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HEINRICH KRAMER - JACOBUS SPRENGER Malleus Maleficarum (El martillo de los brujos) Traducción: FLOREAL MAZA

Malleus Maleficarum

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EL MARTILLO DE LOS BRUJOSHEINRICH KRAMER - JACOBUS SPRENGER

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  • HEINRICH KRAMER - JACOBUS SPRENGER

    MalleusMaleficarum

    (El martillo de los brujos)

    Traduccin: FLOREAL MAZA

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  • 3PROLOGO

    El ms famoso de todas los libros sobre brujera, Malleus Maleficarum (El martillo de los brujos)fue escrito en 1486 por dos monjes dominicos. En el acto, y a lo largo de los tres siglos siguientes, seconvirti en el manual indispensable y la autoridad final para la. Inquisicin, para todos 'los jueces,magistrados y sacerdotes, catlicos y protestantes, 'en la lucha contra la brujera en Europa.

    Abarcaba los poderes y prcticas de los brujos, sus relaciones con el demonio, su descubrimiento.La Inquisicin, la hoguera, la tortura, mental y fsica, de la cruzada contra 'la brujera: todo esto esconocido. Y detrs de cada uno de los actos sanguinarios se encontraba este libro, a la vezjustificacin y manual de 'instruccin.

    Para cualquier comprensin de la historia y naturaleza de la brujera y el satanismo, MalleusMaleficarum es la fuente importante. La primera fuente.

    Los AUTORES:

    Heinrich Kramer naci en Schlettstadt, ciudad de la baja Alsacia, al sudeste de Estraburgo. A edadtemprana ingres en la Orden de Santo Domingo y luego fue nombrado Prior de la Casa Dominicade su ciudad natal. Fue predicador general y maestro de teologa sagrada. Antes de 1474 se lodesign Inquisidor para el Tirol, Salzburgo, Bohemia y Moravia.

    ]acobus Sprenger naci en Basilea. Ingres como novicio en la Casa Dominica de esa ciudad en1452. 'Se gradu de maestro de teologa y fue elegido Prior 'y Regente de Estudios del convento deColonia. En 1480 se lo eligi decano de la facultad de Teologa de la Universidad. En 1488,Provincial de toda la Provincia Alemana.Ambos fueron nombrados Inquisidores con poderes especiales, por bula papal de Inocencio VIII,para que investigasen los delitos de brujera de las provincias del norte de Alemania. MalleusMaleficarum es el resultado final y autorizado de esas investigaciones y estudios.

    Los EDITORES

  • 4BULA DE INOCENCIO VIII

    Inocencio, Obispo, Siervo de los siervos de Dios,para eterna memoria

    Nos anhelamos con la ms profunda ansiedad, tal como lo requiere Nuestroapostolado, que la Fe Catlica crezca y florezca por doquier, en especial en esteNuestro da, y que toda depravacin hertica sea alejada de los lmites y lasfronteras de los fieles, y con gran dicha proclamamos y aun restablecemos losmedios y mtodos particulares por cuyo intermedio Nuestro piadoso deseo puedaobtener su efecto esperado, puesto que cuando todos los errores hayan sidodesarraigados por Muestra diligente obra, ayudada por la azada de un providenteagricultor, el celo por nuestra Santa Fe y su regular observancia que darnimpresos con ms fuerza en los corazones de los fieles. Por cierto que en losltimos tiempos lleg a Nuestros odos, no sin afligirnos con la ms amarga pena,la noticia de que en algunas partes de Alemania septentrional, as como en lasprovincias, municipios, territorios, distritos y dicesis de Magancia, Colonia,Trveris, Salzburgo y Bremen, muchas personas de uno y otro sexo,despreocupadas de su salvacin y apartadas de la Fe Catlica, se abandonaron ademonios, ncubos y scubos, y con sus encantamientos, hechizos, conjuracionesy otros execrables embrujos y artificios, enormidades y horrendas ofensas, hanmatado nios que estaban an en el tero materno, lo cual tambin hicieron conlas cras de los ganados; que arruinaron los productos de la tierra, las uvas de lavid, los frutos de los rboles; ms aun, a hombres Y mujeres, animales de carga,rebaos y animales de otras clases, viedos, huertos, praderas, campos depastoreo, trigo, cebada Y todo otro cereal; estos desdichados, adems, acosan yatormentan a hombres Y mujeres, animales de carga, rebaos y animales de otrasclases, con terribles dolores Y penosas enfermedades, tanto internas comoexteriores; impiden a los hombres realizar el acto sexual y a las mujeres concebir,por lo cual los esposos no pueden conocer a sus mujeres, ni stas recibir aaqullos; por aadidura, en forma blasfema, renuncian a la Fe que les pertenecepor el sacramento del Bautismo, y a instigacin del Enemigo de la Humanidad nose resguardan de cometer y perpetrar las ms espantosas abominaciones y losms asquerosos excesos, con peligro moral para su alma, con lo cual ultrajan a laDivina Majestad y son causa de escndalo y de peligro para muchos. Y aunqueNuestros amados hijos Heinrich Kramer y Jacobus Sprenger, profesores deteologa de la orden de los Frailes Predicadores, han sido nombrados, por medio deCartas Apostlicas, Inquisidores de estas depravaciones herticas, y lo son an, elprimero en las ya mencionadas regiones de Alemania septentrional en las que seincluyen los ya citados municipios, distritos, dicesis y otras localidadesespecficas, y el segundo en ciertos territorios que se extienden a lo largo de lasmrgenes del Rn, no obstante ello, no pocos clrigos y laicos de dichos pasestratan, con excesiva curiosidad, de enterarse de ms cosas de las que lesconciernen, y como en las ya aludidas cartas delegatorias no hay mencin expresay especfica del nombre de estas provincias, municipios, dicesis y distritos, ydado que los dos delegados y las abominaciones que debern enfrentar no sedesignan en forma detallada y especial, esas personas no se avergenzan deaseverar, con la ms absoluta desfachatez, que dichas enormidades no sepractican en aquellas provincias, y que en consecuencia los mencionados

  • 5Inquisidores no tienen el derecho legal de ejercer sus poderes inquisitoriales en lasprovincias, municipios, dicesis, distritos y territorios antes referidos, y que nopueden continuar castigando, condenando a prisin y corrigiendo a criminalesconvictos de las atroces ofensas y de las muchas maldades que se han expuesto.Por consiguiente, en las referidas provincias, municipios, dicesis y distritos, lasabominaciones y enormidades de que se trata permaneces apunes, no sinmanifiesto peligro para las almas de muchos y amenaza d8 eterna condenacin.

    Por cuanto Nos, como es Nuestro deber, Nos sentimos profundamente deseosos deeliminar todos los impedimentos y obstculos que pudieren retardar y dificultar labuena obra de los Inquisidores, as como de aplicar potentes remedios paraimpedir que la enfermedad de la hereja y otras infamia dan su ponzoa pacedestruccin de muchas almas inocentes, y como Nuestro celo por la Fe nos incitaa ello en especial, y para que estas provincias, municipios, dicesis, distritos y deAlemania, que ya hemos especificado, no se vean privados de los beneficios delSanto Oficio a ellos asignado, por el tenor de estos presentes, y en virtud deNuestra. autoridad Apostlica, decretamos y mandamos que los mencionadosInquisidores tengan poderes para proceder a la correccin, encarcelamiento ycastigo justos de cualesquiera personas, sin impedimento ni obstculo algunos, entodas las maneras, como si las provincias, municipios, dicesis, distritos,territorios, e inclusive las personas y sus delitos, hubiesen sido especficamentenombrados y particularmente designados en Nuestras cartas. Ms aun, decimos, ypara mayor seguridad extendemos estas cartas, de delegacin de esta autoridad,de modo que alcancen a las aludidas provincias, municipios, dicesis, distritos yterritorios, personas y delitos ahora referidos, y otorgamos permiso a losantedichos Inquisidores, a cada uno de ellos por separado o a ambos, as comotambin a Nuestro amado hijo Juan Gremper, cura de la dicesis de Constanza,Maestro en Artes, como su notario, o a cualquier otro notario pblico queestuviere junto a ellos, o junto a uno de ellas, temporariamente delegado en lasprovincias, municipios, dicesis, distritos y aludidos territorios, para proceder, enconsonancia con las reglas de la Inquisicin, contra cualesquiera personas, sindistincin de rango ni estado patrimonial, y para corregir, multar, encarcelar ycastigar segn lo merezcan sus delitos, a quienes hubieren sido halladosculpables, adaptndose la pena al grado del delito. Ms aun, decimos quedisfrutarn de la plena y total facultad de exponer y predicar la palabra de Dios alos fieles, tan a menudo como la oportunidad se presentare y a ellos les pareciereadecuada, en todas y cada una de las iglesias parroquiales de dichas provincias, ypodrn celebrar libre y legalmente cualesquiera ritos o realizar cualesquiera actosque parecieren aconsejables en los casos mencionados. Por Nuestra supremaAutoridad, les garantizamos nuevamente facultades plenas y totales.

    Al mismo tiempo, y por Cartas Apostlicas, solicitamos a Nuestro venerableHermano el Obispo de Estrasburgo* que por si mismo anuncie o por medio deotros haga anunciar el contenido de Nuestra Bula, que publicar con solemnidadcuando y siempre lo considere necesario, o cuando ambos Inquisidores o uno deellos le pidan que lo haga. Tambin procurar que en obediencia a Nuestromandato no se los moleste ni obstaculice por autoridad ninguna, sino queamenazar a todos los que intenten molestar o atemorizar a los Inquisidores, atodos los que se les opongan, a esos los rebeldes, cualesquiera fuere su rango,fortuna, posicin, preeminencia, dignidad o condicin, o. ,cualesquiera sean losprivilegios de exencin que puedan reclamar, con la excomunin, la suspensin, la

  • 6interdiccin y penalidades, censuras y castigos aun ms terribles, como a l le1pluguiere, y sin derecho alguno a apelacin, y que segn su deseo puede porNuestra autoridad acentuar y renovar estas penalidades , tan a menudo como loencontrare conveniente, y llamar en su ayuda, si as lo deseare, al brazo Secular

    Non obstantibus . . . Que ningn hombre, por lo tanto. Pero si alguno se atrevierea hacen tal cosa, Dios no lo quiera,. hacedle saber que sobre l caer la ira de Diostodopoderoso, y de los Santos Apstoles Pedro y Pablo.

    Dado en Roma, en San Pedro, el 9 de diciembre del Ao de la Encarnacin deNuestro Seor un mil y cuatrocientos y cuarenta y ocho, en el primer Ao deNuestro pontificado.

    1 Alberto de Baviera 1478-1508. ( Ed.

  • 7PRIMERA PARTE

    Que trata de los tres concomitantes necesarios de labrujera, cuales son el demonio, un brujo y el permiso

    de Dios Todopoderoso

  • 8AQU COMIENZA AUSPICIOSAMENTE LA PRIMERA PARTE DE ESTA OBRA

    PREGUNTA. De si la creencia de que seres como las brujas existen es parte tanesencial de la fe catlica, que mantener con obstinacin la opinin contrariatiene un manifiesto sabor a hereja.

    Y se afirma que una slida creencia en los brujos no es doctrina catlica: vase elcaptulo 26, pregunta 5 de la obra de Epscopo. Quien crea que cualquier criaturapuede ser cambiada para mejor o para peor, o transformada en otra cosa u otroser, por cualquiera que no sea el Creador de todas las cosas, es peor que unpagano y un hereje. De manera que cuando informan que tales cosas sonefectuadas por brujos, su afirmacin no es catlica, sino simplemente hertica.Ms aun, no existe acto de brujera que posea efecto permanente entre nosotros. Yesta es la prueba de ello: que si as fuera, sera efectuada por obra de losdemonios. Pero asegurar que el diablo tiene el poder de cambiar los cuerposhumanos e infligirles dao permanente no parece estar de acuerdo con lasenseanzas de la Iglesia. Porque de este modo podran destruir el mundo' entero, yllevarlo a la ms espantosa confusin.

    Ms an, toda alteracin que se produce en el cuerpo humano -por, ejemplo elestado de salud o el de enfermedad - puede atribuirse a causas naturales, comonos lo demostr Aristteles en su sptimo libro de la Fsica. Y la mayor de estascausas es la influencia de las estrellas. Pero los demonios no pueden inmiscuirseen el movimiento de las estrellas. Esta es la. opinin de Dionisio en su epstola, aSan Policarpo. Porque eso slo puede hacerlo Dios. Por lo tanto es evidente que losdemonios no pueden en verdad efectuar ninguna transformacin permanente enlos cuerpos de los humanos; es decir, ninguna metamorfosis real Y de ese mododebemos atribuir la aparicin de cualquiera de esos cambios a alguna causaoscura y oculta.

    Y el poder de Dios es ms fuerte que el del diablo, as que las obras divinas sonms verdaderas que las demoniacas. De donde, cuando el mal es poderoso en elmundo, tiene que ser obra del diablo, en permanente conflicto con la de Dios. Porlo tanto, como es ilegal mantener que las malas artes del demonio pueden enapariencia superar la obra, de Dios, del mismo modo es ilegal creer que las msnobles obras de la creacin, es decir, los hombres y los animales, puedan serdaadas o estropeadas por el poder del diablo.

    Ms aun, que lo que se encuentra bajo la influencia de un objeto material nopuede tener poder sobre los objetos corpreos. Pero los demonios estnsubordinados a ciertas influencias de las estrellas, porque los magos observan elcurso de determinadas estrellas para invocar a los demonios. Por lo tanto, elloscarecen del poder de provocar cambio alguno en un objeto corpreo, y de ah quelas brujas poseen menos poder que los demonios.

    Porque stos no tienen poder alguno, salvo cierto arte sutil. Pero un arte no puedeproducir permanentemente una forma verdadera. (Y cierto autor dice: los queescriben sobre alquimia saben que no existe .esperanza de ninguna trasmutacinreal.) Por lo tanto los demonios, por su parte, mediante el uso de lo ms selecto desu industria, no pueden producir curaciones permanentes, ni permanentes

  • 9enfermedades. Pero si tales estados existen, se debe en verdad a otra causa, quepuede ser desconocida y que nada tiene que ver con las obras de diablos o brujos.

    Pero segn las Decretales (33), el caso es el inverso. "Si por brujera o porcualquier arte mgica permitida por el oculto pero justsimo designio de Dios, ycon la ayuda del poder del demonio, etc ...." Esto se refiere a cualquier acto debrujera, que pueda impedir la finalidad del matrimonio, v para que esteimpedimento produzca efecto pueden concurrir tres causas, a saber: la brujera, eldemonio y el permiso de Dios. Ms aun, la ms fuerte puede influir sobre la que losea menos. Pero el poder del demonio es ms fuerte que cualquier poder humano(Job, XL). No hay en la tierra poder que pueda compararse con el suyo, que fuecreado de modo que no temiese a nadie.

    Respuesta. He aqu tres errores herticos que se deben enfrentar, y cuando sehayan refutado se ver la verdad con sencillez. Porque ciertos autores quepretenden basar su opinin en las palabras de Santo Toms (IV, 24), cuando tratade los impedimentos causados por los encantamientos mgicos, intentaronafirmar que no existe la magia, y que ella slo est en la imaginacin de loshombres que atribuyen efectos naturales, cuyas causas no son conocidas, a labrujera y los hechizos.

    Hay otros que reconocen, por cierto, que los brujos existen, pero declaran que lainfluencia de la magia y los efectos de los sortilegios son puramente imaginarios yfantsticos. Un tercer tipo de escritores sostiene que los efectos que segn se dicecausan los hechizos mgicos son por completo ilusorios y fantasiosos, aunquebien pudiera ser que el diablo asista a algunos brujos.

    De esta manera, es posible exponer y refutar los errores de cada una de estaspersonas. Porque, en primer lugar, muchos escritores ortodoxos, en especial SantoToms, demostraron que sus opiniones son desde todo ,punto de vista herticas;este autor sostiene que tales opiniones son en absoluto contrarias a la autoridadde los santos, y que se basan en una total infidelidad. Porque la autoridad de lasSagradas Escrituras dice que los demonios tienen poder sobre los cuerpos y lasmentes de los hombres, slo cuando Dios les permite ejercer ese poder, tal comose desprende con claridad de varios pasajes de las Escrituras. Por lo tanto, yerranquienes dicen que la brujera no existe, sino que es algo puramente imaginario,aunque no creen que los diablos existan, salvo en la imaginacin de la genteignorante y vulgar, y los accidentes naturales que le ocurren al hombre losatribuye l por error a un supuesto demonio. Pues la imaginacin de algunoshombres es tan vvida, que les hace creer que ven figuras y apariciones reales, queno son otra cosa que el reflejo de sus pensamientos, y entonces stos son tomadospor apariciones de espritus malignos, y aun por espectros de brujas. Pero esto escontrario a la verdadera fe, que nos ensea que ciertos ngeles cayeron del cielo yahora son demonios, y debemos reconocer que por naturaleza son capaces dehacer cosas que nosotros no podemos. Y quienes tratan de inducir a otros arealizar tales maravillas de malvada ndole son llamados brujos o brujas. Y comole, infidelidad en una persona bautizada se denomina tcnicamente hereja, esaspersonas son lisa, y llanamente herejes.En lo qu se refiere a quienes sostienen los otros dos errores, es decir, quienes noniegan que haya demonios y que stos posean un poder natural, pero que difierenentre s acerca de los posibles efectos de la magia y de las posibles obras de los

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    brujos: escuela, una, que afirma que stos pueden en verdad provocardeterminados efectos, y que sin embargo tales efectos no son reales, sinofantsticos, mientras que la otra escuela admite que es verdad que algn daoreal cae sobre la persona o personas atacadas, pero que cuando un brujo imaginaque este dao es efecto de sus artes, se engaa groseramente. Este error parecebasarse en dos pasajes de los Cnones en los cuales se condena a unas mujerespor imaginar falsamente que durante la noche cabalgaban con Diana o Herodas.Esto puede leerse en el Canon. Sin embargo, puesto que tales cosas suceden amenudo por ilusin, quienes suponen que todos los efectos de las brujeras sonsimple ilusin e imaginacin, se equivocan en grande. En segundo lugar, conrespecto a un hombre que cree o afirma que una criatura puede ser hecha otrasformada para mejor o para peor, o convertida en otra cosa o semejanza, Porcualquiera que no sea Dios, Creador de todas las cosas, dicho hombre es un infiely peor aun que un pagano. Por lo que,, y teniendo en cuenta las palabras"trasformado para peor". dicen que si tal efecto es provocado por brujera, nopuede ser real, sino que debe ser pura fantasa.

    Pero como estos errores saben a hereja y contradicen el sentido del Canon,primero probaremos nuestras afirmaciones por medio de la ley divina, as comopor la ley eclesistica y civil, pero ante todo de manera general

    Por empezar, las expresiones del Canon deben ser tratadas en detalle (aunque elsentido del Canon quedar ms en claro aun en el interrogante siguiente). Porqueen muchas partes la ley divina ordena que no slo se debe evitar a los brujos, sinoque tambin tienen que ser ejecutados, y en verdad no impondra esta penaextrema si los brujos no hicieran reales y autnticos pactos con los demonios paraprovocar daos y males verdaderos. Pues la pena de muerte se impone slo encasos de delitos graves y notorios, pero a veces adopta la forma de muerte delalma, que puede ser causada por el poder de una ilusin fantstica o aun por latensin de la tentacin. Esta es la opinin de Santo Toms, cuando considera si esmalo utilizar la ayuda de los demonios (II, 7). Pues en el captulo 18 delDeuteronomio se ordena la destruccin de todos los magos y encantadores.Tambin el Levtico dice, en su captulo 19: "Nos os volvis a los encantadores oadivinos; no los consultis ensucindoos con ellos; yo pondr mi rostro contra talvarn, y lo apartar de su pueblo". Asimismo en el 20: "Y el hombre ola mujer queevocaren espritus de muertos o se entregaren a la adivinacin, han de sermuertos; los apedrearn con piedras; su sangre sobre ellos". Se dice que sonadivinas las personas en quienes los demonios han obrado cosas extraordinarias.

    Ms aun, debe recordarse que a causa de este pecado enferm Ocozas y muri(IV, Reyes, 22). Igualmente Sal, segn I Paralipmenos, 10. Tenemos, adems,las autorizadas opiniones de los Padres que comentaron las Escrituras y quetrataron en detalle sobre el poder de los demonios y las artes mgicas. Puedenconsultarse los escritos de muchos doctores acerca del Libro 2 de las Sentencias, yse comprobar que todos concuerdan en decir que existen brujos y hechiceros quepor el poder del diablo son capaces de producir efectos reales y extraordinarios, yque stos no son imaginarios, y que Dios permite que tal cosa suceda. Nomencionar las muchas otras obras en que Santo Toms considera en gran detallelas acciones de este tipo. Como por ejemplo en su Summa contra Gentiles, libroIII, captulos 1 y 2, pregunta 114, argumento 4. Y en el Segando de los Segundos,preguntas 92 y 94.

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    Tambin podemos consultar a los comentaristas y exegetas que escribieron sobrelos sabios y los magos del Faran, Exodo, VII. Otro texto de consulta seria laopinin de San Agustn en La ciudad de Dios, Libro 18, cap. 17. Vase asimismosu segundo libro, De la doctrina cristiana. Muchos otros doctores de la Iglesiaadelantan la misma opinin, y sera el colino de la locura que cualquier personaintentara contradecirlos, y no podra afirmarse que estuviese libre de la culpa de lahereja. Porque a cualquiera que yerre gravemente en la exposicin de lasSagradas Escrituras se lo considera con toda razn un hereje. Y quien piense enforma diferente en lo tocante a estos asuntos que conciernen a la fe que sostiene laSanta Iglesia Romana, es un hereje. Esa es la Fe. que negar la existencia de losbrujos es contrario al sentido evidente del Canon, lo demuestra la ley eclesistica.Pues tenemos las opiniones de los comentaristas del Canon, que comienzandiciendo: "Si cualquiera, por medio de artes mgicas o brujera..." Y tambin estnlos autores que hablan de hombres impotentes y embrujados, y que a causa deeste impedimento causado por la brujera se ven imposibilitados de copular, con locual el contrato matrimonial queda nulo y en esos casos el matrimonio esimposible. Porque dicen, y Santo Toms se muestra de acuerdo con ellos, que si labrujera produce su efecto en el casos de un matrimonio, antes que haya existidocontacto carnal, si es duradera anula y destruye el contrato matrimonial; y es muyevidente que no puede decirse que tal situacin sea ilusoria y efecto de laimaginacin.Acerca de estos puntos, vase lo que tan exhaustivamente escribi el BeatoEnrique de Segusio en su Summa super Titulis Decretalium (Estrasburgo,1512), tambin llamada Summa arrea o Summa archiepiscopi; asimismo, lasobras de Godofredo de Fontaines .y San Raimundo de Peafort, quienes trataroneste asunto con suma claridad y en detalle, sin preguntarse si tal estado fsicopoda considerarse imaginario e irreal, sino que dieron por seguro que se tratabade casos ciertos y comprobados; y luego establecen si debe tratarse comoenfermedad duradera o temporaria cuando se prolonga durante ms de tres aos,y no dudan de que puede ser provocada por el poder de la brujera, aunque esverdad que ese estado podra ser intermitente. Pero lo que s es un hecho que estms all de toda discusin ea que dicha impotencia puede ser causada medianteel poder de un demonio, por medio de un pacto celebrado con l, e inclusive por eldiablo mismo, sin contar con la asistencia de brujo alguno, aunque esto ltimorara vez ocurre en el seno de la iglesia, puesto que el matrimonio es unexcelentsimo sacramento. Pero entre los paganos en verdad sucede, y ello se debea que los espritus del mal actan como si tuviesen dominio legtimo sobre ellos,como relata Pedro de Paludes en su cuarto libro, acerca de un joven que se habaprometido en matrimonio a cierto dolo, pese a lo cual se cas con una doncella,con la cual fue incapaz de mantener contacto alguno porque siempre Intervena.e1 diablo, aparecindose en forma fsica. Sin embargo, en la iglesia el demonioprefiere actuar por intermedio de brujos y provocar esos efectos para su provechopropio, es decir, para la prdida de las almas. Y entre los otros interrogantes quetelogos y canonistas plantean con referencia a estos puntos, hay uno muyimportante, puesto que trata de cmo puede curarse esa impotencia, y de si espermisible curarla por medio de un contrahechizo, y qu debe hacerse si el brujoque obr el encantamiento est muerto, hecho que trata Godofredo de Fontafnesen su Summa.

    Esta, pues, es la razn de que los canonistas hayan elaborado con tanto cuidadoun catlogo que contiene las diferentes penas, con la diferenciacin entre la

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    prctica privada y la prctica abierta de la brujera, o ms bien de la adivinacin,puesto que esta inmunda supersticin tiene varios grados y especies, de modo quea todo aquel que se entregue en forma manifiesta a ella debe negrsele laComunin. Si se practica de manera encubierta, el culpable ha de hacerpenitencia durante cuarenta das. Si se trata de un clrigo, ser suspendido yencerrado en un monasterio. Si es un laico, se lo excomulgar, puesto que todasestas infames personas deben ser castigadas, junto con quienes a ellas recurren,sin que pueda admitirse excusa alguna.

    La misma pena impone la ley civil. En su Summa sobre el Libro 9 del Cdice, en elrubro que trata de los hechiceros, dos rubros despus de la Lea Cornelia, en quese habla de asesinos y criminales, Azo establece: "Hgase saber que todos aquellosa quienes por lo comn se llama hechiceros, y tambin los diestros en el arte de laadivinacin, incurren en delito penado por la muerte". Ms adelante vuelve aaludirse a esta penalidad, de la cual este es, el teto exacto: "Es ilegal que cualquierhombre practique la adivinacin; si as lo hace, su recompensa, ser la muerte porla espada del verdugo. Tambin existen otros que con encantamientos mgicosprocuran quitar la vida a personas inocentes, que convierten las pasiones de lasmujeres en toda clase de lujurias; estos criminales deben ser arrojados a losanmales salvajes. Y la ley permite que cualquier testigo sea admitido comoprobatorio contra ellos. Esto lo especifica con toda claridad la parte del Canon quetrata sobre la defensa de la Fe. Y se permite el mismo procedimiento en una.acusacin de hereja. Cuando se presenta tal acusacin, cualquier testigo puedeprestar testimonio, tal como si se tratara de un caso de lesa majestad. Porque labrujera es alta traicin contra la Majestad de Dios. Y deben ser sometidos atortura para hacerlos confesar. Cualquier persona, fuese cual fuere su rango oprofesin, puede ser torturada ante una acusacin de esa clase, y quien seahallado culpable, aunque confiese su delito, ser puesto en el potro, y sufrirtodos los otros tormentos dispuestos por la ley, a fin de que sea castigado enforma proporcional a sus ofensas". Nota: en edades doradas estos criminalessufran doble castigo, y a menudo eran arrojados a las fieras para que stas losdevorasen. Hoy se los quema en la hoguera, y tal vez ello se deba a que la mayorason mujeres.

    La ley civil tambin prohibe la connivencia y participacin en tales prcticas, yaque ni siquiera permite que un adivinador penetre en la casa de otra persona, y amenudo ordena que todas sus posesiones sean quemadas, as como que nadie loproteja o consulte; muchas veces se los deportaba a alguna isla desierta ydistante, y todos sus bienes se vendan en subasta pblica. Ms aun, quienesconsultaban a brujos o recurran a ellos eran castigados con gel exilio y laconfiscacin de todas sus propiedades. Estas penas se pusieron en prctica con e1consenso de todas las naciones y gobernantes, y contribuyeron en gran medida ala supresin del cultivo de tales artes prohibidas.

    Debe observarse que las leyes mucho alaban a quienes tratan de anular losencantamientos de los brujos. Y los que se ponen en grandes esfuerzos para que laobra de los hombres no resulte daada por la fuerza de las tormentas o del granizoson dignos de gran recompensa, antes que de castigo. Ms adelante se analizarcmo puede prevenirse legalmente ese dao. Por lo tanto, cmo es posible que la,negacin o la frvola contradiccin de cualquiera de estas proposiciones est librede la seal de alguna hereja notable? Que cada hombre juzgue por s, a menos de

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    que su ignorancia lo excuse de ello. Pero en seguida explicaremos qu clase deignorancia puede excusarlo. De lo que ya se dijo podemos extraer la. siguienteconclusin: es opinin muy cierta y muy catlica que existen encantadores ybrujos quienes, con la ayuda del diablo y en virtud de un pacto con l establecido,son capaces, puesto que Dios lo permite, de producir males y daos reales yverdaderos, lo cual no excluye que tambin puedan causar ilusiones fantsticas yvisiones por medio de alguna arte extraordinaria y peculiar. No obstante, losalcances de esta investigacin abarcan a la brujera, la cual difiere mucho de esasotras artes, y por lo tanto, la consideracin de stas nada agregara a nuestropropsito, ya que quienes la practican pueden, con gran exactitud, serdenominados adivinos y charlatanes, antes que Hechiceros.

    Debe sealarse, muy en particular, que estos dos ltimos errores se basan en unatotal incomprensin de las palabras del Canon (no hablar del primer error, quecomo es evidente lleva su condena en s mismo, puesto que es por completocontrario a las enseanzas de las Sagradas Escrituras). Pasemos, pues, a unacorrecta comprensin del Canon. Y ante todo hablaremos del primer error, quedice que el medio es pura ilusin, aunque los dos extremos sean reales.

    Aqu habr que sealar que existen catorce especies diferentes a las que les cabeel trmino de supersticin, pero en homenaje a la brevedad casi no es necesariodetallarlas, puesto que San Isidoro las expuso con claridad en su Etimologice,Libro 8, y Santo Toms en su Segando de los Segundos pregunta 92. Ms aun, sehar mencin explcita del tema ms adelante, cuando hablemos de la gravedad deesta hereja.

    La categora en que han de clasificarse las mujeres de esta clase se denomina delas Pitonisas, personas en o por medio de quienes el diablo habla. o realiza algunaobra asombrosa, y a menudo esta es la primera categora. Pero aquella. bajo lacual se agrupa a los brujos es la de los Hechiceros.

    Y dado que estas personas difieren mucho entre s, no seria correcto que no se lasincluyese en las especies que abarcan a tantas otras; por lo tanto, como el Canonmenciona de modo expreso a ciertas mujeres, peso no habla de las brujas en otrastantas palabras, se equivocan por completo quienes entienden que el Canon hablaslo de viajes imaginarios y de traslaciones corpreas, y quienes intentan reducirtodas las supersticiones a esta ilusin; porque as como aquellas mujeres setransportan en su imaginacin, as las brujas se transportan real y fsicamente.

    Y quien desee argumentar a partir de este Canon que los efectos de la brujera, elhecho de infligir cualquier enfermedad o dolencia, son puramente imaginarios,confunde por completo el significado del Canon, y yerra groseramente.

    Adems, es de sealar que aquellos que, si bien admiten que los dos extremos, esdecir, la. obra del diablo y su efecto, una enfermedad perceptible, son reales yverdaderos, al mino tiempo niegan que esto lo realice por medio de uninstrumento; es decir, que niegan que bruja alguna pueda haber participado en talcausa y efecto; ellos, digo, yerran muy gravemente, porque en filosofa el mediodebe participar de la naturaleza de los dos extremos.

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    Ms aun, es intil argumentar que cualquier resultado de la brujera puede serfantasioso e irreal, porque tal fantasa no puede lograrse sin acudir a los poderesdel demonio, y es preciso que se haya establecido un contrato con ste, por mediodel cual la bruja, real y verdaderamente, se obligue a ser la sierva del diablo y seconsagre a ste por entero, y ello no se hace en sueos, ni bajo la influencia deilusin alguna, sino que colabora real y fsicamente con el demonio y se consagra`a l. Pues en verdad, este es el fin de toda brujera; se trate de efectuarencantamientos por medio de la mirada o por una frmula do palabras, o porcualquier otro hechizo, todo ello pertenece al diablo, como se ver en la preguntaque sigue.En verdad, si alguien se toma el trabajo de leer las palabras del Canon, encontraren l cuatro puntos que le llamarn la atencin en especial. Y el primer punto eseste: es de la absoluta incumbencia de todas las criaturas y de los Sacerdotes, yde todos los responsables del cuidado de las almas, ensear a sus rebaos queexiste un solo, nico y verdadero Dios, y que a nadie ms debe venerarse en elcielo ni en la tierra. El segundo punto es que, aunque estas mujeres imaginencabalgar (que as lo piensan y dicen) con Diana o Herodas, en verdad cabalgancon el diablo, quien se llama con algunos de esos nombres paganos y arroja unreflejo seductor ante sus ojos. Y el tercer punto es este: que el acto de cabalgarpuede ser meramente ilusorio, puesto que el diablo posee un extraordinario podersobre las mentes de quienes a l se entregaron, de manera que las cosas quehacen en su imaginacin creen que las hicieron real y verdaderamente en elcuerpo. Y el cuarto punto es este: las brujas firmaron un pacto que consiste enobedecer al demonio en todas las cosas, de donde la afirmacin de que laspalabras del Canon debieran extenderse hasta incluir y abarcar todos los actosbrujeriles es un absurdo, puesto que las brujas hacen mucho ms que estasmujeres, y en verdad son de una especie diferente.Y hay un tercer error, que equivocando las palabras del Canon dice que todas lasartes mgicas son ilusin, que puede corregirse con las palabras del propio Canon.Porque en la medida ven que dice que quien cree que una criatura cualquierapuede ser hecha o trasformada para mejor a para peor, o metamorfoseada enalguna otra especie o semejanza, como no haya sido por el propio Creador detodas las cosas, etc..., es peor que un infiel. Si estas tres proposiciones se entiendenas, como podran parecer a simple vista, son todo lo contrario del sentido de lasSagradas Escrituras y de los comentarios de los doctores de la iglesia. Pues elsiguiente Canon dice con claridad que las brujas pueden hacer criaturas, aunquepor fuerza sern muy imperfectas, y es probable que resulten deformadas dealguna, manera. Y resulta claro que el sentido del Canon coincide con lo que nosdice San Agustn acerca de los magos en la Corte del Faran, que convirtieron susvaras en serpientes, como escribe el santo doctor en el cap. 7 de Exodo. vera 11 . ."y el Faran llam a los sabios y encantadores...". Tambin podemos referirnos alos comentarios de Estrabn, quien dice que los diablos corren de un lado a otrode la tierra, cuando con sus encantamientos las brujas los emplean en distintasobras, y dichos diablos pueden reunir diversos grmenes o simientes, y de stoshacer que crezcan varias especies.Tambin podemos referirnos al Beato Alberto Magno, De animalibus. Y asimismoa Santo Toms, Primera Parte, pregunta 114, artculo 4. Para ser concisos, no loscitaremos aqu en detalle, pero queda demostrado que es posible crear a ciertascriaturas de esa manera.Con referencia al segundo punto, de que una criatura puede ser modificada paramejor o para peor, siempre debe entenderse que ello slo puede hacerse con el

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    permiso, y en verdad por el poder de Dios, y que slo se hace para corregir ocastigar, pero que es muy frecuente que Dios permita que los diablos acten comoSus ministros y Sus servidores, aunque siempre es Dios nicamente quien puedeenfermar y slo 1 puede curar, pues "yo hago morir y yo hago vivir"(Duteronomio, XXXII, 39.) Y en consecuencia los ngeles malos pueden cumplir ycumplen con la voluntad de Dios. De ello tambin ofrece testimonio San Agustncuando dice: "En verdad existen encantamientos mgicos y hechiza malignos, queno slo afectan a los hombres con enfermedades, sino que inclusive los matan".Tambin debemos esforzarnos por entender ton claridad qu ocurre en realidadcuando hoy en da, y por el poder del diablo, los magos y las brutas se conviertenen lobos y otros animales salvajes Pero el Canon habla de un cambio corporal yduradero, y no habla de las cosas extraordinarias que pueden hacerse por elencantamiento al que se refiere San Agustn en el libro 18, cap. 17, de La ciudadde Dios, cuando refiere muchas extraas historias de la famosa, bruja Circe, y delos compaeros de Diomedes, y del padre de Prestancio. Esto se analizar en laSegunda Parte.

    DE SI ES UNA HEREJIA AFIRMAR QUE LAS BRUJAS EXISTEN

    La segunda parte de nuestra investigacin consiste en averiguar si es herejaafirmar con obstinacin la existencia de las brujas. El interrogante es el de si laspersonas que sostienen que las brujas no existen deben ser consideradas comoherejes, o si se las tiene que considerar como gravemente sospechosas desustentar opiniones herticas. Parece que la primera opinin es la correcta. Puesno cabe duda de que coincide con la opinin del erudito Bernardo. Pero acerca, delas personas que en forma abierta y con empecinamiento perseveran en la herejahay que demostrar, por medio de pruebas incontrovertibles, que son herejes, y porlo general esa demostracin es una de tres: o bien un hombre predic y proclamdoctrinas herticas en forma abierta; o se demuestra que es un hereje por ladeclaracin de testigos dignos de confianza; o se demuestra que es un herejegracias a su propia y libre confesin. Y sin embargo existen quienes se oponen conirreflexin a todas las autoridades y proclaman ene pblico que las brujas noexisten, o por lo menos que en modo alguno pueden herir y lesionar al gnerohumano. Por lo tanto, y para, hablar en trminos estrictos, .los convictos de tanmaligna doctrina pueden ser excomulgados, segn el comentario de Bernardo, yaque estn abierta e inconfundiblemente convictos de la difusin de una falsadoctrina. El lector puede consultar las obras de Bernardo, donde encontrar queesta sentencia es justa, correcta y fiel Pero tal vez este parece un juicio demasiadosevero, ante todo por las penalidades que siguen a la excomunin; pues el Canonprescribe que el clrigo ser degradado y el lego entregado al poder de lostribunales seculares, a los cuales se ordena castigarlo como lo merece su delito.Ms aun, debemos tener en cuenta la gran cantidad de personas que sin duda,debido a su ignorancia, sern encontradas culpables de este error. Y como el errores muy comn, el rigor de la justicia estricta puede ser atemperado por la piedad.Y en verdad es nuestra intencin tratar de excusar a quienes son culpables deesta hereja, antes que acusarlos de hallarse infectados de la malicia de la hereja.Es preferible, entonces, que si existieran graves sospechas de que un hombresostiene esa falsa opinin, no sea condenado en seguida por el gran delito dehereja. (Vase la glosa de Bernardo a la palabra condenado.) En verdad se puedejuzgar a ese hombre como a una persona de quien se tienen serias sospechas,pero no se lo condenar en su ausencia, ni sin escucharlo. Empero, la sospecha

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    puede ser muy grave, y no podemos abstenernos de sospechar de esas personas,pues en verdad sus frvolas afirmaciones parecen afectar la pureza de la fe. Porqueexisten tres clases de sospechas: la sospecha leve, la seria y la grave. Se las trataen el captulo sobre las Acusaciones y en el referido a la Contumacia, Libro 6, Dehertica. Y estas cosas caen bajo la jurisdiccin del tribunal arquidiocesano.Tambin puede hacerse referencia a los comentarios de Giovanni d'Andrea, y enparticular a sus glosas sobre las frases acusado, gravemente sospechoso, y a sunota sobre una presuncin de hereja. Tambin es indudable que algunos quesienten la ley al respecto no advierten que sostienen falsas doctrinas y errores,pues muchos no conocen la ley cannica, y hay quienes, debido a que estn malinformados y tienen insuficientes lecturas, vacilan en sus opiniones y no puedendecidirse, y como una idea que se mantiene en el fuero interno no es hereja, salvoque despus se la formule con obstinacin, y se la mantenga en forma abierta, porcierto que debemos decir que las personas que mencionamos no deben sercondenadas abiertamente por el delito de hereja. Pero que nadie piense que puedeescapar alegando ignorancia. Porque quienes se han extraviado por ignorancia deesta clase pueden haber pecado muy gravemente.Aunque existen muchos grados de ignorancia, los encargados de la curacin de lasalmas no pueden alegar una ignorancia insuperable, que los escritores de la leycannica y los telogos denominan Ignorancia del Hecho. Mas lo que puedecensurarse en esas personas es la ignorancia Universal, o sea, una ignorancia dela ley divina, que, como estableci el papa Nicols, pueden y deben conocer. Puesdice: "La dispensa de estas enseanzas divinas ha sido confiada a nuestra guarda,y guay de nos si no sembramos la buena simiente, guay de nos si no enseamos anuestra grey . Y as, quienes tienen la guarda de las almas estn obligados aposeer un slido conocimiento de las Sagradas Escrituras. Es cierto que segnRaymundo de Sabunde y Santo Toms, no cabe duda de que quienes tienen laguarda de las almas no tienen por qu ser hombres de extraordinariosconocimientos, pero deben poseer un conocimiento competente, el suficiente paracumplir con las obligaciones del cargo.Y sin embargo, y este puede ser un pequeo consuelo para ellos, la, severidadterica, de la ley queda contrarrestada a menudo por la prctica concreta, ypueden saber que si bien a veces esta ignorancia de la ley cannica es culpable ydigna de censura, se considera desde dos puntos de vista.. Porque s veces laspersonas no saben, no desean saber y no tienen intenciones de saber. Para talespersonas no existe excusa, y deben ser condenadas. Y de ellas habla el Salmista:"No quiere entender para no poder hacer el bien." Pero en segundo lugar estnquienes son ignorantes, pero no por deseo de no saber. Y ello disminuye lagravedad del pecado, porque no existe un consentimiento real de la voluntad. Y uncaso tal es el de quien debera saber algo, pero no se da cuenta de que deberasaberlo, como dice San Pablo en su Primera Epstola a Timoteo (I, 13): "Mas fuirecibido a misericordia porque lo hice con ignorancia, en incredulidad". Y entrminos tcnicos se dice que esto es una ignorancia que por lo menos de maneraindirecta es falta de la persona, en la, medida en que, a consecuencia de muchasotras ocupaciones, descuida informarse sobre asuntos que debera conocer, y nousa esfuerzo alguno para conocerlos, y esta ignorancia no lo excusa por completo,pero s en cierto grado. As dice San Ambrosio, al escribir sobre ese pasaje deRomanos (II, 4): "No sabes que la benignidad de Dios te gofa a arrepentimiento?".Si no lo sabes por tu propia falta,, tu pecado es grande y doloroso. Y ms enespecial en estos das, en que las almas son acosadas por tantos peligros,debemos adoptar medidas para disipar la Ignorancia, y siempre saber que se

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    pronunciarn contra nosotros severos juicios si no usamos; cada quien segn suadecuada capacidad, el nico talento que nos ha sido dado. De este modo nuestraignorancia no ser densa ni estpida, pues en trminos metafricos decimos queson densos y estpidos los honrares que no vea lo que se encuentra ante suspropios ojos.Y en el Flores regularum moralium el canciller romano comenta la segundaregla, y dice; ua ;ignorancia culpable de la ley divina, no afecta por fuerza a lapersona ignorante. La razn es la siguiente: el Espirito Santo es capaz de instruiren forma directa a un hombre en todos .los conocimientos esenciales para lasalvacin, si estas cosas son demasiado difciles para que las entienda sin ayuda,con su intelecto natural.

    Por lo tanto, la, respuesta a la primera objecin es una comprensin clara ycorrecta del Canon. A la segunda, Pedro di Tarentasia (Beato Inocencio V) replica:no cabe duda de que el diablo, debido a la malicia que abriga contra el gnerohumano destruira a la humanidad si Dios le permitiese hacerlo. El hecha de queDios le permita a veces hacer dao y otras se lo impida y prohiba, lleva al diablo,como es manifiesto, a un desprecio 0 odio ms francos, ya que en todas las cosas,para manifestacin de Su Gloria, Dios usa al diablo, aunque ste no lo quiera,come su servidor y esclavo. Con respecto a la tercera objecin, de que unaenfermedad o cualquier otro dao es siempre el resultado del esfuerzo humano,por medio del cual la bruja somete si voluntad al mal, y por lo tanto, comocualquier otro malhechor por su voluntad puede daar a una persona, oproducirle el mal o ejecutar un acto ruin. Si se pregunta si el movimiento deobjetos materiales, de un lugar a otro, por el diablo, puede equipararse almovimiento de las esferas, la respuesta es No. Porque los objetos materiales no semueven de tal modo por un pode natural que les sea inherente, sino por ciertaobediencia al poder del diablo, quien en virtud de su propia naturaleza poseedeterminado dominio sobre los cuerpos y las cosas materiales; afirmo que poseeese poder, pero no puedo agregar a los objetos materiales creados ninguna forma oaspecto, sea sustancias o accidental, sin cierta mezcla o colaboracin de otroobjeto natura: creado. Pero como, por voluntad de Dios, en verdad puede moverobjetos materiales de un lugar a otro, por conjuncin de vario: objetos puedeproducir enfermedades o alguna otra circunstancia que desee. De ah que loshechizos y efectos de la brujera no se encuentran gobernados por el movimientode las .esferas, n: el diablo est gobernado de tal manera. ya que a menudo puedeutilizar esas condiciones para su provecho.

    La respuesta a la cuarta objecin. La obra de Dios puede ser destruida por la deldiablo, de acuerdo con lo que ahora decimos respecto del poder y los efectos de labrujera. Pero como ello slo puede ser con permiso de Dios, no se sigue que eldemonio sea ms fuerte que Dios. Por lo dems, no puede usar tanta violenciacomo desee para daar las obras de Dios, porque si no tuviese limitaciones podradestruirlas por completo.

    La respuesta a la quinta objecin puede exponerse con claridad de la siguientemanera: los planetas y estrellas no tienen poder para empujar y obligar a losdiablos a ejecutar una accin contra su voluntad, aunque en apariencia losdemonios estn ms dispuestos a presentarse cuando los convocan los magos bajo:a influencia de ciertas estrellas. Parece que lo hacen por dos razones. Primero,porque saben que el poder de ese planeta colaborar en el efecto que los magos

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    desean obtener. Segundo, lo hacen para engaar a los hombres, con lo cual leshacen suponer que las estrellas poseen algn poder divino o una divinidad real, ysabemos que en los das de la antigedad esta veneracin de los astros condujo ala ms vil idolatra.

    Con referencia a la ltima objecin, que se basa en. el argumento de que losalquimistas fabrican oro, podemos formular la opinin de Santo Toms, cuandoestudia el poder del demonio y cmo acta. Aunque determinadas formas quetienen sustancia pueden producirse por el arte y el poder de un agente natural,como por ejemplo la forma del fuego es producida por el arte empleado en lamadera, ello no puede hacerse siempre, porque el arte no siempre puede encontraro mezclar los agentes adecuados en la proporcin conveniente para producir algosimilar. Y de tal manera los alquimistas crean algo parecido al oro, es decir, en loque se refiere a los accidentes exteriores, pero no hacen verdadero oro, porque lasustancia de ste no se encuentra formada por el calor del fuego que emplean losalquimistas, sino .por el del sol, que acta y reacciona, sobre cierto punto en quese concentra y amasa el calor mineral, y por lo tanto ese oro es de la mismasemejanza, pero no de la misma especie que el natural. Y el mismo argumento rigepara todas sus otras operaciones. Por lo tanto, nuestra proposicin es la siguiente:con su arte, los diablos producen efectos perniciosos por medio de la brujera, peroes cierto que sin la ayuda de algn agente no pueden crear ninguna. forma, nisustancial ni accidental, y no afirmamos que puedan causar dao sin la ayuda dealgn agente, pero con ese agente es posible provocar enfermedades, ycualesquiera otras pasiones o dolencias humanas, y son reales y verdaderas. Enlos captulos que siguen se aclarar cmo esos agentes o el empleo de tales mediospueden resultar eficaces en colaboracin con los demonios.

    PREGUNTA. Si concuerda con la Fe Catlica la afirmacin de que para produciralgn efecto de magia el diablo tiene que colaborar ntimamente con el brujo, o si eluno sin el otro, es decir, el diablo sin el brujo, o ala inversa, pueden producir eseefecto.Y el primer argumento es el que sigue. Que el diablo puede provocar un efectomgico sin la colaboracin de un brujo. As lo afirma San Agustn. Todas las cosasque suceden en forma visible, de modo que es posible verlas, pueden (se cree) serobra de los poderes inferiores del aire. Pero los males y dolencias corporales noson por cierto invisibles; antes bien, resultan visibles a los sentidos, por lo cualpueden ser provocados por los diablos. Ms aun, por las Sagradas Escriturasconocemos los desastres que cayeron sobre Job, cmo el fuego descendi del cieloy al caer sobre las ovejas y los criados los consumi, y de cmo un viento violentoderrib los cuatro costados de una casa, de modo que cayeron sobre sus hijos ylos mataron. El diablo por s mismo, sin colaboracin de brujos, sino nada msque con el permiso de Dios, pudo provocar todos esos desastres. Por lo tanto nocabe duda de que puede hacer muchas cosas que a menudo se asignan al poderde los brujos.

    Y ello resulta evidente del relato de los siete esposos de la doncella Sara, a quienesun diablo mat. Ms aun, haga una potencia superior lo que hiciere, lo puedehacer sin referencia a un poder superior a ella, y una potencia superior puedeactuar mucho ms sin referencia a una inferior. Pero una inferior puede causartormentas de granizo y enfermedades, sin la ayuda de una mayor que ella,. Pues elBeato Alberto Magno dice, en su obra De passionibus aeris, que si la salvia

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    podrida se usa como l explica, y se la arroja al agua corriente, producir las mstemibles tempestades y tormentas.

    Mas an, puede decirse que el diablo usa a un brujo, no porque necesite talagente, sino porque busca la perdicin de ste. Podemos referirnos a lo que diceAristteles en el Libro tercero de su Etica. El mal es un acto voluntariodemostrado por el hecho de que nadie ejecuta una accin injusta nada ms quepor cometer una accin de injusticia, y quien comete una violacin lo hace convistas a su placer, y no slo para hacer el mal por el mal. Pero la ley castiga aquienes hacen el mal, como si hubiesen actuado slo por hacer el mal. Por lotanto, si el diablo trabaja por medio de una bruja, no hace otra cosa que emplearun instrumento; y como' un instrumento depende de la voluntad de la ,personaque lo utiliza, y no acta por su propia y libre voluntad, la culpa de la accin nodebe achacarse a la bruja, y por lo tanto no hay que castigarla.

    Pero una, opinin contraria afirma que el diablo no puede hacer dao a lahumanidad por s mismo, con tanta facilidad y sencillez, como el que le es posibleprovocar por intermedio de las brujas, aunque sean sus servidoras. En primerlugar podemos considerar el acto de engendrar. Pero en cada acto que tiene efectosobre otro es preciso establecer algn tipo de contacto, y como el diablo, que es unespritu, no puede tener ese contacto real con un cuerpo humano, puesto que nohay nada en comn entre ellos, utiliza algn instrumento humano, y le otorga elpoder de herir por medio del contacto fsico. Y muchos afirman que esto lodemuestra el texto y sus glosas, en el captulo 3 de la Epstola de San Pablo a losGlatas: "Oh glatas insensatos, quin os fascin para no obedecer a la verdad?'Y la glosa de este pasaje se refiere a quienes tienen ojos singularmente feroces yfunestos, que con una simple mirada pueden daar al prjimo, en especial a losnios pequeos. Y esto tambin lo confirma Avicenna, Naturalium, Libro 3, ltimocap., cuando dice: "Muy a menudo el alma puede tener tanta influencia sobre elcuerpo del otro, en la misma medida en que la tiene sobre su propio cuerpo, puestal es la influencia de los ojos de quien con la mirada atrae y fascina, a otro". Y lamisma opinin la mantiene

    Al-Gazali en el Quinto Libro y dcimo cap. de su Fsica. Avicenna tambin sugiere,aunque no presenta esta opinin como irrefutable, que el poder de la imaginacinpuede modificar o parecer modificar cuerpos extraos, en los casos en que dichopoder es demasiado ilimitado; y por lo tanto suponemos que el poder de laimaginacin no debe ser considerado como distinto de los otros poderes sensiblesdel hombre, pues es comn a todos ellos, pero en cierta medida los incluye. Y elloes cierto, porque tal poder de la imaginacin puede cambiar los cuerposadyacentes, como por ejemplo, cuando un hombre puede caminar por unaestrecha viga tendida en el centro de una. calle. Pero si esa viga flotase sobreaguas profundas, no se atrevera a caminar por ella, porque la imaginacin lepintara en la mente, con gran fuerza, la idea de la cada, y entonces el cuerpo y elpoder de sus miembros obedeceran a su imaginacin, y no a lo contrario de sta,es decir, caminar en forma directa y sin vacilaciones. Este cambio puede,compararse a la influencia que ejercen los ojos de una persona que la posee, conlo cual se provoca una modificacin mental, aunque no hay cambios reales ycorporales.

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    Ms aun si se argumenta que ese cambio lo provoca un cuerpo vivo, debido a lainfluencia de la mente sobre otro cuerpo vivo, puede darse la siguiente respuesta.En presencia de un asesino, la sangre fluye de las heridas del cadver de lapersona quien asesin. Por lo tanto, sin poderes mentales, los cuerpos puedenproducir efectos maravillosos, y de tal modo, si un hombre pasa cerca del cadverde un hombre asesinado, aunque no lo vea, resulta a menudo presa de terror. Porlo dems, existen en la naturaleza algunas cosas que poseen ciertos poderesocultos, cuya razn el hombre no conoce; tal, por ejemplo, es la piedra imn, queatrae el acero, y muchas otras cosas por el estilo, que San Agustn menciona en elLibro 20 de La ciudad de Dios.

    Y as las mujeres, para provocar cambios en el cuerpo de otros, usan a vecesciertas cosas que van ms all de nuestro conocimiento, pero eso lo hacen sinayuda del diablo. Y porque esos remedios sean misteriosos no hay motivos paraasignarles el poder del demonio, como lo asignaramos a los encantamientosmalficos producidos por las brujas.

    Lo que es ms, stas usan ciertas imgenes y algunos amuletos, que suelencolocar bajo los umbrales de las puertas de las casas, o en los prados en quepastan los rebaos, o inclusive donde se congregan los hombres, y de ese modohechizan a sus vctimas, que muchas veces han muerto. Pero como esas imgenespueden causar efectos tan extraordinarios, parecera que su influencia esproporcional a la que ejercen los astros sobre los cuerpos humanos, pues como loscuerpos naturales son influidos por los celestes, as tambin pueden serlo losartificiales. Pero los cuerpos naturales pueden encontrar el beneficio de algunasinfluencias, secretas pero buenas. Por lo tanto, los cuerpos artificiales puedenrecibir tal influencia. En consecuencia, est claro que quienes ejecutan obras decuracin pueden muy bien ejecutarlas por medio de esas influencias benficas, yello nada tiene que ver con un poder maligno.

    Adems, parecera que sucesos muy extraordinarios y milagrosos ocurren por obrade los poderes de la naturaleza. Pues cosas maravillosas y terribles ysorprendentes suceden a las fuerzas naturales. Y esto lo seala San Gregorio ensu Segundo Dilogo. Los santos ejecutan milagros, a veces por medio de unaoracin, otras slo por su poder. Hay un ejemplo para cada uno de estos medios:San Pedro, con oraciones devolvi la vida a Tabitha, quien estaba muerta. Alreprender a Ananas y Sapfira, quienes decan una mentira, los mat sinoraciones. As, con su influencia mental, un hombre puede convertir un cuerpomaterial en otro, o hacerlo pasar de la salud a la enfermedad, y viceversa. Msaun, el cuerpo humano es ms noble que ningn otro, pero debido a las pasionesde la mente cambia y se vuelve caliente o fro, como ocurre con los hombrescolricos o los que tienen miedo; y as se produce un cambio aun mayor, respectode los efectos de la enfermedad y la muerte, que con su poder pueden modificar engran medida un cuerpo material.

    Pero han de admitirse algunas objeciones. La influencia de la mente no puedeproducir impresiones sobre ninguna forma, como no sea por la intervencin dealgn agente, como dijimos antes. Y estas son las palabras de San Agustn en ellibro ya citado: "Es increble que los ngeles que cayeron del cielo obedezcan aninguna cosa material, pues slo obedecen a Dios". Y mucho menos puede unhombre, con sus poderes naturales, provocar efectos extraordinarios y malignos.

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    Hay que responder que aun hoy existen muchos que se equivocan en grande eneste sentido, que excusan a las brujas y cargan toda la. culpa sobre las artes deldemonio, o atribuyen los cambios que aqullas provocan a alguna alteracinnatural. Estos errores pueden aclararse con facilidad, primero, por la descripcinde las brujas que San Isidoro ofrece en su Etimologice, cap. 9: "Las brujas sellaman as debido a lo negro de su culpa, es decir, que sus actos son msmalignos que los de cualquier otro malhechor". Y contina: "Agitan y confundenlos elementos con la ayuda del diablo, y crean terribles tormentas de granizo ytempestades". Ms aun, dice que confunden la mente de los hombres, que losempujan a la locura, a un odio insano y a desmesurados apetitos. Adems,contina, con la terrible influencia de sus hechizos, como si fuera con una pcimao veneno, pueden destruir la vida.Y las palabras de San Agustn en su libro La ciudad de Dios vienen muy al caso,pues nos dicen quines son en verdad los magos y las brujas. Los magos, aquienes por lo general se llama brujos, son denominados as debido a la magnitudde sus actos malignos. Son quienes con permiso de Dios perturban los elementos,que llevan a la locura la mente de los hombres que perdieron su confianza enDios, y que con el terrible poder de sus malos encantamientos, sin pcimas nivenenos, matan a los seres humanos. Como dice Lucano: "Una mente que no hasido corrompida por ningn brebaje nocivo perece a consecuencia de unencantamiento malfico". Por haber llamado a los demonios en su ayuda, seatreven a derramar males sobre la humanidad, y aun a destruir a sus enemigoscon sus encantamientos malficos. Y es indudable que en operaciones de estaclase el brujo trabaja en estrecha conjuncin con el demonio. En segundo lugar,los castigos son de cuatro tipos: beneficiosos, daosos, infligidos por brujera ynaturales. Los castigos beneficiosos se infligen por el ministerio de los ngelesbuenos, tal como los daosos provienen de los espritus malignos. Moiss azot aEgipto con diez plagas mediante la intervencin de los ngeles buenos, y los magosslo pudieron cumplir tres de estos milagros con la ayuda del demonio. Y la pesteque cay sobre el pueblo durante tres das, por el pecado de David, que hizo elrecuento de la poblacin, y los 72.000 hombres muertos en una, noche en elejrcito de Senaquerib, fueron milagros realizados por los ngeles de Dios, esdecir, por ngeles buenos, temerosos de Dios, y que saban que cumplan con Susrdenes. Pero el dao destructivo se lleva a cabo por medio de los ngeles malos,por cuyas manos fueron atacados muchas veces los hijos de Israel, en el desierto.Y los daos que son sencillamente malos y nada ms, las provoca el demonio,quien trabaja por intermedio de hechiceros y brujas. Tambin hay daosnaturales, que de alguna manera dependen de la conjuncin d los cuerposcelestes, tales coma la escasez, la sequa, las tempestades y parecidos efectos de lanaturaleza. Resulta evidente que hay una enorme diferencia entre todas estascausas, circunstancias y acontecimientos. Pues Job fue atacado por el demoniomediante una, maligna enfermedad, pero ello no viene al caso. Y si a alguiendemasiado listo y demasiado curioso pregunta cmo fue que Job result atacadopor el demonio mediante esa enfermedad, sin la ayuda de un hechicero o bruja,que sepa que no hace otra cosa que andarse por las ramas y no se informa sobre ila verdad verdadera. Porque en tiempos de Job no haba hechiceros y brujas, yan no se practicaban esas abominaciones. Pero la providencia de Dios deseabaque con el ejemplo de Job se manifestara el poder del demonio, inclusive sobre loshombres buenos, para que pudiramos aprender a estar en guardia contra Satn,y ms aun, para que gracias al ejemplo de ese patriarca la gloria de Dios brillaraentodas partes, ya que nada ocurre, aparte de lo que Dios permite.

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    Con respecto a la poca en que apareci esa maligna supersticin, la brujera,debemos distinguir primero a los adoradores del demonio de quienes eran simplesidlatras. Y Vincent de Beauvais, en su Speculum Historiale, cita a muchasautoridades eruditas y dice que quien primero practic las artes de la magia y laastrologa fue Zoroastro, de quien se dice que fue Cam, el hijo de No. Y segn SanAgustn, en su libro La ciudad de Dios, Cam lanz grandes carcajadas cuandonaci, con lo cual demostr que era un servidor del demonio, y aunque era un reygrande y poderoso, fue vencido por Nino, hijo de Belo, quien construy a Nnive,cuyo reinado fue el comienzo del reino de Asiria, en la poca de Abraham.

    Ese Nino, a consecuencia de su demencial amor por su padre, cuando ste muriorden que le levantaran una estatua, y cualquier criminal que se refugiase allestaba a salvo de todo castigo en que hubiera, podido incurrir. Desde entonces loshombres comenzaron a adorar imgenes, como si fuesen dioses; pero ello ocurridespus de los primeros aos de la historia, pues en los primeros tiempos nohaba idolatra, ya que entonces los hombres conservaban an algn recuerdo dela creacin del mundo, coma dice Santo Toms, Libro 2, pregunta 95, artculo 4. Obien puede haberse originado en Nembroth, quien oblig a los hombres a adorar elfuego; y as, en la segunda era del mundo comenz la idolatra, que es la primerade todas las supersticiones, tal como la Adivinacin es la segunda y laObservacin de los Tiempos y las Estaciones la tercera.

    Las prcticas de los brujos se incluyen en el segundo tipo de supersticiones, asaber, la Adivinacin, ya que invocan al demonio en forma expresa. Y hay trestipos de esta supersticin: la Nigromancia, la, Astrologa, o ms bien laAstromancia, observacin supersticiosa de las estrellas, y la Oniromancia.

    Explico todo esto en detalle para que el lector pueda entender que estas malesartes no estallaron de repente en el mundo, sino que ms bien se desarrollaroncon el tiempo, y por lo tanto es pertinente sealar que no haba brujos en los dasde Job. Pues a medida que pasaban los aos, tamo dice San Gregorio en suMoralia, creca el conocimiento de los santos, y por lo tanto tambin aumentabanlas negras artes del demonio. El profeta Isaas dice: "La tierra est henchida delconocimiento del Seor" (xi, 6). Y as en ese ocaso y anochecer del mundo, en queflorece el pecado por todos lados y en todas partes, en que la caridad se enfra,sbreabundan las obras de los brujos y sus iniquidades.

    Y como Zoroastro se entreg por entero a las artes mgicas, slo el demonio loempuj a estudiar y observar los astros. Desde muy temprano hicieron loshechiceros y las brujas pactos con el diablo, y entraron en connivencia con l paracausar dao a los seres humanos. Ello lo demuestra el sptimo captulo del Exodo,donde, por el poder del demonio, los magos dei Faran obran cosasextraordinarias, a imitacin de las plagas que Moiss lanz sobre Egipto por elpoder de los ngeles buenos.

    De ello se sigue la enseanza catlica, de que para provocar un mal una, brujapuede colaborar y colabora con el diablo. Y cualquier objecin a esto puederesponderse en pocas palabras como sigue.

  • 23

    1. En primer lugar, nadie niega que ciertos daos y perjuicios que en la prctica yen forma visible aquejan a los hombrea, animales, frutos de la tierra, y que confrecuencia se producen bajo la influencia de los astros, pueden ser muchas vecesprovocados por los demonios, cuando Dios les permite que as acten. Pues comodice San Agustn en el Cuarto Libro de La ciudad de Dios, los demonios puedenusar el fuego y el aire, si Dios les deja hacerlo. Y un comentarista seala,: Dioscastiga por el poder de dos ngeles malos.

    2. De esto se sigue, como es evidente, la respuesta a cualquier objecin relativa aJob, y a cualquier objecin que pueda presentarse frente a nuestra exposicin delos comienzos de la magia en el mundo.

    3. En relacin con el hecho de que la salvia podrida que se deja caer en el aguacorriente produce, se dice, algn mal efecto sin la ayuda del demonio, aunquepuede no estar dei todo separado de la influencia de algunos astros, queremossealar que no tenemos la intencin de discutir la buena o mala influencia de losastros, sino slo la brujera, y por lo tanto esto es ajeno al asunto.

    4. Con respecto al cuarto argumento, no cabe duda de que el demonio slo empleaa los brujos para provocar su dao y destruccin. Pero cuando se deduce que nose los debe castigar, porque slo actan como instrumentos, no movidos por suvolicin, sino a voluntad y placer del agente principal, existe una respuesta:porque son instrumentos humanos y libres agentes, y aunque han firmado unpacto y contrato con el demonio, gozan de libertad absoluta; porque, como se supopor sus propias revelaciones -y hablo de mujeres convictas y quemadas en lahoguera, empujadas a la venganza, el mal y el dao, si queran escapar a loscastigos y golpes infligidos por el demonio-, dichas mujeres colaboran con eldemonio, aunque estn unidas a l por la profesin por 1a cual ad comienzo seentregaron a su poder libre y voluntariamente.

    En relacin con los otros argumentos en los cuales se demuestra que ciertasancianas tienen conocimientos ocultos que les permiten provocar efectosextraordinarios y por cierto que malignos sin la ayuda del diablo. Es precisoentender que extraer de un argumento particular uno universal es contrario a larazn. Y cuando, como parece, en todas las Escrituras no se puede encontrar unsolo caso de esos, en que se hable de los hechizos y encantamientos que practicanlas viejas, no debemos llegar a la conclusin de que nunca sea as. Ms aun,respecto de esos pasajes las autoridades dejan abierto el interrogante, es decir,con referencia al asunto de si esos encantamientos tienen eficacia sin lacolaboracin del demonio. Esos hechizos o fascinaciones parecen poder dividirseen tres tipos. Primero, los sentidos se engaan, y ello, en verdad, puede hacersepor medios mgicos, o sea, por el poder del diablo, si Dios lo permite. Y lossentidos pueden ser esclarecidos por el poder de los ngeles buenos. En segundotrmino, la fascinacin puede obrarse por cierto deslumbramiento y extravo, comocuando el apstol dice: "Quin os fascin?" Glatas, III 1. En tercer lugar,determinada fascinacin puede ejercerse por medio de los ojos, sobre otra.persona, y ello puede ser pernicioso y malo.Y de esta fascinacin hablaron Avicenna y Al-Gazali; tambin Santo Tomsmenciona dicha fascinacin, Parte 1, pregunta 117. Pues dice que la mente de unhombre puede ser modificada por la influencia de otra. Y la influencia que seejerce sobre otro procede a menudo de los ojos, pues en stos puede concentrarse

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    cierta influencia sutil. Porque los ojos dirigen la mirada hacia cierto objeto sinprestar atencin a otras cosas, pero ante la visin de una impureza, como porejemplo una mujer durante sus perodos mensuales, los ojos, por decirlo as,contraen cierta impureza. Eso es lo que dice Aristteles en su libro Sobre el sueoy la vigilia, y as, si el espritu de alguien se encuentra inflamado de malicia ycleras como ocurre con frecuencia en el caso de las viejas, su espritu perturbadomira a travs de sus ojos, pues su semblante es muy maligno y daino, y amenudo aterrorizan a nios de tierna, edad, en extremo impresionables. Y esposible que muchas veces esto sea natural, permitido por Dios; por otro lado,puede ser que estas miradas malas sean inspiradas muchas veces por la maliciadel demonio, con quien las viejas brujas han establecido algn contrato secreto.

    E1 siguiente interrogante surge en relacin con la influencia de los cuerposcelestes, y aqu encontramos tres errores muy comunes, pero se los explicar amedida que explicamos otros asuntos.

    Con respecto a las operaciones de brujera, vemos que algunas de ellas puedendeberse a la influencia mental sobre otros, y en algunos casos esa influenciamental puede ser buena, pero el motivo es lo que la hace maligna.

    Y existen cuatro argumentos principales que deben objetarse contra quienesniegan que haya brujas u operaciones mgicas que pueden ejecutarse en haconjuncin de ciertos planetas y astros, y que por la malicia de los seres humanospuede hacerse el mal mediante el modelado de Imgenes, el uso deencantamientos y el trazado de caracteres misteriosos. Todos los teloga y filsofoscoinciden en que los cuerpos celestes son guiados ; dirigidos por ciertos mdiumsespirituales. Pero esos espritu; son superiores a nuestra mente y alma, y por lotanto pueden influir sobre la mente y el cuerpo de un hombre, de modo queresulte persuadido y orientado a ejecutar algn acto humano Pero para intentaruna, solucin ms plena de estos asuntos podemos considerar ciertas dificultadescon cuyo anlisis llegaremos a la verdad con mayor claridad aun. Primero, lassustancias espirituales no pueden llevar los cuerpos a alguna otra forma natural,a menos que lo hagan por intermedio de algn agente. Por lo tanto, por fuerte quepueda ser una, influencia mental no puede producir cambio alguno en la mente ondole de un hombre. Ms aun, varias universidades, en especial la de Pars,condenaron el siguiente artculo: Que un encantador puede lanzar a un camello auna profunda zanja con slo dirigirle la mirada. Y entonces se condena el artculosegn el cual un cuerpo corpreo debe obedecer a una sustancia espiritual, si ellose entiende en forma sencilla, es decir, si la obediencia implica algn cambio otransformacin. Pues en relacin con ello slo Dios puede ser obedecido en formaabsoluta. Si tenemos en cuenta estos puntos, podemos ver muy pronto de qumodo la fascinacin o influencia de los ojos, de que hemos hablado, resultaposible, y en qu sentido no lo es. Porque no es posible que por medio de lospoderes naturales de su mente un hombre dirija esos poderes con los ojos demanera tal, que, sin la accin de su propio cuerpo o de algn otro medio, puedadaar el cuerpo de otro hombre. Ni es posible que con los poderes naturales de sumente un hombre produzca algn cambio a voluntad, y que dirigiendo ese poderpor intermedio de los ojos trasforme por entero el cuerpo de un hombre en quienfije su mirada, tal como le plazca.

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    Y por lo tanto, de ninguna de estas maneras puede un hombre influir sobre otro ofascinarlo, pues hombre alguno, slo con los poderes naturales de su mente, poseeuna influencia tan extraordinaria. En consecuencia, querer demostrar que losmalos efectos pueden ser provocados por algn poder natural es decir que ste esel poder del demonio, lo cual est, por cierto, muy lejos de la verdad.

    Ello no obstante, podemos exponer con ms claridad cmo es posible que unamirada cuidadosa haga dao. Puede ocurrir que si un hombre o una mujer mirancon fijeza a un nio, ste, debido a su poder de visin y a su imaginacin, recibeuna impresin muy sensible y -directa. Y es frecuente que una impresin de estaclase vaya acompaada por un cambio corporal, y como los ojos son los rganosms tiernos del cuerpo, son muy pasibles de tales impresiones. Por ende, puedemuy bien suceder que reciban alguna mala, impresin y cambien para peor, yaque muy a menudo los pensamientos de la mente o los movimientos del cuerpoquedan impresos en especial en los ojos y mostrados por ellos. Y as es posible quesuceda que una mirada colrica y maligna, fija con firmeza en un nio, se imprimade tal manera en la memoria de ste, y en su imaginacin, que se refleje en supropia mirada, y entonces se siguen resultados concretos, como por ejemplo, quepierda el apetito y no pueda ingerir alimentos, y que empeore y caiga enfermo. Yaveces vemos que la visin de un hombre que padece de los ojos puede hacer quelos de quienes lo miran se enceguezcan y debiliten, aunque en gran medida estono es ms que el electo de la pura imaginacin. Aqu se podran presentar variosotros ejemplos del mismo tipo, pero con vistas a la concisin no los analizaremosms en detalle.

    Todo esto lo confirman los comentaristas del Salmo Qui timent te uidebunt me. Haygran poder en los ojos, y ello aparece inclusive en las cosas naturales. Pues si unlobo ve a un hombre primero, el hombre queda mudo. Ms aun, si un basilisco vea un hambre primero, su mirada es fatal; pero si ste lo ve primero, puedematarlo; y la razn de que un basilisco puede matar a un hombre con la mirada esque cuando lo ve, debido a su clera se pone en movimiento cierto terrible venenoen su cuerpo, que puede salirle por los ojos, con lo cual infecta la, atmsfera deuna ponzoa mortal. Y as el hombre respira el aire infectado, y queda anonadadoy muere. Pero cuando el animal es visto primero por el hombre, si ste deseamatar al basilisco se provee de espejos, y al verse el animal en el espejo lanza suveneno al reflejo, pero el veneno rebota y el animal muere. Pero no parece claro porqu el hombre que as mata al basilisco no muere a su vez, y slo podemos llegar ala conclusin de que ello se debe a, alguna razn que an no se entiende conclaridad.

    Hasta ahora expusimos nuestras opiniones sin prejuicio ninguno, nos abstuvimosde todo juicio apresurado o irreflexivo, y no nos desviamos de las enseanzas yescritos de los santos. Llegamos, pues, a la conclusin, de que la verdad catlicaes la de que, para provocar esos males que constituyen el tema de la discusin, lasbrujas y el demonio siempre trabajan juntos, y en lo que se refiere a estosaspectos, las unas nada pueden hacer sin la ayuda y colaboracin del otro.

    Ya hemos tratado acerca de esa fascinacin. Y ahora, con referencia. al segundopunto, a saber, el de que la sangre fluye de un cadver en presencia del asesino.Segn Speculum naturale de Vincent de Beauvais, cap. 13, la herida, por decirloas, resulta influido por la, mente del asesino, y recibe cierta atmsfera

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    impregnada por la violencia, y el odio de ste, y cuando l se acerca,. la sangre seacumula, y brota del cadver. Pues parecera que esa atmsfera, que fue causaday por as decirlo penetr en la herida debido al asesino, ante la presencia de stese perturba y conmueve en gran medida, y a consecuencia de ese movimiento salela sangre del cuerpo muerto, guay quienes declaran que ello se debe a otrascausas, y dicen que ese manar de la sangre es la voz de sta que grita desde la,tierra contra el asesino que se encuentra presente, y que ello es consecuencia dela maldicin pronunciada contra el primer asesino, Can. Y con respecto al horrorque siente una persona cuando pasa cerca del cadver de un hombre asesinado,aunque no conozca, en manera alguna la proximidad de un cuerpo muerto, elhorror es psquico, infecta el ambiente y trasmite a la mente un estremecimientode temor. Pero advirtase que todas estas explicaciones no afectan en maneraalguna la verdad del mal provocado por las brujas, ya que son todas muynaturales y surgen de causas naturales.

    En tercer lugar, como ya dijimos ms arriba, las operaciones y ritos de las brujasse ubican en la segunda categora de las supersticiones, llamada Adivinacin; y dela adivinacin existen tres especies, pero el argumento no rige con respecto a latercera, que corresponde a una especie distinta, pues la brujera no es slo unaadivinacin cualquiera, sino que es la adivinacin cuyas operaciones se ejecutanmediante invocaciones expresas y explcitas del demonio; y ello puede hacerse demuchas maneras, como por ejemplo por Nigromancia, Geomancia, Hidromancia,etctera.

    De donde esta adivinacin, que usan cuando efectan sus hechizos, debe serjuzgada como el colmo de la perversidad criminal, aunque algunos intentaronconsiderarla desde otro punto de vista. Y argumentan que como no conocemos lospoderes ocultos de la naturaleza, puede ser que las brujas empleen o traten deemplear esos poderes ocultos; por supuesto, que si utilizaran los poderesnaturales de las cosas naturales para producir un efecto natural, ello sera muycorrecto, como resulta en exceso evidente. O supongamos inclusive que si enforma supersticiosa emplean cosas naturales, como por ejemplo mediante laescritura de ciertos caracteres o nombres desconocidos de algunos, y que luegousan esas runas para restablecer la salud de una persona, o para engendrar unaamistad, o con alguna finalidad til, y en manera alguna para hacer daos operjuicios, digo que es preciso admitir que en tales casos no hay invocacinexpresa de los demonios; ello no obstante, no es posible que esos hechizos se usensin una invocacin tcita, por lo cual debe considerarse que esos encantamientosson totalmente ilegales.Y porque estos y muchos otros encantamientos parecidos puedan ubicarse en latercera categora de las supersticiones, es decir, en la ociosa y vana observacindel tiempo y las estaciones, ello no es en manera alguna un argumento pertinenteen cuanto a la hereja de las brujas. Pero de esta categora, de la observacin deltiempo y las estaciones, hay cuatro especies diferentes. Un hombre puede usar lasobservaciones para adquirir ciertos conocimientos; o de esa manera tratar deinformarse respecto de los das y cosas castos y nefastos; o emplear palabras yoraciones sagradas como un encantamiento, sin relacin con su significado; oquerer y desear provocar algn cambio benfico en un cuerpo. Todo esto lo tratcon amplitud Santo Toms en el interrogante en que pregunta si esasobservaciones son legales, en especial cuando se trata de producir un cambiobenfico en un cuerpo, a saber, el restablecimiento de la salud de una persona.

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    Pero cuando las brujas observan el tiempo y las estaciones, debe entenderse quesus prcticas corresponden al segundo tipo de supersticin, y por lo tanto, en loque a ellas se refiere, las preguntas referentes a esa tercera clase son en todosentido ajenas al asunto.

    Pasamos ahora a una cuarta proposicin, en la medida en que de lasobservaciones del tipo de las que hemos analizado se suelen hacer ciertosdiagramas e imgenes, pero son de dos clases distintas, que difieren por enteroentre s, y son las astronmicas y las nigromnticas. Ahora bien, en la nigromanciahay siempre una expresa y especial invocacin de los demonios, pues esa arteimplica que hubo con ellos un pacto y contrato expresos. Por lo tanto,consideremos slo la astrologa. En sta no hay pacto, y en consecuencia, tampocoinvocacin, salvo que por casualidad exista cierto tipo de invocacin tcita, pueslas figuras de los demonios y sus nombres aparecen a veces en diagramasastrolgicos. Y una vez ms, los signos nigromnticos se escriben bajo lainfluencia de determinados astros, para contrarrestar la influencia y oposicionesde otros cuerpos celestes, y se los inscribe, pues los signos y caracteres de esaciase se encuentran a menudo grabados en anillos, joyas o algn otro metalprecioso, pero los signos mgicos se graban sin referencia alguna a la influenciade los astros, y con frecuencia en cualquier sustancia, ms aun, inclusive ensustancias srdidas y viles, que, cuando se las entierra en ciertos lugares,provocan daos y per juicio y enfermedad. Pero estamos analizando los diagramasque se trazan con referencia a los astros. Y estos diagramas e imgenesnigromnticos no tienen relacin ninguna con los cuerpos celestes. Por lo tanto,su consideracin no tiene que ver con este estudio.Ms aun, muchas de estas imgenes que se hicieron con ritos supersticiosos notienen eficacia, es decir, en lo que se refiere a su fabricacin, aunque es posibleque el material del cual estn compuestas posea determinado poder, si bien ellono se debe al hecho de que hayan sido fabricadas bajo da. influencia de ciertosastros. Pero muchos afirman que de todos modos es ilegal utilizar inclusiveimgenes como esas. Pero las imgenes creadas por las brujas no poseen poderesnaturales, ni los tiene el material del cual estn formadas; mas modelan esasimgenes por orden del demonio, para que al hacerlo puedan, por decirlo as,burlarse de la obra del Creador, y provocar Su clera, de modo que, en castigo delas fechoras de ellas, 1 permita que muchas plagas caigan sobre la tierra. Paraaumentar su culpa, se complacen en modelar tales imgenes en las estacionesms solemnes del ao.

    Con respecto al quinto punto, San Gregorio habla del poder de la gracia y no delde la naturaleza. Y puesto que, como dice San Juan, nacemos de Dios, qu deextrao, entonces, que los hijos de Dios gocen de poderes extraordinarios.

    Respecto del ltimo punto diremos que una simple semejanza est fuera delasunto, porque la influencia de la propia mente sobre el propio cuerpo es distintade su influencia sobre otro cuerpo. Porque, dado que la mente se encuentra unidaal cuerpo como si ste fuese la forma material de aqulla,, y las emociones son unacto del cuerpo, pero separado, las emociones pueden ser modificadas por lainfluencia de la mente, siempre que exista algn cambio corporal, calor o fro, oalguna alteracin, inclusive la muerte misma. Pero para cambiar el cuerpo nobasta un acto de la mente en s mismo, salvo que pueda haber algn resultadofsico que modifique el cuerpo. De ah que las brujas, sin ejercicio de un poder

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    natural, sino slo con la ayuda del diablo, pueden provocar efectos dainos. Y losdemonios mismos pueden hacerlo slo mediante la utilizacin de objetosmateriales como instrumentos, tales como huesos, pelo, madera, hierro y todaclase de objetos de ese tipo, respecto de cuya accin trataremos ms en detalle enotro puntoY ahora con respecto ad tenor de la Bula de nuestro Santsimo Padre el Papa,analizaremos el origen de las brujas, y cmo es que en aos recientes sus obras sehan multiplicado tanto entre nosotros. Y debe tenerse en cuenta que para que asocurra, tienen que coincidir tres cosas: el demonio, la bruja y el permiso de Dios,quien tolera, que tales cosas existan. Pues San Agustn dice que la abominacinde la brujera surgi de la pestfera vinculacin del gnero humano con el diablo.Por lo tanto es claro que el origen y aumento de esa hereja nacen de esa pestferavinculacin, hecho que muchos autores confirman.

    Debemos observar en especial que esta hereja, la brujera, no slo difiere de todaslas otras en. el sentido de que no slo por un pacto tcito, sino por uno definido yexpresado con exactitud, blasfema del Creador y se esfuerza al mximo porprofanarlo y por daar a Sus criaturas, pues todas las dems herejas simples nohan hecho un pacto abierto con el demonio, es decir, ningn pacto tcito oexpreso, aunque sus errores e incredulidades deben atribuirse en forma directa alPadre de los errores y las mentiras. Ms aun, la brujera difiere de todas las demsartes perniciosas y misteriosas en el sentido de que, de todas las supersticiones,es la ms repugnante, la ms maligna, y la peor, por lo cual deriva su nombre dehacer el mal, y aun de blasfemar contra la fe verdadera. (Maleficae dictae, aMaleficiendo, seu a mate de fide sentiendo. )

    Sealemos, adems, en especial, que en la, prctica de este abominable mal hacenfalta en particular cuatro puntos. Primero, renunciar de la manera ms profana ala fe catlica, o por lo menos negar ciertos dogmas de la fe; segundo, dedicarse encuerpo y alma a todos los males; tercero, ofrecer a Satn nios no bautizados;cuarto, dedicarse a todo tipo de lujuria carnal con ncubos y scubos, y a todotipo de asquerosos deleites.

    Ojal pudiramos suponer que nada de esto es cierto, y todo puramenteimaginario, y que nuestra Santa Madre, la Iglesia, estuviera libre de la lepra de talabominacin. Ay, el juicio de la Sede Apostlica, nica Seora y Maestra de toda laverdad, ese juicio, digo, expresado en la Bula de nuestro Santo Padre el Papa, nosasegura y nos infunde la conciencia de que estos delitos y males florecen entrenosotros, y no nos atrevemos a abstenernos de nuestra investigacin de ellos, nosea que pongamos en peligro nuestra propia salvacin. Y por lo tanto debemosexaminar en detalle el origen y aumento de esas abominaciones; ha sido fruto demuchos trabajos, por cierto, pero confiamos en que cada uno de los detalles sersopesado con la mayor exactitud y cuidado por quienes lean este libro, pues aquno se encontrar nada contrario a la razn, nada que difiera de las palabras de lasEscrituras y de la tradicin de los Padres. Ahora bien, existen, por cierto, doscircunstancias muy comunes en la actualidad, a saber, la vinculacin de lasbrujas con familiares, ncubos y scubos, y el horrible sacrificio de niospequeos. Por lo tanto trataremos en especial estos asuntos, de modo que enprimer lugar analizaremos a esos mismos demonios, en segundo a las brujas y susactos, y en tercer trmino investigaremos por qu se tolera que existan esas cosas.Pues bien, esos demonios actan debido a su influencia sobre la mente del

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    hombre, y prefieren copular bajo la influencia de ciertos astros antes que bajo lade otros, pues parecera que en ciertas ocasiones su semen engendra y procreanios con ms facilidad. Por consiguiente, debemos estudiar por qu los demoniosactan en la conjuncin de determinados astros, y cules son esos momentos.

    Hay tres puntos principales que examinar. Primero, si estas abominables herejaspueden multiplicarse por el mundo gracias a, quienes se entregan a los incubas yscubos. Segundo, si sus acciones no tienen ciertos poderes extraordinarioscuando se ejecutan bajo la influencia de determinados astros. Tercero, si estaabominable hereja no la difunden quienes sacrifican nios a Satn de maneraprofana. Ms aun, cuando hayamos estudiado el segundo punto, y antes de pasaral tercero, consideraremos la influencia de los astros, y qu poder ejercen en actosde brujera.

    Con respecto al primer asunto, existen tres dificultades que deben aclararse.

    La primera es una consideracin general de esos demonios llamados ncubos.

    La segunda es ms especial, pues debemos interrogar "Cmo es posible que esosncubos ejecuten el acto humano de la copulacin?"

    La tercera tambin es especial. Cmo se unen las brujas a esos demonios ycopulan con ellos?

    PREGUNTA: Si los ncubos y los scubos pueden engendra nios.

    A primera vista podra parecer, en verdad, que no concuerda con la fe catlicaafirmar que los nios pueden ser engendrada por demonios, es decir, por ncubosy scubos: pues Dios mismo antes que el pecado llegase al mundo, instituy laprocreacin humana, pues cre a la mujer de la costilla del hombre para ser lacompaera del hambre: "Y a ellos les dijo Creced y multiplicaos", Gnesis, 1,28. YAdn, inspirado por Dios, dijo: "Sern dos en una sola carne", Gnesis, a, 24. Delmismo modo, luego que el pecado lleg al mundo, se le dijo a No: "Fructificad ymultiplicaos", Gnesis, ix, 1. Cristo confirm esa unin, tambin en la poca de lanueva ley: "No habis ledo que el que los hizo al principio, macho y hembra loshizo?" San Mateo, xix, 4. Por lo tanto, los hombres no pueden ser engendrados deninguna manera que no sea esa.

    Pero puede argumentarse que los demonios tienen su papel en esa gestacin, nocomo causa esencial, sino como causa secundaria y artificial, para que se ocupande entrometerse en el proceso de la copulacin y la concepcin normales, puesobtienen semen humano y ellos mismos lo trasladan.

    Objecin. El demonio puede ejecutar este acto en cada etapa de la vida, es decir,en el estado matrimonial o en otro que no sea ste. O puede ejecutarlo en un soloestado. Pero no puede cumplirlo en el primer estado, porque entonces el acto deldemonio sera ms poderoso que el de Dios, Quien instituy y confirm esesagrado estado, ya que se trata de un estado de continencia y matrimonio. Nipuede efectuarlo en cualquier otro estado, ya que jams leemos en las Escriturasque los nios pueden ser engendrados en un estado y no en otro.

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    Ms aun, engendrar un nio es un acto de un cuerpo vivo, pero los demonios nopueden dar vida a los cuerpos que adoptan, porque la vida, en trminos formales,slo procede del alma, y el acto de engendrar es el de los rganos fsicos queposeen vida corporal. Por lo tanto, los cuerpos que se adoptan de esa manera nopueden engendrar ni procrear.

    Pero puede decirse que esos demonios adoptan un cuerpo, no para infundirle vida,sino para conservar, por medio de ese cuerpo, el semen humano, y para pasar elsemen a otro cuerpo.

    Objecin. En la accin de los ngeles, sean ellos malos o buenos, nada hay desuperfluo e intil, lo mismo que nada de superfluo e intil hay en la naturaleza.Pero el demonio, por su poder natural, que es mucho mayor que cualquier poderfsico humano, puede ejecutar cualquier accin espiritual, y ejecutarla una y otravez, aunque no sea capaz de discernirla. Por lo tanto puede ejecutar esa accin,aunque el hombre no discierna cundo tiene que ver el demonio con ella. Porquetodas las cosas materiales y espirituales se encuentran en una escala inferior a lade las inteligencias puras y espirituales, pero los ngeles, sean buenos o malos,son inteligencias parea y espirituales. Por lo tanto pueden dominar lo que seencuentra por debajo de ellos. En consecuencia el demonio puede reunir y utilizara voluntad el semen humano que pertenece al cuerpo. Sin embargo, reunir elsemen humano de una persona y trasmitirlo a otra implica ciertas accioneslocales. Pero los demonios no pueden llevar cuerpos de un lugar a otro entrminos locales. Y este es el argumento que formulan. El alma es una puraesencia espiritual, lo mismo que el diablo; pero el alma no puede mover un cuerpode un lugar a otro, salvo que se trate del cuerpo en que mora y al cual da