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Año VI La Habana 9 al 15 de JUNIO de 2007 SECCIONES Página principal Enlaces Favoritos Enviar correo Suscripción RSS EL GRAN ZOO PUEBLO MOCHO NOTAS AL FASCISMO LA OPINIÓN APRENDE LA CRÓNICA EN PROSCENIO LA BUTACA LETRA Y SOLFA LA MIRADA MEMORIA FUENTE VIVA REBELDES.CU LA GALERÍA EL CUENTO POESÍA EL LIBRO EPÍSTOLAS ESPINELAS EL PASQUÍN EN FOCO POR EMAIL ¿DÓNDE QUIERES QUE TE PONGA EL PLATO? Y finalmente, ¿existe una literatura latinoamericana?* Jorge Fornet • La Habana En las últimas décadas comenzó a percibirse en nuestro ámbito literario un proceso de balcanización contrastante con aquella voluntad integradora que en los años 60 se vivió con el boom, y mucho antes, incluso, con el modernismo y las vanguardias. Es obvio que la carencia de proyectos viables y seductores a escala supranacional dificulta pensar en términos continentales. En ese panorama de crisis, dispersiones y rupturas, parece actualizarse la vieja pregunta que en los años 20 formularon los despistados editores de la Gaceta Literaria de Madrid: ¿por dónde pasa el meridiano cultural de América? Irónicamente, ocho décadas después hay razones para repetir sin rubor la respuesta que dieron entonces aquellos editores, contra la que se alzaron indignados los jóvenes de Martín Fierro y, tras ellos, los de medio continente: por Madrid (o Barcelona). Mal que nos pese, casi todas las grandes editoriales de nuestra lengua y los mecanismos consagratorios continúan estando allí. El hecho provoca un curioso efecto. Cuando las editoriales más poderosas se afincan en nuestros países no necesariamente lo hacen para facilitarnos el acceso a escritores vecinos, con el afán de “transnacionalizarlos” a ellos tanto como a sus propias finanzas. En un curioso malabarismo, la política editorial de esas empresas se vuelve a veces precapitalista y la circulación de autores casi nunca traspasa las fronteras nacionales. Por paradójico que parezca, la globalización puede actuar a favor del provincianismo. ¿Cómo se comporta la actual narrativa latinoamericana en ese contexto? O para ser más preciso: ¿cuáles son las propuestas narrativas de la más reciente generación, aquellos autores nacidos en torno a (o a partir de) 1959 y que se dieron a conocer a finales de la década del 80? Dicha generación ―bautizada una y otra vez con nombres subsidiarios del boom cada vez más desafortunados: postpostboom, junior boom, boomerangse hizo visible gracias a algunos premios y varias antologías. Los escritores que la integran han reformulado, a veces sin proponérselo, el proyecto latinoamericanista de sus predecesores. Su obra se mueve, por demás, en una nueva cartografía que incluye, como parte del universo latino, a los EE UU. ¿Cuál es su proyecto y su visión del mundo? ¿Hacia dónde dirigen sus estrategias narrativas? No pierdo de vista el riesgo que implican los pronósticos centrados en autores cuyas obras, por lo general, apenas comienzan a sobresalir, sujetos como están a los vaivenes y ritmos de un temprano proceso de canonización asociado más con los intereses de las editoriales, academias y espacios de circulación internacionales que con la calidad literaria propiamente dicha. No sería una sorpresa que a la vuelta de 10 años algunos de los nombres mencionados aquí hayan pasado a un oscuro segundo plano, desplazados ―muy brevemente quizá― por otros que hoy apenas poseen obra o la tienen en editoriales y circuitos de precaria influencia. En cualquier caso, no me interesa ganarle tiempo al tiempo ni elaborar listas o pronósticos apresurados, sino ver qué están proponiendo hoy algunos de los escritores más reconocidos de las generaciones recientes. La elección de las fechas es, desde luego, arbitraria, aunque no del todo. Nadie duda del impacto que tuvo el triunfo de la Revolución cubana tanto en la historia del continente, como en su literatura. A partir de 1959 se

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    9al15deJUNIOde2007

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    ELPASQUN

    ENFOCO

    POREMAIL

    DNDEQUIERESQUETEPONGAELPLATO?

    Yfinalmente,existeunaliteraturalatinoamericana?*JorgeFornetLaHabana

    Enlasltimasdcadascomenzapercibirseennuestrombitoliterariounproceso de balcanizacin contrastante con aquella voluntad integradoraqueen losaos60sevivi conelboom,ymuchoantes, incluso,conelmodernismo y las vanguardias. Es obvio que la carencia de proyectosviables y seductores a escala supranacional dificulta pensar en trminoscontinentales.Enesepanoramadecrisis,dispersionesyrupturas,pareceactualizarse la vieja pregunta que en los aos 20 formularon losdespistadoseditoresdelaGacetaLiterariadeMadrid:pordndepasaelmeridianocultural de Amrica? Irnicamente, ocho dcadas despus hayrazones para repetir sin rubor la respuesta que dieron entonces aquelloseditores,contralaquesealzaronindignadoslosjvenesdeMartnFierroy,trasellos,losdemediocontinente:porMadrid(oBarcelona).Malquenospese, casi todas las grandes editoriales de nuestra lengua y losmecanismos consagratorios continan estando all. El hecho provoca uncurioso efecto. Cuando las editoriales ms poderosas se afincan ennuestros pases nonecesariamente lo hacenpara facilitarnos el acceso aescritoresvecinos,conelafndetransnacionalizarlosaellostantocomoasuspropiasfinanzas.Enuncuriosomalabarismo, lapolticaeditorialdeesasempresassevuelveavecesprecapitalistaylacirculacindeautorescasinuncatraspasalasfronterasnacionales.Porparadjicoqueparezca,laglobalizacinpuedeactuarafavordelprovincianismo.Cmosecomportalaactualnarrativalatinoamericanaenesecontexto?Opara ser ms preciso: cules son las propuestas narrativas de la msreciente generacin, aquellos autores nacidos en torno a (o a partir de)1959 y que se dieron a conocer a finales de la dcada del 80? Dichageneracinbautizadaunayotravezconnombressubsidiariosdelboomcadavezmsdesafortunados:postpostboom,juniorboom,boomerangsehizovisiblegraciasaalgunospremiosyvariasantologas.Losescritoresque la integran han reformulado, a veces sin proponrselo, el proyectolatinoamericanistadesuspredecesores.Suobrasemueve,pordems,enunanuevacartografaqueincluye,comopartedeluniversolatino,alosEEUU.Culessuproyectoysuvisindelmundo?Haciadndedirigensusestrategias narrativas? No pierdo de vista el riesgo que implican lospronsticos centrados en autores cuyas obras, por lo general, apenascomienzanasobresalir,sujetoscomoestnalosvaivenesyritmosdeuntempranoprocesode canonizacinasociadoms con los interesesde laseditoriales,academiasyespaciosdecirculacininternacionalesqueconlacalidadliterariapropiamentedicha.Noseraunasorpresaquea lavueltade10aosalgunosdelosnombresmencionadosaquhayanpasadoaunoscuro segundo plano, desplazadosmuy brevemente quiz por otrosque hoy apenas poseen obra o la tienen en editoriales y circuitos deprecaria influencia. En cualquier caso, nome interesa ganarle tiempo altiempo ni elaborar listas o pronsticos apresurados, sino ver qu estnproponiendo hoy algunos de los escritores ms reconocidos de lasgeneracionesrecientes.Laeleccinde lasfechases,desde luego,arbitraria,aunquenodel todo.NadiedudadelimpactoquetuvoeltriunfodelaRevolucincubanatantoen la historia del continente, como en su literatura. A partir de 1959 se

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    desencadenun inters talpornuestra reginquecontribuydemaneranotablealdesarrollodelfenmenoliterariomsestruendosodelahistorialiterarialatinoamericana.Yaen1972EmirRodrguezMonegalleatribuaaaquel hecho histrico junto con el empeo de algunas importanteseditorialesespaolas,presionadasasuvezporloslectoreslaexistenciamismadelboom.Milnovecientoscincuentaynueve fue,dealgnmodo,unparteaguas,unabisagraenelimaginariolatinoamericano.Poresonoesraro que contine siendo, ms de cuatro dcadas despus, el punto dereferencia de antologas, anlisis y acercamientos a nuestra actualliteratura.[1]Quienes nacieron en torno a esa fecha fueron, adems, losprimeros lectores no contemporneos del boom ellos no pudieronexperimentar la ebullicin de que hablaba Monegal y debieron leer lasobras de la poca, incluso las ms tardas, de manera diferida. Esosnarradores, adems, comenzaron a darse a conocer cuando el mundoasista asombrado al desplome de todo un universo que parecainconmovible. La historia no haba finalizado, como pregonaba unentusiasta politlogo, pero sin duda haba dado un giro dramtico.Asistamos,segnharanotarEricHobsbawn,alfinaldelsigloXXdemodoquepudieradecirsequelosnarradoresenquienesmecentrarpertenecen,enrigor,alaprimerageneracindeescritoresdelsigloXXI.Tal vez debamos comenzar por preguntarnos si es pertinente, a estasalturas,hablardeunaliteraturalatinoamericana,esdecir,deunaliteraturalatinoamericana consciente de serlo y con un proyecto ms o menoscompartido. La respuesta tiende a oscilar entre dos extremos, endependenciadelmomentoyellugarenqueseenuncie.Unadeellas,porejemplo, la ofreci hace casi tres dcadas un personaje de Intestinogrueso,cuentodeRubemFonseca:

    Queexisteunaliteraturalatinoamericana?Nomehagarer!Noexisteni siquiera una literatura brasilea, con semejanza de estructura, deestilo,de caracterizacino comoquiera decirse. Existen personas queescribenenlamismalengua,enportugus,yesoestodo.Yonotengonada que ver con Guimares Rosa estoy escribiendo sobre personasamontonadas en la ciudad mientras los tecncratas les preparan laalambradadepas.

    Seguramente no es casual que fuera un brasileo, es decir, alguienexcluido, en la prctica, del corpus continental, quien diera esa voz dealarma. Pese a polticas culturales concretas en diversos pases delcontinente,que tiendena reducir lasdistancias,elTratadodeTordesillassimblico que separa la literatura brasilea de la hispanoamericanacontina vigente. Eso explica que en los proyectos y antologasaglutinadores que mencionar no aparezca ni un solo autor de Brasil,aunquealgunosdeellossonconocidosyaenespaolyguardansimilitudescon sus contemporneos hispanoamericanos. Con frecuencia se arguyen,comocausasde laexclusin,unarazndetipoprctica(ladificultadqueimplica traducir los textos), y una ideolgica (la patria del escritor es lalengua). Sin embargo, cada da se refuerza la tendencia a asimilar eincorporar a la literatura latinoamericana y a nuestras respectivasliteraturasnacionales,obrasescritasen ingls.LosantlogosdeSehablaespaol, pongamos por caso, no tienen ningn reparo en incluir en sucorpus, debidamente traducidos, cuentos de Junot Daz, SilvanaPaternostro, Ernesto Quinez e Iln Stavans. Tampoco losfundamentalismos geogrficos alcanzan a explicarlo todo, puesto que enMcOndoaparecenmezcladosautoreshispanoamericanosyespaoles.Unaantologa de 1999 que incluy cuentos de Espaa, Colombia, Mxico yChile, intenttrazarsupropiomapaydarleunsentidodeunidad,conelelocuente ttulodeCuentosaptridas, entendidos, segn sueditor,comouna suerte de supranacionalidad, una patria comn (la de la lengua

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    espaola,perotambindelaficcin,delhechomismodenarrarhistorias)que borra fronteras (Hriz 9). Tal vez esa exclusin recurrente de laliteraturabrasileaenelmbitohispanoexpliquequecuandoelperiodistaquenarraIntestinogruesoinsistaenpreguntarlealescritorentrevistadosi existe o no una literatura latinoamericana, este le responda: Solo sifuera en la cabezadeKnopf, es decir, como una invencin ajena a esemismombito.El cuestionamiento de la fe en la existencia de una literaturalatinoamericana est asociado tambin con el peligro de una tendenciahomogeneizante que borrara las peculiaridades, achatara el panoramaliterarioysofocaralasliteraturasmenoresdentrodelpropiocontinente.Ricardo Piglia defiende la tesis de que, antes que hablar en trminoscontinentales, debera pensarse en trminos regionales: literaturascaribea,oandina,orioplatense,porejemplo,consusformas,interesesytradiciones propias (Piglia/Saer 2325). A su vez, el costarricense CarlosCorts ha publicado un artculo cuyo ttulo mismo es un desafo: Laliteratura latinoamericana (ya) no existe. En una cuerda similar, elmexicano Jorge Volpi escribira El fin de la narrativa latinoamericana,ensayoenquesevaledeunaficcin(elsupuestoartculoCincuentaaosde literatura hispnica 20052055: un canon imposible), para imaginarun futuro probable. Escrito por un tal Ignatius H. Berry, profesor de laUniversidad Estatal de Dakota del Norte con nombre de resonanciasliterarias, el artculo defiende los argumentos contra los cuales seexpresarn,dehecho,tantoVolpicomomuchosdesuscolegas:

    A partir de la dcada de los 90 un grupo de escritores hispnicoscomenz a rebelarse, torpemente, contra su condicin hispnica.Nacidos a partir de los 60, no experimentaron las convulsionesideolgicasdesuspredecesoresytalvezporellonuncaseinvolucraroncon los problemas esenciales de sus pases. Su desarraigo fue tannotorio que, al leer sus obras hoy enda, resulta imposible reconocersus nacionalidades el hecho de ser colombianos, mexicanos oargentinos pas a ser, gracias a ellos, un mero dato anecdtico, unsimpleapunteensucurrculum,ynounareferenciacultural inevitablecomo hasta entonces. Sin darse cuenta de la riqueza a la querenunciaban,estageneracindeescritores []seencargdeeliminarparasiemprelaidentidaddelanarrativahispnica.(35)

    LointeresantedeestejuegonosonlospuntosenqueVolpidisientedesuficticio contrincante, sino aquellos en que coincide: Berry acierta en unpunto,concedeelmexicano:eldesafodelosescritoreslatinoamericanosnacidos a partir de los 60 [] probablemente tenga como consecuenciaextremaelfindelaliteraturalatinoamericana.Oalmenosdeesoqueloscrticos comoBerry insisten en ver como literatura latinoamericana. []Pues,qusignificaafindecuentasser latinoamericanosaprincipiosdelsigloXXI?YqusignificaserunescritorlatinoamericanoaprincipiosdelsigloXXI?(41).Porlopronto,tambinVolpicreequela ideadeserunescritormexicano, argentino, ecuatoriano o salvadoreo se convertir enunmerodatoanecdticoenlasolapadeloslibros(41).Perometemoquelo que es hoy una tendencia si bien la ms publicitada nonecesariamente significar, como parece creer Volpi, un giro de carcterirreversible.Lociertoesqueapartirde losaos90,y coincidiendo con ladispersinmencionada,seprodujociertasincronaentreautoresdediversospuntosdelreamuchosescritoresempezaronasentirseparaecharmanoalaclebrefrasedePazcontemporneosdesuscontemporneos.Yunavez

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    ms,elretornoalaebullicinlatinoamericanistaestasociadotantoconlasituacin poltica en la regin, como con la poltica de las grandeseditoriales y sus estrategias de mercado, tras el agotamiento del boom(bastante artificial, dicho sea de paso) de la narrativa espaola. En lasegunda mitad de la dcada del 90 proliferaron los premios relevantesentregados a escritores de este lado del Atlntico. Aunque ello puedeformar parte de lo que el crtico mexicano Vctor Barrera Enderle hadenominado la alfaguarizacin de la literatura hispanoamericana, seraingenuo atribuir esa ebullicin, exclusivamente, a mecanismos demarketing.QueunescritorbastanteatpicoyaparentementesolitariocomoCsar Aira haya preparado un Diccionario de autores latinoamericanos(2001),formatoquees,ensmismo,elmediocanonizanteporexcelenciaparaunificar y dar coherencia a un conjunto disperso de autores, ofreceuna idea aproximada del espritu de la poca. En la Advertencia delvolumen,Airaexplicaquesetratadeun[t]rabajoenteramentepersonalydomsticoque apunta a los buscadores de tesoros ocultos, no incluyeautoressurgidosenlosltimosveinteaos,ypretenderescatarnombresdesconocidosyolvidados(7).Luego,enunademndignodeMacedonioFernndez, aseguraque elmanuscrito durmi olvidado durante 14 aos,antes de rescatarlo para la imprenta. A pesar de que todas estas pistasapuntanhacialasingularidaddellibroyelautor,lociertoesquedelatanlavoluntadintegradoradeunescritorqueintenta(re)establecerlatradicinala que pertenece. Aunque con otro sentido, Roberto Bolao formul unapropuesta semejante en esa especie de diccionariomanual titulado LaliteraturanazienAmrica (1996).Parodiadelgnero,el libro inventauncorpusquesimulaintegraraunatreintenadeescritoreslatinoamericanosyestadounidenses. Si bien trabaja con una literatura inexistente, en unpuntosu visin coincide con la de Aira: el gesto de reconfigurarcomopartedeuncorpuscomnunaliteraturaolvidadauoculta.Ese empeo en trazar un mapa literario latinoamericano ayudara aexplicarlaaparicindeunconjuntodeantologasqueintentandarfedelanarrativa que se est gestando. Y no me refiero tanto a antologasnacionales(queproliferan)comoaaqullasquesostienenunproyectodecarctercontinental. JulioOrtega,porejemplo, reunienLashorasy lashordascuentosde63autoresde12pases. Laeditorial espaolaLenguadeTrapo,quehadesempeadounpapelmuyactivoen ladifusinde lanuevaliteratura,compilelvolumenLneasareas,quepretendeserunagua de la nueva narrativa de Latinoamrica (Becerra XIII) e incluyecuentosdetodoslospaseshispanoamericanosydelosEE.UU.Enambas,la voluntad de reunir a los autores parece preceder al corpusmismo. Esdecir, en lugar de realizar la seleccin sobre un conjunto ms o menosconocido o pblico, los antlogos se empean en crear ese corpus, ensolicitar textos, acudir a recomendaciones y tratar de dar un aire decoherenciaatextosdispersos.Deunmodouotroeseprocesohapermitidola aparicin y reunin dems de un centenar de autores.Esa operacintiene un precio. Al ejercerse sobre una literatura an no asentada, lasantologas suelen cargar con ms arbitrariedades que las propias delgnero.Pero,almismotiempo,muestran lavoluntaddeponeradialogarentre s a autores de toda nuestra geografa, hacen pasar amuchos deellos a un primer plano y estimulan, tanto en los autores como en loscrticos, la nocin de una literatura latinoamericana integral. Dantestimonio,enfin,deunasuertedeansiedaddelacrticaporfijarelnuevocanon.Paraacercarmeaestageneracinpartiralgobastantefrecuenteenlosestudioscrticossobreelladeotraantologa:McOndo(1996),deAlbertoFuguetySergioGmez.SinlugaradudasMcOndoseconvirti,tantoparasus defensores como para sus detractores, en uno de los puntos dereferencia de la nueva literatura y el propio Fuguet ayudado por su

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    bilingismo y su inslita presencia en importantes medios de difusinnorteamericanos como The New York Times, Newsweek, Time, ForeignPolicy,Salon.com...sehaidoconvirtiendoenunodelosidelogosmsvisiblesdelageneracinypuntadeunicebergconstituidoporunnotablegrupo de escritores del continente. Vayamos por partes.McOndo estuvoprecedidoporunaantologade1993,Cuentosconwalkman,preparadaporlosmismosautores.Estarecogecuentosde20narradoresmenoresde25aos que asistieron a los talleres literarios de Zona de Contacto,suplemento del diario El Mercurio, y publicaron all. El dato no esdesdeable.ElMercurioeselgranperidicoconservadordeChile, loquedealgunamaneraapuntaalaprocedenciaeinteresesdelosautores.Enelprlogoa laantologa,FuguetyGmez trazanel itinerariourbanode loscuentos leerlos dicen es como recorrer un Santiago lleno de smog[...], [e]nchufado a un walkman, con la Rock and Pop haciendo ruido,mirando en un televisor porttil un captulo viejo de Plaza Ssamo,ventilndoseconelltimonmerodelaZonayagregan:elviajeavanzaspero entre calles de neones, malls, edificios en construccin, piscinasllenasdecloroyarbustosconformasdeelefantesyjirafas.(12)Unavezsealadoelespacioquehabitanesepaisajede laprosperidad,precisanqueestoscuentistasnovienende la tradicin literariasinode laculturade la imagen, sabenms de rock y de videos que de literatura, y quedifusa y a la vez elocuente aclaracin se caracterizan por ser tanapolticosquelleganaserideolgicos(13).Elfrutodeesaconjuncinesdefinidoporlosantlogosconunametforabrutalque losdefinetantoaellos como a los antologados: sus cuentos, pensamos, cuentan.Funcionan.Son,enelmejorsentidodeltrmino,desechables.Utilitarioseindustriales.Nosonniundernivanguardistasnimarginados.Soncuentosdeconsumo.Invitanaserconsumidos.(13)Esaimagendeunaliteraturade consumo revela a tal punto la pobreza y superficialidad que lacaracteriza,quealcompilarMcOndoesaversininternacionaldeCuentosconwalkman,FuguetyGmezcastigaronconlaexclusinatodos lospresentesenaqullaydecidieron incluir solamentedosautoresdeChile:ellosmismos.McOndo nace de una narracin, unmito de origen que se genera en elInternationalWritersWorkshop [sic] de laUniversidad de Iowa. Fue all,segn el nuevo prlogo (Presentacin del pas McOndo), donde laflamante literatura latinoamericana cobr conciencia de serlo.[2] Sinembargo, la (no) definicin generacional, reiterada aqu y citada confrecuencia, ya apareca en losCuentos conwalkman: Lo nico claro deesta supuesta nueva generacin es que viene despus de las otras.Despusdelgolpe,delacada.Sonposttodo:postmoderno,postyuppie,postcomunismo, postbabyboom, post capa de ozono. Aqu no hayrealismo mgico hay realismo virtual (McOndo 10). Luego, en pocaslneas, se lanzan a hacer una sntesis de las preocupacionesgeneracionales:

    Elgrantemadelaidentidadlatinoamericana(quinessomos?)parecidejarpasoaltemadelaidentidadpersonal(quinsoy?).LoscuentosdeMcOndosecentranenrealidadesindividualesyprivadas.Suponemosqueestaesunadelasherenciasdelafiebreprivatizadoramundial.Nosarriesgamosasealarestoltimocomounsignodelaliteraturajovenhispanoamericana, y una entrada para la lectura de este libro.Pareciera,al releerestoscuentos,queestosescritoressepreocuparanmenos de su contingencia pblica y estuvieran retirados desde hacetiempo a sus cuarteles personales. No son frescos sociales ni sagascolectivas. Si hace unos aos la disyuntiva del escritor joven estabaentretomarellpizolacarabina,ahoraparecequelomsangustianteparaescribireselegirentreWindows95oMacintosh(10).

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    Nodejaderesultarinteresantelapercepcindeltrnsitodelopblicoaloprivado, de lo colectivo a lo individual, del nosotros al yo, y su posiblerelacin con la fiebre privatizadora mundial. Si hemos entendido bien,resultaquenoshallamosanteunasuertedesndromeliterarioneoliberal.Pero incluso esa lgica debe ser matizada. Situar en el centro de laangustia actual la opcin entre Windows y Macintosh ms all de lacaricaturescayfalsadisyuntivaentretomarellpizolacarabina,esunabanalizacin ms jocosa que real. La violencia, la corrupcin, elnarcotrfico,laemigracin,elSIDA,sontemasquesiguenangustiandoamuchos de los escritores de hoy y algunos de los cuales asoman en laspropias pginas deMcOndo. Si en el cuento de Rodrigo Fresn Sealescaptadasenelcorazndeunafiesta,pongamosporcaso,losmomentospotencialmentedramticossediluyenenlotrivial,enLavidaestllenadecosasas,deSantiagoGamboa,porelcontrario, lo trivialdesembocaentragedia. En el primero, el narrador describe lo que l denomina MiDcada,comoelespaciodetiempoquevadesdeelfinaldelaguerradeMalvinas a mediados de 1982 al 2 de octubre de 1985. Un lector noavisadocorreelriesgodeconfundirestaltimaymuyprecisafechaconelaniversariodelamatanzadeTlatelolco,peroelnarrador,deinmediato,seencarga de despejar cualquier posiblemalentendido: Hablo de lo que aWilli y a m nos gustaba llamar la Era A.R., las doradas e irrepetiblesnochesdelaEraAntesdeRock.AntesdeRockHudson,seentiende.Antesde lamuertedeRockHudsonel2deoctubrede1985 (McOndo38). ElcuentodeGamboa,porsuparte,narra lahistoriadeuna jovende clasealtaque,undacualquieradeBogot,atropellaaunciclista.Elaccidenteimplicar,paralaprotagonista,unverdaderodescensoalosinfiernosdesupropia ciudad, almundo de la pobreza, la violencia y el caos.[3] Pese atodo, llama la atencin que el propio Fresntan cercano al espritu deMcOndoquelaprimeraantologadeFuguetyGmeztomelttulodesurelato Genteconwalkman confiesequenuncameopuse al realismomgico. De hecho, en mis libros hay numerosos elementos CancionesTristes,comopueblo,noestandiferenteaMacondoquebienpuedenserentendidoscomomgicosyrealistas.Aunquemegustapensar,enloqueam concierne, que formo parte de un movimiento al que he bautizadoIrrealismo lgico, y que invierte un tanto los trminos del anterior.(Facundo)

    Pesealoquepuedareprochrsele,elvolumentieneunefectobeneficiosoen ese inters por dar coherencia a la literatura del continente, intentarromper el desconocimiento mutuo, descubrir nuevos autores e, incluso,proponer una potica y una forma de ser latinoamericanos.[4] Peca, sinembargo,decaricaturizar lavisindenuestra literatura.Loquecomenzapenas como una ingeniosa boutade la distorsin del emblemticoMacondo por el influjo deMcDonalds,Macintosh y los condo(minino)s,terminaconvirtindoseparaFuguetyGmezenunicono,enelespritudeuna poca, emblema que los autores quisieron subrayar presentando ellibroenunMcDonalds.Enunartculoqueyamencion,dignodeserledoconcuidadodesdeelpropiottulo(MagicalNeoliberalism)ypublicadoenForeignPolicy,FuguetserefierealpredominiodeunageneracinydeunasensibilidadTLCoALCA(enrealidadescribe,puestoquelohaceeningls,NAFTAyFTAA),ysevale,parahacernosentenderlatransicinentreunapocayotra,deunametforafamiliar:elcineastaRodrigoGarca,hijodeGarcaMrquez, habita, como su propia obra demuestra, en McOndo. AFuguetlepareceunaparadojadeliciosaqueelhijodeMacondovivaenMcOndo. Pero bien mirado, tanto esa metfora como las detenidas yreiteradas explicaciones de Fuguet intentando convencernos de que laliteraturalatinoamericana,yelcontinentemismo,vanmuchomsalldelrealismomgico, slo hacen pasar a primer plano preguntas tales como

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    desde dnde y para quin escribe. No es, obviamente, desde y para elpropio lector o habitante latinoamericano, a quien tales disquisiciones leresultan innecesarias. No deja de resultar una irona que intentandocombatirunMacondodeexportacin,FuguethayaacuadounMcOndoforexport.Alahoradedefinirlolatinoamericano,porsuparte,losautoresdeMcOndoproponen un inventario tan incluyente y sesgado que, sin dejar de sercierto,diluye,porexceso,cualquierposibleproyectocontinental.Omejordicho,admitenqueexiste tal proyecto,por loque reconocen, satisfecho,queelsueobolivarianoseestcumpliendo...a travsdeMTV latina.[5]BernardoSubercaseauxafirmaqueestaespeciedeutopa integradoravaMTV le recuerda las utopas profilcticas del mundo posmoderno talescomo la de una vida sin colesterol de que hablaba Baudrillard. Setratara,ciertamente,deunautopa,sloquenarcisista,ycomotal,algolimitada y triste, carente de toda grandiosidad. El papel de la televisincomoagentedel cambiosocial llegaen Fuguet al puntodequeal cubrirparaTheNewYorkTimeslacadadelgobiernodeFujimori,yenreferenciaalaexhibicindelosvideosdeMontesinos,elautordeTintarojadijera:IwenttoLimatocoverarevolution(O.K.,theendofa10yearpostmoderndietlietdictatorship)andendedupwatchingTV(ThisRevolutionisBeingTelevised 36). Quin necesita el Macondo de Garca Mrquez sepreguntaluegocuandotieneelMcOndodeFujimori?(37)Tras un viaje a Bogot, Fuguet explic su relacin de amorodio con lafigura de Garca Mrquez en un artculo que escribi para la revistaCambio. All contaba las razones de la ruptura y de la reconciliacin. Eljoven Fuguet, que para entonces haba descubierto y disfrutado lascrnicas y las ficciones del colombiano y se senta progre y antiPinochet no comulgaba, sin embargo, con muchos de los admiradoressuyosniconlaestticaquedefendan.Demodoquecuandovique,porleeraVargasLlosaeratildadodeimperialistaenlaEscuela,ymeenterque,enestavida,oestabasdelladodeGabo[...]odeVargasLlosa,opt,sinpensarlo,porelautordelanaranjsimaHistoriadeMayta,unanovelaquefusionabaenformamagistralelperiodismoconlanovela(Unlargoysinuoso camino). La eleccin no pudo ser ms significativa lanaranjsimaHistoriadeMaytaeselalegatomsenfticosobreelfracasoy el sinsentido de la revolucin en Latinoamrica. Como contrapunto, larecuperacindelautordeCienaosdesoledad llegagraciasaMacintosh:MiimagendeGGMempezacambiarcuandoalguienmedijoqueescribaen Apple. Es ms, era tan fantico de Apple, tan antiPC, que Apple leenviaba de regalo cada nuevo producto que inventa. Semejanteargumentoayudaaexplicareldesplazamientodeprioridadesoperadoenlas ltimas dcadas. Si en el Testamento II delCanto general Nerudapidea losnuevospoetasdeAmrica,nosinciertagrandilocuencia,queamen como yo am mi Manrique, mi Gngora, / mi Garcilaso, miQuevedo (segn una referencia que encuentro en Fernndez Retamar:Como yo am mi Borges 111), su joven compatriota se cuestionarWheres my Bruce Willis, my Arnold Schwarzeneger, my SylvesterStallone?(Magicalneoliberalism66).DeahqueensuradicallecturadeMcOndo,DianaPalaversichconcluyaquealcontrariodeloquepiensansusautores,acomodadosenunmainstreampolticamentecorrecto,msquecomohijosrebeldesydesencantadosdeGarcaMrquez,debenservistoscomo hijos obedientes del neoliberalismo y de una tradicin literariaexistencialistaeintimistaquedesdehacedcadassevieneescribiendoenelcontinente(70).EnuntonoparecidoChristianGundermannconsideraque[p]esealosgestosposmodernosypolmicamentetechnodeFuguet,esta politizacin consiste finalmente en un retorno a una concepcin delindividuoliberal(41).EncualquiercasolapropuestadeMcOndo,comotodasimplificacin,queda

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    a la zagade la realidad. Los autores de la nuevageneracin son, por logeneral,menosesquemticosensustextossecruzanelfetichismodelatecnologa con los problemas sociales, la realidad inmediata y la Historiaconmaysculas.LocuriosodelcasoFuguetesquehayatenidoxitoconideastanpocodenovedosas.EnmsdeunsentidoparecenrepetirviejasfrmulasdesucompatriotaAntonioSkrmeta.Enunaponenciade1979titulada,Alfinyalcabo,essupropiavidalacosamscercanaquecadaescritor tiene para echar mano, Skrmeta llamaba la atencin sobre elhechodeque losnacidosalrededorde1940haban sido losprimerosenenfrentarsemasivamenteconlaelocuenciadelosmediosdecomunicacindemasas(263),einsistaenelvalordelatelevisin,loshighfidelityylosstereos,poroposicinalchirridoylamonofonade laagujagardeliana.Luego hara nfasis en el tema del sexo, las drogas y, sobre todo, lapresenciaavasalladoradelmbitourbano:Aquestelpuntodearranquedenuestraliteratura:laurbelatinoamericanayanolaaldea, lapampa,la selva, la provincia catica, turbulenta, contradictoria [...] (268). Ytrazalalneadivisoriaconlosclsicosdelboom:

    Larealidadseacaba,enltimainstancia,antenuestrasnarices.[...]Eneste sentido, nuestra actitud primordial es intrascendente. No se nosocurriranunca,porejemplo, laabsolutizacindeunsistemaalegricodonde el grotesco degrada la realidad, como en Donoso, ni lailuminacindelahistoriaenlahiprbolemticadeGarcaMrquez,nilarefundacinliterariadeAmricaLatinacomoenelrealismomgicodeCarpentier[sic].Porelcontrario,dondeellossedistancianabarcadores,nosotrosnosacercamosalacotidianidadconlaobsesindeunmiope.

    Diezaosmstarde,alregresaraChiletraselexilio,elpropioSkrmetafue asediado por un grupo de jvenes que le pidi organizar un tallerliterario. Entre ellos se encontraba Fuguet. Al recopilar un volumen concuentosdelostalleristas(Santiago.Penacapital,1991),Skrmetaconfeshaber tenido la impresin, y luego la confirmacin, de que la dictadurahabasegmentadofrreamenteaunasociedadantesentramada,yquelosdistintos sectores no se interpenetraban, ni se interesabanmutuamente,noseoansiquiera,ymuchomenospodran influirse y retroalimentarse(9).Noresultasorprendente,anteesaperspectiva,quedosaosdespusaparecieraCuentosconwalkman.

    CoincidiendoconlasalidadeMcOndo,yalotroextremodelcontinente,ungrupodejvenesnarradoresmexicanosdecidepresentarsuscredencialesbajoladenominacindeCrack.Elnombresibientardoeraprevisible.Casi veinteaosantes,alhablarde la circularidadde lanuevanarrativalatinoamericana, David Vias sealaba, con una peculiar ortografa, laclausuradeeseitinerario:delbmalcrash(33).EnMxico,elgestodeaparicin fue la lectura pblica y ms tarde la publicacin de unmanifiesto redactado,encincopartes,porcadaunode losmiembrosdelgrupo. El performance, entendido en lo que tiene de arrogancia, suscituna respuesta apabullante. El jovenCrack, dira despus una crtica,mereceraabucheosporsuatolondramientoy labajacalidaddealgunasdesusnovelas,nolacarniceradelaquehasidoobjeto(SnchezNettel46).Elincidente,propiodelaspugnasqueseestablecendentrodelcampoliterarioporaccederaespaciosdereconocimiento,nohabratenidomayortrascendencia fuera del mbito mexicano de no ser porque varios aosdespusunodesusintegrantes,JorgeVolpi,obtendraelrenacidoPremioBibliotecaBreve (uno de los emblemas del boom, ganado en su primeraetapa, como se recordar, por La ciudad y los perros), con una novelacomoEnbuscadeKlingsor.Alaosiguientesucompaeroderuta,Ignacio

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    Padilla, ganara con Amphitryon el Premio Primavera. De modo que, apartirdeentonces,elgrupoyelmanifiestocobraran,fueradeMxico,unanotoriedadretroactiva.Noesdifciladvertirqueelgrupo,comotal,notuvomayorpesoqueelqueleotorgaronporseparadocadaunodesusmiembros(ydesuslibros),nillegaconstituirunaescuela,nitrascendimsalldelaspginasdelosperidicos.Pocoapoco,dehecho,se fuediluyendo.LaaparicindeunanovelacentradaenelmbitoboxsticomexicanodiopieparaespecularqueparecieraquelaintencindePedrongelPaloualescribirConlamuerteenlospuosfueromperdefinitivamenteconelCrack(Gil74).YelpropioPalou,enunaconferenciadeprensaapropsitodesunovelaMalheridos,calific al grupo de simple broma literaria. Sin embargo, creo tildetenermeenalgunasde suspropuestasporque se tratadeunapoticadiferentea la deMcOndoy que habla otro lenguaje. Si Fuguet yGmezpretendan escribir como cualquier autor del Primer Mundo y para esoprivilegiaban los espacios y preocupaciones de la cultura popnorteamericana,elCrackaspira,enpalabrasde IgnacioPadilla, a lograrhistoriascuyocronotopo,entrminosbajtinianos,seacero:elnolugaryelnotiempo,todoslostiemposylugaresyninguno.Porellosusmiembrosno tienen reparos en ubicarmuchas de sus historias, sus asuntos y sustemasenEuropa.Enese sentido, si semepermite la digresin, algunasnovelas del Crack no hicieron ms que sistematizar una tendencia quetiene antecedentes ilustres en la narrativa latinoamericana y que sepotenci no hace mucho en las exitosas novelas del argentino FedericoAndahazi lejanas temporal, espacial y temticamente del contextolatinoamericano y en las noveletas japonesas del mexicano MarioBellatn, por no citar otras en las que la ausencia de referenciasreconocibles llega a alcanzar autnticos cronotopos cero. Al preparar elvolumenAwhistlerinthenightworld.ShortfictionfromdeLatinAmericas(2002),ThomasColchiesesorprendedequemuchosdelosantologadossesientancmodosubicandosushistoriaslomismoenEgiptoqueenAlaska,eneldesiertodeGobiqueenEdison,NewJersey.Mayormenteurbanosnos explica, sus visitas a la selva nos recuerdan ms a Conrad que aMacondo. Y en este caso dice Colchie citando a la colombiana LauraRestreposesientenmscercadelautortersoyrealistadeElcoronelnotienequienleescriba,quedelfloridoyfantsticodeCienaosdesoledad(XVII).Enunacuerdasimilar,JosJoaqunBrunnercreequelaciudaddeTamara,deCalvino,esunmodelomsacertadoqueelMacondodeGarcaMrquezparalaAmricaLatinacontempornea(Franco250).Esafugadelmodelo de Macondo, es, sin duda, una de las marcas de nuestra actualnarrativa.Utilizando como pretexto el motivo del cambio de milenio, la editorialMondadoriauspicilacoleccinAo0,para lacualsieteautores(Bolao,Gamboa,Fresn,HctorAbad,JosManuelPrieto,RodrigoReyRosayelespaolGabiMartnez)escribieronsobreotrastantasciudadesdelmundo,deNuevaYorkaPekn,pasandoporMxicoD.F.,Roma,Mosc,ElCairoyMadrs.YantesanDavidMiklosreuni,enUnaciudadmejorquesta,atrece narradoresmexicanos nacidos despus de 1960. La solicitud a losautoresimplicabaconstruirrelatosentornoalasciudadesquehabitansusimaginarios(12),yelresultadofuerontrecehistoriassobreigualcantidaddeciudadesdecuatrocontinentes.Ensuprlogo,Miklossealalanotablepropensinaevitar casi toda referencia a lomexicano, as como unacaractersticacompartidaportodosestosnarradores:laausenciadecrticapoltica,socialoeconmicapatenteensusrelatos(14).Deciertamanera,elhechodesentirseciudadanosdelmundoaptos,porconsiguiente,paraescribir sobre cualquier rincn de l inhibe en estos autores elcuestionamiento de sus propias realidades. Paradjicamente, hablar ennombre de todos implica no hablar en nombre de nadie. La ciudad, esa

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    especie de archiciudad posmoderna, se construye no tanto como unespacio de lo extico sino como el sitio que legitima esa suerte deciudadanauniversal.[6]EnmediodeestecontextoresultasorprendentelapropuestadelargentinoMartnCaparrs,quienparaescribirsusCrnicasdelFindeSiglorecorritrecepasesdetrescontinentes,yningnsitio leparecimsfinisecularqueaquelpuebloperdidodeBoliviadondenuncapasanada,salvoundadeoctubrede1967enqueempezaterminarseall uno de losmitos de fin de siglo y, con l, una de lasmanerasmsfuertes de leerlo (San Ernesto de la Higuera, 258). A diferencia de lamayor parte de los autores latinoamericanos, Caparrs cree descubrir elncleodelrecientefindesigloenelsitiomsinhspito,pobreyapartadodeestemundo,aqulquefuetestigodelacadadelCheGuevara.Fueall,ms que en el espacio de las grandes urbes o de las autopistasinformticas,dondesegener,conladerrotadelaguerrilladelChe,ladeunaideadetransformacinsocialqueporlovistonoseducealosautoresdelnuevosiglo.Hay,dehecho,unautilizacinldicadelaimagendelChequedifcilmentesehubieraproducidodosdcadasantes.Enel comienzomismo de Sueos digitales (2000), de Paz Soldn, por ejemplo, esaimagen, alterada digitalmente, desencadena la historia del texto: TodohabacomenzadoconlacabezadelCheyelcuerpodeRaquelWelch[...].(11).YaenPor favor, rebobinar,FuguethabaexplotadounavisinpocoheroicadelaimagendelCheGuevara(loschicosdelacocina[]parecenatractivos clones del Che y en vez de estar de blanco, tienen trajes demilitar,235),dentrodeuncontexto,elpubbarantrollamado73,enelcualseestetizan losconflictosde lahistoriay lapolticade lossesentaysetentachilenos,sobretodolosiconosdelgobiernodelaUnidadPopularydelgolpemilitar.Larealidadapareceentoncescomoundecoradootelndefondosobreelquesemuevenlosnuevosyuppies.Volvamos al Crack. En busca de Klingsor, historia policial ubicada en laAlemania de la segunda guerra mundial y protagonizada por un fsiconorteamericano llamado Francis Bacon, quiere ser, desde un costadoextrao a la literatura latinoamericana, el recuento de un siglo. No escasual que el narrador, el fsico alemn Gustav Links, haya fechado suhistoria el 10 de noviembre de 1989, es decir, en los mismos das deldesplome del muro de Berln no lo es tampoco que la novela narre lahistoria de una conspiracin y de una (o varias) traiciones, lo que laemparentar con otras que abordaremosms adelante. Demodoms omenos similar,Amphitryon cifra algunas de las claves de la historia delsiglo XX en la Europa de las guerras mundiales, en una serie desuplantacionesyenlapasinporelajedrez,juegoque,dichoseadepaso,nopareceseguirtantoelcaminodeantecesoresliterariosdelaestirpedeJoyceyBorges,comoeldelBergmandeElsptimosello.Deciertamaneralos personajes de Padilla se juegan su destino frente al tablero, como lohacaelcaballerointerpretadoporMaxvonSidowaldesafiaralaMuerte.En ese juego permanente de suplantaciones que propone la novela, lahistoriamismapuedehabersidosuplantadaporlaficcin.Eltribunalquejuzg a Eichmann, por consiguiente, tal vez no conden al coronel nazi,sinoaun impostor.Lahistoria,entalcaso,puederesultar inaprensibleosujetaaloscaprichosolashabilidadesquesedesplieguenconlostrebejos.[7]Sicomparamos losproyectossehaceevidenteque losautoresdelCracktrazaron otra ruta. Pareciera que Pedro Angel Palou le responde aSkrmeta al decir que las novelas del grupo no tienen edad. No sonnovelas de formacin [...] donde las tentaciones de la autobiografa, delprimer amor y del ajuste de cuentas familiar pesan por sobre todas lascosas. [...] Nadams fcil para un escritor que escribir sobre smismonadamsaburridoquelavidadeunescritor.Yrechazadeplanolanocinde literaturadeconsumo:noson textospequeos,comestibles,dice,y

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    recuerdaquenoestnescritosenesenuevoesperantoqueesel idiomaestandarizadopor la televisin. Fiesta del lenguaje y, por qu no, de unnuevobarroquismo[...].Mientras,Padillapropone retornaraCervantes,Rabelais,Sterne: Quedeparaotros [...] tratarel idiomaconelargotdelasbandasoconeldiscursorockero,queyasabeaviejo.Alhilvanarunatradicindentrode la cual ubicarse en la literaturamexicana,EloyUrrozrecurre a ttulos como Farabeuf, Los das terrenales, La obediencianocturna,JosTrigo,Lamuerte de Artemio Cruz y unas cuantasms, ylamentaquehoyseaimposibleencontrartextosdignosdeesaestirpe.Noloshay,rematahanidomurindosedeanemiayautocomplacencia.Ypor si quedaran dudas de quines son los llamados a llenar ese vaco,Ricardo Chvez Castaeda precisa que a la manera de esas novelasmundo, voraces, que todo lo aspiran y todo lo exhiben libros que sequierencientficos,filosficos,deenigma[...],aslasnovelastotalizadorasdelCrackgeneransupropiouniverso,mayoromenorsegnseaelcaso,perontegro,cerradoypreciso.Lasaludableproposicinderegresaralostextosclsicosdelatradicinrepitelaquepocosaosanteshabapuestosobre el tapete, en la literatura norteamericana, Tom Wolfe. En unpolmicotextopublicadoen1989,Wolfereclamabaelretornoalrealismosocial del siglo XIX, a Balzac, Zola, Dickens y Thackeray, cuyo nicoparigualcontemporneoera,naturalmente,elpropioWolfe.Resulta interesante, de cualquier modo, la relacin que varios de losmiembros del grupo establecieron con cierta tradicin de la literaturamexicana.En la alcoba del mundo (1992), la primera novela de Palou,partedelafiguraylaobradeXavierVillaurrutia,mientrasquelaprimeradeVolpi,Apesardeloscurosilencio(1992),arrancadeladeJorgeCuesta.Al mismo tiempo, si algo caracteriz a estos autores fue su voluntadreflexiva, su capacidad como ensayistas y como promotores de ciertaslecturas. El mismo Palou es autor del volumen La casa del silencio.Aproximacionesen tres tiemposaContemporneos (1997),mientras quedebemos a Volpi La imaginacin y el poder: una historia intelectual de1968 (1998).Esnotable, por ltimo, la endogamia crtica y creativa queejercen. Son numerosos los anlisis que hacen de los textos de suscolegas, loscualesparecenencontrarunpunto lmiteen la tesisdoctoralqueUrrozdedicalaobradeunodeellos(Lasilenciosahereja: formaycontrautopaen lasnovelas de JorgeVolpi), y en las novelasespejo queambos escribieron y publicaron el mismo ao (1997) con absolutaconcienciadesdelosrespectivosttulosdesucomplementariedad:HerirtufieracarneySanar tupielamarga,deUrrozyVolpi, respectivamente.Antes,aqulhabaaparecidocomopersonajeenlaprimeranoveladestey,en1994,ambosyPadillaescribieronsendasnoveletasquereunieronenel volumen Tres bosquejos del mal. Ese narcisismo, a veces excesivo,entronca sin embargo con una tradicin crtica temprana y legtima quetuvo,enlaBiografaliterariaqueColeridgededicalapoesadesuamigoWordsworth, unmodelo de excepcin. A propsito de Paraso clausurado(2000),dePalou,IgnacioSnchezPradosugirialgoqueparecevalerparala esttica del grupo en general. Se trata, dice, de la utilizacin delelitismoliterariocomounaformaderesistenciaantelainstitucionalizaciny la cooptacin intelectual (165). Aunque la idea exhale cierto vahoinvoluntariamenteirnico(puesvariosdelosmiembrosdelgrupoocupanohanocupadopuestosoficialescomofuncionariosdiplomticosoculturales),creo que resulta vlido asociar ese elitismo literario con una forma deresistencia contra aquellas tendencias literarias que hicieron del universopopelcentrodenuestracultura.Puedeparecer,nosinrazn,quetantoMcOndocomoelCrackfueronpurojuego, formasdecoquetearconelmercadoydeadquirirvisibilidada lasquenisiquierasuscreadorestomabanenserio.Estasdosvertientes,quedanlaimpresindeparodiarlaagotadaeinfelizdicotomapropuestahace

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    msdetreintaaosporMargoGlantzentreondayescritura,ocupan,sinembargo, el primer plano pblico. Fuera de la Amrica Latina, son estosescritoresquienesparecenjalonarnuestraliteratura.Porunlado,supieronmanejar conpericiael aparatopublicitarioque,hoyporhoy, significanoslo celebridad, sino tambin reconocimiento. Por otro, su posicingenerabapreguntastalescomolasqueseformulaGustavoGuerreroenunartculoquepretendeserunbalancede lanovelade losnoventa: paraquinestnescribiendohoynuestrosnovelistas?Dentrodelaaldeaglobal,el destinatario primero de sus narraciones no es ya exclusivamentelatinoamericano no es ya necesariamente latinoamericano, pues latradicional solidaridad entre contexto de produccin y contexto derecepcinsehaidodebilitando(74).Talveznoseaazarosoqueesosdosfocosdereconocimientosurgieranenpasesquesehaninsertadodemodoparadigmticoen el proceso de globalizacin. Chile es el sitio donde conms xito se ha experimentado el proyecto neoliberal, al punto deconvertirse en una especie de vitrina del neoliberalismo. Mxico, por suparte,fuepioneroensuscribirelTratadodeLibreComercioconlosEstadosUnidos.Sisemepermiteestemomentneoreduccionismo,meinclinaraadecirparafraseandoaJamesonqueambastendencias,ladeMcOndoyladelCrack,encarnanlalgicaculturaldelneoliberalismolatinoamericano.

    Pero desde luego, lo dems NO es silencio. Fuera de esos dos focos deatencin sehalla casi toda la literaturaactual, cuyosautores, incluyendolos ya mencionados, no renuncian a moverse en un espectro amplio.Precisamente en Chile apareci un autor de difcil encasillamiento, PedroLemebel, quien instal el personaje de la loca en la literatura chilena.Lemebel fue fundador, en los aos ochenta, del grupo Las Yeguas delApocalipsisenseptiembrede1986ley,enunactopolticocelebradoenSantiagodeChile,undesafiantemanifiesto(Hablopormidiferencia)quearremetadesdelaizquierdacontralahomofobiadelapropiaizquierdaque lmismodebi padecer. Las crnicas de Lemebel dan cuentadeunmundo alucinante. Con una sintaxis barroca e incorrecta en la que semezclan cultismos o inesperados neologismos con trminos populares yhasta vulgares, esas crnicas hablan de una ciudad cuyo pulso difiereenormemente de la de sus coterrneos. Los textos de La esquina esmicorazn.Crnicaurbana(1995)comoocurrirconsuslibrossucesivos,narran los costados de la ciudad, no necesariamente lo marginal, sinoaquelloquelosdemsnovenosuelenpasarporalto.Bastacomparar,porejemplo, la descripcin del viaje en micro de Colepteros en elparabrisasconaquelladeCuentosconwalkmanyacitada,paraverhastaqupuntolamiradadeLemebelarticulaununiversodiferente.Porcierto,sienladescripcindeFuguetyGmezaparecanarbustosconformasdeelefantes y jirafas, en Lemebel el recurrente proceso de zoomorfizacinremiteaseresquenoparecenhallaracomodoenelactualordensocial.Deah ttulos como Anacondas en el parque, Escualos en la bruma,LagartosenelcuartelyTarntulasenelpelo.Escrituradesdeyparaelcuerpo,sequeremitesiempreauncuerposocialcorrodoycorrompido,la obra de Lemebel es reescrita a contrapelo de manera menoscontestataria en Sirena Selena vestida de pena (2000), de lapuertorriqueaMayraSantosFebres.Aqu tambinelplaceryeldolorseconfunden, y la identidad (travestida) se quieremetforamayor de unaidentidadnacional(ocaribea).Lalecturadifiere,sinembargo,enelpuntoenquelascriaturasdeSantosFebressimilares,eneliniciodesusrelatospersonales,alasdeLemebelconquistan(ocreenhacerlo)elsueodelasociedad de consumo mediante el glamour, el olfato empresarial, osimplementelapatticaimitacindeestrellasmediticas.En ocasiones son autores de literaturas perifricas quienes ejercen los

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    ajustesdecuentasdelanuevageneracin.ElcostarricenseCarlosCorts,por ejemplo, escribe no slo desde una literatura menor, sino tambindesdeunpasqueparecehabervividofueradelahistoria.Apesardesuturbulento contexto geogrfico, en la Suiza centroamericana comocomienzadiciendo lanovelaCruzdeolvido,no pasanadadesde el BigBang.Sinembargo, lanovelamismaimpugnaelaserto.Elprotagonista,unperiodistalocalqueaburridodesupasydelaabuliademocrticasefueahacerlarevolucinenNicaragua,deberegresaracasatrasladerrotadel sandinismo. Entre las pocas pertenencias que trae consigo est unapequea maleta con todos sus emblemas revolucionarios: una bandera,unapaoleta,elsilabariodeCarlosFonsecaAmador,algunasfotos...Aesepequeo espaciocomo el cadver de Julio Csar anteMarco Antonioparecenreducirselosdiezaosderevolucin.Sibienelejedelanovelaeselfracasodeesarevolucin,contratodalgicaelpersonajedescubre,trassu regreso a Costa Rica, una sociedad no menos violenta, no menoscorrupta,quelaquedejatrs.Unareddesucesivastraiciones,delaquel formaparte (pues fueuneslabnen lacadenaquedebahacer llegardinerode losnorteamericanosy laNationalEndowment forDemocracyaVioletaChamorroylaUNO),nospermitevercmoyporqusedesplomelsandinismo.SienelcuentodeRodrigoFresnElladodeafuera,LucasChevieuxmataotraicionaasuscompaerosparacobrardosmillonesdedlares,elMartnAmadordeCruzdeolvidotomaelmillndedlaresquelecorrespondeylosabandonaenunbaopblicoparaquecumplanunasencillafuncinsanitaria.Hay,enelfondodeeseperiodistaquetraicionalarevolucin(nopordinero,segnserepiteasmismounayotravez),una cuota de culpa y de tica que le impide actuar como sus amigos,aquellosqueostentanelpoderenCostaRica.Enciertosentidolanovelaseinscribetambin,desdeunaperspectivainusual,enelciclodelanoveladeldictador, y al leerla son inevitables ciertas reminiscencias de El seorpresidente, de Asturias, y de La sombra del caudillo, de Martn LuisGuzmn.Loparadjicoesquelahistoriamismatengalugarnosloenunademocracia,sinoenlaquesesuponequeseaunademocraciaejemplarenelmbitolatinoamericano.Esllamativoquealgunosdelosmomentosmsalucinantes del texto transcurran en pasadizos, guetos y espaciosasfixiantes lanovela convierteenuna realidad fsicael submundomoralen que se mueven sus personajes. El extrao sitio que ocupa MartnAmador y,metonmicamente, toda una generacin, est marcado por lapreguntasobredndeseubicaelpersonajeen relacinconelantesy eldespus,yqueenelplanoanecdticoapareceenlasprecariasrelacionesque Amador establece con su padre y con su hijo. El primero,supuestamentemuerto,fuesuplantadoporunto,yAmadorvivirtodasuvida,hastaelpresentedelanovela,bajounafalsafiliacin.ConelhijocuyopresuntoasesinatofuelatrampaqueletendieronaAmadorparaqueregresara a Costa Rica apenasmantiene relaciones. Pero el hijo no leguarda rencor ms bien lo mira con lstima, como miembro de unaespecieapuntodeextinguirse,pertenecienteaunpasadoremoto.Cruzdeolvidopuedeserledacomounpuenteentrelaliteraturadelboomylanueva.Deahciertatendenciaalusodelohiperblico, la inverosmilinundacindelacasadelamadre,lalibreranombradaMacondo,etc.Alavez, la novela intenta armar una tradicin literaria que se define por laausencia,esdecir,quenecesitasernuevamente inventada.LoslibrosdelMaestro(Elmito yEl libromudo), no se publicaron o no fueron escritossiquieraLoscostarrisibles, lanovelaperdidadeRicardoPacheco,queescasi la radiografade la identidadnacional,noaparece jamsyhastaeltexto del protagonista, El corto verano de la contrarrevolucin,prcticamente desapareci condenado por el dogmatismo de suscompaeros.Hayotro textonoescritoenelquevale lapena detenerse.Pocoantesdecumplirveinteaos,elprotagonistapasaalgunosmesesenParsyPragahuyendodeCostaRica.LaviejaEuropanoleinteresabaa

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    quien viva fascinado con Latinoamrica, el Che Guevara, la guerrilla y,sobretodo,laRevolucincubana(237).EnPragaconociaRoqueDaltonyfuestequien,eldaantesdevolveraLaHabana,leregalunaimagenqueMartnAmadornuncaolvidara,suficienteparaunanovelarodemilpginas(238).Laimagenencuestinesaquelladelamedianochedel20deagostode1968enqueRoqueabrilaventanayviocmoelcielodePraga se llenabadeparacaidistas soviticos. [...] Todoel cielovioleta sellen de pequeos puntos que se deslizaban hasta el suelo. Al dasiguiente, concluye Dalton, la ciudad estaba ocupada y yo perd mitrabajodemediotiempoenRadioPragaInternacional(238).EltextodeCortsproponedos finalesparaesaotranovelanoescrita: el deRoque,partiraLaHabanayluegoasupasparasumarseaunarevolucinqueyaestabaenmarchayeldeMartnAmador,diferidoantelaimposibilidaddeescribir.Sinembargo,elprotagonistanoharsinoposponerlaopcindelpoeta salvadoreo. Poco despus de aquel encuentro, un to comunista,estudiante de sociologa en Pars, quiso llevarlo a conocer a CortzarAmadorseresistealpuntodedejarplantadoalautordeRayuela.Quinceaos ms tarde, en cambio, se mora por conocerlo. Para entoncesAmadorestabaenManagua,dondetuvoocasindeencontrarseunpardevecesconCortzar.Perolamentar luego con sorna nuncahablamosde literatura, desgraciadamente, slo de cosas urgentes y necesarias(239). De este modo parece plantearse una tensin perpetua entrerevolucin y literatura que slo puede saldarse con la traicin a una deellas.Dehecho,Cruzdeolvidopuedeserescritanicamenteapartirdelfracaso,ylapreviatraicin,delaprimera.Noesdifcilasociarlanovelaconotraescritatambindesdeunaliteraturamenor,aunquesobreunpasquehaestado,pormsdeunmotivo,enelcentro de la historia. En Piedras encantadas (2001), Rodrigo Rey Rosa,quienyahabasituadosusrelatosenNuevaYork,Tngeroenambientesrurales, ubica la ancdota en Ciudad de Guatemala. La historiaguatemalteca,suertedeantpodadelacostarricense,quehaconocidounaviolenciaatrozy centenaresdemilesdemuertos, aparece subsumidaenuna tramapolicial queno tiene reparos en dejar varios cabos sueltos. Apartir de un presunto accidente automovilstico se nos va revelando unmundo tenebroso dominado por la corrupcin, el gangsterismo, elnarcotrfico, lamiseria y el trfico denios, y cuyo eje es una sociedadconspirativa.Unnarradorempeadoendevelarlasmentirasdelahistoriay del lenguaje cotidiano acota y resemantiza nombres que parecanintocables:Ladespiadadareformaqueabolielderechodelosindgenasguatemaltecos a sus tierras comunales para que fueran convertidas enplantacionesdecaf,eraconmemoradaporelnombredelaanchaavenida[Paseo de la Reforma] por donde rodaban avenida abierta, aplanada ypavimentadaporlosmismosindgenascuyastierrashabansidousurpadaspor aquella reforma (27) Centro Comercial los Prceres (de la dudosaindependencia nacional) (56) bulevar Liberacin (conmemorativo delderrocamiento del primer intento de gobierno democrtico en el istmo)(65).Perohay,dentrodelanovela,unapequeanarracinqueenciertamedidapasaaocuparel centrodel relato.El inspectorRastelli, llamativoporsuagudezaysufealdad,estempeadoendescubrirlosentretelonesdel caso de Silvestre, el nio atropellado. Para ello recurre a los msefectivos medios de informacin que, cmo podr suponerse, no son laprensaolosespaciosoficiales,sinofuentesalternativas.Unaeslareddeinformantesuorejas queproliferan en la ciudad la otra,ms temible ymisteriosa, radicaen lasentraasdelGranPalacioNacional,osea, enelcorazndelcorazndenuestrasangrientademocracia(95):

    DicenqueenunodesusstanoshayunamquinaIBMgigantesca,quetrabajadaynochesindescanso.Barajatodasuertededatos,elaborafichasperidicamente,clasificafotosyvideocintas,describerelacionesy

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    lugares, hace diagnsticos y recomendaciones. Unos treinta milinformantestrabajanparaalimentaralmonstruocortesadelgobiernonorteamericano.(9495)

    Apartir deah sehacenotras revelacioneso conjeturas en tornoa eseextraoycasi invisiblecerebroquemuypocoshanpodidover.Detodosmodos, lo interesante es que la existencia de lamquina (que no puededejar de recordar la que apareca, con semejantes implicaciones, en Laciudadausente,dePiglia),dotaalanarracin,yalasociedadmisma,deunncleoparanoicoquehacedelcomplotydelcontroldelEstadolaclaveparaentendereluniversocontemporneo.ElsubmundoqueaparecayaenCruz de olvido cobra aqu un sentido orwelliano que lo torna an msinquietante.Lamateriadeldeseo,delbolivianoEdmundoPazSoldn,narraotroajustedecuentas:ladelhombrequehuyendodeunamorvaalencuentrodelahistoriade supas, deunanovela (es decir, de la literatura), y de supropiopadre,ydescubreunsenderosalpicadodetraiciones.Unpresentenadaheroicosevuelcasobreunpasadoterrible.Elsentidodelahistoria,como el de los crucigramas o las fotos alteradas digitalmente, nuncaapareceasimplevista,ysuelerevelarnossorpresas inesperadas.Unodelosepgrafes de la novela, tomado deElsueo de los hroes, de AdolfoBioyCasares, anuncia precisamente el temade la traicin, pero lo ubicabajounsorprendenteprismaquelorelativiza:Nosiempreunopuedeserleal.Nuestropasado,porlocomn,esunavergenza,ynopuedeunoserlealconelpasadoacostadeserdeslealconelpresente.Cruzdeolvido,porsuparte,habapartidodeunacitasimilardeJosephRoth:Laalegradehaberbregadoporunagranideasiguedeterminandonuestraconductamucho despus de que la duda nos haya vuelto lcidos, conscientes ydesesperanzados, rematada por otra de Fitzgerald: Toda vida es unprocesodedemolicin.Lastres,curiosamente,sonmanerasdistintasdehablardelomismo:eldesencantohaciaunpasadoalqueporalgunagranrazn se fue fiel. Como en la novela de Corts, aqu la filiacin delprotagonista forma parte de una red tejida por lamentira de la relacinentresupadreysutoaqutambinlatraicin(alosideales,algrupo,alasparejas,alaamistad)espartecentraldelahistoriaaqunoqueda,dela revolucin sandinista, sino las memorias de Sergio Ramrez en unestante. Es David el to de Pedro, el inventor, el creador de realidadesalternativasquien,desdeunsegundoplano,revelaalgunasdelasclavesdelanovela,endosdesuspasiones:loscrucigramasylasfotoshistricasquealteradigitalmente.Ambaspasionesquehabanaparecidoantes enotrostextosdePazSoldnsoncreadorasderealidadesalternativas.EnelrelatoDochera,porejemplo,BenjamnLaredopretendareinventarelmundo a travs de un lenguaje que volviera a nombrar las cosas en lanovelaSueos digitales (2000), por su parte, Sebastin pasa a crear, apartir de un mero juego con la manipulacin fotogrfica, una historiavirtualalserviciodelgobierno.Enlosdoscasos,yesoesloimportanteenLamateriadeldeseo, larealidadpuedesersuplantadaporsuvirtualidad.Inversamente, el mundo que nos rodea puede ser entendido como unaficcin.Aqu, el personaje llamadoadesenredar lamadeja de la historia trabajacomo profesor en una universidad norteamericana. l, que sueleinterpretar con ligereza la realidad latinoamericana, logra, sin embargo,desencadenar las pequeas historias ocultas que encierran el sentido detodo el relato. Esa presencia del acadmico que vive y trabaja en losEstadosUnidostemaqueaparece cada vez conms frecuencia enestanarrativanosllevaapensarencuestionesparalelasqueinfluyenhoyenelpensamiento latinoamericano y, por consiguiente, en su literatura. Merefieroalosestudioslatinoamericanistasendichasuniversidadesyelpapel

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    de los propios Estados Unidos en el imaginario literario de nuestrocontinente.EnciertosentidolanovelareplanteaeldilemaquepreocupabahaceunosaosaCornejoPolar.EnMestizajeehibridez:losriesgosdelasmetforas, texto polmico como pocos, Cornejo discuta como serecordaralgunosdelosriesgosdeunlatinoamericanismoque,desde lametrpoli, utiliza lo latinoamericano slo como pretexto y objeto deestudio, pasa por alto las reflexiones originadas en la propia AmricaLatina,sesubordinasinvacilara lamodaacadmicayseexpresabuenapartedelasveceseningls.TantoPedro,protagonistadeLamateriadeldeseo,comovariosdesuscolegasyestudiantes,padecenalgunosdelossntomas sealados por Cornejo Polar, y reproducen la disyuncin entrezonasdonde se produce conocimiento sobre ciertas regiones o reas yzonasENdondeseproducecultura(Mignolo860).Guardan,respectodelaAmricaLatina,lamismadistanciaqueunentomlogoguardarahaciaelinsecto.[8]

    PerolarelacinconlosEE.UU.vamsalldeesepuntoytienequever,como ya seal, con el papel que este pas ha ido adquiriendo en elimaginariolatinoamericano.Lapresenciaimpetuosadelmbitoylaculturanorteamericanoscobraprotagonismo,sobretodo,enSehablaespaol, laantologa que Paz Soldn prepar con Fuguet, en la que recogieron unatreintena de cuentos relacionados con el universo y la geografaestadounidense.Laantologapartedeunhechoindudable.Nuestrapocaya lo sabemos est signada por la dispersin migratoria, latransterritorialidad, los desplazamientos, al punto de que trminos comomigrantes, fronteras, etc., suelen imponerse por sus connotaciones notanto geogrficas como culturales y polticas. Tal situacin nos obliga aredefinir el concepto mismo de Amrica Latina. Hasta hace unos aoshubierasidoimpensablequealhablardelolatinoamericanoseinvolucraratambin a los EE.UU., pero los cuarentamillones de personas de origenlatino que viven en ese pas, el mercado y la fuerza poltica querepresentan, se han convertido en factores de presin que de algunamaneramodificanlasociedadquelosrecibey,derebote,aquellasde lasque proceden, a las que aportan eso que en los ltimos tiempos hacomenzado a denominarse remesas culturales. Est claro que a estasalturasnopodemosborrar,sopenadeautomutilarnos,laproduccindelosescritoreslatinounidenses,parausareltrminoacuadoporElianaRivero.Entender y definir la Amrica Latina implica trazar un nuevo mapa queincluyaesosdesplazamientos,aesosmigrantesquevandelSuralNorte,delcampoalasciudades,apie,enbalsasoenyolas,einclusonavegandoen internet.Todosestndotandodeunrostrodistinto,ymodificando lasfronterasdelcontinenteenquevivimos,yesnecesariodisearunnuevoatlasquedcuentadeello.Ha de tenerse en cuenta, adems, lo que EE.UU. ha venido significandopara los autores del subcontinente. Paz Soldn y Fuguet consideran queaunquehabrsiempreunParsparalosescritoreslatinoamericanos,ahorase abren paso, como nuevas capitales del imaginario, Nueva York [...],Miami[...],lafronteramxicoestadounidense[...].Pocoapoco,sinprisapero sin pausa, estasmegalpolismulticulturales se van convirtiendo endestinos literarios a los que en el futuro se viajar con frecuencia (17).UnodelostextosantologadosenSehablaespaol(Micosenelpolo)seconvertirenelprimercaptulodelanovelaParasoTravel,delcolombianoJorgeFranco,ambientadaenNuevaYork,eseespacioalquePazSoldnyFuguet llaman la nueva gran capital del deseo y la decepcinlatinoamericana(20).Lanovelanarralahistoriadeunviajeodedos:elquellevaaReinayaMarloncomomigrantesilegalesdeMedellnaNuevaYork,yelquellevaaMarlondeNuevaYorkaMiamienbuscadeReina,su

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    nica razn para permanecer en los Estados Unidos. A diferencia de lasnovelasantesmencionadasnoparecehaberaquningnajustedecuentascon el pasado. La historia se condensa (o mejor an, se diluye) en elpresente.Tambinadiferenciadeaqullasseinvierteuntematanantiguocomo la literatura misma, al menos desde la Odisea si las novelas deCorts,ReyRosayPazSoldnponanenprimerplanoel regresoalpasnatal aunque fuera provisionalmente, aqu se narra, en cambio, lahuida.Francohabladelaviolencia,delafrustracin,delcallejnsinsalidaenquesevaconvirtiendosupas,sinmencionarlosapenas.Sunarrador,Marlon, intenta resistir las razones de Reina para largarse a los EE.UU.,peroColombia,reconocecondolor,lovadejandoaunosinargumentos.Constructordereciospersonajesfemeninos,variosdeloscualestienen,enParasoTravel,nombresmarcadossemnticamente(Reina,Milagros, Luz,Gloria),lanovelaanteriordeFranco,RosarioTijeras(1999),seinscribaenel ciclo del sicario con una mujer como protagonista. A semejanza denovelas como El peladito que no dur nada (1991), de Vctor ManuelGaviria,yLavirgendelossicarios (1994),deFernandoVallejo,ascomolas pelculas del propio Gaviria relacionadas con el tema (Rodrigo D nofuturoyLavendedoraderosas),lanoveladeFrancoabordabaeldramadeuna sociedad que parece no tener salida. Es por eso que el Marlon deParaso Travel se va quedando sin argumentos que justifiquen lapermanencia en su pas al final no le queda ms alternativa queresignarseavivirenesaespeciedecaricaturadeColombiaqueencuentraen laGranManzana,yserallunomsentre losmillonesdeemigrantesilegalesque corrieron tras el sueoamericano.Enese sentido, lanovelaestescritaacontrapelodeldictumMcOndiano:elcaminoquevadelSuralNorte,delTerceralPrimerMundo,delaviolenciayelsubdesarrolloalaprosperidad,estempedrado,tambin,dedolor,deprdidaydecrisisdeidentidad.Eltrayectonosuponeunascenso,niconducenecesariamenteaunmundomejor.EstclaroyeneseaspectoParasoTravelno intentapasar gato por liebre que el pas de origen va tronchando cualquierproyectodefuturoydeahlalgicanecesidaddemarcharalNorteloqueeltextonosepermite,encambio,esdeslumbrarseconlaslucesdenenquecomplacanaFuguetyaGmez,niasumircomonaturalyencantadoreldramadelaemigracin.Otro colombiano,HctorAbad Faciolince, desplaza el objeto de discusinensunovelaBasura(2000).Eldramafundamental,enestecaso,eseldela creacin, el conflicto entre los procesos de escritura y de lectura. Unescritormediocrequepermaneceinditodesdehacemsde20aoslanzaa la basura las hojas que contina escribiendo, mientras cada da elnarrador, un periodista mucho ms joven, hurga entre los desperdiciospararescataresosescritos.Deestemodo, la lecturamismaseconvierteenunactoprofanatorioquepuedeserledo,asuvez,comometonimiadela siempre tensa relacin entre dos generaciones literarias. Desde otraptica, Basura nos conduce una vez ms al enfrentamiento con GarcaMrquezyelrealismomgico.EnlospapelesqueelviejoescritordesechaapareceunpersonajequeseproponesuperaralescritormsfamosodelaCosta,deshacersede lamagiaydelregodeo folclrico,etc.Untextodeesepersonaje,dehecho, tiene laaudaciadecomenzaras: Yonoscundo conoc el hielo pues yo nac en los tiempos de la nevera. Meacuerdo, s, de una maana en que mi padre me llev a conocer unmuerto.Medelln,entonces,noeraningunaaldea[...](58).Lointeresantees laambigedadquepropone lanovela,puesesaparodia,sibien fueaparar a la basura, no deja de ser un tributo al original.Ms all de esaescena que he querido sumar a la obsesiva presencia del imaginariomacondiano entre los escritores latinoamericanos, la novela de AbadFaciolince desva ingeniosamente la discusin hacia el mbito literario.Ledadesdeunaperspectivageneral,parecedecir,repito,quetodalecturaes un acto de profanacin que desvirta la propuesta o el deseo ms

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    profundo del autor que se lee, y, almismo tiempo, que en literatura esvlido aprovechar los desperdicios, lo que sobra, lo que puede parecerajeno a ella. No s si fue Balzac o Dovstoievski quien dijo que el geniotambinestabahechodepaja.Esarelacindelictivaconlaliteraturaapareceennovelasquetrabajanlaescena del robo de libros. Ya Piglia haba advertido en su lectura de Eljugueterabiosoqueel robode librosporpartedeAstiermetaforizaba elaccesotransgresora la lecturaqueelpropioArltdebiponerenprcticaen su vida. As, el personaje se apropia de una cultura que no parecaestarledestinada.Entalcasoelrobodelibrosexpresaraelconflictoentreliteratura y vida. Cuando el Seba, personaje de la novela Estokolmo(1998), del uruguayoGustavo Escanlar, roba en una librera deviejounejemplar de Feliz ao nuevo, de Rubem Fonseca en cuyo cuentohomnimo se inspira la novela, atraviesa un proceso de quijotismoinvertido,porqueencuentraenunlibrolaexperienciadelaquelmismoformaparte.Msqueunrobo,elGarcaMaderodeLosdetectivessalvajes(1998), de Roberto Bolao, perpetra un saqueo en varias libreras de laCiudad de Mxico. Su inventario de libreras y de libros robados osusceptiblesde serlo es tambinel inventariodeunaccesocaticoa laslecturas, pues uno de los inconvenientes de robar libros, reconoce, esque la eleccin est supeditada a la oportunidad (103). Ms all de laancdotamisma, Garca Madero encarnara ese acceso almismo tiempoeclctico y anrquico que el escritor e, incluso, la literaturalatinoamericanoshandebidopracticar.Lanovelamismanarradoshistoriasparalelas: la bsqueda de Cesrea Tinajero, fundadora del movimientorealvisceralista,desaparecidadcadasanteseneldesiertodeSonora,yla indagacin sobre la suerte de Ulises Lima y Arturo Belano, losdetectives salvajes. Aquella bsqueda, tortuoso viaje a los orgenesliterarios, remite a un proceso que es, al mismo tiempo, fecundante ydestructivo. Una de las decenas de microhistorias del texto que luegocrecera hasta formar la novela Amuleto (1999) es contada por AuxilioLacouture,poetauruguayaaquienlaocupacindelaUNAMen1968porelejrcitoylosgranaderoslasorprendienunbao.Parasobrevivir,debipermanecer encerradaall durantequince das, en una precaria situacinfsica y psquica. Su propio discurso, ocho aos despus, se tornaesquizoideenestepunto:

    Luegocogelpapelhiginicoendondehabaescritoylotiralwaterytirlacadena.Elruidodelaguamehizodarunsaltoyentoncespensqueestabaperdida.Pens:peseatodamiastuciayatodosmissacrificiosestoyperdida.Pens:quactopoticodestruirmisescritos.Pens:mejorhubierasidotragrmelos,ahoraestoyperdida.Pens:lavanidaddelaescritura,lavanidaddeladestruccin.Pens:porqueescrib,resist.Pens:porquedestruloescritomevanadescubrir,mevanapegar,mevanaviolar,mevanamatar.Pens:amboshechosestnrelacionados,escribirydestruir,ocultarseyserdescubierta.(198)

    La lgica de su razonamiento, que en cierto sentido adelanta el cicloescrituradestruccin del personaje de Basura, atenta contra algunossobrentendidos, como el que se cierne sobre la relacin KafkaBrod. Enmediodeunasituacinpolticabrutalparecieranoservlidaesafrmula.Si el rechazo de Brod a la solicitud destructiva del amigo fue lo quepermiti la sobrevivencia de ambos, la poeta confinada en el bao, encambio,nodudaendestruirsusescritos,peroactoseguidoseaterroriza,conloqueseproduceunaparadoja:talvezesaaccindelatesupresencia

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    y la haga visible si ello ocurriera, si se rompiera el anonimato, nosobrevivira. Ese efmero personaje lleva al lmite una nocin de laliteraturacomodolorycomosacrificioquereapareceunayotravez.Culsera,enesascircunstancias,ellugardelescritorlatinoamericano?UnadelasrespuestasdeBolaosobre laquevolverse repite con pasmosafrecuencia entre los intelectuales del continente. La novela tematiza esainterrogantecuandootrodesuspersonajesepisdicoscuentaunahistoriaquelehizoBelano,esaespeciedealteregodelautor.Eseldramadedosescritores,unoperuanoyelotrocubano(cuyomodelobastanteexplcitoesReinaldoArenas),quevierontruncadossussueos:Losdoscreanenla revolucin y en la libertad. Ms o menos como todos los escritoreslatinoamericanosnacidosenladcadadelcincuenta(497).PeroelsueodelaRevolucin,concluyeelpersonaje,esunapesadillacaliente(500).[9] El quiebre de esa opcin, en cualquier caso, no produce un modelovlidodeintelectual,ydeahqueelbalancedelaliteraturadeestaetapa,expresada por boca de otro personaje, sea demoledor. Si antes losescritoresdeEspaaeHispanoamricaentrabanenelruedopblicoparatransgredirlo, para reformarlo, para quemarlo, para revolucionarlo, esdecir,siescribirerarenunciar,erarenegar,aveceserasuicidarse,hoy,encambio,elejerciciomsusualdelaescrituraesunaformadeescalarposicionesenlapirmidesocial,unaformadeasentarsecuidndosemuchodenotransgredirnada(485).Losescritoresdehoy,porconsiguiente,secomportancomoempresariosocomogngsters.Ynoreniegandenadaosloreniegandeloquesepuederenegarysecuidanmuchodenocrearseenemigosodeescogerastosentrelosmsinermes.Nosesuicidanporuna idea sino por locura y rabia. Las puertas, implacablemente, se lesabrendeparenpar.Yaslaliteraturavacomova(485).AntesemejantepanoramanoesextraoqueLosdetectivessalvajesnarrelahistoriadeunviajealasemilla.El reverso del mediocre y anodino escritor de Basura sera sucontemporneoAnbalQuevedo,protagonistadeElfindelalocura(2003),de Jorge Volpi, novela que, dicho sea de paso, recuerda en ms de unsentidoladeBolao,autoralquerindetributoatravsdevariosguios.Al igual queEn busca de Klingsor,El fin de la locura se inicia el 10 denoviembrede1989coneldesplomedelMurodeBerlny,segnsuautor,es la segunda parte de una triloga sobre el siglo XX. A partir de eseinstantelahistoriasetrasladaaParsdurantemayode1968ydesdeahtrazaelitinerariodelaizquierdapartiendodelafiguradeQuevedo,quien,ya en las propias iniciales de su nombre,marca su similitud con AlonsoQuijano.Sloque,comodiceVolpi,envezdeenloquecerleyendonovelasdecaballeras,enloquececontratadosdemarxismoymaosmo(Gil,Lasutopas terminaron en totalitarismos 76). De ah que los entuertos quequisieradesfacerseanlasgrandescausasdelaizquierdarevolucionariaen los 70 y 80 (76). Escrita como un divertimento del que no escapasiquiera la bibliografa, la novela transita lo mismo por la praxis de laizquierdaqueporsaberestalescomoelpsicoanlisisyelestructuralismofrancs, del mismo modo que Klingsor se mova entre el nazismo y lafsica.Contemporneodelosautoresdelboomydelospolticosmsprominentesde la izquierda latinoamericana de los aos 60, Quevedo llega a larevolucin casi por azar, seducido por una joven parisina, y terminaconvirtindose en un verdadero arquetipo, primero de intelectualcomprometido, y luego, de intelectual desencantado. En ese accidentadotrayectoque, por cierto, comienza casi en una librera de Pars dondealgunos robanmanuales demarxismo yQuevedo compra losEscritos deLacan participar, con parejo fracaso, en varios de losmomentosmsrelevantes de las ltimas dcadas. De igual modo psicoanalizar a (odialogarcon)elpropioLacan,Foucault,Althusser,FidelCastro,Salvador

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    Allende, Salinas de Gortari o el futuro subcomandante Marcos. ResultallamativoqueQuevedoseaunhombresinpasado.Aliniciodelanovelasesorprende a s mismo abandonado en Pars. Ha perdido la memoria. Lopocoquerecuerdaesquedisponedeunagenerosacuentabancariaquelepermitirvivirsinsobresaltosduranteaos(curiosoejemplardeintelectualengagqueprcticamentenohatenidocontactoconlarealidad,nisiquieraconelprocesoelementaldeganarselavida,pueseldineroloprecede).Sitenemosencuentaquenaceenmayode1968ymuere,precisamente,la noche del 10 al 11 de noviembre de 1989, su existencia resumira loque, a los efectos de la novela, seran el ascenso y la decadencia de lautoparevolucionaria.EnLaimaginacinyelpoder,Volpirevisaba,apartirdetextospublicadosenlaprensamexicanayespecialmenteenalgunossuplementosculturalesdurante 1968, la relacin de los intelectuales con un momentoespecialmente trgico de la historia. Hay un instante en que el autorreproduce y comenta el poema de Octavio Paz Mxico: olimpiada de1968,que l considera estremecedor, acaso elms importante de unaserie de protestas poticas contra lamatanza de Tlatelolco (370). ParaVolpi,elpoemaesunodelosmejoresejemplosdepoesacomprometidaenlaobradePaz.Yrecalcaque:

    Al contrario de sus obras juveniles en las cuales protestaba por lasatrocidadesdelaguerracivilespaola,comoelclebreNopasarnquetantasimpatalegranjeporpartedelaintelectualidaddeizquierdaenlos aos treinta, ahora el texto no mostraba ninguna orientacinideolgica,sinoqueselimitabaacondenar,violentamente,lossucesosdeTlatelolco.(373,cursivasmas).

    El comentario, desde luego,ms que ilustrar el poema de Paz, revela lalectura de Volpi. Si los jvenes de Cuentos con walkman eran tanapolticos que llega[ba]n a ser ideolgicos, el poema de Paz debe suimportancia,ajuzgarporlalecturadeVolpi,asudesideologizacin.Vistoas,loquetalvezconduzcaalfracasodelprotagonistadeElfindelalocurasea su exceso de ideologa. Pese a que la novela concluye con laafirmacindeClairedequenopiensarenunciaralalocura(loque,ensucaso, nos hace pensar en su propio desequilibrio mental), y pese a sucarcterambiciosoydesbordado,eltextoesunllamadoalsentidocomn,la cordura y el orden. Volpi, ha dicho un crtico, es un novelistaconservador de pura cepa cuyos personajes encuentran su destinotrgicocuandosonincontinentes[]ocuandosonrebeldes(Enrigue70).Bastade ruido!, esel reclamo conque se abre la primera parte de lanovela. Si en El siglo de las luces Carpentier utilizaba como epgrafe alcaptulodedicadoa larevolucindeHait,el ttulodelgrabado65deLosdesastres de la guerra (Qu alboroto es este?), aqu Volpi llama alsilencio y, en consecuencia, a la observacin de la calma y el orden.PronunciadoporLacan,aquelreclamoserrepetidoluegoporGreimasyelpropioQuevedo.Deesose trata:El finde la locura eselmsambiciosoalegato contra el ruido escrito por un representante de esa ruidosapromocin.Essorprendenteyalavezsintomticalapersistenciaconquemuchosdelos autores se decantan contra la opcin poltica de los aos sesenta ysetenta.Elpropioconsensoprevalecienteenlosltimosaos,encuantoaquedichaopcin no resultaba viable, hace difcil explicar a qu se debeaquella persistencia. O sea, por qu insistir en una idea que todos,aparentemente,comparten.Enocasionesparecieraqueloquesecuestionanoeslaviabilidaddeunaopcinpolticaconcreta,sinounaideologayunproyectodeizquierda.Frenteastos,unaposiblealternativaeselsilencio.En una entrevista realizada a Rodrigo Fresn, este ofrece una de las

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    respuestasms grficas en tal sentido. Al comentar un fragmento de sunovelaMantra (2001), en la quehabladel compromiso revolucionariodelos padres,marca la debida distancia: amme gusta escribir. Y leer.Yseguirescribiendo.Asolas.Ensilencio.Yescribiryleerconelpuoenaltoygritandoyrodeadodepersonasesunpocoincmodo,no?(Conocidoporunaampliaminora).Hayunaobviacoincidenciaentreesaposturayla deEl fin de la locura. Es una postura que distorsiona de talmodo lapercepcin de una poca que parece sugerir queRayuela, Lamuerte deArtemio Cruz, La casa verde yCien aos de soledad, o inclusoBoquitaspintadas,LaguarachadelMachoCamacho,PalinurodeMxico yEl zorrodearribayelzorrodeabajofueronescritasentreconsignasoenelfragordelasbatallas.[10]Lasgrandesnovelasdelosaos60y70seescribieroncomo se escriben todas las grandes novelas. Recrear retropectivamenteese fantasma slo tendra sentido para legitimar el nuevo discurso delsilencio.Hace un cuarto de siglo, como parte de un coloquio sobre la entoncesactual narrativa latinoamericana, ngel Rama realiz un balance (Elboom en perspectiva), que se cerraba con una inquietante paradoja:Nuncamehanparecidomssoloslosescritoreslatinoamericanosqueenestahoradevastasaudiencias.Pertenecenatodos,peronopertenecenanadie (110). Lo que Rama lamentaba era que una intelectualidadmayoritariamente de izquierda fuera incapaz de dar organicidad a undiscursoque,almargendelamanipulacindequeeravctimaporpartedelosmedios, lespermitierasituarsea lavanguardiadesectoresconclarasreivindicaciones sociales. Hoy no seran pocos los que tildaran deanacronismolapreocupacindeRamaynoseranmuchoslosqueecharanmano a aquella metfora blica con la que Vargas Llosa sorprendi alauditorio en su discurso de recepcin del Premio Rmulo Gallegos: laliteraturaesfuego.Nosetrataslodequelosescritoreshayancambiadoesqueelmundomismodioungiroradical.Pero laparadojadeRamanoha perdido vigencia: a quines pertenecen los escritoreslatinoamericanos?Odichodeotromodo:quinesycmosonypiensansus lectores, a los que, por cierto, ellos mismos estn ayudando amodelar?Larespuesta,comoesnatural,escapaalaspretensionesdeestecaptulo,perosindudaesosnuevoslectores(quevanmuchomsalldelpblico latinoamericano y abarcan a editores, agentes literarios,traductores,acadmicos,crticos,juradosdeconcursos)formanpartedeluniversoliterarioenqueseinscribelanuevanarrativa.Lociertoesqueaunque losnarradoresdehoynopretendenescribirunaliteratura incendiaria, no se abstienen, en buena parte de los casos, dehacerunaliteraturainsatisfecha,loquesignificadesmontar,impugnaroeludireldiscursoy laagendade lasnarracionesdel consensoneoliberal.Msalldeobrascomplacientes,elcomplot, laparanoia,eldesconcierto,la traicin, el desencanto, la suplantacin y la impostura son obsesionesquepermeanlosrelatosdenuestroscontemporneos.Aunenmediodeladiversidad que los caracteriza, la mayor parte de ellos no renuncia aejercersufuncindelector,aperseguir,enlamadejadelextraotiempoque nos ha tocado vivir, el sentido de una historia que nuestros padresliterariosnosupieronprofetizar.

    NOTAS

    [1]Escuriosoeldesplazamientoqueest teniendo la fechaendiversosautores,asociado,porunaparte,coneldeclivedelainfluenciadelaRevolucincubanaenelimaginariolatinoamericano,yporla otra, con la reorientacin de ciertas perspectivas crticas. EnMcOndo antologa en la que medetendrmsadelantealacotarelpuntodepartidacronolgico, losautoresoptanpor una fechaque fuera desde 1959 (que coincide con la siempre recurrida Revolucin cubana) a 1962 (que enChileyenotrospases,eselaoenquellegalatelevisin)(14),sibienaclaranquelamayoradelosincluidosnacieronalgntiempodespus.Elaodepartida,cuyarelevanciaquedaatenuadaconuna innecesaria fecha intermedia que no marca ningn lmite (1962), pronto desaparecera. Al

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    referirse al volumen en su artculo Magical neoliberalism, uno de los antlogos, Alberto Fuguet,tieneelcuidadodereajustar lafechayprecisarqueelpropsitodeaquellaantologaeramostraralos autores de our generation, es decir, los nacidos despus de 1960 (69). Por su parte, JulioOrtega,ensuAntologade lapoesa latinoamericanadelsigloXXI.Elturnoy latransicin(1997),creepercibir,enlospoetasnacidosentornoydespusde1960,[...]otrasensibilidad(13),deahqueleparezcapertinentecomenzarenesafecha.Sinembargo,aclara,paraexcederlaconvencin,arbitraria pero inevitable, de una fecha lmite, haba decidido incluir por lo menos a dos poetasnacidosen1959(20).Nohay,pues,ningunaotraraznparacomenzarapartirdeeseltimoao.En casos como estos la Revolucin cubana, aunque permanece como dato cronolgico, se vadiluyendocomopuntodereferenciapolticoycultural.

    [2]El trminoMcOndo, como se ha hecho notarms de una vez, haba aparecido en la novela deFuguetPorfavor,rebobinar(1994),antesdedarttuloalaantologa:Quierohacerunasaga,diceunodesuspersonajes,perosincaerenlafrmuladelrealismomgico.Purorealismovirtual,puraliteraturaMcCondo[sic].AlgoascomoLacasade losespritussin losespritus(145).Peroyaen1992BenjaminR. Barber haba acuado, por razonesms omenos similares, el trminoMcWorld,paradefinirunasociedaddominadaporlaculturanorteamericanaydiseadaparaconsumidoresunasociedad fascinada por la fast music, fast computers, and fast food with MTV, Macintosh, andMcDonalds [] (53). Por otro lado, aunque en ningn momento sus autores lo mencionen, lanarracin que dio pie aMcOndo, es decir, el malentendido con los editores de Iowa, reescribe lamismapreocupacinquepadeci,ensusorgenescomoescritor,elpersonajedeRubemFonsecaenelmentadoIntestinogrueso.Segnl,sudemoraenpublicarsedebiaqueloseditoreslepedanescribir comoMachado de Assis, sobre negritos pastoreando, sobre guaranes o sobre la vida delsertn.Soloqueesonoeraposiblealegabaparaquienvivaenunedificiodeapartamentosenelcentrodelaciudad,acosadoporlaslucesdenenyelruidodelosautos.

    [3]Noesfrecuenteesavisinchocanteyapocalptica.Talvez lamsradicalenesesentidosea laqueofreceelbrasileoPauloLinsenCidadedeDeus(1997),novelaquesedesarrollaenelconjuntohabitacional(cuasifavela)delmismonombrealllaviolencianoseasociaconlaculturadelaclasemediablanca,laspasioneshumanas,algunaamenazaqueelazarpuedeintroducirennuestrasvidas,ymuchomenoscon labsquedadel crimenperfecto, sinoque resulta ser unmal orgnicodeunasociedad lastrada por la pobreza, las desigualdades sociales y la desesperacin. En ese sentido esinteresanteelcasodesucompatriotaPatrciaMelo,quientransitde loscrmenesrefinadosdesusprimerasnovelas,alaintolerableviolenciadelasfavelasenInfierno(2003).

    [4]Enesesentidotratadedescubrirpoticasoclavessupranacionales,algonosiemprepresenteenotroscrticosfiniseculares.EnsuGuadelnuevosiglo,porejemplo,alproponer losgestosenquelonuevoseconfigura,JulioOrtegamencionacincoque,ademsdeprestarseadiscusin,estaranbiendemarcadosgeogrficamente.As,laescrituraquetachalamemorianacionalesejemplificadapor losargentinosCsarAirayCristinaSiscar laescrituraqueensaya la desocializacin, por laschilenas Diamela Eltit y Guadalupe Santa Cruz la escritura de una hibridez sin centro, por losmexicanosCarmenBoullosa,JuanVilloroyPabloSolerFrost,yla reescrituradelrecomienzo,porlosvenezolanosJosBalza,CarlosNoguerayAntonioLpezOrtega.Solounavariante(laescrituraque reconstruye al sujeto del relato biogrfico), sera ejemplificada por autores de diferentesnacionalidadescomoelpuertorriqueoEdgardoRodrguezJuliy,tambin,porlaargentinaMatildeSnchez(4378). En fechams reciente el propio Ortega ampli ymodific ese panorama en queencuentransitio,mezclados,nuevosautores(Scenes637).

    [5]Permtanmecitar,inextenso,dichoinventario:Losmsortodoxoscreenquelolatinoamericanoesloindgena,lofolklrico,loizquierdista.Nuestroscreadoresculturalesseragentequeusaponchoyojotas.MercedesSosasera latinoamericana,peroPimpinela,no. Y lo bastardo, lo hbrido?Paranosotros,elChapulnColorado,RickyMartin,Selena,JulioIglesiasy lastelenovelas(oculebrones)son tan latinoamericanas como el candombe o el vallenato. Hispanoamrica est lleno dematerialexticoparaseguirbailandoal sonde El cndorpasa o Ellas bailan solas deSting.Temerlea laculturabastardaesnegarnuestropropiomestizaje.LatinoamricaeselteatroColndeBuenosAiresy Macchu Pichu, Siempre en Domingo y Magneto, Soda Stereo y Vernica Castro, Lucho Gatica,GardelyCantinflas,elFestivaldeViayelFestivaldeCinedeLaHabana,esPuigyCortzar,Onettiy Corn Tellado, la revista Vuelta y los tabloides sensacionalistas. // Latinoamrica es,irremediablemente,MTVlatina,aquelalucinanteconsenso,eseflujoquecolonizanuestraconcienciaa travsdel cable, yque se est convirtiendoen elmejor ejemplodel sueobolivarianocumplido,msconcretoyeficaza lahoradehablardeuninquecientosde tratadosoforos internacionales.De paso, digamos que McOndo es MTV latina, pero en papel y letras de molde. // Y seguimos:LatinoamricaesTelevisa,esMiami,sonlasrepblicasbananerasyBorgesyelComandanteMarcosyCNNenespaolyelNaftayMercosuryladeudaexternay,porsupuesto,VargasLlosa(1516).

    [6] Aun as, varios escritores no renuncian a la tradicin de las ciudades imaginadaslatinoamericanasquesuplantanalasurbesreales:RoFugitivoenPazSoldn,CancionesTristesenFresn, Las Rmoras en Eloy Urroz, Retiro en Alejandra Costamagna, Zagarra en Ricardo ChvezCastaeda.PeroenelloselnuevoespaciopareceestarmslejosdemicromundosfabulososalestilodeComalayMacondo,quedelCoronelVallejosdeManuelPuig.YaFuguet,conjuntamenteconPazSoldn,habareivindicado lafiguradePuigcomomodelo,sobre todoporsurelacincon laculturapopnorteamericana(enelprlogoqueescribieronparalaantologaSehablaespaol,dicenquePuigfuequizselms sigloXXIde losescritores latinoamericanos,cuyas millas viajeras [...] rindenms que las de cualquier otro padre/madre/to literario, 19). Paz Soldn ha agregado un nuevomatiz al decir que la obra de Fuguet, heredera de la de Puig en la exploracin del paisaje pop enLatinoamrica,rompeconotrotipodenarrativaquetrabajesepaisaje,ladelaOndaenMxicoolade Skrmeta en su propio pas: la contracultura utpica ha dado paso a la aceptacin a ratosincmodadelmomentoneoliberal(Escrituraycultura45).

    [7]EnHabla,memoria,Nabokov cuenta cmo,exiliadoenPars, se dedicaba a formular problemasajedrecsticos. A mediados de 1940 logr conseguir, mediante soborno, la visa de sortie que lepermitiracruzarelAtlntico.Yesenesepuntodondesecruzanlapasinporelajedrez,lahistoria

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    personaly lamacrohistoria: De repente sent que, con la culminacin demi problemade ajedrez,todounperododemividahaba llegadoasusatisfactorio final. [...]El ttulodeunperidicoqueestaba a punto de caerse de una silla hablaba del ataque deHitler contra los Pases Bajos (290291).Demanerasimilara laexperienciadelescritorruso,enAmphitryoneselajedrezy loquesetejeentornosuyo,elquedeterminalosdestinosdelhombreydelahistoria.Otrasnovelasabordan,aunque sin las implicaciones que tiene en la de Padilla, el tema de la suplantacin. La delcolombiano Santiago Gamboa lo reconoce desde el ttulo: Los impostores (2002). En ella, trespersonajesprovenientesdemundosdistantescoincidenenPekn tras lashuellasdeunmanuscritoperdido.Lostresusurpanuna funcinqueno lescorrespondeyelmspintorescodeellossueaanacrnicamenteconserunescritordelboom.Porsuparte,Elogiodelamentira(1998),dePatrciaMelo,estprotagonizadaporunescritordenovelaspolicialesquenoslorecurrealhabitualrecursodeutilizarseudnimosanglosajones,sinoquetampocotienereparosenplagiardescaradamentetodotipode clsicos literarios que ni siquiera son reconocidos por su editor. Pero el xito slo le llegacuandousurpaunnuevonombreparaescribir librosdeautoayuda.Al final,cuandodecideaparecercomo escritor y lder religioso con su nombre real, se producir la falaciamayor. Por extrao queparezca, el aparente regreso a s mismo, a estas alturas, es la consumacin del fraude en que seconvierte su vida. De ah que slo ahora sea capaz aunque involuntariamente de auspiciar elcrimenperfecto.

    [8]Eldilemaesdelargadata.Siyaen1941laRevistaIberoamericana(enuntextorescatadoensuconmemorativonmero200)publicabauneufricoeditorialsobreLosestudiosiberoamericanosenlosEstadosUnidos,alaosiguiente el crticoperuano LuisAlbertoSnchezparecera responderlecon el artculo Nos estn descubriendo en Norteamrica?, en el que expresa: Formulo lapregunta [...] porque tal como yo me he mirado a travs del espejo norteamericano me ha sidoimposible reconocerme.Muchomenosami tierra.Deahquemeasalte realmente ladudadesi elaprendizaje de los Estados Unidos aparee un conocimiento, un descubrimiento o una invencin. Yestoy a punto de resolverme por lo ltimo (563). La larga batalla de los intelectualeslatinoamericanos contra el eurocentrismo no ha impedido el surgimiento de nuevas barreras. Esnotable que una disciplina relativamente reciente como los estudios poscoloniales, por ejemplo,encontrarasusguresen intelectualesprovenientesdepasesperifricos.Peroquienes integran lasantsimatrinidaddeesadisciplina (Said,BhabaySpivak) tienenundecisivopuntoen comn: seexpresanen ingls.Sinembargo,bastaunaojeadasomeraa losconceptosde la teoraposcolonial,paracomprobarhastaqupuntolospensadoresdenuestraAmricalosmanejandesdehacedcadas.Al menos una treintena de trminos recogidos en Key Concepts in PostColonial Studies(London/New York: Routledge, 1998) han sido de uso comn o a veces, incluso, acuados ennuestras latitudes. Anticolonialismo, apartheid, canbal, civilizacin/barbarie, clase, creole,esclavitud, eurocentrismo, imperialismo, independencia, mestizo, metrpolis, mulato, movimientosde liberacinnacional,negritud,neocolonialismo, raza, realismomgico,TercerMundo, testimonio,transculturacin...,sonalgunosdeesostrminos.Resultasorprendente,portanto,queunvolumentanincluyentecomoThePostcolonialStudiesReader,elcualrecogeochentayseistrabajosdetodosloscontinentes(yentrelosquesecuentanautoresdelCaribeanglfonoyfrancfono),nodcabidaa un solo autor de lengua espaola. No es de extraar que, en tales circunstancias, los saberesacumuladosenHispanoamricadesdeel sigloXIXpermanezcanalmargende losdebatesactuales.Haceyamsdetreintaaos,OctavioPazdabafedesumalestarcuandolamentabaquelamayorade los poetas y escritores norteamericanos ignoran o disminuyen a la cultura o al hombrelatinoamericanos. [] [E]n los Cantos de Ezra Pound, ese gran monumento a la voracidadenciclopdicadelosEstadosUnidos,aparecentodaslascivilizacionesytodosloshombres,exceptoelmundoprecolombinoylaAmricahispanolusitana[](Posdata2667).

    [9]Notodos losautoresopinanlomismo.EnLos impostores,ademsde los tresprotagonistashayotros tantos personajes secundarios de relativa importancia. Me refiero al librero chino, lamdicacubanaylaprostitutarusa.Cadaunodeellosenlazasuhistoriapersonalconladelasrevolucionesdesusrespectivospases.Cadauno,porlotanto,contaralgoquevinculasuhistoriapersonalconelsentidodelaHistoria.ElrelatodellibrerovadesupocacomoprofesorenlaszonasliberadasporelEjrcito Rojo y el orgullo que sinti (y todava siente) al fundar la Repblica Popular, a la de sutrabajocomovoluntarioenunacooperativaagrcola,lossieteaosqueestuvoenpresidioyenunagranjadurantelaRevolucinCultural,y,porltimo,suactualtrabajocomolibrero(1856).Larusaesnietadeun soldadoque luch conelmariscal Zhkov en la defensa deMosc, y supadre estpresoporparticiparenelintentogolpistacontraGorbachovvinoaPeknporquenoseracapazdehacerestetrabajoenmipas.MiabuelonodefendiMoscdelosnazisparaquesunietafueraputa(272). Finalmente la cubana, en un dilogo en que su amante colombiano le pinta un desoladorpanoramadesupropiopas,selimitaadecir:Cubanoestmejor,chico,qumevasadecir.Peroyotengoconfianzaenelfuturo(258).

    [10]LadisyuncinreapareceraunqueestavezdemodomsorgnicoenunttulocomoEntre laplumayelfusil.DebatesydilemasdelescritorrevolucionarioenAmricaLatina(2003),deClaudiaGilman.

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