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Mayo 2011 14 Una casa de Dios y una casa de perdición 27 Símbolos del Espíritu Santo para el tiempo del fin 8 Libres para elegir educación Una ninguna Publicación internacional de los adventistas del séptimo día como

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Mayo 2011

14 Una casa de Dios y una casa de perdición

27 Símbolos del Espíritu Santo para el tiempo del fin

8 Libres para elegir

educaciónUna

ninguna

P u b l i c a c i ó n i n t e r n a c i o n a l d e l o s a d v e n t i s t a s d e l s é p t i m o d í a

como

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I G L E S I A E N A C C I Ó N

Visión mundial ............... 3

Informe mundial3 Noticias y perspectivas

Panorama mundial8 Libres para elegir

S A L U D M U N D I A L

La hipertensión ............11Allan R. Handysides y Peter N. Landless

P R E G U N T A S B Í B L I C A S

Libertad de elección ............................26Ángel Manuel Rodríguez

E S T U D I O B Í B L I C O

Símbolos del Espíritu Santo para el tiempo del fin .................27Mark A. Finley

I N T E R C A M B I O M U N D I A L

29 Cartas30 El rincón de oración31 Intercambio de ideas

El rincón de las personas ....................32

N O T A D E T A P A

Una educación como ningunaAdugnaw Worku .............................. 16La providencia divina lo puso en lugares que no había imaginado.

D E V O C I O N A L

Bordes ásperos Gerald A. Klingbeil .......................... 12Dios sabe cómo pulir a sus tesoros.

V I D A A D V E N T I S T A

Una casa de Dios y una casa de perdición Kim Papaioannou ....................................................................... 14Lecciones espirituales de una iglesia y un casino.

C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

«¡Oh, cuánto amo tu ley!» A. Rahel Shafer ........................................................................... 20Algunos se irritan ante ley de Dios. Otros se deleitan en ella.

D E S C U B R A M O S E L

E S P Í R I T U D E P R O F E C Í A

Las adaptaciones de los libros de Elena White William Fagal .............................................................................. 22La época, las circunstancias y el lenguaje cambian; los principios no.

S E R V I C I O A D V E N T I S T A

Construir templos, instruir niños Laurie Falvo ................................................................................ 24El evangelio en un vasto territorio de desafíos impresionantes.

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Publicado por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. www.spanish.adventistworld.org

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Tan solo dos años y cuatro meses después que un devastador incendio arrasó las oficinas de la Unión Asociación Británica en Watford, Inglaterra, el presidente de la Asociación General, Ted Wilson, tuvo el privilegio de cortar la cinta para reinaugurar el edificio, ante el aplauso de varios cientos de invitados que viajaron inclusive desde Escocia e Irlanda para la ocasión.

Wilson reflexionó en la experiencia de los doce espías que exploraron la Tierra Prometida, en especial en el negativismo de diez de ellos en contraste con el optimismo de Josué y Caleb.

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Habría sido fácil desanimarse por la estructura quemada, pero recurriendo al principio del «medio vaso lleno», exhortó a la congregación, entre los que estaban los que trabajan en el edificio, a que sean optimistas y usen los recursos de ese lugar para seguir compartiendo el mensaje adventista en el territorio.

Los arquitectos y constructores también hablaron de su tarea; Alan Burtenshaw, concejal de Watford, resumió los pensamientos de todos al decir que el nuevo edificio combinaba lo mejor del antiguo, con un estilo moderno que, como expresó Victor

Él nos mantiene unidos

Los primorosos narcisos amarillos ya están floreciendo en el patio

de mi casa. Al pensar en sus coloridos pimpollos repletos de vida, me siento tentado a componer un poema. Pero del otro lado del mundo, hay hermanos adven-tistas que se abastecen de combustible para pasar el invierno, mientras recogen las cosechas y buscan ropas más abrigadas.

Me comunico y escribo en inglés, una lengua híbrida con influencias francesas, alemanas, latinas y de otra decena de idiomas. Pero millones solo captarán mis palabras en otras catorce lenguas que no leo ni comprendo. La Providencia se ha encargado de que su fe no dependa de las excentricidades de mi lengua materna.

Cada sábado voy a la iglesia en automóvil, aunque el precio de la gasolina siga aumentando. Pero millones de mis hermanos y hermanas en Cristo cubren los kilómetros entre sus hogares y sus templos a pie, cruzando campos, selvas, o atestados paisajes urbanos. Su combustible se halla en el almuerzo de camaradería que comparten después del culto.

Desciendo de habitantes que vivieron por siglos en Inglaterra, Italia y los Estados Unidos. Pero millones de adventistas no pueden pensar en esas naciones sin recordar los sinsentidos y los conflic-tos que han estropeado la paz y el gozo de sus propias naciones.

Cuando pensamos en lo que podría dividirnos –idiomas, culturas, la historia y hasta el ciclo de las estaciones– es una maravilla desde el punto de vista humano que siquiera exista esta iglesia remanente. Muchos otros no se han aventurado a cumplir lo que para nosotros, los adventistas, es un deber. Otros se limitan a celebrar lo local, lo singular, lo particular o lo étnico. Pero el principio de organización de este movimiento no ha sido, ni jamás será, el carácter común de nuestras experiencias. Una fe que circunda el mundo solo puede hallar un centro único y satisfactorio en un Señor no revelado a una sola lengua, cultura o identidad nacional.

«Él ya existía antes de todas las cosas –escribió el apóstol Pablo hace muchos siglos– y mantiene unida a toda la creación. Cristo también es la cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo. Él es el principio, es supremo sobre todos los que se levantan de los muertos. Así que él es el primero en todo» (Col. 1:17, 18, NTV).*

Cuando ore, pida que Dios bendiga a sus hermanos creyen-tes que difieren de usted en aspecto, y que no hablan ni comen ni cantan como lo hace usted. Interceda ante Dios para que sigan fieles al Señor, a ese Dios que todos tenemos en común.

– Bill Knott

*El texto de la NTV ha sido extraído de la Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

V I S I Ó N M U N D I A L

CORTE DE CINTAS: El pastor Ted N. C. Wilson (tercero desde la izquierda) se prepara para cortar la cinta en la reinauguración de la sede de la Unión Asociación Británica, en Watford, Inglaterra.

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Wilson reinaugura la sede central de la iglesia en Gran Bretaña

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Pilmoor, tesorero de la Unión, demuestra «el equilibrio de la fe adventista, porque lleva nuestros ojos hacia el cielo, pero también nos permite divisar el “Edén”, esos espacios verdes de Stanborough Park».

«Fue un día perfecto», reflexionó Audrey Balderstone, miembro activa de la comunidad de Watford. Y no se refería al clima, ya que estaba nublado y húmedo, sino al mensaje de Wilson, la música elevadora del Conjunto Vocal Adventista, la historia de la obra de la iglesia en las Islas Británicas y la rededi-cación de las oficinas de la Unión.

Don McFarlane, presidente de la Unión Asociación Británica, expresó su alegría al ver que el proceso resultó en una sede apta para atender las necesi-dades de la iglesia en el siglo XXI. «El desafío que tenemos es hacer que este no sea meramente un lugar agradable de trabajo –dijo–. Tiene que ser un lugar donde Dios ejerza un impacto sobre la vida de los líderes de la iglesia, donde permitamos que el Espíritu Santo transforme los planes y las ideas en experiencias vivas para gloria de Dios».–informe de Victor Hulbert, director de Comunicaciones de la Unión Asociación Británica

Canal adventista atrae a una amplia audiencia en Oriente Medio

Un canal de televisión adventista de Beirut, Líbano, está atrayendo una atención extraordinaria. Poco después de su lanzamiento, el Departamento de Relaciones con la Audiencia del Centro de Medios Al Waad, fue testigo de una oleada de mensajes electrónicos y visitas al sitio web Al Waad (Canal Promesa, en www.al-waad.tv).

Cuando los telespectadores comen-zaron a ver las transmisiones de Al Waad, el nuevo canal adventista los entusiasmó tanto que muchos comenzaron a promoverlo en sus propios sitios web.

«Con profunda sorpresa, descubrí que muchos están promoviendo el canal en sus sitios web. Han puesto fotografías, enlaces con nuestro sitio,

han anunciado la frecuencia del canal y escrito recomendaciones sobre sus contenidos», dijo Tawfik Megally, ge-rente de Relaciones con la Audiencia del Centro de Medios Al Waad.

Los sitios web que están promoviendo el canal Al Waad no pertenecen a la Iglesia Adventista e incluso algunos son copto ortodoxos, pero la mayoría son musulmanes.

«Estoy impresionado de que el lanzamiento de Al Waad haya tenido semejante impacto aquí en Oriente Medio. El canal está siendo promocionado de boca en boca, en diversos sitios web, por los miembros de iglesia, mensajes electrónicos, y otros», dijo.

Tanto Oriente Medio como África del Norte están experimentando cambios sin precedentes. Toda la región ha sido invadi-da por ansias de libertad. Los jóvenes están decididos a enfrentarse a dictaduras y atrocidades que han existido por décadas.

¿Está Dios brindando una oportu-nidad a la Iglesia Adventista para que sirva y comparta su mensaje del fin del tiempo con los pueblos árabes? ¿Es providencial que Hope Channel y Radio Mundial Adventista hayan establecido estudios simultáneamente mientras que Oriente Medio y África del Norte pre-sionan para gozar de mayores libertades? ¿Estará entre ellas la libertad de cultos?–informe de Amir Ghali, tedNEWS

Sitio web Adventus 21 distribuye libros adventistas a una amplia audiencia

La búsqueda de libros adventistas académicos y de otras áreas, en especial en español, es más fácil para clientes in-ternacionales, gracias a www.Adventus21.com, un nuevo sitio web dedicado a la venta y distribución de esos títulos.

«La Editorial Adventus es un pro-yecto conjunto interuniversitario que fue creado para promover, distribuir y publicar libros y revistas académicas e

EQUIPO DE AL-WAAD: Empleados de la nueva red de televisión Al Waad (Canal Promesa) de Beirut, Líbano, son presentados durante la ceremonia de inauguración.

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Sitio web de Adventus 21

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investigaciones y videos educacio-nales dentro del marco de la cos-movisión cristiana bíblica. Busca beneficiar a educadores, bibliotecas, estudiantes, profesionales y lectores en general –indica el sitio–. Nuestro objetivo es estimular la mente y ali-mentar el espíritu de una clientela internacional mediante lecturas y videos en diversos idiomas. El catálo-go electrónico, organizado en categorías, hace que sea fácil adquirir productos de calidad a precios razonables».

El emprendimiento es resultado de una idea de Humberto M. Rasi, exdirec-tor de Educación de la Iglesia Adventista quien dijo que también se busca «crear un consorcio de universidades adven-tistas de América latina por el cual se obtengan fondos para publicar libros de textos y monografías que necesiten nuestras instituciones educativas».–Responsables de noticias de Adventist World

Neal Wilson es recordado en la sede central de la iglesia como «mentor», «hombre de visión» y «papá»Mark A. Kellner, editor de noticias

Neal Clayton Wilson, quien fue presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista durante once años, fue recordado en un homenaje especial como una persona cuya «magnífica obsesión» era «la bienaventurada espe-ranza del regreso de Cristo».

Wilson, que fue presidente de la AG entre 1979 y 1990 y jugó un papel decisivo en la expansión de Radio Mundial Adven-tista, la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA), y de la iglesia en la ex Unión Soviética, falleció el 14 de diciembre de 2010 a los noventa años, luego de una larga enfermedad. Lo sobreviven su esposa Elinor, dos herma-nas, un hermano, un hijo, una hija, cuatro nietos y cuatro bisnietos.

Un total de catorce líderes adventistas como también algunos miembros de la familia rindieron homenaje a Neal Wilson,

frente a más de quinientas personas presentes en la sede central de la iglesia. El Canal Hope Church, de la red Hope Channel, coordinó la ceremonia, que también pudo ser vista por Internet.

«No es momento de permitir que la muerte reine sobre nosotros –expresó Charles E. Bradford, quien sucedió a Wilson como presidente de la División Norteamericana–. Neal Wilson conquis-tó todo gracias a su Señor y Salvador Jesucristo».

Durante el evento de dos horas y media, cada orador destacó la de-dicación de Wilson a la misión de la Iglesia Adventista, algo que dominó sus décadas de servicio al movimiento. Como hijo de misioneros y misionero él también, y como líder de Asociación, Unión, División y de la iglesia mundial, Wilson se dedicó a enfatizar la pro-clamación de los mensajes de los tres ángeles y los textos de Apocalipsis 14 que presagian el regreso de Cristo.

Neal Wilson fue «una torre de justicia en un desierto de desesperación, y trajo esperanza a nuestros corazones», dijo C. D. Brooks, a quien Wilson llamó a ser evangelista de Unión. Brooks dijo que Wilson era querido por la comunidad afroamericana por su lucha contra el racismo y a favor de la reconciliación.

«Tuvimos padres maravillosos y la bendición de crecer en un hogar cristiano», dijo Ted N. C. Wilson, hijo de Neal y actual presidente de la Asocia-

ción General. También destacó la sólida fe que su padre y él compartían en la enseñanza bíblica de la resurrección de los justos al momento de la segunda venida de Cristo, y agregó confiado: «Sé que veré a mi padre otra vez».

Radio Mundial Adventista lleva a cabo encuentro consultivo en Asia-Pacífico

Quince países de la región de Asia Meridional-Pacífico Sur estuvieron re-presentados en el encuentro consultivo quinquenal de Radio Mundial Adven-tista (AWR) el pasado 22 y 23 de febrero en la isla de Batam, Indonesia.

La región comprende tres Divisiones de la Iglesia Adventista: Asia-Pacífico Sur, con sede en las Filipinas; Asia-Pacífico Norte, en Corea del Sur; y de Asia Meridional, en India.

Asistieron al evento directores de áreas de comunicaciones y estudios radiales como también productores de programas de AWR. Entre los presentadores, estu-vieron Dowell Chow, presidente mundial de AWR; Greg Scott, vicepresidente; Kent Sharpe, vicepresidente financiero; Claude Richli, director de comercialización y editor asociado de Adventist Review y Adventist World; y dos miembros de la junta de AWR, Dyane Pergerson y Don Martin.

Jonathan Wagiran, director de AWR en Asia-Pacífico; y Anniston Mathews, director del área de programaciones,

Arriba: TRIBUTO FAMILIAR: Shirley Wilson Anderson, docente en la Universidad de Walla Walla, y el pastor Ted N.C. Wilson presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista, hablan el pasado 19 de enero de 2011 durante la ceremonia

de homenaje a su padre Neal Wilson, expresidente de la Asociación General, quien falleció el 14 de diciembre de 2010. Izquierda: Portada de la Adventist Review.

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coordinaron el evento y ofrecieron disertaciones.

El encuentro contó con actividades espirituales e informes de los diversos campos. Cada día se dedicó un tiempo especial a la oración, que fue una instancia de adoración, confesión, agradecimiento y súplicas.

AWR transmite por radio de onda corta, pero también usa otros medios como la Internet, los podcasts, los iTunes y redes sociales como Facebook y Twitter.

Greg Scott enfatizó la importancia de respetar las leyes de derechos de autor. Don Martin agregó que «los productores tienen que ser muy cuida-dosos; tienen que usar materiales solo cuando cuenten con los permisos y las autorizaciones pertinentes».

Kent Sharpe brindó información sobre la disponibilidad de fondos para establecer nuevos proyectos para el progreso de este ministerio.

Wagiran brindó un extenso informe sobre el progreso de AWR en la región y delineó planes para el futuro. Durante el evento, se anunció que Indonesia marcha en segundo lugar (detrás de los Estados Unidos) en el uso de redes sociales como Facebook. Estas redes pueden ayudar a distribuir programas de AWR a los que se podrá acceder fácilmente por medio de la telefonía móvil.–informe de Samuel Simorangkir, División de Asia Meridional-Pacífico Sur

Con la intención de mejorar la educación en toda la región Interamericana de la Iglesia Adventista, los rectores y vicerrectores de las instituciones de educación superior

del territorio y los presidentes de las juntas de gobierno se reunieron en una cumbre especial para examinar las funciones de gobierno, la gestión y los procedimientos de evaluación de las trece universidades del territorio.

Más de setenta líderes de educación se encontraron a co-mienzos de marzo de este año en la Universidad Adventista de Centroamérica, en Alajuela, Costa Rica, para renovar su compro-miso con la educación cristiana.

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I N F O R M E M U N D I A L

Encuentro especial examina funciones y procedimientos de trece universidades.Libna Stevens, directora asistente de Comunicaciones, División Interamericana, desde Alajuela, Costa Rica

EnInteramérica,

los administradores buscan mejorar las instituciones educativas

«El encuentro marcó el primer paso para el establecimiento de buenas prácticas de gestión, según fueron especificadas por los administradores de nuestras instituciones», dijo Gamaliel Florez, director del Departamento de Educación de la iglesia en la región.

Los administradores universitarios pudieron ver con claridad la función y los deberes de cada entidad u órgano de gobierno y su papel administrativo, explicó Florez, al que se le unió un equipo de disertantes de la sede central de la División Interamericana y de la Asociación General.

«Las juntas tienen que saber que su función es el gobierno, no la microgestión –añadió Florez–. Asimismo, se recordó a los administradores que su función es ejercer sus deberes administrativos sin inmiscuirse en las áreas que incumben a los órganos de gobierno».

Cada una de las instituciones adventistas de la División Interamericana está gobernada por la junta de gobierno de su respectiva Unión. La única excepción es la Universidad de Montemorelos, de México, que es operada por la División.

Los líderes universitarios establecieron asimismo parámetros para evaluar las instituciones, al especificar las prácticas administrativas más eficientes de sus instituciones.

F O T O G R A F Í A D E L A D I V . A S I A M E R I D I O N A L - P A C Í F I C O S U R

SEMINARIO DE AWR: Delegados de quince países asistieron a un seminario de Radio Mundial Adventista (AWR) en Indonesia.

Iglesia en acción

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Todo esto forma parte de un proceso que busca mejorar la educación adventista de los casi diecisiete mil estudiantes que asisten a las trece universidades adventistas y a un colegio superior. Las mejoras de gestión no solo brindaron un marco al encuentro, sino también la oportunidad de establecer un nuevo compromiso de trabajar para que los jóvenes crezcan espiritualmente, para que cumplan así el plan que Dios tiene para ellos.

«No somos llamados a cuestionar la filosofía de la educación adventista, sino a garantizar que la institución que nos llamó continúe cumpliendo su misión. Nuestras instituciones deberían ser una salvaguarda contra toda influencia negativa que mine las creencias de los estudiantes o los distraiga de alcanzar la salvación», dijo Florez.

Esto significa brindar una educación que forme la clase de profesionales que puedan desempeñarse en su campo de conocimiento, explicó Florez. «¿Son nuestras universidades centros de educación para este mundo y la eternidad? ¿Estamos ayudando a nuestros estudiantes a cultivar una comunión más estrecha con Dios? Este es el tipo de pre-guntas que formarán parte de las evaluaciones de nuestras instituciones», añadió.

Los líderes votaron una declaración de compromiso para, entre otros puntos, «promover la reforma y el reaviva-miento espiritual en todas nuestras universidades, poniendo en primer lugar las Sagradas Escrituras, la norma perfecta de la verdad, como fuente de todo conocimiento, y la oración como instrumento de fortalecimiento espiritual».

Los líderes enfatizaron el fortalecimiento espiritual, estableciendo un cronograma de días especiales de activi-dades de reavivamiento espiritual en sus instituciones, que será en el mes de abril.

El encuentro concluyó con una ceremonia donde se condecoró a varios líderes universitarios por sus años de servicio a la educación cristiana.

Entre los oradores de esta cumbre especial estuvieron Lowell Cooper, vicepresidente general de la Iglesia Adventista mundial, y por la División Interamericana: Israel Leito, presidente; Elie Henry, secretario; Filiberto Verduzco, tesorero; Myrna Costa, vicepresidenta; Gamaliel Florez, director del área de Educación; Efraín Velásquez, director académico del Seminario Teológico; y Ekel Collins, vicepresidente de Asuntos Estudiantiles de la Universidad de Montemorelos.

Encuentro especial examina funciones y procedimientos de trece universidades.Libna Stevens, directora asistente de Comunicaciones, División Interamericana, desde Alajuela, Costa Rica

Interamérica, los administradores buscan mejorar las instituciones educativas

ENCUENTRO ADMINISTRATIVO: Administradores universitarios de toda Interamérica se reunieron en un encuentro que buscó mejorar las prácticas de gestión de las instituciones de educación superior. El encuentro se llevó a cabo en la Universidad Adventista de Centroamérica en Alajuela, Costa Rica, los días 2 y 3 de marzo de 2011.

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Una de las creencias distintivas adventistas fundamentales, que se basa de manera directa en

las Escrituras, es la libertad de elección. Este tema es en realidad el motivo central del gran conflicto entre el bien y el mal, y se remonta hasta el comienzo del tiempo. El sistema de gobierno de Dios siempre se ha basado en su carác-ter; después de todo, «Dios es amor» (1 Juan 4:8). Cualquier obediencia que sea producto de la fuerza o el temor, es contraria a los principios divinos. El diablo atacó el fundamento del sistema de gobierno de Dios al afirmar que nadie adora a Dios por amor sino por temor. Por ello, Dios colocó el árbol del conocimiento del bien y del mal en el Edén, otorgando a los seres humanos la libertad de elegir obedecerlo o no.

Después de que nuestros primeros padres fueron seducidos y escogieron el dominio de Satanás, perdieron la capa-cidad de elegir. No pudieron volver al estado perfecto de obediencia a Dios por amor. La iniciativa tenía que provenir desde afuera. Y Dios tenía la solución. Antes de la creación del mundo, Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo habían formulado el plan de

salvación, por el cual Jesús habría de tomar nuestro lugar. Y es así que Cristo vino a esta tierra y vivió una vida de obe-diencia a su Padre por amor, refutando la afirmación satánica de que la ley divina de amor no podía ser obedecida. Al morir por nosotros, Jesús pagó el precio de nuestros pecados para que tengamos otra vez la posibilidad de elegir.

La obra de Cristo para salvarnos no culminó con su muerte. En el presente, intercede por nosotros en el Lugar Santísimo del Santuario celestial. El juicio investigador que comenzó en 1844 (Dan. 8:14) gira mayormente en torno a nuestras elecciones, porque allí se dan a conocer los registros de la decisión de cada individuo a favor o en contra de Dios.

Con todo el corazónEs por ello que como adventistas

promovemos enérgicamente los dere-chos religiosos de todas las personas. Queremos proteger el derecho de cada uno de tomar una decisión por Dios. Por supuesto, no queremos proteger cosas que estén completamente en contra de la ley divina, pero deseamos que todos tengan la libertad de creer en un Dios poderoso y amante que ha pro-visto para nuestra salvación individual. Aunque deseamos que todos conozcan y amen al Dios de las Escrituras, no forza-mos esta creencia en ninguna persona. Forzar a otro a hacer aun lo bueno, va en contra de la voluntad divina y apoya

la mentira satánica sobre Dios. Tenemos que obedecer a Dios por amor. Esa es la esencia de la libertad religiosa.

En general se cree que la libertad de cultos es algo bueno. La mayor parte de la gente afirma creer en la libertad religiosa. Cuando visito diversos países donde se permite la libertad de con-ciencia, agradezco a los funcionarios de los gobiernos por esta libertad que brindan a sus ciudadanos, indicando que este principio es el fundamento de una sociedad y una nación sólidas. Pero la aplicación de este principio suele ser muy diferente.

En algunos lugares donde en el pasado no había libertades religiosas, la escena política ha cambiado, solo para ser reemplazada por una religión dominante que a veces se muestra hostil hacia otras religiones. Parece que algunos quieren libertad religiosa para ellos pero no para los demás. Como adventistas, tenemos que guardarnos y jamás ser culpables de esta aplicación selectiva de la libertad religiosa, por más que crezcamos en número e influencia.

Al repasar la historia, vemos que siempre que la religión y la política se unen estrechamente, existe potencial-mente el abuso. A menudo, cuando las organizaciones religiosas predominantes tienen acceso a influencias sociales y políticas, existe el potencial de reducir las libertades individuales de los que no forman parte de la mayoría. Por eso es im-portante que como adventistas tomemos

Ted N. C. Wilson es presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista.

para

Ted N. C. Wilson

Jesús murió para defender nuestro derecho de elegir.

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constantemente la iniciativa de familia-rizar a los gobiernos locales y nacionales, los líderes cívicos, otras organizaciones religiosas y los líderes del mundo empresarial, con nuestras creencias y con la necesidad de la libertad religiosa.

Esto tiene que ir más allá que una mera lista de creencias, y tiene que incluir nuestro enfoque como defensores de la libertad de conciencia. Cuando la gente entiende mejor quiénes somos los adventistas, los gobiernos, otras organi-zaciones religiosas y los líderes de diver-sas áreas podrán ver que los adventistas no somos un grupo extraño y disonante, sino personas que tomamos muy en serio el bienestar de la humanidad, y que estamos comprometidos para construir la sociedad y la nación. De esta manera, se entenderá y recibirá mejor nuestra petición de libertad religiosa.

Sepamos quiénes somosEl Departamento de Relaciones

Públicas y Libertad Religiosa (PARL) de la Asociación General produce materiales excelentes y trabaja con diligencia para

crear conciencia de la libertad religiosa en el mundo, influyendo sobre los líde-res del pensamiento. Sin embargo, esto no es suficiente. Necesitamos que cada adventista comprenda, participe y pro-mueva la libertad religiosa y de concien-cia. Todos tenemos que comunicar que, según entendemos, la vida es un don supremo, que ha sido creada por Dios, y que abarca las facetas física, mental, social y espiritual de la existencia.

Los adventistas deberíamos ser los más cordiales y activos a la hora de demostrar quiénes somos, qué es lo que somos, en qué creemos y qué podemos hacer para ayudar a construir socieda-des positivas. Donde estemos, tenemos que buscar oportunidades de asociarnos con otros sin renunciar jamás a nues-tras creencias distintivas. Aunque no apoyamos el ecumenismo, tenemos que buscar oportunidades de trabajar con otros para ayudarlos a tomar buenas decisiones. Al hacernos de amigos, se nos pedirá que expliquemos nuestras creencias y estilo de vida. Esto nos brindará oportunidades de compartir lo

que creemos y ayudar a que la gente sepa quiénes somos y por qué defendemos la libertad religiosa.

Tendremos la oportunidad de compartir nuestra fe en forma personal y de compartir publi-caciones cristianas, entre ellas, el maravi-lloso libro El conflicto de los siglos, cuya autora, Elena White, indicó que deseaba que fuera divulgado más que sus otras obras. Este libro en particular muestra de manera dramática la importancia de la libertad religiosa y la

necesidad de tomar decisiones correctas al seguir a Dios. ¿Por qué no releerlo este año, en preparación para el gran programa de distribución mundial planificado para 2012 y 2013?

Aun en lugares donde se practica la libertad religiosa siempre existe la amenaza de perder lo que no se valora y aprecia. Es por ello que el precio de la libertad religiosa es la vigilancia cons-tante. La libertad religiosa no es una característica única de los adventistas, pero estamos calificados como nadie, para abogar por ella en todo el mundo.

Mostremos quiénes somosUn amigo tenía un letrero que

decía: «Predique el evangelio siempre; de ser necesario, use las palabras». Ser adventistas es mucho más que tener un conjunto de creencias o un estilo de vida definido. Tiene que ver con nuestra relación personal con Dios y el trato hacia los demás. Tiene que ver con nuestras elecciones, que en último término nos colocan completamente en las manos de Dios, a medida que

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le permitimos que obre en nosotros por medio de su Espíritu. Tenemos que entender claramente que somos salvos por gracia, y que dependemos plenamente y tenemos una deuda con un Dios amante y poderoso que no solo nos creó sino que también nos redimió. Cuando lo entendamos, nues-tras vidas no asumirán un enfoque mecanicista o legalista de la fe. Por el contrario, asumiremos una dinámica que está llena del Espíritu, como re-sultado de nuestra gratitud y completa entrega a Dios.

Hay un dicho que expresa: «Hay más religión en un trozo de pan de lo que podemos imaginar». Cuando com-partimos un trozo de pan con un vecino o ayudamos a otros con sus necesidades básicas, a alguien en prisión o a alguien que tiene problemas en su hogar o en su matrimonio, cuando en realidad ayuda-mos a otros, es allí cuando le decimos al mundo con poder quiénes somos los adventistas del séptimo día.

Defendamos la libertadAun cuando defendemos la libertad

religiosa, sabemos por la profecía que en algún momento del futuro diversos factores se conjugarán para que comience a ser coartada en todo el mundo. Sin embargo, deberíamos seguir siendo optimistas respecto del futuro, porque sabemos el fin de la historia. La Biblia nos asegura cuál va a ser el destino profético del pueblo de Dios. Cuando leo libros como El gran conflicto, sé que la iglesia de Dios seguirá hasta el fin, y que Dios ha colocado su mano sobre su iglesia.

Al salvaguardar y defender el precioso don de la libertad religiosa, usemos esa libertad para que otros conozcan al Originador de la libertad de elegir, nuestro maravilloso Dios de amor.

Iglesia en acción

iglesia de un díaUna

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En una pequeña comunidad en las afueras de Choluteca, Honduras,

hay una «Iglesia de Un Día» hecha de postes, vigas y techo de acero, sobre un simple piso de concreto. La congre-gación es demasiado pobre como para añadir las paredes, pero eso no les im-pidió usar la iglesia como centro de ministerios infantiles durante el último receso navideño.

El equipo del Proyecto Familiar Navideño 2010 de Maranatha estuvo allí para ayudar a construir una escuela para novecientos estudiantes. A pesar de las tareas de construcción, un grupo de especialistas de la Escuela Bíblica de Vacaciones pasó la mayor parte del tiempo ofreciendo un programa de actividades especiales de Navidad para los niños de la comunidad local.

La primera tarde, asistieron setenta y cinco niños y tienen que haber esparcido la noticia, porque en los días siguientes, la asistencia trepó rápida-mente hasta superar los doscientos niños.

Un grupo de familias locales se sumó a voluntarios de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, para presentar historias bíblicas «en vivo», enseñar principios básicos de salud y ayudar a los niños a preparar una cadena de oración que fue entrelazada entre las vigas de acero del techo.

La última tarde, la iglesia estuvo atestada de niños que cantaron con tanta energía que todo el pueblo se acercó a escucharlos. Los niños recortaron ángeles de papel, repartieron brillantes coronas y cantaron con un entusiasmo que emocionó a los presentes hasta las lágrimas.

El equipo había preparado regalos para doscientos niños, pero el último día llegaron más. Los voluntarios se preguntaban qué hacer, y entonces uno de ellos dijo: «¿Recuerdan cómo Jesús bendijo el pan y los pescados? ¡Pidámosle que bendiga las bolsitas con los regalos!»

Cuando se distribuyeron las doscientas bolsitas, aparecieron dos sacos con más regalos. Algunas bolsitas decían «niño» y otras, «niña». Así fue que los dos-cientos treinta niños presentes recibieron regalos ese día, y aún sobraron varios.

¿Y la cadena de oración? La cadena completa dio casi dos vueltas a la iglesia. En cada eslabón, había un pedido o agradecimiento especial:

«Dios, ayuda a que mi mamá se mejore».«Gracias por traer nuevos amigos al pueblo».«Jesús,llévame pronto a tu hogar».El programa «Iglesias de un día» es un proyecto en colaboración

entre la Iglesia Adventista, Servicios e Industrias de Laicos Adventistas (ASI) y Maranatha Volunteers International. Esta iniciativa fue creada y desarrollada originalmente por Garwin McNeilus, un empresario de Minnesota que es miembro de ASI. Estas historias llegan hasta usted gracias a Dick Duerksen, el «narrador» de Maranatha.

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Su vecino está bien informado; los medicamentos son solo parte del tratamiento contra la hipertensión.

Es muy importante realizar cambios en el estilo de vida: tener una dieta saludable, mantener el peso ideal, hacer ejercicio con regularidad y abstenerse del tabaco y del alcohol.

La hipertensión es un problema común. En el mundo, alrededor de mil millones de personas sufren de alta presión, y se cree que para 2025 esa cifra alcanzará casi mil seiscientos mi-llones, lo que muestra una progresión incesante de esta peligrosa afección. Cada año, la hipertensión provoca 7,6 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares.

La presión arterial se produce por el bombeo de sangre del corazón a los va-sos sanguíneos y las diversas fases de ese proceso, y a través de las venas y arterias que son una creación maravillosa. Para registrarla, se utilizan dos valores: uno máximo (la presión sistólica) y uno mí-nimo (la diastólica). La presión sistólica es producida por la acción de bombeo del corazón (contracción ventricular), que empuja la sangre a todos los vasos sanguíneos del cuerpo. Es un reflejo del trabajo que hace el corazón para soste-ner la vida. La presión diastólica refleja la disminución de la presión cuando el corazón se relaja (la fase de descanso) y se llena nuevamente de sangre entre cada latido. Esta presión depende de la estructura muscular, en especial de las arterias más pequeñas (arteriolas o vasos de resistencia), que contribuyen al mantenimiento del flujo de sangre.

Es importante repasar y conocer las

cifras que definen la presión arterial normal y saber cuándo es necesario intervenir porque la presión es muy elevada. Por lo general se usan cuatro categorías:1. Normal–por debajo de 120/802. Prehipertensión–sistólica 120-139, o diastólica 80-893. Hipertensión en estadio I–sistólica 140-159, o diastólica 90-994. Hipertensión en estadio II–sistólica 160 o superior, o diastólica 100 o superior.

Es importante tomarse la presión porque para cada categoría existen recomendaciones y pasos que es necesario realizar, comenzando con cambios en el estilo de vida en casos de prehipertensión y medicamentos según sean necesarios.

A la alta presión se la conoce como «la asesina silenciosa», porque a menudo no presenta síntomas. Por ello, es vital que conozca su presión arterial.

La dieta y la hipertensiónSu pregunta sobre la dieta es perti-

nente e importante. Como se destacó más arriba, la presión elevada es cada vez más común. En la población de los países más industrializados, la presión elevada aumenta dramáticamente con la edad. Algunos grupos, entre ellos, los vegetarianos que consumen muchas verduras e ingieren poca sal, no mues-tran una mayor incidencia de elevada presión arterial por la edad.

Se han realizado muchos estudios sobre la relación entre hipertensión y régimen alimentario. Los patrones ali-mentarios que han mostrado contribuir a una disminución de la presión arterial

enfatizan el consumo de frutas, verduras, y productos lácteos bajos en grasas. Se deben incluir granos integrales, nueces y aceites vegetales. Los mejores resul-tados se obtienen cuando también se limita el consumo de sal (1,2 gr o 1200 mg por día). En los estudios clásicos para detener la hipertensión se incluyen la carne de aves y de pescado, pero se puede prescindir de ellas sin problemas. Se recomienda no consumir dulces ni bebidas azucaradas.

Los pacientes que siguen alguno de estos regímenes especiales pueden controlar mejor su presión arterial y, en caso de necesitar medicamentos (como sucede a menudo), las dosis resultan más efectivas y pueden ser reducidas.

En resumen, recuerde que la medi-cación de por sí no constituye un trata-miento adecuado para la hipertensión si no se producen cambios en el estilo de vida, y que las medidas alimentarias son muy importantes a la hora de enfrentar este problema.

Referencia: New England Journal of Medicine, 3 de junio de 2010, pp. 2102-2112.

Allan R. Handysides es director del Departamento de Salud de la Asociación General.

Peter N. Landless es director ejecutivo del ICPA y director asociado del Departamento de Ministerios de Salud de la Asociación General.

Allan R. Handysides y Peter N. Landless

Me han diagnosticado alta presión arterial, y el médico me recetó medicamentos. Ahora mi presión parece estar más controlada. Hace poco almorcé con un vecino, y él se mostró preocupado al ver lo que comía. Entiendo que si tomo los medicamentos y mi presión está mejor, puedo comer lo que quiero, ¿no es así?

hipertensiónS A L U D M U N D I A L

La

Mayo 2011 | Adventist World 11

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Alisemos los bordes ásperos¿Será que el hermano o hermana

que se sienta a nuestro lado en la iglesia a veces nos irrita? ¿Lanza usted un suspiro cuando ve cierto nombre en el boletín de iglesia («¡otra vez!»)? ¿Será que la cantilena teológica de alguno lo hace suspirar aún más fuerte? Estoy seguro de que la mayoría de nosotros hemos sentido esas emociones, por más que nos alegre ser parte del pueblo de

Las herramientas sorprendentes de Dios

Gerald A. Klingbeil

D E V O C I O N A L

12 Adventist World | Mayo 2011

Eran poco atractivas, ásperas y toscas; nada especial.

Un empleado de la planta industrial que estábamos visi-

tando las arrojó en un inmenso tambor. Entonces añadió arena, aserrín y agua, y lo cerró herméticamente. Presionó un botón, y el barril comenzó a moverse. Se sacudía, giraba y rotaba sobre sí. El ruido era ensordecedor. Decenas de barriles se movían y se sacudían, según podíamos

Las gemas giratorias y la iglesia

La transformación de una fea roca en una gema pulida me recordó visualmente a la iglesia. No hablo del edificio, ni de la organización, sino de la comunidad de creyentes de diversos trasfondos, con diferencias culturales y raciales. Todos tienen bordes ásperos, y en la iglesia todos comienzan a «girar» juntos.

ver desde nuestro mirador en las alturas. Pero nada nos permitía adivinar el con-tenido precioso de ellos. Sí, las rocas eran poco atractivas, ásperas y toscas cuando ingresaron a los tambores, pero vimos entonces que abrían otro tambor después de haberlo mantenido por semanas en constante movimiento. La transforma-ción era asombrosa. En medio del polvo y el fango, aparecieron hermosas piedras semipreciosas: Ojos de tigre, cuarzos rosas, amatistas, ágatas, jaspes y muchas otras, ya sin bordes ásperos, redondeadas y resplandecientes, para ser seleccionadas con cuidado según su tamaño y calidad. La sala pareció iluminarse de color rosado, azul oscuro, blanco, rojo y verde.1

Crecí en la hermosa región de la Selva Negra de Alemania, donde nevaba mucho. Cuando era adolescente, me uní a un club que practicaba esquí de fondo. A todos nos gustaba la actividad, y estábamos dispuestos a entrenarnos arduamente para adquirir habilidad. La iglesia, sin embargo, no es igual que un club. En su lugar, las Escrituras usan otra metáfora (Efe. 1:5, 17; 2:18, 19): es como una familia. Si a un esquiador no les cae bien el entrenador o alguno de los compañeros, puede buscarse otro club. En una familia, al igual que en la iglesia, no tenemos esa opción; somos parte de algo más abarcador que no se basa en gustos o aversiones.

asperosBordes

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causa de Dios, para que no carezcan de integridad, sino que se adhieran firme-mente a los principios».3

Cuando Pedro deja de comer con los creyentes gentiles por la presión de los hermanos de Jerusalén, Pablo no puede pasarlo por alto y «reprende» a Pedro (vers. 11). El término griego que se usa es fuerte; Santiago 4:7 usa el mismo vocablo para exhortar a los cristianos a que resistan al maligno. ¿Cómo lo tomó Pedro? Gálatas no lo dice. Pablo utiliza esta oportunidad para exaltar el evange-lio y las buenas nuevas de salvación por gracia. Imagino que Pedro lo entendió y se arrepintió. Estaba listo para aceptar la crítica, porque era parte del gran «tambor» llamado iglesia, que contenía «piedras semipreciosas» con bordes ásperos y toscos.

El pulido divinoAl pensar en la obra divina de pulir

los bordes ásperos de mi vida (e iglesia), he sacado algunas lecciones de las Escrituras que también podrían resul-tarnos útiles.

1. El ingrediente clave del «tambor» llamado iglesia es la humildad. Jesús mismo nos invita a aprender de él, que es manso y «humilde de corazón» (Mat. 11:29). Pedro nos insta a estar «sumisos unos a otros» y a revestirnos de humildad (1 Ped. 5:5). La humildad es como un bálsamo sanador cuando los bordes cortantes causan heridas, y constituye una manera excelente de comunicar inclusive una crítica directa.

2. No es fácil reconocer el error y arrepentirse, pero esto tiene que ser parte de nuestra vida en la iglesia. Cuando la crítica es presentada con humildad y de acuerdo con los principios bíblicos, es momento de decir: «Me equivoqué; por favor, perdóneme». La tensión entre hermanos en ocasiones puede herirnos, pero en último término debería unirnos.

3. Según dijo Jesús en Mateo 18:15-20, el conflicto y el pecado requieren una solución en múltiples pasos. Suele dar mejor resultado acercarse a un hermano directamente que buscar una confrontación pública. Existe, sin embargo, otro principio que requiere nuestra atención: el pecado público también requiere la amonestación y la resolución pública. Pablo confrontó a Pedro «delante de todos» (Gal. 2:14), dado que la situación tenía que ver con un significativo tema teológico que concernía a toda la iglesia.

4. De conformidad con la ilus-tración del tambor, es importante recordar que tras los ásperos bordes, las esquinas toscas, las actitudes a menudo ofensivas, y muchas pequeñas y grandes molestias, se encuentra algo precioso: un hermano o hermana, creado a la imagen de Dios y redimido por la sangre de Cristo; alguien que por lejos excede la belleza y el valor de una gema. El audaz Pablo, que rara vez se andaba con vueltas a la hora de actuar, nos recuerda un importante principio en Filipenses 2:3: «Nada hagáis por rivalidad o por vanidad; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo».

¡Qué buen consejo para la iglesia, ese «tambor» siempre en movimiento!

1 Esto sucedió en The Mineral World, propiedad de Topstones, cerca de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Puede visitar los sitios www.scratchpatch.co.za/index.html y www.topstones.co.za/in-dex.html y leer sobre el maravilloso proceso de producción de estas gemas.2 El término griego de Hechos 15:2 que la RV95 traduce como «contienda» también puede significar «controversia, debate, discusión».3 Elena White, Los hechos de los apóstoles, p. 162.

Gerald A. Klingbeil es editor asociado de ADVENTIST WORLD y vive en Silver Spring, Maryland, EE. UU.

Las herramientas sorprendentes de Dios

Mayo 2011 | Adventist World 13

Dios y nos sintamos comprometidos con la misión de la Iglesia Adventista. Los conflictos y las irritaciones grandes o pequeñas, parecen ser parte de las familias (e iglesias) de todo el mundo. Por naturaleza no nos dejamos dirigir por Dios, sino que somos seres egoístas.

El Nuevo Testamento contiene di-versas historias de conflictos en la iglesia primitiva. En algunos casos las tensiones fueron producto de personalidades con-flictivas o de gente que se sintió defrau-dada (Hech. 15:37-40; 13:13, en relación a Juan Marcos). En otras, el conflicto se debió a diferencias teológicas. Hechos 15 muestra que el primer concilio de Jerusalén incluyó numerosos (acalorados y antagónicos) debates y discusiones.2 Hay, sin embargo, un relato que enfatiza algo de este proceso de pulido que es parte de la iglesia.

¿Recuerda a Pedro y su confron-tación con Pablo en Antioquía? Las Escrituras solo nos brindan una breve vislumbre de este desdichado episodio (Gálatas 2:11-14). Su inclusión en el registro sagrado nos recuerda que nadie es infalible: ni Pedro, ni Pablo, ni usted, ni yo. Los comentarios que hace Elena White de este incidente enfatizan un denominador común en los conflictos eclesiásticos, donde los puestos de liderazgo (en todos los nive-les) pueden llevar a un ego excesivo y a opiniones sesgadas: «La historia de este apartamiento [de Pedro] de los buenos principios permanece como una so-lemne amonestación para los hombres que ocupan puestos de confianza en la

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Hace no mucho mis responsabilidades laborales me llevaron a Hong Kong por tres semanas. Soy profesor de teología, y fui invitado a enseñar una asignatura sobre los evangelios a un grupo de

pastores chinos. Dos experiencias de esa visita pusieron en marcado contraste las realidades más profundas de la gran batalla entre el bien y el mal.

Una casa de DiosEl último sábado que pasé en Hong Kong me invitaron

a predicar en la iglesia filipina local. Como allí vive gente acomodada, imaginé un templo atractivo con hermosas instalaciones. La realidad fue muy diferente. Me llevaron por una calle con edificaciones de apartamentos, en medio de la cual se encontraba la sala de reuniones, difícilmente más grande que la sala de mi casa. Había unas setenta personas –en su mayor parte mujeres– sentadas muy juntas. Acababa de comenzar la Escuela Sabática.

Al tomar asiento, me recibieron con apretones de mano y cálidas sonrisas. Un líder laico repasaba con habilidad la lección de la semana. Los presentes habían estudiado, y la dis-cusión era vivaz y personal. Noté que varias personas tenían lágrimas en los ojos. La vida no siempre es fácil para ellas. Muchas habían dejado sus familias en sus aldeas para conse-guir trabajos a menudo agotadores, que les permitían mandar dinero a sus hogares. Al mirar a esas queridas personas, yo también me emocioné casi hasta las lágrimas.

Después del culto almorzamos juntos. La comida fue simple pero sabrosa. Quedé libre entonces para regresar a descansar a mi habitación, pero varios me pidieron que me quedara para el programa de la tarde y aunque tenía deseos de descansar, decidí quedarme.

Eran las 13:57, y pronto comenzaría el programa. De pronto me di cuenta de que como orador invitado, acaso me pedirían que predicara otra vez. En mi mente comencé a reformular uno de mis recientes sermones, y lo hice justo a tiempo. Tres minutos más tarde comenzó el programa, y des-pués de orar y cantar, el líder anunció que el tiempo era mío.

Me basé en Mateo para predicar sobre el amor de Dios, y una vez más vi gente que derramaba lágrimas. Entonces tuvimos un estudio bíblico sobre la vida de Cristo.

Creo que terminó el programa, pensé, pero una vez más el líder anunció que me dejaban el tiempo a mí. No estaba preparado. Elevé una oración silenciosa y dije que tendríamos momentos de preguntas y respuestas. A esto le siguió un sermón sobre las profecías. Entonces cantamos, oramos y concluimos el encuentro.

Ya era de noche, y uno de los miembros me acompañó

diosdecasa

casaperdición

de

¡Qué marcado contraste!

Kim Papaioannou

Una

V I D A A D V E N T I S T A

y una

14 Adventist World | Mayo 2011

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hasta mi habitación, a más de una hora de viaje.–¿Se va a su casa? –le pregunté cuando llegamos a destino.–No –me contestó–. Voy a regresar a la iglesia.Me di cuenta entonces de que para esta gente, la iglesia

no es un simple hábito sabático. Para ellos, la iglesia es un refugio. Sus vidas son difíciles, y tienen que enfrentar grandes desafíos. La iglesia es su hogar, el lugar donde se sienten aceptados y queridos, donde se sienten parte de la grande y hermosa familia de Dios. Llegan cansados, a veces quebran-tados, pero salen de allí con ánimo renovado para enfrentar otra semana.

Reflexioné en la experiencia de ese día. Había predicado tres sermones. Me sentía cansado, pero al mismo tiempo con nueva energía y fortalecido espiritualmente. Había sentido la presencia de Dios en el amor, la bondad y la profunda experiencia espiritual de esos hermanos y hermanas en Cristo que jamás había visto antes. Esta visita a la iglesia había signi-ficado estar realmente en la casa de Dios.

Una casa de perdición A la mañana siguiente un pastor me llevó a visitar Macao,

conocida por su hermosa arquitectura colonial portuguesa y sus muchos casinos. Cuando llegamos, los vendedores ambu-lantes nos inundaron con folletos y cupones para los casinos. Entonces vimos una fila de autobuses que ofrecían recorridos gratuitos por la ciudad. Nos pareció buena idea, por lo que nos subimos a uno y, pocos minutos después, nos bajaron frente a un casino. Decidimos entrar a ver cómo era y buscar un lugar para comer.

Mi pastor amigo y yo ya habíamos recibido dos cupones por un total de treinta dólares. Poco después de entrar, una mujer se acercó y nos dijo que habíamos sido seleccionados al azar para recibir un regalo. Nos entregó dos sobres. Dentro de ellos había un equivalente a ciento cincuenta dólares en cupones adicionales. ¡Entre los dos ya teníamos cupones por ciento ochenta dólares! Por supuesto, querían que nos que-dáramos para realizar apuestas. En lugar de ello, usamos los cupones para comprar un almuerzo vegetariano en un restau-rante japonés que funcionaba allí dentro. Aprovechamos la oportunidad para visitar al cocinero y compartirle el mensaje del evangelio.

De regreso al vestíbulo del hotel, vimos que todo bri-llaba por su opulencia: el piso, los adornos, las paredes, los increíbles espacios. Un grupo de cantantes se paseaba por los pasillos compartiendo su música asiática y latina con los huéspedes. Vimos un gran becerro de oro rodeado de regalos y luces brillantes. Pensé inmediatamente en el becerro de oro de Éxodo 32. Esa estatua no conmemoraba la historia del

Éxodo; se acercaba el Año Nuevo chino, y comenzaría el Año del Buey. Aun así, no pude pasar por alto el paralelismo con el relato de Éxodo.

Los apostadores del casino parecían estar pasándola bien. Las bebidas, incluidas las alcohólicas, eran gratuitas. Pero a pesar de las risas y el entusiasmo, observamos varios indivi-duos que aparentemente estaban teniendo terribles pérdidas financieras. Parecía que algunos de ellos acababan de perder todos sus ahorros. El abatimiento jamás está muy lejos del casino; el potencial para la violencia, tampoco, dije para mis adentros al ver que las puertas tenían varios detectores de metales.

¡Qué contraste!Entonces lo entendí con claridad. Todos esos beneficios

–los cupones, las comidas y bebidas gratuitas, la hermosa mú-sica, las comodidades– no eran sino un señuelo para atrapar a las posibles víctimas. Todo estaba preparado no para entrete-ner, sino para despojar a la gente de su dinero. El día anterior, en el humilde ambiente de una pequeña sala en un sencillo edificio de apartamentos, había sentido la presencia de Dios. La gente había llegado a ese lugar con heridas, pero había sido sanada. Por el contrario, en la opulencia y magnificencia del casino, muchos llegaban bien pero salían heridos y abatidos.

¡Qué contraste impresionante entre las maneras de obrar de Dios y Satanás! Dios, siempre amante y verdadero, obra en cualquier ambiente, sea opulento o humilde, para sanar, ben-decir y ofrecer una paz que sobrepasa todo entendimiento. Por el contrario, Satanás es el más grande fracasado. Como no tiene nada sustancioso que ofrecer, busca gratificar los sentidos y entonces destruye la paz y la sanidad. Lleva a sus confiadas víctimas a la ruina. Sus casas no son sino lugares de perdición y dolor. Y las hay en cantidad.

Gracias a Dios por la realidad opuesta: por lugares de ado-ración como esa iglesia filipina de Hong Kong y por los miles de templos similares en todo el mundo, donde se reúnen feli-greses que aman al Señor y personas que lo están conociendo. Mientras existan personas y lugares de adoración como ese, hay esperanza para este mundo.

Que cada templo adventista sea una casa de Dios en la que los heridos puedan hallar la sanidad.

Kim Papaioannou es profesor de Nuevo Testamento en el Instituto Adventista Internacional de Estudios Avanzados (AIIAS), en las Filipinas.

diosperdición

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Adugnaw Worku, director de la biblioteca del Colegio Superior Pacific Union, en Angwin, California, Estados Unidos, realizó la siguiente presentación (que publicamos en versión abreviada) a los graduandos de la Universidad Adventista Southwestern, en Keene, Texas, Estados Unidos, el 17 de diciembre de 2009. –Los editores.

¡Qué diferencia hace la educación, en especial la educación cristiana!

La mayoría de los graduandos universitarios comienza la escuela primaria a los seis años, termina a los trece o catorce, y finaliza la escuela secundaria a los dieciocho.

La educación adventista hizo la diferencia

Adugnaw Worku

N O TA D E TA PA

educacıónUna

nıngunaUnos pocos años más tarde se gradúa de la universidad. Pero mi experiencia de formación fue muy diferente.

Mi niñez en EtiopíaA los siete años comencé a trabajar como pastor de ovejas.

Recorría las praderas y colinas ondulantes de la región noroccidental de Etiopía; conducía cabras, ovejas, vacas y unos pocos burros. Hasta que cumplí doce años, esa fue mi tarea de sol a sol. Le traspasé entonces ese trabajo a mi hermano menor y fui a los sembrados de la familia. Aprendí a arar el campo con una yunta de bueyes y a sembrar, sacar las malezas y cosechar. Muy temprano en la vida descubrí la

como

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dignidad del trabajo y cada año que pasaba fui asumiendo mayores responsabilidades.

Mi familia y yo éramos agricultores de subsistencia. Cultivábamos lo necesario para vivir. Era un trabajo agotador y vivíamos literalmente del sudor de nuestra frente. No era cuestión de elección sino de supervivencia. Mi carrera como agricultor duró hasta que cumplí los quince años.

Un cambio de vidaCierto día sufrí un accidente devastador que me dejó

ciego y desfigurado del ojo izquierdo. Los habitantes de mi aldea trataron de ayudarme lo mejor que pudieron con los remedios tradicionales, pero nada funcionó. Mi familia decidió entonces enviarme a un hospital moderno. Durante dos días caminé con un grupo de mercaderes hasta el hospital más cercano, que resultó ser una institución adventista, allí «en medio de la nada». Aunque mi familia no era adventista, muchos de los parientes de mi madre sí lo eran. Por ello, yo tenía alguna idea de sus creencias.

Cuando llegué a la misión hallé tres cosas: una iglesia, una escuela y un hospital. Por muchos años los adventistas nos hemos destacado en todo el mundo por la filosofía y la práctica de construir una iglesia, una escuela y un centro de salud. Es así como comenzó la obra de la Iglesia Adventista en las décadas de 1860 y 1870: una iglesia, un sanatorio y un colegio en Battle Creek, Míchigan, Estados Unidos. Esta práctica se origina en la filosofía adventista de lograr un desarrollo armonioso de los poderes espirituales, físicos y mentales. Por ello, no fue extraño que yo encontrara esas tres instalaciones en un complejo misionero al noroeste de Etiopía.

Mientras realizaba el tratamiento médico, observé con

detenimiento a los estudiantes de la escuela. Miré lo que hacían, cómo se vestían y qué conducta tenían. Sentí inme-diatamente que tenían algo que a mí me faltaba. Supe instin-tivamente que la educación es inherentemente buena. Noté que había niños de siete años que sabían leer y escribir; yo ya tenía quince, y no sabía ni cómo firmar. Era un campesino analfabeto, y lo sabía.

Sentí deseos abrumadores de ir a la escuela, y decidí hallar la forma de asistir. Pero tenía dos grandes problemas: me faltaba el permiso de mis padres, y no tenía nada de dinero. Solo tenía lo puesto. En mi cultura rural, es de suma impor-tancia contar con el permiso de los padres. En esa zona de Etiopía, los padres ejercen mucho poder e influencia sobre los hijos. Escogen las carreras de sus hijos, sus cónyuges, su religión y su lugar de residencia. Pero aunque la idea de ir en contra de los deseos de ellos me pesaba mucho, era más grande el deseo que tenía de asistir a la escuela.

Dios responde la oración de un jovenEl permiso de mis padres y la falta de dinero parecían

ser obstáculos insalvables, y por entonces no sabía cómo orar. Aun así, recuerdo haber hecho vez tras vez una oración muy simple: «Dios, ayúdame por favor». «Querido Dios, ayúdame por favor». El Señor escuchó esa simple oración y la respondió milagrosamente. A los quince años me convertí en un orgulloso alumno de primer grado, en la mitad del año escolar. Me sentía muy feliz y agradecido, y aún considero que ese día fue el momento de mi segundo nacimiento.

Adugnaw Worku es director de la biblioteca del Colegio Superior Pacific Union en Angwin, California, Estados Unidos.

U N I V E R S I D A D A D V E N T I S T A S O U T H W E S T E R N / C O L E G I O U N I Ó N D E L P A C I F I C O Mayo 2011 | Adventist World 17

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A los veinte años llegué a conocer a un Dios personal que nos ama y nos perdona, y me uní a la Iglesia Adventista por medio del bautismo. En mis clases de Biblia, en la Escuela Sabática y en los sermones, aprendí que ese Dios personal tiene normas y expectativas muy elevadas, pero que jamás desecha de su presencia al pecador arrepentido. Nos perdona y nos dice: «Vete, y no peques más», pero nunca: «¡Vete de aquí!» ¡Jamás! Ese descubrimiento me dio dirección, signifi-cado, propósito, paz y estabilidad.

Los misioneros me brindan su ayudaA los veintidós años me gradué del octavo grado. Fui el

primero de la clase y también en el estado, después de com-pletar un examen nacional. ¡Era mucho para un campesino! Ese mismo año conocí a una maravillosa familia de misio-neros norteamericanos, y ellos me recibieron en su hogar como uno de los suyos. El Dr. Harvey Heidinger era médico en el hospital. Su cuñada, Carolyn Stuyvesant, era enfermera. Elizabeth Heidinger, esposa del doctor, era nuestra «mamá» en el hogar.

Esta familia de misioneros dejó atrás el bienestar del sur de California y viajó a ese remoto puesto misionero en el noroeste de Etiopía, donde las comodidades eran mínimas. Estoy tan agradecido, porque ellos transformaron mi vida: Financiaron mi educación y la de mis hermanos hasta inclusive el nivel su-perior. ¡Y qué diferencia ha hecho la educación –y la educación cristiana en particular– en nuestras vidas! Al igual que la mayo-ría de la gente, mido mi éxito en la vida por las alturas a las que he llegado, pero jamás olvido las profundidades de las que salí. Esta dicotomía hace que mi gratitud a Dios y a otras personas piadosas sea aún más grande y profunda.

Gracias a estos generosos misioneros, asistí a un colegio con internado durante los cuatro años de secundaria, y me

gradué con el mejor promedio y como presidente de la clase a los veinticinco años. Después me matriculé en el Colegio Superior Avondale, en Australia. Me gradué a los treinta años, y continué estudios de posgrado en la Universidad Andrews. De principio a fin, soy producto de la educación adventista. Y no solo estoy agradecido, sino que me siento orgulloso por ello. Parece que llegué tarde a todos lados, pero finalmente cumplí todas las etapas. Me casé a los treinta y seis años y fui padre a los cuarenta. Y bien, ¿qué puedo decir? Que maduré un poco tarde.

Los beneficios de la educación adventistaLa Iglesia Adventista dedica muchos recursos financieros,

humanos y materiales para educar a los jóvenes. Les brinda la oportunidad de hallar a un Dios personal en un ambiente seguro, donde pueden preguntar y explorar los temas fun-damentales de la vida. El propósito de la educación cristiana es ayudar a que los jóvenes descubran a un Dios amante, perdonador y personal, para que así desarrollen una fe in-quebrantable en él. También busca ayudar a los jóvenes para que cultiven los talentos que Dios les ha dado, de una manera distintivamente adventista, y para que sirvan a Dios y a la humanidad.

En su libro La educación, Elena White expresa con cla-ridad la misión de las instituciones educativas adventistas, cuando dice: «La verdadera educación significa más que la prosecución de un determinado curso de estudio. Significa más que una preparación para la vida actual. Abarca todo el ser, y todo el período de la existencia accesible al hombre. Es el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y espirituales. Prepara al estudiante para el gozo de servir en este mundo, y para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo venidero».1 Unas páginas

N O TA D E TA PA

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más adelante agrega: «La obra de la verdadera educación consiste en […] educar a los jóvenes para que sean pensadores y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres».2 En estas declaraciones se resumen reflexiones y pensamientos acabados sobre la educación, el amor a Dios y al prójimo y el servicio. Esta es la razón de ser de las escuelas adventistas, y lo que impulsa a la iglesia ha realizar una gran inversión para financiarlas.

Una integridad a toda pruebaUna vez más en el libro La educación, Elena White describe

otro objetivo vital de las escuelas adventistas: «La mayor necesidad del mundo es la de hombres [y mujeres] que no se vendan ni se compren; hombres [y mujeres] que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas […]; hombres [y mujeres] cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres [y mujeres] que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos. Pero semejante carácter no es el resultado de la casualidad […]. Un carácter noble es el resultado de la autodisciplina […], [y] de la entrega del yo al servicio de amor a Dios y al hombre».3

¿Tienen ustedes una integridad personal a toda prueba? Si es así, inclúyanla por favor en su currículo. Los potenciales empleadores y las comisiones de admisión a estudios de posgrado los tomarán en serio y, muy probablemente, les darán una respuesta positiva. El mundo necesita con desespe-ración hombres y mujeres que posean una integridad a toda prueba. La actual crisis económica de los Estados Unidos, que ha dejado millones de personas sin trabajo y sin su casa, fue causada por personas muy bien educadas que poseen títulos de instituciones prestigiosas, pero cuya integridad es mínima. En ese mismo país los fraudes a los comercios revelan que cada año se pierden miles de millones de dólares por robo.4

Y el sesenta por ciento de los robos son cometidos por los empleados.5 Más del treinta por ciento de las nuevas empresas fracasan por causa de la deshonestidad de sus empleados.6 Resulta trágico pensar que no son incidentes aislados.

Todos los hijos de DiosLas instituciones educativas adventistas enseñan que

todos somos hijos de Dios. Si aceptamos que él es nuestro Padre, no podemos escoger a nuestros hermanos. Todos somos hermanos, no importa nuestro origen. No siempre estamos a la altura de este elevado ideal, pero es por ese ideal que los misioneros cruzan el océano para ayudar a gente que vive del otro lado del planeta. Yo soy un ejemplo viviente de ese amor fraternal.

Muchos científicos, como así también la Biblia, nos dicen que hay solo una raza, no muchas. Como adventistas, vamos aún más allá y afirmamos que todos somos hijos de Dios y, por lo tanto, hermanos y hermanas. Como tales, somos los guardianes de nuestros hermanos. Dios siempre nos pre-gunta: «¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está tu hermana?» Y lo que hacemos a uno de los más pequeños, en realidad se lo hacemos a él.

He traducido ciento dos canciones infantiles del inglés a mi lengua materna, y tengo tres favoritas: «Cristo me ama», «Cristo ama a los niños» y «Esta lucecita mía». Estas canciones no son solo para los niños; se aplican a las personas de toda época, edad y raza. Es eso lo que enseñamos en nuestras instituciones educativas.

Nunca dejemos de aprenderLa tarea de aprender no finaliza en los estudios terciarios

o en el posgrado. Es un proceso de toda la vida. Como cristianos adventistas, creemos que esta vida es un ensayo de la vida venidera, y en ambas existe el aprendizaje. A lo largo de esta vida y de la eternidad, es nuestra tarea aprender sobre Dios, su vasto y complejo universo, y sobre nosotros mismos. Los que estudian toda la vida creen que es inherentemente valioso obtener nuevos conocimientos y adquirir nuevas habilidades. Esta actividad posee además un valor práctico. Los trabajadores de entre dieciocho y treinta y ocho años suelen cambiar muchas veces de trabajo.7

Por eso, nunca dejen de aprender. Los que sigan interesados en aprender diversas cosas a lo largo de la vida, estarán bien preparados para enfrentar este mundo cambiante.

1 Elena White, La educación, p. 13.2 Ibíd., p. 17.3 Ibíd., p. 57.4 http://ezinearticles.com/?Employee-Theft-Higher-in-the-United-States&id=5406092.5 www.lpinnovations.com/page/16-incident_resolution/?utm_campaign=Employee-Theft- Incidents-PPC&utm_source=adwords&gclid=CLrfrprwkacCFYnd4AodZCxMbg.6 www.quickbackgroundchecks.com/blog/tag/employee-background-checks.7 http://careerplanning.about.com/b/2006/07/28/how-often-do-people-change-careers.htm.

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Muchos cristianos actuales piensan en la ley solo en términos de juicio y el

castigo que resulta de la desobediencia. Desafortunadamente, nos hemos olvidado de amar la ley.

El Salmo 119, el más extenso de la Biblia, no trata del amor de Dios o de su santidad, sino que se deleita en la ley de Dios. Este júbilo refleja el resultado de meditar en la introducción a los Diez Mandamientos: «Yo soy Jehová, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre» (Éxo. 20:2). Aunque suele ser pasado por alto, este versículo introductorio establece el tono del conjunto más conocido de leyes divinas. La ley no busca que obedezca-mos a un estricto tirano o calmemos a una deidad caprichosa. Por el contrario, Dios mismo nos da la razón principal para guardar su ley: la gratitud personal por la redención.

El libro de Deuteronomio expande y expone los Diez Mandamientos en forma de sermón. La palabra «deuteronomio» significa «segunda ley», pero en hebreo, se lo llama «instruc-ción» (o Torá). Cada siete años, los hijos de Israel leían todo el libro juntos (Deut. 31:10-13). Lo que es más impor-tante, Deuteronomio 17:14-20 manda que cada rey, como representante y ejemplo del pueblo, escribiera para sí una copia entera de la ley al comienzo de su reinado. Este pasaje muestra que la ley de Dios es importante por cuatro grandes razones.

1. La obediencia es una respuesta de gratitud por la liberación:

«Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová, tu Dios, te da […], ciertamente pondrás como rey sobre ti al que Jehová, tu Dios, escoja […]. Cuando [el rey] se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta Ley» (Deut. 17:14-18). La provisión divina es el fundamento de la obediencia; la tierra y el mismo reino solo son producto de la obra de Dios. La ley representa un pacto entre Dios y su pueblo. En efecto, todo el libro de Deuteronomio posee la estructura de muchos tratados políticos de la época: comienza recordando todos los favores que el Suzerano (Dios) ha otorgado a los vasallos (Israel) al librarlos (de Egipto), y entonces especifica las estipulaciones del pacto como una respuesta de grati-tud. También en el Nuevo Testamento, Jesús recuerda a sus discípulos que la obediencia a la ley de Dios está vincula-da estrechamente con el amor a él. Por eso nos dice: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Juan 14:15).

2. Al meditar en su Palabra, Dios nos capacita para obedecer:

«Lo tendrá consigo [el libro de la ley que escribió], y lo leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová, su Dios, guardando todas las palabras de esta Ley» (Deut. 17:19). La meditación en las instrucciones de Dios precede a la obediencia. Mediante el tiempo que el rey pasa con su Pala-bra, Dios lo capacita para que guarde la ley. Desde el comienzo, el pueblo de Dios ha estado formado por los que guardan sus mandamientos mientras cultivan una relación con él. Dios mismo promete circuncidar sus cora-zones, para que sean capaces de seguir sus estatutos (Deut. 30:6). Por ello, los Diez Mandamientos pueden ser leídos como diez promesas (por ejemplo: «[Prometo que] no tendrás dioses ajenos delante de mí»). Jesús reitera este principio en el Nuevo Testamento al decir que él es la vid y sus seguidores los pámpanos, que llevan fruto solo si habitan en él, y que él moldea a su imagen (Juan 15:1-8).

A. Rahel Schafer cursa estudios bíblicos y teológicos a nivel doctoral en el Colegio Superior

Wheaton, Illinois, Estados Unidos. Con su esposo disfrutan de caminar y escalar montañas, y son líderes de jóvenes en la iglesia.

¡Oh,N Ú M E R O 1 9

amocuánto

A. Rahel Schafer

C R E E N C I A S F U N D A M E N T A L E S

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pecados de su pueblo. Las naciones cir-cundantes valoraban sus deidades según percibieran que esos dioses eran capaces de proteger y bendecirlos a ellos y a sus tierras. Por ello Dios –por causa de su nombre que los hijos de Israel habían profanado ante el mundo– les promete dar un nuevo corazón y hacer que an-den en sus caminos (Eze. 36:22). De la misma manera, nuestra visión de la ley de Dios debería abarcar la significación cósmica de nuestra obediencia. Cuando obedecemos la ley de Dios, que es un reflejo de su carácter, somos testigos ante el universo de que nuestro Dios es fiel, justo y verdadero (Mat. 5:16; Rom. 7:12; Heb. 8:8-10; 1 Juan 5:2, 3).

Los cristianos no deberían enfocarse en las dificultades de obedecer la ley de Dios, sino buscar con ansias toda mane-ra posible de mostrar nuestra gratitud al Salvador. No tenemos esperanza de guardar la ley por nosotros mismos, pero hemos sido redimidos por la sangre del Cordero, y estamos siendo transformados a imagen de Dios por el Espíritu Santo. La ley nos protege de la esclavitud del pecado, y nos da incluso muchas oportunidades de testificar y dar honor al nombre de Dios. En lugar de ver la ley como una exigencia agobiante para la salvación, podemos compartir con gozo cómo Dios nos libró del pecado, y el privilegio que tenemos de servirlo.

«¡Cuánto amo yo tu ley! ¡Todo el día es ella mi meditación!» (Sal. 119:97).

Los grandes principios de la ley de Dios están incorporados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y el propósito de Dios con respecto a la conducta y a las relaciones humanas, y están en vigencia para todos los seres humanos de todas las épocas. Estos preceptos constituyen la base del pacto de Dios con su pueblo y la norma del juicio divino. Por medio de la obra del Espíritu Santo señalan el pecado y avivan la necesidad de un Salvador. La salvación es solo por gracia y no por obras, pero su fruto es la obediencia a los mandamientos. Esta obediencia desarrolla el carácter cristiano y da como resultado una sensación de bienestar. Es una evidencia de nuestro amor al Señor y preocupación por nuestros semejantes. La obediencia por fe demuestra el poder de Cristo para transformar vidas y por lo tanto fortalecer el testimonio cristiano. (Éxo. 20:1-17; Sal. 40:7, 8; Mat. 22:36-40; Deut. 28:1-14; Mat. 5:17-20; Heb. 8:8-10; Juan 15:7-10; Efe. 2:8-10; 1 Juan 5:3; Rom. 8:3, 4; Sal. 19:7-14).

!conformidad con la imagen de Dios. Y sin embargo, a diferencia de las exigencias de otras deidades, la ley de Dios no es confusa o arbitraria (Deut. 30:11-16), sino que ha sido escrita para beneficiar a otros, por lo que protege la vida y la dignidad, las relaciones y la propiedad. Por ello, la ley no es tanto una barrera que nos impide disfrutar del mundo y sus placeres, sino una valla que nos protege del mundo y sus peligros.

En efecto, la ley de Dios es eterna e inmutable. Los Diez Mandamientos

guardar la ley, pero que es quebrantada al aceptar la obediencia perfecta de Cristo en nuestro favor (Rom. 8:3, 4). En el Apocalipsis, Juan reitera que los que siguen a Dios al fin del tiempo guardan sus mandamientos (Apoc. 14:12).

4. La reputación de Dios está en juego: «A fin de que él y sus hijos

prolonguen los días de su reino en medio de Israel» (Deut. 17:20). En último término, guardar la ley implica exonerar el nombre y el carácter de Dios que han sido arrastrados por el fango de los

tu

3. La ley brinda protección: «Así no se elevará su corazón sobre sus

hermanos, ni se apartará de estos man-damientos a la derecha ni a la izquierda» (Deut. 17:20). La ley también revela cuán pecaminoso es el pecado. Sin la ley, no podríamos saber si nos hemos desviado del camino recto y estrecho que está en

eran conocidos antes del Sinaí (por ej., en Gén. 2:2, 3; 4:8-12; 26:7; 39:7-9). Aunque Pablo se regocija de estar libre en Cristo de la esclavitud de la ley, equipara su libertad en Cristo con la servidumbre a Dios (Rom. 6:15-22). La esclavitud de la que habla Pablo es la esclavitud del pecado, que nos impide

ley

leydedios

La

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En 1895, Edson White le habló a su madre, Elena, sobre una necesidad especial. En el sudeste de los Estados Unidos, muchos esclavos liberados y sus descendientes

vivían en la pobreza y la ignorancia. A pesar de los peligros, Edson viajó hacia allá para ofrecer instrucción espiritual y comenzar a educar a muchos afroamericanos. Además, publi-có un libro que le serviría para enseñarles a leer, y buscó en-tonces materiales religiosos para que practicaran lectura. Los libros de su madre tenían mensajes espirituales maravillosos, pero no eran lectura fácil para gente sin experiencia. Entonces le pidió permiso para adaptar sus escritos con ese propósito. Elena White le contestó:

Blessings (2008), paráfrasis de El Deseado de todas las gentes y El discurso maestro de Jesucristo.1 Estos han atraído un grupo amplio y apreciativo, pero no es el único enfoque a este tema.

Adaptaciones recientesCon el propósito de introducir los escritos inspirados de

Elena White a nuevos lectores, y por pedido de diversos depar-tamentos de la iglesia, durante los últimos años el Patrimonio White ha producido un número de adaptaciones de sus libro. Al acercarse el centésimo aniversario del libro La educación, el Departamento de Educación de la División Norteamericana le solicitó al Patrimonio White que publicara una nueva edición

William Fagal es director asociado del Patrimonio White en la Asociación General de la Iglesia Adventista en Silver Spring, Maryland, EE. UU.

«Edson, tienes libertad para seleccionar de mis escritos los temas necesarios para los sencillos folletos y libritos pro-puestos para el campo del sur […]. Tal vez tú mismo podrías simplificar el material en la forma que mejor te convenga» (El ministerio de publicaciones, p. 231). Como respuesta, al año siguiente Edson publicó Christ Our Saviour (La historia de Jesús) bajo el nombre de Elena White, en el que simplificó algunos de los escritos de su madre sobre la vida de Cristo, para llegar mejor a los lectores –incluidos niños– a los que les habría resultado difícil leer El Deseado de todas las gentes.

Hoy día también vemos una necesidad especial. Aunque muchos leen sin problemas los escritos de Elena White en sus ediciones originales, otros tropiezan con algunos términos difíci-les, oraciones extensas y complejas expresiones literarias del siglo XIX. En Norteamérica, el porcentaje de adventistas, en especial de jóvenes, que leen habitualmente los escritos de Elena White ha ido en franca disminución. Algunos creen que en parte esto se debe a lo difícil que resulta para algunos leer esos escritos.

Paráfrasis modernasUna respuesta a este problema ha sido parafrasear los

escritos de Elena White para transmitir sus conceptos sin seguir necesariamente sus palabras. El Patrimonio White ha producido A Call to Stand Apart (2002), una nueva compilación en pará-frasis para jóvenes, y Jerry Thomas ha escrito Messiah (2002) y

en la que se actualizara el lenguaje del libro. El resultado fue True education (La educación verdadera), publicado en 2000, dejando claro que es una adaptación de La educación. Asimismo, a pedido del Departamento de Salud de la Asociación General, en 2005 el Patrimonio White produjo una adaptación titulada The Ministry of Health and Healing (El ministerio de la salud y la sanidad) para el centésimo aniversario de El ministerio de curación.

Estos dos libros revelan su conexión con las obras originales aunque, al igual que todos los títulos adaptados, difieren del original marcando una clara distinción. Siguen un precedente establecido hace casi treinta años con la publicación de Steps to Jesus (Pasos hacia Jesús), una adaptación de El camino a Cristo para jóvenes y para los que no poseen muchos conocimientos de inglés.

Las adaptaciones no son paráfrasisEstos libros no son paráfrasis. En su mayoría, siguen oración

por oración la obra original y usan muchas de las palabras origi-nales, aunque a veces usadas en distinto orden. Resultan familiares para los que conocen los libros originales, pero son de lectura más fácil para los que no conocen demasiado el estilo de Elena White. Los textos bíblicos son citados de la versión New King James, que es en sí una actualización de la versión King James.

Nueva serie para adolescentesEl Patrimonio White también está preparando una adapta-

ción de los cinco libros que conforman la serie «El conflicto de los siglos». Puede decirse que esos libros constituyen la mayor contribución literaria y teológica de Elena White a la Iglesia Ad-ventista. Hace unos cinco años, los líderes del Departamento de Escuela Sabática le pidieron al Patrimonio White que actualizara el vocabulario de la serie. Estaban preparando nuevas lecciones

adaptacionesde los Elena Whitedelibros

William Fagal

D E S C U B R I R E L D O N D E P R O F E C Í A

Las

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Por qué son beneficiosasLos fideicomisarios del Patrimonio White esperan que

estas adaptaciones hagan que más adolescentes conozcan las perspectivas y los conceptos reveladores de los escritos de Elena White, y que esto los anime a hacer el esfuerzo de leer las obras originales. Estos volúmenes, que usan gran parte del vo-cabulario propio de Elena White y la versión New King James, ofrecen un acercamiento a los escritos originales, facilitando así la transición hacia esas obras.

Un beneficio adicional es que estos libros no solo atraen a los adolescentes. Hay adultos que también les han dado buena acogida. Asimismo, en países donde el inglés es la segunda len-gua, se ha despertado gran interés. En algunos lugares, los líderes

de Escuela Sabática para adolescentes, y querían incluir lecturas sugeridas de los libros de Elena White. «¿Pueden darnos algo que sea de fácil lectura? –preguntaron–. Algunos jóvenes nos dicen que les cuesta entender el vocabulario original de Elena White y la estructura de las oraciones».

Los fideicomisarios del Patrimonio White aceptaron el desafío y editaron libros más adaptados para los jóvenes. El punto de partida fue la serie condensada producida a comienzos de la década de 1980, que había reducido cada capítulo en un cuarenta por ciento. Por ello, estos libros son más breves que los originales, lo que los hace más atractivos para los lectores jóvenes.

Ya se han publicado cuatro de los cinco volúmenes (disponibles en los Adventist Book Centers o en línea en www.adventistbookcenter.com): The Beginning of the End (2007), que corresponde a Patriarcas y profetas; Royalty and Ruin (2008), que representa a Profetas y reyes; Humble Hero (2009), extraído de El Deseado de todas las gentes; Unlikely Leaders (2010) que es análogo a Los hechos de los apóstoles. El volumen final, basado en El gran conflicto, se encuentra en preparación.

Elena White ¿Es necesario adaptar sus escritos?

Sea parte de la visión:El Patrimonio White lanzó hace poco un sitio interactivo y

fácil de utilizar (egwwritings.org) donde figuran los escritos de Elena White en el inglés original y en las adaptaciones al inglés moderno, así como también en alemán, chino, español, francés, italiano, portugués, rumano y ruso. El material está disponible en diversos formatos, entre otros: libros digitales, audiolibros y archivos de PDF, que pueden usarse con Amazon Kindle, iPad y

Barnes and Noble Nook. El sitio también permite descargar una aplicación gratuita para iPhone e iPad. También se puede compartir en las redes sociales como Facebook y Twitter.

Si desea obtener traducciones impresas en idiomas que aún no figuran en el nuevo sitio, visite http://publishing.gc.adventist.org/publ_houses.html donde encontrará la lista de las sesenta y dos casas editoras que opera la Iglesia Adventista en el mundo.

En su propio idioma

PARA ADOLESCENTES: El Patrimonio White está produciendo una adaptación especial de la Serie el Conflicto de los Siglos para adolescentes.

están pensando en traducir estas adaptaciones porque la gente podría adquirir estos volúmenes más breves a un precio más económico, y porque la redacción es más simple y directa.

Suplen una necesidadLas adaptaciones jamás reemplazarán a los originales. La

riqueza y el poder de los escritos de Elena White pueden apre-ciarse mejor en sus escritos originales, y la iglesia no tiene in-tención de reemplazarlos. Estas adaptaciones están supliendo una necesidad complementaria que atraerá la atención hacia las obras originales, porque nos recuerdan que esos escritos son muy valiosos y que deberíamos aprovecharlos. Estas adaptaciones ayudarán a que una nueva generación llegue a conocer y apreciar estos escritos que han sido una bendición para millones de personas.

1 En español, en los últimos años la Asociación Publicadora Interamericana ha publicado Mi Sal-vador (2006), una selección de fragmentos de El Deseado de todas las gentes, y Así dijo Jesús (2007), una adaptación de El discurso maestro de Jesucristo. Además, se continúa la revisión de las primeras traducciones al español para actualizar su vocabulario y redacción.

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Olesia

En términos geográficos, la División Euroasiática es el mayor territorio de la Iglesia Adventista. Se

extiende por casi la mitad del globo, desde Europa Oriental hasta el Océano Pacífico, y desde más allá del Círculo Ártico hasta el Asia Central. Si usted cubriera el territorio a lo ancho, tendría que ajustar la hora de su reloj once veces.

La región abarca doce países, desde donde hay mayoría cristiana como Armenia, Bielorrusia, Georgia, Moldavia, Rusia y Ucrania; hasta los predomi-nantemente musulmanes: Azerbaiyán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.

Cada uno de estos países es suma-mente diverso, con su propia combi-nación de grupos étnicos, religiosos y lingüísticos. Pero todos comparten un pasado común: fueron parte de la ex Unión Soviética.

La llegada del comunismo en 1917 afectó la libertad religiosa en la región. Para 1929, muchos templos adventistas habían sido confiscados o clausurados; se prohibieron las publicaciones adventistas y las reuniones religiosas privadas en los hogares.

Cientos de adventistas fueron arrestados, encarcelados o enviados a campos de trabajo forzado, por compartir su fe; algunos perdieron la vida. Para 1938 no quedaba ni una congregación adventista en Rusia. Pero los feligreses permanecieron fieles a Dios.

Cuando en 1991 cayó el comunismo, los ciudadanos soviéticos experimentaron muchas libertades. Miles estaban ham-brientos de Dios, y la Iglesia Adventista creció con rapidez. Pero este aumento de interés pronto declinó, cuando la pobla-ción adoptó el estilo de vida secular de Occidente. Hoy día la iglesia sigue creciendo, pero los progresos son lentos. De los 280 millones de habitantes, menos de 140 mil son adventistas.

Como la religión fue prohibida durante la era soviética, muchos

cristianos son seguidores nominales de sus iglesias. Pocos leen la Biblia. Hay muchos agnósticos y ateos. El caos político, la inflación y el desempleo han hecho que millones se desilusionen y se muestren indiferentes hacia la religión. Pero muchos siguen buscando una verdad espiritual que no los defraude.

Es por ello que, mediante el evan-gelismo público y el personalizado, los adventistas de la División Euroasiática están alcanzando y ganando a otras personas para Jesús.

SiberiaSiberia, cubierta por bosques vírgenes

y praderas ondulantes, es la vasta y más bien deshabitada región de Rusia al este de los Montes Urales. La vida es dura, porque los inviernos son muy crudos, pero la iglesia sigue cumpliendo su misión.

Krasnoyarsk es una ciudad de casi un millón de personas que solo tiene cinco congregaciones adventistas. Una de ellas se reúne en una casa de familia.

Olesia estaba buscando la manera de compartir a Jesús en su vecindario,

nıñostemplos,

c o n s t r u i r

i n s t r u i r

El territorio es vasto y los desafíos, inmensos

LaurieFalvo

S E R V I C I O A D V E N T I S T A

Margeurita

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Alexander

cuando sintió que debía comenzar un grupo pequeño de estudio de la Biblia. Margeurita, que ya ha estado asistiendo durante un año y medio comenta: «Esta es mi familia; son las personas más cercanas que tengo […]. [Gracias a ellos], sé que Dios me ama y que siempre está conmigo».

Hoy Margeurita es adventista y comparte su fe con otros. Las reuniones de evangelismo y los grupos pequeños como el de Olesia están ganando gente para Cristo. Pero con el crecimiento de los miembros, los templos son insuficientes.

Guillermo Biaggi, presidente de la División Euroasiática, enfatiza la falta de templos: «Nuestro mayor desafío es tener más templos en este inmenso territorio, para que los feligreses y sus invitados puedan adorar al verdadero Dios y prepararse para el cielo». Los creyentes de Krasnoyarsk han adquirido un terreno y están haciendo planes de construir un templo.

Tomsk, ciudad universitaria de unos quinientos mil habitantes, es otro lugar de Siberia donde los grupos pequeños y el evangelismo están contribuyendo al crecimiento de la iglesia. Sin embargo, hasta el momento hay allí una sola congregación adventista, escondida en una calle secundaria. La ciudad cuenta con unos 180 adventistas. La pequeña iglesia solo puede albergar a la mitad, y muchos más se apretujan como pueden en el lugar.

Alexander, anciano de iglesia en la congregación de Tomsk, no siempre

tuvo ese cargo. Hace unos años, planeó crearle problemas a la congregación. Como estaba convencido de que era una secta, fue a la iglesia para «rescatar» a un pariente. Pero las cosas no salieron como él las había planificado.

«Llegué a este lugar como enemigo; llegué para crear problemas –dice Alexander–. Pero decidí seguir este estilo de vida porque gracias a estos hermanos, Dios me ha sonreído y me ha mostrado su amor. No puedo sino asombrarme por las relaciones que he cultivado aquí».

Los adventistas de Tomsk han comprado un terreno y están buscando construir un nuevo templo que pueda albergar a dos congregaciones. «Nece-sitamos realmente un nuevo y bonito edificio que llegue a ser un testimonio en esta ciudad, para que así otros puedan acompañarnos», dice Alexander.

AzerbaiyánLa República de Azerbaiyán se

encuentra al sur de Rusia, junto al Mar Caspio. El país tiene unos ocho millones de habitantes, pero menos del cinco por ciento es cristiano. Hay solo unos setecientos adventistas, que se reúnen en grupos pequeños y en algunas iglesias esparcidas por el territorio.

Es difícil compartir la fe en Azerbaiyán. La libertad religiosa está restringida y quienes pertenecen a religiones minori-tarias o cambian de religión, suelen ser perseguidos.

En una ciudad, unos trescientos adventistas han adquirido un edificio que esperan transformar en un centro para ayudar a personas de la comunidad. Actualmente operan el «Café Buenas Nuevas» y realizan seminarios para los miembros. Entre los planes futuros se contempla crear una escuela de inglés y una pequeña clínica donde puedan presentar el mensaje de salud. Pronto esperan tener una segunda congregación en la ciudad.

Algo para los niñosArmenia, Azerbaiyán y Georgia

conforman la Unión Misión del Trans-Cáucaso de la Iglesia Adventista. Viven allí dieciséis millones de perso-nas, pero hay solo dos mil adventistas. Hay poblaciones enteras sin ningún miembro.

Los niños de estos países no tienen acceso a materiales de Escuela Sabática en su idioma. Para Sergo Namoradze, pastor de la iglesia de Tbilisi, Georgia, «es muy importante tener materiales para los niños, porque son generacio-nes en formación. Pertenezco a una generación que durante la era soviética no tenía ningún material religioso para leer. De lo contrario, quizá me habría convertido antes. Esta nueva genera-ción necesita tantos materiales como sea posible, sobre la Biblia y Jesús».

La iglesia de la División Euroasiática enfrenta muchos desafíos misioneros. Pero el evangelismo público y el personal están ganando corazones para Cristo. Miles están yendo a buscarlo y están ansiosos por compartir su fe. Pero necesitan templos y materiales de Escuela Sabática adaptados a su nivel e idiomas. Es nuestro privilegio colaborar para que más y más personas puedan conocer el amor de Jesús.

Sus oraciones y generoso apoyo de la Ofrenda del Decimotercer Sábado pueden hacer una diferencia eterna en la División Euroasiática. Por favor, dé con generosidad. Si desea más información de los desafíos para alcanzar a otros para Cristo, visite www.AdventistMission.org.

Laurie Falvo es gerente de proyectos de comunicación de la Secretaría de Misión Adventista.

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P R E G U N TA : ¿Nos ha corrompido por completo el pecado? ¿Y nuestro libre albedrío? ¿Podemos realmente elegir entre el bien y el mal?

No puedo responder las tres preguntas en esta breve columna. Los temas del efecto del pecado en noso-tros y de la naturaleza del libre albedrío han sido

estudiados y discutidos por siglos, y no hay unanimidad al respecto. Compartiré algunos pensamientos para motivarlo a pensar. Comenzaré con la paradoja: La Biblia asume que tenemos libre albedrío pero enseña que somos escla-vos del pecado. Pensemos en esta paradoja.

1. Esclavos del pecado: La caída de Adán y Eva en peca-do alteró radicalmente la na-turaleza humana. El corazón, centro racional y volitivo del ser humano, se corrompió: «Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?» (Jer. 17:9, NVI). El daño es irreparable; los seres humanos no solo pueden entenderse entre sí, sino engañarse a sí mismos. Ninguna dimensión de la naturaleza humana ha quedado a salvo del pecado; por ello, no hay justo ni aun uno (Rom. 3:10) o quien busque a Dios naturalmente (Sal. 53:2, 3; Efe. 2:1-3). El pecado es una enfermedad. Isaías escribió: «Todos somos como gente impura [nuestra condición natural]; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia [nuestras acciones] (64:6, NVI). Aun nuestros mejores actos están contaminados por nuestra condición pecaminosa. Hay una enemistad natural en el corazón humano contra Dios, que nos vuelve incapaces de buscarlo y hacer el bien, o de someternos a su voluntad (Rom. 8:7). Estamos controlados por los deseos pecaminosos y egoístas de nuestra naturaleza caída (vers. 6-8). Es una situación desesperante porque no hay nada que podamos hacer para cambiarla (Jer. 13:23). Los seres humanos viven bajo el señorío del pecado, regidos por un déspota, y son incapaces de hacer lo que acaso les gustaría (Rom 6:16; cf. 7:18-23). ¿Es esto libre albedrío?

2. Condición del libre albedrío: Permítame darle una definición práctica de libre albedrío: Es el poder de elegir, independientemente de las fuerzas o condiciones internas

o externas, lo que no podemos controlar. Si es verdad que somos esclavos del pecado, entonces es difícil hablar de libre albedrío. Pero si ese es el caso, sería imposible hablar de la responsabilidad de nuestras acciones. Pero la doctrina bíblica del juicio y la retribución asume que tenemos libre albedrío.

Podemos aducir que el pecado no anuló la imagen de Dios en nosotros y que, por lo tanto, tenemos libre albedrío (Rom. 3:23). Si es parte de la imagen de Dios y de nuestra humanidad, aún contamos con él. Pero tenemos que entender esto en forma adecuada. Tenemos una versión

dañada o corrompida del libre albedrío. La pregunta es, ¿hasta qué punto ha sido afectado?

Permítame hacerle una sugerencia: El pecado volvió a direccionar la función del libre albedrío de decisiones que podían beneficiar a otros hacia la preservación propia. La situación es tal, que no podemos hacer nada al respecto. ¡El libre albe-drío sigue bajo el poder del pecado!

3. Dios con nosotros: Si el libre albedrío es una herramienta para hacer realidad mi egoísmo y mi corrupción, entonces carece

de libertad, y por lo tanto no se resuelve el interrogante sobre nuestra responsabilidad. ¿Cómo salir de ese dilema? «¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!» (Rom. 7:25, NVI).

Después de la caída, el Hijo de Dios no nos abandonó (Apoc. 13:8). A partir de ese momento Dios ha estado obrando en el corazón humano, llamando a cada individuo a la verdadera libertad del poder del pecado. Mediante la obra del Espíritu, Dios ha estado creando en el corazón humano el deseo y la disposición de escoger el bien. Esa gracia divina envuelve el planeta, toma la iniciativa, llega a cada individuo (Juan 1:9) y despierta el libre albedrío, capacitando a los seres humanos para que elijan a Cristo o persistan en la esclavitud del pecado, que es su condición natural. La obra silenciosa del Espíritu nos hace responsables de nuestras decisiones.

Solo en Cristo se halla la verdadera libertad.

Ángel Manuel Rodríguez es director del Instituto de Investiga-ciones Bíblicas de la Asociación General.

Ángel Manuel Rodríguez

P R E G U N TA S B Í B L I C A S

Libertad

elecciónde

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Para muchos cristianos, el Espíritu Santo es un misterio. No tienen en claro quién es y qué hace por nosotros. Pero la Biblia es sumamente descriptiva respecto de la identidad del Espíritu Santo, la tercera persona divina de la Trinidad. El Espíritu Santo pertenece a ese trío en la misma medida que el Padre y el Hijo (véase Mat. 28:19, 20; Efe. 2:18; 2 Cor. 13:14). En esta lección descubriremos tres símbolos del Espíritu Santo que son usados a lo largo de toda la Biblia.

1. ¿Qué símbolo del Espíritu Santo compartió Jesús con sus discípulos?«“Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva”. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él» (Juan 7:37-39).

El ministerio del Espíritu Santo es simbolizado como ríos de .

2. ¿Por qué Jesús eligió el agua como símbolo del Espíritu Santo? ¿Qué lecciones espirituales podemos hallar en este símbolo?«Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, ríos sobre la tierra seca. Mi Espíritu derramaré sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus renuevos» (Isa. 44:3)«Esparciré sobre vosotros agua limpia y seréis purificados de todas vuestras impurezas, y de todos vuestros ídolos os limpiaré» (Eze. 36:25).

El agua satisface nuestra y nos limpia de nuestras .

Nada satisface a un individuo sediento como el agua, capaz de apagar la sed profunda y atroz. Cuando el Espíritu Santo entra a nuestra vida y revela el amor y la verdad de Jesús, satisface nuestros anhelos más profundos calmando nuestra inquietud y ansiedad. Apaga nuestra sed que anhela lo eterno. El agua también limpia. Cuando el Espíritu Santo llena nuestra vida, comienza un proceso por el que nos limpia de nuestras actitudes rebeldes. Los hábitos que contaminan nuestra vida son limpiados por el poder del Espíritu Santo. El agua también produce crecimiento. Cuando las lluvias del Espíritu de Dios caen sobre nosotros, somos llenos de vida espiritual y crecemos diariamente en la gracia de Jesús (véase Sal. 1:3).

3. ¿Qué símbolo de la obra poderosa del Espíritu Santo usó Jesús la noche en que fue visitado por Nicodemo?«El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu» (Juan 3:8).

El ministerio del Espíritu Santo es como el .

E S T U D I O B Í B L I C O

Símbolos delEspíritu Santo Mark A.

Finley

para el tiempo del fin

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El viento es poderoso. En este pasaje representa el poder transformador de Dios por medio del Espíritu Santo que está más allá de la comprensión humana. Sus actos divinos son milagrosos. En la visión de Ezequiel del «valle de los huesos secos» (Eze. 37), cuando el Espíritu Santo sopló nueva vida en los huesos secos estos recobraron la vida. Por medio del Espíritu resucitamos a una nueva vida espiritual en Cristo.

4. En la Biblia se usa el aceite como símbolo del Espíritu Santo. ¿Qué aspecto de la obra del Espíritu Santo está representando?«Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrarás para que sean mis sacerdotes. Hablarás a los hijos de Israel y les dirás: “Este será el aceite de la santa unción para vuestras generaciones”» (Éxo. 30:30, 31).«Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y […] este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo» (Hech. 10:38).

El aceite era usado para a Aarón y a sus hijos para el servicio en el santuario terrenal.

Dios el Padre ungió a Jesús con el Espíritu Santo, y lo capacitó para hacer

y a los oprimidos por el diablo.

El aceite representa el poder santificador del Espíritu Santo en nuestra vida. Nos aparta como siervos consagrados de Cristo. Así como el aceite era usado para consagrar a los sacerdotes y al santuario terrenal para el servicio a Dios, el Espíritu Santo nos santifica para que seamos testigos del Señor.

5. ¿Cuál fue la gran falta de las vírgenes insensatas en la parábola de Jesús de las diez vírgenes? ¿Qué significado posee esto para la iglesia de Dios del tiempo del fin?«Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan”. Pero las prudentes respondieron diciendo: “Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden y comprad para vosotras mismas”» (Mat. 25:8, 9).

Las vírgenes insensatas no estaban listas para la tardanza del Esposo y se quedaron sin .

6. ¿Qué nombre dio Jesús al problema espiritual de estas vírgenes insensatas?«Pero él, respondiendo, dijo: “De cierto os digo que no os conozco”. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir» (Mat. 25:12, 13).

Las vírgenes insensatas no sabían el del regreso de su Señor,

y no estuvieron cuando se produjo.

El aceite del Espíritu Santo separa, consagra, santifica y sana. Las vírgenes insensatas aceptaron una experiencia espiritual superficial. No tenían una relación estrecha y duradera con Jesús. Es por ello que él les dijo: «No os conozco». Estos símbolos del Espíritu Santo nos hablan al corazón. El símbolo del agua nos llama

a una purificación interior de cualquier cosa que pueda obstruir los canales de la mente e impedirnos así conocer a Jesús estrechamente. El simbolismo del viento nos invita

a abrir nuestra mente al soplo divino para recibir nueva vida. Y el simbolismo del aceite nos llama a adoptar vidas de comunión consagrada e íntima

con el Señor.

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C A R T A S

El predicador, Golden Lapani, real-mente está sirviendo a Dios en Malaui. Me recuerda al apóstol Pablo, por su pasión, dedicación y determinación por esparcir las nuevas de salvación por el poder de Jesucristo. No hay duda de que el Dios que servimos es un Dios que obra milagros.

Insto a las personas de todo el mundo a que oren por el hermano Lapani y por otros que están arriesgando sus vidas para servir a Dios. Necesitamos sentir entusiasmo por salvar las almas, por sanar las heridas de los quebrantados, y por llevar a los perdidos a Jesús.

Litton Prosad MowalieDacca, Bangladés

Poder ilimitadoDisfruto cada artículo de Adventist World, pero hay artículos únicos que sirven como puente para salvar la brecha de nuestro vacío. «El piano invisible», de Wilhelmina Dunbar (Diciembre 2010), fortaleció mi fe en el poder del Todopoderoso. Cuando la

gente ora, Dios responde a sus nece-sidades desde su fuente abundante de riquezas. Si dejamos de limitar el poder de Dios, veremos agradecidos que él siempre está allí para escuchar nuestro clamor cuando lo necesitamos.

¡Más poder para Adventist World!Larry R. Valorozo Taguig City, Metro Manila, Filipinas

Impacto AtlantaMe gusta mucho Adventist World. El artículo «Servicio comunitario y algo más», de Kimberly Luste Maran (Septiembre 2010), realmente me impresionó. Agradezco a Dios por el ministerio que une el mundo adventista.

Jean Marie SadioCosendai, Camerún

En estos últimos días, cuando la gente corre de aquí para allá en busca de consuelo y esperanza, cuando está perdiendo la fe en Dios, esta revista, que contiene historias vivientes de cómo Dios sigue en control de todo, me resulta una bendición.– Litton Prosad Mowalie

Dacca, Bangladés

Intercambio mundial

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MotivadoraHace casi cinco años que soy adventista, y la lectura de publicaciones como Adventist World no deja de fortalecer mi fe en Dios y en su

Palabra. Mi madre, hermano y yo somos los únicos adventistas de la familia, en una ciudad donde nuestra iglesia recién está creciendo. Siempre me ha resultado estimulante leer de otros que han hallado la misma fe que yo tengo, y la manera en que la aprecian por sobre todas las cosas.

«El pequeño diamante», de Chantal Klingbeil (Diciembre 2010) me resultó una gran inspiración para seguir aspirando a alturas más grandes, para gloria de Dios y el progreso de su reino. Me encanta leer sobre la vida de los pioneros, porque me da esperanza en mis propias pruebas y desafíos para ser todo lo que Dios quiere que sea.

Agradezco al personal y a los escritores por hacer una diferencia en mi vida. Ustedes son la voz de Dios y la carta de amor enviada a muchas perso-nas. Que Dios los siga bendiciendo.

Rochelle StanderNelspruit, Sudáfrica

Un llamado a orarMe siento muy agradecido por la publi-cación de Adventist World. En estos últimos días, cuando la gente corre de aquí para allá en busca de consuelo y esperanza, cuando está perdiendo la fe en Dios, esta revista, que contiene historias vivientes de cómo Dios sigue en control de todo, me resulta una bendición.

El número de Diciembre 2010 me brindó ánimo e inspiración. El artículo de Charlotte Ishkanian titulado «Un hombre y su Dios» me llegó al corazón.

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C A R T A S

El rincón de oración; comuníquese a la dirección [email protected]. Pedidos de oración y alabanzas (agradecimientos por oraciones contestadas). Los mensajes deben ser breves y concisos; de no más de 75 palabras. Por motivos de espacio y claridad, podrán ser editados. Aunque oraremos por cada mensaje durante nuestras reuniones semanales, no todos aparecerán en la revista. Por favor, junto al mensaje agregue su nombre y su país de procedencia.

Agradecimientos de diversos rincones del planeta Soy adventista, tengo diecinueve años, y soy ávido lector de Adventist World. Me gusta mucho saber de mis hermanos y hermanas de diversos lugares y estoy orgulloso de la obra misionera de ellos. Que el Señor esté con todos sus hijos y nos guíe.

Elom TagbedeLomé, Togo

Soy un lector habitual de Adventist World. Me resulta muy interesante saber lo que sucede en nuestra iglesia en otras partes del mundo.

Rebeca Ruiz LaguardiaZaragoza, España

Saludos a los líderes de Adventist World, revista que encontré y leo en español en su edición en línea. Los artículos y testimonios de personas de diversos lugares del mundo me animan a seguir adelante en la senda que el Señor Jesucristo nos ha dado como parte del remanente.

He sido miembro de la iglesia desde

mi niñez en la ciudad de Guadalajara, México. Le pregunté al Señor qué más podríamos hacer como iglesia, y estoy de acuerdo en que tenemos una tarea especial en esta obra de reforma y reavivamiento. Siento la necesidad urgente de que la iglesia se prepare para lo que le espera. Celebro la iniciativa de buscar el reavivamiento y la reforma.

Enrique Martín del CampoTepic, Nayarit, México

Adventist World es una de mis publi-caciones favoritas. Me brinda muchos conocimientos y fortaleza espiritual. Los artículos han transformado la vida de muchos que ahora creen en Cristo. Como se publica todos los meses, todo el tiempo está renovando nuestra mente espiritual. Cada vez que leo la revista me siento inspirada para trabajar más por la ganancia de almas.

Naw Moo KapawTaungngu, Birmania

Gracias por Adventist World. Me ayuda cada vez que me siento desani-

mado. Piensen tan solo en cuántas personas se están beneficiando por sus esfuerzos. Soy uno de los lectores habituales de la revista, y espero seguir leyendo y aguardando el siguiente nú-mero hasta que Cristo venga.

Las revistas me dan consuelo y ánimo, porque me encuentro en una prisión de máxima seguridad.

Boxten T. KudziweMalaui

Saludos de los miembros de la Iglesia Adventista de Uganda. Gracias por la buena obra que están haciendo. Dios bendiga a los colaboradores de la revista. ¡Oren para que un día vaya a visitarlos allí a los Estados Unidos!

Eva NamugereUganda

Oren por favor por un reavivamiento entre los jóvenes adventistas de nuestra provincia. Cada vez tenemos menos miembros jóvenes. Que Dios bendiga a nuestra iglesia y le permita fortalecerse. Oren por la obra de evangelio en China, y para que los propósitos divinos se cumplan aquí y en otros países.

Jin, China

Oren por favor para que se solucione el problema con el terreno de nuestra iglesia. Estamos a punto de perder nuestro templo. No tenemos fondos para pagar los costos legales.

Ann, Filipinas

Se nos ha pedido que distribuyamos las lecciones bíblicas preparadas especial-mente para los prisioneros. Esperábamos unos pocos pedidos por mes, pero entre diciembre y enero ya recibimos cerca de setenta solicitudes para estudiar la Biblia. Apreciamos que oren por esta nueva fun-ción de nuestro ministerio por los judíos.

Jeff, Estados Unidos

Hace poco más de una semana me diag-nosticaron glaucoma. Pido que oren por favor por mí, para que el Señor obre un milagro en mi vista. Gracias por interceder en oración por mí y por muchos otros.

Naomi, Islas Vírgenes

Soy de Zimbabue pero vivo en Sudáfrica. Durante el último año he estado esperando el permiso de trabajo temporal. Oren por favor para que Dios permita que reciba ese documento.

Sharon, Sudáfrica

Oren por favor por la Iglesia Adventista de Birmania.

Gin, Birmania

E L R I N C Ó N D E O R A C I Ó N

Cartas al editor; comuníquese a la dirección letters@ adventistworld.org. Las cartas deben hacer referencia a algún tema que haya aparecido en la revista; deben ser claras y al punto; de no más de 250 palabras. Asegúrese de incluir el título, la fecha de publicación y el número de página del artículo. Agregue también sus datos (nombre, ciudad o pueblo, provincia o estado y país). Por motivos de espacio y claridad, dichas cartas podrán ser editadas. Las que lleguen a tiempo tendrán más probabilidades de ser incluidas; no todas serán publicadas.

Intercambio mundial

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I N T E R C A M B I O D E I D E A S

Era el 19 de abril de 2010. Acababa de re-gresar de un encuentro

anual de reavivamiento en Falam* y llegué al campus del Seminario Adventista Upper Myanmar, del que era di-rector. Como de costumbre, nos dispusimos a cenar a las 19:00. De pronto, se levantó un terrible viento y comenzó a llover. Corrimos de aquí para allá, tratando de cerrar puertas y ventanas. La tormenta se hizo tan fuerte que no pudimos terminar de comer.

Mientras secábamos los pisos, Thang Sawm Tung, director de la residencia de va-rones, regresó de hacer algunas visitas, y nos dijo que al día siguiente tendríamos mu-cho que hacer. «¿Qué sucedió?», le pregunté. Tung nos contó que el edificio principal del campus, donde funcionaban los salones de clase y la biblioteca, ya no tenía techo.

Fuimos a ver el edificio. Era cierto: ya no tenía techo, y estaba completamente desprotegido. Tratamos rápidamente de poner los libros en un lugar y cubrirlos con un gran plástico. Entonces reuní a un grupo de voluntarios y elevé una oración, diciendo: «Señor, estamos apenados por esta devastación, pero al mismo tiempo, estamos felices porque tú transformarás esta maldición en bendición».

En efecto, no hay palabras para expresar cuán tristes estábamos. La tormenta había destruido no solo el edificio sino también nuestro plan de adquirir un econó-mico Jeep; una decisión que la junta había tomado tan solo una semana antes.

Informé de la devastación a la Misión y a la Unión Misión de Birmania. Suak Khaw Ngin, director del Departamento de Educación de la Unión, nos dijo que nos pusiéramos en contacto con la División para efectuar el informe para el seguro. Ellos me enviaron el formulario que completé y mandé inmediatamente. Sin embargo, el proceso llevó meses.

La reconstrucción comenzó el 26 de abril. Teníamos que terminar antes del 25 de mayo, porque al día siguiente comenzaría la inscripción de los estudiantes.

Ya no teníamos dinero para comprar el Jeep, y había que terminar la reconstrucción. Pero Dios nos bendijo con donaciones de exalumnos y feligreses. La reconstrucción siguió adelante, y fue completada con los ingresos adicionales del año lectivo 2010-2011.

En octubre, finalmente llegó el dinero del seguro. Recuperamos así el monto presupuestado para el vehículo, y aún sobró.

La institución había planeado comprar un Jeep, pero Dios nos permitió com-prar un pequeño camión que puede ser usado de diversas maneras y realiza un verdadero ministerio. Más allá de la comprensión humana, Dios transformó una catástrofe en bendición.

–Kap Lian Thang, Birmania* Falam es una pequeña aldea en el estado de Chin, al norte de Birmania.

Más allá de lacomprensión

humanaEste mes, un lector comparte de qué manera Dios triunfó sobre una catástrofe.

“He aquí, vengo pronto . . .”Nuestra misión es elevar a Cristo, uniendo a los adventistas de todo el mundo en creencias, misión, vida y esperanza.

EditorADVENTIST WORLD es una publicación internacional de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, editada por la Asociación General y la División de Asia-Pacífico Norte de la Iglesia Adventista.

Editor ejecutivo Bill Knott

Editor asociado Claude Richli

Gerente editor internacional Chun, Pyung Duk

Junta editora Ted N. C. Wilson, presidente; Benjamin D. Schoun, vicepresidente; Bill Knott, secretario; Lisa Beardsley; Daniel R. Jackson; Robert Lemon; Geoffrey Mbwana; G. T. Ng; Daisy Orion; Juan Prestol; Michael Ryan; Ella Simmons; Mark Thomas; Karnik Doukmetzian, asesor legal.

Comisión coordinadora de ADVENTIST WORLD Lee, Jairyong, presidente; Akeri Suzuki; Kenneth Osborn; Guimo Sung; Glenn Mitchell; Chun, Pyung Duk

Jefe de editores Bill Knott

Editores de Silver Spring, Maryland, EE.UU. Gerald A. Klingbeil (editor asociado), Sandra Blackmer, Stephen Chavez, Mark A. Kellner, Kimberly Luste Maran, Gina Wahlen

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Editor en línea Carlos Medley

Coordinadora técnica Merle Poirier

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Consultores Ted N. C. Wilson, Robert E. Lemon, G. T. Ng, Guillermo E. Biaggi, Lowell C. Cooper, Daniel R. Jackson, Geoffrey Mbwana, Armando Miranda, Pardon K. Mwansa, Michael L. Ryan, Blasious M. Ruguri, Benjamin D. Schoun, Ella S. Simmons, Alberto C. Gulfan Jr., Erton Köhler, Jairyong Lee, Israel Leito, John Rathinaraj, Paul S. Ratsara, Barry Oliver, Bruno Vertallier, Gilbert Wari, Bertil A. Wiklander.

A los colaboradores: Aceptamos el envío de manuscritos no solicitados. Dirija toda correspondencia a 12501 Old Columbia Pike, Silver Spring, MD 20904-6600, EE.UU. Número de fax de la oficina editorial: 1 (301) 680-6638

E-mail: [email protected] Web: http://www.adventistworld.org/

A menos que se indique lo contrario, todas las referencias bíblicas pertenecen a la versión Reina Valera. Revisión 1995.

ADVENTIST WORLD es publicada todos los meses e impresa simultáneamente en Alemania, Argentina, Australia, Austria, Brasil, Corea, Estados Unidos e Indonesia.

Vol. 7, No. 5

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L A W R E N C E D O M I N G O

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RESPUESTA: En la iglesia adventista Stanborough Park, en Inglaterra, Neilson Roberts, que es anciano de iglesia, inspecciona el agua caliente que será usada para preparar bebidas calientes y sopa instantánea para alimentar a personas indigentes de Londres. Un grupo de voluntarios sale a las calles con bebidas y alimentos suficientes para cuarenta personas, además de artículos de vestir, de higiene, mantas y bolsas de dormir.

¿EN QUÉ LUGAR DEL MUNDO SE ENCUENTRA?C I T A D E L M E S

«Cuando el Señor está en control, la gente se alegra, pero cuando Satanás gobierna, la gente sufre. Entonces, ¿por qué no darle una oportunidad a Dios en nuestra vida?»–Zvikomborero Zihanzu, durante una clase de Escuela Sabática a comienzos de 2011, en el Campamento de Jóvenes de la Federación Chitungwiza, en Chipinge, Zimbabue.

V I D A A D V E N T I S T ADurante muchos años fui

capellán de hospital dentro del Sistema Florida Hospital. En ocasiones fui director de capellanes voluntarios y de los grupos de apoyo voluntarios. Algunos hospitales tenían hasta quinientos voluntarios que atendían las diversas necesida-des de los pacientes y colabora-ban con los empleados.

El hospital no podría prescin-dir de estos fieles voluntarios. Por ello, cierto día de 1989, me senté y escribí estas palabras de gratitud:

«¡Viva los voluntarios! Es sobre los hombros de serviciales

voluntarios que se han alcanza-do los progresos más grandes de la historia».

Y sigo creyendo que esto es así.–Chet Damron, Carolina del Norte, Estados Unidos

Junto con mi nietita de siete años, estaba mirando un programa de vida salvaje en la televisión cuando nos dio pena ver que un león perseguía a un pequeño impala. Le señalé entonces que en el cielo ya no habrá más muerte y que los leones comerán hierba.

«Sí, abuelita –replicó–. Y los perritos van a recibir alimento

para perros». ¡Qué respuesta hermosa de una niña que usa su imaginación para pensar en el cielo!–Wilhelmina Dunbar, Heidelberg, Gauteng, Sudáfrica

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PERS NASEl rincón de las

F O T O G R A F Í A : E N V I A D A P O R J U N E C O O M B S