en la mentalidad de las autoridades

para que, en el despacho de los asuntos no se opte por la solución más

sencilla o rápida, sino un estudio -de fondo- que clausure de forma efectiva la

controversia, así como la aplicación efectiva de los derechos fundamentales.

74. En esa línea de pensamiento, a propósito del estándar de protección del

debido proceso, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha

establecido que, no obstante el artículo 8 de la Convención Americana sobre

Derechos Humanos se titula “Garantías Judiciales”, su aplicación no se limita

a los recursos judiciales en sentido estricto, “sino [al] conjunto de requisitos

que deben observarse en las instancias procesales” a efectos de que las

43 [Énfasis añadido]. 86 [Énfasis añadido]. 45 [Énfasis añadido]. 46 Cfr. Tesis de Jurisprudencia P./J. 61/2000, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XI, junio de 200, página 13, con número de registro 191673, de rubro: “INTERPRETACIÓN HISTÓRICA TRADICIONAL E HISTÓRICA PROGRESIVA DE LA CONSTITUCIÓN.”.

Page 13: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos

ante cualquier tipo de acto del Estado que pueda afectarlos. Es decir,

cualquier actuación u omisión de los órganos estatales dentro de un

proceso, sea administrativo, sancionatorio o jurisdiccional, debe

respetar el debido proceso legal.47

75. Sosteniendo en ese sentido que el “debido proceso” se encuentra

íntimamente ligado con la noción de justicia, que se refleja en: (i) un

acceso a la justicia no sólo formal, sino que reconozca y resuelva los factores

de desigualdad real de los justiciables; (ii) el desarrollo de un juicio justo; y,

(iii) la resolución de las controversias de forma tal que la decisión

adoptada se acerque al mayor nivel de corrección del derecho, es decir

que se asegure, en la mayor medida posible, su solución justa.48

76. Así, la Corte ha entendido que el sistema procesal es un medio para

realizar la justicia y que ésta no puede ser sacrificada en aras de meras

formalidades. Luego entonces, dentro de ciertos límites de temporalidad y

razonabilidad, ciertas omisiones o retrasos en la observancia de los

procedimientos, pueden ser dispensados, si se conserva un adecuado

equilibrio entre la justicia y la seguridad jurídica.49

77. En ese sentido, la Corte Interamericana estima se debe guardar un justo

equilibrio entre la protección de los derechos humanos, fin último del

sistema, y la seguridad jurídica y equidad procesal, que aseguran la

estabilidad y confiabilidad de la tutela50 del ordenamiento jurídico.

78. En ese tenor, para esta Primera Sala es importante hacer énfasis en que los

órganos jurisdiccionales no deben perder de vista que los derechos

fundamentales equivalen -también- a vínculos de sustancia que condicionan

la validez de las normas jurídicas y de los actos dictados por las autoridades

47 Corte IDH. Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de febrero de 2001. Serie C No. 72, párrafo 124. 48 Corte IDH. Caso Ruano Torres y otros Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de octubre de 2015, párrafo 151. 49Corte IDH. Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Op.cit., párrafo 42. 50 Corte IDH, Caso Cayara vs. Perú, Excepciones Preliminares, Sentencia de 3 de febrero de 1993. Serie C No. 14, párrafo 63.

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del Estado y, por tanto, al mismo tiempo expresan los fines a que está

orientado el Estado constitucional de derecho.51

79. Así, ha de reconocerse -en su justa dimensión- que una de las tareas más

importantes de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es

dotar de efectividad a la distinción que existe entre la “ley” y los “derechos

humanos”, estos últimos los cuales son válidos por sí mismos, con

independencia de la ley52 ; así como su deber de fijar, dentro de sus

contenidos, principios de justicia material destinados a informar todo el

ordenamiento jurídico53.

80. De esta forma, el privilegiar la solución de las causas que se someten a la

jurisdicción de los órganos del Estado mexicano, frente a la aplicación tajante

-e incluso, a veces, arbitraria- de los formalismos procedimentales que el

orden jurídico también prevé, se concibe no sólo como un mecanismo

encaminado a la protección de los derechos humanos, sino como una norma

directiva que compromete a todas las autoridades jurisdiccionales en la

obra dinámica de la realización de los valores humanos de la sociedad.54

81. En consecuencia, por virtud del artículo 17, tercer párrafo, de la Constitución

Política de los Estados Unidos Mexicanos, todas las autoridades

jurisdiccionales se encuentran particularmente obligadas a resolver las

causas que se someten a su consideración de tal forma que se garantice la

efectividad de los derechos humanos reconocidos por el parámetro de control

de regularidad constitucional55 ; de no ser el caso, ello se traduciría en una

franca violación a su imperativo de adecuar sus determinaciones a los

51 Ferrajoli, Luigi. Derechos y garantías. La ley del más débil. Editorial Trotta. Madrid. 1999. P. 22. 52 Zagrebelsky, Gustavo. El derecho dúctil. Ley, derechos, justicia. Trad. De Marina Gascón. Colección Estructuras y Procesos. Serie Derecho. Editorial Trotta. Madrid. 2011. P. 47. 53 Íbid., p. 93. 54 Cfr. Fioravanti, Maurizio. Los derechos fundamentales. Colección Estructuras y Procesos. Serie Derecho. Editorial Trotta. España. 1995. P. 128. 55 Tesis de Jurisprudencia P./J. 20/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 5, abril de 2014, Tomo I, página 202, con número de registro 2006224, de rubro: “DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL.”.

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contenidos axiológicos (principios) que subyacen al orden normativo en

México.

82. Lo anterior sin soslayar que esta obligación no debe ser entendida ni

interpretada en detrimento de la aplicación de los requisitos de procedencia

de las instituciones y procedimientos previstos en la ley para la impartición de

justicia, los cuales constituyen los elementos mínimos necesarios, previstos

en las normas adjetivas, que deben satisfacerse para la realización de la

jurisdicción.56

83. Lo más importante para el órgano jurisdiccional será, en cada caso en

concreto, para poder concluir que existe un verdadero acceso a la

jurisdicción, que verifique la inexistencia de impedimentos jurídicos o fácticos

que resulten carentes de racionalidad, proporcionalidad o que sean

discriminatorios.57

84. Debiéndose hacer, a propósito de cualesquiera de sus interpretaciones, un

análisis ponderado entre los requisitos de procedencia (cuya compatibilidad

ha sido reconocida por esta Primera Sala con el derecho a la tutela

jurisdiccional efectiva) y los derechos humanos que puedan subyacer a la

controversia sometida a su escrutinio; de tal forma que se haga efectivo su

deber de privilegiar la solución de las causas, sobre la aplicación

determinante de los formalismos procedimentales dispuestos en la propia

legislación.

(a.3.) De la interpretación constitucional de la figura de la “cosa juzgada”

a la luz de los principios anteriores.

85. Como se hizo referencia antes, la institución de la cosa juzgada tiene dos

acepciones, una formal y otra material. En el caso de la cosa juzgada en

sentido formal se entiende que ésta debe decretarse judicialmente de oficio,

56 Tesis de Jurisprudencia 1a./J. 90/2017 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 48, noviembre de 2017, Tomo I, página 213, con número de registro 2015595, de rubro: “DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JURISDICCIÓN. SU CONTENIDO ESPECÍFICO COMO PARTE DEL DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA Y SU COMPATIBILIDAD CON LA EXISTENCIA DE REQUISITOS DE PROCEDENCIA.”. 57 Ídem.

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o resolverse sobre su procedencia si se planteó como una excepción, si el

órgano jurisdiccional advierte que: se agotaron los medios o instancias para

impugnar una ejecutoria; por haber caducado el plazo para su interposición

(de los medios de impugnación); o, incluso, frente al desistimiento del

promovente.

86. Y, por cuanto hace a la cosa juzgada en sentido material, la misma debe

decretarse (ya sea de oficio, o con motivo de su planteamiento como

excepción procesal) en aquellos supuestos en que el órgano jurisdiccional se

encuentre imposibilitado para realizar un nuevo examen de la litis, o emitir

una nueva sentencia sobre un proceso frente a quienes ya fueron partes en

el mismo.

87. Es a la interpretación de la cosa juzgada en sentido material a la que se

permitirá hacer referencia esta Primera Sala. Es decir, a la obligación de todo

órgano jurisdiccional de decretarla, o declararla fundada, cuando advierta la

existencia de una sentencia previa que resolvió una causa cuyos elementos

son idénticos a la que ahora se somete a su jurisdicción; es decir, una causa

que ya fue resuelta antes por otro órgano jurisdiccional, esto en aras de

proteger el principio de la seguridad jurídica.

88. Como se indicó antes, puede haber supuestos en los que el órgano

jurisdiccional se encuentre obligado a evitar que quede firme una sentencia

dictada con vicios (vgr. violaciones a las formalidades esenciales del

procedimiento, errores, o -incluso- malas interpretaciones), pues ello

ocasionaría un perjuicio indebido a los intereses de los justiciables.

89. Así pues, la cosa no juzgada no puede decretarse de tal manera determinante

que impida la resolución de la causa conforme a las exigencias de la justicia.

Luego entonces, incluso en este supuesto, esta Primera Sala estima que

resultaría jurídicamente imposible para el órgano jurisdiccional decretar la

procedencia de dicha institución, al no haberse resuelto el fondo de la causa

en algún juicio previo.

90. La pregunta por resolver, entonces, es ¿cuáles son los elementos del juicio

que el órgano jurisdiccional debe verificar para poder determinar la

procedencia de la cosa juzgada? O, dicho de otra manera, ¿cuáles son los

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elementos del juicio que el órgano jurisdiccional debe verificar para poder

determinar que el mismo ya fue resuelto con anterioridad?

91. En aras de dar respuesta a esa pregunta, esta Primera Sala propone una

metodología para su identificación que, además de salvaguardar los

principios de seguridad jurídica (principio sobre el que descansa la institución

de la cosa juzgada), y el debido proceso, garantiza el enjuiciamiento de fondo

de las causas, de manera que se resuelva sobre una efectiva violación o no

a un derecho, en protección y garantía -también- del derecho al acceso a la

tutela jurisdiccional efectiva.

92. Luego entonces, para poder determinar que una misma causa ya fue objeto

de resolución en un juicio previo y, por tanto, decretar la procedencia de la

cosa juzgada, el órgano jurisdiccional debe verificar la concurrencia de los

elementos siguientes:

a) Elementos de carácter formal.- Son aquellos que conllevan examinar

y comparar el primer juicio con el segundo juicio, a efecto de identificar

sus coincidencias (análisis empírico-comparativo); a saber:

(1) Que exista identidad en las personas que intervinieron en

ambos juicios;

(2) Que exista identidad en las cosas u objetos que se

demandaron en ambos juicios; y,

(3) Que exista identidad en las causas que constituyen el

fundamento de las demandas promovidas en ambos juicios.58 59 Y,

b) Elementos de carácter sustantivo.- Son aquellos que conllevan

examinar, desde una perspectiva estrictamente jurídica, si en ambos

juicios:

58 Cfr. Calaza López, Sonia. La cosa juzgada en el proceso civil y penal. Boletín de la Facultad de Derecho. No. 24. 2001. Pp. 131 – 145. Consultado en http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:BFD-2004-24-10040/PDF (25 de agosto del 2021). 59 Cfr. Rumoroso Rodríguez, José Antonio. Las sentencias. Filosofía del Derecho. S/E. S/P. S/A. P. 8. Consultado en lassentencias.pdf (tfja.gob.mx) (25 de agosto del 2021).

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(4) Existe identidad en las pretensiones (acciones) de la parte

actora; así como identidad en las pretensiones

(excepciones) de la parte demandada;

(5) Examinar si, efectivamente, hubo un pronunciamiento de

fondo en el que el órgano jurisdiccional hubiera resuelto en

definitiva sobre la afectación o no de algún derecho, esto en

función del análisis sobre la procedencia o improcedencia de

las acciones, y de las excepciones materiales o de fondo

que hubiesen sido planteadas; y,

(6) Examinar si, efectivamente, se garantizaron las

formalidades esenciales del procedimiento, es decir, el

derecho humano al debido proceso; esto con el ánimo de

evitar lo que la Corte Interamericana de Derechos Humanos

ha definido como la “cosa juzgada fraudulenta”.60

93. Sólo frente a la concurrencia de esos elementos será constitucionalmente

válido que el órgano jurisdiccional de conocimiento declare la procedencia de

la excepción de la cosa juzgada o, en su caso, decrete su aplicación de oficio.

Dicho de otra manera, basta la ausencia de uno solo de ellos para resolver

sobre la improcedencia de esa institución; pues, de lo contrario, ello se

traduciría en una violación directa al principio del acceso efectivo a la tutela

jurisdiccional.

94. Así mismo, no sobra decir que estos son elementos cuya verificación

concurrente se justifica en la medida en que, como se sostuvo antes, la

institución de la cosa juzgada no es absoluta, y debe de dejarse de aplicar en

aquellos juicios en los que no hubo una intención real del órgano jurisdiccional

de resolver la causa conforme a las exigencias de la justicia. Esto es, en la

medida en que el sistema procesal es un medio para realizar la justicia, y ésta

no puede ser sacrificada en aras de meras formalidades.

60 Tesis de Jurisprudencia 1a./J. 11/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de

la Federación, Décima Época, Libro 3, febrero de 2014, Tomo I, página 396, con número de registro 2005716, de rubro: “DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO.”. Vid.

Corte IDH. Caso Carpio Nicolle y otros Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de noviembre 2004. Serie C No. 117, párrafo 131.

Page 19: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

95. Esta Primera Sala estima que con la metodología propuesta se logra el

objetivo de guardar un justo equilibrio entre la protección de los derechos

humanos, fin último del sistema, y la seguridad jurídica y equidad procesal,

que aseguran la estabilidad y la confiabilidad de la tutela del ordenamiento

jurídico; lo cual resulta acorde con el contenido dispositivo del tercer párrafo

del artículo 17 de la Constitución Federal.

96. Además de garantizar el derecho de los justiciables a una tutela judicial

efectiva, que implica la obligación de los tribunales de resolver los conflictos

que se les plantean sin obstáculos o dilaciones innecesarias y evitando

formalismos o interpretaciones no razonables que impidan o dificulten

el enjuiciamiento de fondo y la auténtica tutela judicial, por lo que los

órganos encargados de administrar justicia, al interpretar los requisitos y las

formalidades procesales legalmente previstos, deben tener presente la ratio

de la norma (en este caso, de la institución de la cosa juzgada) para evitar

que los meros formalismos impidan un enjuiciamiento de fondo del

asunto.6162

(b) La interpretación constitucional del artículo 117 Bis de la Ley Federal

del Derecho de Autor en función del estándar de protección del derecho

fundamental de los artistas intérpretes o ejecutantes a recibir una

remuneración equitativa por el uso o explotación de sus

interpretaciones

97. Por otro lado, en la medida en que el recurrente manifestó en vía de agravios

que su derecho a recibir una remuneración equitativa por el uso o explotación

de sus interpretaciones es de naturaleza fundamental, esta Primera Sala se

encuentra obligada a exponer la interpretación constitucional del dispositivo

en que ese derecho se encuentra expresamente reconocido.

61 Tesis Aislada 1a. CCXCI/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 9, agosto de 2014, Tomo I, página 536, con número de registro 2007064, de rubro: “TUTELA JUDICIAL EFECTIVA. LOS ÓRGANOS ENCARGADOS DE ADMINISTRAR JUSTICIA, AL INTERPRETAR LOS REQUISITOS Y LAS FORMALIDADES ESTABLECIDOS EN LA LEY PARA LA ADMISIBILIDAD Y PROCEDENCIA DE LOS JUICIOS, DEBEN TENER PRESENTE LA RATIO DE LA NORMA PARA EVITAR FORMALISMOS QUE IMPIDAN UN ENJUICIAMIENTO DE FONDO DEL ASUNTO.”. 62 Finalmente, es importante para esta Primera Sala destacar que la metodología propuesta sólo es a propósito de definir los elementos de verificación sobre la “cosa juzgada”, no así la figura de la “cosa juzgada refleja”, toda vez que esta última, por la materia del planteamiento constitucional, no es objeto de análisis en la presente ejecutoria.

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98. Por cuestión de orden metodológico, el presente apartado se analizará de

conformidad con los bloques temáticos siguientes: (b.1.) del derecho

fundamental de los artistas intérpretes o ejecutantes a recibir una

remuneración equitativa por el uso o explotación de sus interpretaciones; y,

(b.2.) del análisis constitucional del artículo 117 Bis de la Ley Federal del

Derecho de Autor a partir de las consideraciones del inciso anterior (b.1.).

(b.1.) Del derecho fundamental de los artistas intérpretes o ejecutantes

a recibir una remuneración justa por el uso o explotación de sus

interpretaciones

99. Para definir el alcance de protección del derecho fundamental de los artistas

intérpretes o ejecutantes a recibir una remuneración justa por el uso o

explotación de sus interpretaciones, esta Primera Sala se permite realizar ese

análisis mediante la exposición de los tópicos siguientes: (b.1.1) de los

derechos conexos en materia de derechos de autor; (b.1.2) de los derechos

conexos de los artistas intérpretes o ejecutantes; y, (b.1.3) del derecho

conexo de los artistas intérpretes o ejecutantes a recibir una remuneración

equitativa por el uso o explotación de sus interpretaciones.

(b.1.1) De los derechos conexos en materia de derechos de autor

100. Doctrina internacional. El principal sustento internacional para los derechos

conexos de los artistas es la Convención Internacional sobre la Protección de

los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los

Organismos de Radiodifusión.63

101. Tratado que, a su vez, se ha complementado con el Tratado de la

Organización Mundial de la Propiedad Intelectual Sobre Interpretación o

Ejecución y Fonogramas de 1996, y recientemente con el Tratado de Pekín

sobre Interpretaciones y Ejecuciones Audiovisuales de 2012.64

63 Convención publicada en el Diario Oficial de la Federación el miércoles 27 de mayo de 1964. 64 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. Secretaría de Educación Pública. México. 2015. P. 20.

Page 21: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

102. De acuerdo con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual65 la

finalidad de los derechos conexos es proteger los intereses legales de

determinadas personas y entidades jurídicas que contribuyen a la puesta a

disposición del público de obras o que hayan producido objetos que, aunque

no se consideren obras en virtud de los sistemas de derecho de autor en

todos los países, contengan suficiente creatividad y capacidad técnica y

organizativa para merecer la concesión de un derecho de propiedad que se

asimile al derecho de autor.66

103. Así pues, en la normativa de derechos conexos se parte de que las obras

resultantes de las actividades de esas personas y entidades merecen ser

objeto de protección por sí mismas (protección y garantía autónomas67)

por cuanto guardan relación con la protección de obras protegidas por

derecho de autor. En ese tenor, hasta la fecha se han reconocido derechos

conexos con motivo de tres categorías de titulares (o beneficiarios): artistas

intérpretes y ejecutantes; productores de grabaciones sonoras (fonogramas);

y, organismos de radiodifusión.68

104. A su vez, la OMPI define que las prerrogativas objeto de protección más

importantes de los de derechos conexos son:

(a) El derecho de los artistas intérpretes o ejecutantes a oponerse a la

fijación y radiodifusión en directo, o a la transmisión en público de su

representación o ejecución, hechas sin su consentimiento;

(b) El derecho de los productores de fonogramas a autorizar o prohibir la

reproducción de sus fonogramas, y la importación y transmisión al

público de copias no autorizadas de ellos; y,

(c) El derecho de los organismos de radiodifusión a autorizar o prohibir la

reemisión, fijación y reproducción de sus emisiones de radiodifusión.69

65 Organismo especializado de las Naciones Unidas que ofrece un foro para sus Estados miembros, de modo que puedan crear y armonizar normas y prácticas de protección de los derechos de propiedad intelectual. Vid. Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Principios básicos del derecho de autor y los derechos conexos. OMPI. Suiza. 2016. P. 34. En adelante, “OMPI”. 66 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Principios básicos del derecho de autor y los derechos conexos. OMPI. Suiza. 2016. P. 27. 67 Con independencia de la protección y garantía que merecen los derechos cuya titularidad corresponde a los autores de las obras artísticas. 68 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Principios básicos del derecho de autor y los derechos conexos. Op.cit., p. 27. 69 OMPI. Glosario de Derecho de autor y Derechos Conexos. WIPO/OMPI. Geneva. 1980. P. 168.

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105. Y agrega que, incluso, existen diversas legislaciones en las que los países

reconocen una especie de “derechos morales” a los artistas intérpretes o

ejecutantes.70

106. Doctrina nacional. La génesis del reconocimiento, y consecuente

regulación, de los derechos conexos se encuentra en la invención de la

imprenta de tipos móviles por Gutenberg, a mediados del siglo XV, y el

descubrimiento del grabado.71

107. Así, como estos permitieron la reproducción de libros en grandes cantidades

e hicieron posible que la utilización de una obra escapara a la custodia de su

autor, entonces el fonógrafo, la cinematografía y la radiodifusión hicieron

factible la reproducción mecánica de las obras musicales, literarias y

dramáticas, y su comunicación pública a auditorios prácticamente ilimitados;

así, la interpretación y la ejecución, que no podían concebirse en forma

separada de la persona del autor, a partir de ese momento, se conservaron

y difundieron con independencia de éste.72

108. El reconocimiento legal y la protección de los artistas surge junto con el

aparecimiento de nuevos medios idóneos para registrar sus interpretaciones.

Se desarrolla con la evolución del fonograma, las películas, la radiodifusión,

etcétera. De tal forma que es posible obtener ejemplares de las obras,

respecto de los cuales no sólo tienen derechos los autores, sino también los

artistas que han logrado la versión concreta de lo que se escucha.73

109. Es un hecho que en nuestros días se reconoce y acepta, tanto por la doctrina

como por la legislación, lo mismo que en la terminología jurídica de la materia,

que son objeto de protección autoral no sólo las creaciones intelectuales

propiamente dichas, sino también un gran número de actividades y sus

70 Ídem. 71 Lipszyc, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. Organización de las Nacionales Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe. Bajo los auspicios de la UNESCO. Edición Digital Inalterada. Bogotá. P. 426. 72 Ídem. 73 OMPI y Oficina Europea de Patentes. Tercer Seminario Regional Sobre Propiedad Intelectual para Jueces y Fiscales de América Latina: “Los titulares de derechos conexos y objetos protegidos, Contenido del derecho, excepciones y limitaciones. Antigua Guatemala, 25 a 29 de octubre de 2004. P. 3.

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resultados que guardan cercanía con los auténticos frutos del quehacer

intelectual.74

110. Por esa razón, desde el punto de vista el objeto que se protege por el

“derecho de autor” resulta una primera clasificación consistente en

considerar, por un lado, las obras propiamente dichas que son protegidas por

el derecho de autor -en sentido estricto- y, por otro, las obras que se

protegen por los “derechos conexos” a los de autor.75

111. Esto es, mientras que los derechos de autor -en sentido estricto- protegen a

los creadores de obras, los derechos conexos protegen a determinados

intermediarios, quienes son responsables de que las obras lleguen al público;

siendo que tal labor de intermediación es, con excepción del caso de los

artistas intérpretes o ejecutantes, de carácter económico-organizativa.76

112. Legislación nacional. En esa línea de pensamiento, los derechos conexos

en materia de derechos de autor se encuentran reconocidos y regulados por

virtud del Título V de la Ley Federal del Derecho de Autor, denominado “De

los derechos conexos”; que, a su vez, consta de seis Capítulos.77

113. En su Capítulo I, sobre las “Disposiciones Generales”, la Ley es clara en

establecer que la protección de ese título deja intacta, y no afecta en modo

alguno, la protección de los derechos de autor sobre las obras literarias y

artísticas, por lo que ninguna de las disposiciones de ese título podrá

interpretarse en menoscabo de esa protección.78

114. En referido Título, la citada Ley dispone -en concordancia con el marco

regulatorio internacional- sobre la protección de los derechos conexos: de los

artistas intérpretes o ejecutantes (artículos 116 a 122); de los editores de

libros (artículos 123 a 128); de los productores de fonogramas (artículos 129

74 S/A. Derecho intelectual. “Los derechos de autor”. S/E. S/P. S/A. Consultado en https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/4/1912/7pdf (5 de julio del 2021) P. 116. 75 Ídem. 76 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., p. 19. 77 Vid. Amparo directo en revisión 2150/2019 del índice de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Resuelto en sesión de veintiuno de agosto de dos mil diecinueve, pp. 42 – 43. 78 Ídem.

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a 134); de los productores de videogramas (artículos 135 a 138); y, de los

organismos de radiodifusión (artículos 139 a 146).

115. De tal modo que, de la lectura integral de la Ley, se encuentra que esos

derechos conexos gozan de una protección legislativa y constitucional

autónoma, es decir, con independencia de la protección que merecen los

autores de las obras.

(b.1.2) De los derechos conexos de los artistas intérpretes o

ejecutantes

116. Legislación y doctrina internacional. La Convención Internacional sobre la

Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de

Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión79 dispone expresamente

sobre el reconocimiento de los derechos de los artistas intérpretes o

ejecutantes, entendidos estos como “todo actor, cantante, músico, bailarín u

otra persona que represente un papel, cante, recite, declame, interprete o

ejecute en cualquier forma una obra literaria o artística”.80

117. La protección prevista por la referida Convención a favor de los artistas e

intérpretes o ejecutantes comprende la facultad de impedir (artículo 7):

“(…) a) La radiodifusión y la comunicación al público de sus interpretaciones o ejecuciones para las que no hubieren dado su consentimiento, excepto cuando la interpretación o ejecución utilizada en la radiodifusión o comunicación al público constituya por sí misma una ejecución radiodifundida o se haga a partir de una fijación; b) La fijación sobre una base material sin su consentimiento, de su ejecución no fijada;

79 CONVENCION INTERNACIONAL SOBRE LA PROTECCION DE LOS ARTISTAS INTERPRETES O EJECUTANTES, LOS PRODUCTORES DE FONOGRAMAS Y LOS ORGANISMOS DE RADIODIFUSION, publicada en el Diario Oficial de la Federación el miércoles 27 de mayo de 1964. 80 Artículo 3, inciso a), de la CONVENCION INTERNACIONAL SOBRE LA PROTECCION DE LOS ARTISTAS INTERPRETES O EJECUTANTES, LOS PRODUCTORES DE FONOGRAMAS Y LOS ORGANISMOS DE RADIODIFUSION, publicada en el Diario Oficial de la Federación el miércoles 27 de mayo de 1964.

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c) La reproducción, sin su consentimiento, de la fijación de su ejecución:

(i) Si la fijación original se hizo sin su consentimiento; (ii) Si se trata de una reproducción para fines distintos de los que habían autorizado; (iii) Si se trata de una fijación original hecha con arreglo a lo dispuesto en el artículo 15, que se hubiera reproducido para fines distintos de los previstos en ese artículo. (…).”

118. Y, establece también que la protección otorgada por la Convención no podrá

entrañar el menoscabo de cualquier otra forma de protección de que disfruten

los artistas intérpretes o ejecutantes, los productores de fonogramas y los

organismos de radiodifusión (artículo 21).

119. La OMPI considera que el reconocimiento de los derechos de los artistas

intérpretes y ejecutantes se justifica en la medida en que se considera

necesaria su intervención creativa, por ejemplo, a los fines de la realización

de, entre otras, obras musicales.81

120. En particular, un intérprete se comporta como un intermediario entre el autor

y el público, y la protección autónoma de sus derechos deriva de su cometido,

que consiste en provocar en el público la emoción estética de la obra, aunque

no aporte algo nuevo respecto de sus elementos.82

121. En ese tenor, la misma OMPI sostiene que las legislaciones nacionales han

de garantizar en su beneficio derechos tales como: impedir la fijación, la

radiodifusión y comunicación al público sin su consentimiento de sus

interpretaciones en directo, así como el derecho a impedir la reproducción de

fijaciones de sus interpretaciones o ejecuciones en determinadas

circunstancias.83

122. Y, por cuanto hace a la radiodifusión y la comunicación al público, sostiene

que ha de estipularse la obligación de pagar una remuneración equitativa

81 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Principios básicos del derecho de autor y los derechos conexos. Op.cit., p. 28. 82 Lipszyc, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. Op.cit., pp. 455 – 457. 83 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Principios básicos del derecho de autor y los derechos conexos. Op.cit., p. 30. D2

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en vez de un derecho a impedir estos actos; así como estipulares -habida

cuenta de la naturaleza personal de este tipo de creaciones- el derecho a

impedir la utilización no autorizada de su nombre e imagen, o la modificación

de sus interpretaciones o ejecuciones, en la medida en puedan ir en contra

de su reputación.84

123. Doctrina jurídica. Como se sostuvo anteriormente, la doctrina en la materia

refiere a que la labor de intermediación de los titulares de derechos conexos

es, por regla general, de carácter económico-organizativa; sin embargo, la

excepción la constituye el trabajo de los artistas intérpretes y ejecutantes,

pues su labor sí es de carácter intelectual y requiere cierto grado de

sensibilidad y talento; es por eso que la regulación, protección y garantía

de sus derechos merecen un tratamiento similar o análogo a los derechos de

los autores.85

124. Así, de forma muy similar a lo que acontece con los autores, los derechos

conexos de los artistas intérpretes son de tres clases: (i) derechos morales;

(ii) derechos de explotación; y, (iii) derechos de simple remuneración.

125. (i) Derechos morales. En la medida en que la actividad de los artistas

intérpretes es personalísima, e involucra su sensibilidad y talento, se les

reconocen derechos morales. Los artistas intérpretes son la única categoría

de titulares de derechos conexos que gozan de esta clase de derechos.86

126. Estos derechos morales87 (de carácter esencial, extrapatrimonial, inherente y

absoluto88) generan a los artistas intérpretes o ejecutantes dos facultades,

irrenunciables e intransmisibles, para proteger su personalidad reflejada

en sus interpretaciones; a saber:

1) Derecho de paternidad89, consistente en el derecho al reconocimiento

de su nombre respecto de sus interpretaciones o ejecuciones. En

consecuencia, en toda grabación o fijación de sus actuaciones se les

84 Ídem. 85 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., p. 19. 86 Íbid., p. 22. 87 Lipszyc, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. Op.cit., p. 459. 88 Íbid., p. 464. 89 O “derecho al nombre”. Íbid., p. 459.

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debe dar un crédito, mismo que también debe hacerse saber al público

cuando se comunica la interpretación o ejecución (fijada o no).90

Más allá de su reconocimiento legal, se trata de un derecho

consuetudinariamente respetado y objeto de precisas estipulaciones

contractuales sobre el tamaño de las letras, la ubicación, las

oportunidades de ser mencionado, etcétera91.

Se trata de un “cartel” que tiene importancia fundamental para el artista,

con incidencia directa en el orden patrimonial pues, cuanto mayor sea

su popularidad, más alta será su cotización92; y, el

2) Derecho de integridad93. Consistente en el derecho a oponerse a toda

deformación, mutilación o cualquier otro atentado sobre su

interpretación o ejecución que lesione su prestigio o reputación.94

Este derecho puede centrarse en el interés del intérprete (vg.r.

mediante la facultad de oponerse a una divulgación que pueda producir

un perjuicio a sus intereses artísticos)95 ; o, centrarse en la protección

de la integridad de la interpretación misma (vg.r. la facultad de impedir

la deformación, modificación o transposición de la interpretación).96

127. (ii) Derechos de explotación. Estos derechos facultan a los artistas

intérpretes o ejecutantes para autorizar o prohibir a terceros la utilización de

sus interpretaciones. Estos derechos se distinguen entre interpretaciones o

ejecuciones que “no fueron fijadas” y las que “fueron fijadas en un soporte

físico”.97

128. Cuando se trata de interpretaciones o ejecuciones “no fijadas”, se reconocen

a los artistas los derechos siguientes:

90 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., pp. 22 – 23. 91 Lipszyc, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. Op.cit., p. 459. 92 Ídem. 93 O el “derecho al respecto de la interpretación”. Íbid., p. 461. 94 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., pp. 22 – 23. 95 Lipszyc, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. Op.cit., p. 461. 96 Íbid., p. 461. 97 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., p. 23.

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1) Derecho de comunicación pública98, consistente en el derecho del

artista de autorizar o prohibir cualquier acto de comunicación pública

que derive de sus interpretaciones “en vivo” 99; y, el

2) Derecho de fijación100, consistente en el derecho del artista de

autorizar o prohibir que su interpretación o ejecución sea fijada en un

soporte físico, es decir, que sea grabada.101

129. Y, cuando se trata de facultades del derecho de explotación de los artistas en

relación con sus interpretaciones o ejecuciones que “sí fueron fijadas”, se

reconoce el:

1) Derecho de reproducción, consistente en la posibilidad del artista de

autorizar o prohibir el copiado o multiplicación de ejemplares de la

grabación de su interpretación o ejecución; y, el

2) Derecho de comunicación pública, consistente en la facultad del

artista de autorizar o prohibir cualquier acto de comunicación pública

de las fijaciones de su actuación, siempre y cuando esas fijaciones se

hayan hecho sin su autorización.102

130. Destacándose que, en México, una vez que el artista autoriza la fijación de

su interpretación, se produce el agotamiento de su derecho de explotación

sobre la misma.103

131. En esa tesitura, los contratos de autorización que celebran los artistas no son

verdaderos contratos de transmisión de derechos, ya que su contratante no

adquiere un derecho que pueda ejercer frente a terceros, sino que ese

derecho conexo desaparece, “se esfuma” (último párrafo del artículo 118

de la Ley Federal del Derecho de Autor).104

98 Cfr. Lipszyc, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. Op.cit., p. 467. 99 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., pp. 23 – 24. 100 Cfr. Lipszyc, Delia. Derecho de autor y derechos conexos. Op.cit., p. 467. 101 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., pp. 23 – 24. 102 Ídem. 103 Íbid., p. 24. 104 Ídem.

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132. Sin embargo, aunque se agote el derecho de explotación de los artistas,

éstos conservan su derecho a cobrar regalías (derecho de “simple

remuneración”) cuando se explote su interpretación.105

133. (iii) Derechos de simple remuneración. Finalmente, los artistas intérpretes

o ejecutantes gozan de un derecho a cobrar regalías; sólo que, a diferencia

de los autores -que sólo pueden percibirlas por actos de comunicación

pública- los artistas pueden cobrar regalías por, prácticamente,

cualquier acto de utilización pública de sus interpretaciones o

ejecuciones.106

134. Derecho el cual, además, goza del carácter de ser irrenunciable, y es

conservado por los artistas, incluso, después del agotamiento de su derecho

de explotación.107

135. Legislación nacional. Como se refirió, la regulación de los derechos de los

artistas intérpretes o ejecutantes la prevén los artículos 116 a 122 de la Ley

General del Derecho de Autor.

136. Su artículo 116 define a un “artista intérprete o ejecutante” al actor, narrador,

declamador, cantante, músico, bailarín, o a cualquiera otra persona que

interprete o ejecute una obra literaria o artística o una expresión de folclor o

que realice una actividad similar a las anteriores, aunque no haya hecho un

texto previo que norme su desarrollo; sin incluir a los llamados “extras”, ni las

participaciones eventuales.

137. En beneficio de su esfera jurídica, la Ley prevé los derechos al

reconocimiento de su nombre respecto a sus interpretaciones o ejecuciones,

así como a oponerse a toda deformación, mutilación o cualquier otro

atentado sobre su actuación que lesione su prestigio o reputación (artículo

117) (derechos morales), y a oponerse a la comunicación pública de sus

interpretaciones o ejecuciones; la fijación de sus interpretaciones o

ejecuciones sobre una base material; y, la reproducción de la fijación de sus

105 Íbid., p. 25. 106 Ídem. 107 Ídem.

Page 30: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

interpretaciones o ejecuciones (artículo 118), entre otros (derechos de

explotación).

138. Y, además, conforme al artículo 117 Bis de la Ley General del Derecho de

Autor, el artista intérprete o ejecutante, tiene derecho irrenunciable a percibir

una remuneración por el uso o explotación de sus interpretaciones o

ejecuciones que se hagan con fines de lucro directo o indirecto, por cualquier

medio, comunicación pública o puesta a disposición (derecho de simple

remuneración).

139. Finalmente, la legislación dispone que la duración de esa protección

concedida a los artistas intérpretes o ejecutantes será de setenta y cinco años

contados a partir de: la primera fijación de la interpretación o ejecución en un

fonograma; la primera interpretación o ejecución de obras no grabadas en

fonogramas; o, la transmisión por primera vez a través de la radio, televisión

o cualquier medio (artículo 22).

(b.1.3) Del derecho conexo de los artistas intérpretes o ejecutantes a

recibir una remuneración equitativa por el uso o explotación de

sus interpretaciones

140. Doctrina y legislación internacional. La Convención Internacional sobre la

Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de

Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión reconoce el derecho de los

artistas intérpretes o ejecutantes a recibir una remuneración equitativa con

motivo de la publicación de un fonograma con fines comerciales, o si una

reproducción de ese fonograma se utiliza directamente para la radiodifusión,

o para cualquier otra forma de comunicación al público (artículo 12).

141. Asimismo, el Tratado de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual

sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas dispone que los artistas y los

productores de fonogramas gozarán del derecho a una remuneración

equitativa y única por la utilización directa o indirecta de fonogramas

publicados con fines comerciales, para la radiodifusión o para cualquier

comunicación al público (artículo 15.1).

Page 31: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

142. De acuerdo con el Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y

Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore, la

remuneración equitativa es aquella que cuya garantía se reconoce respecto

de determinados actos realizados respecto de una obra u objeto de derechos

conexos, en cuantía y modo coherentes con lo que se consideran las reglas

normales del comercio, en el caso de que el titular de esos derechos autorice

tales actos.108

143. Doctrina jurídica. Del mismo modo, como se indicó, la doctrina jurídica en la

materia explica que los artistas intérpretes o ejecutantes -como los autores

de las obras- gozan del derecho a cobrar regalías por cualquier acto de

utilización pública de sus interpretaciones o ejecuciones; derecho que se

conserva aún después de su derecho de explotación.109

144. La previsión de esta remuneración se justifica por la posición de “debilidad”

en que se encuentran en las relaciones contractuales, de modo que para

evitar que una cesión total de sus derechos les deje desprovistos de una

compensación adecuada, se introduce legalmente una serie de prerrogativas

tendentes a obtener -en cualquier caso- una remuneración.110

145. Legislación nacional. Como se precisó, el derecho a una remuneración

equitativa de los artistas intérpretes o ejecutantes encuentra su fundamento

en el artículo 117 Bis de la Ley Federal del Derecho de Autor; y se les

reconoce esta prerrogativa con independencia de los derechos cuya

titularidad corresponde a los autores.

146. Expresamente, el referido artículo establece lo siguiente:

“Artículo 117 bis.- Tanto el artista intérprete o el ejecutante, tiene el derecho irrenunciable a percibir una remuneración por el uso o

108 Vid. OMPI. Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore. GLOSARIO DE LOS TÉRMINOS MÁS IMPORTANTES RELACIONADOS CON LA PROPIEDAD INTELECTUAL Y LOS RECURSOS GENÉTICOS, LOS CONOCIMIENTOS TRADICIONALES Y LAS EXPRESIONES CULTURALES TRADICIONALES. Cuadragésima sesión. Ginebra. 17 a 21 de junio de 2019. WIPO/GRTKF/IC/40/INF/7. Página 17. 109 Parra Trujillo, Eduardo de la. Derechos de los autores, artistas e inventores. Op.cit., p. 25. 110 OMPI y Oficina Europea de Patentes. Tercer Seminario Regional Sobre Propiedad Intelectual para Jueces y Fiscales de América Latina: “Los titulares de derechos conexos y objetos protegidos, Contenido del derecho, excepciones y limitaciones. Antigua Guatemala, 25 a 29 de octubre de 2004. P. 6.

Page 32: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

explotación de sus interpretaciones o ejecuciones que se hagan con fines de lucro directo o indirecto, por cualquier medio, comunicación pública o puesta a disposición.”

147. Ahora bien, el imperativo de proteger este derecho se advierte de los

procesos legislativos que dieron origen a la Ley Federal del Derecho de Autor,

en los que reiteradamente se sostuvo sobre la necesidad del Congreso de la

Unión de “otorgar a los creadores intelectuales, así como a los titulares de

los derechos conexos y sus causahabientes, la seguridad de que

percibirán una contraprestación por la explotación de sus obras, durante

un plazo justo dada su invaluable aportación al incremento, difusión y

engrandecimiento de la cultura.”111

148. De ahí que, en un ejercicio de interpretación de esa Ley General del Derecho

de Autor, en el amparo directo en revisión 2150/2019, esta Primera Sala

resolvió que al artista intérprete o ejecutante no le resulta aplicable el derecho

de regalías previsto en el artículo 26 Bis de la Ley, el cual corresponde a los

autores, sino los derechos relativos a artistas intérpretes o ejecutantes,

específicamente, la remuneración a que se refiere el artículo 117 Bis de la

referida Ley.112

(b.2.) Del análisis constitucional del artículo 117 Bis de la Ley Federal

del Derecho de Autor a partir de las consideraciones del inciso

anterior (a.1.).

149. Establecido lo anterior, corresponde a esta Primera Sala dotar de sentido

constitucional al artículo 117 Bis de la Ley Federal del Derecho de Autor, en

aras de establecer si, la prerrogativa consistente en la remuneración

equitativa que ahí se contempla, tiene la naturaleza de un derecho humano.

150. Pues bien, toda vez que, como ha sostenido la doctrina jurídica en la materia,

los derechos (conexos) de los artistas intérpretes o ejecutantes merecen un

tratamiento jurídico similar a los derechos de los autores de obras, esta

111 PROCESOS LEGISLATIVOS. DICTAMEN/REVISORA. México, Distrito Federal, a 29 de abril de 2003, sobre la Ley Federal del Derecho de Autor, cuyo Decreto fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 23 de julio del 2003. 112 Vid. Amparo directo en revisión 2150/2019, Op.cit., pp. 42 – 43.

Page 33: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

Primera Sala estima que los mismos merecen una interpretación

constitucional análoga a la que ha sostenido sobre los derechos de autor en

sentido estricto.

151. De esa guisa, los derechos conexos cuya titularidad corresponde a los

artistas intérpretes o ejecutantes constituyen parte del derecho a propiedad

intelectual113, por consecuencia, para su interpretación constitucional cobra

aplicación lo que esta Primera Sala resolvió con motivo de la sentencia

dictada sobre el amparo directo revisión 4040/2019.114

152. El derecho a la propiedad intelectual se ha reconocido como una

manifestación del derecho de propiedad, incluida específicamente en los

artículos 28, décimo párrafo, de la Constitución y 15, numeral 1, inciso c), del

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y debe

113 Los tratados internacionales firmados y ratificados por los Estados Unidos Mexicanos en materia de derechos de autor son los siguientes:

(1) CONVENCION INTERAMERICANA SOBRE DERECHOS DE AUTOR EN OBRAS LITERARIAS, CIENTIFICAS Y ARTISTICAS, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de octubre de 1947;

(2) CONVENIO DE BERNA PARA LA PROTECCIÓN DE LAS OBRAS LITERARIAS Y ARTÍSTICAS, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 24 de enero de 1975;

(3) CONVENCION UNIVERSAL SOBRE EL DERECHO DE AUTOR, publicada en el Diario oficial de la Federación el 6 de junio de 1957;

(4) CONVENCIÓN DE ROMA, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1963;

(5) CONVENCION SOBRE PROPIEDAD LITERARIA Y ARTISTICA, SUSCRITA EN LA CUARTA CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICANA, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 23 de abril de 1964;

(6) TRATADO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL SOBRE INTERPRETACIÓN O EJECUCIÓN Y FONOGRAMAS, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 27 de mayo de 2002;

(7) TRATADO DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL SOBRE DERECHO DE AUTOR, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 15 de marzo de 2002;

(8) ACUERDO SOBRE LOS ASPECTOS DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL RELACIONADOS CON EL COMERCIO, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 21 de enero de 2008;

(9) CONVENIO PARA LA PROTECCION DE LOS PRODUCTORES DE FONOGRAMAS CONTRA LA REPRODUCCION NO AUTORIZADA DE SUS FONOGRAMAS, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 8 de febrero de 1974.

114 Vid. Amparo directo en revisión 4040/2019, del índice de esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de tres votos de los señores Ministros: Jorge Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena quienes se reservan el derecho de formular voto concurrente y Presidente Juan Luis González Alcántara Carrancá (Ponente), en contra del emitido por la Ministra Norma Lucía Piña Hernández quien se reservó el derecho de formular voto particular. Ausente el Ministro Luis María Aguilar Morales. resuelto en la sesión correspondiente al veintiuno de noviembre de dos mil diecinueve en sesión. P. 30.

Page 34: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

entenderse como el derecho de las personas a ser propietarias de derechos

de autor y aquellos de naturaleza industrial, en los términos de las

legislaciones respectivas.115

153. Así, existe un derecho humano a la propiedad que contempla una faceta

específica en la forma de propiedad intelectual, las distintas manifestaciones

de ésta y su tratamiento, según se consideran parte de los derechos de autor

o de los de propiedad industrial; que tienen una naturaleza patrimonial y se

rigen con base en disposiciones cuyo contenido depende, en gran medida,

de la libertad de configuración otorgada al Congreso de la Unión con

fundamento en el artículo 73, fracción XXV, de la Constitución; debiendo

acatar, además, los lineamientos derivados del derecho internacional en la

materia116.117

154. Por ello, los derechos conexos de los artistas intérpretes o ejecutantes

encuentran su fundamento directo en el derecho humano a la propiedad,

reconocido por virtud de los artículos 28 de la Constitución Federal, en

relación con sus diversos 73, fracción XXV, y 133, así como por el artículo 15,

numeral 1, inciso c), del Pacto Internacional de Derechos Económicos,

Sociales y Culturales; todos los estos, en relación con el contenido dispositivo

-específico- de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas

Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos

de Radiodifusión.

155. En ese tenor, esta Primera Sala reconoce que los derechos conexos de los

artistas intérpretes o ejecutantes, como una vertiente protegida por el derecho

humano a la propiedad, son los siguientes:

1) Derechos morales, mismos que son de naturaleza irrenunciable e

intransmisible, y tienden a proteger su personalidad reflejada en sus

interpretaciones. Estos se clasifican en dos tipos:

115 Tesis Aislada 1a. CLXXVIII/2018 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Tomo I, diciembre de 2018, página 287, con número de registro 2018640, de rubro: “DERECHO A LA PROPIEDAD INTELECTUAL. SU CONCEPTUALIZACIÓN COMO VERTIENTE DEL DERECHO A LA PROPIEDAD Y SUS MANIFESTACIONES DE CARÁCTER PATRIMONIAL.”. 116 Por virtud del artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 117 Tesis Aislada 1a. CLXXVIII/2018 (10a.), Op.cit.

Page 35: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

1.1) Derecho de paternidad (reconocido en artículo 117 de la Ley

Federal del Derecho de Autor 118); y,

1.2) Derecho de integridad (reconocido en el artículo 117 de la

Ley Federal del Derecho de Autor 119);

2) Derechos de explotación, que los facultan para autorizar o prohibir a

terceros la utilización de sus interpretaciones, que se clasifican en los

tipos siguientes:

2.1) Derecho de comunicación pública (reconocido en el artículo

118, fracciones I, IV, y V de la Ley Federal del Derecho de

Autor 120);

2.2) Derecho de fijación (reconocido en el artículo 118, fracción II,

de la Ley Federal del Derecho de Autor);

2.3) Derecho de reproducción (reconocido en el artículo 118,

fracción III, de la Ley Federal del Derecho de Autor 121);

2.4) Derecho a impedir el arrendamiento comercial (reconocido

en el artículo 118, fracción VI, de la Ley Federal del Derecho

de Autor 122);123y,

118 En relación con el artículo 11 de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión. 119 En relación con el artículo 21 de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión. 120 En relación con el artículo 7, inciso a), de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión. 121 En relación con el artículo 7, inciso b), de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión. 122 En relación con el artículo 7, inciso c), de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión. 123 Derecho que no ha sido explicado por la doctrina jurídica en la materia, pero cuya protección y garantía se encuentra expresa en la legislación federal en materia de derechos de autor.

Page 36: AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 752/2020 PARTE QUEJOSA

3) Derecho de simple remuneración, que los faculta para cobrar

regalías por el uso o explotación de sus interpretaciones o ejecuciones

que se hagan con fines de lucro directo o indirecto, por cualquier medio,

comunicación pública o puesta a disposición (reconocido en el artículo

117 Bis de la Ley Federal del Derecho de Autor124).

156. En esa tesitura, al tratarse de derechos que conforman una vertiente del

derecho humano a la propiedad, ha lugar que sean promovidos, protegidos,

respetados y garantizados por todas las autoridades del Estado, en el ámbito

de sus respectivas competencias, de conformidad con lo dispuesto en el

artículo 1º de la Constitución Federal. Resultándoles aplicables también (a

propósito de su optimización) los principios de universalidad,

interdependencia, indivisibilidad y progresividad.

157. Aunado a la obligación de las autoridades de interpretar todas las

disposiciones relativas a su protección y garantía -en específico, los artículos

116 a 122 de la Ley Federal del Derecho de Autor- de conformidad con la

Constitución Federal y con los tratados internacionales de la materia

(interpretación conforme), así como de conformidad con el principio pro

personae125.

158. En consecuencia, y por la materia que ocupa a este amparo directo en

revisión, esta Primera Sala encuentra que el derecho de los artistas

intérpretes o ejecutantes a percibir una remuneración por el uso o

explotación de sus interpretaciones es un derecho humano126,

subyacente del derecho a la propiedad, y reconocido expresamente por

virtud del artículo 117 Bis de la Ley Federal del Derecho de Autor

(reglamentaria del artículo 28 de la Constitución Federal). Por tanto, es

necesario que sea objeto del tratamiento jurídico que reconoce el artículo 1º

de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

159. En esa línea de pensamiento, en efecto, el artículo 117 Bis de la multicitada

Ley regula y reconoce un derecho humano cuya titularidad pertenece

124 En relación con el artículo 12 de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los Organismos de Radiodifusión. 125 Artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 126 “Derechos de simple remuneración”.

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específicamente a los artistas intérpretes o ejecutantes; por tanto, esta

disposición normativa debe ser interpretada en el sentido de que el derecho

(humano) a una remuneración equitativa por el uso o explotación de sus

ejecuciones127 goza de la característica de ser irrenunciable e

intransmisible128, ello como parte de su naturaleza inalienable.

160. En otras palabras, como derecho humano no puede ser enajenado por su

titular, ni cedido, ni transmitido por ninguna vía; es decir, constituye un

derecho del que los artistas intérpretes o ejecutantes, de ninguna

manera (jurídica o fáctica), pueden desprenderse, privarse, ni mucho

menos renunciar.129

161. Sin que ello sea óbice para que, por virtud del principio de la autonomía de la

voluntad (libertad de contratación)130, el artista intérprete o ejecutante pueda

celebrar contratos cuyo objeto sea el uso o explotación de sus

interpretaciones, pues también se reconoce que están facultados para

autorizar a terceros la utilización de sus interpretaciones, siempre y cuando

se fije (garantice) esa contraprestación económica o simple remuneración.

162. Retribución o remuneración económica que, además, debe ser interpretada

sistemáticamente en relación con el artículo 5º de la Constitución Federal131,

por virtud del cual está proscrito obligar a una persona a prestar un trabajo

sin una justa retribución y sin su pleno consentimiento.

163. Finalmente, para esta Primera Sala es importante destacar que la equidad

de la remuneración reconocida por virtud de la disposición normativa que se

127 Como el resto de sus derechos conexos regulados por la Ley Federal del Derecho de autor (morales y de explotación); a reserva de las restricciones que el ordenamiento prevea sobre los mismos, siempre y cuando, como ha estimado este Alto Tribunal, se justifiquen en término de su razonabilidad. 128 Entre las otras características propias de los derechos humanos, como su: universalidad, interdependencia, indivisibilidad, y progresividad. Vid. Comisión Nacional de Derechos Humanos Aspectos básicos de derechos humanos. CNDH. México 2018. Pp. 6 – 7. 129 Álvarez Gálvez, Íñigo. Universales, absolutos e inalienables. Revista de Humanidades de Valparaíso. Año 2. 2º semestre. No. 4. 2014. P. 74. 130 Tesis Aislada 1a. CDXXV/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 13, diciembre de 2014, Tomo I, página 219, con número de registro 2008086, de rubro: “AUTONOMÍA DE LA VOLUNTAD. ES UN PRINCIPIO DE RANGO CONSTITUCIONAL.”. 131 En relación con el artículo 7, del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales; y, 23, párrafo tercero, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos;

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analiza debe ser determinada en función de la incidencia directa de la

popularidad del intérprete artista o ejecutante (es decir, en relación con su

derecho -moral- de nombre o paternidad) en el público y, consecuentemente,

dentro del comercio. Así pues, mientras más sea su popularidad, cuanto más

alta tendrá que ser su cotización.

164. Siendo tal el alcance interpretativo -vinculante para todas las autoridades del

Estado mexicano, en el ámbito de sus respectivas competencias-, del artículo

117 Bis de la Ley Federal del Derecho de Autor.