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 Editores: M.L. Izaguirre-Mayoral, C. Labandera y J. Sanjuán. BIOF G Red Iberoamericana de Biof  ertilizantes Microbianos para la  Ag ricultura

Libro Biofag2007[1]

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  • Editores: M.L. Izaguirre-Mayoral, C. Labandera y J. Sanjun. BIOFAG Red Iberoamericana de Biofertilizantes Microbianos para la Agricultura

  • 1Prlogo En el presente libro se resume el estado actual del desarrollo, produccin y uso de inoculantes para leguminosas y otros cultivos de inters agronmico en las naciones iberoamericanas. La publicacin surge de las presentaciones realizadas por especialistas de los diferentes pases reunidos en Montevideo en ocasin del Taller sobre inoculantes estado actual y perspectivas, realizado en el marco de la Red Iberoamericana de Fertilizantes Microbianos para la Agricultura (BIOFAG) en la ciudad de Montevideo del 27 al 30 de setiembre de 2006 y organizado por el Departamento de Microbiologa de Suelos/Divisin Suelos y Aguas/Direccin General Recursos Naturales Renovables/Ministerio de Ganadera, Agricultura y Pesca. Los pases industrializados basan su produccin agrcola en el uso de fertilizantes y pesticidas qumicos mientras que en Latinoamrica se ha intentado implementar tecnologas que potencien las asociaciones planta-microorganismo por su efecto en la sostenibilidad productiva y ambiental. Los desastres ecolgicos observados en aquellos pases como Estados Unidos, Unin Europea y Japn por la eutrificacin de los ros podran tal vez evitarse por el uso racional de los microorganismos como herramienta de desarrollo como aqu se expone. A mediados del siglo pasado la produccin de inoculantes para leguminosas forrajeras comenz a desarrollarse especialmente en Uruguay y para soja en Brasil y Argentina. En 1960 el Ministerio de Ganadera, Agricultura y Pesca de Uruguay estableci las bases para un manejo racional de los inoculantes en leguminosas forrajeras para la recuperacin de las praderas naturales y facilitar la articulacin de un sistema de produccin agrcola-ganadero. stas incluan un programa de investigacin y desarrollo en inoculantes, una base legal para el control de la calidad, el desarrollo de la industria de inoculantes y un programa de extensin y asistencia crediticia para el uso de inoculantes en el manejo de las pasturas. Al mismo tiempo en Brasil la industria de los inoculantes se desarroll en base a los esfuerzos para introducir el cultivo de la soja, una leguminosa extica, sin rhizobios nativos en el suelo y por la necesidad de inocular leguminosas forrajeras para la alimentacin animal. La produccin de estos inoculantes se extendi luego a Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, constituyndose la regin en uno de los polos ms importantes del mundo, con un rea de cultivo de soja de aproximadamente 40 millones de hectreas, superior a la de los Estados Unidos. El uso de inoculantes para otras leguminosas de grano y para leguminosas tropicales ha tenido una demanda mucho menor. La calidad de los inoculantes producidos en la regin era muy precaria en sus inicios si la consideramos con los parmetros actuales, pero es actualmente comparable a la de los mejores del mundo, con el uso de cepas seleccionadas especialmente para las diferentes regiones, soportes estriles y controles de calidad oficiales, aunque stos posiblemente, no sean siempre bien implementados. Las presentaciones en esta publicacin muestran adems el estado actual de los estudios y aplicaciones de la relacin de las plantas con otras bacterias. Los trabajos iniciados en Brasil por J. Dbereiner mostraron la importancia de la asociacin de la caa de azcar con Azospirillum y otras bacterias fijadoras de nitrgeno para el mantenimiento de la produccin azucarera. Si bien se considera actualmente que la fijacin de nitrgeno no es la razn principal del mejor desarrollo de la planta, sino que ste seria el resultado de varios mecanismos como la produccin de fitohormonas y sustancias solubilizadoras de fsforo entre otros. Esto ha llevado al estudio de la microflora de las rizosfera y de los endofitos, y, en general, de las bacterias promotoras del crecimiento de las plantas. Tambin se han estudiado bacterias y hongos que

  • 2protegen las plantas de patgenos. El uso de estas tecnologas lleva al empleo de menos fertilizantes y fitosanitarios qumicos con el beneficio de una menor contaminacin ambiental. Tambin la asociacin con las micorrizas ha merecido la atencin de varios grupos buscando su aplicacin en la forestacin y la produccin de frutas y hortalizas. Sin embargo, todas las asociaciones diferentes de la simbiosis rhizobio-leguminosa distan mucho de dar origen a una tecnologa bien reconocida y de segura aplicacin, sustentada por validaciones estadsticamente slidas. Por consiguiente sera muy conveniente establecer el reconocimiento oficial por las distintas naciones de protocolos de validacin bien diseados, para solo permitir la introduccin de nuevos inoculantes, de modo de favorecer la comercializacin de productos que estn debidamente fundamentados. Al ofrecer esta puesta a punto sobre la situacin de los inoculantes en los diferentes pases por los investigadores actualmente en actividad, conviene recordar a quienes en 1964 se reunieron en Montevideo para la I Reunin latinoamericana sobre inoculantes para leguminosas. Entre ellos cabe mencionar como pioneros al Dr. C. Batthyany de Uruguay, al Ing. E. Schiel de Argentina al Dr. J. Freire de Brasil y al Dr. R. Date de Australia. Anbal Alvarez ENZUR S.A. Azara 3787, Montevideo, Uruguay. E-mail: [email protected]

  • 3Introduccin Jun Sanjun (Coordinador de la Red BioFAG-CyTED) Departamento de Microbiologa del Suelo y Sistemas Simbiticos. Estacin Experimental del Zaidin, CSIC. Profesor Albareda 1E-18008. Granada, Espaa La adopcin y uso eficaz de biofertilizantes microbianos (inoculantes) en agricultura est llamada a ser una de las tecnologas clave para asegurar la sustentabilidad y productividad de este sector tan importante para las economas y las sociedades de los pases Iberoamericanos. La posibilidad de obtener elevados rendimientos agrcolas y al mismo tiempo preservar el medio ambiente est irremediablemente ligada al uso generalizado de estos productos, como alternativa al uso masivo de plaguicidas y fertilizantes de origen qumico, que son costosos y tienen un impacto muy negativo sobre la salud y el medio ambiente. Los inoculantes son productos tecnolgicos cuyo principio activo es un microorganismo vivo (bacterias y hongos), que tiene la propiedad de mejorar la nutricin y el crecimiento vegetal, permitiendo as un mejor aprovechamiento de los recursos naturales del suelo y del ambiente. La obtencin, comercializacin y aplicacin eficiente de un inoculante eficaz y de alta calidad es un proceso largo y complejo en el que se ven involucrados muchos y muy diversos especialistas: microbilogos, fisilogos vegetales, ingenieros agrnomos, ingenieros industriales, tcnicos extensionistas, economistas, agencias fiscalizadoras, legisladores, etc., incluidos los propios agricultores como usuarios finales del producto. La necesaria implicacin de todos ellos en una o varias etapas del proceso y las complejas interrelaciones que pueden llegar a establecerse son determinantes para el xito o fracaso de un producto de esta naturaleza. Con el objetivo de facilitar dichas interrelaciones y contribuir al mismo tiempo a la difusin de esta tecnologa, naci la Red Iberoamericana de Biofertilizantes Microbianos para la Agricultura (BIOFAG) en el ao 2003, cuyas actividades son financiadas por todos los pases iberoamericanos a travs del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnologa para el Desarrollo (CYTED). A esta red estn actualmente adscritos unos 60 grupos de investigacin y empresas productoras de inoculantes, pertenecientes a 12 pases (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Cuba, Espaa, Mxico, Per, Portugal, Uruguay, Venezuela). La cantidad de instituciones y pases involucrados da idea de la importancia de esta temtica para la regin. A travs de la celebracin de talleres y cursos especializados en los distintos pases participantes, as como apoyando la movilidad de investigadores y otros especialistas dentro de la regin, BIOFAG est promoviendo y facilitando esas complejas interrelaciones antes mencionadas, tan importantes para garantizar que nuestros agricultores, chicos y grandes productores, puedan adoptar una tecnologa que contribuya a estabilizar sus economas y la de sus pases, cubriendo al mismo tiempo las necesidades alimentarias de la poblacin y contribuyendo a una mayor equidad social. Esta publicacin, a la que contribuyen muchos de esos especialistas en los pases participantes de la red, es un ejemplo ms de la necesidad de cooperacin para alcanzar el objetivo de un desarrollo sostenible en la regin Iberoamericana.

  • 4Captulo 1. A) Situacin actual y perspectivas del mercado de semillas y biofertilizantes en la Argentina D. Corvaln1, M. Dubois2, M. Medana3, A. Perticari4, R. Racca5, O. A Ruiz6* 1IEC/Departamento de Vinculacin Tecnolgica, Universidad Nacional de Quilmas ([email protected]). 2Cmara de Semilleristas de Buenos Aires ([email protected]) 3Coordinacin de agroqumicos y biolgicos, rea fertilizante SENASA ([email protected]) 4Instituto de Microbiologa y Zoologa Agrcola, INTA, Castelar ([email protected]) 5Instituto de Fitopatologa y Fisiologa Vegetal, INTA ([email protected]). 6Unidad de Biotecnologa 1, Instituto de Investigaciones Biotecnolgicas-Instituto Tecnolgico de Chascoms, UNSAM-CONICET ([email protected]). La produccin de pasturas en Argentina es un eslabn importante en la cadena productiva de la produccin de carne, una de las actividades tradicionales del pas. El procesamiento de carnes bovinas y sus derivados fue una de las primeras actividades industriales desarrolladas en la Argentina y esta se asent, desde sus inicios, en las ventajas naturales de la pampa hmeda para las actividades primaria. La calidad de las carnes argentinas es reconocida tanto interna como internacionalmente. La produccin agropecuaria argentina, desde la dcada de 1960 hasta la actualidad, ha manifestado un proceso de crecimiento que, salvo breves etapas de retrocesos, se mantiene como tendencia de largo plazo: cantidades producidas, hectreas cosechadas, rendimiento por hectrea, etc. Se fue incorporando adems, y sucesivamente, a la produccin agropecuaria la mecanizacin de labores, las mejoras en las prcticas de manejo agrcola (siembra directa, por ejemplo), el desarrollo de semillas con la incorporacin de hbridos, la incorporacin de germoplasma mexicano en las variedades de trigo, logrndose trigos petisos de ciclo corto que permitieron el doble cultivo trigo-soja en la regin pampeana y el control qumico de malezas, entre otras. El sector primario tuvo un hito tecnolgico en la dcada de los 90 con la irrupcin de las semillas transgnicas en la escena productiva, especficamente para los cultivos de soja, maz y girasol, y con estas la irrupcin de la biotecnologa moderna en la produccin primaria. Todas estas innovaciones, incorporadas a la actividad productiva primaria, han generado fuertes cambios estructurales que han beneficiados en particular a algunos cultivos tales como soja, trigo, maz y girasol, de los cuales se destaca la primera. Una ecuacin productiva muy rentable hizo que se expandiera las extensiones cultivadas con soja de manera sin precedentes. En este contexto, existe un importante debate respecto de los riesgos que implica el encuadre actual de la produccin agropecuaria, en lo referido a su sustentabilidad a mediano y largo plazo. En argumentaciones extremas se sostiene que Argentina exporta, bajo la forma de granos y oleaginosas, enormes cantidades de nitrgeno, fosfato y potasio de sus suelos. Tan solo de la produccin de granos de soja, se calcula que se extraen del sistema 3.2 millones de toneladas de nitrgeno por ao (N. Gonzlez comunicacin personal). El stock ganadero, alimentado en base a pasturas naturales o introducidas en las que las leguminosas juegan un importante papel, se mantiene prcticamente invariante en las ltimas cuatro dcadas, alcanzando cifras cercanas a los 50 millones de cabezas. Sin embargo, el planteo oficial apunta a incrementar este stock y lograr 1.4 millones de terneros ms por ao, de manera tal que en cuatro aos se transformen en 5.5 millones de nacimientos por sobre los actuales. Necesariamente este incremento en la produccin de carnes debe ir acompaado de un aumento en la produccin de forrajes como fuente de protenas y minerales. Actualmente el 62% del stock ganadero en el pas se localiza en la pampa hmeda, siguindole en importancia la regin del NEA con el 23 % (Pizarro y Cascardo 1991 citado en Garca 2002) (Tabla 1). La inclusin de especies leguminosas en la pastura puede implicar un importante aporte de nitrgeno atmosfrico al sistema, lo cual deber ser tenido en cuenta al analizar la sustentabilidad de los mismos. Estas especies, adems de generar una alta cantidad de materia seca por hectrea, tienen la caracterstica de ser muy eficientes en la fijacin de nitrgeno atmosfrico cundo se asocian con cepas de rizobios especficos. En promedio estos valores son * Autores listados por orden alfabtico.

  • 5de 235 para alfalfa, 132 para trboles, 85 para Lotus y 125 para Melilotus Kg. N/Ha/ao (Racca y col. 2001). Tabla 1: Hectreas sembradas de especies forrajeras anuales, perennes y pastizales naturales en Argentina. Provincias Forrajeras Anuales Forrajeras Perennes Pastizales Naturales Miles de Ha % del total Miles de Ha % del total Miles de Ha % del total Buenos Aires 1951 35 4583 53 10862 45 Crdoba 1612 29 1928 22 3119 13 Entre Ros 364 7 355 4 3050 13 La Pampa 974 18 891 10 2074 9 Santa Fe 633 11 962 11 4855 20 Total 5533 100 8721 100 23960 100 El Mercado de Semillas Leguminosas Forrajeras en Argentina a) Alfalfa La alfalfa es la base principal de las pasturas puras y consociadas en la Repblica Argentina. Segn la Encuesta Nacional Agropecuaria realizada en el ao 2001 (ltima fuente oficial de estadsticas nacionales en este sentido), la superficie sembrada con alfalfa alcanzaba a 1.750.000 Ha en forma pura y 3.232.000 Ha en forma coasociada, un total de casi 5 millones de Ha implantadas principalmente en la Pradera Pampeana (Provincias de Buenos Aires, Crdoba, Santa Fe, La Pampa y Entre Ros). Las pasturas de alfalfa constituyen el eslabn fundamental de la alimentacin en los planteos de cra, recra y engorde de ganado bovino, as como en los tambos, donde la utilizacin preferencial es en forma de alfalfares puros. Actualmente se registran en el pas un total de 330 cultivares, 22% de los cuales son de origen nacional. De todo este grupo disponible en el mercado, y tomando en cuenta la posibilidad de disear el esquema de recursos forrajeros a lo largo del ao, se ha desarrollado un inters preferencial por las alfalfas sin latencia o dormancia invernal y por aquellas de latencia intermedia (Grupos 8 a 9 y hasta 10 entre las primeras y grupos 6 a 7 entre las segundas). Estos cultivares han aventajado en el inters de los productores a las de mayor latencia (Grupos 4 y 5), sobre todo en los ltimos diez aos con el 90% del mercado ocupado por los grupos de latencia intermedia a corta. De acuerdo a las estimaciones propias de la Cmara de Semilleristas, el consumo anual de semilla de alfalfa ha sido de 9.800 Ton en el 2005, 8.800 Ton en el 2004, 7.500 Ton en el 2003 y 4.000 Ton en el 2002. Se estima entre un 35-40% del total sembrado, la cantidad de semilla inoculada. Calculando una densidad promedio de siembra de 12 Kg/Ha, las superficies de siembra habran sido de 773.400 Ha en el 2005; 733.300 Ha en el 2004; 625.000 Ha en el 2003 y 333.300 ha en el 2002. Estos valores indican que, en los ltimos 4 aos, se han renovado alrededor de 2.500.000 Ha de alfalfa. De esta superficie sembrada, el 80 al 85% de los alfalfares se destina al pastoreo directo, siendo este el uso habitual de las pasturas consociadas con gramneas u otras leguminosas y el uso mayoritario de los alfalfares puros. El porcentaje restante se consume como henos, en forma de fardo o rollo, con una incipiente porcin en forma cubeteada. La media del rendimiento de materia seca por hectrea se ubica alrededor de 35 Ton MS/Ha durante los tres aos de produccin, con mximos que llegan a las 81 Ton MS/Ha. b) Trboles El grado de desagregacin de la informacin proveniente de la Encuesta Nacional Agropecuaria 2001 no permite conocer con certeza la superficie sembrada con los distintos trboles mas utilizados en la Repblica Argentina que son el trbol blanco (Trifolium repens), trbol rojo (Trifolium pratense), trbol de olor blanco (Melilotus alba) y el trbol de olor amarillo (Melilotus indicus). Agrupando la informacin global como trboles, se puede estimar que los cultivos puros de estas especies cubran 50.000 Ha a nivel nacional en la Pradera Pampeana. Las formas consociadas en pasturas polifticas no pueden ser extractadas de un total que comprende todas las especies forrajeras, sin discriminacin, pero seguramente superan con creces ese valor. Cabe aclarar que, as como en alfalfa desde el ao 2001 slo es posible comercializar internamente semilla certificada (localmente denominada tambin fiscalizada), en el caso de

  • 6los trboles puede tambin comercializarse semilla sin certificar (localmente denominada identificada o comn), por lo cual la generacin de estadsticas oficiales es ms difcil y no cubren la totalidad de la semilla que moviliza el mercado. Se estima en un 20% del total sembrado, la cantidad de semilla inoculada. La produccin de materia seca por hectrea que ofrecen los trboles blanco y rojo, de acuerdo a las medias obtenidas en 18 ensayos con duracin variable entre 2 y 3 aos, alcanza a 22 Ton MS/Ha, resultando en una leguminosa forrajera de buena productividad y ciclo de utilizacin prolongado. El trbol rojo presenta una amplia rea de utilizacin, siendo comn en la Pradera Pampeana Norte y Sur como acompaante de la alfalfa en pasturas polifticas o en forma consociada con gramneas en suelos pesados y arcillosos, en los que la alfalfa no se adapta bien. No se utiliza comnmente en cultivos puros. El consumo estimado por la Cmara de Semilleristas para la campaa 2002 fue de 480 Ton de semilla, para 2003 fue de 545 Ton, para 2004 fue de 755 Ton y para 2005 se calcul en 726 Ton. Se estima entre un 35-40% del total sembrado, la cantidad de semilla inoculada. Si bien no se dispone de informacin sobre la superficie sembrada en el pas con esta leguminosa forrajera, la misma puede estimarse entre 650.000 y 900.000 Ha implantadas sobre la pauta de una renovacin anual de pasturas perennes del 15% y una densidad de siembra de 5 Kg/Ha como leguminosa acompaante. El aprovisionamiento de semillas de esta especie es primordialmente externo, (fundamentalmente de Chile) y representa el 80% de la oferta total anual, ya que no est desarrollado el mercado de la produccin local de semillas. Segn los precios de mercado, otro pas proveedor de semilla de trebol rojo suele ser Canad, requirindose volmenes de importacin que superan las 1.000 Ton de semilla/ao. El panorama varietal muestra que existen solamente 18 cultivares listados en el Registro Nacional de Cultivares, de los cuales unos pocos conforman la oferta comercial. Un cultivar lanzado por el Instituto Nacional de Tecnologa Agropecuaria (INTA) en los inicios de la dcada de los 80, junto a un cultivar mejorado en Chile en la dcada de los 90, ha conformado la base gentica utilizada en el pas. En general, se calcula que la produccin de materia seca por Ha, medida en parcelas puras bajo corte, alcanza en promedio a 25 Ton, con mximos de 55 Ton en aos y localidades favorables (Red de Ensayos de la Cmara de Semilleristas, Carlos Casares Prov. de Buenos Aires 1997 a 2000). El trbol blanco est ampliamente naturalizado en la Pradera Pampeana, dando idea del buen grado de adaptacin que la especie presenta para los distintos suelos y condiciones agroecolgicas que la regin presenta. La utilizacin anual de semilla durante los ltimos 5 aos ha mostrado una tendencia levemente creciente entre 380 y 400 ton, levantando a 500 ton en el ao 2005 (ltimos datos disponibles). Como en los otros casos, no se dispone de informacin sobre las hectreas sembradas con esta leguminosa forrajera en el pas, estimndose que, a una densidad promedio como leguminosa acompaante en una pradera poliftica, de aproximadamente 5 Kg/Ha y una tasa de renovacin anual del 15% (dato proveniente de la encuesta Nacional Agropecuaria 2001), existiran unas 500.000 a 600.000 Ha implantadas. El Trbol Blanco no slo ofrece buenas producciones de materia seca para la alimentacin bovina, sino tambin presenta buenos rendimientos de semilla, por lo que el aprovisionamiento de stas procede mayormente de cultivos locales. Presenta, adems, un buen comportamiento en una amplia zona de la Pradera Pampeana debido a su rusticidad y su adaptacin a diversas condiciones de clima y suelo. La composicin de la oferta en funcin de la clase de semilla que se pone a disposicin del mercado oscila entre 60 a 80% fiscalizada (certificada de produccin local), 10 a 20% no certificada de produccin local y 10 a 20% importada. Un 20 a 25% de la oferta se satisface con semilla de importacin, fundamentalmente de Nueva Zelanda. Se estima entre un 30 -35% del total sembrado, la cantidad de semilla inoculada. El inters por generar nuevas variedades de esta especie est ms acotado que en el caso de la alfalfa, existiendo 17 cultivares listados en el Catlogo Nacional. El INTA, el gran mejorador de forrajeras del pas, aport al mercado el cultivar pblico Pergamino El Lucero MAG, el cual fue la base de la oferta de semilla nacional. Otros pocos cultivares de origen local y algunos provenientes de Nueva Zelanda completaron el panorama varietal disponible para el productor agropecuario en los ltimos aos. La productividad de los cultivares de trbol blanco que se utilizan en el pas, medida en parcelas puras bajo corte (Red de Ensayos de la Cmara de

  • 7Semilleristas) est en el orden de 20 Ton/Ha durante el ciclo de produccin que, segn zona, oscila entre 2 y 3 aos, con valores mximos de 30 Ton/Ha. c) Lotus spp. Las dos especies utilizadas como forrajeras en Argentina son el Lotus corniculatus y el L. tenuis. Las caractersticas de adaptacin de estas especies son especficas para distintos ambientes con limitaciones edficas, en los cuales no es posible implantar algunas de las especies mencionadas anteriormente. L. corniculatus tolera suelos pobres, poco profundos y cidos, mientras que L. tenuis se adapta a suelos bajos y anegadizos. El rea de siembra en cuanto a su extensin y ubicacin resulta de difcil apreciacin, no surgiendo de estadsticas oficiales o de estimaciones del sector semillero datos con cierto grado de aproximacin a la realidad. Por otra parte, la oferta de semilla de origen local es exclusivamente no certificada, dificultando an ms la cuantificacin del consumo anual de estas semillas. Slo un 10% de la oferta procede del exterior, fundamentalmente de Uruguay y ha sido estimado por la Cmara de Semilleristas que el consumo en los ltimos tres aos oscila entre 300 y 400 Ton ao de L. corniculatus y entre 200 y 300 Ton ao de L. tenuis. Se estima entre un 25-30% del total sembrado, la cantidad de semilla inoculada. En el Catlogo Nacional slo estn listados 3 cultivares de L. corniculatus y 4 cultivares de L. tenuis, de lo cuales ninguno es comercializado como tal en volmenes de importancia, si bien el inters sobre el mejoramiento de estas especies es creciente. Su productividad es muy variable, fundamentalmente debido a que se la implanta en lotes con limitaciones, sobre los cuales las condiciones climticas adversas maximizan sus efectos, dificultando la implantacin de los stands y comprometiendo su supervivencia. En parcelas de ensayos bajo corte, los cultivares de L. corniculatus y L. tenuis evaluados han arrojado una amplia disparidad de resultados. En las mejores zonas y suelos (aptas para alfalfa) L. corniculatus llega a producir hasta 25 Ton MS/Ha a lo largo de 3 campaas de evaluacin sobre el mismo stand (Red de Ensayos de Forrajeras de la Cmara de Semilleristas, Rafaela 2002-2005). En zonas con mayores limitaciones ha sido difcil lograr un stand de plantas adecuado para su evaluacin, en particular obtener sobrevivencia con veranos secos y calientes. d) Melilotus spp. En Argentina las especies: M. alba y M. officinalis son las ms utilizadas aunque para esta especie es casi imposible disponer de estimaciones de mercado. La semilla que se utiliza es exclusivamente no certificada y si bien se presume que el volumen anual no es despreciable, son escasos los operadores de este mercado y lograr informacin confiable es bastante dificultoso, toda vez que el criterio que suele aplicarse es que la apertura de la informacin puede resultar contraproducente para el negocio. En aos normales no hay importaciones y salvo por escasez, puede requerirse algo de semilla del Uruguay. Las estimaciones que proceden de la Cmara de Semilleristas indican que los volmenes anuales de ambas especies estaran en el orden de 750 a 1.000 Ton. Para esta especie tampoco hay variedades listadas en el Catlogo Nacional, existiendo adems un muy poco inters por el fito-mejoramiento de esta especie. Se estima en un 20% del total sembrado, la cantidad de semilla inoculada En las provincias de Chaco y Formosa (Norte de Argentina) la especie M. alba est siendo usada para recuperar suelos degradados, para estimular la produccin de miel y para forraje. Tanto M. alba como M. officinalis son muy utilizadas en las provincias de San Luis y Salta, en zonas ridas y marginales respecto de la Pradera Pampeana, ya que ambas especies se adaptan bien tanto a una gama de suelos desde pesados a arenosos, bajos y alcalinos, tolerando pH altos y cierto grado de salinidad. Se conseja su uso en mezclas con gramneas tropicales como Gatton Panic tanto para rejuvenecer pasturas como para mejorar campos naturales, mezcla en la cual la leguminosa enriquece el aporte nutricional de la gramnea. El mercado de los tratamientos de semillas de leguminosas forrajeras En la ltima dcada se ha registrado un incremento notable de la utilizacin de semilla peleteada y/o pildorizadas, cuya incidencia ha llegado al 80% del volumen comercializado en el caso de la alfalfa y entre el 50% al 80% -segn aos- para las restantes leguminosas forrajeras. En este perodo se han instalado varias plantas de ltima generacin que prestan servicios de tratamientos de estas semillas, adems de las instalaciones que las grandes empresas disponen en sus propias plantas de clasificacin.

  • 8El aumento en la demanda de semillas tratadas es consecuencia directa de las mejoras en las tecnologas y la mayor confiabilidad en los productos. Junto a la peletizacin y/o pildorizacin, se ha incrementado el inters en adquirir semillas preinoculadas con bacterias fijadoras de nitrgeno especficas. Este mercado tiene un gran potencial de expansin, sujeto a las polticas econmicas y programas de promocin e impulso que puedan implementarse en general para el sector ganadero desde los Gobiernos Nacional y Provinciales. La industria semillera se ha tecnificado y est lista para abastecer la demanda de productos de calidad, con variedades mejoradas, de gran potencial de rendimiento y cualidades de rusticidad, adaptacin y buenas tolerancias a enfermedades y plagas. La imperiosa necesidad de incrementar la produccin de carne a nivel nacional, con el objeto de abastecer el mercado local e internacional, permite pronosticar una demanda sostenida de semillas leguminosas forrajeras de calidad. Granos La produccin agrcola es uno de los pilares del crecimiento econmico ocurrido en el pas en los ltimos aos. En la campaa 2005/06 se obtuvo la segunda produccin granaria argentina, superior a las 76.815.000 de toneladas, pese a las desfavorables condiciones climticas que atravesaron los cultivos en etapas crticas de su desarrollo. Respecto al uso de biofertilizantes en estas cosechas, si bien no hay encuestas precisas, se estima que su empleo es cercano al 65% del rea cultivada con soja, lo que implica alrededor de 15 millones de dosis (inoculante requerido para 50 kg de semilla de soja), siendo muy bajo en man, arveja y poroto. En no leguminosas, la utilizacin de biofertilizantes es mucho mas reducida an calculndose que en trigo se usan cerca de 200000 dosis (inoculante para 100 kg de semilla) representando un 4-5% del total de rea de siembra. En el resto de los cultivos como maz, arroz, especies hortcolas, etc. los biofertilizantes si utilizan en forma muy puntual. De todas maneras se aprecia un inters creciente por estos insumos desde diversos componentes del sector agropecuario argentino. Normativa y fiscalizacin de biofertilizantes en Argentina Los inoculantes, denominados fertilizantes biolgicos en el contexto legal, deben ser registrados en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), siendo este el organismo sanitario rector de la Repblica Argentina, cuyo objetivo principal es la fiscalizacin y certificacin de los productos y subproductos de origen animal y vegetal, sus insumos y residuos agroqumicos, as como la prevencin, erradicacin y control de enfermedades animales, incluyendo las transmisibles al hombre, y de las plagas vegetales que afectan a la produccin agropecuaria del pas. El SENASA depende de la Secretara de Agricultura Ganadera, Pesca y Alimentos (SAGPyA) de la Repblica Argentina y a su vez, del Ministerio de la Produccin. La Coordinacin General de Agroqumicos y Biolgicos dirige las tareas relacionadas con la aprobacin, restriccin o prohibicin de la produccin, comercializacin o el uso y participa en la fiscalizacin de la distribucin, despacho, conservacin y condiciones de venta de productos agroqumicos o biolgicos. Dentro del mbito de esa Coordinacin se encuentran losfertilizantes biolgicos. La normativa inicial de los procesos de inscripcin fue reglamentada por la resolucin N 1131 del 29/12/1988 y posteriormente la Resolucin 310-94 modifica y deroga la anterior. En esta resolucin y sus anexos, se establecen todos los requisitos para la inscripcin, la concesin del registro, la comercializacin, la habilitacin, etc. aspectos ya descriptos por Racca y Ruiz (2005). El espritu de esta normativa esta centrado fundamentalmente en biofertilizantes para leguminosas. Las normativas vigentes establecen como requisitos mnimos de concentracin a la elaboracin de 1000 millones de ufc.g o ml-1 y de 100 millones de ufc.g o ml-1 al vencimiento, obligando adems que los biofertilizantes suministren al vencimiento un nmero de bacterias viables mnimo, que es de 80 mil para semillas tamao soja y de 1000 para semillas tamao alfalfa. Sin embargo, no estn establecidos ni descritos los mtodos para realizar el control de calidad de estos parmetros adems de la pureza del producto en cuanto a la presencia de microorganismos contaminantes. Asimismo, en la normativa disponible existen algunos aspectos que deben actualizarse en base al avance de las investigaciones. Los puntos ms

  • 9importantes a tratar son los relacionados con la capacidad de nodulacin por el mtodo de porcentaje de plantas noduladas, nmeros y mtodos exigibles sobre las bacterias viables presentes en semilla otros mtodos que permitan una mejor evaluacin de los biofertilizantes previo al empleo por el sector productivo. Hay que destacar que no existe en el pas reglamentacin respecto del origen de las bacterias, como si ocurre en otros pases. Las empresas, en general, utilizan las cepas recomendadas por el INTA, evitando entonces trabajos de seleccin de cepas y ensayos a campo que son requeridos por el SENASA a los efectos de registrar una cepa no conocida. Tampoco existe una normativa con la descripcin de los requisitos cuantitativos especficos comunes para otros tipos de microorganismos, distintos a rizobios, utilizados para la elaboracin de biofertilizantes, tales como son los casos de formulaciones a base de Azospirillum, Pseudomonas, micorrizas, Bacillus, etc. Para estas formulaciones, ante una exigencia de control de calidad, el fabricante debe responder con la descripcin oportunamente efectuada del producto; por ejemplo, si se declar un nmero de bacterias presentes para la elaboracin de 1 x 1010 y de 1 x 109 al vencimiento, el nmero exigible por el organismo fiscalizador ser ese. De acuerdo a los datos de inscripcin presentes en el SENASA, se encuentran registradas cerca de 50 firmas que presentan ms de 100 productos encuadrados como biofertilizantes. Produccin de biofertilizantes en el pas En 1957 comienza sus actividades en el pas la primera fbrica de biofertilizantes. Hasta ese entonces, los pocos biofertilizantes que se aplicaban eran de origen importado, principalmente de EEUU y que entraban al pas sin ningn tipo de control sanitario debido a que no exista en esa poca un servicio oficial y normativas de calidad de los productos. El impulso e incentivo a la produccin nacional de biofertilizantes lo dio el desarrollo y continua expansin del cultivo de la soja junto con las informaciones disponibles que indicaban claramente los beneficios econmicos y ecolgicos de la inoculacin de las semillas con bacterias fijadoras de nitrgeno. Esta demanda por biofertilizantes determin, a su vez, la institucionalizacin de los desarrollos bio-industriales en las universidades y organismos pblicos de ciencia y tecnologa, particularmente en las temticas de fermentaciones industriales y microbiologa industrial vinculados a la rizobiologa, as como la necesidad de normativas y fiscalizacin de los productos. La produccin de conocimiento cientfico tecnolgico se inici tempranamente con los primeros estudios de produccin de inoculantes en fermentadores y sus ensayos a campo, siendo los organismos pioneros locales el Centro de Investigacin y Desarrollo en Fermentaciones Industriales (CINDEFI) del CONICET y el Instituto de Microbiologa y Zoologa Agropecuaria (IMyZA) del INTA Castelar. Entre los primeros estudios se encuentra el trabajo titulado Cultivo de Rhizobium meliloti publicado en la revista Soil Science en el ao 1969, en el cual se describen los primeros desarrollos que se realizaban en la seccin Biotecnologa del Departamento de Tecnologa Qumica de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP. Cabe mencionar que este grupo de trabajo dio origen al CINDEFI. Desde entonces, la actividad acadmica en la temtica ha sido constante, con reuniones peridicas y congresos tanto nacionales como internacionales. En la actualidad, existe una intensa actividad de grupos interrelacionados con asiento en distintas universidades, el INTA y empresas privadas, que investiga acerca de dichas temticas. Pero es a comienzos de los aos 80 que se afianza la actividad industrial de produccin de inoculantes, siendo el IMYZA (INTA-Castelar) el organismo oficial responsable de llevar adelante el Programa Nacional de Seleccin y Evaluacin de Cepas de Rizobios, tarea que desarrolla hasta la actualidad. Este conjunto de factores han evolucionado permanentemente y han sido determinantes del desarrollo del mercado de biofertilizantes para el cultivo de soja cuya superficie sembrada pas de 26.000 Ha en la dcada de los 70 a ms de 15 millones de Ha en el ao 2006 con ms del 65% del total de la siembra de soja inoculada anualmente. Este mercado es cubierto por alrededor de 25 empresas productoras de inoculantes para leguminosas que son, en su mayora, empresas PyMEs de capital nacional, existiendo adems 2 empresas multinacionales (Tabla 2). Estas empresas en su totalidad facturaron 163,3 millones de pesos para el perodo 2002/2003, de los cuales 72 millones de pesos corresponden a productos biotecnolgicos, lo que representa un 44,1% del total de las ventas. En este grupo de empresas los productos biotecnolgicos son mayoritariamente inoculantes.

  • 10 Tabla 2. Principales indicadores del total de empresas en los aos 2002/2003. Unidades en miles de pesos y unidades. Productos Biotecnolgicos Otros Productos Total Ventas 72.000 91.300 163.300 Exportaciones 9.000 S/D 9.000 Importaciones 0.00 S/D 0.00 1.590 Empleo 400 S/D 400 Fuente: Elaboracin propia en base a encuestas realizadas. I+D, investigacin y desarrollo. El anlisis de la balanza comercial para el perodo 2002/2003 indica que el total de estas empresas exportaron biofertilizantes en el orden de los 3 millones de dlares, no registrando importaciones directas. Se estima que en este ao 2006 esos valores se han duplicado. Respecto al aporte a la balanza comercial de manera indirecta, se trata de un insumo particularmente ligado al complejo sojero, cadena productiva que ocupa uno de los primeros lugares en el ranking de las exportaciones del pas. En cuanto al empleo, en los aos 2002/2003 el sector ocup aproximadamente 400 personas de modo permanente, no obstante, la estacionalidad de la actividad hace que en los meses de actividad pico las empresas ocupen mano de obra temporaria. El personal dedicado a tareas de investigacin y desarrollo es del orden de 50 profesionales, representando aproximadamente un 12,5% del personal estable. Las empresas de mayor tamao son las que tienen una estructura de I+D ms definida. Esta estructura generalmente trabaja sobre temas de puesta a punto de productos y tareas relacionadas con la produccin actual. En general todas las formulaciones de los biofertilizantes ms utilizadas en Argentina usan como soporte para los microorganismos turba estril y lquidos estriles, apareciendo en los ltimos aos el uso de protectores, particularmente tiles en zonas frecuentemente afectadas por estreses hdricos y trmicos. Con respecto a la calidad de los biofertilizantes, hasta 1998 aproximadamente el 80% de los inoculantes que se evaluaban estaban por debajo de los estndares exigidos por la ley. En la actualidad ms del 90% de los productos cumplen con las normas de control de calidad vigentes. En relacin a la inversin en investigacin y desarrollo, para el perodo 2002/2003, las empresas productoras de biofertilizantes invirtieron 1.6 millones de pesos, que representan un 0,97% de las ventas totales y un 2.2% de las ventas biotecnolgicas. Cabe aclarar que el valor de este indicador para el promedio de la actividad industrial estimado para el ao 2001 fue de 0,26%, lo que significa que la I+D de este grupo de empresas fue 8 veces mayor a la del promedio. Demanda y oferta de biofertilizantes El mercado de los inoculantes para leguminosas, particularmente el de los inoculantes para soja, se compone de una demanda local y regional con un marcado crecimiento, tanto por el aumento de las hectreas sembradas con soja, como por el aumento de hectreas inoculadas dentro de las hectreas sembradas. A pesar de que a nivel mundial la produccin mundial de soja no ha tenido un crecimiento destacado en los ltimos aos, esta si ha crecido significativamente en la regin de MERCOSUR. En Argentina, la tasa de crecimiento media anual de la superficie cultivada con soja ha sido de 7,2 % para el perodo 1990/2004 y de 8,9% para el perodo 1995/2004, una cifra comparativamente mayor que la sealada en Brazil. En la actualidad, el paquete tecnolgico incorporado por los productores comprende el lema de inocular la semilla todos los aos con inoculantes de buena calidad. Todos las estadsticas y estudios de prediccin de crecimiento de la poblacin mundial indica la urgente necesidad de aumentar el porcentaje de hectreas sembradas e inoculadas lo cual representan un mercado potencial importante para las empresas productoras. Tomando como base la campaa del ao 2004, existe un mercado a cubrir del orden de 4,2 millones de dosis. Es de destacar la labor cumplida por los organismos de ciencia y tecnologa y dentro de estos fundamentalmente el INTA, que han trabajado en pos de generar conocimiento respecto de las bondades de esta tecnologa y a difundirlo a los productores. Todos estos hechos han

  • 11sustentando la instalacin de esta demanda y han colaborado a la respuesta de la oferta con 4 empresas que controlan actualmente alrededor del 85% del mercado. La existencia de demanda de productos biolgicos que contemplen las especificidades locales y la potencialidad productiva que ha tomado la regin en los ltimos aos, hace que las empresas radicadas en la regin dispongan de ventajas competitivas que se convierten en barreras a la entrada para otros productores provenientes del exterior. Por este motivo se observa que la mayora de las empresas involucradas en este mercado tienen asiento en el pas (Tabla 3). Tabla 3. Clasificacin del total de 25 empresas que conforman el padrn industrial de biofertilizantes en Argentina Exportan Ubicacin Origen del capital Tamao Cantidad Destinos 48 % noroeste Pcia. Buenos Aires 8 % Capital Federal 28 % Centro-Sur Pcia. Santa Fe 8 % Pcia. Crdoba 8 % Pcia. Chaco 88 % Nacional 12 % Internac. 8 % Grandes 12 % Medianas 80 % Pequeas 16 % Brasil Uruguay Paraguay Bolivia EE.UU Canad India Fuente: Elaboracin propia en base a encuesta realizada Conclusiones y recomendaciones: Solo en el caso de la soja, el 50% del nitrgeno requerido para el desarrollo de las plantas puede ser provisto por la simbiosis con cepas efectivas de rizobios mediante la aplicacin de biofertilizantes. Esta cantidad equivale a 1,6 millones de Ton de N, valor que supera al consumo anual de fertilizantes de Argentina (Melgar 2005), y una erogacin de divisas por el orden de 2.100 millones de dlares anuales. Estos clculos unidos al ahorro en otros nutrientes gracias a la incorporacin de biofertilizantes preparados en base a otros microorganismos como micorrizas y bacterias solubilizadoras de fosfatos evidencia la importancia de estas investigaciones y por supuesto el uso de biofertilizantes en la agricultura en Argentina. Los biofertilizantes, adems, deben ser considerados como una inversin ambiental altamente rentable. B) Perspectivas de los inoculantes fngicos en Argentina Alicia Margarita Godeas Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires. Argentina. Laboratorio de Microbiologa del suelo. 4to piso, pabelln 2. Ciudad Universitaria. 1428. Buenos Aires. Argentina ([email protected]) Los inoculantes fngicos son aquellos en que el microorganismo introducido en el suelo es un hongo y que este al establecerse produce un beneficio sobre las plantas. El mecanismo por el cual estos inoculantes se pueden establecer en el suelo es desplazando a algn/os miembro/s de la comunidad pre-existente, para ello es necesario contar con especies agresivas las cuales deben ser incorporadas por diferentes mtodos en concentraciones altas (108/g o ml de unidades formadoras de colonias). El inculo se establecer de acuerdo con el tipo de cultivo, las prcticas de siembra y la fertilidad del suelo (Jakobsen 1986). Dos tipos de inoculantes pueden distinguirse: a) Los preparados en base a hongos saprtrofos que a travs de enzimas extracelulares degradan diferentes fuentes carbonadas, entre los cuales se encuentran Penicillium janthinelum, Aspergillus niger (solubilizadoras de fsforo), varias especies de Trichoderma (estimulador del crecimiento), y Rhodotorula mucilaginosa (hongo unicelular productor de cido rodotorulico) tambin estimuladora de crecimiento (Velazquez y col. 2005, Sampedro y col. 2004, Fracchia y col. 2003); y

  • 12b) los preparados en base a hongos biotrofos que necesitan de las clulas vegetales para crecer, estableciendo una relacin simbitica que se denomina micorriza. La preparacin del primer tipo de inculo en base a hongos saprtrofos es relativamente sencilla ya que se logra utilizando fermentadores convencionales y la cantidad de biomasa resultante depende exclusivamente de la capacidad fermentativa que tenga la industria que lo produce. Las caractersticas del inculo son tambin fciles de establecer ya que estos hongos crecen en medios microbiolgicos convencionales y se pueden identificar utilizando tcnicas morfolgicas o moleculares. Por el contrario, la produccin de inculos en base a hongos biotrofos es bastante mas complicada, sobre todo en aquellos que presentan un biotrofismo estricto como es el caso de las micorrizas arbusculares. Entre el grupo de hongos biotrofos se encuentran las ectomicorrizas (biotrofos no estrictos) que forman asociacin micorrcicas con races de los rboles. Estos tienen una gran ventaja, se propagan en medios de cultivo convencionales. Para la preparacin de inoculantes de micorrizas se han desarrollado dos sistemas: 1) Propagacin del hongo seleccionado en plantas muy susceptibles a su infeccin las cuales se hacen crecer en suelos previamente esterilizados (Brundrett y col. 2004) u otros soportes. El resultado es un suelo/soporte enriquecido en el/los hongo/s propagados, races colonizadas, esporas y micelio. Sin embargo, este inculo puede estar contaminado con otros microorganismos presentes en el ambiente que rodea a las plantas. 2) Propagacin asptica del hongo en races previamente transformadas con Agrobacterium rhizogenes (Becard y Fortn 1988, Declerck y col. 2005). El resultado es un inculo formado por races, esporas, micelio, y libre de contaminantes. En ambos sistemas el control de calidad del inculo se lleva a cabo mediante tcnicas morfolgicas y/o mtodos moleculares. Recientemente ha tomado un auge importante el estudio de un grupo de especies de hongos de diferentes gneros que comparten la caracterstica de formar micelios oscuros y septados (DSE dark septate endophytes) y que colonizan la raz sin producir dao a la planta (Peterson y col. 2004). Muchas de estas especies actan promoviendo el crecimiento de las plantas y por eso se consideran especies promisorias, siendo importantes candidatas para la formulacin de inoculantes, ya que pueden crecer y reproducirse en medios microbiolgicos convencionales y utilizarse para la produccin de biomasa fermentadores industriales. Perspectivas del uso de los distintos grupos de hongos como biofertilizantes en Argentina En Argentina existe un importante cmulo de informacin bsica generada en distintos organismos oficiales como son el INTA, Universidades y Centros de Investigacin. Sin embargo, una gran parte de este conocimiento generado de la investigacin bsica no ha sido trasmitido a la industria de biofertilizantes. Si bien la historia de los inoculantes microbianos se remonta al ao 1957 (Perticari y Medana 2006), la mayor experiencia en cuanto a la regulacin de la produccin, control de calidad de los productos y de introduccin de especies forneas est referida a los rizobios. Es solo en los ltimos aos que varias empresas han incorporado a sus lneas de biofertilizantes algunos inoculantes producidos con base de Trichoderma ofrecindolos a los agricultores como promotores del crecimiento de las plantas. Normativas para la produccin de biofertilizantes en Argentina De acuerdo a los datos de inscripcin en el SENASA, cerca de 50 firmas y ms de 100 tipos de biofertilizantes en base a microorganismos distintos a los rizobios se han registrado recientemente. Esta situacin, y la certeza de que mas productos aparecern en el mercado en los prximos aos, hacen necesaria una revisin de la normativa existente en el pas con respecto a aspectos relacionados con la pureza de los inoculantes, el efecto que se espera induzcan en los cultivos, la cuantificacin del nmero de microorganismos por gramo o por mililitro, as como la identificacin de los microorganismos. Entre los cientficos que trabajan en el rea de investigacin existe el acuerdo de la necesidad de incluir en una futura legislacin: a) La caracterizacin molecular, fisiolgica o morfolgica de la/s especie/s implicadas en el inoculante.; b) El nmero de propgalos efectivos; c) El rango de hospedantes en los que tiene efecto; d) La habilidad del inculo de mantener la estabilidad gentica; e) La habilidad del microorganismo de sobrevivir en condiciones adversas cuando es aplicado como cubierta en semillas; f) La ausencia de organismos patgenos y; g) La vida media de los propgulos en el soporte elegido para la preparacin del biofertilizante.

  • 13 Impacto agrcola y ecolgico del uso de biofertilizantes en Argentina Es sabido que las micorrizas aumentan significativamente la capacidad de absorcin de fsforo (P) por las plantas inoculadas ya que forman una cubierta sobre la raz extendiendo su micelio a varios metros de la planta. Estudios realizados muestran que el uso de inoculantes en base a micorrizas aumentan significativamente la produccin en el campo y disminuyen la necesidad de fertilizacin con P en cultivos de trigo, papa, soja, pimiento y caa de azcar (Adholeya y col. 2005). Adems de este efecto nutricional, las micorrizas arbusculares juegan un rol clave en la sustentabilidad del sistema suelo-planta ya que incrementan el nmero de microorganismos beneficiosos en la rizsfera creando una micorrizosfera favorable para el desarrollo de poblaciones nativas. Estas poblaciones estn conformadas por bacterias simbiontes fijadoras de nitrgeno, microorganismos que solubilizan el P, bacterias promotoras de crecimiento tales como Pseudomonas y Bacillus, as como otros organismos de vida libre (Linderman 1992, Azcon-Aguilar y Barea 1997). Estas poblaciones nativas, as como la red hifal de las micorrizas, aumentan la calidad de los suelo agrcolas al formar agregados estables que mejoran la aeracin y la percolacin del agua debido a la produccin de glomalina (Rillig y col. 2005; Rosier y col. 2006). Por otra parte, las endomicorrizas son muy importantes para la sobrevivencia de especies arbreas transplantadas a zonas deforestadas ya que actan como protectores del ataque de patgenos e intervienen en el ciclo del fsforo y el nitrgeno. De estos estudios se deduce que la clave en la formulacin de un inoculante es combinar microorganismos rizosfricos seleccionados (micorriza, hongos saprobios, bacterias) que al realizar diferentes procesos en el suelo minimicen la aplicacin de fertilizantes qumicos y maximicen el crecimiento y nutricin de las plantas (Toro y col. 1998, Probanza y col. 2001). Conclusiones En los ltimos aos la comunidad y las polticas gubernamentales de los diferentes pases han incentivado el desarrollo de la agricultura orgnica sustentable con bajo impacto en el medio ambiente. Numerosas investigaciones indican que el uso indiscriminado de fertilizantes qumicos alteran el ecosistema biolgico ejerciendo una presin negativa sobre los microorganismos del suelo, as como sobre la capa de ozono (Tanu y col. 2006). Anlisis econmicos sobre este tipo de agricultura orgnica han sealado su alta rentabilidad solo si los productores conocen las bondades de los microorganismos y utilizan biofertilizantes en el cultivo de las plantas (Baker 2006). En Argentina, sin embargo, este tipo de agricultura es an incipiente y an queda mucho por investigar, especialmente en la reduccin de los fertilizantes qumicos, la incorporacin de inoculantes fngicos y el manejo de residuos vegetales en los sistemas de produccin agrcola sustentable. C) Visin de los biofertilizantes desde el punto de vista de la industria Enrique R. Moretti Laboratorios Biagro S.A. Parque industrial Las Heras, Ruta 200 Km. 70, Gral. Las Heras, CP1741, CC N4, Provincia de Buenos Aires, Argentina (www.biagrosa.com). Para todos los que trabajamos en la industria biotecnolgica el trmino biofertilizantes est automticamente asociado a los inoculantes en base a rhizobios para leguminosas. Esto se debe a que el mayor desarrollo tecnolgico se ha dado en estos productos utilizados para ser aplicados en las semillas de leguminosas forrajeras y fundamentalmente en las ltimas dcadas acompaando el crecimiento de las reas cultivadas con soja. Por tal motivo vale la pena analizar lo ocurrido con los inoculantes para leguminosas y en particular los inoculantes para soja, que representan hoy los de mayor inters para el mercado por su gran volumen, y elaborar planes de accin para otros biofertilizantes aprovechando lo que aprendimos de dicha experiencia. Una mirada retrospectiva sobre lo acontecido en las ltimas 4 dcadas en algunos mercados de inoculantes nos permitir detectar qu factores impactaron sobre la evolucin de este sector industrial en Argentina.

  • 14 Entre los aos 1960 a 1970, prcticamente el 100% de la soja sembrada estaba inoculada con cepas de rhizobios. A medida que el rea sembrada por soja fue aumentando, el uso de los inoculantes fue sufriendo una sensible y progresiva disminucin alcanzando un mnimo de 25/30% de consumo de inoculantes en 1985. Entre 1960 y 1985 se present un escenario complejo y catico donde faltaba claridad en cuanto a difusin de los beneficios de la prctica de inoculacin y una efectiva implementacin de normas para el control de la calidad de los productos. Esta situacin permiti la coexistencia de todo tipo de productos, muchos de los cuales no cumplan con los estndares de calidad mnimos lo cual determin que los consumidores dejaran de adquirir los productos por la incertidumbre de los resultados. A partir de 1985 comienza una fuerte recuperacin del mercado de los biofertilizantes cubrindose en la actualidad al 70% del rea sembrada de soja. El anlisis de esta significativa recuperacin de las ventas de biofertilizantes es un punto que merece un estudio particular, especialmente de los factores que incidieron positivamente en el mercado de estos productos. En mi opinin, dos factores estratgicos fueron los determinantes de la recuperacin del mercado de inoculantes: 1. Las empresas privadas existentes en esos aos haba realizado importantes inversiones apostando a un mercado potencial en desarrollo. Fueron, entonces, esas mismas empresas que preocupadas por su futuro frente a la involucin del mercado quienes decidieron realizar un diagnstico de la situacin que permitiera la toma de las medidas correctivas necesarias. En funcin del anlisis realizado un grupo de empresas aco3rdaron trabajar en dos aspectos esenciales: a) el control de calidad de los biofertilizantes y la claridad en la difusin de los beneficios de la prctica de inoculacin. Fue en este aspecto de la produccin y comercializacin en donde jugaron un rol fundamental los profesionales y tcnicos de las reas especializadas de fiscalizacin e investigacin del estado para trabajar en forma coordinada realizando los registros de productos y empresas, controles de calidad y ensayos de eficacia; y 2. La apertura de los mercados y el intercambio con pases del MERCOSUR oblig a las empresas a mejorar la calidad de los biofertilizantes y a actualizar sus normativas a aquellos pases donde exista capacidad industrial instalada. La amenaza de la competencia y el atorgamiento e internalizacin de las normas homologadas por los pases miembros fue un aporte importantsimo para potenciar el aumento en la calidad de los inoculantes. Esto se puso en evidencia sobre todo en Brasil que articul eficientemente una serie de mecanismos internos motorizado por los investigadores, funcionarios e industriales para adecuar su legislacin a la realidad del momento. En la actualidad Uruguay, Argentina y Brasil cuentan con normas de fiscalizacin adecuadas a los desarrollos tecnolgicos de los inoculantes para leguminosas con sus respectivos protocolos de control de calidad. La recuperacin del mercado de los biofertilizantes a partir del ao 1985, el aumento de las reas sembradas por leguminosas especialmente soja, el incremento del nmero de laboratorios que investigan en el rea de los microorganismos beneficiosos para la agricultura y los grandes avances biotecnolgicos no aseguran, sin embargo, el futuro de las empresas. Actualmente existe un alto riesgo de desvalorizacin de la prctica de inoculacin con productos microbianos si no se tiene en cuenta la experiencia vivida. Esto vale sobre todo para aquellos pases de Ibero Amrica que aun no han ayornado u homologado sistemas de registro y control de calidad como los que ya estn funcionando bien, y para todos en general cuando nos referimos al tratamiento de productos microbianos formulados diferentes de los inoculantes para leguminosas. Es en estas reas donde debemos actuar rpida y efectivamente conformando grupos de trabajo mediante redes como BIOFAG-CyTED para lograr el acompaamiento demandado por el desarrollo tecnolgico de las empresas que hoy ofrecen productos de los ms diversos como biofertilizantes, promotores de crecimiento o biocontroladores. El avance y la demanda creciente de productos biotecnolgicos tambin nos obliga a modernizar y actualizar las normativas existentes sobre la produccin y comercializacin de biofertilizantes en la regin. Cabe mencionar la importancia de la transferencia a las empresas de los resultados de investigaciones bsicas llevadas a cabo en laboratorios, sobre todo en los aspectos relacionados con el conocimiento de las funciones de los microorganismos utilizados o a utilizar como principios activos en biofertilizantes. Son las empresas los entes por excelencia en donde los

  • 15resultados de las investigaciones bsicas pueden ser adaptados a procesos industriales con la generacin de biofertilizantes con aptitud de uso para resolver las demandas crecientes de las prcticas amigables con el medio ambiente. El desafo para las industrias de productos microbianos formulados es la transformacin de insumos microbiolgicos con caractersticas de brebajes caseros en verdaderos productos de calidad equivalente a la obtenida en formulaciones muy bien logradas por la industria de los principios activos qumicos. Para el desarrollo y evolucin de cualquier actividad industrial se requiere inversin y esta se paga con ingresos por ventas de los productos obtenidos. La industria biotecnolgica no es la excepcin, y es la existencia o ausencia de normas lo que condiciona el xito o el fracaso de la evolucin industrial. Cuando existe un marco regulatorio que permite diferenciar calidades de los productos ofrecidos en el mercado se dispara un proceso de competencia sana con la intervencin de empresas apostando a la generacin de nuevas tecnologas de superacin para cautivar consumidores que aprenden a demandar productos de mxima calidad. Por el contrario, la ausencia de registros protocolizados de productos y la falta de controles de calidad de los mismos determinan un escenario de competencia desigual entre insumos de dudosa procedencia y performance versus productos bien concebidos. La dificultad de evaluar la calidad de productos microbianos por los consumidores que no son especialistas en el tema complica an ms el panorama. Como corolario, en este ltimo escenario, se iguala todo hacia abajo, porque no hay margen para la inversin y manda el instinto de supervivencia con la inexorable autodestruccin del mercado. En muchos casos lo peor es el rechazo o desvalorizacin de la prctica por parte del consumidor.

  • 16Captulo 2. Situacin de los cultivos leguminosos y los Biofertilizantes en Bolivia Jos Eduardo Abela y Renato Valenzuela Empresa Privada Agroindustrias Lucano SRL. Carretera al Norte Km 61/2. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia ([email protected]) Los promedios de los datos del Instituto Nacional de Estadstica (INE) del ltimo quinquenio (datos hasta el 2004) muestran que en Bolivia los cultivos principales ocupan 1.98 millones de hectreas; donde destacan las siembras de soya con el 34% y de maz con el 15% de total de las reas sembradas (Fig. 1). Fig. 1 Los cultivos leguminosos totalizan 749.000 Ha, lo que representa un 38% de la superficie ocupada por los cultivos principales. Dentro del grupo de las leguminosas de grano, el INE registra cuatro especies adems de la soya ms que individualmente ocupan menos del 2% de la superficie agrcola como son habas 1.7%, alfalfa 1.3%, arveja 0.8% y man 0.6% (Fig 2). En Bolivia el crecimiento anual de la superficie cultivada para el conjunto de los cultivos principales fue de 0,6% al 2001, 5,9% al 2002, -0,7% al 2003 y 6,5% al 2004; esto es un 3,1% anual en promedio. Como es de esperarse, los cultivos con un fuerte respaldo industrial y mercados de exportacin como la soya 7 % y la caa de azcar 5,5 % son los que ms se estn expandiendo, mientras que el aumento de las hectreas sembradas es pequeo o incluso negativo para los cultivos de maz 2,8%, papa 1,4%, cebada 0,7%, arroz -0,3% y trigo -1,4%. Caso aparte es el girasol que se destina a mejorar la calidad de los aceites y su mercado es definido por la industria local; as las mejoras en rendimiento han ocasionado una fuerte reduccin anual del 6,7% del rea sembrada en aos anteriores. Por otra parte, se ha sealado que los promedios de los rendimientos para este ltimo quinquenio son regulares a bajos para todos los cultivos con valores en Ton/Ha de 2 para soya, 2 para maz, 2,3 para arroz, 0,9 para girasol, 5,7 para papa, 0,9 para trigo, 0,8 para cebada y 46,4 para caa de azcar. Es sabido que el clima ha sido responsable de parte de la cada en los rendimientos, no obstante algunos cultivos han mostrado aumentos anuales interesantes tales como es el caso del girasol 17%, arroz 7,4% y caa de azcar 5%, trigo 2,3%, cebada 1,7%, maz 1,6% y soya 1,1%.

  • 17 Fig. 2 Es especialmente preocupante la disminucin en un -0,5% en el rendimientos de la papa por la importancia de este cultivo para la seguridad alimentaria de Bolivia y por el aumento concomitante en el nmero de habitantes del pas (Fig.3). En Bolivia aparentemente los biofertilizantes mas desarrollados son aquellos en base a rhizobios para la inoculacin de especies de leguminosas de grano de inters comercial. Aunque el uso de biofertilizantes no esta totalmente arraigado en la cultura agrcola de Bolivia, se puede decir que la mayor parte de los agricultores inoculan la semillas de soya antes de su siembra, lo que no es cierto para las otras leguminosas. Actualmente la soya es el cultivo que sostiene el mercado de inoculantes con bacterias fijadoras de nitrgeno, mientras que los inoculantes de este tipo para otras leguminosas se fabrican, a pedido, por instituciones del sector pblico. Aproximadamente de las 800.000 Ha de soya que reporta el INE para el 2004 se sembraron en la campaa de invierno, en la que estima se inocul un 80% de la semilla. La estimacin para el verano es de solo un 60%. Del anlisis de las reas sembradas por leguminosas y por la importancia protica de los granos se puede asumir que Phaseolus, Arachis, Vicia, Pisum, Medicago, Lupinus y Vigna son las leguminosas que pueden constituirse en mercados potenciales de biofertilizntes. De ellos el frjol es el cultivo que mas ha avanzado a la mecanizacin, eventualmente se exporta parte de su produccin y es el que regularmente demanda inoculantes, aunque la adopcin es inferior al 20%. Por otra parte, existe en Bolivia una falta importante de empresas o instituciones productoras de biofertilizantes de alta calidad lo cual es un problema de no fcil solucin ya que existe una fuerte relacin entre la oferta y la demanda que est a su vez determinada por la irregular respuesta alcanzada en campo y sobre todo el escaso margen de ganancia a los intermediarios que no permite el crecimiento de este mercado. El cultivo de las otras leguminosas mencionadas sigue siendo realizada con mtodos tradicionales, en superficies pequeas, muy poca a ninguna mecanizacin, bajo uso de insumos externos a la finca y comercializada a travs de un gran numero de ferias e intermediarios que dificultan la comprensin de su mercado. Esta estructura de produccin es un verdadero reto a la transmisin de nuevas tecnologas y sigue siendo una barrera no superada en el uso de inoculantes. El tratamiento de semilla de soya con fungicidas es una practica comn (adopcin mayor al 80%) mientras que la adicin de Co-Mo

  • 18y/o nutrientes o promotores de crecimiento es solo empleada por los productores mas tecnificados. Fig. 3 Investigacin y produccin de biofertilizantes en Bolivia Hasta el ao 2000 y por ms de 10 aos se desarroll el proyecto de investigacin y transferencia de tecnologa RhizobiologiaBolivia. Este proyecto cont con la cooperacin tcnica y financiera del Reino de los Pases Bajos, teniendo como objetivo en su primera fase el desarrollo de la capacidad de produccin local de biofertilizantes. El proyecto dio el impulso necesario para consolidar los trabajos sobre inoculantes en soya que se realizaban en Bolivia, abarcando todos los aspectos desde el manejo y seleccin de cepas, tecnologa de fermentacin, desarrollo del soporte para los microorganismos, produccin de biofertilizantes a escala comercial, desarrollo de una marca y su mercado, tcnicas de aplicacin y uso del biofertilizante, protocolos de controles de calidad y el establecimiento de normativas para el registro y comercio de biofertilizantes. A esto se uni, y no con menor importancia, los trabajos a campo mostrando las ventajas de la inoculacin con los biofertilizantes, practica que no gozaba de aceptacin por la presencia en el mercado de inoculantes de mala calidad. El objetivo central de esta primera fase fue logrado con xito introducindose en el mercado la primera marca de biofertilizantes fabricados en Bolivia. Seguidamente se dio curso a la segunda fase del proyecto que involucr el mantenimiento del apoyo a la produccin de biofertilizantes para soya y las investigaciones sobre la aplicacin de biofertilizantes en base a rhizobios para los cultivos de leguminosos tradicionales de zonas fras y templadas del pas as como para las leguminosas forrajeras y de pasturas de todas las zonas. En la tercera fase del proyecto los esfuerzos de investigacin y financieros fueron enfocados ms hacia los aspectos agronmicos y socioeconmicos de los cultivos leguminosos tradicionales en la procura de

  • 19lograr la adopcin del uso de biofertilizantes. Esta ltima fase del proyecto no dio los resultados esperados ya que no se logr la adopcin de la biofertilizacin de los cultivos muy a pesar de contar con la informacin que respaldaba las ventajas de las prctica agronmicas de inoculacin y de tener la capacidad de producir los biofertilizantes para toda el rea sembrada con cultivos leguminosos tradicionales. Sin darse por vencidos y para dar continuidad al Proyecto RhizobiologiaBolivia, cuatro instituciones nacionales lanzaron el Proyecto AgroLeg bsicamente con la idea de coordinar los esfuerzos a fin de hacer mas eficiente el uso de los recursos que cada institucin contaba para los trabajos en rhizobiologia y leguminosas. Los principales logros del Proyecto AgroLeg han sido: a) mantener cierta cohesin y contacto interpersonal entre los grupos que trabajan en el campo de la rhizobiologa y consolidar en formato electrnico los 292 trabajos presentados a lo largo de 6 reuniones nacionales llevadas a cabo entre 1991 y 2002. En el marco de estas reuniones se han presentado un total de 131 trabajos relacionados con el comportamiento de cepas de rhizobios a nivel de invernadero o campo, la respuesta a campo de las cepas seleccionadas y el efecto de fertilizantes, pesticidas y/o aceites sobre las cepas de rhizobio bajo estudio. Cabe sealar que solo un nmero reducido de trabajos presentados estn directamente relacionados con la produccin de biofertilizantes, siendo escasos los referidos a micorrizas o bacterias promotoras del crecimiento (PGPR); y b) la formacin de recursos humanos como se deduce del alto nmero de tesis de grado en el rea de la rhizobiologa, uso y potencialidad de los biofertilizantes. Sin embargo, todava es mucho lo que hay que investigar en cuanto al aislamiento y seleccin de microorganismos altamente efectivos en la colonizacin de las plantas y en la fijacin simbitica de nitrgeno, solubilizacin del fsforo y/o promocin del crecimiento de las plantas mediante la sntesis de hormonas segn sea el caso. Por otra parte, es necesario realizar un esfuerzo para consolidar los resultados de las investigaciones bsicas y disponibilidad de cepas de microorganismos seleccionadas en los laboratorios en forma de publicaciones en revistas indexadas, electrnicas o de gran divulgacin en el pas para que pueda ser leda, consultada y/o usada por investigadores, agricultores y empresarios que participan en la cadena productiva de los biofertilizantes. En este sentido hay que guardar en consideracin que muchas investigaciones realizadas y financiadas en empresas privadas y diseadas considerando estrategias de mercadeo son de carcter confidencial y no sern publicadas a menos que existan leyes actualizadas sobre el derecho a registro de marca, patente de procesos de produccin as como de organismos transgnicos y un respaldo legal a la propiedad intelectual. En general podemos decir que los agricultores, beneficiarios finales de todo el esfuerzo, reciben poca informacin de la investigacin local. Por un lado las investigaciones orientadas a desarrollar tecnologas para los cultivos tradicionales, mayormente a cargo de pequeos agricultores, no han logrado plasmarse en productos comerciales (excepto semilla de nuevas variedades) y/o tienen una muy baja adopcin. Por otro parte, aquellas investigaciones orientadas hacia los cultivos comerciales la mayora de las cuales se relacionan con la adopcin de nuevas tecnologas quedan rezagadas por las exigencias de la propia fiscalizacin boliviana frente a los giles sistemas de difusin tecnolgica de los pases vecinos (sobre todo Brasil) y al fuerte enfoque comercial del sector privado. Un ejemplo de adopcin de tecnologa a toda costa es la de la soya transgnica resistente al glifosato. Las barreras burocrticas, muchas veces encontradas en el proceso de permisologa y registro, oblig a algunos agricultores bolivianos a introducir de contrabando un gran volumen de semilla transgnica forzando as cambios en el sistema de fiscalizacin de semillas. Sin embargo, la apertura legal a plantas transgnicas sin el respaldo de investigaciones serias trajo grandes perjuicios a los productores al autorizarse la comercializacin de algunas variedades de soya RR de pobre adaptacin al sistema de cultivo de soya verano invierno que se practica en Santa Cruz. Produccin de biofertilizantes La produccin de biofertilizantes comienza con la identificacin de las mejores cepas de los distintos microorganismos para un gran nmero de cultivos. La oferta publica de biofertilizantes abarca mas de treinta especies, tanto leguminosas forrajeras de zonas templadas y calidas, como cultivos tradicionales de Bolivia (haba, arveja, frjol, man, tarwi, cumanda, lenteja y garbanzo). En general, las formulaciones en el mercado son en polvo usando turbas

  • 20arcillosas o turbas netamente orgnicas Carex o Sphagnum esterilizadas ya sea por calor hmedo o radiacin como soporte para los microorganismos y como adherente azcar u otros productos qumicos cuya inocuidad sobre los microorganismos fue previamente establecida. Existen tambin en el mercado boliviano formulaciones lquidas que emplean las tecnologas de fermentacin y estabilizacin celular desarrolladas en Argentina. Estas formulaciones pueden tener incorporadas substancias promotoras y/o protectoras de la bacteria o estos compuestos son vendidos como productos aparte a ser mezclado al momento de la siembra. En cada caso las instrucciones para el mantenimiento, aplicacin y uso de los biofertilizantes estar debidamente descrita en los distintos empaques. Actualmente el mercado boliviano existen diversas marcas de biofertilizantes aunque se puede decir que solo 5 de ellas (dos bolivianas y tres argentinas) satisfacen la demanda de inoculacin de la soya. Con respecto a las cepas de rhizobios usadas para la produccin de los biofertilizantes en el presente se usan tanto las aisladas localmente como las seleccionadas en Brasil y Argentina, ya que la normativa correspondiente que establece que las cepas de sern recomendadas por un Laboratorio Especializado nunca fue exigida. La concentracin declarada en estos productos es superior a lo exigido en la norma boliviana (1 x 108 cel viables/g o ml), sin embargo solo una marca realiza rutinariamente controles de calidad de los lotes comercializados. En este sentido los aspectos comerciales van tomando preeminencia sobre los aspectos tcnicos, tanto as que la semilla es vista como un vehculo para el acarreo de insumos y se ejerce una gran presin para que el productor la use as. Comercialmente se esta generalizando la venta de paquetes de biofertilizante + fungicida y en menor grado la adicin de cobalto-molibdeno y promotores de crecimiento. Esto ltimo implica un entrenamiento a los agricultores y/o peritos agrcolas a fin de que los insumos sean puestos en contacto con las semillas en las proporciones correctas y en las condiciones adecuadas para evitar el dao a los microorganismos base de los biofertilizantes. La antigua recomendacin de tratar la semilla primero y luego inocularla va perdiendo terreno. Adems de los productos arriba mencionados registrados como INOCULANTE, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG) ha registrado como BIOFERTILIZANTE un producto a base de hongos micorrizogenos (Glomus) de fabricacin local y desarrollado como emprendimiento privado con base a tecnologa transferida de Cuba. El vehculo usado en la formulacin es suelo arcilloso y el producto tiene una garanta de 15 esporas/g y esta recomendado para todo tipo de cultivos (granos, caa de azcar, tubrculos, hortalizas, frutales, forestales y pasturas). Se ha desarrollado un sistema de control de calidad que incluye una prueba de producto final realizado por un organismo pblico, sin embargo aun no existe normativa sobre micorrizas. En paralelo, el SENASAG tambin ha registrado como FERTILIZANTE un producto italiano formulado como polvo granulado que contiene fermentos naturales, principios activos, nutrientes, cidos humicos y nucleicos as como toda una combinacin de microorganismos liofilizados que incluyen algas, nitrosomas, nitrobacter, pseudomonas, xantomonas, micrococcus, planococcus, cryptococcus y bacillus. Se recomienda el uso de este producto para casi todos los cultivos en Bolivia incluyendo las pasturas. Fiscalizacin en inoculantes Las disposiciones del MERCOSUR/GMC/RES No 28/98 en su artculo 4 para el comercio de biofertilizantes definen inoculante como todo producto que contenga microorganismos con accin estimulante sobre el crecimiento de las plantas. En Bolivia la legislacin referente a biofertilizantes es parcial y en la prctica inexistente an cuando existe una Resolucin Ministerial 208/90 del 1 de noviembre de 1990 en la cual se designa al Servicio de Sanidad Vegetal del MACA como organismo oficialmente encargado de velar por el cumplimiento de lo normado en dicha Resolucin Ministerial y a la vez designa como Laboratorios Especializados para realizar los controles exigidos en la R.M. al laboratorio de Rhizobiologia del CIAT-Santa Cruz y del IBTA-Tarija. Esta Resolucin Ministerial no contempla la definicin del termino INOCULANTE, pero sus considerandos implican que se refiere especficamente a microorganismos con accin de fijacin biolgica de nitrgeno en asociacin a plantas leguminosas (genricamente Rhizobium). La citada Resolucin Ministerial es sencilla y bastante completa en todos los aspectos referidos al comercio de los inoculantes con Rhizobium, incluso en lo relativo a su control de calidad, pero no contempla en forma especfica otros tipos de inoculantes. Una dcada mas

  • 21tarde, mediante Ley de la Repblica # 2061 del 16 de marzo de 2000 se decreta la creacin del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG), a quien, entre otras, se le confiere la competencia del control de insumos utilizados para la produccin agropecuaria, agroindustrial y forestal (artculo 2-f). Cabe aclarar que la Ley no hace ninguna apreciacin sobre la reglamentacin existente a la fecha en las competencias asignadas al nuevo SENASAG, por lo que esta sigue vigente mientras no se legisle en contrario. Las atribuciones del SENASAG establecidas en el Decreto Supremo # 25729 del 7 de abril de 2000 y en la Resolucin Administrativa No 55/2002 (articulo 10-e) del 17 de abril de 2002 (RA 55/2002) que comprende 19 Captulos, 91 artculos y 11 anexos son: a) emitir la reglamentacin referente a los insumos agropecuarios en cuanto a la importacin, la formulacin, y la comercializacin de los fertilizantes, en cualquiera de sus formulaciones, para lo cual establece los requisitos en el Anexo 2 (artculo 45), y b) dictaminar la reglamentacin para el registro y control de plaguicidas, fertilizantes y sustancias afines de uso agrcola en cuanto a su importacin, formulacin, y comercializacin de los plaguicidas de origen biolgico, en cualquiera de sus formulaciones, para lo cual establecer los requisitos en una reglamentacin especfica (artculo 46). Este reglamento es completo pero su mbito de aplicacin no cubre ciertos productos como los inoculantes: todos los plaguicidas agrcolas (de sntesis qumica, biolgica y natural) importados, fabricados y/o formulados en el pas, y tambin otros insumos de uso agrcola (como los fertilizantes, sustancias afines, etc.) cuyos requisitos se establecen a travs de regulaciones especficas. (Anexo 2). El Reglamento de la Resolucin Administrativa 55/2002 indica que el SENASAG reglamentar todos estos registro, sin embargo hasta el presente dicha reglamentacin no existe, emplendose a los fines de registro las directrices de la FAO para este tipo de productos. Por otra parte, en toda la reglamentacin generada por el SENASAG no se hace mencin a los inoculantes (el termino INOCULANTE) ni se usa ni esta contenido en los glosarios. La lectura del espritu de la reglamentacin indica que los inoculantes tampoco se consideran bajo el rotulo de Sustancias Afines. Al no normar sobre inoculantes, se sostiene la vigencia de la antigua Resolucin Ministerial 208/90; siendo el SENASAG, en virtud a sus competencias, el organismo oficial encargado de velar por su aplicacin. Estas deficiencias jurdicas implican que el SENASAG mantiene un comportamiento dual en lo relativo a inoculantes rizobiaceos, realizando una fiscalizacin de acuerdo al interesado. As, para permitir su importacin, ha exigido el registro de productos con base al Reglamento de la Resolucin Administrativa 55/2002, clasificndolos como INOCULANTE (termino no legislado en dicho reglamento), sin exigir luego la realizacin de controles de calidad en Bolivia de los lotes importados; mientras que tambin para aquellas empresas que lo solicitan rutinariamente expide autorizaciones de venta de inoculantes especficos para cada lote, previa realizacin de control de calidad en un laboratorio autorizado, bajo la normativa de la antigua Resolucin Minist 208/90. La fiscalizacin sobre las cepas presentes en los inoculantes es tambin inexistente. Finalmente y ante la total ausencia de reglamentacin boliviana para este tipo de productos, los inoculantes no rizobiaceos se han registrado con base en la Resolucin Administrativa 55/2002 y han sido categorizados como biofertilizantes (micorrizas) o fertilizantes como se menciono anteriormente. Mayor informacin puede ser obtenida en: (www.ine.gov.bo); (www.demexcorp.com); (www.ecobiotec.com); Empresa Desarrollos Agrcolas S.A, Empresa Agroindustrias Lucano S.R.L. (www.fertimax.com) y la Asociacin de Proveedores de Insumos Agrcolas (APIA).

  • 22 Captulo 3. Inoculantes Microbianos: Situao no Brasil Mariangela Hungria e Rubens Jos Campo Embrapa Soja, Laboratrio de Biotecnologia do Solo, Cx. Postal 231, 86001-970, Londrina, Paran, Brasil([email protected]); Universidade Estadual de Londrina Depto. Microbiologia e Depto. de Biotecnologia; Universidade Paranaense Biotecnologia. As estimativas globais apontam que, nas ltimas cinco dcadas, cerca de dois dos 8.7 bilhes de hectares de terras agricultveis, pastagens permanentes e florestas do mundo tenham sido degradadas. A degradao fsica, qumica e biolgica do solo pode ser ainda maior nos prximos anos, uma vez que, para atender s demandas crescentes por alimentos de uma populao estimada em 8 bilhes de pessoas em 2030, tm sido utilizadas, freqentemente, terras marginais e imprprias para a agricultura (Cassman 1999, Fresco 2003, Norse 2003; Pinstrup-Andersen 2003). Como resultado do empobrecimento fsico e qumico do solo, o hbitat para a vida biolgica desfavorecido e, como esses organismos desempenham um papel fundamental nos processos de estruturao dos solos, ciclagem e aporte de nutrientes, estabelece-se um ciclo de empobrecimento dos solos (Giller 2001, Hungria e Campo 2005). A situao ainda mais grave em pases tropicais e em desenvolvimento, como o caso do Brasil: a degradao fsica acentuada pelo manejo intensivo e inadequado do solo, a qumica pela natureza dos solos, intemperizados e com baixos teores de nutrientes e, tanto as propriedades fsicas, como as qumicas so desfavorecidas pelos estresses ambientais freqentes, como temperaturas elevadas e longos perodos de estiagem (Hungria e Vargas 2000, Hungria e Campo 2005). Em termos globais, considera-se a disponibilidade de gua e dos nutrientes nitrognio (N) e fsforo (P) como o principal fator limitante produo agrcola. Em caso de deficincia hdrica, a gua precisa ser fornecida s culturas por meio de irrigao. Em relao ao P, esse deve ser suprido como fertilizante, mas alguns microrganismos podem incrementar a absoro do nutriente, bem como solubilizar fontes com baixa disponibilidade para as plantas. J o N pode ser, em diversos casos, fornecido, parcial ou totalmente, pelo processo da fixao biolgica do nitrognio atmosfrico (N2). Como os solos brasileiros so, em geral, pobres em N e P, o aporte contnuo de nutrientes necessrio para a manuteno da fertilidade. A produo dos fertilizantes nitrogenados envolve um consumo elevado de derivados de petrleo, portanto, com oscilaes constantes de preo. Alm disso, a maior parte dos fertilizantes nitrogenados e dos fosfatados mais solveis utilizados no Brasil importada, tambm com preo atrelado ao dlar. Como resultado, em perodos de preos baixos dos produtos agrcolas, o agricultor no consegue repor todos os nutrientes que foram retirados pelas culturas, resultando no empobrecimento gradual do solo. Como conseqncia, particularmente nas ltimas dcadas, vem sendo dada cada vez maior importncia aos processos biolgicos envolvendo os microrganismos do solo, permitindo o aporte de nutrientes como o N, o melhor aproveitamento de fontes de P, diminuindo as perdas de nutrientes, por lixiviao ou gasosas, entre outros. Assim, a microbiota do solo vem assumindo um papel de destaque na sustentabilidade dos sistemas agrcolas e preservar ou, preferencialmente, incrementar a atividade de microrganismos benficos agricultura j uma meta de muitos agricultores. Nesse contexto, o enriquecimento de microrganismos de importncia agrcola, pela adio de biofertilizantes, denominados, pela legislao brasileira, como inoculantes microbianos, vem crescendo e despertando a ateno dos agricultores. Histrico do uso de inoculantes microbianos no Brasil: Um marco histrico na microbiologia do solo ocorreu quando, em 1888, o microbiologista Martinus Willem Beijerinck isolou bactrias dos ndulos de ervilha (Pisum sativum), denominando-as como Bacillus radicicola e demonstrando que eram responsveis pelo processo de fixao biolgica do N2. Em 1890, os cientistas alemes Nobbe e Hiltner aplicaram esse conhecimento, relatando os efeitos da adio de culturas puras de bactrias s sementes no plantio e, em 1896, solicitaram o primeiro pedido de patente para o processo de inoculao. Embora esses estudos tenham sido conduzidos na Europa, a viso empresarial dos Estados

  • 23Unidos da Amrica (E.U.A) conduziu fundao da primeira fbrica de inoculantes microbianos, em 1898 e, a partir de ento, o uso desses insumos foi generalizado (Hungria e Campo 2004, Hungria e Campo 2005; Hungria e col. 2005b). No Brasil, o histrico do uso de inoculantes microbianos coincide com a histria da expanso da cultura da soja (Glycine max) no pas. A soja foi, provavelmente, introduzida no Brasil em 1882, na Bahia, pelo agrnomo Gustavo Dutra e, em um relatrio da Estao Agronmica de Campinas, consta que foi cultivada em So Paulo, em novembro de 1891. Gustavo Dutra conduziu novos experimentos em 1898 e 1899, incluindo a anlise qumica de gros e folhas. Uma pequena distribuio de sementes de soja para alguns agricultores foi realizada em 1901 (Hungria e col. 1999, Hungria e col. 2005a, Hungria e col. 2006, Hungria e Campo 2005). Como a soja no nativa do Brasil, os solos brasileiros no possuem bactrias fixadoras de N2 capazes de formar ndulos efetivos com essa leguminosa. Desse modo, historicamente foi relatada falta de nodulao eficaz da soja em solos que no haviam recebido inoculantes (Hungria e col. 1994, Vargas e col. 1994, Ferreira e Hungria 2002, Hungria e col. 2006). Os primeiros estudos de avaliao de estirpes importadas dos E.U.A. foram conduzidos na Seo de Bacteriologia Agrcola do Instituto Agronmico de Campinas (IAC), na dcada de 1920 (Silva 1948). Em 1930, ocorreu a primeira produo e distribuio de inoculantes para leguminosas no Brasil, tambm pelo IAC, para os agricultores pioneiros que se interessaram pela soja (Hungria e col.1999, Hungria e col. 2006, Zancop e Nasser 2005). A partir da dcada de 1940, a soja apareceu, pela primeira vez, nas estatsticas do Estado do Rio Grande do Sul. Concomitantemente, teve incio a avaliao, nos gentipos de soja locais, de estirpes de rizbios estrangeiras, provenientes, principalmente, dos E.U.A. e da Universidade de Sidney, na Austrlia. Para suprir a demanda da cultura da soja por inoculantes, em 1949 a Secretaria do Estado do Rio Grande do Sul iniciou uma produo local, tendo como veculo gar e, em 1955, em veculo turfoso. Na safra de 1951/52, o Estado de Santa Catarina foi, pela primeira vez, includo nas estatsticas e, no Paran, o cultivo se estabeleceu na dcada de 1960. Com a expanso da cultura, ficou difcil para uma instituio de pesquisa produzir as quantidades de inoculantes que passaram a ser solicitadas. Assim, em 1956, com o auxlio da Secretaria da Agricultura do Rio Grande do Sul, a firma Leivas Leite, de Pelotas, tambm no RS, comeou a produzir inoculantes para a cultura da soja (Zancop e Nasser 2005). Logo depois, foi tomada uma deciso fundamental pela Comisso Nacional da Soja, graas insistncia dos pais da microbiologia do solo no Brasil, Prof. Dr. Joo Ruy Jardim Freire e Dra. Johanna Dbereiner, de que a fixao biolgica de N2 deveria ser um parmetro considerado nos programas brasileiros de melhoramento da soja. Foram, ento, estabelecidas linhas e grupos de pesquisa, tendo como uma das prioridades a seleo de estirpes eficazes e adaptadas s cultivares e solos brasileiros. (Freire e Vidor 1981, Freire 1982, Hungria e col. 1994, Hungria e col. 2006, Dbereiner e Franco 1995, Vargas e Hungria 1997). A conscientizao da importncia da fixao biolgica do N2 resultou na adoo generalizada de inoculantes nas dcadas de 1960 e 1970. Tambm na dcada de 1970, ocorreu a expanso da cultura para o Brasil Central, na Regio dos Cerrados, em solos pobres em N e requerendo, obrigatoriamente, a inoculao com rizbios (Vargas e col. 1994; Vargas e Hungria 1997). A necessidade de garantir boa nodulao em reas de primeiro cultivo de soja resultou, inclusive, na recomendao de inoculao das sementes de arroz (Oryza sativa), espcie utilizada como primeira cultura aps a abertura de reas novas. Essa prtica ainda utilizada em reas recm-abertas, ou em reas sem cultivo da leguminosa h vrios anos (Hungria e col. 1994, Vargas e col. 1994, Vargas e Hungria 1997). No restam dvidas sobre a importncia atual da cultura da soja para a economia do Brasil, onde a rea cultivada com essa leguminosa incrementou de 702.000 hectares em 1940/41 para 22,2 milhes de Ha em 2005/06; alm disso, Contudo, tem ocorrido, paralelamente, um incremento no rendimento mdio nacional, de 1.166 kg Ha-1 na safra 1968/69, para 2.511 kg Ha1 em 2005/06 (Fig. 1). O Brasil , hoje, o segundo maior produtor mundial de soja, com 55.71 milhes de toneladas de gros produzidas na safra 2005/06 (CONAB, 2006b) (Figura 2). A soja ocupa, atualmente, cerca de 45% de toda a rea cultivada no Brasil e responde por, aproximadamente, 20% do PIB do agronegcio nacional, correspondendo a mais de U$ 35 bilhes anuais (Tavares 2004).

  • 24Figura 1. Expanso da rea (milhes de Ha) cultivada com soja no Brasil e incremento do rendimento mdio (kg de gros Ha-1) nacional da cultura. Segundo CONAB (2006b) e Hungria e col. (2006). 05101520251968/691976/771980/811984/851988/891992/931996/971999/002002/032005/06rea 050010001500200025003000 Rendimentorea Rendimento Figura 2. Produo anual de soja (milhes de toneladas) pelos principais produtores mundiais (USDA, 2006). Programa brasileiro de seleo e recomendao de estirpes de rizbios A identificao de estirpes mais eficientes no processo de fixao biolgica do N2 com as leguminosas de maior importncia econmica sempre foi uma meta dos grupos envolvidos em estudos de microbiologia do solo no Brasil. Na dcada de 1950, foi criada a Coleo de Culturas SEMIA (Seo de Microbiologia Agrcola), do Instituto de Pesquisas Agronmicas (IPAGRO), hoje FEPAGRO (Fundao Estadual de Pesquisa Agropecuria), em Porto Alegre, RS. Em 1955, o professor Joo Ruy Jardim Freire trouxe, para o Brasil, 60 culturas de rizbios isolados de diversas leguminosas na dcada de 1920, nos E.U.A. e na Europa. Desde ento, foram adicionadas, coleo, diversas estirpes selecionadas para leguminosas de importncia econmica para