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empiezan las bandas. Nos fue muy bien. Fue todo un éxito. Y empezaron a pasar muchas cosas”. Muchas cosas, le comentamos, inspi- radas por Chavela Vargas y Juan Gabriel. Se ríe, suponemos, porque ella también lo habrá en una de esos artículos de “10 cosas que no sabías de…”. “No es que ponga sólo los dis- cos de ellos para inspirarme, pero sí han sido expresión para mí en algún momento”. Repasamos su discografía. “Desecha- ble”, “Tornasol”, “Mon Laferte Vol. 1”. No sa- len las cuentas al percatarnos de que el tercer disco es el volumen uno. “Para mi significaba que ahí empezaban muchas cosas. Fue el pri- mer disco que hice solita en casa. Lo produje, lo grabe, fui mi propio ingeniero de sonido”. Y su última ‘locura’ fue financiar su gira en Fondeadora. Asiente. “Una locura”, y conti- núa explicándose. “Un amigo me habló y me dijo ‘seguro que juntas el dinero’. Pasaron unos meses y no tenía nada en la cuenta”. Pero no cejó en el empeño y orgullosa afirma. “Si superé lo previsto”, y acota “pero tuve que ponerme a trabajar como loca”. Y en esa misma página de Fondeadora afirma orgu- llosa “he renunciado a un par de empresas grandes por no renunciar a mi arte”. " Soy igual, es el mismo disco, simplemente hay más difusión " Le preguntamos directamente. ¿Nunca veremos a Mon en el mainstream? “Nunca he dicho ‘odio el mainstream’. Si yo puedo se- guir siendo yo libre creativa y musicalmente, no tengo problemas con estar en el mains- tream. El problema no es ese. El problema es que como digo en esa declaración llegaron disqueras a ofrecerme hacer cosas que yo no quería hacer. Hoy estoy con una disquera [de nombre hermoso y acertadísimo, Valiente] y me respeta mucho. Sigue mi banda. Yo tomo las decisiones artísticas. No estoy peleada con el mainstream. Estoy peleada con darme la espalda a mí misma creativamente”. Aunque no parece tan cansada como cuando nos sentamos, parece que es hora de terminar. Una última pregunta, un encargo, y que tiene que ver directamente con esa creatividad suya. ¿De qué va “Tormento”, una de sus mejores canciones?. Es explicita y, a la vez, secretiva. “Ahí está. Lo que dice la canción. Yo escribo las cosas que siento así que no hay que darle muchas vueltas”. ¿Y ese video que no es precisamente el más agradable de ver? “Yo soy muy fan de Marina Abramovic. Tenía muy claro lo que el video significaba para mí. Para mí fue un acto de psicomagia realizar estas torturas”. Foto: Cortesía / Facebook Mon Laferte #140 Quincenario post tuitero Editor / Francisco Jesús Trejo Corona autonomia.lja.mx Las preguntas de la rueda de prensa fueron de los localmente obvio (“¿Cómo te sientes de tocar en Aguascalientes?”) a lo patéticamente risible (“Como los Beatles, ¿no se cansan de cantar las mismas canciones?”). A esa media hora hay que sumarle el cansancio de una gira con fechas de- masiado cercanas. No resulta extraño entonces que el road manager, muy educadamente, no considerara la posibilidad de un vis-a-vis con la artista. “Intentémoslo”, apuesto con él. “Un par de preguntas”. De un concurso televisivo, a deshacerse de los prejuicios Hablamos de un concierto de hace un año, un concierto con menos público que el del hoy que ya está esperando desde mediodía. “Claro que me acuerdo. En aquel concierto nos fue muy bien. Fue en el Foro del Lago y estuvo muy bonito”. Algo ha debido cambiar entonces. ¿Ha cambiado Mon o hemos cambiado nosotros en este año de diferen- cia? “Yo sigo siendo igual. Tenía el mismo disco. Creo, simplemente, que hay más difusión”. Sonríe con complicidad apenas nos senta- mos y responde a una pregunta inesperada. “Mi mamá. Mi mamá me sigue llamando así”. Porque aunque para nosotros, para el público sea Mon todavía hay quien sigue diciéndole Montserrat. Monserrat Bustamante Laferte que nació en Viña del Mar. Una ciudad que, a pesar de sus resonan- cias musicales, no es como la podríamos imaginar. “De Viña del Mar la gente piensa que es la ciudad de la música pero no es así”. Le pedimos que nos aclare esa imagen. “Está muerto fuera de esas dos semanas. Hay como una post depresión del Festival de Viña que nos dura un año”. Y explica donde dio sus primeros pasos musicales. “Yo me crie yendo a tocar a Valparaíso que es donde está la bohemia musical”. Todavía era Monserrat Bustamante cuando participó en un concurso televisivo chileno de nuevos talentos, Rojo Fama Contrafama. Una sola palabra sale de su boca cuando lo recordamos. “Tortura”. Pero aquella jovencita creció y ahora, se- gún su página de Facebook, es la responsable de los “pensamientos eclécticos y desprejuiciados de sus composiciones”. Los dos adjetivos, comen- tamos, también podrían describirla a ella. “No soy…”. Hace una pausa. “No me gusta esto de los estereotipos. Me he topado toda la vida con esto de que la gente te tiene que meter en un cajón. Y yo siempre me he sentido fuera de estos cajones. No soy como la cantautora de guitarra hippie que tiene que vivir en una comuna. Pero también si lo soy”. Y vuelve a insistir una y otra vez en la misma idea, una de la que está muy convencida. “No me gustan los estereotipos y siento que puedo ser muchas cosas a la vez. Finalmente soy artista. Hago lo que me gusta en el momento y no me preocupo como de una pose. O en pertenecer a un grupo selecto de personas”. Y redondea. “Creo que sí. No es que sólo sea esos dos, pero sí po- drían representarme bien. No me gusta que digan ‘Ella es como tal…’ En realidad soy eso y muchas más cosas”. Cosas que ya estaban en un concierto mí- tico para ella, el de la Carpa Intolerante en el 25 de marzo de 2015 en el Vive Latino. “Es uno de los conciertos más increíbles que he tenido. Era mi primer vive latino. Estaba super nerviosa. Normal- mente me pongo muy nerviosa, pero aquel día es- taba super. Y también porque la Carpa intolerante es un escenario popular que es donde se sabe que Por José Luis Justes Amador - s e a - a UNO A UNO CON MON LAFERTE

AUTONOMIA 140

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SUPLEMENTO POST TUITERO DE LA JORNADA AGUASCALIENTES

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empiezan las bandas. Nos fue muy bien. Fue todo un éxito. Y empezaron a pasar muchas cosas”. Muchas cosas, le comentamos, inspi-radas por Chavela Vargas y Juan Gabriel. Se ríe, suponemos, porque ella también lo habrá en una de esos artículos de “10 cosas que no sabías de…”. “No es que ponga sólo los dis-cos de ellos para inspirarme, pero sí han sido expresión para mí en algún momento”. Repasamos su discografía. “Desecha-ble”, “Tornasol”, “Mon Laferte Vol. 1”. No sa-len las cuentas al percatarnos de que el tercer disco es el volumen uno. “Para mi significaba que ahí empezaban muchas cosas. Fue el pri-mer disco que hice solita en casa. Lo produje, lo grabe, fui mi propio ingeniero de sonido”. Y su última ‘locura’ fue financiar su gira en Fondeadora. Asiente. “Una locura”, y conti-núa explicándose. “Un amigo me habló y me dijo ‘seguro que juntas el dinero’. Pasaron unos meses y no tenía nada en la cuenta”. Pero no cejó en el empeño y orgullosa afirma. “Si superé lo previsto”, y acota “pero tuve que ponerme a trabajar como loca”. Y en esa misma página de Fondeadora afirma orgu-llosa “he renunciado a un par de empresas grandes por no renunciar a mi arte”.

"Soy igual, es el mismo disco, simplemente hay más difusión" Le preguntamos directamente. ¿Nunca veremos a Mon en el mainstream? “Nunca he dicho ‘odio el mainstream’. Si yo puedo se-guir siendo yo libre creativa y musicalmente, no tengo problemas con estar en el mains-tream. El problema no es ese. El problema es que como digo en esa declaración llegaron disqueras a ofrecerme hacer cosas que yo no quería hacer. Hoy estoy con una disquera [de nombre hermoso y acertadísimo, Valiente] y me respeta mucho. Sigue mi banda. Yo tomo las decisiones artísticas. No estoy peleada con el mainstream. Estoy peleada con darme la espalda a mí misma creativamente”. Aunque no parece tan cansada como cuando nos sentamos, parece que es hora de terminar. Una última pregunta, un encargo, y que tiene que ver directamente con esa creatividad suya. ¿De qué va “Tormento”, una de sus mejores canciones?. Es explicita y, a la vez, secretiva. “Ahí está. Lo que dice la canción. Yo escribo las cosas que siento así que no hay que darle muchas vueltas”. ¿Y ese video que no es precisamente el más agradable de ver? “Yo soy muy fan de Marina Abramovic. Tenía muy claro lo que el video significaba para mí. Para mí fue un acto de psicomagia realizar estas torturas”.

Foto: Cortesía / Facebook Mon Laferte

#140Quincenario post tuiteroEditor / Francisco Jesús Trejo Corona

autonomia.lja.mx

Las preguntas de la rueda de prensa fueron de los localmente obvio (“¿Cómo te sientes de tocar en Aguascalientes?”) a lo patéticamente risible (“Como los Beatles, ¿no se cansan de cantar las mismas canciones?”). A esa media hora hay que sumarle el cansancio de una gira con fechas de-masiado cercanas. No resulta extraño entonces que el road manager, muy educadamente, no considerara la posibilidad de un vis-a-vis con la artista. “Intentémoslo”, apuesto con él. “Un par de preguntas”.

De un concurso televisivo, a deshacerse de los prejuicios

Hablamos de un concierto de hace un año, un concierto con menos público que el del hoy que ya está esperando desde mediodía. “Claro que me acuerdo. En aquel concierto nos fue muy bien. Fue en el Foro del Lago y estuvo muy bonito”. Algo ha debido cambiar entonces. ¿Ha cambiado Mon o hemos cambiado nosotros en este año de diferen-cia? “Yo sigo siendo igual. Tenía el mismo disco. Creo, simplemente, que hay más difusión”. Sonríe con complicidad apenas nos senta-mos y responde a una pregunta inesperada. “Mi mamá. Mi mamá me sigue llamando así”. Porque aunque para nosotros, para el público sea Mon todavía hay quien sigue diciéndole Montserrat. Monserrat Bustamante Laferte que nació en Viña del Mar. Una ciudad que, a pesar de sus resonan-cias musicales, no es como la podríamos imaginar. “De Viña del Mar la gente piensa que es la ciudad de la música pero no es así”. Le pedimos que nos aclare esa imagen. “Está muerto fuera de esas dos semanas. Hay como una post depresión del Festival de Viña que nos dura un año”. Y explica

donde dio sus primeros pasos musicales. “Yo me crie yendo a tocar a Valparaíso que es donde está la bohemia musical”. Todavía era Monserrat Bustamante cuando participó en un concurso televisivo chileno de nuevos talentos, Rojo Fama Contrafama. Una sola palabra sale de su boca cuando lo recordamos. “Tortura”. Pero aquella jovencita creció y ahora, se-gún su página de Facebook, es la responsable de los “pensamientos eclécticos y desprejuiciados de sus composiciones”. Los dos adjetivos, comen-tamos, también podrían describirla a ella. “No soy…”. Hace una pausa. “No me gusta esto de los estereotipos. Me he topado toda la vida con esto de que la gente te tiene que meter en un cajón. Y yo siempre me he sentido fuera de estos cajones. No soy como la cantautora de guitarra hippie que tiene que vivir en una comuna. Pero también si lo soy”. Y vuelve a insistir una y otra vez en la misma idea, una de la que está muy convencida. “No me gustan los estereotipos y siento que puedo ser muchas cosas a la vez. Finalmente soy artista. Hago lo que me gusta en el momento y no me preocupo como de una pose. O en pertenecer a un grupo selecto de personas”. Y redondea. “Creo que sí. No es que sólo sea esos dos, pero sí po-drían representarme bien. No me gusta que digan ‘Ella es como tal…’ En realidad soy eso y muchas más cosas”. Cosas que ya estaban en un concierto mí-tico para ella, el de la Carpa Intolerante en el 25 de marzo de 2015 en el Vive Latino. “Es uno de los conciertos más increíbles que he tenido. Era mi primer vive latino. Estaba super nerviosa. Normal-mente me pongo muy nerviosa, pero aquel día es-taba super. Y también porque la Carpa intolerante es un escenario popular que es donde se sabe que

Por José Luis Justes Amador

"Nos veo en el mains-tream, todos estamos influenciados por lo que suena en la radio, podría pasar, nos agrada la mú-sica de Bieber o Ariana Grande, y son cosas que llegan a todos"

UNO A UNO CON

MON LAFERTE

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Alguna vez vi –y supongo, por el tipo de agrupaciones que estaban emergiendo desde hace un par de años– que varios de mis contactos comenzaban a señalar a Aguascalientes como una ciudad de manufactura shoegazera en el país; se decía que mucho del revival de dicho género y que ahora resuena fuertemente en México, tenía gran impulso desde esta latitud. Nunca me convencí totalmente… es decir, los exponentes de la ciudad son altamente talentosos, pero asegurar que el shoegaze demarca este lugar es también limitante. Car Crash Sisters, uno de los actos por los que esta gran ola sigue haciendo ruido, mantiene un lugar privi-legiado en Aguascalientes –y consecuentemente, en el país; con un solo EP, ‘The Crystal Garden’, han logrado reconocimientos fuera del mapa nacional y sobre todo, encarnaron en abundancia y a través de los medios y su público, el género del shoegaze… pero, ¿son real-mente la expresión fiel de este revival nacional? Próxi-mos a presentarse en el Festival Marvin, hablamos con Kique y Alma, la mitad del conjunto, acerca de su material debut y la continuación del mismo, su notable alejamiento del género que los ha encumbrado, y so-bre si ya están hartos de repetir la palabra “shoegaze” a cada momento.

Este EP, ‘The Crystal Garden’, más allá de su nítida pero saturada producción, tenía en un inicio la finali-dad de ser algo así como un material concepto, ¿no? Ahora con 6 canciones en él, ¿se logró transmitir ese relato o historia?, ¿De qué trataba?

Kique: Efectivamente, la idea original de ‘The Crystal Garden’ era hacer un disco conceptual. Al final se tuvo que recortar a sólo 6 canciones, y aunque no relata todo lo que me hubiera gustado incluir, al menos la canción “Broken” sí da el cierre como lo había pla-neado. Cuando estaba escribiendo esas canciones, pasé por una etapa muy difícil, muchos “cierres”, muchos finales. Fallecían amigos, familiares, termina-ban amistades y proyectos, y entré en una especie de pánico sobre lo frágil que puede ser la vida: el cómo

puedes tener todo en un momento, y al siguiente, per-derlo. El ciclo se cerraba con la última canción, pero daba paso al inicio de otro. Mi idea era hacer un disco cíclico precisamente.

¿Y qué más nos cuentan esos 6 temas? Hay canciones tan variadas en su sonido que parece una gran es-tampa de lo versátil que puede llegar a ser la banda…

K: Justamente lo que te comentaba, habla de muchas transiciones y situaciones personales de esa época, supongo que por lo mismo hubo tantos cambios de ánimo que hicieron que las canciones fueran desde lo agresivo hasta la calma y viceversa. Además, soy un fanático de los contrastes, los discos que más me gustan son aquellos que te toman por sorpresa, que no son lineales y predecibles.

Y llevan ya un buen tiempo promocionando el disco, incluso un próximo lanzamiento del grupo se percibe incierto en cuanto a qué línea musical dentro del género seguirían… ¿qué han estado trabajando a futuro?

K: Teníamos planeado lanzar un nuevo EP a principios de este año, iba muy orientado a cosas algo diferen-tes, un poco más minimalistas y espontáneas según yo, creo que un poco orientados a una onda más tipo Teenage Fanclub o Dinosaur jr., pero hubo varias co-sas que nos llevaron a la decisión de no hacerlo. La principal es que seguimos escribiendo música y nos dimos cuenta de que podíamos hacer algo mejor. ‘The Crystal Garden’ nos trajo muchas cosas buenas, así que creímos que debíamos superar eso, y lo que estábamos por lanzar no lo cumplía. Actualmente ya tenemos la selección de lo que queremos grabar, y esperamos hacerlo después de nuestra presentación en el Marvin.

Hablando sobre ese futuro material, “Constellated”, por ejemplo, tiene toda esa esencia shoegaze de los noventas, incluso, parece sacada de algún compilado

LA VIDA DESPUÉS DE SURFUCKS

CAR CRASH SISTERS: CADA VEZ MÁS DISTANTES DEL SHOEGAZE

que reuniría lo más representativo de esa dé-cada, ¿quizás se continúe con algo así en un siguiente disco?

K: Cada que sacamos una nueva canción, la no-tamos un paso más distante del shoegaze. Y no es que nos hayamos aburrido del género ni que nuestro próximo disco o EP vaya a ser de blues o reggae, simplemente vamos aterrizando en cosas distintas que nos dan mayor espacio para jugar con la música. Hay canciones que tienen arreglos muy al estilo ‘The Crystal Garden’, y otras que en verdad no hubieran embonado ahí, otras tantas que son demasiado sencillas, y unas con montones de cambios. Creo que seguimos la misma línea, siguen sonando a Car Crash Sisters, sólo que orientadas a diferentes cosas. Además, a diferencia de este disco, en lo nuevo hemos trabajado todos desde la com-posición hasta los arreglos, y creo que le da un mejor sonido en general.

Es curioso ese alejamiento, porque cuando uno escucha de ustedes siempre está latente la palabra shoegaze, parece ser lo más carac-terístico e innato de la banda, pero, ¿ustedes realmente consideran encontrarse ahí?

K: En la actualidad creo que hemos ido defi-niendo más nuestro sonido y a la vez eso nos va quitando un poco ese sello. Me gusta mucho el shoegaze, pero sinceramente no lo escucho tan seguido como se podría pensar.

Alma: Creo que poco a poco hemos ido aleján-donos del shoegaze hasta llegar al punto en el que los más casados con el género te pueden asegurar que no tocamos eso, sin embargo, sí es una de nuestras influencias.

Sigue en la 3 ->->->->->->->->->->->->->->

Por Uziel Palomino | ultramarinos.co

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CAR CRASH SISTERS (sigue.) LA REDENCIÓN DE LA IGNORANCIAPor Daniela Ramírez

¿Y qué tan difícil es hacerlo? Es decir, comparado quizás con otro tipo de música que hayan hecho en el pasado…

K: He tenido la fortuna de tocar varios géneros que me gustan, y en todos es un aprendi-zaje. Es una especie de reto, porque nadie te enseña cómo debe ser, solamente lo haces, escuchas lo que te gusta de una banda y te las ingenias para lograr algo así. Nuestras canciones son tal vez la manera en la que procesamos el género, pero ya se transmiten contagiadas de muchas de las cosas que nos gustaron de proyectos anteriores.

Debo preguntarles, con un revival del género tan fuerte no sólo en México, ¿podríamos decir que terminará por convertirse en moda, en digamos, unos años?

A: No creo, nunca he visto al shoegaze con potencial comercial porque siento que no cumple con los estándares de la cultura pop.

¿Y creen que ya hay un shoegaze mexicano? Porque si hablamos de grandes influencias más cercanas a este polo –y alejados de las clásicas bandas británicas de la época– el ‘Dynamo’ de Soda Stereo sería una gigante influencia, referencia y guía para quien desee seguir por este camino…

A: Yo creo que sí, no he conocido montones de bandas, pero las que he escuchado son muy buenas.

¿Y ustedes tuvieron una inspiración clara para su creación musical?

K: Pues yo siempre estuve en lo básico del shoegaze: My Bloody Valentine, Slowdive, Ride, Lush, etc. Pero a la vez, tomé prestado mucho de lo que me gustó hacer en bandas anteriores, por ejemplo, estuve en una banda surf que acabó siendo de mil cosas, y de ahí tomé prestado lo de hacer muchas capas de voz.

Sobre el video de “All My Friends Live Underwater”, la historia es bastante sombría pero supongo que debe ir más allá; que el proceso de ponerse branquias tenga como consecuencia terminar muerto en una bañera me dice más que el sólo hecho de suici-darse por tener una vida miserable…

K: Viniendo de la ciudad con mayor índice de suicidio en México, me dio un poco de miedo que se interpretara como algo en pro o acerca de eso. En realidad no tiene nada que ver con querer estar muerto, y no es precisamente de ser miserable. Nos fuimos por eso porque era una manera un poco más sencilla de convertir en imágenes ese título. Se barajaron muchas opciones y pensamos en ese final para añadirle un poco de “shock value”, pero nada más.

A: Ya que vi el video terminado, me encantó, después, no pude evitar pensar “¿y si trans-mitimos el mensaje equivocado?” definitivamente no creemos que el suicidio sea una opción para nadie, simplemente tenemos un humor algo ácido y pues tiene final feliz… el monito por fin fue feliz bajo el agua, ja ja.

Además, está súper bien hecho, ¿quién se aventó la animación?

A: Dos amigos que conocimos a raíz de que nos invitaron a tocar con su banda, Radiation, y que precisamente, fue nuestra primera presentación en vivo; Andrés Galicia y Moon Man.

¿Y qué significa vivir debajo del agua? O bueno, que tus amigos vivan de esa forma…

K: Fue la combinación de 2 cosas muy extrañas: Por un lado, vivía una época en la que no me sentía ni de aquí ni de allá, y por otro lado, leí muchas historias de ciencia ficción y teorías de conspiración. No lo hagan, niños.

A: Yo lo veo como cuando sientes que no perteneces o te encuentras en una situación social que te causa ansiedad y desearías estar mejor en otro lugar en el que te sientes bien, tú lugar seguro con las personas que confías y te llevas bien.

Por último, ¿ya se cansaron de decir la palabra shoegaze?

K: Es un género que nos ha recibido muy bien, desde gente que lo promueve hasta los mismos escuchas. Ya sea que nos sigan catalogando ahí o que de plano acabemos tocando Skiffle, nunca nos dejaremos de sentir afortunados de haber sido parte de él.

A: No, el shoegaze es bonito.

@UzielPalomino | * Espera con ansías las aventuras de Randy Marsh en octubre

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Llevaba días dándome vueltas en la cabeza la idea de ir a una corrida de toros, pese a esa ba-talla moral acalorada que ocurría cada que con-sideraba pisar una plaza. He firmado cuantas actas me han puesto en frente para la abolición de la tauromaquia en Aguascalientes, México y el mundo. Me he manifestado varias veces afuera de las plazas, he discutido fuertemente y arriesgado amistades por defender la vida de un animal; no es posible que exista un festejo en el que maltraten animales, los humillen, los asistentes se regocijen con la muerte y encima le llaman arte. Una tarde me disponía a ver un tuto-rial de YouTube y de pronto salió un video de Julián López “El Juli” de lo que parecía ser una entrevista. La curiosidad, aunada a la casuali-dad de la sugerencia y mis últimos dilemas de almohada me llevaron a dar click y verlo. “Yo soy torero porque creo una obra artística con el toro, no porque lo mato”, ¡Menuda sentencia!, me dije, y dejé de verlo. Nada me hacía sentido ¿cómo iba a concebir que este señor hable de matar al toro con esa naturalidad?, ¿con qué autoridad se permite dar muerte a otro ser vivo? Al día siguiente, aún con la idea revo-loteando en mi cabeza, decidí ir de una vez y por todas a ver de qué se trataban esos festejos bárbaros y humillantes. Era 11 de abril. Rubén, un buen amigo, le entró al quite de llevar una antitaurina a la centenaria Plaza de Toros San Marcos. Estuvo dispuesto a contestar todas mis preguntas de la manera más amable, quería saber los porqués de lo que estaba sucediendo. Vaya que hice un cañonazo de preguntas. Tan pronto sonó Cielo Andaluz y fue como si hu-biese salido de mí. De esa tarde recuerdo la sangre del novillo que capoteó Juan Padilla; roja profunda, brillante, espesa, caía sobre su lomo y una de sus patas con una cadencia impresionante, y más allá de sentir pena por el puyazo, ese animal se llevó todo mi respeto y completa admiración, mientras que, Juan Padi-lla con esa cara de niño que lo delataba desde cualquier punto de la plaza, me permitía reco-nocer que no había razón para que yo odiara su manera de arriesgarse, de jugarse la vida, de homenajear a un imponente animal que había sido cuidado hasta en el último detalle para salir a hacerle afronta al chico de la espada. Juan brillaba en su traje burdeos y oro, pero brillaba más por su espíritu y fuerza, tan gran-des como el de mil toros de lidia. Ese baile que ejecutó con su oponente, cargados ambos de valentía, fuerza; Juan con la soltura y el novillo con su bravura, los convirtió en cómplices. En cada pase se volvían eternos. Salí de esa plaza y no daba crédito a lo que sentía. Se me des-bordaba el alma por los poros, el corazón me latía tan fuerte que podía sentir cómo bom-beaba la sangre hasta mis pies. Llegué a casa y seguía con la piel eriza. Había encontrado en el festejo tantas respuestas que ni siquiera sabía que estaba buscando. Llegué a casa y lo primero que hice fue buscar de nuevo esa entrevista del Juli. Lo entrevistaba un antitaurino, por un momento sentí que era yo, un día antes, y ambos de-fendían a capa y espada sus puntos de vista. El entrevistador argumentaba terminar con la fiesta desde una vía legal, y el Juli defendía la libertad y el arte como derecho constitucional. Me distraje viendo los videos sugeri-dos, había uno que estaba el tope y decía “IN-DULTO MANZANARES LA MAESTRANZA”, de-

cidí verlo, aún tenía la emoción que no lograba explicarme de esa novillada y quería ver de qué se trataba un indulto. Lo que pasó a conti-nuación, en mil años lo hubiese imaginado. El video dura aproximadamente 25 minutos, y no pude parar de reproducirlo por las siguientes 3 o 4 horas. No daba crédito. Desde los primeros 5 minutos me volví Manzanarista. Un video me llevaba a otro, una en-trevista a otra; quería comerme el mundo de la tauromaquia a por todas, de ya. Como si me hubiera faltado toda la vida. Como lo dije al principio, no es posi-ble que exista un festejo en el que maltratan animales, los humillan y los asistentes se re-gocijan cuando les dan muerte. Si es que eso existe, puedo descartar de una vez por todas que sea trate del toreo. Juan Padilla y Manzanares, me ense-ñaron que lo primero es el respeto al animal y a su naturaleza brava; por brava no quiero decir que agresiva, sino imponente. Esa tarde había experimentado el regocijo de ver un animal completamente sano y lúcido en un espectá-culo en el que tenía todas las ventajas sobre aquél que lo afrontara. Había visto un festejo en el que se celebraba la pureza del toro, era un homenaje que dirigía un hombre dispuesto a dejar la vida en el tercio con tal de lucir al animal. Francis Wolff lo dice en sus 50 mo-tivos para defender la fiesta brava, que no estar de acuerdo con las corridas de toros es cuestión de sensibilidad, y la sensibilidad no es un argumento. José Mari Manzanares dice que la sociedad quiere alejar la muerte, borrarla. Es un error. La muerte está ahí y es inevitable y es lo que da sentido a tu vida. A mí tampoco me gusta, pero la afronto. Hay que apelar a la razón humana para comprender que el ciclo de la vida ahí está y ha estado, y que difícilmente podríamos estar a la par que los animales, bajo ninguna circunstancia. El hombre se ha alimen-tado de animales por siglos, y, el animal por siglos se ha defendido de otros a muerte. Lo único extraordinario de que un toro muera en la plaza es la fiesta que hay para conmemorar su vida y sus atributos. Argumentos en contra hay muchos, lo sé; a medida que me fui acercando pude corroborar que todo lo que sabía resultaba ser una farsa. Vaya manera de humanizar al animal queriendo darle voz sin que la pida, de querer defenderlo rebajándolo a una condición hu-mana indefensa que, bastaría enfrentarlo para darnos cuenta de que no necesita de nada o nadie para defenderse. La tauromaquia se convirtió de pronto en la apología más bella al arte, la inteligencia, la naturaleza y la vida. Sé apenas nada de lo que me gustaría conocer y no pierdo la fe de que esa suerte que Dios reparte en cada paseí-llo un día me ilumine. Quién iba a pensar que bastaría dedicar una tarde para comprender los rituales del toreo y redimirme de la ignorancia. La batalla contra los opositores es cada vez más presente, y si la lucha por preser-var la tradición, la permeamos de borrachera y autoridades incompetentes, estamos dando la espalda a los diestros que salen al tercio a dan-zar con la muerte. Desde el tendido habrá que comprender, como aficionados, que la plaza, el toro y el torero tienen que defenderse con lo que tanto se pide a los detractores: respeto.

@dramanieves

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100 AÑOS DE DADAPor J.S. Cainiz

RESEÑA (ANTES HIPSTERLAND)

Como tal, el movimiento Dada nació el 5 de febrero de 1916, en Zurich. Fue en el Cabaret Voltaire, fun-dado por Hugo Ball, donde se revolucionó la forma de hacer y apreciar el arte en occidente. Ahora bien, es hasta el 15 de mayo de ese mismo año, justo en medio de la primera Guerra Mundial, que se publica un impreso titulado “Cabaret Voltaire”, en el que se utiliza por primera vez (de manera oficial), la palabra Dada para dar nombre al movimiento ar-tístico que originó las vanguardias en el siglo XX. Por eso hemos querido dedicar este artículo a Dada, homenajeando una de las iniciativas que para bien y para mal ha señalado el rumbo de los últimos 100 años en lo referente a las manifestaciones artísticas y culturales. Es 1916, la gran guerra se extiende como una nueva peste negra en Europa. Algunos jóvenes, intelectuales y artistas, huyen a Suiza, territorio neutral. En la ciudad de Zurich, se siente el espíritu bohemio. Es el siglo XX, una era de maravillas: la fotografía, el cinematógrafo, el fonógrafo y el auto-móvil son parte de los usos y costumbres. Y el arte… es una época para sumergirse en las manifestacio-nes artísticas. Tres años antes Guillaume Apollinaire publicó Alcoholes (1913), y a partir de ese momento la poesía no sería la misma (Zona, poema con el que inicia el libro, es un abismarse a la cuarta dimensión, y prescinde por primera vez de los signos de pun-tuación). También fue la época en que Joyce escribi-ría su Ulysses (1922), precisamente en Zurich. Y qué decir de Picasso, sus Señoritas de Avignon (1907) tenían casi una década de haber sido pintadas; para ese momento el malagueño había puesto al mundo patas arriba con el cubismo. Y con todos esos portentos, el pequeño gesto de un caberet internacional fue lo suficiente-mente provocador para hacer temblar a las buenas conciencias. El caos en el universo nunca había sido tan bien retratado, hasta ese momento. Si bien Dada siempre se ha representado en la carismática figura del poeta rumano Tristan Tzara (el hombre aproximativo del monóculo), el movi-miento fue posible gracias a la visión de Hugo Ball, escritor y productor alemán, quien apoyado por su amante y luego esposa, la actriz y bailarina Emmy Hennings, tuvo la inquietud de fundar un estableci-miento dedicado a la pura expresión del arte, como único medio para sobrellevar el horror de la guerra. Podemos conocer toda la odisea a partir de su diario íntimo Die Flucht aus der Zeit (La huida del tiempo). Hagamos una breve reconstrucción de los hechos. Habiéndole pedido a Herr Ephraim el local

de la calle Spiegelgasse, donde anteriormente se ubicaba la taberna Meierei, y desde ese momento, hasta ahora, se conocería como el Cabaret Voltaire, Hugo Ball procedería a publicar una nota de prensa invitando a la juventud artística de la ciudad para convidarlos a participar en: “recitales musicales y poéticos, sin tomar en cuenta una tendencia de-terminada, para que aporten sus proposiciones y colaboraciones”. El 5 de febrero responderían al anuncio un grupo de extravagantes entusiastas: Marcel Janco, Tristan Tzara y Jean Arp. Llegaron alrededor de las 6 pm, momento en que se daban los últimos retoques al establecimiento, colocando: “carteles futuristas, los arcángeles opulentos de Janco, y demás objetos de belleza”. Esa noche Tzara recitaría sus poemas sacando las hojas de lectura de los distintos bolsillos de su sobretodo.

A partir de ese momento cada uno cola-boraba con lo que nacía del fondo de sus almas. Hugo Ball administraba el lugar, programaba los distintos actos y tocaba el piano para acompañar las canciones de Emmy y Mademoiselle Lecomte. Tzara declamaba canciones, hablando en francés y alemán. Posteriormente se les uniría Richard Huel-senbeck (amigo de Ball y “anti-amigo” de Tzara), y sus tambores africanos. La gran contribución de Janco vendría al confeccionar una serie de máscaras “negras abstractas”, y al usarlas, todos caerían en una especie de trance, iniciando una “danza trágico-absurda”. Posteriormente Ball se iría soltando, ani-mándose a contribuir con poesía fonética y la decla-mación de algunos fragmentos de su novela avant garde inédita Laurentius Tenderenda. De hecho, sería esta faceta del fundador del cabaret la que lo llevaría a escenificar el performance más icónico y memorable hasta ese momento. Primero vendría el Poéme simultanée (cantado a varias voces), como una afirmación de la vida, aullándole a la sofocante tecnificación que nos deshumaniza. Lo que daría paso, una noche a finales de junio, a la recitación del poema abstracto fonético: O Cadji Beri Bimba. Para dicha actuación, Ball salió al escenario ataviado como obispo con túnica cubista, un traje diseñado por Janco y él, tan ajustado que no podía caminar

(lo tuvieron que cargar hasta el escenario), pero tenía libres los brazos, y al agitar los codos parecía batir sus alas, por último, su tocado (de brujo mo-derno) cilíndrico de rayas azules y blancas. Ante el rabioso aplauso del público recitaría otros poemas: La canción de Labada a las nubes y La caravana de elefantes, llegando a interpretar estas composicio-nes con una “recitativa de estilo litúrgico”. Al ter-minar sería bajado del escenario como un “obispo mágico”. Luego de esta actuación Ball sufrió un colapso nervioso. A pesar de lo desinteresado y lúdico del movimiento, siempre persistió la polémica sobre la paternidad del nombre Dada. Antes de la publica-ción Cabaret Voltaire, Dada aparece escrito en una entrada del diario de Ball, en abril de ese mismo año. Ahí narra cómo sugiere a Tzara el nombre Dada para bautizar a la revista donde tienen proyectado registrar las acciones y progresos de su movimiento. Se entiende el uso coloquial de la afirmación rei-terada en lenguas eslavas: da-da. Y la otra versión del origen del nombre, es suscrita por Tzara como la epifanía de estar buscando un nombre al azar de entre las páginas de un diccionario, dando con un vocablo que en francés significa: caballito de madera. Lo cierto es que un espectador de las ori-ginales tertulias Dada estaría festejando “tanto una bufonada como una misa de requiem”. Quisiera concluir esta aproximación con una cita extraída del diario de Hugo Ball:

“Lo que llamamos Dada es una payasada que sale de la nada, pero que abraza todas las cuestiones supremas. Es un gesto de gladia-dor; un juego que se contenta con migajas tristes (…) El dadaísta ama lo excepcional, lo absurdo. Él sabe que en la contradicción se mantiene la vida, y que su época como ninguna otra antes, tiende a la destrucción de todo lo que es generoso. Por eso acepta con beneplácito cualquier clase de máscara, cualquier juego de escondite al que sea in-herente una fuerza engañadora. En medio de la enormidad de lo antinatural, lo directo y lo primitivo le parecen increíbles.”

Dada no significa nada. Y sólo por eso, hoy más que nunca, a 100 años: todo es Dada.

nieblaentubo.blogspot.com

Se entiende el uso coloquial de la afirmación reiterada en lenguas eslavas: da-da.