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nunca sabras lo que te depara el futuro
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VIAJE AL INFIERNO
NUNCA SABRÁS LO QUE TE DEPARA
EL DESTINO
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PROLOGO
Este relato es fruto de mi imaginación,
un relato nacido de largos días
conduciendo sin otra cosa que hacer
más que pensar en esto y aquello.
En alguna ocasión, comentando con mi
amigo Cayetano, me animaba a que lo
escribiera, y por fin me he decidido.
Cualquier parecido con la vida real, es
simplemente casualidad, así como los
nombres de los protagonistas.
Pido perdón a los habitantes de los
pueblos y ciudades que se nombran si
se sintieran ofendidos, ya que
solamente se nombran a efecto de dar
una idea de las distancias recorridas y
situar al lector en la zona de acción de
la trama.
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CAPITULO I
Un día cualquiera del mes de noviembre de 1991,
suena el despertador a las 5 de la mañana.
Miguel se levanta medio atontado por el sueño,
pero sabe que tiene que levantarse para ir a cargar
su camión.
Se viste casi a tientas, sin poder abrir los ojos
totalmente e intentando no hacer demasiado ruido
para no despertar a Carmen (su esposa) que
duerme plácidamente.
Sale de la habitación sigilosamente y se dirige al
cuarto de baño, rascándose el culo llega delante de
la taza del wáter, se alivia las ganas de orinar y
después se dirige delante del lavabo, abre el grifo
del agua fría y se lava las manos, se lava la cara y se
peina ya un poco mas despejado.
Acto seguido se dirige a la cocina y se prepara un
café con leche para desayunar, mientras
mentalmente repasa el trabajo que tiene por
delante en ese día.
Acto seguido coge su bolsa de viaje (que había
preparado su esposa antes de acostarse) vuelve a
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entrar con sumo sigilo a su habitación para darle un
beso de despedida a Carmen, intentando no
despertarla.
Cierra muy despacio la puerta no sin antes
asomarse a la habitación de su hija, que duerme
plácidamente, e igualmente darle un beso.
Mientras baja las escaleras que le llevan desde el
tercer piso hasta la calle, se enciende el primer
cigarrillo del día, sabe que tiene que dejar de fumar,
pero nunca ve el día en que lo va a hacer.
Por fin llega a la calle y va hacia su coche, abre la
puerta y entra, pone la llave en el contacto y al
tiempo que gira la llave, casi entona una oración
para que arranque, ya que últimamente la batería
está algo floja de carga.
Arranca sin problemas y enfila el camino hacía el
aparcamiento donde está aparcado el camión, la
verdad es que no hay mucha diferencia respecto a
lo que hace habitualmente los días que puede
dormir en casa.
Cuando llega al aparcamiento, deja su coche junto
al camión para subir la mochila a la cabina del
camión, luego echa un vistazo al nivel del aceite,
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nivel del agua y pone en marcha el motor para que
vaya haciendo aire y se vaya calentando un poco.
Acto seguido, coge su coche y lo aparca en el lugar
donde se va a quedar hasta que vuelva de viaje.
Mientras se acerca andando hacia su camión,
comprueba que los pilotos traseros funcionan (ya
que había dejado las luces encendidas) y al llegar a
él, le da la vuelta preceptiva antes de emprender la
marcha, para comprobar que está todo en orden,
quinta rueda bien cerrada, las ruedas en buen
estado y ninguna pinchada, la lona con todos sus
cierres bien anclados y las puertas traseras
igualmente bien cerradas.
Se sube y rellena el disco diagrama que tendrá que
llevar durante toda la jornada y que será quien
registre cualquier movimiento o parada que realice
el vehículo durante toda la jornada.
Con todos los controles hechos y el disco dentro del
tacografo, llega el momento de partir camino del
almacén donde debe cargar.
Su jefe le advirtió que en el sitio donde iba a cargar,
había algunas veces en las que tardaban bastante
en cargar el camión.
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Tiene unos 30 kilómetros aproximadamente hasta
el almacén, enciende la radio para ponerse al día de
las noticias, mientras enciende su segundo pitillo
del día.
Cuando llega al almacén se encuentra con que
había un camión que había dormido en la puerta
del almacén.
Cuando llega el personal del almacén, les dice que
va a cargar una mercancía para la zona de Bilbao, a
lo que le contestan que todavía no estaba
preparado completamente el pedido, pero que falta
muy poco y que en breve lo tendrán acabado, pero
que primero deben cargar al colega que había
dormido allí.
Cuando termina de cargar son las 12 del mediodía y
ya sabe que no le va a dar tiempo de descargar en
el mismo día,¡¡¡ tanto madrugar, para nada!!!
Piensa para si mismo.
La mercancía va para una empresa ubicada en la
población de Mondragón (BILBAO)
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CAPITULO II
Miguel se pone manos a la obra y comienza su viaje,
de golpe se le han ido al traste todos los planes que
había hecho, lo que queda es ver el lado bueno y
aprovechando que ya no llega a descargar en el
mismo día, al menos hará el viaje mas tranquilo.
Faltando unos minutos para las dos de la tarde,
decide entrar en un restaurante el cual conoce bien
por haber comido algunas veces en el.
Después de comer, re emprende la marcha
sabiendo que debe llegar a dormir a la puerta del
cliente, para encarar el día siguiente con el disco
“limpio“.
Alrededor de las diez de la noche ya esta muy cerca
del destino y decide parar a cenar en otro
restaurante conocido por el por su buena comida y
precio, aprovecha para llamar por teléfono a su
esposa y de paso habla también con su hija.
Después de cenar, afronta el tramo final de su viaje
ya que está a muy pocos kilómetros del destino,
pero poco se imagina en el lio en el que se va a ver
envuelto.
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CAPITULO III
Cuando llega a la entrada de la población, faltan
muy pocos minutos para la medianoche, de repente
y como salido de la nada, un coche Renault 5 turbo
sale de una calle a toda velocidad, Miguel frena
para no colisionar con el pero el conductor del
coche al verlo, da un volantazo y vuelca dando
varias vueltas de campana.
Miguel baja corriendo de su camión para auxiliar al
conductor y le ayuda a salir del coche, a simple vista
no tiene lesiones de importancia, aunque se
encuentra algo aturdido.
- ¿Cómo estas? ¿te encuentras bien?
- Si, estoy bien ( contesta el conductor del coche)
- ¿quieres que llame a una ambulancia? (le
vuelve a preguntar miguel)
- ¡¡¡no!!!
De pronto se oye acercarse otro vehículo que por el
sonido, venía a gran velocidad.
El conductor accidentado le dice a miguel.
- Soy gudari de eta y si les dices donde estoy te
pego un tiro, voy a esconderme y les vas a decir
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que me he ido por allí (señalando una calle) no
cometas ninguna tontería, recuerda que te
estoy apuntando.
Acto seguido desaparece y miguel se queda
junto a su camión, le tiemblan las piernas y no
sabe bien que hacer.
A los pocos segundos llega un coche patrulla de
la guardia civil, al ver a miguel allí de pie, salen
del coche pistola en mano y diciéndole.
- ¡¡¡alto, no se mueva y levante las manos!!!
Miguel responde:
- ¡¡¡soy el conductor del camión!!!
- ¡¡¡arriba las manos!!! vuelve a ordenar el
guardia.
Miguel, levanta las manos y uno de los guardias
se acerca a él, mientras el otro no deja de
encañonarlo con su pistola.
Lo pone de cara hacia el camión y empieza a
cachearlo.
Después de comprobar que no es quien ellos
buscaban, le preguntan que donde está el
conductor de coche accidentado.
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Miguel no sabe que hacer, está confuso, por una
parte quiere colaborar con la policía, pero por
otra parte recuerda la amenaza del etarra.
- Ha salido del coche y se ha ido corriendo por
aquella calle (señalando la calle que le había
dicho el etarra)
El guardia le dice a su compañero.
- Se ha ido por allí, pide refuerzos, no puede
estar muy lejos.
El guardia le pide el D.N.I. a miguel y toma nota
de los datos, mientras le pregunta a donde se
dirige.
Miguel le dice que al polígono sito en esa misma
población, a lo que el guardia le responde que esa
noche no debería dormir allí.
Cuando le devuelve la documentación, miguel no
sabe que hacer, se queda un rato sentado en su
camión, pensando que podía hacer.
De repente oye una voz detrás de él que le dice
en voz baja.
- Arranca y vámonos, y no hagas ninguna
tontería.
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- Pero ¿hacia donde? Yo tengo que quedarme en
el polígono que está aquí mismo.
- Ya has oído lo que te ha dicho el zipallo, no te
quedes aquí, coge la carretera dirección bilbo.
Miguel re emprende la marcha en la dirección
indicada por el miembro de eta, cuando llevan
unos minutos de marcha, miguel le dice:
- Oye, yo no tengo nada que ver con vuestros
líos, soy un simple trabajador que intenta
ganarse un sueldo...
- ¡¡¡cállate!!! Le ordena el etarra, si haces lo que
te diga, no te va a pasar nada. Dentro de unos
15 kilómetros, verás una casa, después de
pasar esa casa hay un pequeño apartado de
tierra junto a la carretera donde te puedes
detener para que me baje, te paras ahí y yo me
voy, pero antes déjame tu D.N.I. para saber que
no me vas a denunciar.
- Te juro que no te denuncio.
- ¡¡¡dame tu carnet coño!!!
A miguel no le queda mas remedio que dárselo y
el etarra se toma nota de su nombre y dirección.
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- Recuerda que si me denuncias, ya se quien eres
y donde vives.
Le devuelve el documento y cuando están
llegando a la casa que le había dicho le avisa para
que se detenga.
El etarra se baja del camión, no sin antes
recordarle que tiene sus datos.
Miguel reanuda la marcha en dirección a Bilbao
hasta que encuentra un restaurante cerrado, se
mete en el pequeño aparcamiento y allí se queda
pensando.
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CAPITULO IV
A las 7 de la mañana y cuando el día empieza a
despuntar, el alba sorprende a miguel dormido
encima del volante. Los acontecimientos de la
noche anterior lo habían desvelado, pero el
cansancio había podido con el y se había quedado
dormido encima del volante.
Se despierta sobresaltado, pensando que todo ha
sido un sueño. Pero al ver donde está y el
restaurante de la noche anterior delante de él, se
da cuenta que no es ningún sueño, que todo ha
sucedido de verdad.
Coge su toalla y su neceser y se dirige al restaurante
que a esas horas ya está abierto. Entra al local y las
miradas del dueño y dos clientes que hay allí, se
posan en el, da los buenos días y se dirige al
servicio.
Una vez frente al espejo, se queda mirando su
imagen reflejada y se pregunta de nuevo si ha sido
real, como de costumbre se lava manos y cara, se
afeita y se peina.
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Cuando sale del aseo se dirige a la barra del bar y
pide un café con leche, los clientes que están allí,
hablan de futbol y de sus cosas, es evidente que se
conocen. Miguel se termina su desayuno, paga y se
va.
Se sube a su camión, lo pone en marcha y después
de darle la vuelta preceptiva para comprobar que
está todo en orden, arranca dirección a su destino.
Cuando llega a la puerta del almacén, todavía está
cerrado y mientras espera a que llegue el personal,
se pone a darle vueltas a la cabeza.
- ¿Abre hecho bien en no decirle a la policía la
verdad? Si, porque lo tenía aquí arriba y me
podía haber matado al subir.
- Pero si le hubiera dicho la verdad a la policía, lo
hubieran buscado y seguramente lo hubieran
cogido.
Mientras estaba con estos pensamientos, llega
alguien al almacén y le pregunta si está esperando
para descargar allí, a lo que miguel responde
afirmativamente y le indican donde ponerse y que
prepare el camión para descargar.
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Una vez terminada la descarga, le pide al encargado
permiso para llamar por teléfono a su empresa para
decir que ya estaba vacío y recibir instrucciones
para cargar de nuevo.
Una vez recibidas las instrucciones de carga, sale
hacia vitoria, tiene que cargar en el polígono jundiz
en una empresa de plásticos con destino en Sevilla.
Si todo va bien, podrá cargar antes de comer, ya
que vitoria queda relativamente cerca.
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CAPITULO V
Cuando llega a la fábrica no hay ningún camión
delante, por lo que nada mas llegar, comienzan a
cargarle.
Una hora después de haber llegado, ya sale con su
carga en dirección a Sevilla, tiene casi todo el día
para ir hacia su destino, ya que hasta el día
siguiente no llegará.
Mientras va conduciendo, su cabeza no para de
darle vueltas a lo que pasó la noche anterior, pero
miguel no quiere pensar en eso, aunque es
inevitable que su subconsciente le envíe de nuevo a
ese momento.
A la hora de comer, se para en el alto del puerto de
la brújula (muy cerca de burgos) come aunque no
tiene demasiada hambre, y continua con su camino,
si todo va bien, hoy parará a dormir por la zona de
manzanares.
Poco antes de llegar a Ocaña, le hace el alto una
pareja de la guardia civil y lo saca de la carretera
para llevarlo a aparcamiento de un restaurante.
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Se acerca uno de los guardias y le pide el disco que
lleva puesto y el anterior, la documentación de la
carga, el carnet de conducir y el de identidad.
El guardia se lleva toda la documentación a la moto
y empieza a revisar el disco del día en curso y
cuando mira el anterior, se dirige hacia miguel y le
dice que se ha pasado una hora y que le va a
denunciar. Miguel le dice que tiene una explicación
pero que por su seguridad no se lo puede decir,
pero que llame a la comandancia de Mondragón y
allí se lo podrán explicar.
El guardia le contesta que él no tiene que llamar a
ningún sitio, pero ante la insistencia de Miguel y
después de decirle que es un caso relacionado con
la eta, accede a llamar.
Unos minutos después, el guardia regresa hacia el
camión, le devuelve el disco del día a Miguel, le dice
que lo ponga y que le siga.
Lo conduce hasta el cuartel de Ocaña y aparca el
camión en un sitio indicado por el guardia, le dice
que lo cierre y que se suba en el coche patrulla que
esta esperando en el sitio donde el guardia le indica
que deje el camión.
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CAPITULO VI
Cuando Miguel sube al coche patrulla, lo primero
que hace es preguntarle al guardia que conduce:
- ¿Qué pasa, he hecho algo malo, pasa algo
malo?
- Tranquilo, en cuanto lleguemos al cuartel se le
responderá a todas las dudas que tenga ( le
responde el guardia)
Una respuesta que, lejos de tranquilizar a Miguel,
aun lo pone más nervioso.
En pocos minutos ya estaban frente a la casa cuartel
de la guardia civil de Ocaña, se abre una pequeña
verja y el coche patrulla entra al interior del recinto.
Se apea el guardia que conducía el coche y le abre
la puerta a Miguel, ya que desde el interior del
vehículo no se puede abrir, le dice que se baje y le
indica que entre al edificio por una pequeña puerta
lateral que lleva al interior de la casa cuartel.
Una vez en el interior del edificio, lo conducen a una
sala que contiene tres sillas, una mesa de tamaño
mediano y una televisión. Le indican que se siente
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en una de las sillas y que en breve vendrá el capitán
para hablar con el.
El nerviosismo de Miguel aumenta por momentos,
no sabe que va a pasar, pero sospecha que está
relacionado con la “aventura” de la noche anterior.
Al cabo de unos diez minutos, se abre la puerta y
entran en la sala el capitán con su uniforme, y dos
hombres mas, vestidos impecablemente con sendos
trajes oscuros y una carpeta en sus manos.
El capitán le saluda con un escueto – buenas tardes,
A lo que Miguel responde educadamente con otro –
buenas tardes.
- ¿sabe usted porque le hemos traído aquí? Le
pregunta el capitán, mientras los otros dos
hombres observan sin decir nada.
- La verdad es que no muy bien, me han parado
unos guardias para hacerme un control y me
han dicho que los siguiera hasta aquí(contesta
Miguel)
- El tema es mucho mas grave que un simple
control rutinario (continua el capitán)le
presento a estos dos señores(señalando a los
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dos hombres)son miembros del C.N.I. y quieren
hacerle unas preguntas.
- Hola (le dice uno de los hombres) mi nombre es
juan, y como bien le ha explicado el capitán,
pertenezco al C.N.I., le vamos a hacer unas
preguntas y queremos respuestas concretas.
¿Anoche tuvo usted un encuentro con un
miembro de eta?
- No (responde Miguel un poco titubeante)
- Por favor, le ruego que no mienta, esto es un
asunto muy serio.
- Le digo que no (responde Miguel)
A una señal de Juan, el capitán enciende la
televisión que había en la habitación y se ve en las
imágenes el accidente de la noche anterior y como
Miguel habla con el etarra, también se ve como el
etarra sube al camión por la puerta derecha,
mientras llegan los agentes y cachean a Miguel, se
ve como Miguel señala la calle por la que
supuestamente había huido el etarra y como se
sube al camión y se va del escenario.
- Usted, engañó deliberadamente a los agentes
para que se fueran en dirección contraria, y de
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esa forma poder sacar a este comando de eta
del lugar y facilitar su huida.
- Les juro que yo no tengo nada que ver con el
asunto (dice Miguel casi llorando) ese hombre
me amenazó con matarme si les decía donde
estaba, además se anotó mi nombre y dirección
y me dijo que si lo delataba, mi vida y la de mi
familia estaban en juego.
- A usted y su familia no les va a pasar nada, pero
tiene que decirnos donde dejó a ese hombre.
- Y ¿Cómo sé que no le va a pasar nada a mi
familia? Ese hombre tiene todos mis datos.
- Si colabora con nosotros, le daremos otra
identidad y un nuevo sitio donde vivir.
- ¡¡¡joder!!! Que solo soy un trabajador, que lo
único que quiero es vivir de mi trabajo, sin
ningún tipo de problemas o líos de este tipo.
El otro hombre de traje, que había estado todo el
tiempo callado, interrumpe la conversación y
dirigiéndose a Miguel le dice:
- Tenemos estas imágenes grabadas por las
cámaras de vigilancia que tiene el pueblo, y con
ellas es muy fácil llevarle ante el juez y acusarlo
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de colaboración con banda armada, por poco
que sea le caerán unos 30 años de condena.
Miguel se queda pensativo unos instantes, durante
esos segundos se le pasa toda su vida por la cabeza,
su mujer, su hija, sus padres, sus amigos y
compañeros de trabajo y con un leve movimiento
de su cabeza, acepta el trato.
- Pero… (pregunta Miguel) ¿Cómo sé que mi
familia esta a salvo?
- Le va a llamar a su mujer por teléfono desde
aquí, y le va a decir que coja a su hija y lo más
imprescindible, en una hora, pasará una
furgoneta de nuestra organización a recogerlas
y las llevarán al sitio donde se podrán reunir
con usted.
Miguel no daba crédito a lo que le estaba pasando,
esto lo había visto en películas americanas, pero no
podía creer que le estuviera pasando a él.
Unos minutos después, tenía encima de la mesa un
teléfono para llamar a su casa, entonces se acordó
del camión, llevaba una carga para descargar al día
siguiente en Sevilla.
- Y ¿el camión? Tengo que avisar a mi empresa
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- Su empresa ya está avisada y viene otro
conductor a por el camión.
Miguel descuelga el auricular y con la mano
temblorosa por los nervios de lo que le estaba
sucediendo, llama a su casa y le responde su mujer.
- Dígame
- Carmen, soy yo
- ¿Qué pasa? ¿te ha pasado algo?
- No te lo puedo explicar ahora
- Pero…¿ que pasa? Le responde Carmen con voz
temblorosa.
- Escúchame, ya te lo explicaré cuando nos
veamos, coge a la niña y lo más imprescindible,
dentro de una hora pasará una furgoneta con
unos señores a recogerte, sube con ellos y no
hagas preguntas.
- Pero…¿ que pasa? Le responde Carmen
llorando al ver que esto no era normal.
- Por favor cariño, hazme caso y no llores mas,
nos vamos a reunir enseguida y te lo podré
explicar todo, te quiero…un beso
El hombre del traje, corta la conversación telefónica
y le empieza a preguntar por el suceso de la noche
anterior.
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Miguel explica todo con pelos y señales, le enseñan
fotografías de etarras para que identifique al de la
noche anterior y miguel señala una de ellas sin
dudar ni un momento.
- Se trata de Iñaki iparragorriz alias el chuko (le
dice Juan a su compañero)
- Si,(y dirigiéndose a Miguel, le dice) pues ya has
tenido suerte, este es uno de los miembros mas
sanguinarios de la banda, tiene a sus espaldas
mas de 20 muertos.
Miguel no da crédito a lo que le está pasando, no
puede creer lo que está viviendo.
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CAPITULO VII
Al cabo de más de 4 horas de interrogatorio, lo
meten en un coche negro, con los cristales tintados
y arrancan en dirección a Madrid.
Cuando Miguel se despierta, oye una voz que le dice
-papá, papá
Era su hija y al lado estaba su mujer, estaba claro
que lo habían drogado para que no viera a donde lo
habían llevado.
No reconocía el lugar, era todo nuevo.
- ¿Dónde estamos? Preguntó
- Tenemos una casa nueva (le dijo su hija con
alegría) con un jardín y todo.
Carmen con lágrimas en los ojos, le explicó que a
ellas también las habían drogado y que cuando
despertaron ya estaban allí.
Se abrazaron llorando los dos y Miguel empezó a
explicarle lo que había sucedido.
Fueron a reconocer la casa y al llegar al salón,
vieron un sobre bastante voluminoso en el que se
podía leer, vuestra nueva vida.
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Al abrirlo encontraron dos D.N.I. uno para cada uno,
ahora ya no se llamaban MIGUEL Y CARMEN, ahora
eran JOSÉ y MARIA, también había una cartilla
bancaria así como sendos certificados de
nacimiento en diferentes ciudades en las que
realmente habían nacido.
Dentro del sobre también encontraron una nota
que les explicaba que su vida anterior había
terminado y que debían adaptarse a la nueva vida
con sus nuevas identidades.
Después de reconocer la casa por dentro, salieron a
tomar un poco el aire, estaban tristes por perder su
vida anterior, pero al mismo tiempo tenían una gran
felicidad por estar juntos de nuevo.
Al salir fuera de la casa, comprobaron que no
estaban solos y aislados, era un pueblo entero de
gentes que habían pasado el mismo trance que
ellos, gente sin pasado pero con un nuevo futuro.
Un día, mientras comían en familia, vieron en la
televisión que Iñaki iparragorriz alias el chuko, había
sido detenido.
A partir de ese día MIGUEL o JOSE, pudo dormir
mas tranquilo… ¿o no?
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EPILOGO
Vive cada día como si fuera el último y disfruta de
los tuyos como si nunca más los fueras a ver.
No sabemos nunca por donde nos va a llevar la
vida.
Esta novela, totalmente inventada por mi, es un
homenaje a todos los colegas camioneros que día a
día nos jugamos la vida en las carreteras para que a
nadie le falte nada cuando vaya a los comercios a
comprar.
Aparte de jugarnos la vida en las carreteras,
también tratamos diariamente con personas a las
que no conocemos de nada, y por lo tanto no
sabemos de que pasta están hechas.
Un fuerte abrazo a todos los camioneros del
mundo.
Fdo. EL CHOTO
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