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CONCEPCIÓN DE LA PEDAGOGÍA COMO INSTRUMENTO PARA EL DESARROLLO O LA ENAJENACIÓN
Pamela Adyani Vázquez Zenteno
“La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor. No puede temer el debate, el análisis de la realidad: no puede huir de la discusión creadora, bajo pena de ser una farsa”
Paulo Freire
En este ensayo trataré conceptos y teorías que han surgido en el transcurso de la historia
de la educación a partir de las últimas décadas, y como han sido fundamento para el
cambio utópico del sistema educativo.
Los elementos fundamentales de la Pedagogía Crítica son la participación, comunicación,
humanización, transformación, contextualización. Es preciso aclarar lo que H. Giroux
asume como contexto: “espacio geográfico donde el individuo realiza sus acciones;
también contempla las redes de significados –espacios culturales que incluyen elementos
históricos, religiosos, sicológicos, ideológicos, etc.– que reconocen y aceptan los sujetos
que comparten un mismo espacio físico”.1
Lo que un individuo interioriza a través del proceso de socialización depende del contexto
en el que éste está inmerso (familiar, social, cultural y educativo). Cada individuo
interactúa e interpreta de diferente manera la realidad en la que vive; esta interpretación
se basa en las representaciones internas que construye. Según sean estas
interpretaciones, así serán las actuaciones que realice; por ello, un individuo es más
competente en la medida en que sus representaciones internas favorecen una mejor
actuación sobre su vida.
Por otra parte está Paulo Freire cuya obra contiene las ideas nuevas y revolucionarias
que surgen en América Latina en los años 60’. Cuenta de su formación católica, desde el
ámbito del lenguaje libertario que proveniente de las corrientes progresistas del
catolicismo, que hacen surgir la teología de la liberación. Su filiación existencial cristiana
es explícita y, además, utiliza elementos de la dialéctica marxista que le entregan una 1. henry-giroux.blogspot.com/2009/05/pedagogia-critica.html
pauta de visión y comprensión de la historia. Las Teorías Críticas de la Educación
planteadas por Freire, intentan reconocer el modo de comprender el mundo, los
individuos y la relación entre ambos; ya que esto permite una contextualización de la
sociedad en que se está inserto para poder entender los contenidos e incorporarlos a la
vida. Es decir, la unificación de lo crítico más lo social, debe acentuar las ideas sobre el
cambio social y en lo particular, es decir el importante rol que juega la educación en la
reproducción y transformación de la sociedad. Los profesores y alumnos deben saber
cuáles son los valores, los intereses, los conceptos sociales que están inmersos en un
diseño curricular y este conocimiento debe orientar hacia los intereses posteriores, pero
no se puede imponer la crítica, pues esto iría en contra de sus supuestos, se debe
proporcionar las herramientas de reflexión crítica a los alumnos, para que ellos sean
capaces de conjeturar sus propias hipótesis sobre un tema específico, que provoque
comunicación y análisis.
De acuerdo al pensamiento de Paulo Freire, el oprimido no puede esperar que la
liberación le llegue por sí solo, si no que él tiene que ser partícipe de su propia liberación.
Los oprimidos deben liberarse primero a sí mismos y luego de esto liberar a los opresores,
el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será lo suficientemente fuerte para
liberar a ambos.
La consecuencia de la opresión, y afecta a los oprimidos y a quienes oprimen. El oprimido
quiere del el opresor, llevándolo a una gran contradicción porque el oprimido está en
contra del opresor, por eso Freire le propone al oprimido buscar una forma de liberación
tanto para él como para el opresor, logrando que nazca un hombre nuevo y liberador.
El educador entrega una cierta cantidad de contenidos al educando lo cual se tiene que
memorizar y trabajar con ellos, lo único que deben hacer los educandos es aprender todo
este conocimiento entregado por el educador sin reclamar ni dar opiniones solo debe ser
un mero receptor de lo entregado. Esto lo podemos ver en la educación de hoy en día en
México, solo entrega de información sin intercambiar pensamientos con el educando,
aunque igual las cosas están cambiando gracias a que se está tratando de implementar el
constructivismo en el aula.
Con la educación problematizadora se ve el dialogó entre educador y educando, logrando
ambos intercambiar sus conocimientos, con esto se logra una educación liberadora
porque se logra que el educando logre reflexionar por si mismo y no solo se mantenga con
las mismas ideas del educador, se logra que cree sus propios pensamientos. Con esto
lograra no ser solamente pasivo y lograra la liberación del oprimido y del opresor que es lo
que busca Freire.
El dialogo es un fenómeno humano por el cual se nos entrega la palabra. Con esto
podemos decir que decir la palabra verdadera será transformar el mundo. El dialogo nos
permite traspasar nuestros conocimientos y que nos traspasen nuevos conocimientos y
lograr la reflexión de distintos puntos. No podemos dejar de recordar que para Freire, la
palabra tiene dos fases constitutivas indisolubles: acción y reflexión. Ambas en relación
dialéctica establecen la praxis del proceso transformador. La reflexión sin acción, se
reduce al verbalismo estéril y la acción sin reflexión es activismo. La palabra verdadera es
la praxis, porque los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo, transformarlo
y liberarlo.
Para Freire la etapa de alfabetización tiene todos los elementos necesarios para poder
lograr por fin la liberación. Podemos entender la alfabetización como la conquista que
hace el hombre de su palabra, lo que ciertamente conlleva la conciencia del derecho de
decir la palabra.
Por otra parte algunos años atrás, tenemos a Sáenz, un ardiente defensor de la soberanía
mexicana, pero el núcleo de su nacionalismo implicaba el problema de la integración
social. La reafirmación de los derechos de la nación ante las empresas internacionales
tenía como objetivo último el desarrollo interno de México, porque esta reafirmación
permitiría a los mexicanos utilizar sus recursos, tanto físicos como humanos, según les
conviniera. Como educador y estudioso de la sociedad vio que el problema más grande al
que México se enfrentaba era la ausencia de unicidad social; específicamente el
aislamiento de los indígenas en un medio rural, del resto de la población.
En las condiciones de desigualdad y opresión a las que nos ha conducido la civilización
moderna, Rousseau no se plantea directamente cómo podríamos reconquistar la libertad;
incluso a veces parece más bien pensar que el proceso sea irreversible -pueblos libres, se
puede adquirir la libertad; pero no se la recupera jamás- aunque no por ello habrá que
cesar nunca de hacer propuestas concretas para salvar la dignidad humana, es decir, la
libertad, en una civilización de la que tampoco el escapar parece ser remedio, puesto que
se paga un precio altísimo. De lo que sí está seguro -y hacerlo patente es la intención
fundamental del Contrato social es de que la democracia, en la que se reconcilian la
libertad y la igualdad, ambas constitutivas de lo humano, es la única forma de gobierno
propia de hombres libres e iguales.
Dos son, por tanto, los fines de la educación: uno, que podríamos llamar privado, que
consiste en ayudar al educando a que permanezca fiel a su propia naturaleza, lo que
supone un esfuerzo por naturalizar la convivencia social, al contribuir a que cada cual se
haga a sí mismo, en comunicación abierta con los demás, pero con fidelidad a su propia
"naturaleza". Este vivir en paz consigo mismo y con los demás, que constituye el fin de la
educación, se traduce en lo que conviene llamar, con Rousseau, felicidad. Digámoslo sin
tapujos: gozar, ser feliz, es el fin último de la educación.
Una segunda finalidad, que llamaremos pública, consiste en prepararse para ocupar
consciente y responsablemente el puesto que nos corresponda en la sociedad y en el
Estado, El fin individual de ser feliz y el público de cumplir con nuestros deberes de
ciudadano en realidad se complementan, hasta el punto de que el ideal sería una
educación, como la espartana, en que ambos fines se confundieran, pero, es uno que en
nuestras sociedades privatizadas no tiene ya la menor posibilidad. El valedor de la
democracia y de la enseñanza pública, consciente de los condicionamientos que impone el
tipo de civilización que ha cuajado, escribe un tratado de la educación individualizada. La
educación para la libertad tiene en la democracia el horizonte que le es preciso.
Tenemos por otra parte la Escuela para la Emancipación une el proceso científico del
aprendizaje-desarrollo al de TEORÍA-PRÁCTICA. Sostiene la unidad dialéctica “Actividad-
Conciencia” (Leontiev)2, el desarrollo del conocimiento ligado a la actividad social, la
conciencia ligada con la práctica social. Entonces, depende de la actividad que realice el
ser humano el desarrollo de su conciencia, y está a un nivel elevado “la convicción”, la cual
le hará luchar contra la injusticia y la inequidad.
Así, el maestro rompe con el estereotipo creado por la escuela tradicional, rígido,
imponente, autoritario, sabelotodo; cambiándolo por el de guía, acompañante, mediador,
quien tiene la obligación de prepararse más, porque guiar es más complejo que dictar;
debe ser diseñador del proyecto de vida de sus estudiantes, no un simple reproductor de
un currículo o listado de contenidos o la famosa “malla curricular”, amigo en lugar de
represor, líder en su aula, en la institución, en la comunidad y en la vida política nacional.
El niño, el joven, el profesional, no es más considerado un saco vacío que hay que llenar, o
un libro en blanco donde hay que escribir; es protagonista de su desarrollo pero en
colectivo, aprende a actuar en equipo, en conjunto, desarrolla la creatividad y la iniciativa
en relación y respeto a los demás; aprende solidaridad, aprende que siendo más somos
más fuertes, rescata su esencia individual con relación a los demás, transforma su
entorno, influye en sus semejantes y al mismo tiempo se transforma a sí mismo.
Freire sustenta una pedagogía en la que el individuo aprenda a cultivarse a través de
situaciones de la vida cotidiana que él vive, misma que aporta experiencias útiles para
generar situaciones de aprendizaje.
No se trata de una pedagogía para el oprimido, por el contrario, de él; el sujeto debe
construir su realidad a través de las circunstancias que generan el devenir cotidiano. Los
textos que el individuo construye le permiten reflexionar y analizar el mundo en que vive,
pero no para adaptarse a él, sino para reformarlo.
2. www.voltairenet.org/article159243.html
El método de aprendizaje de Paulo Freire no es simplemente de reproducir las palabras ya
existentes, sino que éstas se crean y le permiten hacer conciencia de la realidad para
luchar por su emancipación, puesto que algunos adquieren una conciencia ingenua en la
que se dan cuenta de su situación, sin embargo no se esfuerzan por modificarla, se sitúan
en una actitud conformista al considerarla como algo normal, incluso suelen adherirse a
ella. Otros individuos construyen su realidad y se liberan de la opresión pero
extrañamente se convierten en el polo contra el que luchaban.
El individuo que reflexiona se va formando a sí mismo en su interior y crea su conciencia
de lucha por transformar la realidad y liberarse de la opresión que lo ha insertado la
pedagogía que tradicionalmente hemos considerado, de la misma manera, cuando se
adquiere una forma nueva de pensar, su concepción del status social que guarda
contribuye a modificarlo, pero no es necesariamente una concepción materialista sino
cognitiva, cuya trascendencia se manifiesta en la liberación de la opresión que se
encuentra en el interior de la conciencia del individuo justificando su presencia. Freire
trata de que el individuo a través del aprendizaje sistemático además aprenda a luchar por
la superación y la crítica constructiva.
La propuesta de Freire implica dos momentos distintos de manera progresiva: la primera
se refiere a tomar conciencia de la realidad que el individuo vive, como ser oprimido
sujeto a las determinaciones que los opresores imponen; la segunda, es la iniciativa de los
oprimidos para luchar y liberarse frente a los opresores, es decir, él no considera que la
situación vivida se quede en la simple toma de conciencia de la realidad, por el contrario
el individuo tiene la necesidad de combatir contra ese status que lo priva. La empresa del
oprimido se sintetiza a través del aprendizaje que la escuela realmente debe darle no
como una adaptación a su contexto, mismo que le imponen los opresores.
En las relaciones que se establecen, lo oprimidos aparecen como los generadores de la
violencia, aun cuando su condición y después de los momentos que anteriormente se
contaron lo inciten a modificar su status, sin embargo, ante los ojos de los opresores, esa
lucha se exalta como violencia innecesaria, sueños utópicos y no como las ideas de un
revolucionario el cual se reconoce por el compromiso ideológico que establece con sus
iguales y no por las acciones que ejecuta, puesto que la realidad del oprimido no es
voluntad de Dios, puesto que Él no es culpable de la situación opresora, sin embargo ante
la sociedad sin conciencia se presenta como algo normal. Estas circunstancias en
ocasiones provocan una violencia equivocada entre los oprimidos como un intento de
independencia.
Por otra parte, los opresores acusan a sus adversarios de ser unos viciosos, desobligados,
irresponsables y culpables de su propia situación, por el contrario se debe a que se
encuentran oprimidos y ello los conduce a tal situación cuya causa principal es la
explotación de que son objeto. La situación se agudiza más cuando aceptan la realidad y
se adaptan a ella sin cuestionarlo, mejor aún, modificarla; esta circunstancia genera en
ellos una dependencia emocional que parece obligatoria, por ello, es necesario que los
individuos se reconozcan a sí mismos para que emprendan la lucha hacia su liberación
irremediable.
Una característica actual de la educación es la narración y memorización excesiva que se
presentan en las aulas, pero no se analiza la esencia de ello, por ejemplo: 1945 marca el
fin de la Segunda Guerra Mundial, pero se desconoce cómo este hecho influyó en nuestras
vidas y las relaciones que establecemos en lo cotidiano, por el contrario, simplemente se
retiene la fecha. Esta situación, Freire la concibe como si los alumnos fueran unos
recipientes en los cuales se depositan los conocimientos, así, el maestro es un depositario
y los conocimientos son los depósitos que realiza cotidianamente. La concepción bancaria
de la educación pretende transformar la mente de los individuos para que se adapten
mejor a las situaciones reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. Cuando más
pasivos sean, proporcionalmente se adaptarán, por lo tanto, se disminuye su creatividad,
estimulan la inocencia, lo cual crea las condiciones para que los opresores surjan como
sujetos generosos.
Cuando el individuo no lucha por sus intereses y su emancipación cultural y social, parece
como si hubiera perdido el amor por la vida, tal necrofilia es la situación que ha
predominado reiterado con la educación que se imparte en las escuelas, sin embargo la
pedagogía que propone Freire es opuesta a lo anterior, sugiere que el individuo adquiera
la biofilia a través del cultivo del ser, estando con el mundo y no en el mundo, lo cual se
alcanza a través de la liberación, para ello se requiere que la educación deje de ser
alienante y mecanicista.
La educación liberadora en el individuo tiene que ser un acto cognitivo en el que se
comprenda y analice el contenido, superando la división existente entre el maestro y el
alumno; dejar de lado la relación unidireccional para que la bidireccionalidad contribuya a
la educación integral de ambos, puesto que los dos tienen elementos que aportar para la
enseñanza, de lo contrario si se pierde el sentido axiológico mutuo, sólo se convierte en
un acto memorístico específico. El papel del educador reside en la problematización del
mundo próximo al oprimido, crear las condiciones apropiadas para que el aprendizaje
desarrolle nuevas expectativas avanzando más allá de la “doxa” hasta alcanzar el nivel de
“logos” a fin de alcanzar un carácter auténticamente reflexivo y descubrir su propia
realidad, provocando nuevos desafíos hacia la autoconstrucción del mundo en que tengan
participación real y directa sobre las acciones que emprenden. Lo anterior requiere de
problematizar al propio hombre sin influir en su aprendizaje a través de experiencias
artificiales.
La realidad actual que rodea al hombre no le permite entenderla y transformarla porque
la educación es simplemente para adaptarlo, sin embargo la idea es que pueda aplicar la
segunda categoría.
Para alcanzar tal objetivo es necesario la dialogicidad que se establezca entre el maestro y
alumno, puesto que el hombre no se hace en el silencio, sino en la palabra, la acción y la
reflexión, ante ello se destaca el uso del diálogo como elemento de aprendizaje.
El diálogo que se establece entre los dos sujetos contribuye a aumentar el amor recíproco,
mismo que no puede ser semejante con la cobardía, por el contrario es un acto de
valentía, sin embargo no se trata de una acción ingenua, sino que el amor impulsa entre
los hombres el diálogo.
Algunas personas que se sienten líderes y acuden a las masas para establecer diálogos con
ellos, sin embargo no manifiestan los intereses del pueblo sino los suyos, por lo tanto sólo
los adaptan a nueva forma de vida sin que se atienda a sus demandas históricas, sería caer
relativamente en el pensamiento ingenuo que se adapta a las condiciones sin que se
construya una distinta y apropiada que es lo que demanda el pensamiento crítico; donde
se construyan espacios que ofrezcan las oportunidades de superación y liberación a través
de la actuación cognitivo.
Es importante establecer diálogo con el pueblo, pero ello implica emplear un lenguaje
similar al de las costumbres del individuo para que exista esta interacción es necesario
integrarse a la vida del hombre, investigar su lenguaje, su actividad y pensamiento;
posteriormente, a través de la educación problematizadora estos elementos se conjugan
para generar conocimiento, puesto que los temas de aprendizaje no es necesario acudir a
otros espacios ajenos para encontrarlos, éstos se encuentran en la realidad que rodea al
individuo, sólo que están envueltos por las "situaciones límite" que los opresores generan,
pero se pueden desaparecer por medio de la educación que el maestro problematizador
propicie, partiendo de lo general hacia lo particular.
Cuando se desea investigar el tema generador, debemos acudir hasta el lugar donde se
encuentran los individuos que pretendemos liberar e investigar el pensamiento de ellos
para no descontextualizar su trabajo, por el contrario se trata que la enseñanza se dé
entre su propia realidad para evitar que sea un acto mecánico, es decir la superación y
liberación del hombre no se logra con el consumir las ideas que abundan entre los
hombres, más bien se trata de que el individuo las construya y sobre todo que las
transforme a través de la práctica y la comunicación horizontal.
La investigación del tema generador implica dos etapas distintas en las que se involucra el
individuo: la primera se refiere a acudir hasta el lugar de los hechos para conocer cuál es
la forma de pensar de los oprimidos y la segunda es aplicar el pensamiento en el
aprendizaje sistemático a través de la interacción grupal entre los mismos individuos, de
tal manera que la persona vaya adquiriendo conciencia de su realidad y la expresen
realmente, sin embargo el proceso no termina en este momento, Se trata de que el
individuo busque su conciencia máxima posible.
El opresor hace uso de la antidialogicidad para mantener su status quo a través de
diversos medios, por ello, es importante conquistar a los oprimidos con el diálogo
concreto repetidamente, convirtiéndose este acto en una acción necrofilia, incluso
algunos opresores hacen uso de otros instrumentos ideológicos para conseguir su
conquista.
Por otra parte, los opresores buscan evitar la unión dialógica con el mismo objetivo
anteriormente expuesto, en sus discursos implícitos advierten lo peligroso que podría ser
mantener la "paz social" cuando a los oprimidos se les habla de los conceptos de unión,
organización, entre otros. Entre sus actividades principales está el debilitarlo a través de la
alienación con la idea de que se dividan entre ellos y así mantener las cosas estables. Ante
sus adversarios aparecen como los únicos que pueden crear la armonía necesaria para
vivir, sin embargo ésta sirve para dividir; si algún individuo decide emprender una lucha
liberadora, es desacreditado, incluyéndolo en la "lista negra", evitando de esta manera la
realización, antecedente obligatorio para la liberación.
Otra característica de la antidialogicidad es la manipulación que a través de la ideología
busca conformar a las personas en base a sus objetivos propuestos; En ocasiones la
manipulación se da a través de pactos con la desventaja para los oprimidos. De la misma
forma se imponen modelos de vida burgueses que entre las masas populares encuentra
terreno fértil para lograr la manipulación oculta en los discursos; sin embargo la
organización como antídoto es algo absurdo.
Algunos líderes de izquierda acuden a las masas populares para exponer sus ideas, sin
embargo la mayoría de las veces su lucha se centra en lograr el poder; cuando se ha
logrado este objetivo, entonces se olvidan de las masas quienes lo apoyaron; otros
individuos denominados líderes, únicamente "coquetean" con ambas partes, sus acciones
son ambiguas y nefastas a las clases populares, puesto que sólo es un mediador entre la
supremacía y ellos, sin que logre realmente la liberación ansiada por los oprimidos.
Otra característica de la antidialogicidad es la invasión cultural de que son objeto los
oprimidos; éstos son sólo eso, objetos, mientras que los opresores son autores y actores
del proceso; es una táctica subliminal que se emplea para la dominación y que conduce a
la inautenticidad de los individuos, puesto a mayor grado de mimetización la tranquilidad
de los opresores aumenta proporcionalmente, por lo tanto entre las masas populares
ocurre una pérdida de valores, una transformación en su forma de hablar y se adhieren al
opresor irremediablemente.
Cuando hay la invasión cultural, las relaciones padre - hijo se modifican para beneficio de
los opresores quienes suponen que deben educar al pueblo, por el contrario éste debe
educarse en comunión; lo que parece más cruel aún es que cuando un individuo oprimido
intenta liberarse y lucha porque sus iguales lo hagan paralelamente se les clasifica
negativamente; para lo opresores parece imposible escuchar las inquietudes del pueblo
como si ellos no fueran capaces de pensar. Esta característica implica una visión
concéntrica de la realidad.
Contraponiéndose a lo que se expuso anteriormente, aparece la colaboración como una
forma de emancipación del pueblo, pero ésta no implica la existencia de un líder
mesiánico, sino a través de la comunión entre él y las masas quienes interactúan y se
comunican con el compromiso mutuo de luchar por la liberación, descubrir el mundo, no
adaptarse a él ofreciéndose confianza mutua de tal manera que se alcance una praxis
revolucionaria. Tal situación requiere de todos los participantes la humildad y el diálogo
constante.
Además de colaboración, se requiere de unión para realizar un esfuerzo común que
conduzca a la liberación, lo cual implica una forma de acción cultural que enseñe el qué y
cómo de la adherencia a la causa revolucionaria, pero sin caer en la ideologización, sino
descubrirse a sí mismo como lo que es realmente, una actividad humana, no una
cosificación exacerbada.
Además de la unión, la acción dialógica requiere de la organización para evitar el dirigismo
ideológico, por el contrario, es un elemento constitutivo de la acción revolucionaria,
misma que implica conexión entre la acción y la práctica, audacia, radicalizar, pero no
sectarizar y valentía de amar, todas estas acciones deben ser claras sin caer en la
ingenuidad. Obviamente para que esta acción se realice debe estar presente la disciplina,
orden, objetivos precisos, tareas que cumplir y cuentas que rendir antes sus semejantes,
de ninguna manera se trata de una actividad anárquica, sino el despertar para liberarse de
la opresión en que se encuentran.
La última característica de la acción dialógica es la síntesis cultural que se da
simultáneamente con la investigación temática, puesto que pretende superar las acciones
opuestas emprendidas por los opresores, es decir, va más allá de la inducción, por lo que
se trata de la fuerza de su propia cultura como un acto creador que los reivindica con otra
visión de mundo distinta a la que se les impone sin cuestionarla.
La neutralidad de la formación consiste en que debemos formar un ser relacional,
condicionando política y socialmente, ya que sería peligroso insertar la política en la
educación sin prepararlo con anterioridad, la política es una de las dimensiones más
importantes del ser humano, sin la política el hombre en un autómata, El sistema
educativo esta contagiado de una sociedad enferma que a reducido su democracia a una
mera representatividad, su cura es un proyecto social alternativo de una sociedad en
donde el orden económico en la solidaridad y participación del trabajador en los productos
del trabajo.3
Es decir no basta una reforma del sistema de enseñanza, se requiere todo un proyecto
alternativo para darle una esperanza a la educación, educar es por tanto socializar
preparar individuos para una sociedad concreta e ideológicamente definida, así pues
3. Gutiérrez, Francisco “Educación como Praxis Política” siglo XXI.
ideologizado el individuo se podrá insertar a la sociedad sin problema, la escuela es el
instrumento ideal para este fin, debemos educar dentro de la realidad social, ya que la
escuela se considera como una prolongación de la familia y no reducir la educación a un
idealismo de selectividad, igualdad de oportunidades y relaciones pedagógicas que solo
alejan al hombre de su realidad, económica y política y cultural, la selección por medio de
exámenes debe ser eliminada, no todos los fracasos escolares se deben a la falta de
conocimientos, con esto solo se le da paso a la discriminación por la desigualdad social, ya
que en nuestros días esta desigualdad no depende de la escolaridad sino de nuestras
estructuras económicas y la igualdad de oportunidades es una falacia una utopía, ya que
se ayuda a quien menos lo necesita, las relaciones educativas no deben violentarse pues
entorpecen el crecimiento como persona.
No puede haber un proyecto educativo posible cuando existe incompatibilidad estructural
entre los individuos por causa de antagonismo de intereses de clase de un hombre
oprimido.
No debemos formar moldes sino afianzar la libre expresión para formar personas creativas
que desarrollen conductas creativas, educar en la praxis, convierte la educación en mero
instrumento, la educación liberadora es la meta para alcanzar una educación EN y no para
la justicia, liberar al hombre de los estructura que políticamente le oprimen y le impiden
ser, educar EN la justicia y no para la justicia, es una manera de vivir y de estar en el
mando para involucrarse en una solución de los problemas.
La educación EN la esperanza, ya que se tiene la certeza de que todo es posible, el hombre
debe ser el eje central de proceso aquel que se crea sin límite para crear un hombre
nuevo y una sociedad.
Este trabajo me llevó a reflexionar y darme cuenta que nuestra educación en México le
falta mucho por mejorar, mucho por avanzar, para poder lograr de esta manera ser una
educación de calidad, pero ¿Qué se puede hacer para mejor esto? Lo que primero se debe
hacer es tener confianza en que esto sí se puede cambiar y no caer en un sistema en el
cual nos hace que todos trabajemos por igual y sobre todo tener animo en que nosotros
mismos como futuros docentes podemos cambiar esta realidad que se está viendo hoy en
día. Nosotros somos las nuevas generaciones de profesores que tenemos que realizar el
cambio, creer fehacientemente que es posible, sólo así se podrá llegar a buen puerto.
Hoy más que nunca debemos aliarnos estudiantes y educadores para concretizar la
educación en nuestro país, educando y exigiendo que se nos eduquen con libertad,
compromiso, participación, comunicación autogestión y creatividad con el único objetivo
de vivir en una sociedad más congruente con nuestra realidad política, económica y social.
Si queremos mejorar la educación tenemos que ampliar los criterios respecto a qué hacer,
qué dejar hacer, cuándo y cómo hacerlo, ser creativos bajo nuestras realidades, llevar a
cabo un proyecto como el que se plantea o mejorarlo si es posible, con creatividad, ya que
la experiencia como estudiantes y educadores nos dejan ver a todas luces que la
Pedagogía ha sido insuficiente para lograr que los estudiantes tengamos una educación
funcional que nos prepare para la sociedad en que vivimos, y que como consecuencia de
esta arbitrariedad tengamos que conformarnos con una educación vertical en donde las
autoridades (familia, escuela, educadores) nos dicen que hacer, como hacerlo y en qué
momento, lo que nos reduce la posibilidad de crear, criticar y hasta sugerir.
Educar y ser educados desde pequeños consientes de la sociedad en que vivimos, para
que no se contraponga nuestra ideología con la realidad social, no educar para la justicia
sino en justicia, no educar para la democracia sino en democracia, no educar para la
libertad sino en libertad, no educar para el trabajo sino en el trabajo, educar en la praxis.
Fuentes de información:
henry-giroux.blogspot.com/2009/05/pedagogia-critica.html www.buenastareas.com/ensayos/Teoria-Paulo-Freire/1178155.html biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/letras45-46/texto02/sec_7.html www.voltairenet.org/article159243.html html.rincondelvago.com/pedagogia-del-oprimido_paulo-freire.html www.buenastareas.com/ensayos/Educacion-Praxis-Politica/289294.html