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ENTREVISTA A FLORENCIA YANNIELLO, AUTORA DE “DESCOLONIZANDO LA PALABRA. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEL PUEBLO MAPUCHE EN PUELMAPU” “Los medios mapuches luchan por ser tenidos en cuenta como actores comunicacionales y políticos con voz propia” Contracultural entrevistó a la autora del libro “Descolonizando la palabra”, una profunda investigación sobre el los medios de comunicación ma- puche de este lado de la cordillera. Florencia Yanniello es periodista y licenciada en Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, integrante del Colectivo de Periodismo Ambiental Tinta Verde y redactora de la revista Materia Pendiente. Se especializa en temas socio am- bientales y es colaboradora de medios comunitarios y alternativos, en los que escribe sobre ambiente y pueblos originarios. Por Hernán L. Giardini E n cuanto a contenidos, ¿cuánto difieren los medios de comunicación mapuche de los medios masivos de comunicación? ¿Y de los medios comunitarios y al- ternativos? La mayoría de los medios de comunicación mapuche ana- lizados en el libro manejan sus propias agendas y sus conte- nidos tienen criterios distintos de noticiabilidad con respec- to a otros medios de comunicación. Si bien hay una cuestión contrainformativa, de desmitificar y repudiar el tratamiento que le dieron históricamente los medios de comunicación comerciales a los temas de pueblos originarios, existe una agenda que va más allá de eso y propone comunicar sobre la cosmovisión, la cultura, la música, las recuperaciones te- rritoriales y otras cuestiones, que en los medios masivos no aparecen o se difunden de manera frívola o folclórica. Con respecto a los medios comunitarios o alternativos, si bien los contenidos pueden ser similares, el tratamiento en muchos casos es distinto, ya que los medios mapuches tienen una manera particular de transmitir la información, pensando en comunicar a gente mapuche y no mapuche cuestiones vin- culadas a la realidad de sus comunidades, en primera per- sona. Muchas veces los medios comunitarios se definen co- mo “los voceros de los que no tienen voz”, y en este caso, las emisoras y portales mapuches luchan a diario por ser teni- dos en cuenta como actores comunicacionales y políticos con voz propia. En cuanto a su estructura y organización, ¿son similares a los medios no mapuches o tienen alguna particularidad? Los seis casos analizados en el libro son diversos entre sí y tienen formas de organización distintas. En principio todos tienen un sentido de la construcción colectiva y horizontal que los define, algunos se autodefinen como autogestiona- dos y autónomos, otros fueron creados como expresión co- municacional de organizaciones mapuches preexistentes, algunos están conformados por muchas personas, otros son unipersonales o de dos o tres integrantes. En algunas cues- tiones son parecidos a los medios comunitarios, aunque en muchas otras, la organización y estructura responde a lógi- cas propias de su cosmovisión, ya que para el Pueblo Mapu- che el sentido de la comunicación está atravesado por di- mensiones y elementos distintos a los que tradicionalmente se estudian desde la comunicación social. Existe un fuerte vínculo entre la comunicación, el territorio y los elementos de la naturaleza, y siguen una lógica basada en las formas comunitarias de organización ancestral. ¿Cómo es la relación con Estado Argentino? La relación de los medios de comunicación mapuche con el Estado no puede sintetizarse ni simplificarse en una sola forma; es compleja y depende de numerosos factores. Para muchos pueblos originarios la figura del Estado representa aún la opresión y el avasallamiento que sufrieron durante años. Esta relación no está estrictamente vinculada a las ad- ministraciones, sino a la institución que se fundó sobre los ci- mientos de pueblos preexistentes, a los que se les impuso un lenguaje, una educación y una institucionalidad nueva. El mayor conflicto del Pueblo Mapuche hoy con el Estado es por la cuestión territorial. Los mapuches en la Patagonia son expulsados y desalojados de sus tierras; en este contexto, las radios y portales de comunicación mapuche se han hecho eco de la problemática territorial, y así han establecido dis- tintos tipos de vinculaciones con sectores del Estado, que no necesariamente representan al gobierno de turno. Y estas relaciones han variado. Existen principalmente dos posturas con respecto a esto: hay quienes se mantienen intransigen- tes y no pretenden vincularse con ningún organismo o ins- titución pública, mientras que otros grupos ven como estra- tégica la relación con el Estado. Al ser experiencias comuni- cacionales diversas, la relación con el Estado es distinta. Al- gunas de las experiencias seleccionadas para el libro direc- tamente no reconocen al Estado como interlocutor, porque consideran que continúa segregando y oprimiendo a las co- munidades originarias y entonces no proponen vínculo al- guno. Mientras que otros buscan que el Estado repare el da- ño histórico y tienen cierta articulación con algunas instan- cias gubernamentales, en busca de subsidios y reconoci- miento. Un ejemplo de esto fue el proceso de elaboración de la Propuesta de Comunicación con Identidad, incluida en la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, un capítulo redactado por comunicadores originarios de distin- tos lugares del país que fue incorporado en el nuevo marco regulatorio de los medios de comunicación. ¿Qué vinculaciones tienen con otros medios de comuni- cación comunitarios y alternativos? La relación de los medios mapuche con las radios comu- nitarias y los llamados “medios alternativos”, se basa origi- nalmente en que muchos de los comunicadores mapuches se formaron como productores y operadores en dichos me- dios. Además, muchos medios comunitarios tienen dentro de su cronograma programas de pueblos originarios y le dan un tratamiento especial al tema, a diferencia de los me- dios comerciales. Hace tiempo ya que medios comunitarios salieron al encuentro de los medios mapuches y viceversa y este vínculo, en el que se conjuga la cosmovisión mapuche con la occidental, en donde se ponen en juego diferentes creencias, losofías, formas de organizarse socialmente y en relación con la naturaleza, se cultiva la interculturalidad. ¿Cuáles son las principales dificultades que tienen para subsistir y crecer? La principal dificultad es la económica, los comunicadores entrevistados manifestaron lo complejo que resulta sostener económicamente un medio de comunicación funcionando en el tiempo, y destacan que eso se debe a la falta de un pro- yecto económico ligado a un proyecto político, es decir a no poder generar el dinero suficiente para mantener al aire las radios y los portales web funcionando. Los integrantes de las radios mapuches consideran que el tema del financia- miento es indispensable, aunque coinciden en que siempre se intenta sostener los proyectos hasta en los peores mo- mentos económicos, ya que son herramientas de lucha y ac- tivismo. Algunos medios optaron por la autonomía y la au- togestión, viendo en esa forma de sostenerse una manera de no depender de factores externos que podrían condicio- narlos. De todas formas, esa decisión es compleja ya que im- plica un gran esfuerzo de quienes integran los colectivos co- municacionales, que muchas veces terminan poniendo di- nero de sus bolsillos para poder poner al aire un programa o armar un sitio web. Otros proyectos optaron por buscar apoyo de ciertos organismos u organizaciones, cuidando de que no se condicione el contenido de sus publicaciones o transmisiones. ¿Consideras que pueden ayudar a que los habitantes no mapuche de la Patagonia se acerquen más a la cultura ori- ginaria? Sí, creo que conocer estos medios ayuda a conocer al Pue- blo Mapuche en primera persona, a saber qué cosas tienen para decir y para contar, para pensar en una coexistencia enriquecedora. Creo que es importante darle lugar a estos medios de comunicación y ayudar a que se multipliquen y fortalezcan, difundiendo, compartiendo la información y problematizando las noticias de los medios comerciales, que se nos plantean como verdades absolutas. Así, los medios mapuches pueden ser considerados como herramientas transformadoras, desde las cuales se pueden modificar las construcciones que se instauraron desde la “Conquista del Desierto”, cuando se impuso el axioma de la civilización so- bre la barbarie, lo europeo sobre lo autóctono. Esa disputa de sentidos se convirtió en una batalla de la palabra que hoy adquiere nuevas formas. Contacto para adquirir el libro en Bariloche: [email protected] COMUNICADO DE LA CONFEDERACIÓN MAPUCHE DE NEUQUÉN NI CLARIN… NI 678… M ientras condenan a Lanata por el “uso” de las co- munidades indígenas, ni 678, ni la TV Pública, ni Radio Nacional, ni Telam, ni ninguno de los multi- medios financiados con fondos públicos, permiten una so- la visión crítica del drama de los pueblos indígenas. Tene- mos impedido el uso de esos “medios públicos”, pero ade- más con la pretensión de que debemos fidelidad a la cau- sa “nacional y popular” que instalo en nuestros territorios a Chevron, la megamineria y Monsanto en condiciones in- dignas para quien pretenda defender principios como “so- beranía nacional”. Los wichi han tenido las últimas dos semanas más mi- nutos en TV que en toda la década “ganada”. Lanata ha- bla de los “indios” y sus “tierras de mierda” como se habla- ba de los enfermos terminales décadas atrás. Insfran, una rata inhumana protegido y promocionado por la Presidenta, empuja a propios Wichi a que enfrenten a propios hermanos para limpiar su imagen, a esta altura, ya indefendible. Al igual que valiosos dirigentes indígenas que se ocul- tan en el silencio, mientras mueren dirigentes luchadores en las rutas, (particularmente del NEA). Ocultos tras un triste cargo público o un subsidio temporal. O siendo par- te de estructuras financiada por el gobierno a cambio de subordinación o firmando posiciones de doctrinas ajenas a sus pueblos y cosmovisiones. 500 años en lucha. Cambian los gobiernos. La represión no.

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ENTREVISTA A FLORENCIA YANNIELLO, AUTORA DE “DESCOLONIZANDO LA PALABRA. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEL PUEBLO MAPUCHE EN PUELMAPU”

“Los medios mapuches luchan por ser tenidosen cuenta como actores comunicacionales y políticos con voz propia”Contracultural entrevistó a la autora del libro “Descolonizando la palabra”, una profunda investigación sobre el los medios de comunicación ma-puche de este lado de la cordillera. Florencia Yanniello es periodista y licenciada en Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata,integrante del Colectivo de Periodismo Ambiental Tinta Verde y redactora de la revista Materia Pendiente. Se especializa en temas socio am-bientales y es colaboradora de medios comunitarios y alternativos, en los que escribe sobre ambiente y pueblos originarios.

Por Hernán L. Giardini

En cuanto a contenidos, ¿cuánto difieren los mediosde comunicación mapuche de los medios masivos decomunicación? ¿Y de los medios comunitarios y al-ternativos?

La mayoría de los medios de comunicación mapuche ana-lizados en el libro manejan sus propias agendas y sus conte-nidos tienen criterios distintos de noticiabilidad con respec-to a otros medios de comunicación. Si bien hay una cuestióncontrainformativa, de desmitificar y repudiar el tratamientoque le dieron históricamente los medios de comunicacióncomerciales a los temas de pueblos originarios, existe unaagenda que va más allá de eso y propone comunicar sobrela cosmovisión, la cultura, la música, las recuperaciones te-rritoriales y otras cuestiones, que en los medios masivos noaparecen o se difunden de manera frívola o folclórica. Conrespecto a los medios comunitarios o alternativos, si bien loscontenidos pueden ser similares, el tratamiento en muchoscasos es distinto, ya que los medios mapuches tienen unamanera particular de transmitir la información, pensando encomunicar a gente mapuche y no mapuche cuestiones vin-culadas a la realidad de sus comunidades, en primera per-sona. Muchas veces los medios comunitarios se definen co-mo “los voceros de los que no tienen voz”, y en este caso, lasemisoras y portales mapuches luchan a diario por ser teni-dos en cuenta como actores comunicacionales y políticoscon voz propia.

En cuanto a su estructura y organización, ¿son similares alos medios no mapuches o tienen alguna particularidad?

Los seis casos analizados en el libro son diversos entre sí ytienen formas de organización distintas. En principio todostienen un sentido de la construcción colectiva y horizontalque los define, algunos se autodefinen como autogestiona-dos y autónomos, otros fueron creados como expresión co-municacional de organizaciones mapuches preexistentes,algunos están conformados por muchas personas, otros sonunipersonales o de dos o tres integrantes. En algunas cues-tiones son parecidos a los medios comunitarios, aunque enmuchas otras, la organización y estructura responde a lógi-cas propias de su cosmovisión, ya que para el Pueblo Mapu-che el sentido de la comunicación está atravesado por di-mensiones y elementos distintos a los que tradicionalmentese estudian desde la comunicación social. Existe un fuertevínculo entre la comunicación, el territorio y los elementosde la naturaleza, y siguen una lógica basada en las formascomunitarias de organización ancestral.

¿Cómo es la relación con Estado Argentino? La relación de los medios de comunicación mapuche con

el Estado no puede sintetizarse ni simplificarse en una solaforma; es compleja y depende de numerosos factores. Paramuchos pueblos originarios la figura del Estado representaaún la opresión y el avasallamiento que sufrieron duranteaños. Esta relación no está estrictamente vinculada a las ad-ministraciones, sino a la institución que se fundó sobre los ci-mientos de pueblos preexistentes, a los que se les impuso unlenguaje, una educación y una institucionalidad nueva. Elmayor conflicto del Pueblo Mapuche hoy con el Estado espor la cuestión territorial. Los mapuches en la Patagonia sonexpulsados y desalojados de sus tierras; en este contexto, lasradios y portales de comunicación mapuche se han hechoeco de la problemática territorial, y así han establecido dis-tintos tipos de vinculaciones con sectores del Estado, que nonecesariamente representan al gobierno de turno. Y estasrelaciones han variado. Existen principalmente dos posturascon respecto a esto: hay quienes se mantienen intransigen-tes y no pretenden vincularse con ningún organismo o ins-titución pública, mientras que otros grupos ven como estra-tégica la relación con el Estado. Al ser experiencias comuni-cacionales diversas, la relación con el Estado es distinta. Al-gunas de las experiencias seleccionadas para el libro direc-tamente no reconocen al Estado como interlocutor, porqueconsideran que continúa segregando y oprimiendo a las co-munidades originarias y entonces no proponen vínculo al-guno. Mientras que otros buscan que el Estado repare el da-ño histórico y tienen cierta articulación con algunas instan-cias gubernamentales, en busca de subsidios y reconoci-miento. Un ejemplo de esto fue el proceso de elaboraciónde la Propuesta de Comunicación con Identidad, incluida enla nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, uncapítulo redactado por comunicadores originarios de distin-tos lugares del país que fue incorporado en el nuevo marcoregulatorio de los medios de comunicación.

¿Qué vinculaciones tienen con otros medios de comuni-cación comunitarios y alternativos?

La relación de los medios mapuche con las radios comu-nitarias y los llamados “medios alternativos”, se basa origi-nalmente en que muchos de los comunicadores mapuchesse formaron como productores y operadores en dichos me-dios. Además, muchos medios comunitarios tienen dentrode su cronograma programas de pueblos originarios y ledan un tratamiento especial al tema, a diferencia de los me-dios comerciales. Hace tiempo ya que medios comunitariossalieron al encuentro de los medios mapuches y viceversa yeste vínculo, en el que se conjuga la cosmovisión mapuchecon la occidental, en donde se ponen en juego diferentescreencias, filosofías, formas de organizarse socialmente y

en relación con la naturaleza, se cultiva la interculturalidad.

¿Cuáles son las principales dificultades que tienen parasubsistir y crecer?

La principal dificultad es la económica, los comunicadoresentrevistados manifestaron lo complejo que resulta sostenereconómicamente un medio de comunicación funcionandoen el tiempo, y destacan que eso se debe a la falta de un pro-yecto económico ligado a un proyecto político, es decir a nopoder generar el dinero suficiente para mantener al aire lasradios y los portales web funcionando. Los integrantes delas radios mapuches consideran que el tema del financia-miento es indispensable, aunque coinciden en que siemprese intenta sostener los proyectos hasta en los peores mo-mentos económicos, ya que son herramientas de lucha y ac-tivismo. Algunos medios optaron por la autonomía y la au-togestión, viendo en esa forma de sostenerse una manerade no depender de factores externos que podrían condicio-narlos. De todas formas, esa decisión es compleja ya que im-plica un gran esfuerzo de quienes integran los colectivos co-municacionales, que muchas veces terminan poniendo di-nero de sus bolsillos para poder poner al aire un programao armar un sitio web. Otros proyectos optaron por buscarapoyo de ciertos organismos u organizaciones, cuidando deque no se condicione el contenido de sus publicaciones otransmisiones.

¿Consideras que pueden ayudar a que los habitantes nomapuche de la Patagonia se acerquen más a la cultura ori-ginaria?

Sí, creo que conocer estos medios ayuda a conocer al Pue-blo Mapuche en primera persona, a saber qué cosas tienenpara decir y para contar, para pensar en una coexistenciaenriquecedora. Creo que es importante darle lugar a estosmedios de comunicación y ayudar a que se multipliquen yfortalezcan, difundiendo, compartiendo la información yproblematizando las noticias de los medios comerciales, quese nos plantean como verdades absolutas. Así, los mediosmapuches pueden ser considerados como herramientastransformadoras, desde las cuales se pueden modificar lasconstrucciones que se instauraron desde la “Conquista delDesierto”, cuando se impuso el axioma de la civilización so-bre la barbarie, lo europeo sobre lo autóctono. Esa disputade sentidos se convirtió en una batalla de la palabra que hoyadquiere nuevas formas.

Contacto para adquirir el libro en Bariloche:[email protected]

COMUNICADO DE LA CONFEDERACIÓN MAPUCHE DE NEUQUÉN

NI CLARIN… NI 678…M

ientras condenan a Lanata por el “uso” de las co-munidades indígenas, ni 678, ni la TV Pública, niRadio Nacional, ni Telam, ni ninguno de los multi-

medios financiados con fondos públicos, permiten una so-la visión crítica del drama de los pueblos indígenas. Tene-mos impedido el uso de esos “medios públicos”, pero ade-más con la pretensión de que debemos fidelidad a la cau-sa “nacional y popular” que instalo en nuestros territoriosa Chevron, la megamineria y Monsanto en condiciones in-dignas para quien pretenda defender principios como “so-

beranía nacional”. Los wichi han tenido las últimas dos semanas más mi-

nutos en TV que en toda la década “ganada”. Lanata ha-bla de los “indios” y sus “tierras de mierda” como se habla-ba de los enfermos terminales décadas atrás.

Insfran, una rata inhumana protegido y promocionadopor la Presidenta, empuja a propios Wichi a que enfrentena propios hermanos para limpiar su imagen, a esta altura,ya indefendible.

Al igual que valiosos dirigentes indígenas que se ocul-

tan en el silencio, mientras mueren dirigentes luchadoresen las rutas, (particularmente del NEA). Ocultos tras untriste cargo público o un subsidio temporal. O siendo par-te de estructuras financiada por el gobierno a cambio desubordinación o firmando posiciones de doctrinas ajenasa sus pueblos y cosmovisiones.

500 años en lucha. Cambian los gobiernos. La represiónno.

El día miércoles pasa-do, y a raíz de un ac-cidente laboral ocu-rrido el 22 de agosto

en la Central Nuclear AtuchaII, falleció Juan Manuel Se-rralta, de 35 años vecino de Ca-pilla del Señor quien vivía ac-tualmente en Campana.

Serralta había sido trasla-dado al Hospital del Quemadoen Buenos Aires, a causa de lasgraves quemaduras en su cuer-po (se dice que un 60%) y porcomplicaciones sufridas a raízde las mismas. Serralta se ac-cidentó en circunstancias querealizaba operaciones de ruti-

na en la extracción de un inte-rruptor en el recinto eléctricodel edificio de maniobras en untablero principal que operacon 380 voltios de la zonaconvencional (no Nuclear) dela Central Atucha II. En la ma-niobra a raíz de un cortocir-cuito, se produjo el arco eléc-trico que provocó las heridassal trabajador que días despuésprovocaría su fallecimiento.

La muerte de Serralta, pa-dre de dos hijos, determinó queel gremio dispusiera el miér-coles a las 14, la suspensión detareas en las Centrales.

Compañeros de trabajo de

la víctima, señalaron que eltriste desenlace producido porla explosión del tablero eléc-trico se debió a que el mismono estaba en condiciones yque por ello, se habían hechovarios reclamos.

También señalaron queéste no es el único caso de ac-cidente grave, sino que hacedos meses, otro trabajador su-frió un penoso incidente alpadecer asfixia por nitrógenoy caer por una escalera mari-nera.

Según señalaron, estos ac-cidentes graves en los pocosmeses de funcionamiento de la

Central Atucha II son produc-to del “apuro político” para lapuesta en marcha, lo que poneen riesgo a los trabajadores yen definitiva a la comunidad.

DURAS CRITICASCONTRA EL MINISTRO DEPLANIFICACION

El Partido Obrero (PO)denunció fallas de seguridad enla recientemente inauguradacentral nuclear de Atucha II,luego de que un operario mu-riera “por quemaduras gravesdurante una tarea de rutina enun tablero con pedido de cam-bio”. El PO responsabilizó poresta muerte al Gobierno y alministro de Planificación, Ju-lio De Vido, “por ser los fo-goneros de una explotación co-mercial irresponsable y cri-minal de una central que de-bería estar en pruebas”. Ytambién culpó a Nucleoeléc-trica SA por ser “la responsa-ble directa de implementar lapolítica oficial”.

El partido aseguró ade-más que la central se puso enmarcha forzadamente, sin es-tar preparada, “para lograr elaval político para compraruna nueva central a China(Atucha III) y conseguir unos

350 MW para un sistema ener-gético en crisis”.

Por eso, sostiene que “Atu-cha II no puede seguir ope-rando en estas condiciones” yque “debe adaptarse a las nor-mas de seguridad para priori-zar la seguridad frente a la pro-ducción”.

Desde la filial Zárate-Cam-pana del PO, Carlos Frígoli ex-plicó que los trabajadores tam-bién reclaman “poder formaruna comisión de seguridadcuya opinión sea escuchada” yque la gerencia de Nucleoe-léctrica “termine con los chan-tajes y aprietes” para mantenerfuncionando la central.

LA CENTRAL ATUCHA II

INFORMO SOBRE EL AC-

CIDENTE

En un comunicado quehizo llegar ayer a LA VOZ,Nucleoeléctrica Argentina la-mentó el fallecimiento de JuanManuel Serralta, trabajador dela empresa de la Central Nu-clear Atucha II.

En este sentido, dice el in-forme “el incidente ocurrió encondiciones normales de tra-

bajo, dentro de la zona con-vencional no nuclear de lacentral y que las razones delevento están siendo analizadaspor personal idóneo de la com-pañía”.

A su vez, NASA desmin-tió taxativamente la informa-ción publicada, sobre las con-diciones de seguridad de lacentral y las calificó de ”in-exactas” y “malintenciona-das”.

Al respecto dijo que “elevento en cuestión no pone enriesgo la operación normal ysegura de la Central NuclearAtucha II, la cual cuenta con lalicencia de puesta en marchaotorgada por la Autoridad Re-gulatoria Nuclear (ARN) elpasado 29 de mayo, dada sucompleta adecuación a las nor-mas de prevención y seguridadnuclear”.

Y finaliza el comunica-do:”Atucha II se encuentraactualmente en proceso depuesta en marcha, realizán-dose cada una de las tareasconforme el cronograma, sien-do evaluadas y verificadas deacuerdo a la normativa vigen-te”.

Las Comunidadesde San Martín,San Cristóbal,Las Tabianitas,

San Eduardo, San José, San-ta Rita, Mayuska, Staile, lote105 y otras alrededor de Yu-chan, Las Tinajas Dto J.F.Ibarra, 200 km al este de laCapital de Sgo de Estero – Ar-gentina, siguen defendiendo suterritorio comunitario que elempresario Argibay y JorgeCura vienen desmontando yalambrando ilegalmente.

Las denuncias, han sidopermanentemente puestas enconocimiento por parte de lasfamilias del MOCASE, enJuzgado de 5ta Nominación, laDirección de Bosque y el Co-mité de Emergencia quienes elpasado 12 de septiembre rea-lizaron la constatación de lasdenuncias contra Américo Ar-gentino Argibay “Raco”, elcual tenía 5000 metros deleña cortada de manera ilegalde 1800 has de monte nativo,que robo del territorio cam-pesino.

Sin embargo, el empresa-rio furioso, alarde y amenazade matar a los del mocase conlas armas que tienen ellos (enalusión a otros empresarios) y

sin dudar ante los funcionariosy la cámara de filmar realizaun tiro al aire con un revólver. 

Argibay es un empresarioforestal-ganadero que con eltiempo se fue haciendo demás de 40 mil has, junto a Jor-ge Cura que ostenta otras 150mil has. Ambos empresariostienen practicas feudales paracon los hacheros, quienes vi-ven en condiciones inhumanasy siendo algunos de ellos me-nores de edad.

“Raco” Argibay, es ade-más, delegado del Ministeriode Producción- Luis “Parano”Gelid, quien le entregó herra-mientas y financiamiento paraconstrucción de depósitos deagua en la zona.

Jorge Cura, tiene un his-torial de impunidad. Acaparótierras fiscales, presuntas com-pras de posesiones y cuentaaproximadamente con 150mil has e historias de desalo-jos de más de 100 familias, to-padoras que arrasaron los ran-chos de ancianos, matanza decabras, quemazón de vacas delas familias que se oponían orebelaban a las ordenes delfeudal, que aún sigue pagan-do con vales el trabajo de loshacheros para que cambien

por mercadería en el almacénque tiene en Las Tinajas.

Exigimos al Juez Alarcónla inmediata detención de“Raco” Argibay porque re-presenta un peligro para lavida de las familias campesi-nas.

Que la Jueza Rosa Falcoactúen inmediatamente antelas denuncias por usurpaciónde tierras que radicaron las fa-milias campesinas indígenas.

Exigimos al ministerio deProducción que le retiren lasherramientas y la representa-tividad del gobierno en lazona.

Solicitamos que interven-ga la secretaria de DDHH dela Nación, organismos nacio-nales, como veedores de estasituación insostenible paraquienes venimos siendo objetode violación permanente denuestros derechos humanos.

No queremos otro CristianFerreyra, otro Miguel Gal-ván, otra Sandra Juarez, a unmes del juicio de Cristian Fe-rreyra, ni un muerto mas porel derecho a la tierra.

MOVIMIENTO CAM-

PESINO DE SANTIAGO

DEL ESTERO – VIA

CAMPESINA

NEGRO

Número 324

Nueva amenaza de muerte contra miembros del MOCASEEl pasado 12 de setiembre, miembros del MOCASE fueron amenazadosde muerte por el empresario forestal ganadero Américo Argentino Ar-gibay quien, en sintonía con la derecha nacional, llama a la desestabiliza-ción de la democracia.

CONTRADICCIONES ENTRE DISCURSOS Y PRÁCTICASDE LOS GOBIERNOS LATINOAMERICANOSCuando la izquierda y el progresismo se separan

El progresismo, nacido desde la pers-pectiva de izquierda, a medida que seconsolida con una identidad propia,parece estar tomando otra dirección.Esta idea, que izquierda y progresis-

mo ya no son lo mismo, y una “gran divergencia”está en marcha.

Todos sabemos que los gobiernos de la nue-va izquierda han dominado el escenario políticolatinoamericano reciente. En un viraje sustancial,suplantaron a presidentes conservadores y neo-liberales, y actualmente están presentes en Ar-gentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Nicaragua,Uruguay y Venezuela.

También sabemos que este es un conjunto va-riado, con diferencias notables, por ejemplo en-tre los gobiernos de Evo Morales y el de Lula daSilva en Brasil, o en los modos de hacer políticade Rafael Correa en Ecuador y José “Pepe” Mu-jica en Uruguay. Más allá de esas diferencias, tie-nen muchos elementos compartidos que permi-ten reconocerlos como parte de un mismo con-junto, y distintos a las administraciones conser-vadoras o neoliberales.

A mi modo de ver esto se debe a que estos go-biernos, y sus bases de apoyo, están convergien-do bajo una identidad política específica: el“progresismo”. Esta es una denominación ade-cuada, usada en varios países, y que deja muy enclaro que, más allá de sus diferencias, compartenla fe en el progreso. Se siguen las ideas contem-poráneas del desarrollo, y por ello se implantanmodos específicos en organizar la economía, lasrelaciones sociales y la apropiación de los recursosnaturales.

Frente a estos gobiernos hay un creciente de-bate. No me refiero a las clásicas críticas de la de-recha, como acusarlos de antidemocráticos, ni alas de una izquierda muy dogmática que lo de-nuncia como conservadores radicales. Esos soncuestionamientos poco rigurosos. En cambio, nopueden obviarse los señalamientos de un núme-

ro significativo de simpatizantes, militantes e in-cluso conocidos líderes de izquierda, que están le-jos de ser dogmáticos, pero que de todos modosse sienten desilusionados, alejados o incluso en-frentados con este progresismo. Sus posturas tie-nen una enorme importancia y deben ser escu-chadas.

Impulso hacia la izquierda

Esos y otros aportes permiten señalar queestamos en una situación donde el pro-gresismo actual comienza a apuntar en

sentidos que son significativamente distintos a lostrazados por la izquierda que le dio origen.

Como “izquierda” es también una categoríaplural, estas comparaciones deben hacerse con pre-caución. La izquierda que lanzó al progresismose nutrió de muy variadas tendencias, de apren-der de sus errores y saber renovarse. Muchos desus avances, al menos desde la década de 1990,en buena medida fueron posibles porque se con-vergió hacia lo que podría llamarse una “izquierdaabierta” (parafraseando al “marxismo abierto” deErnest Mandel), que intentaba no ser dogmática,era tolerante y aceptaba aportes diversos. Esto lepermitió destronar al neoliberalismo, establecerrelaciones estrechas y mutuas con movimientosy organizaciones populares (especialmente indí-genas y campesinos), retomar roles protagónicospara el Estado, y atacar la pobreza con energía.Fue una sinergia exitosa que fructificó en con-quistar gobiernos, lanzar procesos de cambio, ysuperar durísimas oposiciones internas (como enArgentina, Bolivia o Venezuela). Con el paso deltiempo, ese progresismo emergió no sólo comouna identidad política propia, sino que está apun-tando en una dirección distinta. Estaríamos, po-siblemente, frente a una “gran” divergencia en-tre izquierda y progresismo.

Polémica por la seguridad en la central nuclear Atucha II

NEGRO

CONTRADICCIONES ENTRE DISCURSOS Y PRÁCTICASDE LOS GOBIERNOS LATINOAMERICANOS

La divergencia

¿Cuáles son los temas enlos cuales izquierda yprogresismo están di-

firiendo? ¿Dónde ubicar esta diver-gencia? Para poder responder esas in-terrogantes, un primer reconocimientopermite identificar al menos diez cues-tiones donde las propuestas progresis-tas actuales son diferentes a las de la iz-quierda que lo cobijó.

1. Desarrollo. Más allá de sus plu-ralidades, la izquierda latinoamericanade las décadas de 1960 y 1970 critica-ba en profundidad el desarrollo con-vencional. Cuestionaba tanto sus basesconceptuales, incluso con un talante anti-capitalista, como sus prácticas concre-tas, rechazando, por ejemplo, la per-sistencia en proveer materias primas. Elprogresismo actual ha abandonado enbuena medida este debate, y acepta lasbases conceptuales del desarrollo. Fes-teja el crecimiento económico y repro-duce economías basadas en materias pri-mas. Es cierto que en algunos casos sedenuncia al capitalismo, e incluso hayintentos de alternativos (por ejemplo,con empresas nacionalizadas), peroprevalece la inserción en éste. Las dis-cusiones están en cómo instrumentali-zar el desarrollo (por ejemplo, si conmás o menos Estado), pero no se disputala esencia del mito del progreso. Encambio, sí mantuvo de la izquierda delos 60 y 70, una actitud refractaria a lascuestiones ambientales.

2. Democracia. Durante las décadasde 1970 y 1980, las izquierdas latinoa-mericanas hicieron suyo el mandato dela democracia. La idea de llegar al po-der por las armas fue desechada; así loentendieron desde “Pepe” Mujica aHugo Chávez. No sólo esto, sino que sebuscó ir más allá de las simples elec-ciones nacionales, hacia la llamada ra-dicalización o profundización de la de-mocracia. Se crearon los presupuestosparticipativos, se promovieron refe-réndums y se buscó diversificar la par-ticipación ciudadana. El progresismo, encambio, está abandonando ese entu-siasmo, y se contenta con el instrumentoelectoral clásico, las elecciones. Algo si-milar se repite dentro de los movi-mientos y partidos políticos, donde sehan debilitado sus procedimientos deconsulta, y los candidatos son elegidosdirectamente por los presidentes. En latoma de decisiones reaparecieron las ne-gociaciones confidenciales con el mun-do empresarial, mientras que se evitanlas reuniones con los grupos de base. Seha llegado a casos llamativos, como enUruguay, donde la izquierda en el pa-sado repetidamente usó plebiscitos y re-feréndums, pero hoy, el gobierno Mu-jica no sólo los rechazan sino que com-bate las iniciativas ciudadanas en esesentido para frenar la megaminería. Esmás, profundizando la democracia de-legativa alrededor del presidente, llegaa extremos hiper-presidencialistas.

3. Derechos humanos. Desde losaños 70, esa misma izquierda latinoa-mericana incorporó la defensa de los de-rechos humanos, especialmente en la lu-cha contra las dictaduras en el Cono Sur.Fue un aprendizaje notable, donde elviejo ideal de igualdad se articuló conla salvaguarda de los derechos. Se apo-yó su profundización y ampliación (enespecial con los de tercera generación).Hoy, las actitudes han cambiado, ya que

cuando se denuncian incumplimientosen derechos, hay reacciones progresis-tas defensivas. En lugar de atenderesos problemas, se cuestiona a veces alos denunciantes o se critica la institu-cionalidad jurídica. Incluso ponen enduda la validez de algunos derechos,como ha hecho Rafael Correa diciendoque los derechos de la Naturaleza son“supuestos”.

4. Constituciones y leyes. La iz-quierda abierta insistía en recuperar elpapel de las constituciones como el mar-co básico compartido. Es más, bajo elprogresismo inicial en Bolivia, Ecuadory Venezuela, se aprobaron nuevas cons-tituciones (con innovaciones sobre losderechos), y nuevos ordenamientosnormativos. A su vez, en todos los ca-sos se proponía reforzar la indepen-dencia, imparcialidad y capacidadesdel Poder Judicial. Pero ahora el pro-gresismo da señales contradictorias.Se incomoda con obligaciones que leimponen sus propias constituciones, eincluso opera sobre ellas para aligerarcontroles políticos, sociales o ambien-tales. Se toleran desprolijidades encumplir exigencias legales, manipularleyes o presionar al Poder Judicial. Esmás, en algunos momentos pareceríaque erosionan su propio nuevo consti-tucionalismo.

5. Corrupción. La izquierda de fi-nes del siglo XX era una de las más du-ras luchadoras contra la corrupción. Eseera una de los flancos más débiles de losgobiernos neoliberales, y en aquellosaños la izquierda atacó una y otra vezen ese terreno, desnudando negociados,favoritismos empresariales, etc. El pro-gresismo inicial siguió en ese camino,pero aquel ímpetu parece menguar.Hay varios ejemplos donde no ha ma-nejado adecuadamente los casos decorrupción de políticos claves dentro desus gobiernos, y en muchos casos laasignación de fondos públicos terminarepitiendo viejos vicios. Los casos ocu-rridos en Brasil, que involucraron a mu-chos líderes del PT, son un ejemplo delas resistencias que se elevan desde elpoder. Asoma una actitud de cierta re-signación y tolerancia.

6. Movimientos sociales. La iz-quierda latinoamericana durante déca-das cultivó un relacionamiento estrechocon grupos subordinados y marginados,y a su vez, éstos influyeron directamenteen su configuración. El progresismo ini-cial resulta de esa simbiosis, ya que gra-cias a indígenas, campesinos, movi-mientos populares urbanos y muchosotros actores, alcanzaron los gobiernos.Desde esos sectores populares surgieronvotos, pero también ideas y prioridades,y unos cuantos dirigentes y profesio-nales, muchos de los cuales están aho-ra en los despachos estatales. Pero en losúltimos años, el progresismo parece ale-jarse de varios de estos movimientos po-pulares, no comprende sus demandas, yprevalecen actitudes defensivas en unoscasos, a intentos de división u hostiga-miento en otros. Cuestiona tanto a ciu-dadanos organizados, como a movili-zaciones poco estructuradas pero po-tentes. Por ejemplo, varios exponentespartidarios e intelectuales del progre-sismo brasileño, calificaron que lasmanifestaciones de los jóvenes en las ca-lles era una expresión de derecha, unaconfabulación de la oposición, etc.; nointentaron entender qué estaba pasando,sino que simplemente se defendieron

descalificando a los jóvenes en las ca-lles. Se gasta mucha energía en califi-car, desde el palacio de gobierno, quiénes revolucionario y quién no lo es, y per-dió los nexos con organizaciones indí-genas, ambientalistas, feministas, de de-rechos humanos, etc. Me pregunto,¿qué hay de izquierda en burlarse de undirigente indígena? La desazón se ex-pande ya que muchos líderes socialeseran atacados en el pasado desde los go-biernos neoliberales, y ahora vuelven aserlo, pero desde el progresismo.

7. Justicia social. La izquierda clá-sica concebía a la justicia social bajo unamplio abanico temático, desde la edu-cación a la alimentación, desde la vi-vienda a los derechos laborales, y así su-cesivamente. El progresismo en cambio,apunta sobre todo a una justicia comoredistribución económica, y en especialpor medio de la compensación mone-taria a los sectores más pobres y el ac-ceso del consumo masivo al resto. Noniego ni la importancia de esas ayudaspara sacar de la pobreza a millones defamilias, ni la relevancia que los secto-res populares accedan a servicios y bien-es necesario. Pero la justicia es muchomás que bonos, la calidad de vida es másque comprar televisores, y no se la pue-de reducir a un economicismo de lacompensación económica.

8. Integración y globalización. Laizquierda logró relanzar la integraciónregional y continental, y combatió es-quemas de liberalización comercialcomo el ALCA, los TLCS e IIRSA.Lanzó algunas iniciativas muy intere-santes, como el Tratado de Comercio delos Pueblos y ciertos convenios bajo elALBA, el SUCRE y el Banco del Sur.Esos esfuerzos se estancaron bajo el pro-gresismo. Lo que se mantiene es la re-tórica latinoamericanista, pero no pue-de obviarse que no se logran políticascomunes en sectores claves como ener-gía, agro alimentos e industria. Hayavances en algunos planos (como la in-tegración cultural), pero los Estados si-guen compitiendo comercialmente, y nopocas veces apelan a trampas para-aran-celarias entre vecinos. Instrumentosantes criticados, como IIRSA, ahora re-aparecen dentro de UNASUR (bajo lallamada COSIPLAN). También, hanaceptado la gobernanza global de libe-ralizar el comercio, expresada en laOMC, batallando por concluir un acuer-do comercial global (donde las nego-ciaciones estuvieron conducidas porun brasileño).

9. Independencia y crítica. La iz-quierda mantenía una estrecha rela-ción con los intelectuales, los que a suvez nutrían sus debates y ensayos. Másallá de discusiones puntuales, en aque-llos tiempos se respetaba la rigurosidade independencia, y se aceptaba la críti-ca. Incluso se buscaban ángulos origi-nales, se hurgaba en lo que estabaoculto, y se navegaba en una pluralidadde voces. El progresismo da señales quecada vez le gusta menos la crítica in-dependiente, y prefiere escuchar a los in-telectuales amigos. Y cuando los inte-lectuales amigos escasean dentro delpropio país, los trae del norte, aprove-chando lo poco que saben de las reali-dades nacionales. Se desconfía de aná-lisis exhaustivos, y se prefieren las fe-licitaciones. Denuncia a libres pensan-tes y reclama seguidores fieles. Muchasadvertencias son desoídas, para ser rá-pidamente tipificadas como disenso o

traición. En fin, parecería que antes quetener voces plurales e independientes,se busca el apoyo publicitario.

10. Discursos y prácticas. Final-mente, en un plano que podríamos ca-lificar como cultural, el progresismo ela-bora diferentes discursos de justificaciónpolítica, a veces con una retórica de rup-tura radical que resulta atractiva, perosus prácticas son bastante tradicionalesen muchos aspectos. Por ejemplo, losdiscursos por la Pacha Mama se dis-tancian de la gestión ambiental, se citaa Marx y Lenin pero los acuerdos pro-ductivos son con corporaciones trans-nacionales, se proclama al Vivir Bienpero se lo desmonta en la cotidianidad,se llama a la industrialización pero lasmedidas son la apertura extractivista, sedice que responden a los movimientossociales pero se clausuran organiza-ciones ciudadanas, se felicita a los in-dígenas pero se invaden sus tierras, y asísucesivamente. Al progresismo se lehace cada vez más difícil responder a lascontradicciones entre el discurso y lasprácticas. Sus estrategias extractivistasejemplifican este problema, ya que es-tán repletas de impactos sociales o am-bientales, o de violaciones en derechoshumanos. Como es muy difícil defen-der esas medidas con argumentos serios,hay algunos que caen en respuestas sim-plistas, muchos slogans, o incluso enburlas o desprecios. Se podrán encon-trar casos, por ejemplo, donde las de-nuncias de indígenas frente a mineras opetroleras, no reciben respuestas que de-jen en claro cuáles son las medidas am-bientales que se tomarán, y en cambiose acusa a los contaminados de ser an-tirrevolucionarios. Un día se dice que seusará la mejor tecnología del mundo, po-niéndose como ejemplo a los países in-dustrializados, pero al otro día se bata-lla por imponer un imaginario donde silos reclamos provienen de una ONG hayque sospechar, y si esa ONG en algúnmomento recibió financiamiento desdeEstados Unidos o Europa, sería que tie-ne malas intenciones. El embate contralas organizaciones internacionales can-cela la posibilidad de solidaridad entremovimientos sociales de distintos paí-ses. Pero también es un quiebre con lahistoria reciente de la izquierda, dondetuvo enorme importancia el apoyo so-lidario de ONG y sindicatos de EE.UU.a muchas campañas nacionales y con-tinentales (posiblemente la más im-portante fue la lucha contra el ALCA).Prevalece, entonces un discurso, dondehay unos cuantos muy entretenidos endemostrar quién es más “revoluciona-rio”, pero tienen enormes limitacionespara analizar las propias prácticas.

Las razones de dos caminos

¿Bajo qué circunstanciascomenzaron a separar-se el progresismo de la

izquierda? A mi modo de ver esto tie-nen que ver con varios factores, y entreellos deseo señalar al menos cuatro.

Uno. La necesidad de asegurar lamarcha del Estado y la estabilidad eco-nómica, obligó a que el progresismo go-bernante se adaptara al capitalismo y laglobalización, y ello le significó quedaratrapado dentro del desarrollo conven-cional.

Dos. En la gestión cotidiana no lo-gró diseñar un número suficiente de ins-trumentos de política pública alternati-vos, por lo que debió seguir usando mu-chas de las herramientas convenciona-

les. Ese uso no es neutro, y por esa víase implantaron políticas públicas quetambién son convencionales.

Tres. Ante las elecciones, muchosprogresistas se obsesionan con ganarlasa toda costa, y eso los lleva a hacer y de-cir cosas extremas, aceptar alianzascon grupos conservadores y hostigartoda voz crítica.

Cuatro. Las épocas neoliberales de-jaron de todos modos una impronta enla sociedad, donde hay sectores impor-tantes que apoyan al progresismo en tan-to les asegure la continuidad del des-arrollo clásico.

Distintos senderos

El progresismo nació comouna expresión reciente en elseno de la izquierda lati-

noamericana. Maduró como una par-ticular mezcla e hibridización de dis-tintas condiciones culturales y políti-cas, pero quedó enmarcado en las ide-as occidentales del desarrollo. No esuna postura conservadora ni neolibe-ral, y hasta podría entenderse que susdefensores lo presenten como una ex-presión de izquierda, y como ha sidoexitoso en varios frentes, cuenta conmuchos apoyos. Pero como acabamosde ver, ya no puede negarse que estáen marcha una divergencia entre iz-quierda y progresismo.

La identificación de la divergen-cia entre izquierda y progresismotambién resulta difícil cuando se uti-lizan marcos analíticos propios del si-glo XIX o del XX, ensimismado conun capitalismo centrado en EstadosUnidos y un mundo organizado bajosu imperialismo. En cambio, ahora, enel siglo XXI, estamos frente a capi-talismos más diversificados, inclu-yendo la versión china, donde Amé-rica Latina navega un mundo más di-versificado, donde persisten viejas re-laciones asimétricas a nivel global,pero se le han sumado otras como ocu-rre con China (el gran consumidor dematerias primas latinoamericanas,proveedor financiero y comerciante enmanufacturas baratas), y nuevas con-figuraciones de poder dentro del con-tinente.

Esta gran divergencia está ocu-rriendo frente a nosotros. Allí dondelos estilos de desarrollo progresistasgeneran contradicciones o impactosnegativos, no aceptan cambiarlos y,en cambio, reafirman el mito delprogreso perpetuo. Sus posturas re-delimitan la política, sea por susajustes democráticos como por su in-sistencia en diseminar la creencia deque casi todo es compensable eco-nómicamente.

Tal vez el progresismo rectifiquesu rumbo en algunos países, reto-mando algunos de los valores de la iz-quierda clásica para buscar otras sín-tesis de alternativas que incorporen demejor manera temas como el Buen Vi-vir o la justicia en sentido amplio.Sean esos u otros temas, en todos loscasos deberá desligarse del mito delprogreso. Dicho de otro modo, es de-jar de ser progresismo para volver aconstruir desde la izquierda. En otroscasos tal vez decida reafirmarse comotal, profundizando todavía más susconvicciones en el desarrollo, cayen-do en regímenes hiperpersidencia-les, extractivistas, y cada vez más ale-jados de los movimientos sociales.Este es un camino que lo alejará de-finitivamente de la izquierda.