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FA CE CULTURA AL DÍA TAS Ensayo poético El pianista que llegó de Hamburgo Antoninna del Sol Obra literaria Fotografía y muerte se hacen homenaje Hernán Camilo Yepes Vásquez Por los mejores Vote en el IX Libros y Letras Redacción Cultural

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FACECULTURA AL DÍA

TAS Ensayo poético El pianista que llegó de Hamburgo Antoninna del Sol

Obra literaria Fotografía y muerte se hacen homenaje Hernán Camilo Yepes Vásquez

Por los mejores Vote en el IX Libros y Letras Redacción Cultural

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Ensayo poético sobre

Por: Antoninna del Sol* En letras sonoras me dejo incluir en la historia del mundo, esa hereda-da, no vivida, que como espejo me repite la reali-dad no escarmentada, y que por vagos instantes me hace reconocer como parte de ella, en el deber de recordar y calificar sus tenues acontecimientos y sus excesos, resaltando la valentía de los ideales que nunca serán vanos, aunque como las ilusiones tempranas están signadas a perder su inicial color, quizá justifiquen en cam-bio, la vida de los hom-bres. Como una película en donde los personajes son imagen vívida, roles comunes, un héroe que siente y es otro cualquiera, pero es él, una catarsis que no se puede evitar sentir de uno, una vida que ape-nas estás recorriendo letra a letra; suspirar y soñar, palpitar en la ganancia, la pérdida y la espera… Y que en puntos hacia de-lante colma de música el transcurrir indomable del tiempo en silencios y no silencios. Así Hendrik, el héroe nacido en “otro mundo”, que como ventana y ho-rizonte se encarga de ver y ser visto en reflejos que pertenecen y no a éste, su nuevo paisaje, una re-pública suramericana, no muy alejada en el tiempo y sus avatares, a su remota patria, con la que compar-te similitudes en pasados y

en letras, la de El pianis-ta que llegó de Hamburgo, rama de hojas y datos me-morables, de nombres y lugares que han precedido la memoria, he decidido no citar otros nombres de hechos que no nos enor-gullecen, más que por las miradas de corazones que se han vuelto fuertes por el sufrimiento del aban-dono, el abandono del derecho a la felicidad; a cambio de eso me desli-zo como otro álter ego de este héroe, en el cuerpo de un humano más, envuelto en las acciones, implosio-nes de un queja, no pro-pia, que se expandió como una atómica a miles de ki-lómetros de distancia, que arrasó y sigue arrasando con sin número de nocio-nes e ilusiones, que en el aire pueden sentirse aún. Y sólo como héroe o antihéroe pudo Hendrik vivenciar este sinuoso ca-mino, de rostros y cora-zones que a lo largo de su vida salvó, sin darse cuen-ta -para salvar el suyo- de que era el camino de vuel-ta, el que conducía a su patria, y que en esa pro-fundidad de sangre en que navegaba podía delatarse en músicas y miradas que trasladaban a un celeste de paz; tal vez sentía las imá-genes en melodía, home-najeando el dolor en un rito que no comprendía y hacía cotidianamente, el ritual de las tonalidades, que llevan por un espi-ral en ese no tan sórdido mundo; ese mismo ritual

El pianista que llegó de Hamburgo

presentes de convivencia, que extra-vían y aplazan la llegada al paraíso, que hemos ensoñado, y que como él, no dejamos de esperar, para en-contrarnos con lo que sentimos he-mos dejado, pero que está ahí, en nuestra memoria de crepúsculos. Hendrik, héroe con álter ego a bordo, forzosamente no pudo, aun-que entre anhelos, seguir una vida normal de padre y esposo, en músi-cas de estaciones, que serían las mis-mas y para siempre; aún así, estuvo presente en esa escena del esposo y el padre que solo probó ser, y que en recuerdos nos hizo entender que una vez es suficiente para no olvi-dar el amor, que solo en músicas se

puede describir, y que Jorge Eliécer Pardo nos hace escuchar en un Con-cierto que es palabra y consonancia, instaurando un pentagrama secreto donde los hombres y sus palabras enfatizan sus destinos. Es de esta manera como, a tra-vés del autor, me veo escuchando el Concierto No.1 en Do Menor de Brahms; inspiro, y puedo acaso intuir que alguna vez alguien, un hombre, escuchó estas mismas vi-braciones, y las idealizó en su men-te, y recreó un jardín sostenido de menores y mayores, jugando a cam-biar de lugar como él y su realidad que estaba en shock, y mutaba drás-ticamente en dos puntos: tenía que

vivir de alguna forma las acciones y las decisiones de un siglo que había resuelto la vida y la muerte de tan-tas cabezas inocentes, como la de él -cuando es él- aquél músico y su familia de la Alemania de la ignomi-nia, con la esperanza de no perder lo que queda. Cómo invade la desazón al sentir que la historia se repite una y otra vez, y no como en la de Hendrik y las sinfonías que hacía como pro-pias, ya que en nuestra memoria, en esa, la colectiva, los anhelos se pierden en el hastío de un porvenir diferente. Y como una premisa de las mu-chas que nos ha dejado esta película

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que fue su vida, y lo sumergió a tantos lugares que resguar-daba en su corazón; bellezas que no supieron ser vistas de otra forma, si no desde esa solitaria y melancólica mira-da, que personalmente me identifica de muchos modos; el aventurero que quizá esté extraviado en nosotros, al que las circunstancias lo obli-gan a acallar, a anular ciertas formas, más instintivas, y de supervivencia, más animales, aunque, por suerte y parado-ja, también más civilizadas; esa forma existe y clama por ser escuchada, la musa, la inspiración, esa contempla-ción que ocurre cuando nos hallamos en la totalidad; este pianista apasionado nos dejó ver que llevaba la totalidad de la sinfonía de su vida, y la repetía como fragmento de cuadros sumados en repetiti-vos puntos, que separaban y unían las invisibles líneas del limite y de la música. ‘El pianista llega de Ham-burgo’, anunciando los cua-tro restantes libros que so-brevendrán en esa zaga que conforma ‘El Quinteto de la Frágil Memoria’, en el que Jorge Eliécer Pardo entreteje laboriosamente en la ficción la historia minuciosa de las

guerras de un país cuya es-trella, en versos muy colom-bianos, nos ha sido siempre herida en el costado; en le-tras sonoras, dije ya, me dejo incluir en esta historia del mundo, la de Hendrik, la de todos, la de ‘El pianista que llegó de Hamburgo’, para de-jarnos transcurrir como lecto-res, para blindarnos con una armadura de sensibilidad, y acompañarnos sereno por ese bucle que se nos dibuja en-tre quedarnos o irnos, toda nuestra vida, dejándonos fluir como la buena literatura ,con nuestras ilusiones estampadas en aquel hierático traje que nos da valor, para despertar al sueño de los días y las noches, y dar fe de ese otro relato consabido que prescinde de nosotros en cualquier esce-na; nos encargamos entonces de homenajear esta escritu-ra para sentirnos seguros en el vacío de nuestra cotidiana eternidad.

* Joven diseñadora audiovisual y de modas. Directora de e l e v o editores, con su primera pu-blicación ‘Letras de Cambio’, de Ana María Rivera. Tiene un libro inédito de poesía experimental, ‘el Evo’, y reside actualmente en

Bogotá.

En 1874, un grupo de pintores antiaca-démicos (formado por Camille Pisarro, Paul Cézanne, Claude Monet, Edgar De-gas y Auguste Renoir, entre otros) vieron sus trabajos rechazados por el Salón Tra-dicional de París y resolvieron presentar una exposición alternativa en el salón del fotógrafo Félix Nadar.El nombre de uno de los trabajos allí pre-sentados, titulado Impresión, salida del Sol, de Monet, fue tomado por el crítico parisién Louis Leroy para denigrar a los

pintores, calificándolos despectivamente como impresionistas.Con este grupo se inaugura una era de colores puros y vivos, y de pinceladas vi-sibles y separadas, en contraste con la terminación perfeccionista de los clási-cos. Se trataba de fijar en la tela no la imagen fotográfica de la realidad, sino las formas y colores tales como los perci-be el ojo en un instante; deseaban plas-mar en la tela la realidad que percibían sin consideraciones estéticas. «Pinto

como los pájaros cantan», decía Monet.A pesar de la intención peyorativa de Le-roy, los pintores tomaron para sí el nom-bre de impresionistas; hasta entonces habían sido llamados pintores de mane-ra clara, para distinguirlos de los de ma-nera oscura, como se denominaba a los clásicos.La palabra francesa impression, de don-de proviene el nombre de esta escuela, se formó a partir del verbo imprimer, re-gistrado en 1356 con el sentido de ‘opri-

mir’ y ‘presionar’, pero también con el de ‘provocar un sentimiento’. A partir de la invención de la imprenta por Guten-berg, entre los diversos significados de este verbo se incluyó ‘imprimir’ (un libro) y también ‘impresionar’.Impression proviene del latín impressio ‘marca’, ‘impresión en el espíritu’, sus-tantivo femenino derivado del verbo im-primere, formado por in- ‘en’ ypremere ‘apretar’, derivado del indoeuropeo per- ‘golpear’.

ImpresionismoImposible dejar atrás el momento en que crece el poeta en su tubo de ensayo, su hábitat, su caldo de cultivo, su historia.

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En unas 112 pági-nas, el escritor José Hilario Yepes crea la tensión más ini-maginable sobre la premiación a un de-dicado fotógrafo fa-llecido.

HERNÁN CAMILO YEPES V. La literatura tomará vida en Ibagué en la sema-na que está por comenzar, y con ella se acerca la sép-tima edición del Encuen-tro de Poesía y Narrativa Ibagué en Flor, que siem-pre da cuenta de esos ta-lentos jóvenes y de antaño en la pluma. Uno de los escritores que han permanecido con vigencia es el nacido en Río de Oro, Cesar, pero radicado en Ibagué José Hilario Yepes, quien pre-senta su novela ‘El día en que premiaron al muerto’, llena de casualidades, iro-nías y recuerdos. Es, en general, todo un homenaje a quienes han dedicado su vida a la fo-tografía, encarnados en un imaginario Jorge Alfonso Ríos, quien falleció e iba a ser premiado en un con-curso nacional, en el tea-tro Jorge Eliécer Gaitán. Pero el atributo que confiere una tensión ma-yor al escrito son sus dos anillos narrativos: el pri-mero, el que circunda la muerte, y el segundo, la fluida conversación que surge en pequeños mo-mentos de la ceremonia, por parte de dos de sus

Fotografía y muertese hacen homenaje

amigos. “Es la cantidad de ma-gia que tiene la literatura, que nos entrega persona-jes mágicos y nos pone a volar en sueños, pues todo ocurre en un breve espa-cio de tiempo”, cuenta, y agrega que es “un juego, al que lleva esa magia”. Su texto surgió de su experiencia como estu-diante de Agronomía y, a su vez, del ejercicio de su profesión, con investi-gaciones hechas sobre el desarrollo de una enfer-medad o un insecto, cosas

tan minuciosas pero tan influyentes. “La fotografía me gus-tó y era una labor prácti-camente necesaria. Viajé por Suramérica a dictar conferencias y tenía que utilizar la fotografía en los informes, entonces hizo que me gustara más”, agrega.

Sobre su escritura ‘El día que premiaron al muerto’ es su primera novela, aunque, reconoce, ya ha escrito dos novelas para niños de carácter in-

La fotografía es muy costosaJosé Hilario Yepes

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FACETASIBAGUÉ, OCTUBRE 14 DE 2012 5

El vestido del cielo - cartilla sobre el algodón para niños (1983)Ventana del alma, poesía (1998)Hora de soñar, poesía (2000)Roca de viento, poesía (2001)Hierro azul, poesía (2002)Cuentos de agua (2003)

Huesos de sol, poesía (2005)Caminos de arena y viento, cuentos (2007)Canto a mi pueblo, poesía (2007)Ibagué, una ciudad en la mitad del sueño, poe-sía (2008).El sueño de la serpiente (2011)

LAs oBrAs LItErArIAs dE JosÉ HILArIo son:

El autorJosé Hilario Yepes es poeta, docente, compositor, colec-cionista y cuentis-ta nacido en río de oro, Cesar. se gra-duó como agrónomo de la Universidad nacional de Colom-bia y reside en Iba-gué desde hace 50 años.trabajó en laborato-rios farmacéuticos, por lo que pudo co-nocer diversos mu-nicipios de tolima, Huila, Caquetá, Pu-tumayo, Antioquia y Quindío, aunque vi-vió en Espinal, se casó con una espi-naluna y finalmen-te se trasladó a Iba-gué.

édito en Medellín, textos cortos en los que es posi-ble distinguir los persona-jes idóneos para el público infantil. “Estaba enseñado a manejar cuentos o poe-sía, donde los personajes se diluyen en la imagina-ción, pero en una novela no se puede escribir de un solo tajo: hay que armar la arquitectura y luego hacer capítulo por capítulo”, in-dica. Y confiesa que el fotó-grafo de la novela “era un personaje que no me de-jaba dormir, se me apare-cía y lo encontraba en mis viajes; había que escribir pues una semana antes lo había dejado en una posi-ción incómoda. A lo último, cuan-do Jorge Alfonso Ríos, el principal de su obra murió, “prácticamen-te lo maté en las páginas y eso me causó un dolor inmenso. Creo que duré unos tres días llorando ese fallecimiento”. Y es la misma pasión con que escribe desde su adolescencia, sus prime-ras poesías y cuentos, en la Universidad Nacional, actividad que alternaba con sus textos sobre expe-riencias del estudiante de Argonomía. Cuando se graduó, ha-cia sus 25 años, se afianzó su labor en textos profe-sionales, proyectos, inves-tigaciones y trabajos pa-gos por la empresa en que trabajó, la Federación de Algodoneros, al igual que informes de conferencias en el país.

Literatura eIbagué en Flor “El movimiento cul-

tural es muy grande y hermoso en el Tolima, a pesar de que es un poco difícil la comercialización de la literatura, pero so-mos muy solidarios entre todos y tratamos de mos-trar nuestro trabajo”, dice Yepes. El autor aclara que aún no hay una base tecnoló-gica que permita sacar poetas y escritores de la región al ámbito nacional, por lo que “estamos dete-nidos y hasta estancados, aunque hay unas buenas editoriales”. Pero la inquietud ma-yor para él es que “no se ven los lectores, en espe-cial de las obras de artistas de la región; se prefiere la literatura extraña. Esta la-bor nos corresponde a los colombianos, que no nos gusta lo de adentro, sino lo de afuera”. Sobre el encuentro Ibagué en Flor, reconoce que “invita a la comuni-cación necesaria entre la poesía y narrativa en el país”, pues “se ha preocu-pado por traer artistas na-cionales a hacer lecturas a cielo abierto con los de la región”. Esto lo califica como un “lujo de que nos escu-chen, aun sabiendo que a cielo abierto no hay mu-cha asistencia, a pesar de que se usa sitios olvidados enfatizando en darles fu-turo cultural, como la an-tigua estación del tren, en Picaleña”. En total, 500 ejem-plares fueron impresos de esta publicación, la déci-mosegunda de su lista de escritos dados a conocer en los más apasionados y arriesgados lectores desde que se mudó a la Capital

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FACETAS IBAGUÉ, OCTUBRE 14 DE 20126

2011: Mario Mendoza2008: Jairo Aníbal Niño2007: Laura Restrepo2006: William Ospina

2005: Rafael Humberto Moreno Durán2004: Manuel Zapata Olivella2003: David Sánchez Juliao2002: Germán Espinosa

Los AntErIorEs GAnAdorEs dEL PrEmIo fUEron:

Hasta diciembre próximo los lectores y conocedores de la litera-tura pueden emitir sus votos para el autor colombiano vivo que merezca ser galardonado con el décimo Premio nacional de Lite-ratura Libros y Letras.

Las votaciones de los mejores escritores colombianos son formu-ladas al correo electrónico [email protected], en tanto que el ganador final al mejor texto es escogido por libreros del país.

De igual manera, está disponible la elección del público del Séptimo Pre-mio a los Mejores Libros Colombianos de Ficción y No Ficción, que reco-nocerá los mejores pu-blicados entre octubre de 2012 y agosto de 2013.

De lo anterior... Esto, luego de que Evelio Rosero ganara hace días el Noveno Premio Nacional de Literatura Li-bros y Le-tras, compitien-

do con Juan

Abierta la convocatoriaal Libros y Letras 2013

Gabriel Vásquez, Sergio Álvarez, Antonio García, Fernando Soto Apari-cio, Jorge Franco, Tomás González, José L. Díaz Granados y Juan Carlos Garay. El nariñense, de pocas palabras habladas y cul-tivador de la intimidad, dijo que “de los tantos premios recibidos en su fructífera carrera como escritor, este lo considera el más importante, por-que al fin y al cabo son los apasionados por las letras y las historias quienes lo e n t r e - gan”.

R o s e r o es autor

de obras de literatura in-fantil y de adultos. Se destacan obras como Los almuerzos, Los ejércitos y La Carroza de Bolívar, en-tre otras obras. Ganó este premio tras una votación que se desarrolló entre enero y septiembre de este año. El acto de entrega de este galardón, hoy por hoy considerado el más importante desde el pun-to de vista de que es el público el que elige a los nominados y luego al ganador, se cumplió en la biblioteca del colegio Gimnasio Moderno, en Bogotá. De otro lado, el sex-to ganador como Mejor

Libro Colombiano de Ficción fue ‘¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena?’, de Iván Gutiérrez, y el de No Fic-

ción, ‘La luz difícil’, de Tomas González.

es autor

bros y Le

le pasan cosas malas

Evelio Rosero.

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IBAGUÉ, OCTUBRE 14 DE 2012 FACETAS 7

Breve elogio

Por: José Liborio Osorio G. Cuenta la historia que la hostilidad feroz de las tribus pijaos hizo necesa-rio que tomaras cuerpo y vida, plácidamente recos-tada sobre las ribas melo-diosas del Combeima y, con espejo propio, mirarte siempre en sus linfas can-tarinas y contemplar, día a día, el milagro de tu exis-tencia y devenir. Tuviste la suerte de tener como guardián de tus sueños el cono níveo

y majestuoso del Tolima, privilegio que envidia-ría cualquier ciudad del mundo. Afortunados los que han nacido bajo tu cie-lo luminoso y tranquilo, pero, también, los que han llegado de otras lati-tudes en busca de tu grato cobijo. Venturosos los que rindieron su última jor-nada en tu suelo y descan-san, a la vera de Dios, en tu regazo.

Te hemos visto vivir una transformación que sorprende por su belleza y dinamismo: de aldea don-de imperaban “el adobe, el calicanto y las tejas” a la ciudad pujante y bulli-ciosa de hoy, sin cambiar ni postergar tu vocación musical, que es de natura. No te arrugan ni te abaten los años. Al contra-rio: cada día que pasa, te hacen ver más lozana, con rostro alabastrino y porte soberano. Lo testifican: la

palma susurrante y el oco-bo emblemático, que te regala, que nos regala con el ritmo del tiempo, su florescencia triunfal todos los años. A lo largo de tu vida no han faltado tragedias, pero tú, nobilísima señora, has sabido sobreponerte por la entrega generosa de tus hijos y por la virtualidad de tu historia y tu leyenda. Amamos los contor-nos de tu territorio: ver-des tenues e intensos en la

proximidad, y azules tor-nasolados en la lejanía. Feliz, discurrir cabe la lumbre de tus amaneceres victoriosos, y extasiarlos a la hora crepuscular, siem-pre romántica, tocada de un poco de melancolía. Bajo tu alero que cautiva, la vida transcurre singu-larmente plácida y obse-quiosa.¡Loor a ti, Ibagué!

*Especial para EL NUEVO DÍA

a Ibagué

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FACETAS IBAGUÉ, OCTUBRE 14 DE 2012

GErEntE: Miguel Ángel Villarraga EdItorA GEnErAL: Martha Myriam Páez Morales CoordInACIÓn: Redacción Cultural EL NUEVO DÍA PErIodIstA: Hernán Camilo Yepes Vásquez EdItor: Hernán Camilo Yepes VásquezdIsEÑo: Carlos Andrade Jaramillo fotos: Camilo Yepes. Suministradas. Internet. ILUstrACIÓn PÁGInA 3: Colección Maraloto. tELs.: 2770050 - 2610966 Ibagué - Tolima - Colombia. Apartado Aéreo 5476908-K www.elnuevodia.com.co

[email protected] - Facebook: Cultura El Nuevo Día. Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización expresa del Grupo Editorial Aguasclaras S.A.. ISSN: 021545-8.

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trILoGÍA dE GAItÁn

Editorial: Alfaguaratítulo: El incendio de abrilAutor: Miguel TorresPáginas: 358

BoGotÁ, CoLPrEnsAMientras Andi Baiz inicia la post.-produc-ción de “Roa”, película basada en “El cri-men del siglo” de Miguel Torres, el autor bogotano, siempre vinculado al campo del teatro, presenta su nueva novela, “El in-cendio de abril”, segunda parte de su trilo-gía sobre el 9 de abril de 1948.En esta ocasión Torres presenta una se-rie de miradas de lo que fue el “Bogotazo”, más allá de lo que sucedió en el centro de la ciudad, y cómo gente del común, con sus propios problemas y pecados en una urbe en ruinas, siendo recorrida por la ra-bia y el dolor.Un taxista decide no limpiar la sangre que el moribundo deja en su cojinería, dos poli-cías se visten de civil para unirse a la hor-da que busca venganza, una mujer mata a su marido y lo oculta entre el reguero de muertos, son algunos personajes que Mi-guel Torres explora en esta novela.

BÚsQUEdA sIn fIn

Editorial: Aguilartítulo: Mi hijo, mi hijoAutor: Douglas Galbraith Páginas: 288

BoGotÁCuando Douglas Galbraith regresó a su casa tras un viaje de trabajo la halló en si-lencio, vacía y cerrada. Las pijamas de sus hijos estaban en el suelo de su habitación. En la puerta la confirmación de que reen-viarían la correspondencia posterior a Ja-pón. Desde entonces no los ha vuelto a ver.No es solo el relato en primera persona de una pérdida repentina y el intento deses-perado de un hombre por encontrar a sus pequeños. Aborda la naturaleza humana, la relación con el otro, el significado del matrimonio y las diferencias culturales con reflexión y honestidad, atrapando al lector desde la primera página.Un viaje provocador a través de un territo-rio complejo y controvertido: rapto de ni-ños, convenciones internacionales, odio, relación paterno-filial. La lucha desespera-da de un hombre por recuperar algo que le pertenece por derecho: ser padre.

AnÁLIsIs dE ÉPoCA

Editorial: Fondo de Cultura Económicatítulo: Violencia pública en Colombia 1958 - 2010Autor: Marco PalaciosPáginas: 224

BoGotÁEnfoca con particular intensidad las élites del poder y las que buscan desalojarlas empleando la guerra de guerrillas en un campo de hostilidad absoluta. Escenario en el que los jefes de organizaciones de narcotraficantes, paramilitares, o su com-binación, se van con lo establecido.La interpretación que procura este libro es una de tantas posibles. Siguiendo a vuelo de pájaro la trayectoria del conflicto arma-do, busca coordenadas que lo sitúen en la historia de la formación inconclusa del Es-tado-nación.Así, el texto subraya el límite de la sobera-nía nacional colombiana: la subordinación pragmática de las élites del poder a los grandes paradigmas y políticas de Wash-ington: la Guerra Fría, la guerra a las dro-gas, la guerra al terrorismo y al crimen organizado.

sIn CondICIÓn

Editorial: Fondo de Cultura Económicatítulo: Una pantera en el sótanoAutor: Amos OzPáginas: 233

BoGotÁOz, nacido en Jerusalén en 1939, desde siempre inmerso y comprometido con la realidad de su país y su cultura, describe en este libro la historia de un muchacho judío que entabla realción su enemigo.Son los tiempos del mandato británico en Palestina y el entendimiento que une a Profi y a un sargento de la policía británcia es el primero de los actos de ‘traición’ de este niño. Acusado por quienes más quie-re, Profi hallará la verdadera patria de la que será fiel incondicional. A cambio de lecciones de inglés, Pro-fi acepta dar clases de hebreo al soldado, pensando que así podrá obtener informa-ción del “enemigo”; pero al enterarse de esa relación, sus amigos lo acusan de ser un traidor.

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