Upload
others
View
4
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018 QUEJOSA Y RECURRENTE: DEYSI DEL CARMEN CHABLÉ ECHEVERRÍA
VISTO BUENO SR. MINISTRO
MINISTRO PONENTE: JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO. SECRETARIO: JORGE ARRIAGA CHAN TEMBLADOR.
Ciudad de México. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación correspondiente al ___
V I S T O S para resolver los autos relativos al amparo directo en
revisión 4225/2018, interpuesto por Deysi del Carmen Chablé
Echeverría en contra de la sentencia dictada por el Tribunal Colegiado
en Materias Civil y Administrativa del Décimo Cuarto Circuito, en el juicio
de amparo directo *****; y,
R E S U L T A N D O
PRIMERO. Demanda de amparo. Mediante escrito presentado el
quince de diciembre de dos mil diecisiete, en la Sala Colegiada Civil y
Familiar del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Yucatán, Deysi
del Carmen Chablé Echeverría, por propio derecho, promovió demanda
de amparo directo contra las autoridades y por los actos que a
continuación se indican:
Autoridades Responsables:
La Sala Colegiada Civil y Familiar del Tribunal Superior de
Justicia del Estado de Yucatán, como autoridad ordenadora.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
2
El Juez Tercero Civil del Primer Departamento Judicial del Estado
de Yucatán, como autoridad ejecutora.
Actos Reclamados:
La resolución de doce de octubre de dos mil diecisiete, dictada
con motivo del recurso de revocación interpuesto en contra del
acuerdo de catorce de septiembre de dos mil diecisiete, en los
autos del toca de apelación ******, por el que se determinó la
caducidad de la segunda instancia; y su ejecución.
SEGUNDO. Trámite y resolución del juicio de amparo. De
dicha demanda, correspondió conocer al Tribunal Colegiado en
Materias Civil y Administrativa del Decimocuarto Circuito, quien
mediante proveído de veinticinco de enero de dos mil dieciocho, la
radicó con el número de expediente *****.
Seguida la secuela procesal, en sesión de dieciséis de mayo de
dos mil dieciocho, el Tribunal Colegiado resolvió negar el amparo a la
quejosa.
TERCERO. Interposición del recurso de revisión. Inconforme
con la resolución anterior, la quejosa, por su propio derecho, interpuso
recurso de revisión mediante escrito presentado el siete de junio de dos
mil dieciocho, en la Oficina de Correspondencia Común de los
Tribunales Colegiados del Décimo Cuarto Circuito con Sede en Mérida,
Yucatán.
Por auto de once de junio de dos mil dieciocho, el Magistrado
Presidente del Tribunal Colegiado en Materias Civil y Administrativa del
Decimocuarto Circuito, dio trámite al recurso de revisión y ordenó remitir
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
3
los autos del juicio de amparo a esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación.
CUARTO. Trámite del recurso de revisión ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. Hecha la remisión correspondiente,
mediante proveído de veintiocho de junio de dos mil dieciocho, el
Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación admitió el
recurso de revisión 4225/2018, en los términos siguientes:
“Ahora bien, en el caso, de las constancias que se tienen a la vista se advierte que la quejosa citada al rubro, hace valer recurso de revisión contra la sentencia de dieciséis de mayo de dos mil dieciocho dictada por el Tribunal Colegiado en Materias Civil y Administrativa del Décimo Cuarto Circuito en los autos del amparo directo **********, mediante escrito en el que transcribe de conformidad con el artículo 88 de la Ley de Amparo, la parte de la sentencia reclamada que a su parecer contiene el problema de constitucionalidad, y dado que del análisis de las constancias que obran agregadas en autos se advierte que el Tribunal Colegiado de Circuito del conocimiento en la sentencia recurrida se pronunció respecto de la constitucionalidad de los artículos 53 y 381 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Yucatán, lo que se relaciona con el tema: “Caducidad de la segunda instancia. El plazo de tres meses de inactividad procesal para decretar de oficio aquélla vulnera el derecho fundamental de tutela efectiva”, y dado que en los agravios materia de esta instancia la quejosa citada al rubro controvierte dicha determinación, en términos de lo dispuesto en el artículo 81, fracción II, de la Ley de Amparo, existe una cuestión propiamente constitucional, y atendiendo a lo previsto en los puntos Primero y Segundo del Acuerdo General Plenario 9/2015, al tratarse de un planteamiento novedoso en virtud de que de la búsqueda de precedentes por tema, por precepto controvertido o por derecho fundamental relacionado, no se advierte la existencia de un criterio emitido por este Alto Tribunal al respecto, se impone admitir el presente recurso al actualizarse los requisitos de importancia y trascendencia referidos en el artículo 107, fracción IX, constitucional, preciados en el punto Segundo del citado Acuerdo General Plenario 9/2015. (…)”
Asimismo, ordenó turnar el expediente al Ministro Jorge Mario
Pardo Rebolledo y su radicación en la Primera Sala de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
4
QUINTO. Radicación del asunto en la Primera Sala.
Posteriormente, por auto de veinticuatro de septiembre del dos mil
dieciocho, la Ministra Presidenta de la Primera Sala de este Alto
Tribunal ordenó el avocamiento del asunto y dispuso el envío de los
autos a la Ponencia respectiva, para formular el proyecto de resolución.
C O N S I D E R A N D O
PRIMERO. Competencia. Esta Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación es legalmente competente para conocer
del presente recurso de revisión, en términos de lo dispuesto por los
artículos 107, fracción IX, de la Constitución+ Política de los Estados
Unidos Mexicanos; 81, fracción II, 83 y 96 de la Ley de Amparo; 21,
fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación, en relación con los puntos primero y tercero del Acuerdo
General número 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal el
trece de mayo de dos mil trece y publicado en el Diario Oficial de la
Federación el veintiuno del mismo mes y año; en virtud de que la materia
del asunto corresponde a su especialidad.
SEGUNDO. Oportunidad del recurso. El recurso de revisión fue
interpuesto oportunamente de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 86 de la Ley de Amparo aplicable, en atención a lo siguiente:
La sentencia recurrida fue notificada a la parte quejosa el
miércoles veintitrés de mayo dos mil dieciocho1.
La notificación surtió sus efectos, el día hábil siguiente, esto es, el
jueves veinticuatro de mayo de dos mil dieciocho, de
conformidad con la fracción II del artículo 31 de la Ley de Amparo.
1 Juicio de Amparo *****. Foja 69.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
5
El plazo de diez días para impugnar la resolución recurrida,
previsto en el artículo 86 de la Ley de Amparo aplicable,
transcurrió del viernes veinticinco de mayo al jueves siete de
junio de dos mil dieciocho. Debiendo descontarse los días
veintiséis y veintisiete de mayo, así como dos y tres de junio, por
ser sábados y domingos respectivamente e inhábiles de
conformidad con el artículo 19 de la Ley de Amparo.
El escrito de agravios se presentó en la Oficina de
Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados del
Décimo Cuarto Circuito con Sede en Mérida, Yucatán, el siete de
junio de dos mil dieciocho, por lo que, su interposición fue
oportuna.
TERCERO. Cuestiones necesarias para resolver el asunto. A
continuación se hace una relación, en lo que interesa, de los
antecedentes del asunto, de los conceptos de violación esgrimidos por
la parte quejosa, de las consideraciones del Tribunal Colegiado de
Circuito, y de los agravios vertidos en ambos recursos:
I. Antecedentes. De las constancias de autos se desprende:
Juicio ordinario civil. Inmobiliaria Deme, Sociedad Anónima de
Capital Variable, por conducto de sus apoderados legales,
promovió juicio ordinario civil plenario de propiedad y posesión,
en contra de José Luis Quijano Couoh o José Luis Quijano
Cohuo y Deysi del Carmen Chable Echeverría, señalando como
prestaciones reclamadas las siguientes:
La declaración de ser la legítima propietaria de un
inmueble ubicado en la ciudad de Yucatán.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
6
La desocupación y entrega por parte de los demandados
de dicho inmueble, a favor de la actora.
La condena a los demandados al pago de los frutos civiles
generados con motivo de la ocupación del predio materia
de la controversia; de los daños y perjuicios generados
ante la negativa de desocupar el inmueble; así como el
pago de los servicios de energía eléctrica y agua potable.
El pago de gastos y costas
Por auto de veintiséis de noviembre de dos mil doce, el Juez
Tercero Civil del Departamento Judicial del Estado, a quien por
turno correspondió el conocimiento de la demanda, la radicó con
el número **********, admitiéndola a trámite.
Mediante escrito presentado el trece de diciembre del mismo
año, los enjuiciados dieron contestación a la demanda formulada
en su contra, en la que opusieron las excepciones y defensas
que estimaron pertinentes, así como las pruebas para
justificarlas. En el mismo escrito presentó demanda
reconvencional de prescripción adquisitiva en contra de la actora
principal.
Sentencia de primera instancia. Seguidos los trámites legales
correspondientes, el cinco de abril de dos mil diecisiete, el juez
del conocimiento dictó sentencia en la que por una parte, declaró
probada la acción principal promovida por la demandante y tuvo
por no justificadas las excepciones de los demandados, y por
otro lado, declaró improcedente la reconvención. En virtud de lo
anterior, absolvió a la sociedad actora principal, declarándola
legítima propietaria del predio materia de la controversia,
condenando a los demandados a desocupar y entregar dicho
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
7
inmueble, a pagar los frutos civiles, daños y perjuicios, así como
gastos y costas.
Recurso de apelación. Inconforme con el fallo indicado en el
párrafo que antecede, por escrito presentado el dos de mayo de
dos mil diecisiete, Deysi del Carmen Chable Echeverría interpuso
recurso de apelación del que correspondió conocer a la Sala
Colegiada Civil y Familiar del Tribunal Superior de Justicia el
Estado de Yucatán, quien lo radicó con el número de toca
************.
Acuerdo por el que se decreta la caducidad de la instancia.
Sin embargo, mediante proveído de catorce de septiembre de
dos mil diecisiete, y a petición de la sociedad actora, dicho
tribunal de alzada decretó la caducidad de la instancia por
haberse dejado de actuar por más de tres meses consecutivos a
partir de la última notificación hecha a las partes por medio de
lista publicada en el Diario Oficial del Gobierno del Estado el doce
de junio de dos mil diecisiete.
Recurso de revocación. Por no estar de acuerdo con la
resolución indicada, por escrito presentado el veinte de
septiembre de dos mil diecisiete, Deysi del Carmen Chable
Echeverría interpuso recurso de revocación, el cual fue resuelto
por la propia sala de apelación el doce de octubre siguiente,
declarándolo improcedente.
Juicio de amparo directo. En contra de esa determinación,
Deysi del Carmen Chable Echeverría, promovió juicio de amparo
del que correspondió conocer al Tribunal Colegiado en Materias
Civil y Administrativa del Decimocuarto Circuito con el número
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
8
**********, quien dictó sentencia el dieciséis de mayo de dos mil
dieciocho, negando el amparo a la quejosa.
II. Conceptos de violación. En seguida se sintetizan los
conceptos de violación formulados en la demanda de amparo:
La resolución reclamada resulta violatoria al derecho a la
tutela judicial efectiva y a la reforma constitucional de diez de
junio de dos mil once.
A partir de la reforma invocada, el artículo 1º constitucional
establece la interpretación de las normas sobre derechos
humanos favoreciendo en todo momento a las personas la
protección más amplia, e impone a las autoridades la
obligación de promover, respetar y proteger los derechos
humanos.
Dicha reforma fue soslayada por la responsable al negarse a
realizar el estudio solicitado sobre la constitucionalidad y
convencionalidad de los artículos 53 y 381 del Código Federal
de Procedimientos Civiles del Estado de Yucatán.
El tribunal responsable debió inaplicar los numerales
combatidos, en lo relativo a la caducidad de la instancia, ya
que vulneran el derecho a una tutela efectiva.
La sala de apelación parte de una premisa errónea al
considerar que la simple inactividad procesal en la segunda
instancia provoca la caducidad de la instancia, puesto que la
reforma constitucional de mérito lleva a una nueva reflexión
en cuanto al tema de la caducidad en la segunda instancia,
atendiendo a los numerales 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, así como 1 y 17 de la
Constitución, que imponen la obligación de salvaguardar el
derecho a la protección judicial, favorecer en todo tiempo a
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
9
las personas la protección más amplia e impartir justicia
pronta y expedita.
El artículo 53 impugnado vulnera el derecho a la tutela judicial
efectiva, en tanto contempla la caducidad de la instancia si se
deja de actuar durante tres meses, sin embargo, la
presentación de alegatos es un trámite ocioso que no forman
parte de la litis y, sin embargo, su omisión genera la
caducidad.
En la legislación civil controvertida, el recurso de apelación
lejos de ser sencillo, es rígido y formalista, al imponer trabas
procesales innecesarias para el dictado de la sentencia de
segunda instancia. Basta el impulso procesal de interponer el
recurso y formular agravios para que se resuelva; no
obstante, se impone la carga de solicitar alegatos, los cuales
no forman parte de la litis ni son tomados en cuenta para la
sentencia de segunda instancia.
Sirven de sustento las tesis de Colegiados de rubros
“ALEGATOS. NO FORMAN PARTE DE LA LITIS” y
“ALEGATOS EN EL RECURSO DE REVISIÓN FISAL. NO
FORMAN PARTE DE LA LITIS”.
Las tesis de rubro “ALEGATOS NO FORMAN PARTE DE LA
LITIS” y “CONTROVERSIAS CONSTITUCIONALES. LOS
ALEGATOS EN ESTAS NO FORMAN PARTE DE LA LITIS”,
sí resultan aplicables por analogía, debido a que los alegatos
de la segunda instancia no forman parte de la litis, debido a
que no pueden ser considerados en la sentencia.
El argumento expuesto a la Sala en cuanto a que los alegatos
no forman parte de la litis y son un trámite ocioso que retarda
la impartición de justicia fue indebidamente contestado por la
responsable, en virtud de que no realizó un estudio
exhaustivo y pormenorizado de todas las consideraciones
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
10
expuestas. En consecuencia, se violó el derecho de
audiencia y legítima defensa.
Por otro lado, la responsable señaló que no podía soslayar la
etapa procesal de alegatos, sin embargo conforme a lo
expuesto la caducidad establecida en el artículo 53 del
Código de Procedimientos Civiles de la entidad es violatorio
a derechos humanos por lo que, en ejercicio del control de
constitucionalidad y convencionalidad ex officio, debió
declararlo inconstitucional.
La inconstitucionalidad de los artículos 53 y 281 del Código
de Procedimientos Civiles del Estado se debe a que son
contrarios al 8o, fracción I, y 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, pues los alegatos, al no formar
parte de la litis, no pueden justificar la caducidad de la
instancia.
Sirven de sustento las tesis de Colegiados de rubros
“CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIONALIDAD EX
OFFICIO. PASOS Y ASPECTOS SUSTANTIVOS E
INSTRUMENTALES QUE DEBEN OBSERVARSE PARA
REALIZARLO”, “CONTROL DE CONVENCIONALIDAD. EL
TRIBUNAL COLEGIADO EN SUPLENCIA DE QUEJA,
PUEDE ORDENAR AL ÓRGANO INFERIOR LA
DESAPLICACIÓN DE LA NORMA QUE ESTIME
INCONSTITUCIONAL” y “CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO. EL TRIBUNAL
COLEGIADO ESTÁ FACULTADO PARA ANALIZAR LAS
NORMAS QUE SIRVIERON DE BASE PARA RESOLVER
UNA CONTROVERSIA Y SI ENCUENTRA UNA QUE SE
OPONGA A LA CONSTITUCIÓN O A LOS TRATADOS
INTERNACIONALES, DEBE ORDENAR QUE PARA EL
CASO EXAMINADO, SE EXPULSE DEL SISTEMA
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
11
NORMATIVO”; así como la jurisprudencia de la Segunda
Sala de rubro “CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y
CONVENCIONALIDAD. CONDICIONES PARA SU
EJERCICIO OFICIOSO POR LOS ÓRGANOS
JURISDICCIONALES FEDERALES”.
III. Consideraciones de la sentencia recurrida: El Tribunal
Colegiado emitió sentencia en el sentido de negar el amparo con
base en las consideraciones siguientes:
Los motivos de inconformidad esgrimidos en contra del
artículo 53 y 381 del Código de Procedimientos Civiles para
el Estado de Yucatán reúnen los requisitos para ser
sometidos a escrutinio constitucional, pues se alega la
violación al derecho a la tutela judicial efectiva. Sin embargo,
son infundados por lo siguiente.
En cuanto a que la Sala consideró innecesario ejercer el
control de constitucionalidad ex officio solicitado, el
argumento es infundado debido a que sin estar obligada, la
sala responsable razonó que las disposiciones previstas por
los numerales impugnados no resultan contrarios a la
Constitución Federal.
Sin embargo, el control difuso que realizan las autoridades en
el ámbito de su competencia, se ejerce sólo en caso de
encontrar sustento para hacerlo, sin que deban razonar
cuando no sea así, ni puede cuestionarse ese aspecto en
amparo aun cuando se hubiera solicitado.
Ello debido a que los argumentos relacionados con este
tópico, sólo deben examinarse en amparo en ejercicio del
control concentrado de constitucionalidad.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
12
Sirven de apoyo las tesis de la Primera Sala de rubro
"CONTROL CONCENTRADO Y DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD. SUS
DIFERENCIAS” y "CONTROL DIFUSO DE
CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD. SU
EJERCICIO NO LIMITA NI CONDICIONA EL DEL
CONTROL CONCENTRADO”.
Ahora, los juicios civiles están inspirados, esencialmente, en
el principio dispositivo, en cuya virtud el impulso procesal
pesa sobre las partes como una carga y si bien al juez o
tribunal no les está vedado tomar la iniciativa, tampoco están
obligados a actuar de oficio, a menos que la ley se los
imponga; por tanto, conforme a dicho principio las partes
deben impulsar el procedimiento manifestando su interés en
proseguirlo, a través de promociones que activen el
procedimiento y exciten al órgano jurisdiccional hasta dictar
sentencia.
La sanción que se impone a las partes por no activar o
impulsar el procedimiento conforme al principio dispositivo es
la caducidad de la instancia, institución procesal que se
origina por la inactividad de los sujetos procesales y del
propio órgano jurisdiccional en el plazo señalado por la ley,
que tiene como consecuencia la extinción de la relación
procesal sin pronunciarse sobre la cuestión de fondo.
Los fundamentos de la caducidad de la instancia son de
orden subjetivo, en cuanto a la intención de las partes de
abandonar el proceso que se refleja en su desinterés en
continuar y culminar con el mismo; y de orden objetivo, que
descansa en la necesidad de evitar la pendencia indefinida
de los procesos, lo que traería una falta de seguridad jurídica.
Este criterio objetivo tiene también su fundamento en el
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
13
interés del propio Estado de liberar a sus propios órganos de
la necesidad de impulsar procesos y emitir la resolución
correspondiente, sustituyendo las cargas y obligaciones
procesales de las partes, cuando éstas evidentemente
abandonan su causa, además, se trata de garantizar una
administración de justicia pronta y expedita.
En ese orden, el artículo 381 impugnado, al establecer que a
petición de parte se citará a los interesados señalándose día
y hora, para que dentro de los tres días siguientes a la
citación, se efectúe la audiencia de alegatos, y en esta se
citará a las partes para sentencia, no viola el derecho a la
tutela judicial efectiva, pues conforme al principio dispositivo,
el interesado debe promover lo necesario a fin de provocar la
activación del procedimiento, por lo que al margen de que los
alegatos formen o no parte de la litis, lo relevante es que en
segunda instancia el apelante debe pedir que se pase a la
etapa del dictado de la sentencia y de no hacerlo tiene como
consecuencia que caduque la instancia.
Por otra parte, el artículo 53 que prevé la caducidad tampoco
resulta inconvencional ni inconstitucional, pues se ajusta a los
artículos 1º y 17 constitucionales así como 8º y 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Al establecer el plazo de tres meses en segunda instancia
para que se decrete la caducidad por inactividad procesal de
las partes, se brinda seguridad y certeza jurídicas a los
gobernados, debido a que no es posible que los juicios donde
rige el principio dispositivo, se prolonguen de manera
indefinida, ya que de ese modo se contravendría el mandato
constitucional relativo a la pronta impartición de justicia, que
se traduce en el derecho de toda persona a un procedimiento
expedito, donde los jueces y tribunales observen de manera
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
14
puntual los plazos y términos que fijen las leyes con el
propósito de que en los juicios que ante ellos se tramiten,
dicten las resoluciones finales correspondientes de forma
pronta, completa e imparcial; con cuyo acatamiento se evita
que los procesos permanezcan abandonados
indefinidamente por las partes en los tribunales y permite que
se avoquen a la resolución de nuevos asuntos sometidos a
su consideración.
Se sostiene lo anterior, porque conforme al principio
dispositivo, los procedimientos civiles no pueden quedar a la
libre decisión de las partes, de suerte que si no lo instan, siga
vivo hasta que decidan reactivarlo.
En efecto, la intención del constituyente en el artículo 17
constitucional es que todo juicio concluya en el menor tiempo
posible, por lo que si el legislador local dispuso que si las
partes dejan de activar el procedimiento en tres meses, en la
segunda instancia, de oficio el Tribunal deberá decretar la
caducidad, con tal medida lejos de contravenir el mencionado
precepto supremo, se ajustó a él, pues es la manera que
eligió para instar a las partes a promover lo necesario para
que los juicios concluyan dentro de los plazos y términos que
fijen las leyes ordinarias, y que no quede a su discreción la
conclusión del procedimiento con sentencia definitiva que
dirima los conflictos.
De lo anterior se sigue que el fundamento de la caducidad se
encuentra en el principio de seguridad jurídica, pues como se
precisó, tiene por finalidad impedir que el litigio se prolongue
por tiempo indefinido al poner un límite racional al derecho a
la jurisdicción.
En ese sentido, el tribunal de apelación puede efectuar el
estudio oficioso de dicha figura; precisamente porque le
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
15
corresponde vigilar que los recursos de apelación no se
prolonguen más allá del tiempo que la ley señala en respeto
al principio de seguridad jurídica.
Por consiguiente, los derechos humanos de tutela judicial
efectiva e impartición de justicia, que se dicen transgredidos,
no se encuentran mermados por la circunstancia de que la
referida norma establezca los plazos en que de oficio el
tribunal puede dar por concluido anticipadamente el recurso
de apelación sometido a su consideración a fin de apremiar
la actuación de los contendientes a que concluyan sus
discrepancias dentro de los plazos y términos que señalan las
leyes, y se evite la inactividad procesal para preservar el
derecho que toda persona tiene a ser oída con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable por un tribunal
competente; lo que a su vez implica que ese derecho es
limitado, pues para que pueda ser ejercido es necesario
cumplir con los presupuestos formales, como lo es actuar en
segunda instancia en los términos que prevé la ley, pues
como se precisó, el recurso de apelación no puede
prolongarse de manera indefinida, debido a que iría contra la
pronta impartición de justicia, y a su vez se evita la parcialidad
de los tribunales, al no colaborar en el retardo injustificado de
los recursos en beneficio de unos y perjuicio de alguno de los
contendientes.
Así, el artículo 53 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado, no contraviene ninguno de los preceptos
constitucionales ni convencionales que invoca la quejosa, por
lo que no se dan los supuestos para inaplicarlo.
Por otro lado, la quejosa señala, en síntesis, que la Sala
responsable no analizó los agravios del recurso de
revocación en los que adujo que los alegatos al no formar
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
16
parte de la litis, sino tratarse de un trámite por demás ocioso
en el recurso de apelación, lejos de brindar una justicia pronta
y expedita, la hacen retardada con requisitos injustificables,
por lo que no debió decretarse la caducidad de la instancia.
Los argumentos son infundados, debido a que la Sala Civil sí
dio respuesta a tal planteamiento.
Esto es así, pues al margen de que la responsable precisó
que el criterio invocado era inaplicable al caso por
corresponder a la materia laboral, lo cierto es que abordó el
cuestionamiento de que si la petición de que se diera el
término para presentar alegatos abonaba a la caducidad, ya
que a ese respecto consideró que conforme al artículo 381
del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Yucatán,
el interesado debía impulsar la etapa relativa primordialmente
para que el asunto llegue a su fin con el dictado de la
sentencia definitiva, ya que no podía soslayarse esa etapa
procesal; de ahí que resulten infundados los argumentos en
análisis.
Por último, señala la quejosa que lo resuelto en ese sentido
es incorrecto, por estimar inconvencionales los artículos 53 y
381 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de
Yucatán. Los argumentos también son infundados por las
razones expresadas en contra del control de
constitucionalidad solicitado a la sala.
IV. Agravios. Inconforme con la sentencia indicada, la
recurrente formuló los motivos de disenso que a continuación se
sintetizan:
Contrario a la determinación del Colegiado, los artículos 53
del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Yucatán,
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
17
en relación con el 381 del mismo ordenamiento, resultan
inconstitucionales.
Si bien el principio dispositivo es aplicable a los juicios civiles,
sin embargo, no rige en la segunda instancia, pues lo
contrario violaría el derecho a una tutela judicial efectiva, en
virtud de lo siguiente.
A partir de la reforma al artículo 1º constitucional, publicada
en el Diario Oficial de la Federación el diez de junio de dos
mil once, las autoridades están obligadas a promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos.
Además el contenido de tales derechos debe analizarse bajo
el principio pro persona.
El artículo 17 constitucional establece el derecho de los
gobernados y la correlativa obligación de los tribunales de
que se imparta justicia de forma pronta y expedita.
Por su parte, el artículo 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos reconoce el derecho humano de
protección judicial, del cual se desprende la obligación del
Estado de garantizar la existencia de un recurso judicial
efectivo contra actos que violen derechos humanos y que la
autoridad competente decida sobre los derechos de toda
persona que lo interponga.
En atención a lo resuelto por la Suprema Corte en el
expediente varios 912/2010, la caducidad alegada no cumple
con los parámetros establecidos en los numerales 1º y 17
constitucionales, así como 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
En efecto, del artículo 17 constitucional, también se
desprende la obligación del legislador de emitir leyes
procesales que respeten el derecho a que los tribunales
impartan justicia pronta y expedita.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
18
La reglamentación del recurso de apelación en el Estado de
Yucatán, lejos de hacerlo sencillo, lo hace rígido y formalista,
al imponer trabas procesales innecesarias para el dictado de
la sentencia.
Lo anterior, en virtud de que debe considerarse que el
gobernado da impulso cuando incoa el recurso de apelación,
interponiéndolo en tiempo y forma. Sin embargo, el Código
de Procedimientos Civiles de Yucatán, aun cuando establece
que el recurso de apelación debe resolverse a la luz de los
agravios formulados por la parte recurrente y en su caso la
contestación a la vista, impone a las partes solicitar un
término de alegatos, los cuales no forman parte de la litis ni
son tomados en cuenta al dictar la sentencia.
Ello constituye un formulismo excesivo que afecta a los
justiciables, ya que provoca la caducidad de la instancia por
no promoverse la etapa de alegatos, empero, se trata de un
trámite innecesario y carente de razonabilidad toda vez que
tales manifestaciones no forman parte de la litis ni trascienden
al resultado del fallo.
Por ende, no existe razón que justifique la caducidad
impugnada, tomando en cuenta que el órgano judicial tiene la
obligación constitucional de promover, respetar, proteger y
garantizar los derechos humanos.
De ello resulta la inconstitucionalidad de los numerales 51 y
381 del Código de Procedimientos Civiles de Yucatán, sin que
sea obstáculo el principio de impulso procesal ni el argumento
relativo a que la caducidad sirve para que los juicios no se
eternicen, pues a partir de la reforma constitucional diez de
junio de dos mil once imponen a los juzgadores a que por su
propia iniciativa adopten medidas encaminadas a evitar la
paralización del proceso y, al legislador, que emita leyes en
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
19
las que se garantice el acceso a una justicia pronta y
expedita.
La finalidad de la reforma se obstaculiza por disposiciones
como las impugnadas, las cuales agravan la situación del
justiciable, pues no es suficiente que interponga el recurso de
apelación sino que además debe sortear el descuido de la
autoridad judicial.
Si bien, antiguamente se justificaba que los jueces actuaran
en atención al impulso procesal de las partes dada la
necesidad en el desahogo de los asuntos y la carencia de
controles eficaces en los proceso; actualmente, con los
adelantos tecnológicos, esas justificaciones pierden vigencia.
CUARTO. Procedencia del recurso. De la interpretación
armónica de los artículos 107, fracción IX, de la Constitución General
de la República; 81, fracción II y 83 de la Ley de Amparo, y 10, fracción
III, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, en relación con el Acuerdo 9/2015 del Pleno de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, se desprende que la
procedencia del recurso de revisión en contra de sentencias que en
amparo directo pronuncien los Tribunales Colegiados de Circuito se
encuentra condicionada a la concurrencia de los siguientes requisitos:
A. Que en la sentencia recurrida se formule un pronunciamiento
sobre la constitucionalidad de normas generales, o la
interpretación directa de un precepto constitucional; o de los
derechos humanos establecidos en los tratados internacionales
de los que el Estado Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre
tales cuestiones cuando hubieren sido planteadas; y
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
20
B. Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de un
criterio jurídico de importancia y trascendencia, según lo disponga
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en cumplimiento de los
acuerdos generales del Pleno.
Así pues, aun cuando en la sentencia recurrida se decidan o se
hubieran omitido decidir temas propiamente constitucionales, para que
el recurso de revisión resulte procedente es necesario que el problema
de constitucionalidad sea susceptible de fijar un criterio de importancia
y trascendencia. Entendiéndose que ello será así, cuando se advierta
que el asunto:
a) Dará lugar a un pronunciamiento novedoso o de relevancia
para el orden jurídico nacional; o bien,
b) Lo decidido en la sentencia recurrida implique el
desconocimiento de un criterio sostenido por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación relacionado con alguna cuestión
propiamente constitucional, por haberse resuelto en contra de
dicho criterio o se hubiere omitido su aplicación.2
Al respecto, en el caso concreto se advierte que el quejoso
recurrente, desde los conceptos de violación planteó la posible
inconstitucionalidad de los artículos 53 en relación con el 381 del Código
de Procedimientos Civiles del Estado de Yucatán, al considerar que su
contenido resulta violatorio al derecho humano a la tutela judicial
efectiva, en específico, al acceso a la justicia expedita y pronta,
consagrado en los artículos 1º y 17 constitucionales, así como 8º y 25
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
2 Esto último, de acuerdo con los parámetros establecidos por el Pleno de este Alto Tribunal en el Acuerdo General Plenario 9/2015, en concordancia con lo dispuesto en el artículo 107, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
21
A su vez, el Tribunal Colegiado dio respuesta a dicho
planteamiento, en el sentido de confirmar la validez constitucional y
convencional de las disposiciones controvertidas. Por su parte, en su
escrito de agravios la recurrente combate dicha determinación, pues
reitera la inconstitucionalidad de los preceptos 53 y 381 de la legislación
adjetiva civil para el Estado de Yucatán.
De lo anterior, se advierte que existe un planteamiento de
constitucionalidad respecto de dos disposiciones normativas generales
formulado en la demanda de amparo y respecto del cual el Tribunal
Colegiado de Circuito emitió un pronunciamiento en su sentencia. Así
pues, es inconcuso que en el caso particular se actualiza una cuestión
de constitucionalidad.
Establecido lo anterior, debe estudiarse si se satisface el segundo
requisito, consistente en que el problema de constitucionalidad entrañe
la fijación de un criterio de importancia y trascendencia.
Al respecto, esta Sala estima dicho requisito también se satisface
en el presente caso, ya que no existe jurisprudencia de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación en la que se haya pronunciado sobre la
regularidad constitucional de la figura de la caducidad decretada en
segunda instancia derivada de la omisión de promover la citación a la
audiencia de alegatos dentro de los tres meses siguientes a que se
corra traslado con el escrito de expresión de agravios a la parte contraria
a la apelante, conforme lo dispone la legislación vigente del Estado de
Yucatán.
De ahí que, la admisión del presente recurso de revisión, podría
traer como consecuencia el análisis de la validez de los artículos 53 y
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
22
381, en cuanto a la caducidad de la segunda instancia por la
omisión de promover la citación a la audiencia de alegatos dentro
de los tres meses siguientes a que se corra traslado a la parte
contraria a la recurrente, lo que conlleva un pronunciamiento
novedoso por este Alto Tribunal.
QUINTO. Estudio de agravios. En términos del segundo párrafo
de la fracción II, del artículo 81 de la Ley de Amparo, la materia de este
recurso se limita a la decisión de las cuestionas propiamente
constitucionales, sin poder comprender otras3.
En el caso, se advierte que la recurrente expresamente tilda de
inconstitucionales los artículos 53 y 381 del Código de Procedimientos
Civiles de Yucatán, cuyo tenor es el siguiente:
Artículo 53. Si durante seis meses consecutivos en primera instancia, o tres en la segunda, se dejare de actuar en un juicio por falta de promoción de los interesados, el Juez o Tribunal decretará de oficio la caducidad de la instancia. La caducidad podrá decretarse desde el primer auto que se dicte en el juicio y hasta la citación para oír sentencia. Los términos mencionados se contarán desde la última notificación que se hubiere hecho a las partes. Artículo 391. Recibidos en los tribunales de apelación los autos o las constancias, en su caso, se correrá traslado por tres días a la parte contraria del escrito de expresión de agravios. Contestado o no el traslado, a petición de parte, se citará a los interesados señalándose día y hora, para que dentro de los tres días siguientes a la citación, se efectúe la audiencia de alegatos, en esta se citará a las partes para sentencia, que deberá dictarse dentro de cinco días. El tribunal al resolver, se concretará a apreciar los hechos, tal y como hubieren sido probados en primera instancia.
Tales preceptos legales regulan, por una parte, la figuran de la
caducidad de la instancia y, por otra, el trámite del recurso de apelación.
3 Artículo 81. (…) La materia del recurso se limitará a la decisión de las cuestiones propiamente constitucionales, sin poder comprender otras.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
23
En cuanto a la institución de la caducidad, el artículo 53 transcrito
establece que ésta opera cuando se deja de actuar en el juicio por falta
de promoción de los interesados durante seis meses consecutivos en
primera instancia o tres en segunda instancia; asimismo, determina que
debe decretarse de oficio por el Juez o Tribunal, desde el primer auto
que se dicte en el juicio y hasta la citación para oír sentencia.
Ahora, conforme a las reglas del ordenamiento impugnado, el
recurso de apelación tiene por objeto que el superior confirme, revoque
o modifique las resoluciones del inferior4. Para tal efecto, el perjudicado
debe interponerla ante el Juez que dictó la resolución, dentro de las
veinticuatro horas siguientes a la notificación si se trata de autos y
dentro de tres días si se trata de sentencias5. Admitido el recurso, se fija
al apelante un término de tres días para que presente su escrito de
expresión de agravios ante el Tribunal de Apelación6, salvo cuando éste
último resida en lugar distinto, en cuyo caso el plazo se podrá ampliar
hasta cinco días más7.
Posteriormente, en términos del artículo 381 8 , el tribunal de
apelación corre traslado a la parte contraria con el escrito de agravios
4 Artículo 369. El recurso de apelación tiene por objeto que el superior confirme, revoque o modifique la resolución del inferior. 5 Artículo 378. La apelación deberá interponerse ante el Juez que dictó la resolución dentro de las veinticuatro horas siguientes a la notificación, si se tratare de auto, y dentro de tres días, si se tratare de sentencia. 6 Artículo 379. Si el tribunal de apelación reside en el lugar del juicio, al admitirse el recurso se fijará al apelante el término de tres días para que se presente ante dicho tribunal a continuarlo, precisamente con su escrito de expresión de agravios. 7 Artículo 380. Si el tribunal de apelación reside en lugar distinto de aquel en que se pronunció la resolución apelada, a los tres días señalados en el artículo anterior, se podrán agregar hasta cinco días más, a juicio del Juez, teniendo en cuenta la distancia y la mayor o menor facilidad de comunicaciones entre el lugar en que se dictó la sentencia y el de la residencia del tribunal de apelación. 8 Artículo 381. Recibidos en los tribunales de apelación los autos o las constancias, en su caso, se correrá traslado por tres días a la parte contraria del escrito de expresión de agravios. Contestado o no el traslado, a petición de parte, se citará a los interesados señalándose día y hora, para que dentro de los tres días siguientes a la citación, se efectúe la audiencia de alegatos, en esta se citará a las partes para sentencia, que deberá dictarse dentro de cinco días. El tribunal al resolver, se concretará a apreciar los hechos, tal y como hubieren sido probados en primera instancia.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
24
por tres días; contestado o no, a petición de parte, se cita a los
interesados a la audiencia de alegatos dentro de los tres días siguientes
a la citación y; finalmente, en dicha audiencia, se cita a las partes para
sentencia, dentro de los cinco días siguientes.
Ante dicho panorama, el recurrente se duele de la
inconstitucionalidad de la caducidad de la segunda instancia derivada
de la omisión de promover la citación a la audiencia de alegatos, dentro
de los tres meses siguientes a que feneció el término para contestar los
agravios.
Tal planteamiento, lo hace depender esencialmente de que la
promoción para la citación a la audiencia de alegatos viola el derecho
humano de acceso a la justicia por ser un requisito irrazonable e
innecesario que obstaculiza el dictado de la sentencia, el cual no
encuentra justificación en el principio dispositivo, por dos razones: a) la
primera, que los alegatos no forman parte de la litis ni son tomados en
cuenta al dictar la sentencia; y, b) la segunda, que derivado de las
reformas constitucionales de junio de dos mil once, el órgano
jurisdiccional tiene la obligación constitucional de promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos, lo que implica que debe
adoptar medidas oficiosas encaminadas a evitar la paralización del
proceso.
Tales agravios son infundados, por las razones siguientes.
En cuanto a si los alegatos efectivamente forman parte de la litis
en el recurso de apelación previsto en la legislación procesal civil de
Yucatán, cobra relevancia lo resuelto por el Tribunal Pleno en la
contradicción de tesis 81/2017, suscitada entre el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia de Trabajo del Sexto Circuito y el Octavo Tribunal
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
25
Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Primera Región, cuyo
punto de contradicción versó sobre la obligación de los tribunales
colegiados de pronunciarse respecto de los alegatos presentados por
las partes en el amparo directo, en términos del artículo 181 de la Ley
de la materia.
Para abordar dicho punto, el Pleno razonó que “la etapa de
alegatos se ha conceptualizado como una oportunidad para las partes
de realizar una exposición razonada, verbal o escrita, con el objeto de
demostrar, conforme a derecho, que la razón y la justicia en el caso
concreto les asiste y que por lo mismo, la sentencia definitiva debe
dictarse acorde a lo solicitado por cada una de ella; por lo tanto, no se
trata necesariamente de una etapa procesal en la que se relacionen los
hechos, las pruebas y las pretensiones, sino que su objeto es apoyar,
mediante esta exposición, la procedencia o improcedencia de la acción
o incluso alguna pretensión de las partes”.
Asimismo, se reconoció que dicha etapa constituye una
formalidad esencial del procedimiento, como se desprende de la
jurisprudencia P./J. 47/95, de rubro y texto siguientes:
“FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO PRIVATIVO. La garantía de audiencia establecida por el artículo 14 constitucional consiste en otorgar al gobernado la oportunidad de defensa previamente al acto privativo de la vida, libertad, propiedad, posesiones o derechos, y su debido respeto impone a las autoridades, entre otras obligaciones, la de que en el juicio que se siga "se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento". Estas son las que resultan necesarias para garantizar la defensa adecuada antes del acto de privación y que, de manera genérica, se traducen en los siguientes requisitos: 1) La notificación del inicio del procedimiento y sus consecuencias; 2) La oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas en que se finque la defensa; 3) La oportunidad de alegar; y 4) El dictado de una resolución que dirima las cuestiones debatidas. De no respetarse estos requisitos, se dejaría
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
26
de cumplir con el fin de la garantía de audiencia, que es evitar la indefensión del afectado”.9
Al respecto, se determinó que “la figura de los alegatos, como
etapa procesal prevista como formalidad esencial en el procedimiento,
puede configurarse de distintas formas y con distintos alcances, a partir
de la naturaleza y condiciones de cada procedimiento con la finalidad
de garantizar la debida defensa de las partes”.
Cabe destacar que, en el caso del juicio de amparo directo, se
retomó lo resuelto por el propio Pleno en la contradicción de tesis 20/93,
en cuanto a que no existe el deber de plasmar por escrito el estudio de
los alegatos, como sí ocurre con los conceptos de violación:
“ALEGATOS. NO FORMAN PARTE DE LA LITIS EN EL JUICIO DE AMPARO. Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia publicada con el número 42, en la página 67, de la Octava Parte, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, sostuvo el criterio de que el Juez de Distrito exclusivamente está obligado a examinar la justificación de los conceptos violatorios contenidos en la demanda constitucional, en relación con los fundamentos del acto reclamado y con los aducidos en el informe con justificación; pero, en rigor, no tiene el deber de analizar directamente las argumentaciones que se hagan valer en los alegatos, ya que no lo exigen los artículos 77 y 155 de la Ley de Amparo; este criterio debe seguir prevaleciendo, no obstante que con posterioridad mediante decreto de treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y tres, publicado el dieciséis de enero de mil novecientos ochenta y cuatro, se hubiera reformado el artículo 79 de la Ley de Amparo, que faculta a los Tribunales Colegiados de Circuito y a los Jueces de Distrito para corregir los errores que adviertan en la cita de los preceptos constitucionales y legales que se estimen violados, así como examinar en su conjunto los conceptos de violación y los agravios, "así como los demás razonamientos de las partes", a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, pues basta el análisis del citado precepto para advertir que no puede estimarse que tal reforma tuvo como finalidad incorporar forzosamente los alegatos dentro de la controversia constitucional, sino que exclusivamente está autorizando la interpretación de la demanda con el objeto de desentrañar la verdadera intención del quejoso, mediante el análisis íntegro de los argumentos contenidos en la misma y de las demás constancias de autos que se encuentren vinculadas
9 Novena Época. Núm. de Registro: 200234. Instancia: Pleno. Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo II, Diciembre de 1995. Materia(s): Constitucional, Común. Tesis: P./J. 47/95. Página: 133.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
27
con la materia de la litis, como lo son: el acto reclamado, el informe justificado, y las pruebas aportadas, en congruencia con lo dispuesto por los artículos 116, 147 y 149 de la invocada ley, ya que sólo estos planteamientos pueden formar parte de la litis en el juicio constitucional, además, de que atenta la naturaleza de los alegatos, estos constituyen simples opiniones o conclusiones lógicas de las partes sobre el fundamento de sus respectivas pretensiones, sin que puedan tener la fuerza procesal que la propia ley le reconoce a la demanda y al informe con justificación, por lo que no puede constituir una obligación para el juzgador entrar al estudio de los razonamientos expresados en esos alegatos10”.
Así, ante la ausencia de una disposición que exija al órgano
colegiado plasmar el análisis de los alegatos en el juicio de amparo
directo, como sí acontece con la demanda y el informe justificado, el
Pleno concluyó que aun cuando sobrevenía la exigencia de valorar los
alegatos, sin embargo, no existía la obligación de plasmar dicho análisis
en la sentencia, máxime que no todo ejercicio analítico que realiza un
órgano jurisdiccional respecto del estudio de las constancias debe
forzosamente reflejarse en una consideración.
De dicho asunto derivó la jurisprudencia, de rubro y texto
siguiente:
“ALEGATOS EN EL JUICIO DE AMPARO DIRECTO. SI BIEN LOS TRIBUNALES COLEGIADOS ESTÁN OBLIGADOS A ESTUDIARLOS, NO NECESARIAMENTE DEBEN PLASMAR ALGUNA CONSIDERACIÓN AL RESPECTO EN LA SENTENCIA. En términos del artículo 181 de la Ley de Amparo las partes tendrán quince días para formular alegatos, después de que hayan sido notificadas del auto admisorio de la demanda. Estos alegatos tienen como finalidad que las partes que no ejercieron la acción de amparo directo puedan ser escuchadas, en tanto que les permite formular opiniones o conclusiones lógicas respecto de la presentación del amparo, por lo que se trata de una hipótesis normativa que garantiza un debido proceso en cumplimiento a las formalidades esenciales del procedimiento que exige el artículo 14 constitucional. De esa forma, el referido debido proceso se cumple con brindar la oportunidad de manifestarse y el correlativo deber del tribunal de estudiar tales manifestaciones,
10 Época: Octava Época. Registro: 205449. Instancia: Pleno. Tipo de Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Núm. 80, Agosto de 1994. Materia(s): Común. Tesis: P./J. 27/94. Página: 14.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
28
sin que ello pueda traducirse en una obligación de un pronunciamiento expreso en la sentencia, en tanto que no todo ejercicio analítico que realiza un órgano jurisdiccional respecto del estudio de las constancias debe forzosamente reflejarse en una consideración. Por todo lo anterior, el órgano jurisdiccional es quien debe determinar atendiendo al caso concreto, si plasma el estudio de los alegatos formulados por las partes, en el entendido de que en cumplimiento a la debida fundamentación y motivación, si existiera alguna incidencia o cambio de criterio a partir del estudio de dichos argumentos, sí resultaría necesario hacer referencia en la sentencia, como por ejemplo el análisis de una causal de improcedencia hecha valer. Así el ejercicio de esta facultad debe darse en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 14 constitucional que ordena a las autoridades a fundar y motivar sus actos, así como el artículo 17 constitucional que impone una impartición de justicia pronta, completa e imparcial.”
Tales razonamientos resultan aplicables por analogía al caso
concreto debido a que como sucede en la reglamentación del juicio de
amparo directo, el Código de Procedimientos Civiles de Yucatán no
impone al órgano jurisdiccional la obligación de plasmar en la sentencia
algún razonamiento derivado de la valoración de los alegatos
formulados por las partes:
Artículo 347. En la redacción de las sentencias se observarán las reglas siguientes: I.- Se expresarán la fecha y lugar en que se dicte el fallo. Los nombres, apellidos y domicilios de los litigantes, apoderados y patronos, así como el objeto o naturaleza del juicio. II.- Se consignará, lo que resulte respecto de cada uno de los hechos conducentes contenidos en la demanda y en la contestación, y se hará relación de las pruebas rendidas por cada una de las partes. III.- A continuación se hará mérito de cada uno de los puntos de derecho, dándose las razones y fundamentos legales que sean procedentes, y citando las leyes y doctrinas que se consideren aplicables. Se estimará el valor de las pruebas, fijando los principios que se tuvieren en cuenta para admitir o tachar aquella cuya calificación deja la ley al juicio del Juez. IV.- Finalmente se dictarán los puntos resolutivos de condena o absolución.
De tal precepto, se advierte que si bien existe la obligación de
consignar en la sentencia lo que resulte de los hechos contenidos en la
demanda y en la contestación, en relación con las pruebas rendidas; no
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
29
obstante, nada dice en cuanto a la valoración de las manifestaciones
vertidas en forma de alegatos.
Así, aun cuando el tribunal de apelación no se encuentra obligado
a plasmar en la sentencia un razonamiento en cuanto a los alegatos
formulados por las partes, ello no implica que se encuentre exento de
valorar tales manifestaciones. Por el contrario, en respeto a la garantía
de debido proceso, se deben atender dichos razonamientos al dictar el
fallo de apelación.
En virtud de lo anterior, se concluye que la audiencia de alegatos
prevista en el trámite del recurso de apelación conforme a la legislación
civil de Yucatán no es una etapa ociosa puesto que brinda la
oportunidad de que las partes expongan las razones por las que
consideran que les asiste la razón e impone al juzgador la exigencia de
tomarlas en cuenta al emitir su sentencia. De ahí que resulte infundado
el agravio en estudio.
En otro orden de ideas, no asiste razón a la inconforme al sostener
que a partir de las reformas constitucionales de junio de dos mil once y
derivado de las obligaciones de las autoridades en materia de derechos
humanos, el principio dispositivo ha perdido vigencia, por lo que los
jueces deben actuar de oficio, precisamente para evitar que se declare
la caducidad de la instancia, pues de lo contrario se hace nugatorio el
acceso a la justicia, máxime que sólo estaba pendiente la citación para
la audiencia de alegatos.
En primer lugar, cabe destacar que derivado de la reforma
constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el diez de
junio de dos mil once, el artículo 1º, en su tercer párrafo, impone a todas
las autoridades del Estado Mexicano, la obligación de promover,
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
30
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, de conformidad
con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y
progresividad.
En consecuencia, las autoridades judiciales se encuentran
obligadas a tutelar los derechos humanos, en el ámbito de sus
atribuciones. Especial relevancia cobra el derecho humano de acceso a
la justicia, puesto que se encuentra intrínsecamente relacionado con la
función jurisdiccional, debido a que su contenido impone la correlativa
obligación de que existan tribunales expeditos para impartir justicia en
los plazos y términos que fijen las leyes, resolviendo de manera pronta,
completa e imparcial, tal como se desprende de los artículos 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 8.1. de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos:
Artículo 17. (…) Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales. (…) Artículo 8. Garantías Judiciales 1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. ARTÍCULO 14 1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral, orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente necesaria
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
31
en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.
Conforme a la doctrina emitida por este Alto Tribunal, la obligación
que se impone al Estado con motivo del derecho de acceso a la justicia,
se orienta por cuatro principios: de justicia pronta, de justicia completa,
de justicia imparcial y de justicia gratuita.
Es aplicable al respecto la jurisprudencia emitida por la Segunda
Sala, cuyo criterio se comparte, que dispone lo siguiente:
“ACCESO A LA IMPARTICIÓN DE JUSTICIA. EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS ESTABLECE DIVERSOS PRINCIPIOS QUE INTEGRAN LA GARANTÍA INDIVIDUAL RELATIVA, A CUYA OBSERVANCIA ESTÁN OBLIGADAS LAS AUTORIDADES QUE REALIZAN ACTOS MATERIALMENTE JURISDICCIONALES. La garantía individual de acceso a la impartición de justicia consagra a favor de los gobernados los siguientes principios: 1. De justicia pronta, que se traduce en la obligación de las autoridades encargadas de su impartición de resolver las controversias ante ellas planteadas, dentro de los términos y plazos que para tal efecto establezcan las leyes; 2. De justicia completa, consistente en que la autoridad que conoce del asunto emita pronunciamiento respecto de todos y cada uno de los aspectos debatidos cuyo estudio sea necesario, y garantice al gobernado la obtención de una resolución en la que, mediante la aplicación de la ley al caso concreto, se resuelva si le asiste o no la razón sobre los derechos que le garanticen la tutela jurisdiccional que ha solicitado; 3. De justicia imparcial, que significa que el juzgador emita una resolución apegada a derecho, y sin favoritismo respecto de alguna de las partes o arbitrariedad en su sentido; y, 4. De justicia gratuita, que estriba en que los órganos del Estado encargados de su impartición, así como los servidores públicos a quienes se les encomienda dicha función, no cobrarán a las partes en conflicto emolumento alguno por la prestación de ese servicio público. Ahora bien, si la citada garantía constitucional está encaminada a asegurar que las autoridades encargadas de aplicarla lo hagan de manera pronta, completa, gratuita e imparcial, es claro que las autoridades que se encuentran obligadas a la observancia de la totalidad de los derechos que la integran son todas aquellas que realizan actos materialmente jurisdiccionales, es decir, las que en su ámbito de competencia tienen la atribución necesaria para dirimir un conflicto suscitado entre diversos sujetos de derecho, independientemente de
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
32
que se trate de órganos judiciales, o bien, sólo materialmente jurisdiccionales”.11
Sin embargo, tales garantías no tienen el alcance de constreñir al
órgano jurisdiccional a actuar de oficio en todos los casos. Por el
contrario, esta Primera Sala en el amparo directo en revisión 3606/2012,
resuelto con posterioridad a las reformas constitucionales de junio de
dos mil once12 , razonó que en virtud del principio de prontitud, “el
gobernado está constreñido a ejercer oportunamente las acciones en
que sustente su pretensión, pues de lo contrario, su derecho a hacerlo
puede prescribir en razón de los plazos y términos que para tal efecto
establecen las leyes; y una vez iniciado el juicio respectivo, también
debe sujetarse a plazos y términos procesales que para el desarrollo del
mismo se fijen en las leyes, ya que de lo contrario, su derecho a hacerlo
podría precluir, pues una vez que se extingue la oportunidad de ejercer
el derecho correspondiente, ya no puede hacerse valer en un momento
procesal posterior”.
Por ende, se determinó que si la preclusión implica la pérdida de
un derecho o facultad procesal no ejercida oportunamente, es claro que
en su actualización juega un papel importante el principio dispositivo, el
cual supone que la tarea de iniciación e impulso del procedimiento, está
en manos de los contendientes y no del juzgador.
Es decir, por virtud del principio dispositivo, el juzgador no puede
sustituirse al actor y ejercer de manera oficiosa una acción, ni tampoco
puede hacerlo con relación al demandado a efecto de dar una
contestación a la demanda y fijar la litis, pues a nadie se puede
11 Novena Época. Núm. de Registro: 171257. Instancia: Segunda Sala. Jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, Octubre de 2007. Materia(s): Constitucional. Tesis: 2a./J. 192/2007. Página: 209. 12 Resuelto en sesión de veinte de marzo de dos mil trece, por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Presidente y Ponente Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ausente: Ministro José Ramón Cossío Díaz.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
33
constreñir u obligar a solicitar su tutela jurisdiccional o ejercer su
defensa ante los tribunales.
En consideración de esta Primera Sala, la razón de ser del
principio referido consiste en que, por regla general, los derechos e
intereses jurídicos que se discuten en el proceso son del dominio
absoluto de los particulares; y por ende, es en ellos en quienes recae la
obligación de iniciar e impulsar el procedimiento
En este punto, también cobra relevancia el principio de
imparcialidad, puesto que el hecho de que se impida la actuación
oficiosa del juzgador en asuntos donde la controversia sólo atañe a los
particulares, impide que tomando partido por alguna de las partes y a
pretexto de ser el director del proceso, éste lo impulse indebidamente.
Derivado de los razonamientos sintetizados, la Sala concluyó que
el principio dispositivo en materia mercantil no limita el derecho de
acceso a la justicia contenido en el artículo 17 constitucional, en tanto
no les impide acceder a los tribunales a plantear una pretensión o
defenderse de ella, para que a través de un proceso en el que se
respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la
defensa que se plantea, en respeto a los principios de prontitud e
imparcialidad. Dicha conclusión se reflejó en la tesis siguiente:
“PRINCIPIO DISPOSITIVO EN MATERIA MERCANTIL. NO LIMITA EL DERECHO FUNDAMENTAL DE ACCESO A LA JUSTICIA CONTENIDO EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. El principio dispositivo descansa en el hecho de que, por regla general, los derechos e intereses jurídicos que se discuten en el proceso son del dominio absoluto de los particulares; de ahí que tenga plena operatividad en los juicios en materia mercantil, al discutirse en éstos cuestiones que incumben exclusivamente a los contendientes. Así, por virtud de dicho principio procesal, la tarea de iniciación e impulso del procedimiento está en manos de los contendientes y no del juzgador, razón por la que éste no puede sustituirse al actor y ejercer
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
34
oficiosamente una acción, ni en relación con el demandado, contestar la demanda y fijar la litis; asimismo, no puede tomar la iniciativa de recabar las pruebas que estime conducentes para el esclarecimiento de la verdad en la resolución de la controversia, pues es en aquéllos en quienes recae la obligación de probar sus pretensiones o defensas; tan es así, que el artículo 1194 del Código de Comercio señala que el que afirma está obligado a probar y, en consecuencia, el actor debe probar su acción y el reo sus excepciones. Esta carga probatoria que recae en las partes y no en el juzgador, deja al arbitrio de los litigantes valorar la necesidad de ofrecer pruebas y determinar las que estimen conducentes a sus intereses, lo cual redunda en su propio beneficio, pues al formar parte de la contienda, se presume que nadie sabe mejor que los litigantes cuándo ofrecer pruebas y abstenerse de hacerlo y, en su caso, cuáles son idóneas para demostrar sus pretensiones o defensas; esto es, atendiendo al principio dispositivo, el cual cobra relevancia en materia probatoria, el juzgador no puede ir más allá de lo pedido por las partes, sin que ello implique una limitación al derecho de acceso a la justicia consagrado en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues la circunstancia de que el citado principio impida la actuación oficiosa del juzgador en asuntos en los que la controversia sólo atañe a los particulares, no les afecta, pues no les impide acceder a los tribunales a plantear una pretensión o defenderse de ella, para que a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa que se plantea; por el contrario, este principio respeta la igualdad y el equilibrio procesal que debe haber entre los contendientes en términos del principio de justicia imparcial derivado del referido derecho de acceso a la justicia, pues impide que el juzgador, tomando partido por alguna de las partes y a pretexto de ser el director del proceso, lo impulse indebidamente o recabe pruebas ajenas a las ofrecidas por ellas para la solución de la controversia. Además, contribuye a que la justicia se administre en los plazos y términos que para tal efecto establezcan las leyes, pues la actividad que las partes están constreñidas a realizar debe ser oportuna, es decir, debe sujetarse a los plazos y términos que fijan las leyes, ya que de lo contrario operará la preclusión y, en casos extremos, podrá actualizarse la caducidad de la instancia13”.
En ese sentido, la obligación de las autoridades de salvaguardar
los derechos humanos, por sí misma, no tiene el alcance de soslayar el
principio dispositivo, pues en contraposición a lo expresado por la
recurrente, de este modo se garantiza la prontitud e imparcialidad en la
impartición de justicia.
13 Décima Época. Núm. de Registro: 2004058. Instancia: Primera Sala. Tesis Aislada. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro XXII, Julio de 2013, Tomo 1. Materia(s): Constitucional, Civil. Tesis: 1a. CCVI/2013 (10a.). Página: 566.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
35
Dicho razonamiento se replica en el trámite del recurso de
apelación previsto en el Código de Procedimientos Civiles de Yucatán,
pues –por regla general-, se controvierten intereses jurídicos
particulares, por lo que el acceso a la justicia se cumple con brindar la
oportunidad de que los gobernados acudan a los tribunales a plantear
una pretensión o defenderse de ella y, seguidos los trámites y
formalidades establecidos, se dicte una resolución de manera pronta e
imparcial; sin que ello implique una actuación oficiosa por parte del
juzgador como lo pretende el recurrente.
Derivado de lo anterior, esta Sala considera que el requisito de
promoción para la citación a la audiencia de alegatos no resulta
contrario al derecho humano de acceso a la justicia en los términos que
se duele el recurrente, pues la etapa de alegatos es una formalidad
esencial del procedimiento cuya finalidad es que las partes expongan
los razonamientos por los que consideran que les asiste la razón, lo que
debe ser valorado por el juzgador, en el dictado de la sentencia
correspondiente. De modo tal que, aun cuando no existe la obligación
de pronunciarse al respecto de manera expresa, debe garantizarse
dicha etapa procesal.
Consecuentemente, el hecho de que tal etapa procedimental
requiera del impulso procesal de las partes bajo pena de caducidad,
tampoco resulta contrario al derecho humano de acceso a la justicia,
sino que -por el contrario- en los procedimientos en los que subyacen
intereses privados, se garantizan los principios de prontitud e
imparcialidad; tal como en la especie acontece, pues se trató de un
recurso de apelación interpuesto en contra de la sentencia derivada de
un juicio plenario de posesión, en el que la recurrente figuró como
demandada, de modo que el requisito de promoción para la citación a
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
36
la audiencia de alegatos garantiza que el recurso de apelación sea
resuelto dentro de los plazos establecidos en la ley y evita que el
juzgador se substituya en las cargas procesales de una de las partes en
detrimento de la otra.
Cabe destacar que la recurrente no esgrime ningún agravio en
contra del plazo de caducidad establecido en la legislación procesal civil
para el Estado de Yucatán, por lo que al tratarse de un asunto en el que
rige el principio de estricto derecho y al haber resultado infundados los
agravios formulados en contra de los alegatos como etapa procesal, es
que se concluye que las porciones normativas impugnadas de los
artículos 381 y 53 del Código de Procedimientos Civiles de Yucatán,
resultan acordes con los parámetros constitucionales y convencionales.
En las relatadas condiciones, al resultar infundado el agravio hecho
valer por el quejoso recurrente; y, al no advertir deficiencia de la queja
que deba suplirse en términos del artículo 79 de la Ley de Amparo, lo
procedente en la especie es confirmar la sentencia recurrida y negar la
protección constitucional solicitada.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.- En la materia de la revisión, competencia de esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se confirma
la sentencia recurrida.
SEGUNDO.- La Justicia de la Unión no ampara ni protege a
Deysi del Carmen Chablé Echeverría, en contra de las autoridades y
actos especificados en el resultando primero de esta ejecutoria.
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 4225/2018
37
Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los
autos al lugar de su origen y, en su oportunidad, archívese el expediente
como asunto concluido.
En términos de lo previsto en los artículos 113 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública; 110 y 113 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública; y el Acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicado el dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete en el Diario Oficial de la Federación, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que se encuentra en esos supuestos normativos.