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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018. QUEJOSA Y RECURRENTE: ********** Y OTROS. PONENTE: MINISTRO EDUARDO MEDINA MORA I. SECRETARIA: IVETH LÓPEZ VERGARA. Colaboró: Deyanira Lustre Mota. Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día ……… de ……… de dos mil dieciocho. Vo. Bo. Ministro V I S T O S; Y, R E S U L T A N D O: Cotejó: PRIMERO. Presentación de la demanda. Por escrito presentado el once de agosto de dos mil diecisiete en la Oficialía de Partes del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de Guanajuato (ahora Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Guanajuato), **********, por propio derecho y en representación de sus menores hijos **********, promovió juicio de amparo directo contra la sentencia de diecinueve de junio de dos mil diecisiete dictada por la antes Tercera Sala (ahora Sala Especializada) del indicado tribunal en el expediente **********, en el que se sobreseyó en el juicio de responsabilidad patrimonial por falta de legitimación procesal activa, porque los sujetos accionantes no acreditaron ser herederos legítimos. La parte quejosa señaló que se transgredieron, en su perjuicio, los artículos 14, 16 y 17 constitucionales.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018. QUEJOSA Y … · amparo directo en revisiÓn 2653/2018. quejosa y recurrente: ***** y otros. ponente: ministro eduardo medina mora i. secretaria:

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018. QUEJOSA Y RECURRENTE: ********** Y OTROS.

PONENTE: MINISTRO EDUARDO MEDINA MORA I. SECRETARIA: IVETH LÓPEZ VERGARA. Colaboró: Deyanira Lustre Mota.

Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al día ……… de ………

de dos mil dieciocho.

Vo. Bo. Ministro

V I S T O S; Y,

R E S U L T A N D O:

Cotejó:

PRIMERO. Presentación de la demanda. Por escrito

presentado el once de agosto de dos mil diecisiete en la Oficialía de

Partes del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Estado de

Guanajuato (ahora Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de

Guanajuato), **********, por propio derecho y en representación de sus

menores hijos **********, promovió juicio de amparo directo contra la

sentencia de diecinueve de junio de dos mil diecisiete dictada por la

antes Tercera Sala (ahora Sala Especializada) del indicado tribunal en

el expediente **********, en el que se sobreseyó en el juicio de

responsabilidad patrimonial por falta de legitimación procesal activa,

porque los sujetos accionantes no acreditaron ser herederos legítimos.

La parte quejosa señaló que se transgredieron, en su perjuicio,

los artículos 14, 16 y 17 constitucionales.

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SEGUNDO. Trámite del amparo. Por auto de treinta de agosto

de dos mil diecisiete, el Magistrado Presidente del Segundo Tribunal

Colegiado en Materia Administrativa del Decimosexto Circuito, a quien

correspondió conocer del asunto, lo registró bajo el expediente **********

y admitió a trámite la demanda.

Posteriormente, por auto de nueve de octubre de dos mil

diecisiete, en atención a la comunicación STCCNO/586/2017 de la

Comisión de Creación de Nuevos Órganos del Consejo de la Judicatura

Federal, se determinó enviar el expediente para el dictado de la

resolución correspondiente al Segundo Tribunal Colegiado de Circuito

del Centro Auxiliar de la Novena Región, con residencia en Zacatecas,

Zacatecas, cuyo Magistrado Presidente, mediante proveído de

dieciocho de octubre del mismo año, radicó el asunto con el número de

expediente auxiliar **********.

Finalmente, el ocho de febrero de dos mil dieciocho, el

mencionado órgano jurisdiccional dictó la sentencia correspondiente, en

la que resolvió negar el amparo solicitado.

TERCERO. Recurso de revisión. Inconforme con la sentencia

referida, la parte quejosa interpuso recurso de revisión mediante escrito

presentado el catorce de marzo de dos mil dieciocho en la Oficina de

Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en Materia

Administrativa del Decimosexto Circuito.

Por acuerdo de dos de mayo de dos mil dieciocho, el Presidente

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación registró el asunto con el

número de expediente 2653/2018, lo admitió a trámite, y dispuso se

turnara al Ministro Eduardo Medina Mora I.

CUARTO. Avocamiento. Por auto de presidencia de uno de

junio de dos mil dieciocho, esta Segunda Sala se avocó al conocimiento

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del asunto y se remitieron los autos a la ponencia del

señor Ministro Eduardo Medina Mora I., para la

elaboración del proyecto correspondiente.

QUINTO. Publicación del proyecto. El proyecto de sentencia

relativo a este asunto, se publicó en términos de los artículos 73, párrafo

segundo, y 184, párrafo primero, de la Ley de Amparo, así como del

Acuerdo General Plenario 7/2016.

C O N S I D E R A N D O :

PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema

Corte de Justicia de la Nación es legalmente competente para conocer

el presente recurso de revisión, de conformidad con los artículos 107,

fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos

Mexicanos; 96 en relación con el 81, fracción II, de la Ley de Amparo;

así como los puntos primero, tercer párrafo y tercero del Acuerdo

General Plenario 5/2013 de trece de mayo de dos mil trece, y el diverso

Acuerdo General Plenario 9/2015 de ocho de junio de dos mil quince,

que establece las bases generales para la procedencia y tramitación de

los recursos de revisión en amparo directo; toda vez que el presente

medio de defensa fue interpuesto contra una sentencia dictada por un

tribunal colegiado de circuito en un juicio de amparo en materia

administrativa, especialidad que corresponde a esta Sala.

SEGUNDO. Legitimación. El recurso de revisión fue interpuesto

por parte legítima, dado que **********–estos dos últimos que, en su

calidad de menores de edad, actuaron por conducto de la primera que

es su madre–, tienen el carácter de parte quejosa en términos del

artículo 5, fracción I, del propio ordenamiento legal y, por ende, de

afectados por la sentencia recurrida, pues se negó la protección

constitucional solicitada y, en esa medida, tienen interés en que esa

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determinación sea modificada, conforme al criterio sustancial contenido

en la jurisprudencia 77/2015 de esta Segunda Sala, publicada en la

Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro

19, junio de dos mil quince, Tomo I, página ochocientos cuarenta y

cuatro, que dice:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. LA LEGITIMACIÓN PARA INTERPONER ESTE RECURSO DERIVA NO SÓLO DE LA CALIDAD DE PARTE, SINO ADEMÁS, DE QUE LA SENTENCIA COMBATIDA LE AGRAVIE COMO TITULAR DE UN DERECHO O PORQUE CUENTE CON LA REPRESENTACIÓN LEGAL DE AQUÉL. De los artículos 5o., 81, fracción II, 82, 87, primer párrafo y 88, primer párrafo, de la Ley de Amparo, se advierte que el recurso de revisión sólo puede interponerlo la parte a quien causa perjuicio la resolución que se recurre. En ese sentido, al ser los recursos medios de impugnación que puede ejercer la persona agraviada por una resolución para poder obtener su modificación o revocación, se concluye que la legitimación para impugnar las resoluciones y excitar la función jurisdiccional de una nueva instancia, deriva no sólo de la calidad de parte que se ha tenido en el juicio de amparo sino, además, de que la resolución combatida le cause un agravio como titular del derecho puesto a discusión en el juicio o porque cuente con la representación legal de aquél”.

TERCERO. Oportunidad. El recurso de revisión se interpuso en

tiempo, toda vez que la sentencia recurrida se notificó a la parte quejosa

el veintisiete de febrero de dos mil dieciocho, conforme a la razón que

obra a folio cien del expediente de amparo, surtiendo efectos el día hábil

siguiente, es decir, el veintiocho de febrero del mismo año, por lo que el

plazo de diez días que establece el artículo 86 de la Ley de Amparo

transcurrió del uno al catorce de marzo siguientes, dado que los días

tres, cuatro, diez y once de marzo fueron inhábiles en términos de los

artículos 19 del propio ordenamiento legal y 163 de la Ley Orgánica del

Poder Judicial de la Federación. Mientras que el escrito de agravios se

presentó en la Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales

Colegiados en Materia Administrativa del Decimosexto Circuito el

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catorce de marzo próximo pasado y, por ende, dentro

del computado plazo legal.

CUARTO. Antecedentes y consideraciones de la sentencia

recurrida. Se estima conveniente atender a los hechos relevantes que

dieron lugar a la sentencia recurrida, a saber:

1. ********** tuvo noticia de lo siguiente:

El quince de junio de dos mil quince, aproximadamente a las

dieciséis horas, su esposo, **********, fue reportado por estar

escandalizando en estado de ebriedad en el inmueble ubicado en calle

**********, en el Centro de la Ciudad de Dolores Hidalgo, Guanajuato.

Horas después, alrededor de las quince horas, su esposo

fue reportado nuevamente por estar tirado inconsciente en la vía

pública, por lo que el Oficial de Seguridad Pública Omar de Jesús Ríos

López llamó a la Cruz Roja Mexicana, cuyo personal acudió al lugar e

informó al indicado oficial que no ameritaba traslado al hospital; por lo

que fue llevado a las instalaciones de la Dirección de Seguridad Pública

Municipal para ser presentado ante el juez calificador.

En presencia del Juez Calificador Joel Salazar Espitia,

acudió nuevamente el personal de la Cruz Roja Mexicana, quien informó

nuevamente que no era necesario el traslado al hospital del detenido.

Más tarde, aproximadamente a las veinte treinta horas, dado

que el detenido continuaba en estado de inconsciencia, el juez

calificador llamó nuevamente a la Cruz Roja Mexicana, cuyo personal

lo revisó una vez más y dio noticia de que ya no presentaba signos

vitales.

Estos hechos dieron lugar a la carpeta de investigación

********** en la Agencia del Ministerio Público número Uno de la Ciudad

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de Dolores Hidalgo, Guanajuato, la cual fue archivada porque se

determinó que la causa de muerte del occiso fue tromboembolia

pulmonar, sepsis y cirrosis hepática.

2. El dieciocho de noviembre de dos mil quince, ante el Tribunal

de lo Contencioso Administrativo del Estado de Guanajuato (ahora

Tribunal de Justicia Administrativa), **********, por propio derecho y en

representación de sus menores hijos **********, demandó del

Ayuntamiento de la Ciudad de Dolores Hidalgo, Guanajuato, una

indemnización por responsabilidad patrimonial en términos del artículo

13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios

de Guanajuato1, por los conceptos de daño moral y material (cantidades

que el occiso dejó de percibir en su proyecto de vida y actividad

económica, indemnización por muerte, gastos funerarios y afectación

moral), pues consideró que se incurrió en actividad administrativa

irregular por las circunstancias siguientes:

“(…) 1. A mi esposo se le detuvo y posteriormente fue abandonado en estado crítico de salud unas calles más adelante.

2. Nunca fue atendido por un médico y la atención que se le dio fue inadecuada.

3. En ningún momento se le hicieron las gestiones necesarias para que fuera trasladado a un hospital o espacio adecuado para atención de enfermos.

4. El sujeto obligado incumplió con su deber genérico de no afectar a terceras personas con su actuar.

5. El sujeto obligado actuó negligentemente al ingresar a mi esposo a los separos municipales sin previamente cerciorarse de manera fehaciente de su estado de salud.

1 “Artículo 13. Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte, incapacidad total permanente,

parcial permanente, total temporal o parcial temporal, el grado de ella se determinará atendiendo a lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo. Para calcular la indemnización que corresponda se tomará como base la Unidad de Medida y Actualización diaria y se atenderá al número de días que para cada una de las incapacidades mencionadas señala la Ley Federal del Trabajo. En caso de muerte, la presentación de la reclamación de la indemnización, así como su disfrute corresponderá a los herederos legítimos de la víctima”.

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6. El sujeto obligado incurrió en actividad administrativa irregular al no tener personal capacitado ni óptimas instalaciones y equipo para atención adecuada las personas arrestadas.

7. El sujeto obligado fue ineficaz para dar respuesta a las necesidades médicas de mi esposo.

8. El sujeto obligado jamás realizó gestión alguna para informar a la suscrita ni a los familiares de mi esposo respecto de la situación del mismo, tan es así que quedó registrado como desconocido”.

3. La Tercera Sala del indicado tribunal admitió a trámite la

demanda y la registró con el número de expediente **********; seguido

el procedimiento por su cauce legal, el diecinueve de junio de dos mil

diecisiete, dictó sentencia en la que sobreseyó en el juicio, al considerar

que la parte actora no demostró su legitimación ad causam en el

proceso (folios ciento treinta a ciento treinta y cinco del expediente

natural), conforme a las consideraciones torales siguientes:

“(…) Como se advierte, los artículos 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial para el Estado y los Municipios de Guanajuato y 1405 del Código Civil para el Estado de Guanajuato, prevén que en caso de fallecimiento de la víctima, la indemnización por concepto de reparación del daño corresponde a los herederos legítimos.

Para determinar el carácter de heredero legítimo es necesario interpretar los numerales 2538 y 2841, fracción I, del referido Código Civil. El primero prevé que la herencia se defiere por la voluntad del testador o por disposición de la ley, la primera se llama testamentaria y la segunda legítima; el segundo establece quiénes tienen derecho a heredar por sucesión legítima, mencionando como tales, en primer orden, a los descendientes, luego al cónyuge y por último a los ascendientes.

En estas condiciones, debe entenderse que cuando el artículo 13 de la aludida ley de responsabilidad utiliza la expresión “heredero legítimo”, la intención del legislador es proteger de un acto ilícito a quien tiene derecho a heredar del de cujus o a quien dependía

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directamente de éste; por lo que no basta con la apertura del juicio sucesorio correspondiente y la demostración del respectivo lazo de consanguinidad, para que se considere demostrado el derecho al disfrute de la indemnización por responsabilidad patrimonial ante la actividad administrativa irregular del Estado.

Ello es así, ya que de las documentales antes descritas no se observa que los sujetos accionantes tengan a su favor un fallo judicial en el que se declare que son herederos legítimos del de cujus, únicamente demuestran el parentesco que les unía con Martín Martínez Guerrero, pero no así que hayan sido nombrados como albaceas provisionales de la sucesión intestamentaria, previa protesta y aceptación del cargo, que justificara su personalidad.

Luego, es necesario demostrar la existencia de una determinación judicial que otorgue la calidad de legítimo heredero, acorde con el referido dispositivo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato. (…)”.

4. En desacuerdo con la sentencia descrita en el numeral

precedente, la parte actora promovió el juicio de amparo origen de este

asunto, en el que planteó, en relación con el artículo 13 de la Ley de

Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de

Guanajuato, los temas siguientes:

Su indebida interpretación, porque el hecho de que

establezca el derecho a la presentación de la reclamación y al disfrute

de la indemnización en favor de los “herederos legítimos de la víctima”,

no implica que exija la existencia de un fallo judicial que declare la

sucesión.

En caso de subsistir la interpretación dada por la sala

responsable, la norma viola el artículo 17 constitucional.

Juicio de amparo en cuya sentencia de ocho de febrero de dos

mil dieciocho –ahora recurrida– (folios setenta y cuatro y siguientes del

expediente de amparo), se desestimaron los conceptos de violación

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y se negó el amparo solicitado, con base en las

consideraciones que, en lo que interesa, se sintetizan

a continuación:

A. En relación con la interpretación del artículo 13 de la Ley

de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de

Guanajuato, es adecuado el alcance que le dio la sala responsable, en

cuanto a que el carácter de heredero legítimo que exige para demandar

y disfrutar la indemnización derivada de la muerte de la víctima, debe

adquirirse de conformidad con lo dispuesto en los artículos 2538 y 2841

del Código Civil para el Estado de Guanajuato, es decir, a través de un

fallo judicial que reconozca esa calidad o, en todo caso, o a través de la

declaración de herederos contemplada en el artículo 604 del Código de

Procedimientos Civiles del Estado de Guanajuato, conforme a las

consideraciones siguientes:

“(…) Para demostrar lo anterior, de inicio, es importante tener en cuenta que la indemnización por responsabilidad patrimonial a cargo del Estado de Guanajuato o de sus Municipios, reglamentada en la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los municipios de Guanajuato, pretende resarcir el daño moral o material que pudo generar el Estado con su actuación irregular, a los particulares.

Esto, como así se advierte de la parte conducente de la exposición de motivos de dicha norma, en que se lee: ‘cabe anotar que si bien existen legislaciones en otras latitudes que abordan el tema de la indemnización por daño moral de manera autónoma al daño material, en nuestro caso, se prefirió armonizar las instituciones contempladas en la presente Iniciativa de Ley con las disposiciones legales previstas en nuestro derecho común, a fin de contar con un marco jurídico congruente…’.

Por su parte, el mencionado artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato, analizado por la sala responsable, prevé que en caso de muerte de la víctima, la presentación de la reclamación de la indemnización, así

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como su disfrute, corresponderá a sus herederos legítimos.

Al respecto, este tribunal estima, en concordancia con lo considerado por la sala fiscal, que dicha característica –ser heredero legítimo– alude a quienes tienen a su favor un fallo judicial en el que se reconozcan como herederos del de cujus o en todo caso, que fueron nombrados como albaceas provisionales de la sucesión intestamentaria, previa protesta y aceptación del cargo que justifique su personalidad.

Así es, porque aun cuando se pusiera en discusión si la indemnización reclamada forma o no parte de los bienes de la víctima directa o de su haber patrimonial, la interpretación efectuada por la sala fiscal es congruente con el texto mismo de la norma, que establece claramente que la reclamación y disfrute de la indemnización en caso de muerte de la víctima, corresponde a sus herederos legítimos.

Es decir, el mencionado precepto legal prevé que son los herederos legítimos de la víctima y no cualquier otro familiar o afectado, quienes tienen derecho para reclamar al Estado la indemnización que corresponda, sin que haya lugar para efectuar una interpretación en sentido diverso.

Ahora, el carácter de heredero se adquiere, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 2538 y 2841 del Código Civil para el Estado de Guanajuato, por voluntad del testador o por disposición de la ley, y es reconocido o declarado por el juez competente, respectivamente, en la junta prevenida por el artículo 591 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Guanajuato, o a través de la declaración de herederos contemplada en el artículo 604 de ese mismo ordenamiento.

Por ende, resulta razonable la exigencia de la sala, de una determinación judicial que otorgue a los actores, la calidad de herederos legítimos.

Esto es, se estima que a lo que se refiere el citado artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato, es al presupuesto de todo ejercicio de una acción, la legitimación, la cual hace recaer en el heredero; y por ser una cuestión de legitimación debe entenderse claramente definida; así es, no es competencia del tribunal administrativo definir quién tiene el carácter, y con ello, el derecho de heredero, en términos de la ley.

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De ahí que, tal calidad debe estar debidamente dilucidada para ser sólo corroborada por el tribunal responsable. (…)”.

B. En relación con la inconstitucionalidad del artículo 13 de la

Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de

Guanajuato, no transgrede el principio de acceso a la justicia porque la

exigencia de que exista una declaratoria judicial de heredero en favor

del solicitante, no impide acceder a la indemnización, sino que

únicamente sujeta su procedencia a la demostración de los requisitos

que prevé la ley para su otorgamiento, lo que a su vez genera seguridad

jurídica a los gobernados, conforme a las consideraciones que se

reproducen a continuación:

“(…) Por otro lado, es infundado el diverso argumento propuesto por los quejosos en cuanto a que debió inaplicarse el artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato, por virtud de que transgrede el principio de acceso a la justicia contemplado en el artículo 17 constitucional.

Así es, porque si bien el precepto constitucional en cita garantiza a favor de los gobernados el acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que consiste en la posibilidad de ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos requisitos procesales, permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones deducidas; el legislador local, al emitir la norma en que la parte actora fundamentó su pretensión, contaba con la facultad de establecer los plazos y términos conforme a los cuales resultara procedente la acción intentada.

En efecto, el mencionado requisito está debidamente justificado porque implica la demostración de la naturaleza de la relación jurídica de la que deriva el derecho solicitado; esto es, que la parte actora es heredera legítima de la víctima.

Así, debe concluirse que el aludido requisito es constitucionalmente válido y no impide a los actores acceder a la indemnización a que pudieran hacerse acreedores, sino que únicamente sujeta su procedencia a la demostración de

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los requisitos que prevé la ley para su otorgamiento, lo que a su vez genera seguridad jurídica a los gobernados, quienes están en cabalidad de conocer que la legitimación para demandar la responsabilidad patrimonial del Estado, sólo recae en quienes han sido reconocidos herederos.

Es aplicable, en lo conducente, la tesis de jurisprudencia 1a./J. 10/2014 (10a.), sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, localizable en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, registro 2005717, Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I, página 487, de rubro y texto siguientes: ‘PRINCIPIO PRO PERSONA Y RECURSO EFECTIVO. EL GOBERNADO NO ESTÁ EXIMIDO DE RESPETAR LOS REQUISITOS DE PROCEDENCIA PREVISTOS EN LAS LEYES PARA INTERPONER UN MEDIO DE DEFENSA. (Se transcribe)’. (…)”.

QUINTO. Conceptos de agravio. La parte recurrente expresó

que el tribunal a quo debió interpretar el artículo 13 de la Ley de

Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato

conforme al principio pro persona o, en su defecto, debió declararlo

contrario a los artículos 1, 4 y 17 de la Constitución Federal, dado que:

a) No puede exigirse la existencia de una declaratoria judicial de

herederos y/o albacea para reclamar la indemnización por muerte, pues

ésta no formó parte del patrimonio del de cujus y, por ende, no integra

caudal hereditario, además de que ello atentaría contra la pronta

administración de justicia.

b) La exigencia de una declaratoria judicial de herederos y/o

albacea para reclamar la indemnización por muerte, implicaría una

doble victimización, pues además de sufrirse la actividad irregular del

Estado, se vincularía a los afectados a seguir un juicio sucesorio para

poder ejercer los derechos respectivos.

c) La indemnización por daño moral por la actividad irregular del

Estado no constituye un derecho del de cujus, dado que los afectados

son los familiares y dependientes, por lo que es a éstos a quienes

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corresponde el derecho de reclamarlos, máxime que

el artículo 1406 del Código Civil para el Estado de

Guanajuato dispone que “independientemente de los

daños y perjuicios el juez acordará en favor de la víctima de un hecho

ilícito, o de su familia si aquélla muere, una indemnización

equitativa, a título de reparación moral, que pagará el responsable

del hecho. Para fijar la indemnización el tribunal tomará en cuenta la

naturaleza del hecho dañoso y la de la lesión moral sufrida por el

ofendido, apreciará ésta según las circunstancias personales de éste,

tales como su educación, sensibilidad, afectos, posición social, vínculos

familiares, etc. Esa indemnización no podrá exceder de la tercer parte

de lo que importe la responsabilidad civil”.

SEXTO. Procedencia del recurso. Los artículos 107, fracción

IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos2; 81,

fracción II, de la Ley de Amparo3, y punto primero del Acuerdo General

Plenario 9/2015 de ocho de junio de dos mil quince, establecen los

requisitos que deben reunirse para que sea procedente el recurso de

revisión en contra de una sentencia de amparo directo, a saber:

1. Que la sentencia recurrida resuelva sobre la constitucionalidad

de normas generales o que establezcan la interpretación directa de un

precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o

de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales

de los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales

2 “Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de aquéllas

en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: (…) IX. En materia de amparo directo procede el recurso de revisión en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales, establezcan la interpretación directa de un precepto de esta Constitución u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los acuerdos generales del Pleno. La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras; (…)”.

3 “Artículo 81. Procede el recurso de revisión: (…) II. En amparo directo, en contra de las sentencias que resuelvan sobre la constitucionalidad de normas generales que establezcan la interpretación directa de un precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o de los derechos humanos establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas, siempre que fijen un criterio de importancia y trascendencia, según lo disponga la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de acuerdos generales del pleno. --- La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras. (…)”.

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cuestiones cuando hubieren sido planteadas.

2. Que subsista el problema de constitucionalidad en el recurso

de revisión.

3. Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un

criterio de importancia y trascendencia, según lo dispongan los

acuerdos generales del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la

Nación.

Sobre este último punto, es de destacarse que el punto segundo

del propio Acuerdo General Plenario 9/2015, establece que se

entenderá que la resolución de un amparo directo en revisión permite

fijar un criterio de importancia y trascendencia, cuando “se advierta que

aquélla dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia para

el orden jurídico nacional” o cuando “lo decidido en la sentencia

recurrida pueda implicar el desconocimiento de un criterio sostenido por

la Suprema Corte de Justicia de la Nación relacionado con alguna

cuestión propiamente constitucional, por haberse resuelto en contra de

dicho criterio o se hubiere omitido su aplicación”.

Y, en ese tenor, se entiende que no se surten los requisitos de

importancia y trascendencia cuando existe jurisprudencia sobre el tema

de constitucionalidad planteado o el tema se considere suficientemente

resuelto aún por criterios aislados, cuando no se expresen agravios o

cuando éstos son ineficaces, inoperantes, inatendibles o insuficientes,

y no se advierta queja deficiente que suplir, pues en estos casos existe

una circunstancia y/o cuestión técnica que impide abordar el estudio de

fondo del tema de constitucionalidad correspondiente, lo que,

evidentemente, conlleva a que no es viable un pronunciamiento

novedoso o de relevancia para el orden jurídico nacional, sobre todo

porque la aplicación de una jurisprudencia o el análisis de aquellas

calificativas o de cuestiones formales no implica un significado jurídico

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018

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relevante y más allá del caso concreto, como lo exige

la jurisprudencia 2a./J. 92/2015 (10a.) de esta

Segunda Sala, consultable en Gaceta del Semanario

Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 20, julio de dos mil

quince, Tomo I, página setecientos uno, que dice:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. PROCEDE CONTRA NORMAS GENERALES PERO SÓLO CUANDO DEBA FIJARSE UN CRITERIO DE IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA. De la comparación de los textos anterior y posterior a la reforma de la fracción IX del artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 6 de junio de 2011, se advierte que con la incorporación de la expresión ‘siempre’, existe un mandato expreso para que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación examine si el problema a analizarse en la revisión contra sentencias dictadas en amparo directo fijará un criterio de importancia y trascendencia, con lo cual se reafirma la restricción prevista desde la redacción anterior del propio precepto, con la finalidad de que este Alto Tribunal se ocupe exclusivamente de asuntos en los que el tema abordado tenga un significado jurídico relevante y más allá del caso concreto. Asimismo, con el objeto de reiterar la interpretación restrictiva del campo de aplicación de la citada fracción IX, el Constituyente Permanente, para garantizar que la materia del recurso de revisión en amparo directo se limite a decidir las cuestiones propiamente constitucionales -lo cual ya estaba ordenado desde el texto anterior- añadió la frase ‘sin poder comprender otras’, de forma que no hubiera duda acerca de que la sentencia que se dicte invariablemente se vincule con el estudio directo de las disposiciones de la Norma Fundamental, excluyendo cualquier otro problema para cuya solución baste el estudio de la legislación derivada”.

Pues bien, en el caso concreto:

1. Ante el planteamiento de conceptos de violación contra el

artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y

los Municipios de Guanajuato, el tribunal colegiado los desestimó.

2. En el recurso subsiste el problema de constitucionalidad, dado

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que, en sus agravios, la parte inconforme se duele de la decisión

adoptada al respecto en la sentencia de primera instancia, además de

que combate la interpretación que tanto la sala responsable como el

tribunal a quo dio a ese artículo 13 de la Ley de Responsabilidad

Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato, lo que constituye

materia de estudio en esta instancia, al tenor de la jurisprudencia

55/2014 (10a.) de esta Segunda Sala, consultable en la Gaceta del

Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 6, mayo de

dos mil catorce, Tomo II, página ochocientos cuatro, que dice:

“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. DENTRO DE LAS CUESTIONES PROPIAMENTE CONSTITUCIONALES MATERIA DE ESTE RECURSO SE ENCUENTRA LA INTERPRETACIÓN REALIZADA POR LA AUTORIDAD RESPONSABLE O EL TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO DE LA NORMA GENERAL CUYA CONSTITUCIONALIDAD SE IMPUGNA, AL RESOLVER CUESTIONES DE LEGALIDAD. La circunstancia de que con base en el artículo 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, este Alto Tribunal sea el máximo intérprete del Texto Fundamental, no implica que tenga alguna vinculación con la interpretación realizada por los órganos del Estado, incluidos los tribunales ordinarios y los de amparo, lo cual constituye el fundamento constitucional para determinar en última instancia sobre la constitucionalidad o no de la disposición jurídica objeto de control. Así, los pronunciamientos de esta naturaleza encuentran especial sentido en la labor jurisdiccional unificadora de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, destacando al respecto, que dentro de las cuestiones propiamente constitucionales que son materia del recurso de revisión en amparo directo se encuentra la relativa a la interpretación de la autoridad responsable o del tribunal colegiado de circuito de la norma general cuya constitucionalidad se impugna, ya que para determinar si ésta es o no contraria a la Constitución, es preciso que previamente se conozca el significado de dicha norma”.

Asimismo, sirve de apoyo la tesis III/2002 del Tribunal Pleno,

consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,

Novena Época, Tomo XV, febrero de dos mil dos, página diez, que dice:

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“REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. DENTRO DE LAS CUESTIONES PROPIAMENTE CONSTITUCIONALES QUE SON MATERIA DE ESA INSTANCIA SE ENCUENTRA LA RELATIVA A LA INTERPRETACIÓN DE LO

DISPUESTO EN LA LEY CONTROVERTIDA, CON INDEPENDENCIA DE QUE YA LA HAYA REALIZADO EL TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO EN LA SENTENCIA RECURRIDA O AL RESOLVER PREVIAMENTE UN RECURSO DE REVISIÓN FISCAL. De lo dispuesto en el artículo 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como órgano terminal en materia de constitucionalidad de leyes, está facultada para conocer del recurso de revisión contra sentencias que en amparo directo pronuncien los tribunales colegiados de circuito, siempre que en esa instancia subsistan cuestiones propiamente constitucionales, las cuales no sólo comprenden los argumentos relativos a la confrontación de la norma ordinaria con la Constitución Federal, sino todos aquellos cuyo estudio pueda trascender directa o indirectamente a la materia de constitucionalidad introducida en los conceptos de violación o en las consideraciones del fallo recurrido. En ese tenor, si en todo análisis de constitucionalidad de una ley se atiende a dos premisas lógicas, esto es, por un lado, al alcance de la norma constitucional cuya transgresión se aduce y, por otro, a la interpretación de lo establecido en la disposición de observancia general controvertida, se concluye que entre las cuestiones propiamente constitucionales que son materia del recurso de revisión en amparo directo, se encuentra la de fijar el justo alcance de lo previsto en la norma impugnada; de ahí que al conocer este Alto Tribunal del referido recurso debe partir de su propia interpretación legal, con independencia de que sea diversa a la realizada por el tribunal colegiado de circuito que conoció en primera instancia del amparo directo o al resolver previamente un recurso de revisión fiscal, pues si este criterio es aplicable respecto de una interpretación sustentada al resolver un medio de control de la constitucionalidad, por mayoría de razón lo es en relación con lo determinado al fallar uno de control de la legalidad. Estimar lo contrario afectaría gravemente el principio de seguridad jurídica, puesto que al vincular y sujetar el análisis que corresponde realizar al órgano terminal en materia de constitucionalidad de leyes a lo considerado por un órgano jurisdiccional jerárquicamente inferior, podría provocarse que se emitieran

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determinaciones de inconstitucionalidad de normas que sí se apegan a lo previsto en la Norma Fundamental, así como sentencias contradictorias según lo sostenido por cada tribunal colegiado de circuito y, en su caso, la integración de criterios jurisprudenciales en que se reiteren interpretaciones incorrectas”.

3. El problema de constitucionalidad referido en el párrafo

precedente entraña la fijación de un criterio de importancia y

trascendencia, porque sobre el alcance y/o la constitucionalidad del

artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los

Municipios de Guanajuato no existe criterio específico por parte de este

Alto Tribunal, además de que se vincula con un tema de relevancia para

el orden jurídico, como lo es determinar quiénes son los interesados

para reclamar una indemnización por los daños causados por una

actividad irregular del Estado, específicamente cuando la víctima directa

haya fallecido, lo que se vincula con un aspecto de interés social.

SÉPTIMO. Estudio. Suplidos en su deficiencia con fundamento

en el artículo 79, fracción II, de la Ley de Amparo4, son

sustancialmente fundados los conceptos de agravio a través de los

cuales la parte recurrente se duele de la interpretación que tanto la sala

responsable como el tribunal a quo dieron al artículo 13 de la Ley de

Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato

porque, a su decir, no es factible considerar que condiciona la

presentación de la solicitud y el disfrute de una indemnización por daño

patrimonial al agotamiento de un juicio sucesorio o a una declaración

judicial de heredero legítimo.

A efecto de demostrar la anterior afirmación, conviene indicar

que la responsabilidad patrimonial del Estado surgió por la necesidad

de prever un sistema de garantía efectiva patrimonial que debía

extenderse a aquellos daños que voluntaria e involuntariamente cause

4 “Artículo 79. La autoridad que conozca del juicio de amparo deberá suplir la deficiencia de los conceptos de

violación o agravios, en los casos siguientes: (…) II. En favor de menores o incapaces, o en aquellos casos en que se afecte el orden y desarrollo de la familia;

(…)”.

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el poder público a los ciudadanos en sus quehaceres.

Así, es precisó que cuando el patrimonio de las

personas sufra algún quebranto por efecto directo de

la acción pública, exista una indemnización.

Esa institución se encuentra prevista en el artículo 109, último

párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

(113 antes de la reforma cuyo decreto fue publicado en el Diario Oficial

de la Federación el catorce de junio de dos mil dos), que establece lo

siguiente:

“Artículo 109. […] […]

La responsabilidad del Estado por los daños que, con motivo de su actividad administrativa irregular, cause en los bienes o derechos de los particulares, será objetiva y directa. Los particulares tendrán derecho a una indemnización conforme a las bases, límites y procedimientos que establezcan las leyes”.

En efecto, con el objeto de mitigar las problemáticas que

enfrentaban los particulares para reclamar una indemnización por parte

del Estado, la reforma constitucional al artículo 113 pretendió

evolucionar de un sistema de responsabilidad indirecta a un sistema de

responsabilidad directa, a través del cual sería posible demandar al

Estado, cuando éste o sus funcionarios causen daños a los particulares

en sus bienes o derechos, sin tener que demostrar la ilicitud o el dolo

de un servidor público en lo particular, sino únicamente que la actividad

administrativa fue realizada irregularmente.

En otras palabras, la adición al texto de la norma fundamental,

reconoció que los particulares son titulares de un derecho de rango

constitucional que les permitiera reclamar una indemnización

proporcional y equitativa cuando, sin obligación jurídica de soportarlo,

sufrieran daños en cualquiera de sus bienes y derechos como

consecuencia de un acto que algún órgano estatal llevó a cabo sin

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acatar la normativa aplicable o los lineamientos, parámetros o

protocolos administrativos respectivos, sin tener que demandar al

funcionario en lo personal, y sin tener que demostrar si éste actuó de

manera ilícita, dolosa o culposa. Al respecto, es ilustrativa la

jurisprudencia 43/2008 del Tribunal Pleno, consultable en el Semanario

Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVII,

junio de dos mil ocho, página setecientos diecinueve, que dice:

“RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO. DIFERENCIA ENTRE RESPONSABILIDAD OBJETIVA Y SUBJETIVA. La adición al artículo 113 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 14 de junio de 2002, tuvo por objeto establecer la responsabilidad patrimonial del Estado por los daños causados en los bienes y derechos de los ciudadanos, otorgándole las características de directa y objetiva. La diferencia entre la responsabilidad objetiva y la subjetiva radica en que mientras ésta implica negligencia, dolo o intencionalidad en la realización del daño, aquélla se apoya en la teoría del riesgo, donde hay ausencia de intencionalidad dolosa. Por otra parte, del contenido del proceso legislativo que dio origen a la adición indicada, se advierte que en un primer momento el Constituyente consideró la posibilidad de implantar un sistema de responsabilidad patrimonial objetiva amplia, que implicaba que bastaba la existencia de cualquier daño en los bienes o en los derechos de los particulares, para que procediera la indemnización correspondiente, pero posteriormente decidió restringir esa primera amplitud a fin de centrar la calidad objetiva de la responsabilidad patrimonial del Estado a los actos realizados de manera irregular, debiendo entender que la misma está desvinculada sustancialmente de la negligencia, dolo o intencionalidad, propios de la responsabilidad subjetiva e indirecta, regulada por las disposiciones del derecho civil. Así, cuando el artículo 113 constitucional alude a que la responsabilidad patrimonial objetiva del Estado surge si éste causa un daño al particular "con motivo de su actividad administrativa irregular", abandona toda intención de contemplar los daños causados por la actividad regular del Estado, así como cualquier elemento vinculado con el dolo en la actuación del servidor público, a fin de centrarse en los actos propios de la administración que son realizados de manera anormal o

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ilegal, es decir, sin atender a las condiciones normativas o a los parámetros creados por la propia administración”.

Asimismo, sirve de apoyo la diversa jurisprudencia 42/2008

también del Tribunal Pleno, consultable en el Semanario Judicial de la

Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXVII, junio de dos mil

ocho, página setecientos veintidós, que dice:

“RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO OBJETIVA Y DIRECTA. SU SIGNIFICADO EN TÉRMINOS DEL SEGUNDO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 113 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Del segundo párrafo del numeral citado se advierte el establecimiento a nivel constitucional de la figura de la responsabilidad del Estado por los daños que con motivo de su actividad administrativa irregular cause a los particulares en sus bienes o derechos, la cual será objetiva y directa; y el derecho de los particulares a recibir una indemnización conforme a las bases, límites y procedimientos que establezcan las leyes. A la luz del proceso legislativo de la adición al artículo 113 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se advierte que la "responsabilidad directa" significa que cuando en el ejercicio de sus funciones el Estado genere daños a los particulares en sus bienes o derechos, éstos podrán demandarla directamente, sin tener que demostrar la ilicitud o el dolo del servidor que causó el daño reclamado, sino únicamente la irregularidad de su actuación, y sin tener que demandar previamente a dicho servidor; mientras que la "responsabilidad objetiva" es aquella en la que el particular no tiene el deber de soportar los daños patrimoniales causados por una actividad irregular del Estado, entendida ésta como los actos de la administración realizados de manera ilegal o anormal, es decir, sin atender a las condiciones normativas o a los parámetros creados por la propia administración”.

Cabe precisar que la creación del sistema de responsabilidad

patrimonial del Estado, por virtud de la íntima relación que debe

entenderse entre el derecho sustantivo establecido en el último párrafo

del artículo 109 constitucional, y la dignidad de la persona (de la que

derivan todos los derechos relacionados con su integridad –patrimonial,

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física y espiritual–), pugnó por que los afectados pudieran acceder a una

reparación del daño efectiva e integral. Esto es, el derecho fundamental

que se analiza no tiene por objeto cualquier tipo de reparación, sino que

se insiste que debe tratarse de una de carácter integral y completa, lo

cual significa que en la medida de lo posible, se tomen las medidas

necesarias para anular toda consecuencia del acto irregular.

Ahora, para ejercer el derecho a reclamar la reparación de los

daños causados por el Estado, se dejó un amplio margen al legislador

para diseñar el procedimiento a través del cual pudiese hacerse efectivo

el sistema de responsabilidad patrimonial, pues la propia disposición

constitucional señaló que los particulares tendrían derecho a una

indemnización conforme a las bases, límites y procedimientos que

establecieran las leyes. Es decir, se estableció una reserva de ley y

habilitación constitucional para que fuera el legislador ordinario quien

determinara las directrices conforme a las cuales los particulares

podrían ejercer el derecho sustantivo de rango constitucional a recibir

una indemnización por la actividad administrativa irregular del Estado,

según se advierte del artículo transitorio único del decreto de reforma

constitucional publicado en el dos el catorce de junio de dos mil dos,

que dice:

“UNICO. El presente decreto entrará en vigor el 1 de enero del segundo año siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

La Federación, las entidades federativas y los municipios contarán con el periodo comprendido entre la publicación del presente decreto y su entrada en vigor, para expedir las leyes o realizar las modificaciones necesarias, según sea el caso, a fin de proveer el debido cumplimiento del mismo, así como para incluir en sus respectivos presupuestos, una partida para hacer frente a su responsabilidad patrimonial.

La aprobación de la reforma constitucional implicará necesariamente la adecuación a las disposiciones

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jurídicas secundarias, tanto en el ámbito federal como en el local, conforme a los criterios siguientes:

a) El pago de la indemnización se efectuaría después de seguir los procedimientos para determinar que al particular efectivamente le corresponde dicha indemnización, y

b) El pago de la indemnización estará sujeto a la disponibilidad presupuestaria del ejercicio fiscal de que se trate.

Para la expedición de las leyes o la realización de las modificaciones necesarias para proveer al debido cumplimiento del decreto, se contaría con el periodo comprendido entre la publicación del decreto y su entrada en vigor. Según la fecha de aprobación del Decreto y su consiguiente publicación, el citado periodo no sería menor a un año ni mayor a dos”.

Así, en ejercicio de esta reserva, el Congreso Constitucional del

Estado de Guanajuato expidió la Ley de Responsabilidad Patrimonial

del Estado y los Municipios de Guanajuato, publicada en el Periódico

Oficial el siete de enero de dos mil cinco que, desde luego, prevé la

indemnización en favor de los particulares afectados por la actividad

administrativa irregular, en términos de sus artículos 9 y 10, que dicen:

“Artículo 9. La nulidad de actos administrativos no presupone por sí misma derecho a la indemnización.

La responsabilidad por actividad administrativa irregular excluye la acción de daños y perjuicios prevista en la Ley de Justicia Administrativa para el Estado de Guanajuato”.

“Artículo 10. La indemnización deberá pagarse en moneda nacional o en especie cuando así se convenga con el afectado. La indemnización podrá pagarse en parcialidades cuando no se cuente con la partida presupuestal suficiente o cuando exista acuerdo con el afectado.

Si de una misma actividad administrativa irregular se generasen más de un daño, se indemnizará a cada

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afectado según lo dispuesto en esta ley, y si la partida presupuestal fuera insuficiente para cubrirlas en su totalidad en los montos determinados por la autoridad, las indemnizaciones serán cubiertas en la misma proporción en que sea posible, aplicándoles para el resto lo dispuesto en el artículo 7 de esta ley considerando para ellas un solo registro”.

Como puede apreciarse, la actividad administrativa irregular del

Estado genera responsabilidad en favor de los particulares afectados

por virtud de los daños y perjuicios que resientan, la cual debe

enfrentarse a través del pago de una indemnización que debe pagarse,

en principio, en moneda nacional y, sólo cuando convenga al afectado,

en especie.

Al respecto, el legislador previó de manera expresa la

posibilidad de que una misma actividad irregular genere más de

una afectación, es decir, que una sola actuación del Estado

provoque daños y perjuicios a más de una persona dada la

circunstancia específica en que cada una se encuentre frente a esa

actuación; supuesto en el cual cada uno de esos afectados deberá

ser indemnizado atendiendo, precisamente, a la los detrimentos

que hubieren padecido.

En este escenario, adquiere relevancia el artículo 13 del propio

ordenamiento que, en su texto anterior, disponía:

“Artículo 13. Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte, incapacidad total permanente, parcial permanente, total temporal o parcial temporal, el grado de ella se determinará atendiendo a lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo. Para calcular la indemnización que corresponda se tomará como base el salario mínimo general vigente en la Entidad y se atenderá al número de días que para cada una de las incapacidades mencionadas señala la Ley Federal del Trabajo. En caso de muerte, la presentación de la reclamación de la indemnización, así como su disfrute corresponderá a los herederos legítimos de la víctima”.

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Mientras que, en su texto derivado de la

reforma publicada en el Periódico Oficial del Estado de

Guanajuato el uno de julio de dos mil dieciséis,

establece:

“Artículo 13. Cuando el daño se cause a las personas y produzca la muerte, incapacidad total permanente, parcial permanente, total temporal o parcial temporal, el grado de ella se determinará atendiendo a lo dispuesto por la Ley Federal del Trabajo. Para calcular la indemnización que corresponda se tomará como base la Unidad de Medida y Actualización diaria y se atenderá al número de días que para cada una de las incapacidades mencionadas señala la Ley Federal del Trabajo. En caso de muerte, la presentación de la reclamación de la indemnización, así como su disfrute corresponderá a los herederos legítimos de la víctima”.

La norma en comento, en lo que interesa, regula el derecho a la

presentación de la indemnización y a su disfrute ante dos situaciones

diferenciadas, a saber:

1. Cuando al directamente afectado o afectados por la actividad

irregular, se les reportan consecuencias negativas en su experiencia

personal consistentes en la incapacidad total permanente, parcial

permanente, total temporal o parcial temporal, el reclamo y disfrute

corresponde a ellos.

2. Cuando el destinatario directo de la actividad irregular muere,

el reclamo y disfrute corresponde “a los herederos legítimos de la

víctima”.

Adquiere relevancia este segundo supuesto, en el cual, habiendo

fallecido la víctima de la actividad que se tilda de irregular, el derecho a

reclamar la indemnización y, en su caso, a disfrutarla, corresponde a

terceros a quienes el legislador local identificó como “los herederos

legítimos de la víctima”.

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Ciertamente, la actividad irregular tiene como destinatario directo

a un afectado a quien la norma en análisis otorga la denominación de

“víctima”; persona a la que se le generan, de manera principal, los daños

y perjuicios que deben ser reparados a través de la indemnización.

Siendo que, cuando esa “víctima” muere, evidentemente queda

imposibilitada para reclamar y disfrutar de esa indemnización derivada

de la afectación que se le ocasionó.

Y es en ese tenor que la disposición en estudio otorga la aptitud

para demandar la respectiva responsabilidad patrimonial a los

herederos legítimos de la víctima, pues sería ilógico que cualquier

persona pudiera ostentarse como titular de los derechos

indemnizatorios del fallecido. De ahí que el legislador acotara la

pertenencia de la aptitud para reclamar la suma resarcitoria a quienes

se constituyan como sus herederos y, por tanto, que, en principio, se

requiera la legitimación para ejercer la acción a quienes tienen, por

voluntad del de cujus o por declaración judicial, el derecho a ser

causahabientes de este último.

Cabe precisar que la indemnización en comento es la que

corresponde por virtud de los daños y perjuicios generados a la víctima

directa que, en razón de su muerte, ya no puede reclamarla; pero no

abarca las diversas indemnizaciones que, con base en el principio

constitucional que da derecho a una reparación de carácter integral y

completa y con fundamento en el artículo 10, párrafo segundo, de la

propia Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios

de Guanajuato –reproducido en párrafos precedentes–, pudieran

generarse adicional y/o colateralmente con la misma actividad irregular

a terceros, dada su calidad de familiares, dependientes o alguna otra

que se vea afectada, cuyo reclamo y, en su caso, disfrute corresponde,

precisamente, a quienes resientan los respectivos daños y perjuicios

como víctimas indirectas.

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Ahora, retomando el análisis del artículo 13 de

la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los

Municipios de Guanajuato, se destaca que si bien,

como ha quedado apuntado, es razonable que, para ejercer la acción y

el reclamo de la indemnización propia de la víctima directa, designe

como legitimados a sus herederos legítimos, lo cierto es que no debe

entenderse en el sentido de que necesariamente y en todos los casos

los demandantes de la responsabilidad patrimonial del Estado deban

exhibir, para la procedencia de su reclamación, el testamento respectivo

o la resolución del juicio sucesorio correspondiente (o, incluso, que

hayan sido nombrados albaceas de la sucesión intestamentaria), pues

la calidad de heredero puede inferirse con base en otro tipo de

elementos.

En efecto, es de destacarse que la disposición no exige

expresamente que la calidad de heredero se acredite con un documento

en específico, lo que pone de manifiesto que lo relevante es aportar

elementos suficientes que razonablemente lleven a sostener que el

reclamante tiene esa calidad, lo que, desde luego, puede probarse con

pruebas directas o a través de inferencias, desde luego, soportadas de

manera suficiente, que permitirán al interesado, en principio, presentar

la reclamación y, por ende, le darán el derecho a obtener una resolución

que declare si se materializa o no la responsabilidad patrimonial del

Estado.

Al respecto, es de acudirse a los artículos 2537, 2538, 2539,

2551, 2629, 2838, 2841 a 2843, 2846 y 2847 del Código Civil para el

Estado de Guanajuato, que dicen:

“Artículo 2537. Herencia es la sucesión en todos los bienes del difunto y en todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte”.

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“Artículo 2538. La herencia se defiere por la voluntad del testador o por disposición de la ley. La primera se llama testamentaria y la segunda legítima”.

“Artículo 2539. El testador puede disponer del todo o de parte de sus bienes. La parte de que no disponga quedará regida por los preceptos de la sucesión legítima”.

“Artículo 2551. Testamento es un acto personalísimo, revocable y libre, por el cual una persona capaz dispone de sus bienes y derechos, y declara o cumple deberes para después de su muerte”.

“Artículo 2629. Cuando el caudal hereditario no fuere suficiente para dar alimentos a todas las personas enumeradas en el artículo 2624 se observarán las reglas siguientes:

I. Se ministrarán a los descendientes y al cónyuge supérstite a prorrata;

II. Cubiertas las pensiones a que se refiere la fracción anterior, se ministrarán a prorrata a los ascendientes;

III. Después se ministrarán también a prorrata, a los hermanos y a la concubina;

IV. Por último, se ministrarán igualmente a prorrata, a los demás parientes colaterales dentro del cuarto grado”.

“Artículo 2838. La herencia legítima se abre:

I. Cuando no hay testamento, o el que se otorgó es nulo o perdió su validez;

II. Cuando el testador no dispuso de todos sus bienes;

III. Cuando no se cumpla la condición impuesta al heredero;

IV. Cuando el heredero muere antes del testador, repudia la herencia o es incapaz de heredar, si no se ha nombrado substituto”.

“Artículo 2841. Tiene derecho a heredar por sucesión legítima:

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018

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I. Los descendientes, cónyuge, ascendientes, parientes colaterales dentro del sexto grado, así como la concubina o el concubinario, en los términos a que se refiere el artículo 2873.

II. A falta de los anteriores, la Universidad de Guanajuato”.

“Artículo 2842. El parentesco de afinidad no da derecho de heredar”

“Artículo 2843. Los parientes más próximos excluyen a los más remotos, salvo lo dispuesto en los artículos 2848 y 2870”.

“Artículo 2846. Si a la muerte de los padres quedaren sólo hijos, la herencia se dividirá entre todos por partes iguales”.

“Artículo 2847. Cuando concurran descendientes con el cónyuge que sobreviva, a éste le corresponderá la porción de un hijo, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2863”.

Las normas reproducidas regulan la figura de la herencia,

entendida como la sucesión de los bienes del difunto en sus derechos

y obligaciones que no se extinguen por la muerte; y que se define ya

sea por la expresión de la voluntad del testador a través del acto

personalísimo por el cual dispone el destino de sus bienes y derechos

(testamento), o por disposición legal cuando no exista esa expresión de

voluntad o ésta sea insuficiente, nula o inválida.

Es de destacarse que, dentro del caudal hereditario, existe la

obligación de dar alimentos a diversas personas, entre las cuales se

encuentran, de manera preferente, los descendientes y el cónyuge

supérstite.

Además, por sucesión legítima tienen derecho a heredar los

descendientes, el o la cónyuge supérstite, los ascendientes, los

parientes colaterales dentro del sexto grado y la concubina o

concubinario; siendo que los parientes más próximos excluyen a los

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más remotos y, más aún, cuando concurren descendientes con el

cónyuge que sobreviva, a ésta corresponderá la porción de un hijo.

Así, se aprecia que la normatividad que regula la herencia otorga

los parámetros para definir la forma en que es factible suceder en los

bienes (derechos y obligaciones) de un difunto y, más aún, quiénes

tienen derecho a ser considerados en una herencia.

En esa virtud, dado que, como se ha apuntado, el artículo 13 de

la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios de

Guanajuato, aun cuando designa como legitimados para reclamar la

indemnización que corresponde a una víctima directa que fallece a sus

herederos legítimos, no exige que esa calidad se demuestre

necesariamente a través de la exhibición del testamento respectivo o la

resolución del juicio sucesorio correspondiente, debe entenderse que

ese extremo puede quedar probado, al menos para efectos de dar

entrada a la reclamación y proceder al estudio de fondo, con base en

otros elementos, incluso, inferencias razonables y suficientes que lleven

a la convicción de que el reclamante tiene la calidad de heredero.

Lo anterior, sin perjuicio de que, en el eventual supuesto de que,

al emitirse la decisión de fondo, se determine la existencia de la

responsabilidad patrimonial del Estado, pueda exigirse a los

reclamantes, a efecto de tener acceso a la parte de la indemnización

que corresponda a la víctima directa sobre la cual actúan como

herederos, que demuestren que son herederos únicos, con la finalidad

de no afectar derechos de terceros (independientemente de aquélla

parte que corresponda a los daños padecidos por las víctimas

indirectas, que son reclamables por propio derecho).

En el caso, como se relató en el apartado de antecedentes de

esta ejecutoria, derivado de la muerte de ********** en las instalaciones

de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, la ahora parte quejosa

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018

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**********, por sí y en representación de sus menores

hijos **********, demandó del Ayuntamiento de la

Ciudad de Dolores Hidalgo, Guanajuato, una

indemnización por responsabilidad patrimonial en términos del artículo

13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los Municipios

de Guanajuato, por los conceptos de daño moral y material (cantidades

que el occiso dejó de percibir en su proyecto de vida y actividad

económica, indemnización por muerte, gastos funerarios y afectación

moral), pues consideró que se incurrió en actividad administrativa

irregular.

Y, al efecto, se exhibieron como pruebas, en lo que interesa, las

siguientes:

a) Copia certificada de las actas de nacimiento de ********** y

**********, expedidas por el Oficial del Registro Civil de Dolores Hidalgo,

Guanajuato.

b) Copia certificada del acta de matrimonio de ********** y

**********, expedida por el Oficial del Registro Civil de Dolores Hidalgo,

Guanajuato.

c) Copia certificada de las respectivas actas de nacimiento de

********** (tres de febrero de dos mil ocho) y ********** (seis de

septiembre de dos mil cuatro), expedidas por el Oficial del Registro Civil

de Dolores Hidalgo, Guanajuato, en las que aparecen como padres

********** y **********.

d) Copia certificada del acta de defunción de **********, expedida

por el Oficial del Registro Civil de Dolores Hidalgo, Guanajuato.

e) Diversas impresiones digitales y publicaciones de periódicos

en las que se difunde la noticia del fallecimiento de un hombre en los

separos municipales.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018

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Mientras que la Sala responsable, al dictar la resolución

respectiva, sobreseyó en el juicio por considerar que la parte actora no

demostró su legitimación, dado que con las pruebas que ofrecieron “no

se observa que los sujetos accionantes tengan a su favor un fallo

judicial en el que se declare que son herederos legítimos del de

cujus, únicamente demuestran el parentesco que les unía con Martín

Martínez Guerrero, pero no así que hayan sido nombrados como

albaceas provisionales de la sucesión intestamentaria, previa protesta y

aceptación del cargo, que justificara su personalidad”.

Finalmente, el tribunal a quo, al dictar la sentencia recurrida,

coincidió con la interpretación que en la resolución reclamada se hizo

del artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y

los Municipios de Guanajuato, pues sostuvo que el carácter de heredero

legítimo que exige para demandar y disfrutar la indemnización derivada

de la muerte de la víctima, debe adquirirse en términos de lo dispuesto

en el Código Civil para el Estado de Guanajuato, a través de un fallo

judicial que reconozca esa calidad.

De lo hasta aquí expuesto, es claro que la sentencia recurrida es

incorrecta, toda vez que, en oposición a lo sostenido por el tribunal a

quo, la sala responsable hizo una indebida interpretación de la norma

en comento, porque, como se ha demostrado a lo largo de este

considerando, su correcto alcance lleva a inferir que, para dar entrada

a la reclamación y pronunciarse respecto del fondo, no era menester

que se los demandantes exhibieran declaración judicial de la sucesión.

Ciertamente, dado que la reclamación de origen se basa en la

supuesta existencia de daños causados a la víctima directa fallecida de

la actuación estatal tildada de irregular (además de los causados a las

víctimas secundarias de manera adicional y/o colateral), es válido que

la sala responsable haya exigido que los demandantes tuvieran la

calidad de herederos. Empero, es incorrecto que haya considerado

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018

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indispensable la exhibición de una declaración judicial

que los declarara herederos.

En efecto, los reclamantes demostraron su parentesco con la

persona cuya supuesta muerte se alegó derivada de la actividad

irregular del Estado; pero, más aún, se demostró que tienen la calidad

de hijos menores y de cónyuge, respectivamente, sin que se advierta la

existencia de oposición de terceros, lo que permite sostener que se trata

de herederos y que, en principio, cuentan con la legitimación en la causa

y en el proceso necesarias para obtener una declaración acerca de si el

ayuntamiento demandado incurrió en alguna actuación administrativa

irregular que lo obligue a reparar el daño ocasionado en términos de la

legislación local aplicable.

Esto es, los descendientes menores y la cónyuge tienen derecho

a ser considerados en el caudal hereditario tanto a través de testamento

(al menos en cuanto al otorgamiento de alimentos conforme al artículo

2629 del Código Civil para el Estado de Guanajuato), como mediante la

sucesión legítima (en términos de los artículos 2841 y 2847 del mismo

ordenamiento), por lo que, para el efectos de la tramitación y

procedencia del estudio de fondo del reclamo, la sala responsable debió

reconocerles personalidad y legitimación para ejercer la acción de

responsabilidad patrimonial.

Máxime que, del escrito de demanda de origen, se advierte que

se incluyeron como parte de la indemnización por actividad irregular del

Estado que se solicitó no sólo conceptos derivados del daño causado a

la supuesta víctima directa que, por haber fallecido, deben ser

reclamados por sus herederos, sino también prestaciones propias de

los daños generados indirectamente a los familiares, siendo que sobre

estos últimos los reclamantes tienen derecho a presentar la reclamación

por derecho propio.

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018

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Luego, debe concluirse que la sentencia reclamada es violatoria

del artículo 16 de la Constitución Federal, dado que hizo una indebida

interpretación del artículo 13 de la Ley de Responsabilidad Patrimonial

del Estado y los Municipios de Guanajuato, en la medida en que se

excedió al exigir la exhibición de una declaración judicial de sucesión.

Conviene precisar que la decisión que se pronuncia por este Alto

Tribunal de ningún modo prejuzga sobre las pretensiones deducidas en

el juicio natural y lo que deba resolverse en el fondo del asunto, sino

que sólo vincula a que la sala responsable reconozca legitimación a los

reclamantes y resuelva sobre la existencia o inexistencia de

responsabilidad patrimonial derivada de la actividad irregular del

Estado.

Más aún, en el eventual caso de que la decisión de fondo de la

sala responsable implique la existencia de la responsabilidad

patrimonial y, en esa medida, condene a una indemnización, deberá

condicionarse a que, en el momento de su cobro, en la parte específica

que corresponda a los daños ocasionados a la víctima directa (de

cujus), los reclamantes demuestren ser los únicos herederos, con la

finalidad de salvaguardar los derechos de otros posibles afectados.

Cabe precisar que bajo consideraciones semejantes, esta

Segunda Sala falló, por unanimidad, el amparo directo 1065/2018 en

sesión de veinticinco de abril de dos mil dieciocho, en el cual se

configuró una litis asimilable a la que se abordó en este asunto.

En atención a lo hasta aquí expuesto, se impone revocar la

sentencia recurrida y conceder el amparo a la parte quejosa,

**********, ********** y **********, para el efecto de que la Sala

Especializada del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de

Guanajuato deje sin efectos la sentencia de diecinueve de junio de dos

mil diecisiete dictada en el juicio de responsabilidad ********** y, en su

AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 2653/2018

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lugar, emita otra en la que aplique el artículo 13 de la

Ley de Responsabilidad Patrimonial del Estado y los

Municipios de Guanajuato conforme al alcance

establecido en esta ejecutoria y, en esa medida, considere que los

reclamantes demostraron su legitimación para presentar la demanda de

responsabilidad patrimonial y, en ese tenor, se pronuncie respecto del

fondo con libertad de jurisdicción.

Atento a la conclusión alcanzada, resulta innecesario continuar

con el estudio de los restantes conceptos de agravio de la revisión

principal, porque, por su conducto, la parte recurrente atribuye vicios de

inconstitucionalidad al artículo 13 de la Ley de Responsabilidad

Patrimonial del Estado y los Municipios de Guanajuato a partir de la

interpretación que de él hicieron la sala responsable y el tribunal

colegiado de circuito que dictó la sentencia recurrida; por lo que, al no

subsistir esa interpretación, es evidente que resultan inatendibles, sobre

todo porque en nada variarían el sentido de este fallo ni la amparista

obtendría un mayor beneficio que el ya alcanzado, conforme al criterio

sustancial sostenido por la antes Tercera Sala de la Suprema Corte de

Justicia de la Nación, publicado en el Semanario Judicial de la

Federación, Séptima Época, Tomo 175-180, cuarta parte, página

setenta y dos, que dice:

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN, ESTUDIO INNECESARIO DE LOS. Si al examinar los conceptos de violación invocados en la demanda de amparo resulta fundado uno de éstos y el mismo es suficiente para otorgar al peticionario de garantías la protección y el amparo de la justicia federal, resulta innecesario el estudio de los demás motivos de queja”.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. Se revoca la sentencia recurrida.

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SEGUNDO. La Justicia de la Unión ampara y protege a

**********, ********** y **********, en contra del acto y por la autoridad

responsable precisados en el resultando primero, por las razones y para

los efectos precisados en el último considerando de esta ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los

autos a su lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el toca como

asunto concluido.

En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su sesión del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así como en el segundo párrafo del artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, en esta versión pública se suprima la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.