Upload
hacong
View
216
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR.
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES.
“CLASES DE TESTAMENTOS”
TESIS
OLIVIA ANA LUCÍA FLORES NEGREROS
Carné. 10625-01
GUATEMALA, NOVIEMBRE 2011
CAMPUS CENTRAL.
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES.
“CLASES DE TESTAMENTOS”
TESIS
Presentada al Consejo de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad Rafael Landívar
Por:
OLIVIA ANA LUCIA FLORES NEGREROS
Al conferirle el grado académico de
LICENCIADA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES.
GUATEMALA, NOVIEMBRE 2011
CAMPUS CENTAL
AGRADECIMIENTOS.
A DIOS: Por ser el pilar fundamental en mi vida y que ha recalcado en mi “NON
FALLIT TE DEUS”.
A MIS PAPAS: Por todo su apoyo, motivación y amor, por ser el motor que mueve
mi vida y mi inspiración.
A MIS HERMANOS: Por apoyarme en todo en momento y darme ánimos siempre
y especialmente por creer en mí y amarme tanto.
A MI ESPOSO: Por su amor, apoyo y paciencia.
A MI FAMILIA Y AMIGOS: Que aunque no plasme el nombre de cada uno, les
agradezco todo su apoyo.
DEDICATORIA
Dedico la presente tesis, a Dios y a Virgen María, a mis papás, a mis hermanos, a
mi esposo y a mi familia.
Especialmente a mis papás, que me han apoyado en todo momento, me han
alentado a seguir adelante, han caminado conmigo siempre y porque son mi
modelo a seguir y mi tesoro más preciado.
Y a Lisseth, por ser una luchadora.
RESPONSABILIDAD
La autora es la única responsable del contenido, doctrinas y criterios sustentados
en la tesis
LISTADO DE ABREVIATURAS.
Art. Artículo
Arts. Artículos.
C.C. Código Civil.
Código Código Civil.
Código Procesal Civil y Mercantil. Jefe de Gobierno de la República de
Guatemala, Enrique Perarlta Azurdia.
Código Procesal Civil y Mercantil. Decreto-
Ley Número 107. 1963.
CGRCR. Asamblea Legislativa de la República de
Costa Rica, Código General de la
República de Costa Rica, 1841.
CPCYM Jefe de Gobierno de la República de
Guatemala, Enrique Peralta Azurdia.
Código Procesal Civil y Mercantil. Decreto-
Ley Número 107. 1963
Dto. Decreto.
No. Número.
Pág. Página.
Págs. Páginas.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.
CAPÍTULO 1.
ANTECEDENTES.......................................................................................1.
1.1 Clases de testamentos…………………………………………................2.
1.1.1. Doctrina……………………………………………………………………2.
1.1.2. Legislación comparada…………………………………………………..4.
1.2. Antecedentes………………………………………………………………..6.
1.2.1. Formas de testamentos en el Antiguo Derecho……………………….7.
1.2.1. a. Testamento in calatis comillis………………………………………...7.
1.2.1. b. Testamento in Procinclu……………………………………………....7.
1.2.1. c. Testamento per aes et libram…………………………………………8.
1.2.2. Formas de testamentos en el Derecho Pretorio……………………….9.
1.2.2. a. Testamento pretorio……………………………………………………9.
1.2.3. Formas de testamentos en el Derecho Imperial……………………....9.
1.2.3. a. Evolución de los testamentos hasta Justiniano…………………….9.
1.2.3. b. Los testamentos en tiempo de Justiniano……………………….…10.
CAPÍTULO 2.
TESTAMENTOS COMUNES…………………………………………………13.
2.1. Testamentos comunes…………………………………………………. 13.
2.1.1. Concepto ……………………………………………………………….. 13.
2.1.2. Generalidades……………………………………………………………13.
2.1.2. a. La unidad del acto……………………………………………………14.
2.1.2. b. La dación de fe……………………………………………………….15.
2.1.2. c. Testigos………………………………………………………………..16.
2.2. Clases de testamentos comunes……………………………………….. 18.
2.2.1. El testamento común abierto…………………………………………..18.
2.2.1. a. Antecedentes……………………………………………………….. 18.
2.2.1. b. Concepto………………………………………………………………19.
2.2.1. b. i. Doctrina………………………………………………………….… 19.
2.2.1. b. ii. Legislación comparada………………………………………….. 20.
2.2.1. c. Formalidades………………………………………………………….21.
2.2.2 El testamento común cerrado………………………………………….26.
2.2.2. a. Antecedentes………………………………………………………….26.
2.2.2. b. Concepto…………………………………………………………….. 27.
2.2.2. b. i. Doctrina………………………………………………………………25.
2.2.2. b. ii. Legislación comparada…………………………………………….28.
2.2.2. c. Capacidad y prohibiciones para otorgar
testamento común cerrado…………………………………………. 29.
2.2.2. d. Formalidades………………………………………………………… 30.
2.2.2. e. Formalidades posteriores: apertura del testamento cerrado…… 34.
2.3. Testamentos comunes ordinarios contemplados
en las legislaciones comparadas……………………………………….. 37.
2.3.1. Testamento ológrafo…………………………………………………… 37.
2.3.1. a. Antecedentes………………………………………………………… 37.
2.3.1. b. Concepto……………………………………………………………….38.
2.3.1. b. i. Doctrina………………………………………………………………38.
2.3.1. b. ii. Legislación comparada……………………………………………40.
2.3.1. c. Formalidades………………………………………………………… 40.
2.4. Testamentos comunes extraordinarios…………………………………. 45.
2.4.1Testamento común abierto del ciego…………………………………….46.
2.4.2. Testamento común del sordo………………………………………..….48.
2.4.3.Testamento del mudo…………………………………………...………. 49.
2.5. Formalidades posteriores a esta clase de Testamentos………….…. 50.
2.6. Testamentos comunes extraordinarios contemplados en las
legislaciones comparadas……………………………………………….…50.
2.6.1. Testamento del loco en estado de lucidez………………………….…51.
2.6.1. a. Doctrina………………………………………………………………...51.
2.6.1. b. Legislación comparada……………………………………………. 52.
2.6.2. Testamento en idioma extranjero………………………………………53.
2.6.2. a. Doctrina………………………………………………………………. .53.
2.6.2. b. Legislación comparada……………………………………………… 54.
2.6.3. Testamento en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia 54.
2.6.3. a. Doctrina…………………………………………………………………54.
2.6.3. b. Legislación comparada……………………………………………… 57.
2.6.4. Testamento público simplificado………………………………………. 57.
2.6.4. a. Doctrina…………………………………………………………………57.
2.6.4. b. Legislación comparada………………………………………………..58.
CAPÍTULO 3.
TESTAMENTOS ESPECIALES. ……………………………………………..59.
3.1. Testamentos especiales…………………………………………………..59.
3.1.1. Testamento militar……………………………………………………….60.
3.1.1. a. Antecedentes………………………………………………………....60.
3.1.1. b. Concepto………………………………………………………………61.
3.1.1. b. i. Doctrina………………………………………………………………61.
3.1.1. b. ii. Legislación comparada…………………………………………… 62.
3.1.1. c. Formalidades…………………………………………………………..63.
3.1.1. d. Formalidades posteriores…………………………………………… 66.
3.1.2. Testamento marítimo…………………………………………………… 67.
3.1.2. a. Antecedentes………………………………………………………….67.
3.1.2. b. Concepto………………………………………………………………68.
3.1.2. b. i. Doctrina………………………………………………………………68.
3.1.2. b. ii. Legislación comparada……………………………………………68.
3.1.2. c. Formalidades…………………………………………………………..68.
3.1.2. d. Formalidades posteriores…………………………………………… 72.
3.1.3. Testamento en lugar incomunicado……………………………………75.
3.1.3. a. Concepto……………………………………………………………… 75.
3.1.3. b. Formalidades…………………………………………………………..75.
3.1.3. c. Legislación comparada……………………………………………….76.
3.1.4. Testamento del preso……………………………………………………76.
3.1.4. a. Concepto……………………………………………………………….76.
3.1.4. b. Formalidades…………………………………………………………..76.
3.1.4. c. Legislación comparada……………………………………………….77.
3.1.5. Testamento otorgado en el extranjero………………………………..77.
3.1.5. a. Concepto……………………………………………………………….77.
3.1.5. b. Formalidades…………………………………………………………..77.
3.1.5. c. Legislación comparada…………………………………………….…80.
3.2. Otros testamentos especiales contemplados en la
legislación comparada…………………………………………………..…80.
3.2.1. Testamento privado…………………………………………………….. 80.
3.2.1. a. Doctrina………………………………………………………………...80.
3.2.1. b. Legislación comparada……………………………………………….81.
CAPÍTULO 4.
PRESENTACIÓN, ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS………..83.
4.1. Presentación………………………………………………………………..83.
4.2. Discusión y análisis de resultados ………………………………………85.
4.2.1. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo
de la regulación legal sobre generalidades del testamento
abierto, en los países de Centroamérica, México, Argentina
y España…......................................................................................85.
4.2.2. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo
de la regulación legal, sobre generalidades del testamento
cerrado, en los países de Centroamérica, México, Argentina y
España…………………………………………………………………….86.
4.2.3. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo
de la regulación legal, sobre generalidades del testamento ológrafo,
en los países de Centroamérica, México, Argentina y España……….88.
4.2.4. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo
de la regulación legal, sobre generalidades de los testamentos
comunes extra-ordinarios, en los países de Centroamérica,
México, Argentina y España……………………………………………89.
4.2.5. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo
de la regulación legal, sobre generalidades de los testamentos
especiales, en los países de Centroamérica, México, Argentina
y España……..………………………………………………………..…..93.
4.2.6. Discusión y análisis de los resultados de los cuadros compa-
rativos de la regulación legal de las diferentes clases de
testamentos reguladas en los países de Centroamérica, México,
Argentina y España……………………………………………………….97.
CONCLUSIONES......................................................................................99.
REFERENCIAS……………………………………………………………….101.
ANEXOS……………………………………………………………………….106.
RESUMEN
El presente trabajo de investigación fue elaborado dentro del contexto de
creación de Manuales de Derecho Civil, específicamente dentro de la parte que
compete al Derecho Sucesorio, que facilitan a los alumnos de la carrera de
Ciencias Jurídicas y Sociales, así como a los investigadores y demás interesados,
el estudio profundo de los distintos temas de esta rama del derecho.
Dentro del mismo se abarca lo relacionado a Las Clases de Testamentos,
desde sus antecedentes históricos, en el que se aprecia la evolución que han
sufrido los mismos, pero que en el fondo siguen los lineamientos que vienen
desde la Antigua Roma, contextualizando los mismos en ciertas épocas, en donde
se hacían necesarios algunos testamentos, por las condiciones históricas, los
cuales dan una pauta, para entender la naturaleza jurídica de cada uno de ellos, y
resaltar que las diversas clases de testamentos, han ido surgiendo a lo largo del
tiempo, según las necesidades de determinadas épocas y sociedades, se analiza
también su regulación legal, características, requisitos o formalidades para su
otorgamiento, dependiendo del testamento de que se trate; tanto en los
testamentos comunes ordinarios y extraordinarios, que trata el segundo capítulo,
como de los testamentos especiales, que trata el capítulo tercero.
Para finalizar se hace un análisis de las diversas legislaciones comparadas
al presente estudio, profundizando sobre las formalidades de fondo en cuanto al
otorgamiento de las distintas clases de testamentos.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación, es realizado dentro del contexto de un
proyecto de investigación de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad Rafael Landívar, específicamente en la elaboración de un Manual de
Derecho Civil. Dicho manual desarrolla el tema de Sucesiones, el que se ha
dividido en varias partes, cada una de las cuales se investiga en forma individual.
Esta parte del manual, que a la vez constituye el presente trabajo de tesis de
graduación, lleva por título “Clases de testamentos”, cuyo objetivo principal es
analizar el estudio de los diversos temas que comprende esta rama del derecho y
abarcar tanto en aspectos doctrinarios, como legales las distintas clases de
testamentos en el derecho sucesorio, con el objetivo de brindar un aporte en la
realización de dichos materiales de estudio, que sirva en el futuro a estudiantes
universitarios y a la sociedad en general.
Durante la vida de toda persona, se adquieren bienes, derechos y se contraen
obligaciones; sin embargo, es una realidad que toda persona llegará algún día al
momento de su deceso, por lo que la legislación previendo esta situación,
contempla la sucesión hereditaria, y dentro de ésta se regula la sucesión
testamentaria, que contempla las distintas clases de testamentos, los cuales
vienen a facilitar, tanto a las personas que disponen de última voluntad, como a
los que le suceden en los bienes, derechos y obligaciones que el causante deje al
momento de su fallecimiento.
Los testamentos han estado presentes en la vida del hombre desde hace mucho
tiempo, ya que la naturaleza humana llama a resguardar los bienes y derechos en
familiares; toda persona que tiene algún bien inmueble o mueble, derecho o
acreeduria, busca que estos no queden en persona ajenas familiarmente o
sentimentalmente después de su fallecimiento; por lo cual han surgido varias
formas de poder testar, es decir, disponer de los bienes, derechos y obligaciones
para después de la muerte.
Las distintas modalidades de testamentos, han surgido en vista de las
necesidades sociales en determinadas épocas, buscando la manera de que esté
al alcance de todas las personas poder otorgar testamento, previendo para ello las
situaciones en que se puedan encontrar las personas atendiendo a sus facultades
físicas o limitaciones de las mismas, así como en la situación en que se
encuentren.
A su vez, todas las clases o formas de testamentos, deben presentar para quien lo
otorgue seguridad de que lo dispuesto por él será cumplido, por lo cual es
necesario que cada forma este revestida de distintas formalidades o requisitos
esenciales para dar cumplimiento a lo dispuesto por el testador, así como para
que el testamento sea válido, ya que producido el suceso del fallecimiento el
testamento otorgado no puede ser objeto de aclaración o modificación alguna.
En este orden de ideas, la pregunta de investigación es la siguiente: ¿Qué
modalidades de testamentos se regulan en las legislaciones?, ante éste
cuestionamiento, el presente trabajo de tesis tiene como objetivo general,
establecer qué modalidades de testamentos se regulan en las legislaciones,
específicamente en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.
La presente investigación se conforma por un análisis comparativo entre la
legislación de Guatemala y los países de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa
Rica, Argentina, México y España. Los aspectos comparados fueron las clases de
testamentos regulados en las legislaciones analizadas, con el propósito de
establecer las similitudes y diferencias entre un país y otro, ya que el avance y la
experiencia internacional deben tomarse como punto de partida para mejorar la
legislación guatemalteca.
Las clases de testamentos, en el derecho sucesorio se encuentran reguladas en
el Código Civil, Decreto Ley Número 106, que da los lineamientos bases de los
mismos y que son complementadas básicamente por el Código de Notariado
Decreto Número 314, del Congreso de la República de Guatemala, en cuanto a
los requisitos, que deben contener los instrumentos jurídicos, que le dan forma a
las disposiciones testamentarias. Cada país analizado cuenta con normativa
propia, que regula en general, los mismos aspectos que la legislación
guatemalteca, con una serie de similitudes y diferencias.
En el presente trabajo de graduación, específicamente en el capítulo 1, se efectúa
una introducción a las clases de testamentos, y los antecedentes históricos que se
encuentran en el transcurso del tiempo.
El capítulo 2, se refiere a los Testamentos comunes ordinarios y extraordinarios,
regulados por las legislaciones que se comparan al presente estudio, dando las
generalidades de los mismos, los conceptos doctrinales y legales de cada uno de
ellos, así como las formalidades o requisitos que deben cumplir para su valido
otorgamiento.
En el capítulo 3, se presenta lo referente a los testamentos especiales, regulados
de igual manera por las legislaciones comparadas al presente estudio, indicando
sus conceptos doctrinales y legales, así como las generalidades en cuanto a su
otorgamiento.
El capítulo 4, consiste en la presentación, análisis y discusión de resultados; en
éste se presenta un análisis profundo de cada legislación estudiada y se realiza
una comparación entre cada una de ellas, tomando como base la legislación
guatemalteca y se exhiben las circunstancias más relevantes de cada legislación.
Para efectuar la investigación, se recurrió a diversas bibliotecas, con el fin de
obtener la información bibliográfica necesaria para la elaboración de un trabajo de
tesis eficaz y confiable, encontrando gran cantidad de material bibliográfico sobre
las legislaciones españolas y argentinas, muy poca cantidad en las legislaciones
mexicanas y guatemaltecas, y nada sobre las demás legislaciones comparadas.
Las unidades de análisis se integran por el Código Civil, Decreto Ley Número
106, Código de Notariado Decreto Número 314, del Congreso de la República
(Guatemala), Código Civil, Decreto Legislativo número 7, de El Salvador, año
1859, (El Salvador), Código Civil de Honduras, año 1906 (Honduras), Código Civil
de la República de Nicaragua, año 1904. (Nicaragua), Código Civil; Ley Número
XXX, de Costa Rica. año 1885 y el Código General de la República de Costa Rica,
año 1841. (Costa Rica), Código Civil para el Distrito Federal del año 1928,
(México), Código Civil de Argentina, año 1871. (Argentina), Código Civil Español,
Real decreto del 24 de julio de 1889, año 1889 (España).
1
CAPÍTULO 1
ANTECEDENTES.
Manuel Albaladejo,1 manifiesta que el testamento es un acto solemne, por el una
persona establece para después de su muerte, las disposiciones que le competan,
pudiendo siempre revocarlas.
Lo complementa, Vallet de Goytisolo2, al decir que el testamento se caracteriza por las
siguientes generalidades,
Es un acto o negocio jurídico:
a. Mortis causa, en cuanto es otorgado por causa de muerte y para surtir efecto
después de ocurrida ésta.
b. Unilateral, en el sentido de ser individual su otorgamiento.
c. Personalísimo, ya que no cabe la delegación para su otorgamiento en un comisario;
ni es posible que al otorgarlo, se deje al arbitrio de otro la determinación de su
contenido sustancial, ni el nombramiento de herederos, legatarios, ni tampoco la
subsistencia de las designaciones efectuadas por el testador.
d. Solemne, en el sentido de que la expresión y constancia de la voluntad del testador
debe revestir las formas jurídicas estimadas para su validez y eficacia, sin que quepa
su manifestación en forma diferente, ni tampoco confiar a otra persona su revelación
solemne.
e. Esencialmente revocable, sin admitirse la validez de cláusulas derogatorias ni ad
cautelam.
1 Albaladejo, Manuel, Compendio de Derecho Civil, España, Librería Bosch, Ronda Universitaria 11, Tercera Edición,
1976. página 577, Tercera Edición.
2 Vallet de Goytisolo, J. Bms. Panorama del Derecho de Sucesiones I, Fundamentos. España, Editorial Civitas, S.A,
1982, página 979.
2
A lo largo de la historia han surgido diferentes modalidades de testamentos, para
cumplir con las necesidades sociales de determinadas épocas, lo cual se expone en el
presente capítulo.
1.1. Clases de testamentos.
1.1.1. Doctrina
Borda, 3 y Fiallos Váldez 4, expresan que el testamento es un acto escrito y solemne;
por más auténtico que sea no produce ningún efecto jurídico, si no está revestido de las
formas prescriptas por la ley;” de ésta manera dice, Boqueiro y Buenrostro5, que
como acto llamado a producir sus efectos, después de la muerte del autor, el
testamento requiere rodearse de seguridades que garanticen la exacta expresión de su
voluntad, pues no cabe la posibilidad de aclaraciones o rectificaciones en el momento
de su aplicación.
Explica Fiallos Váldez 6 que es importante distinguir entre las formas de testamentos y
las formalidades o solemnidades de los mismos. Las Formalidades consisten en los
requisitos que los testamentos deben cumplir, para que configuren una de las formas
establecidas en la legislación.
De esta manera concluyen Boqueiro, Buenrostro7, y Fassi 8, que La ley ha
establecido ciertas formas obligatorias, para que la voluntad pueda producir efectos
jurídicos como testamento. Sólo reuniendo las formalidades que la ley exige para cada
3 Borda, Guillermo A. Manual de Sucesiones, Argentina, Editorial Perrot, 1994, página 325, Duodécima Edición.
4 Corte Suprema de Justicia, Biblioteca Judicial Dr. Ricardo Gallardo, Fiallos Valdés, José Guillermo, Tesis Doctoral:
Los Testamentos Solemnes en la Legislación Salvadoreña, El Salvador, http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/1004b9f7434d5ff106256b3e006d8a6f/b749a850b8be81bc06256b3e00747bd3?OpenDocument, fecha de consulta: tres de mayo de dos mil once. 5 Boqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Derecho de Familia y Sucesiones, México, Oxford, 2001, página
333. 6 Fiallos Valdés, José Guillermo, Op. cit.
7 Boqueiro Rojas, Edgar, Rosalía Buenrostro Báez, Op. Cit., Pág. 333.
8 Fassi, Santiago C. Tratado de los Testamentos, Volumen 1, Argentina, Editorial Astrea de Rodolfo Depalma y
Hermanos. 1970. Páginas 95, 96 y 97.
3
tipo de testamento éste llegará a existir como tal. Es por tanto, un acto cuya validez
depende de que al tiempo de su otorgamiento se hayan observado las disposiciones de
la forma establecida en la ley; No importa que la voluntad sea expresada de forma
indubitable; si no se le da la forma expresamente establecida, no será testamento; De
tal modo afirma Borda 9, que la omisión de cualquier requisito da lugar a la nulidad,
salvo que expresamente estuviese dispuesto lo contrario.
Expone Fiallos Váldez 10, que la prueba de la observancia de las formalidades
prescritas por la ley para la validez de un testamento, debe resultar del testamento
mismo, y no de otros actos probados por testigos. Esta es una regla elaborada por la
doctrina francesa, más concretamente de Aubri y Rau, y que ha sido aceptada por casi
todas las legislaciones.
Puig Brutau11, manifiesta que corresponde a la política jurídica, elegir las distintas
clases de testamentos, de manera que ofrezcan diversas formas de expresar la última
voluntad, al mismo tiempo, que señalen con todo rigor sus respectivas formalidades
para que su exacto cumplimiento sea garantía de autenticidad.
Coinciden, Puig Brutau12, Albaladejo13 Ossorio Morales14, Fiallos Valdéz15, y Barros
Errazuris 16, al decir, que para clasificar las distintas maneras o formas de testar, puede
atenderse a diversos caracteres. Se clasifican por ejemplo en abierto y cerrado, el
testamento abierto, es aquél en el que la última voluntad la manifiesta el testador ante
quienes otorga el testamento, que quedan enterados de ella; el testamento cerrado es
9 Borda, Guillermo A. Op. cit. Pág. 325.
10 Fiallos Valdés, José Guillermo. Op. cit.
11 Puig Butau, José. Fundamento de Derecho Civil, Volumen II, tomo V, España, Bosch, Casa Editorial, S.A. 1977.
Páginas 42 y 43. 12
Loc. Cit. 13
Albaladejo, Manuel. Op. cit. Pág 579. 14
Ossorio Morales, Juan. Manual de Sucesión Testada, España, Editorial Instituto de Estudios Políticos, 1957, páginas 57 a 59. 15
Fiallos Valdés, José Guillermo, Op. cit. 16
Barros Errazuris Alfredo. Curso de Derecho Civil, Volumen V, Chile, Editorial Nascimento, 1931, cuarta edición, Página 132.
4
aquél en el que el testador, sin revelar su última voluntad, declara ante quienes lo
otorga, que está escrita en el documento que presenta. El testamento ológrafo: es
aquél, en el que sin necesidad de declarar nada ante nadie, consigna el testador por
escrito de su puño y letra, su última voluntad.
Al desarrollar las formalidades que han de cumplirse en cada uno de ellos, unas veces
atendiendo a circunstancias subjetivas que pueden concurrir en la persona del testador
(sordera total, ceguera, etc), y otras veces a circunstancias objetivas que pueden darse
en el momento del otorgamiento (epidemia, navegación, acción de guerra, etc),
establece una serie de alteraciones en las formalidades previstas como normales para
cada clase de testamento, dando lugar a una gran variedad de modalidades o subtipos.
Además afirma Fassi 17, que los testamentos ordinarios se distinguen de los
testamentos especiales, en que aquéllos subsisten mientras no sean revocados y los
especiales caducan si el testador sobrevive a determinados plazos.
Como se aprecia en el presente apartado, es necesario distinguir entre las formas de
testamentos y formalidades de cada uno, entendiéndose por forma el prototipo que la
legislación establece y por formalidades los requisitos esenciales para su valides; cada
legislación clasifica de manera distinta los testamentos que regula, lo cual se evidencia
en el apartado siguiente.
1.1.2. Legislación comparada
Guatemala contempla, que los testamentos en cuanto a su forma son comunes y
especiales; los comunes los clasifica en abierto y cerrado, y los especiales no los
clasifica, solo expresa que son los que se otorguen en los casos y condiciones que se
expresan, siendo éstos el militar, el marítimo, en lugar incomunicado, el del preso y el
otorgado en el extranjero.
17
Fassi, Santiago C. Op. cit,. Pág 98.
5
El Salvador, los clasifica como solemnes y privilegiados, dentro de los primeros, el
abierto, el cerrado y el otorgado en país extranjero, y dentro de los privilegiados
considera el militar y el marítimo.
Honduras, según su forma, los clasifica como solemnes y menos solemnes, en los
solemnes se encuentran el abierto, el cerrado y el solemne otorgado en país extranjero,
y dentro de los menos solemnes, el otorgado sin asistencia del Notario, el militar y el
marítimo.
Costa Rica regula el testamento abierto y cerrado y como privilegiados el militar y el
marítimo.
Nicaragua, los clasifica como comunes o especiales, dentro de los primeros el abierto y
el cerrado y dentro de los segundos el militar, el marítimo y el hecho en país extranjero.
México, los clasifica según su forma, en ordinarios y especiales, los ordinarios son:
testamento abierto, testamento cerrado, el público simplificado y el ológrafo y los
especiales son: el privado, el militar, el marítimo y el hecho en país extranjero.
Argentina los clasifica en ordinarios y especiales, dentro de los primeros se encuentran
el testamento ológrafo, el testamento por acto público y el testamento cerrado. Y dentro
de los especiales: el militar, el marítimo y el otorgado por causa de epidemia o peste.
España los clasifica según su forma como comunes y especiales, dentro de los
primeros se encuentran: el ológrafo, el abierto y el cerrado y dentro de los especiales se
encuentran: el militar, el marítimo y el hecho en país extranjero.
6
Al hacer un repaso de la clasificación de las distintas clases de testamentos, que hacen
las legislaciones comparadas, se puede evidenciar que se encuentran en ellas aspectos
comunes a todas las legislaciones, como son la regulación del testamentos abierto, el
cerrado, el militar, el marítimo y el otorgado en el extranjero y en algunos casos muy
específicos regulas formas especiales propias de cada legislación como el caso de
México que regula el testamento público simplificado.
Cada una de estas formas testamentarias se fundamenta en sus distintos antecedentes
formativos, aspectos que se estudian a continuación.
1.2. Antecedentes
Exponen, Iglesias 18 y Vila Plana 19: que corresponden al antiguo derecho, como
testamentos públicos, el in calatis comillis (testamento hecho ante el pueblo convocado
en comisión curiados) y el in procinclu (ante el ejército equipado y armado), y como
testamentos privados, el per aest et libram (venta ficticia, acompañada de la declaración
escrita u oral de la voluntad del testador, en presencia del libripens, el familiae emptor.
A la época justinianea corresponden, como testamentos públicos el principio oblatum (o
sea el entregado al emperador y protocolizado en su archivo), y el apud acta conditum
(hecho y protocolizado ante el Magistrado); y como privado, el tripartitum, en sus dos
formas de oral y escrito (otorgado en ambos casos, ante siete testigos rogados y
capaces y con unidad de acto).
Además de estas formas ordinarias, reguló el Derecho Romano otras extraordinarias,
como el testamento militar, el hecho en tiempo de epidemia (pestis conditum), el hecho
18
Iglesias, Juan. Derecho Romano, Duodécima Edición, España, Editorial Ariel, S.A, 1999, página 397. 19
Vila Plana, Francisco. Instituciones de Derecho Sucesorio, Testamentos, España, Colección Nereo, 1963, página 145.
7
en el campo (ruru conditum) y el otorgado a favor de los hijos o nietos (parentedum inter
liberos).
1.2.1. Formas de testamentos en el antiguo derecho.
1.2.1. a. Testamento in calatis comillis:
Iglesias 20, Vila Plana 21, Biondi 22 y la Enciclopedia Espasa- Calpe23, coinciden en
que corresponden al antiguo derecho, como testamentos públicos, el in calatis comillis,
(testamento hecho ante el pueblo convocado en comisión curiados, convocados dos
veces al año, el 24 de marzo y 24 de mayo). En éste sentido expone la Enciclopedia
Espasa-Calpe 24, que el testador solicitaba a los pontífices la convocatoria respectiva y
siendo el decreto favorable, sometían el asunto a los comicios para que se aprobase o
no lo que se proyectaba.
Importante era que el pueblo quedara sabido de la autorización de las disposiciones del
testador, ya que el patrimonio y la familia del heredero recibía un acrecentamiento y con
ello una mayor categoría social.
1.2.1. b. Testamento in procinclu:
Siguiendo la exposición de la Enciclopedia Espasa- Calpe 25, el testamento in
procinclu era el que se hacia ante el ejército preparado para entrar en batalla; pudiendo
otorgarlo los que fueran mayores de dieciséis años y menores de cuarenta y cinco
años.
20
Iglesias, Juan, Derecho Romano, Op. cit,. Pág. 397. 21
Vila Plana, Francisco. Op. cit. Pág. 145. 22
Biondi, Biondo, Sucesiones Testamentarias y Donación, España, Bosch, Casa Editorial, S.A. , 1960, Segunda Edición, Página 35. 23
Testamento, Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Tomo LXI, España, Espasa Calpe S.A. 1928, Página 106. 24
Loc. cit. 25
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Pág 107.
8
Ortalán expresa que la naturaleza de esta modalidad de testamentos, radica en que los
miembros del ejército no siempre pueden estar presentes en los comicios calados y que
los miembros del ejercicio por su profesión los hacía estar expuestos a la muerte,
puesto que se encontraban en guerra.
1.2.1. c. Testamento per aes et libram:
La Enciclopedia Espasa- Calpe 26, indica que el testamento per aes et libram, surge
en virtud que, como ha quedado plasmado únicamente se podía testar si se reunían los
comicios calados o si el testador iba a entrar en batalla, lo cual presentaba muchos
inconvenientes, por lo que se busco un medio para poder testar con más frecuencia, el
cual se encontró en la mancipación a la sucesión mortis causa, en el desarrollo de la
cual se distinguen dos épocas:
La primera, que consiste en una mancipatio, en la que se realiza una venta real de la
herencia por un precio imaginario, en la que el adquirente estaba en lugar del heredero,
concurriendo los cinco testigos, y luego el testador ordenaba al familiae emptor, las
disposiciones que quería se cumpliesen después de su muerte.
En la segunda fase, se introdujeron las siguientes modificaciones: 1ª. La mancipatio,
vino a ser una simple fórmula, por respeto al antiguo derecho, 2ª Se instituía al
heredero verbalmente o por escrito, y así después de la mancipatio familiae, seguía la
nuncupatio testamenti, en la que el testador, sí hacía por escrito el testamento. 3º. El
testador declaraba además, públicamente que la mancipatio se hacía bajo la condición
de que el familiae emptor cumpliría lo que en las tablillas se expresaba.
Así pues, el familiae emptor se obligaba a cumplir las disposiciones de última voluntad
del testador; si no las cumplía, perdía la herencia y mientras no las cumpliese no
adquiriría esta, con lo cual el testador conservaba sus bienes mientras viviese.
26
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs 107 y 108.
9
En ésta época el testamento ya era revocable fácilmente y la institución del heredero se
consideraba condicional, por lo que si éste fallecía antes que el testador se podía
otorgar nuevo testamento. Así pues se ve como de un acto público y autorizado por los
comicios, se convirtió en un acto privado, con intervención de los testigos; y desde el
momento en que fue posible hacer testamento cerrado, por estar las tablillas, se
destruyó también la notoriedad ó publicidad del testamento.
1.2.2. Formas de testamentos en el derecho pretorio.
1.2.2. a. Testamento Pretorio.
Continuando con la exposición de la Enciclopedia Espasa- Calpe 27, el pretor
disminuyo las formalidades del testamento per aes et libram, prescindiendo de la
mancipatio, elevando los testigos a siete, ya que el libripens y el familiae emptor se
redujeron a ser testigos. El testador podía hacer la designación de heredero
verbalmente o por escrito; pero si era escrito se exigió que las tablas estuviesen
selladas por los siete testigos.
1.2.3. Formas de testamentos en el derecho imperial.
1.2.3. a. Evolución de los testamentos hasta Justiniano.
La Enciclopedia Espasa- Calpe28, explica que en esta época coexistieron las formas
de testar del Derecho Civil y la del pretorio, hasta Teodosio II, se realizó la fusión de
ambas formas surgiendo una tercera, denominada Tripartitum, puesto que debían
concurrir solemnidades del antiguo derecho civil en cuento a la intervención de testigos,
del pretorio por la imposición de sellos y del imperial en cuanto a la subscripción de los
testigos, pudiendo hacerse éste testamentos tanto de manera oral como escrita.
Surgió también el testamento judiciale, naciendo con esta modalidad los testamentos
públicos, puesto que se otorgaba ante una autoridad pública que en principio fue la
curia y después el presidente o el gobernador de la provincia que ejercía el cargo de
27
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Pág. 108. 28
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs. 108 y 109
10
juez ordinario, ante quienes se levantaba acta que contenía el testamento,
conservándola en su archivo.
Se introdujeron además reglas especiales para casos también especiales, dándole
origen con esto a los testamentos especiales (del ciego, hecho en tiempo de peste, en
el campo, etcétera), y también el testamento militar, ya que los emperadores halagaban
al ejército por ser indispensable para ellos.
1.2.3. b. Los Testamentos en tiempo de Justiniano:
En ésta época según la Enciclopedia Espasa- Calpe 29, se hizo una clasificación de
los testamentos atendiendo a su forma, de la siguiente manera:
a. Testamentos Públicos. Los cuales seguían con la misma estructura.
b. Testamentos Privados: Se clasificaban en Ordinarios y extraordinarios.
b.1. Testamentos Privados Ordinarios: conformados por el oral y el escrito, teniendo
como requisitos la presencia de siete testigos capaces y rogados, la unidad de acto
y el escrito podía escribirlo por sí mismo el testador o por mano de otra persona,
pero nunca del heredero.
b.2. Testamentos Privados Extraordinarios, que se clasificaban en especiales y
privilegiados, los primeros atendían a la situación especial en que el testador se
encontraba, y los segundos, a la clase social a que el testador pertenecía.
b.2.a. Testamentos Especiales:
1. Testamento del ciego. El ciego (de nacimiento o por enfermedad o desgracia), solo
puede otorgar de manera abierta.
29
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs. 108 y 109
11
2. Testamento del Sordomudo: Si la sordomudez era de nacimiento no podía testar,
pero cuando provenía de enfermedad se le permitía hacer testamento siempre y
cuando lo escribiera por su mano y leyéndolo él mismo, y debía ser aprobado por
signos indubitables delante de los testigos.
3. Testamento hecho en el campo: existiendo dos opiniones con respecto a éste
testamento, sosteniendo la primera que se trata de un privilegio concedido a los
aldeanos, y la segunda opinión sostiene que la razón de ser de éste testamento es la
posibilidad de encontrar personas en el campo que no supieran escribir y por tanto,
deberían intervenir los siete testigos aunque no todos supieran escribir y si no se
pudieran encontrar siete testigos en estas condiciones, bastaba con cinco, y si alguno
de ellos podía escribir debía firmar a ruego de los demás.
4. Testamento hecho en tiempo de peste: Muchos autores sostienen que se refiere al
caso de peste o epidemia y despensa de la asistencia simultanea de los testigos, pero
otros, como Pastor y Alvira, opinan que se refiere al caso en que el testador padezca
cualquier enfermedad grave y excepcional; consistiendo su especialidad en dispensar a
los testigos de aproximarse al testador.
5. Testamento de los ascendientes a favor de los descendientes (inter liberos):
Constantino declaró válida la última voluntad del ascendiente siempre que favoreciese
al descendiente, salvo que se favoreciese además a una tercera persona.
6. Testamento Ad Pias Causas: Era aquel en que se favorecía a una iglesia o a un
establecimiento benéfico. Pudiendo hacerse éste testamento con la intervención de sólo
dos o tres testigos, por orden del Papa Alejandro III.
7. Testamentos simuliáneos: recíproco y correspectivo: Permitiéndose en principio por
Diocleciano y Macimiano en cuanto a los hermanos militares, instituyéndose
recíprocamente, en un solo documento. Luego Valentino III, permitió también a los
cónyuges testar en común.
12
En realidad era dos testamentos en uno, pero los testigos debían ser rogados
separadamente por cada testador.
b.2.b. Testamento Privilegiado: siendo éste el testamento militar; que era excepcional
en vista del peligro, y privilegiado en cuento a la forma, en que no se exigía ninguna,
pues el militar podía testar como pudiera o como quisiera, teniendo el testamento
validez no solo durante el peligro, sino algún tiempo después.” 30
En este capítulo se estudia fundamentalmente el aspecto histórico y la evolución que la
institución testamentaria ha venido sufriendo durante las distintas épocas y como se
puede apreciar entre sus orígenes y la actualidad se dan diferencias fundamentales, ya
que en épocas antiguas el otorgamiento del testamento se hacía de acuerdo a las
disposiciones de los comicios calados, la curia, el pretor, etc. y fundamentalmente era
un acto público, y en la actualidad por el contrario el testamento es un acto
personalísimo, revocable y fundamentalmente secreto, con amplia libertad por parte del
testador para disponer, como acto de última voluntad lo que desea que suceda con su
patrimonio para después de su fallecimiento.
En el siguiente capítulo y como parte de la evolución de la institución testamentaria se
aborda el tema de los testamentos comunes.
30
Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs 109, 110, 111 y 112.
13
CAPÍTULO II
TESTAMENTOS COMUNES.
En el presente capítulo se hace un estudio pormenorizado de los testamentos comunes
ordinarios y extraordinarios, contemplados en la legislación comparada al presente
estudio, ya que entre los distintos testamentos comunes existen variaciones específicas
que individualizan sus formas y por ende sus formalidades.
2.1. Testamentos comunes.
2.1.1. Concepto.
Boqueiro Rojas, Buenrostro Báez 31 y el Diccionario Enciclopédico de Derecho
Usual 32, concuerdan que testamento ordinario, es aquel en que en condiciones
normales, puede otorgar la generalidad de las personas, con la capacidad legal
corriente, para manifestar su voluntad de disponer para después de su muerte.
Este tipo de testamento, tiende a garantizar la autenticidad de la voluntad y el secreto
de las disposiciones, cuando así lo desea el testador. Requiere la presencia de
funcionarios públicos expresamente autorizados en razón de su cargo, para dar fe del
otorgamiento.
2.1.2. Generalidades.
Ossorio Morales 33, manifiesta que el testamento abierto y el cerrado son públicos, por
intervenir en su otorgamiento personas distintas del testador, que han de autorizar el
acto con su presencia. Pero la publicidad de estos dos testamentos es de distinto
grado, pues mientras que en el testamento abierto las personas que autorizan el
testamento quedan enteradas del contenido de las disposiciones, en el cerrado tales
personas saben que se otorga el testamento, pero sin revelarles el testador el contenido
31
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit. Pág. 337 32
Testamento común, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas, Guillemo. tomo VI, Argentina, Editorial Heliasta S.R.L. 1979, página 392. 33
Ossorio Morales, Juan. Op. cit. Págs. 60 y 61.
14
del mismo; y el ológrafo es un testamento secreto, confeccionado por el testador sin
intervención de ninguna otra persona, de tal modo que ni el contenido de la disposición,
ni el hecho mismo de haberlo otorgado ha de ser conocido por nadie.
De estas tres clases de testamentos comunes sólo el abierto, en su forma notarial, se
halla revestido de los requisitos de autenticidad suficientes por sí mismo, el ológrafo y
el cerrado, así como aquellas modalidades del abierto en que no interviene Notario,
deben someterse a un proceso de autenticación, después de la muerte del testador.
2.1.2. a. La unidad del acto.
Para Vladimir Aguilar 34, la unidad del acto se justifica por la trascendencia del
testamento, como garantía de seriedad, certeza y orden en el otorgamiento y para
preservar la libertad del testador. Esta unidad comprende unidad de asunto, de tiempo y
lugar.
Comentan, Espín Cánovas 35 y Borrell Soler 36, que ésta tradición viene de Roma,
exigiéndose la unidad de acto en el otorgamiento del testamento, ordenando que todas
las formalidades se practiquen en un solo acto, sin que sea lícita ninguna interrupción
salvo la que pueda ser motivada por algún accidente pasajero. Este requisito,
procedente de las especiales características del testamento romano, en sus formas
más antiguas, ha sido interpretado por la jurisprudencia de modo racional y circunscrito
a lo que propiamente constituye el otorgamiento: lectura, expresión por el testador de
su conformidad y firma.
34
Aguilar Guerra, Vladimir, Derecho de Sucesiones, Guatemala, Colección de Monografías Hispalense. 2007, 2ª. Edición. Página 90 35
Espín Cánovas, Diego. Manual de Derecho Civil Español, Volumen V, España, Editorial Revista de Derecho Privado, 1957, página 148. 36
Borrell Soler, Antonio M. Derecho Civil Español, Tomo Quinto: Sucesión por causa de Muerte, España, Bosch, casa editorial, 1954, Página48 y 49.
15
En cuanto a la exigencia de la unidad del acto, cabe entenderlo de diversas maneras,
como manifiesta Puig Peña37: Unos autores se pronunciaron, sosteniendo que la
unidad de acto debía abarcar todo el proceso formativo del documento testamentario y,
en su consecuencia, la misma debía exigirse sin interrupción, no solamente para el
otorgamiento propiamente dicho, sino también para los actos preparatorios de la
manifestación de voluntad y para los actos materiales de la redacción del testamento.
Otros tratadistas, en cambio, con mejor acierto y apoyándose en la naturaleza singular
del acto del otorgamiento en relación con los otros, sostuvieron que la unidad debía ser
referida sólo a la fase final de la lectura, ratificación y firma; por lo que la citada unidad
de acto se contrae exclusivamente al acto del otorgamiento en su sentido propio.
2.1.2. b. La dación de fe.
Puig Peña 38, refiere, que ya que el testamento debe llevar en sí la prueba de su
regularidad, se exige que el Notario de fe, al final del testamento, de haberse cumplido
todas las formalidades expresadas en la ley. Así pues se debe tomar en cuenta lo
siguiente:
1. La dación general de fe de haberse cumplido las formalidades legales, afecta
exclusivamente al Notario, quien declara la perfección jurídica del documento y por
fin lo autoriza estampando su signo, firma y rúbrica.
2. La dación de fe específica de algunas solemnidades, particularizadas sobre todo
donde se dispone que el Notario dará fe de conocer al testador o a los testigos de
conocimiento, en su caso. Además el Notario deberá dar especial fe del
cumplimiento de los siguientes extremos:
a. De que a su juicio, el testador tiene capacidad legal para otorgar el testamento.
37
Puig Peña, Federico. Compendio de Derecho Civil Español, España, Ediciones Pirámide, S.A., 1976, tercera edición, páginas 228, 229 y 230. 38
Puig Peña, Federico, Op. cit. Págs. 230 a la 233.
16
b. De la declaración del testador o de algunos de los testigos instrumentales, en su
caso, de no saber o no poder firmar y de hacerlo a su ruego uno de los testigos u otra
persona.
c. De conocer el Notario al testador o a los testigos de conocimiento, en su caso.
d. De no haber podido ser identificado el testador por el propio Notario, por no
conocerlo, ni por testigos de conocimiento, en el caso de que la identificación del
otorgante se realice mediante la reseña de los documentos que presente con dicho
objeto, y de sus señas personales.
2.1.2. c. Testigos.
Barros Errazuris 39 y Ossorio Morales 40 coinciden al expresar que, una de las
solemnidades que todas las legislaciones establecen, para garantizar la autenticidad de
los testamentos, es la presencia de cierto número de testigos. Los testigos son
personas que han de asistir al acto del otorgamiento, viendo y entendiendo al testador,
con el fin de autorizar el testamento con su presencia, y cuya asistencia no tiene una
finalidad exclusiva probatoria, sino que constituye un requisito de forma o solemnidad;
Puede ser testigo cualquiera persona que la ley no haya declarado inhábil. Las
inhabilidades que contemplan las normas jurídicas provienen de falta de discernimiento
suficiente, de falta de probidad, o de falta de imparcialidad.
A criterio de Aguilar Guerra 41 los testigos instrumentales son necesarios en
determinados supuestos, como consecuencia de disfunciones padecidas por el testador
que dificultan el otorgamiento ordinario e imponen reglas especiales o variantes del
testamento común ordinario.
39
Barros Errazuris Alfredo, Op. cit., Pág 135. 40
Ossorio Morales, Juan , Op. cit., Págs. 62 a la 70. 41
Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 90
17
Como tales testigos instrumentales son receptores de la última voluntad del testador,
concurren al otorgamiento, deben entender la lectura y, si concuerda lo leído con lo
manifestado por el testador y firmar el testamento.
En el caso de Guatemala, la figura de los testigos se encuentra regulada en el Código
de Notariado42 en los artículo del 51 al 53, expresando que el notario podrá asociarse
de testigos instrumentales en los actos o contratos que autorice. Pero si se tratare de
testamentos o donaciones por causa de muerte, está obligado a asociarse de los
testigos que exige la ley, es decir que no puede variar las estipulaciones expresas que
ésta haga. Los testigos deben ser civilmente capaces, idóneos y conocidos por el
notario y si no los conociera deberá cerciorarse de su identidad por lo medios legales
(cédula, Documento Personal de Identificación o pasaporte) expresamente no podrán
ser testigos: 1. Las personas que no sepan leer y escribir o que no hablen o no
entiendan el español. 2. Las personas que tengan interés manifiesto en el acto o
contrato. 3. Los sordos, mudos o ciegos. 4. Los parientes del notario. 5. Los parientes
de los otorgantes, salvo en caso de que firmen a su ruego, cuando no sepan hacerlo y
no se trate de testamentos o donaciones por causa de muerte.
Dentro de los testamentos que deben contar con testigos instrumentales se encuentran,
como explica Aguilar Guerra43: los supuestos siguientes, de conformidad con los
artículos 42 y 44 del Código de Notariado.
1. Del testador que no puede firmar: Porque no sepa o cualquier otra causa, bastará
con que uno de los testigos firme por él y a su ruego.
2. Testador ciego: Estas personas no pueden comprobar por sí mismas, que lo leído
por el Notario corresponde con el documento público que firman y que contiene las
disposiciones de su última voluntad.
42
Congreso de la República de Guatemala, Decreto Número 314, Código de Notariado, Artículo 51 y 52. 43
Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 90
18
Para salvar éste inconveniente intervienen los testigos, cuya función es principalmente
efectuar esa verificación.
3. Testador sordo: En caso quiera hacer testamento abierto, deberá leer él mismo en
voz inteligible el instrumento, en presencia del notario y testigos, lo que se hará constar.
En el presente apartado se aborda el concepto de los testamentos comunes y sus
generalidades como son la unidad del acto, la dación de fe y los testigos y de ésta
manera teniendo un panorama más amplio se concluye que los testamentos comunes
son aquellos otorgado en condiciones normales, es decir que ésta clase de testamentos
son los que se otorgan con más frecuencia, habiendo varias modalidades en cuanto a
su otorgamiento como la del testamento abierto, el testamento cerrado y bien el
ológrafo que no se encuentra regulado en la legislación guatemalteca, pero si lo está en
otras legislaciones comparadas al presente estudio como se verá a continuación.
2.2. Clases de Testamentos Comunes
2.2.1. El testamento común abierto.
2.2.1. a. Antecedentes
Ossorio Morales 44 y Valverde y Valverde 45, manifiestan que el antecedente histórico
de esta forma testamentaria se encuentra en el testamento nuncupativo romano, en que
el testador manifestaba de viva voz su última voluntad en presencia de siete testigos,
cuando el testamento se hacía ante los comicios, tenía el carácter y consideraciones
de una ley pública, y que después de las XII tablas fue una ley familiar. Ya que para
mediados del siglo XII en España el Fuero Juzgo regula varias clases de testamentos
abiertos, exigiendo la intervención en ellos de testigos. El Fuero Real, dio entrada a los
escribanos públicos en la autorización de los testamentos. Las Partidas, que
reproducen las disposiciones romanas del Imperio, exigían además de las
44
Osorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 74 y 75. 45
Valverde y Valverde, Calixto, Tratado de Derecho Civil Español, Tomo V: Parte Especial Derecho de Sucesión, Mortis Causa, España, Talleres Tipográficos Cuesta, 1926, tercera edición, página 95.
19
solemnidades internas (institución de heredero), las externas de unidad de contexto o
acto y la asistencia simultánea de siete testigos rogados.
2.2.1. b. Concepto
2.2.1. b. i. Doctrina
Aguilar Guerra46, Lacruz Berdejo 47, Rojina Villegas 48, Puig Brutau 49, Córdova-
Levy-Solari Wagmaister 50,el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 51,
Espín Cánovas 52, Valverde y Valverde 53, Ossorio Morales 54, y Lara Samayoa55,
señalan que el testamento abierto, es el más común y corriente en nuestro medio y
legislación; puede decirse que es el género, siendo su concepto genérico, que
comprende en realidad más de una forma de testar, pero todas ellas caracterizadas por
la intervención de personas (testigos y notario) que no sólo quedan enteradas del
hecho de que el testador ha dispuesto su última voluntad, sino del contenido mismo de
esta disposición.
Dentro de sus ventajas radica, que posee todas las garantías con respecto al notario
autorizante, en cuanto a su competencia, probidad y responsabilidad y que tiene toda la
fuerza probatoria de las escrituras públicas. La intervención del notario dota a este
testamento de la fuerza probatoria cualificada, propia de los actos auténticos; es una
garantía contra posibles coacciones y abusos, y mediante su valioso asesoramiento
técnico, hace sumamente difícil que se contengan en él disposiciones ineficaces o
contrarias a ley. Esta forma de testamento asegura además su conservación, ya que
46
Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 87. 47
Lacruz Berdejo, José Luis, Manuel de Derecho Civil, España, Librería Bosch, 1979, Página 765. 48
Rojina Villegas, Rafael, Compendio de Derecho Civil, Bienes, Derechos Reales y Sucesiones, México, Editorial Porrúa, S.A., 1978, página 401. 49
Puig Butau, José, Op. cit., Pág 68. 50
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Derecho Sucesorio, Argentina, Editorial Universal S.R.L, 1993, Página 51 51
Testamento Abierto, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas, Guillemo. Op.cit., Pág. 389. 52
Espín Cánovas, Diego, Op cit., Pág 145. 53
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs 94 y 95. 54
Ossorio Morales, Juan,Op. cit., Pág 73. 55
Lara Samayoa, Leonardo, El Testamento Cerrado y El Instrumento Público, Guatemala, 1976, Tesis de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Rafael Landivar, páginas de la 30 a la 32.
20
después de otorgado queda bajo la custodia del notario, incorporado al protocolo como
cualquier otro instrumento público. Además da oportunidad de testar a quien no sabe
ni puede escribir.
Así pues como sostiene Ortiz V56, es público porque se hace la declaración de voluntad
en un instrumento público. Es abierto porque la voluntad del testador es conocida por el
notario que autoriza, como por los testigos que concurren. Es nuncupativo, en cuanto a
que la declaración de voluntad se hace oralmente. Tiene plena autenticidad ipso jure,
esto es que no requiere declaración del juez para su validez.
Así pues, el testamento común abierto tiene como características esenciales, la
intervención del notario quien autoriza y da fe del otorgamiento del mismo y testigos
que quedan enterados del otorgamiento y contenido de las disposiciones de última
voluntad del testador, dando garantía de lo manifestado por el testador, y que además
éste testamento queda contenido en escritura pública, como requisito esencial para su
validez, dando garantía de su conservación.
2.2.1. b. ii. Legislación comparada
Los códigos civiles de Guatemala57, El Salvador58, Honduras 59, Costa Rica60 y
Argentina61 dentro de sus textos indican que el testamento común abierto, es el que
debe otorgarse ante notario o escribano, en presencia de los testigos que estipula la
ley.
Los códigos civiles de Nicaragua 62 y de España63 definen al testamento abierto o
solemne, como aquel acto en que el testador hace sabedores de sus disposiciones al
56
Ortiz V. Roberto G. Derecho de Sucesiones, Nicaragua, Editorial Bibliografías Técnicas, S.A. S/A. Página 56. 57
Código Civil, Decreto Ley número 106, Guatemala, 1963, artículos 955 y 956. 58
Código Civil, Decreto Legislativo número 7, El Salvador, 1859, artículos 1009 y 1010. 59
Código Civil de Honduras, Honduras, 1906, artículos 993 y 994. 60
Código Civil; Ley número XXX, Costa Rica, 1885, artículo 583. 61
Código Civil, Argentina, 1871, artículo 3654. 62
Código Civil de la República de Nicaragua, Nicaragua, 1904, artículo 1035. 63
Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889 artículo 679.
21
Notario y a los testigos o bien de las personas que deben autorizar el acto, quedando
enteradas de lo que en él se dispone.
El Código Civil Federal de México64, define al testamento público abierto como aquel
que se otorga ante Notario de conformidad con los requisitos legales.
Las legislaciones concuerdan que el testamento común abierto como lo denomina el
Código Civil de Guatemala, para su validez requiere que sea otorgado ante Notario y la
presencia del número de testigos que en cada una de ellas se estipula, quedando
enterados de las disposiciones de última voluntad del testador, disposiciones que
quedan contenidas en escritura pública. Sin embargo algunos preceptos legales en la
definición que dan, no contemplan todos estos requisitos pero en el cuerpo de los
instrumentos jurídicos se encuentran estipulados.
2.2.1. c. Formalidades
Espín Cánovas 65, Albaladejo 66, Puig Brutau 67, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros
68, contemplan como requisitos subjetivos de ésta clase de testamento, que las
personas que deben intervenir en el otorgamiento del mismo han de ser: el testador, el
notario y los testigos, quienes deben reunir ciertos requisitos exigidos expresamente
por la ley. El notario ha de ser hábil para actuar en el lugar del otorgamiento; los
testigos han de ser idóneos, de los cuales por lo menos uno ha de saber y poder
escribir, para que le sea posible firmar, como una garantía más que se añade al acto.
Tanto el notario como los testigos es menester finalmente, que vean y entiendan al
testador.
64
Código Civil Federal, México, 1928. Artículo 1511. 65
Espín Cánovas, Diego, Op. cit. Págs. 146 a 149. 66
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 579. 67
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 70, 71, 74, 75 y 86 68
Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Sistema de Derecho Civil, Volumen IV, España, Editorial Tecnos, 1986, Tercera Edición, páginas 466 a la 468.
22
Otras personas que pueden intervenir son: los testigos instrumentales, los facultativos,
siempre que el notario les requiera para dictaminar acerca de la capacidad mental del
testador, y los intérpretes elegidos por el testador cuando éste vaya a testar en lengua
extranjera.
Comprende pues el acto de otorgar este testamento tres fases: expresión de la
voluntad, redacción del testamento y aprobación del mismo.
i). En cuanto a la primera fase, es decir la expresión de voluntad, Espín Cánovas 69,
Puig Brutau 70, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 71, explican que el testador ha
de manifestar el contenido de su testamento ante el notario y los testigos,
permitiéndose por el código que dicha manifestación se haga oralmente o por
escrito.
Ossorio Morales 72, y Puig Peña 73, advierten que, en algunos casos el testador,
antes de plasmar sus disposiciones, puede necesitar el asesoramiento técnico del
notario, y éste por su parte, puede realizar un detenido estudio, a fin de dar forma
eficaz en derecho a aquella voluntad, siendo ésta una fase preparatoria, seguida por
una fase material en la que el notario reduce a escrito lo manifestado por el testador.
ii). En la segunda fase, la de redacción del testamento, exponen: Espín Cánovas 74,
Albaladejo 75, Puig Peña 76, Zanonni, 77, Córdova- Levy-Solari Wagmaister78,
69
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 146 a 149. 70
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 74, 75 y 86 71
Diez Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Págs. 467 y 468. 72
Osorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 80 y 81. 73
Puig Peña, Federico, Op cit., Pags. 220, 221 y 222 74
Espín Cánovas, Diego, Op cit., Págs. 146 a 149. 75
Albaladejo, Manuel. Op. cit., Pág. 579. 76
Puig Peña, Federico, Op cit., Pags. 221 y 222 77
Zannoni, Eduardo A; Manual de Derecho de las Sucesiones, Argentina, Editorial Astrea, 4ª Edición, 1999, página 567. 78
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit. Págs. 51 a la 54.
23
Diez- Picazo y Gullón Ballesteros79, que manifestada su última voluntad por el
testador, bien oralmente o por medio de minutas, el Notario redactará el testamento
con arreglo a dicha voluntad, cumpliendo con los requisitos que impone la
legislación, siendo algunos de éstos: la expresión del lugar, año, mes, día y hora de
su otorgamiento, deberá dar fe al final del testamento de haberse cumplido todas las
formalidades exigidas por el Código y de conocer al testador o a los testigos de
conocimiento en su caso, así como de que a su juicio, se halla el testador con la
capacidad legal necesaria para otorgar testamento.
Por tanto el notario, además de dar fe del otorgamiento del testamento, y de haberse
observado las formalidades legales, ha de darla, especialmente, de estos dos
requisitos referentes a la identificación del testador y a su capacidad.
iii). Por último, en la tercera fase de aprobación de la redacción del testamento,
manifiestan, Espín Cánovas 80, Albaladejo 81, Puig Peña 82, Puig Brutau 83,
Córdova-Levy-Solari Wagmaister 84, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros85, que
una vez redactado el testamento, conforme a la voluntad del testador, el notario lo
leerá completamente en voz alta y en presencia de los testigos quienes por ende
han oído y comprendido lo leído, para que manifieste el testador si su contenido es
la expresión de su última voluntad, la ratificación ha de ser completa y pura y de
forma tal que no deje lugar a dudas, siendo así, será firmado en el acto por el
testador y los testigos que puedan hacerlo. Si el testador declara que no sabe o no
puede firmar, lo hará por él y a su ruego, uno de los testigos instrumentales u otra
persona, dando fe de ello el notario. Lo mismo se hará cuando alguno de los
testigos no pueda firmar.
79
Diez Picazo, Luis, Antonio Gullón, Op. cit., Págs. 466 a la 468. 80
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 146 a 149. 81
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Págs. 579 y 580. 82
Puig Peña, Federico, Op cit., Págs. 221 y 222 83
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 74, 75 y 86. 84
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs.51 a la 54. 85
Diez -Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Págs 467 y 468.
24
En cuanto a la conservación del testamento notarial abierto, advierte Ossorio
Morales86, que el testamento otorgado con intervención de notario y testigos, es el
único de los testamentos que tiene por sí pleno valor, sin necesidad de ningún trámite
ulterior que tienda autentificarlo. Por ello, las reglas posteriores al otorgamiento sólo se
refieren a su conservación y a la obtención de copias.
Otro de los requisitos esenciales de ésta clase de testamentos es la unidad del acto, ya
que según Ossorio Morales87, Aspron Pelayo88, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros89,
la razón de ser de este requisito de unidad de acto, radica en la necesidad de evitar,
que mediante interrupciones ocurridas durante el otorgamiento, al intercalarse en el
transcurso de tan solemne acto cuestiones ajenas a las que lo motivan, pueda
desvirtuarse la trascendencia y seriedad de las disposiciones testamentarias, e incluso,
influir en la libre determinación del testador.
Es menester recalcar que en el caso de Guatemala, las formalidades especiales que
debe contener la escritura pública de testamento están enumeradas en el artículo 42,
del Código de Notariado90, siendo éstas:
1. La hora y sitio en que se otorga el testamento. Es decir, como expresa Gracias
González91, se debe especificar la dirección donde se encuentran y no simplemente la
indicación del municipio, además de la hora de inicio y finalización del instrumento.
2. La nacionalidad del testador. Este requisito, en realidad, es requisito general de todos
los instrumentos públicos.
86
Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 80. 87
Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 80 y 81. 88
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Sucesiones, México, Mc Graw Hill, 2008, Tercera Edición, página 55. 89
Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 468. 90
Congreso de la República de Guatemala, Decreto número 314, código de Notariado, Guatemala, artículo 42. 91
Gracias González, José Antonio, Código de Notariado, concordado, comentado, y anotado, con referencias legales y doctrinarias, Guatemala, Editorial Estudiantil Fenix, 2011, página 40.
25
3. La presencia de dos testigos que reúnan las calidades que exige esta ley. Estas
calidades, están contenidas en los artículo 52 y 53 del Código de Notariado, que
estipulan que los testigos deben ser civilmente capaces, idóneos y conocidos por el
notario, de lo contrario, deberá cerciorarse de su identidad por los medios legales. No
podrán ser testigos: 1º. Las personas que no sepan leer y escribir o no hablen o no
entiendan el español. 2º. Las personas que tengan interés manifiesto en el acto o
contrato, 3º. Los sordos, mudos o ciegos; 4º. Los parientes del notario, y 5º. Los
parientes de los otorgantes, salvo el caso de que firmen a su ruego, cuando no sepan o
no puedan hacerlo y no se trate de testamentos o de donaciones pro causa de muerte”
4. Fe de la capacidad mental del testador, a juicio del notario. Lo cual debe constar en
el cuerpo de la escritura pública que contiene el testamento.
5. Que el testador exprese por sí mismo su voluntad. La cual atendiendo al artículo
956 del Código Civil, puede entregarse en minuta que contenga sus disposiciones o
bien manifestarlas verbalmente.
6. Que el testamento se lea clara y distintamente por el testador o la persona que él
elija, y se averigüe al fin de cada cláusula, viendo y oyendo al testador, si lo contenido
en ella es la expresión fiel de su voluntad.
7. Que si el testado no habla el idioma español, intervengan dos intérpretes elegidos
por él mismo, para que traduzcan sus disposiciones en el acto de expresarlas.
8. Que el testador, los testigos, los intérpretes en su caso y el notario, firmen el
testamento en el mismo acto; y
9. Que si el testador no sabe o no puede firmar, ponga su impresión digital y firme por él
un testigo más, que deberá reunir las mismas calidades de los testigos instrumentales.
26
Además de todos estos requisitos, se debe estar a lo dispuesto en el artículo 29 del
Código de Notariado, que regula las formalidades de los instrumentos públicos,
considerando la cantidad de requisitos y formalidades que exige esta clase de
testamento, la autora estima que el mismo constituye una manera eficaz de preservar
en toda su pureza la voluntad del testador.
En cuanto a sus formalidades posteriores, se debe tomar en cuenta que el notario que
autorice el testamento, debe comunicar al Registro de la Propiedad Inmueble, dentro de
los quince días siguientes a la fecha del otorgamiento del testamento, el lugar, fecha y
hora, en que fue otorgado; el folio o folios que correspondan al protocolo; el número y
registro del papel de protocolo y la constancia de haber firmado el testador, o el nombre
de la persona que firmó a su ruego.
2.2.2. El testamento común cerrado.
2.2.2. a. Antecedentes
Refieren, Valverde y Valverde 92, Ortiz V. 93, Puig Peña 94, Colin Abroise, Capitant
Henry 95 y Ossorio Morales 96, que el testamento cerrado, se conoció en Roma, y su
origen está en las 12 tablas, según las que se escribía el nombre del heredero, y
después se cerraban las tablas, por medio de cordoncitos y también en una constitución
de Todosio y Valentiniano, recogidas después en el derecho justiniano en donde quedó
perfectamente reglamentado.
Para la edad media fue conocido en el Fuero Juzgo y regulado por Las Partidas de
conformidad a las leyes romanas, exigiéndose escribir por sí mismo el testamento.
92
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 103 y 104. 93
Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 63. 94
Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs 235 y 236. 95
Colin Abroise, Henry Capitant, Derecho Civil, testamentos y clases especiales de liberalidades, México, Editorial Jurídica Universitaria, 2002, página 584. 96
Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 109 y 110.
27
2.2.2. b. Concepto.
2.2.2. b. i. Doctrina.
Barros Errazuris 97, Espín Cánovas 98, la Enciclopedia Espasa- Calpe99, el
Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 100, Rojina Villegas 101, Puig Peña 102,
Córdova-Levy-Solari Wagmaister103, Zanonni 104, Boqueiro Rojas y Buenrostro
Báez 105 y Valverde y Valverde 106, coinciden al expresar que a ésta clase de
testamento, se le llama cerrado, secreto o mystico y es aquel en el que el testador, sin
revelar su última voluntad, declara que ésta se halla contenida en el pliego que
presenta a las personas que han de autorizar el acto, el que se encuentra cerrado y
signado en la cubierta por el escribano, testador y testigos, de manera que nadie pueda
enterarse del contenido y sólo se hace público después de la muerte del testador;
quedando conservado o depositado en poder del testador o encomendar su guarda a
persona de su confianza, o depositarlo en poder del notario autorizante para que lo
guarde en su archivo; y que como afirman: Aguilar Guerra107, Espín Cánovas 108,
Puig Peña 109 y García Urbano 110, para su otorgamiento, consta básicamente de dos
fases: una privada, de redacción del escrito que contiene la última voluntad y otra
pública, constituida por el otorgamiento notarial propiamente dicho.
El tratadista español Lacruz Berdejo 111, expresa que el testamento cerrado, se
caracteriza por la certeza y fiabilidad del hecho de su otorgamiento (de él da fe el
97
Barros Errazuris Alfredo, Op. cit., Pág. 147. 98
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 150, 151. 99
Testamento, Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit., Pág. 129. 100
Testamento Cerrado, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 392. 101
Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., Pág. 401. 102
Puig Peña, Federico, Op. cit., Pág. 235. 103
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 56. 104
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 571. 105
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 338 106
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Pág. 102. 107
Aguilar Guerra, Vladimir. Op. cit., Pág. 91. 108
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 150 y 151. 109
Puig Peña, Federico. Op. cit., Pág. 235. 110
García Urbano, José María, Instituciones de Derecho Privado, tomo I, España, Getafe, 1995, página 406. 111
Lacruz Berdejo, José Luis. Op. cit., Pág. 766.
28
notario), junto al secreto de su contenido, tal que, una vez otorgado el testamento, ya
no puede ser desvelado ni aún por el propio testador, quien podrá afirmar que sus
disposiciones son tales o cuales, más no demostrarlo enseñando el escrito
testamentario, ya que él mismo no podría verlo.
Espín Cánovas 112, haciendo un análisis de la clase de testamento que en éste
momento se trata, aporta diciendo que, el testamento cerrado coincide con el abierto,
en ser un testamento otorgado ante el notario y cierto número de testigos, pero a
diferencia de éste, en que dichas personas conocen la última voluntad del testador, en
el cerrado el contenido de su voluntad permanece secreto, limitándose aquellos a dar
fe y testimonio de su otorgamiento. En relación con el ológrafo se diferencia
netamente, ya que en éste no interviene nada más que el testador en su otorgamiento
y ha de escribirlo él mismo de su puño y letra, mientras que en el cerrado, puede estar
escrito por persona distinta del testador.
Así pues, de lo anterior resulta claro que el testamento cerrado es otorgado ante notario
público, con intervención de cierto número de testigos, que dan fe y constatan el acto
del otorgamiento del mismo, más no de su contenido, el cual queda secreto hasta la
muerte del testador.
2.2.2 b. ii. Legislación Comparada
Los Códigos Civiles de Guatemala, Costa Rica, Argentina y México, no dan un
concepto del testamento cerrado.
Los Códigos Civiles de El Salvador113, Honduras114, Nicaragua115, y España116, lo
definen como aquel en que el testador sin revelar su última voluntad, declara que ésta
112
Espín Cánovas, Diego. Op. cit., Págs. 150 y 151. 113
Código Civil, Decreto Legislativo número 7, El Salvador, 1859, artículos 1005. 114
Código Civil, Honduras, 1906, artículos 1001 y 1003. 115
Código Civil de la República de Nicaragua, Nicaragua, 1094, Artículo 1028. 116
Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889, Artículo 680.
29
se halla contenida en el pliego que presenta a las personas que han de autorizar el
acto.
En las legislaciones en las que no se da un concepto de lo que es el testamento
cerrado, se deduce de su contenido, que es aquél, que como se expresa en las
legislaciones que sí lo regulan, donde el testador sin manifestar sus declaraciones de
última voluntad de viva voz, ante notario y testigos; lo hace siempre ante ellos, pero en
sobre cerrado, quedando secretas sus disposiciones.
2.2.2. c. Capacidad y prohibiciones para otorgar testamento común cerrado.
El Código Civil117 en su artículo 960 establece que no pueden otorgar testamento
cerrado:
1.El ciego y
2.El que no sepa leer y escribir.
La prohibición anterior como especifica, el Licenciado Aguilar Guerra118, se fundamenta
en que no pueden cerciorarse por sí, del contenido escrito que debe contener su última
voluntad.
Córdova-Levy-Solari Wagmaister119, Puig Brutau 120, Espín Cánovas 121, Puig
Peña122, Colin Abroise y Capitant Henry 123, afirman que la mayoría de la doctrina,
coincide en que tiene incapacidad y prohibición para poder otorgar esta forma de
testamento los ciegos y los que no sepan leer.
117
Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, artículo 960. 118
Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 92. 119
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op.cit., Págs. 57 y 58 120
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96 121
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 151 y 152. 122
Puig Peña, Federico, Op cit., Págs. 236 a 238. 123
Colin Abroise, Henry capitant, Op.cit., pág. 586.
30
En cuanto al ciego, debe recordarse que ese testamento se perfecciona con el acta
notarial, todo en un mismo momento. Esta situación es la que debe ser conocida y
adecuadamente verificada por el testador, quien debe tener certeza del contenido del
acta, firma de testigos, colocación en el pliego, etc., por lo que, no existiría garantía
alguna de que el otorgante conociera lo que contiene la plica cerrada, si fuera un
invidente, es entonces, una medida de prudencia destinada a evitar la sustitución o
suplantación del pliego que contuviese su testamento y por ello la incapacidad del ciego
es absoluta.
Así mismo, los tratadistas Espín Cánovas 124, Puig Brutau 125, Puig Peña 126, Colin
Abroise y Capitant Henry 127, manifiestan que en cuanto al que sabe leer, pero no
escribir, la mayoría de la doctrina y legislaciones, permiten que teste de ésta forma. Ya
que el testamento cerrado puede estar escrito por otra persona, y son capaces para su
otorgamiento los que no puedan escribir (por algún impedimento), con tal que pueda
leer; lo esencial es, por tanto, saber y poder leer para cerciorarse de que lo escrito
corresponde fielmente con el testamento que se quiere otorgar.
Es prudente, resaltar que la doctrina toma como incapaces para poder otorgar esta
clase de testamento a los ciegos y a los que no pueden leer, y en el caso de
Guatemala, hay que tener presente que también son incapaces los que no saben
escribir.
2.2.2. d. Formalidades.
Expresa Espín Cánovas128, que el testamento cerrado tiene tres fases, con
características diversas: En una primera fase, de carácter privado, y por tanto secreto,
se ha de escribir el testamento; en la segunda fase, de comparecencia ante notario y
testigos, tienen lugar todas las formalidades que tienden a acreditar, que en el pliego
124
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 151 y 152. 125
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96 126
Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs 236 a 238. 127
Colin Abroise, Henry capitant, Op. cit., Pág. 586. 128
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs 152 a 155.
31
cerrado presentado por el testador, se contiene su última voluntad; finalmente en la
tercera fase, tiene lugar la conservación del testamento, para que una vez ocurrido el
fallecimiento del testador, pueda surtir efectos:
1. En cuanto a la primera fase, que es una fase privada, asevera: Espín Cánovas129,
Puig Brutau 130, Albaladejo 131, Puig Peña 132, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros133,
Aspron Pelayo 134, Aguilar Guerra135 y Messineo 136: Que el testamento es escrito
por el propio testador o por otra persona a su ruego; pero tanto, en un caso como en
otro, se exigen determinadas garantías de autenticidad, a través de la firma y rúbrica
del testamento, que varían sin embargo en ambos casos a saber:
a. Si lo escribiere por sí mismo el testador, rubricará todas las hojas y pondrá al
final su firma.
b. Si lo escribiere otra persona a su ruego, el testador pondrá su firma entera en
todas las hojas y al pie del testamento. Cuando el testador no sepa o no pueda
firmar, lo hará a su ruego y rubricarán las hojas otras personas, expresando la
causa de la imposibilidad.
Una vez escrito el testamento, ha de procederse a cerrarlo en una plica, para mantener
su carácter secreto y de manera que no pueda extraerse aquél sin romper ésta, esta
operación de cerramiento del testamento, puede efectuarse también privadamente o
bien ya ante el notario, en la fase siguiente.
129
Loc cit. 130
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 96 a la 100. 131
Albaladejo, Manuel, Op cit., Pág. 580. 132
Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs. 236 a 238. 133
Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 472. 134
Asprón Pelayo, Juan Manuel. Op cit., Págs. 56 a 58..
135 Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 92.
136 Messineo, Francesco, Manual de Derecho Civil y Comercial, Chile, Ediciones Jurídicas Europa-América, 1954,
Página 199.
32
Queda el cuestionamiento, si cabe emplear procedimientos mecánicos, para la escritura
del testamento cerrado. Siendo que, Puig Peña137 y Puig Brutau138: coinciden al decir:
que a la escritura por mano de un tercero, debe ser equiparada la escritura a máquina o
de cualquier otra manera, que no represente los exactos caracteres de la escritura del
testador, en su modo usual y corriente de escribir, lo mismo cabe decir, en el caso de
que el testamento sea escrito en parte por el testador y en parte por un tercero, o en
parte por el testador y en parte por varios terceros, o solamente por varios terceros a
ruegos del testador.
Importante es, que en ésta clase de testamento, ha de expresarse también el lugar, día,
mes y año en que se escribe. Como advierte Puig Brutau 139, citando a Ossorio
Morales, conviene no confundir ese lugar y esa fecha con las del propio otorgamiento,
esto tiene especial importancia, para determinar la capacidad del otorgante o para
saber, cuál es el último testamento que deroga a los anteriores; aunque como afirman,
Puig Brutau 140 y Puig Peña141, la verdadera fecha del testamento cerrado es la del
acta, ya que en este momento es que se considera emitida la declaración de la última
voluntad, aunque se escribiera en fecha anterior.
2. Respecto a la segunda fase, es decir la fase notarial, Espín Cánovas 142, Puig
Brutau 143, Albaladejo 144, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 145, Asprón Pelayo146,
Aguilar Guerra147, Córdova- Levy- Solari Wagmaister148 y Zanonni 149: comentan
137
Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs. 236 a 238. 138
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 96 a la 100. 139
Loc. cit. 140
Loc. cit. 141
Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs 236 a 238. 142
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 152 a 155. 143
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 101 a 105 144
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 145
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Pág. 472. 146
Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 56 a 58. 147
Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 92. 148
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. de la 57 y 58 149
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 571.
33
que en esta fase, el testador ha de comparecer ante el notario y los testigos exigidos
por la ley, manifestando que el pliego cerrado que presenta, contiene su testamento,
extendiéndose entonces sobre la cubierta de dicho testamento un acta, que una vez
leída y conforme, ha de ser firmada por los asistentes al acto. Debiendo tomar en
cuenta lo siguiente:
a. El testador comparecerá con el testamento cerrado y sellado, o lo cerrará y
sellará en el acta ante el notario que haya de autorizarlo y los testigos, en
presencia de ellos, manifestará el testador, que el pliego que presenta contiene
su testamento, expresando si se haya escrito, firmado y rubricado por él, o si
está escrito de mano ajena y firmado por él, al final y en todas sus hojas, o si,
por no saber o no poder firmar lo ha hecho a su ruego otra persona.
b. Redacción, lectura y firma del acta externa: Sobre la cubierta del testamento,
extenderá el notario, la correspondiente acta de su otorgamiento; expresando el
número y la marca de los sellos con que esté cerrado y dado fe, de haberse
observado las solemnidades marcadas por la ley.
Extendida y leída el acta, la firmarán el testador y los testigos que sepan firmar y la
autorizará el notario, con su signo y firma. Si el testador no sabe o no puede firmar,
deberá hacerlo en su nombre uno de los testigos instrumentales y otra persona
designada por aquél. También se expresará en el acta esta circunstancia, además del
lugar, hora, día, mes y año del otorgamiento.
En tanto, Aguilar Guerra150: manifiesta, que además el notario deberá transcribir en su
protocolo el acta de otorgamiento, esto según el artículo 962 del Código Civil.
150
Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 93.
34
Una vez extendida el acta de otorgamiento, ha de procederse a su lectura; la firmará el
testador, los testigos, los intérpretes si los hubiere y la autorizará el notario con su sello
y firma.
3. En la tercera fase, como aseveran, Espín Cánovas, Diego 151, Puig Brutau, 152,
Albaladejo 153, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 154 y Aspron Pelayo 155; Tiene lugar
la conservación del testamento para que, una vez ocurrido el fallecimiento del testador,
pueda surtir efectos, mediante su presentación ante la autoridad judicial, que ordenará
la comprobación de la autenticidad de su cubierta externa y protocolización en la
notaría en que se hubiese otorgado.
Los autores, Espín Cánovas156, Puig Brutau157, Albaladejo158, Diez- Picazo, Gullón
Ballesteros159, Aspron Pelayo160, y el Código Civil de Guatemala161, coinciden en
que el testador podrá conservar en su poder el testamento cerrado, o encomendar su
guarda a persona de su confianza o depositarlo en poder del notario autorizante, para
que lo guarde en su archivo, lo cual se hará constar en el acta.
2.2.2. e. Formalidades Posteriores: Apertura del testamento cerrado:
Como el testamento cerrado, puede conservarlo el testador, un tercero o el notario,
como quedó expresado anteriormente, al momento del fallecimiento del testador, debe
entregarse la plica que contiene el testamento y de ésta manera Aguilar Guerra162
explica: Fallecido el testador, quien esté en poder del testamento, habrá de presentarlo
151
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 152 a 155. 152
Puig Brutau, José, Op. cit., Págs. 107 y 108. 153
Albaladejo, Manuel. Op. cit., pág. 580. 154
Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros. Op. cit., Pág. 472. 155
Asprón Pelayo, Juan Manuel. Op.. cit., Págs. 56 a 58.
156 Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 154 y 155.
157 Puig Brutau, José, Op. cit., Págs. 107 y 108.
158 Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580.
159 Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros,. Op cit., Pág. 472.
160 Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 57 y 58.
161 Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 963 y 964.
162 Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Págs. 93 y 94.
35
al juez competente, dentro de diez días desde que esa persona conozca el
fallecimiento, en caso contrario, incurrirá en responsabilidad por los daños causados
por negligencia (art. 964 CC). En cuanto a las diligencias previas a la apertura del
testamento, cabe indicar que el juez procederá al examen de la cubierta, con citación
del notario y los testigos instrumentales (Arts. 469 y 470 CPCM). Practicada la apertura
del testamento y cumpliendo con los requisitos de rigor, se procederá a darle lectura
(Art. 471 CPCM). Inmediatamente el juez rubricará y sellará cada una de las hojas del
testamento. Acto seguido el juez ordenará la protocolización del testamento (Art. 472
CPCM).
Ahora bien, citan también los autores Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 163, Asprón
Pelayo 164, Espín Cánovas 165, Ortiz V 166 y el Código Civil de Guatemala167: que a la
muerte del testador, el notario o la persona que tenga en su poder el testamento deberá
presentarlo al juez competente luego que sepa del fallecimiento. Si no lo verificase
dentro de diez días, será responsable de los daños y perjuicios que ocasione su
negligencia.
Diez- Picazo, Gullón Ballesteros168, Espín Cánovas169 y Ortiz V170, manifiestan que
podrá pedir judicialmente la presentación del testamento, el que tuviere conocimiento
de haberse otorgado y obrara en poder de tercero. Si el reclamante es persona extraña
a la familia, jurará que no lo hace por malicia, sino por creer que él puede tener un
interés por cualquier concepto.
Además de la sanción de responder de los daños y perjuicios, si el que lo tuviere no lo
presenta dentro del plazo de diez días conocido el fallecimiento del testador ( y
163
Diez -Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio. Op. cit., Pág. 472. 164
Aspron Pelayo, Juan Manue, Op. cit., Págs. 56 a 58. 165
Espín Cánovas, Diego, Op cit., Págs. 153 a 155. 166
Ortiz V. Roberto G. Op. cit., Págs. 66 y 67. 167
Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 964. 168
Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 472. 169
Espín Cánovas, Diego. Op. cit., Págs. 152 a 155. 170
Ortiz V. Roberto G. Op. cit., Págs. 66 y 67.
36
conociendo, por supuesto, que tiene el testamento), se grava más la sanción para el
que obre con dolo: perderá todo derecho a la herencia, sea como heredero abintestato,
sea como heredero voluntario, o legatario. Incurre en la misma pena, el que sustrajese
dolosamente el testamento cerrado del domicilio del testador o de la persona que lo
tenga en guarda o depósito, y el que lo ocultare, rompa o inutilice de otro modo, sin
perjuicio de la responsabilidad que proceda.
Teniendo en cuenta que el dolo no se presume nunca, ha de ser objeto de cumplida
prueba. Por tanto, el hecho de no presentarlo en el plazo marcado por la ley no arguye
por sí mismo la existencia de dolo.
La no presentación del testamento cerrado, no produce nunca su caducidad.
En cuanto a la apertura y protocolización, Puig Brutau 171, Espín Cánovas172 y
Córdova- Levy- Solari Wagmaister173 sostienen que presentado el testamento al
Juzgado competente, se siguen las diligencias que permiten comprobar si el pliego
cerrado, se encuentra íntegro, sin señales de haber sido abierto, en cuyo caso, queda
igualmente comprobada la autenticidad del documento privado que contiene, como
expresión de la última voluntad del testador; todo esto con citación del escribano o
notario que autorizo el acto y de los testigos.
Así pues, como refieren, Puig Brutau 174 y Espín Cánovas175, realizada dicha
comprobación de la integridad de los sellos que garantizan el cierre del sobre que
contiene el testamento cerrado, incumbe simplemente al Juez abrirlo, dar lectura al
testamento y disponer, mediante auto, que se protocolice, con todas las diligencias
originales de la apertura, en el protocolo del notario que autorizó el otorgamiento.
171
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96 172
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 154 Y 155. 173
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 64 a la 66. 174
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96. 175
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 154 Y 155.
37
Es nulo el testamento cerrado en cuyo otorgamiento no se hayan observado las
formalidades establecidas; y el notario que lo autorice será responsable de los daños y
perjuicios que sobrevengan, si se probare que la falta procedió de su malicia,
negligencia o ignorancia inexcusables.
2.3. Testamentos comunes ordinarios contemplados en las legislaciones
comparadas
2.3.1. Testamento ológrafo
2.3.1. a. Antecedentes
El Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 176 y los autores Castán, Garriguez,
y De Goicoechea 177, Borda 178, Fassi 179, coinciden al decir que no tiene este
testamento claros antecedentes romanos, salvo los testamentos autógrafos que
Valentiniano III admitió cuando no hubieran intervenido testigos; y que no quiso recoger
Justiniano. El Fuero Juzgo lo admite cuando no sea posible encontrar testigos. Las
Partidas sólo aceptan el del padre a favor de los hijos.
El tratadista argentino Fassi180, explica para comprender esta clase de testamento, que
se les denomina cartas misivas a la manera de comunicarse por escrito, y la costumbre
hizo que las personas redactaran el testamento como si fuera una carga misiva, por
ende creo confusión entre testamento y carta misiva, cuando con el estilo de la
segunda, una persona enuncia decisiones sobre el destino de sus bienes, para después
de su muerte. En la ordenanza francesa de 1735, se resolvió estatuyendo que las
disposiciones escritas en cartas misivas, serían consideradas nulas.
176
Testamento ológrafo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 399. 177
Castán, José, Gurriegues Joaquín, y de Goicoechea, Francisco L. Derecho Civil y Común Foral, España, Editorial Reus, S.A., 1922. Página 147. 178
Borda, Guillermo A. Op. cit., Pág. 332. 179
Fassi, Santiago C. Op. cit., Pág. 124. 180
Ibid. Págs. 128 a 130.
38
Los comentadores del Código de Napoleón, hasta la época de redacción del código
argentino, se inclinaron por la validez del testamento ológrafo aún cuando tuviera la
redacción que es habitual en las cartas misivas y esa solución se ha impuesto
definitivamente y la comparten la doctrina alemana y española.
Pero un escrito, debe considerarse carta misiva o testamento atendiendo más a fu
finalidad que a su forma, para no caer en confusiones. Si lo que se quiso fue testar, y
así surge indudablemente del escrito, no habrá carta sino testamento. Es función
judicial determinar si el documento vale como testamento o como carta.
2.3.1. b. Concepto
2.3.1. b. i. Doctrina.
Explican los tratadistas, Córdova- Levy- Solari Wagmaister181, y Valverde y
Valverde182, que el término ológrafo, por su etimología, deriva del griego holo: todo,
grafo: escrito; de ahí la expresión, “escrito todo entero”.
Así pues, coinciden, Valverde y Valverde 183, Barros Errazuris 184, Boqueiro Rojas y
Buenrostro Báez 185, García Urbano 186, Brugi 187, Diez- Picazo, Gullón
Ballesteros188, y el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 189, al expresar que
el testamento ológrafo, consiste en el escrito enteramente por el testador; y que se
diferencia fundamentalmente de los demás testamentos escritos, en que en el ológrafo
basta la escritura íntegra por mano del testador, sin ninguna otra condición formal para
181
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 45 a la 48. 182
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 80 y 81. 183
Loc. cit. 184
Barros Errazuris Alfredo, Op. cit., Pág. 133. 185
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 338. 186
García Urbano, José María, Op. cit., pág. 406. 187
Brugi, Biagio, Instituciones de Derecho Civil, México, Unión Tipográfica Editorial Hispano-Americana. 1946, página 509. 188
Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 461. 189
Testamento ológrafo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 399
39
que sea testamento, mientras que en los demás testamentos escritos se requiere la
intervención de personas privadas, testigos, por ejemplo, o autoridades, para que
pueda considerarse como testamento.
Determinan Valverde y Valverde190, y el Diccionario Enciclopédico de Derecho
Usual 191, que la característica esencial de esta forma testamentaria es la no
intervención de persona ajena al testador, así como la de autografía total. Por tanto su
diferenciación con las formas notariales, abierta y cerrada, es evidente, siendo una
forma estrictamente privada y de absoluto secreto, a diferencia del testamento cerrado,
pues en éste lo secreto es tan sólo el contenido del testamento, pero no el hecho de su
otorgamiento, aparte de que el cerrado, puede ser escrito por otra persona, en cuyo
caso ni siquiera el contenido es secreto.
En un sentido armonizado manifiestan Zannoni, 192 Diez- Picazo, Gullón
Ballesteros193, Fassi 194 y Colin Abroise y Henry Capitant195, que el testamento
ológrafo ofrece dos indiscutibles ventajas sobre las demás formas de testar: sencillez y
secretividad. Efectivamente es un testamento muy aligerado de formas y solemnidades
legales, aunque las que se imponen legalmente se suelen exigir rigurosamente por la
jurisprudencia para que quede garantizada la autenticidad. Es, además, secreto, pues
no sólo mantiene el secreto de las disposiciones contenidas en él, lo que es igualmente
posible en el testamento notarial cerrado, sino también el hecho mismo del
otorgamiento; además de que no se incurre en gastos, puede extenderse en cualquier
momento y en cualquier lugar.
Al testamento ológrafo se le achacan también evidentes inconvenientes. En tal sentido,
se señala la facilidad de su sustracción, la posibilidad de ser falsificado como otro
190
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 80 y 81. 191
Testamento ológrafo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 399 192
Zonnoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 560. 193
Diez Picazo, Luis, Gullón Ballesteros, Antonio, Op. cit., Pág. 461. 194
Fassi, Santiago C, Op. cit., Pág. 125. 195
Colin Abroise, Henry capitant, Op. cit., Pág. 574.
40
documento privado, y el peligro de captación de la voluntad del testador. Pero
seguramente el mayor inconveniente en la práctica es, el otorgamiento por persona no
perita en Derecho, y sin ningún asesoramiento.
En Guatemala no se contempla la figura del testamento ológrafo, considerando pues
que no brinda certeza jurídica y que se prestaría a muchas falsificaciones, además que
por el nivel académico y cultural del país, otorgar éste clase de testamento sin asesoría
de un notario, traería muchos problemas para la validez del mismo.
2.3.1. b. ii. Legislación Comparada.
Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua no lo regulan.
El Código Civil Federal de México196, el Código Civil Español197 y el Código Civil
argentino198, lo definen como aquel testamento escrito de puño y letra del testador.
2.3.1. c. Formalidades
Los estudiosos del Derecho, como Puig Brutau 199, Lacruz Berdejo 200, De Ruggiero
201, Aspron Pelayo 202, Borda, 203, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros204, manifiestan
que esta clase de testamento requiere menor número de formalidades, pues todas
éstas se reducen a la necesidad de que lo escriba el testador, lo feche y firme de su
propia mano. Nada más exige la ley; ni empleo de papel especial, ni asistencia de
testigos, ni depósito en un archivo o entrega a funcionario público; la única solemnidad
196
Código Civil Federal, México, 1928, artículo 1550. 197
Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889, artículo 678. 198
Código Civil , Argentina, 1871. Artículo 3639. 199
Puig Butau, José, Op. cit., Pás. 116 a 118. 200
Lacruz Berdejo, José Luis, Op. cit., Págs. 766 y 767. 201
De Ruggiero, Roberto, Instituciones de Derecho Civil, Tomo II, Volumen Segundo, España, Instituto Editorial Reus, Traducción de la cuarta edición italiana, página 474. 202
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 203
Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 333. 204
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464.
41
es la autografía; ser mayor de edad y saber el testador leer y escribir. El testamento
ológrafo representa el medio más fácil, el más sencillo y el más idóneo para mantener,
no solamente el secreto del contenido del testamento, sino que también el hecho de
haber testado.
Este testamento es tan simple que, como indican Borda. 205 y Córdova- Levy- Solari
Wagmaister 206, es indiferente el medio de escritura empleado, que puede ser tinta, o
lápiz, papel sellado o simple. Puede admitirse incluso a criterio de los autores
mencionados el testamento en un lienzo, una madera, una pared una pizarra, ya sea
con carbón tiza, punzón, etcétera, si las circunstancias del caso revelan la seriedad del
acto.
Sin embargo es importante resaltar, como refieren Borda 207 y Zononni 208, que el
testamento ológrafo, debe ser un acto separado de otros escritos y libros en que el
testador acostumbra escribir sus negocios. Las cartas, por expresas que sean respecto
de la disposición de los bienes, no pueden formar un testamento de esta clase; esto
debe entenderse en un sentido intelectual, no material, de tal modo que el testamento
es válido aunque sea escrito en un libro o librera del testador, si su redacción prueba
que se trata de un acto autónomo, no obstante estar materialmente agregado a este
libro; además, de que el Juez tenga pleno convencimiento que se trata realmente de un
testamento y no de una simple promesa. Lo decisivo es determinar cuándo el
instrumento es una carta o un proyecto de testamento y cuándo es realmente un
testamento.
Así pues, Espín Cánovas 209 y Lacruz Berdejo 210 exponen que, para que sea válido
este testamento, deberá estar escrito completamente y firmado por el testador, con
205
Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 334. 206
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 45. 207
Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 335. 208
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 561. 209
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 157 y 158. 210
Lacruz Berdejo, José Luis, Op. cit., Págs. 766 y 767.
42
expresión del año, mes y día en que se otorgue, si contuviere palabra tachadas,
enmendadas o entre renglones, las salvara el testador bajo su firma. Como afirma
Zannoni. 211, la mayoría de legislaciones que contempla el testamento ológrafo, exige
la escritura con caracteres alfabéticos, pero se ha admitido la validez del testamento
cuyas fechas, mención de importes, cantidades, etc; están escritas en números.
Tomando en cuenta como aseveran Asprón Pelayo212, Diez- Picazo y Gullón
Ballesteros 213, que no es válido otorgarlo escrito por medios mecánicos. Además la
fecha como se ha dicho es importante que se fije, porque a partir de ella se determinará
la capacidad del testador y establecer una posible revocación de un testamento
anterior, por otro posterior.
No es admisible, según Borda 214, Zannoni 215, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 216,
bajo sanción de nulidad, la intervención de un tercero que escriba en el acto del
otorgamiento, o que complete con posterioridad lo que el testador dejó en blanco, con
ese fin. En cambio, es doctrina común que las adiciones de un tercero, una vez
otorgado el testamento, no le pueden testar validez y eficacia, pues de lo contrario
quedaría en sus manos la validez o nulidad de aquél. La ley quiere asegurarse de que
lo escrito sea la expresión de la voluntad libre del causante; toda escritura por mano
ajena, se hace sospechosa, de ahí la nulidad.
En cuanto al idioma del testamento ológrafo, opinan Espín Cánovas 217, Lacruz
Berdejo 218, Aspron Pelayo 219, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 220 que se puede
211
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 562. 212
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 213
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464. 214
Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 333. 215
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 564 y 565. 216
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464. 217
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 156 a 158. 218
Lacruz Berdejo, José Luis, Op. cit., Págs. 766 y 767. 219
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 220
Diez Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464.
43
otorgar en cualquier idioma que quiera utilizar el testador, ya que ésta es una cuestión
indiferente para este testamento.
El testamento podrá conservarse, por el mismo testador o entregarse a otra persona o
incluso a un notario, para que lo custodie.
En cuanto a la adveración y protocolización, se pronuncian Espín Cánovas 221, Aspron
Pelayo 222, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 223 y Albaladejo 224, diciendo que la
persona en cuyo poder se halle depositado dicho testamento, deberá presentarlo al
Juzgado luego que tenga noticia de la muerte del testador, y, no verificándolo dentro
de los diez días siguientes, será responsable de los daños y perjuicios que se causen
por la dilación. También podrá presentarlo cualquiera que tenga interés en el
testamento como heredero, legatario, albacea o en cualquier otro concepto.
Independientemente de este deber de presentación, la legislación establece el plazo
quinquenal de validez o eficacia del testamento, transcurrido el cual, no podrá ya
intentarse su protocolización ni por tanto tendrán eficacia las disposiciones
testamentarias que contuviese.
Así pues, explican Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 225, Espín Cánovas226 y
Albaladejo227 que, presentado el testamento ológrafo, acreditado el fallecimiento del
testador; el juez lo abrirá, si estuviere en pliego cerrado; rubricará con el actuario todas
las hojas y comprobará su identidad por medio de testigos que conozcan la letra y
firma del testador, que declaren que no abrigan duda racional de hallarse el testamento
escrito y firmado de mano propia del mismo. A falta de testigo idóneo, o si dudan los
221
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 157. 222
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 223
Diez Picazo, Luis, Gullón Ballesteros, Antonio, Op. cit., Págs. 464 y 465. 224
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 225
Diez Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Págs. 464 y 465. 226
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 156 a 158. 227
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág 580.
44
examinados, y siempre que el juez lo estime conveniente, podrá emplearse con dicho
objeto el cotejo pericial de letras.
Para la práctica de las diligencias expresadas serán citados, con la brevedad posible,
el cónyuge sobreviviente, si lo hubiere, los descendientes y los ascendientes legítimos
del testador, y, en defecto de unos y otros, los hermanos.
Los citados podrán presenciar la práctica de dichas diligencias y hacer en el acto, de
palabra, las observaciones oportunas sobre la autenticidad del testamento.
Si el juez estima justificada la identidad del testamento, acordará que se protocolice,
con las diligencias practicadas, en los registros del notario correspondientes, por el cual
se darán a los interesados las copias o testimonios que procedan. En otro caso,
denegará la protocolización. Cualquiera que sea la resolución del juez, se llevará a
efecto, no obstante oposición, quedando a salvo el derecho de los interesados para
ejercitarlo en el juicio que corresponda.
Después de estudiar y comprender la figura del testamento ológrafo, como dicen: Puig
Brutau 228 y Valverde y Valverde 229, esta clase de testamento presenta varios
inconveniente si su autografía ofrece una garantía de su autenticidad, aumenta el riesgo
de que sea redactado bajo coacción o amenazas, que se preste a la falsedad y al
fraude, más en esta época, donde se falsifican documentos con relativa facilidad; así
mismo es susceptible, a que sea sustraído o inutilizado o que simplemente
desaparezca, ya que no hay ninguna garantía pública o privada al no intervenir en él
otra persona que la del testador.
Es posible también, que un testador poco versado en las diversas formas de testar,
crea redactar un simple proyecto de última voluntad y resulte que el documento en
cuestión, es tenido después como el último y válido testamento del otorgante. Es cierto
228
Puig Brutau, José, Op. cit., Págs. 114 y 115. 229
Valverde y Valverde, Calixto. Op. cit., Pág. 81.
45
que el requisito de la firma permite distinguir lo que es mero proyecto o borrador, del
escrito definitivo, pero hasta es posible, que alguien redondee su proyecto trazado,
incluso el rasgo con que de ordinario suele firmar. Otra cuestión muy importante, es que
este tipo de testamento hace imposible garantizar la capacidad del testador.
Al hacer un estudio de los testamentos comunes ordinarios, se tiene que la totalidad de
legislaciones comparadas en el presente estudio, regulan el testamento abierto y el
testamento cerrado, siendo el testamento común abierto el más arraigado dentro de
nuestra cultura jurídica y en menor grado el testamento cerrado, ambas modalidades de
testamento deben de cumplir para su eficacia los distintos requisitos establecidos en el
Código Civil y el Código de Notariado en el caso de Guatemala, y además por la
intervención de notario público, debe encajar la voluntad del testador de acuerdo a las
disposiciones normativas respectivas.
En cuanto al testamento ológrafo la legislación guatemalteca no lo contempla,
atendiendo a razones de seguridad jurídica y la posibilidad de la suplantación de la
voluntad del testador por terceras personas; esta clase de testamento se encuentra
regulado únicamente por la legislación de México, Argentina y España.
2.4. Testamentos comunes extraordinarios
Estos testamentos, como explica Espín Cánovas 230, están motivados por la existencia
dentro de las formas ordinarias de testar, de algunas modalidades ocasionadas por
diversas causas, como es la de padecer el testador determinadas enfermedades o
defectos físicos o psíquicos (locura con intervalos de lucidez, sordera, ceguera,
sordomudez y mudez) o bien por otras causas (peligro de muerte, epidemia,
desconocimiento del idioma nacional), estas causas originan la necesidad y
conveniencia de adaptar los requisitos normales del testamento a las circunstancias
que imponen dichas causas, variando a veces los requisitos normales por otros nuevos
requisitos, por una exigencia de mayor seguridad.
230
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 159.
46
2.4.1. Testamento común abierto del ciego
Para Valverde y Valverde 231, las partidas, como el derecho romano, reconocieron al
ciego una capacidad para testar limitada, y por esto exigieron en los testamentos
otorgados por ellos, que sólo podían ser nuncupativos, la presencia del escribano y
siete testigos, o de ocho testigos sin escribano. La ley 3ª de Toro, redujo a cinco el
número de testigos que habían de intervenir en el testamento del ciego, y aunque se
discutió, si esta ley permitió al ciego hacer testamento cerrado, la opinión dominante y
casi unánime era, que las solemnidades establecidas por la citada ley se referían al
testamento abierto y que el ciego carecía de aptitud para hacerle cerrado.
La opinión de la autora de la presente tesis, se identifica con aquellos que concuerdan
que el ciego carece de aptitud para hacer testamento cerrado, pues su limitación física
no le permite verificar personalmente el contenido de su voluntad plasmado en el
testamento cerrado.
Las legislaciones comparadas en la presente investigación no definen al testamento
común abierto del ciego, pues se sobreentiende que es el que otorga la persona que no
posee el sentido de la vista, según los requisitos impuestos por la ley, surgiendo así una
modalidad del testamento común abierto.
En este sentido el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 232, indica además
que por la situación especial en que se encuentran quienes carecen del precioso
sentido de la vista, que los expone a fáciles errores y a pérfidos engaños en materia de
intereses, se han establecido ciertas prohibiciones testamentarias, en relación con los
ciegos, y otras garantías en las formas permitidas a ellos, superiores a las ordinarias.
231
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Página 120. 232
Testamento Del Ciego, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 393.
47
Explican, Lara Samayoa 233, Espín Cánovas234, Puig Brutau 235 y Ortiz V.236 que el
testamento del ciego, deberá ser faccionado en escritura pública, ante notario y deben
comparecer tres testigos, que serán escogidos por el testador y deben ser personas de
su absoluta confianza. Además, este testamento será leído en voz alta dos veces: una
por el notario que autoriza y otra por un testigo que designe el testador, haciéndose en
el documento, mención especial de ésta circunstancia; lo que les permite cerciorarse de
la correspondencia entre su voluntad y la redacción del testamento.
Comenta, Espín Cánovas 237 que se discute la posibilidad, de que el ciego otorgue
testamento en alguna de otras formas. Ya que expresamente se les prohíbe a los
ciegos, hacer testamento cerrado. En cuanto al testamento ológrafo, se mantienen las
siguientes posiciones: a) Que no pueden otorgarlo, porque el código tiene un criterio
restrictivo frente al testamento del ciego, al prohibirles hacer uso del testamento
cerrado; b) Que como piensan la generalidad de los autores, el ciego puede otorgar
testamento ológrafo siempre que escriba con la escritura ordinaria, no con punzón u
otros procedimientos que no permiten la identificación de la letra.
En el Código Civil238, se estipula que, el ciego tiene prohibición absoluta para hacer
testamento cerrado.
La legislación trata de asegurar las disposiciones de última voluntad del ciego, y por
ello busca asegurar la pureza de sus disposiciones, para que no sean vulneradas
fácilmente.
233
Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 34. 234
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 160 y 161. 235
Puig Brutau, José, Op. cit., Págs 91. 236
Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 56. 237
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 160 y 161. 238
Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala. artículo 960.
48
2.4.2 Testamento común del sordo
Para Valverde y Valverde 239, las partidas, copiando al derecho romano, prohibieron
testar a los sordos de nascencia, porque en realidad estaban incomunicados, como el
mudo; pero extendía la incapacidad a los demás sordos que por un accidente o causa
posterior lo fueran.
Las legislaciones comparadas en la presente investigación no definen al testamento del
sordo, pues se sobreentiende, que es el que otorga la persona que no posee el sentido
del oído, según los requisitos impuestos por la ley, derivando una forma del testamento
común abierto o cerrado.
Espín Cánovas 240, Albaladejo 241 y Puig Brutau 242, manifiestan que el enteramente
sordo, puede otorgar testamento ológrafo y cerrado, conforme a las disposiciones que
rigen estas formas testamentarias, ya que dicho defecto físico no le impide su
cumplimiento. En cambio, para el testamento abierto, exige la dificultad de que el
testador ha de expresar su conformidad con el testamento una vez que haya sido leído
por el notario, lectura que no puede ser oída por el enterante sordo. Esta dificultad se
salva, según el código, mediante la lectura del testamento, por el mismo testador o por
dos personas que él designe. Dispone, en efecto, que el que fuera enteramente sordo,
deberá leer por si mismo su testamento, y si no sabe o no puede, designará dos
personas que lo lean en su nombre, siempre en presencia de los testigos y del notario.
Aclaran, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 243 que las personas, que leerán en
nombre del testador, si éste no supiere o no pudiere, han de estar presentes en el
momento de la emisión de su voluntad ante el notario y testigos, pues sólo así podrán
comprobar que el testamento se ajusta a aquélla.
239
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 117 y 118. 240
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 160. 241
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 242
Puig Butau, José, Op cit., Págs. 90 y 91 243
Diez -Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 468.
49
El Código Civil244, expresa que si un sordo quiere hacer testamento abierto, deberá
leer el mismo en voz inteligible, el instrumento, a presencia del notario y testigos, lo que
se hará constar; con relación a esta normativa dice Lara Samayoa245, que el
testamento del sordo, debe hacerse constar en escritura pública, ante Notario y dos
testigos; y, además, deberá leer el testador en voz alta e inteligible el testamento, en
presencia del Notario y testigos, debiéndose acreditar esta circunstancia. El Código
Civil prohíbe al sordo hacer testamento cerrado.
Con las estipulaciones que contienen las diferentes normativas, lo que se trata, al igual
que con el ciego, es de proteger y garantizar al que es sordo que lo que declara es lo
que efectivamente se contiene en el testamento que otorgue.
2.4.3. Testamento del mudo.
Las legislaciones comparadas en la presente investigación, no definen al testamento
del mudo, pues se sobreentiende que es el que otorga la persona, que no posee el
sentido del habla, según los requisitos impuestos por la ley, resultando una modalidad
del testamento común cerrado, puesto que es claro que no puede expresar de viva voz
las disposiciones de última voluntad.
El Código Civil246, regula que los que no pueden hablar, pero si escribir, podrán otorgar
testamento cerrado, pero tanto el testamento como el acta de la plica deberán ser
escritos y firmados de puño y letra del testador.
Sobre esta clase de testamento no existe mucha doctrina, pero es evidente que, así
como los anteriores, se trata pues, también de proteger las disposiciones de última
voluntad del testador que es mudo.
244
Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 958. 245
Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 34. 246
Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 961.
50
El testamento del ciego, del sordo o del mudo, constituye una forma extraordinaria de
los comunes, atendiendo a sus limitaciones físicas en cuento a la manifestación de su
voluntad, así como a la verificación de esa voluntad plasmada en el documento de
mérito, razón por la que las legislaciones introducen requisitos adicionales para su
validez.
2.5. Formalidades Posteriores a esta clase de testamentos.
Luego de otorgado el testamento, sobre el notario recaen ciertas formalidades
especificadas en la ley, en éste sentido indica el Código de Notariado247, que el notario
y los jueces de 1ª Instancia, cuando estén facultados para cartular, deben cumplir las
siguientes obligaciones:
Remitir al Director del Archivo General de Protocolos, dentro de los veinticinco días
hábiles siguientes, testimonio especial, en plica firmada y sellada por el notario,
transcribiendo en la misma, el número de orden, lugar, fecha, hora y objeto del
instrumento, nombre del otorgante, el número y registro de las hojas de papel de
protocolo en el que fue extendido.
Además el notario que autorice un testamento, está obligado a comunicar al Registro de
la Propiedad Inmueble, por escrito, dentro de los quince días siguientes, a la fecha en
que se autorizó el testamento, los datos expresados en el artículo 1193 del Código
Civil.
2.6. Testamentos comunes extraordinarios contemplados en las legislaciones
comparadas.
Atendiendo a que la pregunta de investigación es: ¿Qué modalidades de testamentos
se regulan en las legislaciones?, es menester estudiar en éste momento los
testamentos comunes extraordinarios que no se consideran en la legislación
247
Decreto Número 314, Código de Notariado, Guatemala Artículos 37 y 45.
51
guatemalteca, pero sí en otras legislaciones que se estudian en la presente
investigación, con la finalidad de dar una respuesta puntual a la interrogante planteada.
2.6.1. Testamento del loco en intervalo de lucidez.
2.6.1. a. Doctrina.
Indican Valverde y Valverde 248, Espín Cánovas, 249 y Albaladejo250, que para que un
loco, en intervalo de lucidez, pueda testar, designará el notario dos facultativos, que
previamente reconozcan al testador y no lo otorgará, sino cuando éstos respondan de
su capacidad, debiendo dar fe de su dictamen, en el testamento que suscribirán los
facultativos, además de los testigos.
De la doctrina de jurisprudencia y de lo ordenado por el código se deducen estas dos
importantes presunciones:
1. Que se presume capaz mentalmente una persona, mientras no esté declarada
incapaz.
2. Que cumplidas las formalidades exigidas por la ley, el testamento del loco, se
presume válido con presunción juris tantum.
Como manifiesta Asprón Pelayo 251, todos son capaces para otorgar testamento,
excepto a los que la ley les impida este derecho, por lo que se puede analizar lo
siguiente:
1. Debe solicitarse la valoración del incapaz a un juez de lo familiar.
2. Debe solicitarse por escrito.
248
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 113 y 114. 249
Espín Cánovas, Diego. Op. cit., Pág. 159. 250
Albaladejo, Manuel. Op. cit., Pág. 580. 251
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 62 y 63.
52
3. La solicitud debe presentarla el tutor, o en su defecto la familia, la ley no faculta
que la presente el sujeto que se halle en un intervalo de lucidez.
4. Deben asistir a la revisión del sujeto el juez y dos médicos nombrados por el
propio juez, quienes dictaminarán acerca del estado mental, y el juez debe
cerciorarse de la capacidad para testar.
5. El resultado del reconocimiento se hará constar en acta formal.
6. Si el reconocimiento hecho por los facultativos y el juez es favorable, se
procederá a la realización del testamento ante notario público, con todas las
solemnidades que se requieren para los testamentos públicos abiertos.
7. El testamento debe ser firmado por el notario, el juez, los dos médicos, el testador
y, en su caso, por los dos testigos, si se requiriesen.
2.6.1. b. Legislación Comparada.
En la legislación guatemalteca, salvadoreña, hondureña, costarricense, y nicaragüense,
no se regula esta clase de testamento, ya que tienen incapacidad para testar, de
cualquier manera, los que no gozaren de sus facultades intelectuales y volitivas, por
cualquier causa, en el momento de testar; y se especifica que el notario debe dar fe de
la capacidad mental del testador a su juicio.
El Código Civil Federal de México, el Código Civil argentino y el Código Civil Español,
no dan una definición de esta clase de testamentos, pero si la admite, cumpliendo
rigurosamente con los requisitos establecidos en la ley para el efecto y esencialmente el
dictamen de los facultativos que se requieren.
53
2.6.2. Testamento en idioma extranjero
2.6.2. a. Doctrina.
Comentan Espín Cánovas 252, Albaladejo 253, Puig Brutau254 y Valverde y
Valverde255, si el testamento se otorga en idioma extranjero hace falta la presencia de
dos intérpretes que traduzcan su disposición al castellano. El testamento se deberá
escribir en las dos lenguas; agregando Córdova-Levy- Solari Wagmaister256 y
Zannoni. 257, que los testigos deben entender uno y otro idioma.
Indica además Zannoni. 258, que la función de los intérpretes se circunscribe a
escuchar al testador o recibir por escrito sus disposiciones, traducirlas y hacer entrega
al escribano, de las dos versiones que se incluirán en el protocolo. En estos casos, la
lectura del testamento deberá hacerse en ambos idiomas, y los intérpretes firmarán la
escritura junto a los testigos.
Espín Cánovas 259, señala las implicación de ésta normativa: ante esta disposición tan
sumamente vaga y desprovista de desarrollo se han suscitado numerosos problemas,
entre ellos, el de las personas que podrán utilizar este testamento, sosteniéndose: a)
Que se requiere, ser extranjero y no saber el idioma español, b) Que por el contrario, no
se exige, ni ser extranjero, ni que el extranjero desconozca el castellano y también
como describe Valverde y Valverde 260, que se ha suscitado la duda, si puede hacerse
en idioma extranjero testamento cerrado y explica, que el señor Burón, niega
rotundamente que se pueda dar esta situación, ya que la normativa no es aplicable más
que al testamento abierto, y que los intérpretes no pueden actuar en el testamento
cerrado, porque la declaración de voluntad en éste es secreta. Por su parte Scevola,
252
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 159. 253
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 254
Puig Brutau, José, Op. cit., Pág. 92 y 93. 255
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 115 y 116. 256
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 55 257
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 570 Y 571. 258
Loc cit. 259
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 160. 260
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 115 y 116.
54
Sánches Román y la mayor parte de los escritores españoles, entienden que puede
hacerse testamento cerrado en lengua extranjera, pues si explícita y terminantemente
autoriza el código la forma ológrafa, no hay razón para que no se entienda autorizada la
forma cerrada, puesto que el fondo de ambos testamentos es el mismo.
2.6.2. b. Legislación Comparada.
Todas las legislaciones comparadas en la presente lección coinciden que si el
testador desconoce el idioma español o castellano, se deben de auxiliar de intérpretes
para dicho otorgamiento.
2.6.3. Testamento en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia.
2.6.3. a. Doctrina
Expone Ossorio Morales 261, que se trata de situaciones, en las que es permitido
acogerse a las mayores facilidades que la ley otorga, en previsión de que aquéllas
puedan concurrir, siendo esencialmente distinta la ratio legis, que justifica una y otra
modalidad, ya que la primera, se funda en una razón de urgencia, de orden subjetivo,
que afecta al testador, mientras que la segunda, se basa en una situación ambiental
que puede dificultar el cumplimiento de las formalidades prescritas para los casos
ordinarios. Ello explica que, aún siendo dos testamentos de carácter excepcional, sus
requisitos formales no sean exactamente los mismos; y en cambio sí lo son las
formalidades a que después de su otorgamiento quedan sometidos, a fines de
autentificación.
Añade Espín Cánovas 262, que si el testador se hallare en peligro inminente de muerte,
puede otorgarse el testamento ante cinco testigos idóneos, sin necesidad de notario, y
se escribirá el testamento de ser posible; no siendo posible este extremo, el testamento
valdrá aunque los testigos no sepan escribir, quedando facilitado su otorgamiento y
también se manifiesta la gran simplificación de requisitos, en la posibilidad de que sea
261
Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 94 y 95. 262
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 162 a 165
55
válido el testamento puramente verbal, es decir, sin escribirlo, cuando los testigos no
sepan escribir.
Los requisitos del testamento en peligro de muerte son como explican Espín
Cánovas263 y Puig Brutau 264, los siguientes:
a. El supuesto básico para otorgarlo, es el peligro inminente de muerte del testador; Tal
circunstancia ha de juzgarse según un criterio razonable; por lo que no ha de recurrirse
a la ligera a esta forma de testar.
b. Debe existir la imposibilidad de otorgar testamento ante Notario, es decir, que sólo
puede utilizarse cuando no sea posible dicha intervención. Si la intervención del notario
es posible, el estado de gravedad, no sólo no desaconseja su intervención, sino que la
hace más procedente, para que pueda quedar mejor constancia de la última voluntad
del enfermo.
c. Debe otorgarse ante cinco testigos idóneos que conozcan al testador, debiendo
observarse la unidad de acto, por lo que será nulo cuando no se escriba seguidamente
el testamento, sin interrupción, después de las manifestaciones y los cinco testigos han
de estar presentes en el acto del otorgamiento y, por tanto, todos ellos han de ver y oír
simultáneamente al testador.
d. La redacción del testamento debe ser escrita, no se exige que se escriba el
testamento por los testigos, por lo que es posible otorgar este testamento ante testigos
que no sepan escribir, en forma puramente verbal; pero si los testigos saben escribir, ha
de escribirse el testamento.
e. Debe hacerse la protocolización del testamento ya que los testamento otorgados sin
la autorización del Notario, serán ineficaces si no se elevan a escritura pública y se
263
Loc. cit. 264
Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 143 a 144.
56
protocolizan en la forma prevista en la ley. Pero esta protocolización, por vía judicial ha
de efectuarse dentro de los tres meses siguientes al fallecimiento del testador, se
dispone por tanto, un plazo de caducidad para su protocolización.
f. Caducidad de éste testamento: Además de la no elevación a escritura pública, por
vía judicial, dentro de los tres meses siguientes al fallecimiento del testador, el código
subordina la validez de dicho testamento a circunstancias de peligro inminente de
muerte que lo origina y, por tanto, considera que pasados dos meses, desde que cesó
dicho peligro, sin haberse producido el temido fallecimiento del testador, debe perder su
eficacia, ya que puede otorgarse otro testamento en condiciones normales.
Expone Valverde y Valverde 265, que de igual modo que el testamento hecho en
peligro de muerte, el testamento en caso de epidemia, debe escribirse de ser posible;
concordando con la doctrina científica, que no es preciso para utilizar este testamento,
que el testador esté atacado de la epidemia, basta que ésta exista, pues si el legislador,
hubiera querido exigir que estuviese el testador atacado, no tenía necesidad de regular
una nueva forma de testar, puesto que basta con la de peligro de muerte.
Como explican, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 266, en caso de epidemia puede
otorgarse testamento sin intervención de notario, ante tres testigos mayores de
dieciséis años. Aparte de la posibilidad de que el testamento no lo autorice el fedatario
público, hay otro rasgo especial: los testigos no tienen que ser mayores de edad, lo que
justifica esta fórmula, son las dificultades con que puede tropezarse para otorgar en
forma ordinaria, dado el ambiente de alarma y temor que una epidemia provoca.
Aparte de estas circunstancias el testamento otorgado en caso de epidemia sigue la
misma estructura explicada para el otorgado en caso de inminente peligro de muerte.
265
Valverde y Valverde, Calixto. Op. cit., Pags. 131 y 132. 266
Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 469.
57
2.6.3. b. Legislación Comparada.
En El Salvador y Costa Rica, no se regulan esta clase de testamento.
En la legislación de Guatemala267, se encuentra regulado como Testamento en lugar
incomunicado, bajo la salvedad que es incomunicado por motivo de epidemia. (Como
más adelante se expone).
En la legislación de México268 está regulado como testamento privado, siendo uno de
los casos en que puede otorgarse, cuando el testador es atacado de una enfermedad
tan violenta y grave que no dé tiempo para que concurra notario a hacer el testamento;
En la legislación de Argentina269, se regula el testamento por causa de epidemia o
peste.
En la legislación de España270, Honduras271, y Nicaragua272, regulan las figuras de los
testamentos otorgados en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia.
2.6.4. Testamento público simplificado.
2.6.4. a. Doctrina.
Explica el tratadista Asprón Pelayo 273: que este tipo de testamento, es una innovación
del legislador, que entro en vigencia en 1994, se otorga ante notario público, sin la
necesidad de testigos, pero su objeto es limitado, debido a que sólo se puede referir a
bienes inmuebles, destinados o que vayan a destinarse a vivienda, siempre y cuando
dichos bienes se adquieran por regularización o siempre y cuando el valor de los
267
Código Civil, Decreto Ley 106, Guatemala, 1963. artículo 971. 268
Código Civil Federal, México, 1928, artículo 1565. 269
Código Civil, Argentina, 1871, Artículo 3689. 270
Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889, artículos 700 y 701. 271
Código Civil, Honduras, 1906, artículos 1017 y 1018. 272
Código Civil de la República de Nicaragua, Nicaragua, 1904, Artículo 1041. 273
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 59 a la 61
58
mismos y al momento de su adquisición no exceda de 25 veces el salario mínimo del
Distrito Federal, elevado al año.
Sólo dos disposiciones pueden contenerse en un testamento público simplificado: La
designación de legatarios, y la del representante especial, en caso de que el legatario
sea incapaz en el momento de otorgarse la escritura de adjudicación. Esta clase de
testamento es perfecto, ya que no requiere ser declarado formal testamento y revoca a
cualquier otro tipo de testamento.
Este novedoso testamento, es una medida adecuada para propiciar que la gente de
escasos recursos pueda designar un beneficiario para su inmueble, es una medida
social que puede beneficiar a los titulares de vivienda popular o de interés social.
2.6.4. b. Legislación comparada.
El único país que regula ésta clase de testamento es México.
En el presente capítulo, se desarrollaron las distintas modalidades de testamentos
comunes, regulados tanto en la legislación guatemalteca, como en la legislación
comparada en la presente investigación, haciéndose un estudio pormenorizado de cada
uno de ellos, tanto en su legislación positiva, como en sus aspectos doctrinarios,
estimándose que en dicho capítulo además de reiterar los requisitos esenciales de
validez de cada uno de los testamentos tratados, también se hace un esbozo
doctrinario de los testamentos comunes extraordinarios no considerados en la
legislación nacional, pero que hacen un aporte al enriquecimiento del conocimiento
jurídico y en el siguiente capítulo se entrara a conocer sobre los testamentos
especiales.
59
CAPÍTULO 3
TESTAMENTOS ESPECIALES.
En el presente capítulo se hace un estudio pormenorizado de los testamentos
especiales, contemplados en las legislaciones comparadas en el presente estudio,
teniendo claro que los mismos pueden otorgarse sin la intervención de la figura del
Notario como una excepción a los requisitos formales para la validez del testamento.
3.1.Testamentos especiales:
La Enciclopedia Espasa- Calpe 274, explica que en el antiguo Derecho, se clasificaban
los testamentos especiales en privilegiados y excepcionales, según que exigiesen
menos o más requisitos que el testamento común. Esta clasificación no era muy exacta,
pues, de un lado propiamente privilegiado, no había más que el testamento militar, y por
otro parte, todos los testamentos especiales eran excepcionales, en cuanto constituían
una excepción del testamento común. Así pues, la especialidad de la forma obedece a
circunstancias o motivos excepcionales que hacen que no sea posible o conveniente
observar las formalidades del testamento común.
Valverde y Valverde 275 y Córdova- Levy- Solari Wagmaister276 exponen que no
siempre los testadores pueden adoptar una de las formas tipo de testamento, pues las
circunstancias en que se encuentran aquéllos en algunos casos impiden en absoluto
utilizar alguno de los testamento ordinarios o comunes, y sería cruel e injusto negar a
esos testadores la facultad de testar; por ello, unas veces para asegurarse de la verdad
en las declaraciones de voluntad, se ve precisado a exigir mayor número de
formalidades, que las de los testamentos comunes, y otras, para facilitar la libertad de
disponer, tiene que contentarse con solemnidades de menores garantías.
274
Testamento, Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit., Pág. 131. 275
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 112 y 113. 276
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 59 y 60.
60
De esta manera, como también afirma Iglesias277, eran testamentos especiales por
privilegio, según las partidas, el del militar, el del padre entre sus hijos, el del aldeano y
el otorgado ante el Rey. Estas formas privilegiadas fueron desapareciendo bien por la
ley del ordenamiento de Alcalá, bien por las leyes de Toro, y hasta por la ley llamada de
Gracias, que no incluyó entre éstas el testamento otorgando ante el Rey. Las Partidas
regularon además de los testamentos privilegiados, los excepcionales, entre los que se
hallaban, el del ciego, el recíproco y común y el comisario, de éstos varios han sido ya
suprimidos por el código.
Hay que tener en cuenta como bien indica Zannoni 278, que característica general -
aunque no en todos los casos- es que los testamentos especiales, están sujetos a
caducidad de pleno derecho, para el caso de que el testador sobreviva a las
circunstancias especiales que determinaron su redacción, y que como aseveran Rojina
Villegas 279, Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 280, hay que tomar en cuenta las
circunstancias y sólo en atención a las mismas se permite recurrir a esa forma
privilegiada, no siendo eficaz en los casos ordinarios.”
Es pues necesario, poner especial atención a las situaciones en que se encuentran las
personas, para determinar si son aptas para otorgar un testamento especial, teniendo
especial cuidado en los requisitos que se deben cumplir y que son señalados en la
legislación.
3.1.1. Testamento militar
3.1.1. a. Antecedentes
Expone Iglesias 281, que bajo cualquier aspecto que se considere, el testamentum militis
la simplicitas, la imperitia de los soldados, y la efectiva imposibilidad de dirigirse a
277
Iglesias, Jua, Op. cit., pág. 401. 278
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 574. 279
Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., pág. 400. 280
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Págs. 338 y 339. 281
Iglesias, Juan, Op. cit., Págs. 401 y 402
61
personas entendidas, mueve a varios emperadores a dictar disposiciones, que les
dispensen de observar las normas comunes en la confección del testamento.
Las concesiones temporales de indulgentia hechas por César, Tito y Domiciano,
son reiteradas con carácter permanente por Nerva y Trajano. El testamentum militis,
tiene validez independientemente de su forma, siempre que sean manifiestas la
voluntad y seriedad del testador.
Afirma Valverde y Valverde 282, que fue conocido en Roma este testamento con el
nombre de testamento in procinctu. Para Gayo y Justiniano, el testamento militar era
debido a la ignorancia del derecho que solían tener los militares; para Ulpiano, la razón
del privilegio era el inminen periculus mortis, y para otros el testamento militar fue
originado como mera gracia.
El Fuero Juzgo, permitió testar al que estuviera en hueste, confirmándose este
testamento después, ante el obispo y ante el juez. Las Partidas también admitieron este
testamento a favor de los caballeros en hueste, pudiendo hacer testamento como
pudieren y quisieren, de palabra o por escrito, o con su sangre misma, siempre que se
acreditara con dos hombres buenos. Podían hacerlo también ante dos testigos,
llamados y rogados y por Real cédula de 28 de abril de 1739, se declaró que el
testamento otorgado sin ninguna solemnidad, no valiera sino fallecía en campaña, más
por la Novísima Recopilación, se ordenó que los militares tenían fuero, no sólo en
campaña, sino fuera de ella, siempre que gozasen de sueldo.
3.1.1. b. Concepto
3.1.1. b. i. Doctrina
Rojina Villegas 283, considera que, el testamento militar, obedece a la circunstancia
especial, de que el militar o el asimilado al ejército entre en campaña, peligre su vida, o
se encuentre herido en el campo de batalla. Y como complementa Córdova- Levy-
282
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 125 y 126. 283
Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., Pág. 400.
62
Solari Wagmaister284, la característica de ésta clase de testamento está dada por la
flexibilidad que la ley otorga, en cuanto a la observancia de las formas requeridas para
disponer de los bienes mortis causa.
Zannoni285, Espín Cánovas 286, y Ossorio Morales 287 expresan que ésta clase de
testamento, se funda más que en la profesión militar, en la situación de peligro que
encierra para los militares el encontrarse en tiempo de guerra y en campaña, requisitos
ambos precisos para poder hacer uso de este testamento, que se permite, no sólo a los
militares, sino también a los voluntarios, rehenes, prisioneros y demás individuos
empleados en el ejército o que sigan a éste; por lo cual sería quizá más preciso
calificarlo de testamento en tiempo de guerra.
Caracteriza a este testamento su otorgamiento ante un oficial, con la categoría mínima
de capitán o ante un comisario de guerra. Cabe otorgarlo ante un subalterno, capellán o
facultativo, con asistencia siempre de cierto número de testigos, y finalmente siendo
también posible otorgarlo, en caso de peligro de acción bélica, sólo ante dos testigos. Y
como indica Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 288, el mismo puede ser verbal o
escrito.
Se debe tener presente pues, que esta clase de testamento no es exclusivo para los
militares, sino también para otras personas, como lo son: los doctores, las enfermeras,
los sacerdotes, los rehenes, etc.
3.1.1. a. ii. Legislación Comparada.
Las legislaciones, que se comparan en el presente estudio, no dan un concepto como
tal, del testamento militar, pero indican que es el testamento, que pueden otorgar
militares y los demás individuos empleados en un cuerpo de tropas de la República, los
284
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 60 285
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 574. 286
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 168 a 169. 287
Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 109 y 110. 288
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 339 y 340.
63
voluntarios, rehenes y prisioneros que pertenecieren a dicho cuerpo, y las personas que
van acompañando y sirviendo a cualquiera de los antedichos; siendo preciso hallarse
en una expedición de guerra, que esté actualmente en marcha o campaña contra el
enemigo, o en la guarnición de una plaza actualmente sitiada.
3.1.1. c. Formalidades
Manifiestan Ossorio Morales 289 y Castán Tobeñas 290 que es necesaria, la
concurrencia de dos circunstancias: que se haga en tiempo de guerra y que el
otorgante se encuentre en campaña.
Para otorgar esta clase de testamentos, indican Castán Tobeñas 291, Albaladejo292,
Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 293, Espín Cánovas 294 y Asprón Pelayo 295: que
puede distinguirse un testamento militar ordinario y un testamento militar extraordinario:
a. Forma ordinaria abierta: Ha de otorgarse ante un oficial, que tenga por lo menos,
la categoría de capitán. Pero si el testador estuviera enfermo o herido, puede otorgarlo
ante el capellán o el facultativo que le asiste; y si estuviere en destacamento, ante el
que lo mande, aunque sea subalterno. En todo caso es necesaria, la presencia de dos
testigos idóneos.
Remitido, con la posible brevedad, a cuartel general y por éste al Ministro de la Guerra.
El ministro, si hubiese fallecido el testador, remitirá el testamento al juez del último
domicilio del difunto, y no siéndole conocido, al Decano de los de Madrid, para que, de
289
Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 109 y 110. 290
Castan Tobeñas, José, Derecho Civil, España, Instituto Editorial Reus, 1956, Cuarta Edición Refundida, Páginas 356 y 357. 291
Loc. cit. 292
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 582. 293
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Pág. 475 Y 476. 294
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 162 a 165. 295
Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., pág. 62.
64
oficio, cite a los herederos y demás interesados en la sucesión, estos deberán solicitar
que se eleve a escritura pública y se protocolice.
b. Forma ordinaria cerrada: Se otorga ante un Comisario de guerra, que ejerce en
este caso las funciones de notario, observándose las solemnidades del testamento
cerrado común. Una vez remitido este testamento, se hace lo mismo que con el abierto.
c. Forma extraordinaria abierta: Puede usarse durante una batalla, asalto, combate
y en general, en todo peligro próximo de acción de guerra, y se otorga de palabra ante
dos testigos.
d. Forma extraordinaria cerrada: Se otorga ante un oficial, que tenga, por lo menos,
la categoría de Capitán y dos testigos idóneos, observándose las solemnidades del
testamento cerrados común, y debiendo firmar el acta de otorgamiento todos los
testigos, como asimismo, el testador, si pudiere.
El testamento que hemos llamado ordinario abierto, caduca cuatro meses después que
el testador haya dejado ésta; y el extraordinario abierto, queda ineficaz si el testador se
salva, ya que como menciona Espín Cánovas 296 pasado el peligro, el testador podría
otorgar el ordinario abierto o cerrado.
Por el contrario, será eficaz el testamento, cuando el testador fallezca en la acción
bélica, ante cuyo peligro testó, pero, siendo dicho testamento puramente verbal, será
ineficaz el testamento si no se formaliza por los testigos ante el Auditor de Guerra o
funcionario de justicia que siga al ejército. Tiene lugar así, el otorgamiento, en dos
momentos sucesivos, el anterior a la acción bélica inminente, y el posterior, fallecido el
testador, formalizándose por los testigos ante el Auditor; se rompe, en este caso, la
unidad de acto, por la circunstancia de peligro de acción de guerra.
296
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 171 y 172.
65
En la legislación mexicana se considera, según comenta Asprón Pelayo 297 que este
testamento está sujeto a la condición resolutoria legal, de que el testador fallezca de la
causa que facultó el otorgamiento del mismo o dentro del mes siguiente de
desaparecida dicha causa.
Por su parte en la legislación nicaragüense como indica Ortiz V. 298, éste testamento,
es de vigencia temporaria y solo tiene validez cuando el testador fallece antes de los
noventa días del cese de las condiciones que le habilitaron para testar. Si sobrevive a
este plazo el testamento caduca.
Haciendo énfasis en la legislación guatemalteca, comenta Lara Samayoa299, que el
Código Civil en sus artículo 965 y 966, regula esta clase de testamento, y se dispone
que son sujetos activos del mismo, los militares en campaña, los rehenes, los
prisioneros y demás individuos empleados del ejército o que sigan a éste, así como los
individuos de un ejército que se halle en país extranjero.
Las personas antes citadas, podrán otorgar testamento ante el oficial bajo cuyo mando
se encuentren y les está prohibido otorgar testamento cerrado. Si el testador que fuere
a otorgar testamento militar, estuviere enfermo o herido, podrá otorgarlo ante el
facultativo que lo asita o ante un oficial de cualquier categoría. Si la persona se
encuentra en destacamento, podrá otorgar testamento ante el que mande éste, aunque
sea subalterno. Esta disposición es lógica, pues por destacamento se entiende, una
porción de tropa separada del cuerpo principal para una acción o fin determinado,
pudiendo ser el que comanda aquél, cualquier persona de rango militar menor que el
del testador. En todos estos casos que se citan, será necesaria la presencia de dos
testigos que sepan leer y escribir, y, si el testador no supiere o no pudiere firmar, lo hará
por él cualquiera de los citados testigos.
297
Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 62. 298
Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 71. 299
Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., páginas 34 y 35.
66
3.1.1. d. Formalidades Posteriores
Lara Samayoa300 indica que en el caso del testamento militar, se encuentran dos
supuestos, a saber: a) Si falleció el testador, entonces el testamento deberá ser
remitido, a la mayor brevedad posible, al Cuartel General y, por medio de éste, al
Ministerio de la Defensa, debiendo el Ministro del Ramo enviar el testamento, al juez
competente del último domicilio del causante y cuando este domicilio fuere
desconocido, se enviará a cualquier juez de primera instancia del ramo civil del
departamento de Guatemala, con el objeto que cite a los herederos y demás
interesados en la sucesión, los que deberán solicitar que el testamento se protocolice. Y
b) Si no fallece el testador, dicho testamento quedará sin efecto y no será válido, según
se desprende del artículo 973 del Código Civil y esto es aplicable a todos los
testamentos especiales.
Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 301 y Espín Cánovas302, indican que los testamentos
deberán remitirse al cuartel general, y por éste al Ministerio de Guerra (hoy de
Defensa).
El ministerio, si hubiese fallecido el testador, remitirá el testamento al juez del
último domicilio del difunto, y se deberá solicitar que se eleve a escritura pública y se
protocole.
Si el testamento fuese cerrado, el juez procederá de oficio a su apertura con citación e
intervención del Ministerio Fiscal, y después de abierto lo pondrá en conocimiento de
los herederos y demás interesados.
Con relación a los extraordinarios, rigen las mismas reglas, pero con una especialidad.
El de palabra, ha de ser formalizado previamente por los testigos ante el auditor de
guerra o funcionario de justicia que siga al ejército.
300
Ibid. Pág. 35. 301
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 476 Y 477. 302
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 172 y 173.
67
Explica Ortiz V 303, que la legislación nicaragüense, establece que hecho el
testamento militar, éste siempre será rubricado por el jefe del Estado Mayor al
principio y al fin de cada hoja, y remitido por ésta a la mayor brevedad al Ministerio
de Guerra.
En el Ministerio de Guerra, se autenticará la firma del jefe del Estado Mayor y se
remitirá el testamento al juez de distrito de lo civil, del último domicilio real del
causante, para que lo protocolice. No conociéndose al testador ningún domicilio, se
remite al Juez del Distrito de la capital para su protocolización.
En cuanto a las formalidades posteriores, es de hacer notar que la mayoría de las
legislaciones coinciden en cuanto a su procedimiento.
3.1.2. Testamento Marítimo
3.1.2. a. Antecedentes
Expone Ossorio Morales 304 que, los precedentes históricos de esta forma
testamentaria son my escasos, lo cual se comprende, porque la necesidad de su
regulación no fue sentida, hasta la época en que los viajes por mar se hicieron
frecuentes y normales. Suele citarse con poca fortuna, como antecedente remoto de
este tipo de testamento, un testo del Digesto (37, 13, I), que hacía extensivo a los
pilotos y tripulación de naves el beneficio del testamento militar. En España, la
introducción del testamento marítimo, fue obra de las Ordenanzas de la Armada de
1748. Se justifica esta especialidad, por el hecho de que quienes se encuentran en
esas circunstancias, no pueden otorgar testamento con observancia de todos los
requisitos que los testamentos comunes, abierto y cerrado, exigen, especialmente la
intervención de notario; y por ello, el legislador facilita la testamentifacción durante los
viajes marítimos, simplificando la forma del otorgamiento del testamento, en sus dos
formas de abierto y cerrado.
303
Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 70. 304
Osorio Morales, Juan, Op. cit., Pág. 163.
68
3.1.2. b. Concepto
3.1.2. b. i. Doctrina.
Concuerdan, Córdova – Levy – Solari - Wagmaister305, el Diccionario Enciclopédico
de Derecho Usual306, Rojina Villegas307, Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 308, y
Zannoni, 309, al expresar, que el testamento marítimo, es aquel que se otorga a bordo
de un buque, ya sea de guerra o uno mercante, y que obedece al hecho de encontrarse
el testador en alta mar.
Este tipo de testamento como asevera, Valverde y Valverde 310 se justifica no tan sólo
con el riesgo inherente a toda navegación, sino por la imposibilidad de utilizar al notario
en un viaje por mar.
3.1.2. b. ii. Legislación comparada:
Las legislaciones que se estudian en el presente caso no lo definen, pero de su texto
se deduce que, es la clase de testamento abierto o cerrado que se otorga por los que
van a bordo de un viaje marítimo, ya sea buque de guerra o buque mercante.
3.1.2. c. Formalidades
Como dice, Valverde y Valverde311, el testamento marítimo se reglamenta
básicamente, con arreglo a éstas tres bases:
1. La de sustituir al notario por el jefe de barco o por el funcionario del buque de
guerra que tenga funciones similares a las del notario.
305
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 61. 306
Testamento Maritimo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 398. 307
Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., pág. 400. 308
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 340. 309
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 575. 310
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 125 a 127. 311
Loc. cit.
69
2. Que tales testamentos marítimos, abiertos o cerrados son provisionales si el
testador desembarca, en un punto donde pueda testar en forma ordinaria.
3. Que regula dos clases de testamentos: la una para el tiempo ordinario de
navegación, y la otra para utilizarla en tiempo de inminente peligro.
Y además, es importante destacar, como aseveran Córdova – Levy - Solari, -
Wagmaister312 y Zannoni313, que pueden otorgar este testamento no sólo los
miembros de la tripulación, sino cualquier persona que se halle embarcada.
En Guatemala, el Código Civil314, en sus artículos del 967 al 970, estipula que: En un
viaje marítimo se pueden otorgar testamentos abiertos o cerrados, sujetándose a que,
si el buque es de guerra, se otorgará ante el contador o ante el que ejerza sus
funciones, en presencia de dos testigos que sepan leer y escribir, y que vean y
entiendan al testador. El Comandante del buque o el que haga sus veces, podrá
además, su “visto bueno”; Si fuera un buque mercante, autorizará el testamento el
Capitán o el que haga sus veces, con asistencia de dos testigos; En ambos casos, los
testigos se escogerán dentro de los pasajeros.
Así mismo se regula que el Contador del buque de guerra y el del Capitán del
mercante, puedan otorgar testamento ante la persona que deba sustituirlos en el cargo,
observándose las formalidades anteriores.
Los testamentos abiertos hechos en alta mar, serán custodiados por el Comandante o
por el Capitán, y se hará mención de ellos en el diario de navegación. Siendo nula toda
disposición, a favor de cualquier persona que ejerza autoridad a bordo, a no ser que
sea pariente del testador.
312
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 61 y 62. 313
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 575 y 576. 314
Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículos 967, 968, 969 y 970.
70
Además como explica Lara Samayoa315, el testamento debe presentarse a las
autoridades diplomáticas o consulares guatemaltecas, observándose las solemnidades
externas, del lugar de la residencia, ratifiquen sus declaraciones el comandante y
testigos ante quienes se haya otorgado, remitiendo la cédula testamentaria, certificación
de defunción y actas correspondientes, al Ministerio de Relaciones Exteriores, el que
hará llegar estos documentos, al juez competente para su formalización. Si estuviere
todo en regla, el juez declarará formal el testamento y ordenará su protocolización. El
término “declarar formal el testamento”, no es más que la declaratoria que el juez hace
respecto a si se han llenado todos los requisitos legales, para la elaboración del
testamento y si las declaraciones de los testigos o del Comandante han sido
satisfactorias.
Como explican Espín Cánovas316, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 317 y Castán
Tobeñas 318, Existen dos clases de testamentos justificados por las diversas
circunstancias, el testamento ordinario o sin peligro de naufragio y el extraordinario o en
peligro de naufragio, regulándose en el primer caso tanto la forma abierta, como la
cerrada, y en el segundo una forma abierta.
En cuanto a su otorgamiento el testamento ordinario abierto o cerrado, atribuye las
funciones notariales, a los que ejercen determinados cargos en los buques, los cuales
autorizarán tanto los testamentos abiertos como los cerrados, con asistencia de dos
testigos idóneos. Observándose las demás prescripciones de los respectivos
testamentos abiertos y cerrados comunes salvo la indicada sustitución del notario y el
número de testigos, y dentro de las reglas del otorgamiento se tiene que:
1. Los testamentos de los que durante el viaje marítimo vayan a bordo se
otorgarán, si el buque es de guerra ante el contador o el que ejerza sus funciones, en
315
Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 36. 316
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 173 a 176. 317
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 477 y 478. 318
Castán Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 357 359.
71
presencia de dos testigos idóneos que vean y entiendan al testador. El Comandante del
buque o el que haga sus veces, pondrá, además su visto bueno y en el caso de buques
mercantes, autorizarán el testamento el Capitán o el que haga sus veces, con
asistencia siempre de dos testigos idóneos.
2. En uno y otro caso, los testigos se elegirán entre los pasajeros, si los hubiere;
pero uno de ellos, por lo menos, ha de poder firmar, el cual lo hará así y por el testador,
si éste no sabe o no puede hacerlo.
3. El código prevé el caso en que quieran testar las personas que autorizan el
testamento marítimo, disponiendo que el testamento del Contador del buque de guerra
y el del Capitán del mercante, serán autorizados por quien deba sustituirlos en el cargo.
Estos preceptos, como se evidencia, coinciden exactamente con lo preceptuado en el
Código Civil guatemalteco.
Continúan expresando y coincidiendo los tratadistas anteriormente citados, que en
cuanto al testamento extraordinario, éste se autoriza verbalmente, ante dos testigos, en
caso de peligro inminente de acción bélica.
Sobre la conservación, los testamentos abiertos hechos en alta mar serán custodiados
por el Comandante o por el Capitán, y se hará mención de ellos en el diario de
navegación. La misma mención se hará de los ológrafos y los cerrados; es decir que,
mientras para los abiertos se impone su conservación por la primera autoridad del
buque, para los cerrados y ológrafos se permite su conservación por el testador o por
un tercero, imponiéndose tan sólo la mención en el diario de la navegación.
A lo anterior, como manifiesta Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 319 y Zannoni 320,
en México y Argentina, el relacionado testamento se debe otorgar ante el capitán del
319
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 340. 320
Zannoni, Eduardo A, Op. cit. Págs. 575 y 576.
72
barco, por escrito y por duplicado, ya sea por el propio testador o por un tercero, en
presencia de dos testigos, quienes lo firmarán, además del testador. Uno de los
ejemplares, lo conservará el Capitán entre los documentos del navío y el
acontecimiento, se asentará en el diario de navegación, señalando fecha y hora del
mismo.
Explica Córdova- Levy- Solari Wagmaister 321, que la excepción en cuanto a las
formalidades que se prevén en los testamentos especiales, se debe a situaciones
extraordinarias. En consecuencia, en el caso del testamento marítimo, si el barco
arribara a un puerto donde fuera posible realizar diligencias de protocolización, debe de
hacerlo en ese momento y no como la modalidad de testamento marítimo.
El testamento marítimo, tendrá igualmente validez si el testador fallece antes del
desembarco o durante los noventa días subsiguientes, y no se considera desembarco
el hecho por un lapso corto y con la finalidad de reembarcarse en el mismo buque.
Como el valor de este testamento es transitorio, si no se dan los supuestos de hecho
mencionados y una vez vencidos los plazos indicados no se realizan las diligencias
necesarias, el testamento marítimo queda sin efecto.
Albaladejo322, expone que, en España, esta clase de testamentos caducan pasados
cuatro meses, contados desde que el testador desembarque en un punto donde puede
testar en la forma ordinaria y queda ineficaz si el testador se salva del peligro o no se
formaliza después debidamente.
3.1.2. d. Formalidades Posteriores
Castán Tobeñas 323, Espín Cánovas 324 y Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez325,
explican que se debe enviar una copia del mismo, lo antes posible al Ministerio de
321
Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 61 y 62. 322
Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 582. 323
Castan Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 358 y 359. 324
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 176 a 179. 325
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 338.
73
Marina o Ministerio de Relaciones Exteriores en otras legislaciones al arribar al puerto
Nacional, e incluso antes, si se arribase a puerto extranjero, siguiendo la siguientes
reglas:
1. Si el buque arribase a un puerto extranjero donde haya agente diplomático o
consular nacional, el comandante de guerra o el capitán del mercante, entregará a
dicho agente, copia del testamento abierto o del acta de otorgamiento del cerrado y de
la nota tomada en el diario de navegación.
La copia del testamento o del acta, deberá llevar las mismas firmas que el original, si
viven y están a bordo los que lo firmaron, en otro caso, será autorizada por el Contador
o Capitán que hubiese recibido el testamento, o el que haga sus veces, firmando
también los que estén a bordo, que intervinieron en el testamento.
El agente diplomático o consular hará extender por escrito, diligencia de la entrega y,
cerrada y sellada la copia del testamento o la del acta del otorgamiento si fuere cerrado,
la remitirá con la nota del diario de navegación, por conducto correspondiente, al
Ministro de Marina o Ministerio de Relaciones Exteriores, quien mandará que se
deposite en el archivo de su Ministerio.
El Comandante o Capitán que haga la entrega, recogerá del agente diplomático o
consular, certificación de haberlo verificado, y tomará nota de ella en el diario de
navegación.
2. Cuando el buque, sea de guerra o mercante, arribe al primer puerto Nacional, el
Comandante o Capitán entregará el testamento original, cerrado y sellado a la autoridad
local, con copia de la nota tomada en el diario de navegación y si hubiese fallecido el
testador y certificación que lo acredite. La autoridad marítima lo remitirá todo, sin
dilación, al Ministerio correspondiente.
74
3. Si fuere ológrafo el testamento y durante el viaje falleciera el testador, el
Comandante o Capitán, una vez recogido como antes se ha estipulado, para
custodiarlo, lo entregará a la autoridad local, cuando el buque arribe al primer puerto
nacional, para su curso al Ministerio correspondiente.
En cuanto a la protocolización de éste testamento, aseveran Castán Tobeñas 326 y
Espín Cánovas 327, Si hubiese fallecido el testador y fuere abierto el testamento, el
Ministerio de Marina, ordenará la protocolización por vía judicial, según el cual el
Ministro, si hubiese fallecido el testador, remitirá el testamento al juez del último
domicilio del difunto y, no siéndole conocido, al Decano de los de Madrid, para que de
oficio cite a los herederos y demás interesados en la sucesión. Estos deberán solicitar
que se eleve a escritura pública y se protocolice.
Para el testamento cerrado, ninguna previsión se contiene en orden a su
protocolización, entendiéndose por la doctrina que el juez procederá de oficio a su
apertura con citación e intervención del Ministerio Fiscal; y después de abierto, lo
pondrá en conocimiento de los herederos y demás interesados.
Explica Ossorio Morales 328, que los testamentos marítimos, caducan por el transcurso
del tiempo. Lo que se aplica, tanto al testamento abierto como al cerrado. Así pues, los
testamentos marítimos ordinarios, abiertos o cerrados, caducarán pasados cuatro
meses, contados desde que el testador desembarque, en un punto donde pueda testar
en la forma ordinaria. En cuanto al testamento extraordinario, otorgado en peligro de
naufragio, queda sin eficacia si el testador se salva del peligro, en cuya consideración
testó, y aunque no se salvare, si los testigos no lo formalizan ante el funcionario
competente.
326
Castan Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 358 y 359. 327
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 176 a 179. 328
Osorio Morales, Juan, Op. cit., Pág. 168.
75
3.1.3. Testamento en lugar incomunicado.
Esta clase de testamento se regula únicamente en la legislación guatemalteca, pero
como quedo plasmado anteriormente se asemeja al testamento otorgado en caso de
epidemia, como se verá en el desarrollo siguiente.
3.1.3. a. Concepto
Refiere Aguilar Guerra329, que el testamento en lugar incomunicado, se encuentra
regulado en el artículo 971 del Código Civil, y consiste en permitir otorgar testamento a
las personas que se hallen en lugar incomunicado, por motivo de epidemia, sin
intervención de notario y, por consiguiente, se podrá testar ante juez local y en
presencia de dos testigos que sepan leer y escribir.
Tomando como base la definición de esta clase de testamento, se aprecia que el
mismo se asemeja al otorgado en caso de epidemia, que se explicó con anterioridad,
debido a que el testamento en lugar incomunicado requiere esencialmente que se
otorgado de ésta manera por existir una epidemia y por ésta circunstancia se encuentra
incomunicado; es por ello que al momento de analizarlo, se hará conjuntamente con los
que las legislaciones comparadas en el presente estudio, regulan como testamento
otorgado en caso de epidemia.
3.1.3. b. Formalidades.
La legislación guatemalteca no explica mayores formalidades para ésta clase de
testamento, únicamente como ha quedado expresado que debe ser en caso que exista
una epidemia, además Lara Samayoa 330: complementa diciendo que en cuanto a este
tipo de testamento legislado en Guatemala, se tiene que hacer notar, que el mismo
únicamente dice: “juez local”, por lo que se debe entender, que puede hacerse ante
cualquier Juez de cualquier categoría y ramo.
329
Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 96. 330
Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 37.
76
3.1.3. c. Legislación Comparada
En las legislaciones comparadas en la presente lección se regula como
testamento otorgado en caso de epidemia, como se mencionó en el apartado
respectivo.
3.1.4. Testamento del preso
Esta clase de testamento se regula únicamente en la legislación guatemalteca,
consistiendo su especialidad en que el testador debe de encontrarse preso y tener
necesidad de otorgar testamento, no refiriendo el código explícitamente cuales son los
supuestos de esa necesidad, pero deberá entenderse como aquella posibilidad de
urgencia atendiendo a circunstancias personales del testador, como lo es una
enfermedad terminal etc.
3.1.4. a. Concepto
El Código Civil guatemalteco no da una definición de ésta clase de testamento, pero se
sobreentiende que es el otorgado por una persona que se encuentra privada de
libertad, por estar cumpliendo una condena o en prisión preventiva.
3.1.4. b. Formalidades
Refiere, Lara Samayoa 331 que el testamento del preso, según lo preceptúa el artículo
972 del Código Civil, se podrá otorgar en caso de necesidad ante el jefe de la prisión,
que es el Alcaide, con la asistencia de dos testigos que sepan leer y escribir, que
pueden ser los mismos detenidos o presos, con tal que no sean inhábiles. El Código
Civil establece que el testamento del preso otorgado en estas circunstancias, podría
hacerse sólo en caso de necesidad, puesto que se entiende, que si el preso no
estuviere moribundo, éste podría hacerlo ante un notario que acudiera al
establecimiento penal a su llamado.
331
Loc. cit.
77
Además se estipula que en esta clase de testamento será nula toda disposición hecha a
favor de los que tienen autoridad en la prisión, a menos que fuesen parientes del
testador.
3.1.4. c. Legislación comparada
En las legislaciones comparadas, en el presente estudio, únicamente Guatemala
contempla esta figura testamentaria.
3.1.5. Testamento otorgado en el extranjero:
3.1.5. a. Concepto
Consideran, Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 332 y Espín Cánovas333, Que el
testamento otorgado en país extranjero es aquel realizado por el testador que se halle
fuera del territorio nacional, ya sea ante funcionarios de su nación, o ante extranjeros.
En ambos casos, debe ajustarse a las leyes de su país para que surta sus efectos en el
mismo. En cuanto a la forma, puede ser aceptada por la legislación del país, conforme
al principio locus regit actum.
En realidad, no se trata de un testamento especial, ya que puede ser cualquiera de los
autorizados, tanto por la ley nacional del testador, como por la ley del lugar en que se
otorgue. Es pues, un testamento ordinario.
3.1.5. b. Formalidades
Con relación a esta clase de testamentos, Zannoni334 hace las observaciones
siguientes:
a) En cuanto a la validez y al contenido del testamento, se aplican las disposiciones
legales vigentes en el domicilio del testador al tiempo de su muerte.
332
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 340. 333
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 179. 334
Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 577 y 578.
78
b) En cuanto a la forma, el testamento está regido en principio por la ley del lugar de su
otorgamiento, conforme el principio locus regit actum.
Se debe determinar el cumplimiento de las formas, que según el derecho extranjero,
corresponde considerar a los efectos de la aprobación y sin perjuicio de la oportuna
meditación de la validez de su contenido, que se regirá por la ley nacional, si el
causante falleció con último domicilio en el país y, en todo caso, respecto de la
disposición de bienes inmuebles y muebles de situación permanente en el país.
Se debe tomar en cuenta, en primer lugar, si el testamento no estuviese redactado en
idioma nacional, quien lo presente deberá, en el mismo acto, acompañar su traducción.
La traducción debe comprender, el texto íntegro del testamento y deberá ser ratificada
ante el secretario del juzgado.
En segundo lugar, quien acompañe el testamento deberá acreditar el derecho
extranjero aplicable a él y, fundamentalmente que, en cuanto a su forma, está
redactado de conformidad con las solemnidades que aquél exige. Se trata, en estos
casos, de la prueba de la ley extranjera que incumbe a quien pretende ejercer el
derecho.
En Guatemala, el Código Civil335 lo regula en sus artículos del 974 al 976:
expresando, que: los guatemaltecos podrán testar fuera del territorio nacional,
sujetándose a las normas establecidas por las leyes del país en que se hallen y que
también podrán testar en alta mar, durante su navegación en un buque extranjero, con
sujeción a las leyes de la nación a que el buque pertenezca. Se debe tomar en cuenta,
que no será válido en Guatemala, el testamento mancomunado que los guatemaltecos
otorguen en país extranjero, aunque lo autoricen las leyes de la nación donde se
hubiere otorgado y que se puede otorgar testamento abierto o cerrado, ante el agente
diplomático o consular de Guatemala, residente en el lugar del otorgamiento, si fuere
335
Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 974, 975 y 976.
79
notario. Fundamentado como expresa Lara Samayoa 336, que con respecto al
testamento otorgado en el extranjero, de conformidad con el artículo 19 de la Ley del
Organismo Judicial, los notarios guatemaltecos están facultados para autorizar actos y
contratos, rigiéndose por las leyes guatemaltecas, en los casos en que tales actos o
contratos deban ejecutarse en Guatemala.
Como expresan Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 337 Valverde y Valverde338, Castán
Tobeñas 339 y Espín Cánovas 340, en España también se regula lo relativo a que se
puede testar en alta mar, durante la navegación en buque extranjero y se sostiene que,
aunque sea válido en el país donde se otorgue el testamento, la forma mancomunada
no será válida en España; sin embargo, si podrán utilizar la forma ológrafa, aunque no
la contemplen las leyes donde se encuentren. Puede testar también ante el agente
diplomático o consular de España, residente en el lugar del otorgamiento; la única
especialidad con relación a esto es la sustitución del notario por el Agente, y la no
domiciliación de los testigos. El agente diplomático remitirá, autorizada con su firma y
sello, copia del testamento abierto o del acta de otorgamiento del cerrado, al Ministerio
de Estado, (figura análoga al Ministerio de Relaciones Exteriores en Guatemala),
para que se deposite en su archivo, y el ológrafo o cerrado lo remitirá cuando fallezca el
testador, con el certificado de defunción.
El Ministerio hará publicar en la Gaceta de Madrid la noticia del fallecimiento, para que
los interesados en la herencia puedan recoger el testamento y gestionar su
protocolización en la forma prevenida.
336
Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 29. 337
Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Pág. 479. 338
Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 124 y 125. 339
Castan Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 359 y 360. 340
Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 179 a 181.
80
3.1.5. c. Legislación comparada
La legislación comparada en el presente estudio coincide en definirlo, como el
testamento otorgado fuera del país (de donde sea nacional el testador), cumpliendo con
las formalidades y requisitos establecidos en los distintos cuerpos normativos.
3.2. Otros testamentos especiales contemplados en la legislación comparada.
3.2.1. Testamento Público Simplificado.
3.2.1. a. Doctrina
Coinciden, Boqueiro Rojas, y Buenrostro Báez 341 y Asprón Pelayo 342 al expresar
que el testamento privado es el que se otorga cuando, por enfermedad grave
inesperada y falta de notario público, el testador no puede realizar testamento ológrafo.
Para otorgar este testamento se requiere, la presencia de cinco testigos, de los cuales
uno deberá redactarlo por escrito, pero puede prescindirse de la forma escrita, si
ninguno de los testigos sabe escribir y en los casos de suma urgencia en que el número
de testigos puede también reducirse a tres.
La expresión de la voluntad del testador, debe ser clara y no dejar lugar a dudas. Para
que la declaración valga como testamento, es necesario que el autor fallezca de la
enfermedad o peligro en que se halle o dentro del mes siguiente.
En caso de que el testador muera antes de este término, el juez de lo familiar deberá
citar ante el Ministerio Público a los testigos que serán examinados respecto de todas
las circunstancias que origine el otorgamiento. Dichos testigos deberán coincidir en
tales circunstancias y contenido de la declaración, e incluso sobre el cabal juicio y
libertad de quien lo hizo. Si el juez considera que de las declaraciones de los testigos,
341
Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 339. 342
Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 61 y 62.
81
se establece plenamente la última voluntad del muerto, se declarará formal el
testamento y surtirá todos sus efectos.
3.2.1. b. Legislación comparada
La legislación mexicana es la única que contempla esta clase de testamentos, que en
realidad cabe aplicarlo en diversos casos contemplados por otras legislaciones, puesto
que se contempla que este testamento se otorga en los siguientes casos:
1. Cuando el testador es atacado de una enfermedad tan violenta y grave que no
dé tiempo para que concurra notario a hacer el testamento;
2. Cuando no haya notario en la población, o juez que actúe por receptoría;
3. Cuando aunque haya notario o juez en la población, sea imposible, o por lo
menos muy difícil, que concurran al otorgamiento del testamento;
4. Cuando los militares o asimilados del ejército entren en campaña o se
encuentren prisioneros de guerra.
Casos que encuadran en otras clases de testamentos como el otorgado en inminente
peligro de muerte, o en lugar incomunicado o testamento militar. Esta clase de
testamento será analizado juntamente con el de inminente peligro de muerte, para
poder hacer el estudio comparativo que corresponde.
En el presente capítulo se analizaron los distintos tipos de testamentos especiales y en
dicho estudio se evidenció que ésta clase de testamentos tienen una especialidad
excepcional en cuento al otorgamiento y requisitos, atendiendo especialmente a
situaciones especiales en las que el otorgante no puede concurrir ante notario, y en
muchos casos su validez también está relacionada con el aspecto de la temporalidad,
pues si ésta desaparece y no se ha producido el fallecimiento del testador, éstos
82
testamentos pierden su eficacia, no obstante haberse otorgado con las formalidades
establecidas en el derecho positivo.
83
CAPÍTULO 4.
PRESENTACIÓN, ANALISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS.
4.1. Presentación.
En el presente capítulo se hace la presentación, análisis y discusión de los
resultados obtenidos, con el objeto de determinar si la pregunta central de
investigación fue respondida y los objetivos fueron alcanzados. Para el efecto es
necesario recordar la pregunta central de investigación ¿Qué modalidades de
testamentos se regulan en las legislaciones?, cuestionamiento que ante el marco
teórico desarrollado y el análisis realizado permiten conocer las modalidades de
testamentos que se regulan en los países de Centroamérica, México, Argentina y
España.
La presente investigación por lo tanto, ha dado respuesta a la interrogante que la
motivó, habiendo cumplido los objetivos de investigación planteados por la autora,
derivado del análisis y comprensión de las diferentes figuras testamentarias
explicadas en el marco teórico de la presente investigación, así como del análisis
basado en los cuadros de cotejo que se acompañan en el apartado de anexos del
presente trabajo de graduación, que se describen de la siguiente manera:
a. Cuadro 1: Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades del
testamento abierto en los países de Centroamérica, México, Argentina y España,
teniendo como indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales
analizados, el número de testigos, y la incapacidad para otorgarlo.
b. Cuadro 2. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades del
testamento cerrado en los países de Centroamérica, México, Argentina y España,
siendo sus indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales
analizados, la incapacidad para otorgarlo, el número de testigos y su
conservación.
84
c. Cuadro 3. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades del
testamento ológrafo en los países de Centroamérica, México, Argentina y España,
teniendo como indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales
analizados, la aptitud para otorgarlo y el idioma del mismo.
d. Cuadro 4. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades de los
testamentos comunes extraordinarios en los países de Centroamérica, México,
Argentina y España, habiendo analizado el testamento del ciego, el testamento del
sordo, el testamento del mudo, el testamento público simplificado, teniendo como
indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales analizados,
número de testigos, y las formalidades esenciales; también se analizó el
testamento del loco en estado de lucidez y el testamento en idioma extranjero,
teniendo como indicadores únicamente el concepto inmerso en los diferentes
cuerpos legales analizados y sus formalidades especiales, y por último se
analizaron los testamentos en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia,
siendo sus indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales
analizados, número de testigos, calidad que deben cumplir los testigos, plazo para
protocolizarlo y la caducidad del testamento.
e. Cuadro 5. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades de los
testamentos especiales; habiendo analizado el testamento militar y el testamento
marítimo, teniendo como indicadores el concepto inmerso en los diferentes
cuerpos legales analizados, quienes lo pueden otorgar, número de testigos,
formalidades posteriores y caducidad; el testamento del preso, siendo sus
indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales analizados,
quienes lo pueden otorgar, ante quien se puede otorgar, número de testigos y
caducidad, y por último se analizó el testamento otorgado en el extranjero, siendo
sus indicadores únicamente el concepto y formalidades.
85
4.2. Discusión y análisis de resultados.
4.2.1. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo del
testamento abierto, en los países de Centroamérica, México, Argentina y
España
Las legislaciones que se comparan en el presente estudio, son bastante uniformes
en cuento a su contenido, ya que siguen los mismos lineamientos y pocas son las
diferencias encontradas, dentro de los resultados y el análisis se tiene lo
siguiente343:
1. La mayoría de legislaciones, no da un concepto estricto, de lo que es el
testamento abierto, solamente entran a conocer al mismo, dando los lineamientos
para su formalización.
Las legislaciones que si dan un concepto, como se ve en el cuadro, son: El
Salvador, Nicaragua, México y España. De estos conceptos, se determina que El
Salvador, Nicaragua y España, lo definen de la misma manera, en tanto que
especifican que es abierto el testamento, siempre que el testador manifieste su
última voluntad en presencia de las personas que deben autorizarlo, quedando
enteradas ellas de lo que dispone. Mientras que México, únicamente lo define
como el que se otorga ante Notario. Así pues, lo definen de una mejor manera, las
legislaciones primeramente citadas.
2. En cuanto a la cantidad de testigos, que deben intervenir en el acto, como
característica esencial de ésta clase de testamentos, se tiene que las legislaciones
comparadas, también son bastante uniformes, ya que se exige entre dos y tres
testigos, para otorgar el testamento abierto, testigos que quedan enterados de las
disposiciones de última voluntad del testador.
343
Ver cuadro uno, en el apartado de anexos.
86
3. Con relación a la incapacidad para otorgarlo todas las legislaciones, a
excepción de Honduras, indican expresamente que personas tiene incapacidad
para suceder testamentariamente.
Todas coinciden en especificar que no pueden testar de ésta manera, los
declarados en estado de interdicción, los que no estén declarados en éste estado
pero que no se encuentren en su sano juicio y los que no puedan darse a entender
ni verbalmente, ni por escrito, que puede ser el caso de los sordos, de los mudos o
de los sordomudos.
La diferencia, que resalta en el articulado de los cuerpos legales, radica en la
edad, ya que en Nicaragua, son incapaces de testar de ésta manera, los hombres
menores de 15 años y las mujeres menores de 14 años, en Costa Rica, los
menores de 15 años, en México, los menores de 16 años, en Argentina los
menores de 19 años, y en España los menores de 14 años.
4.2.2. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo del
testamento cerrado en los países de Centroamérica, México, Argentina y
España.
Como se ha dicho ya, las legislaciones no son radicalmente variantes unas de
otras, por lo que las diferencias son pocas 344, así pues.
1. En cuanto al concepto algunas legislaciones, como Guatemala, Costa Rica,
México y Argentina, no dan un concepto, de lo que es el testamento cerrado,
entran a conocer de lleno las formalidades y requisitos del mismo.
344
Ver cuadro dos, en el apartado de anexos.
87
Si dan un concepto, de lo que es testamento cerrado, las legislaciones de El
Salvador, Honduras, Nicaragua y España, que coinciden en que lo constituye, el
acto por el cual el testador, sin revelar su última voluntad, (característica esencial
de éste testamento), declara que el pliego o escrito que presenta ante las
personas que deben autorizar el acto, siendo siempre éstas el Notario y los
testigos, contiene sus disposiciones de última voluntad.
Y del articulado, de los códigos de las legislaciones que no dicen nada respecto
del concepto de ésta clase de testamento, se concluye lo mismo.
2. Todas las legislaciones comparadas, concuerdan en que tienen incapacidad
para otorgar testamento cerrado, primeramente los ciegos, esta disposición claro
está, trata de asegurar las disposiciones de última voluntad del ciego, ya que no
puede constatarle que efectivamente el pliego que presenta es el que se autoriza.
Otra incapacidad para poder otorgar testamento cerrado, es la de no saber leer, ya
que no podría saber el testador si efectivamente lo que contiene el pliego, es su
disposición testamentaria, algunas legislaciones, como la de Guatemala, El
Salvador, Honduras, Costa Rica, y Nicaragua, inhabilitan para otorgar esta clase
de testamento, además de la persona que no sabe leer, al que no puede escribir.
3. Los testigos que se requieren, para otorgar el testamento cerrado, varían entre
las legislaciones comparadas en el presente estudio, entre dos y siete testigos.
Siete testigos, exige únicamente El Salvador, para que su otorgamiento sea válido,
Guatemala, por otro lado exige únicamente dos.
4. Únicamente El Salvador y Argentina, no contemplan disposiciones, sobre la
conservación del testamento cerrado, las demás legislaciones, coinciden en
considerar, que el testamento cerrado, lo puede conservar el propio testador en su
poder, entregárselo a una persona de su entera confianza, o bien depositarlo en el
Notario que lo autorizo.
88
México es el único país, que aparte de las tres opciones anteriormente citadas,
establece que además el testador puede escoger también, en depositarlo en el
archivo judicial, que lleva un libro especial, para llevar el control de los
testamentos cerrados, que son depositados en dicha institución.
4.2.3. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo del
Testamento ológrafo, en los países de Centroamérica, México, Argentina y
España.
En Guatemala, el Testamento ológrafo, no está regulado, por lo tanto, su
otorgamiento no surtiría ninguna validez en el país. El Salvador, Honduras, Costa
Rica y Nicaragua tampoco lo regulan. Dentro de las legislaciones comparadas en
el presente estudio, lo regulan únicamente México, Argentina y España, y en
cuanto a estos tres países se considera que 345:
1. Las tres legislaciones, a las cuales aplica otorgar el testamento ológrafo,
coinciden dando un concepto del mismo, diciendo que es el que está enteramente
escrito, fechado y firmado por el testador.
2. Con relación, a la aptitud o capacidad para otorgar el testamento ológrafo,
México y España, coinciden al especificar que puede ser otorgado por mayores de
edad únicamente, y Argentina no hace ninguna mención al respecto.
3. El testamento ológrafo, esencialmente debe ser escrito por el testador de su
puño y letra, pueden existir casos en que el testador no sepa escribir en español
(dado el caso que en los países que se analizan, en todos se habla español, como
idioma oficial), y quiera hacer testamento ológrafo en su propio idioma, esta
circunstancia es aceptada para México y España. Argentina, no menciona nada al
respecto.
345
Ver cuadro tres, en el apartado de anexos.
89
4.2.4. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo de la
regulación legal, sobre generalidades de los testamentos comunes
extraordinarios, en los países de Centroamérica, México, Argentina y
España.
Dentro de este análisis, se incluyen ocho testamentos comunes
extraordinarios, que contemplan las legislaciones aplicables en el presente
estudio 346.
1. El primer testamento a analizar, es el testamento del ciego, ningún cuerpo
normativo de la legislación comparada, da un concepto de lo que es un testamento
otorgado por un ciego, claro que se sobreentiende, que es el testamento que
otorga, una persona que no puede ver.
En cuanto a los testigos, que deben estar presentes, al momento en que una
persona no vidente, otorgue su testamento, oscilan entre dos y cinco testigos,
Guatemala, contempla un número intermedio, requiriendo la presencia de tres
testigos.
A excepción de Costa Rica y Argentina, que no estipulan nada al respecto, de las
formalidades especiales, que debe cumplir este testamento, dada la incapacidad
del testador, las demás legislaciones, concuerdan en que, como formalidad
especial, el testamento del ciego debe ser leído dos veces, la primera por el
Notario y la segunda por uno de los testigos, que debe ser elegido por el testador,
y además estipulan expresamente que se debe hacer mención de éste hecho en
el instrumento donde se otorga el testamento del no vidente, so pena de nulidad
del mismo.
346
Ver cuadro cuatro, en el apartado de anexos.
90
2. Al igual que en el testamento del ciego, en el testamento del sordo, la
legislación no da una definición o concepto del mismo, ya que se sobreentiende,
que es el realizado por una persona que no puede escuchar.
Los testigos que deben participar, en el otorgamiento de éste testamento, oscilan
entre dos y siete testigos, Guatemala, requiere el número mínimo que son dos y El
Salvador exige el número máximo que son siete.
Ahora bien, en las legislaciones comparadas en el presente estudio, hay una
diferencia fundamental, que es base para determinar los requisitos fundamentales
y especiales del testamento del sordo, así pues, en la legislación guatemalteca,
hondureña y española, los sordos pueden otorgar testamento abierto, para lo cual
debe leerlo el propio testador, o bien como señala la legislación hondureña y
española únicamente designar dos personas, aparte de los testigos, para que lo
lean ellos y declarar que coincide lo escrito con la voluntad del testador.
En la legislación salvadoreña, nicaragüense, mexicana y argentina, el sordo,
puede otorgar testamento cerrado, para lo cual debe escribir en el sobre que lo
contiene, que adentro se encuentran sus disposiciones de última voluntad, o bien
escribir la palabra testamento, y además consignar su nombre y demás
identificación personal que pudiera.
3. En las legislaciones comparadas, tampoco se da una definición o concepto del
testamento del mudo, pero se sobreentiende, que es el otorgado por una persona
que no puede hablar.
Los testigos que deben presenciar el testamento otorgado por el mudo, oscilan en
las legislaciones comparadas, entre dos y siete testigos, Guatemala requiere dos
testigos, y en el caso de El Salvador se requiere el mayor número de testigos, que
son siete.
91
Siendo que, los mudos, únicamente pueden testar de manera cerrada, todas las
legislaciones comparadas al presente estudio, coinciden en exigir como formalidad
para su otorgamiento que el mismo esté escrito por el testador, y además todas
las legislaciones a excepción de Guatemala, exigen que en la cubierta de la plica,
el testador ponga la palabra testamento, o que adentro se encuentran sus
disposiciones de última voluntad y consignar sus datos de identificación.
4. El testamento del loco otorgado en estado de lucidez, únicamente está regulado
en las legislaciones mexicana, argentina y española; Y en ellas no se da un
concepto, de lo que es ésta clase de testamento, pero se concluye de sus textos,
que es el que otorga una persona, que no se encuentra en su sano juicio, todo el
tiempo, pero que existen momentos en el que se encuentra en pleno uso de sus
facultades volitivas, estado que es estudiado y determinado por facultativos y es
en éste momento, que puede otorgar el testamento al que se hace referencia.
Dentro de las formalidades especiales, que requieren las legislaciones que lo
tienen contemplado, básicamente, se reduce a obtener un dictamen, sobre el
estado mental del testador, por dos facultativos.
5. En cuanto al testamento en idioma extranjero no dan las legislaciones
comparadas en la presente lección un concepto del mismo, entendiéndose que es
el testamento que se otorga en otro idioma, diferente al español.
Dentro de sus formalidades especiales, deben comparecer dos intérpretes, que
traduzcan las disposiciones que diga el testador, y sólo en el caso de España,
basta con un intérprete.
En El Salvador y Honduras, se regula que cuando el testador no puede darse a
entender en español, debe otorgar testamento cerrado y escribir en la plica que
contiene el mismo, la palabra testamento, y sus datos de identificación de ser
posible.
92
6. El Testamento público simplificado, existe únicamente en México. Habiendo
quedado explicado en el cuerpo del presente estudio.
7. El Testamento en inminente peligro de muerte está regulado únicamente en las
legislaciones de Honduras, Nicaragua, México y España.
Dentro de los cuerpos normativos, que regulan ésta clase de testamento, no se
encuentra un concepto propio del mismo.
Al otorgar el testamento que se trata en este momento, se requiere la presencia de
testigos, coincidiendo las legislaciones que lo regulan, que deben ser cinco
testigos, y en el caso de México, se especifica que si es de suma urgencia,
pueden concurrir únicamente 3 al otorgamiento.
Estos testigos, regulan las leyes de Honduras y México, que no necesariamente
deben saber escribir.
Para que esta clase de testamento cobre validez, debe ser protocolizado,
coincidiendo los países que lo contemplan, que debe hacerse en un plazo no
mayor de 90 días o 3 meses.
También se regula en todas las legislaciones, que si el testador no fallece dentro
de los 2 meses o 60 días posteriores a su otorgamiento, o 1 mes que regula
únicamente México, el testamento caducará.
8. Existe también, el testamento otorgado en caso de epidemia, que se contempla
en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Argentina y España, no así en El Salvador,
Costa Rica y México.
93
Tampoco se obtiene un concepto del mismo, en las legislaciones que lo amparan.
Siendo necesaria la presencia de 3 testigos, para su otorgamiento, a excepción
del caso de Guatemala, en que bastan 2 testigos, para que se otorgue de manera
válida. Estos testigos, en el caso de Nicaragua y España, deben de ser mayores
de 16 años, para Guatemala, únicamente se exige que estos puedan leer y
escribir.
Es importante resaltar, que en el caso de Guatemala, es necesaria además de la
presencia de los testigos, que el mismo se otorgue ante Juez local. El testamento
que atañe en éste momento, al igual que el anterior, es necesario protocolizarlo
para que sea válido, y coinciden las legislaciones que lo adoptan que debe
hacerse, en el plazo de 3 meses, Guatemala y Argentina no regulan plazo.
El tiempo de Caducidad, para Honduras, Nicaragua y España, se da al pasar 2
meses, que el testador haya salido de la epidemia, en el caso de Guatemala, son
90 días, y en Argentina, éste testamento no caduca, hasta que sea revocado.
4.2.5. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo de la
regulación legal, sobre generalidades de los testamentos especiales, en los
países de Centroamérica, México, Argentina y España.
Dentro del presente análisis, se contemplan, cuatro testamentos especiales,
haciendo las siguientes observaciones 347:
1. El testamento militar, ha sido desde el época romana, el más importante de los
testamentos especiales, las legislaciones comparadas en el presente estudio, no
dan un concepto o una definición de lo que se debe entender por testamento
militar, dando únicamente los lineamientos de su otorgamiento.
347
Ver cuadro cinco, en el apartado de anexos.
94
Coinciden todas las legislaciones, en que el testamento militar, lo pueden otorgar,
no solamente los militares propiamente dichos, sino también, los rehenes, los
prisioneros, los doctores, las enfermeras, en fin, todas las personas empleadas o
que sirven al ejército, por lo que algunos autores, lo tratan más como testamento
en tiempo de guerra que como testamento del militar.
Siguen el mismo lineamiento también las legislaciones que se estudian, que el
testamento militar lo pueden otorgar ante el oficial bajo cuyo mando se encuentren
las distintas personas que lo pueden otorgar, o bien si estuviere enfermo o herido
ante el facultativo o cirujano; algunas legislaciones como la nicaragüense,
profundizan más, dando un orden jerárquico, para otorgarlo.
Para su otorgamiento, es necesario que intervengan dos testigos, como
coincidentemente determinan los cuerpos legales que se analizan, a excepción de
Honduras que exige que sean tres.
Luego de otorgado el testamento, concuerdan nuevamente las legislaciones, en
que el testamento debe ser remitido en el caso de Guatemala, al cuartel General,
quien lo envía al Ministerio de la Defensa, en otras legislaciones al Ministerio de
Guerra, institución que en caso falleciera el otorgante del testamento, lo enviara al
juez del último domicilio conocido del testador, y si no se sabe cuál fue, al Juzgado
de Primera Instancia del Ramo Civil, del departamento de Guatemala, en el caso
de Guatemala.
En otras legislaciones, además de lo anterior, se requiere que lleve el visto bueno,
del jefe superior de la expedición, como en el caso de El Salvador, Honduras,
Nicaragua y Argentina.
Por último, como esta clase de testamento, es temporal, si no fallece el otorgante,
en determinado tiempo, luego de terminada la guerra, caduca el testamento; en el
caso de Guatemala, El Salvado, Honduras, Nicaragua y Argentina, el plazo de
95
caducidad es de 90 días, en el caso de costa Rica y México, este plazo es de un
mes, y en España es de cuatro meses.
2. Tampoco dan las normativas comparadas, un concepto o definición del
testamento marítimo, pero de la mayoría de textos, se deduce, que es el que
otorgan las personas que se encuentren a bordo de un buque o barco, ya sea
mercante o comercial o bien de guerra.
Es claro que ésta clase de testamento la puede otorgar cualquier persona, sin
necesidad de tener un título o rango determinado, siendo el único requisito, que se
encuentre a bordo de una nave marítima. Debe ser otorgado si es de buque de
guerra, ante el Contador, en el caso de Guatemala, o ante el Comandante en las
demás legislaciones, o quien deba suplirlo en sus funciones, y si es mercante,
ante el Capitán o quien deba suplir a éste.
Coinciden también las legislaciones, al hacer la salvedad, que pueda existir el
caso, en que tanto el Contador o Comandante y el Capitán desean hacer su
testamento, previendo que éste debe otorgarse, ante la persona que deba
suplirlos en sus funciones. Siendo además necesaria la presencia de dos testigos,
en el caso de Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, México y España y de tres en el
resto de los países, cuyas normativas se comparan.
Posteriormente a su otorgamiento, coinciden las normas legales analizadas, a
excepción de Guatemala y Costa Rica, que no menciona nada al respecto, que se
presentan dos opciones; la primera en el caso de que el buque llegase a puerto
extranjero, lo entregará al agente diplomático o consular del país de su nación, si
en caso lo hubiere anotando esta circunstancia en el diario mayor, para que éste
lo remita al Ministerio de Marina, y si fallece el testador, este deberá remitirlo al
juez del último domicilio, que se le conociera al testador o al juez competente, que
indique la ley, si no se le conoce, y la segunda opción, se da, si el buque llegase a
puerto nacional, en donde el capitán, lo entregará al comandante marítimo y éste
96
lo remitirá al Ministerio de Guerra, y si falleciera el testador, se procederá como
quedo descrito en el primer caso.
Este testamento también caduca, transcurrido cierto tiempo después del
desembarque del testador y éste no fallece, en el caso de Guatemala, El Salvado,
Honduras, Nicaragua y Argentina, como se ve, la mayoría, es de 90 días, en el
caso de costa Rica y México, este plazo es de un mes, y en España es de cuatro
meses.
3. Guatemala, es el único país de los que están sujetos al presente análisis, que
regula el testamento del preso, los demás países, no hacen ninguna alusión al
respecto, ya que el preso puede otorgar testamento común que le parezca, en
cualquier momento, citando al Notario o bien testamento ológrafo si su legislación
nacional se lo permite.
4. En cuanto al testamento otorgado en el extranjero es claro que no es un mero
testamento especial, sino una modalidad de los testamentos comunes que se
otorga en un país extranjero; coincidiendo todas las legislaciones tratadas en que
únicamente se permite testar, según las formas o clases determinadas en la
legislación nacional, aunque estén prohibidas en el país donde se otorgue, como
por ejemplo, que un extranjero quisiera hacer testamento ológrafo en Guatemala,
donde esta clase de testamento no está permitido, pero que dicho testamento va a
surtir efectos en el extranjero, en un país que si lo regula y lo permite, así pues,
deben observarse las formalidades y solemnidades del país nacional, en donde
surtirá sus efectos.
97
4.2.6. Discusión y análisis de los resultados de los cuadros comparativos de
la regulación legal de las diferentes clases de testamentos reguladas en los
países de Centroamérica, México, Argentina y España.
Los cuadros que sirven de soporte empírico a la presente investigación y el
desarrollo teórico jurídico de la misma, evidencian que en cuanto a las clases de
testamentos, las legislaciones comparadas en el presente estudio son similares,
siguiendo los mismos lineamientos, las diferencias entre las formalidades de las
distintas clases de testamentos se dan en elementos como el número de testigos
que deben intervenir en el otorgamiento de los mismos, o en el caso de los
testamentos especiales el período de caducidad de los mismos.
Se evidenció también que existen otras clases de testamentos que no se
encuentran regulados en la legislación guatemalteca, por ejemplo en cuanto a los
testamentos comunes ordinarios Guatemala no regula la figura del testamentos
ológrafo, figura que no se encuentra regulada en ninguna normativa
centroamericana, sino únicamente en México, Argentina y España, considerando
la autora que los países centroamericanos no están aptos para acoger dentro de
su legislación una figura testamentaria que presta poca seguridad jurídica a
sociedades del nivel cultural como Guatemala.
En los testamentos comunes extraordinarios se muestra también que en
Guatemala no se contempla la figura del testamento del loco en estado de lucidez,
ni el testamento en inminente peligro de muerto y tampoco el testamento público
simplificado.
Sin embargo existe una modalidad testamentaria contemplada únicamente en
Guatemala, constituida por el testamento del preso, esta figura testamentaria no
se encuentra regulada ni en los antecedentes históricos analizados ni en otras
legislaciones;
98
De todo el estudio y el análisis realizado a lo largo de la presente investigación, se
concluye que se puede dar una respuesta certera a la pregunta de investigación
que es: ¿Que modalidades de testamentos se regulan en las legislaciones?, y
además de dar una respuesta exhaustiva a esta interrogante, de conformidad con
los cuadros comparativos y el análisis de ellos, se logro determinar también las
clases de testamentos diferentes que regula Guatemala, con relación a la
legislación comparada, siendo éste únicamente el del preso; así como determinar
las diferentes clases de testamentos que se regulan en las legislaciones
comparadas y no así en la legislación guatemalteca.
99
CONCLUSIONES.
1. Los antecedentes de las diferentes clases de testamentos preceden de la
antigua Roma, en donde fueron creadas dichas instituciones.
2. Las diferentes legislaciones señalan expresamente, qué clases de
testamentos se pueden otorgar y se debe estar apegado a lo que en ellas
se indique por ser un acto solemne.
3. La generalidad es que los actos y contratos se rigen por la ley del país en el
que se celebren, como excepción, cuando se otorga un testamento en el
extranjero y se desea que el mismo surta sus efectos en el país nacional,
debe estarse a lo dispuesto en la ley nacional, teniendo en cuenta que
aunque en el país en el que se encuentre, se regulen formas distintas de
testar, estás no surtirán efectos en el país nacional, si éste no las regula.
4. Las legislaciones comparadas nombran indistintamente, testamento abierto
o testamento común, siendo en su fondo coincidentes, las disposiciones
legales, al igual que con el testamento cerrado en otras legislaciones lo
denominan secreto.
5. Es indispensable al otorgar los testamentos comunes, la presencia de
Notario, a excepción del testamento ológrafo, no regulado en la legislación
guatemalteca.
6. Las legislaciones comparadas que se estudiaron en la presente
investigación, en la mayoría de aspectos de fondo son coincidentes,
variando en algunos requisitos, como el número de testigos que deben
intervenir en determinados testamentos, o algún requisito que no viene a
variar el fondo de los testamentos.
100
7. Dentro de los testamento comunes, Guatemala únicamente regula el
abierto y el cerrado, no así el ológrafo, que es una figura testamentaria
utilizada en bastantes legislaciones tratadas, sin embargo Guatemala no
está preparada para introducir dentro de su sistema normativo, un
testamento que no lleve consigo las formalidades o requisitos que tiendan a
asegurar las disposiciones de última voluntad del testador, ya que es un
país con poca cultura de respeto y en donde la falsificación y el daño están
a la orden del día, trayendo pues, este testamento problemas serios en
cuanto a su validez y efectiva autenticidad de que lo contenido son las
disposiciones reales del testador.
8. En cuanto a los testamentos comunes extraordinarios, Guatemala
contempla dentro de su legislación la mayoría de los testamentos que se
estudiaron, como el del ciego, el del sordo, el del mudo y el testamento
otorgado en caso de epidemia, en los que las legislaciones comparadas
son coincidentes en sus formalidades y requisitos de fondos.
9. No se regula en Guatemala el testamento del loco en estado de lucidez, en
donde facultativos deben dictaminar sobre el estado mental del testador,
considerando que en Guatemala el sistema judicial es demasiado lento y el
Instituto Nacional de Ciencias Forenses no es del todo eficaz aún, en el
supuesto que el estado de lucidez no es muy prolongado, nunca se podría
comprobar o dictaminar al respecto, ya que al momento de tener la orden
judicial para poder acreditar su lucidez, probablemente el testador, ya no se
encuentre en el estado adecuado para poder testar.
10. Tampoco se regula en Guatemala el testamento otorgado en inminente
peligro de muerte, el que puede ser ventajoso en el país haciendo una
regulación lo bastante formal, como para garantizar la fidelidad de las
disposiciones de última voluntad de los que puedan testar de esa manera,
ya que Guatemala siendo un país tan violento en donde el morir está a la
101
vuelta de la esquina, pueda ser una opción viable para evitar tanto procesos
sucesorios intestados ya sean judiciales o extrajudiciales, que a la larga
probablemente no cumplen los deseos del testador.
11. Guatemala es el único país que regula dentro de los testamentos
especiales, el del preso, considerando, esta regulación totalmente fuera de
lugar, ya que al preso no se le prohíben visitas o estar en contacto con su
abogado, que en el caso de Guatemala todo abogado también es Notario, y
que en cualquier momento puede disponer de sus bienes, como mejor
disponga, ya sea en testamento abierto o cerrado, por lo que esta figura
debería de desaparecer y no dar ese “privilegio” a los presos.
12. Al hacer el análisis de las legislaciones que se compararon en la presente
investigación, se determinó que Guatemala ciertamente regula bastantes
clases de testamentos, sin embargo la regulación que hace deja muchos
vacíos, o cuestiones pocamente reguladas en comparación con otras
legislaciones, en donde complementan de mejor manera la regulación y de
una manera más ordenada las distintas clases de testamentos.
102
REFERENCIAS
a) Bibliográficas.
1. Aguilar Guerra, Vladimir. Derecho de Sucesiones. Guatemala, Colección
de Monografías Hispalense, 2007, Segunda Edición.
2. Albaladejo, Manuel. Compendio de Derecho Civil, España, Librería Bosch,
Ronda Universitaria 11. 1976, tercera edición.
3. Armero Delgado, Mario. Testamentos y Particiones. Tomo Primero, Títulos
sucesorios, España, Instituto Editorial Reus. 1951.
4. Asprón Pelayo, Juan Manuel. Sucesiones, México, McGraw Hill., 2008,
Tercera Edición.
5. Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez. Derecho de Familia y
Sucesiones. México , Oxford. 2001.
6. Barros Errazuris Alfredo. Curso de Derecho Civil, Volumen V, Chile,
Editorial Nascimento, 1931, cuarta edición.
7. Barassi Lodovico. Instituciones de Derecho Civil, Volumen I, España,
Edición José M.a. Bosch –JMB- , 1955.
8. Biondi, Biondo. Sucesiones Testamentarias y Donación, Barcelona,
Bosch, Casa Editorial, 1960, Segunda Edición.
9. Borda, Guillermo A. Manual de Sucesiones, Buenos Aires, Argentina,
Editorial Perrot, 1994. Duodécima Edición,
10. Borrell Soler, Antonio M. Derecho Civil Español, Tomo Quinto, Sucesión
por causa de muerte, España, Bosch, Casa Editorial, 1954.
11. Brugi, Biagio. Instituciones de Derecho Civil, México, Unión Tipográfica
Editorial Hispano-Americana. 1946.
12. Castán, José, Gurriegues Joaquín, y de Goicoechea, Francisco L.
Derecho Civil y Común Foral, España, Editorial Reus, S.A., 1922.
13. Castán Tobeñas, José. Derecho Civil. Derecho de Familia, Derecho de
Sucesiones, Tomo III. España, Instituto Editorial Reus, 1956, cuarta edición
refundida.
103
14. Colin, Abroise, Henry Capitant. Derecho Civil, testamentos y clases
especiales de liberalidades. Tomo III. México, Editorial Jurídica
Universitaria, 2002.
15. Córdova- Levy- Solari Wagmaister. Derecho Sucesorio, Tomo II.
Argentina, Editorial Universal S.R.L, 1993,
16. De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho civil, Tomo II, Volumen
Segundo, España, Traducción de la Cuarta Edición Italiana, Instituto
Editorial Reus, S/A.
17. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Cabanellas Guillemo, tomo
VI, Argentina, Editorial Heliasta S.R.L. 1979,
18. Diez -Picazo, Luis; Antonio Gullón Ballesteros. Sistema de Derecho
Civil, Volumen IV, España, Editorial Tecnos, 1986, tercera edición.
19. Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe,
Tomo LXI, España, Espasa Calpe S.A. 1928.
20. Espín Cánovas, Diego. Manual de Derecho Civil Español, Sucesiones
España, Volumen V, España, Editorial Revista de Derecho Privado, 1957.
21. Fassi, Santiago C. Tratado de los Testamentos, Volumen 1, Argentina,
Editorial Astrea de Rodolfo Depalma y Hermanos. 1970.
22. Figa Faura, Luis. Cómo se hace un testamento. Guía legal práctica para
todos. España, Editorial De Vicchi, S.,A. 1974.
23. Gracias González; José Antonio. Código de Notariado, concordado,
comentado, y anotado, con referencias legales y doctrinarias, Guatemala,
Editorial Estudiantil Fenix, 2011, Guatemala.
24. Iglesias, Juan Derecho Romano, España, Editorial Ariel, S.A, 1999.
25. Lacruz Berdejo, José Luis. Manual de Derecho Civil, España, Librería
Bosch, 1979, duodécima edición
26. Messineo, Francesco. Manual de Derecho Civil y Comercial, Chile,
Ediciones Jurídicas Europa-América, 1954.
27. Ortiz Urbina. Roberto G. Derecho de Sucesiones, Nicaragua, Editorial
Bibliografías Técnicas, S.A. Bitesca. S/A.
104
28. Ossorio Morales, Juan. Manual de Sucesión Testada. España, Editorial
Instituto de Estudios Políticos, 1957.
29. Puig Brutau, José. Fundamentos de Derecho Civil. Tomo V. Volumen II.
España. Editorial Bosch, Casa Editorial, S.A. 1977, segunda edición.
30. Puig Peña, Federico. Compendio de Derecho Civil Español, Tomo VI.,
España, Ediciones Pirámide, S.A., 1976, tercera edición.
31. Rojina Villegas, Rafael. Compendio de Derecho Civil, Bienes, Derechos
Reales y Sucesiones, México, Editorial Porrúa, S.A. 1978.
32. Valverde y Valverde, Calixto. Tratado de Derecho Civil Español, Tomo V.-
Parte Especial, Derecho de Sucesión, Mortis Causa, España, Talleres
Tipográficos Cuesta, 1926, tercera edición.
33. Vallet de Goytisolo José, Bms. Panorama del Derecho de Sucesiones I
Fundamentos. España. Editorial Civitas, S.A. 1982.
34. Vila Plana, Francisco. Instituciones de Derecho Sucesorio, Testamentos,
España, Colección Nereo, 1963,
35. Zannoni, Eduardo A. Manual de Derecho de las Sucesiones, Argentina,
Editorial Astrea, 1999, cuarta edición.
b) Normativas
36. Asamblea Legislativa de España, Código Civil Español, Real Decreto del 24 de
julio de 1889.
37. Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica; Código Civil, Ley
Número XXX, 1885
38. Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, Código General de la
República de Costa Rica, 1841.
39. Asamblea Legislativa de la República de Nicaragua. Código Civil. 1904.
40. Asamblea Legislativa del Distrito Federal, V Legislatura. Código Civil para el
Distrito Federal. México 1928.
41. Congreso de la República de Guatemala, Decreto Número 314, Código de
Notariado, Guatemala.
105
42. Congreso Nacional de Honduras, Código civil de Hondura, 1906.
43. El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, Código Civil, 1871.
44. Jefe de Gobierno de la República de Guatemala en Consejo de Ministros,
Enrique Peralta Azurdia, Código Civil, Decreto Ley No. 106, 1963.
45. Jefe de Gobierno de la República de Guatemala, Enrique Peralta Azurdia,
Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto Ley No. 107, 1963.
46. Órgano Ejecutivo de la República de El Salvador, Código Civil, Decreto Ley
número 512. 1859.
c) Electrónicas
47. Corte Suprema de Justicia, Biblioteca Judicial Dr. Ricardo Gallardo, Fiallos
Valdés, José Guillermo, Tesis Doctoral: Los Testamentos Solemnes en la
Legislación Salvadoreña, El Salvador,
http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/1004b9f7434d5ff106256b3e006d8a6f/b74
9a850b8be81bc06256b3e00747bd3?OpenDocument, fecha de consulta:
tres de mayo de dos mil once.
d) Otras referencias
48. Lara Samayoa, Leonardo, El Testamento Cerrado y El Instrumento Público,
Guatemala, 1976, Tesis de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales,
Universidad Rafael Landivar.
106
ANEXOS
CUADRO 1
Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades del testamento abierto,
en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.
TESTAMENTO ABIERTO
Guatemala El Salvador Honduras
Costa
Rica Nicaragua México Argentina España
Concepto No da un
concepto.
C.C Art.
1005
No da un
concepto
No da un
concepto
C.C
artículo
1027
C.C
Federal
Artículo
1511
No da un
concepto.
C.C
Artículo
679
Número de
Testigos
2 Testigos.
Código de
Notariado,
Art 42.
3 Testigos.
C.C
Art.1009
3
Testigos.
C.C art
993
3 Testigos.
C.C. Art.
583
3.
Testigos.
C.C. Art.
1035
2
Testigos.
C.C
Federal,
Art. 1513.
3
Testigos.
C.C. Art.
3654.
2
Testigos.
C.C Art.
697.
Incapacidad
para
otorgarlo
C.C Art.
945.
C.C Art.
1002
No lo
regula
CC. Art
591
C.C. Art.
979
C.C.
Federal
Arts. 1305
y 1306
C.C Arts.
3614,
3615, 3617
y 3651
C.C Arts.
662 y
663
107
CUADRO 2
Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades del testamento cerrado,
en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.
TESTAMENTO CERRADO
Guatemala
El
Salvador Honduras
Costa
Rica Nicaragua México Argentina España
Concepto
No da un
concepto
C.C. Art.
1005.
C.C Art.
1003.
No da un
concepto
C.C Art.
1028
No da un
concepto
No da un
concepto
C.C Art.
680
Incapacidad
para
otorgarlo
C.C. art.
960
C.C Arts
1014 y
1016
C.C Arts
998 y
1002.
C.C. 587.
C.C Art.
1054 y
1056
C.C.
1530.
C.C 3665 C.C Art.
708
Número de
Testigos
2 Testigos.
Código de
Notariado,
Art. 42
7 Testigos.
C.C. Art.
1015.
5
Testigos.
C.C. Art
1001
2 Testigos.
C.C Art.
587.
5 Testigos.
C.C Art.
1055
3
Testigos.
C.C Art.
1524
5
Testigos.
C.C Art
3666
2 Testigos.
C.C Art.
707,
numeral 5.
conserva-
ción
C.C. Art.
963
No lo
regula
C.C Art
1006
Art. 462,
C.G.R.C.R.
C.C. Art.
1059
C.C Art.
1537
No lo
regula
C.C Art.
711
108
CUADRO 3.
Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades del testamento ológrafo,
en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.
TESTAMENTO OLÓGRAFO
Guatemala
El
Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España
Concepto x x x x x
C.C Art
1550
C.C. Art.
3639
C.C Art.
678.
Aptitud
para
otorgarlo x x x x x
C.C Art.
1551
No
menciona
nada al
respecto
C.C Art.
688.
Idioma x x x x x
C.C Art.
1551
No
menciona
nada al
respecto
C.C Art.
688.
109
CUADRO 4.
Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades de los testamentos comunes extraordinarios,
en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.
TESTAMENTOS COMUNES EXTRAORDINARIOS
Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España
Testa
men
to d
el
cie
go
. Concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
Número de
testigos
3 testigos.
C.C Art. 957
5 Testigos.
C.C. Art.
1014
3 Testigos
C.C Arts.
993 y 998
5 Testigos
C.G. R.C.R,
Art. 471
3 Testigos
C.C Arts.
1035 y
1039
2 Testigos.
C.C Arts.
1513 y
1517.
3 Testigos.
C.C Art.
3654.
2 Testigos.
C.C Art 697.
Formalida- des
especiales
C.C. Art. 957 C.C Art. 1014 C.C Art
998.
No regula
nada al
respecto
C.C. Art
1039
C.C Art.
1517
No regula
nada al
respecto .
C.C Art.
697,
numeral 2.
Testa
men
to d
el
so
rdo
Concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
Número de
testigos
2 Testigos.
Código de
Notariado, Art.
42 yC.C 958
7 Testigos.
C.C. Arts
1015 y 1018
3. Testigos
C.C art 993
y 2 mas, art
999.
3 Testigos
C.G.RC.R.
Art. 472.
5 Testigos
C.C Art.
1055
5 Testigos
C.C Art.
1531.
5 Testigos
C.C Art 3666
2 Testigos
C.C Art.
697.
Formalida- des
especiales C.C. Art. 958 C.C Art. 1017
y 1018
C.C Art.
999.
No regula
nada al
respecto
C.C. Art
1057
C.C Art.
1531
C.C. Arts.
3666, 3668 y
3669.
C.C Art.
607,
numeral 2.
110
Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España T
esta
men
to d
el
mu
do
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
Número de
testigos
2 Testigos.
Código de
Notariado,
Art. 42
7 Testigos.
C.C. Art.
1015.
5 Testigos.
C.C. Art
1001
3 Testigos.
C.G.RC.R.
Art. 472.
5 Testigos.
C.C. Art.
1057
5 Testigos.
C.C Art.
1531.
5 Testigos.
C.C Art 3666
2 Tesigos.
C.C Art.
707,
numeral 5.
Formalida-
des especiales
C.C. Art. 961 C.C Art. 1018 C.C Art.
1004
No regula
nada al
respecto
C.C Art.
1057
C.C Art.
1531
C.C Art.
3668
C.C Art.
709.
Testa-
mento
del loco
en esta-
do de
luci-
dez
concepto x x x x x
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
Formalida- des
especiales
x x x x x
C.C Arts.
1308 y
1309
C.C Arts
3615 y 3616.
C.C Art.
698.
Testa-
mento
en
idioma
extran-
jero
Concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
Formalidades
especiales
Código de
Notariado,
Art. 42,
numeral 7.
C.C. Art.
1018.
C.C Art.
1004 C.C Art. 584
no regula
nada el
respecto. C.C Art.
1503
C.C Art.
3663 C.C Art. 684
111
Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España
Testa-
mento
públi-
co
simpli-
ficado
Concepto x x x x x C.C Art.
1549 Bis. x x
Número de
testigos x x x x x
Art. 1549
Bis. x x
Formalidades
especiales x x x x x
Art. 1549
Bis. x x
Testa
men
to e
n i
nm
inen
te p
elig
ro d
e m
uert
e.
Concepto x x No da
concepto x
No da
concepto
No da
concepto x
No da
concepto
Número de
Testigos x x
5 Testigos
C.C Art.
1017
x
5 Testigos
C.C Art.
1041
5 testigos
C.C Art.
1567. suma
urgencia 3
testigos C.C
art. 1567
x 5. C.C art
700.
Calidad que
deben cumplir
los testigos
x x C.c Art.
1019 x No lo regula
C.C. Art.
1567 x No lo regula
Plazo para
protocolizar-
lo
x x
90 días,
C.C Art.
1020 y
1021
x
3 meses,
C.C. Art.
1043
No lo
regula x
3 meses.
C.C Art.
703.
Caducidad del
testamento x x
60 días.
C.C Art.
1020
x
2 meses,
C.C Art.
1043
1 mes, C.C.
Art. 1571 x
2 meses.
C.C art. 703.
112
Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España
Testa
men
to e
n c
aso
de e
pid
em
ia
concepto No da
concepto x
No da
concepto x
No da
concepto x
No da
concepto
No da
concepto
Número de
testigos
2 testigos.
C.C. Art 971 x
3 testigos
C.C Art.
1018
x 3 testigos.
C.C Art.
1041
x
3 testigos
C.C. Art.
3654. por
disposición
del 3689.
3 testigos
C.C art. 701.
Calidad que
deben cumplir
los testigos
C.C Art. 971 x C.c Art.
1019 x
Mayores de
16 años.
C.C Art.
1041
x C.C Arts.
3614, 3615,
3617 y 3651
Mayores de
16 años,
C.C. art.
701.
Plazo para
protocolizar-
lo No lo regula
x
90 días,
C.C Art.
1020 y
1021
x
3 meses,
C.C. Art.
1043
x No lo regula
3 meses.
C.C Art.
703.
Caducidad del
testamento
90 días, C.C.
Art. 973 x
60 días
C.C Art.
1020
x
2 meses,
C.C Art.
1043
x
Hasta que
sea
revocado.
C.C art.
3651
2 meses.
C.C art. 703.
113
CUADRO 5.
Comparativo de la regulación legal , sobre generalidades de los testamentos especiales,
en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.
Testamentos Especiales.
Tes
tam
en
to m
ilit
ar
Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España
Concepto
No da
Concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto.
Quienes lo
pueden otorgar
C.C Art. 965. C.C Art.
1027.
C.C Art.
1027 C.C Art. 586.
C.C Art.
1070
numeral 3.
C. C Art.
1579
C. C Art.
3672
C. C. Art.
716.
Ante quien se
puede otorgar C.C Art. 965.
C.C. Art.
1027
C.C Art.
1027 No lo regula
C. C. Art.
1071
No lo
regula
C.C Art.
3672 y
3673
C. C. Arts.
716 y 717.
Número de
testigos
2 Testigos
C.C Art. 965.
2 Testigos
C.C Art. 1028
3 Testigos
C.C arts.
993 y 1031.
2 testigos.
C.C art 586,
2 Testigos.
C.C Art.
1070,
numeral 1.
2 Testigos.
C. C. Art.
1579
2 Testigos.
C.C Art.
3672.
2 Testigos.
C.C. Art.
716
Formalidades
posteriores. C.C. Art. 966.
C.C Art.
1031.
C.C Art.
1030 No lo regula
C. C Art.
1075.
C. C Art.
1581
C. C Art.
3677.
C.C Art.
718.
Caducidad
90 días,
C.C. Art.
973
90 días.
C.C Art.
1030
90 días,
C.C. Art.
1029 o si
sobrevive
Art. 1031
30 días,
C.C art.
586.
90 días,
C. C art.
1074
1 mes,
C.C Art.
1571.
90 días.
C.C Art.
3676.
4 meses.
C.C Art.
719.
114
Tes
tam
en
to m
arí
tim
o.
Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España
Concepto
No da
Concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto.
Quienes lo
pueden
otorgar
C. C Arts.
967 y 968
C.C. Arts.
1033 y
1036
CC. Arts.
1033 y
1036
C.C Art.
586,
numeral 2.
C.C Art.
1081
CC. Art.
1583
CC. Art.
3679
C.C Arst.
722 y
723
Ante quien
se puede
otorgar
C.C Arts.
967 y 968.
C C. Art.
1033
CC. Arts.
1033 y
1040
No lo
regula
C.C Arts.
1081 y
1086.
C.C Arts.
1584 y
1585.
CC. Art.
3679
C.C Art.
722
Número de
testigos
2 testigos.
C.C Art.
967.
3 Testigos.
C. C. Art.
1033
3
Testigos
C.C Art
1033
2 testigos.
C.C Art.
586,
numeral 2.
2 testigos.
C.C Art.
1081
2
testigos.
C.C Art.
1584
3
testigos.
C.C Art.
3679.
2
testigos.
C.C Art.
722.
Formalidades
posteriores.
No lo
regula
C C. Art.
1035
C.C Art.
1035
No lo
regula
C.C Art
1083
C.C.
Arts. del
1587 al
1590
C.C Art.
3681.
C.C arts.
725 y
726.
Caducidad
90 días,
C.C. Art.
973
90 días.
C.C. art.
1037.
90 días.
C.C art
1037.
30 días,
C.C art.
586.
90 dias, C.C
Art 1043,
aplicado por
analogía
según la
doctrina.
1 mes,
C.C. art
1591
90 días.
C.C art.
3684
4 meses,
C.C Art.
730
115
Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España T
es
tam
en
to d
el P
reso
Concepto
No da
Concepto x x x x x x x
Quienes lo
pueden otorgar
C.C Art.
972 x x x x x x x
Ante quien se
puede otorgar
C.C Art.
972 x x x x x x x
Número de
testigos
No lo
regula x x x x x x x
Caducidad 90 días, C.C.
Art. 973 x x x x x x x
Testamento
otorgado
en el
extranjero
concepto No da
Concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto
No da
concepto.
Formalidades C.C Arts.
974 y 976
C.C Art.
1021.
C.C Arts.
De 1011
al 1013.
No lo
regula
C.C Arts.
1067 al
1069
C.C arts
del 1593
al 1598.
C.C Arts
del 3636
al 3638
C.C arts.
732 al
736.