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PROPUESTA FORMACIÓN PEDAGÓGICA: CIRCO SOCIAL: GÉNERO Y CIRCO Conclusiones taller de género Al ser el género una variable que nos atraviesa y construye nuestras identidades desde lo más obvio a lo más sutil, presenta una dificultad añadida para la resignificación y la construcción de nuevas formas de estar y relacionarse. Enfrentar los patrones convencionales de lo masculino y lo femenino, y de lo que es ser un hombre o una mujer, supone tener que repensar nuestras propias subjetividades y cuestionar nuestros propios comportamientos y deseos. De aquí se desprende lógicamente que el abordaje de dichas cuestiones genere resistencia, rechazo o incredulidad. Lo que en principio puede parecer superficial, es mucho más complejo y responde a una infinitud de rasgos, conductas y valores interiorizados de manera inconsciente. Integrar la perspectiva de género en la implementación de una metodología, en este caso la pedagogía a través del circo, demanda como condición necesaria e indispensable la autocrítica, la predisposición a cuestionarse, la empatía y la voluntad de búsqueda introspectiva, para impulsar así otras maneras de vivir, que resulten más inclusivas con la diversidad. Es decir, para cambiar el “afuera” debo cambiar el “adentro”. Estos canvios internos no son meros giros de perspectiva, sino que requieren un conocimiento más profundo y un análisis exhaustivo de todo lo aprehendido y reproducido. El camino del autoconocimiento y del autocuestionamiento, debe de realizarse desde el prisma de la oportunidad para evitar generar sentimientos de culpa o resistencia, que lo que hacen es detener el proceso de apertura. Para que esto sea así, es necesario que el espacio formativo sea un espacio seguro, cálido, respetuoso amable y de confianza. La formación Respecto a la formación cabe prestar atención a dos puntos especialmente relevantes que responden a presiones diferenciales: -El cuerpo La presión estética que actualmente sufren los cuerpos y el valor social que se le otorga a los mismos, nos lleva necesariamente a plantearnos qué tipo de valores transmitimos y como enfrentamos estas situaciones. El cuerpo femenino en esta ocasión es el cuerpo más fustigado y el que más transgrede la norma alejándose del estereotipo. En la disciplina circense concretamente, debemos prestar atención a ese proceso de cambio corporal, trabajando e incidiendo en una vivencia positiva del mismo. La masculinización del cuerpo de la mujer, resulta en numerosas ocasiones una experiencia desagradable, una bajada de autoestima y una vivencia dolorosa. Debemos prestar atención a ese proceso, generar espacios de seguridad en el mismo grupo, empoderar a las chicas y construir unas relaciones sanas entre los compañeros y las compañeras, convirtiendo el espacio formativo en un lugar inclusivo y respetuoso. -Los roles Como formadores que deseamos integrar la perspectiva de género en la formación circense, debemos fomentar el cuestionamiento de los roles convencionales y generar espacios más libres y creativos. En este punto cabe romper con las máscaras que nos impiden tener otras experiencias corporales y relacionales (la vergüenza, el miedo, la mirada del otro, lo que tengo que demostrar, la competencia, la aprobación social…),

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PROPUESTA FORMACIÓN PEDAGÓGICA: CIRCO SOCIAL: GÉNERO Y CIRCO

Conclusiones taller de género Al ser el género una variable que nos atraviesa y construye nuestras identidades desde lo más obvio a lo más sutil, presenta una dificultad añadida para la resignificación y la construcción de nuevas formas de estar y relacionarse. Enfrentar los patrones convencionales de lo masculino y lo femenino, y de lo que es ser un hombre o una mujer, supone tener que repensar nuestras propias subjetividades y cuestionar nuestros propios comportamientos y deseos. De aquí se desprende lógicamente que el abordaje de dichas cuestiones genere resistencia, rechazo o incredulidad. Lo que en principio puede parecer superficial, es mucho más complejo y responde a una infinitud de rasgos, conductas y valores interiorizados de manera inconsciente. Integrar la perspectiva de género en la implementación de una metodología, en este caso la pedagogía a través del circo, demanda como condición necesaria e indispensable la autocrítica, la predisposición a cuestionarse, la empatía y la voluntad de búsqueda introspectiva, para impulsar así otras maneras de vivir, que resulten más inclusivas con la diversidad. Es decir, para cambiar el “afuera” debo cambiar el “adentro”. Estos canvios internos no son meros giros de perspectiva, sino que requieren un conocimiento más profundo y un análisis exhaustivo de todo lo aprehendido y reproducido. El camino del autoconocimiento y del autocuestionamiento, debe de realizarse desde el prisma de la oportunidad para evitar generar sentimientos de culpa o resistencia, que lo que hacen es detener el proceso de apertura. Para que esto sea así, es necesario que el espacio formativo sea un espacio seguro, cálido, respetuoso amable y de confianza. La formación Respecto a la formación cabe prestar atención a dos puntos especialmente relevantes que responden a presiones diferenciales: -El cuerpo La presión estética que actualmente sufren los cuerpos y el valor social que se le otorga a los mismos, nos lleva necesariamente a plantearnos qué tipo de valores transmitimos y como enfrentamos estas situaciones. El cuerpo femenino en esta ocasión es el cuerpo más fustigado y el que más transgrede la norma alejándose del estereotipo. En la disciplina circense concretamente, debemos prestar atención a ese proceso de cambio corporal, trabajando e incidiendo en una vivencia positiva del mismo. La masculinización del cuerpo de la mujer, resulta en numerosas ocasiones una experiencia desagradable, una bajada de autoestima y una vivencia dolorosa. Debemos prestar atención a ese proceso, generar espacios de seguridad en el mismo grupo, empoderar a las chicas y construir unas relaciones sanas entre los compañeros y las compañeras, convirtiendo el espacio formativo en un lugar inclusivo y respetuoso. -Los roles Como formadores que deseamos integrar la perspectiva de género en la formación circense, debemos fomentar el cuestionamiento de los roles convencionales y generar espacios más libres y creativos. En este punto cabe romper con las máscaras que nos impiden tener otras experiencias corporales y relacionales (la vergüenza, el miedo, la mirada del otro, lo que tengo que demostrar, la competencia, la aprobación social…),

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y experimentar “los otros posibles”. Para que esta experiencia se efectúe de manera eficaz y no se convierta en un mero ejercicio de representación, la cohesión del grupo y la confianza, son indispensables. Recursos Resaltados estos dos aspectos, a través de diferentes dinámicas podemos abordar estos puntos de manera efectiva. Vamos a poner algunos ejemplos (aunque muchos ejercicios pueden ser adaptados de manera funcional): -Las máquinas. Ejercicio de teatro de lo oprimido que consiste en la selección de un movimiento cotidiano para repetirlo de manera automática, convirtiéndolo en mecanismo de engranaje de una máquina. Si pedimos que el movimiento elegido sea un movimiento perteneciente a nuestro género (femenino o masculino), obtendremos máquinas que reproducen visualmente los estereotipos de ambas categorías. Dando consignas podemos conseguir otros efectos también interesantes (acelerando el movimiento, ralentizándolo, exagerándolo, añadiendo un sonido…).Después de este ejercicio, es importante compartir las sensaciones vividas y sacar conclusiones colectivas. La segunda parte de este ejercicio, consiste en que cada quien elija un movimiento del género opuesto al asignado, y experimente y compare las diferentes sensaciones. -Los fantasmas en la cabeza. Se reparten hojas y lápices a todas las personas del grupo. Se les pide que piensen en dos presiones vividas(dos fantasmas) por el hecho de ser hombres y mujeres. (por ejemplo: eres un hombre así que no debes llorar y has de ser fuerte, eres una mujer y debes comportarte como una señorita y ser sensible). Nos colocamos en círculo y pedimos que las personas, una por una, se levanten y se coloquen de pie en medio del mismo. Sale una persona, comunica sus dos fantasmas elegidos, y acto seguido se le pide que mímicamente represente una escena de su vida cotidiana. Otras dos personas se levantan y cada una de ellas va a convertirse en uno de los fantasmas de la persona que está en escena y va a estar todo el tiempo ejerciendo presión sobre la misma, mientras ésta sigue con la escena cotidiana. El objetivo del ejercicio, es recrear la tensión que se experimenta cuando se espera una conducta determinada en cualquier circunstancia. El formador va a dar las consignas que considere adecuadas para alcanzar el objetivo de la dinámica (ahora estas en la escuela, en una fiesta, con tu padre, con tu pareja…). Tras la ejecución del ejercicio por parte de todos los participantes se procede a la reflexión conjunta y a la exposición de las sensaciones. -Rol-playing. Ésta dinámica básica, permite la representación de escenas cotidianas y el análisis de los roles que se reproducen. Ejemplos: ligar en una discoteca, ver una peli de miedo, jugar un partido de futbol, tomar decisiones en una asamblea, cambiar la rueda de un coche… El formador buscará situaciones donde sea evidente los comportamientos esperados para cada sexo. En la segunda parte del ejercicio, debemos intentar darle la vuelta a las situaciones e inventar formas creativas de romper con las convencionalidades. Estos son solo algunos ejemplos de ejercicios que pueden ayudarnos a trabajar la perspectiva dé genero con nuestro grupo. Existen muchos otros ejemplos así como la posibilidad de adaptar otras dinámicas que no sean necesariamente sobre género pero podemos hacer que lo sean. El teatro de lo oprimido se convierte así en una herramienta fantástica para trabajar estas cuestiones y resignificarlas des de una comprensión profunda y una empatía imprescindible.

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Los espectáculos El otro aspecto al que debemos prestar atención como formadores, es a la creación de espectáculos. Partimos de que el circo es cultura y de que la cultura genera significados, transmite valores, crea referentes y es una herramienta de cambio y transformación social. Desde este paradigma, es importante tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos en cuanto a lo que comunicamos. Así es que el artista tiene un compromiso consigo mismo y con la sociedad. Es de especial relevancia tener en cuenta este aspecto cuando queremos crear un número. Tenemos el poder de mostrar otras realidades posibles, de contar historias al margen de las convenciones sociales y culturales, de ser lo que queramos ser y de crear historias y personajes que rompan con los estigmas y las desigualdades. Potenciar la creatividad, ir más allá del binarismo de hombres y mujeres, experimentar otras carnalidades, expandir el deseo y la afectividad más allá de la heterosexualidad e imaginar otras realidades mucho más diversas, enriquecedoras y amplias. Resumiendo.... Como formadores en circo social y entendiendo el circo como herramienta pedagógica impulsora del cambio y la transformación, a favor de las libertades y en contra de los prejuicios y las desigualdades; la integración de la perspectiva de género es una condición necesaria en nuestro programa. Entendemos la complejidad de esta tarea y respetamos el proceso que conlleva de autoconocimiento, autoreflexión y predisposición personal para abordarla. Es también necesaria la colaboración, la cohesión y la confianza del grupo para poder alcanzar los objetivos marcados. Y por último y no menos importante, reconocemos el compromiso que tenemos que adquirir en tanto que artistas y transmisores de valores y significados. Además, no podemos olvidar que los grupos destinados a recibir la formación pueden ser grupos muy heterogeneos y diversos. Las diferencias culturales y los orígenes particulares de cada miembro del grupo, son un factor a tener en cuenta a la hora de plantear las cuestiones. Esta es una tarea muy compleja y el objetivo no debe ser nunca juzgar unas u otras culturas ni entrar en comparaciones condicionadas por nuestra propia perspectiva. Debemos tener claros los objetivos que queremos trabajar con el grupo y no olvidar que los puntos de partida y las variables contextuales modifican significativamente las realidades individuales. Además, podemos encontrarnos también con otro tipo de circunstancias, como en el caso de personas con diversidad funcional. Sea cual sea la situación que se dé en el grupo, si apostamos por la inclusión estamos tomando la decisión de apostar por la igualdad, respetando siempre las diferencias individuales, las cuales son la fuente de la diversidad .