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Cuestionamiento a la formacion docente NOTAS PARA LA ELABORACIÓN DE UNA PEDAGOGA! D" LA #OR$ACIÓN DOCENTE

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metodo socratico de cuestionamiento

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Cuestionamiento a la formacion docenteNOTAS PARA LA ELABORACIN

DE UNA PEDAGOGA*

D LA FORMACIN DOCENTEEstas pginas estn dedicadas a reconstruir criterios de accin pedaggica especfica para la formacin de los docentes recogiendo aportes de experiencias y de lneas de pensamiento especializado en la materia, as como a la recuperacin de variadas estrategias didcticas que puedan servir para orientar las prcticas en la formacin inicial y en la formacin en servicio.

Con esta intencin, buscaremos recuperar contribuciones de corrientes significativas de la produccin contempornea que orientan propuestas de trabajo para la formacin de docentes, las cuales no siempre se encuentran comunicadas entre s y, aunque responden a distintos contextos, apuntan a propsitos solidarios:1 La produccin francesa que, aun con sus derivaciones internas, ha articulado la cuestin de la formacin de educadores con los aportes de la pstcosociologa de grupos, la psicologai. la mencin de estas lneas de propuestas responde a la imcadn & pe fe teeatei puedan identificarlas y profundizar su tratamiento posterior. En s imana* m lfO* & imponate produccin en la materia ni tos autores que las dcsanoRafc Se ka nj< i#ft de una pedagoga de la formacin docenteLa recuperacin de estas contribuciones y de las muchas experiencia* realizada** as como del anlisis de los captulos anteriores* permite delinear criterios pedaggicos y estrategias de accin. La cuestin es avanzar en la elaboracin de un proyecto pedag~ peo compartido que supere la reproduccin acrtica, la rutina y el ettpontanefcmo.

Para elaborar estas estrategias propias es necesario analizar alguna* tensiones que emergen de todos estos enfoques.PRIMERA TENSIN: ENTRE LAS TEORAS Y LA PRCTICALa primera cuestin que subyace a la elaboracin de una pedagoga de la formacin se refiere a la tensin entre las teoras y la

prctica.

En primer lugar, cabe revertir tendencias que muestran "baja teorizacin" o ausencia de teoras en la formacin de los docentes en aatinto* que conciernen a los ncleos de su profesin...

pLpero estas teorizaciones requieren ser incorporadas al proceso de formacin de grado o de perfeccionamiento como herramientas conceptuales para leer la prctica, para ser cuestionadas en la prctica y no para configurarla.Ente punto es de vital importancia en la definicin de una peda-goga de la formacin, ya que las tendencias indican que cuando senctuye alguna teora, se realiza en medio de una operacin que(nuca tina "bajada" a la prctica. De este modo, se constituyen, enla* palabras de Onetto (1992), las teoras invasores, la soberbiaterica* til teoras censuradoras o sectarias. Estos rasgos no seranimputables a las teoras sino a las deficiencias de su uso y divul-gacin (Onetto, 1992, pgs. 19/22).%Como consecuencia, cuando el estudiante egresa de la formacin inicial y ie enfrenta con la prctica laboral encuentra escasas ttmexionesentre Jas investigaciones sistemticas y los procesos **aj#i que tiene que enfrentar en el aula o en la escuela.En esta lnea, las teoras que han conseguido convivir con ta formacin docente han sido, en general, teoras psicolgicas, lo que ha Moqueado otras lneas de anlisis del trabajo escolar, Y acune que. en su mayora, ellas no fueron pensadas para el aula y km sido desarrolladas en ambientes experimentales muy lejanos- a la escuela.En esta tensin entre las teoras y la prctica centrada en la "lectora* o en la "prueba" de esta ltima, no se trata de reivindicar un **ptacticisino" sino de reconocer la prctica educativa coma objeto de conocimiento, en sus dimensiones de prctica social* poltica, escolar y ulica.Por estos motivos se sostiene aqu la necesidad de conformar una pedagoga especfica que incluya la reflexin sobre la prctica como uno de sus ncleos fundamentales, indague acerca de sus dimensiones, formule el conocimiento y los problemas que emergen de ella y avance integrando teoras "externas**.

Las teoras externas debern, as, ser sometidas a juicio crtico y validacin en vistas a su potencialidad prctica, a su adecuacin a contextos y sujetos concretos y, fundamentalmente, a opciones ticas de valor (Giroux, 1990; Beyer y Zeichner, 1990; Listn y Zeichner, 1993).

No es necesario que la prctica analizada sea una accin efectiva, material o actual; puede realizarse a travs del trabajo sobre "casustica", tal como es formulado por Terhart (1987), con casos prefigurados, simulados o estandarizados que pueden representar prototipos de la prctica escolar:Cuando yo postulo un aprendizaje casustico no lo hago con la intencin de ofrecer una solucin a todos los problemas que suscita la preparacin del profesorado. Considero que el valor del aprendizaje casustico reside en preparar para una determinada pero importante exigencia de la actividad del profesor en la enseanza: su juicio sobre la situacin y el desarrollo de su actividad. Esta preparacin se efecta en forma de un ejercido en el trato con el sabe* entendiendo por saber, en sentido amplio, tanto el saber cientfico

H para la elaboracin de una pedagoga de la formacin docente125

como el saber de la experiencia personal, y entendiendo por trato no Slo la introduccin en las esferas de la ciencia sino el estudio de las ms diversas formas de saber con miras a casos concretos (pg. 156).De esta forma, estos casos prefigurados seran sometidos al estudio sistemtico en las diversas materias de la formacin inicial. Aun dentro de planes de estudio de tipo disciplinario o "mosaico", cada programa podra desarrollarse incluyendo, entre otras estrategias, el estudio casustico. A partir de estos casos, podran aislarse secuencias o dimensiones de anlisis propios de una materia determinada, que permitieran producir "vasos comunicantes" entre el estudio del caso y los productos de la investigacin.

De este modo, se trata de efectuar una tensin entre el "capital activo" producido en la prctica y el "capital pasivo" del conocimiento acuado en teoras sistemticas especializadas.

En fin, se busca formar sujetos capaces de ponderar situaciones, contextos y sujetos, y tomar decisiones congruentes, sustentables y comunicables. Se trata, as, de una formacin comprometida con la transformacin de la accin, en un proceso que integra y articula:

los casos de la prctica,

sus problemas y dimensiones,

los resultados de estudios y enfoques conceptuales,

los posibles cursos de accin docente,

la validacin en la accin,

nuevos casos y nuevos problemas....En las palabras de Le Boterf (1979), se trata de una qumica simple: de los hechos a los problemas, de los problemas al estudio de sus dimensiones y a la definicin de los criterios de cambio las propuestas de accin.SEGUNDA TENSIN: LO OBJETIVO Y LO SUBJETIVOEl estudio reflexivo d los casos de la prctica no se agota en sus aspectos objetivos sino que involucra las formas de pensarlos y percibirlas apuntando a una revisin y reestructuracin de los esquemas subjetivos que se ponen en juego en su interpretacin.Los problemas de la prctica dependen de los sujetos que los definen. Es otras palabras, los problemas no son problemas hasta que los jetos los idenufiquen como tales.

La teste influencia del "objetivismo" en la formacin de los docentes ha llevado a que coa frecuencia se desestimen los procesos de reestructuracin perceptiva que es necesario producir en los sajaos. Es eterna instancia, han hecho olvidar que el proceso educativo se desarrolla eaae sujetos y con sujetos.

Los estudios que muestran d peso de la biografa escolar previa al ingreso de los estudiarte* de la formacin de grado, as como la Macaba decisiva qmc eaen los procesos de socializacin laboral ea la cacada daranse m desempeo como graduados, muestran la nrrrudad de que los programas de grado y el perfeccionamientovaa nSarfraars y Anease*Sa ftfrs drmaina afra dentro de un proyecto pedaggico quiz sea sao de los factores poBuMes de la mentada fractura entre las mWmbar qpse se pwtscadca impartir y las "prcticas" que pos-(nrmeme se realera ea ta*, escuelas Por ello, esta dimensin proMcnioca etii ea aum* arcalacia coa la expuesta en el punto jsenos: ttm sa mcosdeacia obliga a destacarla de forma indi-8 paaSD de partid coausSr ea que ios sujetos puedan verbalizartos popa \iqm\*;*K expeneacra y pantos de vista para someter-fes t ti cito aKS&fcaJ Wf\f'g|BM fanaarsta a f rdit.U.t (Anlomo, 1978; Filloux, 1969;/kferafcsaa H*T$ tsapfeca alai* aaa instancia de dilogo entre lossapesc* saaa^ioal^|ypaB^ de vista aquistados producto de

f$W-$& l& vkiMfi M de una pedagoga de te formacin docente327

li iiipgfiftia individual, comunicarlos y contrastarlos con la ftttefitncia de tos otros, en fin, con otras teoras explicativas.! i! este i''h's, aceptar las limitaciones de fas propias explica-non*", permite abrirse a comprender otros puntos de vista, superar el dogmatismo y el esquematismo, y reflexionar cuidadosamente tobf la* consecuencias de su accin a nivel personal, intelectual v lociopottico (Giroux, 1990).Si tacsemos a la luz estos conocimientos tcitos, podramos examinarlo** perfeccionarlos o rechazarlos. Pero, por sobre todo, podramos comunicarlos y avanzar en la construccin de un conocimiento pertinente. En este proceso, podramos contrastar estos conocimientos intuitivos con lo que indican otras teoras elaborada por investigadores, pensadores o expertos (Schon, 1992).

De esta forma, la educacin de los docentes debe estimular la capacidad para cuestionar las propias teoras, confrontar supuestos, Conectarse con el conocimiento desde otro lugar y desarrollar la autonoma de pensamiento y de accin.

Ll creencias adquiridas a lo largo de los aos, con fuerza emocional y sin saber por qu, por la presin de las circunstancias o de p rutinas no crticas, llevan a una acomodacin sumisa a las exigencias externas y a las tradiciones. Por el contraro, el espritu de crtica metdica, la comparacin de distintas costumbres y enfoques, la revisin de sus supuestos y consecuencias viabiliza la lihtFieldn de las ataduras de los hbitos para producir nuevas al-lTOjfvis y nuevos valores8n el calo de la formacin de los docentes, esto tiene consecuencias Importantes. Su falta de tratamiento pedaggico no slo condiciona la eficacia de la propia formacin sino que, por extensin, ufmU a toda la escuela a travs de docentes que, en el ejercicio de SU trabajo, tienen dificultades para manejarse con la dimensin de los procesos subjetivos. Esto se expresa en los problemas para escuchar al otro, para producir la enseanza a partir del universo culi unI de los sujetos, para detectar la heterogeneidad de128 i a FORMACIN DOCENTE EN CUESTIN: ft >l iM A V WltMXMMperspectivas, para trabajar en los procesos subyacentes a ti dlfl*mica del grupo escolar.En ltima instancia, puede decirse que una "buena ensctft/J^ conduce a la reestructuracin profunda de los modos di pensar,

percibir y actuar.TERCERA TENSIN: ENTRE EL PENSAMIENTO Y LA ACCINLas tendencias al activismo en la formacin de los docentes han hecho prevalecer un tipo de formacin ms preocupada por el "saber hacer" entendido como un hacer tcnico, de tipo bsico o cuasi

mecnico.

Estas tendencias han tapado histricamente el hecho de que todas esas acciones se basan en procesos de pensamiento o en otros trminos, de que las acciones de formacin y perfeccionamiento docente deberan apuntar a fortalecerlo. Como seal Dewey, fot mar un docente que sabe hacer sirve para atender a la tarea de hoy; pero formar a un maestro que puede pensar con juicio propio tiene la eficacia del largo plazo.

Entendido como la ejercitacin metdica del juicio, el desarrollo del pensamiento para analizar las situaciones prototpicas de la enseanza tiene un efecto liberador. La utilizacin de diversa* fuentes de informacin, la confrontacin de comportamientos y concepciones, la organizacin de los datos y la elaboracin de proyectos propios representan procesos con valor no slo de capa* citacin sino de formacin de actitudes personales de efectos pro Jungados,

Los problemas que enfrenta la docencia todos los das son tan complejos e indeterminados, que demandan una resolucin activa e inmediata. Es cierto que, para ello, la rutina ayuda a atender a muchas acciones especficas.

Sin embargo, Schon (1992) ha mostrado que aun en estas rtitji* fiay "conocimiento", en forma de reconocimientos y jtikte desSotas para ia elaboracin de una pedagoga de Ja formacin docenterrollados de manera espontnea e intuitiva. Ninguno recuerda cmo ni dnde lo aprendi y, generalmente, existen muchas dificultades de expresar verbalmente de qu se trata este conocimiento. Configura lo que Onetto (1992) designa como "saber prudencial colectivo" (pg. 26).Recuperar aquel "conocimiento" para darle un tratamiento reflexivo podra servir de base para el mejoramiento de la prctica y el fortalecimiento del pensamiento. Si los docentes no desarrollan el juicio y la observacin para interpretar las rutinas, estarn condenados a ser superados por ellas.

El desarrollo de una pedagoga centrada en el estudio de la prctica y en el ejercicio de la accin reflexiva puede ser un camino para que los docentes ejerzan un control racional de las situaciones del aula y que, en consecuencia, puedan definirse claramente los fines y elegir los medios correspondientes.

Finalmente, sta parece ser la estrategia ms prxima a las caractersticas especficas de la labor propia de trabajo pedaggico y de los requisitos de una "buena enseanza".CUARTA TENSIN: EL INDIVIDUO Y EL GRUPOLa formacin de los docentes, de grado o en servicio, requiere del desarrollo de estrategias grupales en las cuales los sujetos discutan y analicen las dimensiones sujetas a estudio y contrasten sus puntos de vista. Si bien el aprendizaje es un resultado individual, el contexto del estudio sobre la prctica implica un trabajo en la esfera de lo grupal.Se trata, por un lado, de un pensar conjunto necesario para la profundizacin del anlisis y para menguar las tendencias al trabajo individualista de la docencia en las escuelas. Por otro lado, implica el ejercicio de un aspecto esencial de la labor docente que reside en la coordinacin de. grupos en el aula. La tarea docente se ha ido desarrollando en el marco de la actual

iliiiliiii!organizacin escolar como una tarea individual, y aun solitaria. Si bien el docente est rodeado de alumnos, su tarea no se organiza en forma institucional en equipos sino en ambientes ulicos de trabajo individual. La organizacin del tiempo en la escuela no deja espacios para el trabajo colegiado.Al mismo tiempo, los estudios demuestran que la docencia se desarrolla con dbiles lazos entre sus miembros, con bajo perfil en el desarrollo de asociaciones profesionales y con inestable participacin en gremios y sindicatos. Ello ha contribuido al debilitamiento del desarrollo socioprofesional de la categora. Su ubicacin laboral en la funcin pblica ha tenido como contrapartida la limitacin de su accionar a los espacios cerrados del aula, y su posicin tcnica frente a los expertos lo ha colocado en una relacin de subordinacin.

Contrariamente a esta situacin, la labor de los docentes supone que se desenvuelvan como coordinadores de grupo: la situacin de aula es una situacin grupal. Sin embargo, lo que se ensea a los docentes referente a tal contexto es una serie de tcnicas; el problema grupal queda reducido a una cuestin de "herramientas" menosprecindose su reflexin conceptual (Daz Barriga, 1994).

A la luz de estos problemas no puede suponerse que la formacin docente es potente para resolverlos por s misma.

Sena necesario fundamentalmente pensar otra organizacin del trabajo en las escuelas.

Pero, entretanto, los programas de formacin deberan replantearse sus procedimientos y enfoques. Los programas de formacin y de perfeccionamiento de los docentes deberan priorizar los procesos comunicativos, los trabajos colectivos, la revalorizacin de los espacios de aprendizaje comunes y la construccin del conocimiento compartido.El estudio conjunto de los casos de la prctica reales o construidos, como casos prototpicos desarrollados en procesos grapa-les no slo se presenta como una estrategia apropiada para fortalecer los criterios de accin docente, sino que tambin representaVw*v (mm h HttfafftwtH tf& UH& pedagoga d$ la formacin docente131

un *m\hjuo conligurador de la "buena enseanza" a travs de la estimulacin permanente del trabajo en equipo, del fortalecimiento dt los latos cooperativos en la accin profesional y en el aceptar ios propios lmites en "mi" explicacin que pueden ser iluminados por la explicacin del "otro".

En la medida en que una pedagoga ensea no slo por lo que dice que ensea sino, tambin, por el modo como lo ensea, el enfoque de) anlisis conjunto de los casos de la prctica se muestra como un importante aporte a la formacin de los docentes.

Ello no se constituir en una nica estrategia de formacin o perfeccionamiento; habr otros momentos en los cuales se tequie* ra* bsicamente, el trabajo individual. Pero el trabajo reflexivo grupal sistemtico en situaciones en las que hay que poner en juego el juicio y la decisin es la base indispensable para fortalecer la accin futura o presente de los docentes.QUINTA TENSIN: IA REFLEXIN Y LA BUENA RECETAEl nfasis en la figura del docente como profesional reflexivo y la complejidad y particularidad de los contextos en donde trabaja o de los problemas que enfrenta no implican la defuncin de la "buena receta".

La histrica tendencia a convertir el campo de la enseanza y en especial de la didctica en un cmulo de tcnicas y recetas mecnicas abstractas y con pretensin universal, y la posterior crtica a estos enfoques han contribuido a una cierta parlisis en la produccin de criterios de accin docente.

Hoy, la saludable recuperacin de la reflexin crtica y contexitiulizada sobre las prcticas de formacin est acompaada por un vaco sustantivo de orientaciones prcticas para el desempeo docente en las escuelas, ms all de las que proponen las bibliografas de enfoque tecnicista y conductista. El punto de esta tensin reside en la integracin de la reflexin y la "buena receta" que oriente el anlisis y los criterios de accin, discuta y exprese sus supuestos y permita al docente decidir entre alternativas y comprobar resultados.[...] si reconocemos que la validez de esta receta pedaggica est dada porque busca simplificar lo complejo para poder operar, pero al mismo tiempo no lo desconoce (ni podra hacerlo, ya que no hay receta que anule esta complejidad) podremos, en los contextos de capacitacin, restituirle la legitimidad que de hecho tiene en la prctica de maestros y profesores (Alen y Delgadillo, 1994, pg. 74).LTIMA TENSIN: LOS DOCENTES Y LOS ESTUDIANTES SON ADULTOS Y TRABAJADORESUn aspecto importante para destacar en esta bsqueda reside en el reconocimiento profundo y definitivo acerca de la adultez de aquellos que estudian y trabajan en el mbito de la docencia. Lo que parece una verdad de Perogrullo es, sin embargo, una cuestin no planteada, que en las prcticas determina una suerte de pedagoga espontnea mimetizada con ia pedagoga dirigida al nivel para el cual se forman o en el cual trabajan, sea en los aspectos de la "buena" pedagoga o en lo que toca a las pedagogas ritualizadas de la escuela bsica o secundaria.

Si esto es as, habra que considerar la especificidad de la pedagoga de la formacin docente con una distancia de la del nivel para el cual se forma, y que tome a esta ltima como "objeto de estudio y de accin".

Decir que nos dirigimos a formar al estudiante o docente adulto no significa una adhesin al "mito de la madurez", del que hablaba Lapassade (1977). El adulto es tambin un sujeto en permanente evolucin y cambio, y no un sujeto ya "completo" o "acabado". Reconocer esta evolucin y este aprendizaje permanente podra colaborar, tambin, a que los docentes que forman docentes puedan reconocer que al ensear tambin estn aprendiendo; que en el

decisiones, el pensamiento crtico, i I manejo da variada* fuentes de informacin* y que se elaboren trayecto* da accin que recono/ can crticamente la diversidad de ittjitoi v contestos culturales.

Un diseo alternativo de actividades, da modo* da relacionarse con el saber y de interaccin entra ion su fetos, que tome distancia unto de los esquema* escolares incor inorados en al pasaje por la cultura de la escuela como de laa forman da entcmua habituales del nivel para el cual se forma o en el cual acida, colaborara con su formacin como profesionsl. Al misino tiempo, podra tambin facilitar, como efecto uiultlpli ate. la incorporacin da nuevas formas de actuacin en la escuela.

Como adulto y como trahuimloi, la formacin y el perfeccionamiento debera considerar siempre la diacuiin acerca de los fines de su trabajo. Supertndo la dcKcnsibiUxacio ideolgica y la alie* nacin, la inarcia de laa tradiciones y la bun>cretizacin. los pro* ceaos de formacin y capacitacin deberan incorporar estas re-flexiones de forma permanente.

En ellas, deberan analizan* las condiciones de trabajo y las formas de participacin activa en II vida publica, ta constitucin taponen el desarrollo de estrategias 0ermefam pero articulada* eme s. con vistas a un proceso integral, l& mmmUmMn en conocimiento* puede basarse en estra-t&$k& de ditmSm y mgMn de informaciones que aun pueden vallar *egn el tipo de conocimiento* de que trate y el tipo de moterate* que de las otras dimensiones dentro de una lgica global,Toda la labor escolar y docente se concreta en la prctica social y pedaggica. Por e*ta* razones es necesario avanzar hacia una lgica ntegradora de la formacin que articule las mltiples di-memone* centrndote en un "objeto especfico'9: la prctica como objeto de reflexin y de accin a lo largo de la formacin y en el perfeccionamiento, *ea en el contacto directo con la accin, en el estudio de caso* prototfpcos y tcndenciales de sta o en los nuevos aporte* de la actualizacin,Bata reflexin sobre la prctica puede plasmarse en un eje curri-pife o bien realizarle como proceso en el interior de cada disciplina en la formacin de grado. Tambin puede ser una perspectiva || los programas de educacin continua o en servicio, dotando de ligni lujacin um procesos de mmmz.136 LA FORMACIN DOCENTE EN CUESTIN: POLTICA Y PEDAGOGA UNA PLURALIDAD DE ESTRATEGIASLas estrategias para desarrollar estas lneas pedaggicas son variadas y cabe a los docentes ponderar su ejercicio, con criterios de oportunidad y adecuacin, as como articularlas en dispositivos complejos y secuenciados. Por lo tanto, pueden relacionarse estrategias centradas en la prctica con otras dirigidas a la circulacin de informaciones, al relevamiento de experiencias o a la produccin de proyectos conjuntos. Entre ellas, podemos mencionar las siguientes:Estudio de casosEl estudio de casos se presenta como una estrategia frtil para vincular las prcticas sociales y escolares al anlisis de sus dimensiones y la contrastacin con distintas fuentes de conocimiento, tanto de las teoras sistemticas como de las elaboradas por la experiencia de* los sujetos. As,La casustica sirve aqu de instrumento para la preparacin opara el ejercicio en la profesin correspondiente. Es preciso apren-der en casos "tpicos" como en casos "especiales" [...] con la es-peranza de iniciar as una doble transferencia: el paso de los con-tenidos preparatorios generales a una situacin problemtica delcampo profesional futuro, seleccionada a modo de ejemplo, y elpaso de esta competencia transferencial, ejercitada en el "caso con-creto" a otras [...] situaciones profesionales problemticas del futu-ro (Terfiart, 1987, pg. 156).j Existen innumerables situaciones de la vida escolar y del aula que podran ser utilizadas como estudios de casos en ia formacin de grado o en el perfeccionamiento y seran vinculantes de la reflexin sobre la prctica, la experiencia de los sujetos y el aporte de conocimientos especializados. Ellos podran ser utilizados tanto

Notas parala elaboracin de una pedagoga de la formacin docente137

como base para materias "tericas" como para las dirigidas a desarrollar estrategias de accin. No es necesario que los casos sean slo "de aula"; tambin pueden ser histricos, sociales y polticos. En todos ellos se busca fortalecer el juicio de los docentes y transferirlo a la accin.Estudio de incidente crticoEsta estrategia es semejante a la anterior, pero pone nfasis en situaciones crticas que ocurren en las escuelas. Se dirige a focalizar la mirada en el estudio de problemas, reacciones y comportamientos de los distintos actores de la situacin y a discutir cuestiones de valores.

El incidente puede ser "real" o puede ser llevado al aula como caso preformado, y ayuda a que el grupo analice las mltiples dimensiones de la situacin y discuta la posible resolucin del conflicto. Asimismo, contiene alto valor emocional y compromete a los actores en su estudio. Puede ser un instrumento para analizar las propias implicaciones y discutir los fines de la accin.Mdulos, materiales escritos, videocintas, grabacionesSe trata de la integracin de mltiples medios para configurar una estrategia global dirigida, bsicamente, a la circulacin de informaciones alrededor de asuntos de inters. La idea de mdulos remite, por lo general, a materiales escritos que adoptan el enfoque interdisciplinario de un problema, pero pueden ser usados dentro de un campo disciplinario. Si se acompaan con grabaciones o videocintas se potencia su utilidad.Los materiales pueden trabajarse de forma individual o en grupos, reforzando la idea del intercambio y el anlisis conjunto.Sm embargo, las grabaciones o videocintas pueden tener otrosP ka nmuAct** mcmm m cuestin : fotfnt * a y humooga de la circu a de conocimientos: pueden comu-nicar experiencias o estar diados a sensibilizar al grupo acerca de una determinada problemtica en la escuela Tambin es posible pensar que estos materiales no estn prcfbrmados, sino que sean

producidos por el propio grupo.Estudios o trabajas dirgid&s o/ ambiente exteriorsta es una valiosa estrategia que apunta a la comprensin del contexto externo a la escuela, generalmente descuidado en la formacin o el perfeaonamieno. Implica el relevamiento de informacin de la comunidad en que se acta: de sus condiciones de vida, sus caractersticas culturales, las formas de ver y percibir de su gente, sus necesidades \ >us proyectos. Estos trabajos y estudios tienen una larga tradicin en procesos de educacin popular y desarrollo comunitario (Le Boterf, 1979).En s mismo, representa un estudio de campo, pero las informaciones pie se obtienen pueden ser contrastadas con tendencias generales del contexto social ms amplio. Esta estrategia se propone revisar las propias creencias, superar el etnocentrismo, reflexionar sobre las condiciones sociales de la escolarizacin y discutir alternativas de forma colectiva, pero adems permite entrenar al grupo en el relevamiento y el tratamiento de informacin y en la(

capacidad para "escuchar al otro", lo que constituye un requerimiento bsico de la enseanza. Es conveniente realizar una preparacin del grupo previa a laI

salida al terreno: discutir qu se va a observar qu datos se van a buscar, cmo realizar una entrevista. Pueden hacerse dramatizado-nes de ta situacin de entrevista y reflexionar sobre ellas, y elaborar gulas de trabajo en fta conjunta.El estudio puede estar acompaado por el desarrollo de trabajos cooperativos con a comunidad. Es muy valioso contrastar marcos

Notas para la elaboracin de una ptta$t>$fa de la tbrmmm docenteconceptuales, teoras e investigaciones con las informaciones obte-

nidas por esta estrategia.Conferencias, entrevistas pblicos, mesas redondasEstas estrategias se centran en la difusin de conocimientos. Pueden contar con invitados especiales, que por lo general son personas con experiencia en el asunto en cuestin o expertos en determinados temas.

Las entrevistas pblicas, a diferencia de la conferencia, suponen que el grupo prepar previamente una gua en torno de la cual girar la exposicin del conferenciante, que puede ser el propio docente del curso.

La mesa redonda rene a un pequeo grupo de personas para exponer un tema desde distintas experiencias o enfoques. El propio grupo puede realizar la presentacin, asumiendo enfoques diversos. Si son invitados externos, no slo hay que considerar a profesionales o expertos, sino tambin a miembros de la comunidad o lderes de asociaciones.Reconstruccin de la propia biografaEsta es una estrategia de tipo introspectivo, referida a elaborar una memoria de la propia trayectoria como estudiante o como docente. Aportes de inters se encuentran en los grupos diagns-ticos de la lnea francesa.Afirmamos entonces que el individuo existe como entidad consciente e inconsciente. Aunque se lo defina como una reflexin, en nuestra perspectiva se tratara de un conocimiento doble, de una doble reflexin, abierta pero tambin escondida, de las vas de la reflexin (Abraham, 1987, pg. 85).

140LA FORMACIN DOCBNli- SNO; t"St?ON IXUK. mvvk*V^

La propia memoria individual puedo w v\Httarc&&x oon el jcsa^ po (o elaborada en pequeos grupos > despus, dvy psss discutir las tradiciones, repi^$entacione,sv vnencus j cov c --es de desarrollo de la experiencia encolar.Esta reconstruccin tambin puede realzarse a pora* de tstmw -los grupales: narraciones, elaboracin de htstoms. mtbiii^ aa afiches o dibujos etctera.

Una posible variante consiste en reconstruir este tta&c'-cre> mediante historias de vida de maestros o pciso-vo > ^jfs0gem de la historia reciente, y contrastarlas con te propias

La estrategia se dirige a revisar y reestructurar c- tiempo una formacin profesional y personal.Grupas de estudie y ntfkmmLa formacin de pequeos grupos de estudio y feexi&fc. adems de ser una estrategia en s misma, atraviesa buena pinte de bes otras, ya que representa una posibilidad de permanente ^kui^te y reelaboracin de los trabajos realizados & travs de eiU>. En c>..\; sentido, el pequeo grupo funciona como sintetuadtar p^t de los avances de la tarea.

El pequeo grupo permite una proximidad entre sus uii^mbcves y con el docente, la participacin en un cambio en emnutu ta unta-sidad de interacciones entre los participantes la ct^iMtc^^ \ la cooperacin y el conflicto y la toma de divisiones IftojSe pueden emplear mltiples medios: intercambios. timtmm-nes, lecturas, juegos de roles, simulaciones, pt\vevhn\tentes de negociacin, etctera. Pero, a medida que se avarusu la esiru.;.: ; permite una progresiva autonomizacin del grupo en materia de

*411142LA FORMACIN DOCENTE EN CUESTIN: POLTICA Y WJbMMH'AInvestigacin-accinEsta actividad, en cuanto estrategia pedaggica en la formacin de grado y en el perfeccionamiento docente, fue desarrollada en innumerables mbitos. Stenhouse (1987, 1989) la puso en prctica en los "talleres de docentes"; Vera Godoy (1985) la desarroll en Chile en los talleres de "investigacin protagnca"; en la Argentina en los "talleres de educadores" (Batallan, Sleme y otros 1995) y en distintos pases latinoamericanos, en educacin popular.

Actualmente existe una importante sistematizacin realizada por Kemmis y McTaggart (1992), quienes indican queLa investigacin-accin es una forma de indagacin mro$pectf~ va colectiva emprendida por participantes en situaciones ocale* con el objeto de mejorar la racionalidad y la justicia de su prcticas sociales o educativas, as como la comprensin de las prcticas y de las situaciones en que stas tienen lugar [...] La vinculacin de lo* trminos "accin" e "investigacin" pone de relieve el rasgo e*en~ cial del enfoque: el sometimiento a la prueba de la prctica de la* ideas como medio de mejorar y lograr un aumento del conocimiento acerca de los planes de estudio, la enseanza y el aprendizaje [...] La investigacin-accin proporciona un medio para trabajar que vincula la teora y la prctica en un todo nico: ideas y accin (pg. 9).La investigacin-accin parte de problemas de la prctica identificados por los miembros del grupo, aspira a mejorarlos, es participad va y crea comunidades autocrticas de personas que colaboran con la propuesta. Es un proceso de aprendizaje sistemtico qtse induce a las personas a teorizar sobre las prcticas y a buscar diversas fuentes de informacin; exige que las ideas, las prcticas y los supuestos sean puestos a prueba, y lleva a los sujetos a elaborar un diario personal en el que se registren las propias reflexiones y anlisis, y a medida que se avanza se identifiquen roblonas de mayor magnitud. Esta actividad empieza modesta-Nmas para la ekihimniitit tteutm fmt0^fi ifr lu pwuttm nmrwmonte, tratando de operar canil moa en tina ptft na 0 C U p&$fi$ftt grupo, y luego se desplaza hacia cambios rnft umplio? jmm 00. lucran a otras personas.

. As, la ktvestigaciii^iccn como proemio de fynmut'mfe mm? tivo desarrolla la reflexin, el uso de informaciones, la f$umcrt tacin. los registros y el examen permanente de lo que Hacemos*Grupos de elaborar ion de prye&QkEsta estrategia puede desarrollarle integrada a los proceso* de investigacin-accin, o como consecuencia de pasantas, de etfp dios dirigidos a la comunidad, en una secuencia Bil breve orlen* tada a la formulacin de propuestas de accin alrededor de euee|i tiones sustantivas que detectan los actores* Bfl nuestro medio, etta lnea ha sido desarrollada en "talleres" de mal breve duracin que los estudios anteriormente citados, como proceso de elaboracin colectiva de cursos de accin en el aula, en la escuela, en tu come* nidad.

Tiende a que los sujetos se comprometan con la accin y la experimenten, controlando resultados y corrigiendo sobre la malucha. Permite que los sujetos identifiquen propositan, seleccionen medios y recursos y elaboren alaternas de control propios para evaluacin.Es una estrategia centrada en el estudio y la Hund jsaeln de autores y teoras respecto de un asunto relvenle* Jif. | Milita el manejo de materiales con creciente nivel de dificultad, la elaboracin de redes conceptuales de los enroque estudiados, la pnjjparacift de dveona poslctntfy su

Accin reiVui en k accm

Mmsptuu te H*4bor*L&* ./ mu imUwwo tk Itt formacin docente\4*los docentes comprometida con el I ipo de profesional que se etpera formar y con las caractersticas de las tareas que enfrenta, fortaleciendo el desarrollo del mmoio. en cada una de las (mensiones o de los contextos en que esta formacin se plantee Hl cuadfo de la pgina anterior presenta un simple ejemplo de organizacin secuenctada de dispositivos de formacin y perfeccionamiento,RECETAS, DEMANDAS Y NECESIDADES DE FORMACIN Y PERFECCIONAMIENTOEn el caso del perfeccionamiento en servicio, es necesario rea* lizar algunas reflexiones adicionales. Muchos esfuerzos y recursos se diluyen en este sentido, sea por la tradicional visin de que "hay que dar cursos", sea porque se desarrollan procesos de capacitacin que pretenden atender a demandas inexploradas de los propios docentes o directores.Sin embargo, es frecuente observar que ni las agencias de conduccin ni los docentes alcanzan ms que a cubrir sus sueos. En el primer caso, quedan satisfechos los funcionarios pensando que, con el curso, las escuelas y las prcticas docentes mejorarn. Este ha sido el enfoque de la capacitacin que, cuando ha existido, surgi como correlato de la implantacin de reformas del sistema escolar. Pasada esa urgencia, ha tendido a diluirse o ha estado abandonado a las decisiones individuales de los docentes.

En el segundo caso, menos difundido otros quedan contentos, pensando que han seguido procedimientos democrticos de atencin a los problemas de las bases y a la prctica escolar. Aqu el problema estriba en la escasa diferenciacin entre las demandas de los docentes y las reales necesidades de capacitacin y desarrollo. As, por ejemplo, la demanda inicial puede y en general lo hace encubrir necesidades ms profundas que deben ser trabajadas en el perfeccionamiento! La demanda se constituira, entonces, en laapunta de un iceberg", mientras las bases del problema permanecen debajo de la superficie.

El desarrollo de la formacin continua, en los contextos de trabajo, requiere considerar a tales demandas como punto de partida para reconvertirlas progresivamente,* profundizando sus dimensiones y avanzando en un proceso de perfeccionamiento integrado.

Sin embargo, cabe destacar que los docentes tambin tienen "urgencias". Como bien exponen Alen y Dclgadillo (1994), maestros y profesores necesitan resolver situaciones inmediatas y en este sentido es legtimo atender a las demandas, recuperando el aporte de las "buenas recetas". Del mismo modo, en la formacin de grado la buena receta no debera estar ausente.

Pero ms all de la urgencia o la indicacin inmediata, la receta es "buena" cuando se acompaa del anlisis sistemtico de la situacin que origina la demanda. Llevar al grupo a que reconozca las dimensiones que no aparecieron formuladas en la demanda inicial es un camino til para estudiar el caso y sus dimensiones que, en un primer momento, no aparecan "visibles". En s misma, la clarificacin de la formulacin inicial es ya un proceso de perfeccionamiento, en cuanto representa la ampliacin de la mirada, la identificacin de la problemtica y de las necesidades propias de profundizaron. Permite, tambin, integrar el estudio de sus aspectos a la solucin de cuestiones que afectan la prctica de los sujetos.

Avanzar en el anlisis a partir de la demanda permite reconocer junto a los docentes las reales necesidades de perfeccionamiento y formular un proyecto conjunto de desarrollo y crecimiento.I g WftKm^ una pedagoga especfica para la formaciny P< < '' UmmtiU nUi de lm docente*, as como el desarrollo dedtpwftvo* y ' '- Variada**- l;>-, presentadas y muchas msHm ptk H ' /' on\)hT/rn utia efectiva necesidad.'ttth f1 ffifu n el camina delineado a lo largo de este libro,puede advermepedagoga est muy distante de la nocinte la fiWttwAm Um 4 fH / orno un mero proceso tcnico.A aquello* r\u< reducen la ensean/a a una mera aplicacin de tcnica* 9 paquete* de instruccin, los educadores debieran diiuadlrm \m pretendan neutralidad poltica de la educacin de pfoftworado ## lf ,or;j )a educacin de los docentes es intrnsecamente una empresa cultural poltica y etica.ff Camino e* de incertezas, Pero la situacin requiere revisar nu#*ira* teteWf^ nuestros compromisos, nuestros supuestos, ftue*ms piones; en fin, nuestras prcticas.&'dt&if )n autonoma docente al mundo de las decisiones del wria *n aquella reflexin, estriba en la autonoma virtual o ilusoria Hm ^ racial /a loque habra que cambiar.f' '" ( $MA' ION Xx ENtB l-NCUESTIN: POLTICA Y PEDAGOGA/ vr rdwlcrii autonoma supone la construccin colectiva de un mwvi* proyecto paca su profesin y para la escuela, elaborado por Jo* (Hi fttm colegiados y debatido en espacios pblicos. Requiere fu puh \pM< activa de todos y la discusin con la sociedad. Se trata lil concrecin de formas de control pblico democrtico en ti formulacin de alternativas para su formacin y para la educacin,

i de esperar que el libro represente una modesta sntesis siempre inconclusa*"-'* pero ojal socializada, apropiada e incrementada por todo* aquellos que realmente estn preocupados por la escuela y pin la educacin de las nuevas generaciones, en un contexto particularmente difcil.

Ojal que aquellos que creen que ser docente entraa serios compromisos y responsabilidad social, que quienes perciben que algo est fallando entre la promesa de democratizacin de la escuela y las prcticas polticas, sociales, institucionales y pedaggica!,

que no acepten lo habitual como cosa natural...

..que estn dispuestos a cambiar la naturaleza de su contrato con su profesin y con la escuela, dispuestos a renunciar a la protectora prctica normativa, tecnocrtica y asimtrica que elimina el encuentro entre sujetos, entre saberes, entre culturas...,y se animen a exponerse a una prctica de cooperacin, de experimentacin y de participacin poltica en las decisiones queles ateffen,,,,ojal que algunos de ellos encuentren en estas pginas aquella !V/'j;* de herramientas" o de preherramientas, presentadas con la vocacin de ser til, pero no neutro.

Ta) vez por eso subyace a este texto una extraa utopa, como visin deseable y posible si trabajamos en procesos de construc-Epilogo- a modo de cierre y aperturadan colectiva. As, ella no ser slo una visin sino elejercicio de un derecho.mas tgicoCon esa intencin, este cierre es ms. m*** M-i4tic un cierre-mino siempre abierto...n ca-

Laformacin docente en cuestin:

poltica^ pedagogaMara Cristina Davini

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