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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR. FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES. CLASES DE TESTAMENTOSTESIS OLIVIA ANA LUCÍA FLORES NEGREROS Carné. 10625-01 GUATEMALA, NOVIEMBRE 2011 CAMPUS CENTRAL.

UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR. FACULTAD DE …biblio3.url.edu.gt/Tesis/2011/07/01/Flores-Olivia.pdf · de la regulación legal sobre generalidades del testamento abierto, en los países

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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR.

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES.

“CLASES DE TESTAMENTOS”

TESIS

OLIVIA ANA LUCÍA FLORES NEGREROS

Carné. 10625-01

GUATEMALA, NOVIEMBRE 2011

CAMPUS CENTRAL.

UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES.

“CLASES DE TESTAMENTOS”

TESIS

Presentada al Consejo de la

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la

Universidad Rafael Landívar

Por:

OLIVIA ANA LUCIA FLORES NEGREROS

Al conferirle el grado académico de

LICENCIADA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES.

GUATEMALA, NOVIEMBRE 2011

CAMPUS CENTAL

AGRADECIMIENTOS.

A DIOS: Por ser el pilar fundamental en mi vida y que ha recalcado en mi “NON

FALLIT TE DEUS”.

A MIS PAPAS: Por todo su apoyo, motivación y amor, por ser el motor que mueve

mi vida y mi inspiración.

A MIS HERMANOS: Por apoyarme en todo en momento y darme ánimos siempre

y especialmente por creer en mí y amarme tanto.

A MI ESPOSO: Por su amor, apoyo y paciencia.

A MI FAMILIA Y AMIGOS: Que aunque no plasme el nombre de cada uno, les

agradezco todo su apoyo.

DEDICATORIA

Dedico la presente tesis, a Dios y a Virgen María, a mis papás, a mis hermanos, a

mi esposo y a mi familia.

Especialmente a mis papás, que me han apoyado en todo momento, me han

alentado a seguir adelante, han caminado conmigo siempre y porque son mi

modelo a seguir y mi tesoro más preciado.

Y a Lisseth, por ser una luchadora.

RESPONSABILIDAD

La autora es la única responsable del contenido, doctrinas y criterios sustentados

en la tesis

LISTADO DE ABREVIATURAS.

Art. Artículo

Arts. Artículos.

C.C. Código Civil.

Código Código Civil.

Código Procesal Civil y Mercantil. Jefe de Gobierno de la República de

Guatemala, Enrique Perarlta Azurdia.

Código Procesal Civil y Mercantil. Decreto-

Ley Número 107. 1963.

CGRCR. Asamblea Legislativa de la República de

Costa Rica, Código General de la

República de Costa Rica, 1841.

CPCYM Jefe de Gobierno de la República de

Guatemala, Enrique Peralta Azurdia.

Código Procesal Civil y Mercantil. Decreto-

Ley Número 107. 1963

Dto. Decreto.

No. Número.

Pág. Página.

Págs. Páginas.

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.

CAPÍTULO 1.

ANTECEDENTES.......................................................................................1.

1.1 Clases de testamentos…………………………………………................2.

1.1.1. Doctrina……………………………………………………………………2.

1.1.2. Legislación comparada…………………………………………………..4.

1.2. Antecedentes………………………………………………………………..6.

1.2.1. Formas de testamentos en el Antiguo Derecho……………………….7.

1.2.1. a. Testamento in calatis comillis………………………………………...7.

1.2.1. b. Testamento in Procinclu……………………………………………....7.

1.2.1. c. Testamento per aes et libram…………………………………………8.

1.2.2. Formas de testamentos en el Derecho Pretorio……………………….9.

1.2.2. a. Testamento pretorio……………………………………………………9.

1.2.3. Formas de testamentos en el Derecho Imperial……………………....9.

1.2.3. a. Evolución de los testamentos hasta Justiniano…………………….9.

1.2.3. b. Los testamentos en tiempo de Justiniano……………………….…10.

CAPÍTULO 2.

TESTAMENTOS COMUNES…………………………………………………13.

2.1. Testamentos comunes…………………………………………………. 13.

2.1.1. Concepto ……………………………………………………………….. 13.

2.1.2. Generalidades……………………………………………………………13.

2.1.2. a. La unidad del acto……………………………………………………14.

2.1.2. b. La dación de fe……………………………………………………….15.

2.1.2. c. Testigos………………………………………………………………..16.

2.2. Clases de testamentos comunes……………………………………….. 18.

2.2.1. El testamento común abierto…………………………………………..18.

2.2.1. a. Antecedentes……………………………………………………….. 18.

2.2.1. b. Concepto………………………………………………………………19.

2.2.1. b. i. Doctrina………………………………………………………….… 19.

2.2.1. b. ii. Legislación comparada………………………………………….. 20.

2.2.1. c. Formalidades………………………………………………………….21.

2.2.2 El testamento común cerrado………………………………………….26.

2.2.2. a. Antecedentes………………………………………………………….26.

2.2.2. b. Concepto…………………………………………………………….. 27.

2.2.2. b. i. Doctrina………………………………………………………………25.

2.2.2. b. ii. Legislación comparada…………………………………………….28.

2.2.2. c. Capacidad y prohibiciones para otorgar

testamento común cerrado…………………………………………. 29.

2.2.2. d. Formalidades………………………………………………………… 30.

2.2.2. e. Formalidades posteriores: apertura del testamento cerrado…… 34.

2.3. Testamentos comunes ordinarios contemplados

en las legislaciones comparadas……………………………………….. 37.

2.3.1. Testamento ológrafo…………………………………………………… 37.

2.3.1. a. Antecedentes………………………………………………………… 37.

2.3.1. b. Concepto……………………………………………………………….38.

2.3.1. b. i. Doctrina………………………………………………………………38.

2.3.1. b. ii. Legislación comparada……………………………………………40.

2.3.1. c. Formalidades………………………………………………………… 40.

2.4. Testamentos comunes extraordinarios…………………………………. 45.

2.4.1Testamento común abierto del ciego…………………………………….46.

2.4.2. Testamento común del sordo………………………………………..….48.

2.4.3.Testamento del mudo…………………………………………...………. 49.

2.5. Formalidades posteriores a esta clase de Testamentos………….…. 50.

2.6. Testamentos comunes extraordinarios contemplados en las

legislaciones comparadas……………………………………………….…50.

2.6.1. Testamento del loco en estado de lucidez………………………….…51.

2.6.1. a. Doctrina………………………………………………………………...51.

2.6.1. b. Legislación comparada……………………………………………. 52.

2.6.2. Testamento en idioma extranjero………………………………………53.

2.6.2. a. Doctrina………………………………………………………………. .53.

2.6.2. b. Legislación comparada……………………………………………… 54.

2.6.3. Testamento en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia 54.

2.6.3. a. Doctrina…………………………………………………………………54.

2.6.3. b. Legislación comparada……………………………………………… 57.

2.6.4. Testamento público simplificado………………………………………. 57.

2.6.4. a. Doctrina…………………………………………………………………57.

2.6.4. b. Legislación comparada………………………………………………..58.

CAPÍTULO 3.

TESTAMENTOS ESPECIALES. ……………………………………………..59.

3.1. Testamentos especiales…………………………………………………..59.

3.1.1. Testamento militar……………………………………………………….60.

3.1.1. a. Antecedentes………………………………………………………....60.

3.1.1. b. Concepto………………………………………………………………61.

3.1.1. b. i. Doctrina………………………………………………………………61.

3.1.1. b. ii. Legislación comparada…………………………………………… 62.

3.1.1. c. Formalidades…………………………………………………………..63.

3.1.1. d. Formalidades posteriores…………………………………………… 66.

3.1.2. Testamento marítimo…………………………………………………… 67.

3.1.2. a. Antecedentes………………………………………………………….67.

3.1.2. b. Concepto………………………………………………………………68.

3.1.2. b. i. Doctrina………………………………………………………………68.

3.1.2. b. ii. Legislación comparada……………………………………………68.

3.1.2. c. Formalidades…………………………………………………………..68.

3.1.2. d. Formalidades posteriores…………………………………………… 72.

3.1.3. Testamento en lugar incomunicado……………………………………75.

3.1.3. a. Concepto……………………………………………………………… 75.

3.1.3. b. Formalidades…………………………………………………………..75.

3.1.3. c. Legislación comparada……………………………………………….76.

3.1.4. Testamento del preso……………………………………………………76.

3.1.4. a. Concepto……………………………………………………………….76.

3.1.4. b. Formalidades…………………………………………………………..76.

3.1.4. c. Legislación comparada……………………………………………….77.

3.1.5. Testamento otorgado en el extranjero………………………………..77.

3.1.5. a. Concepto……………………………………………………………….77.

3.1.5. b. Formalidades…………………………………………………………..77.

3.1.5. c. Legislación comparada…………………………………………….…80.

3.2. Otros testamentos especiales contemplados en la

legislación comparada…………………………………………………..…80.

3.2.1. Testamento privado…………………………………………………….. 80.

3.2.1. a. Doctrina………………………………………………………………...80.

3.2.1. b. Legislación comparada……………………………………………….81.

CAPÍTULO 4.

PRESENTACIÓN, ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS………..83.

4.1. Presentación………………………………………………………………..83.

4.2. Discusión y análisis de resultados ………………………………………85.

4.2.1. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo

de la regulación legal sobre generalidades del testamento

abierto, en los países de Centroamérica, México, Argentina

y España…......................................................................................85.

4.2.2. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo

de la regulación legal, sobre generalidades del testamento

cerrado, en los países de Centroamérica, México, Argentina y

España…………………………………………………………………….86.

4.2.3. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo

de la regulación legal, sobre generalidades del testamento ológrafo,

en los países de Centroamérica, México, Argentina y España……….88.

4.2.4. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo

de la regulación legal, sobre generalidades de los testamentos

comunes extra-ordinarios, en los países de Centroamérica,

México, Argentina y España……………………………………………89.

4.2.5. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo

de la regulación legal, sobre generalidades de los testamentos

especiales, en los países de Centroamérica, México, Argentina

y España……..………………………………………………………..…..93.

4.2.6. Discusión y análisis de los resultados de los cuadros compa-

rativos de la regulación legal de las diferentes clases de

testamentos reguladas en los países de Centroamérica, México,

Argentina y España……………………………………………………….97.

CONCLUSIONES......................................................................................99.

REFERENCIAS……………………………………………………………….101.

ANEXOS……………………………………………………………………….106.

RESUMEN

El presente trabajo de investigación fue elaborado dentro del contexto de

creación de Manuales de Derecho Civil, específicamente dentro de la parte que

compete al Derecho Sucesorio, que facilitan a los alumnos de la carrera de

Ciencias Jurídicas y Sociales, así como a los investigadores y demás interesados,

el estudio profundo de los distintos temas de esta rama del derecho.

Dentro del mismo se abarca lo relacionado a Las Clases de Testamentos,

desde sus antecedentes históricos, en el que se aprecia la evolución que han

sufrido los mismos, pero que en el fondo siguen los lineamientos que vienen

desde la Antigua Roma, contextualizando los mismos en ciertas épocas, en donde

se hacían necesarios algunos testamentos, por las condiciones históricas, los

cuales dan una pauta, para entender la naturaleza jurídica de cada uno de ellos, y

resaltar que las diversas clases de testamentos, han ido surgiendo a lo largo del

tiempo, según las necesidades de determinadas épocas y sociedades, se analiza

también su regulación legal, características, requisitos o formalidades para su

otorgamiento, dependiendo del testamento de que se trate; tanto en los

testamentos comunes ordinarios y extraordinarios, que trata el segundo capítulo,

como de los testamentos especiales, que trata el capítulo tercero.

Para finalizar se hace un análisis de las diversas legislaciones comparadas

al presente estudio, profundizando sobre las formalidades de fondo en cuanto al

otorgamiento de las distintas clases de testamentos.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación, es realizado dentro del contexto de un

proyecto de investigación de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la

Universidad Rafael Landívar, específicamente en la elaboración de un Manual de

Derecho Civil. Dicho manual desarrolla el tema de Sucesiones, el que se ha

dividido en varias partes, cada una de las cuales se investiga en forma individual.

Esta parte del manual, que a la vez constituye el presente trabajo de tesis de

graduación, lleva por título “Clases de testamentos”, cuyo objetivo principal es

analizar el estudio de los diversos temas que comprende esta rama del derecho y

abarcar tanto en aspectos doctrinarios, como legales las distintas clases de

testamentos en el derecho sucesorio, con el objetivo de brindar un aporte en la

realización de dichos materiales de estudio, que sirva en el futuro a estudiantes

universitarios y a la sociedad en general.

Durante la vida de toda persona, se adquieren bienes, derechos y se contraen

obligaciones; sin embargo, es una realidad que toda persona llegará algún día al

momento de su deceso, por lo que la legislación previendo esta situación,

contempla la sucesión hereditaria, y dentro de ésta se regula la sucesión

testamentaria, que contempla las distintas clases de testamentos, los cuales

vienen a facilitar, tanto a las personas que disponen de última voluntad, como a

los que le suceden en los bienes, derechos y obligaciones que el causante deje al

momento de su fallecimiento.

Los testamentos han estado presentes en la vida del hombre desde hace mucho

tiempo, ya que la naturaleza humana llama a resguardar los bienes y derechos en

familiares; toda persona que tiene algún bien inmueble o mueble, derecho o

acreeduria, busca que estos no queden en persona ajenas familiarmente o

sentimentalmente después de su fallecimiento; por lo cual han surgido varias

formas de poder testar, es decir, disponer de los bienes, derechos y obligaciones

para después de la muerte.

Las distintas modalidades de testamentos, han surgido en vista de las

necesidades sociales en determinadas épocas, buscando la manera de que esté

al alcance de todas las personas poder otorgar testamento, previendo para ello las

situaciones en que se puedan encontrar las personas atendiendo a sus facultades

físicas o limitaciones de las mismas, así como en la situación en que se

encuentren.

A su vez, todas las clases o formas de testamentos, deben presentar para quien lo

otorgue seguridad de que lo dispuesto por él será cumplido, por lo cual es

necesario que cada forma este revestida de distintas formalidades o requisitos

esenciales para dar cumplimiento a lo dispuesto por el testador, así como para

que el testamento sea válido, ya que producido el suceso del fallecimiento el

testamento otorgado no puede ser objeto de aclaración o modificación alguna.

En este orden de ideas, la pregunta de investigación es la siguiente: ¿Qué

modalidades de testamentos se regulan en las legislaciones?, ante éste

cuestionamiento, el presente trabajo de tesis tiene como objetivo general,

establecer qué modalidades de testamentos se regulan en las legislaciones,

específicamente en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.

La presente investigación se conforma por un análisis comparativo entre la

legislación de Guatemala y los países de El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa

Rica, Argentina, México y España. Los aspectos comparados fueron las clases de

testamentos regulados en las legislaciones analizadas, con el propósito de

establecer las similitudes y diferencias entre un país y otro, ya que el avance y la

experiencia internacional deben tomarse como punto de partida para mejorar la

legislación guatemalteca.

Las clases de testamentos, en el derecho sucesorio se encuentran reguladas en

el Código Civil, Decreto Ley Número 106, que da los lineamientos bases de los

mismos y que son complementadas básicamente por el Código de Notariado

Decreto Número 314, del Congreso de la República de Guatemala, en cuanto a

los requisitos, que deben contener los instrumentos jurídicos, que le dan forma a

las disposiciones testamentarias. Cada país analizado cuenta con normativa

propia, que regula en general, los mismos aspectos que la legislación

guatemalteca, con una serie de similitudes y diferencias.

En el presente trabajo de graduación, específicamente en el capítulo 1, se efectúa

una introducción a las clases de testamentos, y los antecedentes históricos que se

encuentran en el transcurso del tiempo.

El capítulo 2, se refiere a los Testamentos comunes ordinarios y extraordinarios,

regulados por las legislaciones que se comparan al presente estudio, dando las

generalidades de los mismos, los conceptos doctrinales y legales de cada uno de

ellos, así como las formalidades o requisitos que deben cumplir para su valido

otorgamiento.

En el capítulo 3, se presenta lo referente a los testamentos especiales, regulados

de igual manera por las legislaciones comparadas al presente estudio, indicando

sus conceptos doctrinales y legales, así como las generalidades en cuanto a su

otorgamiento.

El capítulo 4, consiste en la presentación, análisis y discusión de resultados; en

éste se presenta un análisis profundo de cada legislación estudiada y se realiza

una comparación entre cada una de ellas, tomando como base la legislación

guatemalteca y se exhiben las circunstancias más relevantes de cada legislación.

Para efectuar la investigación, se recurrió a diversas bibliotecas, con el fin de

obtener la información bibliográfica necesaria para la elaboración de un trabajo de

tesis eficaz y confiable, encontrando gran cantidad de material bibliográfico sobre

las legislaciones españolas y argentinas, muy poca cantidad en las legislaciones

mexicanas y guatemaltecas, y nada sobre las demás legislaciones comparadas.

Las unidades de análisis se integran por el Código Civil, Decreto Ley Número

106, Código de Notariado Decreto Número 314, del Congreso de la República

(Guatemala), Código Civil, Decreto Legislativo número 7, de El Salvador, año

1859, (El Salvador), Código Civil de Honduras, año 1906 (Honduras), Código Civil

de la República de Nicaragua, año 1904. (Nicaragua), Código Civil; Ley Número

XXX, de Costa Rica. año 1885 y el Código General de la República de Costa Rica,

año 1841. (Costa Rica), Código Civil para el Distrito Federal del año 1928,

(México), Código Civil de Argentina, año 1871. (Argentina), Código Civil Español,

Real decreto del 24 de julio de 1889, año 1889 (España).

1

CAPÍTULO 1

ANTECEDENTES.

Manuel Albaladejo,1 manifiesta que el testamento es un acto solemne, por el una

persona establece para después de su muerte, las disposiciones que le competan,

pudiendo siempre revocarlas.

Lo complementa, Vallet de Goytisolo2, al decir que el testamento se caracteriza por las

siguientes generalidades,

Es un acto o negocio jurídico:

a. Mortis causa, en cuanto es otorgado por causa de muerte y para surtir efecto

después de ocurrida ésta.

b. Unilateral, en el sentido de ser individual su otorgamiento.

c. Personalísimo, ya que no cabe la delegación para su otorgamiento en un comisario;

ni es posible que al otorgarlo, se deje al arbitrio de otro la determinación de su

contenido sustancial, ni el nombramiento de herederos, legatarios, ni tampoco la

subsistencia de las designaciones efectuadas por el testador.

d. Solemne, en el sentido de que la expresión y constancia de la voluntad del testador

debe revestir las formas jurídicas estimadas para su validez y eficacia, sin que quepa

su manifestación en forma diferente, ni tampoco confiar a otra persona su revelación

solemne.

e. Esencialmente revocable, sin admitirse la validez de cláusulas derogatorias ni ad

cautelam.

1 Albaladejo, Manuel, Compendio de Derecho Civil, España, Librería Bosch, Ronda Universitaria 11, Tercera Edición,

1976. página 577, Tercera Edición.

2 Vallet de Goytisolo, J. Bms. Panorama del Derecho de Sucesiones I, Fundamentos. España, Editorial Civitas, S.A,

1982, página 979.

2

A lo largo de la historia han surgido diferentes modalidades de testamentos, para

cumplir con las necesidades sociales de determinadas épocas, lo cual se expone en el

presente capítulo.

1.1. Clases de testamentos.

1.1.1. Doctrina

Borda, 3 y Fiallos Váldez 4, expresan que el testamento es un acto escrito y solemne;

por más auténtico que sea no produce ningún efecto jurídico, si no está revestido de las

formas prescriptas por la ley;” de ésta manera dice, Boqueiro y Buenrostro5, que

como acto llamado a producir sus efectos, después de la muerte del autor, el

testamento requiere rodearse de seguridades que garanticen la exacta expresión de su

voluntad, pues no cabe la posibilidad de aclaraciones o rectificaciones en el momento

de su aplicación.

Explica Fiallos Váldez 6 que es importante distinguir entre las formas de testamentos y

las formalidades o solemnidades de los mismos. Las Formalidades consisten en los

requisitos que los testamentos deben cumplir, para que configuren una de las formas

establecidas en la legislación.

De esta manera concluyen Boqueiro, Buenrostro7, y Fassi 8, que La ley ha

establecido ciertas formas obligatorias, para que la voluntad pueda producir efectos

jurídicos como testamento. Sólo reuniendo las formalidades que la ley exige para cada

3 Borda, Guillermo A. Manual de Sucesiones, Argentina, Editorial Perrot, 1994, página 325, Duodécima Edición.

4 Corte Suprema de Justicia, Biblioteca Judicial Dr. Ricardo Gallardo, Fiallos Valdés, José Guillermo, Tesis Doctoral:

Los Testamentos Solemnes en la Legislación Salvadoreña, El Salvador, http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/1004b9f7434d5ff106256b3e006d8a6f/b749a850b8be81bc06256b3e00747bd3?OpenDocument, fecha de consulta: tres de mayo de dos mil once. 5 Boqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Derecho de Familia y Sucesiones, México, Oxford, 2001, página

333. 6 Fiallos Valdés, José Guillermo, Op. cit.

7 Boqueiro Rojas, Edgar, Rosalía Buenrostro Báez, Op. Cit., Pág. 333.

8 Fassi, Santiago C. Tratado de los Testamentos, Volumen 1, Argentina, Editorial Astrea de Rodolfo Depalma y

Hermanos. 1970. Páginas 95, 96 y 97.

3

tipo de testamento éste llegará a existir como tal. Es por tanto, un acto cuya validez

depende de que al tiempo de su otorgamiento se hayan observado las disposiciones de

la forma establecida en la ley; No importa que la voluntad sea expresada de forma

indubitable; si no se le da la forma expresamente establecida, no será testamento; De

tal modo afirma Borda 9, que la omisión de cualquier requisito da lugar a la nulidad,

salvo que expresamente estuviese dispuesto lo contrario.

Expone Fiallos Váldez 10, que la prueba de la observancia de las formalidades

prescritas por la ley para la validez de un testamento, debe resultar del testamento

mismo, y no de otros actos probados por testigos. Esta es una regla elaborada por la

doctrina francesa, más concretamente de Aubri y Rau, y que ha sido aceptada por casi

todas las legislaciones.

Puig Brutau11, manifiesta que corresponde a la política jurídica, elegir las distintas

clases de testamentos, de manera que ofrezcan diversas formas de expresar la última

voluntad, al mismo tiempo, que señalen con todo rigor sus respectivas formalidades

para que su exacto cumplimiento sea garantía de autenticidad.

Coinciden, Puig Brutau12, Albaladejo13 Ossorio Morales14, Fiallos Valdéz15, y Barros

Errazuris 16, al decir, que para clasificar las distintas maneras o formas de testar, puede

atenderse a diversos caracteres. Se clasifican por ejemplo en abierto y cerrado, el

testamento abierto, es aquél en el que la última voluntad la manifiesta el testador ante

quienes otorga el testamento, que quedan enterados de ella; el testamento cerrado es

9 Borda, Guillermo A. Op. cit. Pág. 325.

10 Fiallos Valdés, José Guillermo. Op. cit.

11 Puig Butau, José. Fundamento de Derecho Civil, Volumen II, tomo V, España, Bosch, Casa Editorial, S.A. 1977.

Páginas 42 y 43. 12

Loc. Cit. 13

Albaladejo, Manuel. Op. cit. Pág 579. 14

Ossorio Morales, Juan. Manual de Sucesión Testada, España, Editorial Instituto de Estudios Políticos, 1957, páginas 57 a 59. 15

Fiallos Valdés, José Guillermo, Op. cit. 16

Barros Errazuris Alfredo. Curso de Derecho Civil, Volumen V, Chile, Editorial Nascimento, 1931, cuarta edición, Página 132.

4

aquél en el que el testador, sin revelar su última voluntad, declara ante quienes lo

otorga, que está escrita en el documento que presenta. El testamento ológrafo: es

aquél, en el que sin necesidad de declarar nada ante nadie, consigna el testador por

escrito de su puño y letra, su última voluntad.

Al desarrollar las formalidades que han de cumplirse en cada uno de ellos, unas veces

atendiendo a circunstancias subjetivas que pueden concurrir en la persona del testador

(sordera total, ceguera, etc), y otras veces a circunstancias objetivas que pueden darse

en el momento del otorgamiento (epidemia, navegación, acción de guerra, etc),

establece una serie de alteraciones en las formalidades previstas como normales para

cada clase de testamento, dando lugar a una gran variedad de modalidades o subtipos.

Además afirma Fassi 17, que los testamentos ordinarios se distinguen de los

testamentos especiales, en que aquéllos subsisten mientras no sean revocados y los

especiales caducan si el testador sobrevive a determinados plazos.

Como se aprecia en el presente apartado, es necesario distinguir entre las formas de

testamentos y formalidades de cada uno, entendiéndose por forma el prototipo que la

legislación establece y por formalidades los requisitos esenciales para su valides; cada

legislación clasifica de manera distinta los testamentos que regula, lo cual se evidencia

en el apartado siguiente.

1.1.2. Legislación comparada

Guatemala contempla, que los testamentos en cuanto a su forma son comunes y

especiales; los comunes los clasifica en abierto y cerrado, y los especiales no los

clasifica, solo expresa que son los que se otorguen en los casos y condiciones que se

expresan, siendo éstos el militar, el marítimo, en lugar incomunicado, el del preso y el

otorgado en el extranjero.

17

Fassi, Santiago C. Op. cit,. Pág 98.

5

El Salvador, los clasifica como solemnes y privilegiados, dentro de los primeros, el

abierto, el cerrado y el otorgado en país extranjero, y dentro de los privilegiados

considera el militar y el marítimo.

Honduras, según su forma, los clasifica como solemnes y menos solemnes, en los

solemnes se encuentran el abierto, el cerrado y el solemne otorgado en país extranjero,

y dentro de los menos solemnes, el otorgado sin asistencia del Notario, el militar y el

marítimo.

Costa Rica regula el testamento abierto y cerrado y como privilegiados el militar y el

marítimo.

Nicaragua, los clasifica como comunes o especiales, dentro de los primeros el abierto y

el cerrado y dentro de los segundos el militar, el marítimo y el hecho en país extranjero.

México, los clasifica según su forma, en ordinarios y especiales, los ordinarios son:

testamento abierto, testamento cerrado, el público simplificado y el ológrafo y los

especiales son: el privado, el militar, el marítimo y el hecho en país extranjero.

Argentina los clasifica en ordinarios y especiales, dentro de los primeros se encuentran

el testamento ológrafo, el testamento por acto público y el testamento cerrado. Y dentro

de los especiales: el militar, el marítimo y el otorgado por causa de epidemia o peste.

España los clasifica según su forma como comunes y especiales, dentro de los

primeros se encuentran: el ológrafo, el abierto y el cerrado y dentro de los especiales se

encuentran: el militar, el marítimo y el hecho en país extranjero.

6

Al hacer un repaso de la clasificación de las distintas clases de testamentos, que hacen

las legislaciones comparadas, se puede evidenciar que se encuentran en ellas aspectos

comunes a todas las legislaciones, como son la regulación del testamentos abierto, el

cerrado, el militar, el marítimo y el otorgado en el extranjero y en algunos casos muy

específicos regulas formas especiales propias de cada legislación como el caso de

México que regula el testamento público simplificado.

Cada una de estas formas testamentarias se fundamenta en sus distintos antecedentes

formativos, aspectos que se estudian a continuación.

1.2. Antecedentes

Exponen, Iglesias 18 y Vila Plana 19: que corresponden al antiguo derecho, como

testamentos públicos, el in calatis comillis (testamento hecho ante el pueblo convocado

en comisión curiados) y el in procinclu (ante el ejército equipado y armado), y como

testamentos privados, el per aest et libram (venta ficticia, acompañada de la declaración

escrita u oral de la voluntad del testador, en presencia del libripens, el familiae emptor.

A la época justinianea corresponden, como testamentos públicos el principio oblatum (o

sea el entregado al emperador y protocolizado en su archivo), y el apud acta conditum

(hecho y protocolizado ante el Magistrado); y como privado, el tripartitum, en sus dos

formas de oral y escrito (otorgado en ambos casos, ante siete testigos rogados y

capaces y con unidad de acto).

Además de estas formas ordinarias, reguló el Derecho Romano otras extraordinarias,

como el testamento militar, el hecho en tiempo de epidemia (pestis conditum), el hecho

18

Iglesias, Juan. Derecho Romano, Duodécima Edición, España, Editorial Ariel, S.A, 1999, página 397. 19

Vila Plana, Francisco. Instituciones de Derecho Sucesorio, Testamentos, España, Colección Nereo, 1963, página 145.

7

en el campo (ruru conditum) y el otorgado a favor de los hijos o nietos (parentedum inter

liberos).

1.2.1. Formas de testamentos en el antiguo derecho.

1.2.1. a. Testamento in calatis comillis:

Iglesias 20, Vila Plana 21, Biondi 22 y la Enciclopedia Espasa- Calpe23, coinciden en

que corresponden al antiguo derecho, como testamentos públicos, el in calatis comillis,

(testamento hecho ante el pueblo convocado en comisión curiados, convocados dos

veces al año, el 24 de marzo y 24 de mayo). En éste sentido expone la Enciclopedia

Espasa-Calpe 24, que el testador solicitaba a los pontífices la convocatoria respectiva y

siendo el decreto favorable, sometían el asunto a los comicios para que se aprobase o

no lo que se proyectaba.

Importante era que el pueblo quedara sabido de la autorización de las disposiciones del

testador, ya que el patrimonio y la familia del heredero recibía un acrecentamiento y con

ello una mayor categoría social.

1.2.1. b. Testamento in procinclu:

Siguiendo la exposición de la Enciclopedia Espasa- Calpe 25, el testamento in

procinclu era el que se hacia ante el ejército preparado para entrar en batalla; pudiendo

otorgarlo los que fueran mayores de dieciséis años y menores de cuarenta y cinco

años.

20

Iglesias, Juan, Derecho Romano, Op. cit,. Pág. 397. 21

Vila Plana, Francisco. Op. cit. Pág. 145. 22

Biondi, Biondo, Sucesiones Testamentarias y Donación, España, Bosch, Casa Editorial, S.A. , 1960, Segunda Edición, Página 35. 23

Testamento, Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Tomo LXI, España, Espasa Calpe S.A. 1928, Página 106. 24

Loc. cit. 25

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Pág 107.

8

Ortalán expresa que la naturaleza de esta modalidad de testamentos, radica en que los

miembros del ejército no siempre pueden estar presentes en los comicios calados y que

los miembros del ejercicio por su profesión los hacía estar expuestos a la muerte,

puesto que se encontraban en guerra.

1.2.1. c. Testamento per aes et libram:

La Enciclopedia Espasa- Calpe 26, indica que el testamento per aes et libram, surge

en virtud que, como ha quedado plasmado únicamente se podía testar si se reunían los

comicios calados o si el testador iba a entrar en batalla, lo cual presentaba muchos

inconvenientes, por lo que se busco un medio para poder testar con más frecuencia, el

cual se encontró en la mancipación a la sucesión mortis causa, en el desarrollo de la

cual se distinguen dos épocas:

La primera, que consiste en una mancipatio, en la que se realiza una venta real de la

herencia por un precio imaginario, en la que el adquirente estaba en lugar del heredero,

concurriendo los cinco testigos, y luego el testador ordenaba al familiae emptor, las

disposiciones que quería se cumpliesen después de su muerte.

En la segunda fase, se introdujeron las siguientes modificaciones: 1ª. La mancipatio,

vino a ser una simple fórmula, por respeto al antiguo derecho, 2ª Se instituía al

heredero verbalmente o por escrito, y así después de la mancipatio familiae, seguía la

nuncupatio testamenti, en la que el testador, sí hacía por escrito el testamento. 3º. El

testador declaraba además, públicamente que la mancipatio se hacía bajo la condición

de que el familiae emptor cumpliría lo que en las tablillas se expresaba.

Así pues, el familiae emptor se obligaba a cumplir las disposiciones de última voluntad

del testador; si no las cumplía, perdía la herencia y mientras no las cumpliese no

adquiriría esta, con lo cual el testador conservaba sus bienes mientras viviese.

26

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs 107 y 108.

9

En ésta época el testamento ya era revocable fácilmente y la institución del heredero se

consideraba condicional, por lo que si éste fallecía antes que el testador se podía

otorgar nuevo testamento. Así pues se ve como de un acto público y autorizado por los

comicios, se convirtió en un acto privado, con intervención de los testigos; y desde el

momento en que fue posible hacer testamento cerrado, por estar las tablillas, se

destruyó también la notoriedad ó publicidad del testamento.

1.2.2. Formas de testamentos en el derecho pretorio.

1.2.2. a. Testamento Pretorio.

Continuando con la exposición de la Enciclopedia Espasa- Calpe 27, el pretor

disminuyo las formalidades del testamento per aes et libram, prescindiendo de la

mancipatio, elevando los testigos a siete, ya que el libripens y el familiae emptor se

redujeron a ser testigos. El testador podía hacer la designación de heredero

verbalmente o por escrito; pero si era escrito se exigió que las tablas estuviesen

selladas por los siete testigos.

1.2.3. Formas de testamentos en el derecho imperial.

1.2.3. a. Evolución de los testamentos hasta Justiniano.

La Enciclopedia Espasa- Calpe28, explica que en esta época coexistieron las formas

de testar del Derecho Civil y la del pretorio, hasta Teodosio II, se realizó la fusión de

ambas formas surgiendo una tercera, denominada Tripartitum, puesto que debían

concurrir solemnidades del antiguo derecho civil en cuento a la intervención de testigos,

del pretorio por la imposición de sellos y del imperial en cuanto a la subscripción de los

testigos, pudiendo hacerse éste testamentos tanto de manera oral como escrita.

Surgió también el testamento judiciale, naciendo con esta modalidad los testamentos

públicos, puesto que se otorgaba ante una autoridad pública que en principio fue la

curia y después el presidente o el gobernador de la provincia que ejercía el cargo de

27

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Pág. 108. 28

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs. 108 y 109

10

juez ordinario, ante quienes se levantaba acta que contenía el testamento,

conservándola en su archivo.

Se introdujeron además reglas especiales para casos también especiales, dándole

origen con esto a los testamentos especiales (del ciego, hecho en tiempo de peste, en

el campo, etcétera), y también el testamento militar, ya que los emperadores halagaban

al ejército por ser indispensable para ellos.

1.2.3. b. Los Testamentos en tiempo de Justiniano:

En ésta época según la Enciclopedia Espasa- Calpe 29, se hizo una clasificación de

los testamentos atendiendo a su forma, de la siguiente manera:

a. Testamentos Públicos. Los cuales seguían con la misma estructura.

b. Testamentos Privados: Se clasificaban en Ordinarios y extraordinarios.

b.1. Testamentos Privados Ordinarios: conformados por el oral y el escrito, teniendo

como requisitos la presencia de siete testigos capaces y rogados, la unidad de acto

y el escrito podía escribirlo por sí mismo el testador o por mano de otra persona,

pero nunca del heredero.

b.2. Testamentos Privados Extraordinarios, que se clasificaban en especiales y

privilegiados, los primeros atendían a la situación especial en que el testador se

encontraba, y los segundos, a la clase social a que el testador pertenecía.

b.2.a. Testamentos Especiales:

1. Testamento del ciego. El ciego (de nacimiento o por enfermedad o desgracia), solo

puede otorgar de manera abierta.

29

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs. 108 y 109

11

2. Testamento del Sordomudo: Si la sordomudez era de nacimiento no podía testar,

pero cuando provenía de enfermedad se le permitía hacer testamento siempre y

cuando lo escribiera por su mano y leyéndolo él mismo, y debía ser aprobado por

signos indubitables delante de los testigos.

3. Testamento hecho en el campo: existiendo dos opiniones con respecto a éste

testamento, sosteniendo la primera que se trata de un privilegio concedido a los

aldeanos, y la segunda opinión sostiene que la razón de ser de éste testamento es la

posibilidad de encontrar personas en el campo que no supieran escribir y por tanto,

deberían intervenir los siete testigos aunque no todos supieran escribir y si no se

pudieran encontrar siete testigos en estas condiciones, bastaba con cinco, y si alguno

de ellos podía escribir debía firmar a ruego de los demás.

4. Testamento hecho en tiempo de peste: Muchos autores sostienen que se refiere al

caso de peste o epidemia y despensa de la asistencia simultanea de los testigos, pero

otros, como Pastor y Alvira, opinan que se refiere al caso en que el testador padezca

cualquier enfermedad grave y excepcional; consistiendo su especialidad en dispensar a

los testigos de aproximarse al testador.

5. Testamento de los ascendientes a favor de los descendientes (inter liberos):

Constantino declaró válida la última voluntad del ascendiente siempre que favoreciese

al descendiente, salvo que se favoreciese además a una tercera persona.

6. Testamento Ad Pias Causas: Era aquel en que se favorecía a una iglesia o a un

establecimiento benéfico. Pudiendo hacerse éste testamento con la intervención de sólo

dos o tres testigos, por orden del Papa Alejandro III.

7. Testamentos simuliáneos: recíproco y correspectivo: Permitiéndose en principio por

Diocleciano y Macimiano en cuanto a los hermanos militares, instituyéndose

recíprocamente, en un solo documento. Luego Valentino III, permitió también a los

cónyuges testar en común.

12

En realidad era dos testamentos en uno, pero los testigos debían ser rogados

separadamente por cada testador.

b.2.b. Testamento Privilegiado: siendo éste el testamento militar; que era excepcional

en vista del peligro, y privilegiado en cuento a la forma, en que no se exigía ninguna,

pues el militar podía testar como pudiera o como quisiera, teniendo el testamento

validez no solo durante el peligro, sino algún tiempo después.” 30

En este capítulo se estudia fundamentalmente el aspecto histórico y la evolución que la

institución testamentaria ha venido sufriendo durante las distintas épocas y como se

puede apreciar entre sus orígenes y la actualidad se dan diferencias fundamentales, ya

que en épocas antiguas el otorgamiento del testamento se hacía de acuerdo a las

disposiciones de los comicios calados, la curia, el pretor, etc. y fundamentalmente era

un acto público, y en la actualidad por el contrario el testamento es un acto

personalísimo, revocable y fundamentalmente secreto, con amplia libertad por parte del

testador para disponer, como acto de última voluntad lo que desea que suceda con su

patrimonio para después de su fallecimiento.

En el siguiente capítulo y como parte de la evolución de la institución testamentaria se

aborda el tema de los testamentos comunes.

30

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit. Págs 109, 110, 111 y 112.

13

CAPÍTULO II

TESTAMENTOS COMUNES.

En el presente capítulo se hace un estudio pormenorizado de los testamentos comunes

ordinarios y extraordinarios, contemplados en la legislación comparada al presente

estudio, ya que entre los distintos testamentos comunes existen variaciones específicas

que individualizan sus formas y por ende sus formalidades.

2.1. Testamentos comunes.

2.1.1. Concepto.

Boqueiro Rojas, Buenrostro Báez 31 y el Diccionario Enciclopédico de Derecho

Usual 32, concuerdan que testamento ordinario, es aquel en que en condiciones

normales, puede otorgar la generalidad de las personas, con la capacidad legal

corriente, para manifestar su voluntad de disponer para después de su muerte.

Este tipo de testamento, tiende a garantizar la autenticidad de la voluntad y el secreto

de las disposiciones, cuando así lo desea el testador. Requiere la presencia de

funcionarios públicos expresamente autorizados en razón de su cargo, para dar fe del

otorgamiento.

2.1.2. Generalidades.

Ossorio Morales 33, manifiesta que el testamento abierto y el cerrado son públicos, por

intervenir en su otorgamiento personas distintas del testador, que han de autorizar el

acto con su presencia. Pero la publicidad de estos dos testamentos es de distinto

grado, pues mientras que en el testamento abierto las personas que autorizan el

testamento quedan enteradas del contenido de las disposiciones, en el cerrado tales

personas saben que se otorga el testamento, pero sin revelarles el testador el contenido

31

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit. Pág. 337 32

Testamento común, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas, Guillemo. tomo VI, Argentina, Editorial Heliasta S.R.L. 1979, página 392. 33

Ossorio Morales, Juan. Op. cit. Págs. 60 y 61.

14

del mismo; y el ológrafo es un testamento secreto, confeccionado por el testador sin

intervención de ninguna otra persona, de tal modo que ni el contenido de la disposición,

ni el hecho mismo de haberlo otorgado ha de ser conocido por nadie.

De estas tres clases de testamentos comunes sólo el abierto, en su forma notarial, se

halla revestido de los requisitos de autenticidad suficientes por sí mismo, el ológrafo y

el cerrado, así como aquellas modalidades del abierto en que no interviene Notario,

deben someterse a un proceso de autenticación, después de la muerte del testador.

2.1.2. a. La unidad del acto.

Para Vladimir Aguilar 34, la unidad del acto se justifica por la trascendencia del

testamento, como garantía de seriedad, certeza y orden en el otorgamiento y para

preservar la libertad del testador. Esta unidad comprende unidad de asunto, de tiempo y

lugar.

Comentan, Espín Cánovas 35 y Borrell Soler 36, que ésta tradición viene de Roma,

exigiéndose la unidad de acto en el otorgamiento del testamento, ordenando que todas

las formalidades se practiquen en un solo acto, sin que sea lícita ninguna interrupción

salvo la que pueda ser motivada por algún accidente pasajero. Este requisito,

procedente de las especiales características del testamento romano, en sus formas

más antiguas, ha sido interpretado por la jurisprudencia de modo racional y circunscrito

a lo que propiamente constituye el otorgamiento: lectura, expresión por el testador de

su conformidad y firma.

34

Aguilar Guerra, Vladimir, Derecho de Sucesiones, Guatemala, Colección de Monografías Hispalense. 2007, 2ª. Edición. Página 90 35

Espín Cánovas, Diego. Manual de Derecho Civil Español, Volumen V, España, Editorial Revista de Derecho Privado, 1957, página 148. 36

Borrell Soler, Antonio M. Derecho Civil Español, Tomo Quinto: Sucesión por causa de Muerte, España, Bosch, casa editorial, 1954, Página48 y 49.

15

En cuanto a la exigencia de la unidad del acto, cabe entenderlo de diversas maneras,

como manifiesta Puig Peña37: Unos autores se pronunciaron, sosteniendo que la

unidad de acto debía abarcar todo el proceso formativo del documento testamentario y,

en su consecuencia, la misma debía exigirse sin interrupción, no solamente para el

otorgamiento propiamente dicho, sino también para los actos preparatorios de la

manifestación de voluntad y para los actos materiales de la redacción del testamento.

Otros tratadistas, en cambio, con mejor acierto y apoyándose en la naturaleza singular

del acto del otorgamiento en relación con los otros, sostuvieron que la unidad debía ser

referida sólo a la fase final de la lectura, ratificación y firma; por lo que la citada unidad

de acto se contrae exclusivamente al acto del otorgamiento en su sentido propio.

2.1.2. b. La dación de fe.

Puig Peña 38, refiere, que ya que el testamento debe llevar en sí la prueba de su

regularidad, se exige que el Notario de fe, al final del testamento, de haberse cumplido

todas las formalidades expresadas en la ley. Así pues se debe tomar en cuenta lo

siguiente:

1. La dación general de fe de haberse cumplido las formalidades legales, afecta

exclusivamente al Notario, quien declara la perfección jurídica del documento y por

fin lo autoriza estampando su signo, firma y rúbrica.

2. La dación de fe específica de algunas solemnidades, particularizadas sobre todo

donde se dispone que el Notario dará fe de conocer al testador o a los testigos de

conocimiento, en su caso. Además el Notario deberá dar especial fe del

cumplimiento de los siguientes extremos:

a. De que a su juicio, el testador tiene capacidad legal para otorgar el testamento.

37

Puig Peña, Federico. Compendio de Derecho Civil Español, España, Ediciones Pirámide, S.A., 1976, tercera edición, páginas 228, 229 y 230. 38

Puig Peña, Federico, Op. cit. Págs. 230 a la 233.

16

b. De la declaración del testador o de algunos de los testigos instrumentales, en su

caso, de no saber o no poder firmar y de hacerlo a su ruego uno de los testigos u otra

persona.

c. De conocer el Notario al testador o a los testigos de conocimiento, en su caso.

d. De no haber podido ser identificado el testador por el propio Notario, por no

conocerlo, ni por testigos de conocimiento, en el caso de que la identificación del

otorgante se realice mediante la reseña de los documentos que presente con dicho

objeto, y de sus señas personales.

2.1.2. c. Testigos.

Barros Errazuris 39 y Ossorio Morales 40 coinciden al expresar que, una de las

solemnidades que todas las legislaciones establecen, para garantizar la autenticidad de

los testamentos, es la presencia de cierto número de testigos. Los testigos son

personas que han de asistir al acto del otorgamiento, viendo y entendiendo al testador,

con el fin de autorizar el testamento con su presencia, y cuya asistencia no tiene una

finalidad exclusiva probatoria, sino que constituye un requisito de forma o solemnidad;

Puede ser testigo cualquiera persona que la ley no haya declarado inhábil. Las

inhabilidades que contemplan las normas jurídicas provienen de falta de discernimiento

suficiente, de falta de probidad, o de falta de imparcialidad.

A criterio de Aguilar Guerra 41 los testigos instrumentales son necesarios en

determinados supuestos, como consecuencia de disfunciones padecidas por el testador

que dificultan el otorgamiento ordinario e imponen reglas especiales o variantes del

testamento común ordinario.

39

Barros Errazuris Alfredo, Op. cit., Pág 135. 40

Ossorio Morales, Juan , Op. cit., Págs. 62 a la 70. 41

Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 90

17

Como tales testigos instrumentales son receptores de la última voluntad del testador,

concurren al otorgamiento, deben entender la lectura y, si concuerda lo leído con lo

manifestado por el testador y firmar el testamento.

En el caso de Guatemala, la figura de los testigos se encuentra regulada en el Código

de Notariado42 en los artículo del 51 al 53, expresando que el notario podrá asociarse

de testigos instrumentales en los actos o contratos que autorice. Pero si se tratare de

testamentos o donaciones por causa de muerte, está obligado a asociarse de los

testigos que exige la ley, es decir que no puede variar las estipulaciones expresas que

ésta haga. Los testigos deben ser civilmente capaces, idóneos y conocidos por el

notario y si no los conociera deberá cerciorarse de su identidad por lo medios legales

(cédula, Documento Personal de Identificación o pasaporte) expresamente no podrán

ser testigos: 1. Las personas que no sepan leer y escribir o que no hablen o no

entiendan el español. 2. Las personas que tengan interés manifiesto en el acto o

contrato. 3. Los sordos, mudos o ciegos. 4. Los parientes del notario. 5. Los parientes

de los otorgantes, salvo en caso de que firmen a su ruego, cuando no sepan hacerlo y

no se trate de testamentos o donaciones por causa de muerte.

Dentro de los testamentos que deben contar con testigos instrumentales se encuentran,

como explica Aguilar Guerra43: los supuestos siguientes, de conformidad con los

artículos 42 y 44 del Código de Notariado.

1. Del testador que no puede firmar: Porque no sepa o cualquier otra causa, bastará

con que uno de los testigos firme por él y a su ruego.

2. Testador ciego: Estas personas no pueden comprobar por sí mismas, que lo leído

por el Notario corresponde con el documento público que firman y que contiene las

disposiciones de su última voluntad.

42

Congreso de la República de Guatemala, Decreto Número 314, Código de Notariado, Artículo 51 y 52. 43

Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 90

18

Para salvar éste inconveniente intervienen los testigos, cuya función es principalmente

efectuar esa verificación.

3. Testador sordo: En caso quiera hacer testamento abierto, deberá leer él mismo en

voz inteligible el instrumento, en presencia del notario y testigos, lo que se hará constar.

En el presente apartado se aborda el concepto de los testamentos comunes y sus

generalidades como son la unidad del acto, la dación de fe y los testigos y de ésta

manera teniendo un panorama más amplio se concluye que los testamentos comunes

son aquellos otorgado en condiciones normales, es decir que ésta clase de testamentos

son los que se otorgan con más frecuencia, habiendo varias modalidades en cuanto a

su otorgamiento como la del testamento abierto, el testamento cerrado y bien el

ológrafo que no se encuentra regulado en la legislación guatemalteca, pero si lo está en

otras legislaciones comparadas al presente estudio como se verá a continuación.

2.2. Clases de Testamentos Comunes

2.2.1. El testamento común abierto.

2.2.1. a. Antecedentes

Ossorio Morales 44 y Valverde y Valverde 45, manifiestan que el antecedente histórico

de esta forma testamentaria se encuentra en el testamento nuncupativo romano, en que

el testador manifestaba de viva voz su última voluntad en presencia de siete testigos,

cuando el testamento se hacía ante los comicios, tenía el carácter y consideraciones

de una ley pública, y que después de las XII tablas fue una ley familiar. Ya que para

mediados del siglo XII en España el Fuero Juzgo regula varias clases de testamentos

abiertos, exigiendo la intervención en ellos de testigos. El Fuero Real, dio entrada a los

escribanos públicos en la autorización de los testamentos. Las Partidas, que

reproducen las disposiciones romanas del Imperio, exigían además de las

44

Osorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 74 y 75. 45

Valverde y Valverde, Calixto, Tratado de Derecho Civil Español, Tomo V: Parte Especial Derecho de Sucesión, Mortis Causa, España, Talleres Tipográficos Cuesta, 1926, tercera edición, página 95.

19

solemnidades internas (institución de heredero), las externas de unidad de contexto o

acto y la asistencia simultánea de siete testigos rogados.

2.2.1. b. Concepto

2.2.1. b. i. Doctrina

Aguilar Guerra46, Lacruz Berdejo 47, Rojina Villegas 48, Puig Brutau 49, Córdova-

Levy-Solari Wagmaister 50,el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 51,

Espín Cánovas 52, Valverde y Valverde 53, Ossorio Morales 54, y Lara Samayoa55,

señalan que el testamento abierto, es el más común y corriente en nuestro medio y

legislación; puede decirse que es el género, siendo su concepto genérico, que

comprende en realidad más de una forma de testar, pero todas ellas caracterizadas por

la intervención de personas (testigos y notario) que no sólo quedan enteradas del

hecho de que el testador ha dispuesto su última voluntad, sino del contenido mismo de

esta disposición.

Dentro de sus ventajas radica, que posee todas las garantías con respecto al notario

autorizante, en cuanto a su competencia, probidad y responsabilidad y que tiene toda la

fuerza probatoria de las escrituras públicas. La intervención del notario dota a este

testamento de la fuerza probatoria cualificada, propia de los actos auténticos; es una

garantía contra posibles coacciones y abusos, y mediante su valioso asesoramiento

técnico, hace sumamente difícil que se contengan en él disposiciones ineficaces o

contrarias a ley. Esta forma de testamento asegura además su conservación, ya que

46

Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 87. 47

Lacruz Berdejo, José Luis, Manuel de Derecho Civil, España, Librería Bosch, 1979, Página 765. 48

Rojina Villegas, Rafael, Compendio de Derecho Civil, Bienes, Derechos Reales y Sucesiones, México, Editorial Porrúa, S.A., 1978, página 401. 49

Puig Butau, José, Op. cit., Pág 68. 50

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Derecho Sucesorio, Argentina, Editorial Universal S.R.L, 1993, Página 51 51

Testamento Abierto, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas, Guillemo. Op.cit., Pág. 389. 52

Espín Cánovas, Diego, Op cit., Pág 145. 53

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs 94 y 95. 54

Ossorio Morales, Juan,Op. cit., Pág 73. 55

Lara Samayoa, Leonardo, El Testamento Cerrado y El Instrumento Público, Guatemala, 1976, Tesis de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Rafael Landivar, páginas de la 30 a la 32.

20

después de otorgado queda bajo la custodia del notario, incorporado al protocolo como

cualquier otro instrumento público. Además da oportunidad de testar a quien no sabe

ni puede escribir.

Así pues como sostiene Ortiz V56, es público porque se hace la declaración de voluntad

en un instrumento público. Es abierto porque la voluntad del testador es conocida por el

notario que autoriza, como por los testigos que concurren. Es nuncupativo, en cuanto a

que la declaración de voluntad se hace oralmente. Tiene plena autenticidad ipso jure,

esto es que no requiere declaración del juez para su validez.

Así pues, el testamento común abierto tiene como características esenciales, la

intervención del notario quien autoriza y da fe del otorgamiento del mismo y testigos

que quedan enterados del otorgamiento y contenido de las disposiciones de última

voluntad del testador, dando garantía de lo manifestado por el testador, y que además

éste testamento queda contenido en escritura pública, como requisito esencial para su

validez, dando garantía de su conservación.

2.2.1. b. ii. Legislación comparada

Los códigos civiles de Guatemala57, El Salvador58, Honduras 59, Costa Rica60 y

Argentina61 dentro de sus textos indican que el testamento común abierto, es el que

debe otorgarse ante notario o escribano, en presencia de los testigos que estipula la

ley.

Los códigos civiles de Nicaragua 62 y de España63 definen al testamento abierto o

solemne, como aquel acto en que el testador hace sabedores de sus disposiciones al

56

Ortiz V. Roberto G. Derecho de Sucesiones, Nicaragua, Editorial Bibliografías Técnicas, S.A. S/A. Página 56. 57

Código Civil, Decreto Ley número 106, Guatemala, 1963, artículos 955 y 956. 58

Código Civil, Decreto Legislativo número 7, El Salvador, 1859, artículos 1009 y 1010. 59

Código Civil de Honduras, Honduras, 1906, artículos 993 y 994. 60

Código Civil; Ley número XXX, Costa Rica, 1885, artículo 583. 61

Código Civil, Argentina, 1871, artículo 3654. 62

Código Civil de la República de Nicaragua, Nicaragua, 1904, artículo 1035. 63

Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889 artículo 679.

21

Notario y a los testigos o bien de las personas que deben autorizar el acto, quedando

enteradas de lo que en él se dispone.

El Código Civil Federal de México64, define al testamento público abierto como aquel

que se otorga ante Notario de conformidad con los requisitos legales.

Las legislaciones concuerdan que el testamento común abierto como lo denomina el

Código Civil de Guatemala, para su validez requiere que sea otorgado ante Notario y la

presencia del número de testigos que en cada una de ellas se estipula, quedando

enterados de las disposiciones de última voluntad del testador, disposiciones que

quedan contenidas en escritura pública. Sin embargo algunos preceptos legales en la

definición que dan, no contemplan todos estos requisitos pero en el cuerpo de los

instrumentos jurídicos se encuentran estipulados.

2.2.1. c. Formalidades

Espín Cánovas 65, Albaladejo 66, Puig Brutau 67, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros

68, contemplan como requisitos subjetivos de ésta clase de testamento, que las

personas que deben intervenir en el otorgamiento del mismo han de ser: el testador, el

notario y los testigos, quienes deben reunir ciertos requisitos exigidos expresamente

por la ley. El notario ha de ser hábil para actuar en el lugar del otorgamiento; los

testigos han de ser idóneos, de los cuales por lo menos uno ha de saber y poder

escribir, para que le sea posible firmar, como una garantía más que se añade al acto.

Tanto el notario como los testigos es menester finalmente, que vean y entiendan al

testador.

64

Código Civil Federal, México, 1928. Artículo 1511. 65

Espín Cánovas, Diego, Op. cit. Págs. 146 a 149. 66

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 579. 67

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 70, 71, 74, 75 y 86 68

Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Sistema de Derecho Civil, Volumen IV, España, Editorial Tecnos, 1986, Tercera Edición, páginas 466 a la 468.

22

Otras personas que pueden intervenir son: los testigos instrumentales, los facultativos,

siempre que el notario les requiera para dictaminar acerca de la capacidad mental del

testador, y los intérpretes elegidos por el testador cuando éste vaya a testar en lengua

extranjera.

Comprende pues el acto de otorgar este testamento tres fases: expresión de la

voluntad, redacción del testamento y aprobación del mismo.

i). En cuanto a la primera fase, es decir la expresión de voluntad, Espín Cánovas 69,

Puig Brutau 70, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 71, explican que el testador ha

de manifestar el contenido de su testamento ante el notario y los testigos,

permitiéndose por el código que dicha manifestación se haga oralmente o por

escrito.

Ossorio Morales 72, y Puig Peña 73, advierten que, en algunos casos el testador,

antes de plasmar sus disposiciones, puede necesitar el asesoramiento técnico del

notario, y éste por su parte, puede realizar un detenido estudio, a fin de dar forma

eficaz en derecho a aquella voluntad, siendo ésta una fase preparatoria, seguida por

una fase material en la que el notario reduce a escrito lo manifestado por el testador.

ii). En la segunda fase, la de redacción del testamento, exponen: Espín Cánovas 74,

Albaladejo 75, Puig Peña 76, Zanonni, 77, Córdova- Levy-Solari Wagmaister78,

69

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 146 a 149. 70

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 74, 75 y 86 71

Diez Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Págs. 467 y 468. 72

Osorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 80 y 81. 73

Puig Peña, Federico, Op cit., Pags. 220, 221 y 222 74

Espín Cánovas, Diego, Op cit., Págs. 146 a 149. 75

Albaladejo, Manuel. Op. cit., Pág. 579. 76

Puig Peña, Federico, Op cit., Pags. 221 y 222 77

Zannoni, Eduardo A; Manual de Derecho de las Sucesiones, Argentina, Editorial Astrea, 4ª Edición, 1999, página 567. 78

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit. Págs. 51 a la 54.

23

Diez- Picazo y Gullón Ballesteros79, que manifestada su última voluntad por el

testador, bien oralmente o por medio de minutas, el Notario redactará el testamento

con arreglo a dicha voluntad, cumpliendo con los requisitos que impone la

legislación, siendo algunos de éstos: la expresión del lugar, año, mes, día y hora de

su otorgamiento, deberá dar fe al final del testamento de haberse cumplido todas las

formalidades exigidas por el Código y de conocer al testador o a los testigos de

conocimiento en su caso, así como de que a su juicio, se halla el testador con la

capacidad legal necesaria para otorgar testamento.

Por tanto el notario, además de dar fe del otorgamiento del testamento, y de haberse

observado las formalidades legales, ha de darla, especialmente, de estos dos

requisitos referentes a la identificación del testador y a su capacidad.

iii). Por último, en la tercera fase de aprobación de la redacción del testamento,

manifiestan, Espín Cánovas 80, Albaladejo 81, Puig Peña 82, Puig Brutau 83,

Córdova-Levy-Solari Wagmaister 84, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros85, que

una vez redactado el testamento, conforme a la voluntad del testador, el notario lo

leerá completamente en voz alta y en presencia de los testigos quienes por ende

han oído y comprendido lo leído, para que manifieste el testador si su contenido es

la expresión de su última voluntad, la ratificación ha de ser completa y pura y de

forma tal que no deje lugar a dudas, siendo así, será firmado en el acto por el

testador y los testigos que puedan hacerlo. Si el testador declara que no sabe o no

puede firmar, lo hará por él y a su ruego, uno de los testigos instrumentales u otra

persona, dando fe de ello el notario. Lo mismo se hará cuando alguno de los

testigos no pueda firmar.

79

Diez Picazo, Luis, Antonio Gullón, Op. cit., Págs. 466 a la 468. 80

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 146 a 149. 81

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Págs. 579 y 580. 82

Puig Peña, Federico, Op cit., Págs. 221 y 222 83

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 74, 75 y 86. 84

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs.51 a la 54. 85

Diez -Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Págs 467 y 468.

24

En cuanto a la conservación del testamento notarial abierto, advierte Ossorio

Morales86, que el testamento otorgado con intervención de notario y testigos, es el

único de los testamentos que tiene por sí pleno valor, sin necesidad de ningún trámite

ulterior que tienda autentificarlo. Por ello, las reglas posteriores al otorgamiento sólo se

refieren a su conservación y a la obtención de copias.

Otro de los requisitos esenciales de ésta clase de testamentos es la unidad del acto, ya

que según Ossorio Morales87, Aspron Pelayo88, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros89,

la razón de ser de este requisito de unidad de acto, radica en la necesidad de evitar,

que mediante interrupciones ocurridas durante el otorgamiento, al intercalarse en el

transcurso de tan solemne acto cuestiones ajenas a las que lo motivan, pueda

desvirtuarse la trascendencia y seriedad de las disposiciones testamentarias, e incluso,

influir en la libre determinación del testador.

Es menester recalcar que en el caso de Guatemala, las formalidades especiales que

debe contener la escritura pública de testamento están enumeradas en el artículo 42,

del Código de Notariado90, siendo éstas:

1. La hora y sitio en que se otorga el testamento. Es decir, como expresa Gracias

González91, se debe especificar la dirección donde se encuentran y no simplemente la

indicación del municipio, además de la hora de inicio y finalización del instrumento.

2. La nacionalidad del testador. Este requisito, en realidad, es requisito general de todos

los instrumentos públicos.

86

Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 80. 87

Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 80 y 81. 88

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Sucesiones, México, Mc Graw Hill, 2008, Tercera Edición, página 55. 89

Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 468. 90

Congreso de la República de Guatemala, Decreto número 314, código de Notariado, Guatemala, artículo 42. 91

Gracias González, José Antonio, Código de Notariado, concordado, comentado, y anotado, con referencias legales y doctrinarias, Guatemala, Editorial Estudiantil Fenix, 2011, página 40.

25

3. La presencia de dos testigos que reúnan las calidades que exige esta ley. Estas

calidades, están contenidas en los artículo 52 y 53 del Código de Notariado, que

estipulan que los testigos deben ser civilmente capaces, idóneos y conocidos por el

notario, de lo contrario, deberá cerciorarse de su identidad por los medios legales. No

podrán ser testigos: 1º. Las personas que no sepan leer y escribir o no hablen o no

entiendan el español. 2º. Las personas que tengan interés manifiesto en el acto o

contrato, 3º. Los sordos, mudos o ciegos; 4º. Los parientes del notario, y 5º. Los

parientes de los otorgantes, salvo el caso de que firmen a su ruego, cuando no sepan o

no puedan hacerlo y no se trate de testamentos o de donaciones pro causa de muerte”

4. Fe de la capacidad mental del testador, a juicio del notario. Lo cual debe constar en

el cuerpo de la escritura pública que contiene el testamento.

5. Que el testador exprese por sí mismo su voluntad. La cual atendiendo al artículo

956 del Código Civil, puede entregarse en minuta que contenga sus disposiciones o

bien manifestarlas verbalmente.

6. Que el testamento se lea clara y distintamente por el testador o la persona que él

elija, y se averigüe al fin de cada cláusula, viendo y oyendo al testador, si lo contenido

en ella es la expresión fiel de su voluntad.

7. Que si el testado no habla el idioma español, intervengan dos intérpretes elegidos

por él mismo, para que traduzcan sus disposiciones en el acto de expresarlas.

8. Que el testador, los testigos, los intérpretes en su caso y el notario, firmen el

testamento en el mismo acto; y

9. Que si el testador no sabe o no puede firmar, ponga su impresión digital y firme por él

un testigo más, que deberá reunir las mismas calidades de los testigos instrumentales.

26

Además de todos estos requisitos, se debe estar a lo dispuesto en el artículo 29 del

Código de Notariado, que regula las formalidades de los instrumentos públicos,

considerando la cantidad de requisitos y formalidades que exige esta clase de

testamento, la autora estima que el mismo constituye una manera eficaz de preservar

en toda su pureza la voluntad del testador.

En cuanto a sus formalidades posteriores, se debe tomar en cuenta que el notario que

autorice el testamento, debe comunicar al Registro de la Propiedad Inmueble, dentro de

los quince días siguientes a la fecha del otorgamiento del testamento, el lugar, fecha y

hora, en que fue otorgado; el folio o folios que correspondan al protocolo; el número y

registro del papel de protocolo y la constancia de haber firmado el testador, o el nombre

de la persona que firmó a su ruego.

2.2.2. El testamento común cerrado.

2.2.2. a. Antecedentes

Refieren, Valverde y Valverde 92, Ortiz V. 93, Puig Peña 94, Colin Abroise, Capitant

Henry 95 y Ossorio Morales 96, que el testamento cerrado, se conoció en Roma, y su

origen está en las 12 tablas, según las que se escribía el nombre del heredero, y

después se cerraban las tablas, por medio de cordoncitos y también en una constitución

de Todosio y Valentiniano, recogidas después en el derecho justiniano en donde quedó

perfectamente reglamentado.

Para la edad media fue conocido en el Fuero Juzgo y regulado por Las Partidas de

conformidad a las leyes romanas, exigiéndose escribir por sí mismo el testamento.

92

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 103 y 104. 93

Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 63. 94

Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs 235 y 236. 95

Colin Abroise, Henry Capitant, Derecho Civil, testamentos y clases especiales de liberalidades, México, Editorial Jurídica Universitaria, 2002, página 584. 96

Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 109 y 110.

27

2.2.2. b. Concepto.

2.2.2. b. i. Doctrina.

Barros Errazuris 97, Espín Cánovas 98, la Enciclopedia Espasa- Calpe99, el

Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 100, Rojina Villegas 101, Puig Peña 102,

Córdova-Levy-Solari Wagmaister103, Zanonni 104, Boqueiro Rojas y Buenrostro

Báez 105 y Valverde y Valverde 106, coinciden al expresar que a ésta clase de

testamento, se le llama cerrado, secreto o mystico y es aquel en el que el testador, sin

revelar su última voluntad, declara que ésta se halla contenida en el pliego que

presenta a las personas que han de autorizar el acto, el que se encuentra cerrado y

signado en la cubierta por el escribano, testador y testigos, de manera que nadie pueda

enterarse del contenido y sólo se hace público después de la muerte del testador;

quedando conservado o depositado en poder del testador o encomendar su guarda a

persona de su confianza, o depositarlo en poder del notario autorizante para que lo

guarde en su archivo; y que como afirman: Aguilar Guerra107, Espín Cánovas 108,

Puig Peña 109 y García Urbano 110, para su otorgamiento, consta básicamente de dos

fases: una privada, de redacción del escrito que contiene la última voluntad y otra

pública, constituida por el otorgamiento notarial propiamente dicho.

El tratadista español Lacruz Berdejo 111, expresa que el testamento cerrado, se

caracteriza por la certeza y fiabilidad del hecho de su otorgamiento (de él da fe el

97

Barros Errazuris Alfredo, Op. cit., Pág. 147. 98

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 150, 151. 99

Testamento, Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit., Pág. 129. 100

Testamento Cerrado, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 392. 101

Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., Pág. 401. 102

Puig Peña, Federico, Op. cit., Pág. 235. 103

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 56. 104

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 571. 105

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 338 106

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Pág. 102. 107

Aguilar Guerra, Vladimir. Op. cit., Pág. 91. 108

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 150 y 151. 109

Puig Peña, Federico. Op. cit., Pág. 235. 110

García Urbano, José María, Instituciones de Derecho Privado, tomo I, España, Getafe, 1995, página 406. 111

Lacruz Berdejo, José Luis. Op. cit., Pág. 766.

28

notario), junto al secreto de su contenido, tal que, una vez otorgado el testamento, ya

no puede ser desvelado ni aún por el propio testador, quien podrá afirmar que sus

disposiciones son tales o cuales, más no demostrarlo enseñando el escrito

testamentario, ya que él mismo no podría verlo.

Espín Cánovas 112, haciendo un análisis de la clase de testamento que en éste

momento se trata, aporta diciendo que, el testamento cerrado coincide con el abierto,

en ser un testamento otorgado ante el notario y cierto número de testigos, pero a

diferencia de éste, en que dichas personas conocen la última voluntad del testador, en

el cerrado el contenido de su voluntad permanece secreto, limitándose aquellos a dar

fe y testimonio de su otorgamiento. En relación con el ológrafo se diferencia

netamente, ya que en éste no interviene nada más que el testador en su otorgamiento

y ha de escribirlo él mismo de su puño y letra, mientras que en el cerrado, puede estar

escrito por persona distinta del testador.

Así pues, de lo anterior resulta claro que el testamento cerrado es otorgado ante notario

público, con intervención de cierto número de testigos, que dan fe y constatan el acto

del otorgamiento del mismo, más no de su contenido, el cual queda secreto hasta la

muerte del testador.

2.2.2 b. ii. Legislación Comparada

Los Códigos Civiles de Guatemala, Costa Rica, Argentina y México, no dan un

concepto del testamento cerrado.

Los Códigos Civiles de El Salvador113, Honduras114, Nicaragua115, y España116, lo

definen como aquel en que el testador sin revelar su última voluntad, declara que ésta

112

Espín Cánovas, Diego. Op. cit., Págs. 150 y 151. 113

Código Civil, Decreto Legislativo número 7, El Salvador, 1859, artículos 1005. 114

Código Civil, Honduras, 1906, artículos 1001 y 1003. 115

Código Civil de la República de Nicaragua, Nicaragua, 1094, Artículo 1028. 116

Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889, Artículo 680.

29

se halla contenida en el pliego que presenta a las personas que han de autorizar el

acto.

En las legislaciones en las que no se da un concepto de lo que es el testamento

cerrado, se deduce de su contenido, que es aquél, que como se expresa en las

legislaciones que sí lo regulan, donde el testador sin manifestar sus declaraciones de

última voluntad de viva voz, ante notario y testigos; lo hace siempre ante ellos, pero en

sobre cerrado, quedando secretas sus disposiciones.

2.2.2. c. Capacidad y prohibiciones para otorgar testamento común cerrado.

El Código Civil117 en su artículo 960 establece que no pueden otorgar testamento

cerrado:

1.El ciego y

2.El que no sepa leer y escribir.

La prohibición anterior como especifica, el Licenciado Aguilar Guerra118, se fundamenta

en que no pueden cerciorarse por sí, del contenido escrito que debe contener su última

voluntad.

Córdova-Levy-Solari Wagmaister119, Puig Brutau 120, Espín Cánovas 121, Puig

Peña122, Colin Abroise y Capitant Henry 123, afirman que la mayoría de la doctrina,

coincide en que tiene incapacidad y prohibición para poder otorgar esta forma de

testamento los ciegos y los que no sepan leer.

117

Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, artículo 960. 118

Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 92. 119

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op.cit., Págs. 57 y 58 120

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96 121

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 151 y 152. 122

Puig Peña, Federico, Op cit., Págs. 236 a 238. 123

Colin Abroise, Henry capitant, Op.cit., pág. 586.

30

En cuanto al ciego, debe recordarse que ese testamento se perfecciona con el acta

notarial, todo en un mismo momento. Esta situación es la que debe ser conocida y

adecuadamente verificada por el testador, quien debe tener certeza del contenido del

acta, firma de testigos, colocación en el pliego, etc., por lo que, no existiría garantía

alguna de que el otorgante conociera lo que contiene la plica cerrada, si fuera un

invidente, es entonces, una medida de prudencia destinada a evitar la sustitución o

suplantación del pliego que contuviese su testamento y por ello la incapacidad del ciego

es absoluta.

Así mismo, los tratadistas Espín Cánovas 124, Puig Brutau 125, Puig Peña 126, Colin

Abroise y Capitant Henry 127, manifiestan que en cuanto al que sabe leer, pero no

escribir, la mayoría de la doctrina y legislaciones, permiten que teste de ésta forma. Ya

que el testamento cerrado puede estar escrito por otra persona, y son capaces para su

otorgamiento los que no puedan escribir (por algún impedimento), con tal que pueda

leer; lo esencial es, por tanto, saber y poder leer para cerciorarse de que lo escrito

corresponde fielmente con el testamento que se quiere otorgar.

Es prudente, resaltar que la doctrina toma como incapaces para poder otorgar esta

clase de testamento a los ciegos y a los que no pueden leer, y en el caso de

Guatemala, hay que tener presente que también son incapaces los que no saben

escribir.

2.2.2. d. Formalidades.

Expresa Espín Cánovas128, que el testamento cerrado tiene tres fases, con

características diversas: En una primera fase, de carácter privado, y por tanto secreto,

se ha de escribir el testamento; en la segunda fase, de comparecencia ante notario y

testigos, tienen lugar todas las formalidades que tienden a acreditar, que en el pliego

124

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 151 y 152. 125

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96 126

Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs 236 a 238. 127

Colin Abroise, Henry capitant, Op. cit., Pág. 586. 128

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs 152 a 155.

31

cerrado presentado por el testador, se contiene su última voluntad; finalmente en la

tercera fase, tiene lugar la conservación del testamento, para que una vez ocurrido el

fallecimiento del testador, pueda surtir efectos:

1. En cuanto a la primera fase, que es una fase privada, asevera: Espín Cánovas129,

Puig Brutau 130, Albaladejo 131, Puig Peña 132, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros133,

Aspron Pelayo 134, Aguilar Guerra135 y Messineo 136: Que el testamento es escrito

por el propio testador o por otra persona a su ruego; pero tanto, en un caso como en

otro, se exigen determinadas garantías de autenticidad, a través de la firma y rúbrica

del testamento, que varían sin embargo en ambos casos a saber:

a. Si lo escribiere por sí mismo el testador, rubricará todas las hojas y pondrá al

final su firma.

b. Si lo escribiere otra persona a su ruego, el testador pondrá su firma entera en

todas las hojas y al pie del testamento. Cuando el testador no sepa o no pueda

firmar, lo hará a su ruego y rubricarán las hojas otras personas, expresando la

causa de la imposibilidad.

Una vez escrito el testamento, ha de procederse a cerrarlo en una plica, para mantener

su carácter secreto y de manera que no pueda extraerse aquél sin romper ésta, esta

operación de cerramiento del testamento, puede efectuarse también privadamente o

bien ya ante el notario, en la fase siguiente.

129

Loc cit. 130

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 96 a la 100. 131

Albaladejo, Manuel, Op cit., Pág. 580. 132

Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs. 236 a 238. 133

Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 472. 134

Asprón Pelayo, Juan Manuel. Op cit., Págs. 56 a 58..

135 Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 92.

136 Messineo, Francesco, Manual de Derecho Civil y Comercial, Chile, Ediciones Jurídicas Europa-América, 1954,

Página 199.

32

Queda el cuestionamiento, si cabe emplear procedimientos mecánicos, para la escritura

del testamento cerrado. Siendo que, Puig Peña137 y Puig Brutau138: coinciden al decir:

que a la escritura por mano de un tercero, debe ser equiparada la escritura a máquina o

de cualquier otra manera, que no represente los exactos caracteres de la escritura del

testador, en su modo usual y corriente de escribir, lo mismo cabe decir, en el caso de

que el testamento sea escrito en parte por el testador y en parte por un tercero, o en

parte por el testador y en parte por varios terceros, o solamente por varios terceros a

ruegos del testador.

Importante es, que en ésta clase de testamento, ha de expresarse también el lugar, día,

mes y año en que se escribe. Como advierte Puig Brutau 139, citando a Ossorio

Morales, conviene no confundir ese lugar y esa fecha con las del propio otorgamiento,

esto tiene especial importancia, para determinar la capacidad del otorgante o para

saber, cuál es el último testamento que deroga a los anteriores; aunque como afirman,

Puig Brutau 140 y Puig Peña141, la verdadera fecha del testamento cerrado es la del

acta, ya que en este momento es que se considera emitida la declaración de la última

voluntad, aunque se escribiera en fecha anterior.

2. Respecto a la segunda fase, es decir la fase notarial, Espín Cánovas 142, Puig

Brutau 143, Albaladejo 144, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 145, Asprón Pelayo146,

Aguilar Guerra147, Córdova- Levy- Solari Wagmaister148 y Zanonni 149: comentan

137

Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs. 236 a 238. 138

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 96 a la 100. 139

Loc. cit. 140

Loc. cit. 141

Puig Peña, Federico, Op. cit., Págs 236 a 238. 142

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 152 a 155. 143

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 101 a 105 144

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 145

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Pág. 472. 146

Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 56 a 58. 147

Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 92. 148

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. de la 57 y 58 149

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 571.

33

que en esta fase, el testador ha de comparecer ante el notario y los testigos exigidos

por la ley, manifestando que el pliego cerrado que presenta, contiene su testamento,

extendiéndose entonces sobre la cubierta de dicho testamento un acta, que una vez

leída y conforme, ha de ser firmada por los asistentes al acto. Debiendo tomar en

cuenta lo siguiente:

a. El testador comparecerá con el testamento cerrado y sellado, o lo cerrará y

sellará en el acta ante el notario que haya de autorizarlo y los testigos, en

presencia de ellos, manifestará el testador, que el pliego que presenta contiene

su testamento, expresando si se haya escrito, firmado y rubricado por él, o si

está escrito de mano ajena y firmado por él, al final y en todas sus hojas, o si,

por no saber o no poder firmar lo ha hecho a su ruego otra persona.

b. Redacción, lectura y firma del acta externa: Sobre la cubierta del testamento,

extenderá el notario, la correspondiente acta de su otorgamiento; expresando el

número y la marca de los sellos con que esté cerrado y dado fe, de haberse

observado las solemnidades marcadas por la ley.

Extendida y leída el acta, la firmarán el testador y los testigos que sepan firmar y la

autorizará el notario, con su signo y firma. Si el testador no sabe o no puede firmar,

deberá hacerlo en su nombre uno de los testigos instrumentales y otra persona

designada por aquél. También se expresará en el acta esta circunstancia, además del

lugar, hora, día, mes y año del otorgamiento.

En tanto, Aguilar Guerra150: manifiesta, que además el notario deberá transcribir en su

protocolo el acta de otorgamiento, esto según el artículo 962 del Código Civil.

150

Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 93.

34

Una vez extendida el acta de otorgamiento, ha de procederse a su lectura; la firmará el

testador, los testigos, los intérpretes si los hubiere y la autorizará el notario con su sello

y firma.

3. En la tercera fase, como aseveran, Espín Cánovas, Diego 151, Puig Brutau, 152,

Albaladejo 153, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 154 y Aspron Pelayo 155; Tiene lugar

la conservación del testamento para que, una vez ocurrido el fallecimiento del testador,

pueda surtir efectos, mediante su presentación ante la autoridad judicial, que ordenará

la comprobación de la autenticidad de su cubierta externa y protocolización en la

notaría en que se hubiese otorgado.

Los autores, Espín Cánovas156, Puig Brutau157, Albaladejo158, Diez- Picazo, Gullón

Ballesteros159, Aspron Pelayo160, y el Código Civil de Guatemala161, coinciden en

que el testador podrá conservar en su poder el testamento cerrado, o encomendar su

guarda a persona de su confianza o depositarlo en poder del notario autorizante, para

que lo guarde en su archivo, lo cual se hará constar en el acta.

2.2.2. e. Formalidades Posteriores: Apertura del testamento cerrado:

Como el testamento cerrado, puede conservarlo el testador, un tercero o el notario,

como quedó expresado anteriormente, al momento del fallecimiento del testador, debe

entregarse la plica que contiene el testamento y de ésta manera Aguilar Guerra162

explica: Fallecido el testador, quien esté en poder del testamento, habrá de presentarlo

151

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 152 a 155. 152

Puig Brutau, José, Op. cit., Págs. 107 y 108. 153

Albaladejo, Manuel. Op. cit., pág. 580. 154

Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros. Op. cit., Pág. 472. 155

Asprón Pelayo, Juan Manuel. Op.. cit., Págs. 56 a 58.

156 Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 154 y 155.

157 Puig Brutau, José, Op. cit., Págs. 107 y 108.

158 Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580.

159 Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros,. Op cit., Pág. 472.

160 Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 57 y 58.

161 Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 963 y 964.

162 Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Págs. 93 y 94.

35

al juez competente, dentro de diez días desde que esa persona conozca el

fallecimiento, en caso contrario, incurrirá en responsabilidad por los daños causados

por negligencia (art. 964 CC). En cuanto a las diligencias previas a la apertura del

testamento, cabe indicar que el juez procederá al examen de la cubierta, con citación

del notario y los testigos instrumentales (Arts. 469 y 470 CPCM). Practicada la apertura

del testamento y cumpliendo con los requisitos de rigor, se procederá a darle lectura

(Art. 471 CPCM). Inmediatamente el juez rubricará y sellará cada una de las hojas del

testamento. Acto seguido el juez ordenará la protocolización del testamento (Art. 472

CPCM).

Ahora bien, citan también los autores Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 163, Asprón

Pelayo 164, Espín Cánovas 165, Ortiz V 166 y el Código Civil de Guatemala167: que a la

muerte del testador, el notario o la persona que tenga en su poder el testamento deberá

presentarlo al juez competente luego que sepa del fallecimiento. Si no lo verificase

dentro de diez días, será responsable de los daños y perjuicios que ocasione su

negligencia.

Diez- Picazo, Gullón Ballesteros168, Espín Cánovas169 y Ortiz V170, manifiestan que

podrá pedir judicialmente la presentación del testamento, el que tuviere conocimiento

de haberse otorgado y obrara en poder de tercero. Si el reclamante es persona extraña

a la familia, jurará que no lo hace por malicia, sino por creer que él puede tener un

interés por cualquier concepto.

Además de la sanción de responder de los daños y perjuicios, si el que lo tuviere no lo

presenta dentro del plazo de diez días conocido el fallecimiento del testador ( y

163

Diez -Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio. Op. cit., Pág. 472. 164

Aspron Pelayo, Juan Manue, Op. cit., Págs. 56 a 58. 165

Espín Cánovas, Diego, Op cit., Págs. 153 a 155. 166

Ortiz V. Roberto G. Op. cit., Págs. 66 y 67. 167

Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 964. 168

Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 472. 169

Espín Cánovas, Diego. Op. cit., Págs. 152 a 155. 170

Ortiz V. Roberto G. Op. cit., Págs. 66 y 67.

36

conociendo, por supuesto, que tiene el testamento), se grava más la sanción para el

que obre con dolo: perderá todo derecho a la herencia, sea como heredero abintestato,

sea como heredero voluntario, o legatario. Incurre en la misma pena, el que sustrajese

dolosamente el testamento cerrado del domicilio del testador o de la persona que lo

tenga en guarda o depósito, y el que lo ocultare, rompa o inutilice de otro modo, sin

perjuicio de la responsabilidad que proceda.

Teniendo en cuenta que el dolo no se presume nunca, ha de ser objeto de cumplida

prueba. Por tanto, el hecho de no presentarlo en el plazo marcado por la ley no arguye

por sí mismo la existencia de dolo.

La no presentación del testamento cerrado, no produce nunca su caducidad.

En cuanto a la apertura y protocolización, Puig Brutau 171, Espín Cánovas172 y

Córdova- Levy- Solari Wagmaister173 sostienen que presentado el testamento al

Juzgado competente, se siguen las diligencias que permiten comprobar si el pliego

cerrado, se encuentra íntegro, sin señales de haber sido abierto, en cuyo caso, queda

igualmente comprobada la autenticidad del documento privado que contiene, como

expresión de la última voluntad del testador; todo esto con citación del escribano o

notario que autorizo el acto y de los testigos.

Así pues, como refieren, Puig Brutau 174 y Espín Cánovas175, realizada dicha

comprobación de la integridad de los sellos que garantizan el cierre del sobre que

contiene el testamento cerrado, incumbe simplemente al Juez abrirlo, dar lectura al

testamento y disponer, mediante auto, que se protocolice, con todas las diligencias

originales de la apertura, en el protocolo del notario que autorizó el otorgamiento.

171

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96 172

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 154 Y 155. 173

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 64 a la 66. 174

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 95 y 96. 175

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 154 Y 155.

37

Es nulo el testamento cerrado en cuyo otorgamiento no se hayan observado las

formalidades establecidas; y el notario que lo autorice será responsable de los daños y

perjuicios que sobrevengan, si se probare que la falta procedió de su malicia,

negligencia o ignorancia inexcusables.

2.3. Testamentos comunes ordinarios contemplados en las legislaciones

comparadas

2.3.1. Testamento ológrafo

2.3.1. a. Antecedentes

El Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 176 y los autores Castán, Garriguez,

y De Goicoechea 177, Borda 178, Fassi 179, coinciden al decir que no tiene este

testamento claros antecedentes romanos, salvo los testamentos autógrafos que

Valentiniano III admitió cuando no hubieran intervenido testigos; y que no quiso recoger

Justiniano. El Fuero Juzgo lo admite cuando no sea posible encontrar testigos. Las

Partidas sólo aceptan el del padre a favor de los hijos.

El tratadista argentino Fassi180, explica para comprender esta clase de testamento, que

se les denomina cartas misivas a la manera de comunicarse por escrito, y la costumbre

hizo que las personas redactaran el testamento como si fuera una carga misiva, por

ende creo confusión entre testamento y carta misiva, cuando con el estilo de la

segunda, una persona enuncia decisiones sobre el destino de sus bienes, para después

de su muerte. En la ordenanza francesa de 1735, se resolvió estatuyendo que las

disposiciones escritas en cartas misivas, serían consideradas nulas.

176

Testamento ológrafo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 399. 177

Castán, José, Gurriegues Joaquín, y de Goicoechea, Francisco L. Derecho Civil y Común Foral, España, Editorial Reus, S.A., 1922. Página 147. 178

Borda, Guillermo A. Op. cit., Pág. 332. 179

Fassi, Santiago C. Op. cit., Pág. 124. 180

Ibid. Págs. 128 a 130.

38

Los comentadores del Código de Napoleón, hasta la época de redacción del código

argentino, se inclinaron por la validez del testamento ológrafo aún cuando tuviera la

redacción que es habitual en las cartas misivas y esa solución se ha impuesto

definitivamente y la comparten la doctrina alemana y española.

Pero un escrito, debe considerarse carta misiva o testamento atendiendo más a fu

finalidad que a su forma, para no caer en confusiones. Si lo que se quiso fue testar, y

así surge indudablemente del escrito, no habrá carta sino testamento. Es función

judicial determinar si el documento vale como testamento o como carta.

2.3.1. b. Concepto

2.3.1. b. i. Doctrina.

Explican los tratadistas, Córdova- Levy- Solari Wagmaister181, y Valverde y

Valverde182, que el término ológrafo, por su etimología, deriva del griego holo: todo,

grafo: escrito; de ahí la expresión, “escrito todo entero”.

Así pues, coinciden, Valverde y Valverde 183, Barros Errazuris 184, Boqueiro Rojas y

Buenrostro Báez 185, García Urbano 186, Brugi 187, Diez- Picazo, Gullón

Ballesteros188, y el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 189, al expresar que

el testamento ológrafo, consiste en el escrito enteramente por el testador; y que se

diferencia fundamentalmente de los demás testamentos escritos, en que en el ológrafo

basta la escritura íntegra por mano del testador, sin ninguna otra condición formal para

181

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 45 a la 48. 182

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 80 y 81. 183

Loc. cit. 184

Barros Errazuris Alfredo, Op. cit., Pág. 133. 185

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 338. 186

García Urbano, José María, Op. cit., pág. 406. 187

Brugi, Biagio, Instituciones de Derecho Civil, México, Unión Tipográfica Editorial Hispano-Americana. 1946, página 509. 188

Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 461. 189

Testamento ológrafo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 399

39

que sea testamento, mientras que en los demás testamentos escritos se requiere la

intervención de personas privadas, testigos, por ejemplo, o autoridades, para que

pueda considerarse como testamento.

Determinan Valverde y Valverde190, y el Diccionario Enciclopédico de Derecho

Usual 191, que la característica esencial de esta forma testamentaria es la no

intervención de persona ajena al testador, así como la de autografía total. Por tanto su

diferenciación con las formas notariales, abierta y cerrada, es evidente, siendo una

forma estrictamente privada y de absoluto secreto, a diferencia del testamento cerrado,

pues en éste lo secreto es tan sólo el contenido del testamento, pero no el hecho de su

otorgamiento, aparte de que el cerrado, puede ser escrito por otra persona, en cuyo

caso ni siquiera el contenido es secreto.

En un sentido armonizado manifiestan Zannoni, 192 Diez- Picazo, Gullón

Ballesteros193, Fassi 194 y Colin Abroise y Henry Capitant195, que el testamento

ológrafo ofrece dos indiscutibles ventajas sobre las demás formas de testar: sencillez y

secretividad. Efectivamente es un testamento muy aligerado de formas y solemnidades

legales, aunque las que se imponen legalmente se suelen exigir rigurosamente por la

jurisprudencia para que quede garantizada la autenticidad. Es, además, secreto, pues

no sólo mantiene el secreto de las disposiciones contenidas en él, lo que es igualmente

posible en el testamento notarial cerrado, sino también el hecho mismo del

otorgamiento; además de que no se incurre en gastos, puede extenderse en cualquier

momento y en cualquier lugar.

Al testamento ológrafo se le achacan también evidentes inconvenientes. En tal sentido,

se señala la facilidad de su sustracción, la posibilidad de ser falsificado como otro

190

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 80 y 81. 191

Testamento ológrafo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 399 192

Zonnoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 560. 193

Diez Picazo, Luis, Gullón Ballesteros, Antonio, Op. cit., Pág. 461. 194

Fassi, Santiago C, Op. cit., Pág. 125. 195

Colin Abroise, Henry capitant, Op. cit., Pág. 574.

40

documento privado, y el peligro de captación de la voluntad del testador. Pero

seguramente el mayor inconveniente en la práctica es, el otorgamiento por persona no

perita en Derecho, y sin ningún asesoramiento.

En Guatemala no se contempla la figura del testamento ológrafo, considerando pues

que no brinda certeza jurídica y que se prestaría a muchas falsificaciones, además que

por el nivel académico y cultural del país, otorgar éste clase de testamento sin asesoría

de un notario, traería muchos problemas para la validez del mismo.

2.3.1. b. ii. Legislación Comparada.

Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Nicaragua no lo regulan.

El Código Civil Federal de México196, el Código Civil Español197 y el Código Civil

argentino198, lo definen como aquel testamento escrito de puño y letra del testador.

2.3.1. c. Formalidades

Los estudiosos del Derecho, como Puig Brutau 199, Lacruz Berdejo 200, De Ruggiero

201, Aspron Pelayo 202, Borda, 203, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros204, manifiestan

que esta clase de testamento requiere menor número de formalidades, pues todas

éstas se reducen a la necesidad de que lo escriba el testador, lo feche y firme de su

propia mano. Nada más exige la ley; ni empleo de papel especial, ni asistencia de

testigos, ni depósito en un archivo o entrega a funcionario público; la única solemnidad

196

Código Civil Federal, México, 1928, artículo 1550. 197

Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889, artículo 678. 198

Código Civil , Argentina, 1871. Artículo 3639. 199

Puig Butau, José, Op. cit., Pás. 116 a 118. 200

Lacruz Berdejo, José Luis, Op. cit., Págs. 766 y 767. 201

De Ruggiero, Roberto, Instituciones de Derecho Civil, Tomo II, Volumen Segundo, España, Instituto Editorial Reus, Traducción de la cuarta edición italiana, página 474. 202

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 203

Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 333. 204

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464.

41

es la autografía; ser mayor de edad y saber el testador leer y escribir. El testamento

ológrafo representa el medio más fácil, el más sencillo y el más idóneo para mantener,

no solamente el secreto del contenido del testamento, sino que también el hecho de

haber testado.

Este testamento es tan simple que, como indican Borda. 205 y Córdova- Levy- Solari

Wagmaister 206, es indiferente el medio de escritura empleado, que puede ser tinta, o

lápiz, papel sellado o simple. Puede admitirse incluso a criterio de los autores

mencionados el testamento en un lienzo, una madera, una pared una pizarra, ya sea

con carbón tiza, punzón, etcétera, si las circunstancias del caso revelan la seriedad del

acto.

Sin embargo es importante resaltar, como refieren Borda 207 y Zononni 208, que el

testamento ológrafo, debe ser un acto separado de otros escritos y libros en que el

testador acostumbra escribir sus negocios. Las cartas, por expresas que sean respecto

de la disposición de los bienes, no pueden formar un testamento de esta clase; esto

debe entenderse en un sentido intelectual, no material, de tal modo que el testamento

es válido aunque sea escrito en un libro o librera del testador, si su redacción prueba

que se trata de un acto autónomo, no obstante estar materialmente agregado a este

libro; además, de que el Juez tenga pleno convencimiento que se trata realmente de un

testamento y no de una simple promesa. Lo decisivo es determinar cuándo el

instrumento es una carta o un proyecto de testamento y cuándo es realmente un

testamento.

Así pues, Espín Cánovas 209 y Lacruz Berdejo 210 exponen que, para que sea válido

este testamento, deberá estar escrito completamente y firmado por el testador, con

205

Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 334. 206

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 45. 207

Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 335. 208

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 561. 209

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 157 y 158. 210

Lacruz Berdejo, José Luis, Op. cit., Págs. 766 y 767.

42

expresión del año, mes y día en que se otorgue, si contuviere palabra tachadas,

enmendadas o entre renglones, las salvara el testador bajo su firma. Como afirma

Zannoni. 211, la mayoría de legislaciones que contempla el testamento ológrafo, exige

la escritura con caracteres alfabéticos, pero se ha admitido la validez del testamento

cuyas fechas, mención de importes, cantidades, etc; están escritas en números.

Tomando en cuenta como aseveran Asprón Pelayo212, Diez- Picazo y Gullón

Ballesteros 213, que no es válido otorgarlo escrito por medios mecánicos. Además la

fecha como se ha dicho es importante que se fije, porque a partir de ella se determinará

la capacidad del testador y establecer una posible revocación de un testamento

anterior, por otro posterior.

No es admisible, según Borda 214, Zannoni 215, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 216,

bajo sanción de nulidad, la intervención de un tercero que escriba en el acto del

otorgamiento, o que complete con posterioridad lo que el testador dejó en blanco, con

ese fin. En cambio, es doctrina común que las adiciones de un tercero, una vez

otorgado el testamento, no le pueden testar validez y eficacia, pues de lo contrario

quedaría en sus manos la validez o nulidad de aquél. La ley quiere asegurarse de que

lo escrito sea la expresión de la voluntad libre del causante; toda escritura por mano

ajena, se hace sospechosa, de ahí la nulidad.

En cuanto al idioma del testamento ológrafo, opinan Espín Cánovas 217, Lacruz

Berdejo 218, Aspron Pelayo 219, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 220 que se puede

211

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 562. 212

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 213

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464. 214

Borda, Guillermo A, Op. cit., Pág. 333. 215

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 564 y 565. 216

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464. 217

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 156 a 158. 218

Lacruz Berdejo, José Luis, Op. cit., Págs. 766 y 767. 219

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 220

Diez Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 462 a la 464.

43

otorgar en cualquier idioma que quiera utilizar el testador, ya que ésta es una cuestión

indiferente para este testamento.

El testamento podrá conservarse, por el mismo testador o entregarse a otra persona o

incluso a un notario, para que lo custodie.

En cuanto a la adveración y protocolización, se pronuncian Espín Cánovas 221, Aspron

Pelayo 222, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 223 y Albaladejo 224, diciendo que la

persona en cuyo poder se halle depositado dicho testamento, deberá presentarlo al

Juzgado luego que tenga noticia de la muerte del testador, y, no verificándolo dentro

de los diez días siguientes, será responsable de los daños y perjuicios que se causen

por la dilación. También podrá presentarlo cualquiera que tenga interés en el

testamento como heredero, legatario, albacea o en cualquier otro concepto.

Independientemente de este deber de presentación, la legislación establece el plazo

quinquenal de validez o eficacia del testamento, transcurrido el cual, no podrá ya

intentarse su protocolización ni por tanto tendrán eficacia las disposiciones

testamentarias que contuviese.

Así pues, explican Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 225, Espín Cánovas226 y

Albaladejo227 que, presentado el testamento ológrafo, acreditado el fallecimiento del

testador; el juez lo abrirá, si estuviere en pliego cerrado; rubricará con el actuario todas

las hojas y comprobará su identidad por medio de testigos que conozcan la letra y

firma del testador, que declaren que no abrigan duda racional de hallarse el testamento

escrito y firmado de mano propia del mismo. A falta de testigo idóneo, o si dudan los

221

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 157. 222

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 52. 223

Diez Picazo, Luis, Gullón Ballesteros, Antonio, Op. cit., Págs. 464 y 465. 224

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 225

Diez Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Págs. 464 y 465. 226

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 156 a 158. 227

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág 580.

44

examinados, y siempre que el juez lo estime conveniente, podrá emplearse con dicho

objeto el cotejo pericial de letras.

Para la práctica de las diligencias expresadas serán citados, con la brevedad posible,

el cónyuge sobreviviente, si lo hubiere, los descendientes y los ascendientes legítimos

del testador, y, en defecto de unos y otros, los hermanos.

Los citados podrán presenciar la práctica de dichas diligencias y hacer en el acto, de

palabra, las observaciones oportunas sobre la autenticidad del testamento.

Si el juez estima justificada la identidad del testamento, acordará que se protocolice,

con las diligencias practicadas, en los registros del notario correspondientes, por el cual

se darán a los interesados las copias o testimonios que procedan. En otro caso,

denegará la protocolización. Cualquiera que sea la resolución del juez, se llevará a

efecto, no obstante oposición, quedando a salvo el derecho de los interesados para

ejercitarlo en el juicio que corresponda.

Después de estudiar y comprender la figura del testamento ológrafo, como dicen: Puig

Brutau 228 y Valverde y Valverde 229, esta clase de testamento presenta varios

inconveniente si su autografía ofrece una garantía de su autenticidad, aumenta el riesgo

de que sea redactado bajo coacción o amenazas, que se preste a la falsedad y al

fraude, más en esta época, donde se falsifican documentos con relativa facilidad; así

mismo es susceptible, a que sea sustraído o inutilizado o que simplemente

desaparezca, ya que no hay ninguna garantía pública o privada al no intervenir en él

otra persona que la del testador.

Es posible también, que un testador poco versado en las diversas formas de testar,

crea redactar un simple proyecto de última voluntad y resulte que el documento en

cuestión, es tenido después como el último y válido testamento del otorgante. Es cierto

228

Puig Brutau, José, Op. cit., Págs. 114 y 115. 229

Valverde y Valverde, Calixto. Op. cit., Pág. 81.

45

que el requisito de la firma permite distinguir lo que es mero proyecto o borrador, del

escrito definitivo, pero hasta es posible, que alguien redondee su proyecto trazado,

incluso el rasgo con que de ordinario suele firmar. Otra cuestión muy importante, es que

este tipo de testamento hace imposible garantizar la capacidad del testador.

Al hacer un estudio de los testamentos comunes ordinarios, se tiene que la totalidad de

legislaciones comparadas en el presente estudio, regulan el testamento abierto y el

testamento cerrado, siendo el testamento común abierto el más arraigado dentro de

nuestra cultura jurídica y en menor grado el testamento cerrado, ambas modalidades de

testamento deben de cumplir para su eficacia los distintos requisitos establecidos en el

Código Civil y el Código de Notariado en el caso de Guatemala, y además por la

intervención de notario público, debe encajar la voluntad del testador de acuerdo a las

disposiciones normativas respectivas.

En cuanto al testamento ológrafo la legislación guatemalteca no lo contempla,

atendiendo a razones de seguridad jurídica y la posibilidad de la suplantación de la

voluntad del testador por terceras personas; esta clase de testamento se encuentra

regulado únicamente por la legislación de México, Argentina y España.

2.4. Testamentos comunes extraordinarios

Estos testamentos, como explica Espín Cánovas 230, están motivados por la existencia

dentro de las formas ordinarias de testar, de algunas modalidades ocasionadas por

diversas causas, como es la de padecer el testador determinadas enfermedades o

defectos físicos o psíquicos (locura con intervalos de lucidez, sordera, ceguera,

sordomudez y mudez) o bien por otras causas (peligro de muerte, epidemia,

desconocimiento del idioma nacional), estas causas originan la necesidad y

conveniencia de adaptar los requisitos normales del testamento a las circunstancias

que imponen dichas causas, variando a veces los requisitos normales por otros nuevos

requisitos, por una exigencia de mayor seguridad.

230

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 159.

46

2.4.1. Testamento común abierto del ciego

Para Valverde y Valverde 231, las partidas, como el derecho romano, reconocieron al

ciego una capacidad para testar limitada, y por esto exigieron en los testamentos

otorgados por ellos, que sólo podían ser nuncupativos, la presencia del escribano y

siete testigos, o de ocho testigos sin escribano. La ley 3ª de Toro, redujo a cinco el

número de testigos que habían de intervenir en el testamento del ciego, y aunque se

discutió, si esta ley permitió al ciego hacer testamento cerrado, la opinión dominante y

casi unánime era, que las solemnidades establecidas por la citada ley se referían al

testamento abierto y que el ciego carecía de aptitud para hacerle cerrado.

La opinión de la autora de la presente tesis, se identifica con aquellos que concuerdan

que el ciego carece de aptitud para hacer testamento cerrado, pues su limitación física

no le permite verificar personalmente el contenido de su voluntad plasmado en el

testamento cerrado.

Las legislaciones comparadas en la presente investigación no definen al testamento

común abierto del ciego, pues se sobreentiende que es el que otorga la persona que no

posee el sentido de la vista, según los requisitos impuestos por la ley, surgiendo así una

modalidad del testamento común abierto.

En este sentido el Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual 232, indica además

que por la situación especial en que se encuentran quienes carecen del precioso

sentido de la vista, que los expone a fáciles errores y a pérfidos engaños en materia de

intereses, se han establecido ciertas prohibiciones testamentarias, en relación con los

ciegos, y otras garantías en las formas permitidas a ellos, superiores a las ordinarias.

231

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Página 120. 232

Testamento Del Ciego, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 393.

47

Explican, Lara Samayoa 233, Espín Cánovas234, Puig Brutau 235 y Ortiz V.236 que el

testamento del ciego, deberá ser faccionado en escritura pública, ante notario y deben

comparecer tres testigos, que serán escogidos por el testador y deben ser personas de

su absoluta confianza. Además, este testamento será leído en voz alta dos veces: una

por el notario que autoriza y otra por un testigo que designe el testador, haciéndose en

el documento, mención especial de ésta circunstancia; lo que les permite cerciorarse de

la correspondencia entre su voluntad y la redacción del testamento.

Comenta, Espín Cánovas 237 que se discute la posibilidad, de que el ciego otorgue

testamento en alguna de otras formas. Ya que expresamente se les prohíbe a los

ciegos, hacer testamento cerrado. En cuanto al testamento ológrafo, se mantienen las

siguientes posiciones: a) Que no pueden otorgarlo, porque el código tiene un criterio

restrictivo frente al testamento del ciego, al prohibirles hacer uso del testamento

cerrado; b) Que como piensan la generalidad de los autores, el ciego puede otorgar

testamento ológrafo siempre que escriba con la escritura ordinaria, no con punzón u

otros procedimientos que no permiten la identificación de la letra.

En el Código Civil238, se estipula que, el ciego tiene prohibición absoluta para hacer

testamento cerrado.

La legislación trata de asegurar las disposiciones de última voluntad del ciego, y por

ello busca asegurar la pureza de sus disposiciones, para que no sean vulneradas

fácilmente.

233

Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 34. 234

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 160 y 161. 235

Puig Brutau, José, Op. cit., Págs 91. 236

Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 56. 237

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 160 y 161. 238

Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala. artículo 960.

48

2.4.2 Testamento común del sordo

Para Valverde y Valverde 239, las partidas, copiando al derecho romano, prohibieron

testar a los sordos de nascencia, porque en realidad estaban incomunicados, como el

mudo; pero extendía la incapacidad a los demás sordos que por un accidente o causa

posterior lo fueran.

Las legislaciones comparadas en la presente investigación no definen al testamento del

sordo, pues se sobreentiende, que es el que otorga la persona que no posee el sentido

del oído, según los requisitos impuestos por la ley, derivando una forma del testamento

común abierto o cerrado.

Espín Cánovas 240, Albaladejo 241 y Puig Brutau 242, manifiestan que el enteramente

sordo, puede otorgar testamento ológrafo y cerrado, conforme a las disposiciones que

rigen estas formas testamentarias, ya que dicho defecto físico no le impide su

cumplimiento. En cambio, para el testamento abierto, exige la dificultad de que el

testador ha de expresar su conformidad con el testamento una vez que haya sido leído

por el notario, lectura que no puede ser oída por el enterante sordo. Esta dificultad se

salva, según el código, mediante la lectura del testamento, por el mismo testador o por

dos personas que él designe. Dispone, en efecto, que el que fuera enteramente sordo,

deberá leer por si mismo su testamento, y si no sabe o no puede, designará dos

personas que lo lean en su nombre, siempre en presencia de los testigos y del notario.

Aclaran, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 243 que las personas, que leerán en

nombre del testador, si éste no supiere o no pudiere, han de estar presentes en el

momento de la emisión de su voluntad ante el notario y testigos, pues sólo así podrán

comprobar que el testamento se ajusta a aquélla.

239

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 117 y 118. 240

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 160. 241

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 242

Puig Butau, José, Op cit., Págs. 90 y 91 243

Diez -Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 468.

49

El Código Civil244, expresa que si un sordo quiere hacer testamento abierto, deberá

leer el mismo en voz inteligible, el instrumento, a presencia del notario y testigos, lo que

se hará constar; con relación a esta normativa dice Lara Samayoa245, que el

testamento del sordo, debe hacerse constar en escritura pública, ante Notario y dos

testigos; y, además, deberá leer el testador en voz alta e inteligible el testamento, en

presencia del Notario y testigos, debiéndose acreditar esta circunstancia. El Código

Civil prohíbe al sordo hacer testamento cerrado.

Con las estipulaciones que contienen las diferentes normativas, lo que se trata, al igual

que con el ciego, es de proteger y garantizar al que es sordo que lo que declara es lo

que efectivamente se contiene en el testamento que otorgue.

2.4.3. Testamento del mudo.

Las legislaciones comparadas en la presente investigación, no definen al testamento

del mudo, pues se sobreentiende que es el que otorga la persona, que no posee el

sentido del habla, según los requisitos impuestos por la ley, resultando una modalidad

del testamento común cerrado, puesto que es claro que no puede expresar de viva voz

las disposiciones de última voluntad.

El Código Civil246, regula que los que no pueden hablar, pero si escribir, podrán otorgar

testamento cerrado, pero tanto el testamento como el acta de la plica deberán ser

escritos y firmados de puño y letra del testador.

Sobre esta clase de testamento no existe mucha doctrina, pero es evidente que, así

como los anteriores, se trata pues, también de proteger las disposiciones de última

voluntad del testador que es mudo.

244

Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 958. 245

Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 34. 246

Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 961.

50

El testamento del ciego, del sordo o del mudo, constituye una forma extraordinaria de

los comunes, atendiendo a sus limitaciones físicas en cuento a la manifestación de su

voluntad, así como a la verificación de esa voluntad plasmada en el documento de

mérito, razón por la que las legislaciones introducen requisitos adicionales para su

validez.

2.5. Formalidades Posteriores a esta clase de testamentos.

Luego de otorgado el testamento, sobre el notario recaen ciertas formalidades

especificadas en la ley, en éste sentido indica el Código de Notariado247, que el notario

y los jueces de 1ª Instancia, cuando estén facultados para cartular, deben cumplir las

siguientes obligaciones:

Remitir al Director del Archivo General de Protocolos, dentro de los veinticinco días

hábiles siguientes, testimonio especial, en plica firmada y sellada por el notario,

transcribiendo en la misma, el número de orden, lugar, fecha, hora y objeto del

instrumento, nombre del otorgante, el número y registro de las hojas de papel de

protocolo en el que fue extendido.

Además el notario que autorice un testamento, está obligado a comunicar al Registro de

la Propiedad Inmueble, por escrito, dentro de los quince días siguientes, a la fecha en

que se autorizó el testamento, los datos expresados en el artículo 1193 del Código

Civil.

2.6. Testamentos comunes extraordinarios contemplados en las legislaciones

comparadas.

Atendiendo a que la pregunta de investigación es: ¿Qué modalidades de testamentos

se regulan en las legislaciones?, es menester estudiar en éste momento los

testamentos comunes extraordinarios que no se consideran en la legislación

247

Decreto Número 314, Código de Notariado, Guatemala Artículos 37 y 45.

51

guatemalteca, pero sí en otras legislaciones que se estudian en la presente

investigación, con la finalidad de dar una respuesta puntual a la interrogante planteada.

2.6.1. Testamento del loco en intervalo de lucidez.

2.6.1. a. Doctrina.

Indican Valverde y Valverde 248, Espín Cánovas, 249 y Albaladejo250, que para que un

loco, en intervalo de lucidez, pueda testar, designará el notario dos facultativos, que

previamente reconozcan al testador y no lo otorgará, sino cuando éstos respondan de

su capacidad, debiendo dar fe de su dictamen, en el testamento que suscribirán los

facultativos, además de los testigos.

De la doctrina de jurisprudencia y de lo ordenado por el código se deducen estas dos

importantes presunciones:

1. Que se presume capaz mentalmente una persona, mientras no esté declarada

incapaz.

2. Que cumplidas las formalidades exigidas por la ley, el testamento del loco, se

presume válido con presunción juris tantum.

Como manifiesta Asprón Pelayo 251, todos son capaces para otorgar testamento,

excepto a los que la ley les impida este derecho, por lo que se puede analizar lo

siguiente:

1. Debe solicitarse la valoración del incapaz a un juez de lo familiar.

2. Debe solicitarse por escrito.

248

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 113 y 114. 249

Espín Cánovas, Diego. Op. cit., Pág. 159. 250

Albaladejo, Manuel. Op. cit., Pág. 580. 251

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 62 y 63.

52

3. La solicitud debe presentarla el tutor, o en su defecto la familia, la ley no faculta

que la presente el sujeto que se halle en un intervalo de lucidez.

4. Deben asistir a la revisión del sujeto el juez y dos médicos nombrados por el

propio juez, quienes dictaminarán acerca del estado mental, y el juez debe

cerciorarse de la capacidad para testar.

5. El resultado del reconocimiento se hará constar en acta formal.

6. Si el reconocimiento hecho por los facultativos y el juez es favorable, se

procederá a la realización del testamento ante notario público, con todas las

solemnidades que se requieren para los testamentos públicos abiertos.

7. El testamento debe ser firmado por el notario, el juez, los dos médicos, el testador

y, en su caso, por los dos testigos, si se requiriesen.

2.6.1. b. Legislación Comparada.

En la legislación guatemalteca, salvadoreña, hondureña, costarricense, y nicaragüense,

no se regula esta clase de testamento, ya que tienen incapacidad para testar, de

cualquier manera, los que no gozaren de sus facultades intelectuales y volitivas, por

cualquier causa, en el momento de testar; y se especifica que el notario debe dar fe de

la capacidad mental del testador a su juicio.

El Código Civil Federal de México, el Código Civil argentino y el Código Civil Español,

no dan una definición de esta clase de testamentos, pero si la admite, cumpliendo

rigurosamente con los requisitos establecidos en la ley para el efecto y esencialmente el

dictamen de los facultativos que se requieren.

53

2.6.2. Testamento en idioma extranjero

2.6.2. a. Doctrina.

Comentan Espín Cánovas 252, Albaladejo 253, Puig Brutau254 y Valverde y

Valverde255, si el testamento se otorga en idioma extranjero hace falta la presencia de

dos intérpretes que traduzcan su disposición al castellano. El testamento se deberá

escribir en las dos lenguas; agregando Córdova-Levy- Solari Wagmaister256 y

Zannoni. 257, que los testigos deben entender uno y otro idioma.

Indica además Zannoni. 258, que la función de los intérpretes se circunscribe a

escuchar al testador o recibir por escrito sus disposiciones, traducirlas y hacer entrega

al escribano, de las dos versiones que se incluirán en el protocolo. En estos casos, la

lectura del testamento deberá hacerse en ambos idiomas, y los intérpretes firmarán la

escritura junto a los testigos.

Espín Cánovas 259, señala las implicación de ésta normativa: ante esta disposición tan

sumamente vaga y desprovista de desarrollo se han suscitado numerosos problemas,

entre ellos, el de las personas que podrán utilizar este testamento, sosteniéndose: a)

Que se requiere, ser extranjero y no saber el idioma español, b) Que por el contrario, no

se exige, ni ser extranjero, ni que el extranjero desconozca el castellano y también

como describe Valverde y Valverde 260, que se ha suscitado la duda, si puede hacerse

en idioma extranjero testamento cerrado y explica, que el señor Burón, niega

rotundamente que se pueda dar esta situación, ya que la normativa no es aplicable más

que al testamento abierto, y que los intérpretes no pueden actuar en el testamento

cerrado, porque la declaración de voluntad en éste es secreta. Por su parte Scevola,

252

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 159. 253

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 580. 254

Puig Brutau, José, Op. cit., Pág. 92 y 93. 255

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 115 y 116. 256

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 55 257

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 570 Y 571. 258

Loc cit. 259

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 160. 260

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 115 y 116.

54

Sánches Román y la mayor parte de los escritores españoles, entienden que puede

hacerse testamento cerrado en lengua extranjera, pues si explícita y terminantemente

autoriza el código la forma ológrafa, no hay razón para que no se entienda autorizada la

forma cerrada, puesto que el fondo de ambos testamentos es el mismo.

2.6.2. b. Legislación Comparada.

Todas las legislaciones comparadas en la presente lección coinciden que si el

testador desconoce el idioma español o castellano, se deben de auxiliar de intérpretes

para dicho otorgamiento.

2.6.3. Testamento en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia.

2.6.3. a. Doctrina

Expone Ossorio Morales 261, que se trata de situaciones, en las que es permitido

acogerse a las mayores facilidades que la ley otorga, en previsión de que aquéllas

puedan concurrir, siendo esencialmente distinta la ratio legis, que justifica una y otra

modalidad, ya que la primera, se funda en una razón de urgencia, de orden subjetivo,

que afecta al testador, mientras que la segunda, se basa en una situación ambiental

que puede dificultar el cumplimiento de las formalidades prescritas para los casos

ordinarios. Ello explica que, aún siendo dos testamentos de carácter excepcional, sus

requisitos formales no sean exactamente los mismos; y en cambio sí lo son las

formalidades a que después de su otorgamiento quedan sometidos, a fines de

autentificación.

Añade Espín Cánovas 262, que si el testador se hallare en peligro inminente de muerte,

puede otorgarse el testamento ante cinco testigos idóneos, sin necesidad de notario, y

se escribirá el testamento de ser posible; no siendo posible este extremo, el testamento

valdrá aunque los testigos no sepan escribir, quedando facilitado su otorgamiento y

también se manifiesta la gran simplificación de requisitos, en la posibilidad de que sea

261

Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 94 y 95. 262

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 162 a 165

55

válido el testamento puramente verbal, es decir, sin escribirlo, cuando los testigos no

sepan escribir.

Los requisitos del testamento en peligro de muerte son como explican Espín

Cánovas263 y Puig Brutau 264, los siguientes:

a. El supuesto básico para otorgarlo, es el peligro inminente de muerte del testador; Tal

circunstancia ha de juzgarse según un criterio razonable; por lo que no ha de recurrirse

a la ligera a esta forma de testar.

b. Debe existir la imposibilidad de otorgar testamento ante Notario, es decir, que sólo

puede utilizarse cuando no sea posible dicha intervención. Si la intervención del notario

es posible, el estado de gravedad, no sólo no desaconseja su intervención, sino que la

hace más procedente, para que pueda quedar mejor constancia de la última voluntad

del enfermo.

c. Debe otorgarse ante cinco testigos idóneos que conozcan al testador, debiendo

observarse la unidad de acto, por lo que será nulo cuando no se escriba seguidamente

el testamento, sin interrupción, después de las manifestaciones y los cinco testigos han

de estar presentes en el acto del otorgamiento y, por tanto, todos ellos han de ver y oír

simultáneamente al testador.

d. La redacción del testamento debe ser escrita, no se exige que se escriba el

testamento por los testigos, por lo que es posible otorgar este testamento ante testigos

que no sepan escribir, en forma puramente verbal; pero si los testigos saben escribir, ha

de escribirse el testamento.

e. Debe hacerse la protocolización del testamento ya que los testamento otorgados sin

la autorización del Notario, serán ineficaces si no se elevan a escritura pública y se

263

Loc. cit. 264

Puig Butau, José, Op. cit., Págs. 143 a 144.

56

protocolizan en la forma prevista en la ley. Pero esta protocolización, por vía judicial ha

de efectuarse dentro de los tres meses siguientes al fallecimiento del testador, se

dispone por tanto, un plazo de caducidad para su protocolización.

f. Caducidad de éste testamento: Además de la no elevación a escritura pública, por

vía judicial, dentro de los tres meses siguientes al fallecimiento del testador, el código

subordina la validez de dicho testamento a circunstancias de peligro inminente de

muerte que lo origina y, por tanto, considera que pasados dos meses, desde que cesó

dicho peligro, sin haberse producido el temido fallecimiento del testador, debe perder su

eficacia, ya que puede otorgarse otro testamento en condiciones normales.

Expone Valverde y Valverde 265, que de igual modo que el testamento hecho en

peligro de muerte, el testamento en caso de epidemia, debe escribirse de ser posible;

concordando con la doctrina científica, que no es preciso para utilizar este testamento,

que el testador esté atacado de la epidemia, basta que ésta exista, pues si el legislador,

hubiera querido exigir que estuviese el testador atacado, no tenía necesidad de regular

una nueva forma de testar, puesto que basta con la de peligro de muerte.

Como explican, Diez- Picazo y Gullón Ballesteros 266, en caso de epidemia puede

otorgarse testamento sin intervención de notario, ante tres testigos mayores de

dieciséis años. Aparte de la posibilidad de que el testamento no lo autorice el fedatario

público, hay otro rasgo especial: los testigos no tienen que ser mayores de edad, lo que

justifica esta fórmula, son las dificultades con que puede tropezarse para otorgar en

forma ordinaria, dado el ambiente de alarma y temor que una epidemia provoca.

Aparte de estas circunstancias el testamento otorgado en caso de epidemia sigue la

misma estructura explicada para el otorgado en caso de inminente peligro de muerte.

265

Valverde y Valverde, Calixto. Op. cit., Pags. 131 y 132. 266

Diez- Picazo, Luis, Antonio Gullón Ballesteros, Op. cit., Pág. 469.

57

2.6.3. b. Legislación Comparada.

En El Salvador y Costa Rica, no se regulan esta clase de testamento.

En la legislación de Guatemala267, se encuentra regulado como Testamento en lugar

incomunicado, bajo la salvedad que es incomunicado por motivo de epidemia. (Como

más adelante se expone).

En la legislación de México268 está regulado como testamento privado, siendo uno de

los casos en que puede otorgarse, cuando el testador es atacado de una enfermedad

tan violenta y grave que no dé tiempo para que concurra notario a hacer el testamento;

En la legislación de Argentina269, se regula el testamento por causa de epidemia o

peste.

En la legislación de España270, Honduras271, y Nicaragua272, regulan las figuras de los

testamentos otorgados en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia.

2.6.4. Testamento público simplificado.

2.6.4. a. Doctrina.

Explica el tratadista Asprón Pelayo 273: que este tipo de testamento, es una innovación

del legislador, que entro en vigencia en 1994, se otorga ante notario público, sin la

necesidad de testigos, pero su objeto es limitado, debido a que sólo se puede referir a

bienes inmuebles, destinados o que vayan a destinarse a vivienda, siempre y cuando

dichos bienes se adquieran por regularización o siempre y cuando el valor de los

267

Código Civil, Decreto Ley 106, Guatemala, 1963. artículo 971. 268

Código Civil Federal, México, 1928, artículo 1565. 269

Código Civil, Argentina, 1871, Artículo 3689. 270

Código Civil Español, Real Decreto del 24 de julio de 1889, España, 1889, artículos 700 y 701. 271

Código Civil, Honduras, 1906, artículos 1017 y 1018. 272

Código Civil de la República de Nicaragua, Nicaragua, 1904, Artículo 1041. 273

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 59 a la 61

58

mismos y al momento de su adquisición no exceda de 25 veces el salario mínimo del

Distrito Federal, elevado al año.

Sólo dos disposiciones pueden contenerse en un testamento público simplificado: La

designación de legatarios, y la del representante especial, en caso de que el legatario

sea incapaz en el momento de otorgarse la escritura de adjudicación. Esta clase de

testamento es perfecto, ya que no requiere ser declarado formal testamento y revoca a

cualquier otro tipo de testamento.

Este novedoso testamento, es una medida adecuada para propiciar que la gente de

escasos recursos pueda designar un beneficiario para su inmueble, es una medida

social que puede beneficiar a los titulares de vivienda popular o de interés social.

2.6.4. b. Legislación comparada.

El único país que regula ésta clase de testamento es México.

En el presente capítulo, se desarrollaron las distintas modalidades de testamentos

comunes, regulados tanto en la legislación guatemalteca, como en la legislación

comparada en la presente investigación, haciéndose un estudio pormenorizado de cada

uno de ellos, tanto en su legislación positiva, como en sus aspectos doctrinarios,

estimándose que en dicho capítulo además de reiterar los requisitos esenciales de

validez de cada uno de los testamentos tratados, también se hace un esbozo

doctrinario de los testamentos comunes extraordinarios no considerados en la

legislación nacional, pero que hacen un aporte al enriquecimiento del conocimiento

jurídico y en el siguiente capítulo se entrara a conocer sobre los testamentos

especiales.

59

CAPÍTULO 3

TESTAMENTOS ESPECIALES.

En el presente capítulo se hace un estudio pormenorizado de los testamentos

especiales, contemplados en las legislaciones comparadas en el presente estudio,

teniendo claro que los mismos pueden otorgarse sin la intervención de la figura del

Notario como una excepción a los requisitos formales para la validez del testamento.

3.1.Testamentos especiales:

La Enciclopedia Espasa- Calpe 274, explica que en el antiguo Derecho, se clasificaban

los testamentos especiales en privilegiados y excepcionales, según que exigiesen

menos o más requisitos que el testamento común. Esta clasificación no era muy exacta,

pues, de un lado propiamente privilegiado, no había más que el testamento militar, y por

otro parte, todos los testamentos especiales eran excepcionales, en cuanto constituían

una excepción del testamento común. Así pues, la especialidad de la forma obedece a

circunstancias o motivos excepcionales que hacen que no sea posible o conveniente

observar las formalidades del testamento común.

Valverde y Valverde 275 y Córdova- Levy- Solari Wagmaister276 exponen que no

siempre los testadores pueden adoptar una de las formas tipo de testamento, pues las

circunstancias en que se encuentran aquéllos en algunos casos impiden en absoluto

utilizar alguno de los testamento ordinarios o comunes, y sería cruel e injusto negar a

esos testadores la facultad de testar; por ello, unas veces para asegurarse de la verdad

en las declaraciones de voluntad, se ve precisado a exigir mayor número de

formalidades, que las de los testamentos comunes, y otras, para facilitar la libertad de

disponer, tiene que contentarse con solemnidades de menores garantías.

274

Testamento, Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe, Op. cit., Pág. 131. 275

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 112 y 113. 276

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 59 y 60.

60

De esta manera, como también afirma Iglesias277, eran testamentos especiales por

privilegio, según las partidas, el del militar, el del padre entre sus hijos, el del aldeano y

el otorgado ante el Rey. Estas formas privilegiadas fueron desapareciendo bien por la

ley del ordenamiento de Alcalá, bien por las leyes de Toro, y hasta por la ley llamada de

Gracias, que no incluyó entre éstas el testamento otorgando ante el Rey. Las Partidas

regularon además de los testamentos privilegiados, los excepcionales, entre los que se

hallaban, el del ciego, el recíproco y común y el comisario, de éstos varios han sido ya

suprimidos por el código.

Hay que tener en cuenta como bien indica Zannoni 278, que característica general -

aunque no en todos los casos- es que los testamentos especiales, están sujetos a

caducidad de pleno derecho, para el caso de que el testador sobreviva a las

circunstancias especiales que determinaron su redacción, y que como aseveran Rojina

Villegas 279, Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 280, hay que tomar en cuenta las

circunstancias y sólo en atención a las mismas se permite recurrir a esa forma

privilegiada, no siendo eficaz en los casos ordinarios.”

Es pues necesario, poner especial atención a las situaciones en que se encuentran las

personas, para determinar si son aptas para otorgar un testamento especial, teniendo

especial cuidado en los requisitos que se deben cumplir y que son señalados en la

legislación.

3.1.1. Testamento militar

3.1.1. a. Antecedentes

Expone Iglesias 281, que bajo cualquier aspecto que se considere, el testamentum militis

la simplicitas, la imperitia de los soldados, y la efectiva imposibilidad de dirigirse a

277

Iglesias, Jua, Op. cit., pág. 401. 278

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 574. 279

Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., pág. 400. 280

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Págs. 338 y 339. 281

Iglesias, Juan, Op. cit., Págs. 401 y 402

61

personas entendidas, mueve a varios emperadores a dictar disposiciones, que les

dispensen de observar las normas comunes en la confección del testamento.

Las concesiones temporales de indulgentia hechas por César, Tito y Domiciano,

son reiteradas con carácter permanente por Nerva y Trajano. El testamentum militis,

tiene validez independientemente de su forma, siempre que sean manifiestas la

voluntad y seriedad del testador.

Afirma Valverde y Valverde 282, que fue conocido en Roma este testamento con el

nombre de testamento in procinctu. Para Gayo y Justiniano, el testamento militar era

debido a la ignorancia del derecho que solían tener los militares; para Ulpiano, la razón

del privilegio era el inminen periculus mortis, y para otros el testamento militar fue

originado como mera gracia.

El Fuero Juzgo, permitió testar al que estuviera en hueste, confirmándose este

testamento después, ante el obispo y ante el juez. Las Partidas también admitieron este

testamento a favor de los caballeros en hueste, pudiendo hacer testamento como

pudieren y quisieren, de palabra o por escrito, o con su sangre misma, siempre que se

acreditara con dos hombres buenos. Podían hacerlo también ante dos testigos,

llamados y rogados y por Real cédula de 28 de abril de 1739, se declaró que el

testamento otorgado sin ninguna solemnidad, no valiera sino fallecía en campaña, más

por la Novísima Recopilación, se ordenó que los militares tenían fuero, no sólo en

campaña, sino fuera de ella, siempre que gozasen de sueldo.

3.1.1. b. Concepto

3.1.1. b. i. Doctrina

Rojina Villegas 283, considera que, el testamento militar, obedece a la circunstancia

especial, de que el militar o el asimilado al ejército entre en campaña, peligre su vida, o

se encuentre herido en el campo de batalla. Y como complementa Córdova- Levy-

282

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 125 y 126. 283

Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., Pág. 400.

62

Solari Wagmaister284, la característica de ésta clase de testamento está dada por la

flexibilidad que la ley otorga, en cuanto a la observancia de las formas requeridas para

disponer de los bienes mortis causa.

Zannoni285, Espín Cánovas 286, y Ossorio Morales 287 expresan que ésta clase de

testamento, se funda más que en la profesión militar, en la situación de peligro que

encierra para los militares el encontrarse en tiempo de guerra y en campaña, requisitos

ambos precisos para poder hacer uso de este testamento, que se permite, no sólo a los

militares, sino también a los voluntarios, rehenes, prisioneros y demás individuos

empleados en el ejército o que sigan a éste; por lo cual sería quizá más preciso

calificarlo de testamento en tiempo de guerra.

Caracteriza a este testamento su otorgamiento ante un oficial, con la categoría mínima

de capitán o ante un comisario de guerra. Cabe otorgarlo ante un subalterno, capellán o

facultativo, con asistencia siempre de cierto número de testigos, y finalmente siendo

también posible otorgarlo, en caso de peligro de acción bélica, sólo ante dos testigos. Y

como indica Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 288, el mismo puede ser verbal o

escrito.

Se debe tener presente pues, que esta clase de testamento no es exclusivo para los

militares, sino también para otras personas, como lo son: los doctores, las enfermeras,

los sacerdotes, los rehenes, etc.

3.1.1. a. ii. Legislación Comparada.

Las legislaciones, que se comparan en el presente estudio, no dan un concepto como

tal, del testamento militar, pero indican que es el testamento, que pueden otorgar

militares y los demás individuos empleados en un cuerpo de tropas de la República, los

284

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 60 285

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 574. 286

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 168 a 169. 287

Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 109 y 110. 288

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 339 y 340.

63

voluntarios, rehenes y prisioneros que pertenecieren a dicho cuerpo, y las personas que

van acompañando y sirviendo a cualquiera de los antedichos; siendo preciso hallarse

en una expedición de guerra, que esté actualmente en marcha o campaña contra el

enemigo, o en la guarnición de una plaza actualmente sitiada.

3.1.1. c. Formalidades

Manifiestan Ossorio Morales 289 y Castán Tobeñas 290 que es necesaria, la

concurrencia de dos circunstancias: que se haga en tiempo de guerra y que el

otorgante se encuentre en campaña.

Para otorgar esta clase de testamentos, indican Castán Tobeñas 291, Albaladejo292,

Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 293, Espín Cánovas 294 y Asprón Pelayo 295: que

puede distinguirse un testamento militar ordinario y un testamento militar extraordinario:

a. Forma ordinaria abierta: Ha de otorgarse ante un oficial, que tenga por lo menos,

la categoría de capitán. Pero si el testador estuviera enfermo o herido, puede otorgarlo

ante el capellán o el facultativo que le asiste; y si estuviere en destacamento, ante el

que lo mande, aunque sea subalterno. En todo caso es necesaria, la presencia de dos

testigos idóneos.

Remitido, con la posible brevedad, a cuartel general y por éste al Ministro de la Guerra.

El ministro, si hubiese fallecido el testador, remitirá el testamento al juez del último

domicilio del difunto, y no siéndole conocido, al Decano de los de Madrid, para que, de

289

Ossorio Morales, Juan, Op. cit., Págs. 109 y 110. 290

Castan Tobeñas, José, Derecho Civil, España, Instituto Editorial Reus, 1956, Cuarta Edición Refundida, Páginas 356 y 357. 291

Loc. cit. 292

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 582. 293

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Pág. 475 Y 476. 294

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 162 a 165. 295

Asprón Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., pág. 62.

64

oficio, cite a los herederos y demás interesados en la sucesión, estos deberán solicitar

que se eleve a escritura pública y se protocolice.

b. Forma ordinaria cerrada: Se otorga ante un Comisario de guerra, que ejerce en

este caso las funciones de notario, observándose las solemnidades del testamento

cerrado común. Una vez remitido este testamento, se hace lo mismo que con el abierto.

c. Forma extraordinaria abierta: Puede usarse durante una batalla, asalto, combate

y en general, en todo peligro próximo de acción de guerra, y se otorga de palabra ante

dos testigos.

d. Forma extraordinaria cerrada: Se otorga ante un oficial, que tenga, por lo menos,

la categoría de Capitán y dos testigos idóneos, observándose las solemnidades del

testamento cerrados común, y debiendo firmar el acta de otorgamiento todos los

testigos, como asimismo, el testador, si pudiere.

El testamento que hemos llamado ordinario abierto, caduca cuatro meses después que

el testador haya dejado ésta; y el extraordinario abierto, queda ineficaz si el testador se

salva, ya que como menciona Espín Cánovas 296 pasado el peligro, el testador podría

otorgar el ordinario abierto o cerrado.

Por el contrario, será eficaz el testamento, cuando el testador fallezca en la acción

bélica, ante cuyo peligro testó, pero, siendo dicho testamento puramente verbal, será

ineficaz el testamento si no se formaliza por los testigos ante el Auditor de Guerra o

funcionario de justicia que siga al ejército. Tiene lugar así, el otorgamiento, en dos

momentos sucesivos, el anterior a la acción bélica inminente, y el posterior, fallecido el

testador, formalizándose por los testigos ante el Auditor; se rompe, en este caso, la

unidad de acto, por la circunstancia de peligro de acción de guerra.

296

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 171 y 172.

65

En la legislación mexicana se considera, según comenta Asprón Pelayo 297 que este

testamento está sujeto a la condición resolutoria legal, de que el testador fallezca de la

causa que facultó el otorgamiento del mismo o dentro del mes siguiente de

desaparecida dicha causa.

Por su parte en la legislación nicaragüense como indica Ortiz V. 298, éste testamento,

es de vigencia temporaria y solo tiene validez cuando el testador fallece antes de los

noventa días del cese de las condiciones que le habilitaron para testar. Si sobrevive a

este plazo el testamento caduca.

Haciendo énfasis en la legislación guatemalteca, comenta Lara Samayoa299, que el

Código Civil en sus artículo 965 y 966, regula esta clase de testamento, y se dispone

que son sujetos activos del mismo, los militares en campaña, los rehenes, los

prisioneros y demás individuos empleados del ejército o que sigan a éste, así como los

individuos de un ejército que se halle en país extranjero.

Las personas antes citadas, podrán otorgar testamento ante el oficial bajo cuyo mando

se encuentren y les está prohibido otorgar testamento cerrado. Si el testador que fuere

a otorgar testamento militar, estuviere enfermo o herido, podrá otorgarlo ante el

facultativo que lo asita o ante un oficial de cualquier categoría. Si la persona se

encuentra en destacamento, podrá otorgar testamento ante el que mande éste, aunque

sea subalterno. Esta disposición es lógica, pues por destacamento se entiende, una

porción de tropa separada del cuerpo principal para una acción o fin determinado,

pudiendo ser el que comanda aquél, cualquier persona de rango militar menor que el

del testador. En todos estos casos que se citan, será necesaria la presencia de dos

testigos que sepan leer y escribir, y, si el testador no supiere o no pudiere firmar, lo hará

por él cualquiera de los citados testigos.

297

Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Pág. 62. 298

Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 71. 299

Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., páginas 34 y 35.

66

3.1.1. d. Formalidades Posteriores

Lara Samayoa300 indica que en el caso del testamento militar, se encuentran dos

supuestos, a saber: a) Si falleció el testador, entonces el testamento deberá ser

remitido, a la mayor brevedad posible, al Cuartel General y, por medio de éste, al

Ministerio de la Defensa, debiendo el Ministro del Ramo enviar el testamento, al juez

competente del último domicilio del causante y cuando este domicilio fuere

desconocido, se enviará a cualquier juez de primera instancia del ramo civil del

departamento de Guatemala, con el objeto que cite a los herederos y demás

interesados en la sucesión, los que deberán solicitar que el testamento se protocolice. Y

b) Si no fallece el testador, dicho testamento quedará sin efecto y no será válido, según

se desprende del artículo 973 del Código Civil y esto es aplicable a todos los

testamentos especiales.

Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 301 y Espín Cánovas302, indican que los testamentos

deberán remitirse al cuartel general, y por éste al Ministerio de Guerra (hoy de

Defensa).

El ministerio, si hubiese fallecido el testador, remitirá el testamento al juez del

último domicilio del difunto, y se deberá solicitar que se eleve a escritura pública y se

protocole.

Si el testamento fuese cerrado, el juez procederá de oficio a su apertura con citación e

intervención del Ministerio Fiscal, y después de abierto lo pondrá en conocimiento de

los herederos y demás interesados.

Con relación a los extraordinarios, rigen las mismas reglas, pero con una especialidad.

El de palabra, ha de ser formalizado previamente por los testigos ante el auditor de

guerra o funcionario de justicia que siga al ejército.

300

Ibid. Pág. 35. 301

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 476 Y 477. 302

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 172 y 173.

67

Explica Ortiz V 303, que la legislación nicaragüense, establece que hecho el

testamento militar, éste siempre será rubricado por el jefe del Estado Mayor al

principio y al fin de cada hoja, y remitido por ésta a la mayor brevedad al Ministerio

de Guerra.

En el Ministerio de Guerra, se autenticará la firma del jefe del Estado Mayor y se

remitirá el testamento al juez de distrito de lo civil, del último domicilio real del

causante, para que lo protocolice. No conociéndose al testador ningún domicilio, se

remite al Juez del Distrito de la capital para su protocolización.

En cuanto a las formalidades posteriores, es de hacer notar que la mayoría de las

legislaciones coinciden en cuanto a su procedimiento.

3.1.2. Testamento Marítimo

3.1.2. a. Antecedentes

Expone Ossorio Morales 304 que, los precedentes históricos de esta forma

testamentaria son my escasos, lo cual se comprende, porque la necesidad de su

regulación no fue sentida, hasta la época en que los viajes por mar se hicieron

frecuentes y normales. Suele citarse con poca fortuna, como antecedente remoto de

este tipo de testamento, un testo del Digesto (37, 13, I), que hacía extensivo a los

pilotos y tripulación de naves el beneficio del testamento militar. En España, la

introducción del testamento marítimo, fue obra de las Ordenanzas de la Armada de

1748. Se justifica esta especialidad, por el hecho de que quienes se encuentran en

esas circunstancias, no pueden otorgar testamento con observancia de todos los

requisitos que los testamentos comunes, abierto y cerrado, exigen, especialmente la

intervención de notario; y por ello, el legislador facilita la testamentifacción durante los

viajes marítimos, simplificando la forma del otorgamiento del testamento, en sus dos

formas de abierto y cerrado.

303

Ortiz V. Roberto G, Op. cit., Pág. 70. 304

Osorio Morales, Juan, Op. cit., Pág. 163.

68

3.1.2. b. Concepto

3.1.2. b. i. Doctrina.

Concuerdan, Córdova – Levy – Solari - Wagmaister305, el Diccionario Enciclopédico

de Derecho Usual306, Rojina Villegas307, Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 308, y

Zannoni, 309, al expresar, que el testamento marítimo, es aquel que se otorga a bordo

de un buque, ya sea de guerra o uno mercante, y que obedece al hecho de encontrarse

el testador en alta mar.

Este tipo de testamento como asevera, Valverde y Valverde 310 se justifica no tan sólo

con el riesgo inherente a toda navegación, sino por la imposibilidad de utilizar al notario

en un viaje por mar.

3.1.2. b. ii. Legislación comparada:

Las legislaciones que se estudian en el presente caso no lo definen, pero de su texto

se deduce que, es la clase de testamento abierto o cerrado que se otorga por los que

van a bordo de un viaje marítimo, ya sea buque de guerra o buque mercante.

3.1.2. c. Formalidades

Como dice, Valverde y Valverde311, el testamento marítimo se reglamenta

básicamente, con arreglo a éstas tres bases:

1. La de sustituir al notario por el jefe de barco o por el funcionario del buque de

guerra que tenga funciones similares a las del notario.

305

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Pág. 61. 306

Testamento Maritimo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Cabanellas Guillemo, Op. cit., Pág. 398. 307

Rojina Villegas, Rafael, Op. cit., pág. 400. 308

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 340. 309

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Pág. 575. 310

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 125 a 127. 311

Loc. cit.

69

2. Que tales testamentos marítimos, abiertos o cerrados son provisionales si el

testador desembarca, en un punto donde pueda testar en forma ordinaria.

3. Que regula dos clases de testamentos: la una para el tiempo ordinario de

navegación, y la otra para utilizarla en tiempo de inminente peligro.

Y además, es importante destacar, como aseveran Córdova – Levy - Solari, -

Wagmaister312 y Zannoni313, que pueden otorgar este testamento no sólo los

miembros de la tripulación, sino cualquier persona que se halle embarcada.

En Guatemala, el Código Civil314, en sus artículos del 967 al 970, estipula que: En un

viaje marítimo se pueden otorgar testamentos abiertos o cerrados, sujetándose a que,

si el buque es de guerra, se otorgará ante el contador o ante el que ejerza sus

funciones, en presencia de dos testigos que sepan leer y escribir, y que vean y

entiendan al testador. El Comandante del buque o el que haga sus veces, podrá

además, su “visto bueno”; Si fuera un buque mercante, autorizará el testamento el

Capitán o el que haga sus veces, con asistencia de dos testigos; En ambos casos, los

testigos se escogerán dentro de los pasajeros.

Así mismo se regula que el Contador del buque de guerra y el del Capitán del

mercante, puedan otorgar testamento ante la persona que deba sustituirlos en el cargo,

observándose las formalidades anteriores.

Los testamentos abiertos hechos en alta mar, serán custodiados por el Comandante o

por el Capitán, y se hará mención de ellos en el diario de navegación. Siendo nula toda

disposición, a favor de cualquier persona que ejerza autoridad a bordo, a no ser que

sea pariente del testador.

312

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 61 y 62. 313

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 575 y 576. 314

Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículos 967, 968, 969 y 970.

70

Además como explica Lara Samayoa315, el testamento debe presentarse a las

autoridades diplomáticas o consulares guatemaltecas, observándose las solemnidades

externas, del lugar de la residencia, ratifiquen sus declaraciones el comandante y

testigos ante quienes se haya otorgado, remitiendo la cédula testamentaria, certificación

de defunción y actas correspondientes, al Ministerio de Relaciones Exteriores, el que

hará llegar estos documentos, al juez competente para su formalización. Si estuviere

todo en regla, el juez declarará formal el testamento y ordenará su protocolización. El

término “declarar formal el testamento”, no es más que la declaratoria que el juez hace

respecto a si se han llenado todos los requisitos legales, para la elaboración del

testamento y si las declaraciones de los testigos o del Comandante han sido

satisfactorias.

Como explican Espín Cánovas316, Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 317 y Castán

Tobeñas 318, Existen dos clases de testamentos justificados por las diversas

circunstancias, el testamento ordinario o sin peligro de naufragio y el extraordinario o en

peligro de naufragio, regulándose en el primer caso tanto la forma abierta, como la

cerrada, y en el segundo una forma abierta.

En cuanto a su otorgamiento el testamento ordinario abierto o cerrado, atribuye las

funciones notariales, a los que ejercen determinados cargos en los buques, los cuales

autorizarán tanto los testamentos abiertos como los cerrados, con asistencia de dos

testigos idóneos. Observándose las demás prescripciones de los respectivos

testamentos abiertos y cerrados comunes salvo la indicada sustitución del notario y el

número de testigos, y dentro de las reglas del otorgamiento se tiene que:

1. Los testamentos de los que durante el viaje marítimo vayan a bordo se

otorgarán, si el buque es de guerra ante el contador o el que ejerza sus funciones, en

315

Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 36. 316

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 173 a 176. 317

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Págs. 477 y 478. 318

Castán Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 357 359.

71

presencia de dos testigos idóneos que vean y entiendan al testador. El Comandante del

buque o el que haga sus veces, pondrá, además su visto bueno y en el caso de buques

mercantes, autorizarán el testamento el Capitán o el que haga sus veces, con

asistencia siempre de dos testigos idóneos.

2. En uno y otro caso, los testigos se elegirán entre los pasajeros, si los hubiere;

pero uno de ellos, por lo menos, ha de poder firmar, el cual lo hará así y por el testador,

si éste no sabe o no puede hacerlo.

3. El código prevé el caso en que quieran testar las personas que autorizan el

testamento marítimo, disponiendo que el testamento del Contador del buque de guerra

y el del Capitán del mercante, serán autorizados por quien deba sustituirlos en el cargo.

Estos preceptos, como se evidencia, coinciden exactamente con lo preceptuado en el

Código Civil guatemalteco.

Continúan expresando y coincidiendo los tratadistas anteriormente citados, que en

cuanto al testamento extraordinario, éste se autoriza verbalmente, ante dos testigos, en

caso de peligro inminente de acción bélica.

Sobre la conservación, los testamentos abiertos hechos en alta mar serán custodiados

por el Comandante o por el Capitán, y se hará mención de ellos en el diario de

navegación. La misma mención se hará de los ológrafos y los cerrados; es decir que,

mientras para los abiertos se impone su conservación por la primera autoridad del

buque, para los cerrados y ológrafos se permite su conservación por el testador o por

un tercero, imponiéndose tan sólo la mención en el diario de la navegación.

A lo anterior, como manifiesta Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 319 y Zannoni 320,

en México y Argentina, el relacionado testamento se debe otorgar ante el capitán del

319

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 340. 320

Zannoni, Eduardo A, Op. cit. Págs. 575 y 576.

72

barco, por escrito y por duplicado, ya sea por el propio testador o por un tercero, en

presencia de dos testigos, quienes lo firmarán, además del testador. Uno de los

ejemplares, lo conservará el Capitán entre los documentos del navío y el

acontecimiento, se asentará en el diario de navegación, señalando fecha y hora del

mismo.

Explica Córdova- Levy- Solari Wagmaister 321, que la excepción en cuanto a las

formalidades que se prevén en los testamentos especiales, se debe a situaciones

extraordinarias. En consecuencia, en el caso del testamento marítimo, si el barco

arribara a un puerto donde fuera posible realizar diligencias de protocolización, debe de

hacerlo en ese momento y no como la modalidad de testamento marítimo.

El testamento marítimo, tendrá igualmente validez si el testador fallece antes del

desembarco o durante los noventa días subsiguientes, y no se considera desembarco

el hecho por un lapso corto y con la finalidad de reembarcarse en el mismo buque.

Como el valor de este testamento es transitorio, si no se dan los supuestos de hecho

mencionados y una vez vencidos los plazos indicados no se realizan las diligencias

necesarias, el testamento marítimo queda sin efecto.

Albaladejo322, expone que, en España, esta clase de testamentos caducan pasados

cuatro meses, contados desde que el testador desembarque en un punto donde puede

testar en la forma ordinaria y queda ineficaz si el testador se salva del peligro o no se

formaliza después debidamente.

3.1.2. d. Formalidades Posteriores

Castán Tobeñas 323, Espín Cánovas 324 y Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez325,

explican que se debe enviar una copia del mismo, lo antes posible al Ministerio de

321

Córdova- Levy- Solari Wagmaister, Op. cit., Págs. 61 y 62. 322

Albaladejo, Manuel, Op. cit., Pág. 582. 323

Castan Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 358 y 359. 324

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 176 a 179. 325

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 338.

73

Marina o Ministerio de Relaciones Exteriores en otras legislaciones al arribar al puerto

Nacional, e incluso antes, si se arribase a puerto extranjero, siguiendo la siguientes

reglas:

1. Si el buque arribase a un puerto extranjero donde haya agente diplomático o

consular nacional, el comandante de guerra o el capitán del mercante, entregará a

dicho agente, copia del testamento abierto o del acta de otorgamiento del cerrado y de

la nota tomada en el diario de navegación.

La copia del testamento o del acta, deberá llevar las mismas firmas que el original, si

viven y están a bordo los que lo firmaron, en otro caso, será autorizada por el Contador

o Capitán que hubiese recibido el testamento, o el que haga sus veces, firmando

también los que estén a bordo, que intervinieron en el testamento.

El agente diplomático o consular hará extender por escrito, diligencia de la entrega y,

cerrada y sellada la copia del testamento o la del acta del otorgamiento si fuere cerrado,

la remitirá con la nota del diario de navegación, por conducto correspondiente, al

Ministro de Marina o Ministerio de Relaciones Exteriores, quien mandará que se

deposite en el archivo de su Ministerio.

El Comandante o Capitán que haga la entrega, recogerá del agente diplomático o

consular, certificación de haberlo verificado, y tomará nota de ella en el diario de

navegación.

2. Cuando el buque, sea de guerra o mercante, arribe al primer puerto Nacional, el

Comandante o Capitán entregará el testamento original, cerrado y sellado a la autoridad

local, con copia de la nota tomada en el diario de navegación y si hubiese fallecido el

testador y certificación que lo acredite. La autoridad marítima lo remitirá todo, sin

dilación, al Ministerio correspondiente.

74

3. Si fuere ológrafo el testamento y durante el viaje falleciera el testador, el

Comandante o Capitán, una vez recogido como antes se ha estipulado, para

custodiarlo, lo entregará a la autoridad local, cuando el buque arribe al primer puerto

nacional, para su curso al Ministerio correspondiente.

En cuanto a la protocolización de éste testamento, aseveran Castán Tobeñas 326 y

Espín Cánovas 327, Si hubiese fallecido el testador y fuere abierto el testamento, el

Ministerio de Marina, ordenará la protocolización por vía judicial, según el cual el

Ministro, si hubiese fallecido el testador, remitirá el testamento al juez del último

domicilio del difunto y, no siéndole conocido, al Decano de los de Madrid, para que de

oficio cite a los herederos y demás interesados en la sucesión. Estos deberán solicitar

que se eleve a escritura pública y se protocolice.

Para el testamento cerrado, ninguna previsión se contiene en orden a su

protocolización, entendiéndose por la doctrina que el juez procederá de oficio a su

apertura con citación e intervención del Ministerio Fiscal; y después de abierto, lo

pondrá en conocimiento de los herederos y demás interesados.

Explica Ossorio Morales 328, que los testamentos marítimos, caducan por el transcurso

del tiempo. Lo que se aplica, tanto al testamento abierto como al cerrado. Así pues, los

testamentos marítimos ordinarios, abiertos o cerrados, caducarán pasados cuatro

meses, contados desde que el testador desembarque, en un punto donde pueda testar

en la forma ordinaria. En cuanto al testamento extraordinario, otorgado en peligro de

naufragio, queda sin eficacia si el testador se salva del peligro, en cuya consideración

testó, y aunque no se salvare, si los testigos no lo formalizan ante el funcionario

competente.

326

Castan Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 358 y 359. 327

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 176 a 179. 328

Osorio Morales, Juan, Op. cit., Pág. 168.

75

3.1.3. Testamento en lugar incomunicado.

Esta clase de testamento se regula únicamente en la legislación guatemalteca, pero

como quedo plasmado anteriormente se asemeja al testamento otorgado en caso de

epidemia, como se verá en el desarrollo siguiente.

3.1.3. a. Concepto

Refiere Aguilar Guerra329, que el testamento en lugar incomunicado, se encuentra

regulado en el artículo 971 del Código Civil, y consiste en permitir otorgar testamento a

las personas que se hallen en lugar incomunicado, por motivo de epidemia, sin

intervención de notario y, por consiguiente, se podrá testar ante juez local y en

presencia de dos testigos que sepan leer y escribir.

Tomando como base la definición de esta clase de testamento, se aprecia que el

mismo se asemeja al otorgado en caso de epidemia, que se explicó con anterioridad,

debido a que el testamento en lugar incomunicado requiere esencialmente que se

otorgado de ésta manera por existir una epidemia y por ésta circunstancia se encuentra

incomunicado; es por ello que al momento de analizarlo, se hará conjuntamente con los

que las legislaciones comparadas en el presente estudio, regulan como testamento

otorgado en caso de epidemia.

3.1.3. b. Formalidades.

La legislación guatemalteca no explica mayores formalidades para ésta clase de

testamento, únicamente como ha quedado expresado que debe ser en caso que exista

una epidemia, además Lara Samayoa 330: complementa diciendo que en cuanto a este

tipo de testamento legislado en Guatemala, se tiene que hacer notar, que el mismo

únicamente dice: “juez local”, por lo que se debe entender, que puede hacerse ante

cualquier Juez de cualquier categoría y ramo.

329

Aguilar Guerra, Vladimir, Op. cit., Pág. 96. 330

Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 37.

76

3.1.3. c. Legislación Comparada

En las legislaciones comparadas en la presente lección se regula como

testamento otorgado en caso de epidemia, como se mencionó en el apartado

respectivo.

3.1.4. Testamento del preso

Esta clase de testamento se regula únicamente en la legislación guatemalteca,

consistiendo su especialidad en que el testador debe de encontrarse preso y tener

necesidad de otorgar testamento, no refiriendo el código explícitamente cuales son los

supuestos de esa necesidad, pero deberá entenderse como aquella posibilidad de

urgencia atendiendo a circunstancias personales del testador, como lo es una

enfermedad terminal etc.

3.1.4. a. Concepto

El Código Civil guatemalteco no da una definición de ésta clase de testamento, pero se

sobreentiende que es el otorgado por una persona que se encuentra privada de

libertad, por estar cumpliendo una condena o en prisión preventiva.

3.1.4. b. Formalidades

Refiere, Lara Samayoa 331 que el testamento del preso, según lo preceptúa el artículo

972 del Código Civil, se podrá otorgar en caso de necesidad ante el jefe de la prisión,

que es el Alcaide, con la asistencia de dos testigos que sepan leer y escribir, que

pueden ser los mismos detenidos o presos, con tal que no sean inhábiles. El Código

Civil establece que el testamento del preso otorgado en estas circunstancias, podría

hacerse sólo en caso de necesidad, puesto que se entiende, que si el preso no

estuviere moribundo, éste podría hacerlo ante un notario que acudiera al

establecimiento penal a su llamado.

331

Loc. cit.

77

Además se estipula que en esta clase de testamento será nula toda disposición hecha a

favor de los que tienen autoridad en la prisión, a menos que fuesen parientes del

testador.

3.1.4. c. Legislación comparada

En las legislaciones comparadas, en el presente estudio, únicamente Guatemala

contempla esta figura testamentaria.

3.1.5. Testamento otorgado en el extranjero:

3.1.5. a. Concepto

Consideran, Boqueiro Rojas y Buenrostro Báez 332 y Espín Cánovas333, Que el

testamento otorgado en país extranjero es aquel realizado por el testador que se halle

fuera del territorio nacional, ya sea ante funcionarios de su nación, o ante extranjeros.

En ambos casos, debe ajustarse a las leyes de su país para que surta sus efectos en el

mismo. En cuanto a la forma, puede ser aceptada por la legislación del país, conforme

al principio locus regit actum.

En realidad, no se trata de un testamento especial, ya que puede ser cualquiera de los

autorizados, tanto por la ley nacional del testador, como por la ley del lugar en que se

otorgue. Es pues, un testamento ordinario.

3.1.5. b. Formalidades

Con relación a esta clase de testamentos, Zannoni334 hace las observaciones

siguientes:

a) En cuanto a la validez y al contenido del testamento, se aplican las disposiciones

legales vigentes en el domicilio del testador al tiempo de su muerte.

332

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 340. 333

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Pág. 179. 334

Zannoni, Eduardo A, Op. cit., Págs. 577 y 578.

78

b) En cuanto a la forma, el testamento está regido en principio por la ley del lugar de su

otorgamiento, conforme el principio locus regit actum.

Se debe determinar el cumplimiento de las formas, que según el derecho extranjero,

corresponde considerar a los efectos de la aprobación y sin perjuicio de la oportuna

meditación de la validez de su contenido, que se regirá por la ley nacional, si el

causante falleció con último domicilio en el país y, en todo caso, respecto de la

disposición de bienes inmuebles y muebles de situación permanente en el país.

Se debe tomar en cuenta, en primer lugar, si el testamento no estuviese redactado en

idioma nacional, quien lo presente deberá, en el mismo acto, acompañar su traducción.

La traducción debe comprender, el texto íntegro del testamento y deberá ser ratificada

ante el secretario del juzgado.

En segundo lugar, quien acompañe el testamento deberá acreditar el derecho

extranjero aplicable a él y, fundamentalmente que, en cuanto a su forma, está

redactado de conformidad con las solemnidades que aquél exige. Se trata, en estos

casos, de la prueba de la ley extranjera que incumbe a quien pretende ejercer el

derecho.

En Guatemala, el Código Civil335 lo regula en sus artículos del 974 al 976:

expresando, que: los guatemaltecos podrán testar fuera del territorio nacional,

sujetándose a las normas establecidas por las leyes del país en que se hallen y que

también podrán testar en alta mar, durante su navegación en un buque extranjero, con

sujeción a las leyes de la nación a que el buque pertenezca. Se debe tomar en cuenta,

que no será válido en Guatemala, el testamento mancomunado que los guatemaltecos

otorguen en país extranjero, aunque lo autoricen las leyes de la nación donde se

hubiere otorgado y que se puede otorgar testamento abierto o cerrado, ante el agente

diplomático o consular de Guatemala, residente en el lugar del otorgamiento, si fuere

335

Decreto Ley 106, Código Civil, Guatemala, Artículo 974, 975 y 976.

79

notario. Fundamentado como expresa Lara Samayoa 336, que con respecto al

testamento otorgado en el extranjero, de conformidad con el artículo 19 de la Ley del

Organismo Judicial, los notarios guatemaltecos están facultados para autorizar actos y

contratos, rigiéndose por las leyes guatemaltecas, en los casos en que tales actos o

contratos deban ejecutarse en Guatemala.

Como expresan Diez- Picazo, Gullón Ballesteros 337 Valverde y Valverde338, Castán

Tobeñas 339 y Espín Cánovas 340, en España también se regula lo relativo a que se

puede testar en alta mar, durante la navegación en buque extranjero y se sostiene que,

aunque sea válido en el país donde se otorgue el testamento, la forma mancomunada

no será válida en España; sin embargo, si podrán utilizar la forma ológrafa, aunque no

la contemplen las leyes donde se encuentren. Puede testar también ante el agente

diplomático o consular de España, residente en el lugar del otorgamiento; la única

especialidad con relación a esto es la sustitución del notario por el Agente, y la no

domiciliación de los testigos. El agente diplomático remitirá, autorizada con su firma y

sello, copia del testamento abierto o del acta de otorgamiento del cerrado, al Ministerio

de Estado, (figura análoga al Ministerio de Relaciones Exteriores en Guatemala),

para que se deposite en su archivo, y el ológrafo o cerrado lo remitirá cuando fallezca el

testador, con el certificado de defunción.

El Ministerio hará publicar en la Gaceta de Madrid la noticia del fallecimiento, para que

los interesados en la herencia puedan recoger el testamento y gestionar su

protocolización en la forma prevenida.

336

Lara Samayoa, Leonardo, Op. cit., Pág. 29. 337

Diez- Picazo, Luis, Gullón Ballesteros Antonio, Op. cit., Pág. 479. 338

Valverde y Valverde, Calixto, Op. cit., Págs. 124 y 125. 339

Castan Tobeñas, José, Op. cit., Págs. 359 y 360. 340

Espín Cánovas, Diego, Op. cit., Págs. 179 a 181.

80

3.1.5. c. Legislación comparada

La legislación comparada en el presente estudio coincide en definirlo, como el

testamento otorgado fuera del país (de donde sea nacional el testador), cumpliendo con

las formalidades y requisitos establecidos en los distintos cuerpos normativos.

3.2. Otros testamentos especiales contemplados en la legislación comparada.

3.2.1. Testamento Público Simplificado.

3.2.1. a. Doctrina

Coinciden, Boqueiro Rojas, y Buenrostro Báez 341 y Asprón Pelayo 342 al expresar

que el testamento privado es el que se otorga cuando, por enfermedad grave

inesperada y falta de notario público, el testador no puede realizar testamento ológrafo.

Para otorgar este testamento se requiere, la presencia de cinco testigos, de los cuales

uno deberá redactarlo por escrito, pero puede prescindirse de la forma escrita, si

ninguno de los testigos sabe escribir y en los casos de suma urgencia en que el número

de testigos puede también reducirse a tres.

La expresión de la voluntad del testador, debe ser clara y no dejar lugar a dudas. Para

que la declaración valga como testamento, es necesario que el autor fallezca de la

enfermedad o peligro en que se halle o dentro del mes siguiente.

En caso de que el testador muera antes de este término, el juez de lo familiar deberá

citar ante el Ministerio Público a los testigos que serán examinados respecto de todas

las circunstancias que origine el otorgamiento. Dichos testigos deberán coincidir en

tales circunstancias y contenido de la declaración, e incluso sobre el cabal juicio y

libertad de quien lo hizo. Si el juez considera que de las declaraciones de los testigos,

341

Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez, Op. cit., Pág. 339. 342

Aspron Pelayo, Juan Manuel, Op. cit., Págs. 61 y 62.

81

se establece plenamente la última voluntad del muerto, se declarará formal el

testamento y surtirá todos sus efectos.

3.2.1. b. Legislación comparada

La legislación mexicana es la única que contempla esta clase de testamentos, que en

realidad cabe aplicarlo en diversos casos contemplados por otras legislaciones, puesto

que se contempla que este testamento se otorga en los siguientes casos:

1. Cuando el testador es atacado de una enfermedad tan violenta y grave que no

dé tiempo para que concurra notario a hacer el testamento;

2. Cuando no haya notario en la población, o juez que actúe por receptoría;

3. Cuando aunque haya notario o juez en la población, sea imposible, o por lo

menos muy difícil, que concurran al otorgamiento del testamento;

4. Cuando los militares o asimilados del ejército entren en campaña o se

encuentren prisioneros de guerra.

Casos que encuadran en otras clases de testamentos como el otorgado en inminente

peligro de muerte, o en lugar incomunicado o testamento militar. Esta clase de

testamento será analizado juntamente con el de inminente peligro de muerte, para

poder hacer el estudio comparativo que corresponde.

En el presente capítulo se analizaron los distintos tipos de testamentos especiales y en

dicho estudio se evidenció que ésta clase de testamentos tienen una especialidad

excepcional en cuento al otorgamiento y requisitos, atendiendo especialmente a

situaciones especiales en las que el otorgante no puede concurrir ante notario, y en

muchos casos su validez también está relacionada con el aspecto de la temporalidad,

pues si ésta desaparece y no se ha producido el fallecimiento del testador, éstos

82

testamentos pierden su eficacia, no obstante haberse otorgado con las formalidades

establecidas en el derecho positivo.

83

CAPÍTULO 4.

PRESENTACIÓN, ANALISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS.

4.1. Presentación.

En el presente capítulo se hace la presentación, análisis y discusión de los

resultados obtenidos, con el objeto de determinar si la pregunta central de

investigación fue respondida y los objetivos fueron alcanzados. Para el efecto es

necesario recordar la pregunta central de investigación ¿Qué modalidades de

testamentos se regulan en las legislaciones?, cuestionamiento que ante el marco

teórico desarrollado y el análisis realizado permiten conocer las modalidades de

testamentos que se regulan en los países de Centroamérica, México, Argentina y

España.

La presente investigación por lo tanto, ha dado respuesta a la interrogante que la

motivó, habiendo cumplido los objetivos de investigación planteados por la autora,

derivado del análisis y comprensión de las diferentes figuras testamentarias

explicadas en el marco teórico de la presente investigación, así como del análisis

basado en los cuadros de cotejo que se acompañan en el apartado de anexos del

presente trabajo de graduación, que se describen de la siguiente manera:

a. Cuadro 1: Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades del

testamento abierto en los países de Centroamérica, México, Argentina y España,

teniendo como indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales

analizados, el número de testigos, y la incapacidad para otorgarlo.

b. Cuadro 2. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades del

testamento cerrado en los países de Centroamérica, México, Argentina y España,

siendo sus indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales

analizados, la incapacidad para otorgarlo, el número de testigos y su

conservación.

84

c. Cuadro 3. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades del

testamento ológrafo en los países de Centroamérica, México, Argentina y España,

teniendo como indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales

analizados, la aptitud para otorgarlo y el idioma del mismo.

d. Cuadro 4. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades de los

testamentos comunes extraordinarios en los países de Centroamérica, México,

Argentina y España, habiendo analizado el testamento del ciego, el testamento del

sordo, el testamento del mudo, el testamento público simplificado, teniendo como

indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales analizados,

número de testigos, y las formalidades esenciales; también se analizó el

testamento del loco en estado de lucidez y el testamento en idioma extranjero,

teniendo como indicadores únicamente el concepto inmerso en los diferentes

cuerpos legales analizados y sus formalidades especiales, y por último se

analizaron los testamentos en inminente peligro de muerte y en caso de epidemia,

siendo sus indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales

analizados, número de testigos, calidad que deben cumplir los testigos, plazo para

protocolizarlo y la caducidad del testamento.

e. Cuadro 5. Comparativo de la regulación legal sobre las generalidades de los

testamentos especiales; habiendo analizado el testamento militar y el testamento

marítimo, teniendo como indicadores el concepto inmerso en los diferentes

cuerpos legales analizados, quienes lo pueden otorgar, número de testigos,

formalidades posteriores y caducidad; el testamento del preso, siendo sus

indicadores el concepto inmerso en los diferentes cuerpos legales analizados,

quienes lo pueden otorgar, ante quien se puede otorgar, número de testigos y

caducidad, y por último se analizó el testamento otorgado en el extranjero, siendo

sus indicadores únicamente el concepto y formalidades.

85

4.2. Discusión y análisis de resultados.

4.2.1. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo del

testamento abierto, en los países de Centroamérica, México, Argentina y

España

Las legislaciones que se comparan en el presente estudio, son bastante uniformes

en cuento a su contenido, ya que siguen los mismos lineamientos y pocas son las

diferencias encontradas, dentro de los resultados y el análisis se tiene lo

siguiente343:

1. La mayoría de legislaciones, no da un concepto estricto, de lo que es el

testamento abierto, solamente entran a conocer al mismo, dando los lineamientos

para su formalización.

Las legislaciones que si dan un concepto, como se ve en el cuadro, son: El

Salvador, Nicaragua, México y España. De estos conceptos, se determina que El

Salvador, Nicaragua y España, lo definen de la misma manera, en tanto que

especifican que es abierto el testamento, siempre que el testador manifieste su

última voluntad en presencia de las personas que deben autorizarlo, quedando

enteradas ellas de lo que dispone. Mientras que México, únicamente lo define

como el que se otorga ante Notario. Así pues, lo definen de una mejor manera, las

legislaciones primeramente citadas.

2. En cuanto a la cantidad de testigos, que deben intervenir en el acto, como

característica esencial de ésta clase de testamentos, se tiene que las legislaciones

comparadas, también son bastante uniformes, ya que se exige entre dos y tres

testigos, para otorgar el testamento abierto, testigos que quedan enterados de las

disposiciones de última voluntad del testador.

343

Ver cuadro uno, en el apartado de anexos.

86

3. Con relación a la incapacidad para otorgarlo todas las legislaciones, a

excepción de Honduras, indican expresamente que personas tiene incapacidad

para suceder testamentariamente.

Todas coinciden en especificar que no pueden testar de ésta manera, los

declarados en estado de interdicción, los que no estén declarados en éste estado

pero que no se encuentren en su sano juicio y los que no puedan darse a entender

ni verbalmente, ni por escrito, que puede ser el caso de los sordos, de los mudos o

de los sordomudos.

La diferencia, que resalta en el articulado de los cuerpos legales, radica en la

edad, ya que en Nicaragua, son incapaces de testar de ésta manera, los hombres

menores de 15 años y las mujeres menores de 14 años, en Costa Rica, los

menores de 15 años, en México, los menores de 16 años, en Argentina los

menores de 19 años, y en España los menores de 14 años.

4.2.2. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo del

testamento cerrado en los países de Centroamérica, México, Argentina y

España.

Como se ha dicho ya, las legislaciones no son radicalmente variantes unas de

otras, por lo que las diferencias son pocas 344, así pues.

1. En cuanto al concepto algunas legislaciones, como Guatemala, Costa Rica,

México y Argentina, no dan un concepto, de lo que es el testamento cerrado,

entran a conocer de lleno las formalidades y requisitos del mismo.

344

Ver cuadro dos, en el apartado de anexos.

87

Si dan un concepto, de lo que es testamento cerrado, las legislaciones de El

Salvador, Honduras, Nicaragua y España, que coinciden en que lo constituye, el

acto por el cual el testador, sin revelar su última voluntad, (característica esencial

de éste testamento), declara que el pliego o escrito que presenta ante las

personas que deben autorizar el acto, siendo siempre éstas el Notario y los

testigos, contiene sus disposiciones de última voluntad.

Y del articulado, de los códigos de las legislaciones que no dicen nada respecto

del concepto de ésta clase de testamento, se concluye lo mismo.

2. Todas las legislaciones comparadas, concuerdan en que tienen incapacidad

para otorgar testamento cerrado, primeramente los ciegos, esta disposición claro

está, trata de asegurar las disposiciones de última voluntad del ciego, ya que no

puede constatarle que efectivamente el pliego que presenta es el que se autoriza.

Otra incapacidad para poder otorgar testamento cerrado, es la de no saber leer, ya

que no podría saber el testador si efectivamente lo que contiene el pliego, es su

disposición testamentaria, algunas legislaciones, como la de Guatemala, El

Salvador, Honduras, Costa Rica, y Nicaragua, inhabilitan para otorgar esta clase

de testamento, además de la persona que no sabe leer, al que no puede escribir.

3. Los testigos que se requieren, para otorgar el testamento cerrado, varían entre

las legislaciones comparadas en el presente estudio, entre dos y siete testigos.

Siete testigos, exige únicamente El Salvador, para que su otorgamiento sea válido,

Guatemala, por otro lado exige únicamente dos.

4. Únicamente El Salvador y Argentina, no contemplan disposiciones, sobre la

conservación del testamento cerrado, las demás legislaciones, coinciden en

considerar, que el testamento cerrado, lo puede conservar el propio testador en su

poder, entregárselo a una persona de su entera confianza, o bien depositarlo en el

Notario que lo autorizo.

88

México es el único país, que aparte de las tres opciones anteriormente citadas,

establece que además el testador puede escoger también, en depositarlo en el

archivo judicial, que lleva un libro especial, para llevar el control de los

testamentos cerrados, que son depositados en dicha institución.

4.2.3. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo del

Testamento ológrafo, en los países de Centroamérica, México, Argentina y

España.

En Guatemala, el Testamento ológrafo, no está regulado, por lo tanto, su

otorgamiento no surtiría ninguna validez en el país. El Salvador, Honduras, Costa

Rica y Nicaragua tampoco lo regulan. Dentro de las legislaciones comparadas en

el presente estudio, lo regulan únicamente México, Argentina y España, y en

cuanto a estos tres países se considera que 345:

1. Las tres legislaciones, a las cuales aplica otorgar el testamento ológrafo,

coinciden dando un concepto del mismo, diciendo que es el que está enteramente

escrito, fechado y firmado por el testador.

2. Con relación, a la aptitud o capacidad para otorgar el testamento ológrafo,

México y España, coinciden al especificar que puede ser otorgado por mayores de

edad únicamente, y Argentina no hace ninguna mención al respecto.

3. El testamento ológrafo, esencialmente debe ser escrito por el testador de su

puño y letra, pueden existir casos en que el testador no sepa escribir en español

(dado el caso que en los países que se analizan, en todos se habla español, como

idioma oficial), y quiera hacer testamento ológrafo en su propio idioma, esta

circunstancia es aceptada para México y España. Argentina, no menciona nada al

respecto.

345

Ver cuadro tres, en el apartado de anexos.

89

4.2.4. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo de la

regulación legal, sobre generalidades de los testamentos comunes

extraordinarios, en los países de Centroamérica, México, Argentina y

España.

Dentro de este análisis, se incluyen ocho testamentos comunes

extraordinarios, que contemplan las legislaciones aplicables en el presente

estudio 346.

1. El primer testamento a analizar, es el testamento del ciego, ningún cuerpo

normativo de la legislación comparada, da un concepto de lo que es un testamento

otorgado por un ciego, claro que se sobreentiende, que es el testamento que

otorga, una persona que no puede ver.

En cuanto a los testigos, que deben estar presentes, al momento en que una

persona no vidente, otorgue su testamento, oscilan entre dos y cinco testigos,

Guatemala, contempla un número intermedio, requiriendo la presencia de tres

testigos.

A excepción de Costa Rica y Argentina, que no estipulan nada al respecto, de las

formalidades especiales, que debe cumplir este testamento, dada la incapacidad

del testador, las demás legislaciones, concuerdan en que, como formalidad

especial, el testamento del ciego debe ser leído dos veces, la primera por el

Notario y la segunda por uno de los testigos, que debe ser elegido por el testador,

y además estipulan expresamente que se debe hacer mención de éste hecho en

el instrumento donde se otorga el testamento del no vidente, so pena de nulidad

del mismo.

346

Ver cuadro cuatro, en el apartado de anexos.

90

2. Al igual que en el testamento del ciego, en el testamento del sordo, la

legislación no da una definición o concepto del mismo, ya que se sobreentiende,

que es el realizado por una persona que no puede escuchar.

Los testigos que deben participar, en el otorgamiento de éste testamento, oscilan

entre dos y siete testigos, Guatemala, requiere el número mínimo que son dos y El

Salvador exige el número máximo que son siete.

Ahora bien, en las legislaciones comparadas en el presente estudio, hay una

diferencia fundamental, que es base para determinar los requisitos fundamentales

y especiales del testamento del sordo, así pues, en la legislación guatemalteca,

hondureña y española, los sordos pueden otorgar testamento abierto, para lo cual

debe leerlo el propio testador, o bien como señala la legislación hondureña y

española únicamente designar dos personas, aparte de los testigos, para que lo

lean ellos y declarar que coincide lo escrito con la voluntad del testador.

En la legislación salvadoreña, nicaragüense, mexicana y argentina, el sordo,

puede otorgar testamento cerrado, para lo cual debe escribir en el sobre que lo

contiene, que adentro se encuentran sus disposiciones de última voluntad, o bien

escribir la palabra testamento, y además consignar su nombre y demás

identificación personal que pudiera.

3. En las legislaciones comparadas, tampoco se da una definición o concepto del

testamento del mudo, pero se sobreentiende, que es el otorgado por una persona

que no puede hablar.

Los testigos que deben presenciar el testamento otorgado por el mudo, oscilan en

las legislaciones comparadas, entre dos y siete testigos, Guatemala requiere dos

testigos, y en el caso de El Salvador se requiere el mayor número de testigos, que

son siete.

91

Siendo que, los mudos, únicamente pueden testar de manera cerrada, todas las

legislaciones comparadas al presente estudio, coinciden en exigir como formalidad

para su otorgamiento que el mismo esté escrito por el testador, y además todas

las legislaciones a excepción de Guatemala, exigen que en la cubierta de la plica,

el testador ponga la palabra testamento, o que adentro se encuentran sus

disposiciones de última voluntad y consignar sus datos de identificación.

4. El testamento del loco otorgado en estado de lucidez, únicamente está regulado

en las legislaciones mexicana, argentina y española; Y en ellas no se da un

concepto, de lo que es ésta clase de testamento, pero se concluye de sus textos,

que es el que otorga una persona, que no se encuentra en su sano juicio, todo el

tiempo, pero que existen momentos en el que se encuentra en pleno uso de sus

facultades volitivas, estado que es estudiado y determinado por facultativos y es

en éste momento, que puede otorgar el testamento al que se hace referencia.

Dentro de las formalidades especiales, que requieren las legislaciones que lo

tienen contemplado, básicamente, se reduce a obtener un dictamen, sobre el

estado mental del testador, por dos facultativos.

5. En cuanto al testamento en idioma extranjero no dan las legislaciones

comparadas en la presente lección un concepto del mismo, entendiéndose que es

el testamento que se otorga en otro idioma, diferente al español.

Dentro de sus formalidades especiales, deben comparecer dos intérpretes, que

traduzcan las disposiciones que diga el testador, y sólo en el caso de España,

basta con un intérprete.

En El Salvador y Honduras, se regula que cuando el testador no puede darse a

entender en español, debe otorgar testamento cerrado y escribir en la plica que

contiene el mismo, la palabra testamento, y sus datos de identificación de ser

posible.

92

6. El Testamento público simplificado, existe únicamente en México. Habiendo

quedado explicado en el cuerpo del presente estudio.

7. El Testamento en inminente peligro de muerte está regulado únicamente en las

legislaciones de Honduras, Nicaragua, México y España.

Dentro de los cuerpos normativos, que regulan ésta clase de testamento, no se

encuentra un concepto propio del mismo.

Al otorgar el testamento que se trata en este momento, se requiere la presencia de

testigos, coincidiendo las legislaciones que lo regulan, que deben ser cinco

testigos, y en el caso de México, se especifica que si es de suma urgencia,

pueden concurrir únicamente 3 al otorgamiento.

Estos testigos, regulan las leyes de Honduras y México, que no necesariamente

deben saber escribir.

Para que esta clase de testamento cobre validez, debe ser protocolizado,

coincidiendo los países que lo contemplan, que debe hacerse en un plazo no

mayor de 90 días o 3 meses.

También se regula en todas las legislaciones, que si el testador no fallece dentro

de los 2 meses o 60 días posteriores a su otorgamiento, o 1 mes que regula

únicamente México, el testamento caducará.

8. Existe también, el testamento otorgado en caso de epidemia, que se contempla

en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Argentina y España, no así en El Salvador,

Costa Rica y México.

93

Tampoco se obtiene un concepto del mismo, en las legislaciones que lo amparan.

Siendo necesaria la presencia de 3 testigos, para su otorgamiento, a excepción

del caso de Guatemala, en que bastan 2 testigos, para que se otorgue de manera

válida. Estos testigos, en el caso de Nicaragua y España, deben de ser mayores

de 16 años, para Guatemala, únicamente se exige que estos puedan leer y

escribir.

Es importante resaltar, que en el caso de Guatemala, es necesaria además de la

presencia de los testigos, que el mismo se otorgue ante Juez local. El testamento

que atañe en éste momento, al igual que el anterior, es necesario protocolizarlo

para que sea válido, y coinciden las legislaciones que lo adoptan que debe

hacerse, en el plazo de 3 meses, Guatemala y Argentina no regulan plazo.

El tiempo de Caducidad, para Honduras, Nicaragua y España, se da al pasar 2

meses, que el testador haya salido de la epidemia, en el caso de Guatemala, son

90 días, y en Argentina, éste testamento no caduca, hasta que sea revocado.

4.2.5. Discusión y análisis de los resultados del cuadro comparativo de la

regulación legal, sobre generalidades de los testamentos especiales, en los

países de Centroamérica, México, Argentina y España.

Dentro del presente análisis, se contemplan, cuatro testamentos especiales,

haciendo las siguientes observaciones 347:

1. El testamento militar, ha sido desde el época romana, el más importante de los

testamentos especiales, las legislaciones comparadas en el presente estudio, no

dan un concepto o una definición de lo que se debe entender por testamento

militar, dando únicamente los lineamientos de su otorgamiento.

347

Ver cuadro cinco, en el apartado de anexos.

94

Coinciden todas las legislaciones, en que el testamento militar, lo pueden otorgar,

no solamente los militares propiamente dichos, sino también, los rehenes, los

prisioneros, los doctores, las enfermeras, en fin, todas las personas empleadas o

que sirven al ejército, por lo que algunos autores, lo tratan más como testamento

en tiempo de guerra que como testamento del militar.

Siguen el mismo lineamiento también las legislaciones que se estudian, que el

testamento militar lo pueden otorgar ante el oficial bajo cuyo mando se encuentren

las distintas personas que lo pueden otorgar, o bien si estuviere enfermo o herido

ante el facultativo o cirujano; algunas legislaciones como la nicaragüense,

profundizan más, dando un orden jerárquico, para otorgarlo.

Para su otorgamiento, es necesario que intervengan dos testigos, como

coincidentemente determinan los cuerpos legales que se analizan, a excepción de

Honduras que exige que sean tres.

Luego de otorgado el testamento, concuerdan nuevamente las legislaciones, en

que el testamento debe ser remitido en el caso de Guatemala, al cuartel General,

quien lo envía al Ministerio de la Defensa, en otras legislaciones al Ministerio de

Guerra, institución que en caso falleciera el otorgante del testamento, lo enviara al

juez del último domicilio conocido del testador, y si no se sabe cuál fue, al Juzgado

de Primera Instancia del Ramo Civil, del departamento de Guatemala, en el caso

de Guatemala.

En otras legislaciones, además de lo anterior, se requiere que lleve el visto bueno,

del jefe superior de la expedición, como en el caso de El Salvador, Honduras,

Nicaragua y Argentina.

Por último, como esta clase de testamento, es temporal, si no fallece el otorgante,

en determinado tiempo, luego de terminada la guerra, caduca el testamento; en el

caso de Guatemala, El Salvado, Honduras, Nicaragua y Argentina, el plazo de

95

caducidad es de 90 días, en el caso de costa Rica y México, este plazo es de un

mes, y en España es de cuatro meses.

2. Tampoco dan las normativas comparadas, un concepto o definición del

testamento marítimo, pero de la mayoría de textos, se deduce, que es el que

otorgan las personas que se encuentren a bordo de un buque o barco, ya sea

mercante o comercial o bien de guerra.

Es claro que ésta clase de testamento la puede otorgar cualquier persona, sin

necesidad de tener un título o rango determinado, siendo el único requisito, que se

encuentre a bordo de una nave marítima. Debe ser otorgado si es de buque de

guerra, ante el Contador, en el caso de Guatemala, o ante el Comandante en las

demás legislaciones, o quien deba suplirlo en sus funciones, y si es mercante,

ante el Capitán o quien deba suplir a éste.

Coinciden también las legislaciones, al hacer la salvedad, que pueda existir el

caso, en que tanto el Contador o Comandante y el Capitán desean hacer su

testamento, previendo que éste debe otorgarse, ante la persona que deba

suplirlos en sus funciones. Siendo además necesaria la presencia de dos testigos,

en el caso de Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, México y España y de tres en el

resto de los países, cuyas normativas se comparan.

Posteriormente a su otorgamiento, coinciden las normas legales analizadas, a

excepción de Guatemala y Costa Rica, que no menciona nada al respecto, que se

presentan dos opciones; la primera en el caso de que el buque llegase a puerto

extranjero, lo entregará al agente diplomático o consular del país de su nación, si

en caso lo hubiere anotando esta circunstancia en el diario mayor, para que éste

lo remita al Ministerio de Marina, y si fallece el testador, este deberá remitirlo al

juez del último domicilio, que se le conociera al testador o al juez competente, que

indique la ley, si no se le conoce, y la segunda opción, se da, si el buque llegase a

puerto nacional, en donde el capitán, lo entregará al comandante marítimo y éste

96

lo remitirá al Ministerio de Guerra, y si falleciera el testador, se procederá como

quedo descrito en el primer caso.

Este testamento también caduca, transcurrido cierto tiempo después del

desembarque del testador y éste no fallece, en el caso de Guatemala, El Salvado,

Honduras, Nicaragua y Argentina, como se ve, la mayoría, es de 90 días, en el

caso de costa Rica y México, este plazo es de un mes, y en España es de cuatro

meses.

3. Guatemala, es el único país de los que están sujetos al presente análisis, que

regula el testamento del preso, los demás países, no hacen ninguna alusión al

respecto, ya que el preso puede otorgar testamento común que le parezca, en

cualquier momento, citando al Notario o bien testamento ológrafo si su legislación

nacional se lo permite.

4. En cuanto al testamento otorgado en el extranjero es claro que no es un mero

testamento especial, sino una modalidad de los testamentos comunes que se

otorga en un país extranjero; coincidiendo todas las legislaciones tratadas en que

únicamente se permite testar, según las formas o clases determinadas en la

legislación nacional, aunque estén prohibidas en el país donde se otorgue, como

por ejemplo, que un extranjero quisiera hacer testamento ológrafo en Guatemala,

donde esta clase de testamento no está permitido, pero que dicho testamento va a

surtir efectos en el extranjero, en un país que si lo regula y lo permite, así pues,

deben observarse las formalidades y solemnidades del país nacional, en donde

surtirá sus efectos.

97

4.2.6. Discusión y análisis de los resultados de los cuadros comparativos de

la regulación legal de las diferentes clases de testamentos reguladas en los

países de Centroamérica, México, Argentina y España.

Los cuadros que sirven de soporte empírico a la presente investigación y el

desarrollo teórico jurídico de la misma, evidencian que en cuanto a las clases de

testamentos, las legislaciones comparadas en el presente estudio son similares,

siguiendo los mismos lineamientos, las diferencias entre las formalidades de las

distintas clases de testamentos se dan en elementos como el número de testigos

que deben intervenir en el otorgamiento de los mismos, o en el caso de los

testamentos especiales el período de caducidad de los mismos.

Se evidenció también que existen otras clases de testamentos que no se

encuentran regulados en la legislación guatemalteca, por ejemplo en cuanto a los

testamentos comunes ordinarios Guatemala no regula la figura del testamentos

ológrafo, figura que no se encuentra regulada en ninguna normativa

centroamericana, sino únicamente en México, Argentina y España, considerando

la autora que los países centroamericanos no están aptos para acoger dentro de

su legislación una figura testamentaria que presta poca seguridad jurídica a

sociedades del nivel cultural como Guatemala.

En los testamentos comunes extraordinarios se muestra también que en

Guatemala no se contempla la figura del testamento del loco en estado de lucidez,

ni el testamento en inminente peligro de muerto y tampoco el testamento público

simplificado.

Sin embargo existe una modalidad testamentaria contemplada únicamente en

Guatemala, constituida por el testamento del preso, esta figura testamentaria no

se encuentra regulada ni en los antecedentes históricos analizados ni en otras

legislaciones;

98

De todo el estudio y el análisis realizado a lo largo de la presente investigación, se

concluye que se puede dar una respuesta certera a la pregunta de investigación

que es: ¿Que modalidades de testamentos se regulan en las legislaciones?, y

además de dar una respuesta exhaustiva a esta interrogante, de conformidad con

los cuadros comparativos y el análisis de ellos, se logro determinar también las

clases de testamentos diferentes que regula Guatemala, con relación a la

legislación comparada, siendo éste únicamente el del preso; así como determinar

las diferentes clases de testamentos que se regulan en las legislaciones

comparadas y no así en la legislación guatemalteca.

99

CONCLUSIONES.

1. Los antecedentes de las diferentes clases de testamentos preceden de la

antigua Roma, en donde fueron creadas dichas instituciones.

2. Las diferentes legislaciones señalan expresamente, qué clases de

testamentos se pueden otorgar y se debe estar apegado a lo que en ellas

se indique por ser un acto solemne.

3. La generalidad es que los actos y contratos se rigen por la ley del país en el

que se celebren, como excepción, cuando se otorga un testamento en el

extranjero y se desea que el mismo surta sus efectos en el país nacional,

debe estarse a lo dispuesto en la ley nacional, teniendo en cuenta que

aunque en el país en el que se encuentre, se regulen formas distintas de

testar, estás no surtirán efectos en el país nacional, si éste no las regula.

4. Las legislaciones comparadas nombran indistintamente, testamento abierto

o testamento común, siendo en su fondo coincidentes, las disposiciones

legales, al igual que con el testamento cerrado en otras legislaciones lo

denominan secreto.

5. Es indispensable al otorgar los testamentos comunes, la presencia de

Notario, a excepción del testamento ológrafo, no regulado en la legislación

guatemalteca.

6. Las legislaciones comparadas que se estudiaron en la presente

investigación, en la mayoría de aspectos de fondo son coincidentes,

variando en algunos requisitos, como el número de testigos que deben

intervenir en determinados testamentos, o algún requisito que no viene a

variar el fondo de los testamentos.

100

7. Dentro de los testamento comunes, Guatemala únicamente regula el

abierto y el cerrado, no así el ológrafo, que es una figura testamentaria

utilizada en bastantes legislaciones tratadas, sin embargo Guatemala no

está preparada para introducir dentro de su sistema normativo, un

testamento que no lleve consigo las formalidades o requisitos que tiendan a

asegurar las disposiciones de última voluntad del testador, ya que es un

país con poca cultura de respeto y en donde la falsificación y el daño están

a la orden del día, trayendo pues, este testamento problemas serios en

cuanto a su validez y efectiva autenticidad de que lo contenido son las

disposiciones reales del testador.

8. En cuanto a los testamentos comunes extraordinarios, Guatemala

contempla dentro de su legislación la mayoría de los testamentos que se

estudiaron, como el del ciego, el del sordo, el del mudo y el testamento

otorgado en caso de epidemia, en los que las legislaciones comparadas

son coincidentes en sus formalidades y requisitos de fondos.

9. No se regula en Guatemala el testamento del loco en estado de lucidez, en

donde facultativos deben dictaminar sobre el estado mental del testador,

considerando que en Guatemala el sistema judicial es demasiado lento y el

Instituto Nacional de Ciencias Forenses no es del todo eficaz aún, en el

supuesto que el estado de lucidez no es muy prolongado, nunca se podría

comprobar o dictaminar al respecto, ya que al momento de tener la orden

judicial para poder acreditar su lucidez, probablemente el testador, ya no se

encuentre en el estado adecuado para poder testar.

10. Tampoco se regula en Guatemala el testamento otorgado en inminente

peligro de muerte, el que puede ser ventajoso en el país haciendo una

regulación lo bastante formal, como para garantizar la fidelidad de las

disposiciones de última voluntad de los que puedan testar de esa manera,

ya que Guatemala siendo un país tan violento en donde el morir está a la

101

vuelta de la esquina, pueda ser una opción viable para evitar tanto procesos

sucesorios intestados ya sean judiciales o extrajudiciales, que a la larga

probablemente no cumplen los deseos del testador.

11. Guatemala es el único país que regula dentro de los testamentos

especiales, el del preso, considerando, esta regulación totalmente fuera de

lugar, ya que al preso no se le prohíben visitas o estar en contacto con su

abogado, que en el caso de Guatemala todo abogado también es Notario, y

que en cualquier momento puede disponer de sus bienes, como mejor

disponga, ya sea en testamento abierto o cerrado, por lo que esta figura

debería de desaparecer y no dar ese “privilegio” a los presos.

12. Al hacer el análisis de las legislaciones que se compararon en la presente

investigación, se determinó que Guatemala ciertamente regula bastantes

clases de testamentos, sin embargo la regulación que hace deja muchos

vacíos, o cuestiones pocamente reguladas en comparación con otras

legislaciones, en donde complementan de mejor manera la regulación y de

una manera más ordenada las distintas clases de testamentos.

102

REFERENCIAS

a) Bibliográficas.

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de Monografías Hispalense, 2007, Segunda Edición.

2. Albaladejo, Manuel. Compendio de Derecho Civil, España, Librería Bosch,

Ronda Universitaria 11. 1976, tercera edición.

3. Armero Delgado, Mario. Testamentos y Particiones. Tomo Primero, Títulos

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4. Asprón Pelayo, Juan Manuel. Sucesiones, México, McGraw Hill., 2008,

Tercera Edición.

5. Baqueiro Rojas, Edgar; Rosalía Buenrostro Báez. Derecho de Familia y

Sucesiones. México , Oxford. 2001.

6. Barros Errazuris Alfredo. Curso de Derecho Civil, Volumen V, Chile,

Editorial Nascimento, 1931, cuarta edición.

7. Barassi Lodovico. Instituciones de Derecho Civil, Volumen I, España,

Edición José M.a. Bosch –JMB- , 1955.

8. Biondi, Biondo. Sucesiones Testamentarias y Donación, Barcelona,

Bosch, Casa Editorial, 1960, Segunda Edición.

9. Borda, Guillermo A. Manual de Sucesiones, Buenos Aires, Argentina,

Editorial Perrot, 1994. Duodécima Edición,

10. Borrell Soler, Antonio M. Derecho Civil Español, Tomo Quinto, Sucesión

por causa de muerte, España, Bosch, Casa Editorial, 1954.

11. Brugi, Biagio. Instituciones de Derecho Civil, México, Unión Tipográfica

Editorial Hispano-Americana. 1946.

12. Castán, José, Gurriegues Joaquín, y de Goicoechea, Francisco L.

Derecho Civil y Común Foral, España, Editorial Reus, S.A., 1922.

13. Castán Tobeñas, José. Derecho Civil. Derecho de Familia, Derecho de

Sucesiones, Tomo III. España, Instituto Editorial Reus, 1956, cuarta edición

refundida.

103

14. Colin, Abroise, Henry Capitant. Derecho Civil, testamentos y clases

especiales de liberalidades. Tomo III. México, Editorial Jurídica

Universitaria, 2002.

15. Córdova- Levy- Solari Wagmaister. Derecho Sucesorio, Tomo II.

Argentina, Editorial Universal S.R.L, 1993,

16. De Ruggiero, Roberto. Instituciones de Derecho civil, Tomo II, Volumen

Segundo, España, Traducción de la Cuarta Edición Italiana, Instituto

Editorial Reus, S/A.

17. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Cabanellas Guillemo, tomo

VI, Argentina, Editorial Heliasta S.R.L. 1979,

18. Diez -Picazo, Luis; Antonio Gullón Ballesteros. Sistema de Derecho

Civil, Volumen IV, España, Editorial Tecnos, 1986, tercera edición.

19. Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana Espasa Calpe,

Tomo LXI, España, Espasa Calpe S.A. 1928.

20. Espín Cánovas, Diego. Manual de Derecho Civil Español, Sucesiones

España, Volumen V, España, Editorial Revista de Derecho Privado, 1957.

21. Fassi, Santiago C. Tratado de los Testamentos, Volumen 1, Argentina,

Editorial Astrea de Rodolfo Depalma y Hermanos. 1970.

22. Figa Faura, Luis. Cómo se hace un testamento. Guía legal práctica para

todos. España, Editorial De Vicchi, S.,A. 1974.

23. Gracias González; José Antonio. Código de Notariado, concordado,

comentado, y anotado, con referencias legales y doctrinarias, Guatemala,

Editorial Estudiantil Fenix, 2011, Guatemala.

24. Iglesias, Juan Derecho Romano, España, Editorial Ariel, S.A, 1999.

25. Lacruz Berdejo, José Luis. Manual de Derecho Civil, España, Librería

Bosch, 1979, duodécima edición

26. Messineo, Francesco. Manual de Derecho Civil y Comercial, Chile,

Ediciones Jurídicas Europa-América, 1954.

27. Ortiz Urbina. Roberto G. Derecho de Sucesiones, Nicaragua, Editorial

Bibliografías Técnicas, S.A. Bitesca. S/A.

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28. Ossorio Morales, Juan. Manual de Sucesión Testada. España, Editorial

Instituto de Estudios Políticos, 1957.

29. Puig Brutau, José. Fundamentos de Derecho Civil. Tomo V. Volumen II.

España. Editorial Bosch, Casa Editorial, S.A. 1977, segunda edición.

30. Puig Peña, Federico. Compendio de Derecho Civil Español, Tomo VI.,

España, Ediciones Pirámide, S.A., 1976, tercera edición.

31. Rojina Villegas, Rafael. Compendio de Derecho Civil, Bienes, Derechos

Reales y Sucesiones, México, Editorial Porrúa, S.A. 1978.

32. Valverde y Valverde, Calixto. Tratado de Derecho Civil Español, Tomo V.-

Parte Especial, Derecho de Sucesión, Mortis Causa, España, Talleres

Tipográficos Cuesta, 1926, tercera edición.

33. Vallet de Goytisolo José, Bms. Panorama del Derecho de Sucesiones I

Fundamentos. España. Editorial Civitas, S.A. 1982.

34. Vila Plana, Francisco. Instituciones de Derecho Sucesorio, Testamentos,

España, Colección Nereo, 1963,

35. Zannoni, Eduardo A. Manual de Derecho de las Sucesiones, Argentina,

Editorial Astrea, 1999, cuarta edición.

b) Normativas

36. Asamblea Legislativa de España, Código Civil Español, Real Decreto del 24 de

julio de 1889.

37. Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica; Código Civil, Ley

Número XXX, 1885

38. Asamblea Legislativa de la República de Costa Rica, Código General de la

República de Costa Rica, 1841.

39. Asamblea Legislativa de la República de Nicaragua. Código Civil. 1904.

40. Asamblea Legislativa del Distrito Federal, V Legislatura. Código Civil para el

Distrito Federal. México 1928.

41. Congreso de la República de Guatemala, Decreto Número 314, Código de

Notariado, Guatemala.

105

42. Congreso Nacional de Honduras, Código civil de Hondura, 1906.

43. El Senado y la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, Código Civil, 1871.

44. Jefe de Gobierno de la República de Guatemala en Consejo de Ministros,

Enrique Peralta Azurdia, Código Civil, Decreto Ley No. 106, 1963.

45. Jefe de Gobierno de la República de Guatemala, Enrique Peralta Azurdia,

Código Procesal Civil y Mercantil, Decreto Ley No. 107, 1963.

46. Órgano Ejecutivo de la República de El Salvador, Código Civil, Decreto Ley

número 512. 1859.

c) Electrónicas

47. Corte Suprema de Justicia, Biblioteca Judicial Dr. Ricardo Gallardo, Fiallos

Valdés, José Guillermo, Tesis Doctoral: Los Testamentos Solemnes en la

Legislación Salvadoreña, El Salvador,

http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/1004b9f7434d5ff106256b3e006d8a6f/b74

9a850b8be81bc06256b3e00747bd3?OpenDocument, fecha de consulta:

tres de mayo de dos mil once.

d) Otras referencias

48. Lara Samayoa, Leonardo, El Testamento Cerrado y El Instrumento Público,

Guatemala, 1976, Tesis de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales,

Universidad Rafael Landivar.

106

ANEXOS

CUADRO 1

Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades del testamento abierto,

en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.

TESTAMENTO ABIERTO

Guatemala El Salvador Honduras

Costa

Rica Nicaragua México Argentina España

Concepto No da un

concepto.

C.C Art.

1005

No da un

concepto

No da un

concepto

C.C

artículo

1027

C.C

Federal

Artículo

1511

No da un

concepto.

C.C

Artículo

679

Número de

Testigos

2 Testigos.

Código de

Notariado,

Art 42.

3 Testigos.

C.C

Art.1009

3

Testigos.

C.C art

993

3 Testigos.

C.C. Art.

583

3.

Testigos.

C.C. Art.

1035

2

Testigos.

C.C

Federal,

Art. 1513.

3

Testigos.

C.C. Art.

3654.

2

Testigos.

C.C Art.

697.

Incapacidad

para

otorgarlo

C.C Art.

945.

C.C Art.

1002

No lo

regula

CC. Art

591

C.C. Art.

979

C.C.

Federal

Arts. 1305

y 1306

C.C Arts.

3614,

3615, 3617

y 3651

C.C Arts.

662 y

663

107

CUADRO 2

Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades del testamento cerrado,

en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.

TESTAMENTO CERRADO

Guatemala

El

Salvador Honduras

Costa

Rica Nicaragua México Argentina España

Concepto

No da un

concepto

C.C. Art.

1005.

C.C Art.

1003.

No da un

concepto

C.C Art.

1028

No da un

concepto

No da un

concepto

C.C Art.

680

Incapacidad

para

otorgarlo

C.C. art.

960

C.C Arts

1014 y

1016

C.C Arts

998 y

1002.

C.C. 587.

C.C Art.

1054 y

1056

C.C.

1530.

C.C 3665 C.C Art.

708

Número de

Testigos

2 Testigos.

Código de

Notariado,

Art. 42

7 Testigos.

C.C. Art.

1015.

5

Testigos.

C.C. Art

1001

2 Testigos.

C.C Art.

587.

5 Testigos.

C.C Art.

1055

3

Testigos.

C.C Art.

1524

5

Testigos.

C.C Art

3666

2 Testigos.

C.C Art.

707,

numeral 5.

conserva-

ción

C.C. Art.

963

No lo

regula

C.C Art

1006

Art. 462,

C.G.R.C.R.

C.C. Art.

1059

C.C Art.

1537

No lo

regula

C.C Art.

711

108

CUADRO 3.

Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades del testamento ológrafo,

en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.

TESTAMENTO OLÓGRAFO

Guatemala

El

Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España

Concepto x x x x x

C.C Art

1550

C.C. Art.

3639

C.C Art.

678.

Aptitud

para

otorgarlo x x x x x

C.C Art.

1551

No

menciona

nada al

respecto

C.C Art.

688.

Idioma x x x x x

C.C Art.

1551

No

menciona

nada al

respecto

C.C Art.

688.

109

CUADRO 4.

Comparativo de la regulación legal, sobre generalidades de los testamentos comunes extraordinarios,

en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.

TESTAMENTOS COMUNES EXTRAORDINARIOS

Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España

Testa

men

to d

el

cie

go

. Concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

Número de

testigos

3 testigos.

C.C Art. 957

5 Testigos.

C.C. Art.

1014

3 Testigos

C.C Arts.

993 y 998

5 Testigos

C.G. R.C.R,

Art. 471

3 Testigos

C.C Arts.

1035 y

1039

2 Testigos.

C.C Arts.

1513 y

1517.

3 Testigos.

C.C Art.

3654.

2 Testigos.

C.C Art 697.

Formalida- des

especiales

C.C. Art. 957 C.C Art. 1014 C.C Art

998.

No regula

nada al

respecto

C.C. Art

1039

C.C Art.

1517

No regula

nada al

respecto .

C.C Art.

697,

numeral 2.

Testa

men

to d

el

so

rdo

Concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

Número de

testigos

2 Testigos.

Código de

Notariado, Art.

42 yC.C 958

7 Testigos.

C.C. Arts

1015 y 1018

3. Testigos

C.C art 993

y 2 mas, art

999.

3 Testigos

C.G.RC.R.

Art. 472.

5 Testigos

C.C Art.

1055

5 Testigos

C.C Art.

1531.

5 Testigos

C.C Art 3666

2 Testigos

C.C Art.

697.

Formalida- des

especiales C.C. Art. 958 C.C Art. 1017

y 1018

C.C Art.

999.

No regula

nada al

respecto

C.C. Art

1057

C.C Art.

1531

C.C. Arts.

3666, 3668 y

3669.

C.C Art.

607,

numeral 2.

110

Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España T

esta

men

to d

el

mu

do

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

Número de

testigos

2 Testigos.

Código de

Notariado,

Art. 42

7 Testigos.

C.C. Art.

1015.

5 Testigos.

C.C. Art

1001

3 Testigos.

C.G.RC.R.

Art. 472.

5 Testigos.

C.C. Art.

1057

5 Testigos.

C.C Art.

1531.

5 Testigos.

C.C Art 3666

2 Tesigos.

C.C Art.

707,

numeral 5.

Formalida-

des especiales

C.C. Art. 961 C.C Art. 1018 C.C Art.

1004

No regula

nada al

respecto

C.C Art.

1057

C.C Art.

1531

C.C Art.

3668

C.C Art.

709.

Testa-

mento

del loco

en esta-

do de

luci-

dez

concepto x x x x x

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

Formalida- des

especiales

x x x x x

C.C Arts.

1308 y

1309

C.C Arts

3615 y 3616.

C.C Art.

698.

Testa-

mento

en

idioma

extran-

jero

Concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

Formalidades

especiales

Código de

Notariado,

Art. 42,

numeral 7.

C.C. Art.

1018.

C.C Art.

1004 C.C Art. 584

no regula

nada el

respecto. C.C Art.

1503

C.C Art.

3663 C.C Art. 684

111

Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España

Testa-

mento

públi-

co

simpli-

ficado

Concepto x x x x x C.C Art.

1549 Bis. x x

Número de

testigos x x x x x

Art. 1549

Bis. x x

Formalidades

especiales x x x x x

Art. 1549

Bis. x x

Testa

men

to e

n i

nm

inen

te p

elig

ro d

e m

uert

e.

Concepto x x No da

concepto x

No da

concepto

No da

concepto x

No da

concepto

Número de

Testigos x x

5 Testigos

C.C Art.

1017

x

5 Testigos

C.C Art.

1041

5 testigos

C.C Art.

1567. suma

urgencia 3

testigos C.C

art. 1567

x 5. C.C art

700.

Calidad que

deben cumplir

los testigos

x x C.c Art.

1019 x No lo regula

C.C. Art.

1567 x No lo regula

Plazo para

protocolizar-

lo

x x

90 días,

C.C Art.

1020 y

1021

x

3 meses,

C.C. Art.

1043

No lo

regula x

3 meses.

C.C Art.

703.

Caducidad del

testamento x x

60 días.

C.C Art.

1020

x

2 meses,

C.C Art.

1043

1 mes, C.C.

Art. 1571 x

2 meses.

C.C art. 703.

112

Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España

Testa

men

to e

n c

aso

de e

pid

em

ia

concepto No da

concepto x

No da

concepto x

No da

concepto x

No da

concepto

No da

concepto

Número de

testigos

2 testigos.

C.C. Art 971 x

3 testigos

C.C Art.

1018

x 3 testigos.

C.C Art.

1041

x

3 testigos

C.C. Art.

3654. por

disposición

del 3689.

3 testigos

C.C art. 701.

Calidad que

deben cumplir

los testigos

C.C Art. 971 x C.c Art.

1019 x

Mayores de

16 años.

C.C Art.

1041

x C.C Arts.

3614, 3615,

3617 y 3651

Mayores de

16 años,

C.C. art.

701.

Plazo para

protocolizar-

lo No lo regula

x

90 días,

C.C Art.

1020 y

1021

x

3 meses,

C.C. Art.

1043

x No lo regula

3 meses.

C.C Art.

703.

Caducidad del

testamento

90 días, C.C.

Art. 973 x

60 días

C.C Art.

1020

x

2 meses,

C.C Art.

1043

x

Hasta que

sea

revocado.

C.C art.

3651

2 meses.

C.C art. 703.

113

CUADRO 5.

Comparativo de la regulación legal , sobre generalidades de los testamentos especiales,

en los países de Centroamérica, México, Argentina y España.

Testamentos Especiales.

Tes

tam

en

to m

ilit

ar

Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España

Concepto

No da

Concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto.

Quienes lo

pueden otorgar

C.C Art. 965. C.C Art.

1027.

C.C Art.

1027 C.C Art. 586.

C.C Art.

1070

numeral 3.

C. C Art.

1579

C. C Art.

3672

C. C. Art.

716.

Ante quien se

puede otorgar C.C Art. 965.

C.C. Art.

1027

C.C Art.

1027 No lo regula

C. C. Art.

1071

No lo

regula

C.C Art.

3672 y

3673

C. C. Arts.

716 y 717.

Número de

testigos

2 Testigos

C.C Art. 965.

2 Testigos

C.C Art. 1028

3 Testigos

C.C arts.

993 y 1031.

2 testigos.

C.C art 586,

2 Testigos.

C.C Art.

1070,

numeral 1.

2 Testigos.

C. C. Art.

1579

2 Testigos.

C.C Art.

3672.

2 Testigos.

C.C. Art.

716

Formalidades

posteriores. C.C. Art. 966.

C.C Art.

1031.

C.C Art.

1030 No lo regula

C. C Art.

1075.

C. C Art.

1581

C. C Art.

3677.

C.C Art.

718.

Caducidad

90 días,

C.C. Art.

973

90 días.

C.C Art.

1030

90 días,

C.C. Art.

1029 o si

sobrevive

Art. 1031

30 días,

C.C art.

586.

90 días,

C. C art.

1074

1 mes,

C.C Art.

1571.

90 días.

C.C Art.

3676.

4 meses.

C.C Art.

719.

114

Tes

tam

en

to m

arí

tim

o.

Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España

Concepto

No da

Concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto.

Quienes lo

pueden

otorgar

C. C Arts.

967 y 968

C.C. Arts.

1033 y

1036

CC. Arts.

1033 y

1036

C.C Art.

586,

numeral 2.

C.C Art.

1081

CC. Art.

1583

CC. Art.

3679

C.C Arst.

722 y

723

Ante quien

se puede

otorgar

C.C Arts.

967 y 968.

C C. Art.

1033

CC. Arts.

1033 y

1040

No lo

regula

C.C Arts.

1081 y

1086.

C.C Arts.

1584 y

1585.

CC. Art.

3679

C.C Art.

722

Número de

testigos

2 testigos.

C.C Art.

967.

3 Testigos.

C. C. Art.

1033

3

Testigos

C.C Art

1033

2 testigos.

C.C Art.

586,

numeral 2.

2 testigos.

C.C Art.

1081

2

testigos.

C.C Art.

1584

3

testigos.

C.C Art.

3679.

2

testigos.

C.C Art.

722.

Formalidades

posteriores.

No lo

regula

C C. Art.

1035

C.C Art.

1035

No lo

regula

C.C Art

1083

C.C.

Arts. del

1587 al

1590

C.C Art.

3681.

C.C arts.

725 y

726.

Caducidad

90 días,

C.C. Art.

973

90 días.

C.C. art.

1037.

90 días.

C.C art

1037.

30 días,

C.C art.

586.

90 dias, C.C

Art 1043,

aplicado por

analogía

según la

doctrina.

1 mes,

C.C. art

1591

90 días.

C.C art.

3684

4 meses,

C.C Art.

730

115

Guatemala El Salvador Honduras Costa Rica Nicaragua México Argentina España T

es

tam

en

to d

el P

reso

Concepto

No da

Concepto x x x x x x x

Quienes lo

pueden otorgar

C.C Art.

972 x x x x x x x

Ante quien se

puede otorgar

C.C Art.

972 x x x x x x x

Número de

testigos

No lo

regula x x x x x x x

Caducidad 90 días, C.C.

Art. 973 x x x x x x x

Testamento

otorgado

en el

extranjero

concepto No da

Concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto

No da

concepto.

Formalidades C.C Arts.

974 y 976

C.C Art.

1021.

C.C Arts.

De 1011

al 1013.

No lo

regula

C.C Arts.

1067 al

1069

C.C arts

del 1593

al 1598.

C.C Arts

del 3636

al 3638

C.C arts.

732 al

736.

0