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Contenido
ANTECEDENTES .................................................................................................................. 4
Disputas entre el Perú y la Gran Colombia ............................................................... 4
Disputas entre el Perú y Ecuador ................................................................................ 5
Problema demarcatorio en la Cordillera del Cóndor .............................................. 7
Incidente de 1981, "Paquisha"/ "Falso Paquisha" ................................................... 8
POSICIONES .......................................................................................................................... 8
Posición ecuatoriana ....................................................................................................... 8
Posición peruana.............................................................................................................. 9
Desarrollo del conflicto .................................................................................................... 10
Nueva crisis ......................................................................................................................... 10
Situación militar del Perú y Ecuador ............................................................................ 11
El Cenepa bajo fuego .................................................................................................... 13
Término del conflicto ........................................................................................................ 17
Declaración de Paz de Itamaraty .................................................................................... 17
Acta de Brasilia ............................................................................................................... 18
Sucesos posteriores...................................................................................................... 19
Controversias .................................................................................................................. 21
Análisis de la guerra informativa entre medios peruanos y ecuatorianos
durante la Guerra del Cenepa ..................................................................................... 22
BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................... 22
2
LA GUERRA DEL CENEPA O GUERRA DE TIWINZA
4
fue un conflicto bélico localizado dentro de la zona en reclamación, que
enfrentó a las fuerzas armadas del Perú y Ecuador durante los meses de
enero y febrero de 1995; nunca hubo declaración formal de guerra entre
ambos países, ni llegó a generalizarse por toda la frontera común. Las
operaciones militares se sucedieron en territorio que hasta ese entonces se
hallaba no delimitado, correspondiente a la cuenca del Río Cenepa, que es
una zona de selva alta de complicado acceso, donde los factores climáticos y
logísticos dificultaron los desplazamientos militares.
El conflicto se resolvió con el apoyo de Argentina, Chile, Brasil y EE. UU.
(países garantes del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro
del 29 de enero de 1942), y bajo su tutela se pudo terminar el proceso de
demarcación, fijando la frontera entre los tramos pendientes comprendidos
entre los hitos Cunhime Sur y 20 de Noviembre, y Cusumaza–Bumbuiza y
Yaupi–Santiago.[2] Dentro de los lineamientos establecidos por el Protocolo
de Río de Janeiro, bajo el fallo arbitral de Braz Días de Aguilar.
En el Acta de Brasilia, tanto Perú como Ecuador, aceptaron la fijación de la
frontera pendiente, un tramo de 78 kilómetros, de acuerdo a un dictamen de
los Garantes del Protocolo de Rio de Janeiro. Mismo que fue aceptado
previamente, y ratificado luego, por los congresos de ambos países.[3]
Así, se estableció la frontera sobre las cumbres de la Cordillera del Cóndor,
otorgando a Perú la zona en disputa (incluyendo Tiwinza), a la vez que Perú
cedía a Ecuador la propiedad, pero no la soberanía, de un kilómetro
cuadrado donde se encuentra Tiwinza (donde están sepultados 14 soldados
ecuatorianos).[4] También se firmaron acuerdos de Comercio y Navegación,
de Integración Fronteriza y de instalación de una comisión binacional sobre
Medidas de Confianza Mutua y Seguridad.[5]
ANTECEDENTES
Disputas entre el Perú y la Gran Colombia
La reclamación por parte de Ecuador de un acceso con soberanía a la
cuenca del Amazonas se remonta a 1827, cuando Simón Bolívar, gobernante
de la Gran Colombia, de la que Ecuador formó parte hasta 1830, reclamó
como territorios que le correspondían a su país los de Tumbes, Jaén
(Cajamarca) y Maynas (entendiéndose por Maynas el territorio conformado
por los actuales departamentos peruanos de Loreto y Amazonas).
La Gran Colombia reclamaba esa comarca como compensación por las
deudas de la campaña emancipadora y por los "reemplazos" (el costo de
reponer con nuevos efectivos las bajas sufridas en las tropas de apoyo a la
5
guerra independentista peruana). En respuesta, el 17 de mayo de 1828, el
Congreso de la República del Perú rechazó tales pretensiones por considerar
que dejaban de lado el principio del que implicaba tomar como punto de
partida el territorio tradicionalmente ocupado por cada país al año 1810. En
consecuencia, autorizó al presidente José de La Mar a tomar las medidas
militares del caso. En virtud de ello, tropas peruanas invadieron la ciudad de
Guayaquil, pero fueron rechazadas por las tropas al mando del general
Antonio José de Sucre.
Ese enfrentamiento no terminó con la batalla (o combate) de Tarqui (o
Portete de Tarqui), puesto que las fuerzas peruanas ocupaban todavía
Guayaquil, sino con el levantamiento de Lima, que permitió la caída del
presidente y la firma el Tratado Larrea-Gual de 22 de septiembre. Este
tratado, también conocido como Tratado de Guayaquil estableció que el límite
entre la Gran Colombia y el Perú sería el mismo que existió entre los
virreinatos de Nueva Granada y el del Perú, descartando de forma meridiana
cualquier discusión sobre presuntos derechos al sur de la línea de frontera
determinada por el río Zarumilla.
Disputas entre el Perú y Ecuador
Cuando se constituye el Estado ecuatoriano, se suscribieron diversos
acuerdos y tratados con la finalidad de trazar la frontera entre ambos países,
sobre todo en la parte amazónica. Ecuador señaló la existencia del Protocolo
Pedemonte-Mosquera que, firmado en 1830, fue una continuación del
Tratado Larrea-Gual. Perú cuestionó la validez de ese tratado, llegando a
afirmar que nunca se firmó, debido a que jamás se encontró el documento
original.
Durante 1859 y 1860, ambos países libraron una guerra sobre un territorio
cercano al río Amazonas. Ecuador ingresó a una guerra civil que impidió las
relaciones diplomáticas con el resto de Hispanoamérica, incluyendo al
Presidente del Perú Ramón Castilla, ya que no existía un gobierno
reconocido en Ecuador con el cual tratar. Igualmente, entre 1879 y 1883 el
Perú participó en la Guerra del Pacífico contra Chile y no pudo atender otros
asuntos diplomáticos.
En 1887, un tratado suscrito por ambas naciones estableció que el Rey de
España actuaría como árbitro. Se pensó que ese Tratado, denominado
Herrera-García, resolvería permanentemente el conflicto. El Congreso de la
República del Perú señaló que ratificaría el tratado sólo después de que se
introdujeran algunas modificaciones, por cuanto lo consideraba poco
favorable para su país. Ante ello, Ecuador se retiró del proceso en protesta
por las modificaciones peruanas, y el Rey se abstuvo de proponer una
6
decisión.
En el siglo XX Ecuador se enfrentó nuevamente a Perú. Se dieron nuevos
incidentes limítrofes. El más importante de esos conflictos fue el que se dio
en el año de 1910. En 1922 hubo otra disputa referida a la firma del Tratado
Salomón Lozano entre Perú y Colombia, que resultó favorable a esta última
nación. Este tratado causó malestar tanto en Perú (donde se señala que el
presidente Augusto B. Leguía lo suscribió bajo presión de los Estados
Unidos), como en Ecuador, que se veía, de esa forma, limitando con Perú por
el este.
En 1936, tras largos años de incidentes y negociaciones, se fijó una "línea de
Status Quo", en calidad de frontera provisional mutuamente reconocida,
tomando como base los territorios que de facto poseía cada país. Dentro de
dicha línea provisional, en la zona correspondiente al actual departamento
peruano de Amazonas, se fijaba, como frontera natural, la Cordillera del
Cóndor.
Status-Quo fronterizo en 1936, previo a la guerra de 1941
El 11 de enero de 1941, alegando que los ecuatorianos habían realizado
incursiones e incluso ocupado territorio peruano en la provincia de Zarumilla,
el presidente del Perú, Manuel Prado Ugarteche, ordenó la formación del
Agrupamiento Norte, una unidad militar a cargo del Teatro de operaciones
del Norte.
La posición peruana alegó en 1941 que Ecuador desconoció esa línea
provisional por lo que movilizó su ejército, ingresando a territorio ecuatoriano
por Tumbes (localidad de Aguas Verdes limítrofe con Huaquillas). El Perú
empleó sus recursos militares haciéndose con el control del espacio
previamente ocupado por Ecuador los días 5, 23 y 24 de julio, y que
7
constituía el 50% del territorio que dicho país consideraba suyo.
La Fuerza Aérea del Perú bombardeó la población ecuatoriana de Santa
Rosa, en la provincia fronteriza ecuatoriana de El Oro, y amenazó con hacer
lo mismo con la ciudad de Guayaquil. Tropas peruanas invadieron regiones
del sur del Ecuador, y presionaron hasta la firma del protocolo de Río de
Janeiro el 29 de enero de 1942, cuya legitimidad fue garantizada por
Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de América. La firma del protocolo
de Río de Janeiro confirmó la línea del “Status Quo” de 1936, firmada en
Washington por Perú y Ecuador, menos la pérdida por parte de Ecuador de
5.392 millas cuadradas.
Problema demarcatorio en la Cordillera del Cóndor
La demarcación de la línea fronteriza establecida en el protocolo, mediante el
levantamiento de hitos, se inició en 1947. Sin embargo, ésta no fue
culminada en la zona de la Cordillera del Cóndor, debido a que, mediante un
levantamiento, se "descubrió" la presencia del río Cenepa, entre el río
Zamora y el río Santiago. Eso implicaba que lo consignado en el protocolo no
correspondía con la geografía real de la zona. El río Cenepa era un accidente
geográfico conocido desde muchos años antes, tal como lo reconoce en un
ensayo el ex presidente peruano Fernando Belaúnde Terry. La suspensión se
basó en la posición ecuatoriana, que señalaba la inexistencia de un
"Divortium Aquarum" (divisoria de aguas) entre el río Zamora y el río
Santiago, como contempla el Protocolo de Río de Janeiro. En efecto, el
árbitro brasileño Braz Días de Aguilar solamente menciona que los ríos
necesarios para efectos de demarcación son el Zamora y el Santiago. Según
el punto de vista ecuatoriano, este tema, añadido a otras "inconsistencias" en
el texto del protocolo, fueron causa de que la demarcación se suspendiera
unilateralmente. Como conclusión, Ecuador mantuvo durante años la tesis de
que el protocolo era inejecutable.
En el plano diplomático los representantes peruanos y ecuatorianos no
pudieron ponerse de acuerdo. La colocación de hitos fronterizos, convenida
en el protocolo de 1942, imprescindible en una zona tan agreste, no pudo ser
concluía, pues se detuvo en 1950, quedando sin demarcar un espacio de 78
kilómetros lineales.
El presidente ecuatoriano José María Velasco Ibarra, en 1960, pretendió
declarar la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro, arguyendo que "fue
firmado bajo la fuerza y con amenazas", cuando las Fuerzas Peruanas
"ocupaban" territorio ecuatoriano. Estas declaraciones del mandatario
ecuatoriano mostraron las intenciones de Ecuador de buscar una salida a la
cuenca del río Amazonas prescindiendo de lo señalado por el Protocolo de
8
Río de Janeiro.
Incidente de 1981, "Paquisha"/ "Falso Paquisha"
El 22 de enero de 1981, el gobierno peruano denunció un ataque a una de
sus aeronaves cuando realizaba una misión de abastecimiento a puestos de
vigilancia en el río Comaina (territorio peruano). El entonces Presidente del
Perú, Arquitecto Fernando Belaúnde Terry, ordenó la inspección del río
Comaina hasta sus nacientes en el lado oriental de la Cordillera del Cóndor,
comprobándose la existencia, dentro de territorio peruano, de tres
destacamentos militares ecuatorianos, con sus respectivas instalaciones.
Este hallazgo causó acciones de fuerza, logrando las fuerzas peruanas
desalojar los destacamentos ecuatorianos.
La posición ecuatoriana señalaba que esos destacamentos correspondían a
la base de "Paquisha", establecida en territorio ecuatoriano. Pero, tras la
medición de las coordenadas, se comprobó que no correspondían a la
mencionada Paquisha sino, como lo calificó el presidente Belaúnde, a un
"falso Paquisha". Tras las escaramuzas, que motivaron la intervención de la
Organización de Estados Americanos (OEA), el acta Sorrosa-Du Bois fijó las
coordenadas de ubicación permitidas para las tropas fronterizas, ratificando
la condición de la mencionada cordillera como límite natural entre ambos
países.
En 1992, los presidentes del Perú y Ecuador, Alberto Fujimori Fujimori y
Rodrigo Borja Cevallos, suscribieron el llamado Pacto de Caballeros en el
que se comprometían a buscar soluciones pacíficas a las diferencias. Sin
embargo, en el mes de diciembre de 1994 se empiezan a notar
movilizaciones del ejército del Ecuador, que desde 1981 había estado
preparándose para afrontar un conflicto generalizado, desplegando sus
sistemas de defensa en el área de la Cordillera del Cóndor.[6]
POSICIONES
Cada uno de los países tiene un pensamiento diferente, a continuación se
describe la de cada uno de ellos (ordenado alfabéticamente):
Posición ecuatoriana
La argumentación ecuatoriana señala, por su parte:
El Protocolo de Río de Janeiro es un tratado cuyo cumplimiento no puede ser
9
exigido al Ecuador por cuanto fue un texto impuesto, y su suscripción se
realizó estando ocupada una gran parte del territorio nacional.
El Protocolo de Río de Janeiro señala el divisor de aguas Zamora-Santiago
para distribuir equitativamente entre los dos países el espacio geográfico
entre los ríos Zamora y Santiago. Sin embargo, en la realidad geográfica no
existe dicha divisoria de aguas por el hecho de que el río Cenepa, que antes
se pensaba que era un afluente insignificante del río Marañón-Amazonas,
resultó ser un sistema hidrográfico independiente y mucho más extenso,
interpuesto entre el Zamora y el Santiago. Al no existir la divisoria de aguas
Zamora-Santiago es inaplicable el trazado de la frontera en este sector
enunciado en el artículo VIII. B.1.[7]
Ante esa inejecutabilidad del Protocolo, resulta indispensable establecer una
línea de frontera que distribuya equitativamente entre los dos países el
espacio geográfico comprendido entre los ríos Zamora y Santiago.
Esa distribución, no obstante, sólo puede hacerse atendiendo a los derechos
de las partes y reconociendo al Ecuador el acceso que demanda al Marañón-
Amazonas, en debida atención a sus históricos derechos amazónicos y a los
requerimientos de su desarrollo como país condómino en la Cuenca del Gran
Río. De esa forma se abrirán amplias posibilidades para la cooperación de
las dos partes en proyectos de interés común en la Amazonia, y para una útil
y fácil comunicación de los puertos marítimos del Ecuador tanto con los
accesos ecuatorianos al Amazonas y sus afluentes como con los polos de
desarrollo binacional y multinacional en la región.
Posición peruana
La argumentación peruana señala lo siguiente sobre este tema:
El Perú no tiene territorios pendientes de "devolución" con ninguno de sus
vecinos;
Mientras Tumbes y Piura son invariablemente peruanas, Jaén perteneció a la
Real Audiencia de Quito sólo entre 1563 y 1567 y entre 1819 y 1821,
habiéndose pronunciado multitudinariamente por su pertenencia al Perú en
ambas oportunidades, decisión ratificada por el virrey Francisco de Toledo
(1569-1581, durante el reinado de Felipe II de España, 1556-1598, de la
Casa de Austria) y por el gobierno del Perú en 1821;
Maynas (esto es, Amazonas y Loreto) nació como provincia peruana y fue
adscrita al Virreinato de Santa Fe de Bogotá recién en 1772, pero pasó a ser
una gobernación directamente dependiente del Virrey del Perú o Virreinato
10
del Perú por cédula real del 15 de julio de 1802.
El Protocolo de Río de Janeiro es un tratado internacional perfectamente
ejecutable y su cumplimiento no admite revisión alguna.
Desarrollo del conflicto
Nueva crisis
En vista de los incidentes fronterizos acaecidos entre Agosto y finales de
1991, se produjo a comienzos de 1992 en Quito, un encuentro entre los
presidentes de los dos países. La visita del presidente peruano, Alberto
Fujimori, se proponía allanar las dificultades que impedían una solución
diplomática al problema fronterizo, firmándose el llamado "pacto de
Caballeros". En la tarde del 9 de enero de 1995, cerca de las 17:30 horas, en
la zona del Cenepa, una patrulla de cuatro soldados peruanos del Batallón de
Infantería de Selva "Callao" Nº 25 tuvo un encuentro con una patrulla
ecuatoriana del Batallón Nº 63 "Gualaquiza". Al día siguiente las tropas
peruanas son acompañadas por las ecuatorianas hasta el PV-1. El 11 de
enero se produce un nuevo encuentro, de nuevo en la zona peruana del
Cenepa, cerca de las 13:00, la patrulla peruana -de aproximadamente 10
soldados- es conminada por los ecuatorianos y se inicia un breve intercambio
de disparos.
Sin embargo, estos incidentes fueron solucionados por la vía diplomática,
llegando incluso a emitirse el 14 de Enero de 1995, una declaración conjunta
que enfatizaba: "en la zona de frontera, hay un clima de paz y tranquilidad".
En los días 19 y 22 de ese mismo mes, se volvieron a registrar escaramuzas
entre patrullas militares de los dos países.
Las versiones políticas atribuyeron el crecimiento del enfrentamiento a la
situación política que reinaba en ambos países; así, mientras el presidente
ecuatoriano Sixto Durán Ballén se encontraba con bajísimos niveles de
aceptación popular, su homólogo peruano Alberto Fujimori preparaba el
camino para su reelección. En ambos casos, la popularidad de los
mandatarios se incrementó.
Argentina, siendo parte del Protocolo de Río de Janeiro, y, por lo tanto,
obligadamente neutral en el conflicto, proporcionó armas a Ecuador para ser
usadas en contra del Perú, hecho que se tornó en todo un escándalo
internacional, que incluso salpicó al gobierno venezolano de aquel entonces,
llegando la Presidenta argentina Cristina Kirchner, en ocasión de una visita
oficial al Perú el 22 y 23 de marzo de 2010, a ofrecer disculpas formales en
11
nombre de su país.[8]
En total se despacharon 75 toneladas de armamento, por un valor de 33
millones de dólares, que comprendían ocho mil fusiles FAL, 36 cañones de
105 y 155 mm., diez mil pistolas de 9 mm., 350 morteros, 50 ametralladoras
pesadas, 58 millones de municiones, 45.000 proyectiles de cañón, nueve mil
granadas, y explosivos. Estas armas partieron del aeropuerto bonaerense de
el 17, 18 y 22 de febrero con destino a Venezuela, que después fueron
transferidas a Ecuador.[9]
Chile, por su lado, también había realizado entregas de armas y pertrechos
militares al Ecuador, en plena guerra del Cenepa. Parlamentarios opositores
al régimen de Alberto Fujimori en el Perú, denunciaron que éste había
negado el permiso para que aviones de la FAP interceptaran a dos aviones
cargueros de la FAE, que, después de realizar una escala en Brasil, se
dirigieron a Iquique, en Chile, con el fin de cargar pertrechos y armas. Chile
se defendió, aduciendo que se cumplió la entrega de un contrato de venta de
armas, firmado antes del inicio del conflicto.[10] [11] La venta de armas de Chile
a Ecuador, se realizo el 31 de Enero de 1995.El monto de la venta fue de
1millon 900mil dólares y consistió en 3,000 fusiles, 7,829 cargadores y 300
cohetes Low.[12]
Situación militar del Perú y Ecuador
La situación militar de ambos países al inicio del conflicto, venía a ser muy
dispareja, a diferencia de la imagen que representaban; las ventajas estaban
del lado ecuatoriano.
El Perú afrontaba desde 1980 una guerra interna desatada por el grupo
terrorista Sendero Luminoso, que conoció su más cruenta etapa entre 1982 y
1991. Las Fuerzas armadas del Perú se hicieron cargo de la lucha
antisubversiva desde Diciembre de 1982, con el consiguiente desgaste que
ello conlleva, tanto económico como social.
La Fuerza Aérea peruana, que desde la década de los años 60 y parte de los
80, había llegado a ser considerada como una de las más poderosas de
Hispanoamérica, se hallaba, en 1995, en una deplorable situación. Así, en el
momento de estallar el conflicto, de más de 100 aparatos de combate que
tenía en inventario, sólo se hallaban operativos: 3 Mirage 2000, 7 Sukhoi 22,
4 Camberras, 8 A-37B y 5 helicópteros artillados Mi-25; los Mirage 2000, que
venían a ser los aviones más modernos de la FAP, no contaban con misiles
aire-aire de medio alcance. Los sistemas de radar sólo tenían una
operatividad del orden de menos del 45%, y los sistemas antiaéreos, del
20%.[13] Por el lado ecuatoriano, después del Incidente de 1981 "Paquisha",
12
se inicia una serie de compras y modernizaciones de sus sistemas aéreos y
terrestres; entre los más importantes está la compra de aviones Kfir C2, y las
modernizaciones de sus Mirage F1. Se puede afirmar que, para inicios de
1995, la Fuerza Aérea del Ecuador era una de las más competentes de la
región, contando con un arsenal de 12 Mirage F.1JAs, 10 Kfir C.2s, 10
Jaguars MK.1 y 10 A-37B. Sus fuerzas terrestres habían sido preparadas
durante largo tiempo para el combate en la selva; a lo largo de la guerra del
Cenepa se desplegaron, preferentemente, soldados profesionales de
brigadas de fuerzas especiales como los "Iwias". En contraparte de esto, el
ejército peruano estaba conformado al principio del conflicto, en su grueso,
por conscriptos de servicio militar obligatorio escasos de preparacion. Las
fuerzas armadas ecuatorianas hicieron uso de sus cortas líneas de
abastecimiento y la ventaja geográfica que otorga la cordillera del Cóndor
(6500 pies de altura) para atacar directamente con morteros y lanzadores de
cohetes múltiples, a tropas del ejército peruano que intentaban fortalecer sus
posiciones. Todo esto gracias al uso de tecnología moderna, tal como el
posicionamiento global satelital GPS, para localizar con precisión su
objetivo.[14] A pesar de que la sofisticación del armamento data de los años
60’s y 70’s, un conflicto armado a esta escala era desconocido entre países
hispanoamericanos. Las fuerzas armadas ecuatorianas lograron adoptar una
defensa activa y un combate tierra-aire, conceptos implementados por
fuerzas armadas estadounidenses e israelíes.[15] Conceptos y técnicas que el
general Paco Moncayo aprendió y aplicó tras su estancia en Israel como
agregado militar en ese país en 1986.[16] Gabriel Marsella, analista
estadounidense de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de los EE.UU
dice lo siguiente:
La limitada victoria del Ecuador en el Cenepa genera un nuevo umbral en el
antiguo conflicto: Ecuador ha logrado una victoria militar sobre Perú por
primera vez desde la batalla de Tarqui en 1829. Los ecuatorianos integraron
exitosamente las estrategias militares, operaciones y tácticas con una
acertada campaña de información tanto en lo nacional (diplomacia) como en
lo militar (operaciones sicológicas)"
El material perdido y el número de bajas no combatientes por parte del Perú
(300) dejó entrever que el Perú estaba lejos de estar preparado para un
enfrentamiento con Ecuador, lo que motivó una severa crítica en el país.[
Todo esto agudizado por una deficiente línea de abastecimientos, a causa de
la distancia y las condiciones meteorológicas y geográficas por el lado
peruano. En una carta de un alto militar del Ejército peruano que participó en
el conflicto se desvela lo siguiente:
" de todas las armas tuvimos que valernos de los viejos fusiles FAL que
tuvieron problemas cuando por los años 75 se compraron a los argentinos;
13
con estas armas y unos cuantos RPG, sin base de fuegos de morteros, sin
artillería, sin apoyo aéreo, sin inteligencia, nos enfrentamos a una fuerza
moderna,(…) En esas condiciones, recuperamos Cueva de los Tayos, Base
Sur, llegamos a Tiwinza pero ya desgastados por una terrible y larga línea de
abastecimientos pero no pudimos mantenerla; es verdad nuestros hombres
sufrieron hambre, porque no tuvieron raciones oportunamente, porque los
cargadores eran emboscados, porque nos infiltrábamos en terreno ocupado
por el enemigo y nuestras tropas quedaban aisladas".[19]
Otro aspecto de gran importancia es la diferencia en los gastos militares de
ambos países. En el periodo 1985 a 1994, los gastos de Defensa en el Perú
disminuyeron en un 13%, mientras en el Ecuador se incrementaron en un
58%.[20] A pesar de la diferencia en gastos militares, no todo se encontraba a
favor del lado ecuatoriano, vistas las limitaciones impuestas por el ejecutivo
ecuatoriano, que prohibió al alto mando militar emprender acciones contra el
eje Jiménez Banda-Soldado Pastor, desde donde llegaban abastecimientos y
refuerzos.[21] General Paco Moncayo:
"La situación militar se había vuelto desagradable por la presencia de la
fuerzas peruanas en el interior de nuestro dispositivo, y la imposibilidad de
desalojarles".[22]
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El Cenepa bajo fuego
24 de enero: El Perú moviliza sus tropas, mientras la FAE realiza los
preparativos para alistar su flota para el inminente combate.
25 de enero: Ecuador militariza la zona de la Cordillera del Cóndor después
conocida como Base Sur, la cual era aún territorio en litigio.
26 de enero: Una patrulla del BIS (Batallón de Infantería de Selva) Nº25 del
Ejército peruano realizaba labores de construcción de un helipuerto en la
zona de la quebrada Fashin y la cabeza del río Cenepa, cuando es atacada
por el Grupo de Fuerzas Especiales Nº26 del Ejército ecuatoriano.
14
Un helicóptero ecuatoriano Super Puma realizando relevo de tropas durante
el conflicto.
27 de enero: Tanto Perú como Ecuador ordenan el despliegue general de
sus tropas en la línea fronteriza y la costa del Pacífico, listos para atacar en
caso de una eventual guerra total. Durante toda la guerra se movilizaron
alrededor 140 000 hombres.
28 de enero: A las 7:45 horas fuerzas peruanas lanzan su primer ataque
terrestre contra posiciones ecuatorianas en la cabecera de las aguas del
Cenepa. A las 11:05, los ataques se renuevan, pero esta vez con apoyo de
helicópteros artillados peruanos que daban cobertura a las tropas terrestres.
En este combate se reporta un helicóptero peruano alcanzado por un misil
tierra-aire Igla-1E (SA-16). A las 12:05, caza-bombarderos de la FAP hacen
su primera aparición en el valle del Cenepa y se retirarían tras ser informados
de la presencia de interceptores de la FAE.[23]
29 de enero: En un patrón que se repetiría constantemente los próximos
días, fuerzas peruanas lanzarían múltiples y simultáneos ataques en todo el
área, en un esfuerzo por debilitar las posiciones ecuatorianas en Tiwinza,
Cueva de los Tayos, Base Sur y Coangos, llegando a derribar un helicóptero
Mi-8TV de la FAP, también se reporta el derribo de un segundo helicóptero
por parte de la MANPADS de Ecuador, aunque este segundo derribo no ha
podido ser confirmado. Al final del día el Perú anuncia que se capturaron 3
base ecuatorianas, algo que el gobierno del Ecuador negó.
31 de enero: Después de 24 horas de calma, tropas peruanas renuevan sus
ataques contra Tiwinza, Coangos y Cueva de los Tayos. Ecuador y Perú
rechazan bilateralmente una llamada internacional para un cese al fuego
inmediato.
1 de febrero: los ataques continúan, pero esta vez con el apoyo de artillería
pesada. Aviones peruanos biplaza de ataque ligero A-37B hacen su aparición
en el campo de guerra, bombardeando posiciones ecuatorianas. Incluso la
base de Cóndor Mirador en la cumbre de la cordillera del Cóndor cae bajo el
15
fuego de los aviones de la FAP.
2 de febrero: Se realizan no menos de 12 ataques aire-tierra por parte de la
FAP, que ofrecía apoyo a sus tropas que trataban de tomar Cueva de los
Tayos y Base Sur.
3 de febrero: Strikemasters Mk 89 y bombarderos ligeros A-37B
ecuatorianos, bajo cobertura aérea de interceptores de la FAE, hacen su
primera aparición en el campo de batalla, bombardeando posiciones
peruanas.
4 de febrero: Embraer EMB 312 Tulcanos de la FAP realizan una salida
nocturna bombardeando la posición enemiga de Tiwinza.
6 de febrero: La FAP hace por primera vez uso de sus bombarderos a
reacción Camberra para atacar posiciones ecuatorianas. Un Camberra se
reportó como perdido a causa de las malas condiciones meteorológicas, otras
versiones afirman que fue víctima de fuego antiaéreo.[24]
7 de febrero: Un helicóptero Mi-25 peruano es derribado tras una sucesión
de, por lo menos, dos impactos de misiles antiaéreos Igla. Bombarderos A-
37B de la FAE, escoltados por interceptores Kfir, atacan posiciones
peruanas. Uno de los A-37B llega a ser alcanzado por la artillería antiaérea,
pero consigue retornar a su base.
9 de febrero: La actividad aérea se intensifica en ambas bandos. La FAP
lleva a cabo no menos de 16 misiones usando caza-bombarderos Sukhoi Su-
22. Esta vez los bombarderos Camberra realizan un bombardeo nocturno.
10 de febrero: La actividad aérea se intensificó en la zona de batalla.
Durante la mañana bombarderos A-37B y Sukhoi Su-22M son enviados por la
FAP para atacar posiciones ecuatorianas. Según la versión ecuatoriana, a las
12:45 salen 4 interceptores ecuatorianos (2 Mirage F.1JAs y 2 IAI Kfir C.2s)
tras haber detectado 5 aeronaves, un IAI Kfir C.2 derriba un A-37B peruano, y
dos Su-22 peruanos son derribados por los Mirage F.1, mientras que otro A-
37B peruano logra escapar de un IAI Kfir C.2 tras una gran maniobra volando
a ras de los árboles. Según la versión peruana los Sukhoi-22 peruanos fueron
derribados por artillería antiaérea; un inicial comunicado oficial de las FFAA
Ecuador, publicado el sábado 11 de febrero de 1995 en el Diario El Universo
de Guayaquil (año 74, Nº 149, Página 1), daba una versión similar a la
peruana.
11 de febrero: A medida que el conflicto terrestre toma fuerza, la actividad
aérea en el área se incrementa, así, aviones de ataque A-37B ecuatorianos
16
lanzan un ataque sobre posiciones peruanas. Un A-37B de la FAE es
alcanzado por un misil de la MANPAD peruana, pero la tripulación consigue
volar de regreso a su base.
13 de febrero: Un grupo de tanques refuerza la brigada 7 Loja ecuatoriana,
mientras que el Perú lanza fuertes ataques con cobertura aérea contra de las
posiciones ecuatorianas de Coangos y Tiwinza. Según fuentes ecuatorianas,
un helicóptero Mi-8TV y un Mi-17 peruanos fueron derribados; las fuentes
peruanas niegan esos derribos. En la noche el presidente peruano Alberto
Fujimori aparece en TV declarando la toma de Tiwinza.
14-16 de febrero: Los combates continúan a lo largo de todo el área de
conflicto. El miércoles 15 de febrero un grupo de periodistas internacionales
arriba a Tiwinza tras una invitación del ejército ecuatoriano que, con
posicionadores GPS, demuestran las coordenadas exactas de Tiwinza
(3°27'57.18" Sur, 78°15'8.72" Oeste) hechas públicas a principios de febrero
de 1995, buscando desmentir, así, las declaraciones del presidente peruano
Alberto Fujimori, hechas dos días atrás públicamente.[26]
17 de febrero: En presencia de cuatro países garantes del Protocolo de Río
(Estados Unidos de América, Brasil, Chile, Argentina), el vice-ministro
ecuatoriano de asuntos exteriores, Marcelo Fernández de Córdoba y el vice-
ministro peruano de asuntos exteriores, Eduardo Ponce, firman en Brasil la
Declaración de Paz de Itamaraty, confirmando un alto el fuego inmediato y el
establecimiento de un grupo de paz MOMEP (Military Observer Mission,
Ecuador Perú), encargado de supervisar el cumplimiento del alto el fuego, a
través de la puesta a cargo por parte de la MOMEP de las bases de Tiwinza y
Base Sur, y el establecimiento de los límites de una zona desmilitarizada.
Ecuador y Perú se comprometen a emprender las conversaciones en torno a
las causas pendientes de ambos países.[27]
21 de febrero: Los primeros observadores de la MOMEP arriban a la base
ecuatoriana de Patuca, pero enfrentamientos a lo largo de todo el día impiden
que los observadores alcancen el área de conflicto. Ecuador reclama que
helicópteros peruanos sobrevuelan constantemente sobre posiciones
ecuatorianas, violando así el alto el fuego; el Perú, por su parte, denuncia un
constante acoso por parte de la artillería ecuatoriana a las posiciones
peruanas.
22 de febrero:, conocido como el "Miércoles negro", pues el ejército
ecuatoriano tuvo una cantidad de bajas superior al total de bajas acumulado
desde el inicio de la guerra, 13 muertos y 20 heridos aquel día, cantidad
corroborada por el general ecuatoriano Paco Moncayo; siempre según el
mismo general Moncayo, esa tarde y noche, tropas ecuatorianas toman
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represalias contra el bando peruano utilizando armas de apoyo de fuegos; al
día siguiente se habría detectado un movimiento de evacuación de bajas por
el lado peruano.[28] Se llevaban cinco días desde la Declaración de cese al
fuego de Itamaraty.
28 de febrero: En los días siguientes las escaramuzas continúan. Sólo la
presión de los garantes, básicamente EE.UU., logró que ambos bandos
respetaran el cese del fuego y se estableciera una zona desmilitarizada. De
esta manera se firma en Montevideo la declaración de “Reiteración del
compromiso a proceder a un inmediato y efectivo cese el fuego”. Si bien
incidentes menores se dan a lo largo de los siguientes meses, la Guerra del
Cenepa ha terminado oficialmente.[26]
Término del conflicto
Declaración de Paz de Itamaraty
El 17 de febrero de 1995, se firma la Declaración de Paz de Itamaraty, en
Brasil, que determina la retirada de las tropas de ambos países.[29]
Sin embargo, en incidentes "confusos", se producen nuevos combates en la
zona del Cenepa (Tiwinza, Base Sur y Cueva de los Tayos). Si bien ni
Ecuador ni Perú cumplieron lo acordado en el tratado de Itamaraty, la versión
oficial ecuatoriana es que, debido a que el Presidente del Perú, Alberto
Fujimori, había anunciado anteriormente la captura de estos destacamentos,
era indispensable tomarlos antes de la llegada de los observadores y
periodistas a la zona. Periodistas peruanos y Alberto Fujimori llegan
escoltados por un pequeño grupo de soldados al izamiento de la bandera
nacional del Perú en Cueva de los Tayos, un hecho que la representante de
los Estados Unidos ante la OEA, calificaría el viaje de Fujimori en una reunión
urgente de la OEA el 23 de febrero de 1995, de "provocación". El gobierno
estadounidense también expresaría su rechazo ante el uso bélico que se le
dio el 22 de febrero a los helicópteros que aquel gobierno dono al Perú para
combatir el narcotráfico. El sábado 25 de febrero los garantes instan a las
partes "a evitar cualesquiera iniciativas que puedan ser interpretadas como
amenaza o como provocación". Finalmente se desmilitarizó la zona de
conflicto; tropas ecuatorianas se replegaron en Coangos y tropas peruanas
hicieron lo mismo en PV1.[30]
Según la tesis de Javier Pérez de Cuéllar, la desmilitarización debió
efectuarse en ambos lados de la frontera, teniendo así la base de Coangos
que ser desmilitarizada, ya que desde la cumbre de este sitio tropas
ecuatorianas recibían apoyo logístico de su artillería, lo que facilitaría un
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supuesto nuevo infiltra miento de tropas ecuatorianas en Tiwinza.[cita requerida]
Acta de Brasilia
Observadores de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro se
desplazan hasta la zona del conflicto. El 2 de marzo, tras cinco semanas en
enfrentamientos y escaramuzas, terminan los combates. Hay numerosos
heridos y muertos por ambos lados. Durante el proceso de negociación,
ambas partes ceden terreno, dejando a un lado sus posiciones extremas; el
Ecuador reconoce la “parcialidad” de la inejecutabilidad del protocolo de Río y
por consiguiente reconoce la autoridad del susodicho. El Perú, por su parte,
reconoce por primera vez la existencia de una disputa y la necesidad de una
revisión de los impases del protocolo de Río.[31]
Los impases existentes se pueden resumir en cuatro puntos:
Inejecutabilidad parcial del Protocolo de Río de Janeiro por la inexistencia del
divisor de aguas entre los ríos Zamora y Santiago. Acceso libre y soberano
ecuatoriano al Marañón - Amazonas.
Problemas de demarcación: a) Sector Cucumaza Bumbuisa y el Yaupi
Santiago.. b) Sector Lagartococha-Güepí.
Problemas que generan los cortes de los ríos por las líneas geodésicas.
Problema en el río Napo, Sector Yasuní-Aguarico.
Canal del Zarumilla.
Tras una casi fallida ronda de negociaciones, la diplomacia condujo al
acuerdo de Brasilia, el 24 de octubre de 1998, firmado por el presidente
peruano Alberto Fujimori y su colega ecuatoriano Jamil Mahuad. Los países
garantes (Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos de América) resolvieron
que las altas cumbres de la cordillera del Cóndor y la región de Tiwinza, de
20 Km², pertenece al Perú, se concede al Ecuador 1 km² de Tiwinza como
propiedad privada bajo la legislación privada del Perú, con la excepción de
que esta propiedad nunca podrá ser expropiada del Ecuador, se la usará
para realizar actos conmemorativos y no militares. A todo aquel que nazca en
Tiwinza se le considerará peruano. El Perú deberá garantizar el derecho
perpetuo de libre navegación por el río Amazonas y sus afluentes
septentrionales, establecido en el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río
de Janeiro del 29 de enero de 1942, habiendo recibido, además, un permiso
por 50 años para establecer dos embarcaderos comerciales, cada uno de
150 hectáreas, y libres de impuestos. Estos embarcaderos serán
administrados por las empresas que designe el Ecuador, pero tendrán que
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ser registradas bajo la legislación peruana.[32] Un parque binacional
ecológico, aún por implementar, sería la representación de la paz entre
ambos países hermanos. También se establecieron los nuevos hitos en el
sector de Lagartococha – Güeppi y en Cusumasa-Bumbuiza y Yaupi-
Santiago en la cordillera de los andes, hitos que fueron causa de controversia
visto que el Perú cede 42 km² al Ecuador, algo visto como una decisión que
obedece a razones políticas más que técnicas por parte de la comisión
demarcadora. Quedando la base Teniente Ortiz en el Ecuador y el Puesto
Pachacútec en el Perú.
En mayo de 1999, de forma conjunta, finalmente se colocó el último hito, de
30 en total , 23 de ellos en el tramo de 78 km de frontera no demarcada en la
Cordillera del Cóndor.
Sucesos posteriores
Tras el cese de hostilidades, la reanudación del conflicto era una posibilidad a
tener en cuenta. Esto aceleró las gestiones para adquirir nuevo armamento.
Por el lado ecuatoriano, en 1996 se adquierieron 4 aviones Kfir C.2 y también
se empezaron las negociaciones para la adquisición de 8 Kfir C.10,
negociaciones que fueron vetadas por el gobierno de los Estados Unidos
para evitar una escalada armamentista en la región.[35] Mientras que por parte
del Perú, el 6 y 13 de mayo de 1996 se suscribe el contrato para la
adquisición de aeronaves MiG-29 y Sukhoi-25 respectivamente, compradas
de segunda mano a Bielorrusia.
En 1998 Perú denunció que Ecuador habría estado infiltrando elementos
militares en la zona del Cenepa, entre fines de Julio y mediados de Agosto de
1998, lo que obligo a la MOMEP, a restablecer una zona de control y
vigilancia. Con lo cual se volvió a una situación de tensión que amenazó con
desatar una nueva guerra entre ambos países. Como respuesta del Gobierno
peruano, se emite el Decreto de Urgencia Nº 032-98 el 14 de julio de 1998,
en el que se autoriza al Ministerio de Defensa la adquisición de tres
aeronaves MIG-29SE a la Federación Rusa por medio de la Cía.
ROSVOOROUZHEINE, por la suma de 126’293.000 dólares
estadounidenses.[36]
El ex-ministro peruano de defensa ex-general César Saucedo Sánchez
declaró en 2002, ante una comisión de investigación fiscalizadora del
congreso peruano:
Este decreto de urgencia lo firmé responsablemente, ya que, como Ministro
de Defensa y militar conocía las serias limitaciones de nuestras Fuerzas
Armadas, luego de la vergonzosa derrota de 1995 en el conflicto con el
20
Ecuador, que no sólo revisó la gravedad de haber costado la pérdida de
valiosas vidas de nuestros soldados, sino que adicionalmente fue destruido
parte de nuestro material bélico como, por ejemplo, 9 aviones y helicópteros
de la Fuerza Aérea y de nuestro Ejército, lo que nos puso en situación de
verdadero peligro y clara desventaja ante Ecuador, afectando peligrosamente
nuestra soberanía e integridad territorial.[37]
Cabe aclarar que estas declaraciones fueron hechas en el marco de una
acusación hacia el ex-ministro Saucedo en la que buscó mil motivos para
justificar su responsabilidad y que, además, la cartera de defensa la tomó en
julio de 1997, y no en 1995, cuando sucedió el Conflicto del Cenepa.
Hechos similares sucedieron en el Ecuador, en el que el general y ex-ministro
de defensa José Gallardo fue enjuiciado por haber cometido actos de
corrupción en la compra de fusiles en mal estado para el Ejército Ecuatoriano
durante el Conflicto del Cenepa.
Muy aparte del resultado real de los enfrentamientos bélicos, en el Ecuador la
propaganda montada produjo un sentimiento de reivindicación de sus
Fuerzas Armadas, pues intentaron esconder los resultados similares en 1941
y 1981. Entre los argumentos de esta propaganda eran repetitivos que
resistieron, manteniendo incluso algunas posiciones, las operaciones de
desalojo de las Fuerzas Armadas del Perú. No obstante, lo que sucedia en el
campo diplomático era que las conversaciones se daban de acuerdo a los
alineamientos hacia el Perú exigidos, entre las que se encuentran el respeto
irrestricto del Protocolo de Río de Janeiro por parte del Ecuador, pese a que
este reconocimiento explícito culminaba con sus aspiraciones de País
Amazónico.[38]
Según el General ecuatoriano Paco Moncayo:
"En un país carente de conciencia nacional desde su misma fundación en
1830, y rasgado por el intenso regionalismo y la rivalidad entre las ciudades
de Quito -ciudad capital-, y Guayaquil, -núcleo económico de la nación-, el
anti peruanismo pasó a convertirse en el único polo de atracción capaz de
unir a todos los ecuatorianos. Aunque en el Perú nunca llegó quizá a enraizar
un sentimiento generalizado de anti ecuatorianismo -a excepción hecha de
Iquitos y las regiones nororientales colindantes con el Ecuador,
paradójicamente los mismos territorios sobre los que el Ecuador insistía en
reclamar como suyos".
En el Perú, los resultados de las negociaciones que se definieron con el Acta
de Brasilia, hallaron encontrados sentimientos en la población, pero se
obtuvo un consenso a través del parlamento peruano, que finiquitó una
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salida, que se entiende como definitiva, a un largo conflicto.[40]
La comunidad regional saludó con beneplácito el fin de un problema regional.
Mientras, la diplomacia peruana de la época catalogó como un triunfo
peruano el resultado de las negociaciones, pues logró el cierre definitivo de
su frontera con el Ecuador en base al Protocolo de Río de Janeiro.[41]
Controversias
En la actualidad aún existe duda y controversia sobre el balance militar de la
guerra; ambos lados aseguran ser los vencedores de un conflicto que se
solucionó en la mesa de negociones, mas no en el campo de batalla, vista la
brevedad de un conflicto armado no declarado. El resultado de las mismas no
satisficieron enteramente a las partes involucradas
El general Paco Moncayo, ex jefe de las fuerzas ecuatorianas durante la
Guerra del Cenepa: su disconformidad con el resultado de las negociaciones:
Que la paz que se obtuvo fue "con los tanques peruanos amenazándonos.
Una paz impuesta por la fuerza; una paz en la cual nosotros concedimos todo
y no recibimos nada". En la negociación "Perú ganó todo y Ecuador perdió
todo".[42]
La reacción de la cúpula militar ecuatoriana al recibir la decisión de los países
garantes:
"QUITO.- Mientras en el salón Amarillo del Palacio de Gobierno los civiles
recibieron con aplausos y cantando el himno nacional la decisión de los
garantes, los militares mantuvieron otra actitud: tristeza, dolor, rabia, ira y
resignación, reflejaban sus rostros.[43]
Cáceres Velásquez, ex-diputado del congreso de la república del Perú:
Encuentro en este tratado que hay una cesión permanente de 37 kilómetros
cuadrados a nuestros vecinos del Ecuador, luego de haber escuchado la
exposición del señor Torres y Torres Lara; de ahí recojo lo concerniente al
kilómetro que estamos cediendo en Tiwinza. ¿Podrían los rusos ceder un
kilómetro en, los franceses un kilómetro en? ¿Podrían los chilenos habernos
dejado el Morro de Arica, señores congresistas? Yo creo que no. Nosotros
estamos haciendo justamente eso con Tiwinza, contribuyendo a que se
incentive la adicción del Ecuador por nuestra Amazonía. De otro lado,
estamos comprometiendo grandes recursos del Perú en favor del desarrollo
del Ecuador.
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Análisis de la guerra informativa entre medios peruanos y
ecuatorianos durante la Guerra del Cenepa
María Fernanda Burneo (ecuatoriana) en "Prensa y Nacionalismo:
Representaciones en la Guerra del Cenepa en febrero de 1995 - Análisis de
Discurso":
"el caso de estudio aquí analizado se ubica específicamente en febrero de
1995, durante la invasión a la base de Tiwinza en la zona de conflicto del Alto
Cenepa. En este mes se registró un alza en los ataques peruanos a dicha
zona en lo que se llamo también una guerra mediática, pues los medios tanto
ecuatorianos como peruanos jugaron un rol sumamente importante en la
emisión de las noticias sobre la posesión de las bases".[45]
La Revista Caretas Nº1349 (semanario político peruano) del año 1995:
"Mientras Ecuador utilizaba a fondo la "transparencia informativa", en el Perú
no hubo facilidades para la prensa extranjera durante toda la primera
semana. El resultado fue un desbalance que se hizo notorio en la cobertura
de la Tv Tanto CNN como TV Española ubicaron a sus corresponsales del
lado ecuatoriano. La semana pasada el noticiario CNN en español puso a su
conductor Jorge Gestoso en el frente de batalla al lado de tropas
ecuatorianas en imágenes emotivas.
La condición de Perú como país agresor se hace más creíble, ante la opinión
pública internacional, debido a otros dos factores. El primero consiste en que
la inferioridad bélica de Ecuador le hace desaconsejable tomar la iniciativa
militar. El segundo es que, pese a las evidencias que están a la vista, en el
Perú se insista cerradamente y no sólo desde el gobierno en que no hay
problema territorial pendiente porque el Protocolo de Rio resolvió
definitivamente el asunto. Finalmente, ha contribuido a que se pierda la
primera batalla una imagen internacional de Alberto Fujimori, que no es de
simpatía".[46]
BIBLIOGRAFÍA
Basadre Grohmann, Jorge (2004). Historia de la República del Perú [1822-
1933]. Lima: Diario El Comercio. ISBN 9972-205-62-2.
López Contreras, Jimmy (2004). Ecuador-Perú - Antagonismos, negociación
e intereses nacionales. Quito: Ediciones Abya-Yala. ISBN 9978-22-473-4.
Revista Caretas (1998). La Dolorosa Verdad [1]. Lima: Revista Caretas. ISBN
23
92-2-317302-7.
Revista Caretas (1999). Se lo gastaron (el Gobierno de Perú al dinero para la
defensa)[2]. Lima: Revista Caretas. ISBN 92-2-317302-7.
Diario La República (2003). Atlas departamental del Perú. Lima: Ediciones
PEISA S.A.C... ISBN 9972-40-257-6.
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