Revista Impresión 25

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  • 8/8/2019 Revista Impresin 25

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    ISSN 1994-0998

    La ltima tentacinde Cipriani

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    contenido

    Publicacin de los estudiantes de la Especialidad de Periodismo

    Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicacinde la Pontificia Universidad Catlica del Per

    Ao 11, n 25, junio del 2010

    Universitaria 1801,

    Miguel

    a 32 - Per

    511) 626-2000

    11) 626-2805

    ww.pucp.edu.pe

    Colaboradores:Israel Guzmn, Crristina Guzmn, Emily Espinoza, Carolina Ciurlizza, Jonathan Diez,Lourdes Mochizuki, Karina Montoya, Alonso Pahuacho.Coordinador especialidad de Periodismo: Abelardo Snchez-Len.Cuidado de la edicin:

    Diseo: rea de diseo de la FCAC-PUCPCorreccin:Pamela RavinaImpresin: Hecho en el Depsito Legal en la Biblioteca Nacional del Per N 2010-07304

    Lo meditico 4

    Sistema de inteligencia: de espas y chuponeos 8

    La batalla de Arizona 12

    En Colombia no se decide cubrir conflictos 16

    Sin academia, a puo limpio 18

    Sgueme en Twitter 20

    Cine peruano: tan cerca, tan lejos 24

    Periodismo deportivo y Copa Libertadores 28

    Abogados del diablo 30

    Una publicacin semestral, como lo es Impresin, tiene tambin sus bemoles. Carece dela adrenalina de los semanarios, pero tiene otro punto de quiebre: los plazos son ms ex-tensos, el ritmo es ms aletargado, el espritu del nmero pueda que se extrave y esosfactores traen consigo un trabajo ms dilatado.

    Es difcil transmitir la energa de un cierre a quienes no estn an acostumbrados. El olfatode lo noticioso, el conocimiento de la coyuntura, la idea de lo que pueda ser importante en el

    mediano plazo, es un asunto que se tiene instintivamente o se aprende. La publicacin de laespecialidad de Periodismo se asume como un curso acelerado de esos conocimientos queno se encuentran necesariamente en los sylabus de los cursos formales. Es una publicacinque no corresponde a ningn curso. Invita a los alumnos de la especialidad a participar, aaprender, a innovar, a recrearse constantemente. Hay un cierto nimo de gratuidad. Losalumnos son todava jvenes que se encuentran en la edad de darlo todo a cambio de poco,sin que ello signique un esclavizante e injusto derecho de piso.

    Esta es su publicacin y existir mientras haya juventud, ganas, esfuerzo y talento. Losnmeros se redondean tal como es la vida: se toman decisiones en el camino, se diseanlas imgenes segn los textos, los nervios se encrespan y el nmero de pginas se decidede acuerdo al material disponible. La publicacin est en sus manos. Se ha hecho con dedi-cacin y esfuerzo. Una publicacin siempre es meritoria. Y esta no desea ser la excepcin.

    Abelardo Snchez LenCoordinador de la especialidad de Periodismo

    Palabras

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    Lo meditico

    Hace ya mes y medio, una sentencia del Tribunal Constitucional llev ala Universidad Catlica al centro de la atencin pblica. La controversiaque mantiene con el Arzobispado de Lima, o si se quiere ser ms pre-cisos, con el Cardenal Juan Luis Cipriani y el seor Walter Muoz Cho,ha aparecido en diversos medios de comunicacin movindose en unplano distinto pero indesligable del meramente legal, en el que impor-tan ms los argumentos polticos que las verdades jurdicas.

    Los medios, la PUCP y el Arzobispado

    Jos de la Riva-Agero muere en 1944 dejando suspropiedades en herencia a la entonces joven Univer-sidad Catlica. La controversia se origina en los ml-tiples testamentos dejados al momento de su muerte.

    El hecho objetivo y reconocido por todos es la crea-cin de una junta administradora perpetua, encar-gada de cumplir con ciertos encargos y mandas re-lativamente simples; la polmica gira en torno a lapropiedad de la herencia. En el testamento de 1933,Riva-Agero indica que esta junta deber administrarsus bienes, brindndole el usufructo de ellos a la Uni-versidad Catlica, la cual pasara a ser propieta-ria de ellos si es que exist iese pasadosveinte aos de su muerte. Estotambin es reconocido porambas partes.

    En el testamento de1938, declara a laUniversidad Cat-lica como su he-redera absolutay nombra una junta perpetuaencargada deadministrar susbienes y cum-plir con los en-cargos y mandasantes sealados;adems, revocaexpresamente lo quehubiese dicho en suanterior testamento quecontravenga el nuevo. La yafamosa junta estara conformadauna vez desaparecidos los miembrospor l designados- por el rector de la Universidady una persona designada por el Arzobispo de Lima.

    En este punto surge la disyuntiva: el Cardenal Juan

    Luis Cipriani sostiene que su designado y l tienenvoz y voto dentro de las actuales decisiones admi-nistrativas de la Universidad Catlica. Su reclamoha motivado tambin varias preguntas: Cul es laverdadera funcin de la junta? Debe el designadoser un representante del Arzobispo o debera ser unapersona independiente, pero conable? Lo dichoen 1933 contraviene al testamento de 1938 y debeser olvidado? Es legalmente vlida la gura de unpropietario sin derecho a administrar sus bienes? Siel Cdigo Civil vigente en 1938 no permita un admi-nistrador perpetuo distinto al propietario, podra lainterpretacin hecha por los abogados del Arzobispa-

    do en caso fuese reconocida judicialmente como lavoluntad de Riva-Agero- pasar por encima de la ley?

    Para resolver ese tema se est siguiendo un procesopor la va civil, en el que se acumulan demandas he-chas desde uno y otro lado, y en el que se interpretarlos testamentos de Riva-Agero. Ambas institucionespublican informacin del desarrollo de estas accio-nes, tanto del concluido y controvertido- proceso deamparo como del juicio civil. No solo han aparecidoen los medios, sino que han sacado publicacionesespeciales gracias a las que es casi imposible estar

    desinformado a estas alturas.

    Ahora bien, por ms que el Car-

    denal Juan Luis Cipriani yel seor Muoz Chosostengan en losmedios de comu-nicacin que su

    motivacin nicay desinteresadaes el cumpli-miento de lavoluntad deRiva-Agero,el conicto hasido observadocomo un round

    donde los con-trincantes se en-

    frentan como per-sonajes polticos.

    Como en todo Am-rica Latina, la religin

    catlica y sus representan-tes han ejercido una fuerte

    inuencia desde la poca de laconquista; inuencia que ejerce todava en dis-

    tinta forma y en menor medida, ya no a travs delEstado por lo menos no ocialmente- sino como ins-

    titucin fuertemente arraigada dentro de la sociedad.

    El Cardenal Cipriani, qu duda cabe, es un personajepoltico. Para bien o para mal, es el jefe de una insti-tucin de tanto peso como es la Iglesia Catlica. Msde una vez ha opinado en temas de legislacin o po-lticas de Estado -generalmente a travs de homilaso en su programa radial-, y cuando as lo hace, suelegenerar una discusin meditica de variadas propor-ciones entre dos bandos: los caviares y la derecha.

    Su predecesor, el Cardenal Augusto Vargas Alzamo-ra, fue tambin una voz meditica importante. Jesuitacomo era, se encontraba situado en el ala ms pro-

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    racin de estudiantes, organizaciones de alumnosen facultades y algunos grupos que han surgido es-pontneamente en la red social Facebook.

    El tercer personaje involucrado es el seor WalterMuoz Cho, ingeniero industrial y de sistemas queactualmente se desempea como tesorero del Arzo-bispado de Lima y que es el designado por Ciprianipara conformar la famosa junta administrativa. Porextrao que parezca y a pesar de pretender atraertanto peso e importancia hacia el puesto que tiene

    dentro de la Universidad, nadieconoce ms de l. De he-

    cho, la mayor parte de lacomunidad universitariano saba de su existen-cia antes del fallo delTribunal Constitucio-

    nal. No conoce la Uni-versidad y la Universi-dad no lo conoce. Loque es peor, ha cerrado

    cualquier posibilidad deaproximacin: no ha

    aparecido enningn me-

    dio, niega

    entrevistas lo quisimos contactar para esta edicin-y el Arzobispado no ha querido brindar siquiera unahoja de vida o currculum de l.

    As pues, el fallo del TC se ha presentado meditica-mente como un enfrentamiento entre la Universidady Cipriani. Cada uno con uno presentando la situa-cin con un tono distinto y de acuerdo a sus intere-ses. La Universidad Catlica, que se siente atacada,adopta un tono de defensa casi beligerante, que pre-tende mostrarla en guardia a la vez que busca llamarla atencin externa sobre lo que sienten es una intr u-sin silenciosa; el Cardenal, que con el fallo del TCa su favor desea acabar con los procesos civiles loantes posible probablemente antes de que culmineel Gobierno aprista-, se presenta como un defensorde la voluntad de Riva-Agero que no pretende con-trolar la Universidad ni realizar cambios de fondo.

    Lo que termina siendo innegable es que por msque el Arzobispado repita una y otra vez que el jui-cio no involucra asuntos polticos ni acadmicos -eindependientemente de si sea cierto o no-, toda estacontroversia termina siendo transmitida a la socie-dad como un enfrentamiento poltico, una batallams entre caviares y conservadores, un pulseo enel que entran a tallar los contactos con el poder y lainuencia meditica de cada uno.n

    gresista de la Iglesia y particip activamente reclaman-do por la defensa de los derechos humanos. CuandoCipriani asumi su reemplazo, las comparaciones fue-ron inevitables: no solo formaba parte del Opus Dei,sino que, habiendo sido desde 1988 Obispo Auxiliar deAyacucho, no prest ayuda a las vctimas de una delas zonas ms golpeada por la violencia de esos aos.

    Esa es la imagen de la Iglesia que se ha mostrado me-diticamente durante los ltimos aos: una institucinque si bien no est dividida, s tiene dos alas claramen-te marcadas, una conservadora y otra progresista, alasque han sido inevitablemente vinculadas a la poltica yque, haciendo la analoga, corresponden al ala caviary a la derecha.

    Los medios de comunicacin especialmente la pren-sa- estn tambin divididos entre estos dos grupos. De

    hecho, son ellos los que les dan nombre; de una formau otra identican y van etiquetando a los actores delespacio pblico. Cada medio adems, tiene una de-terminada liacin y una respectiva gradacin. Esta

    liacin se puede ver en las noticias que presenta, encmo las resalta, en los columnistas a los que acoge yen las editoriales que nalmente publica. En resumen,en el pblico al que se dirigen.

    Como era de esperarse, han sido estos medios a tra-vs de sus editoriales, y sobre todo dentro de ellos,mediante sus columnistas y opinlogos- los que hantomado una posicin al respecto. Uno tras otro, hanido trazando una raya divisoria para colocarse detrsde una de estas dos instituciones.

    Sin embargo, no es nicamente la validez de los argu-mentos jurdicos y la voluntad de Riva-Agero lo queha entrado en debate en el terreno meditico. El apoyobrindado tiene ms que ver con lo que representa laUniversidad Catlica y lo que representa el CardenalJuan Luis Cipriani, por lo menos lo que representanpara quienes los apoyan.

    Por un lado, la Universidad Catlica se posiciona a smisma como una institucin moderna, inclusiva, respe-tuosa de diversos credos, ideologas polticas y pos-turas acadmicas; y que adems, como universidad

    humanista que pretende alcanzar peso y relevancia,ha sido una voz ms o menos activa en la esfera p-blica en los temas que le parecen importantes. Esteposicionamiento no ha sido gratuito. Lo ha logrado gra-cias a sus acciones y pronunciamientos institucionales;y tambin gracias a sus egresados, con sus diversosdesempeos y reconocimientos dentro de la sociedad.

    Pero adems, juega un papel muy importante el discur-so que maneja la universidad, discurso con el que sepresenta y se vende interna y externamente. Muchosde sus detractores la acusan de eso, de presentar undiscurso que es ms grande que sus acciones, de in-dignarse ante un supuesto recorte de libertades que en

    la realidad no son del todo usadas. La Universidad Ca-tlica no es una institucin perfecta y as lo reconocela totalidad de su comunidad: an no logra ser todo loque su discurso dice; sin embargo, est diseada paraalcanzar sus propuestas, la estructura que la sostienees coherente con las metas que se propone.

    El Cardenal Juan Luis Cipriani, por otro lado, es la ca-beza ocial de la Iglesia Catlica en el P er. Como tal,y aunque no todos se sientan representados por l, tie-ne por simple tradicin, casi por inercia- una posicinnada desdeable y probablemente mayor que el querepresenta su contraparte en esta controver-sia. Si a eso le sumamos la proximidadpoltica del mismo Cipriani con sec-tores polticos como el fujimorismoy el Apra, tenemos a un peso pe-sado.

    La particularidad de Cipriani esque se le percibe no solo comolder de la Iglesia, sino como unpersonaje en s mismo; un perso-naje que ocupa un cargo de sumaimportancia pero que no se ve opaca-do por ste.

    Por el lado de la Catlica,quien ha aparecidomediticamentees su rector, eldoctor MarcialRubio, quientambin tienecierto peso in-dividual peroque es vistocomo el repre-sentante dela comunidaduniversitaria.Bsicamen-te, porque notiene el pesopoltico deCipriani. Talvez, no repre-sente el sentirde todos, peros el de la mayo-ra: no solo ha sidoelegido en un pro-ceso donde participanrepresentantes elegidospor todos los miembros dela Universidad, sino quedespus del fallo ha sidorespaldado por la fede-

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    Sistema de Inteligencia:de espas y chuponeos.

    En el ltimo gobierno, hemos sido testigos de variostipos de problemas de inteligencia como la venta deinformacin de la marina el 2007, el caso del espaAriza a fines del ao pasado y finalmente el caso deespionaje telefnico de Business Track, que quizs,es el ms grande que hemos vivido en los ltimostiempos. Todos estos casos ms all de opacar latrayectoria de la recientemente creada Direccin

    Nacional de Inteligencia, nos hacen preguntarnoscmo es que realmente est funcionando y qu es loque permite que casos como estos sigan pasando.

    Hagamos un poco de memoria. El Servicio deInteligencia (SIN) se cre el 27 de enero de 1960durante el gobierno de Manuel Prado para comple-mentar y coordinar los servicios y las escuelas de

    inteligencia del Ejrcito, de la Mariana de Guerra yla FAP que se haban creado unos aos atrs. Sinembargo, luego de que se conociera el accionar ilegalde esta entidad durante el gobierno de Fujimori, seplante una renovacin que se llev a cabo durante elgobierno de transicin del ex presidente Paniagua1.

    De esta manera, se cre el Consejo Nacional deinteligencia que se encarg de reemplazar al SINhasta comienzos del ltimo ao del gobierno delpresidente Toledo en el 2006, cuando se decidi crearla Direccin Nacional de Inteligencia (DINI), entidadque desde entonces se encarga de dirigir, coordinary centralizar la informacin que le proveen todos losrganos del Sistema de Inteligencia Nacional (SINA).

    A primera impresin, podramos pensar que losproblemas de inteligencia en nuestro pas se debena los mltiples cambios que ha habido en estaorganizacin. Y es cierto, sin embargo hay ms quedesenrollar en la madeja para darnos cuenta de lagravedad de los problemas de ventas de informacinque estamos viviendo.

    Falta de regulacin

    Segn el especialista en temas de Inteligencia, CiroAlegra, estamos en un momento de transicin, dondeel primer problema es que no se ha terminado deaplicar la Ley de Inteligencia, por ello, en la prcticahan continuado los percances. Segn el especialista,a pesar de que la ley es bastante buena, la implemen-tacin administrativa aun es deficiente y permite quese transgredan los derechos de las personas o que elservicio de inteligencia pierda a sus jefes.

    Segn la ley no se pueden planear y ejecutar ope -rativos sin aprobacin del Director de Inteligencia,en este caso el general Guevara, y al aprobarse eloperativo y el presupuesto, se tiene que abrir unproceso de evaluacin del mismo como en cualquiergestin administrativa. Adems, en la medida que losoperativos incluyen afectacin de derechos de laspersonas, requieren segn la ley la autorizacin deun vocal de la suprema especializada asegura.

    Procedimientos que hasta la fecha no se cumplendebido a que, aun no se establecen las normativas

    para la realizacin de cada operativo por el Directoriode Inteligencia. En los ltimos aos, segn Alegra,no se ha pedido ninguna autorizacin, a pesar de quese han venido realizando actividades de Inteligencia,negarlo, sera absurdo porque significara una negli-gencia de parte de la organizacin. Por ejemplo, nose podra desplegar Fuerzas Armadas al interior sininformacin de inteligencia, eso sera un incumpli-miento de la norma.

    Del mismo modo, Andrs Gmez de la Torre, exdirector de la Escuela de Inteligencia indica que hayproblemas en los marcos legales de la ley de seguri-dad privada. En este sentido, advierte que dicha leyno est reglamentada. Hay que trabajar mucho los

    marcos legales de prohibicin para que las empresasprivadas tengan lmites a ciertas actividades de inte-ligencia. Probablemente habr que sobre- penalizaralgunos delitos relacionados a estas actividades. Estoes importante porque la parte empresarial, que apa-rentemente hoy en da se ha expandido mucho, pro-mueven servicios de reglajes, sobretodo de correoselectrnicos como haca Business Track. Por ello, esnecesario regularlas jurdicamente enfatiza.

    Asimismo, Gmez de la Torre, advierte que hayun problema de presupuestos que no es culpadel gobierno sino, del techo presupuestario de laDireccin Nacional de Inteligencia que desde el ao2003 solo tiene un presupuesto de 40 a 42 millonesde soles al ao para hacer inteligencia interna, inteli-gencia exterior y contra inteligencia. El Ministerio delMedio Ambiente empez con 95 millones de solesaproximadamente, y nosotros solo tenemos 42

    millones de soles, con eso cunto puede alcanzar. Esrealmente poqusimo, porque uno tiene que financiaroperaciones, colaboradores y comprar equipos. Cnesa cantidad de dinero es poco lo que se puedehacer., indica.

    Polica al mando

    Pero, no todo es malo, a comienzos del 2009, elgnral. Danilo Guevara asumi el nombramiento dejefe de la Direccin de Inteligencia Nacional (DINI).Guevara que hasta antes de su designacin se habadesempeado como ex viceministro del Interior, dosaos atrs haba sido uno de los ms voceados juntocon el congresista Luis Posada para ocupar la carteradel Interior, trs la estrepitosa salida de Pilar Mazzettia comienzos del 2007.

    Dentro de sus principales y ms urgentes laboresse encontraban el desarrollo de nuevos reglamentossobre procedimientos logsticos en inteligencia ycomo seal Edmundo Cruz,2 reforzar la seguridadinterior debido a la ola de violencia desatada por elnarcotrfico. Y as lo hizo, el ex PNP se encarg dereclutar a ex miembros de la Policia Nacional en pues-tos claves y a colocar a hombres de confianza comoel socilogo Jaime Castro Contreras, subdirector dela DINI; el general PNP (r) Augusto lvarez Echaz,

    director de Informaciones; el coronel (r) PNP MauroCastaeda Prada, director de Contrainteligencia; y elgeneral (r) PNP Luis Vizcarra Girn, jefe del Gabinetede Asesores.

    En este sentido, Gmez de la Torre indica que esmuy positivo el hecho de que Guevara haya tradoms gente joven:Es importante el recambio gene-racional porque permite que haya un mejor anlisisestratgico, sobretodo porque ahora hay ms gentede ciencias sociales. Adems, hay un relanzamientode la Escuela de Inteligencia que ha permitido que semejore la capacitacin que por muchos aos estuvoparalizada. Entonces, digamos que se est dandomucho nfasis en lo que es capital humano.

    Los servicios de inteligencia son los encargados de hacer anlisis estratgicossobre aspectos importantes de inters nacional que permitan proteger los dere-chos fundamentales de las personas frente cualquier tipo de amenaza, imagna-te qu pasara si nuestro servicio de inteligencia no funcionara adecuadamenteo respondiera a intereses privados.

    TEXTO:CrisTinA

    GUzmn

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    No obstante, Alegra advierte que a pesar de que sehicieron buenas reformas, el hecho de que el directorde inteligencia sea por primera vez un polica ha pro-ducido resentimientos de una magnitud impresionanteen Ejrcito y la Marina. Despus de dcadas deinteligencia dirigida tcnicamente por marinos y mili-tares, el hecho de que toda la responsabilidad vayaa un polica y su equipo es un terremoto. Por eso, lasituacin es delicada, un servicio de inteligencia debefuncionar como una comunidad donde exista unaautntica cooperacin de parte de todas las agenciascompartimentadas. Sin una autentica cooperacin esmuy difcil que el director controle verdaderamentetodo.

    Por ello, segn Alegra el gnral. Guevara ha tenidoque hacer una muestra de fuerza. Hicieron reventarel seguimiento de un oficial que espiaba para Chile(Ariza) lo cual, es una falta contra todos los usosentre pases amigos. Los pases vecinos y extranjerossiempre han pagado a una serie de personas paraque hagan informes como parte de seguridad exteriory la publicacin estruendosa del espa pagado paradar informacin militar responde a levantar el lideraz-go del director de inteligencia, seala.

    Encaminados

    Si en algo coinciden los analistas es que defini-tivamente hay ms estabilidad en los cargos deInteligencia en este gobierno a comparacin delgobierno de Toledo. Segn Gmez de la Torre, lagestin que se est realizando es ms positiva por-que hemos tenido en este gobierno dos jefes de inte-ligencia como mximo. Si bien el presidente Toledoa mi parecer tuvo dos excelentes jefes de inteligencia

    Rospigliosi y Juan Velit, lamentablemente solo tuvie-ron seis meses. Y los resultados realmente se ven enpor lo menos dos aos. En este sentido, creo que elerror del presidente Toledo fue no haberlos dejadoms tiempo en el cargo.

    Asimismo, el ex director de la Escuela de Inteligenciaseala que de haberse quedado ms tiempoRospigliosi y Velit, posiblemente las cosas ahoraseran distintas. En este sentido, Alegra indica quelos cambios en la poca de Toledo hicieron quehubiese una descontinuidad terrible, incluso muchagente de transicin como el almirante Panizo tambinse pill los dedos porque cayeron en errores debido auna falta de normatividad.

    Con miras al 2011

    Si en cuanto a retos se refieren, aun nos queda ungran trecho por recorrer en temas legales y en la for-malizacin de la Direccin de Inteligencia, incluyendolos temas dentro de una poltica pblica de Inteligencia

    Nacional. Gmez de la Torre, en este sentido, sealala importancia de que los temas de Inteligencia empie-cen a incorporarse dentro del Acuerdo Nacional. Enel Acuerdo Nacional debe de tallar una poltica deEstado sobre Inteligencia Nacional para que haya undebate sobre las grandes polticas de forma pblica.Tambin los partidos deben de dar propuestas, sinembargo, en este sentido hay un dficit, seala.

    Adems, segn Alegra es necesario comenzar adisponer la agenda de objetivos nacionales de acuer-do a las necesidades de nuestros propios interesesa nivel nacional y no solo de objetivos de sistemasextranjeros que gracias a la globalizacin, cada datienen ms injerencia en nuestro pas. Se necesita

    recuperar una proyeccin global de nuestros intere-ses, cosa que solo se propone Brasil y Chile, quienesse han encargado de crear nuevos campos de accinen la regin, en funcin de sus intereses indica elespecialista.

    Finalmente, Gmez de la Torre advierte la impor-tancia de promover la continuidad de los serviciosde Inteligencia para que la gente especializada enestos temas no est tan dispersa y se dedique a tra-bajar para su pas y no para intereses empresarialescomo ocurri con Ponce Feij y Tomasio. Yo veocon mucha preocupacin el tema de Business Track

    (BTR) porque hoy da tiene unas aristas que uno nosabe cmo va a terminar. Si queremos perseguir estetipo de inteligencias empresariales, debemos de tenerun equipo de inteligencia fuerte y con presupuesto, senecesita un personal bien pagado en los servicios.n

    1 Jos Manuel Ugarte. Hacia dnde se dirige la actividad de

    Inteligencia latinoamericana? Un examen a travs de la legis-lacin. Sistemas de Inteligencia Comparados: Aportes al casoperuano.2 Edmundo Cruz. Un polica comandar la DINI. La Repblica.Vie, 27/02/2009

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    TEXTO:EmiLy

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    DE

    fOTOGrAfA

    La ley SB1070, conocida como la ley de Arizona, que cri-minaliza la inmigracin ilegal se aprob el 13 de abril deeste ao y gener un intenso debate en Estados Unidos yen Latinoamrica. El antroplogo Telo Altamirano, profe-sor de la Ponticia Universidad Catlica del Per, profesorinvestigador visitante en universidades estadounidensesy miembro de LASA (Asociacin de Estudios Latinoame-ricanos) y AAA (Asociacin Americana de Antropologa),informa acerca de la inmigracin ilegal en EEUU a travsde esta entrevista.

    Conoce cifras conables sobre los inmigrantes pe -ruanos que viven en EEUU? De esta cifra, cul es elporcentaje aproximado de ilegales?

    T.A: Debe estar en un poco ms de un milln, no ms allde un milln 200 mil. Siempre hay un margen, porque esmuy difcil tener una contabilidad exacta: un 50 por ciento

    de los peruanos est en situacin irregular o en proceso deregularizacin. Nadie tiene las cifras exactas.

    Cundo emigr la mayora de estos peruanos y porqu?

    T.A: A partir de 1980. Dos de las razones ms importantesfueron la enorme crisis econmica que experimentamos apartir de 1980 y ms a partir del 1985, y la violencia polti-ca. Pero no son los nicos, pues ya haba una poblacinde 500 mil peruanos en EEUU. Disminuy en los aos1995, 1996 y 1997 cuando la violencia poltica disminuytambin y la economa entr en una situacin de estabili-dad. Luego, inmediatamente a partir de 1997 y 1998, em-

    pez nuevamente la subida de la emigracin. A partir delao 2000 a 2005, en el periodo de Toledo, se fue la terceraparte de los peruanos al exterior, es decir un milln aproxi-madamente, y a EEUU se fue la tercera parte.

    Cul es el enfoque de los intelectuales o profesoresen universidades estadounidenses acerca de la inmi-gracin ilegal?

    T.A: En los centros de estudios latinoamericanos y del Ca-ribe, las discusiones se centran fundamentalmente en lanaturaleza de la migracin y dentro de esto, se incorpora ala poblacin irregular. Hay un implcito apoyo a esta pobla-cin, porque se entiende que las razones de la migracinson las disparidades econmicas, la transicin demogr-ca, la unin familiar, el sueo americano que de algunamanera empuja a la gente a buscar mejores horizontes,especialmente a la clase trabajadora. En estos ltimos 20

    aos, la migracin es fundamentalmente de trabajadoresmanuales, tanto de hombres como de mujeres. Por su-puesto, que la clase media, media-alta y alta sigue tam-bin emigrando por razones educativas o de contactos detrabajo. Las condiciones de ellas son distintas.

    Cmo es el debate en estas universidades entre lasdiferentes posturas sobre el racismo y la exclusin delos inmigrantes de origen latinoamericano?

    T.A: Especialmente en universidades nacionales, es untema permanente. Las posturas siempre son de apoyo, losconservadores se callan. En general, los debates siempreson a favor de los inmigrantes. Quiz en las facultades dederecho, que son las ms conservadoras, piensan que

    La batalla de Arizona

    inmigrante es la persona que irrumpe en la legalidad ydesafa al Gobierno; son los argumentos que aparecendetrs de la ley de Arizona, de los blancos de derechaconservadores. Ellos diran que es como si tu invitaras aalguien a tu casa y se quedara a vivir para siempre con sufamilia, y cuando les dices que se vayan, no se van.

    Sin embargo, no es tan simple.

    T.A: Pero eso es lo que dicen y para ellos es un argu-mento muy fuerte. Ellos consideran su pas como su casa.Esta reaccin es principalmente contra los latinos, funda-mentalmente mexicanos. La poblacin mexicana forma el65 por ciento de la poblacin latina. Ellos son trabajadoresagrcolas, de campo, de sectores rurales. Muchos de ellosapenas han terminado la educacin primaria.

    Entonces esta ley de Arizona, es una cuestin racialo legal?

    T.A: El debate es eso. En trminos legales, ellos tienen elderecho de elaborar sus propias leyes, como estados queincluso el gobierno federal no puede inuenciar. BarackObama est gritando a todos los vientos. Sin embargo, losestados estn facultados, cada uno tiene su parlamento,su gobernador. Entonces las autoridades dicen: tenemosque controlar la poblacin que viene en trminos de tra-bajo, de educacin, utilizan mucho los servicios, sus hijosya son norteamericanos. Ah los inmigrantes respondenque cmo es posible que su hijo, que ya es americano, se

    separe de ellos. Las autoridades dicen, entonces, que selleven a sus hijos.

    La batalla no es fcil. Hay una parte legal en la cual ellostienen el derecho de normar, y hay una parte humanitaria.La parte humanitaria es que estos inmigrantes son traba- jadores, tienen derechos, contribuyen a la economa delpas. Ambas partes estn en colisin.

    Qu opina al respecto?

    T.A: En este debate, hay ms responsables. Qu hacenuestro gobierno?, qu hace Felipe Caldern para quesu poblacin no se escape y vea a Estados Unidos comosu destino nal? Nunca se dice eso. Nunca dicen que nohan creado las condiciones para que ellos puedan ver supropio desarrollo y el de su familia en sus pases. Ellos

    piensan que es mejor que se vayan y que manden re-mesas. Son 65 mil millones de dlares que entran comoremesas a Latinoamrica.

    Qu cree que pasar con esta ley?

    T.A: Un aspecto positivo que ha causado esta ley, quetodava no est implementada, es que ha despertadoaquello que estaba sumergido, dormido. El problema dela migracin ahora se debate, se pone en la agenda pol-tica. No creo que este ao suceda algo, sino el prximo.Recordemos que la ltima ley en EEUU se dio en 1989,que regulariz a los ilegales.n

    El profesor Tefilo Altamirano esla persona que ms ha estudiadoel tema de la migracin del Pera los Estados Unidos.

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    fOTO:PUnTO

    EDU

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    imGEnEs:PErfiL

    DE

    TWiTTEr

    DEE.y.(izQUiErDA)/WWW.ELmUnDO.Es(DErECHA)

    TEXTO:CArOLinA

    CiUrLizzA/fOTO:WWW.imAGEsHACK.Us

    Son reporteras del conicto, corresponsales, periodis-tas de guerra, o como se las quiera llamar.

    Era un martes de febrero en la ciudad de Bogot, elclima era clido y an no era poca de lluvias. Mar-caban las once de la maana y tena dos horas para

    llegar desde Chapinero Alto hasta el Diario el Tiempo.Era un bloque grande plomo que ocupaba casi unacuadra. Despus de atravesar muchas puertas llegual hall principal del Diario; cuadros de Botero adorna-ban las paredes. En el enorme segundo piso estabanlas redacciones integradas de El Tiempo, Hoy, ADNy Portafolio, adems de la revista Cambio, tres edi-ciones digitales y una cadena local de televisin City.tv. Era impresionante. La posibilidad de perderse eramuy grande.

    De pronto, sali de su escritorio Elizabeth Yarce, re-dactora paisa de la recin desaparecida Revista Cam-bio; se dio cuenta de mi caminar perdido, me saludmuy contenta y me present a diversos periodistas.

    Yarce tiene 30 aos y ha ganado varios premios deperiodismo. Cuando trabajaba como corresponsal deEl Espectador fue testigo de masacres en la poca delparamilitarismo en Antioquia. Luego, para El Colom-biano, cubriendo la misma fuente, reporte temas deguerra urbana de la comuna 13 de Medelln. Aquel

    da de la entrevista, Elizabeth todava escriba para larevista Cambio, incmoda para el gobierno y prescin-dible para El Grupo Planeta.Una de las periodistas que Elizabeth me presentfue Yineth Bedoya, conocida periodista por su traba-jo con fuentes militares, en las zonas no liberadas delas FARC y mediticamente conocida por un terriblecaptulo de su vida en el que en plena comisin perio-dstica fue vctima de secuestro, tortura y violacin porlos paramilitares.As, Elizabeth Yarce (E.Y), Yineth Bedoya (Y.B) y yonos sentamos en una de las mesas de la cafetera deldiario para empezar la entrevista. Alrededor de noso-

    En Colombia no sedecide cubrir confictos

    Con zapatillas o con botas pantaneras enfrentan los peligrosos cami-nos de las comunas en Medelln, el Valle del Cauca, El Meta, El Chocy hasta las propias calles de Bogot. Reportean sin miedo una guerracasi eterna, han visto la muerte sin rostro y escriben el odio y la espe-ranza con una misma pluma. Dos mujeres que reconstruyen la memoriapara algn da titular la paz.

    tras, periodistas colombianos se movan de un lado aotro, era ciertamente inquietante. Sin embargo, estarcon dos excelentes reporteras mantuvo mi concen-tracin solo en sus ojos y en sus historias. Prend migrabadora, esto fue lo que registr.

    Por qu estudiaste periodismo?

    E.Y: Porque quera conocer un poco ms lo que era mipas, esa fue la motivacin. Ms all de lo que pasaba,me interesaba el detrs de cada hecho que ocurra.Quera saber qu situaciones han llevado a un pas aestar en el momento en que se encuentran. Por otrolado, mi gran pasin era escribir, ms que la televisino la radio.

    Y.B: Me gustaba mucho escribir y en el colegio me fuebien haciendo ensayos. Tanto as, que mi profesorade losofa me dijo que ojal pudiera canalizar eso dealguna manera. Siempre buscaba historias para losensayos, y cuando comenc a mirar cul era la for-ma de canalizar, me di cuenta que era el periodismo,arranqu y aqu estamos.Cmo te decidiste a cubrir el conicto?

    E.Y: En Colombia, los periodistas no se deciden acubrir conictos, sino que la realidad te llama. Estan-do en Medelln, en Choco, la zona de Urab que sonzonas peligrosas la situacin nos exige estar ah. Yoempec como corresponsal en el espectador en 1997y me toc el gran desplazamiento masivo.

    Cul ha sido la situacin ms extrema que hasvivido siendo corresponsal de guerra?

    E.Y: Es muy difcil mencionar cul ha sido peor por-que despus de 15 aos de estar cubriendo conictosmuchos han marcado mi trabajo periodstico. Ver decerca a las vctimas del terrorismo, cubrir el secuestroy las masacres son experiencias todas traumticas. Am me toc cubrir cuando fueron quemadas 78 perso-nas en el pueblo de Antioquia y tambin el conicto deBoyac en octubre 1998.

    Y.B: Cuando yo trabajaba en El Espectador, cubra or-den pblico e hice una denuncia de trco de fusilesque haba dentro de la crcel El Modelo en Bogot,que es la crcel ms peligrosa del mundo. F ui a cubriry a raz de eso me secuestraron, me torturaron y meviolaron.

    El cubrir hechos de guerra te vuelve ms fro,ms duro?

    E.Y: No. Si uno fuera a medir que volverse desalma-da es no llorar despus de cada masacre, yo no llorocasi, pero pienso que no me ha desalmado el conic-to, por el contrario, me ha dado ms alma y corazn.Es dar voz a los que sufren en esta guerra, esas sonlas dimensiones del periodismo que busco.

    Y.B: S, en mi caso yo me volv muy dura y los mismoscolegas se lo dicen a uno, yo soy muy dura y no so-lamente por cubrir el conicto, sino por lo que me hapasado, porque cuando tienes la muerte en frente yte salvas de milagro, las decisiones se reducen a vivirel da a da y no me puedo bajar o caer ante nada.Obviamente, a m me desbarata cualquier situacin, yeso ayuda. Poder trasmitir ese sentimiento, esa sen-sibilidad.

    Las valientes periodistas Elizabeth Yarce y Yineth Bedoya estndecididas a informar sobre la guerra en su pas a costa de sus

    propias vidas.

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    Yineth Bedoya no tiene miedo de hablar: La periodista fue vctimade secuestro, tortura y violacin por los paramilitares.

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    Tu mirada como periodista y como vctima es distintaentonces.

    Y.B: Completamente. Hace cuatro meses bombar-dearon un campamento en la Selva del Meta, cuandollegamos yo fui la nica periodista que pudo entrar.Los militares me llevaron porque queran contar lo ex-traordinario que haba sido el bombardeo ya que semat a tres jefes guerrilleros importantes. Cuando lle-gamos todava los pedazos de los guerrilleros estabanpegados en los rboles, bamos caminando y veamospedazos de gente. Incluso, lo que ms me conmovifue cuando llegamos al alojamiento de las mujeres yme conmovi ver los cuerpos, las colitas con las queuno se agarra el cabello estaban regadas, y tambinlas toallas higinicas. En mi crnica lo escrib as,como una escena salida de una pelcula de Vietnam.Y me preguntaba quines seran estas mujeres, sieran guerrilleras podan haber matado, pero eran se-res humanos que estaban despedazados. Cuando sees vctima, uno aprende a ver las cosas de otro modo,independiente de si tiene el uniforme o no.

    Qu misin cumple el periodismo en una guerracontra el Estado, toma alguna posicin?

    E.Y: Es que el periodismo siempre toma una posicin,nosotros no somos neutrales, la misin es mostrar lacrueldad de esta guerra, uno tiene que asumir una po-sicin. En mi caso mi trabajo es estar de lado de laspersonas que no tienen voz.

    Y qu pasa cuando los periodistas utilizan los recur-sos del Estado, como por ejemplo, tienes que llegara la zona del conicto y el nico modo es utilizandoun helicptero del Estado indirectamente no ests

    tomando postura por una de las partes del conicto?

    E.Y: En eso uno no puede mirar en blanco y negro:si utilizara esos medios para mostrar una historia deconfrontacin, un grupo armado rodeando a una co-munidad, o como estn sembrando minas, pues pien-so que es necesario hacerlo. El tema est en cmo t despus manejas la informacin.

    Se habla mucho del periodismo responsable,cul es el lmite para que no sea autocensura?

    Y.B: Es difcil responderte, porque yo nunca me heautocensurado, entre ms te calles, ms complicadoes. Una noticia siempre tiene un efecto, sea bueno omalo, siempre va a afectar a alguien, cada publicacines un lo. Si t dices que no vas a publicar, porque leva a afectar a alguien, pues simplemente es mejor noser periodista. Por ejemplo, yo s que cuando publica-mos lo de los falsos positivos los 48 militares todavano estaban denunciados penalmente pero sabemosque hemos afectado a 48 familias con dicha publica-cin. Sin embargo, toca denunciarlos. En ese sentido,yo pienso que los periodistas en Colombia han arries-gado mucho y son muy valientes.

    Entonces si hay objetividad periodstica en la guerra

    Y.B: Es muy difcil hablarte de objetividad cuando veslos muertos. Se habla de objetividad cuando estsdetrs de un escritorio, pues es muy fcil sentarse adivagar. Pero cuando has vivido en medio de la gue-rra, cuando has respirado y has sentido a qu sabe laguerra, pues es muy difcil porque t hablas de lo queests viviendo.

    Y a qu sabe la guerra en Colombia?

    Y.B: Sabe a dolor, sabe a desgracia, llanto, a despla-zamiento, a dejar la vida botada, a tener que aban-donarlo todo. Adems cuando tienes oportunidad devivir con los diferentes actores de la violencia te dascuenta que cada quin tiene su drama. Yo no puedosalir a defender a los grupos armados, porque le hanhecho mucho mal a este pas pero qu historias ha-br detrs de esa gente, de las circunstancias que losllev a esa situacin. Y adems hay algo que no mecanso de repetir que es que cuando t miras la guerrate das cuenta que ese guerrillero y ese soldado son lomismo, son iguales. Vienen de los mismos lugares yse estn matando entre ellos, eso es lo ms triste de

    la guerra.Cmo ven a los jvenes periodistas de Colom-bia?

    Y.B: Yo soy profesora de periodismo de la javeriana,la mayora de ellos van detrs de una fantasa que esllegar a la televisin, poder estar en la revista o poderllegar a El Tiempo, pero yo no siento que estudian pe-riodismo porque quieren defender una causa social ocontar historias. El nivel del estudiante es muy bajo,

    encuentras gente muy mediocre. Todos tienen la ideade que van a hacer estrellas.E.Y: Los periodistas tienen que ser buenas personasy tiene que entender el pas, los practicantes no cono-cen el pas, ellos llegan creyendo que lo que est pa-sando ahora no tiene antecedentes histricos, tienenque entender que el pas no empieza con uno.

    Lo ideal de un periodista es tener las agallas dearriesgar su vida?

    Y.B: No creo yo sea la mejor persona para contestarteesto, porque yo te hablo desde mi experiencia y mu-chas veces lo que yo digo los dems lo calican delocura. Es ms, yo te puedo confesar algo: yo no me

    quiero morir de un cncer o de un infarto, yo me quie-ro morir en un helicptero haciendo lo que me gustahacer que es trabajo de campo, eso creo que cerrarami ciclo vital de la mejor manera. Yo vivo por eso, esaes mi vida, y he sacricado muchas cosas de mi vidapersonal por eso. Me apart de mi familia, no tuve hi-jos, porque creo que hago un buen trabajo contandohistorias. As no escriba la gran maravilla, tengo laoportunidad de estar all donde no hay nadie ms ycontar lo que nadie ms va a contar. Por eso, vale lapena dar la vida, creo yo. n

    fOTO

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    ACOsTA-ArCHiVO

    AfP

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    1819Sin academia,

    a puo limpio

    TEXTOs:JOnATHAn

    DiEz

    El colegio terminaba y el futuro era incierto.Levantarse temprano, el colegio militar, los libros, el

    piano Valdra la pena? Valdra la pena arries-garse y confesarles a mis padres que no quera ir ala universidad, ni mucho menos estudiar, sino soloescribir en un rincn de la casa y viajar a las monta-as latinoamericanas? Me pongo la camisa blanca,lustro los zapatos negros, impecables, camino unacuadra, llego a la esquina, estiro mi brazo, el autobsse detiene. Subo, me siento, saco un libro, empiezoa leer.

    El ruido fastidia. No quiero salir de casa. Mis padresse preocupan. Dicen que necesito tratamiento psi-

    colgico. No les digo nada, prefiero leer. Abren la puerta de mi cuarto. Pasan. Apago el televisor,me sorprendo, los miro, me observan con pena ydistancia. Lo primero que escucho de sus labios:universidad. Lo segundo: futuro. Lo tercero: dinero.No quiero decepcionarlos, no s qu decirles, estoyaqu, sentado, frente a ustedes, eso es lo nico delo que estoy seguro, padres. Nada sobre ayer, nadasobre maana.

    Se van. Hijo, te dejamos unos folletos sobre elescritorio. Academias preuniversitarias, universida-des del medio, una gama de carreras atrapadas en

    coloridas publicidades. Abro uno de ellos, literatura,s, quiero estudiar literatura. Padres, quiero estudiarliteratura. La mejor academia del medio, la mejoruniversidad: el futuro asegurado?

    El saln rebosa de alumnos, no hablan: gritan, ren,se manotean, se bromean. Me asusto. A mi lado,dos personas, sin distancia, mi brazo derecho c ontrael izquierdo de la mujer de ojos claros, una carpe-ta horizontal, sin respaldar, incgnitos, inconexos,sepulcrales. Los miro de reojo, entra un profesor

    pequeo y gordo, nos da una separata. Geometra:no entiendo nada.

    Seis meses despus, el primer examen, el primertrauma, la universidad Catlica como mejor opcin.

    Cientos de personas en la avenida Universitaria,bombos, platillos, barras semejantes a las de ftbol,trnsito estridente. Bajo del auto de pap, mam mebesa, el lpiz que iba en mi mano derecha se cae,

    lo recojo, no tiene punta, busco a una vendedoraambulante de tiles, le compro cuatro lpices, por sise da el caso, no vaya a ser que no ingrese.

    Siete horas de angustiante espera, los resultados,la computadora, la decepcin de mis padres, losmeses en la academia, el tiempo perdido. El relojsobre el monitor, burlndose de mi candidez. Pensque ingresara, pens que sera fcil. Es solo unadecisin, me deca, me repeta incesantemente queingresar a la universidad no era lo que buscaba,

    no, no lo era. Mis padres me abrazan, percibo suoptimismo, desaforado e insignificante. Cojo un libro,empiezo a leer.

    Postul tres veces ms y no ingres. Un ao ms enla academia tuvo que pasar para darme cuenta deque la universidad es solo un camino de los tantosque te presenta el destino, que la suerte no puededepender de un examen, que la vida no puede des-

    perdiciarse en aulas a las que no perteneces. Perono, cada uno de los exmenes me arrancaba un

    pedazo de vida sin vivir.

    Pese a la desolacin, decid postular una vez ms.Un sentimiento extrao de deuda hacia mis padresme persuadi. Esta vez sin academia, a puo limpio.

    Empec a trabajar, a vivir, a escribir una novelaque termin deschando en un cubo de basura. Unaorqudea, una mujer, una aventura, un amanecer:el precio incomparable de vivir frente a la figuraimponente de la universidad. El objetivo era claro: nodecepcionar a mis viejos, que viejos parecan estar.

    En ese intento, ingres. Una rara satisfaccin reco-rra mi cuerpo mientras mis padres me abrazaban yme cortaban el cabello. Esto es por ustedes, viejos,

    los vea felices, sentados, abrazados: nada se lograsin una dosis de esfuerzo.

    Hoy, al escribir estas lneas, pienso en qu habra pasado si no hubiera ingresado a la universidad.Los pasillos, la vida acadmica, el conocimiento, el

    silencio verde de la Catlica, los amigos, los profeso-res, los escritores, Borges, el inacabable Borges, loslibros, los cafs, los cigarrillos, la apertura al mundo:no criticar lo desconocido. n

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    Qu pasa? (What is happening?). Seacual sea el mensaje que responda

    a estas interrogantes, cada unade las personas que sigue a un

    usuario en Twitter (followers)podr leer sus actualizacio-nes. Por ello, con el tiempo,Twitter se fue convirtiendoms en un medio de pro-

    pagacin de mensajes einformaciones: noticiasvistas o vividas por elusuario, comentarios u

    opiniones de las mismas,

    temas que le generen entusiasmo, inters o incomo-didad y alguna que otrapepa informativa. Es en esteescenario donde decidieron entrar los medios perio-dsticos: poderosos y prestigiosos diarios y cadenasde televisin, as como agencias de noticias y revistasde reconocida trayectoria no dudaron en abrir suspropias cuentas y empezar a twittear. Tampocofueron pocas las autoridades y entida-des que se animaron a abrir cuentasen Twitter, adems de polticos, acti-vistas, cantantes, actores y personajesde la industria del entretenimiento, ascomo diversas empresas e incluso orga-nismos pblicos. As las cosas, noqueda duda de que Twitter se haconstituido como una importanteplataforma de informacin donde

    aquello publicado por algn usuario puede dispararsey llegar a alcanzar niveles superiores. Por citar uncaso, el mensaje (tweet) que envi Ricky Martiny que slo contena la frase Mi vida y un link quellevaba al mensaje donde expresaba abiertamentesu homosexualidad, alcanz un rebote inmediato enmedios de comunicacin a nivel mundial. Un caso dis-tinto, pero que prueba igualmente la fuerte influenciade Twitter, fue el terremoto de Chile, pues fue el mediodonde se comunicaron los damnificados informandosobre las zonas afectadas, sus necesidades, losnombres de familiares desaparecidos, rplicas en elterreno y otras informaciones que eran transmitidaspor los medios en tiempo real. Esto fue posible por la

    T

    EXTOs:LOUrDEs

    mOCHizUKi

    Sgueme enTwitter...pata

    Es un hecho que todos hemos escuchado hablar deTwitter, la web que viene imponindose en cuanto aredes sociales se refiere, y aquella que parece ser lanueva fiebre que ha atacado a adolescentes, periodis-

    tas, polticos y estrellas de Hollywood por igual. Pero,de qu se trata realmente este nuevo fenmeno ypor qu parece tan atractivo? Ser una moda pasa-jera o es que puede sernos til de alguna manera?Algunos deben ya haberlo probado, pensando queera similar a la popular red social Facebook. Sinembargo, se encontraron con que si bien podan tenercontactos en su lista, no podan compartir con ellosms informacin que mensajes de 140 caracteres yalgunas fotos que se poda suban al site. Muchos deellos, tal vez terminaron extraando los juegos o apli-caciones que les ofreca (Crazy Combi, La Galletade la suerte) y regresaron a sus brazos. Otros, sinembargo, decidieron explorar este novedoso portal y

    es ms que seguro que terminaron fascinados antelas posibilidades que les ofreca y que actualizan oque twittean religiosamente, varias veces al da. Sieres de aquellos que an desconfan o desconocen

    las oportunidades que te puede ofrecer esta, cada vezms apabullante, red de microblogging, ests a puntode sumergirte en el torrente de Twitter.Cuando Twitter sali del huevo

    Twitter ms que una red social es, segn las propiaspalabras del creador de la firma, Jack Dorsey, unaherramienta de comunicacin accesible y porttil.Naci como una plataforma que servira para queamigos y familiares se mantengan en contacto y estnal tanto de sus actividades diarias, pero esta funcinha crecido y se ha transformado. La pregunta quevean al entrar a su cuenta era Qu haces? (Whatare you doing?) cambi, en noviembre del 2009, por

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    Enero, febrero y marzo fueron tres meses emocionan-tes para Claudia Llosa, Javier Fuentes-Len, HctorGlvez y Mauricio Franco Tosso. Cuntos de estosnombres te suenan conocidos? Uno, dos? Son pe-ruanos que, lejos de su patria, han llevado su trabajocinematogrco a diversos festivales y premiacionesrepresentando al Per. No ha sido fcil, ya que llegara las mecas del cine comercial e independiente es untrabajo conjunto y de largo trecho. Aparte del recono-

    cimiento simblico que representa una nominacin alOscar, qu efectos tangibles tiene un reconocimientoas sobre el cine peruano? Basta con una pelculaperuana ganadora de un World Cinema AudienceAward para tener verdaderamente una saludable in-dustria cinematogrca?

    El cine comenz como un experimento rudimentariode querer captar imgenes en movimiento en el sigloXIX. Fue evolucionando hasta convertirse en un nego-cio rentable por la fascinacin que causaba en los es-pectadores. La experiencia esttica de ver parte de lavida real o mundos imaginarios representados en unapantalla no ha dejado de sorprendernos hasta hoy.

    En el Per, las proyecciones cinematogrcas llega -ron en el primer cuarto del siglo XX. Mientras en Es-tados Unidos an no vea venir los efectos de la GranDepresin, los ms poderosos de la industria cinema-togrca se reunieron en el Ambassador Hotel, lugarpreferido de los productores y estrellas de Hollywood.Era el ao 1927, y fue el comienzo de un largo cami-no hasta lo que se conoce hoy como The Academy ofMotion Picture Arts and Sciences. Inicialmente, la Aca-

    demia fue una asociacin de adinerados productoresy actores cuya intencin fue crear una organizacinque beneciara a toda la industria cinematogrca.Las primeras dos premiaciones se hicieron sin nin-gn reportero presente, ya que los ganadores de lospremios saban con anticipacin lo que recibiran. En1930, se les ocurri la genial idea de mantener los ga-nadores en secreto, lo que t rajo consigo una coberturameditica sin precedentes.

    El acontecer de la industria cinematogrca pas aser protagonista en la cobertura noticiosa de los me-dios de comunicacin masiva.

    Cine peruano: tancerca, tan lejos

    TEXTOs:KArinA

    mOnTOyA/fOTO:PUnTO

    EDU

    Es curioso cmo durante el periodo 1927 -1935, elpersonal de la Academia fue incrementndose. Estogener constantes mudanzas y renovaciones de equi-pos de proyeccin. Mientras la gran crisis econmicaan imperaba en EE.UU., la industria cinematogrcacontinu creciendo. Ser que el nico confort de lagente era ir al cine? No sera menos cierto que hasta

    ahora podramos considerarlo as. La gran asistenciadel pblico a las salas de cine y la expectativa creadaalrededor de los actores y actrices incrementaron elnmero de interesados en formar parte de esta Aca-demia, y fueron los aportes de stos miembros los quela sacaron adelante.

    El nombre de Oscar en lugar del Academy Award co-menz a usarse por la misma Academia a partir de1939, pero el origen de este uso no queda muy claro.Es probable que el uso de Oscar se haya hecho popu-lar por iniciativa de Sidney Skolsky, una periodista quellam Oscar al premio que recibiera Katherine Hep-burn como Mejor Actriz. El gran uso meditico de estenombre hizo imposible que se deshicieran de l.

    Al otro lado del globo

    Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Est ados Uni-dos se haba convertido en el gran monopolio de laindustria cinematogrca. Todos los actores de paseuropeos queran consagrar sus carreras en Hollywo-od y gran parte del monopolio era compartido entre

    EE.UU. y el Reino Unido. Sin embargo, los francesesfueron los primeros en tomar la iniciativa de entrar ala competencia de la industria del cine. El Festival deCannes, en Francia, fue una forma de celebrar nuevaspelculas, actores y productores de la industria cine-matogrca europea. De hecho, se pretendi inaugu-rar este festival en 1939, pero los rezagos de la Guerraobligaron a que el evento se pospusiera hasta 1946.Un ao despus, Reino Unido ingresa al mercado delos premios con la British Academy of Film Televisionand Arts, conocida ahora como BAFTA. A mediadosdel siglo XX, el escenario de la industria cinematogr-ca nos muestra a todas las potencias econmicas enuna competencia que contina hasta la fecha.n

    Claudia Llosa, acompaada por el director de teatro Luis Peirano,es la cineasta peruana joven ms exitosa gracias a la creacin deun universo lleno de smbolos que aluden a la violencia interna en

    nuestro pas.

    El cine es arte e industria, talento y mucho dinero. No es fcil hacerlo enun pis como el Per, pero los recientes xitos de Javier Fuentes, HctorGlvez y Mauricio Franco Tosso permiten hablar de un crecimiento del

    cine peruano.

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    de Cine de Berln (Berlinale). Este ltimo f ue el encar-gado de llevar a Claudia Llosa hasta la posicin enla que se encuentra hoy: gran representante del cineperuano. Pero, es la nica?

    Los festivales y premiaciones de cine celebran dife-rentes aspectos de realizacin audiovisual, no vienencon ningn incentivo econmico y su relevancia varasegn el pas en el que se realice. Por qu es tangrande el deseo de llegar a ser reconocido por uno destos? En primer lugar, la realizacin cinematogrca,aparte de dar un aporte de experiencias estticas querenuevan los paradigmas de apreciacin audiovisual,es tambin un negocio. Ser peruano, sin industria ci-nematogrca estable (o siquiera promovida) por elEstado, estudiar cine y unirse a productoras interna-cionales para narrar historias inspiradas en esta so-ciedad es un riesgo asumido slo por valientes. Ga-nar un premio internacional es bueno para el negocio

    de cualquier cineasta. Pensar, como el Presidente,que es la hora del Per en el mundo, porque estosvalientes fueron galardonados a nivel internacionalciertamente eleva la autoestima, pero en trminos demarcar una nueva etapa para el cine peruano signi-ca muy poco.

    Otros ejemplos exitosos son Javier Fuentes-Len yHctor Glvez directores de Contracorriente y Pa-raso, respectivamente, peruanos que forjaron suscarreras gracias al apoyo y oportunidades que recibie-ron en otros pases. El primero fue ganador del WorldCinema Audience Award del Sundance Festival quese realiz en enero, en Utah, y su pelcula recin serestrenada en Lima, en agosto. El segundo fue nomi-nado en el Festival de Cine de Venecia en el 2009, y

    en marzo de este ao particip en el Miami Internatio-nal Film Festival. Javier Fuentes-Len es ciudadanoamericano y dirigi Contracorriente con la ayuda deproductoras en Colombia, Francia y Alemania; la va-liente productora peruana que estuvo a su lado fueELCALVO FILMS. Hctor Glvez, codirector del do-cumental Lucanamarca, logr realizar su pelcula conla ayuda de productoras en Espaa y Alemania. Porltimo, el peruano Mauricio Franco Tosso fue el niconominado latinoamericano en el Berlinale Short FilmFestival, con El segundo amanecer de la ceguera,aunque no se llev el premio. Muy inteligente l, segradu en Periodismo en Lima e hizo un postgrado enEspaa, donde reside y trabaja actualmente.

    Una verdadera presencia del cine peruano no deberacalar solamente en el reconocimiento internacional,sino en la misma sociedad peruana y no slo en losmedios. Con el corazn en la mano: cuntos perua-

    nos somos realmente conscientes de la existenciade tan talentosos directores y guionistas?, cuntosperuanos hemos visto realmente La teta asustada yla hemos entendido a cabalidad?, cunto tendremosque esperar para que el reconocimiento simblico noquede solo en orgullo y palabreo presidencial sino quese materialice en otras formas de promocin apartedel CONACINE? Citando al veterano cineasta RoblesGodoy peruano nacido en New York: Esto es elcomienzo de la lucha, no el n de la lucha. Lamentoinformarle, seor presidente Garca, que an no debesentirse tan satisfecho. El cine peruano se encuentraen un camino paradjico: cerca de un mundo exci-tante y lleno de parafernalia como lo es Hollywood yEuropa, pero lejos de los peruanos, los verdaderosprotagonistas del xito de su historia.n

    Uno se preguntar, entre tanta alza de combustibles,desempleo y escasez, cmo es que los festivales ylas premiaciones de cine llegan a ganar terreno inme-diatamente despus de la Segunda Guerra Mundial?Las pelculas comenzaron a ocupar un lugar especialen las costumbres de los europeos luego de la Segun-da Guerra Mundial, debido a la falta de empleo y elbajsimo costo de una entrada de cine. Con solo decirque segn cifras que aparecen en la pgina ocial dela BAFTA, la asistencia al cine britnico se dispar a1,635 millones entre las 4,710 salas de cine existentesdurante los aos 40. De hecho, hay un matiz particularen los premios de la BAFTA, ya que estos consideranla expansin de la televisin como un elemento im-portante en el arte audiovisual, y pretenden reconocertambin ese esfuerzo.

    La particularidad de esta British Academy, a diferenciade la Academia del Oscar, es que tuvo una relacin

    muy estrecha con el Estado: en el ao 1970, la Rei-na don joyas familiares que ayudaron a la BAFTA acambiar de locacin a una sede mucho ms grandeen Londres. Los intentos del Gobierno Britnico porreivindicar una industria sin monopolio que ya erabastante grave gracias a J. Arthur Rank ya tenanun gran antecedente: en agosto de 1947 se impusoun impuesto de 75% de valor agregado a todas laspelculas norteamericanas importadas a partir de esafecha, lo que provoc que Estados Unidos rechazaraenviar cualquier pelcula a Reino Unido. Esto es lo quese llama apoyo proteccionista a la industria audiovi-sual, sin miedo a nada.

    Los que entraron un poco tarde al concurso de gre-mios-no-lucrativos-que-premian-pelculas fue la Aca-demia de los Csar. Conocida en su pas de origencomo LAcadmie des Arts et Techniques du Cinma,fue fundada en 1974 en Francia como un remedo dela Academy of Motion Picture Arts and Sciences. Suobjetivo principal un poco ms nacionalista esreunir a todos los profesionales franceses deseososde celebrar y promover la pasin y el compromiso deaquellos y aquellas que cree en la magia del cine. Enfebrero se llev a cabo la 35 Ceremonia de los Csar,donde la gran ganadora fue Un prophte, que a la vezfue la perdedora del premio a Mejor Pelcula Extranje-ra de los Oscar en marzo. Poco a poco, el Csar deLAcadmie se fue conformando como la equivalenciafrancesa del Oscar norteamericano. En palabras deGeorges Cravenne, fundador de este gigante de la in-dustria cinematogrca francesa, se hace una diverti-da comparacin: Oscar, Csar, cinco letras que riman

    a tal punto que el nacimiento del segundo se habahecho obvio para el ms grande bien de la promocindel cine, en Europa, en todo caso.

    Peruanos a la vista

    Es imposible comparar el poder y la dominacin delmercado cinematogrco que tienen Europa y Nor-teamrica con unas cuantas no por eso de menoscalidad pelculas de autora peruana. La profesio-nalizacin de los diferentes festivales de cine y pre-miaciones en diversos pases se institucionaliz con lacreacin del March du Film, el cual es un gran gene-rador de ingresos del Festival de Cannes y el Festival

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    Periodismo deportivo yla Copa Libertadores

    La ltima participacin de los equipos peruanos enCopa Libertadores merece un anlisis no solo de lo fut-bolstico, sino tambin del papel que jug el periodis-mo deportivo en la cobertura de aquellos encuentros.Luego de las eliminaciones de Universitario y AlianzaLima, la prensa inund de elogios y justicaciones ados equipos que no se lo merecan. Se olvidaron dela primera mxima que todo periodista deportivo debey tiene que cumplir, desde Pndaro hasta El Veco: noslo crear emocin, primero hay que informar.

    Casi me puedo imaginar la escena: yo tambin la viv.Todos esos hinchas cremas y blanquiazules agotan-do en pocas horas los peridicos deportivos limeosaquellas maanas del 5 y 7 de mayo ltimos. TantoUniversitario como Alianza Lima acababan de ser eli-minados de la Copa Libertadores en octavos de nal,despus de dos series cerradas, ajustadas y, como lotitularon la gran mayora de diarios capitalinos, de ac-tuaciones hericas e indignantes (por el polmicofallo en el 2-2 de la U de Chile).

    La Real Academia de la Lengua Espaola dene h -roe como aquel varn ilustre reconocido por sus haza-as o virtudes y, en consecuencia, por realizar actos

    hericos. Tal vez est hiriendo susceptibilidades, perono s si los jugadores de Universitario fueron hroespor jugar un partido en el que la consigna era empa-tar, pues no se venga a decir (ahora) que tenan entresus planes ganar el partido en Brasil, y mucho menosmeter un gol. El razonamiento es sencillo pues, dadoel marcador de la ida en Lima (0-0), la U se vea en laimperiosa necesidad de ganar el partido de visitanteante el Sao Paulo, ya sea por un gol o por penales. Yno lo hizo.

    No s si es digno de los hroes jugar colgado de los

    palos y renunciar al ataque, aguardando lo que JuanReynoso seguramente esperaba, los penales: y all,encima, fallar groseramente. Concuerdo en que nin-gn jugador entra a la cancha con la mentalidad deperder o empatar, al contrario: siempre se querr ga-nar a toda costa. Pero lo ofrecido por Universitario enel estadio Morumb dista mucho de aquella mximadel ftbol, donde para ganar hay que hacer goles.

    Toda esta reexin y la posterior sobre Alianza Lima-viene a propsito del papel que cumpli el periodismodeportivo con las coberturas de ambos equipos en laltima Copa Libertadores. No es casualidad que la ac-

    TEXTOs:ALOnsO

    PAHUACHO

    tuacin de los jugadores cremas en casi el 99% deperidicos- haya sido calicada de herica y hastase haya enaltecido de sobremanera un partido en elcual hubo un equipo que atac y otro que se defendi,y por cosas del este deporte llamado ftbol, el queatac no la pudo embocar.

    Pasa que el periodismo deportivo, y esto se vio re-ejado de sobremanera con sendos titulares y car-tulas de estos diarios, ha dejado de lado la que essu misin primordial: informar sobre el acontecimientoen s. Ahora ha primado la llamada emotividad de lacrnica deportiva, necesaria muchas veces, pero quese ha confundido con una especie de desinformacin,

    pues el periodismo al no informar lo que debe, estdejando de lado la esencia misma de la profesin.

    Fue realmente herico fallar tres penales tan grose-ramente? Mientras las pginas deportivas llenaron deelogios y ores a los jugadores cremas, -que nadiediscute que tuvieron una buena actuacin defensiva-se deja de lado que el partido fue una clara propuestaa renunciar al gol, con un equipo que se mantuvo ensu cancha los 90 minutos de juego y no apost ni si-quiera al contragolpe.

    El caso de Alianza Lima reeja quiz con mayor pre-cisin esta nueva lnea por la que viene atravesando

    imGEnEs:DEPOr.PE/ELCOmErCiO.PE/WWW.LArEPBLiCA.PE

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    la prensa deportiva. Es muy fcil titular Fue un robo,Arbitro Ladrn, Perjudican al Alianza y dejar de ladoel anlisis profundo y sesudo del partido.

    En primer lugar, no hubo ningn robo. Si el rbitro hu-biese estado comprado, ms fcil le hubiera sido a lanular el primer gol aliancista, que tambin no estuvoextinto de polmicas. No hay robo porque, si no lo sa-ban, la regla del off side establece un criterio de inter-pretacin del rbitro, quien puede juzgar si le pareceposicin adelantada o no.

    Aqu lo importante es que se ha dejado de informar unasituacin de fondo para quedarse en la supercie, en lamera polmica si hubo off side o no. Nadie recuerda, ose ha dado cuenta, de que en sus ltimos tres partidosde Copa Libertadores a Alianza Lima le hicieron golesen los ltimos minutos, y por errores infantiles. Nadiecritica el accionar del equipo victoriano en la ltima ju-gada del partido en Chile, donde t odos eran un manojode nervios y ninguno se atreva a cortar el avance de loschilenos, solo se miraban y rezaban por que el partidose terminase en ese preciso instante.

    Porque Costas cuando armaba que a ningn equipoargentino o brasileo le hubiera pasado lo mismo, nadiecay en cuenta de que no solo es por el peso dirigencialque estos equipos tienen, sino que y Costas tampocolo pens- ningn argentino o brasileo se hubiese que-

    dado metido en su rea sin reaccin en esos ltimosminutos de juego; o ninguno va a dejar que los chilenosse vayan encima del juez de lnea que haba anulado elgol. Dnde estaban los aliancistas, cuando los jugado-res chilenos rodeaban al hombre que se mantena rmelevantando el bandern? Casi a 40 metros de distancia,pensando en Dios sabe qu.

    Parece ser que no podremos desprendernos nunca deese facilismo de no aceptar responsabilidades y echarlela culpa al rbitro o a la suerte de los penales. Si losjugadores cremas hubiesen pateado bien, quiz se hu-biese contado otra historia. Penal bien pateado es gol,as de sencillo. Y es de mediocres pensar que Alianzano clasic por culpa del rbitro. Lamentablemente, esees el anlisis al que lleg la prensa deportiva nacionalcon las actuaciones de los equipos ms representativosde nuestro pas en la Copa Libertadores.

    Un anlisis que debe cambiar porque le hace dao alinconsciente de la gente, que cree que nosotros no te-nemos la culpa y siempre habr otro responsable quenos saque de la copa. La prensa debe encargarseprimero de informar, luego de crear la emotividad, tam-bin necesaria, en toda crnica deportiva. Pero siemprecon la verdad, ya que el periodista no puede falsear oagrandar las noticias. Y eso, lamentablemente, es unaenfermedad que sigue padeciendo el periodismo depor-tivo peruano.n

    TEXTO

    y

    fOTO

    :ALOnsO

    PAHUACHO

    En cada partido, un barrista debe lidiar con dos ene-migos. Al frente, en la otra tribuna, los encarnizadosrivales del equipo contrario provocan con cnticosensordecedores y pias humillantes. Una vez afue-ra y antes del partido incluso- los barristas estnexpuestos al control policial que casi siempre hacebien su trabajo: atrapan a un par en cada partido.Quin los ayuda?, Quin los deende? Esta esuna historia detrs del espejo. De aquellos juristasque preeren patrocinar a un Boln o a un Gordo sinimportarles el qu dirn y de los policas amistososque preeren hacerse los ciegos a cambio de una

    generosa contribucin.

    - Arregla de una vez Gordo, vas a perder- dijo Csar.- Cunto tiempo me queda para que me pasen al otrolado?- pregunt sin demostrar miedo el barrista.

    Estaban en la comisara de Pueblo Libre, rodeadosde dos policas que trataban de escuchar su conver-sacin a toda costa. Una hora antes, el Gordo habacado a manos de tres efectivos de Serenazgo querealizaban su ronda nocturna de rutina: lo haban atra-pado realizando tiros al aire en plena calle. El barrista,descubierto en plena falta, no pudo replicar mucho en

    su defensa: lo encontraron ebrio, mal vestido y sin do-cumentos. Haba estado en una celebracin callejeracon algunos barristas ms, festejando en medio de unmar de alcohol la victoria del Alianza Lima.

    - Cmo es jefe?- pregunt Csar al polica que seencontraba al lado.

    La situacin se tornaba peligrosa ya que el Gordohaba llegado hasta la Comisara. En una redada, lonormal para barristas y policas es que arreglen ahmismo, antes de que lo levanten hasta la Comisara.

    El arreglo vara de acuerdo al delito por el que se leha detenido y va desde 50 soles por robar un celularhasta 1000 soles por delito de lesin leve o tenenciailegal de armas. Ests tres situaciones son los delitosms frecuentes que se le imputan a los barristas. Elhomicidio es muy raro, pero a veces ocurre.

    - Por el arma, no va a ser barato- contest el efectivopolicial, frotndose los dedos en la tpica seal univer-sal para referirse al dinero.

    Resignado, en una celda estrecha y de olor nauseabun-do, el Gordo tuvo que arreglar. Barrista experimentado,

    Abogados del diablo

    Lejos del glamour de la Copa Libertadores y del Monumental deAte, estas chicas de la patada si que practican el ftbol con alma

    corazn y vida. No hay arreglos con el arbitro ni barras bravas en lastribunas. Ellas podran representarnos en Sudfrica.

    Casa, calle y tribuna se articulan en el torbellino de lasbarras bravas: Poco ftbol en la cancha y mucha bulla

    en las graderas.

    fOTO:DAniELs

    iLVA

    yOsHisATO

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    a sus 31 aos estaba a punto de terminar sus estudiosde ingeniera en la universidad Garcilazo. La coima, queascendi a 1000 soles, lo dej sin dinero para pagar unciclo ms de universidad.Malos elementos

    Los que caen en batidas son los chiquillos, aunque

    no siempre. Sin embargo, es sabido que en el 85%de los casos se soluciona al momento con la policamientras que el otro 15% a veces se complica msy llegan a ser detenidos, comenta JD, integrante delComando Svr y abogado egresado de la UniversidadCatlica, quien preere mantenerse en el anonimatodebido a posibles represalias de barristas enemigos.l ha visto de cerca muchos casos en los que estabaninvolucrados sus amigos de la tribuna.

    La detencin de un barrista involucrado en alguno delos estos delitos forma parte de un proceso que funcio-na a modo de cadena: hay pasos que se van dando

    conforme se arregle o no.

    Lo primero que se hace es llevar al presunto delincuen-te a la comisara. Como no se puede detener ningunapersona por ms de 24 horas sin encontrar pruebas,lo que hacen muchos policas es sembrarle droga. Se-gn explica JD, lo hacen para poder retenerlo mstiempo ya que los nicos delitos que permiten dejarencerrado a alguien son los de terrorismo y trco ilci-to de drogas. As, la polica cuenta hasta con 15 daspara realizar su investigacin en busca de pruebas, delo contrario el barrista sale l ibre.

    Luego, si es que existen indicios de culpabilidad, estrasladado a la scala. El scal decide si el implicadotiene o no sucientes pruebas en su contra como parapasar al ltimo eslabn de la cadena: ver al juez. Es el

    juez quien, basndose en las pruebas, determina si sele abre instruccin o se archiva el caso.

    Relaciones legales e ilegales

    Cmo es que algunos abogados arriesgan su prestigiorespaldando causas casi indefendibles? Cmo llegana patrocinar a un barrista arrestado con evidencia encontra? La situacin es ms sencilla de lo que parece:el barrista o la familia- contrata a abogados conocidos,muchas veces amigos del barrio o incluso ex barristas

    que decidieron cambiar las piedras de los guerreros(enfrentamiento entre barras bravas) por los libros.

    Csar, quien tambin ha apoyado a muchos barristasentre ellos el Gordo- arma que lo hace ad honoremya que en muchas ocasiones los barristas son de con-dicin humilde y no tienen recursos econmicos parasolventar su defensa. No obstante, como bien apuntaJD, en esos casos son los barrios los que apoyan yhasta realizan colectas a favor del miembro cado, quesirven para pagar al abogado si es que cobra- o parasu comida mientras est tras las rejas.

    A pesar de los actuales esfuerzos del Ministerio delInterior por controlar a las barras bravas, es evidenteque la polica no asume su verdadero papel y les tiranla pelota a los clubes, argumentando que deben em-padronarlos. Tanto Csar como JD coinciden en quese debera scalizar primero a la polica, ya que segnlos abogados es en los propios policas donde empie-za la cadena de corrupcin que desde hace muchosaos ha existido entre ellos y las barras.

    Mientras los barristas sigan sabiendo de que con unpoco de dinero van a poder comprar su libertad, vana continuar con los disturbios de siempre. Una historia

    poco conocida en las afueras, pero que es lugar comnen la idiosincrasia de barristas y policas. Una relacinde mutua necesidad: barristas que necesitan carta librepara delinquir y malos elementos policiales que quierendinero fcil a cambio de hacerse de la vista gorda. n

    Parece el ingreso a Lurigancho, pero slo se trata de los controles enel estadio.