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El 2014 cerró con un notable proceso de organización estudiantil en nuestra facultad. Ante la inminencia de la reforma de los planes de estudios, los/as estudiantes pudimos responder rápidamente: asamblea, jornadas de debate masivas para debatir, movilización al Consejo Directivo, etc. El saldo fue muy positivo: comisiones asesoras de reforma con representación igualitaria entre los claustros (docentes, personal de apoyo, egresados y estudiantes.) El año comenzó y debemos volver a la carga. Una larga lucha nos espera. El contexto de la reforma La reforma de planes impulsada por decanato de Cueto no es producto de la generación espontánea. En su primera gestión, allá por el 2005 hubo un primer intento que tuvo un nuevo impulso en 2007. En cada uno de ellos, los/as es- tudiantes respondimos organizándonos, debatiendo y produciendo respuestas novedosas. Todos/as queremos cambiar nuestros planes de estudio y además queremos ser protagonistas. Pero no solo es una iniciativa de Cueto, sino que existe un contexto mucho am- plio que la explica. Algunos hitos a modo de ilustración: 1) creación de la ANFHE (Asociación Nacional de Facultades de Humanidades y Educación), un órgano que brinda lineamientos de evaluación a la CoNEAU para controlar qué se ense- ña y cómo en las universidades; 2) sanción de la Ley de Educación Nacional en 2006. Esta ley reemplaza la vieja Ley Federal de Educación que implica, natural- mente una modificación de leyes provinciales, currículas (en Mendoza este año se aplicó en CENS y CEBJA, y se logró frenar en técnica) y planes de formación docente. 3) Creación del INFoD en 2007. Se trata del Instituto Nacional de For- mación Docente, que busca centralizar una política nacional de formación de Organizar la reforma, luchar por una educación liberadora

Organizar la reforma, luchar por una educación liberadora

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Este es nuestro posicionamiento con respecto a la Reforma de Planes de Estudio; nuestras propuestas y las tareas que tenemos por delante. ¡Ahora es cuándo!

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El 2014 cerró con un notable proceso de organización estudiantil en nuestra facultad. Ante la inminencia de la reforma de los planes de estudios, los/as estudiantes pudimos responder rápidamente: asamblea, jornadas de debate masivas para debatir, movilización al Consejo Directivo, etc. El saldo fue muy positivo: comisiones asesoras de reforma con representación igualitaria entre los claustros (docentes, personal de apoyo, egresados y estudiantes.) El año comenzó y debemos volver a la carga. Una larga lucha nos espera.

El contexto de la reformaLa reforma de planes impulsada por decanato de Cueto no es producto de la generación espontánea. En su primera gestión, allá por el 2005 hubo un primer intento que tuvo un nuevo impulso en 2007. En cada uno de ellos, los/as es-tudiantes respondimos organizándonos, debatiendo y produciendo respuestas novedosas. Todos/as queremos cambiar nuestros planes de estudio y además queremos ser protagonistas.Pero no solo es una iniciativa de Cueto, sino que existe un contexto mucho am-plio que la explica. Algunos hitos a modo de ilustración: 1) creación de la ANFHE (Asociación Nacional de Facultades de Humanidades y Educación), un órgano que brinda lineamientos de evaluación a la CoNEAU para controlar qué se ense-ña y cómo en las universidades; 2) sanción de la Ley de Educación Nacional en 2006. Esta ley reemplaza la vieja Ley Federal de Educación que implica, natural-mente una modificación de leyes provinciales, currículas (en Mendoza este año se aplicó en CENS y CEBJA, y se logró frenar en técnica) y planes de formación docente. 3) Creación del INFoD en 2007. Se trata del Instituto Nacional de For-mación Docente, que busca centralizar una política nacional de formación de

Organizar la reforma,luchar por una educaciónliberadora

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trabajadores de la educación.A grandes trazos, dos son las tendencias de esta política educativa. En primer lugar, centralizar nacionalmente la formación docente, lo cual en sí mismo no negativo. Pero esta centralización va acompañada de una segunda política que explica a la primera: simplificar la formación docente y diferenciarla cada vez más de las licenciaturas. En el caso de las carreras docentes el hincapié está cada vez más puesto en cómo se enseña mientras que la formación científica decae. Seremos profesionales de la didáctica que saben “un poquito” de su disciplina. Mientras, la formación científica pasa al reino de los elegidos de los posgrados y másteres. Pagos, naturalmente. Mientras tanto, las licenciaturas de las humanidades pierden valor: no hay un mercado laboral en dónde inser-tarse. El destino de los licenciados en humanidades es ser docentes con título B. Las ciencias humanas no cotizan en la bolsa de los intereses educativos del Estado Nacional.

Lo que ellos quierenLas intenciones de las autoridades de la facultad no son ocultas. En los docu-mentos elaborados por una década por la ANFHE están explícitas las líneas de acción: reforzar la formación pedagógica de los profesorados. La pregunta que debería desvelarnos es si, teniendo en cuenta la formación totalmente ena-jenada de la escuela real que recibimos, esa formación pedagógica significará un salto en calidad o simplemente una simplificación de la formación científica. Nuestra tesis es que la pretensión es hacer de los docenes meros reproducto-res de contenidos bien “bajados” al aula. La producción científica, así, queda en instancias superiores.Lo que sucede en los niveles inferiores del sistema educativo es clave para en-tender lo que querrán que suceda con nuestros planes: si la educación media y primaria cada vez se vacía más, ¿para qué formar docentes altamente califica-dos? Al vaciamiento de la formación primaria y secundaria necesariamente le tiene que seguir un vaciamiento de la educación superior.Las licenciaturas, por su parte y como ya dijimos cada vez tienen menos valor. El destino común de los licenciados, en su gran mayoría, es la docencia. Sola-mente una minoría tiene la posibilidad de acceder a ámbitos de investigación

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como el CONICET. Y solamente algunas carreras ofrecen alternativas espe-cíficas, como Arqueología, Inglés o Geografía. A esto se suma la política de producir mano de obra lo más rápida posible, un modelo educativo que ya se aplica en EEUU y Europa. Consiste en achicar carreras y trasladar contenidos a posgrados, lo cual es una forma indirecta de arancelar la educación. ¿La formación al servicio de la sociedad, intrincada con los problemas actuales de nuestra cultura, economía, historia? Bien, gracias.

Lo que nosotros necesitamos¿Cómo pensar nuestros planes de estudio? La respuesta a esta preguntar está contenida en mucho más amplia: ¿qué educación necesitamos? Nuestra re-spuesta es: una educación crítica, laica y liberadora, que contemple las prob-lemáticas reales y actuales de nuestro pueblo y que tenga un horizonte trans-formador. Esta orientación general sirve para pensar, en primer lugar, el perfil de egresado, tanto de los profesorados como de las licenciaturas.Por otra parte, formulamos algunas propuestas generales a todas las carreras, las cuales deben atender las particularidades de cada carrera:1) Para una formación científica y crítica: poner en valor y hacer hincapié en la explicitación de los marcos teóricos. No existe la ciencia sin epistemología. Nuestra formación debe contemplar la posibilidad de conocer los marcos teóri-cos seleccionados por las cátedras y brindar la posibilidad a los/as estudiantes de criticar y elegir los propios.2) Una formación crítica debe expresarse en una práctica concreta. La producción de los estudiantes debe ocupar un lugar predominante frente a la mera reproducción como forma de acreditación de conocimientos. De hecho, la posibilidad de producir un contenido novedoso requiere un alto nivel de asim-ilación. Esto debe llevarse a las formas de examen aplicadas.3) La formación general en las carreras es una pieza importante. Las hu-manidades son ciencias entrelazadas naturalmente y una visión interdisciplinar-ia de las carreras contribuiría a ello, así como también el abordaje de disciplinas generales como historia del pensamiento científico, entre otros.4) Para la formación docente: prácticas docentes desde primer año; acreditar la enseñanza en cuarto llamado como práctica docente. Las materias

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debe llevarse a las formas de examen aplicadas.3) La formación general en las carreras es una pieza importante. Las hu-manidades son ciencias entrelazadas naturalmente y una visión interdisciplinar-ia de las carreras contribuiría a ello, así como también el abordaje de disciplinas generales como historia del pensamiento científico, entre otros.4) Para la formación docente: prácticas docentes desde primer año; acreditar la enseñanza en cuarto llamado como práctica docente. Las materias de formación pedagógica deben orientarse a conocer y poder actuar en la reali-dad concreta de las aulas, además de contemplar problemáticas reales de los/as trabajadores de la educación. La formación en leyes como la 5811 (licencias) o técnicas de uso de la voz deben ser incorporadas.5) Una enseñanza de calidad debe contemplar el estudio completo de algún idioma moderno. El sistema actual de acreditación no garantiza un apren-dizaje real de lengua alguna. Se necesita el estudio de al menos una, enseñada en el ámbito de una cátedra, es decir, con la posibilidad de cursar sin cupo y gratuitamente.6) Otra propuesta interesante son las cátedras libres y paralelas. Si bien este punto excede el ámbito del plan de estudios stricto sensu, entendemos que lo que está en debate es la formación que recibimos en su conjunto y que no basta con abordar la discusión desde la cantidad de materias y los con-tenidos específicos de cada una. Las modalidades de cátedra libre (que toma contenidos diversos, ligados o no directamente con los planes) y de cátedra paralela (que ofrece los mismos contenidos que una cátedra cualquiera pero con una perspectiva alternativa) son formas de construcción crítica del cono-cimiento. Su reglamentación e incentivo son una propuesta diferente y partici-pativa, y no por ello menos seria, de producir y reproducir conocimiento.

El tiempo es ahoraEl tiempo corre y debemos poner manos a la obra. Nuestras mejores herra-mientas son las asambleas por carrera, que debemos comenzar a organizar. Este es el ámbito para profundizar el debate sobre los planes y mandatar lo que nuestros representantes deben proponer en las comisiones asesoras de reforma. Por esto, también, la elección de delegados es una tarea clave.Tenemos la oportunidad de empezar a cambiar nuestra educación. ¡EMPEC-EMOS YA MISMO! // La Mecha en la Juventud Insurgente